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INTRODUCCIÓN

La emergencia en el mundo de nuevas enfermedades infecciosas, el conocimiento de sus agentes


etiológicos y su fisiopatogenia, así como la reemergencia de otras enfermedades que parecían
erradicadas que ahora se muestran con incidencias cada vez más altas conjuntamente con la
modernización y rehabilitación de las instalaciones de salud con el correspondiente incremento de
nuevos servicios médicos y de métodos y estilos de trabajo, nos obliga a ver el riesgo biológico como una
amenaza potencial al proceso salud-enfermedad.

Existen conceptos básicos en relación al riesgo biológico y la bioseguridad que el personal sanitario debe
manejar correctamentepara no poner en juego su propia salud contrayendo enfermedades
profesionales, la salud de los pacientes con la adquisición de enfermedades nosocomiales que pueden
ser evitables, así como el cuidado de la comunidad y el medio ambiente, que interactúan
constantemente con el hombre

Se abordan las definiciones más comunes de la terminología empleada en la seguridad biológica, se trata
sobre la evaluación del riesgo biológico, haciendo énfasis en los criterios emitidos por la Organización
Mundial de la Salud (2005) y describiendo algunas características importantes de los agente biológicos

Se pretende que este estudio, a través de su contribución al desarrollo de las legislaciones nacionales
sobre seguridad de la biotecnología, favorezca el uso seguro de la biotecnología moderna,
contribuyendo a garantizar un nivel adecuado de protección para la utilización de los organismos
modificados .Aunque se trata de un término tradicionalmente usado para designar el conjunto de
normas y medidas de seguridad frente a los riesgos biológicos, lo cierto es que se ha generalizado en los
últimos años la utilización común de la expresión «bioseguridad» para aludir a un heterogéneo y variado
grupo de normas y principios generales articulados en torno a los modernos procesos de manipulación
genética de los seres vivos. El concepto se ha densificado materialmente y se ha concretizado de forma
paralela a la actual explosión del conocimiento científico-técnico sobre la base genética de la vida. Desde
un enfoque aproximativo, puede decirse que el término hace referencia directa a los instrumentos
(físicos, químicos, biológicos, etc.) de seguridad o garantía de las prácticas y operaciones
biotecnológicas.Pero, además, no se trata ya sólo de un concepto técnico o científico, sino también
jurídico. La bioseguridad sería el complemento normativo de la moderna biotecnología. Aunque, como
se verá más adelante, no exista una definición «oficial» del mismo, ni una recepción expresa en la
normativa reguladora de las técnicas de manipulación genética de los seres vivos, lo cierto es que se
trata de un término asumido cada vez más por la doctrina jurídica especializada.

La «bioseguridad» como concepto jurídico supone, por tanto, la superación de los estrechos y
compartimentados parámetros positivos de la regulación actual sobre las ciencias de la vida. Aún sin
plasmación literal, contribuye, en tanto síntesis de unos determinados elementos normativos, a la
consolidación del propio saber jurídico, máxime en una materia altamente novedosa, dinámica y
escasamente tratada por la doctrina jurídica de nuestro país. Resulta de interés por tanto plantear una
sucinta investigación acerca de la formación progresiva del concepto, su plasmación analítica en la
regulación positiva y las consecuencias aplicativas derivadas de su tratamiento uniforme. Además,
parece conveniente contar, en los momentos actuales de difusión y generalización de las prácticas de
ingeniería genética, con un concepto directriz, aglutinador de todos los elementos comunes a las
mismas, que sirva de guía para su aproximación y como referente científico para su análisis jurídico.

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