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„El caso del gitano que va a confesarse y el sacerdote, al preguntarle los mandamientos

de la ley de Dios, el gitano le responde: ÂMire usted, Padre, yo los iba a aprender, pero he oído
por ahí un runrún de que los van a quitar⁄Ê. Derecho es solo hoy el runrún de que
algo se va a quitar, no es lo que se da, y todo a cuenta de la llamada justicia‰.
ORTEGA Y GASSET

Seguridad Jurídica

YESID RAMÍREZ BA STIDA S


PRESIDENTE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,2006

A
l comienzo –en la época prepolítica o de mente tutelados, interdicción de la arbitrariedad, de modo que permite
naturaleza– reinaba el caos, la arbitrariedad en el ciudadano el nacimiento de una expectativa razonablemente
y la inseguridad, y por eso el hombre inventó fundada en cuál ha de ser la actuación del poder en la aplicación del
el Estado, y con él la jurisdicción, para que a Derecho, supone una estrecha relación con la justicia porque la ley
través de reglas dadas por el contrato social como sistema conforma un campo de garantías tanto en su aplicación
(Aristóteles, Rousseau) se resolvieran en defi- como en su misma interpretación, sometida a determinados cánones
nitiva y pacíficamente los naturales conflictos surgidos de la vida de que impiden la arbitrariedad de los operadores del mismo, entre ellos
relación, propósitos que adelante alentaron la Ilustración y el fenó- la observancia estricta de los principios de legalidad e igualdad, que
meno codificador inspiradores de la Revolución francesa verdugo irradian todo el sistema e implica el respeto por la cosa juzgada, que
del Antiguo Régimen, y es entonces cuando aparece el concepto de también es un derecho fundamental.
seguridad jurídica, el cual pasó a convertirse en el Estado de Derecho
en una irrenunciable garantía constitucional como instrumento de El desarrollo humano y económico del país está asociado a su de-
protección que se brinda a sus ciudadanos, condición esencial para sarrollo institucional, y de manera preponderante a la existencia de
la vida y desarrollo de una Nación. un Poder Judicial que garantice independencia de los jueces como
presupuesto necesario para la seguridad jurídica que debe brindar
La cultura actual acude a estas múltiples y heterogéneas facetas de un Estado Social y Democrático de Derecho. Los estudiosos del cre-
ese valor: seguridad personal, seguridad ciudadana, seguridad del cimiento son unánimes en señalar que en el propósito del desarrollo
empleo, seguridad en el trabajo, seguridad social, seguridad de los con capacidad innovadora de la actividad económica es crucial que
datos, seguridad del tráfico negocial, seguridad del tráfico vial, que las normas sean claras y transparentes y que se cumplan rigurosa-
demanda entre sus lenitivos el “cinturón de seguridad”. Y, en la mente, es decir, que haya seguridad jurídica, tan importante para
vivencia internacional, el máximo órgano ejecutivo de las Naciones la paz social. Y al contrario, una poca confiabilidad en el sistema de
Unidas se llama “Consejo de Seguridad” mientras que en la distensión justicia desalienta y a veces excluye la inversión, de suerte que resulta
se avanzó en reuniones convocadas bajo el lema “Conferencias sobre necesario un adecuado marco institucional, del que la justicia sea una
la Seguridad y la Cooperación en Europa”. Claro que “junto a esas parte esencial, para el desarrollo económico sobre todo de países que
acepciones nobles, la seguridad ha servido también de eufemismo se mantienen estancados en el umbral de la pobreza: un buen clima
encubridor de numerosas agresiones a la libertad”, pues, en palabras de inversión descansa, entre otros factores, en la paz social en lo que
de Pérez Luño, “la seguridad es, sobre todo y antes que nada, una cuenta la percepción sobre la independencia y eficacia de la justicia
radical necesidad antropológica humana y el ‘saber a qué atenerse’, como causa de seguridad jurídica.
es el elemento constitutivo de la aspiración individual y social a la
seguridad, raíz común de sus distintas manifestaciones en la vida y Preciso es anotar, finalmente, que no hay verdades absolutas y que la
fundamento de su razón de ser como valor jurídico”. cosa juzgada puede ser relativizada por razones de justicia, previendo
el derecho positivo el instituto de la acción de revisión para que
La seguridad jurídica, en términos generales, se entiende como la dentro del propio proceso se discutan y viabilicen –de ser el caso– las
certeza sobre el ordenamiento jurídico aplicable y los intereses jurídica- pretensiones respectivas.

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Justicia y seguridad
jurídica
MAURO SOLARTE PORTILLA
PRESIDENTE SALA DE CASACIŁN PENAL, 2006

L
a seguridad jurídica es un producto de la moder- Puede decirse que hoy en día la seguridad jurídica sigue siendo una
nidad, del Estado demoliberal. Para entender su institución dedicada a afianzar la libertad y la igualdad, a hacer justicia.
inmensa importancia baste considerar que en la Sería impropio sostener que esas ideas, que en su momento tuvieron
antiguedad y en el medioevo no existía una división una poderosa connotación revolucionaria, resultaran despreciadas por
de poderes en la forma como la concebimos hoy la pérdida de la perspectiva y del contexto, es decir, examinando el allá
y estos no estaban sujetos a una normatividad y el entonces con criterios del aquí y del ahora.
positiva que fuera expedida por un órgano de elección popular, por lo
cual la legislación era precaria o francamente inexistente. No se trata, pues, de renegar de los orígenes de la seguridad jurídica
sino de reformular sus contenidos para hacerlos compatibles con
En sus orígenes la seguridad jurídica tuvo un nítido contenido liber- los fundamentos de las democracias contemporáneas: la dignidad
tario y nació como una respuesta a la necesidad de imponer claros humana, los derechos fundamentales y la democracia participativa
límites al absolutismo y resguardar, al mismo tiempo, un ámbito de y pluralista.
libertad para los asociados. Es decir, a partir de entonces se precisan
las ideas de derecho y justicia, con fundamento en el pacto social Empero, no puede resultar desconocido que en un momento de la
de los integrantes de la sociedad, en un claro intento de superar el historia el modelo demoliberal, tan importante para superar el abso-
modelo absolutista. lutismo, se mostró incapaz para dar respuesta a nuevas concepciones
sobre la democracia, el derecho y la justicia.
Se concibió, en consecuencia, que el ejercicio del poder estuviera
sujeto a la ley, y la legalidad prevalecería sobre la arbitrariedad y la Surgen entonces concepciones compatibles con la idea de justicia
razón sobre la fuerza. material. Se plantea que la fuerza normativa de la Constitución es
indispensable para la construcción de un orden democrático fundado
Al comienzo de ese nuevo esquema rige un concepto formal de ley en la dignidad y en los derechos humanos; que la interpretación está
–válido en tanto fuera expedida por el órgano competente– y la justi- sujeta a principios no solo jurídicos sino políticos; que la ley es la
cia constituye un momento de la adjudicación normativa. Por eso la manifestación de un proceso participativo, y que su validez depende
misión del juez no era otra que la de ser la boca de la ley, destacándose de la coherencia interna y sistemática de sus textos. En fin, se busca
la corrección del silogismo en el fallo; de ahí que se entendiera que la concordancia real de sus enunciados con los principios fundantes
no había lugar a interpretarla cuando su sentido literal fuese claro. En del Estado y con los derechos humanos. Se abandona la exégesis pues
resumen, el dogma de la ley surge como manifestación inequívoca del ahora la ley tiene un contenido más dúctil y el juez puede y debe
sometimiento de los poderes públicos a la voluntad general y como abandonar su literalidad para reconocer la vigencia de principios cons-
emblema de la reacción contra el absolutismo y la concentración de titucionales que la trascienden y la dotan de sentido. Este pasa a ser
poderes. realizador de los contenidos materiales de las disposiciones jurídicas

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No es tarea de la judicatura
sacrificar la justicia en el
mismo altar en el que se
ha inmolado la seguridad
jurídica.

que comienzan en la ley, pero que se sustentan en la Constitución Nadie discute hoy por hoy que en el mundo del derecho resulta imposi-
Política y en el bloque de constitucionalidad. ble la pretensión de una única respuesta correcta y menos que pueda
encontrarse con exclusividad en la jurisdicción constitucional.
La argumentación no es teoría justificativa de una decisión. Es el mé-
todo de realización de valores, principios y garantías constitucionales, Los jueces operan con hechos, valores y normas. Su misión consiste
cuya protección es necesaria para lograr el ideal de dignidad humana en acudir a esas herramientas con el fin de construir decisiones cohe-
en que el Estado se funda. rentes con el sistema normativo en su conjunto y con la justicia como
valor superior del ordenamiento jurídico. Un esfuerzo responsable
Dicho de otro modo: mientras la decisión judicial se halle más cerca de en tal dirección, y no su habilidad para identificar una inexistente,
los principios y valores referidos, mayor legitimidad tendrá y también infalible y matemática respuesta única, es lo que legitima sus fallos y
más seguridad de que será obedecida. lo que genera seguridad jurídica.
Sin embargo, ahora como antes, es lo cierto que graves riesgos se El proceso judicial no es, por supuesto, un escenario propicio para
ciernen sobre el principio de la seguridad jurídica, aunque de distinta la violación de lo derechos fundamentales, sino precisamente para su
naturaleza. Antes eran los autoritarismos, ahora la inflación normativa realización, para su preservación. Las normas procesales no deben
que hace cada vez más incierto su conocimiento, y el decisionismo contrariar la Constitución, sino desarrollarla. No es casual, entonces,
judicial que, so pretexto de proteger los fundamentos de las demo- que el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004), por ejemplo,
cracias constitucionales, desdeña el contexto de las tensiones entre consagre como principios rectores y garantías procesales la dignidad
la seguridad jurídica y la justicia. humana, la libertad, la prelación de tratados internacionales, la
Conviene tener muy claro que no es tarea de la judicatura sacrificar igualdad, la imparcialidad, la legalidad, la presunción de inocencia e
la justicia en el mismo altar en el que se ha inmolado la seguridad in dubio pro reo, la defensa, la prevalencia del derecho sustancial,
jurídica, pues en tal caso aquella solo conservaría un nombre, pero los derechos de las víctimas, la lealtad, la gratuidad, la intimidad, la
su esencia y sentido se habrían perdido. Es preciso encontrar un contradicción, la inmediación, la concentración, la publicidad, el juez
punto de equilibrio ya avizorado por Radbruch: “Tenemos que buscar natural, la doble instancia, la cosa juzgada, el restablecimiento del
la justicia, pero al mismo tiempo tenemos que mantener la seguri- derecho, la cláusula de exclusión, la integración y la prevalencia de
dad jurídica, que no es más que un aspecto de la misma justicia y las normas rectoras, entre otros.
reconstruir un Estado de Derecho que satisfaga a ambas ideas en la Todo el proceso, decantado a lo largo de los siglos, está diseñado para
medida de lo posible”1. que las garantías de quienes en él intervienen se cumplan rigurosa-
mente. La totalidad de las normas procesales desarrolla los principios
1
Pérez Luño, Antonio Enrique. La seguridad jurídica. Barcelona. enunciados: las que regulan el derecho de postulación, la intervención
Ariel S.A ., 1991. P. 62.

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de aquellos en el proceso de producción y contradicción de la prueba, ocurra, la jurisprudencia de esta Corporación ha señalado
los cambios de radicación, los impedimentos y las recusaciones, las que solo hay lugar a la calificación del acto judicial como una
nulidades, los medios de impugnación, etc. auténtica vía de hecho si el vicio que origina la impugnación
resulta evidente e incuestionable. Aquellos asuntos que pue-
Por eso es de destacar la invulnerable lógica de la sentencia de constitu- dan ser objeto de polémica judicial o que no surjan a simple
cionalidad C–543 de 1992, mediante la cual se declararon inexequibles vista como lesiones superlativas del ordenamiento jurídico,
las normas que hacían posible la tutela contra decisiones judiciales. no pueden dar origen a la descalificación, por vía de tutela de
Es que no pueden medirse con el mismo rasero los simples actos de la sentencia impugnada”.
la administración que los fallos dictados por el juez natural en un
escenario rodeado de toda una urdimbre protectora de los derechos Y luego en la Sentencia SU–563 de 1999 dijo:
fundamentales. “La vía de hecho no puede existir si el juez ha respetado el
ordenamiento jurídico. Y, para que el fallador de la tutela
En la ocasión memorada la Corte Constitucional sentenció que no
pueda convencerse de lo contrario, la conducta del juez debe
procedía la tutela contra decisiones judiciales porque:
revelarse y probarse como arbitraria y ajena a la normatividad
1. Quebranta la autonomía funcional de los jueces. o, más todavía, como contraria a ella”.
2. Obstruye el acceso a la administración de justicia. Pero ese norte se ha extraviado.
3. Rompe la estructura descentralizada y autónoma de las distintas
El concepto de vía de hecho tan dispendiosamente trabajado por la
jurisdicciones.
doctrina constitucional ha ido desnaturalizándose en su verdadero
4. Impide la preservación de un orden justo. sentido, significación y alcance, hasta llegar al desolado panorama
5. Afecta el interés general de la sociedad. actual en el que para la prosperidad del amparo basta y sobra con
6. Lesiona en forma grave el principio de cosa juzgada, inherente a que el juez constitucional no esté de acuerdo con el legítimo ejercicio
los fundamentos constitucionales del orden jurídico, y hermenéutico del juez que por expreso mandato constitucional está
7. Puede propiciar el desconocimiento del non bis in idem. llamado a resolver el caso, con autonomía e independencia, así sean
fáctica y jurídicamente razonables los argumentos que utilice en
Así, por fuerza de esas razones, la Corte Constitucional señaló que: sustento de su determinación. Ya ha hecho carrera la idea de que la
“La acción de tutela ha sido concebida para dar soluciones tutela procede cuando se estima que hay una interpretación probatoria
eficientes a situaciones de hecho creadas por actos u omisiones o jurídica de mejor estirpe que la realizada por el juez natural. Y con
que implican la transgresión o amenaza de un derecho fun- ello se le ha asestado una herida mortal a la seguridad jurídica, la
damental, respecto de las cuales el sistema jurídico no tiene autonomía y la independencia judiciales.
previsto otro mecanismo susceptible de ser invocado ante los Quizá a esa conclusión haya contribuido la teoría de las causales
jueces a objeto de lograr la protección del derecho”. de procedibilidad de la acción de tutela. Pero, con todo y ello, de la
Posteriormente, precisó que solamente en situaciones extremas misma sentencia de constitucionalidad C-590 de 2005, en la que
podía proceder la tutela, cuando el juez en su actuación renegaba se perfiló esa línea, hay que rescatar que, como allí se dijo, “el juez
abiertamente de la legalidad y groseramente la suplantaba con su constitucional no tiene facultades para intervenir en la definición
propio capricho, de modo que la actuación solo aparentaba ser una de una cuestión que debe ser resuelta exclusivamente con el derecho
decisión judicial. Debía tratarse de una arbitrariedad con ropaje (puro ordinario o contencioso”.
disfraz) de providencia judicial. Una auténtica vía de facto. Por eso, en La Corte Suprema de Justicia tiene bien claro que su vocación no
la sentencia T–470 de 1994 el juez constitucional puntualizó: puede ser otra que la de lograr la materialización de los principios
“En los eventos en los que se está en presencia de una vía de del orden superior. Así lo ha hecho a lo largo de la historia, como
hecho, el juez de tutela debe limitar su análisis a determinar cuando reinterpretando la casación, desde la Constitución y de
las arbitrariedades en que haya podido incurrir el funcionario los fines del instituto, pese a que aún no existía norma expresa
judicial que adopta una decisión dentro del respectivo proceso que lo autorizara, y más allá de la sistemática del recurso, la Sala
en forma ilegal y según su capricho o ignorando deliberada- de Casación Penal privilegió las garantías sobre las formas, para
mente las formalidades propias del mismo”. abrirle espacio al trámite oficioso del recurso.
Y en la Sentencia T–008 de 1998 expresó: Del mismo modo, su sentir coincide a plenitud con el clamor
ciudadano que ve en la acción de tutela un efectivo medio de
“Según la jurisprudencia constitucional, el juez de tutela no
defensa de los derechos fundamentales. Desde su cosmovisión
puede reemplazar al juez de la causa ni puede convertirse
del Estado democrático de derecho –que no duda en defender– y
en última instancia de decisión. Para asegurar que ello no
desde la filosofía de los derechos humanos –en cuya protección

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está empeñada– ha perfilado una sólida línea de interpretación de interpretación positivista o autosuficiente que concentra la
que le permite reclamar una vasta participación en su defensa. protección de derechos en la regla general positiva, y de manera
Como muestra de ello, durante el año 2005 la Sala de Casación especial en la ley y el proceso político que le antecede”3.
Penal, de las múltiples tutelas que se sometieron a su considera-
ción, en 331 casos decidió que el amparo resultaba procedente Ello supone, por supuesto, el respeto por una judicatura indepen-
para la protección de derechos como el de la libertad, la salud diente y autónoma, sin interferencias, pero consciente a su vez de
su vinculación con los principios políticos y jurídicos del Estado
en conexidad con el de la vida, el de petición, el de igualdad
y de su sometimiento a la ley como expresión de la Constitución,
y el debido proceso, entre otros. Todo bajo el convencimiento
que ve en la seguridad jurídica el presupuesto de las libertades y
pleno de que la justicia del Estado democrático es la justicia
derechos fundamentales y no la consecuencia de estos.
de los derechos humanos. Por supuesto, en tal concepción, en
tal convicción, en tal proceder y en tal compromiso la Sala de Todavía más: la noción de justicia solo se entiende en función
Casación Penal concuerda a plenitud con las otras Salas que de la independencia judicial y se funda en la acabada idea
integran la Corte Suprema de Justicia, que en esta materia no de que la jurisdicción termina en los órganos de cierre de la
tiene ni fisuras ni excepciones. Constitución, pues al fin y al cabo al decir el derecho, por última
Ello significa que la Corte Suprema sabe bien que como máximo vez, con sujeción a principios y valores que reflejan incluso el
tribunal de la justicia ordinaria su papel no es el de restaurar pluralismo de sus integrantes, no hacen más que decir lo que la
la vigencia de la ley formal, sino su contenido material; que su ley dice, en todo caso, y siempre, de acuerdo con la Constitución
del Estado democrático y con la filosofía siempre inaplazable de
tarea consiste en edificar precedentes asentados en el propósito
los derechos humanos.
de lograr la efectividad del derecho sustancial, el respeto a las
garantías fundamentales de los intervinientes, la reparación de De allí que cuando se irrumpe contra la autonomía de los
los agravios inferidos a estos y la unificación de la jurispruden- jueces se obstruye la administración de justicia, se desconoce
cia. No es poco, y lo hace en el marco de las tensiones entre la la estructura descentralizada de las jurisdicciones, se impide la
seguridad jurídica y la justicia, firmemente convencida de que la preservación de un orden justo y se afecta en general el interés
primera no se identifica con la mera noción de legalidad formal, que la sociedad tiene en la estabilidad de las decisiones.
sino con la protección de bienes jurídicos fundamentales para
la realización de la convivencia social. La autonomía de los jueces no puede verse perturbada, ni aun
pretextando la facultad de controlar la constitucionalidad de
En ese orden, en la construcción del orden justo al cual la sus actos, máxime cuando en el marco del respeto por el plexo
Constitución aspira, parte del respeto por la base empírica de de valores de la Constitución crean certeza con sus decisiones,
los enunciados normativos y segura de que su relación con los conforman postulados que sirven con vocación de uniformi-
principios políticos de la Constitución posibilitan la identidad en dad al mantenimiento de la estabilidad de las instituciones y
el tratamiento de supuestos de hecho iguales. Pero no se trata realizan la unidad del ordenamiento jurídico sobre la base de
solo de reiterar respuestas con la pretensión de realizar el ideal una axiología consensuada desde el plano constitucional que se
de igualdad, ni de reconocer la validez de los precedentes como legitima por la carga argumentativa de la decisión.
apoyo de una mejor argumentación, sino de reconocer que las
decisiones coherentes auspician la seguridad jurídica, entendida Ese es el papel del juez de los derechos humanos y allí radica
esta como “la exigencia de que la legalidad realice una cierta la fuerza vinculante de sus decisiones.
legitimidad, es decir, un sistema de valores considerados como En resumen: si a la tutela como instrumento de protección de
imprescindibles en el nivel ético social alcanzado por el hombre los derechos fundamentales, sí a la seguridad jurídica, sí a la
y considerado por él como una conquista irreversible”2. independencia judicial y sí a la intangibilidad de la cosa juzgada.
Desde el punto de vista acabado de ver, debe anotarse que una Por el contrario, no a la tutela por divergencias interpretativas
decisión que respete los axiomas del Estado y el contenido y no al desconocimiento de la sentencia de constitucionalidad
vinculante de los derechos humanos resulta de suyo intangible C–543 de 1992, dictada por la Corte Constitucional.
e inmodificable. Claro, porque si en su momento la validez y
legitimidad de las decisiones y su vocación de cosa juzgada
radicaban en la vinculación irrestricta de la sujeción del juez 2
García Manrique, Ricardo. Acerca del valor moral de la
a la ley, ahora lo son por el respeto por los valores y principios seguridad jurídica. Universidad de Barcelona.
3
constitucionales, máxime si “existe una diferencia entre un mo- García Villegas, Mauricio. “Las fronteras del derecho”, en Revista
delo de interpretación valorativo o abierto, que otorga un papel de teoría del derecho y análisis jurídico, número 8, Universidad
Nacional de Colombia, 1998.
preponderante al juez en la protección de derechos y un modelo

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Invasión de competencias
por tutela
contra sentencias
EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS
PRESIDENTE SALA DE CASACIŁN LABORAL, 2006

El contexto finalidad para la que la consagró el artículo 86 de Constitución Política:


la de instalar de manera expedita a innumerables ciudadanos en el

M
otiva este escrito la invasión de compe- goce de los derechos fundamentales vulnerados por las autoridades
tencias que las jurisdicciones ordinaria y administrativas o los particulares. Así, por tanto, está por demás el
contencioso-administrativa padecen por ruido de consignas como la de que la tutela es grande, lo cual está
parte de la Corte Constitucional cuando, al por fuera de la discusión.
actuar en sede de tutela, decide sobre lo
que ya fue decidido por jueces y magistra- El tiempo de hoy tiene sus propias urgencias. De esa institución,
dos de aquellas jurisdicciones, y en el contexto de propuestas que, bajo nacida hace quince años, no se puede seguir hablando como de
el supuesto de fortalecer la protección de los derechos fundamentales una prometedora criatura, que si bien ha colmado con creces las
dentro de los procesos ordinarios, ponga término a las disputas sobre expectativas puestas en ella, revela ciertos rasgos de su personalidad
las atribuciones entre las altas Cortes. y de su comportamiento que obligan a ocuparse de ellos. Se tienen
evidencias de desórdenes en su interior, y se ha de asegurar su con-
Amable lector: antes de dar un paso adelante se ha de contextualizar
tinuidad sin disfunciones.
el debate. No se trata de reformular el que se dio en 1991 en el seno
de la Constituyente cuando se discutía si se debía dar a luz a la tutela, Se salta el cerrojo de seguridad
anclado en las concepciones de la Constitución de 1986. Tampoco,
controvertir la tutela en la versión de la Asamblea Constituyente, El problema medular surge de que a la tutela concebida por el
sino la que de ella ha forjado la doctrina constitucional; y menos, Constituyente de 1991 la jurisprudencia de la Corte Constitucional
ser partícipes de un plan de exterminio de esta acción sino de su –en esto se centra la crítica– le ha incorporado piezas que fuerzan
reconducción al diseño genuino del constituyente. el diseño original.

Se ha de tener como presupuesto que la tutela es el mayor legado del Para empezar, la puesta en juego de la creatividad jurisprudencial
Constituyente de 1991, la institución que merece el reconocimiento de aplicada a la ampliación del ámbito de poderes es ya un riesgo –se
la excelencia en la construcción del Estado Social, el mecanismo más salta un cerrojo de seguridad– a la distribución de competencias
eficiente para hacer realidad el acceso a la administración de justicia. base de un Estado de Derecho. Es un peligro para el equilibrio de
La tutela tiene bien habido prestigio cuando acredita cumplir con la poderes de un órgano o una Corte, cualquiera que ella sea, que tenga

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Foto: Colprensa

El estudio juicioso de las actas de la Constituyente enseña que en ella no se pretendía instaurar tutelas
contra sentencias, y que si ello no fue expreso era porque se consideraba superfluo.

capacidad de regular su propio poder, de ampliar sus atribuciones, nal, el que se propende se imponga obligatoriamente aboliendo la
y mayor cuando se trata de una Corte Constitucional, que como a independencia judicial y minando la seguridad jurídica.
todos los organismos a los que la Carta Política les fija de manera
La ponderación de la colisión
puntual sus competencias, pero con una diferencia sustancial: la
amonestación relevante según la cual ha de sujetarse a los estrictos y Hablamos de invasión de competencias porque el ejercicio jurisdic-
precisos términos del artículo que a ello se consagra. A tan rigurosa cional de la Corte Constitucional –invocando la protección efectiva de
prevención no puede dársele un laxo entendimiento: en asuntos del un derecho fundamental– ha desconocido lo ya resuelto en sentencias
poder un milímetro es la largada para una carrera de kilómetros; judiciales dictadas en otras con el sacrificio y desconocimiento del de
ciertamente, lo que se pone en funcionamiento es un mecanismo la separación de competencias constitucionales entre la jurisdicciones
que no sabe contenerse. Esa es justamente la historia de la tutela, –de la especialización y jerarquía y la institución de la casación–, de
que en su corta trayectoria acredita sucesivas de adaptaciones, un
las reglas para la asignación de atribuciones, la cosa juzgada, la segu-
big bang expansivo.
ridad jurídica y del de la independencia judicial; también del derecho
Si el principio fue utilizar la tutela para enmendar un excepcionalí- fundamental del debido proceso, suscitando el interrogante de cómo
simo error judicial, hoy se tiende a valerse de su uso para asumir la a nombre de restablecer la violación de un derecho fundamental
orientación jurisprudencial de todas las jurisdicciones borrando las de unas de las partes se puede vulnerar el de la otra, tema que no
sentencias que no concuerden con el criterio de la Corte Constitucio- comprenderemos en este escrito.

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expreso era porque se consideraba superfluo. Cae de su peso hacer
Con la cosa juzgada el hombre reconoce la derivar del cambio de la expresión contra autoridades administrativas,
por el de autoridades públicas, como entidades contra las que se
limitación de su capacidad para alcanzar en el podría dirigir la tutela, la voluntad de comprender a las sentencias
derecho la verdad, y deliberadamente opta por que provenientes de autoridades judiciales.
esta sea la que resulte de un debido proceso. Pero si en gracia de discusión se dejara el enfoque originalista y se
admitiera la ambigüedad de las motivaciones del constituyente, fue
la misma Corte Constitucional la que resolvió el enigma: mediante la
sentencia C-543 de 1992 declaró inconstitucional la norma del Estatuto
Los fundamentos argumentativos que sirven para encoger los de la Tutela que pretendía instaurarla contra sentencias judiciales, y
principios rectores de la administración de justicia y resolver su “co- bajo dos argumentos decisivos: el valor de la cosa juzgada y la falacia
lisión” con los derechos fundamentales se los proporciona a la Corte del error judicial.
Constitucional “la teoría de la ponderación”, aunque bien discutible
sea su utilización frente a reglas taxativas como la de fijación de Esa argumentación es válida en cualquier tiempo, pero ha sido la Corte
competencias que, como lo señala Matthias Jestaedt1, son resistentes la que le antepuso una razón frágil pero de efecto deslumbrante: si la
a la ponderación. tutela se puede invocar contra cualquier autoridad pública, pues todas
ellas pueden incurrir en error, ¿por qué los jueces han de estar por
No discutimos el supuesto de nuestro orden jurídico, el de la necesidad fuera? ¿O es que ellos no pueden incurrir en error? Este persuasivo
de garantizar la vigencia de los derechos fundamentales, sino el de dilema es una impostura y es falso: la respuesta negativa entrañaría
que la vía para hacerlo respecto a los que fueron materia de estudio un acto de soberbia quien afirme que no comete errores, soberbia
y solución dentro de un proceso judicial, o cuya violación tuvo origen que no es distinta de la que oculta quien relativiza la cosa juzgada
en él, o sea la tutela, y precisamente sea el mecanismo que no fue bajo la pretensión de ser él quien enmienda errores sin peligro de
previsto para ello, sino por el contrario, para actuar solo cuando no incurrir en ninguno.
existiera ese medio judicial de defensa. Pero este dilema distrae la atención del planteamiento correcto, del
mismo que hizo la Corte Constitucional cuando se ocupó de la cosa
Aquí se llega a un punto complejo que tiene una primera dimensión:
juzgada en la sentencia C–543 de 1992 y que se reitera en la sentencia
la posibilidad lógica de la vulneración de los derechos fundamentales
C–590 de 2005; no cabe hablar de error cuando se está frente a lo que
mediante sentencia judicial, dictada al final de un proceso ordinario
se considera es la verdad. Ciertamente, la cosa juzgada o res judicata
erigido justamente para asegurar el imperio del orden jurídico, en pro veritate habetur, –del Digesto– es en Derecho el sinónimo de la
especial el de los derechos fundamentales. verdad; a diferencia de la filosofía, el Derecho no se puede tomar siglos
para resolver un problema, ha de tener un término. Las controversias
Y una segunda dimensión es, a la luz de la distribución de compe-
jurídicas han de tener solución definitiva, punto final, la causa debe
tencias, la necesidad de la tutela contra sentencias judiciales medida
ser cerrada; es de tal trascendencia esta construcción que la misma
frente a otras alternativas judiciales para actuar previniendo o resta-
Corte Constitucional califica a la cosa juzgada como fundamento de
bleciendo la violación de un derecho fundamental.
nuestra civilización jurídica.
Las dos son dimensiones de un único instituto: el de la cosa juzgada, Con el menoscabo de la cosa juzgada se introduce la figura de expe-
pues dentro de su lógica es una falacia hablar de error judicial –como dientes que nunca pueden ser sellados, en los que no se puede proferir
lo pregona y olvida calculadamente la Corte Constitucional– y, justo decisión última, pues la “final” estará sujeta a revisión posterior, ya
por ello, la tutela contra sentencias judiciales no cabe en los estrictos que todas son dictadas por seres humanos, incluidas las de la Corte
y precisos términos de competencias de esta Corte. Constitucional. Si ese fuera un fundamento válido para que obre la
tutela contra decisiones judiciales las de esta Corte falible también
Se edifica en la arena
deben estar sujetas a tutela, tentación que no ha seducido a la Corte
El estudio juicioso de las actas de la Constituyente enseña que en ella Suprema de Justicia que se ha abstenido de tramitar las que se pre-
no se pretendía instaurar tutelas contra sentencias, y que si ello no fue sentan contra su par.

Con la cosa juzgada el hombre reconoce la limitación de su capacidad


para alcanzar en el derecho la verdad, y deliberadamente opta por
1
Mattias Jestaedt, E. La Teoría de la Ponderación, sus fortalezas y que esta sea la que resulte de un debido proceso; mientras más se ha
debilidades, conferencia en la Universidad Externando de Colombia, profundizado en el conocimiento de cualquier ciencia, más se advierte
julio de 2006. la impotencia para alcanzar lo que es lo supuestamente verdadero.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 8


De esta corriente histórica se sustrae quien considera que como juez inferior dictar cátedra a sus superiores, como lo revela la práctica
de tutela puede ser el “ojo de Dios” que dicte la verdad, el punto final judicial. Hay una desproporción entre la protección al derecho que
luego de la cosa juzgada. se invoca como vulnerado y el efecto devastador en otros derechos,
principios e instituciones.
Pero esta elaboración de impecable lógica sobre la cosa juzgada resulta
en ocasiones hiriente; el debate puede ser cerrado por un asaltante Lo que ha ocurrido es que se ha cambiado el “ADN constitucional”
o un tramposo que actúa falsamente como juez vulnerando los de la tutela, como reserva de anticuerpos de la rama judicial contra
derechos fundamentales de una de las partes. su enemigo: el juez prevaricador, para convertirse en enfermedad
autoinmune, en mecanismo que se acciona indistintamente para
Es el riesgo de la administración de justicia que no lo soluciona el
atacar cualquier órgano, sin distinguir aquel monstruoso enemigo sino
juez de tutela, que a su vez puede ser el asaltante; de hecho, por estos
días se ha dictado resolución de acusación de prevaricato contra un a todo juez con quien se discrepe en la interpretación del derecho.
magistrado por su actuación como juez de tutela. Y, es aquí donde No es esta una descripción exagerada, es la que refleja una situación
debe volcarse el juicio de la necesidad, para advertir que sí hay medios usual y corriente. Ciertamente pocos jueces en la República no han
judiciales alternativos para defender al ciudadano de los excepciona- sido accionados en tutela por sus sentencias, y a muchos se les ha
lísimos errores judiciales, tanto en lo penal como dentro del mismo calificado pródigamente como violadores de derechos fundamentales.
proceso ordinario con el recurso de revisión. Este mecanismo ofrece Se ha depauperado el significado de tal señalamiento.
una mayor y eficaz protección colectiva al obrar penal y disciplinaria-
mente contra la fuente de una vulneración de los derechos, y conducir
las cosas a expulsar el juez del cuerpo judicial.

