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Consideraciones sobre el ensayo académico, y sobre el ejercicio del

pre-proyecto de ensayo

Nota: estas consideraciones se pueden aplicar también, a mayor escala, al ejercicio


de la monografía de la monografía de grado.
Versión de abril 2016.

I. El ensayo académico:

¿Qué es un ensayo académico?


Un ensayo académico (a diferencia del ensayo reflexivo, como lo son por
ejemplo los ensayos de Montaigne o de Jorge Luis Borges) es un texto argumentativo
e interpretativo, que plantea un problema de investigación relacionado con un texto
primario (o un corpus compuesto de varios textos primarios; los “textos” primarios
también podrían ser, eventualmente, otros tipos de materiales primarios, como películas
o cuadros). Este texto argumentativo busca construir un problema de investigación,
examinando los aspectos del corpus que son más pertinentes desde la perspectiva del
problema planteado, y exponiéndolos claramente para el lector, en el proceso de llegar a
unas conclusiones sobre el tema escogido y sobre el objeto de investigación (el texto o
los textos primarios). Las principales etapas en la elaboración del ensayo son, por lo
tanto (no siempre en exactamente este orden):

a. La definición del tema y la delimitación de un corpus (dos cosas que ocurren


más o menos al mismo tiempo, ya que el tema surge en general del contacto
con el material primario). Esto debería dar lugar a la redacción de una
hipótesis y de unas conclusiones provisionales. Nota: mientras no se tiene
una idea sobre las conclusiones esperadas, es difícil concretar un tema de
investigación.
b. El análisis detallado del texto primario o de los textos primarios.
c. La lectura de un corpus importante de textos secundarios (teoría literaria,
crítica literaria, y a menudo textos sobre el contexto histórico e intelectual de
las obras primarias) y la constitución de la bibliografía.
d. La redacción de un plan de ensayo, que permite poner a prueba la
organización de los argumentos destinados a desarrollar y sustentar el
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análisis (generalmente, ese plan cambiará varias veces en el proceso de


elaboración del ensayo).
e. La redacción final del ensayo.

A. Tema de ensayo (o de tesis de grado)

El tema de ensayo es un instrumento de análisis esencial frente al autor o la


obra estudiados. Es un filtro de lectura, construido por el lector en interacción con el
corpus, en función tanto de los temas o estructuras predominantes en este corpus como
de los intereses y preocupaciones del investigador. Ese tema debe permitir al autor del
ensayo (o de la monografía) formular una problemática, o problema de investigación,
que organice la interpretación del corpus. Un buen tema permite iluminar la obra o las
obras estudiadas, identificar los problemas más importantes que plantea(n) (o al menos
los problemas que más interesan al investigador), y comentar esos problemas,
identificando aspectos de la(s) obra(s) que no están visibles en la superficie inmediata
del texto.
Generalmente, se parte de un tema más general (por ejemplo “La figura del
narrador en Edgar Allan Poe”, o “La construcción de los espacios en Clarice Lispector”,
o alguna combinación de los dos, como “La figura del narrador en Poe y Lispector”: en
ese último caso, lo más probable es que se examine cómo las obras respectivas de los
dos autores configuran a su narrador, y cómo esta configuración ayuda a plantear las
preocupaciones centrales y la estética de cada autor, y qué es lo que aporta la
comparación entre ellos a una mejor comprensión del uno y del otro), para luego definir
más claramente el corpus que se va a analizar (algo que puede estar ya en parte definido
por el programa del curso para el cual se está haciendo el ensayo, o que puede haber
sido definido de entrada por la profesora en el momento de asignar el tema). La
definición del corpus es inseparable de una etapa de planteamiento más preciso del
problema por tratar (algo que es tarea del autor del ensayo, incluso en caso de que el
tema general haya sido asignado por el profesor).
De manera un poco tautológica, se puede decir que un buen tema de
investigación es un tema que da lugar, justamente, a una investigación: es decir que
plantea preguntas que no están ya resueltas de antemano, y que requerirán de una
lectura cuidadosa del texto o de los textos primarios, y de la literatura secundaria
especializada sobre el tema o el autor, para llegar a conclusiones.
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B. Textos secundarios y manejo de los mismos

