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EPISTEMOLOGIA vy PSICOLOGIA Manuela Romo Santos PSICOLOGIA PIRAMIDE , SICOLOGIA PARA APROXIMARSE al estudio de la psicologia es necesaria una reflexién acerca de la naturaleza del saber cientifico y, asi, poder comprender la forma en que esta disciplina se construye como una ciencia de lo atten Esta obra ofrece, de una manera sis- tematica y a la vez muy didactica y sugerente, una reflexion epistemoldgica sobre la psicologia y desde la psicologia. Dedica una parte importante a Ja disciplina emergente de la psicologia de la ciencia, mostrando la relevancia de la labor del psicélogo en el estudio del conocimiento cientifico en cuestiones de la conducta cientifica tan importantes como el sesgo confirmatorio, la evolucién de la productividad cientifica a lo largo de la carrera del investigador, los condicionantes psi- Co eres UOMO on nM CSNY (te CoCo ns Co Wee Coateit MeN Cate rarer Tce eee Oren melon eae Menace nner El otro niicleo de contenidos MCMC M mere iiecin erie moldgica a la propia psicologia. Se explica cémo la evolucién de la psicologia como disciplina cientifica ha estado mediatizada por escuelas filosdficas de la ciencia, deteniéndose en analizar la influencia del positi- vismo légico sobre el conductismo y la presencia en las Rec eer Cicn ccera: a ener tetra filos6ficas clasicas sobre el conocimiento. Manuela Romo es profesora titular del Departamento de Psicologia Basica de la Universidad Auténoma de Madrid, donde imparte la materia de Epistemologia. Es autora del libro Psi- cologia de la creatividad (Paidés, 1997) y cuenta con publicaciones en libros conjuntos y en revistas fruto de Cie NKest eee Lele Nene Cat Me one onet i (eee HeWusteolloyen: (Emeline ceaive ONC) Sa waneer rertoynlecynrbeetn Ce Cro | . MANUELA ROMO SANTOS PROFEBONA TITULAR DEL DEPARTAMENTO Ff PMIOOLOGIA HARIOA DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA Di MADMAN EPISTEMOLOGiA yY PSICOLOGIA EDICIONES PIRAMIDE, COLECCION «PSICOLOGIA» Director: Francisco J, Labrador Catedratico de Modificucidn de Conducta de la Universidad Complutense de Madrid Disefio de cubierta: C. Carabina Realizacidn de cubis : Ana Miguel Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra esté protegido por la Ley, que ‘estublece penas de prisin y/o multas, ademas de Jas cortexpondientes indemnizaciones por dation y perjuiicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren publi- camente, en todo o en parte, una obra literaria, artistica o cientifica, 0 su transformacion, terpretacién o ejecucién artisti jada en. cualquier tipo de soporte 0 comunicada a través de cualquier otro medio, sin la precep- tiva autorizacién. OManvela Romo Santos Ediciones Pirdmide (Grupo Anaya, S, AJ), 2008, 2012 Juan Ignacio Luca de Tena, 15, 28027 Madrid ‘Teléfono: 91 393 89 89 www.edicionespiramide es Depésito legal: M. 182-2012 ISBN; 978-84-368-2150-5 Printed in Spain Impreso en Lavel, S. A. Poligono Industrial Los Llanos. Gran Canaria, 12 Humanes de Madrid (Madrid) A la memoria de Andrés fi) estudio del conocimiento.... Ls raices del conocimiento humano........ 1.4 motivacién epistemoldgica livolucién histérica de las formas de conocer 0 el conoci miento desemboca en la ciencia EI fin de la ciencia’ ipas criticas en la evolucién de la ciencia y la epistemo- logia Conocimiento del hecho psicoldgico ... E] positivismo légico y el primer paradigma de la psicolo: gia cientifica.. ee 2.1.1, Algunas nocion 2.1.2. El positivismo conductista.. Preconcepciones filos6ficas sobre el conocimiento en |: teorfas psicoldgicas 2.2.1. El racionalismo 2.2.2, Empirismo. 2.2.3, Constructivismo Coordenadas epistemoldgicas de la psicologfa actual .. La crisis en la epistemologia clasica de la clencia 3.1. ¢Contra el método? 3.1.1. jObservacién? 3.1.2. ¢Inferencias? © Uuliviones Pirdmide (ndioe 11 ” 3.2. Los otros «métodos» de la ciencia £/ cambio conceptual on 1a CNG \a7 a8. rede vale ; 6.1. Hnfoques Hloxdticon: de las revelietanen a la evohi@lON yy 147 Se. Haciaiuna nievelepietamclopia f.2, Modelos cognitivos ¥ COMPUIAEANAIEN connie wane 140 3.4.1, Relativismo vs. objetivismo. ne i ‘rracionali 6.5, TH modelo de Thagard scnnnnnes a eee aie ing = teraotonelida 63.1. Desarrollo de wn nuevo slatenia jwanoeptunl pot don 3.4.3. Ciencia y verdad cubrirmlernte) asiustisissaren riannennnninny ininnnnntn itt . 145 6.3.2. Sustitucidn por deseubeMOAth rece ido, — Baal 3.3. Desarrollo y sustituclon por HAHEI 05 a7 4. La metaciencia 0 el estudio cientifico de la ciencia : M 64. Bl cambio paradigmatic en psicologia 149 . — . . 