En el colofón de la sentencia C–543 de 1992 la Corte Constitucional,


El orden jurídico que se basa en la independencia
en ejercicio de una autofagia argumentativa, se preguntó por lo que de los jueces desaparece cuando alguna de sus
no cabía preguntarse luego de asentar que era una falacia el error Cortes proclama que el respeto de los derechos
judicial: ¿Cómo no remediar el falaz error judicial –exagerado y
para casos de contornos hábilmente dramatizados– como lo des- fundamentales no se determina a partir de la
califica la misma sentencia? Y la respuesta es una puerta hechiza de visión que cada juez tenga de ellos sino del
una muralla, la de que frente a actuaciones de hecho imputables
al funcionario por medio de los cuales se desconozcan o amenacen
alcance que le fije la Corte Constitucional.
derecho fundamentales o cuando una… decisión pueda causar
perjuicio irremediable pueda obrar la tutela contra sentencia; la
incoherencia de esta aseveración salta a la vista si, renglones seguidos,
en la parte resolutiva de la sentencia se declaran inconstitucionales las
Los modelos de la tutela según la versión del error
normas –artículos 11 y 12 del Decreto 2591 de 1991– del Estatuto de
judicial
Tutela que la autorizaban contra sentencias judiciales.
Aquella pieza que les permite obrar a los jueces contra sentencias
Es también falacia tal pregunta y tal respuesta sobre la que se erige
judiciales se innova periódicamente con modelos o nuevos elementos
la tutela contra la sentencia judicial, pues es un juicio inconcluso,
que amplían el campo de acción de la Corte Constitucional, haciendo
limitando el escenario al juez de tutela y desconociendo la existencia
de acciones judiciales para juzgar al juez violador de derechos, y a los más pesante y desproporcionada la invasión de competencias a las
recursos ordinarios y extraordinarios para remediar errores judiciales jurisdicciones ordinaria y contencioso-administrativa.
existentes dentro del proceso. El elemento más proteico de la pieza nueva ha sido el de la vía de
De la excepción a lo usual hecho; de aquel error que solo tiene explicación en una actuación
abusiva y caprichosa de un juez, que rompe cualquier atadura con el
Es intolerable para la Constitución Política, según lo dictado por la derecho, la Corte Constitucional ha hecho una elaborada doctrina:2 a)
Corte Constitucional, que haya tutela contra sentencia judicial; solo del error sustancial; b) del orgánico; c) del procesal; d) del probatorio,
la admite para casos extremos y excepcionales, esto es, bajo un enfo- y cada uno con su propia dinámica expansiva.
que ponderativo no se justifica a la luz de la proporcionalidad, que lo
que se acepta como expediente por extraordinario sea patente para
actuaciones ordinarias, cotidianas, para invadir la competencia de los
2
jueces especializados por los de otra jurisdicción, o para los de rango Corte Constitucional, SU–014 de 2001.

9 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


El error judicial que se aceptó como tal fue la decisión por la que se
despojaba a una madre de su hijo, con una carencia absoluta de prue-
bas. Luego se halló que la carencia de medios probatorios no tenía que Los derechos fundamentales no son monopolio
ser absoluta, sino que bastaba que se desconociera la prueba reina3,
luego no importaba que se tuviera en cuenta todas las pruebas,4 pero
de ninguna autoridad, ni están reservados a la
que el juez ordinario hiciera una valoración distinta de la del juez tutela. La situación ideal es el de una cultura de
constitucional.5 La invasión de competencias adquiría así un nuevo respeto universal y permanente de los derechos
matiz: el de disputarle al juez ordinario el análisis probatorio.
constitucionales. La tutela es el medio y no el fin.
Desde la perspectiva del arte de argumentar es un reto el que asumió
la Corte Constitucional en conducir al error de hecho a su antípoda,
el error de derecho; el error sustancial original era en el que incurría
aquel juez que para sus determinaciones hacía caso omiso de las los derechos fundamentales y restablecerlos cuando hubieren sido
normas que regulaban la materia y acudía a una claramente inapli- violados, al de los derechos sociales que le fueren conexos, amplia-
cable, luego no del juez que hacía tábula rasa del ordenamiento ción de competencias apoyada en una racionalidad persuasiva, pues
jurídico, sino del que equivocaba su juicio sobre la validez temporal razonablemente se ha de admitir que cuando está de por medio la
de la norma que invocaba. El paso siguiente, el yerro, no era sobre la vida ha de obrar la tutela, como por ejemplo frente al derecho a la
norma aplicable, sino sobre su alcance, como por ejemplo no haber seguridad social en salud.
asumido los criterios interpretativos del juez constitucional.6 Las
sentencias de tutela contra la Sala Laboral de la Corte Suprema, en Pero el problema no surge de la vocación dada a la tutela de proteger
gran medida, se fincan en que la vulneración se origina en haberse derechos conexos a los fundamentales, bajo el supuesto de que con-
apartado no de los postulados, principios y valores constitucionales,7 forman una unidad íntegra, pues las circunstancias fácticas impiden
sino de la interpretación que de ellos hace la Corte Constitucional. El que se separen ámbitos de protección9, sino de cómo la conexidad
error judicial no era ya el de hecho, del juez abusadoramente capri- tal como se aplica no es la que se predica; ella obra bajo supuestos
choso, sino aun del juez, en temas de derecho, y en los que incurría fácticos y como tales se han de comprobar por quien invoca la tutela,
el juez más ponderado. sino en reglas de derecho tal como que quien reclama pensión tiene
en riesgo su subsistencia, o toda prescripción farmacéutica supone el
A la Corte Constitucional no le fue suficiente su sistematización del peligro para el derecho a la vida. Y esta transformación de lo excepcio-
error judicial, y a ella le siguió una nueva bajo la denominación “re- nal a lo corriente, además de traicionar el planteamiento de principio,
quisitos especiales de procedencia de la tutela”, se agregan nuevas afecta de nuevo la ecuación de la proporcionalidad en los juicios de
especies separadas de error judicial: e) el error inducido; f) la decisión ponderación de intereses.
sin motivación; g) el desconocimiento del precedente; y h) la violación
directa de la Constitución8. La conexidad genera problemas más profundos, pues una cosa es
sistematizar separación de competencias entre una jurisdicción
La conexidad sepulta la proporcionalidad constitucional, en tutelas que centran la controversia en los derechos
fundamentales, y otra cuando por obra de la conexidad la tutela se
Otra innovación incorporada a la tutela, que la aleja de la versión del
extiende a los derechos sociales, económicos y culturales.
91, es la que le sirve para extender su competencia desde el estricto
terreno que le marca la Constitución, de prevenir la violación de Del instrumento subsidiario a uno alternativo
La paradoja de postular como vía necesaria a la tutela contra sentencias
judiciales para restablecer los derechos que se vulneraron con ella es
hacer desaparecer el mecanismo que tiene justamente esa vocación,
3
Corte Constitucional, C–590 de 2005 y T–513 de 1993. el debido proceso puesto en acción en los procesos ordinarios.
4
Corte Constitucional, SU–014 de 2001.
5
Corte Constitucional, T–555 de 1999. Aquí la doctrina que se cuestiona choca contra un muro constitucional:
6
Corte Constitucional, sentencia T–531 de 1999. la tutela es un mecanismo subsidiario que ha de operar de manera
7
Corte Constitucional, SU–120 de 2003. extraordinaria cuando no exista otro medio de defensa judicial. Esta
8
Corte Constitucional, sentencia T–390 de 2006. es una regla que no puede ser borrada del ordenamiento superior; la
9
Corte Constitucional, SU–819 de 1999. misma Corte Constitucional la invoca y olvida a discreción.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 10


Foto: Germán Gómez R.

La prueba al canto es que el recurso de tutela es uno ordinario que se constitucionalice, dotando al proceso de acciones constitucionales
sigue a la sentencia del proceso; esta tutela nada tiene que ver con la internas al proceso para proteger de manera expedita la vulneración
del 91 pensada para aquellos eventos en los que no alcaza la mano de los derechos fundamentales, como lo propone la Corte Suprema de
de juez ordinario –para cuando no existiera otro medio de defensa Justicia; esto es, un escenario en que cada uno cumpla lo suyo, el juez
judicial– sino para remplazar la mano del juez cuando no satisface natural en el proceso ordinario y el juez constitucional en la tutela.
su actuación, y la Corte Constitucional configura esa nueva forma de La falacia mayor
tutela al establecer que ella procede cuando se hayan agotado todos
los medios –ordinarios y extraordinarios– de defensa judicial.10 En 1995 –Corte Constitucional, SU–342–, la racionalidad pretendida
era que aunque existiera en el caso en estudio la posibilidad de acudir
El desaparecimiento del proceso ordinario como mecanismo principal
a reclamar los derechos económicos sociales en proceso ordinario,
de protección de todo derecho –fundamentales, sociales, económicos
este no era eficaz para asegurar su protección; y así, vuelve a operar la
o culturales, de raigambre constitucional o legal–, tiene origen en una
conversión de lo excepcional en regla. De todos los procesos ordinarios
declaración inconsistente: que el proceso ordinario es ineficaz para
laborales se puede predicar que son por principio ineficaces para el
proteger los derechos fundamentales y conexos.
reconocimiento de derechos a la seguridad social, sin cerrar las puertas
No se puede desconocer que el prestigio de la tutela radica, justa- a la posibilidad de poder decir lo contrario ad libitum.
mente, en lo que ha hecho de ella la jurisprudencia constitucional
Mirando las cosas desde la orilla, los límites que se han trazado para
en convertirla en el medio alternativo en contradicción expresa con
establecer fronteras entre jurisdicciones, la constitucional por un
la Carta Política.
lado, y ordinaria y contencioso-administrativa por otro, hallamos un
El remedio no estriba en que la tutela sustituya el proceso ordinario planteamiento que está en la base de muchas posturas y que es una
sino que este se modernice –el Estado falta al deber de dotar al país verdadera falacia.
de la infraestructura suficiente para atender la demanda de justicia–,
En un enfrentamiento entre las jurisdicciones en el sonado caso de las
Empresas Públicas de Medellín, donde se dispuso el reintegro de más
10
de tres centenares de trabajadores, el mismo que habían negado en
Corte Constitucional, sentencia C–590 de 2005. sendos procesos todas las instancias de la jurisdicción ordinaria labo-

11 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Mientras más se ha profundizado en el
conocimiento de cualquier ciencia, más
se advierte la impotencia para alcanzar lo
que es lo supuestamente verdadero.

ral, la Corte Constitucional acudió a una tesis ad hoc: la cosa juzgada controversias legales en los que estos derechos están concernidos o
relativa; que uno era el juzgamiento a la luz de la Constitución y otro relacionados. La ley y el proceso ordinario son bastiones de la defensa
a la luz de la ley; esta tesis era solo una apariencia de argumentación, de los derechos fundamentales.
deleznable. Los jueces juzgan respecto al ordenamiento jurídico que
es unitario; todo juicio de legalidad debe hacerse a partir de su cons- Los derechos fundamentales no son monopolio de ninguna autoridad,
titucionalidad. Las leyes son la prolongación de la Constitución, y si ni están reservados a la tutela; la situación ideal es el de una cultura
no lo son deben ser expulsadas del ordenamiento. La imposibilidad de respeto universal y permanente de los derechos constitucionales.
de separar los ámbitos de protección de los derechos fundamentales La tutela es el medio y no el fin; no faltara más que, como sucedía en
de los de seguridad social detalladamente reglados en la ley, invocada los tiempos de estado de sitio, se pregonara el mantenimiento de las
en la sentencia SU–899 citada, es prueba fehaciente de este aserto, y causas de turbación del orden público para dejar abierta la posibilidad
de la incoherencia doctrinaria de la Corte Constitucional. de ejercer facultades extraordinarias.

Pero esa tesis ad hoc se convirtió en regla de común aceptación y La abolición de la independencia judicial garantía de
plataforma para otras elaboraciones, como las siguientes: realización del Estado democrático en la Rama Judicial

La sentencia C–590 de 2002, ya aludida, ofrece como argumento de


– Que los derechos fundamentales se protegen solo en la sede
constitucional de la tutela y no en la de la jurisdicción ordinaria la necesidad de la tutela contra las sentencias de la Corte Suprema de
que es hogar solo de la ley; Justicia y del Consejo de Estado, el cumplir la labor de la unificación
de la jurisprudencia de los derechos fundamentales.
– Que la cosa juzgada como decisión inmutable no puede ser acep-
tada porque ello supone un portazo al compromiso internacional El dilema que surge es cómo convertir en necesaria una función no
de proteger los derechos fundamentales. prevista dentro de los estrictos y precisos términos con los que se
instituyó la Corte Constitucional.
Son formulaciones equivocadas, que juegan en la argumentación de
la ponderación el papel de crear falsas necesidades de la tutela con-
Se parte de una suposición que no encuadra: la de la simetría de la
tra sentencias; efectivamente de ser ciertas, que esta fuera el único
casación de la Corte Suprema con la de la revisión de las decisiones
camino para garantizar los derechos fundamentales, sería irrebatible
de tutela. Aquella históricamente fue concebida para unificar juris-
su necesidad.
prudencia.
No puede existir justificación racional para sostener lo contrario a lo
que manda el precepto según el cual todas las autoridades, y especial- Y es que la labor de unificación debe partir de una clara definición de
mente los jueces en todas sus actuaciones ordinarias, y más cuando un ámbito como sí lo tienen el penal, el civil y el laboral; es reflejo de
dispensan justicia bajo las reglas del debido proceso, tienen el deber la falacia mayor pretender que los derechos fundamentales son una
primordial de proteger los derechos fundamentales erigidos en los esfera diferente del derecho ordinario. ¿El derecho penal no es parte
tratados internacionales y en nuestra Constitución Política, al resolver inescindible del derecho a la libertad?. La vigencia de los derechos

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 12


fundamentales se realiza en un entorno jurídico conformado por la interpolando aspectos de este en el nuestro, hasta configurar uno por
totalidad de las normas que integran el ordenamiento jurídico. el que se pueda proclamar que ha llegado el fin de las diferencias
históricas entre la common law y el románico; haciendo símiles
La tutela misma, que por fuerza de la jurisprudencia constitucional lo como entre la obligatoriedad de la decisión judicial anglosajona,
es también para proteger derechos conexos con los fundamentales, no con las de nuestra Corte Constitucional en sede de exequibilidad.
sirve tampoco para circunscribir una jurisdicción sobre el que la Corte Ciertamente la fuerza vinculante de estas decisiones estriba en la
Constitucional pueda actuar sin invadir otras competencias. función legislativa de esta Corte, por las que le da acabado final a
la ley; la obligatoriedad por imperio de la ley no es el ejemplo de la
El diseño constitucional, en respeto a la tradición jurídica colombiana, obligatoriedad de la jurisprudencia; basándose en la sentencia de la
es el control difuso de la Carta Política; si la Corte Constitucional y el Corte Constitucional que moduló la Ley 166 de 1996, de la que hizo
Consejo de Estado tienen competencias de constitucionalidad –de una de dos reglones doce incisos, y abarcó materia diferentes de las de las
Constitución mirada como un todo– ¿por qué ha de existir un órgano que se ocupó el legislador.
unificador de la jurisprudencia?
Y la fuerza de la jurisprudencia, que se pretende erigir en unifica-
No se desconoce el papel preeminente que a la Corte Constitucional dora, debe partir, como se exige de las Cortes Constitucionales, de la
le concede la Carta Política, sino que esta lo cumpla a través de los prudencia en el ejercicio de sus competencias y de la elaboración de
mecanismos de los que para el efecto fue dotada. El ministerio cons- un cuerpo doctrinal bien cimentado, persuasivo, donde su mérito y
titucional lo cumple dictando sentencias en sede de exequibilidad, credibilidad radiquen en la fuerza de sus argumentos. Así ha cumplido
sin que luego de su pronunciamiento pueda algún juez considerar en la Corte Suprema de Justicia como tribunal de casación; le ha bastado
contrario para aplicar la excepción de inconstitucionalidad. que su doctrina sea meramente probable. No requiere para su eficacia
norma que la declare obligatoria.
Por lo demás, a la función de unificación de jurisprudencia no necesa-
riamente le ha de seguir modificar una sentencia en firme, y tampoco El orden jurídico que se basa en la independencia de los jueces des-
aparece cuando alguna de sus Cortes proclama que el respeto de los
se puede ejercer remplazando al juez que dictó la providencia
derechos fundamentales no se determina a partir de la visión que
Toda labor de unificación de jurisprudencia se ha de hacer respetando cada juez tenga de ellos sino del alcance que le fije la Corte Constitu-
el principio de independencia judicial, condición para que se haga cional, como lo hace esta corporación en la sentencia C–590 de 2005,
dentro de los cauces constitucionales; se ha de ajustar a nuestro sis- y en apoyo de este punto de vista expresa entre otros argumentos que
tema de jueces independientes para los que la jurisprudencia puede para la interpretación de las normas constitucionales se debe acudir
obrar con la mayor amplitud bajo la única condición de que sea por a métodos especiales y propios del derecho constitucional. Bien se
la fuerza y rigor argumentativo. puede pasar por alto la dudosa validez de esa tesis, pero no lo que
en dicha afirmación subyace, de que no solo la Corte Constitucional
Ciertamente la dificultad no estriba en si la unificación de la juris- tiene el monopolio de la Constitución sino de la metodología para su
prudencia en una función que por añadidura se cumple al revisar interpretación, como si todos los jueces en Colombia no fueran jueces
decisiones de tutelas. Lo que entraña dificultad es su invocación para constitucionales.
justificar la suplantación del juez natural, y especialmente en una
construcción en continuo progreso, en la que se ha eliminado el ce-
NOTA DEL AUTOR
rrojo de seguridad para la distribución de competencias, peldaño para
el que le sigue, la proclamación de la obligatoriedad de los dictados Luego de elaborado este escrito, la Sala Laboral, de la que hago par-
de la Corte Constitucional. te, admite tutela contra sentencia judicial de instancia –sentencia
15456 del 12 de febrero de 2007–, dado su fundamento jurispru-
Y, es incompatible con nuestra Constitución la unificación de juris- dencial, como realidad jurídica incontestable; lo cual no se opone
prudencia impuesta a garrote, a baculazos de autoridad, que es la a lo aquí aseverado: que existe el principio de la cosa juzgada, y que
que ha pretendido para sí la Corte Constitucional; ella choca contra ello es lo que se pondera; la ausencia de fundamento normativo;
nuestra institucionalidad jurídica y frontalmente contra la indepen- la no procedencia de la tutela contra sentencia de órganos límites,
dencia de los jueces, condición para la realización de la democracia fuente de invasión de competencias; y el desbordamiento del con-
en el poder judicial. cepto de error judicial, que en las providencias de Sala Laboral se
corrige, analizando la decisión del juez a la luz de si cumplen o
En sustento suyo acuden a elaboraciones en el que nos encuadran no con las reglas mínimas de racionalidad jurídica.
en sistemas ajenos al nuestro el de precedentes judiciales americano,

13 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Si en el llamado choque de trenes los políticos
corren presurosos a elegir estratégicamente un
vagón, la sociedad civil no puede tolerarlo.
Corte Suprema de Justicia • Revista 21
Foto: Germán Gómez R.
14
Saltando sobre
la propia sombra

EDGARDO VILLAMIL PORTILLA


MAGISTRADO SALA DE CASACIŁN CIVIL

N
o obstante estar en juego la democracia la impunidad está casi asegurada, pues se crea un tramado de con-
o, en una visión más escéptica, el juego nivencias casi imposible de expugnar. Hay códigos de “honor” en la
periódico de elecciones de la que decimos política, solidaridades y complicidades próximas a los acuerdos de las
es una de las democracias más antiguas de sociedades secretas. Lo comunitario se vuelve una identidad hermética,
América, ya pocos se conmueven con los cerrada, un gueto que recicla un ethos local inadmisible.
graves acontecimientos que hoy forman
A ese espurio mercado ingresaron como demandantes los narcotra-
parte del paisaje o el decorado al cual nos estamos acostumbrando,
ficantes. En busca de un producto y con la palanca de los dólares
como secuela de la atonía moral colectiva. No es apocalíptico decir que
se propusieron controlar los centros de las decisiones que podían
en el debate actual sobre la intervención de organizaciones delictivas
afectarlos y, en general, de la vida nacional. Y en la demanda se in-
en las elecciones están en juego los soportes de una democracia que,
volucraron también los grupos paramilitares, interesados en sumar
además de la crisis de participación e inclusión, ya de por sí graves,
al control militar el control político que les asegurara, de alguna
labra lenta e inexorablemente su propia destrucción.
manera cierta, legitimidad y prosperidad en sus negocios, entre otros
El rasgo más saliente de una democracia, que no el único por supuesto, para dar un zarpazo a los recursos del erario y de la salud, como
es la libre y soberana expresión de la voluntad popular. Por esa circuns- ingreso complementario. Esta estrategia emergente que tiene como
tancia, si en el momento de expresión de la voluntad popular aparece objetivo el presupuesto, en la forma de contratos y recursos para la
toda serie de contaminantes, la democracia está en peligro; peor aún, salud y las obras públicas, funde en una sola caja el presupuesto
si de manera elaborada y minuciosa se ha tejido una serie de prácticas nacional y los ingresos por narcotráfico, palanca económica que sin
sociales, todas encaminadas a falsear la expresión de los ciudadanos duda avasalla cualquier genuina expresión de la voluntad popular
y a erosionar ese momento sacratísimo de construcción colectiva del que, casi desaparecida en la periferia, apenas subsiste precaria e
destino y las promesas que la sociedad se hace sobre su futuro. impotente en algunas grandes ciudades en ciertas manifestaciones
de independencia política.
El clientelismo, la manipulación de los contratos para pagar favores
pasados y comprar los futuros, hipoteca la voluntad de electores Los aparatos políticos regionales estaban en oferta. Estado de cosas que,
y elegidos a un sistema perverso que se alimenta en cada proceso sumado a la ausencia de discurso político y la carencia de ciudadanía,
electoral. A ello se suma la presencia de dineros ilícitos y, no solo fue el terreno feraz en que esas nuevas formas realizaron fluidamente
eso, de organizaciones criminales en las campañas, son los signos la penetración. No hay en lo local y regional una verdadera sociedad
externos de un contravalor que ya echó anclas en la vida nacional: la civil, el concepto de ciudadanía está diluido y los partidos políticos
mercantilización de la política. Hay entonces una demanda y una oferta son apenas un apéndice débil al servicio de clanes familiares. Así, el
que se mueven al compás de las inexorables leyes del mercado. Como ejercicio de la política y las condiciones para la participación son en
ese mercado es subterráneo, oligopólico y clandestinos los agentes, Colombia un asunto del mapa genético familiar, los cargos y honores

15 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


se reparten y suceden por apellidos, se heredan a la muerte del cacique años del recurso de casación y lo ratificó en un evento público de la
y se endosan en caso de la pérdida de investidura. Esto facilitó, sin Corporación Excelencia en la Justicia. Este alinderamiento del poder
duda, la penetración, pues en este escenario basta que los intereses presidencial es, por lo menos, inconveniente por inoportuno.
siniestros comprometan a uno de los miembros de la familia o del clan
Es inoportuno porque, estando próxima la postulación presidencial de
para apropiarse de toda la organización constitutiva de las estructuras
tres magistrados para la Corte Constitucional, no parece prudente que
electorales. Esas estructuras familiares locales son la columna regional
el Presidente reclame un ensanchamiento aun mayor de los poderes de
del poder, están en capacidad de aglutinar cargos de elección popular,
ese Tribunal Constitucional, quien de juez constitucional pasó a ser el
no solo municipales y departamentales, sino de reclamar represen-
juez máximo de causas particulares, entre las cuales han estado en el
tación nacional para sus miembros. La fortaleza de esas estructuras
pasado las que se siguieron contra los congresistas. Con la propuesta
familiares les permite obrar con una dinámica independiente de los
presidencial se produce un desequilibrio grave porque inclina la ba-
partidos, pueden cambiar de partido o formar movimientos cívicos
lanza de la justicia en favor de un cuerpo en el que el Presidente tiene
de rígida disciplina vertical basada en la autoridad parental o los
definitiva incidencia personal y política, y porque abre un espacio para
sustitutos de ella y amparada en los códigos del silencio familiar. Esta
el cuestionamiento sobre la bondad de que, en últimas, un cuerpo
especial rigidez es terreno abonado para la penetración por intereses
judicial de origen congresual sea el juez de los congresistas, todo bajo
siniestros, que mediante la violencia o el dinero se apropian de la
la consigna de depositar en la Corte Constitucional una función de
empresa política familiar y sojuzgan a sus propios miembros en un
cierre de los procesos penales.
proceso que degrada aun al propio clientelismo a nuevas formas con
dinámicas que los clanes políticos tradicionales no pueden controlar. Esta posición presidencial causa un enorme daño a la institucionalidad,
Del halago, el engaño y el pago por el voto se pasa a la amenaza, al especialmente a la propia Corte Constitucional, pues no debe someterse
atentado personal, a la desaparición física y a las tenebrosas candida- ese cuerpo a la necesidad de resolver en últimas si sus electores direc-
turas únicas, que simplifican enormemente la tarea de eliminación tos o indirectos han cometido delitos. Constitucionalmente el juez de
de la soberanía popular. En una combinación perfecta de todas las esas causas es y debe ser exclusivamente la Corte Suprema de Justicia.
formas de supresión de la genuina voluntad popular se recurre a la Además, el signo de la propuesta del Presidente de la República deja
falsedad de registros; amenazas y atentados a funcionarios y testigos un cierto sabor autoritario pues al pedir más poderes para un tribunal
electorales, los mismos que en otros casos participan en la corrupción, en cuya integración tiene un papel fundamental, es como pedir más
sin prescindir de la sofisticación del fraude electrónico. poderes para sí1, y exponer la institucionalidad a la conjetura de que
ubicar a la Corte Constitucional como órgano colocado por encima
Toda esta retrospectiva permite ver que las amenazas a la democracia
de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado equivale a
son cada vez mayores, preocupación que se acrecienta con vista en la
convertirlo en el último juez penal de los congresistas y de la posibilidad
desaparición de los partidos políticos, pues una democracia sin par-
de pérdida de sus investiduras.
tidos, con una opinión pública claudicante y una muy débil sociedad
civil, difícilmente puede subsistir. Es inoportuno plantear ante la opinión pública que los senadores, o sus
suplentes, cuando aquellos estén comprometidos penalmente, sean
Por todo ello es apremiante concebir la dimensión que tiene la in-
a la vez reos y electores de su juez último. No es suficiente garantía
tervención de los jueces en la tarea titánica de limpiar los canales de
que el senador juzgado no pueda participar directamente, pero sí su
expresión de la democracia, deber reconstituyente rodeado de toda
suplente, en la elección de magistrados de la Corte Constitucional,
serie de amenazas y peligros.
estos, con vocación de ser jueces penales de los senadores, por obra
El desafío institucional consiste en garantizar, sin concesión ni espera, de su irrupción en espacios ajenos.
que la Corte Suprema de Justicia no sea interferida en sus decisiones,
Nada más inconveniente al sistema y a la legitimidad institucional
sea cual fuere el resultado, pues de entrada debe haber equilibrio total
que propiciar la ruptura de la competencia constitucional que debe
entre las posibilidades de absolución y de condena a quienes sean
ejercer de modo exclusivo la Corte Suprema de Justicia, competencia
juzgados en esta operación para salvar la democracia. La legitimidad
que puede ser erosionada, como en el pasado ha ocurrido, por la
del sistema no puede depender del resultado de las investigaciones,
intervención de la Corte Constitucional bajo el pretexto de que es
sino de valores superiores, entre ellos el más caro, la independencia
menester la protección de los derechos fundamentales en el proceso,
de la Corte Suprema.
como si la protección de los derechos no fuera la razón misma de la
Infortunadamente, la singular personalidad del Presidente de la Repú- existencia del proceso y de la propia Corte Suprema de Justicia. La
blica ha involucrado a mala hora un debate que puede tener muchas
lecturas y que es disolvente en términos institucionales para todos. En
1
una retrospectiva condensada puede verse cómo el Presidente pasó de Este escenario es propicio para preguntarse, desde la óptica del
debate Karl Schmith/Hans Kelsen: ¿Quién debe ser el defensor de
un apoyo irrestricto a la Corte Suprema de Justicia a una clara toma
la Constitución? ¿Quién, en últimas, es el autorizado para llenar
de partido a favor de la Corte Constitucional de quien dice debe ser de contenido la ‘norma fundamental’, un Tribunal Constitucional
el órgano de cierre del sistema. Así lo pregonó en la celebración de independiente y democrático, o el Presidente como guardián del
los 15 años de la Constitución de 1991, en el aniversario de los 120 ‘elemento político’?

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 16


sola posibilidad de que así ocurra causa daño a todos y, primero, a la los 108 representantes que absolvieron al Presidente Samper, con su
propia Corte Constitucional. claridad y contundencia, en ese entonces la Corte Suprema de Justicia
fue sustituida en su competencia constitucional mediante una acción
En el pasado las elecciones de magistrados de la Corte Constitucional
por el Senado de la República han sido procesos de poca resonancia. de tutela que cambió lo que se había dicho en sede de control de cons-
En verdad, jamás se han presentado los episodios que rodearon la titucionalidad por la propia Corte Constitucional, decisión adoptada
integración del Consejo Nacional Electoral. No obstante, nada garantiza por una precaria mayoría de 5 votos, uno de ellos depositado por un
que las nuevas elecciones de magistrados de la Corte Constitucional magistrado que en su conciencia se consideraba impedido, pero a
por parte del Senado sean igualmente tranquilas. quien no se le atendió en el ruego por el que se negaba a participar
en los debates y en la decisión.
A pesar del sosiego, tranquilidad y transparencia que han rodeado
hasta ahora la elección por el Senado de los magistrados de la Corte Es urgente entonces reclamar que en esta coyuntura histórica se
Constitucional, es notorio el designio de sus magistrados de ampliar preserve la institucionalidad, para que, una vez se hallen andando
sin límites las competencias de ese Tribunal, hasta llegar a desplazar las investigaciones, unos jueces no puedan ser sustituidos por otros,
al Consejo de Estado y a la Corte Suprema de Justicia de sus naturales en particular para que se preserve la garantía de que el juicio contra
competencias constitucionales, entre ellas el juzgamiento de los con- los congresistas comenzará y terminará en la Sala de Casación Penal
gresistas y la aplicación de la sanción de pérdida de la investidura. de la Corte Suprema de Justicia sin interferencia alguna. Natural-
mente, el temor de que ocurra esa injerencia está fundado en los
La preocupación por la injerencia del Presidente y del Senado de la antecedentes, los que a las claras muestran la posibilidad de que esa
República en la integración de un tribunal que se apropió de fun- invasión ocurra.
ciones judiciales en casos particulares, que no se limita al estricto
control político del balance de poderes, se acrecienta enormemente La verdad histórica, más tozuda que todas esas construcciones jurídicas
por el ascendiente del mandatario, el momento y la intensión de esa hechas ad hoc, se ha encargado de mostrar el escaso valor social de las
intervención. La contundencia del discurso del Presidente viene a absoluciones hechas al margen o contra la institucionalidad. El cono-
reforzar la tendencia expansiva y avasallante que ya hoy forma parte de cido proceso 8.000, que fue originado en los más graves episodios de
la personalidad institucional de la Corte Constitucional, que aun sin la corrupción política del siglo pasado, fue cerrado mediante una decisión
consigna presidencial ha llegado a extremos insospechados en la mo- dividida de la Corte Constitucional que desplazó a la Corte Suprema de
nopolización del poder de decisión sobre casos particulares confiados Justicia en su función de juez natural. Esta decisión cuestionada en su
constitucionalmente a otros jueces. En ese contexto, el estandarte de momento, tomada con una mayoría precaria, sirvió de Ley de Punto
los magistrados postulados por el Presidente y elegidos por el Senado Final al proceso contra el Presidente y los congresistas que entonces
no será neutral, pues, en la práctica, el Presidente y sus fuerzas en el lo absolvieron. Aquellos sucesos y otros recientes muestran la ruptura
Senado les otorgarán una investidura con el mandato, antes inexis- radical que hay entre la realidad y la forma, en especial cuando esta
tente, ahora explícito y contundente, de erigirse en el órgano único encubre actuaciones inspiradas en la coyuntura y en la dominación
de cierre, que no es otra cosa que la aniquilación de las competencias transitoria carente de legitimidad institucional.
constitucionales de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado,
y el desquiciamiento de la Constitución de 1991. Así las cosas, como la La cosa juzgada, valor fundamental en todo ordenamiento jurídico y
consigna política del Presidente de la República es la consolidación de sin el cual la seguridad jurídica es imposible, se erosiona severamente
la Corte Constitucional como el órgano supremo y esa será la enseña cuando se fracturan las instituciones diseñadas para estabilizar los
de sus elegidos, no queda otro camino a la Corte Suprema de Justicia conflictos sociales y políticos en el largo plazo, para dar paso a so-
y al Consejo de Estado, que en esto dependen de sí mismos, que dar luciones transitorias de coyuntura. Así, la historia reciente muestra
una respuesta política meditando con perspectiva histórica el papel pertinazmente cuán mal cerrados quedaron los procesos judiciales
que han de cumplir en su momento, so pena de la desaparición por el relativos al holocausto del Palacio de Justicia, los magnicidios de Luis
vaciamiento de sus funciones constitucionales, cometido aniquilatorio Carlos Galán y de Álvaro Gómez, la financiación de otras campañas
que ha contado con la entusiasta celebración de ese otro ente de origen políticas. En el mismo capítulo de heridas abiertas a la institucionalidad
político: el Consejo Superior de la Judicatura. está la absolución al Presidente Samper y la absolución a los jueces
que lo absolvieron hecha por la Corte Constitucional cuando cerró el
Según el artículo 235, numeral 3°, de la Carta Política, corresponde a proceso seguido contra ellos, en abierto desdoro de la competencia
la Corte Suprema de Justicia “investigar y juzgar a los miembros del de la Corte Suprema de Justicia. Los fantasmas de todas esas patolo-
Congreso”. Igualmente, el artículo 186 de la Constitución establece gías graves de la vida nacional, para los cuales el sistema no dio una
que: “De los delitos que cometan los congresistas conocerá en forma
solución real sino una salida más política que jurídica, deshacen la
privativa la Corte Suprema de Justicia, única autoridad que podrá orde-
institucionalidad e inhiben la construcción de ese acumulado de capital
nar su detención. En caso de flagrante delito podrán ser aprehendidos y
moral necesario para la construcción del futuro.
puestos inmediatamente a disposición de la misma corporación”. Estas
normas son las mismas que estaban vigentes cuando en 1998 la Corte Si en el llamado choque de trenes los políticos corren presurosos a ele-
Suprema de Justicia daba los primeros pasos para el juzgamiento de gir estratégicamente un vagón, la sociedad civil no puede tolerarlo.