El ensayo tiene la obligación de tener en cuenta las posiciones de otros


investigadores que hayan trabajado sobre el mismo autor y la misma obra (o corpus), y
de dialogar con estas posiciones en su reflexión sobre el objeto de análisis. De hecho, un
ensayo académico serio es la distilación de una gran cantidad de lecturas, tanto del autor
o de la autora primario/a como de los estudiosos que han escrito sobre el mismo autor,
la misma época, o la misma temática, y de los teóricos cuyos conceptos pueden ser
pertinentes para entender mejor los textos primarios.
Es importante que se identifiquen claramente los diferentes interlocutores que
están presentes en el ensayo: el autor/la obra estudiada, el autor del ensayo, y los autores
secundarios, los que han opinado también sobre el mismo autor o la misma obra, o
sobre temas parecidos, y cuyas posiciones deben ser tomadas en cuenta (lo que no
implica necesariamente que uno esté de acuerdo con ellos). Esto implica un diálogo con
al menos tres participantes (generalmente más, ya que los autores secundarios también
pueden tener posiciones encontradas), cuyas voces debaten acerca del objeto de análisis,
y quienes deben ser siempre diferenciados entre sí en el ensayo. De allí la importancia
de citar clara y correctamente tanto los textos primarios como los textos secundarios.
Eso significa que toda cita textual debe estar entre comillas, y debe ser explícitamente
identificada con la referencia bibliográfica y los números de página correspondientes.
Hay que evitar citas demasiado largas y numerosas (se recomienda que las citas directas
no superen el 25% de su texto). En caso de parafrasear el discurso de otro autor, de
todos modos hay que incluir la referencia del texto parafraseado.
Para asuntos como la presentación de las referencias bibliográficas y de la
misma bibliografía, se recomienda referirse a la revista del departamento (Literatura:
Teoría, Historia, Crítica), que sigue las convenciones del MLA Handbook (manual de
la Modern Language Association), y que puede brindar buenos modelos.
Es bueno recordar que los textos secundarios están para alimentar un debate, no
para sustituir la reflexión del autor del ensayo sobre los materiales primarios, que deben
ser analizados en detalle para sustentar lo planteado en el ensayo o en la tesis. Por otro
lado, aunque se pueden utilizar textos secundarios tomados de muchos campos (historia,
psicología o psicoanálisis, filosofía, arte…), es bueno recordar también que los
materiales primarios estudiados son obras literarias, o en todo caso obras de arte, que
tienen su dinámica y sus necesidades propias, y que no se pueden reducir al discurso de
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campos ajenos como la antropología o la psicología, como si fueran meras ilustraciones


de hechos sociales o psicológicos (El rey Lear no es simplemente un estudio de casos de
locura, por ejemplo).

C. Bibliografía primaria y bibliografía secundaria

Se suele distinguir entre bibliografía primaria y bibliografía secundaria (o


textos primarios y textos secundarios). Esto no significa simplemente que cierta parte de
la bibliografía es más importante que otra parte; la bibliografía primaria es la que es el
objeto de la investigación, la que constituye el corpus acerca del cual se está
formulando la hipótesis de trabajo, mientras que la bibliografía secundaria es
conformada por los textos críticos, teóricos o históricos que permitirán al investigador
complementar sus propias ideas sobre el corpus primario, dar cuenta de un estado del
arte previo sobre el material de estudio, y sustentar mejor las conclusiones a las cuales
habrá llegado.

D. Organización del ensayo

Se recomienda escribir las conclusiones (al menos una primera versión) al


comienzo del proceso: no se puede iniciar un proceso de investigación sin tener una
idea al menos provisional de lo que se espera encontrar al final del proceso.
También se puede hablar, en vez de conclusiones, de la “tesis” del ensayo: es decir, lo
que se está buscando verificar y demostrar (pero hay que tener en cuenta que esa tesis
puede experimentar ciertos cambios entre el comienzo del proceso y el producto final).
También se recomienda escribir la introducción, o al menos su versión definitiva, al
final del proceso, aunque por supuesto es necesario tener una versión preliminar al
comienzo para orientar el análisis.
Sería útil que cada “capítulo” o sección de la investigación incluya una pequeña
introducción y una pequeña conclusión (aunque sea de una o dos frases), que ayuden a
visibilizar el tema específico de esa sección, y a conectar el capítulo o la sección con la
problemática formulada al comienzo. Esas “mini-introducción”/“mini-conclusión” no
necesitan estar separadas del texto de la sección o capítulo (aunque en el caso de una
tesis de grado, donde realmente hay capítulos, sí lo estarían).
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II. El proyecto de ensayo (o de monografía):

Un proyecto de ensayo (o de monografía) es una versión preliminar, solo


parcialmente redactada, del ensayo (o monografía) proyectado por el investigador. La
función de este ejercicio es ayudar a la autora del ensayo a hacer explícitas desde el
comienzo su problemática de investigación y las articulaciones lógicas de su reflexión,
tomar una posición autorreflexiva frente a su propio proceso investigativo, y evitar la
confusión y el impresionismo en la versión final del texto. No debería superar las 4 o 5
páginas, y consiste en las siguientes componentes:

1. Una introducción redactada que plantea el problema que se propone explorar,


identifica el corpus escogido, y expone brevemente las diferentes etapas en que
se desarrollará la reflexión;
2. Unas dos o tres páginas en estilo más o menos telegráfico (no-redactadas), que
esbozan las grandes partes que compondrían el trabajo terminado y sus
respectivos apartes más puntuales, en el orden que parezca pertinente en aras de
sustentar o descartar la hipótesis propuesta al comienzo. Cada una de esas
grandes partes debería ir acompañada de una pequeña introducción y conclusión
(pueden ser muy pequeñas), que hagan explícita la conexión de las partes entre
sí, y con el tema general del trabajo.
3. Una conclusión preliminar (redactada, como la introducción), en la cual se
formula el resultado interpretativo que se espera obtener de la investigación.
4. Una bibliografía provisional de fuentes primarias y secundarias (debería tener un
mínimo de 8-10 títulos, incluyendo las referencias de los textos primarios; estos
últimos no deberían superar el 20% del total de títulos propuestos). A veces se
pedirá una bibliografía comentada: es decir que cada título (o al menos un 80%
de los títulos) debe venir acompañado de un resumen muy breve, que identifique
las ideas principales del texto y su utilidad para el futuro ensayo.

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