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Universidad de Panamá

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas


Escuela de Derecho

Introducción al Derecho-Der100A
Profesor Eddie Hernández
Asignación #2

Estudiante: Año: Aula:


Roberto C. Robolt R. I A Matutino A-6
Céd. 4-713-1164

I. Los mandamientos del Abogado.


Son diez los decálogos enunciados por nuestro autor Eduardo Couture. Para nuestro fin
analizaremos uno de los diez así enunciado a continuación:

VII.- Ten Fe
Ten fe en el Derecho, como el mejor
instrumento para la convivencia
humana; en la justicia como destino
normal del Derecho; en la Paz como
sustituto bondadoso de la Justicia; y
sobre todo, ten fe en la libertad, sin la
cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.

Escojo este magnificante pensamiento porque considero que en el se encierran, se


recogen muchas condiciones del individuo como ser constante, tener tolerancia, luchar y por
supuesto amar a la profesión. Porqué lo gestiono así, porque la Fe es, bajo mi concepto personal,
el espíritu inquebrantable, vinculante, magnificador y gestionador de vida, de esperanza y de
confianza en muchos otros procesos que se le siguen sumando como, los buenos oficios, las
buenas actitudes, las correctas decisiones, la buena disposición personal o externa, etc. Yo soy de
fundamento profundamente católico. Creo muchísimo en Dios, él esta y va delante de mí
siempre y en todo momento, por ello la hiper importancia que tiene para mí tener Fe, eso es algo
sinecuanon, es algo con lo que uno debería acostarse y es algo con lo que me levanto todas las
mañanas. Creo que un fundamento natural de toda persona es eso, es ser positivo, es contar con
aquel espíritu siempre renovado, es esperar lo justo aunque no se de así, es ser transparente, es
sentir paz en tu interior y darle vida a tus decisiones, apegos, proyectos y deseos. Por la Fe es
que uno se atreve a muchas cosas, por lo menos en mi caso así es, así lo manifiesto y considero

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que ese es mi motor personal de vida. Entonces si uno unifica ese criterio con tu trabajo, con tus
actitudes o aptitudes diarias, con tu sentir común de poseer y meditar actuares futuros y decisivos
de alta relevancia, creo que en todo ello llevamos como personas y como profesionales un alto
grado de Fe, porque no todo es tecnicismo, no todo es relativo, hay veces en que ese espíritu nos
vuelve más emprendedores y nos abre las puertas en lugares en donde creíamos que estábamos
cerrados o encajonados, estancados o demás. De allí la importancia para mí de esta percepción.

Ahora bien, nuestro autor le da en su mandamiento o en el análisis del mismo una


explicación más profesional y con otra aplicación de terminología. Por ejemplo, no habla de
tener Fe en el Derecho, eso me parece correcto, él nos habla de tener Fe en la Justicia, eso es
inmutable y de primer orden; él nos tener Fe en la Paz, en la Libertad, sin el cual no habría
ninguno de los tres primeros pilares ya mencionados. Me parece esto un fundamento práctico y
no tanto religioso o espiritual como yo sí se lo di en mis primeras líneas, pero aunque no sea tan
espiritual si encierra caracteres espirituales y religiosos porque para poder llegar a tener Fe en
todas estas cosas importantísimas como las ya mencionadas, primero hay que tener Fe en Dios ,
primero hay que tener Fe en uno mismo y en el espíritu positivo que una utilice en cada hazaña y
gestión objetiva o personal que uno realice.

Estos son matices muy especiales que el autor menciona, pero los hace en función más
profesional, y me parece muy bien porque la síntesis de ser un buen abogado o la aptitud de ser
un justo profesional del Derecho implica estos conceptos, implica estas actitudes que de una vez
por todas representará el fin máximo del porque uno como persona conciente a tomado la
efectiva decisión de estudiar esta carrera y desempeñar profundas actitudes responsables y de
buen actuar ante el cliente , uno mismo y la sociedad.

Analicemos los preceptos establecidos en este mandamiento. Comencemos con aquello


de ten Fe en el Derecho. Considero que esto es por lo que uno especializa sus conocimientos y su
actuar en el Derecho. Cada persona debe tener una buena disposición para lo que a decidido
estudiar y en nuestro caso, nosotros debemos tener Fe en el estudio y aplicación del Derecho
como lo dice nuestro autor, como mejor instrumento para la convivencia humana. Este
pensamiento es perfecto, es un acápite fundamental en toda la historia del Derecho o de las
Relaciones Internacionales también como ciencia.. Desde los inicios, en la historia de la
humanidad, se practica la convivencia humana a través del Derecho, a través de las buenas