17 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


La misión del tribunal
supremo

JAIME ALBER TO ARRUBLA PAUCAR


PRESIDENTE SALA DE CASACIŁN CIVIL, 2006

Introducción • La selectividad del recurso de casación, solamente para aque-


llas cuestiones de gran monto económico, hace que no sea de

L
a contemporaneidad y sus innovaciones en el buen recibo por la gente en general, que tiene cuestiones no
derecho llevan a la irremediable necesidad de muy cuantiosas pero definitivas para su vida en sociedad. La
repensar todas las instituciones jurídicas y, por casación no es cercana a las personas, por lo menos en aspectos
consiguiente, el proceso como instrumento de patrimoniales.
tutela de los derechos de las personas. Una visión
• El carácter dispositivo del recurso de casación contraviene las
panorámica sobre los problemas que presenta el
expectativas actuales de que sobre todo propósito, en la finalidad
quehacer de los tribunales de casación en el mundo, y particularmente
que se persigue con el proceso, incluido su recurso extraordinario,
en Colombia, como máximos rectores de la justicia ordinaria, se podría
debe primar la justicia.
concretar, entre otros, en los siguientes puntos:
Para comenzar a plantear algunas posibles soluciones a esta proble-
• La incursión de mecanismos de amparo para la protección de
mática, previamente debemos realizar ciertas reflexiones y revisar
derechos fundamentales, han puesto a otros tribunales diferentes
algunos paradigmas que desde que se originó la casación en el corazón
del de casación a cumplir tareas nomofilácticas que en cierta
del Estado liberal se han venido presentando.
medida compiten con el trabajo de casación. Se hace necesario
precisar la órbita de dichos tribunales para evitar la duplicación 1. Los fines de la casación en el Estado constitucional
de competencias en la misma función para la defensa del orden de derecho
jurídico.
• Los tiempos del recurso de casación y en general del proceso no Revisemos qué es lo que debe pretenderse con la casación, es decir,
pueden ser los de antes. El momento actual exige la definición si los fines clásicos siguen siendo válidos o si debemos reformularlos
pronta y rápida de los litigios. La tradicional demora del proceso en un Estado constitucional de derecho.
ordinario, dentro del cual se comprende la etapa casacional, Es necesario distinguir entre fines, medios y consecuencias derivadas
causa descrédito a la Administración de Justicia y lleva a que de la casación.
otros mecanismos de amparo tengan un mejor sabor entre los
usuarios. Para algunos la unificación de la jurisprudencia es uno de los fines
• El proceso escrito y las diferentes clases del mismo hacen demo- primordiales de la casación. Ello no es así, es apenas una de las
rado su trámite, además de dificultoso. consecuencias obtenidas, un resultado inevitable. La labor principal

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 18


de un tribunal supremo es la defensa del derecho, o mejor, del or- Además, entendemos el ordenamiento jurídico en una concepción
denamiento jurídico. Sin embargo, de no existir una jurisprudencia monista, compuesto por legislación y sentencia, esta última entendida
uniforme, creada por el más alto tribunal de justicia, el resultado final como parte de un todo que crea y aplica derecho al caso concreto.
sería anárquico, pues existirían tantas posibles soluciones como casos El juicio concreto del juez, ajustado o no a la ley, justo o injusto, es
particulares se presentan a diario. el único derecho indiscutible en el caso individual. La función es
jurisdiccional, en cuanto emiten una norma (la sentencia) para el
La unificación de la jurisprudencia no es, por tanto, el fin que se pre-
caso concreto.
tende con la casación, sino el medio a través del cual se materializa
la defensa del ordenamiento jurídico como su principal objetivo. Sentencia y norma no son conceptos jurídicos antagónicos o enfrenta-
dos, sino complementarios, son vertientes del mismo propósito. Son
1.1. La finalidad nomofiláctica de la casación
conceptos no contrarios sino sucesivos, a manera de lo cóncavo y lo
La palabra nomofilaquia viene del griego, nomos= ley o norma y convexo, que pertenecen a la misma estructura del derecho.
filake= salvaguarda o defensa; que unidas significan la salvaguarda
de la ley o defensa de la norma.

El motivo que justifica la casación es la defensa de la norma violada


mediante providencia judicial. La unificación de la jurisprudencia no es
La casación es un instrumento que actúa en defensa del ordenamiento el fin que se pretende con la casación, sino
jurídico, tanto cuando el derecho es violado por providencia judicial
como cuando, sin existir dicha violación, la Corte de Casación se pro-
el medio a través del cual se materializa la
nuncia sobre un determinado punto, para que sea la guía de futuros defensa del ordenamiento jurídico como su
pronunciamientos judiciales. Entendiendo el ordenamiento jurídico principal objetivo.
en su concepción sistemática, comprensiva de todo tipo de normas,
tanto las de orden constitucional como las legales y reglamentarias y
concebido como un todo coherente y pleno.

19 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


1.2. La fuerza vinculante de la casación “Nunca la deseada uniformidad jurisprudencial con la fijación
de criterios inamovibles que en nada favorecerían la finalidad
Es indudable la fuerza vinculante o persuasiva de la sentencia emitida nomofiláctica que está llamada a cumplir la casación”1.
por la Corte Suprema de Justicia. Los jueces y tribunales fundamen-
tan sus decisiones apoyados en fallos del Tribunal de Casación. No La legalidad se defiende no solamente aplicando el criterio que se ha
solamente los jueces, sino cualquier autoridad, buscan sobremanera considerado tradicionalmente correcto, sino adaptando la interpreta-
apoyar sus criterios en jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. ción de la norma a la realidad mutante y cambiante y ello solamente
Sus sentencias son argumentos de autoridad para justificar todo tipo de es posible con la autonomía del juzgador.
providencias, conceptos, dictámenes, etc. El propio legislador en sus
1.3. La materialización de la función nomofiláctica
exposiciones de motivos cita jurisprudencia de la Corte de Casación.
Muchas son las maneras como cumple la casación su defensa del
Esto no significa que la jurisprudencia de la Corte Suprema sea plena-
ordenamiento jurídico. Lo hace conformando, uniformando, actua-
mente vinculante o exclusivamente de su producción creativa.
lizando, agilizando, etc.
El principio de la autonomía judicial se mantiene; perfectamente un Todos los jueces y operadores jurídicos, en sus providencias, realizan
juez puede apartarse de decisiones de la Corte Suprema señalando las el derecho objetivo y en cierta forma efectúan una nomofilasis en
razones y motivos que justifiquen su posición y quizás sus criterios forma indirecta. Sin embargo, lo que hace la Corte Suprema en casa-
provoquen un cambio jurisprudencial. O puede tratarse de un punto ción es singular, precisamente por estar en la cúspide de los tribunales
que no ha tenido ningún desarrollo jurisprudencial y es la decisión del logrando aglutinar la dispersión y la amalgama interpretativa de todos
juez de instancia la que motive el pronunciamiento en casación. los que la preceden. Esto no sería posible si no estuviera en el punto
Ahora, si el juez se revela sin razón ni fundamento, el control estará más alto de la justicia ordinaria. No es pues la casación misma la que
en la posibilidad de que esa sentencia llegue a la Corte de Casación ejerce la nomofilasis (todos los recursos podrían ejercer esta misma
y sea aniquilada en defensa del orden jurídico. función), sino la circunstancia de encontrarse en la cima y que tal
decisión no sea susceptible de recurso alguno. “Con ello estaremos
También la Corte de Casación puede apartarse de sus propios antece- intentando hacer efectiva la necesaria unidad de criterio en las
dentes cuando existan razones para el efecto, producidas por cambios decisiones judiciales, y como corolario de ello, la coherencia exigible
sociales o en las costumbres de los pueblos. de todo ordenamiento jurídico”2.

Esta dinámica es la que evita el anquilosamiento de la jurisprudencia a) Actualización de la ley


y del mismo orden jurídico, sin tener que llegar a la obligatoriedad
Desde su promulgación la ley empieza a envejecer. La labor de la
del precedente, ahora tan en boga en la teoría jurídica, que recorta
jurisprudencia es mantener esa ley actualizada.
la autonomía del juez y nos lleva a un sistema dogmático y cerrado,
donde la evolución solamente puede venir de la cabeza a los pies, y La función de la casación radica en mantener esa letra vigente con las
no al contrario como debería de ser, pues es el juez de las instancias exigencias cambiantes de la realidad social.
quien se encuentra en contacto directo con el caso, sus partes, la
prueba, y quien –por consiguiente–, debe ser el motor del cambio Ha sido clara la labor de la jurisprudencia de la Corte Suprema en ese
que impulse la jurisprudencia. trabajo de actualización de la ley. Basta citar algunos ejemplos:
• Riesgo creado en responsabilidad extracontractual.
• Perjuicio moral.
• Filiación natural con restrospectividad.
• Responsabilidad por contaminación ambiental.
• Prueba de ADN.
Sentencia y norma no son conceptos jurídicos b) Labor creadora o integradora del ordenamiento
antagónicos sino complementarios, son vertientes jurídico
del mismo propósito, a manera de lo cóncavo y La jurisprudencia garantiza la plenitud hermética del ordenamiento
lo convexo, que pertenecen a la misma estructura jurídico. Debe suplir sus vacíos y llenar sus espacios cuando el le-

del derecho.
1
Buendía Cánovas, Alejandro. La casación civil. Dijusa, Madrid,
2006. Pág. 165.
2
Buendía... Ob. cit. Pág. 168.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 20


La sentencia forma parte del ordenamiento
jurídico al ser la respuesta concreta a una
situación de conflicto y, en ella, difícilmente se
pueden separar los hechos del derecho.

gislador no lo ha hecho. No puede el juez dejar de fallar pretextando Si en un Estado existiese un solo tribunal para dirimir todos los con-
silencio a falta de legislación. Al respecto señala el Artículo 48 de flictos no habría problema alguno. La realidad es que son muchos y
la Ley 153 de 1887 lo siguiente: se produce discordancia en la aplicación de la ley. La casación logra
esa coherencia y unidad del sistema.
“Los jueces y magistrados que rehusaren juzgar pretextando
silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley, incurrirán en Por ello, quienes afirman que sobra la Corte Suprema de Justicia lo
responsabilidad por denegación de justicia”. que en realidad están manifestando es su rampante ignorancia de
lo que es un sistema jurídico y de cómo se mantiene, a través de la
Son innumerables los casos en los cuales la Corte Suprema ha cum- casación, su unidad y su coherencia.
plido con esta finalidad. Observemos algunos de ellos:
El instrumento que hace posible la coherencia y unidad de un sistema
• Abuso del derecho.
jurídico es la casación. “Mediante la casación se traslada hacia la
• Enriquecimiento sin causa. unicidad interpretativa la multiplicidad inicial de criterios de los
• Teoría de la imprevisión. órganos llamados a decidir. Con ello se canalizan y recogen todas
• Sociedad de hecho entre compañeros. las interpretaciones judiciales para concluir en una única y última
definición. El recurso casacional sirve, pues, para intentar hacer
c) Labor unificadora de criterios realidad en el plano judicial aquella coherencia exigible en cual-
Es el medio más importante con que cuenta la labor nomofiláctica de quier ámbito del ordenamiento jurídico”3.
la casación. Incluso se le confunde con su labor esencial.

La sentencia casacional se convierte en un referente para seguir por


los tribunales en sus futuras decisiones. 3
Buendía.... Ob. cit. Pág. 195.

21 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Como se ha dicho, lo anterior no significa que la uniformidad juris- acoger uno y aplicarlo como válido, por considerarlo el más correcto o
prudencial sea el fin de la casación, sino el medio para conseguirlo. el más adecuado. En idéntico sentido, Ferrajoli señala que el tribunal
La uniformidad no es sino el ropaje externo, de una finalidad interna casacional, al ejercer su labor de denotación e interpretación en su
y subyacente que es la defensa del ordenamiento jurídico. labor jurisdiccional, no está desempeñando una labor meramente
cognoscitiva, sino una labor que es siempre el fruto de una elección
No solamente cuando se presenta la disparidad de criterios cumple la práctica respecto de hipótesis interpretativas alternativas. Luego
jurisprudencia casacional su labor unificadora. También se cumple el la sentencia casacional, como todas las sentencias, será creación y
mismo propósito cuando se adelanta a los hechos, fijando una posición desarrollo de lo establecido en la norma y por tanto su contenido
sobre un tema nuevo, que no ha sido objeto de pronunciamientos, no podrá ser considerado contrario a la ley, sino fijación de aquella,
antes de que se produzcan las discrepancias. Para este propósito, el eso sí con diferencia esencial respecto a otras sentencias, por ser la
recurso debería ser lo suficientemente ágil y versátil, que pueda ocupar única y última, lo que la singulariza de todas las demás, en su tarea
a la Corte de Casación del tema en forma oportuna y no cuando ya han unificadora y en consecuencia nomofiláctica6.
pasado muchos años y se ha producido la disparidad de criterios. De
allí la vital importancia de que los tiempos de definición del recurso Partiendo de esa concepción monista del binomio legislación–juris-
sean oportunos. En estos casos la decisión será un modelo por seguir dicción, en virtud de la cual se le permite a la sentencia cierta función
en casos análogos. creadora, tenemos que la finalidad de la jurisprudencia no es tanto
la uniformación o unificación de jurisprudencia, como la defensa del
Incluso, la labor unificadora se realiza sin necesidad de que se presente ordenamiento jurídico. Por ejemplo, si todos los tribunales estuvieran
una violación al sistema legal, cuando la Corte Suprema considera de acuerdo sobre una interpretación de la ley en un determinado
ajustada la decisión de un tribunal y no la quiebra y ello se convierte asunto que vulnera el ordenamiento, si la función fuera la unifor-
en el referente para seguir por otros tribunales. midad, no se justificaría la casación para ese caso, por no existir
Se dice que dentro de la Corte a veces pueden presentarse discrepan- disparidad de criterios. En esos casos se justifica la intervención del
cias que van en contra de la tarea unificadora. Puede suceder, pero Tribunal de Casación precisamente porque la finalidad es la defensa
el argumento se convierte precisamente en estribo de defensa de la del ordenamiento jurídico, pues aun en ausencia de contradicciones
existencia de los tribunales de casación, pues si ello sucede en un jurisprudenciales se está produciendo una incoherencia en el orde-
tribunal único y de cierre, ¿qué podría decirse si no existiera y cada namiento jurídico, concretamente, en sus normas generales (leyes) y
tribunal fallara a su criterio, sin orientación de ninguna clase?. Por sus normas particulares (sentencias), que claramente contravienen
ello se torna necesaria la existencia de un tribunal señero de unifica- lo establecido por el legislador. La unidad y la coherencia, siempre
ción de criterios que procure evitar la anarquía en la interpretación necesarias para que podamos hablar de ordenamiento jurídico, se
de la norma y, consecuencialmente, en la defensa del ordenamiento sacrifican en estos eventos.
jurídico en su conjunto4. La casación se convierte de esta manera en el instrumento procesal
Ahora, ¿por qué concluir, que la posición de la Corte Suprema como idóneo con el que se podrá combatir este tipo de incoherencias
del Tribunal de Casación, que se privilegia, prevalece sobre todos los posteriores, es decir, las que se producen en el terreno judicial como
demás tribunales es la correcta, es decir, la que permite el sistema jurí- consecuencia de la interpretación de las normas realizada por los
dico? El cuestionamiento parte de una concepción dualista entre ley y jueces. Sin ella y sin la jurisprudencia uniformadora que dimane
sentencia, entre legislación y jurisdicción, según la cual la sentencia es de las sentencias casacionales, difícilmente podremos hablar de un
mera aplicación de la ley. Desde ese enfoque podría decirse en ciertos ordenamiento sistemático, e incluso hablar propiamente de ordena-
casos que la decisión del Tribunal de Casación no es la querida por la miento jurídico.
ley. Pero en una concepción monista, aceptada por la doctrina actual5, 1.4. Otros fines que se realizan con la casación
según la cual la sentencia casacional no es otra cosa que el desarrollo
de la norma (sentencia y norma pertenecen a la misma estructura), la Tradicionalmente, cuando se estudian los fines de la casación, se
objeción planteada carece de todo fundamento. Como indica Taruffo, contraponen el fin público o nomofiláctico conocido como el ius
el tribunal casacional como cualquiera otro órgano jurisdiccional, no se constitutionis y el ius litigatoris, o fin privado que es la tutela de los
coloca frente a un enunciado normativo en una posición meramente derechos de los recurrentes.
cognoscitiva de identificar y aclarar el contenido de la ley, sino en una
situación operativa, de quien ante varios significados posibles decide La realidad es que allí no están todos los fines que se cumplen con
la casación. Hoy en día aparecen los llamados fines indirectos, de
raigambre constitucional, como son los derechos fundamentales re-
4
Buendía... Ob. Cit. Pag. 198. cogidos en la Constitución colombiana y que a su vez son derivados de
5
Buendía... Ob. Cit. pag. 199. los principios de unidad y coherencia que supone todo ordenamiento
6
Citados por Buendía... Ob. Cit. pag. 199 jurídico. Son, por ejemplo, el de igualdad frente a la ley (Art. 13); el

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 22


seguridad jurídica quebrantada por una errónea aplicación de la ley
y, por otro lado, el del litigante, pues la sentencia define el litigio. No
puede desconocerse que la casación cumple esta segunda finalidad,
Al Tribunal de Casación se le debiera permitir al tiempo que cumple con la defensa del orden jurídico.
el examen y valoración de las pruebas, al igual La casación tradicionalmente ha sido un recurso limitado en cuando a
que a los tribunales de apelación. Sólo así se los asuntos, a la cuantía y a las posibilidades del Tribunal de Casación.
defenderá adecuadamente el orden jurídico. Sus limitaciones obedecen a la necesidad creada de limitar los recursos
de casación y a la idea de que no puede convertirse en una tercera ins-
tancia; de allí la creencia según la cual el Tribunal de Casación debería
concentrarse en cuestiones solamente jurídicas y no fácticas.

Se ha creado un paradigma en la distinción entre lo de hecho y lo de


derecho en casación, distinción de raigambre histórico y por demás
principio de seguridad jurídica; el del debido proceso (Art. 29), el de artificiosa. El hecho y el derecho son inseparables. “Donde quiera
acceso a la justicia (Art. 229), todos ellos defendidos por la casación que haya un fenómeno jurídico –señala Miguel Reale– hay siem-
al amparo de su función nomofiláctica. pre y necesariamente un hecho subyacente; un valor que confiere
a) El ius litigatoris determinada significación a ese hecho, y, finalmente, una regla
o norma que representa la relación o medida que integra uno de
La finalidad que el proceso persigue no es otra que la tutela de los aquellos elementos en el otro; el hecho en el valor. Tales elementos
derechos reconocidos en la Constitución y en la ley. En este sentido (hecho, valor y norma) no existen unos separados de otros, sino
el proceso no es sino “el instrumento con el cual los ciudadanos, a que coexisten en una unidad concreta, de tal modo que la vida del
través de los órganos jurisdiccionales, piden y obtienen la tutela Derecho resulta de la integración dinámica y dialéctica de los tres
judicial efectiva que la Constitución les otorga en defensa de sus elementos que lo integran”9.
derechos e intereses legítimos, cuando consideran que han sido
vulnerados”7. El proceso es el instrumento máximo para la tutela de En igual sentido, Stammbler advertía que el derecho no es otra cosa
los derechos de las personas, de toda índole, incluso los llamados ahora que el medio de organización social de los seres humanos y los con-
fundamentales. En este orden de ideas, la garantía de justicia y de flictos de intereses que entre ellos se presentan. Hecho y derecho son
debido proceso que la Constitución consagra se realiza y consigue a inseparables. La distinción no es defensable.
través del proceso. El proceso es el cauce para que las personas puedan Lo propio puede predicarse del proceso. La sentencia forma parte
reclamar la tutela de sus derechos y es el medio por el cual los órganos del ordenamiento jurídico al ser la respuesta concreta a una situación
judiciales cumplen con su función. No puede perderse la perspectiva de conflicto y en ella difícilmente se pueden separar los hechos del
de que la razón de ser de todas las instituciones jurídicas, incluyendo derecho. La etapa de decisión judicial entremezcla toda una serie de
el proceso y la casación, no es otra que la justicia. juicios históricos, lógicos, críticos. ¿Cómo podrían obviarse los juicios
Los exámenes en las segundas instancias son limitados, en una u otra históricos en la valoración de la norma?10 Por ello la separación entre
medida, como no permitir debate probatorio o tenerlo muy restringido hecho y derecho no es sino un artificio. Lo propio sucede con la
en la segunda instancia y ello afecta el ius litigatoris. casación, no es posible establecer el derecho aplicable sin tener en
cuenta las circunstancias fácticas del caso.
El ius constituciones y el ius litigatoris no son contrarios, sino que
se complementan. Por lo anterior, no consideramos de recibo la prédica de reducir
la casación solamente a la vía directa. Perdería una de sus grandes
El fin principal de la casación es el nomofiláctico, pero ello no puede funciones para el ius litigatoris.
llevar a desconocer que la casación como recurso extraordinario se
presenta dentro del proceso y que el fin último de este es tutelar Lo que hace particular a la sentencia de casación es que se dicta por
derechos de los litigantes y, en definitiva, la obtención de la justicia. el único y máximo tribunal, el más alto y último y que contra ella no
El cumplimiento de la labor nomofiláctica incide indirectamente en cabe recurso alguno y por eso el recurso es extraordinario. La Corte
la resolución del caso concreto y, en consecuencia, en la protección Suprema, más que sancionar una supuesta violación del derecho,
de los derechos de los litigantes8.
7
Buendía... Ob. cit. pág. 207.
Por tanto, con una sentencia de casación se satisfacen los dos inte- 8
Buendía... Ob. cit. pág. 209.
reses y no puede decirse que uno prime sobre el otro. Por un lado, 9
Reale, Miguel, citado por Buendía... Ob. cit. pág. 221.
el interés público de la colectividad, en la necesidad de restablecer la 10
Buendía... Ob. cit. pág. 222.

23 Corte Suprema de Justicia • Revista 22


corrige su errónea determinación. De esta manera se logra la finalidad la concepción monista que profesamos, derecho y sentencia forman
nomofiláctica y, de paso, su finalidad protectora del ius litigatoris. parte del orden jurídico, por ser aquella la respuesta concreta ante
determinada situación de conflicto.
También se ha creado otro paradigma señalando que la cuestión
probatoria debe ser ajena al examen de casación. Se trata de otra 2. La casación como instrumento de protección de los
artificiosa proscripción para la casación al señalar que los tribu- derechos fundamentales
nales encargados de decidir el recurso deben tener limitaciones en
el examen y valoración de las pruebas. Al igual que la proscripción Decíamos que todo el proceso es instrumento de protección de dere-
sobre cuestiones fácticas, la finalidad es la misma, hacer que a los chos fundamentales y, por ende, también el recurso extraordinario
tribunales de casación lleguen menos recursos. de casación cumple idéntica finalidad.

Al Tribunal de Casación se le debieran permitir el examen y valoración La Constitución es la cúspide del sistema normativo y de ella dimanan
de las pruebas, al igual que a los tribunales de apelación. Solamente una serie de principios que deben ser acatados. Los principios de
de esa manera se defenderá adecuadamente el orden jurídico. igualdad ante la ley y seguridad jurídica, por ejemplo.

Si lo que se busca es reducir el ámbito de la casación, para ello existen Las Constituciones han cambiado en los últimos tiempos; histórica-
otras vías, como la casación discrecional, pero en nada contribuye a mente tuvieron una mera finalidad programática y en consecuencia
la función nomofiláctica recortar el espacio y la competencia al juez carecían de eficacia normativa directa. Sus normas eran meramente
de casación. orientadoras. En nuestro país la postura se cambia a partir de la
Constitución de 1991, donde se establece que los poderes públicos se
El fin del proceso es precisamente la justicia al caso concreto y sujetan a ella. A partir de esta, las normas constitucionales adquieren
para poder conseguirla debe haber consideraciones de hecho y de validez inmediata y eficacia directa, ya no tienen un mero carácter
derecho, en el orden dogmático y pragmático y las pruebas son el programático. La Constitución se convierte en la primera norma
conjunto de medios sobre los cuales se pretende llevar convicción al del ordenamiento jurídico y así lo pregona su artículo 4º, cuando la
órgano jurisdiccional acerca de lo debatido en juicio y por ello, para cataloga como norma de normas.
poder pronunciarse al respecto, el tribunal debe examinar dichos
medios probatorios. Para que la Corte de Casación pueda averiguar De allí el vuelco que la casación debe dar. De otras épocas, cuando
si ha existido tal violación de norma jurídica necesariamente deberá incluso se predicaba la exclusión de la violación de la norma consti-
hacerlo mediante el examen de los hechos y de las pruebas que a esta tucional para efectos del recurso de casación, pasa a ser instrumento
conducen. Solo así el juzgador podrá pronunciarse en forma razonable de tutela de derechos fundamentales reconocidos en la Constitución
sobre una supuesta violación al orden jurídico. directamente. Si el fin esencial de la casación es la defensa del
ordenamiento jurídico, por supuesto que la norma constitucional
Este examen que hace el juez ordinario no lo hace y no le incumbe hace parte de ese ordenamiento y es objeto de defensa por todo juez,
al juez del amparo constitucional o de la tutela. No olvidemos que en incluyendo el de casación.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 24


El problema ahora es otro. Al separarse la Corte Constitucional de a la decisión de los tribunales supremos equivaldría a una contami-
la Corte Suprema resultan dos tribunales haciendo nomofilasis de nación seria de la política en la decisión judicial. Es inconcebible, por
normas constitucionales. Y en virtud del recurso de amparo o acción ejemplo, que las decisiones de la Corte Suprema sobre funcionarios
de tutela puede implicarse que la Corte Constitucional, reclamando con fuero constitucional sean revisadas en tutela; sería entregar la
su función de máximo interprete de la Constitución, quiera realizar Administración de Justicia a los criterios y decisiones políticas, dar
revisiones posteriores a las efectuadas por la Corte Suprema. una válvula de escape, en lo político, a una decisión basada en una
competencia constitucional.
Pero la tutela no es un proceso, no se efectúa en su trámite un cono-
cimiento completo y especializado del caso concreto para definir o Ante lo expuesto, resulta preocupante la propuesta planteada por el
declarar derecho, apenas permite una revisión ligera a fin de reparar la Gobierno Nacional de reformar la Constitución para permitir tutela
vulneración de un derecho fundamental, y con ella se produce una or- contra decisiones de la Corte Suprema de Justicia como Tribunal de
den de reparación con un necesario reenvío a la autoridad competente Casación.
para su cumplimiento. Su labor nomofiláctica es frente a un derecho
fundamental, no frente al ordenamiento jurídico en general. No es de recibo el argumento de que es necesario que la Corte Cons-
titucional revise las sentencias de la Corte Suprema para unificar la
El campo de examen del recurso de amparo es funcionalmente más jurisprudencia de derechos fundamentales. La jurisprudencia sobre
limitado que el que hace el juez ordinario. Por ello, es claro, que donde el derecho fundamental que se agita para la tutela contra sentencias
cabe la casación no puede intentarse la tutela, pues existen otros medios judiciales ya está hecha por la misma Corte Constitucional, y es que no
para buscar la tutela del derecho fundamental violado. El artículo 86 procede dicha acción contra sentencias. Así se observa en la sentencia
de la Constitución dice claramente que la acción de tutela no procede que declaró inexequible una parte del Decreto 2591 de 1991 que
cuando el afectado disponga de otro medio de defensa judicial. La consagraba tal acción11. Lo que se ha llamado vía de hecho ya está
casación como instrumento de defensa del orden jurídico es un medio definido, luego nada hay que unificar y lo que se haría con semejante
judicial idóneo para dicha defensa del derecho fundamental violado. despropósito es romper la función de casación, es decir, quebrar la
unidad y coherencia del orden jurídico en Colombia, poniéndonos en
La casación debe por tanto ser permeable al examen de constitucio- contravía con el orden jurídico universal.
nalidad y realizarse en forma exhaustiva para que cumpla a cabalidad
con su función de defensa integral del ordenamiento jurídico. Dicho Conclusiones
examen lo efectúa la Corte Suprema de Justicia, a la que la misma
Constitución le atribuye la competencia como Tribunal de Casación En resumen, los aspectos sobre los cuales se deberá reflexionar acerca
y se dice que es el máximo tribunal de la justicia ordinaria. Luego le del futuro de la casación se podrían concretar así:
está asignada la competencia constitucional de realizar la nomofilasis • Oralidad en el proceso, incluso en la casación, para poder cumplir
del orden jurídico y además como tribunal máximo, de cúspide o rápida y eficazmente con la administración de justicia.
de cierre, siendo también el juez especializado en el proceso y en la • Casación discrecional, para evitar congestiones y repeticiones
materia de derecho respectiva. De allí el absurdo de pretender tutela innecesarias.
contra decisiones de casación. Perdería la razón de ser de la casación,
• Casación oficiosa, para que se cumpla la finalidad del proceso
pues no se justifica sino en un organismo de cierre.
que es administrar justicia.
La Corte Constitucional cumple su función de defensa del orden ju- • Mantener las vías directa e indirecta, para no constreñir al juez de
rídico por medio del examen de exequibilidad de las leyes. No puede casación en el examen fáctico del caso y en la defensa del orden
volver a juzgar el caso concreto porque esa labor le corresponde a la jurídico.
justicia ordinaria y, de hacerlo, significaría violar el debido proceso • Examen de constitucionalidad dentro del proceso, en todos los
y los principios de seguridad jurídica, autonomía de los jueces y recursos, incluso en el de casación. No puede el juez ordinario
especialidad, que son derechos también fundamentales de los ciu- ceder sus espacios como juez constitucional, so pena de que le
dadanos; pero aún más grave, el derecho de los personas a tener un sean llenados por terceros invasores.
juez independiente, que ha sido una constante lucha en la historia
• Rebajar el rigor técnico y buscar la justicia del caso como finalidad
universal. De ahí que los procedimientos de designación de los jueces
complementaria de la casación.
procuren evitar la interferencia política.
• No tutela contra decisiones de casación, para no romper la unidad
La Corte Constitucional no es órgano de cierre en materias cuyo y coherencia del orden jurídico.
enjuiciamiento la Carta Política ha asignado competencia a la justicia
ordinaria. El magistrado constitucional es elegido por el Congreso,
tiene origen político porque política es su función de examinar la
exequibilidad de las leyes. Pero de allí a permitirle siquiera un atisbo 11
Corte Constitucional, Sentencia C–543 de 1992.

25 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


La independencia del juez,
*
un horizonte sin fin
CARLOS ISAAC NADER
PRESIDENTE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, 2005

L
a independencia, observó don ÁNGEL OSSORIO, “supo- exige alguna forma de proceso. Los jueces deben ser independientes e
ne que el juez sea un soberano de su ministerio y imparciales, mientras los juicios deben ser justos y abiertos y no han
esté creado para dar la razón a quien la tenga, sin de ser prejuiciados por el clamor público1.
preocuparse de nada, sin obedecer a nadie y sin De sobra conocemos que para llegar a una concepción tan elabo-
depender de ningún otro hombre o institución. De rada como está, el hombre ha escalado progresivos peldaños. Así,
modo que la alternativa es tajante: o la justicia goza al amanecer del tercer milenio de nuestra era no parece posible, ni
a plenitud su independencia, o no existe justicia”. saludable en un sistema jurídico que se precie de serlo, un juzgador
Más que una cumbre conquistada, la tajante idea del autor de El alma que emita veredictos “sin preocuparse de nada, sin obedecer a nadie
de la toga es un punto de partida hacia la montaña de inquietudes en y sin depender de ningún otro hombre o institución”. Un imaginario
que se desenvuelve el trazado, siempre inconcluso, del sendero por el de este temperamento resulta extravagante porque nos remonta a
cual transita la independencia del juez. épocas antiguamente superadas, como aquellas en que el príncipe o
soberano estaba ‘absuelto’ del derecho o suelto del imperio de este. Sin
Partiendo, entonces, de su carácter de meta, es preciso preguntarnos embargo, es la prueba palpitante de la evolución; es el polo a tierra del
cuál es el alcance actual de su concepto, cómo está estructurado y grado de conciencia con el cual sabemos que los tiempos que corren
construido, cuáles son sus bases y qué vicisitudes enfrenta cuando no son el comienzo y tampoco el fin de la historia.
se transporta a la realidad. En últimas, la pregunta es: ¿Tiene la inde-
pendencia del juez un horizonte despejado? ¿Es un libro totalmente Por fortuna, son inmensos los avances alcanzados
escrito y con todas sus páginas cerradas?
Las sociedades han logrado, unas más que otras, niveles aceptables
Esta perspectiva requiere iniciar esta reflexión con un somero recorrido de convivencia pacífica, teniendo como hilo conductor ese elemento
por las variables que bordean la independencia judicial; claro está, que Rawls sigue llamando el imperio de la ley. Principio rector de las
sumergida en el marco del sistema jurídico–político en que histórica- actuales organizaciones políticas, estrechamente ligado al de indepen-
mente se inscribe. Comprendida también como una figura propia del dencia judicial, pero que para infortunio de los dos –o, más que para
constitucionalismo de los regímenes democráticos. Propósito que se ellos, para la misma sociedad– es blanco de ataque permanente en
acomete de entrada, para luego mirarnos brevemente frente al espejo la lucha por acumular poder.
de los hitos, los matices y las particularidades colombianas.
Al aspirar a una noción cumbre sobre justicia imparcial, RAWLS sostiene
que un sistema jurídico debe tomar medidas para dirigir ordenada- * Ponencia de instalación del VIII Encuentro de la Jurisdicción
Ordinaria realizado en Barranquilla del 13 al 15 de octubre de
mente los juicios, así como prever reglas de prueba que garanticen
2005.
unos procedimientos razonablemente proyectados para conocer la 1
Rawls, John. Teoría de la Justicia. 1971. Fondo de Cultura Económica,
verdad por medios acordes a los demás fines del sistema legal. Y primera reimpresión de la segunda edición en español. México,
aunque haya diferencias en estos procedimientos, el imperio de la ley D.F., 1997.

Corte Suprema de Justicia • Revista 22 26


La independencia del juez no se está
inventando ahora. Muy distinto es
que sea el producto de una constante
recreación y esté en el centro de las
luchas desde el interior y desde fuera
del Estado; porque no basta con decir
que los jueces son independientes para
que en verdad lo sean.
Por su parte, la independencia orgánica tiene que ver con el mayor o
menor grado de legitimidad democrática en el proceso de integración,
lo que ha permitido que algunos países tengan designación popular de
„La democracia con un Poder Judicial fuerte jueces o sistemas combinados de elección. También se han instaurado
es sencillamente una democracia más fuerte, las formas de cooptación y los concursos de méritos.

porque es un régimen en que los derechos de los A estas lógicas obedece, en teoría y práctica, la exploración de mecanis-
mos que otorguen mejor y mayor independencia judicial. Mecanismos
ciudadanos están mejor tutelados‰. que se buscan básicamente en los sistemas de reclutamiento, perma-
nencia o inamovilidad, ascenso y retiro del Poder Judicial, así como
Carlo Guarnieri en la organización interna condicionada a la relación con el resto del
sistema político. Por eso, como se anotó, la inamovilidad es insuficiente
si no está acompañada con garantías de ascenso.

