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SOCIEDAD ESPANOLA de ESTUDIOS CLASICOS FRANCISCO TORRENT SOCIEDAD ESPANOLA DE ESTUDIOS CLASICOS FRANCISCO TORRENT LATIN 2.° CURSO DE BACHILLERATO G. DEL TORO. Editor MADRID © SOCIEDAD ESPANOLA DE ESTUDIOS CLASICOS, 1987 G, DEL TORO. Editor Hortaleza, 81 28004 MADRID ‘Depésito legal: M, 12.847-1988 LS.B.N.: 84-312-0138-X 13.* edicién Distribuye: SERVICIO COMERCIAL DEL LIBRO Hortaleza, 81 28004 MADRID Impresos y Revistas, $. A. (MPRESA) Toreros, 58. Polig. Ind. Los Angeles, GETAFE (Madrid) Advertencias La asignatura cuyo estudio varios a comenzar tiene mucho de pasa- tiempo. en ella, como en un rompecabezas, es necesario encajar debida- mente las piezas que se nos dan en fos textos, de acuerdo con su forma y con ef papel que desempefian en ef conjunto, Y es, al mismo tiempo, apasionante, porque su estudio nos va a proporcionar jos conocimientos y fa técnica necesarios para que éf ajuste de piezas sea correcto y nos permita descifrar, a veinte siglos de distancia, unos textos Henos de interés humano, de belfeza dificilmente igualable y de importantes lecciones, que dejaron escritos nuestros antepasados, los romanos. La técnica se iré adquiriendo y perfeccionando a fo largo del curso mediante Ja practica diaria de la traduccién, En cuanto a los conocimien- tos, podemos asegurar que no son muchos fos que se requieren en un primer afio de Latin. Lo que si seré indispensable es repasar concienzuda- mente aigunas nociones fundamentales de Gramatica, que ya se estudiaron con anterioridad, y que conviene tener muy presentes, porque habra que recurrir a ellas constantemente en ef aprendizaje def Latin y en ef ejercicio de su traduccién, Séfo asi pisaremos terreno firme y lograremos en nuestra asignatura la eficacia deseada. De este modo, pues, ef castellano seré ja base imprescindible en el estudio del latin y, a su vez, ef latin fundamemtard, consolidard y amplia- 14 —perteccionard, en una palabra— ef conocimiento de nuestra lengua. Lo que hay que saber de gramética especificamente latina es, segun hemos dicho, muy poca cose; pero, eso si, sera necesario saberlo a la 5 perfeccién, sin vacilaciones ni contusiones, y saberlo todo: seria muy gra- ve en un estudiante de Latin confundir is con his, qui con cui, marc con mari, amaverunt con amaverint ¥, por Gitimo, seré preciso aprender ef vocabulario correspondiente a cada leccién, Que un estudiante de una lengua no aprenda un cierto ngmero de palabras de esa fengua es un absurdo tan evidente, que no fequiere ninguna demostracién. Por otra parte, ef hecho de buscar en el diccionario todas fas palabras de un texto, ademas de hacer lentisima y tediosa fe tarea de traducir, origina gravisimos errores de interpretacion, For todo ello, hay que reducit al minimo ef uso del diccionario, y eso se fogra estudiando bien la morfotogia y aprendiendo las palabras de uso més frecuemte, que no son muchas y que irén apareciendo en las fecciones. Introduccion SUMARIO: Progreso humano y progreso {inguistico, —Evolucién de la langua: del indoeuropeo al latin.--E! latin y sv papel en la Historia. FONETICA: Ef alfabelo latino y su pronunciacién. Diptongos, Cantidad vociilica. Cantidad _silabice. —Agentua- ibn. ~ Ejercicios. PROGRESO HUMANO Y PROGRESO LINGUISTICO Desde nuestros remotos antepasados, que no conocian el fuego, ni los meteles, ni la posibilidad de cultivar el campo, ni instrumentos tan elementales para nosotros como ta rueda o el cuchillo, hasta el hombre actual, con todos los medios técnicos de que dispone, los seres humanos han avanzado poco a poco en la conquista del medio ambiente, a través de una serie larguisima de inventos y descubrimientos, que les han permiti- do desenvotverse con mas facilidad y distanciarse cada vez mas de los seres irracionates, Ahora bien: todo ese progreso material va acompafiada de un progreso espiritual que esta influido en parte por el desenvolvimiento técnico, pero que, sobre todo, influye sobre él. Y una de las mas brillantes manifes- taciones de ese avance del espiritu, que nos aleja del brute irracional mucho més que los progresos materiales, es la capacidad de comunicar a nuestros semejantes lo que pensamos, lo que sentimos, lo que sabemos; fo que otros nos han transmitido y to que hemos hallado por ‘nosotros mismos, de tal suerte que, mediante esta comunicacién, podemos todos tomar parte activa en el quehacer comin del progreso de la humanidad. €sa comunicacién de saberes, de pensamientos, de