La formación intercultural se fundamenta en cinco principios que orientan los
objetivos, contenidos y metodologías formativas. Forma parte de un proceso más amplio de transformación social y cultural: Debe entenderse encuadrada en la profunda transformación educativa como un proceso social de emancipación cultural y reconstrucción social. Esto supone abrir un proceso dialéctico de emancipación frente a las desigualdades sociales, basada en la crítica democrática del modelo cultural y social predominante (Kincheloe y Steinberg, 1999).
Suponer que con la creación de instituciones de educación superior de carácter
intercultural se suprimen viejas prácticas coloniales sería una idea muy romántica. Si lo que se pretende es abrir espacios donde coexistan otros modos de vivir, existir y entender el mundo, es importante empezar por cambiar y abrir las estructuras e instituciones que han estado cerradas a la he - terogeneidad de las sociedades y que se han mantenido en un pensamiento colonial, moderno, racial, occidental, capitalista: “Asumir esta tarea implica un trabajo de orientación de-colonial dirigido a quitar ‘las cadenas que aún están en las mentes’ como decía el intelectual afrocolombiano Manuel Zapata Olivella; ‘desesclavizar las mentes‘ como decía Malcolm X, y ’desapren - der lo aprendido para volver a aprender‘, como argumentaba el abuelo del movimiento afroecuatoriano Juan García” (Walsh, 2009, p. 37) . Es importante reconocer que la apertura de instituciones educativas de nivel superior con enfoques interculturales es un avance muy significativo, no obstante, también se debe entender que esto debe formar parte de un camino más amplio de posibi - lidades educativas en universidades convencionales, como parte también de un proceso de-colonial que abra las estructuras e instituciones.