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Aliyás de la Torá:
1. 28:10-22
2. 29:1-17
3. 29:18 – 30:13
4. 30:14-27
5. 30:28 – 31:16
6. 31:17-42
7. 31:43 – 32:2(3 heb.)
8. Maftir: 31:55(32:1 heb.) – 32:2(3 heb.)
Haftará: Oseas 12:13 – 14:10 (Ashken.) 11:7 – 12:11(12 heb.) (Sefard.)
VaYetsé
Significa “y salió”.
Yaakov sale de Beer-Sheva y se desplaza hacia Jarán. En el camino llega a un lugar muy
especial donde pasa la noche acostado sobre una piedra. Sueña con una escalera desde la
tierra hasta el cielo. Los ángeles de Dios suben y bajan por ella. El Eterno se presenta y le
promete dar la tierra donde está acostado a él y a su descendencia. Su descendencia será
como el polvo de la tierra y se extenderá hacia las cuatro direcciones. En Yaakov y en su
simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. También promete acompañarle en su
viaje hasta que vuelva en paz. Yaakov se despierta con un temor reverente y por la mañana
erige la piedra como monumento derramando aceite por encima. Llama el lugar Betel, casa de
Dios. Luego hace un voto diciendo que si logra volver sano y salvo a la casa de su padre el
Eterno será su Dios y esa piedra será convertida en una casa de Dios y de todo lo que gane
en el extranjero dará el diezmo.
Yaakov sigue su camino y llega a la tierra del oriente. Allí encuentra un pozo con tres rebaños
esperando que otros rebaños vengan para poder quitar la piedra de la boca del pozo. Yaakov
pregunta por Laván y en ese momento viene su hija Rajel con un rebaño. Entonces Yaakov
quita la piedra del pozo y le da de beber al rebaño de su tío. Luego besa a su prima y alza la
voz y llora. Le cuenta a Rajel quién es y ella corre a su padre para contárselo. Laván sale
corriendo, abraza a Yaakov y le trae a su casa. Después de un mes Laván le pide que estipule
un sueldo para su trabajo.
Yaakov pide que Laván qve le dé a su hija Rajel como esposa a cambio de siete años de
trabajo. Laván acepta y el hombre sale a cuidar los rebaños durante siete años, que le
parecen unos pocos días por el amor que tiene. Al pedirle a Laván que le dé su mujer él
organiza una fiesta con todos los hombres del lugar. Cuando llega la noche Laván le entrega
su hija mayor, Leá y él se llega a ella. Zilpá es entregada a Leá como sierva. Por la mañana
Yaakov se da cuenta de que no es Rajel. Cuando se queja con Laván él responde que no es
costumbre entregar la menor antes que la mayor y que le va a dar la otra también después de
la semana nupcial a cambio de siete años más de trabajo. Yaakov acepta y Rajel le es
entregada como esposa. Bilháh es entregada a Rajel por sierva. Yaakov ama más a Rajel que
a Leá. Luego sirve a Laván otros siete años.
Leá concibe hijos, pero Rajel es estéril. Los cuatro primeros hijos de Yaakov son de Leá,
Reuvén, Shimón, Leví y Yehudá. Luego ella deja de dar a luz. Rajel tiene celos de su hermana
y ruega y pide a Yaakov que le dé hijos. El se aíra contra ella por su actitud. Entonces ella le
entrega a Bilháh como concubina para que dé a luz en su lugar. Bilháh entonces le da a luz
dos hijos, Dan y Naftalí. Cuando Leá ve que no concibe hace lo mismo con Zilpá y ella le da a
luz Gad y Asher.
Reuvén encuentra mandrágoras en el campo y las trae a su madre. Como Rajel las quiere Leá
se las vende a cambio de una noche con Yaakov. Así Leá se queda embarazada de nuevo y da
a luz a su quinto hijo, Yisajar. Luego tiene su sexto hijo, Zvulún, y al final una hija, Diná.
Yaakov quiere salir de la casa de Laván con su familia y le pide permiso para partir. Pero
Laván le ruega que se quede con él porque se ha dado cuenta de que el Eterno le ha
bendecido por causa suya.
Laván le ofrece un salario a Yaakov para que siga trabajando. Yaakov dice que no lo quiere
sino que desea seguir trabajando y obtener su propio rebaño como salario de los moteados,
manchados y oscuros que nazcan a partir de ahora. Laván acepta con gusto la propuesta y
aparta de sus rebaños todos los que no sean blancos y los deja al cuidado de sus hijos.
Yaakov se queda con el resto. Entonces toma varas de tres clases de árboles y les saca tiras
de la corteza para descubrir lo blanco. Luego coloca las varas delante de los rebaños donde
están apareando cuando vienen a beber. Así los rebaños tienen crías rayadas, moteadas y
manchadas. Yaakov aparta aquellos corderos y así va formando su propio rebaño aparte.
También coloca los rebaños en dirección a lo rayado y negro del rebaño de Laván. Cuando los
robustos del rebaño de Laván se aparean, Yaakov pone las varas delante, pero cuando los
débiles se aparean no pone las varas. Así las crías fuertes llegan a ser de Yaakov y las débiles
de Laván. De esta manera el hombre va prosperando en gran manera con grandes rebaños,
siervos y siervas, camellos y asnos.
Los hijos de Laván empiezan a decir que Yaakov ha quitado el rebaño de su padre. La actitud
de Laván tampoco sigue siendo como antes. Además HaShem ordena a Yaakov volver a su
tierra y a sus familiares y le recuerda que Él está con él. Yaakov envía a llamar a sus esposas
al campo para consultar con ellas. Les cuenta que a pesar de que Laván le haya cambiado el
salario diez veces Dios le ha bendecido. En una visión supo cómo lograr cambiar los colores de
las crías y así conseguir su propio rebaño del rebaño de Laván. Ellas se acuerdan salir de la
casa sometiéndose a todo lo que Dios ha dicho a Yaakov.
Con enojo Yaakov desafía a Laván pidiendo que le diga qué mal ha hecho durante estos
veinte años de trabajo y qué cosas tiene que son robadas. Laván ha sido duro y muy
exigente. Si el Dios de Avraham y el temor de Yitsjak no hubiera estado con Yaakov, Laván le
hubiera enviado con las manos vacías. Pero él vio la aflicción de Yaakov y la labor de sus
manos e hizo justicia anoche.
Laván dice que todo es suyo, las hijas, los hijos, los rebaños y todo lo que se ve. Pero no
puede hacer nada contra sus hijas y sus nietos. Le pide a Yaakov hacer un pacto con él para
que sea un testimonio. Entonces Yaakov levanta una piedra como monumento y sus familiares
recogen piedras para hacer un montón. Después comen junto a ese montón que Laván llama
Yegar-Sahadutá, en arameo. Yaakov le da el mismo nombre pero en hebreo, “Galed”, “el
montón del juramento”. Laván dice que el montón es un testimonio entre ellos. También lo
llama Mitspá, vigilia, para que el Eterno vigile sobre los dos. Yaakov no puede maltratar a las
hijas de Laván y ninguno podrá pasar por ese montón para hacer daño al otro. Laván dice que
el Dios de Avraham y el Dios de Najor juzgará entre ellos. Yaakov jura por el temor de su
padre Yitsjak. Luego Yaakov hace un sacrificio e invita a todos sus familiares a comer.
Duermen en el monte y el día siguiente Laván se va después de haberse despedido de sus
nietos y de sus hijas con besos y bendiciones. Yaakov sigue su camino y le salen al encuentro
ángeles de Dios. Por eso llama el lugar Majanáyim, dos campamentos.
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