6.4.1. Bl conductismo.... 151 4.1, La concepcién de la ciencia después de Kuhn o «la ciencia 64.2. Elcognitivismo..... 153 ya no es lo que era».. 4.2. Contexto de descubrimiento vs. contexto de justificacién oe 157 4.3. Tratamiento multidisciplinar de la cienci 7. La creacién cientifica “ak; El probipina ts Ja rellenvaded 0, ese ede tines /.|. Creatividad cientifica y artistica: una profunda unién 157 Crenital cua Ia. Gieritia? 4 . 7,2 Métodos de investigacion sees 162 2Qué a Se One lania@a, ciencia? 1 1. El método de estudio de casos 167 Diterentes petspechivas sobie: Ta a 1.4, Retrato robot del cientffico creativo . 170 Dimensiones del discurso cientffico .. 15, ‘Anilisis critico de la imagen popular del cientifico creado 172 1.6. El perfil psicolégico del creador... i 1. La cognicién. 5, La psicologia de la ciencia L Le 2 La mstivacigh intrinsec! e vO. t 5.1. Marco en el que surge 7.6.3. La personalidad del cientifico creati fa 5.2. Breve historia... 103 7.7. En conclusion... 5.2.1. Los precursores 103 5.2.2. Obras programéticas 107 Bibliogratia 5.3, Las razones para una psicologia de la ciencia 109 5.3.1, Causas de su invisibilidad. 109 [ndiica:analitico:... 5.3.2, 4 Qué es Ia psicologia de la ciencia 112, 4, Law diffciles telaciones de familia . 17 5.4. La conducts clentifica; dimensiones psicolégicas impli- adas. enreuneny 119 5.4.1 ‘ologia evolutiva 120 5.4.2. Psicologfa social 122 5.4.3. Personalidad ,, 126 5.4.4. Psicologia cognitiva 5.5. La contrastacién de hipdiesis 5.5.1. Las tareas de Wasco 5.5.2. {Cuando utiliza el cie 129 130 130 134 ‘T sexo contirmatorio. ntilico la falsacié © Ediciones Pirdmide © Hdlolones Pirémide Presentacién © pportuno, al introducir un Hibro que Ieva por titulo Episte- fi y psicologia, y antes de entrar en la presentacién de los ob- y el sentido del mismo, explicar el titulo. Por qué epistemo- y prleologia? ,Acaso es un libro que trata de dos disciplinas? Y es dal, {por qué no epistemologia de la psicologfa o psicologia jioeimicnto, por ejemplo? 14 conjuncién, en este caso, tiene un significado muy profundo, jo es la pura sumatoria sino que refleja Ja unién en que dos wien dveas del saber se funden para dar lugar a una matriz disci- ww, como dirfa Thomas Kuhn. Pero, ,cudles son los resultados de {usin entre epistemologia y psicologia? Pues dos grandes areas »siudio diferenciadas e interdependientes, aunque el libro no se jwntra dividido formalmente en dos partes para buscar precisa- jie la imbricacién y coherencia de sus contenidos, Al principio, aile ln epistemologfa estudiamos lo psicoldgico, y después, desde ysicologia, estudiamos el conocimiento. Hay un eje transversal en joilo el libro que es la ciencia, de manera que la epistemologia de la sie hablaremos es la epistemologia de la ciencia, y cuando se refie- Wi 4 ln psicologfa es una epistemologia de la psicologia cientifica. Pay ola parte, cuando abordamos la tarea reciproca, abordando el estudio del conocimiento desde la psicologia, se trata de presentar ja formu en que la psicologfa cientifica estudia la ciencia; en defini- fivu, se trata de adentrarse en los caminos de la psicologia de la elenela Aviano un titulo més ajustado habria sido episiemologia de la peologia cientifica y psicologia de la ¢ ia, pero mucho me temo que ningun editor se atreverfa a publicar nada con ese t({tulo tan eaxcesivo, ¥ quizé muchos posibles lectores saldrfan corriendo ante © Haiietnnies Platine 14 Presentacion Prewentacion 15 tanta desmesura sin detenerse a pensar lo que pudiera haber detr ese titulo. Asi pues, los dos grandes polos sobre los que gira el libro, at del eje central insoslayable sobre el estudio de la ciencia, son: en mer lugar la epistemologia de la psicologfa (la construccién psicologia como disciplina cientffica, sus presupuestos epistemol cos, y su acuerdo con alguna teorfa de la ciencia en su desarrollo t6rico), y en segundo lugar hacemos una epistemologfa desde la cologia (analizando cémo desde una ciencia social como eg psicologia se puede contribuir a entender la actividad del cientific haciendo pues una epistemologfa de la ciencia desde la psicologia, decir, una psicologfa de la ciencia). Mi Para continuar el juego f6nico y semAntico en otros términos, riamos que analizamos a la psicologia como ciencia y la psicolo; de la ciencia. Creo que graéficamente, mediante este diagrama se p de ilustrar esta conexi6n reciproca entre epistemologfa y psicolo; que subyace en el sentido tiltimo del libro. Wivlera de la