sentimientos, se tealiza mediante un sistema de signos que nos permiten entendernes unos con otros. El sistema de signos que utiliza una comunidad para el mutuo entendi- miento entre sus miembros es to que se denomina lengua. A Jo largo de muchos milenios, en un proceso lento y laborioso, se ha ido enriqueciendo enormemente el panorama interior del hombre y, con él, la necesidad de transmitir mensajes variados, matizados y comple- jes. asi coma la capacidad para hacerlo mediante un sistema de signos adecuado a esa necesidad EVOLUCION DE LA LENGUA: DEL INDOEUROPEO AL LATIN El proceso evolutivo de fa lengua es constante. Si nos cefimos al caso del castellano, podemos observar que en nuestros dias se siguen produ- ciendo cambios, en parte por la necesidad de dar nombre a nuevos in- ventos y descubrimientos cientificos y técnicos 0 a nuevas concepciones filoséficas, sociolégicas y culturales, y en parte por la adopcién mas o Menos superflua de palabras y giros extranjeros o de términos y expresio- nes que se ponen de moda por pedanteria o por vulgaridad. Las personas cultas, ademds de ser reacias al empleo de vocablos, locuciones y modismos que atentan contra la pureza de la lengua, ponen cuidado en la pronunciacién correcta de los sonidos y grupos de sonidos que entrafian cierta dificuttad para las personas poco cultivadas. El habla vulgar, por el contrario, se deja influir tacilmente por las co- rrientes de la moda y por la ley det minimo esfuerzo en la eleccién de los giros y en la articulacién de Jos sonidos. {a:cultura es, pues, un'elemento'de fijacién en Ia’ evolucién de la lengua. Por ta misma raz6n, la escritura actua como un freno en ese proceso cambiante. Pensemos, por ejemplo, en los participios regulares en -ado ¥ en -ido: si no estuviera extendida la escritura, se habrian impuesto las formas en -ao en casi toda Esnafia, y las formas en -fo al menos en una gran parte del sur El progreso cultural de la humanidad ha experimentado grandes alti- bajos. Por ejemplo: la mayoria de los nifias romanos iba a la escuela y sabia leer; en cambio en ta Edad Media habia muy pocas personas que no fueran analfabetas. Estas fluctuaciones de la cultura se reflejan, natural- mente, en fa evolucién de las lenguas, pero en términos muy generales cabe afirmar que cuanto mas nos remontamos cronolégicamente, tanto mas répidos son los cambios. Notemos, por otra parte, que las alteraciones que una lengua sufre no son uniformes en todo su dominio geogritica: los hAbitas y tendencias 3 propios de cada regién, et mayer o menor desarrollo cultural, el grado de relacién con otros individuos que se expresan en idiomas extrafios y otras muchos factores de orden fisico, politico, cultural, ete., determinan varia- ciones muy notabies en la manera de hablar. Asi vemos que el castellano que se habla en Badajoz es muy diferente del que utilizan Jos santanderinos © los mejicanes. Si las diferencias no son profundas, nos hallamos ante simples varian- tes diaiectales de una misma lengua; pero si se ahondan hasta el extremo de impedir la mutua comprensién, asistimos al nacimiento de nuevas len- guas procedentes de un mismo origen. Esa lengua es prehistérica, es decir, que no ha llagado a nosotros en documentos escritos, pero se ha reconstruido parcialmente par e! estu- dio comparado de las que han derivado de ella. EL LATIN Y SU PAPEL EN LA HISTORIA El mapa de ftalia presenta la apariencia de una bota recorrida longitu dinalmente por la cordillera de los Apeninos. Su costa occidental esta ba- fiada por el mar Tirreno, y aproximadamente en el centro de ella se halla ta desembocadura del rio Tiber, que pasa por Roma. Una pequeta region comprendida entre los Apeninos y e! Tirreno y re- gada en su parte norte por el curso final del Tiber constituye el tettitorio del Latium, esto es, el Lacio. Sus habitantes se llamaron Latini (latinos) y se expresaban en la fingua Latina (la lengua del Laciol, que es lo que hoy llamamos el latin. Tat fue el estrecho marco en que se hablaba al principio ta lengua llamada a ser !engua universal con el paso de los siglos. Hacia el afio 783 antes de nuestra Era, los moradores del Lacio situaron un puesto dofansivo en [a orilla izquierda del Tiber (es decir, en fa ribera suri, para detener las incursiones de los etruscos, pueblo muy bien organi- zado, emprendedor y belicoso, que ocupaba una extensa zona entre el Tirreno y los Apeninos, ai norte del Lacio.

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