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El contrato de prenda civil, es un contrato en que se entrega una cosa mueble (prenda) a un
acreedor para seguridad de su crédito. Con este contrato, el acreedor puede perseguir la prenda,
retenerla o pagarse con ella, en el caso de que el deudor no cumpla con sus obligaciones. Algunas
veces, la prenda puede ser entregada por una tercera persona que no sea el deudor, y que quiera
darle este servicio.
En general, este contrato está orientado a que el acreedor devuelva la prenda una vez pagado el
crédito. Algunas veces, el deudor tiene que pagar al acreedor un monto adicional por los gastos o
perjuicios que la conservación de la prenda hayan provocado.
Lo importante de este contrato es que el acreedor pueda asegurar su crédito a través de los bienes
en prenda del deudor, incluso si los vendió a otras personas, además de contar con un crédito en
caso de quiebra del deudor.
¿Cuáles son los derechos y obligaciones que tienen las partes en el contrato de prenda civil?
Los derechos y obligaciones del acreedor en el contrato de prenda son los siguientes:
Derecho de retención: Derecho del acreedor para conservar la prenda hasta que todo el crédito se
haya pagado.
Derecho de persecución: Si el acreedor deja de tener la prenda, podrá tomar acciones en contra
de la persona (incluyendo al deudor) que la tenga, y así poder recuperarla. El deudor puede
quedarse con la prenda si paga la totalidad de la deuda.
Derecho de venta: El acreedor puede pedir que la prenda se venda para saldar la deuda. Esta
venta se hace en subasta pública.
Derecho de Indemnización de Gastos y Perjuicios: Tener la prenda puede significar que el acreedor
tenga que incurrir en gastos. Estos gastos deben ser reembolsados por el deudor. La prenda
también puede provocar perjuicios para el acreedor, los que también deben reembolsarse.
Obligación de restituir la especie prendada: El acreedor tiene la obligación de restituir la prenda
cuando se hayan pagado la deuda y los gastos y perjuicios.
Obligación de no usar la prenda: El acreedor no puede usar la prenda sin consentimiento del
deudor.
Los derechos y obligaciones del acreedor en el contrato de prenda son los siguientes:
Derecho a que se le restituya la cosa: El deudor puede actuar en contra del acreedor o contra
terceros, para restituir su prenda.
Derecho a pedir reemplazo de la prenda, mientras no dañe los derechos del acreedor.
Derecho a pedir indemnización por los daños que la prenda haya sufrido por culpa del acreedor.
Derecho a vender la prenda o a constituir derecho al goce o tenencia de la cosa, en los términos
del artículo 2404 del Código Civil. (Si el deudor vendiere la cosa empeñada, el comprador tendrá
derecho para pedir al acreedor su entrega, pagando y consignando el importe de la deuda por la
cual se contrajo expresamente el empeño.
Se concede igual derecho a la persona a quien el deudor hubiere conferido un título oneroso para
el goce o tenencia de la prenda.
En ninguno de estos casos podrá el primer acreedor excusarse de la restitución, alegando otros
créditos, aun con los requisitos enumerados en el artículo 2401.)
Este contrato ha tenido fama en virtud de las ventajas que le lleva al acreedor, porque él no se
desprende del dominio de las cosas arrendadas, y porque tiene ventajas tributarias inherentes al
contrato, en tanto que el pago de un arrendamiento constituye gasto, en cambio la compra de un
bien no constituye un gasto, sino que el aumento de activo.
Tradicionalmente el leasing constituye una operación en virtud de la cual una compañía de leasing
adquiere determinados bienes de un tercero, a solicitud de su cliente, para dárselos en
arrendamiento por un período de tiempo a cambio de una renta determinada, donde el
arrendatario tiene la opción de comprarlos al final del período del contrato por un valor residual
fijado entre las partes previamente.
Para efectos contables, el leasing requiere cumplir con una o más de las siguientes condiciones
que a continuación se indican:
Que el monto a pagar por la opción de compra sea significativamente inferior al valor de mercado
del bien que tendría en ese momento.
Que el valor actual de las cuotas de arrendamiento corresponda a una proporción significativa del
precio de mercado del bien al inicio del contrato (90% o más).
El contrato cubre una parte importante y significativa de la vida útil del bien arrendado (75% o
más).