La independencia del juez no se está inventando ahora. Si bien desde En el mundo occidental, a estas concepciones llegamos luego de pasar
una perspectiva subjetiva, que no institucional, Inglaterra la comenzó por escenarios distintos que han caracterizado los últimos trescientos
a practicar hace 304 años. Muy distinto es que sea el producto de una años de desarrollo de la justicia. Tengo la osadía de afirmar que desde
constante recreación y esté en el centro de las luchas desde el interior la propuesta de Montesquieu, acogida con entusiasmo por los inde-
y desde fuera del Estado; porque no basta con decir que los jueces son pendentistas norteamericanos y los revolucionarios franceses, América
independientes para que en verdad lo sean. y Europa continental reaccionaron positivamente para construir un
cuerpo de jueces que no siguiera siendo un simple apéndice del
La independencia del juez nace y evoluciona, entonces, como un medio
rey o del parlamento. Y aun cuando en Francia dicha separación se
para garantizar la justicia imparcial. No como un fin en sí misma. “A
fundamentó en una confianza incondicional a la ley como expresión
cambio de independencia, el juez devuelve imparcialidad”2. De esa
de la voluntad del pueblo y a su vez en una desconfianza hacia el
manera, se acepta teóricamente, sin discusión, que esa independencia
hombre-juez, que en el orden napoleónico quedó reducido, al menos
es el principal cimiento estructural del Estado constitucional y que,
teóricamente, a una simple boca-de-la-ley4, en América esa disyunción
por consiguiente, “la democracia con un Poder Judicial fuerte es
se vislumbró desde el principio como una confianza en el hombre,
sencillamente una democracia más fuerte, porque es un régimen en
dispensando en un puñado de magistrados el poder de revisar los
que los derechos de los ciudadanos están mejor tutelados”3.
actos del legislador y del ejecutivo.
En líneas generales, la independencia abarca la distancia del juez con
cualquier interferencia extraña a su función: ya sea con las partes del De aquel estadio de sujeción absoluta al soberano se transitó en una
proceso, grupos de presión, actores políticos o sociales, medios de y otra latitud hacia una dependencia respecto del poder ejecutivo
comunicación, poderes ejecutivo y legislativo e, incluso, inexplicable- creado en las nuevas democracias5. Pero en el siglo XIX las cosas
mente como veremos en nuestro caso, del mismo Poder Judicial. comenzaron a cambiar. No obstante la debilidad política del órgano
judicial en las nuevas repúblicas, que como advirtiera ALEXANDER HA-
La independencia admite por ello la existencia de la pirámide judicial, MILTON procedía de la naturaleza de sus funciones6, la consolidación
con la cual se busca disminuir el riesgo de esa condición natural a del poder de revisión de los actos de los legisladores y del presidente,
lo humano: la falibilidad. Sin juez alguno que, por su naturaleza por un lado, y la cimentación de toda una estructura jurídica a partir
humana, pueda posar de infalible, se da la intervención lógica, no la de la jurisprudencia administrativa del Consejo de Estado francés,
interferencia ilegítima, del superior que revisa la decisión autónoma por el otro, la dependencia de la justicia respecto del poder ejecutivo
e independiente del inferior. fue cada día menor.

El nuevo orden constitucional consagró la independencia judicial


2
Ruiz Pérez Joaquín. Juez y sociedad. 1987 Editorial Temis,
como la expresa prohibición a los otros poderes del Estado para
Bogotá. entrometerse en los asuntos sometidos a decisión de los jueces. Esto
3
Guarnieri Carlo y Pederzoli Patricia. Los jueces y la política. 1996 es, se concibió el principio de una manera negativa, prohibicionista.
Taurus, 1999. Poco a poco este criterio se fue tornando insuficiente. A medida que
4
Bouche des lois, en palabras del Barón de Montesquieu. se perfiló la enorme importancia de los jueces por vía del control a
5
Inglaterra permaneció fiel a su tradición, pues a pesar del
las leyes y la conducta activa u omisiva de los funcionarios públicos, la
enorme prestigio de sus jueces, estos siguen siendo apéndice del
Parlamento reacción no se hizo esperar. Tarde o temprano, los grandes intereses
6
A. Hamilton, J. Madison y J. Jay: El Federalista, México, FCE, políticos, buenos o malos, terminan por presionar al Poder Judicial
2001. para hacerlos sucumbir a sus propósitos. Durante el siglo XIX fueron

Corte Suprema de Justicia • Revista 22 28


múltiples las tensiones entre el Poder Ejecutivo y los jueces de las definitivas de los jueces sean sometidas a revisión de otras instancias,
democracias que habían establecido una real separación de poderes. distintas de las competentes para el recurso judicial “de revisión” o con
Fue por eso en Estados Unidos, desde el famoso fallo de Marbury vs. la finalidad humanística de “mitigación o conmutación de las penas”
Madison de 1803, donde la fuerte independencia de la justicia generó en lo que al derecho penal se refiere, todo ello de conformidad con lo
resistencias de parte de los gobiernos, que veían en los jueces un dispuesto en la ley, advierten tales resoluciones7.
espíritu de coparticipación, que obstaculizaba los planes y proyectos
emprendidos por aquellos. En 1805, todavía caliente el fallo del Juez De manera paralela y complementaria, Naciones Unidas viene traba-
MARSHALL, el Presidente JEFFERSON quiso librarse de los jueces incómodos jando denodadamente en la consolidación universal del imperio de
para el Ejecutivo. Después de la gran depresión de 1929 en los Estados la ley, como única forma de asegurar la libertad de todos. Pero, bien
Unidos, cuando las políticas económicas del New Deal emprendidas lo anotaba el año 2004 el señor Kofi Annan, para entonces Secretario
por FRANKLIN DELANO ROOSEVELT se vieron seriamente obstaculizadas por General de la Organización: “El imperio de la ley como mero concepto
la Suprema Corte, este forzó un cambio de actitud de los jueces que, no basta. Las leyes deben ponerse en práctica y deben impregnar toda
ante las amenazas de intervención, dieron un viraje y avalaron gran nuestra vida”. Para eso, “hemos de tomar como base el principio de
parte de las nuevas normativas propuestas por el Ejecutivo. que nadie está por encima de la ley”8.

Por su parte, la restauración de las democracias en la post–guerra Igual precepto se aplica a la independencia del juez en el siglo XXI. La
fue acompañada de la consagración constitucional de este postulado independencia judicial, como ya se decía, más que un privilegio de los
judicial, como garantía de legitimidad de sus decisiones, pero ante jueces, es una garantía de los ciudadanos. Para impedir interferencias
todo, como pilar básico para su imparcialidad y la adopción de so- indebidas en ella y romper el equilibrio que busca, el sistema jurídico
luciones justas en defensa de los derechos humanos. El artículo 10 debe asegurarle adecuadas condiciones internas y externas. Y así lo
de la Declaración Universal de 1948 transformó dicho valor político, han procurado, al menos como cláusulas constitucionales, los países
que se enunciaba como un derecho de la magistratura, en derecho de allá y de acá, los que aplican el sistema de la common law y los
concreto de los ciudadanos. que seguimos la civil law.

Una nueva perspectiva de tan caro principio emergía. Emergen, en este entramado evolutivo, enredos en la relación Poder
Judicial–poderes políticos, con efectos para la independencia del
La necesidad de instaurar mecanismos que aseguraran su cum- juez. Numerosa literatura sociojurídica da cuenta de la expansión del
plimiento por parte de los Estados era un imperativo categórico. Poder Judicial y las llamadas judicialización de la política y politización
Se requerían instrumentos serios que afianzaran el avance de la de la justicia, con la creciente aparición de preguntas acerca de su
independencia judicial, de valor constitucional a realidad viviente. legitimidad en el marco de los regímenes democráticos.
Solo así los ciudadanos, receptores directos de sus bondades, podrían
interiorizar colectivamente el respeto a las decisiones de los jueces. Estas inquietudes son las que han llevado, en muchos casos, a
Una expansión del postulado que lo potenciara, ahora como derecho establecer sistemas híbridos o puros de elección de los jueces, con
fundamental de los justiciables. Y no me limito al sentido burocrático, intervención de actores políticos. Sistemas que fuera de los Estados
sino con mayor énfasis a la implementación de una verdadera cultura
de la independencia, a la colectivización de un sentimiento de respeto
ex ante y ex post a las decisiones del juez, ligados al desarrollo de 7
Adoptados por el Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre
la estructura organizacional que controlen la selección y el ingreso a Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en
la carrera judicial, así como el funcionamiento autónomo, desde el Milán del 26 de agosto al 6 de septiembre de 1985, y confirmados
punto de vista económico y financiero y del control de la responsa- por la Asamblea General en sus resoluciones 40/32 de 29 de
noviembre de 1985 y 40/146 de 13 de diciembre de 1985.
bilidad de los jueces. 8
Mensaje del Secretario General de la ONU al inicio del 59º
Periodo de Sesiones de la Asamblea General en Nueva York. 21 de
En esta dirección se enmarcan las resoluciones 40/32 de 29 de no-
septiembre de 2004.
viembre de 1985 y 40/146 de 13 de diciembre de del mismo año de
las Naciones Unidas, que de manera expresa impusieron a los Estados
miembros la obligación de garantizar la independencia de los jueces,
deber que no sustrae a ninguno de los órganos ni funcionarios públi- „El único freno a nuestro propio ejercicio del
cos. Se hace mención explícita, igualmente, de las distintas formas de
interferencia que el Estado debe impedir, para que la decisión judicial
poder es nuestra propia mesura‰.
se adopte “sin influencias, alicientes, presiones, amenazas o intromi-
siones indebidas, sean directas o indirectas, de cualesquiera sectores Harlan Stone
o por cualquier motivo”. También prohíbe la ONU que las decisiones

29 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Unidos aún están a prueba y han arrojado resultados ambiguos, pues En efecto, según dejó consignado el maestro MANUEL GAONA CRUZ en
no se ha tenido suficiente conciencia de que en ese país “dos siglos una conferencia dictada el año anterior al holocausto, en la segunda
de activismo judicial han permitido al sistema desarrollar aquellos mitad de 1984, se sustentaba desde el Ministerio de Gobierno que
contrapesos que estaban ya inscritos en la Constitución de 1787. Y existía “exceso de independencia, debido a la vitalicidad, cooptación
–como lo observa Guarnieri– el régimen político americano se apoya y privilegio de estabilidad de los jueces de constitucionalidad, como
sobre el principio según el cual cada poder está limitado: es la manera factores perjudiciales del sistema representantivo y estimulantes del
en que, en este contexto, se ha realizado el principio de la separación gobierno de los jueces”.
de poderes. Pero en la Europa continental los contrapesos han estado
siempre ausentes o eran débiles”. Desde diversos sectores políticos se clamaba una reforma constitu-
cional para morigerar el estricto control judicial que se ejercía de las
De todas maneras, en la línea de la concepción de sistema jurídico leyes y los actos del Gobierno. Nada distinto de lo que hoy se podría
planteada y como concluye el analista CARLO GUARNIERI, “no se puede escuchar, solo que ahora requerimos esa reforma a la inversa: para
sostener, como se suele hacer en Italia, que una independencia sin rescatar y consolidar a plenitud la independencia del juez.
límites corresponda a los principios de las democracias constituciona-
les. Más bien es cierto lo contrario, o sea, que la independencia de los Sin duda, los años 80 fueron un momento estelar para la independen-
jueces debe ser siempre compatible con los principios fundamentales cia de los jueces colombianos, encabezados por la Corte Suprema. A él
de estos regímenes y, entre ellos, precisamente el de que todo poder se había llegado luego de una larga travesía. Tras edificar, en cerca de
tiene que estar limitado: sin formas de control, la independencia de 100 años, el que, para el profesor GAONA CRUZ, era “el sistema de control
los jueces significaría la tiranía de los jueces”9. constitucional más eficiente, completo, experimentado, avanzado y
depurado de Occidente y, por lo tanto, del orbe”, pues aglutinaba la
Allí descansa la importancia que señalábamos sobre los sistemas de organización, los mecanismos y la operancia de todos los existentes”.
ingreso, permanencia y ascenso del juez, así como su autonomía, Y él tenía por qué saberlo: es uno de los escasos extranjeros que figu-
conjugados con la responsabilidad democrática que hoy asume, en ran en la lista esculpida en bronce para los estudiantes ilustres de la
la comprensión de los grados de independencia que adquiere su Universidad Sorbona de París, donde su tesis de Doctorado en Derecho
función pública. Constitucional y Ciencias Políticas fue laureada y aclamada.

Pero, ¿cómo ha experimentado este proceso el juez Esa férrea convicción lo llevó a oponerse siempre a la creación de la
colombiano? Corte Constitucional, incluso contra la conocida postura de su maestro
Carlos Restrepo Piedrahita, la del profesor mexicano HÉCTOR FIX ZAMUDIO,
Al igual que lo sucedido en el derecho comparado, nuestro país tiene la del ex presidente ALFONSO LÓPEZ y la del ex ministro JAIME CASTRO.
una evolución muy particular. Aquí también, como dice uno de los
descendientes de quienes perecieron en el holocausto del Palacio de Su argumentación terminaba regularmente en una petición para que
Justicia, “el pasado es prólogo”10. no nos dejáramos “influir por manías doctrinarias extranjerizantes,
que, como no nos conocen, nos interpretan mal”. Luego de citar el re-
Y evoco ante ustedes esta lúcida apreciación, no solo por su valor conocimiento que el tratadista francés GEORGE VEDEL hiciera al entonces
certero para resaltar que en Colombia la conquista de la indepen- sistema de control constitucional colombiano, como “un monumento
dencia del juez tampoco empieza ni termina en nuestra generación, a la sabiduría jurídica”, concluía en que “sería una lástima cambiar lo
sino, además, porque la Corte Suprema de Justicia quiere invitarlos inmejorable, solo por ser nuestro, por lo imperfecto y rudimentario,
a vincular las reflexiones de este Encuentro a la conmemoración del solo porque es foráneo”11.
Vigésimo Aniversario de esa absurda tragedia, en la que perecieron
once de sus magistrados y un centenar más de colombianos iner- De ahí que hoy duela la timidez con que algunos reconocen los logros
mes. Tragedia en la cual, como se ve en la grandiosa obra jurídica y del control constitucional de la Corte Suprema de Justicia cuando lo
los escritos académicos por ellos legados, aquellos jueces murieron ejerció. Y no hablo con nostalgia de él porque nunca participé en su
luchando por la independencia. ejercicio. Sencillamente es una realidad. Tan solo 84 años después del
famoso caso Marbury vs. Madison en los Estados Unidos, la Corte co-
lombiana emitió el primer veredicto de inexequibilidad en el caso de la
pensión O’Levy, impulsando con ese hito al país al constitucionalismo
9 moderno, mucho antes que tantos países desarrollados.
Cfr. Guarnieri, C.
10
Gaona Bejarano José Mauricio. Columna de opinión publicada el
Son innumerables aquí los fallos significativos que emitió la Corte
17 de agosto de 2001 en El Tiempo.
11
Gaona Cruz Manuel. Control y reforma de la Constitución en Suprema en su oportunidad. El actual presidente de la Corte Cons-
Colombia, 1984. Superintendencia de Notariado y Registro, 1988, titucional, magistrado MANUEL JOSÉ CEPEDA, cuenta que “en Colombia
Bogotá. se ha ejercido durante un siglo, de manera ininterrumpida, amplia

31 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


e independiente, el control judicial de normas legales dictadas por orgánica garantiza la evolución de la jurisprudencia, la adecuación de
el Congreso o el Ejecutivo en circunstancias excepcionales o extraor- las normas jurídicas a las nuevas concepciones y la actualización de
dinarias, con el fin de someter el poder al derecho y salvaguardar la sus contenidos. Pero todos los esfuerzos legales tendientes a consagrar
supremacía de la Constitución”12. Reconoce que sobre esa fortaleza prescripciones acerca de la independencia judicial son inagotables.
institucional se construyó el sistema creado en 1991. Entre otras cosas porque estamos frente a un valor de enorme
significación teleológica. Ella, en tanto principio, medio y fin, tiene
De igual forma y luego de haber sido pensada por primera vez a media- una connotación bifronte: es instrumento para conseguir propósitos
dos de los años 40 e intentada en 1970, por fin se instauró la carrera específicos, pilares fundamentales del Estado de derecho. Por eso se
judicial en el país con la expedición del Decreto 052 de 1987. Hasta concibe como mecanismo que debe servir para algo. Para garantizar
ese momento, la administración de justicia en su base era vista como decisiones en derecho; para hacer respetar las garantías y libertades
un apéndice del Gobierno y los partidos políticos. Salvo por la fortuita que toda democracia moderna lleva implícitas. También para llevar la
independencia orgánica alcanzada por la Corte Suprema y el Consejo certeza a los justiciables de que se actúa con imparcialidad.
de Estado en 1957, gracias a que los militares exigieron la creación del
sistema de cooptación y la inamovilidad de los magistrados, la justicia Desde luego, como ya lo decíamos, por el solo hecho de que se con-
siempre permaneció relegada a la voluntad del Ejecutivo y del Congreso sagre al juez independiente, automáticamente ello no significa que
en materia presupuestal y financiera, sin autonomía alguna. así sea en la realidad. El sistema jurídico, tal como lo concibe Rawls,
debe estar al servicio de ese propósito. Además, bien se asevera que
Y así es como arribamos a la Constitución de 1991 “el buen funcionamiento de la justicia en un país requiere mucho
La nueva Carta Política consagró la independencia judicial en dos más que buenos jueces y una adecuada infraestructura para cumplir
dimensiones: Una impersonal o institucional, como atributo de las sus cometidos”13.
decisiones de la “administración de justicia” en su artículo 228. Y
Los análisis sobre la realidad colombiana, a la luz de la joven Constitu-
otra subjetiva, al disponer el artículo 230 a cada juez de la República
ción, señalan algunas distancias entre la independencia plasmada en
que sólo está sometido al imperio de la ley. Además, quedó consagrada
el papel y su práctica en los desempeños institucionales. Son incues-
una autonomía presupuestal relativa. Sin embargo, se estableció un
tionables ciertas discrepancias entre marco jurídico y la experiencia
régimen de nombramiento híbrido en algunos órganos judiciales, en
que seguramente muchos de ustedes, como jueces y magistrados, han
el que intervienen el Ejecutivo y el Legislativo, específicamente en
tenido. Sobre ello es que buscamos debatir en este foro.
la designación de los magistrados de la Corte Constitucional y de la
Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, lo cual se ha Impulsores del nuevo orden constitucional como el ex ministro
considerado por muchos como un golpe frontal a la independencia FERNANDO CARRILLO FLÓREZ sostienen que hemos empezado a vivir una
judicial. No fueron aprobadas propuestas concretas, como la expresa verdadera “democracia judicial”, que conlleva implicaciones políticas
prohibición de las autoridades de interferir en las decisiones judiciales, de los fallos judiciales y un ejercicio con carácter ‘político’ de la función
ni una norma transitoria que durante 10 años imponía una suma no judicial. Por esa vía, defienden los “controles democráticos estrictos
menor del 10% del presupuesto de la Nación para la Rama Judicial y en dicho ejercicio”.
el Ministerio Público.
Para este sector de analistas, la independencia dibujada por la Carta
La Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, por su parte, con-
Política puede llegar a ser malentendida y mal utilizada, puede sig-
sagró el principio de la independencia funcional en el inciso segundo
nificar una patente de corso para sumir en el aislamiento la función
de su artículo 5º, en el que prohíbe a todos los jueces o empleados
judicial, y puede levantar obstáculos a la armonía en las relaciones
administrativos “insinuar, exigir, determinar o aconsejar a un fun-
entre los poderes públicos. “Por eso –dicen– resulta inconcebible con-
cionario judicial para imponerle las decisiones o criterios que deba
siderar la reforma de la justicia como un campo inmune a la política
adoptar en sus providencias”. Este tipo de independencia judicial
y pretender que existan sistemas políticos no asentados fácticamente
en estructuras jurídico-institucionales”14.

12
Cepeda Espinosa Manuel José. 2004. “Defensa judicial de la Desde otra orilla, en el sector judicial hemos visto cómo la realización
Constitución”, en Fortalezas de Colombia, Ariel, Bogotá. del valor y principio de la independencia del juez “ha alcanzado noto-
13
De Sousa Santos, Boaventura. El caleidoscopio de las justicias. riedad, pero también desconocimientos y negaciones en un clima de
2001. Eds. varios. Bogotá. gran controversia pública”15. Para algunos de nosotros, entre quienes
14
Carrillo Flórez, Fernando. 2004. “La séptima papeleta”, en
me atrevo a incluir a la Corte Suprema de Justicia, “no puede decirse
Fortalezas de Colombia, Ariel, Bogotá.
15
Arboleda Ripoll, Fernando. Avances y riesgos del Poder Judicial, en en términos rotundos que la independencia judicial constituya una
revista Corte Suprema, No. 13. Bogotá. 2001. cultura en nuestro medio que legitime por sí sola la configuración y
16
Cfr. Arboleda Ripoll... desempeño del Poder Judicial”16.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 32


De tiempo atrás hemos denunciado la erosión del principio de inde- HARLAN STONE, citado por su colega SANDRA O’CONNOR: “El único freno a
pendencia del juez ordinario, paradójicamente, desde la misma Rama. nuestro propio ejercicio del poder es nuestra propia mesura”.
La vía: acción de tutela contra providencias judiciales.
Pero es indispensable que exista una conciencia colectiva sobre la
Luego de prudente espera, llegó un punto en que la Corte tuvo que real independencia de sus jueces y a ello deben contribuir necesaria-
dejar de asistir al derrumbe del sistema jurídico “como quien mira mente los otros poderes públicos. De la dimensión que se le dé a la
llover”. Por eso actuó. Por eso sigue empeñada en participar en una independencia judicial depende que la percepción de los colombianos
reforma que vaya más allá de combatir la congestión. Por eso, con los marque un indicador superior sobre ella. El respeto efectivo a la con-
mensajes de apoyo que ha recibido de los jueces y magistrados de la dición suprema de los tribunales y a la contribución a la defensa de
jurisdicción, seguirá insistiendo en sanear los vacíos en la regulación su supervivencia como elemento esencial de la democracia es lo que
de competencias entre jurisdicciones; vacíos que están minando la muestra la coexistencia de poderes públicos autónomos. Retumban,
autonomía e independencia judicial, que se cambiaron en 1991, para todavía en la memoria de los colombianos que jamás podremos olvidar,
buscarlas con la nueva Carta Política. como homenaje simbólico de una triste página de nuestra malograda
historia, el clamor del inmolado Presidente de la Corte Suprema, AL-
FONSO REYES ECHANDÍA: “¡Cese el fuego! ¡Cese el fuego!”. Era el más alto
dignatario del Poder Judicial el que en medio de aquel ignominioso
acto de terror se dirigía al primer mandatario de la Nación. La súpli-
Más que un privilegio de los jueces, la ca, que en ese momento adquiría la connotación de una verdadera
independencia judicial es una garantía de orden perentoria a que nuestra respetada Fuerza Pública antepusiera
los ciudadanos. Para impedir interferencias la integridad de los empleados cautivos y la sede de los más altos tri-
bunales de la República, y se abstuviera de repeler el ataque aleve de
indebidas en ella y romper el equilibrio que los subversivos, no fue atendida por nadie. ¿Hasta dónde, pregunto al
busca, el sistema jurídico debe asegurarle conmemorarse 20 años de tan execrable hecho, y sin que se trate de un
juicio de valor sobre la conducta de los funcionarios de aquel entonces,
adecuadas condiciones internas y externas. el control del orden público, que constitucionalmente ha sido, es y
seguirá siendo un monopolio del Gobierno, es un valor absoluto que
no admite ponderación y balanceo frente a otros de similar jerarquía
como el de la independencia judicial en su dimensión institucional, en
momentos concretos de tensión como el vivido en aquellas dantescas
Es que si no se respeta la cosa juzgada, la independencia judicial es escenas de noviembre de 1985?
pura entelequia. Lo peor es que sea dentro de la misma justicia que
se desquicie un elemento fundamental para la democracia, como es Reitero, solo pretendo despertar el interés para que hagamos un acto
la seguridad jurídica. de fe en nuestras instituciones democráticas. Para que nunca tengamos
que repetirnos el mismo interrogante: ¿Existe en nuestro país un Poder
Ahora, que a cambio de un alto grado de independencia judicial se Judicial realmente independiente?
instauren controles ciudadanos eficaces, bienvenidos sean. Para mí no
existe el mínimo asomo de inquietud por el desarrollo de instrumentos Con seguridad hay otros aspectos que podremos evaluar desde otras
de tal estirpe. Incluso, partidario soy de que se exija una rendición ópticas. Por ejemplo, el aseguramiento de la autonomía administrativa
anual de cuentas sobre el estado de la Justicia en Colombia. Porque, y presupuestal, que probablemente implicará un proceso de rediseño
en definitiva, estoy convencido como el que más, de que la indepen- institucional del Consejo Superior de la Judicatura.
dencia del juez reside en él mismo. He aquí la razón para privilegiar el
fortalecimiento de su sentimiento de amor y respeto hacia el oficio que También es muy importante, por las trascendentales connotaciones
ejerce un juez. Que se sienta imbuido de su importancia y se constituya que para la independencia tiene, que evaluemos conjuntamente el
en un ser capaz de responder a las exigencias de la comunidad y de funcionamiento de la carrera judicial desde 1987. Los jueces tienen la
los tiempos en que funge tan divina actividad. autoridad para hacerlo y están exentos de cualquier apremio, porque
son funcionarios de carrera. Un 97% de los tribunales superiores y más
Lo que importa, a mi juicio, es tener conciencia de que se es íntegro, de un 90% de los juzgados están ocupados por jueces que superaron
imparcial e independiente. Porque es una utopía pensar que en algún las pruebas de mérito para estar allí. Quizá sea el momento de empezar
momento cesarán las presiones políticas, económicas o de cualquier un gran debate dentro de la judicatura que, posteriormente, sirva de
otro tipo de interés, provenientes de los detentadores de algún poder, estandarte a la aplazada ley de carrera judicial en nuestro medio. Es
o de las partes mismas. En palabras de quien fuera juez de la Suprema permanente la vigencia de la búsqueda de la independencia del juez.
Corte de los Estados Unidos durante el último gobierno de ROOSEVELT, Ese es un horizonte sin fin que a diario recorremos.

33 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


La oralidad,
*
elevación de la cultura jurídica

YESID RAMÍREZ BA STIDA S


PRESIDENTE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, 2006

E
l rey ha muerto. En el oráculo de Delfos, el dios empírica y cotidiana de los pastores. Entre los dos pastores
Apolo revela que el rey de Tebas fue asesinado. y los dioses hay una correspondencia: dicen lo mismo, ven
“Fuiste tú quien mató a Layo”, agrega el adivino la misma cosa, pero no con el mismo lenguaje ni con los
Tiresias increpando a Edipo. Pero las divagaciones mismos ojos... Esta dramatización de la historia del derecho
de los reyes Yocasta y Edipo impiden aclarar el cri- griego compendia una de las grandes conquistas de la demo-
men. Aparecen posteriormente las declaraciones cracia ateniense: la historia del proceso a través del cual el
de dos pastores que resuelven el enigma y confirman la sentencia de pueblo se apoderó del derecho de juzgar, de decir la verdad,
los dioses. La verdad surge y la profecía se cumple: Edipo dio muerte de oponer la verdad a sus propios señores, de juzgar a quienes
a Layo, sin saber que era su padre. lo gobernaban”2.
En esta tragedia, donde por años solo se estudió el famoso complejo La pregunta de ahora es: ¿Hasta dónde se han profundizado y desa-
de la relación incestuosa entre madre e hijo, Michel Foucault des- rrollado las bases del proceso judicial democrático en el curso de los
cubrió el primer vestigio de las prácticas judiciales en la cultura de últimos dos milenios y medio? Infortunadamente, no se puede hablar
Occidente. La obra de Sófocles se sitúa en el origen de la civilización de una evolución categórica, armónica o progresivamente ascenden-
ateniense del siglo V, a la que tanto debemos, y entraña una ruptura te. La historia ha registrado movimientos pendulares de elevación y
radical con los antiguos poderes mágico-religiosos como portadores retroceso. En todo caso, los caminos se bifurcan para siempre en el
de la verdad revelada. procedimiento penal: uno por la senda del modelo inquisitivo y, el otro,
por la ruta del sistema acusatorio. El primero afirmado en la palabra
A partir de entonces, se sabe que el testigo de viva voz, en condición de escrita, el segundo en la palabra hablada. Otros van más allá: prefieren
igualdad con todos sus semejantes, es una pieza clave para descifrar
las verdades judiciales. No importa que sea un hombre humilde,
un rey, un ministro, un pescador, un presidente, un profesional, un
* Texto de la ponencia “La función judicial como uno de los pilares
analfabeta, un campesino, un obrero o un pastor oculto en su cabaña.
de la democracia”, presentada por el autor en el marco del III
Lo importante es su naturaleza humana capaz de lenguaje, como ser Congreso Panameño de Derecho Procesal, realizado en Ciudad de
que habla, interactúa, piensa y tiene pretensiones de verdad. Panamá el 16 de agosto de 2006.
1
YESID RAMÍREZ BASTIDAS, Presidente Corte Suprema de Justicia
Para Foucault, la tragedia de Edipo es una revolución, es la salida de de Colombia. Conferencia dictada en el marco del III Congreso
la profecía al testimonio: Panameño de Derecho Procesal.
2
MICHEL FOUCAULT, De las conferencias dictadas en la Pontificia
“Es una manera de desplazar el brillo o la luz de la verdad Universidad Católica de Río de Janeiro, recogidas en el libro La
del brillo profético y adivino hacia la mirada de algún modo verdad y las formas jurídicas. Barcelona. Edit. Gedisa, 1995.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 34


mezclarlos y adoptan los sistemas mixtos, como parecen serlo todos Alojados en este otro escenario de la justicia, hoy inicialmente en
los que hoy operan en el hemisferio occidental. Colombia para el Derecho Penal, parafraseando a Octavio Paz, se
puede afirmar que en los estrados judiciales “los ojos hablan, las
La inquietud así planteada cobra vigencia en las circunstancias de palabras miran y las miradas piensan”. Esto es posible con la reunión
cambio por las cuales se atraviesa en estas latitudes del planeta. Y es de jueces, abogados, victimarios, víctimas, periodistas y testigos en
claro que toda transformación genera incertidumbre. Sin embargo, un solo lugar: las salas de audiencia en las que se resuelven a la luz
detenido el péndulo de esa natural perplejidad, toda transformación pública los conflictos.
abre de par en par las puertas a la esperanzada expectativa. En un
momento tan crucial se encuentra buena parte de América Latina. Es El tránsito de modelo no es un elemental juego de palabras ni un
el instante histórico que palpita en Panamá. Es el camino en la forma simple retoque de maquillaje a los procedimientos judiciales. Es la
de concebir el Derecho que explora desde el año 2005 Colombia y que, posibilidad de encauzar una transformación jurídico-social dirigida a
recientemente, también emprendieron Ecuador, Chile, Paraguay, El remover las más hondas raíces de lo que hasta hoy considerábamos
Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y República Dominicana, sagrado: la escritura. Así, sin desechar ni menospreciar rotunda-
países que dejan el procedimiento centrado básicamente en la escritura mente el documento plasmado en papel, se torna relativo aquello
y le apuestan a la oralidad sus sueños de consolidar la justicia. de que “lo escrito escrito está”. Se despeja la travesía a la cultura de
la oralidad.
Este rumbo presenta colosales retos porque se presenta en una región
del mundo acostumbrada a que “todo cambie para que nada cambie”. Esto significa, ni más ni menos, un movimiento de paradigmas. Es el
Donde las reformas desfilan, una tras otra, sin que nada parezca mejo- paso que introduce un procedimiento determinante para los resul-
rar el diario vivir. Pero, sobre todo, los desafíos son inmensos porque el tados de fondo, donde el rito de las formas influye en la esencia de
sendero escogido exige plantar la semilla y fundar una cultura distinta: las conclusiones. Es una noción del Derecho que contribuye a borrar
la cultura de la oralidad en el procedimiento judicial. Es el salto de la aquella arcaica imagen de la justicia ciega, de ojos vendados. Los
escritura a la palabra viva. Es la superación del aparente dilema de la principios de la oralidad la dibujan y simbolizan tal como la imaginó
perpetuidad de lo escrito frente a la vivacidad de lo hablado. Gorphe, aquel notable magistrado francés del siglo pasado: como una

35 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


figura de mirada penetrante, “una efigie que, con una antorcha en
la mano, esclareciese una balanza moderna: justicia que cierre los
ojos ante las preferencias personales y que se tape los oídos frente a
las recomendaciones, sin duda; pero que también alumbre, con la
luminaria de la ciencia, para descubrir la verdad y pesar con precisa
medida”3.

Tamaña empresa no da tregua ni espera. De ahí la trascendental im-


portancia de espacios académicos para apoyar la tarea de sumarse a
la búsqueda de la mejor adaptación del modelo penal acusatorio a la
realidad social de cada país. Es tiempo de lanzarse, entonces, a sondear
la profundidad de esas aguas en que empezamos a navegar.

Debo señalar, en primera medida, mi orilla de partida y mi puerto


de llegada: la oralidad como cultura, teniendo en cuenta que su
potencialidad de servicio a la sociedad depende directamente de la
fuerza vital que alcance su desarrollo en la función judicial y, a su
vez, se arraigue en ella como indicador de democracia y seguridad
jurídica. Premisa ya advertida en el fondo por las autoridades de este
país, según se desprende de lo que señaló hace pocos meses, en un
ciclo de conferencias también organizado por el Instituto Colombo-
Panameño de Derecho Procesal, la señora Procuradora General de la
Nación, al indicar cómo “se trata de un cambio de cultura jurídica, una
transformación cultural que supone la especialización, capacitación y
adecuación de las prácticas al nuevo procedimiento”4.

