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2018

Cobertura Mediática

ANTESALA: DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

POR YALITZA NAVEDO ROMÁN


COBERTURA

https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/miedoarepresaliassilenc
iaalasvictimasdeacososexual-2404819/

Las querellas de víctimas de acoso sexual en el empleo han disminuido


consistentemente, en Puerto Rico, desde la década de 1990, según estadísticas
de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por
sus siglas en inglés).
En el 2010, por ejemplo, se presentaron 94 quejas por hostigamiento sexual
laboral ante ese organismo federal, mientras que en el 2017 esa cifra se redujo
a 54.
“La política, legislación y procesos administrativos contra el
hostigamiento sexual no han logrado en 30 años erradicar la conducta en
el mundo del trabajo”, sostuvo ayer la decana de Asuntos Académicos de la
Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana, Yanira Reyes Gil.
Las expresiones de Reyes Gil se dieron compo parte del panel “Retos de la
mujer trabajadora en el siglo XXI”, una iniciativa del Centro de Ayuda a
Víctimas de Violación que se celebró ayer para conmemorar el Día
Internacional de la Mujer Trabajadora.
Además del hostigamiento laboral, las panelistas invitadas abordaron otros
temas, como la autosuficiencia de la mujer y la política pública del gobierno en
torno al acoso en el empleo.
Reyes Gil precisó que las estadísticas de la EEOC reflejan que, del total de las
quejas presentadas, en el 8% de los casos la víctima retira la denuncia a través
de algún acuerdo. Mientras, un 22% de las querellas terminan cerradas por
razones administrativas y alrededor de un 55% concluyen con una
determinación de no causa razonable.
“Es decir, más del 85% de los casos terminan con una determinación
favorable para el patrono. Solo en el 6% de los casos hay una determinación
de causa favorable para el querellante”, sostuvo Reyes Gil, quien basó su
presentación en las estadísticas recopiladas por la EEOC, ya que la página de la
Unidad Anti-Discrimen del Departamento del Trabajo “no ofrece datos”.
En un informe de la EEOC del 2012, hay evidencia de que el hostigamiento
por razón de género casi nunca se reporta, acotó Reyes Gil. Cuando hay
contacto físico no deseado, se reporta solo en el 8% de los casos, y cuando hay
conducta sexual forzada, se reporta en el 30% de los casos. Estas denuncias no
necesariamente desembocan en quejas formales.
Por qué se callan
Reyes Gil señaló que varios estudios evidencian que las personas que
experimentan hostigamiento sexual en el empleo no inician o continúan
procesos de denuncia formal por, principalmente, temor a las consecuencias y
las reacciones de sus denuncias.
En ese renglón, cae la falta de veracidad a la denuncia, culpa por el futuro del
hostigador, daños a su carrera y reputación, así como la inacción. “Ese silencio
cultural es reforzado por las propias políticas para el manejo de casos de
hostigamiento sexual, las cuales en su mayoría requieren la confidencialidad de
los procesos”, puntualizó la académica.
La abogada cuestionó el requerimiento de confidencialidad exigido en estos
procesos que, aunque tuvo como fin inicial la protección de la víctima de
cualquier represalia, en ocasiones termina beneficiando al agresor.
“Una de las cosas que más choca es el tiempo que estas personas
(acosadores sexuales) lograron mantenerse intactos. No por falta de
denuncias, necesariamente, sino por la protección del silencio”, sostuvo
Reyes Gil.
Entre esas figuras que lograron mantenerse intactas por años, está el caso del
actor Bill Cosby y del productor de Hollywood Harvey Weinstein. A nivel
local, Reyes Gil mencionó el caso del exalcalde de Guaynabo Héctor O’Neill.
“Tras la confidencialidad se esconden patrones de conducta que violan los
derechos humanos de las mujeres. El silencio transaccional e institucional, los
procesos internos informales y la mediación entre las partes no solo protegen
al hostigador, sino que refuerzan los patrones de silencio”, planteó Reyes Gil.
Por su parte, la licenciada Lindsay T. Murillo, asesora legal de la Pontificia
Universidad Católica, lamentó que al igual que otras situaciones que enfrentan
las mujeres, el hostigamiento sexual no tenga un reconocimiento como
problema social ni sea asunto de interés público a pesar de los esfuerzos.
La inequidad de género y la discriminación, influenciadas por
un desequilibrio histórico de poder entre mujeres y hombres, son las raíces de
la violencia contra la mujer, subrayó.
“Todavía es necesario convencer a la mayoría de la población sobre su
importancia”, dijo al citar un artículo de las psicólogas mexicanas Blanca Elba
García y Patria Begoña Miranda.
Aún hoy día, dijo, se establecen niveles a las conductas de acoso sexual,
minimizando o definiendo como “acoso leve” los chistes, piropos y
conversaciones de contenido sexual. En el renglón de “acoso moderado”, están
las miradas, gestos lascivos o muecas.
“En una sociedad machista en la que se sexualiza a la mujer y con una pobre
educación en perspectiva de género, muchas víctimas pasan por alto incidentes
de acoso por miedo a represalias”, señaló Murillo al condenar esos niveles de
acoso.
Por su parte, la portavoz del proyecto Matria, Amárilis Pagán, ofreció la
ponencia “Autosuficiencia de la mujer como factor protectivo del género”.
“Cuando hablamos de mujeres, están las que quizás tienen un conjunto de
características que le permiten estudiar, trabajar, tener su propia casa; y las que
están al margen de eso y pasan toda la vida, probablemente, en situaciones de
violencia y pobreza extrema. Cuando hablamos de autosuficiencia económica,
entonces, tenemos que mirar esos dos tipos de mujeres”, puntualizó Pagán.

