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Poema de Turlis

Sé que los sueños no se repiten , tampoco los poemas; ni mucho menos los cuentos ni otras
expresiones que sería tedioso mencionar

Transcurría el otoño en Lima pero los pájaros no aparecían, tan solo la humedad sonreía
tontamente, los caminos resbalaban ante nuestros pasos...

Permitidme acariciar los sueños, la esperanza


el cielo inmenso
las alegres conversaciones permanecen en mi recuerdo
aunque ninguna carcajada se dibuja en mi rostro
la muchedumbre acompaño los sueños de los políticos
los artistas se limitaron a bailar en el escenario
mis anhelos se limitaron a los libros de Prabhupada o de otro iluminado
intento hacerme la vida más tranquila pero también mas completa
sentir que coloco la cereza sobre el mapamundi...

Con aquel frío resultaba difícil no dejar de sentir nostalgia por la gente,
hasta por los años idos, por la inspiración poética – si se le puede llamar así - . El silencio se
apoderaba de todo al caminar por esa gran avenida, mis alas se agitaban lentas, no las sostenía
el aire y yo no sabía si volaría.
Ahora estoy en un vagón mirando ese horizonte aplastado por el tiempo

Cuanto tiempo ha pasado,


parecemos espantapájaros con ganas de volar
el campesino no cree nada
pero que importa, la cosecha será para todos

Amigos del alba y del ocaso algún día la tierra será fértil
pues en mis canciones permanecen sus nombres
el momento de regresar a mis orígenes no ha llegado

(Su caminar era lento auscultaba todo el sendero y yo lo encontraba enamorado del silencio; la
nada era su mayor contemplación)

Esperando que esta muestra sirva para disfrutar de los amaneceres las tardes y el nocturno de
nuestra gente, de nuestras tierras tan prosperas y tiradas de los cabellos como este extraño
texto...

FRANK TURLIS MARTÍNEZ


Estudiante de Bibliotecología y CC.II en la UNMSM, integrante de el Grupo Literario “El Club
de la Serpiente”

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