II
Lento aprendizaje, sinuosa evolución
Desde el enfoque señalado es preciso retomar aquella enseñanza de
Calamandrei en la cual relata cómo, luego de décadas de estudio,
debió aceptar lo que un veterano empleado de su padre le enseñó al
inicio de su carrera: que “lo que cuenta es la práctica”; que el proceso
es algo más que el vasto contenido de los códigos y las majestuosas
catedrales góticas sobre teorías del derecho, levantadas por la doctrina
jurídica con sus impresionantes elaboraciones conceptuales.

“Rechazaba entonces con juvenil desprecio las sugerencias de aquel


viejo inoportuno –admite Calamandrei–, pero, después de cuarenta
años, he llegado a advertir que bajo aquellas modestas palabras se
escondía una gran verdad. Hoy debo reconocer que el proceso, tal
como está escrito en el Código, no es sino un molde vacío que asume
distintas figuras al traducirse en la realidad, de acuerdo con las sus-
tancias que se le vierten en el interior. Y es así como de un modelo
3
FRANCOIS GORPHE, La apreciación judicial de las pruebas. único pueden surgir procedimientos de los tipos más variados en
Buenos Aires, Edit. La Ley. las diversas circunscripciones judiciales del mismo Estado, que aun
4
Conferencia magistral de la Procuradora General de Panamá cuando todos ellos pretenden ser aplicaciones fieles de la misma ley
ante el VIII Congreso Nacional de Abogados “Retos y desafíos
procesal, guardan entre sí una semejanza menor de la que tienen los
del Ministerio Público ante las reformas penales”, transcrita en la
página de internet de la Procuraduría General de la Nación.
hijos de la misma madre”5.
5
PIERO CALAMANDREI, de las conferencias pronunciadas por el
Apoyo esta intervención en la voz del gran maestro italiano, sin
autor en la Universidad Nacional Autónoma de México ese año,
recogidas en el libro Proceso y democracia, Edit. Jurídicas Europa- ánimo pesimista. Por el contrario, pretendo que mantengamos los
América, Buenos Aires, 1960. faros luminosos y las alertas encendidas. Pretendo defender el sueño

Corte Suprema de Justicia • Revista 22 36


latinoamericano de consolidar sistemas judiciales democráticamente Quizá este sea también el juicio más corto en la historia de la huma-
orientados, sueño que ya se está haciendo realidad en Colombia nidad. Lo claro es que, sin necesidad de acudir a testigos, la palabra,
mediante la reforma constitucional del 2002 (Acto Legislativo 03) y mediada por lo sagrado, sale en él al paso de la verdad y la razón.
la Ley 906 del 2004, que gradualmente han puesto en marcha desde Emerge con pleno poder para solucionar un acertijo que, de otra forma,
el año 2005 el Sistema Acusatorio colombiano basado en el juicio y el podría haberse prolongado con un incierto desenlace o, cuando menos,
método oral en todas sus etapas. habría quedado totalmente en manos de la justicia divina.

No obstante, el fuego de ese sueño debe atizarse sin sosiego para En la antigüedad de la civilización occidental prevaleció la tradición
impedir que se convierta en pesadilla. Son incontables las iniciativas oral en los procedimientos, con un elemento indisoluble de ella: la
frustradas solo por olvidar el pequeño detalle de que “las leyes pro- publicidad. ¿Quién no recuerda las famosas ágoras griegas y el triste-
cesales no son otra cosa que una frágil red a través de cuyas mallas mente célebre juicio de Sócrates? Como se sabe, la justicia se impartía
presiona y a veces desborda la realidad”6. Basta asomarse a lo ocurrido en la plaza pública los días de mercado, cuando los ciudadanos tenían
en tantos países con la consagración legal del proceso oral en material acceso cercano, próximo e inmediato a los juicios. El pueblo, con su
civil, administrativa, penal, laboral, como Italia, Argentina o en la imponente presencia, ostentaba “el derecho de juzgar”.
misma Colombia, donde hace más de cincuenta años existen legal-
Es cierto que, en la opacidad de siglos ulteriores, esas huellas de lucidez
mente las audiencias de trámite en los juicios laborales sin haber sido
se borran y refunden. Sobrevienen pavorosas épocas de decadencia.
estrenadas jamás. Lo propio sucedió con las audiencias de juzgamiento
Oscurantismo que alcanzó su máxima expresión en la Edad Media,
previstas en el anterior sistema penal mixto, pues en la mayoría de
cuando se dieron crueles formas de indagación. Hoy recordamos
los casos los oradores se limitaban a memorizar un discurso escrito
con vergüenza las ordalías o “juicios de Dios”, en que los acusados,
que entregaban al final de cada intervención, relegándose así las
culpables e inocentes, enfrentaban desafíos de fuerza bruta, pruebas
potencialidades de lo oralidad.
de hierro candente, sustancias venenosas, ollas de agua hirviendo y
Pues bien: tienen sobrada razón quienes, tratando sin éxito de socavar otros tipos de demostraciones humanamente imposibles de superar.
nuestro entusiasmo, dicen que no estamos implementando nada No hay en ellos límites entre lo divino y lo terrenal.
novedoso. Tienen razón cuando afirman que la oralidad, como lo
Es cierto que el Derecho de esos sombríos tiempos se convierte en
vimos en la referencia a Edipo Rey, acompaña las más antiguas prác-
una suerte de ritual violento. La verdad se pretende destapar detrás
ticas judiciales griegas y luego las romanas, al igual que sus métodos
de la tortura y la opresión. Justicia y paz no se encuentran; por el
de establecer la verdad. A lo que no pueden aspirar con razón es a
contrario, no hay frontera entre guerra y Derecho. El Derecho, simple
desvirtuar las grandes posibilidades que brinda este viejo sistema, al
y llanamente, es la manera de continuar la guerra8.
que todos –sin excepción, opositores o partidarios– estamos ahora
llamados a enriquecer y dar nuevos bríos. Pero también es cierto que, por fortuna, esos tiempos fueron quedando
en el pasado. El proceso y sus formas jurídicas, como instrumento
Fue el mismo Foucault quien nos hizo caer en cuenta cómo, desde para investigar la verdad y aplicar justicia, adquiere perfil de capital im-
la antigüedad, el poder de la palabra hablada ha tenido la virtud de portancia para la función judicial en el Estado Moderno. Su evolución
conjurar los conflictos humanos y contribuir ágil, eficaz, eficiente y
rápidamente en el hallazgo de la verdad y la razón.
6
PIERO CALAMANDREI, ob. cit.
En el ciclo de conferencias que dictó en Brasil en mayo del 73, Foucault 7
MICHEL FOUCAULT, ob. cit.
ubica la primera evidencia de indagación de la verdad en La Iliada 8
MICHEL FOUCAULT, ob. cit.
de Homero, quien vivió en la Grecia del 700 antes de Cristo. Y la sitúa
en el relato del enfrentamiento de Antíloco con Menelao durante los
juegos realizados con motivo de la muerte de Patroclo. En la carrera,
los dos competidores toman la delantera y a la altura de la curva En el ejercicio profesional debemos conjurar el
ocurre una irregularidad. Menelao acusa ante el jurado a Antíloco de peligro que advierten algunos juristas en la pertinaz
cometerla para ganar la competencia. Tras la negación del acusado,
Menelao lo desafía diciendo: permanencia del alma del procedimiento escrito
en el oral. El espíritu que deja vacante la escritura
“‘Pon tu mano derecha sobre la cabeza de tu caballo, sujeta debe ser llenado de inmediato por el espíritu de la
con la mano izquierda tu fusta y jura ante Zeus que no co-
metiste irregularidad’. En ese instante, Antíloco, frente a este palabra viva.
desafío, que es una prueba, renuncia a ella, no jura y reconoce
así que cometió irregularidad”7.

37 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


corre paralela a los progresos políticos y a las tendencias del Estado;
desde el Absolutista al Estado de Derecho y a los contemporáneos
Estados Sociales y Constitucionales de Derecho. Es así como en la
época actual el debido proceso se traduce en una garantía política
democrática, consagrada expresamente para la función judicial tanto
en las Constituciones Políticas de los Estados como en los tratados
multilaterales de Derechos Humanos.

Ya decíamos que, en el campo punitivo, las alternativas de procedi-


miento se bifurcan en los esquemas inquisitivo y acusatorio, quedando
abierta la opción generalizada de una mixtura que incluye elementos
de los dos. Sabemos igualmente que la disyuntiva apunta a la elec-
ción del sistema más fluido y apropiado para encauzar la defensa de
los intereses en juego y, simultáneamente, conseguir las finalidades
sociales del proceso penal.

El dilema, visto desde esta perspectiva, no es cuestión de poca monta.


Escoger uno u otro sistema, privilegiar uno sobre el otro e imprimirle
dinámica, comprometen la responsabilidad de detener el péndulo de
la historia del lado de postulados más o menos cercanos al régimen
democrático conquistado.

“La importancia del procedimiento –señala Tomás Jofre– ha sido


considerada siempre superior a las leyes penales de fondo. Se concibe
que hayan existido sociedades donde la pena por imponerse dependía
del arbitrio del juez, pero jamás las garantías procesales han tenido
tal laxitud. La necesidad de un código de procedimientos es, pues,
mucho más urgente que la de un código penal. Éste se ha hecho para
castigar a los que infringen ciertas reglas de convivencia social, al paso
que aquel interesa no solo a los culpables, sino que es la salvaguarda
de los hombres honrados. El primero ha sido llamado algunas veces
el código de los malhechores, mientras al segundo se le ha calificado
como el código de la gente honrada. Es que cualquiera –subraya Jo-
fre– puede afirmar que no matará ni robará, pero nadie puede estar
seguro de que no será procesado algún día sin haber puesto nada de
su parte y a pesar de su inocencia”9.
Les llegó la hora al valor y al poder de la palabra hablada. Valor y
III poder cuya fuerza se evidencia en la oralidad del procedimiento que,
Juicio oral, valor de la palabra a su vez, instrumenta la realización de los principios de publicidad,
contradicción, concentración, inmediación, integración, celeridad y
Con el trasfondo de aquel dilema, el timón del proceso está girando en eficiencia. Principios que entre sí se complementan y desarrollan.
América Latina. Mediante audaces reformas se empieza a trazar hoja Cimiento de la función judicial que, a su vez, se erige como uno de
de ruta en dirección al procedimiento oral. La región tomó conciencia los pilares democráticos del sistema recientemente adoptado por
del peligroso abismo que se abre entre Derecho y sociedad, cuando Colombia y algunos de sus vecinos.
los ciudadanos sienten lejanas y ajenas las reglas que los gobiernan.
Tomó conciencia del callejón sin salida al que llegaron sus formalismos En efecto: se ha irrigado por casi todo el mundo jurídico que tiene
inclinados a lo escrito. Por eso, muchos de nuestros países iniciaron su influencia en nuestro subcontinente la sistemática procesal penal de
propia marcha en la vía del Sistema Penal Acusatorio y, ahora, Panamá corte acusatorio, cuyas principales características son: la estructura
fija su mirada en esa misma dirección. bifásica del proceso; la configuración triádica de actores. Y, un juicio
oral y público con inmediación y concentración probatoria en la au-
diencia, contradicción, celeridad, presunción de inocencia y principio
9
TOMÁS JOFRE, Manual de Procedimiento, citado en la Enciclopedia de oportunidad, valores cimeros que se constituyeron en las puntas
Jurídica Omeba. de lanza de las democracias liberales.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 38


En el procedimiento por audiencias, oral, contradictorio, concen-
trado, democrático y garantista, el elemento por antonomasia es la
comunicación y la argumentación verbal. Ese fue el gran avance en
En el procedimiento por audiencias, la infancia del género humano cuando se pasó de la fisiología del
homínido a la axiología del humánido, convirtiéndose el conversar
oral, contradictorio, concentrado, en pieza rutilante para afianzar los valores de solidaridad y tolerancia,
democrático y garantista, los elementos las máximas aspiraciones del hombre.
por antonomasia son la comunicación El aporte de la publicidad se suma al fortalecimiento del juez como
y la argumentación verbal. líder natural de la comunidad, importancia tal que hoy se dice que es
el único soporte de la democracia frente al descrédito generalizado de
actores sociales tan importantes como los líderes políticos y gremiales.
De ahí que la judicatura no debe ser en extremo hermética dando la
sensación de una justicia lejana y sin compromiso. Así lo exige la
sociedad pluralista. Y la experiencia señala el gran trabajo periodis-
mo-justicia para develar y desmantelar sonoros casos de corrupción,
el principal cáncer social de estos tiempos, cuya publicidad de las

39 Corte Suprema de Justicia • Revista 22


sanciones a través de la crónica judicial o de columnas de opinión “La publicidad –resalta por su parte el Tribunal Europeo de
desincentiva el delito. Derechos Humanos– constituye el más preciado instrumento
de fiscalización popular sobre la obra de magistrados y defen-
El sistema oral ofrece una apertura para que la sociedad sepa de las sores. En último término el pueblo es el juez de jueces. La
tareas importantes que se cumplen en los Palacios de Justicia, lo que responsabilidad de las decisiones judiciales se acrecienta si
se logra de manera directa con la afluencia personal a estas ágoras tales decisiones han de ser proferidas luego de una audiencia
modernas, templos y escuelas de los derechos humanos, cuyos más pública de las partes y en la propia audiencia, en presencia del
importantes sacerdotes y maestros deben oficiar ahí, bajo la mirada pueblo”10. En palabras de Ferrajoli, “la publicidad asegura el
atenta de la ciudadanía y de los medios de comunicación que tienen control, tanto interno como externo, de la actividad judicial,
su propio marco ético-operativo pero cuyos trabajos son de prima pues el procedimiento debe realizarse a la luz del sol, bajo
importancia para la vigencia del Estado de Derecho, el que les permite el control de la opinión pública y sobre todo del imputado y
independencia a manera de contrapoder –no necesariamente en el su defensor”11.
simple sentido de réplica sino para la crítica constructiva– en su bús-
queda de la verdad a través del lenguaje y de procedimientos propios A estos autorizados argumentos en favor de la publicidad de los pro-
–unidad investigativa– en los que se desdeña la reserva sumarial pero cedimientos, se unen voces de abogados, jueces y los más destacados
se reclama con celo el anonimato de la fuente, valiosa prerrogativa de tratadistas del mundo jurídico. Desde Bentham y Beccaría hasta
los regímenes democráticos en los que se permite y hasta se demanda Calamandrei, Bobbio y Ferrajoli.
una gran publicidad aun a costa de colocar a las personas en la “picota
pública”, produciéndose en ocasiones roces y colisiones de los núcleos La doctrina del esquema oral público, que en el fondo evoca las an-
densos de derechos esenciales como los de la información y los de la tiguas prácticas judiciales, es plenamente viable en el naciente siglo.
intimidad personal y la presunción de inocencia, bajo el argumento Los avances de la ciencia en comunicaciones e investigación permiten
discutible pero razonable de que su verdad no siempre coincide con seguir en tiempo real los juicios, aun sin que la gente esté de cuerpo
la verdad judicial y los juicios de responsabilidad periodística no son presente en las audiencias, dadas las comodidades que la radio, la
los mismos del Poder Judicial. internet y la televisión ofrecen.

El expediente penal debe ser también una escuela de socialización Sin embargo, la legitimidad que de esta manera se imprime al proce-
del régimen democrático, de difusión de los derechos fundamentales, dimiento verbal no llena sola la ‘esperanzada expectativa’ de la cual
donde el juez, los intervinientes y hasta los particulares sean sus hablábamos al inicio de la intervención. Se cumplirá el cometido en
mejores y principales pedagogos en la firme creencia de que esa tarea la medida en que el proceso impregne a toda la sociedad, permitiendo
incide en su consolidación y desarrollo porque debe estar presente un acceso mucho menos formalista y más cercano al Derecho, acorde
en la tensión del momento creador y el transcurso de su normalidad a las exigencias del hombre del tercer milenio.
en relación directa con el arraigo social, para que no se marchite y
en cambio se implanten real y efectivamente en las bases de una
democracia fuerte.

Desde hace años la doctrina y el derecho internacional sobre los Dere-


Desde la antigüedad, el poder de la palabra hablada
chos Humanos venían recomendando el abandono del procedimiento ha tenido la virtud de conjurar los conflictos
penal basado en la escritura. Lo consideraban incompatible con la humanos y contribuir ágil, eficaz, eficiente y
garantía de los acusados a un proceso público. La Declaración Universal
de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles rápidamente en el hallazgo de la verdad y la
y Políticos, la Declaración Americana de Derechos Humanos y las Re- razón.
glas Mínimas de las Naciones Unidas para el proceso penal contienen
disposiciones explícitas sobre la publicidad de los juicios.

Y no se puede afirmar que este sea un conocimiento exclusivo adqui-


10
rido en la modernidad por los estudiosos del Derecho. Por ejemplo:
Citado por Marcos Fernando Pablo y Ricardo Rivero Ortega en
La publicidad de las sentencias en el orden contencioso-
para los indígenas kogi que habitan al norte de Colombia, “un juicio
administrativo Madrid, Edit. Civitas, 2001. debe ser una enseñanza de la ley”12. Para ellos, como para los mayas
11
LUIGI FERRAJOLI, Derecho y razón. Madrid. Edit. Trotta, 1995. de Centroamérica, los juicios son ritos que se conducen a través de
12
GERARDO REICHEL DOLMATOFF, Bogotá, Edit. Procultura, 1985. la palabra, dotada de tan profundo significado que hasta le atribuyen
poderes curativos. Es la misma catarsis social que tanto se menciona

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 40


Foto: Miguel García
cuando se aspira a que los procesos culminen en verdad, justicia y Superado ese tipo de escollos prácticos, en estos momentos de tran-
reparación, estándares internacionales para la justicia penal. sición conviene escuchar a los defensores de la oralidad, quienes
suelen ser muy elocuentes y, en ocasiones, implacables con el sistema
En el primer semestre del 2006 se registró en el país un caso que inquisitivo a la hora de enunciar las ventajas de la palabra hablada en
ilustra el asomo de estas potencialidades del sistema acusatorio rápido el procedimiento. Entre algunas que esgrimen, sin ahorrar adjetivos
y público: el debate originado con la noticia por la condena a cuatro
para calificarlas, podemos enumerar resumida y rápidamente13:
años de prisión contra un mensajero que fue hallado responsable del
delito de “acto sexual abusivo” por tocar las nalgas a una joven que 1. El procedimiento oral asegura una mayor independencia del juez
transitaba por una calle bogotana. en virtud del respaldo y la mirada vigilante del pueblo que lo alejan
de presiones extrañas.
Según cuenta la mujer, los policías que segundos después aprehendie-
2. El espíritu humanitario que imprime. El juez debe juzgar cara
ron al acusado le preguntaron si deseaba denunciarlo, abofetearlo o
a cara al hombre de carne, hueso, sentimientos y emociones,
que le dejaran libre. Ella rechazó la ‘ley del Talión’ que insensatamente
no al “nombre” que aparece formalmente en los expedientes
le ofrecieron los agentes oficiales; prefirió llevarlo ante la justicia para
escritos.
“sentar precedente” y contribuir a frenar esas agresiones callejeras.
3. Desarrolla la función intimidatoria al exigir la presencia física del
indiciado o acusado, al igual que la difunde entre la ciudadanía
y así nadie querrá estar en el lugar del acusado.
œHasta dónde se han profundizado y desarrollado 4. Pone freno a los denunciantes temerarios, porque la publicidad
de todas las etapas del proceso se encarga de sacarlos al descu-
las bases del proceso judicial democrático en el bierto.
curso de los últimos dos milenios y medio? 5. Exige superación constante a los abogados porque el pueblo los
enaltecerá o censurará según sea su desempeño en los juicios
orales.
6. Agiliza la sustanciación y desarrollo de los procesos. En nuestro
medio, para no ir tan lejos, el primer expediente que llegó a la
La noticia generó todo tipo de reacciones. Los noticieros de televisión Corte Suprema de Justicia el año pasado bajo el sistema acusatorio
y los periódicos contrataron encuestas. Las emisoras abrieron sus cumplió la indagación, las dos instancias y el recurso de casación
micrófonos para que la gente opinara sobre la condena, la legislación y en tan solo ocho meses. Y
la conducta del mensajero. Lo claro es que la discusión pública abierta
7. Cumple una función educativa pues la gente asimila o se apropia
a raíz de este caso produjo tres consecuencias inmediatas interesan-
del ordenamiento jurídico a través de los casos que conoce, al
tes: 1. la lección social de la víctima de no responder violentamente
tiempo que aprende a defender su libertad y a hacer buen uso de
al presunto agresor con métodos primitivos medievales, al acogerse
ella.
al procedimiento legal ágil y expedito. 2. la difusión de la ley penal, y,
3. el hecho de que los ciudadanos opinen sobre el grado de justicia No hace falta continuar detallando beneficios del método oral para
o injusticia de la norma que castiga severamente ese tipo de delitos, concluir que, justamente, sus virtudes son nuestros desafíos. Así
hechos reflejados en la divulgación del episodio judicial y los sondeos que, sin prisa pero sin reposo, al estilo de los mejores artesanos,
que los medios de comunicación realizaron durante esos días. sigamos profundizado y solidificando los cimientos del proceso judi-
cial democrático sentados en el agreste curso de los últimos dos mil
Pero así como este episodio muestra las bondades de la implantación
quinientos años.
del nuevo procedimiento en Colombia, otros han develado problemas,
sobre todo en la transición. Experiencia que debe servirles a ustedes los Lo importante de los retos es identificarlos, asimilarlos, enfrentarlos
panameños para ser muy cuidadosos en ese aspecto, principalmente y férrea voluntad para superarlos. De nada nos sirven las reglas que
porque el cambio de sistema implica elevar las penas para poder ne- privilegian formas jurídicas del sistema acusatorio o saber que la
gociar rebajas por colaboración eficaz con la justicia; así los antiguos oralidad es el camino correcto. La fortaleza, como paradójicamente
procesados, condenados con castigos bajos, aspirarán a los grandes también el talón de Aquiles, radica en la práctica. Y en esa práctica,
descuentos que por filosofía contemplará el modelo acusatorio. el valor del lenguaje y la palabra hablada.

Es verdad que acabamos de abrir las compuertas a un salto trascen-


13
Resumen tomado del estudio sobre el juicio oral realizado para dental, pero también es verdad que “el peor enemigo de la oralidad
la Enciclopedia Jurídica Omeba por el jurista argentino Julio A. es el miedo a comprometerse”, como lo repite una y otra vez Cala-
Quevedo Mendoza, 1982, Buenos Aires. mandrei.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 42


“A veces la práctica puede transformar insensiblemente la intención de Hoy no es suficiente, aunque sí necesario, el desarrollo de las habili-
una reforma, paralizando las intenciones renovadoras con una sorda dades para hablar bien que nos enseñan los manuales de oratoria. No
resistencia, más mortífera que una abierta rebelión –advierte el gran son suficientes, aunque sí indispensables, la elocuencia, la claridad,
maestro italiano–. Repetidas experiencias históricas han demostrado la brevedad y lo apasionadamente ameno con que nos expresemos
que la práctica actúa principalmente en el sentido de retardar la en las audiencias. El procedimiento oral moderno exige el dominio
marcha del proceso... Para hacer vivir una democracia no es suficiente de estas destrezas, pero sobre todo plena conciencia del rito en
la razón codificada, sino que se requiere que detrás se encuentre la que intereses sociales e individuales tan caros a nuestra conciencia
laboriosa presencia de las costumbres democráticas con las que se occidental, como la libertad y la dignidad, apuestan su suerte a los
pretenda y se sepa traducirla, día a día, en una concreta, razonada y mejores argumentos.
razonable realidad”14. IV...
Precisamente en la metamorfosis de las costumbres es que debemos Por todo lo anterior, en las audiencias la palabra no se puede prestar
centrar el esfuerzo de la tarea que sigue. Centrarla en el mismísimo a un simple intercambio de pareceres. La discusión, como señala Fer-
cambio de mentalidad. El giro de paradigma altera la totalidad del nando Savater, significa originariamente “sacudir, derribar, zarandear
clima cultural al que se adaptaron las generaciones que nos preceden. algo para que demuestre sólidas raíces o incluso arrancarlo de su
Aquí cambian las miradas del juez, el fiscal, el justiciable, el abogado suelo nutricio para que las enseñe y puedan ser comprobadas. Así es
y el espectador. Y cambian no solo porque queden sometidas a la luz como hay que proceder con las opiniones. Solo las más fuertes deben
incandescente de los reflectores o varíen radicalmente aspectos como sobrevivir, cuando logre ganarse la verificación que las legalice”17.
el retorno al clásico papel del juez neutral, sino porque la palabra
hablada y el lenguaje incursionan como protagonistas del cambio. Queda así derrumbado aquel mito de que “todas las opiniones son
respetables”, porque en realidad en el juicio oral todas las opiniones
Para tener una somera idea de cómo el lenguaje puede construir, deben ser discutibles.
basta mirar el formidable efecto con el que la palabra acompañó e
En este contexto, en el cual nuestros países se suman a una nueva era
impulsó a la Revolución Francesa. Entre otras cosas, la Revolución
para la palabra, esperemos que la fuerza de los argumentos borre para
mostró que la totalidad del léxico de las relaciones sociales y el es-
siempre la fuerza bruta, que el poder del Derecho conquiste tal punto
pectro de las instituciones pueden sustituirse casi de la noche a la
del péndulo de la historia que desplace para siempre la violencia en el
mañana. El lenguaje de los derechos se ancló en la conciencia de los
espacio de la solución de los conflictos. En medio tendremos el poder
ciudadanos más allá de las construcciones teóricas y conceptuales
del lenguaje, ese lenguaje que, como dice Borges, “hacen los pescado-
de los juristas15.
res, los campesinos” razón para acudir a las bases donde se articula
No vamos a hacernos esas mismas ilusiones porque sabemos que la palabra. Y en ese camino, todos tenemos el gran compromiso de
las reformas de largo aliento requieren lentos procesos sociales. Lo entrar y llenar de contenido el procedimiento oral. Asumiéndolo con
que sí debemos es conjurar desde ahora, en el ejercicio profesional, responsabilidad, la función judicial tiene la misión de culminar la tarea
el peligro que advierten algunos juristas en la pertinaz permanencia democratizadora iniciada y soñada por las reformas en marcha.
del alma del procedimiento escrito en el oral. El espíritu que deja
vacante la escritura debe ser llenado de inmediato por el espíritu de
la palabra viva.

Sin duda, es una tarea compleja. Significa articular la mirada empí-


La doctrina del esquema oral público, que en el
rica y cotidiana de los pastores de Tebas y el hombre actual con los fondo evoca las antiguas prácticas judiciales, es
progresos del lenguaje y el mundo del Derecho. Implica resolver los plenamente viable en el naciente siglo.
más enredados enigmas de la moderna dogmática penal en el len-
guaje sencillo del ciudadano común y corriente. Implica traducir el
Derecho al lenguaje del pueblo, sin perder el equilibrio ni la balanza
de la justicia.
14
PIERO CALAMANDREI, ob. cit.
15
El cambio requiere retornar a la oratoria, pero no a la retórica vacía Sobre este tema han trabajado juiciosamente, entre otros, el filósofo
de los ya casi olvidados sofistas griegos. Requiere un ejercicio forense norteamericano Richard Rorty y el jurista español Eduardo García
de Enterría.
apropiado de la razón comunicativa de que nos habla Habermas, en 16
JÜRGEN HABERMAS, Teoría de la acción comunicativa. Edit.
la cual “desde la perspectiva de los participantes, el mundo de la vida Taurus, Bogotá, 1998.
aparece como el contexto, creador de horizonte de los procesos de 17
FERNANDO SAVATER, Diccionario filosófico. Edit. Planeta,
entendimiento”16. Madrid, 1998.

43 Corte Suprema de Justicia • Revista 22


Protección de los
consumidores frente
a los contratos
celebrados por otros

MANUEL ISIDRO ARDILA VELÁSQUEZ


MAGISTRADO SALA DE CASACIŁN CIVIL

E
s el de la responsabilidad civil un tema viejo y sosiego y la sencillez. Ahora la vida es embrollada y de vértigo. El mun-
nuevo a la vez. Desde el fondo de las edades se do de los negocios, la producción a gran escala y la oferta de bienes
habla de ella, y ocasiones hay en que la miramos y servicios han acelerado, no solo una capacidad de consumo, sino
como tema concluido; pero a poco andar, la hasta una “necesidad” creciente y avasalladora de consumo consue-
experiencia se encarga de demostrarnos amarga- tudinario. Las cláusulas de los contratos no se discuten, a menudo
mente que no son sino vacuos alardes del jurista. se imponen, pues velozmente han de tomarse decisiones al respecto
El terreno aún por recorrer se pierde en lontananza. Los retos no que diezman de modo importante el derecho de elegir, ya que en la
parecen tener fin, y ante cada nueva situación sentimos que tambalea práctica todo se reduce a un “generoso” ofrecimiento de “o lo toma
aquella docena de principios jurídicos que harto nos sirvieron para o lo deja”. Por lo tanto, aquello de que la convención y el contrato
zanjar otro tanto de controversias y litigios pasados. En Derecho no es la expresión fiel de una voluntad libre y espontánea, al cual se
hay quizá más vasto campo que el de la responsabilidad, y exige llegaba tras amplias deliberaciones caracterizadas por las propuestas
subsecuentemente que a diario se pase revista a los conceptos e ideas y contrapropuestas, pujas y repujas, tira y afloje, al punto que podía
que dominan la materia, y saber qué tanta estabilidad han conservado decirse sin el yugo de la duda que el contrato es lo que al final pone de
con el paso del tiempo, sujetarlos a pruebas, contrapruebas, confu- acuerdo a quienes no lo estaban –el armisticio del desencuentro–, ha
taciones y objeciones, para ver de establecer –tal como quien constata variado, y mucho. Lo que ha dado pábulo para que algunos afirmen
qué tan fija y atada está la hamaca en que pretenderse tumbarse–, que al consentimiento lo ha sucedido el sometimiento, lo que es decir,
cuán sólidos están aún, si requieren un ajuste, conservan validez o se impone un deseo con disfraz de contrato, cuestión que se agrava
si definitivamente es aconsejable darlos de baja. cuando de actividades monopolísticas se trata.
Ante todo, el escenario de hoy está cambiadísimo. Por cierto, las épocas Si a ello se añade que el mercado, cada vez más amplio por virtud de
pastoriles han quedado demasiado lejos y con ellas se marcharon el procesos económicos expansivos y globalizantes, se ha visto forzado

Corte Suprema de Justicia • Revista 22 44


a desarrollar prácticas competitivas del más diverso orden en el afán midores, porque la publicidad estará siempre tentada, cuando no
de seducir y captar el mayor número posible de consumidores, al a ganar terreno desprestigiando al adversario, a ganar méritos más
que dedican importantes renglones de publicidad y propaganda, se allá de la realidad, encareciendo las propiedades de lo que ofrece,
patentiza sin mayor esfuerzo que el espectro de una eventual respon- sobredimensionando lo suyo, incentivando a través de dádivas, re-
sabilidad civil despliega un abanico enorme. Ofertas por doquier que galos, sorteos y promociones, lo que, en último resultado, desvía el
en medio de la feroz competencia procuran ponderar sus productos propósito propagandístico, cual es, en puridad, el de persuadir, y no
el de reducir y asfixiar la voluntad de los destinatarios. En condiciones
y servicios, es cuestión que genera un ambiente propicio a prácticas
semejantes se hace poco menos que imposible cumplir el ideario de
desleales entre comerciantes, y de engaño y fraude para los consu-

45 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


El mundo de los negocios,
la producción a gran escala y
la oferta de bienes y servicios
han acelerado, no solo una
capacidad de consumo,
sino hasta una „necesidad‰
creciente y avasalladora de
consumo consuetudinario.
Las cláusulas de los contratos
no se discuten, a menudo se
imponen.

