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Teoría 10
Derecho a la honra
Mientras el derecho a la intimidad busca evitar intromisiones en la vida privada o familiar de las
personas, el derecho a la honra no sanciona la intromisión en sí misma sino la divulgación de
aspectos de la vida privada que, por su naturaleza, afectan la reputación de la persona objeto de la
información u opinión.
El derecho a la honra sigue una suerte similar al derecho al buen nombre. En consecuencia, la
Corte estima que ante un conflicto entre el derecho a la información y el derecho a la honra
de un personaje público prevalece prima facie el derecho a la información.
Si se trata de una persona común, la regla también consiste en que prevalece el derecho a la
información, eso sí, solo si se trata de asuntos de interés general, y previa valoración de las
circunstancias.
Sin embargo, las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales se producen los hechos
objeto de la información también deben ser analizadas: si se trata de hechos o situaciones que se
producen en espacios públicos, de uso común o a la vista pública, existe menos posibilidad de
protección de la honra y buen nombre y mayor posibilidad de difundir la información, mientras que
si se trata de momentos de intimidad, como aquellos en los que las personas desarrollan su vida
privada, como cuando duermen o tienen relaciones sexuales, entonces se tiene mayor posibilidad
de que se proteja su derecho a la honra.
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• El uso del lenguaje, la exposición de los hechos y sus valoraciones están plasmados de
forma tal que resulta claro dónde termina el recuento de los hechos y dónde empieza la
exposición de una opinión.
• Buena parte del interés general ha dirigido la mirada a la conducta ética y moral de los
políticos y funcionarios públicos.
• El discurso político y la formación de una opinión pública “obliga[n] inclinar la balanza con
mayor ímpetu hacia el derecho fundamental de la libertad de expresión”.1
1
ídem.
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Sin embargo, unos años después la misma corporación dispuso que “las personas jurídicas no
pueden ser titulares de los derechos fundamentales a la honra y al buen nombre”.4
En esa ocasión la entidad consideró que las personas jurídicas sí pueden tratar de proteger su
“buen nombre” o “imagen” comercial indirectamente a través de la figura del good will, pero pueden
hacerlo ante la jurisdicción ordinaria, por tratarse de derechos de contenido económico, “del todo
diferentes a los derechos personalísimos”.5
Fuente: Natalia Tobón Franco, “Libertad de Expresión, Derecho al Buen Nombre, a la Honra y a la Imagen. (Resumen)
2
Colombia, Corte Suprema de Justicia. Sentencia 38909, julio 10/13 citando al Tribunal Europeo de Derechos
Humanos,
3
Caso Linges, sentencia de julio 8/86.
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-396, septiembre 3/93.
4
Colombia, Corte Constitucional. SentenciaT-472/96, septiembre 24/96.
5
ídem.
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