http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/blog/el-
desahogo/posts/unacomunidadlibredeviolenciadegenero-1271762/
"Si bien se ha avanzado en cuanto a derechos y educación, todavía queda mucho
camino por recorrer para concretizar un mundo equitativo para los géneros"

Por: Dra. María Rebecca Ward, Centro de Ayuda a Víctimas de Violación

¿Qué se conmemora hoy, 8 de marzo? ¿Cuál es el propósito de las marchas


internacionales a favor de los derechos de las mujeres? ¿Por qué no hay que
felicitar, sino integrarse a las luchas de equidad y justicia social? ¿Qué relación
tienen los estereotipos del género con la violencia contra las mujeres, los
feminicidios y la brecha salarial, entre otras problemáticas?

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer. Tiene sus inicios en las luchas
por justicia salarial para las mujeres desde el siglo XIX. Dicha fecha se ha
proclamado en distintas épocas y en distintos países del mundo para reconocer
la aportación de las mujeres y, a la vez, visibilizar la condición de inequidad de
las mujeres en el ámbito familiar, laboral y social.

Se ha reconocido ampliamente que el progreso y el desarrollo sustentable de


los países tiene que darse en un contexto de equidad de derechos y condiciones
tanto para los hombres como para las mujeres. Todavía hoy en pleno siglo XXI
la brecha salarial es del 23% en el mejor de los casos y asciende hasta el 40%
en algunos grupos étnicos. Por lo expuesto, la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) recientemente ratificó el objetivo de igualdad de género para el
2030.

Si bien se ha avanzado en cuanto a derechos y educación, todavía queda mucho


camino por recorrer para concretizar un mundo equitativo para los géneros.
Tanto la diferencia salarial por género como las condiciones de violencia en los
escenarios laborales y familiares, siguen siendo un reto a nivel global. Las
campañas recientes como #MeToo y #TimeIsUp, así como casos locales e
internacionales de políticos, legisladores y figuras públicas acusados de
hostigamiento sexual, han sacado a la luz lo que ya sabíamos por décadas: que
la violencia contra la mujer en el ambiente laboral es común y, en muchos casos,
crónica. Las marchas a nivel mundial por los derechos de las mujeres han
permitido un contexto social de visibilización y apoyo a las víctimas ante
estructuras que han tolerado este tipo de violencias en perjuicio de las víctimas,
mayormente mujeres y niñas.

Hoy se espera que más de 70 países se unan a la protesta internacional a favor


de una sociedad libre de la violencia contra las mujeres, la igualdad salarial y
ambientes laborales libres de hostigamiento sexual.

No es un tema personal o local. Organizaciones como la ONU han hecho


proclamas de igualdad entre los géneros (ONU Mujeres, 2017) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2005) han dado recomendaciones para
lograr el cambio social, tales como las alianzas intersectoriales, los planes
nacionales y la segregación de las estadísticas por género, así como la
investigación.

A lo expuesto, hay que sumar la importancia de la educación sobre la equidad


de género desde la niñez temprana. Es decir, una educación centrada en los
derechos y capacidades iguales entre niños y niñas, hombres y mujeres. Estos
ideales se ven reflejados en campañas de la ONU, tales como “un planeta 50-50
para el 2030” aludiendo a la equidad económica y política y “que nadie se quede
atrás” para un desarrollo sostenible.

Para lograr el cambio social no es suficiente con encausar a los agresores,


aunque esto es necesario. Hay que cambiar las estructuras y los paradigmas que
posibilitan y facilitan que cualquier tipo de violencia contra la mujer se
justifique, se condone y se perpetúe. Hay que empezar con nosotras y nosotros,
con nuestra crianza, las crianzas de nuestros hijos e hijas. Hay que deconstruir
valores que contribuyen a la inequidad aunque sea incómodo. Aunque implique
no fomentar la idea de princesas indefensas en las niñas y héroes agresivos en
los niños. Aunque implique ceder privilegios y aumentar esfuerzos. Múltiples
intervenciones a múltiples niveles (personal, familiar, comunitario, político)
lograrán una masa crítica para la transformación social.

La igualdad de género debe comenzar en casa y en la primera infancia, y seguir


en la comunidad, en los medios de comunicación, las leyes y la implantación de
leyes y las sanciones sociales. Tal vez lo expuesto nos deje entrever la ruta que
se debe seguir para lograr la verdadera equidad de los géneros para la
transformación del planeta en un mundo en el que todas las mujeres vivan en
paz.

¡Trabajemos por un 8 de marzo que simbolice la equidad y una comunidad libre


de violencia de género!

https://twitter.com/DeptSaludPR?lang=en
https://twitter.com/DeptSaludPR/status/971491444585361409
ENTREVISTA RADIAL

Dra. María Rebecca Ward – 8 de marzo


GALERIA DE FOTOS DE LA ACTIVIDAD
En resumen, se logró exposición mediática en los dos periódicos principales de
del País. Además, el 8 de marzo la Dra. María Rebecca Ward fue entrevistada
en WKAQ para el programa En Caliente con la Jovet.

A la actividad asistieron 80 personas.

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