Foto: Archivo Syngenta

que la voluntad jurídica sea espontánea, libre de apremios, y refleje los derechos que les atañen, para que así no se hagan presa fácil de las
en últimas el verdadero querer de los contratantes. Por supuesto diversas formas que reviste el fraude. De ordinario, el vulgo identifica
que así expandidas e intrincadas las cosas, es terreno abonado para el fraude no más que con incumplimiento de garantías y alteración
que florezca el perjuicio. Millares de víctimas por cuenta de prácticas exagerada del precio, y desconoce otros aspectos que igualmente
indeseadas en el tráfago de bienes y servicios. La victimización ha hieren sus derechos, en punto por ejemplo de los incentivos de
ganado demasiado terreno y es de rigor buscar el modo de la repara- promociones, utilización ilícita de marcas, propaganda delusiva o
ción. En tiempos como los que ahora corren hay consenso en torno engañosa, y derechos como el de ser escuchado (verbigracia a través
a la protección de las víctimas –tema por cierto de palpitante actua- de las asociaciones de consumidores) en la toma de decisiones que
lidad– y existen declaraciones universales que propenden al efectivo lo afecten. Asimismo, no basta que en el Estatuto del Consumidor
resarcimiento de ellas, sin lo cual, está más que admitido, es difícil haya procedimientos que tiendan a sancionar a productores, fabri-
lograr un orden justo y equitativo. cantes, vendedores e importadores, cuandoquiera que inobserven
sus normas, porque hay necesidad de que ello se complemente con
Es lo que sucede en el mundo del consumo, punto que hoy concita una clara política resarcitoria para el consumidor, esto es, la víctima.
nuestra atención. A buen seguro que algo se ha avanzado después En una palabra, el consumidor queda desprotegido con que solo se
de 1982, empero aún se camina a tientas en asunto que, por cierto, sancione a quien lo defraudó. Para cuyo fin es preciso dotarlo de
concierne absolutamente a todos. Si hay una zona en que todos nos mecanismos expeditos y ágiles que haga menos penosos sus reclamos,
veamos comprometidos, esa es la del consumo. Consumimos coti- los cuales, para malaventuranza suya, en veces prefiere dejarlos de
dianamente. Y sin embargo, en el país no hay verdaderas políticas que lado y más bien resignarse, ante todo cuando se trata de reclamos
traten esta problemática que, a la verdad, crece a ritmos insospecha- de poca monta económica. La gente no denuncia. Y las pocas veces
dos. Es de desear que existiera una cultura del consumidor que tenga que lo hace, no se reduce más que buscar a la Policía en busca de
por propósito que sepa siquiera cuáles son sus derechos y acciones; apoyo, pero esta carece de herramientas eficaces para brindárselo,
es deplorable que todavía existan consumidores y usuarios proclives a ante lo cual prefieren la solución sumisa y rápida de que simplemente,
justificar sus desgracias en el consumo a fuerzas oscuras del destino verbigracia, le reemplacen el bien. Más vale –dirá– un mal arreglo
o el azar, cuando en el fondo lo que se ha cometido contra él es un que un buen pleito.
típico fraude. Una cultura, pues, que tienda a secularizar el punto,
principalmente propiciada por el Estado a quien, desde la propia Por encima de todo, empero, es obligación del Estado educar hacia
Carta Política, corresponde velar por los intereses del consumidor; un consumo responsable y sustentable; lo primero, para procurar
debiera pues implementar ambiciosas campañas preventivas, con que el consumo corresponda a las necesidades reales del individuo,
amplia divulgación tendiente a conscientizar a los consumidores de y que, por consiguiente, sea coherente en la materia; y lo segundo,

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 46


con el fin de que el consumo no ponga en riesgo elementos vitales cuando no enteramente engañosa, apenas sí la cubre un velo sutil;
como el de la salud propia y colectiva, con respeto hacia el medio a la verdad, la publicidad ingresa por todas partes, la radio y televi-
ambiente. Hay que convenir en el punto de que el consumo no es un sión, en la calle, las vallas, murales, Internet, en la oficina, en los
acto solamente personal, pues podría en dado caso afectar la familia y escenarios recreativos y deportivos. Por doquiera. Es ubicua y ofrece
la comunidad entera (el ecosistema y el bienestar económico y social de toda clase de productos y servicios. Y tras los potenciales clientes
de la colectividad). Podrían violarse así derechos fundamentales como o consumidores, echando mano de un lenguaje hiperbólico, no
la vida, igualdad, intimidad, libertad de conciencia y de información; ahorra esfuerzos para aderezar y encarecer las cualidades de lo que
el fraude constituye una actitud punible, pues, en último resultado, es ofrece, prevalida acaso de lo que entre comerciantes se denomina
abusar de la posición económica de los productores y vendedores. históricamente como dolo bueno, lo que es decir, ese margen de
tolerancia para ponderar los productos, y que, dícese, no alcanza a
Debiendo existir un verdadero Derecho del Consumo apenas sí con- ser pernicioso; empero, tan singular permisión no parece encontrar
tamos con algunos instrumentos que han venido desarrollándose hoy cómodo sitio en estas materias –ni quizás en las otras–. Está
lentamente a partir de 1982, anualidad en que justamente se expidió prohibida la propaganda engañosa, y a lo que parece el engaño no
el Estatuto del Consumidor, dentro de un contexto económico algo admite en puridad gradaciones ni términos medios, asunto en el que
diverso del de hoy. No más con mencionar que venimos de esque- hoy se espera una total transparencia y sinceridad. Y las alabanzas
mas económicos proteccionistas, y ahora lo son internacionales, atrapadoras de la publicidad conspiran contra ello. La publicidad no
aperturistas, integracionistas y globalizantes, sin consumidores debe contaminar el consentimiento libre y espontáneo del consumidor,
avezados para que al final en medio de sobreofertas tenga la aptitud punto que rehúsa la práctica entre productores de rivalizar mediante
crítica de saber elegir adecuadamente. Sin duda que las reglas han las astucias, lisonjas y halagos que buscan influir indebidamente en
variado y las condiciones son muy otras. La defensa del consumidor el ánimo de las personas.
no se hace esperar como deber del Estado, quien debe extremar el
control en el aspecto preventivo, todo lo más para evitar hasta donde Adrede se reservó el último lugar para el principio de la autonomía de
sea posible que toda problemática llegue necesariamente a reclamar la voluntad y la libertad contractual, y sus secuelas obvias, tales las de
una respuesta institucional (administrativa o judicial). Ante todo un que el contrato es ley para las partes (pacta sunt servanda), y que a
consumidor informado, y más que eso, bien informado. Cuando los demás ni aprovecha ni perjudica (res inter allios acta), porque
un Estado espera más sancionar que prevenir y remediar dice de su son los que nos acercan más al tema. De entrada recuérdese que
poco adelantamiento. ellos son emblemas que desde siempre han entregado a las partes la
potestad de dirigir sus designios contractuales sin más gobierno que
No recién se menciona todo esto y se agolpan en la memoria varios el de su propia voluntad y el del orden público y las buenas costum-
postulados que han dominado el derecho privado; para decirlo bres. En el contrato así lo harán saber por medio de sus cláusulas, y
en breve, acucia el interrogante de si ante un comercio tan veloz lo convertirán en su propia ley (artículo 1602 Código Civil). Solo en
resultan apropiadas las soluciones hasta ahora aplicadas. Principios caso de que algo olviden, la normatividad –la otra ley, ¿o la verdadera
tales como el de la diligencia que debe desplegar quien contrata; el ley?– las suple. Entre tanto, son soberanos los contratantes. Así para
comportamiento de un buen padre de familia que debe ser cauto a la crear el vínculo como para anonadarlo, pues a la menor señal de su
hora de comprometer sus intereses –es sólita la afirmación de que voluntad y deseo podrán hasta darlo por concluido. La doctrina liberal
el derecho no está para defender a los mentecatos y a los imbéciles–; individualista con todo su apogeo. ¿Bueno o malo? ¿A los principios
y que es tolerable entre los negociantes un dolo “bueno” incapaz de en cuestión les ha llegado la hora crepuscular, porque hay un mundo
dañar, preceptos todos que por sabidos y estudiados que se tengan, nuevo que no los resiste?
ante ese cuadro de cosas que referidas se dejan clamar por nuevas
cavilaciones. Así, en un comercio de las características que vienen Antes de responder es preciso enfielar el ánimo. Porque con todo y
de dibujarse, ¿por ventura, está el consumidor en condiciones de lo que se diga, no es apropiado dudar de que el individualismo y su
verificar y someterlo todo a comprobación, antes de adquirir un principal expresión jurídica –el contrato– constituye un incomparable
bien o convenir un servicio? Ciertamente no. Por cierto que no está motor de progreso y desarrollo, habida cuenta de que se trata del más
educado como consumidor. Aunque se diga que el consumidor debe eficaz móvil de circulación y distribución de las riquezas. Ni regímenes
adoptar ahora un papel protagónico (desplegar cierta diligencia para como el de Rusia pudieron dar con él en tierra; y se tornó axiomático
un bien elegir), exagerado fuera que por ese sendero se le exigiera que mientras haya hombres, el interés privado será la palanca en-
cuanta constatación previa deba adelantar en ese sentido, aparte de cargada de mover el mundo, razón de su luengo trasmigrar y dilatada
que lo que es esperable en todo ambiente, aun en el comercio, es el vigencia. Así, pues, arrasarlo no parece verosímil. No. El ocaso de tal
reinado de la buena fe. molde contractual no ha llegado todavía. Aún goza de buena salud;
antes bien, se multiplica a cada paso. Pero, eso sí, como producto
En plena conexión con lo anterior, es preciso igualmente ponerlo social que es, no puede ni debe escapar a la evolución. Basta entonces
a resguardo de una publicidad que, amén de avasallante, resulta, acomodarlo a las nuevas realidades sociales; con una buena dosis de

47 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


prudencia y sensatez, se procurará que cumpla los genuinos fines contra la entidad bancaria, pues razones de peso hay de por medio
que lo inspiran, y que no sea utilizado para desvaríos que caigan en que descubren cómo la ejecución o inejecución de un contrato, que
ásperas iniquidades. El individualismo tiene que aprender a convivir en principio es asunto que únicamente atañe a las partes del contrato,
con los derechos de la colectividad. En cuanto que los postulados es cuestión de la que pueden desgajar efectos también contra terceros,
prístinos del derecho civil han de servir de adarga para el menoscabo quienes, por ende, habilitados están para deducir y reclamar del
de otros derechos, un legislador insomne tiene el deber de conjurar Banco, a despecho de que el contrato que este incumplió lo celebró
el riesgo que así se cierne sobre la comunidad. Aquí los ojos no fue con otro. Lo demandará entonces extracontractualmente.
pueden rendirse al sueño. Entonces será ineludible intervenir, no
para aniquilar la iniciativa privada, sino para colocarla en su justa Y todo porque aunque es cierto que lo del cumplimiento o incum-
proporción; no hay que perder de mira que si la economía es dirigida, plimiento de los contratos es asunto que, sin ir muy lejos, se discute
y el contrato es una de sus más salientes facetas, no tendría por qué solo dentro del marco jurídico contractual y no más que entre los
escapar a dicha dirección. El Estado garantiza la iniciativa privada, contratantes, planteamiento que parecería encontrar apoyo en el
pero responsable. En esa hora, pues, habrá contratos dirigidos, vi- célebre principio de res inter allios acta, de modo de pensar que “las
gilados y controlados, tanto en su formación como en su ejecución. acciones que allí se deriven no tienen más titular que ellos mismos”
Y la jurisprudencia, siempre a la vanguardia de las transformaciones y que, en ese orden, “todo intento de los demás por penetrar en el
sociales, no estará menos obligada a hacerlo en el entretanto. Esa, contrato ha de ser rehusado”, lo cierto es que esto, hoy día, no es
su misión primordial, su razón de ser. Procurar que el espíritu de las algo absoluto.
normas cumpla su cometido de justicia y equidad. La premisa de la que debe partirse es la de que un hecho puede generar
Ejemplo de todo lo discurrido se palpa evidentemente en el secular diversas proyecciones en el mundo jurídico; puede evidentemente
principio que se conoce con el aforismo res inter allios acta. Porque proyectar múltiples consecuencias nocivas y generar muchos daños,
él, hijo que es de la autonomía de la voluntad y la libertad contrac- bien a una misma persona o a varias. En fin, herir intereses de
tual, ha proclamado inmemorialmente que el contrato es cosa de aquí y de allá. Un hecho, aunque haga parte de un negocio jurídico,
los contratantes, suya, y no de los demás. Vale decir, que si la piedra puede por ejemplo desprender consecuencias no solo civiles sino
de toque en el contrato es el consentimiento, solo a quienes concu- también penales, y todas serán juzgadas en sus respectivos ámbitos.
rrieron a expresarlo, y dar vida al contrato, podrá afectar. Los demás “Un hecho ilícito puede asimismo dejar muchas víctimas, aunque
son ajenos al mismo, y no podrán perjudicarse, ni aun beneficiarse, no todas estén en idéntica relación con su autor, y en ese orden de
de sus efectos. Así, de viejo cuño se entiende que tal principio está ideas concurrir allí responsabilidades diversas. Los perjuicios de
guarnecido y guardado de una gruesa reja que rechaza toda injerencia un comportamiento anticontractual, verbigracia, podría lesionar
extraña. Cosas todas que parecen incontestables. Empero, su apli- no solo al co–contratante sino afectar a terceros, e incluso llegar a
cación draconiana puede llevar a inclementes soluciones. La Corte afectar no más que a terceros: el mismo hecho con roles jurídicos
Suprema de Justicia así lo ha visto y ha reclamado la morigeración varios” (Cas. Civ. Sent. de 2 de marzo de 2005, exp. 8946–01).
del punto, según las líneas que siguen, a saber: Ahora. Es claro que dicho tercero en la búsqueda de la reparación de
En un primer caso, alusivo a un consumidor de servicios bancarios, los perjuicios no puede alegar ante los tribunales que la prestación
da cuenta de un beneficiario de un cheque que, tras recibirlo de su incumplida le pertenece, ni resentirse por ejemplo de la mora. Sim-
librador lo consignó en su propia cuenta; pero acertó a suceder que plemente ha de alegar que un hecho, mondo y lirondo, le ha irrogado
sorpresivamente el girado, quien vinculado estaba mediante un con- daño, “y que si ese mismo hecho hace parte de una relación jurídica
trato de cuenta corriente con el librador del instrumento, lo devolvió que le es extraña, allá lo que suceda entre quienes tengan esa relación
de modo irregular, circunstancia que aparejó para el beneficiario el jurídica contractual, porque poco o nada le interesa; pero que mientras
incumplimiento de compromisos adquiridos para con terceros y de tanto aquí, por lo pronto, el autor de tal hecho ha de responderle.
ahí unos perjuicios. He ahí a la conducta de un contratante generando responsabilidad
extracontractual. Dicho de modo axiomático: dirá que no demanda
Sintiéndose, pues, lesionado el beneficiario, elevó judicialmente su al contratante, sino al agente de un hecho”
reclamo contra el banco, pretensión que encontró eco en los juzgadores
que, amén de hallar inaceptable la devolución, establecieron también De ahí, pues, que a juicio de la Corte es “inexacto pensar que lo que
la existencia de perjuicios. suceda por fuera de las lindes contractuales no interesa al Derecho.
Ese no es el genuino alcance del principio res inter allios acta. En la
Lo interesante aquí es que al analizar esa problemática, la Corte periferia del contrato hay terceros, como se vio, a los que el incum-
concluyó que si bien el beneficiario de un cheque impagado es un plimiento del contrato alcanza patrimonialmente, del mismo modo
extraño de cara a la relación jurídica que une al banco girado con el como en el hecho culposo de un tercero –para traer una hipótesis de
cuentacorrentista, nada obsta para que pueda accionar directamente contraste–, podría estar la causa determinante del incumplimiento

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 48


contractual, convirtiéndose en reo de responsabilidad extracontractual.
Las dos cosas se regirán por esta especie de responsabilidad. De no,
forzoso fuera compartir la teoría de que el contrato constituye una
coraza para quienes lo celebran, quienes jamás podrían ser demanda-
dos por extraños que, aunque perjudicados, son ajenos al mismo; y
que, por ahí derecho, los hechos que entran a formar parte del mundo
contractual, no pueden causar sino lesión negocial”.

Un segundo caso, este en el terreno de los consumidores de seguros,


fue el de una viuda que, al fallecer su esposo, quien tenía un seguro
de vida como deudor hipotecario de una entidad financiera, reclamó de
la aseguradora el pago de la deuda al acreedor, todo bajo el entendido
de que esta era la prestación acordada en caso de su deceso y sobre la
base de un interés evidente en que el pago se hiciera. Lo cierto es que,
negado este por la aseguradora, la viuda instauró la acción pertinente
para obligarla a ello, reclamación que acogieron los juzgadores.
Un pedazo de la discusión de allí coincidía básicamente con la del otro
caso citado como ejemplo; si la viuda, también los hijos del deudor
fallecido, que ajenos eran a la relación aseguraticia controvertida,
podían penetrar los confines del contrato con una pretensión de tenor
semejante. Y concluyó la Corte que si bien estos son terceros, que no
parte en el contrato, el interés en el cumplimiento del contrato que
en ellos se atisba les permite accionar contra la aseguradora en ese Decir a secas que el contrato no afecta a terceros
propósito, pues que, en últimas, no son terceros absolutos.
conlleva vaguedades. Por más que el contrato
A dicha conclusión arribó la Corte tras volver nuevamente sobre el
reconocido aforismo romano res inter allios acta tertio neque nocet
legalmente celebrado amerite el reconocimiento
neque prodest, con arreglo al cual las convenciones no tienen efectos de todos, no son pocos, sin embargo, los casos
sino entre las partes contratantes, principio que, por exclusión, indica
que su fuerza vinculante no lo puede ser para los demás. El contrato,
en que estos afectan a personas que no son sus
pues, es asunto de contratantes, y no podrá alcanzar intereses ajenos, celebrantes en sí.
pues “grave ofensa para la libertad contractual y la autonomía de
la voluntad fuera de otro modo. El principio de la relatividad del
contrato significa entonces que a los extraños ni afecta ni perjudica;
lo que es decir, el contrato no los toca, ni para bien ni para mal”
(Cas. Civ. Sent. de 28 de julio de 2005). En resolución, el criterio de la Corte en este sentido es que no puede
echarse al olvido “que en los alrededores del contrato hay personas
Mas, postulado como ese, entendió la Corte, no puede ser valladar ni que ciertamente no fueron sus celebrantes, pero a quienes no les
cerrojo que impida todo reclamo que roce siquiera con la prestación es indiferente la suerte final del mismo. Dicho de otro modo, no
surgida de un contrato de seguro con las características que tenía el solo el patrimonio de los contratantes padece por la ejecución o
analizado. Concluirlo de ese modo, observó, “no puede ser sino el inejecución del negocio jurídico; también otros patrimonios, de
fruto de un criterio inspirado en términos absolutos, que, dicho al algunos terceros, están llamados a soportar las consecuencias
paso, a modo de gran paradoja, tiende a explicar lo relativo que de semejante comportamiento contractual”, como sucede cuando
son los contratos”. Es que, aun cuando la autonomía de la voluntad los perjudicados con la muerte de una persona demandan porque
sigue siendo uno de los pilares más visibles en la vida contractual consideran que hubo incumplimiento del contrato de transporte. Ahí
de los individuos, debe admitirse que ha tenido que resistir ciertos ellos no alegan ser partes o acreedores de contrato; se limitan a decir
ajustes, más cuando de por medio hay un interés que trasciende la que la no ejecución de un contrato, un hecho jurídico, les ocasiona
frontera de lo estrictamente privado, casos típicos del precio en el daños reflejamente.
contrato de arrendamiento o en las ventas de mercaderías básicas de
un conglomerado, y también cuando él resulta irrisorio o sumamente Así, es evidente, entonces, que decir a secas que el contrato no afecta
lesivo para uno de los celebrantes; lo propio sucede con la teoría de a terceros conlleva vaguedades. Ha de recordarse que por más que
la imprevisión, para no citar sino unos cuantos ejemplos. el contrato legalmente celebrado amerite el reconocimiento de todos,

49 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


expresión de que en los contornos de los contratos revolotean
intereses ajenos al mismo, los cuales no es posible rehusar o
acallar no más que con el argumento de que terceros son. Por
caso, ¿cómo decírselo a la viuda de acá? Cierto que el deudor
fallecido no es el beneficiario del seguro contratado; que su
vida se aseguró para bien del acreedor, en este caso el banco.
¿Quién podría negarlo ante la letra clarísima del artículo 1144
del Código de Comercio? De modo que solo el banco es titular
de las consecuencias directas del seguro contratado. Pero a
más de él también está indiscutiblemente interesada la viuda
y los herederos, dado que las secuelas indirectas del contrato,
Foto: Colprensa señaladamente el no pago del seguro, le perjudica. De la
suerte de aquel contrato pende y en mucho la de la sociedad
El consumidor tiene derecho a la información. conyugal que tenía con su marido fallecido. Y algo similar
les acontece a los herederos. Más todavía: incluso podría ser
Y más que eso, a ser bien informado; de no, se que al beneficiario del seguro no le interese hacerlo valer –lo
torna en fácil víctima de un derecho laberíntico demuestra este proceso– porque a la vista tiene otra garantía
como la hipoteca y sacará ventaja de quienes, atemorizados
y complejo que en principio no estaría hecho por la pérdida de sus bienes pagarán, y hasta con prisa, o
para legos. que después de todo no le duela el incumplimiento de la
aseguradora cuando le ha reclamado –cosa no infrecuente
porque la experiencia se ha encargado de develarlo así más de
no son pocos, sin embargo, los casos en que estos afectan o aprove- una vez–, y entonces sería exacto afirmar que no hay mayor
chan a personas que no son sus celebrantes en sí. Tal es el caso de interesada que la viuda misma”.
la causahabiencia, consistente en que quien contrata no solo lo hace A lo que añadió:
para sí sino también para sus causahabientes bien a título universal
o singular. “Aquí, en este caso, la realidad se manifiesta con inigualable
poderío y enseña cómo hay un entorno negocial que, inspirado
Pero de mucho más interés es el caso de los acreedores de las par- en un clima de confianza, impide apedazar sus varias aristas.
tes. La suerte de ellos depende de la gestión patrimonial que haga Con poco que se fije la vista, es paladino que hay en él cierta
el deudor. Si exitosa o ruinosa, cuánto mejor o peor, de lo que se unidad en el designio convencional (mutuo–seguro) pues
deduce “que el contrato sí afecta a ciertos terceros; a lo menos, quienes participan son sabedores de los fines que refleja la
indirectamente. En estrictez jurídica los únicos que escapan de- negociación toda, de tal suerte que muy artificioso es que las
finitivamente de sus efectos, son los terceros que se denominan defensas se armen desarticulando las distintas partes del todo.
absolutos, es decir, totalmente extraños, que, según la doctrina, Es posible que una mirada fragmentaria del asunto –como
reciben por ello mismo la denominación de penitus extranei”. Por cuando se dice que ella no es beneficiaria del seguro– genere
donde surge que si con arreglo a dicho apotegma los contratos afectan conclusiones que, siendo incontestables, pudieran dirigir los
a propios y extraños, inaplazable es puntualizar que las consecuencias pasos del litigio hacia otros resultados. Pero tal argumento
directas del contrato, de acuerdo con el principio de la relatividad del algo deja de lado. Y sin alumbrarlo todo, habría una verdad
mismo, las soportan o usufructúan exclusivamente los contratantes; a medias.
evidentemente, la condición de acreedor o de deudor solo se concibe
respecto de quienes consintieron en el vínculo jurídico. Pero también “Cómo no va a venir en pos de la viuda todo lo explanado en
que “las secuelas indirectas que de ello se derivan las soportan o torno al principio de la relatividad de los negocios. Mayor-
aprovechan ciertos terceros; por cierto, si alguien paga lo que mente si de contratos de seguro de vida se trata, en el que,
debe por virtud de un negocio, ese pago puede beneficiar a los como se sabe, son convenciones destinadas por antonomasia
acreedores de quien lo recibe”. a producir efectos a favor de personas que no han participado
en su celebración. Y más todavía por el contexto en que suele
Las conclusiones de estas explicaciones las condensó la Corte del contratarse tal tipo de seguros. El deudor no fue por cierto un
siguiente modo: penitus extranei, esto es, un extraño por entero. Siempre
“Es apodíctico, así, que en el buen o mal suceso de los con- estuvo en los alrededores del contrato; tanto, que la realidad
tratos hay mucha gente interesada. Bien fuera admitir la del crédito supeditada estaba a la existencia de la garantía del

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 50


seguro, cuya prima, de otra parte –y no porque se cite en aseguradoras dejaron fomentar y crecer tal esperanza, algo faltó en
segundo lugar es lo menos importante–, debía asumir él. Todo materia de ilustración oportuna para desvanecer aquella idea genera-
eso podría alegar él si se pudiera hablar después de muerto. lizada. El consumidor, ya se dijo, tiene derecho a la información. Y
¿Cómo entonces imponerles a sus causahabientes el aspérrimo más que eso, a ser bien informado; de no, se torna en fácil víctima
mandamiento del silencio? ¿Acaso no son ellos los que a la postre de un derecho laberíntico y complejo que en principio no estaría hecho
resisten las consecuencias económicas del caso? para legos. Y una normatividad así, donde el seguro se aleja del fin
económico y jurídico para el que fue creado, que vuelve la espalda
“Lógicamente que la viuda ni nadie distinto del beneficiario al hombre común que es al fin y al cabo su destinatario, no cumple
del seguro podría demandar la prestación del seguro para los principales roles del Derecho, que propende ciertamente a un
sí. Bien es verdad que el contrato no puede convertir a un orden justo y equitativo.
tercero en acreedor; y tampoco, agrégase, en deudor. Cosa
que no está haciéndose aquí: no se remite a duda que eso Así lo exige el derecho del consumidor, porque sus normas, en su
concierne exclusivamente al beneficiario. Simplemente está mayoría de claro sabor de orden público, están hechas para restablecer
exigiendo que la aseguradora pague lo que debe; y hay que el equilibrio perdido entre productores y consumidores.
entender en sano discernimiento que la súplica es que pague a
quien debe pagar, esto es, a la Caja, cual resultó ordenándolo Con estas pocas ideas lo que se busca es simplemente llamar la
el tribunal. Interés de sobra tiene en ello. Si la Caja halló atención sobre la orientación y dirección que ha de guiar el tema de
gratuitamente quién le asegurara que a la muerte del deudor los consumidores y su protección, y excitar la controversia en bien
tenía derecho a un monto igual al saldo insoluto de la deuda, de un inaplazable Derecho de Consumo. Si así fuere, complacido
y si para así ponerse a cubierto de eventuales pérdidas acudió me declaro.
a que su deudor pagase por ello (las primas del seguro), la
viuda puede elevar su voz, precisamente porque la función
económico–jurídica del seguro ha sido puesta en vilo ante la
paciencia, aquiescencia, pasividad o tolerancia de la Caja.
Dicha actitud causa de rebote un perjuicio en el patrimonio del
causante y a su turno en el de la herencia y sociedad conyugal.
Perfectamente dirá la viuda que los seguros, y más lo que le
han costado, son para eso, para cumplirse, porque esa es
su función normal y corriente; que para algo ha de servir el
seguro. Cuando el seguro disputado en este juicio se contrató,
es verdad meridiana que el deudor, tanto o más que el propio
banco prestamista, está interesadísimo y hasta muy confiado
en las proyecciones económicas que tal seguro reflejaría en
su órbita patrimonial, y acaso fue por ello que decidió pasar
por la condición de pagar, de buen grado o no, la prima a
la aseguradora que de ordinario, dicho sea de ocasión, le
señala el mismo banco. Difícil imaginar interés más fúlgido.
Mandarle que no despegue sus labios porque no es parte en el
seguro, o porque el banco, que sí es parte, puede obrar a su
antojo, resulta una orden desproporcionada e inicua. Oírla,
pues, parece lo más sensato y de elemental justicia”.
Después de todo, agrégase ahora, es necesario crear un marco de con- Aun cuando la autonomía de la voluntad sigue
fiabilidad en el consumidor de seguros. Y no parece que lo haya habido
cuando millares de consumidores de este tipo de seguros guardaron
siendo uno de los pilares más visibles en la vida
la ilusión, y no sin motivo, de que a su muerte la vivienda quedaba contractual de los individuos, debe admitirse que
librada para su consorte e hijos; que el Banco acreedor exigiría que ha tenido que resistir ciertos ajustes, más cuando
el seguro se cumpliera, y de ahí que haya pasado por condiciones tan
onerosas como el solucionar las primas siempre en incremento. Por de por medio hay un interés que trasciende la
su mente no pasó que el tecnicismo aseguraticio les hiciera una mala frontera de lo estrictamente privado.
pasada y que, en vez de encontrar una solución de vivienda, dejase a
la posteridad sin el derecho fundamental a una vivienda digna. Si las

51 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


La subordinación laboral
en la jurisprudencia

LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ


MAGISTRADO SALA DE CASACIŁN LABORAL

Introducción Se hacía ineludible la desmembración porque, de lo contrario, se po-


dría dar lugar a la generación de muchos problemas que entorpecerían

N
os proponemos examinar uno de los te- el buen desarrollo de aquella disciplina, en tanto que al estar separada
mas, tal vez el más sugestivo y siempre de se robustecería el principio protector y tuitivo de los derechos laborales,
actualidad, cual es el papel que ha jugado a través de una legislación disciplinada que permitiera el cultivo serio,
la subordinación en el derecho del trabajo, paciente, ponderado y mesurado de la jurisprudencia adoctrinada, con
mirar cómo se ha desarrollado este elemen- encargo responsable de proteger la labor subordinada propia de ese
to en la jurisprudencia, el que de seguro de trabajador jurídicamente dependiente y económicamente desigual1;
alguna manera termina dándole vida al contrato de trabajo, punto de subordinación que, para qué negarlo, se ha tratado de ocultar con la
partida en el desarrollo de los procesos con el que se orienta la tutela aparición de nuevas formas de trabajo independiente.
efectiva de variados derechos fundamentales y motiva la apertura del
sendero de la actividad procesal, con el horizonte de garantizar la Cierto es que son muchas las actividades que, a pesar de prestarse el
uniformidad de la doctrina que se inspira en los principios constitu- servicio personal, no entran en la esfera del trabajo subordinado, no
cionales de seguridad jurídica y de igualdad en la aplicación de ley. quedan amparadas por la legislación laboral y su participación en el
escenario jurídico cada vez se torna más dificultosa por las nuevas
Pues aunque parezca que con la sola prestación personal del servicio estructuras en la forma de producir y de contratar, porque ya no re-
se puede patentizar el contrato de trabajo, no hay duda de que aquel sulta extraña la tercerización de servicios, nuevas modalidades en la
elemento resulta siendo el centro de atracción desde el cual parte la dirección técnica, planificación en las decisiones y responsabilidades,
formación de la estructura propia del derecho laboral, cuyo nacimiento ejecución autónoma de instrucciones, orientación para buenos ren-
como disciplina jurídica autónoma surge de la necesidad de independi- dimientos en la producción, a efecto de obtener un mejor precio por
zarse del derecho civil, luego de que se razonara que al verse mezclado la labor desarrollada, lo cual resulta siendo más atractivo por superar
con una serie de institutos de ropaje capitalista no era posible tener el las escalas salariales, con lo que se permite la deslaborización y, por
reconocimiento justo, habida cuenta de que, por tratarse de una relación ende, el alejamiento de la subordinación jurídica.
jurídica surgida del ser humano, era la propia persona del trabajador
quien se ponía a disposición de un colocador para que aprovechara su I. La historia la hacen los hombres, la jurisprudencia
energía y que, por tanto, su protección debía ser la mejor. la hacen los jueces
Recordando el pasado, vemos que después de tantos años de lucha
1
ERMIDA URIARTE, Óscar. ”El concepto de subordinación o por la justicia social, por la proyección del artífice del trabajo hacia
dependencia en el derecho laboral y de la seguridad social”. Revista una auténtica seguridad social, del respeto por la dignidad y el acer-
Tributaria, Montevideo 1983 T. X. Núm 52.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 52


„El sentido de justicia, mediante el cual se aprecian
los hechos y se siente rápidamente de qué parte está
la razón, es una virtud innata. Ocurre como en la
música: la más alta inteligencia no sirve para suplir
la falta de oído‰.
Calamandrei

Foto: Archivo Syngenta


Foto: Juan Pablo Gómez
camiento a la igualdad, como que es mucho el rezago que queda de educación, el de libertad de expresión, libertad ideológica, libertad de
esa esclavitud que comienza con la condena para Adán a sacar de la empresa y el de la tutela judicial efectiva, a lo que desde hace rato está
tierra el alimento mediante el sudor de su rostro como se comenta invitando el Estado social de derecho, de cuyo respeto dependen las
en el Antiguo Testamento o cuando se sentaba como regla la de que buenas relaciones entre las clases sociales como una segura realidad
los señores solo debían saber cómo mandaban lo que el esclavo tenía en la organización de los pueblos.
que hacer, mientras ellos se ocupaban de la política y la filosofía2, o
Como es natural, todo debe atemperarse dentro de un sano senti-
miento de justicia que busque la igualdad material para todos; es
decir, que abarque a toda la sociedad, con el que se le reconozcan sin
Presentadas las distintas formas de contratación, más los efectos de la subordinación sin permitir que se antepongan
criterios inescrupulosos orientados a arrebatarle esa característica,
tendientes a mejorar el éxito de la empresa que
con la proterva intención de desconocer derechos que son el fruto de
permiten el abordamiento de nuevas tecnologías y la siembra y entrega con dedicación de la fuerza de trabajo, a los que
nuevos sistemas organizacionales, la subordinación se aspira recibir al terminar la relación porque se cree corresponder
en razón a la participación activa, con lealtad, fidelidad y decoro, todo
se va alejando o esfumando.
con sentido de pertenencia en el éxito de la empresa.

III. La subordinación frente a la jurisprudencia


la condena a quedar vinculado al trabajo de por vida, sin más que la La jurisprudencia, estimada en el derecho romano clásico como la
entrega de una deficiente alimentación como retribución3. ciencia de lo justo y de lo injusto, se define por Justiniano como la que
plasma la interpretación de la ley hecha por los jueces, especialmente
Admitamos que aquella retribución hoy se traduce en el recibo de un
por los altos tribunales encargados de unificar la aplicación de la ley,
salario exiguo que apenas alcanza para una mediana alimentación
calificándosele por la doctrina desde antaño como la “Ley que vive”
y un poco de protección sanitaria; descuidándose su integralidad,
que por su uniformidad y no contradicción con la ley y la Constitución
que abarca el amparo al trabajo, a un nivel económico decoroso, a la
Política enaltece la judicatura, no dejando de observar que puede
salud completa, a la educación y a la vivienda entre otros derechos,
rectificarse o corregirse cuando la legislación cambia y, aun sin variar,
instituidas en la Constitución Nacional, como aspiración inmediata
cuando se presentan nuevos y mejores análisis o criterios relacionados
del subordinado jurídico, lo que debe ser un programa de gobierno
con la protección de los derechos fundamentales, porque a pesar de
con voluntad política firme, segura y bien orientada, hoy apenas
desearse estable, ella no puede ser estática4, dados los cambios socio-
insinuada y difícilmente adelantada por los gobernantes de una gran
económicos, permitiendo que sea la misma jurisdicción que la ha
mayoría de Estados.
emitido la competente para realizar la respectiva actualización, ojalá
II. Sentimiento de justicia dentro del mismo proceso, pues debe recordarse, como lo advertía
En este contexto, es conveniente subrayar que, como todos los Couture5, que este es en sí mismo un instrumento de tutela del de-
conceptos humanos importantes, la justicia presenta variadas inter-
pretaciones, las cuales lógicamente dependen del saber del juzgador
que se adquiere del conjunto de preceptos, valores y principios que 2
ARISTÓTELES. Política. L. I. Capítulo II.
3
encierra la dogmática jurídica, pues todo depende del pensamiento DE BUEN, Néstor. Derecho del Trabajo T. I.
4
POUND Roscue, citado por Charles E. Wizanski, Jr. En su obra
abierto proyectado al deber ser de las cosas, de la formación, del
Reflexiones de un juez.
aprendizaje selectivo y de la cultura general de cada cual. 5
COUTURE, Eduardo J. Fundamentos de Derecho Procesal C.
Buenos Aires, 1958. De conformidad con el Art. 59 de la L. 6ª de
Ya desde Platón de manera racionalista se fundaba en la actuación 1945 se crea la Corte Suprema del Trabajo, iniciando periodo el
del propio obrar y, en el siglo XX, se habló de la Justicia Social como 1º de septiembre de 1945. Luego, según el Art. 38 del Decreto
concepción que halague a quienes vivimos del trabajo sin comprometer Extraordinario 1745/45, se establece que el Tribunal Supremo del
ni las clases ni lo económico, dentro de un marco de intervención Trabajo –mientras se expide el Código Procesal del Trabajo– debe
funcionar como asesor del Gobierno Nacional en la elaboración de
sincera y oportuna del Estado, para que fije metas tendientes al reen- los proyectos de ley. Finalmente por mandato del Art. 3º regla 6º de
cuentro de los trabajadores y su armonía con la empresa, procurando la L75/45 es que el Tribunal de Casación Laboral adquiere su función
el reconocimiento y defensa de sus derechos, entre ellos el del trabajo, plena. Sus primeros magistrados fueron Diógenes Sepúlveda Mejía,
el de la igualdad, el de la intimidad, el honor, el de reunión, el de Castor Jaramillo Arrubla y Luis Alberto Bravo.