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relaciones entre los pueblos que a veces fracasaba, pero que en su génesis lo que buscaba era la
justa estabilización de principios, deberes y derechos. Uno debe crear como pilar fundamental,
la Fe en lo que uno profesa, la Fe en uno mismo, la Fe en Dios, cosa que traerá como buena
disposición la equidad en lo que se estudia y en lo que se aplica. La Justicia o tener Fe en la
Justicia, otro aspecto de los mandamientos. Este es el fin máximo, para mi concepto, del estudio
y la aplicación de las normas del Derecho en cualquiera sociedad civilizada del mundo. La
Justicia, según Dominicio Ulpiano (jurisconsulto romano), es la voluntad constante y permanente
de dar a cada uno lo que le pertenece. Esta es una especial máxima que desde los tiempos
romanos, se ha hecho sinecuanon en la aplicación de las normas y la transparencia con que uno
se desempeñe en la practica y como fin máximo la búsqueda constante de hacer, buscar o aplicar
un bello concepto llamado La Justicia. Si esto no se aplica, para mi concepto, porqué entonces la
existencia de normas, para qué la aprobación estudio o presentación a un país de tantas leyes o
decretos que lo único que buscan muchas veces es la adjudicación de normas y principios
específicos que buscan la estabilidad social, penal, civil, administrativa y especial en cualquier
sociedad del mundo. Entonces es allí donde nacemos nosotros, es allí donde surge nuestro eficaz
papel de gestionar satisfactoriamente los principios y acápites del derecho y todas sus normas.
Este monumento al pensamiento, tanto el de Ulpiano como el de nuestro autor los dignifico
como categoría especial porque engendran el porque del ser, el porque de nosotros como futuros
litigantes y el porque de la existencia de carreras como esta que constituyen la base moral y
jurídica de toda sociedad.

La Paz, elemento muy preponderante en la justa relación de los particulares y Sujetos del
Derecho Internacional. Pero qué tan significativo es enaltecer este principio..?. Considero que la
necesidad de reglamentar, justificar, vivificar y establecer los parámetros que estabilicen la buena
practica legal y funcional de la Paz en todos los niveles, es tan importante como lo es el propio
ejercicio del derecho. Nuestro autor nos identifica la Paz como el sustituto bondadoso de la
Justicia. Lo dispongo como justa y eficaz esta sentencia; el establecer la Paz como sustituto de
Justicia es lo mismo que establecer que sin justicia no hay Paz, que para que haya Paz debe haber
Justicia. Entonces, nos enfrentamos a esquemas prácticos sociales de ética y educación
fundamentales, en donde los seres humanos tomamos de la mano enseñanzas y elementos hábiles
que buscan y escenifican lo justo, lo exacto y la estabilización de esquemas profundos de vida a
través de la Paz.

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La Libertad, este precepto es para mi concepto la aspiración máxima de todo individuo.
Ser libre o en otras palabras el libre albedrío, la libertad de discernir, la libertad de escoger, de
hablar, de vivir, de crear y opinar, entre muchas otras y siempre en el marco de la ley,
consagradas también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Convención
Europea de los Derechos de Hombre, y en todos los demás principios que la normatizan y la
aseguran contra otros flagelos como la tortura, la esclavitud, etc, representan para mi, el máximo
logro alcanzado por el ser humano, es el máximo ideario de todo ser conciente y nacido a la luz
de este mundo en donde se establece como práctica contundente la sobrevivencia y la
adaptación, y para ella, para realizarla, todo ser necesita ser bautizado por la Fe de Dios y la vida,
de un sentido y un espíritu muy significativo, profundo y conciente como lo es el de la Libertad.

Esta libertad promulga la oportunidad sobresaliente de hacernos prácticos de una


disciplina muy profunda y especial en la significación de todos estos derechos como lo es la
abogacía. Allí, trataremos de establecerla y ampararla bajo los preceptos de la Ley, allí
destacaremos su necesidad y su especialidad en los derechos y garantías individuales de todo
individuo, siempre bajo el imperio de leyes y normas que nos permitan tomar esos caminos de
Justicia, Libertad, Derecho y Paz, todos estos enmarcados en los cimientos de este bello y
profundo pensamiento de nuestro autor, y sus practicas de lo justo, lo ético, lo profesional y lo
honesto; una cosa amparada o seguida muy de cerca por la otra, pero que en todo momento
establecen o buscan establecer la practica abierta positiva, la cátedra especial, la claridad de las
especialidades y sobre todo la vocación, vocación olvidada, ignorada y que muy pocos
practicantes o estudiosos la saben aplicar, vivir o gestar en sus vidas y en sus ejercicios
profesionales de sociedad.

Entonces, en definitiva, es para mí, de mucho aprecio, hacer análisis sobre estos tópicos,
y mucho más me agrada, contar con la experiencia y la conciencia de un profesor de Derecho
que trasmita estos sentimientos, no solo en las páginas o textos sino también en la cátedra y en la
personalidad de sus palabras y actos que son en definitiva elementos muy especiales para la justa
concientización de aquellos preceptos éticos, preceptos morales y de profunda educación hacia lo
honesto y lo verdadero , como elemento personal de claro actuar en todo profesional o teórico
del Derecho o cualquier otra profesión que toque y recorra las necesidades de muchas personas
que buscan estos fines: el Derecho, la Justicia, la Paz, y la Libertad.

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