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5. La prueba de la existencia de la unión de hecho

Un problema fundamental sobre las uniones de hecho es relativo a la prueba de su existencia.


Se debe precisar que ella no va constar en un título de estado de familia, como son las partidas
del Registro del Estado Civil. Esto es así, por tratarse de un estado de familia de hecho. La
prueba de la existencia de la unión de hecho se constituye en una cuestión necesaria para
reclamar los efectos legales reconocidos.

Sobre este punto, se debe distinguir la oportunidad de su demostración de un proceso, según


que se trata de los efectos entre los convivientes o frente a terceros. Así y respecto de los
efectos personales que se reclamen entre los convivientes, como serian requerir alimentos o
una indemnización en caso de terminar la unión de hecho por decisión unilateral de uno de
ellos, la prueba de la existencia de la unión de hecho se puede actuarse dentro del mismo
proceso en que ejerciten tales pretensiones; no requiriéndose su previo reconocimiento
judicial.

En cambio y con relación a los efectos patrimoniales que se reclamen entre los convivientes o
frente a terceros, como son los derechos que les corresponde de conformidad con el régimen
de sociedad de gananciales, la prueba de la existencia de la unión de hecho se requiere en
forma previa al ejercicio de tales pretensiones; por lo que debe actuarse en un proceso
distinto y anterior. Este criterio también se sustenta en la naturaleza de las pretensiones que
se reclaman y por la seguridad jurídica necesaria para evitar perjuicios a terceros.

De otra parte, la prueba va estar dirigida a demostrar que un hombre y una mujer si están
casados entre sí, hacen vida de tales. En ello consiste la posición constante del estado de
convivientes. Claro está que, además, se deberá probar el cumplimiento de los demás
elementos configurativos de la unión de hecho, que no media impedimento matrimonial y,
para la aplicación de las normas del régimen de sociedad de gananciales, que han durado por
lo menos dos años continuos.

La posición constante de estado de convivientes puede acreditarse por cualquier medio


probatorio admitido en la ley procesal; requiriendo el Código Civil, la concurrencia de un
principio de prueba escrita. Esta última exigencia resulta excesiva si se considera la dificultad
de contar con documentos escritos, en una relación familiar que se caracteriza por la oralidad
o por la simple concurrencia de circunstancias de comportamiento que revelan su existencia;
siendo, precisamente, la prueba testimonial que asume mayor relevancia en asuntos de
derecho de familia.

6. RECONOCIMIENTO DE LAS UNIONES DE HECHO EN LA VÍA NTARIAL

La Ley 29560, promulgada el 17 de junio del 2010, ha permitido el reconocimiento por la vía
notarial, lo que antes de su promulgación se encontraba reservado al Poder Judicial. Debemos
tener presente que el de reunir los requisitos señalados en el artículo 326 del Código Civil, es
decir la unión libre y voluntaria de un hombre y una mujer libres de impedimento matrimonial
a fin de alcanzar fines y de cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, originando en
consecuencia una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de las sociedad de gananciales
si la unión ha durado por lo menos dos años continuos.
La unión de hecho voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de
impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y deberes semejantes a los del
matrimonio origina una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de una sociedad de
gananciales, en cuanto le fuere aplicable siempre que dicha unión haya durado por lo menos
dos años continuos. La unión de hecho puede demostrarse por cualquier medio siempre que
exista un principio de prueba escrita. La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo
acuerdo o decisión unilateral. Los notarios pueden tramitar el reconocimiento de la unión de
hecho que reúne los requisitos indicados.

La solicitud debe incluir lo siguiente:

a) Nombres y firmas de ambos solicitantes.


b) Reconocimiento expreso que conviven no menos de dos años de manera continua.
c) Declaración expresa de los solicitantes que se encuentran libres de impedimento
matrimonial y que ninguno tiene una vida en común con otro varón o mujer, según sea
el caso.
d) Certificado domiciliario de los solicitantes.
e) Certificado negativo de la unión de hecho tanto del varón como de la mujer, expedido
por el registro personal de la oficina registral donde domicilia los solicitantes.
f) La declaración de los testigos indicando que los solicitantes conviven dos años o más.
g) Otros documentos que acrediten la unión de hecho tiene por lo menos dos años
continuos.

El notario manda a publicar un extracto de la solicitud en el diario oficial “El Peruano” y en


otro de amplia circulación del lugar. Transcurridos quince días desde la publicación del último
aviso, sin que hubiera formulado oposición, el Notario extiende la escritura pública en la
declaración del reconocimiento en la unión de hecho entre los convivientes y luego remite
partes del Registro Personal del lugar donde estos domicilian. En caso de oposición el Notario
suspende inmediatamente su actuación y remite lo actuado al juez correspondiente. Si
cualquiera de los solicitantes proporciona información falsa para sustentar su pedido ante el
Notario, será pasible de responsabilidad penal.

Si los convivientes desean dejar constancia de haber puesto fin a su estado de convivencia
podrán hacerlo por escritura pública en cual podrán liquidar el patrimonio social. En este caso
no se necesita hacer publicaciones el reconocimiento del cese de la convivencia también se
escribe en el Registro Personal.

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