55 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


recho, es el vehículo de la justicia dentro de un régimen democrático ella, el moldeamiento de ese elemento esencial para la vida laboral
propio de un Estado social de derecho. de los asociados.

Desde la vigencia de la Ley 6ª de 1945 y su decreto reglamentario 2127 Con evocación del pasado, desde las sentencias de los años 1946 y
de igual año y luego con el Decreto 2158 de 1948 –artículos 23 y 24 1947 el Tribunal Supremo del Trabajo en cabeza de los honorables
magistrados Castor Jaramillo Arrubla, Diógenes Sepúlveda Mejía y Luis
del C. S. del T.– para los jueces no ha sido fácil sostener un pedestal
Alberto Bravo, se emprende la interpretación de aquellas normativas,
seguro para la subordinación jurídica a través de la jurisprudencia,
diferenciándose lo que es el trabajo independiente y dependiente y
pues, con el correr de los años, con la industrialización se ha venido entre trabajadores libres y subordinados, definiendo que aquel era el
nublando el efecto jurídico del instituto, como si se quisiera recobrar que se realizaba “sin sujeción a ningún patrono, con autonomía, en
para el derecho común de donde se independizó. virtud de la actividad libre del individuo, mediante la celebración
de actos o contratos de derecho común”, y este “el que se presta con
No obstante, es a partir del 21 de diciembre de 1945 por virtud de
sujeción a un patrón, mediante un contrato de trabajo7”.
la Ley 75 del mismo año, cuando se inician las actividades propias
de la casación por el Tribunal Supremo del Trabajo. Se comienza de Se afirma, desde entonces, que la subordinación en el contrato de
manera disciplinada la elaboración de la jurisprudencia laboral6, y con trabajo y la autonomía en el independiente, es la que los diferencia
sustancialmente; advirtiendo, eso sí, que la autonomía o la libertad en
la ejecución de una labor debe ser completa y real, porque a medida
La jurisprudencia, estimada en el derecho romano que en la prestación del servicio exista la posibilidad para el patrono de
dar órdenes y, la del trabajador, la obligación de acatarlas, se presentará
clásico como la ciencia de lo justo y de lo injusto, la subordinación jurídica y entonces el contrato es de trabajo8.
se define por Justiniano como la que plasma
Se le da vida así a aquel requisito con la connotación de poder jurídico,
la interpretación de la ley hecha por los jueces, es decir, como principio de autoridad, lo bastante para la consolidación
especialmente por los altos tribunales encargados de la relación contractual de trabajo que, si en algún momento falta,
se estará indudablemente frente a un contrato civil o mercantil, atri-
de unificar la aplicación de la ley, calificándosele buyéndose a los jueces la obligación de patentizarla en cada caso9, a la
desde antaño como la „ ley que vive‰. luz del principio de la primacía de la realidad o contrato realidad, como
lo califica Mario de la Cueva10, hoy elevado a rango constitucional11,
cuya esencia está en que se deben aceptar más las circunstancias o
6
lo que ocurre en el terreno de los hechos, durante el desarrollo de la
GACETA DEL TRABAJO T. I., número I, septiembre de 1946.
relación, que lo que surge de los acuerdos o documentos celebrados
Páginas 43 a 46.
7
GACETA JUDICIAL. Casación de julio 26 de 1947, con ponencia de entre los contratantes12.
Castor Jaramillo Arrubla. T. II. 1947.
8
GACETA DEL TRABAJO II.5 Pág. 284.Casación de julio 26 de 1947. Y no es original el acogimiento de aquel elemento, el que tanto en
9
Ecuador, C.T, Art. 8º., El Salvador. C.T. Art. 17, Argentina, Arts. 21, la legislación como en la doctrina patria y extranjera sobre todo en
22, 23 y 25 LCT, Mèjico, Art. 20 L:F:T., Brasil, Art. 3º C.L.T, Perú, L. de Latinoamérica, como por ejemplo en Ecuador, El Salvador, Argentina,
P. y C., Art. 4º, Panamá, C:T: Arts. 62,64 y 65, Guatemala, C.T. art.18, México13, Brasil, Perú, Panamá, Guatemala, Costa Rica, República
Costa Rica, Art. C.T. Arts. 5º y 18, República Dominicana, Art. 1º. C.T., Dominicana, Chile, Venezuela, Paraguay y Honduras, entre otros,
Chile, C.T. Arts. 3º y 7º., Venezuela, Arts. 39 y 67 L.O.T. Paraguay C:
lo tienen en sus códigos, el que como necesario en la aplicación del
T. Art. 18, C.T. y Honduras C.T. Arts. 19 y 29, entre otros
10
DE LA CUEVA, Mario. Derecho Mexicano del Trabajo T. I. Pág. derecho del trabajo, se venía proponiendo en la doctrina pregonada
381. México 1943. por el italiano Ludovico Barassi14 desde el año 1901, quien lo definió
11
El artículo 53 de la Carta Política consagra algunos principios del como la sujeción plena y exclusiva del trabajador al poder o facultad
Derecho del Trabajo, entre los que se encuentra el de la primacía de dirección y control por parte de su empleador.
de la realidad.
12
PLA RODRIGUEZ, Américo. Los principios del Derecho del En definitiva, se constituye en componente de la esencia del contra-
Trabajo Paf. 15l–Uruguay. 1978. to, como la que envuelve las características propias de un servicio
13
En México mediante sentencia de amparo de octubre 20 de 1944
extrajo el término subordinación del artículo 17 de su primera Ley
personalísimo, ajeno y oneroso, que implica autoridad y poder de
Federal de 1931, lo que influyó para que fuera incluido en la reforma mando para dar instrucciones y órdenes, imponer reglamentos, y
de 1970, entendida como facultad jurídica del patrono para dictar establecer obligaciones por parte del empleador y hacerlas cumplir
lineamientos, instrucciones u órdenes que juzgue convenientes. frente al trabajador que le debe obediencia, so pena de ser sancionado
14
BARASSI, Ludovico. Libro II. Contratto di laboro nel Diritto su incumplimiento.
Positivo Italiano.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 56


Dentro de este contexto, su identificación afortunada con la figura der otras circunstancias que aparezcan patentizadas, sería bastante
de la subordinación jurídica, no es más que para distinguirla de la para estimar que toda actividad humana en beneficio de otra estaría
subordinación que apareja a todos los contratos del derecho común, indiscutiblemente regida por un contrato de trabajo, lo que no puede
identificables de acuerdo con la responsabilidad obligacional que trae ser admisible, porque implicaría el desconocimiento de la naturaleza
cada vínculo, llámese civil o mercantil15. y legalidad de otros vínculos contractuales20.
De allí que sea natural que en el mundo del litigio, su acreditación para Lo que sí ocurre es que presentadas las distintas formas de contra-
el derecho laboral no en pocas eventualidades resulta problemática, tación, tendientes a mejorar el éxito de la empresa que permiten el
dada la complejidad y manera como surge y se desarrolla el contra- abordamiento de nuevas tecnologías y nuevos sistemas organizacio-
to, sobre todo cuando por el querer del empleador sufre aparentes nales, la subordinación se va alejando o esfumando, al acudirse a la
deformaciones a través de la simulación del acto jurídico, orientada a celebración de contratos con la apariencia del civil o el mercantil,
oscurecer el reconocimiento de derechos que de él se emanan. de prestación de servicios administrativos, contratación a través de
cooperativas, de empresas de servicios temporales, de terceros, con-
Esa complejidad ha hecho que sea de mucha entidad su estudio tratos de distribución de servicios, subcontratación y el teletrabajo,
tanto para la judicatura como para los doctrinantes, en razón de entre otros.
su esenciabilidad, pieza fundamental en el origen de significativos
derechos fundamentales expresos o conexos; subordinación a la que Si bien es cierto, algunos de estos negocios jurídicos se revisten de
no se le puede negar la existencia de unos ingredientes adicionales legalidad21, también lo es, que en un buen número pretenden esqui-
que sirven para identificarla y que surgen de la hermenéutica de la var el pago de los derechos sociales y son estas formas las que hoy
propia definición del contrato de trabajo, como de la presunción preocupan a la comunidad laboral, no obstante las enseñanzas juris-
que se establece por la sola prestación del servicio personal, como
bien lo ha explicado la doctrina16 y que, analizados con cuidado, se
orientan a que cuando el operario cumple las órdenes obedece los 15
RUPRECHT, Alfredo J. Contrato de Trabajo. Bibliografía Ameba.
reglamentos que le señala el empleador y se somete a las cláusulas Buenos Aires–1960.
contractuales, se es un subordinado personal y si a esto se le agrega 16
SIDAQUI A. Teoría General de las Obligaciones en el Derecho
el cumplimiento de las normas relacionadas con la forma como debe del Trabajo. México 1946. Págs. 91 y 92.
17
realizar o ejecutar la labor encomendada, acorde a las indicaciones VÁSQUEZ VIALARD, Antonio. Tratado de Derecho del Trabajo T.
del empleador, se ubica en la subordinación técnica y que cuando I. Pgs. 227 y ss.
18
Corte Constitucional. Sentencia C–665 del 12 de noviembre de
todo lo que hace, tiene como recompensa el salario que le ofrecen,
1998.
se presenta la subordinación económica17. 19
Corte Constitucional. Sentencia C–665 del 12 de noviembre de
1998.
Y aunque en la jurisprudencia expresamente no se diga de la influencia 20
En casación de noviembre 24 de 1950, el Tribunal Supremo definió
de aquellos complementos como importantes para la averiguación de un litigio entre el administrador de una finca y su propietario, y
la subordinación jurídica, a efecto de establecer la existencia del con- al evidenciar los elementos del contrato encontró demostrada la
trato laboral, es lo cierto que cuando se acude a la prueba indiciaria, prestación personal del servició personal, pero al ir a estudiar la
al valorarla, es obvio que ellos influyen en su esclarecimiento y de subordinación encontró que el propietario de la finca no tenía un
alguna manera se les aplica el juicio de ponderación, constituyéndose beneficio exclusivo, por cuanto era compartido con el administrador
que incorporó su capacidad directiva, orientada a la producción
en puntales indispensables para la estructura jurídica del fallo y el
en compañía de las utilidades del negocio y además no estaba
reconocimiento de los derechos litigiosos. sometido a órdenes del patrono, pues se desdibujaba con la libertad
que tenía para buscar el éxito común de la empresa, para la que
Este hilo conductor ha llevado a la Corte a adoctrinar, desde vieja tenía que participar con los gastos para sostener y explotar la finca.
data, que la presunción de la existencia del contrato laboral que con lo cual se desdibujaba la noción de relación de trabajo.
resulta por la prestación personal del servicio, a pesar de traducirse 21
En casación de junio 7 de 1954 se estudia la subordinación de un
en una ventaja probatoria18 para quien lo presta, relevándolo en trabajador que ofreció sus servicios independientes, contratando
principio de otra actividad demostrativa en torno a la existencia del por su cuenta acorde con una cláusula contractual determinados
trabajadores para prestar el servicio, tales como un inspector
vínculo, no inhibe a que se examinen otras hechos que aparezcan
licenciado, un mecánico electricista, un mecánico de primera, un
evidenciados, porque de verdad que no toda prestación personal ayudante, dos limpiadores de aviones y un ayudante de láminas.
del servicio19 define la existencia de un contrato de trabajo, dada Se dijo que aunque prestaba un servicio personal, antes o después
la semejanza con respecto a las características propias de otros de de los vuelos en una aerolínea, no se presentaba la subordinación
naturaleza diferente. jurídica, por la facultad que tenía de contratar a sus trabajadores
y porque el transporte no era el objeto del contrato, pues la labor
Por ello, la jurisprudencia ha enseñado que si la presunción fuera no exigía una hora determinada y además tenia la disposición de
suficiente, una simple demostración del servicio personal, sin aten- contratar sus colaboradores.

57 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


prudenciales, que a lo largo de más de medio siglo vienen orientando distintas entidades, servidores de fiduciarias, vendedores por comisión,
a los operadores jurídicos, para que con juicio acudan al análisis de servidores de cooperativas, de trabajadores en misión, de trabajadores
las situaciones objetivas presentadas durante la relación contractual, vinculados por contrato de prestación de servicios, de trabajadores
acudiendo al juicio de la ponderación y averiguando las circunstancias con apariencia de simples transportadores, profesores al servicio de
ofrecidas desde su inicio. establecimientos educativos, etc.

No en vano la jurisprudencia se ha preocupado por establecer diferen- La línea jurisprudencial es bien completa, pero todavía la seguridad
cias, se repite, con otros negocios jurídicos de apariencia semejante, jurídica al respecto, como en todos los problemas del derecho, sigue
tarea que como se acotó, viene desde el Tribunal Supremo del Trabajo, siendo fuente de investigación, siendo oportuno invitar a tomar posi-
sin descuidar la favorabilidad que se ofrece con el aspecto probatorio ciones claras y a establecer hitos claves que amarren sin subjetivismos
a partir de la presunción que se advierte en la ley laboral, como la realidad contractual laboral, dándole buena dosis de importancia, a
suficiente para dar por demostrado el convenio, como por ejemplo la forma en que se ofrece el acuerdo de voluntades, la naturaleza de
pueden consultarse, en uno y otro sentido, las casaciones de octubre la institución, si el empleador o institución a través de sus directivos
20 de 1948, mayo 19 de 1954, noviembre 27 de 1957 G. J. XCI,1147, daba órdenes perentorias al operario y cómo las cumplía, el someti-
diciembre 26 de 1959 G. J. XCI, 1227 abril 1º de 1960 G. J. XCII, abril miento a un horario cuando la actividad lo amerita, la forma de pago,
9 de 1965, 708, octubre 16 de 1969, abril 24 de 1975. G. J. CLI. Pgs. cuáles derechos laborales se reconocían, la conducta asumida por las
458 y 459 noviembre 5 de 1986, julio 5 de 1976, agosto 16 de 1969, partes en la ejecución del contrato, aceptación de la tarea o actividad
diciembre 1º de 1981, mayo 5 de 1982, marzo 4 de 1994, noviembre que se debe desplegar aun sin horario25, la continuidad y repetición
13 de 1996, septiembre 23 de 1997, mayo 17 de 2004, con radicado de las actividades, la obligación de un rendimiento mínimo por labor
2235722, julio 10 de 2004, con radicado 2225923, noviembre 4 de 2004 diaria, como por ejemplo, al vendedor por comisión26, la obligación
con radicación 20852, y agosto 10 de 2006 con radicación 27711,24 de justificar el tiempo laborado, el reporte continuo desde el lugar
que sin relatar hechos ni circunstancias de los casos debatidos, se ha de operación, la obligación de aceptar reuniones señaladas por el
discutido y definido en su momento la subordinación entre socios con empleador, la aceptación de la prohibición de realizar otros trabajos
personas morales, médicos con instituciones de salud, sacerdotes con semejantes, el cumplimiento de variadas órdenes, disposición para
pagar por el servicio, entrega de herramientas, de zapatos y vestidos
de labor, afiliación a la seguridad social, autorización para el cambio
22
de jornada o de turnos, concesión de descansos, llamadas de atención
Se tuvo muy en cuenta el horario y forma de pago como indicio de
por llegadas tarde, descuentos de cuotas como afiliado sindical, parti-
subordinación para establecer el contrato con el ISS.
23
Se tuvo en cuenta la prestación personal del servicio de un médico, cipación de los beneficios de la convención o el laudo arbitral, etc.
las órdenes y forma de pago, para establecer la subordinación de
un trabajador frente a una clínica. Todos estos episodios o señales, conocidos como el método juris-
24
Casación de agosto de 2006. Rdo. 27711. Se discutió la prudencial de los indicios, dan lugar a su estructuración, que por
subordinación jurídica en un contrato con apariencia del de su relevancia y seriedad serían bien importantes para establecer la
transporte, definiéndose que era de trabajo. existencia del contrato.
25
En casaciones de septiembre. 1º/48.y febrero 4/54, marzo
25/55, Sept. 30/55 y julio 25 de 1957 se consideró que había Como puede verse, este elemento definitorio ha venido siendo cons-
subordinación en el agente viajero que admite toda o una parte truido, desarrollado y definido jurisprudencialmente, sirviendo de
de la jornada, o que no necesitaba estar permanentemente en la activador del principio de la primacía de la realidad27, siguiendo la
oficina ni necesitaba estar sometido a horario alguno, que acepta
doctrina, apoyada en el pensamiento de Georges Scelle, orientado a
el programa de gestiones, que cumple la obligación de justificar el
tiempo empleado, la obligación de un rendimiento mínimo de labor establecer que la relación de trabajo no depende necesariamente de
diaria, el monopolio de la actividad encargada, la observancia en lo que las partes hubieren pactado, sino de la situación real en que el
la colocación de los pedidos y el acatamiento de los precios fijados trabajador se encuentra ubicado.
y el lugar para vender.
26
GACETA DEL TRABAJO IX. 72 a 76 Pág. 516. Casaciones de febrero Y en efecto Scelle28 anota:
4/54 y diciembre 19/52.
27
En casación de junio 25/58 G. J. LXXXVIII No. 2198 2ª parte P. “La aplicación del derecho del trabajo depende cada vez menos
350. al hablar de la primacía de la realidad, expresó que haciendo de una relación jurídica subjetiva, cuando de una situación
abstracción de la identidad subjetivo–patronal del contrato, así se objetiva, cuya existencia es independiente del acto que con-
hubiera dado a la retribución de los servicios del trabajador la forma diciona su nacimiento. De donde resulta erróneo pretender
aparente de precio de una compraventa, acogiendo lo dicho en el
juzgar la naturaleza de una relación de acuerdo con lo que
artículo 23 CST. de que no importa el nombre que se le dé, ni de
otras condiciones o modalidades que se agreguen. las partes hubieran pactado, ya que, si las estipulaciones
28
DE LA CUEVA, Mario. Cita en el T. I. Derecho Mexicano del consignadas en el contrato no corresponden a la realidad,
Trabajo. carecen de todo valor”.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 58


La jurisprudencia ha salido al encuentro de la verdadera intención de los contratantes para la aplicación del
Derecho del Trabajo, echando al traste las relaciones jurídicas preestablecidas subrepticiamente y descorriendo
el velo que oculta simuladamente el nacimiento del contrato generador de los derechos laborales.
Foto: Juan Pablo Gómez
Puede observarse, entonces, que la jurisprudencia adoctrinada con
la aplicación del constitucionalizado principio, ha salido al encuen-
tro de la verdadera intención de los contratantes para la aplicación
del Derecho del Trabajo, echando al traste las relaciones jurídicas
preestablecidas subrepticiamente y descorriendo el velo que oculta
simuladamente el nacimiento del contrato generador de los derechos
laborales.

Conclusión
Queda claro que la labor jurisprudencial en el tema de la subordinación
como ingrediente de lo fundamental en laboral, ha sido uniforme, es
el producto de más de 60 años, que enaltece la formación jurídica de
todos los colombianos, en especial para la comunidad jurídica, labor
atribuida a la lenta, meditada, depurada y sosegada elaboración realizada
por grandes juristas que se formaron y se forman paralelamente con el
desarrollo de la civilización, producto de la necesidad de hacer justicia
con buen sentido de equilibrio entre el empleador y el trabajador.
Solo queda la preocupación manifestada por la Organización In-
ternacional del Trabajo en la última conferencia, quien hace una
recomendación sobre la relación de trabajo, al considerar las dificul-
tades para determinar su existencia, cuando no resultan claros los
derechos sociales de los interesados, por haberse intentado encubrir
o cuando hay insuficiencias o limitaciones en la legislación, en su
interpretación o en su aplicación.
Seremos en el futuro –los jueces, los profesores de derecho en sus
cátedras, los doctrinantes en sus obras, los abogados en sus escri-
tos, las academias de jurisprudencia en sus trabajos científicos y
los estudiantes en sus trabajos de grado– quienes continuemos la
investigación a efecto de dar luces a una legislación más exigente y
comprensiva en el tema.
Desde luego que son las distintas entidades del Estado las que desde
hace tiempo están acudiendo a la celebración de “contratos de ser-
vicios”, para encubrir el de trabajo, frente a lo que el legislativo bien
podría dejar por fuera del marco de los contratos estatales, aquellos
celebrados con personas naturales y mediante los cuales éstas prestan
un servicio personal, valga la redundancia.
Tales contratos, niéguese o no, se han constituido en la mayoría
de las ocasiones como fuente del desconocimiento de los derechos
propios del contrato de trabajo, olvidando una de las características
esenciales de esta rama del derecho, cual es la de proteger y amparar
las relaciones de trabajo, enfocándola hacia la parte más débil que
es precisamente la persona humana que tiene sólo su fuerza de
trabajo, para procurar satisfacer sus necesidades materiales y las de
su entorno familiar, con una remuneración que en gran medida no
guarda proporcionalidad con esas necesidades.

59 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Ética Judicial
Código Modelo Iberoamericano*

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS Tercera: Revisar el texto de los Códigos de Ética que ya existen,
a efecto de promover que las normas que rigen la ética de
I. La actualidad de la Ética Judicial en Iberoamérica los jueces se acoplen al principio de independencia respecto
a cualquier otra autoridad y respecto de cualquiera de las
En nuestro espacio geográfico y cultural se asiste en los últimos años a
partes involucradas en los procesos judiciales concretos, y a
la sanción de Códigos de Ética Judicial o reglamentaciones particulares
los principios derivados de aquel.
análogas (hasta la fecha se han establecido en 15 países) con conte-
nidos y diseños institucionales diversos. La misma Cumbre Judicial Cuarta: Dar a conocer en su respectiva judicatura los princi-
Iberoamericana ha avalado esa alternativa incluyendo en el Estatuto pios de ética que se consagran en cada uno de sus Códigos
del Juez Iberoamericano, aprobado en Canarias en el año 2001, un de Ética Judicial e integrarlos a los programas de capacitación
capítulo dedicado específicamente a la “Ética Judicial”. En sintonía existentes en cada país.
con esos antecedentes, en la Carta de Derechos de las Personas ante
la Justicia en el Espacio Judicial Iberoamericano (Cancún, 2002) Quinta: Difundir entre los justiciables, a través de distintos
se reconoció “un derecho fundamental de la población a tener medios informativos, sus Códigos de Ética con el propósito
acceso a una justicia independiente, imparcial, transparente, de incrementar la confianza y la autoridad moral de los
responsable, eficiente, eficaz y equitativa”. Esa realidad motivó juzgadores.
que en la Declaración Copán-San Salvador, 2004, los Presidentes de
Sexta: Impulsar la elaboración de un Código Modelo Ibero-
Cortes y Tribunales Supremos de Justicia y de Consejos de la Judicatura
americano de Ética Judicial.
pertenecientes a los 22 países que integran Iberoamérica aprobaron
la siguiente declaración: II. El Código Modelo como fruto del desarrollo regional
de la ética judicial
Primera: Reiterar como principios éticos básicos para los
juzgadores iberoamericanos los ya establecidos en la Segunda La identidad de Iberoamérica cuenta con rasgos visibles y explicaciones
Cumbre Iberoamericana de Cortes y Tribunales Supremos históricas extendidas pero, sobre todo, Iberoamérica aparece en el
de Justicia, que tiene su reflejo en el Estatuto del Juez Ibe- mundo globalizado del presente como un espacio que interactúa con
roamericano y en la Carta de Derechos del Ciudadano frente otras culturas, sin perder por ello sus propias características que la
a la justicia. tornan peculiar. En ese marco, los Poderes Judiciales Iberoamericanos
han ido construyendo –trabajosa, pero exitosamente– una realidad
Segunda: Realizar todos los esfuerzos necesarios para que se
que, por encima de las particularidades nacionales, exhibe rasgos co-
aprueben e implanten dichos principios en la normativa de
munes desde los cuales es posible ir delineando políticas de beneficio
todos los países de Iberoamérica, en particular en aquellos
mutuo. En la configuración de la ética judicial iberoamericana hay
donde todavía no existe un Código de Ética, promoviendo su
rasgos comunes con otras experiencias análogas que ofrecen distintos
creación.
espacios culturales, pero también algunas características distintivas
que expresan aquella identidad. La realización de un Código Modelo
Iberoamericano supone un nuevo tramo de ese camino que ya se ha
ido recorriendo y posibilita que la región se presente al mundo desde
* Texto del Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial aprobado
por la Asamblea Plenaria de la XIII Cumbre Judicial Iberoamericana, una cierta tradición, pero también como un proyecto inacabado, que
reunida en Santo Domingo (República Dominicana) los días 21 y sin suprimir las individualidades nacionales, descubre y ofrece una
22 de junio de 2006. riqueza común.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 60


III. El Código Modelo como compromiso institucional manera de no suscitar legítimas dudas en la sociedad acerca del modo
con la excelencia e instrumento para fortalecer la en el que se cumple el servicio judicial. El Derecho debe orientarse
legitimación del Poder Judicial al bien o al interés general; sin embargo, en el ámbito de la función
judicial deben considerarse ciertos bienes e intereses que adquieren
A pesar de aquella decisión de la Cumbre Judicial Iberoamericana una especial importancia, como los de los justiciables, los abogados
y del contexto señalado que la respalda, dado que persisten voces y los demás auxiliares y servidores de la justicia, que necesariamente
judiciales escépticas o desconfiadas, se hace necesario justificar este han de tenerse en consideración. La ética judicial debe proponerse y
empeño en la aprobación de un Código Modelo Iberoamericano de aplicarse desde una lógica ponderativa que busca un punto razonable
Ética Judicial. En último término, se trata de, a partir de las exigencias de equilibrio entre unos y otros valores: si se quiere, entre los valores
que el propio Derecho plantea a la actividad judicial, profundizar en del juez en cuanto ciudadano y en cuanto titular de un poder, cuyo
las mismas y añadir otras, de cara a alcanzar lo que podría llamarse ejercicio repercute en los bienes e intereses de individuos concretos
el “mejor” juez posible para nuestras sociedades. La ética judicial y de la sociedad en general.
incluye los deberes jurídicos que se refieren a las conductas más
significativas para la vida social, pero pretende que su cumplimiento V. La ética judicial como apelación al compromiso ín-
responda a una aceptación de los mismos por su valor intrínseco, esto timo del juez con la excelencia y con el rechazo a la
es, basada en razones morales. Además, completa esos deberes con mediocridad
otros que pueden parecer menos perentorios, pero que contribuyen
El Derecho puede ser visto como una regulación de la conducta por
a definir la excelencia judicial, de lo cual se sigue que la ética judicial
parte de autoridades legitimadas para ello, que cabe usar para juzgar
supone rechazar tanto los estándares de conducta propios de un “mal”
formalmente ex post facto aquellos comportamientos que la violan.
juez, como los de un juez simplemente “mediocre” que se conforma
Las normas éticas pueden ser usadas también con esa función, pero
con el mínimo jurídicamente exigido. A este respecto, corresponde
en el “enjuiciamiento” ético no hay ninguna razón que pueda esgrimir
advertir que la realidad actual de la autoridad política en general, y de
el denunciado por una falta contra la ética que quede fuera de la de-
la judicial en particular, exhibe una visible crisis de la legitimidad que
liberación; dicho de otra manera, un Tribunal de Ética puede aceptar
conlleva en los que la ejercen el deber de procurar que la ciudadanía
razones que serían inaceptables si actuara como un tribunal jurídico.
recupere la confianza en aquellas instituciones. La adopción de un
Mientras que en el Derecho las formas generales mediante las que
Código de Ética implica un mensaje que los mismos Poderes Judiciales
se determina la responsabilidad son indisponibles y esencialmente
envían a la sociedad reconociendo la inquietud que provoca esa débil
orientadas hacia el pasado, en la ética se tornan flexibles, puesto que
legitimidad y el empeño en asumir voluntariamente un compromiso
lo primordial es modificar el futuro comportamiento del juez y lograr la
fuerte por la excelencia en la prestación del servicio de justicia. Resulta
excelencia. Para la ética profesional, podría llegar a afirmarse que más
oportuno señalar que, no obstante el recurso a una terminología muy
importante que descubrir faltas a sus deberes es obtener una firme
extendida en el mundo del Derecho, tal como “código”, “tribunal”,
e íntima adhesión a los mismos para lograr que el servicio se preste
“responsabilidad”, “sanción”, “deber” etc., ella es asumida no con
con excelencia. Si existiera una conciencia ética firme e integral por
aquella carga, sino como términos que permiten ser utilizados en el
parte del profesional, sin duda se tornaría irrelevantes buena parte
campo ético con las particularidades que esta materia implica.
de los deberes jurídicos.
IV. La ética judicial en el “ser” y en el “parecer” del juez VI. El Código Modelo como explicitación de la idoneidad
orientado a satisfacer de la mejor manera posible los judicial y complemento de las exigencias jurídicas en
bienes e intereses presentes en su servicio el servicio de justicia
Cabe recordar que en el Estado de Derecho al juez se le exige que En las tradiciones de las antiguas profesiones, tanto en la dilucida-
se esfuerce por encontrar la solución justa y conforme al Derecho ción de quienes prestaban el servicio como en el modo de hacerlo,
para el caso jurídico que está bajo su competencia, y que ese poder se filtraban reclamos a la conciencia ética profesional, por lo que las
e imperium que ejerce procede de la misma sociedad que, a través violaciones respectivas incluían la pérdida de la posibilidad de seguir
de los mecanismos constitucionales establecidos, lo escoge para tan prestándolo. De ahí que en la tarea judicial se tuviera en cuenta
trascendente y necesaria función social, con base en haber acreditado originalmente cierta idoneidad ética y se previeran mecanismos
ciertas idoneidades específicas. El poder que ejerce cada juez trae de destitución cuando se incurría en mal desempeño. El ejercicio
consigo determinadas exigencias que serían inapropiadas para el de la función judicial no debe, obviamente, ser arbitrario, pero en
ciudadano común que ejerce poderes privados; la aceptación de la ocasiones es inevitable que el juez ejerza un poder discrecional. Esa
función judicial lleva consigo beneficios y ventajas, pero también cargas discrecionalidad judicial implica innegables riesgos que no pueden
y desventajas. Desde esa perspectiva de una sociedad mandante se solventarse simplemente con regulaciones jurídicas, sino que re-
comprende que el juez no solo debe preocuparse por “ser”, según la quieren el concurso de la ética. Parece así adecuado que, a la hora
dignidad propia del poder conferido, sino también por “parecer”, de de plantearse el nombramiento o la promoción de los jueces, o de

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 62


enjuiciar su conducta en cuanto jueces, se tengan en cuenta aquellas judicial”. Ello vale no sólo para los propios jueces, sino también para
cualidades o hábitos de conducta que caracterizan a la excelencia la sociedad que ha conferido el poder y que puede, a partir del Código,
profesional y que van más allá del mero cumplimiento de las normas evaluar éticamente a los jueces tanto para reprocharles su conducta
jurídicas. Las Constituciones contemporáneas contienen un marco como para reconocer su excelencia.
general de aquella dimensión ética implicada en el servicio judicial,
especialmente cuando indican quiénes pueden ser jueces o cuándo X. Del Código Modelo de Ética Judicial a la ética de las
procede su destitución. De ese modo, la ética judicial encuentra asi- otras profesiones jurídicas
dero constitucional, en cuanto supone una explicitación de aquellos
Un Poder Judicial que cuenta con un Código de Ética está más legi-
enunciados constitucionales.
timado para exigir de las otras profesiones vinculadas a su servicio
VII. El Código Modelo como instrumento esclarecedor de una respuesta equivalente para sus integrantes. Es obvio que, más
las conductas éticas judiciales allá de la centralidad del juez en el servicio de justicia, la excelencia
ética en el mismo también depende de otras profesiones, por lo que
La formulación de un Código de Ética Judicial puede ser una fuente resulta coherente y conveniente extender esa preocupación más allá
muy importante de clarificación de conductas. Obviamente, porque del ámbito estrictamente judicial. La falta de ética judicial remite
un Código de Ética Judicial, como cualquier ordenamiento, supone en ocasiones a otras deficiencias profesionales, especialmente la de
una división de la conducta que pretende regular en lícita e ilícita y, abogados, fiscales, procuradores e, incluso, docentes jurídicos; un
de esta manera, sirve de guía para sus destinatarios. Pero también reclamo integral de excelencia debe incorporar a esos otros espacios
porque, en ocasiones, dentro de las conductas éticamente admisibles, profesionales, y el Código de Ética Judicial habilita para que el mismo
los Códigos optan por razones de oportunidad y de coordinación por Poder Judicial lo impulse.
un determinado curso de acción, de entre varios posibles; por ejem-
plo, a pesar de que en principio podría haber diversas opciones para XI. Un Código Modelo como fruto de un diálogo racional
establecer el modo en que es éticamente autorizado que el juez se y pluralista
reúna con los abogados de las partes, el hecho de que un Código escoja
El Código de Ética Judicial que se propone busca la adhesión voluntaria
una de ellas despeja las dudas que legítimamente pueden suscitarse
de los distintos jueces iberoamericanos atentos a la conciencia profe-
entre sus destinatarios.
sional que exigen los tiempos actuales y trata por ello de presentarse
VIII. El Código Modelo como respaldo de la capacitación como el fruto de un “diálogo racional” en el que se ha otorgado un
permanente del juez y como título para reclamar los considerable peso a las razones procedentes de los códigos ya exis-
medios para su cumplimiento tentes. Sería inadecuado que el presente Código surgiera como un
emprendimiento desarraigado en el tiempo y en el espacio o como un
Al mismo tiempo que un Código clarifica conductas, las facilita en tanto mero acto de voluntad de la autoridad con competencia para ello. Por
se le provee al juez de un respaldo para la realización de las mismas, el contrario, su fortaleza y eficacia dependerán de la prudente fuerza
evitando el riesgo de quejas por parte de eventuales perjudicados. No racional que logre traducir en su articulado y de que, consiguiente-
solo el juez sabe a qué atenerse, sino también aquellos vinculados a su mente, sea capaz de movilizar íntimas adhesiones en función de los
servicio. Pero dado que la ética no puede exigir conductas imposibles, bienes e intereses comprometidos en el quehacer judicial. El Código
el Código simultáneamente se constituye en una fuente de razones debe ser una permanente y dinámica interpelación a la conciencia
a las que puede apelar el juez en el cumplimiento de sus exigencias. de sus destinatarios para que, desde el compromiso de la excelencia,
De ese modo, si un Código reclama capacitación, es necesario que se logre encarnarse históricamente en aquellos que han aceptado prestar
les brinde a sus destinatarios los medios para acceder a la misma: si un servicio demandado por la sociedad.
estos no existieran, sería difícil exigir responsabilidad por eventuales
incumplimientos. XII. Los principios éticos como núcleos concentrados de
ética judicial
IX. El Código Modelo como estímulo para fortalecer
la voluntad del juzgador y como pauta objetiva de Desde la lectura comparada de los Códigos de Ética Judicial vigentes
calidad ética en el servicio de justicia es posible identificar ciertas exigencias centrales que muestran una
importante concentración del modo en que se pretende la prestación
El Código puede también ser visto como un instrumento para fortalecer del servicio de justicia de manera excelente o completa. Esos núcleos
la voluntad del juez, en tanto determina conductas y consagra eventua- concentradores de la ética judicial reciben distintos nombres, aunque
les responsabilidades éticas ante su infracción. Asimismo, al proveer pareciera aconsejable insistir –de conformidad con los documentos
criterios y medidas determinadas con las que juzga la calidad ética del iberoamericanos ya aprobados– en la denominación de “principios”,
servicio, el Código dota de cierta objetividad al concepto de “excelencia dado que ellos reclaman cierto perfil intrínseco valioso cuya concreción

63 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


histórica queda sujeta a posibilidades y circunstancias de tiempo y XIV. La experiencia iberoamericana en materia de faltas
lugar. Los “principios éticos” configuran el repertorio de las exigencias éticas y asesoramiento ético-judicial
nucleares de la excelencia judicial, pero como tales pueden justificar
diferentes normas en donde se especifiquen distintas conductas en Con independencia de que se estime conveniente alentar y procurar
relación con determinadas circunstancias. Así, por ejemplo, la inde- que las exigencias de los Códigos Éticos no queden libradas a la sola
pendencia es inequívocamente uno de esos “principios”, y desde ella voluntad de los destinatarios, una lectura comparativa de los distintos
es posible delinear normas que, de manera más concreta, modalicen sistemas vigentes en Iberoamérica en materia de ética judicial permite
conductas exigibles. Esos principios, al procurar modelar el ideal
constatar la existencia de un tratamiento muy diversificado. Así, existen
del mejor juez posible, no solo reclaman ciertas conductas sino que
países que han optado por establecer Tribunales de Ética Judicial ad
alientan que, tras la reiteración de las mismas, se arraiguen en hábitos
hoc que juzgan de manera particular las faltas a sus respectivos Códi-
beneficiosos, facilitadores de los respectivos comportamientos y fuente
de una más sólida confianza ciudadana. gos de Ética, mientras que en otros los Tribunales de Ética se limitan
a declarar la existencia de una falta ética, pero dejan a los órganos
XIII. Las proyecciones de los principios en normas o disciplinarios habituales la decisión final que eventualmente pueda
reglas éticas adoptarse. Además, hay países en que las faltas éticas se encuentran
incluidas dentro del régimen jurídico disciplinario que aplican los
El Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial ofrece así un ca- órganos administrativos o judiciales competentes. Y, finalmente,
tálogo de principios que en buena medida ya han sido receptados en
otros que confían la eficacia del Código a la voluntad individual de sus
Códigos vigentes en Iberoamérica. Estos principios ordenan genérica
destinatarios. Por otro lado, además de Tribunales de Ética, algunos
y concentradamente la excelencia judicial, y posibilitan que otras
Códigos han previsto la existencia de Comisiones de Consultas Éticas
normas vayan concretando ese ideal, a tenor de cambiantes y variadas
circunstancias de tiempo y lugar. Cabe advertir que estos principios a las que se pueden remitir dudas o cuestiones con el propósito de
pueden ser reconstruidos con el lenguaje propio de las virtudes –como recabar una opinión que puede o no ser reservada; de esta manera,
se hace en algunos Códigos Iberoamericanos–, en tanto la habitualidad al mismo tiempo que se presta un servicio de asesoramiento, se van
de las conductas pertinentes consolida disposiciones para la excelencia enriqueciendo y concretando las exigencias éticas generales estable-
en el servicio judicial. cidas por los principios.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 64


XV. Comisión Iberoamericana de Ética Judicial CAPÍTULO II
Imparcialidad
Partiendo de esta diversificada experiencia institucional, el Código
Modelo propone la creación de una Comisión Iberoamericana de ART. 9º. La imparcialidad judicial tiene su fundamento en el derecho de
Ética Judicial. Sus funciones principales son las de asesorar a los los justiciables a ser tratados por igual y, por tanto, a no ser discrimi-
diferentes Poderes Judiciales cuando estos lo requieran y la de crear nados en lo que respecta al desarrollo de la función jurisdiccional.
un espacio de discusión, difusión y desarrollo de la ética judicial en
el ámbito iberoamericano. La Comisión estará integrada por nueve ART. 10. El juez imparcial es aquel que persigue con objetividad y con
miembros que habrán de estar vinculados directa o indirectamente fundamento en la prueba la verdad de los hechos, manteniendo a lo
al quehacer judicial de la magistratura, la abogacía o la academia, en largo de todo proceso una equivalente distancia con las partes y con
activo o jubilados, que cuenten con una dilatada trayectoria profesional sus abogados, y evita todo tipo de comportamiento que pueda reflejar
y un reconocido prestigio. La elección la efectuará la Cumbre Judicial favoritismo, predisposición o prejuicio.
de entre los candidatos que las Cortes o Tribunales Supremos y los ART. 11. El juez está obligado a abstenerse de intervenir en aquellas
Consejos de la Judicatura puedan presentar, a razón de uno por cada causas en las que se vea comprometida su imparcialidad o en las
uno de ellos. que un observador razonable pueda entender que hay motivo para
pensar así.
PARTE I
ART. 12. El juez debe procurar evitar las situaciones que directa o
PRINCIPIOS DE LA ÉTICA JUDICIAL IBEROAMERICANA indirectamente justifiquen apartarse de la causa.
CAPÍTULO I ART. 13. El juez debe evitar toda apariencia de trato preferencial o es-
Independencia pecial con los abogados y con los justiciables, proveniente de su propia
ART. 1º. Las instituciones que, en el marco del Estado constitucional, conducta o de la de los otros integrantes de la oficina judicial.
garantizan la independencia judicial, no están dirigidas a situar al juez ART. 14. Al juez y a los otros miembros de la oficina judicial les está
en una posición de privilegio. Su razón de ser es la de garantizar a los prohibido recibir regalos o beneficios de toda índole que resulten
ciudadanos el derecho a ser juzgados con parámetros jurídicos, como injustificados desde la perspectiva de un observador razonable.
forma de evitar la arbitrariedad y de realizar los valores constitucionales
y salvaguardar los derechos fundamentales. ART. 15. El juez debe procurar no mantener reuniones con una de las
partes o sus abogados (en su despacho o, con mayor razón, fuera del
ART. 2º. El juez independiente es aquel que determina desde el Derecho mismo) que las contrapartes y sus abogados puedan razonablemente
vigente la decisión justa, sin dejarse influir real o aparentemente por considerar injustificadas.
factores ajenos al Derecho mismo.
ART. 16. El juez debe respetar el derecho de las partes a afirmar y
ART. 3º. El juez, con sus actitudes y comportamientos, debe poner contradecir, en el marco del debido proceso.
de manifiesto que no recibe influencias –directas o indirectas– de
ningún otro poder público o privado, bien sea externo o interno al ART. 17. La imparcialidad de juicio obliga al juez a generar hábitos
orden judicial. rigurosos de honestidad intelectual y de autocrítica.

ART. 4º. La independencia judicial implica que al juez le está ética- CAPÍTULO III
mente vedado participar de cualquier manera en actividad política Motivación
partidaria.
ART. 18. Motivar supone expresar, de manera ordenada y clara, razones
ART. 5º. El juez podrá reclamar que se le reconozcan los derechos y se le jurídicamente válidas, aptas para justificar la decisión.
suministren los medios que posibiliten o faciliten su independencia.
ART. 19. La obligación de motivar las decisiones se orienta a asegurar
ART. 6º. El juez tiene el derecho y el deber de denunciar cualquier la legitimidad del juez, el buen funcionamiento de un sistema de
intento de perturbación de su independencia. impugnaciones procesales, el adecuado control del poder del que los
jueces son titulares y, en último término, la justicia de las resoluciones
ART. 7º. Al juez no solo se le exige éticamente que sea independiente sino judiciales.
también que no interfiera en la independencia de otros colegas.
ART. 20. Una decisión carente de motivación es, en principio, una
ART. 8º. El juez debe ejercer con moderación y prudencia el poder que decisión arbitraria, solo tolerable en la medida en que una expresa
acompaña al ejercicio de la función jurisdiccional. disposición jurídica justificada lo permita.

65 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


ART. 21. El deber de motivar adquiere una intensidad máxima en ART. 33. El juez debe mantener una actitud de activa colaboración en
relación con decisiones privativas o restrictivas de derechos, o cuando todas las actividades conducentes a la formación judicial.
el juez ejerza un poder discrecional.
ART. 34. El juez debe esforzarse por contribuir, con sus conocimientos
ART. 22. El juez debe motivar sus decisiones tanto en materia de hechos teóricos y prácticos, al mejor desarrollo del Derecho y de la adminis-
como de Derecho. tración de la justicia.

ART. 23. En materia de hechos, el juez debe proceder con rigor analítico CAPÍTULO V
en el tratamiento del cuadro probatorio. Debe mostrar en concreto lo Justicia y Equidad
que aporta cada medio de prueba, para luego efectuar una apreciación
ART. 35. El fin último de la actividad judicial es realizar la justicia por
en su conjunto.
medio del Derecho.
ART. 24. La motivación en materia de Derecho no puede limitarse a
ART. 36. La exigencia de equidad deriva de la necesidad de atemperar,
invocar las normas aplicables, especialmente en las resoluciones sobre
con criterios de justicia, las consecuencias personales, familiares o
el fondo de los asuntos.
sociales desfavorables surgidas por la inevitable abstracción y gene-
ART. 25. La motivación debe extenderse a todas las alegaciones de las ralidad de las leyes.
partes, o a las razones producidas por los jueces que hayan conocido ART. 37. El juez equitativo es el que, sin transgredir el Derecho vigente,
antes del asunto, siempre que sean relevantes para la decisión. toma en cuenta las peculiaridades del caso y lo resuelve basándose en
ART. 26. En los tribunales colegiados, el derecho de cada juez en las criterios coherentes con los valores del ordenamiento y que puedan
deliberaciones y en las motivaciones de sus respectivos votos debe extenderse a todos los casos sustancialmente semejantes.
ejercerse en términos respetuosos y dentro de los márgenes de la ART. 38. En las esferas de discrecionalidad que le ofrece el Derecho, el
buena fe. juez deberá orientarse por consideraciones de justicia y de equidad.
ART. 27. Las motivaciones deben estar expresadas en un estilo claro ART. 39. En todos los procesos, el uso de la equidad estará especialmen-
y preciso, sin recurrir a tecnicismos innecesarios y con la concisión te orientado a lograr una efectiva igualdad de todos ante la ley.
que sea compatible con la completa comprensión de las razones
ART. 40. El juez debe sentirse vinculado no solo por el texto de las
expuestas.
normas jurídicas vigentes, sino también por las razones en las que
ellas se fundamentan.
CAPÍTULO IV
Conocimiento y Capacitación CAPÍTULO VI
Responsabilidad institucional
ART. 28. La exigencia de conocimiento y de capacitación permanente
de los jueces tiene como fundamento el derecho de los justiciables ART. 41. El buen funcionamiento del conjunto de las instituciones ju-
y de la sociedad en general a obtener un servicio de calidad en la diciales es condición necesaria para que cada juez pueda desempeñar
administración de justicia. adecuadamente su función.

ART. 29. El juez bien formado es el que conoce el Derecho vigente y ha ART. 42. El juez institucionalmente responsable es el que, además
desarrollado las capacidades técnicas y las actitudes éticas adecuadas de cumplir con sus obligaciones específicas de carácter individual,
para aplicarlo correctamente. asume un compromiso activo en el buen funcionamiento de todo el
sistema judicial.
ART. 30. La obligación de formación continuada de los jueces se
extiende tanto a las materias específicamente jurídicas como a los ART. 43. El juez tiene el deber de promover en la sociedad una actitud
saberes y técnicas que puedan favorecer el mejor cumplimiento de racionalmente fundada, de respeto y confianza hacia la administración
las funciones judiciales. de justicia.

ART. 31. El conocimiento y la capacitación de los jueces adquiere ART. 44. El juez debe estar dispuesto a responder voluntariamente por
una especial intensidad en relación con las materias, las técnicas y sus acciones y omisiones.
las actitudes que conduzcan a la máxima protección de los derechos ART. 45. El juez debe denunciar, ante quien corresponda, los incum-
humanos y al desarrollo de los valores constitucionales. plimientos graves en los que puedan incurrir sus colegas.
ART. 32. El juez debe facilitar y promover en la medida de lo posible la ART. 46. El juez debe evitar favorecer promociones o ascensos irregu-
formación de los otros miembros de la oficina judicial. lares o injustificados de otros miembros del servicio de justicia.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 66


ART. 47. El juez debe estar dispuesto a promover y colaborar en todo
lo que signifique un mejor funcionamiento de la administración de
justicia.

CAPÍTULO VII
Cortesía
ART. 48. Los deberes de cortesía tienen su fundamento en la moral y
su cumplimiento contribuye a un mejor funcionamiento de la admi-
nistración de justicia.

ART. 49. La cortesía es la forma de exteriorizar el respeto y consideración


que los jueces deben a sus colegas, a los otros miembros de la oficina
judicial, a los abogados, a los testigos, a los justiciables y, en general, a
todos cuantos se relacionan con la administración de justicia.

ART. 50. El juez debe brindar las explicaciones y aclaraciones que le


sean pedidas, en la medida que sean procedentes y oportunas y no
supongan la vulneración de alguna norma jurídica.

ART. 51. En el ámbito de su tribunal, el juez debe relacionarse con


los funcionarios, auxiliares y empleados, sin incurrir –o aparentar
hacerlo– en favoritismo o cualquier tipo de conducta arbitraria.

ART. 52. El juez debe mostrar una actitud tolerante y respetuosa hacia
las críticas dirigidas a sus decisiones y comportamientos.

CAPÍTULO VIII
Integridad
ART. 53. La integridad de la conducta del juez fuera del ámbito estricto
de la actividad jurisdiccional contribuye a una fundada confianza de
los ciudadanos en la judicatura.

ART. 54. El juez íntegro no debe comportarse de una manera que


un observador razonable considere gravemente atentatoria contra
los valores y sentimientos predominantes en la sociedad en la que
presta su función.

ART. 55. El juez deber ser consciente de que el ejercicio de la función


jurisdiccional supone exigencias que no rigen para el resto de los ciu-
dadanos y cuyo incumplimiento afecta la confianza en la judicatura.

CAPÍTULO IX
Transparencia
ART. 56. La transparencia de las actuaciones del juez es una garantía
de la justicia de sus decisiones.

ART. 57. El juez ha de procurar ofrecer, sin infringir el derecho vigente,


información útil, pertinente, comprensible y confiable.

ART. 58. Aunque la ley no lo exija, el juez debe documentar, en la


medida de lo posible, todos los actos de su gestión y permitir su
publicidad.

67
ART. 67. El deber de reserva y secreto profesional corresponde tanto
al procedimiento de las causas como a las decisiones adoptadas en
las mismas.

CAPÍTULO XI
Prudencia
ART. 68. La prudencia está orientada al autocontrol del poder de
decisión de los jueces y al cabal cumplimiento de la función juris-
diccional.

ART. 69. El juez prudente es el que procura que sus comportamien-


tos, actitudes y decisiones sean el resultado de un juicio justificado
racionalmente, luego de haber meditado y valorado argumentos y
contraargumentos disponibles, en el marco del Derecho aplicable.

ART. 70. El juez debe mantener una actitud abierta y paciente para
ART. 59. El juez debe comportarse, en relación con los medios de escuchar o reconocer nuevos argumentos o críticas en orden a con-
comunicación social, de manera equitativa y prudente, y cuidar es- firmar o rectificar criterios o puntos de vista asumidos.
pecialmente de que no resulten perjudicados los derechos e intereses
ART. 71. Al adoptar una decisión, el juez debe analizar las distintas al-
legítimos de las partes y de los abogados.
ternativas que ofrece el Derecho y valorar las diferentes consecuencias
ART. 60. El juez debe evitar comportamientos o actitudes que puedan que traerá aparejadas cada una de ellas.
entenderse como búsqueda injustificada o desmesurada al recono-
ART. 72. El juicio prudente exige al juez capacidad de comprensión y
cimiento social.
esfuerzo por ser objetivo.
CAPÍTULO X
Secreto profesional CAPÍTULO XII
Diligencia
ART. 61. El secreto profesional tiene como fundamento salvaguardar
los derechos de las partes y de sus allegados frente al uso indebido ART. 73. La exigencia de diligencia está encaminada a evitar la injusticia
de informaciones obtenidas por el juez en el desempeño de sus que comporta una decisión tardía.
funciones.
ART. 74. El juez debe procurar que los procesos a su cargo se resuelvan
ART. 62. Los jueces tienen obligación de guardar reserva absoluta en en un plazo razonable.
relación con las causas en trámite y con los hechos o datos conocidos
en el ejercicio de su función o con ocasión de ella, salvo las excepciones ART. 75. El juez debe evitar o, en todo caso sancionar, las actividades
previstas en el ordenamiento jurídico. dilatorias o de otro modo contrarias a la buena fe procesal de las
partes.
ART. 63. Los jueces pertenecientes a órganos colegiados han de garan-
tizar el secreto de las deliberaciones del tribunal, salvo las excepciones ART. 76. El juez debe procurar que los actos procesales se celebren
previstas en las normas jurídicas vigentes. con la máxima puntualidad.

ART. 64. Los jueces habrán de servirse tan solo de los medios legítimos ART. 77. El juez no debe contraer obligaciones que perturben o impidan
que el ordenamiento pone a su alcance en la persecución de la verdad el cumplimiento apropiado de sus funciones específicas.
de los hechos en los actos de que conozcan.
ART. 78. El juez debe tener una actitud positiva hacia los sistemas de
ART. 65. El juez debe procurar que los funcionarios, auxiliares o emplea- evaluación de su desempeño.
dos de la oficina judicial cumplan con el secreto profesional en torno a
CAPÍTULO XIII
la información vinculada con las causas bajo su jurisdicción.
Honestidad profesional
ART. 66. El deber de reserva y secreto profesional que pesa sobre el juez
ART. 79. La honestidad de la conducta del juez es necesaria para
se extiende no sólo a los medios de información institucionalizados,
fortalecer la confianza de los ciudadanos en la justicia y contribuye al
sino también al ámbito estrictamente privado.
prestigio de la misma.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 68


ART. 80. El juez tiene prohibido recibir beneficios al margen de los que ART. 89. El candidato a la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Ibero-
por derecho le correspondan y utilizar abusivamente de los medios americana de Ética Judicial podrá ser de cualquier nacionalidad de
que se le confían para el cumplimiento de su función. los veintidós países iberoamericanos, deberá estar vinculado directa
o indirectamente al quehacer judicial, y proceder de la magistratura,
ART. 81. El juez debe comportarse de manera que ningún observador la abogacía o la actividad académica, en ejercicio o jubilado, y contar
razonable pueda entender que se aprovecha de manera ilegítima, con reconocido prestigio y trayectoria profesional.
irregular o incorrecta del trabajo de los demás integrantes de la
oficina judicial.
ART. 90. El Secretario Ejecutivo de la Comisión tendrá las siguientes
funciones:
ART. 82. El juez debe adoptar las medidas necesarias para evitar que
pueda surgir cualquier duda razonable sobre la legitimidad de sus
a) Propiciar y convocar a las sesiones ordinarias y extraordinarias de
ingresos y de su situación patrimonial.
la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial.
PARTE II b) Recibir, tramitar y archivar las solicitudes de asesoría, consultas o
cualquier otro documento.
Comisión Iberoamericana de Ética Judicial
c) Levantar actas de las sesiones de la Comisión.
ART. 83. La Comisión Iberoamericana de Ética Judicial tiene por
objeto:
d) Rendir cuentas a los miembros de la Comisión y a la Cumbre Judicial
a) Asesorar a los diferentes Poderes Judiciales y Consejos de la Ju- Iberoamericana cada año y en cada oportunidad que se le solicite.
dicatura Iberoamericanos o a la propia Cumbre Judicial cuando lo
soliciten. e) Coordinar esfuerzos con las Secretarías Permanente y Pro-Tem-
pore.
b) Facilitar la discusión, difusión y desarrollo de la ética judicial a
través de publicaciones o de la realización de cursos, seminarios, f) Ejecutar y notificar las decisiones de la Comisión Iberoamericana
diplomados y demás encuentros académicos. de Ética Judicial.

c) Fortalecer la conciencia ética judicial de los impartidores de justicia g) Participar en las deliberaciones de la Comisión Iberoamericana
iberoamericanos. con voz, pero sin voto.

ART. 84. La Comisión estará integrada por nueve miembros y un secre- ART. 91. El domicilio de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial
tario ejecutivo, elegidos por un período de cuatro años con posibilidad será el de la Secretaría Ejecutiva.
de reelección. Los cargos serán honoríficos.
ART. 92. Las solicitudes de asesoría o cualquier otra petición de los
ART. 85. Cada órgano integrante de la Cumbre Judicial Iberoamericana
órganos integrantes de la Cumbre Judicial Iberoamericana o los de la
podrá proponer a un candidato por cada vacante de la Comisión,
propia Cumbre Judicial, deberán dirigirse a la Secretaría Ejecutiva.
debiendo acompañar el respectivo curriculum vitae.

ART. 86. Los candidatos deben estar vinculados directa o indirectamente ART. 93. Una vez recibida una solicitud o petición, la Secretaría
con el quehacer judicial, provenir de la magistratura, la abogacía o la Ejecutiva, en un plazo no mayor a 72 horas, deberá hacerla del
actividad académica, en ejercicio o jubilado, y contar con una amplia conocimiento de los integrantes de la Comisión Iberoamericana
trayectoria profesional y reconocido prestigio. de Ética Judicial.

ART. 87. Integrarán la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial ART. 94. La Comisión Iberoamericana deberá pronunciarse en un plazo
aquellos candidatos que obtengan el mayor número de votos en la de 90 días naturales o corridos, contados a partir de la recepción de
Asamblea General de la Cumbre Judicial. la solicitud o petición.

ART. 88. La Secretaría Permanente de la Cumbre Judicial Iberoame- ART. 95. Los dictámenes, las recomendaciones, las asesorías o cualquier
ricana propondrá a la Asamblea General el candidato para ocupar la pronunciamiento de la Comisión Iberoamericana en ningún caso
Secretaría Ejecutiva de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, tendrán fuerza vinculante para los Poderes Judiciales o Consejos de
debiendo obtener la mayoría absoluta de los votos presentes. la Judicatura ni para la propia Cumbre Judicial.

69 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Corte Suprema de Justicia • Revista 21 70
*Palabras pronunciadas durante la ceremonia religiosa celebrada el lunes
23 de abril de 2007, con ocasión del sepelio del doctor Silvio Fernando
Trejos Bueno, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Silvio Fernando Trejos Bueno*


Luto en la justicia
CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE
PRESIDENTE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, 2007

En este momento las banderas de la justicia colombiana, como la que que presidió con altura y lujo de competencias durante el año 2004,
hace un instante velaba el féretro de Silvio Fernando Trejos Bueno, fue la cúspide de su brillante carrera judicial, iniciada en su temprana
están a media asta. juventud como juez civil municipal, juez penal del circuito, juez civil
Quienes nos reunimos en comunidad de duelo acudimos a este sa- del circuito, abogado litigante, asesor jurídico y magistrado auxiliar
grado recinto en condición de legatarios de una vida excepcional que del máximo tribunal de la justicia ordinaria.
no podríamos enaltecer en palabras, ni aunque nos lo propusiéramos Portador de una formación académica sin igual, regentó cátedras sobre
con el mayor rigor gramatical, porque, sencillamente, su fecunda su especialidad en distintas instituciones de educación superior del
obra ya la elevó a las más altas cumbres de entrega y servicio a su país, y ejerció las funciones de decano de las facultades de Derecho
amada Colombia. de las universidades de Caldas y Manizales.
Estamos aquí en señal de gratitud. Estamos aquí para expresarles, a Fue así la judicatura colombiana depositaria de esta riqueza jurídica
su familia, a sus amigos y al país entero, el compromiso de mantener y espiritual, sumada a sus reconocidas dotes de hombre conciliador,
viva su lucha por el derecho y la justicia. Sería necio negarlo: su in- pero de convicciones propias y muy profundas. Nadie, de quienes tu-
tempestiva partida le arrebata a la sociedad uno de sus más insignes vimos el privilegio de acercarnos a él, una vez lo conocía, podía pasar
y demócratas juristas. “Qué temprano nos la quitó Dios”, como él desapercibido su don de gentes, la percepción de lo justo, la calidez
mismo narraba la pronta desaparición de su madre, doña Margarita en el trato, el sentido del humor, los apuntes certeros y la desbordada
Bueno Gartner; pero también, como él confiaba, debemos creer que pasión por la geografía de su patria y por hacer de ella el escenario
lo hace “para que disfrute por más tiempo de la felicidad eterna”, que de una sociedad más democrática y justa, en convivencia con la paz;
bien ganada la tiene Silvio Fernando. eso sí, con el debido uso de los instrumentos que ofrece un sistema
Su prematura despedida nos sorprende apenas iniciado en una nueva político coherente.
adolescencia, según la lectura que hacía de sus últimos años, sin sos- Tales cualidades no surgieron en forma gratuita ni fueron producto de
pechar, por supuesto, los insondables giros del destino. Sin embargo, la improvisación o del azar sino el reflejo nítido de la inteligencia, cons-
la trayectoria vital de este jurista se une a la de los grandes hombres tancia y paciencia de un ser humano que, como predecible resultado
que en poco tiempo conquistan gigantescas realizaciones, pues sus del empeño que imprimía a cada una de sus acciones, logró adquirir
espíritus evolucionados imponen frenéticos ritmos y en cortos periodos una condición digna de la mayor admiración y reconocimiento.
superan con creces lo hecho por inteligencias normales. Particularmente en el interior de la Sala de Casación Civil su juicioso
A decir verdad no sé qué destacar más de él. Y es que por encima de raciocinio contribuyó decididamente, dado el profundo conocimiento
cualquier consideración era una persona cuya bondad y sentido de la que poseía acerca de las diversas instituciones del derecho civil y
justicia eran proverbiales. Su generosidad espiritual no tenía límites. comercial, a más de otras disciplinas, a la formación de la jurispru-
Poseía la sencillez de las almas grandes. dencia, con el exclusivo propósito de hacer efectiva la normatividad
Cuando sintió que había cumplido la misión de juez en la Tierra, para jurídica, teniendo siempre la mirada en la aplicación de los más caros
él el mejor destino y el de más alta responsabilidad, ni siguiera ante principios generales del derecho.
el clamor de la Corte Suprema Justicia esperó el vencimiento de su Por otro lado, afirmaba cómo “en una sociedad donde los miedos se
periodo constitucional como magistrado. Su paso por la Corporación, desgranan como gotas de agua en las tardes de lluvia, muchas veces [la

71 Corte Suprema de Justicia • Revista 21


Corte Suprema de Justicia] ha elevado –incluso solitariamente– su voz avanzar. “Acordaos, decía, que mi costumbre es dormir en el campo
para hacer sentir su presencia en momentos difíciles para la seguridad de batalla”.
de los ciudadanos y en orden a los más altos fines que atañen con la Como si toda esta herencia espiritual no fuera suficiente, que segura-
dignidad de la justicia y con la preservación del Estado de derecho mente pronto se convertirá en un libro según su propio deseo, el doctor
dentro de la democracia, con claro respeto de la independencia de los Trejos Bueno se preparaba para continuar su lucha por el derecho
poderes públicos y sin ninguna claudicación”1. desde su oficina de abogado. Por ser un hombre inagotable, como ya
Pero, cuando hablaba, su voz no solo era la voz de la Corte Suprema, lo manifesté, hace poco menos de un año dejó la magistratura de la
era la voz de todos y cada uno de los jueces de la Nación; su voz, asi- Corte Suprema de Justicia para trasladar ese objeto de sus desvelos al
mismo, retumbaba y hacía eco de los silencios de aquellos que no son ejercicio profesional independiente. Y lo hacía de esa manera porque
escuchados o que no se atreven a hablar por temor a ser acallados. siempre fue consciente de que la batalla por la justicia no es exclusiva
de los jueces y del Estado, sino que involucra a cada ciudadano.
Para él, “quizás como en ninguna otra época la administración de
justicia, desde la más alta cúspide encarnada por la Corte Suprema Un espíritu tan noble como este no puede morir. Ha terminado su
y hasta el juez del último rincón de Colombia, si aún queda juez en fugaz pero fructífero tránsito por el mundo perecedero de los humanos
ese lugar –recalcaba con ironía–, se ha encontrado en situación de para elevarse a la eternidad. Allí lo espera su señora madre, así como
peligro tan grande que, de no adoptarse oportunamente los correctivos su entrañable hijo Gabriel Fernando y su inolvidable hermano Gabriel
constitucionales y legales pertinentes, se puede perder la estabilidad y para abrirle las puertas de la inmortalidad, porque, entre nosotros, su
respetabilidad del poder judicial, en la medida en que la magistratura, voz se seguirá escuchando en sus ideales.
en ámbitos distintos de la justicia ordinaria, ha sido socavada con la En suma, un balance vital semejante, como el que nos deja Silvio
presencia de hombres dóciles que, por serlo, sirven de instrumento de Fernando, antes que despertar tristeza o escepticismo, solamente
los otros poderes públicos o que resultan fácil presa de sus ambiciones puede arrojar frutos espléndidos, vigorosos y sanos.
políticas personales, extrañas a un verdadero juez”2. A las generaciones presentes y venideras habrá de servir de inspiración
Silvio Fernando Trejos Bueno sabía que defender estas ideas y admi- para su formación académica, bajo el entendido inequívoco de que
nistrar justicia requiere ecuanimidad, porque las confrontaciones de el esfuerzo, la constancia, la paciencia y el rigor científico, sin atajos
argumentos “exigen rectitud, pausa, reflexión y carácter”, cualidades de ninguna especie, son bases esenciales para edificar un sólido y
que le sobraban y lo llevaron a ser conciencia viva de juez y voz de fundado criterio personal.
demócrata integral. Esas fortalezas –confesó en alguna ocasión en su Gracias a su esposa, a sus hijos, a su padre y a sus hermanos por todo
Riosucio natal– le sirvieron para expresar, de manera reposada pero en el tiempo que nos lo prestaron. Clemencia: a buen seguro escuchó
tono firme y enérgico, “… a nombre de la justicia colombiana”, que decirle a su esposo que usted era “esa flor manizaleña” que siempre
contaba con “... la plena convicción…” de que se debía “… preservar lo había apoyado en todas las circunstancias de la vida y que los unía
su independencia como un bien de la democracia y para beneficio del un amor sin medida e indestructible. Ricardo y Carolina: también de
ciudadano, voz que en ocasiones …” trataron “… de acallar distintos ustedes dijo Silvio Fernando que eran “la adoración vuelta ya hombre”.
malquerientes de las instituciones, pero que permanecerá con vigor Doctor Gabriel Trejos Espinosa: tras afirmar su hijo que usted era
para bien de Colombia y de los colombianos …”. “ejemplo de vida por seguir”, en una palmaria reafirmación de sus
sólidos principios éticos y morales, expuso cómo “su honestidad a toda
Con estos pensamientos arrancaba ovaciones a los públicos ante
prueba resultaba paradigmática en una sociedad como la nuestra...
quienes exponía. Resultan memorables, entre otras, sus intervencio- infestada de corrupción”. En fin, la justicia y la patria entera quedan
nes en Villavicencio, Pereira e Ibagué, en las que asumió con decoro en deuda con toda la Familia Trejos. Ojalá el gran servicio que deja a
la representación institucional de la Corte y encarnó con solvencia la todo un país la antorcha encendida por ese espíritu de luz conocido
vocería de la jurisdicción ordinaria, de las que aún se escucha el eco como Silvio Fernando Trejos Bueno en algo los consuele en estas horas
de su sabiduría en mañanas como estas. En estas intervenciones, y de tribulación y dolor.
para no olvidarlo nunca, proclamaba con ahínco la pertenencia de los
No cabe duda de que el carácter, la nobleza y personalidad de Silvio
jueces y fiscales de manera que conformaran “un solo haz humano”
Fernando, a quien despedimos el día de hoy con los sentimientos
que rescatara la independencia y autonomía de la rama judicial; y
inevitables que suscita su temprana desaparición, permanecerán
ahí mismo aseguraba, parodiando al gran Napoleón, cómo aunque
de manera indeleble en la memoria de los que hacemos parte de la
habíamos retrocedido demasiado, había llegado el momento de institución, en la de aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo y
disfrutar de su amistad y, naturalmente, en la de todos los ciudadanos
a quienes está dirigida la sagrada misión de administrar justicia.
1
En palabras pronunciadas en el homenaje que le ofreció la El doctor Silvio Fernando Trejos Bueno fallece, y no en el momento
Gobernación de Caldas en Manizales el 23 de julio de 2004. propicio para Colombia. Colombia lo necesitaba, y el adalid de las
2
Discurso de clausura del VI Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria. causas nobles ha partido y se ha ido para no volver, a un lugar donde
Ibagué, 26 de septiembre de 2003. solo alcanzan los recuerdos.

Corte Suprema de Justicia • Revista 21 72

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