ciencia, por las vieigitiden hintdricas que ha s oh #1) explicacion, Nos interna expevtalmente ti aproximacién de las metuciencias, Una parte de ellis, la que corresponde a la wi, HON incumbe especialmente y Gonstituye el contenido mas | libro comienza con una introduccién a la naturaleza del cono- jlo y a su estudio sistematico. Abordamos las raices biolégicas /soeimiento en motivos presentes en especies subhumanas, como yivionidad y exploracién activa del medio, precedentes remotos Jy Wolivacion epistemolégica y el conocimiento aplicado. Estudia- jy evolucién de las formas de conocer, desde las actividades ma- {yorias que vemos en los monos a las formas en que ha ido evo- jonundo en la especie humana: las formas universales de los mitos, yeligion, el arte, la filosofia o la ciencia, sin olvidar el conocimien- wrdinario, muy mediatizado por los anteriores y del que echamos 40 con mas frecuencia en la vida cotidiana. Hontulamos 1a ciencia como un conocimiento mas evolucionado y ponsable en una gran parte de la evolucién cultural, y en toda la syolucion tecnolégica de nuestra especie, Hublamos de la evolucién cientifica en estos veinticinco siglos, de aij relrocesos y de sus revoluciones, y de cémo en paralelo a la evo- jyeion cientifica ha evolucionado también el estudio de la ciencia por fuirle de la epistemologia: destacamos una revolucién conjunta, la til- fin, que en la epistemologfa se ha resuelto con el advenimiento de pre haere iy Epistemologia de la Psicologia a 4 4am in : ipieniont Jay imetaciencias, que son las disciplinas cientificas que desde media- " oS Clenela slow del siglo pasado se hacen cargo del estudio de la ciencia frente a MR ® 1 lilosofia, que lo hizo en solitario desde el siglo xvi. Py 1 Wn la ciencia, sin embargo, la tiltima revolucién nos est4 colocan- yuna ‘lo en un callején sin salida; asi, al menos, Jo sienten algunos cuya poaicion se menciona también aqui. Afortunadamente, hoy por hoy es dlincutible esta concepeion. En el epfgrafe (EI fin de la ciencia? lo dincutimos: {Ha tocado fondo Ia ciencia, o bien podemos seguir con- fiando en alcanzar algtin dfa La RESPUESTA? ee Por ultimo, la Ciencia, en sf misma, es objeto de tratamiento como ele fee que atraviesa las piiginas del libro, aunque nuestro ob- Jeto no es la epistemologia como tal. Nos interesamos por los orfgenes © Ediciones Pirdmide © Hidivtones Pirdnaide 16 Preseniacién En el capitulo 2 entramos de Ileno en la epistemologfa de la p cologia. Es obvio que el abordaje no puede ser exhaustivo como dria hacerse en un libro monografico. Hemos seleccionado tres gry des temas que nos pueden presentar los perfiles més significativos ¢ estatuto epistemoldgico de la psicologia cientffica. En primer lug: papel que jugé el positivismo légico en la aparicién del primer pati digma de la psicologia cientifica, el conductismo, en su consolidaci e incluso después de su cafda, hasta bien entrados los afios 70. A co tinuacién analizamos las razones de la crisis de la psicologia ment lista de principios del siglo veinte que propiciaron el cambio y adopcién de los principios positivistas en el método y el objeto de psicologia, el cual, como consecuencia natural, dejé de ser la ment para ser la conducta, Vemos, en segundo lugar, la evolucién epistemolégica de la psic logia en los tiltimos decenios, consecuencia de la evolucién de la dit ciplina. La psicologfa cognitiva ha tenido que hacerse sus propio planteamientos epistemoldgicos, condicionada por la recuperacién de la mente como su objeto natural de estudio, pero también condicio da por la crisis de la epistemologia, que abandona los afanes prescrip: tivos de dictar a los cientificos los cédigos del buen hacer y se com vierte en el abordaje multidisciplinar de las metaciencias. También tratamos en este tema sobre la forma en que las concep ciones epistemolégicas clésicas acerca del origen del conocimiento (innatismo, empirismo y constructivismo) han influido en los psicdlo- 208 a la hora de elaborar sus teorfas. q . En los capitulos 3 y 4 se aborda la crisis de la epistemologia clé- Sica y 1 solucién a la misma con la aparicién de las metaciencias. Las dos grandes exeuclas del siglo veinte en filosoffa de la ciencia (posi- tivismo légico y racionalismo erftico) serdn muy contestadas por una serie de filésofos independientes conovidos —a partir de la denomi- nacién de Suppe— como posiciones alternativas, La: coordenadas de esta nueva concepcién de la ciencia que destronara a la posicion he- redada —como Ilamé Putnan al positivismo l6gico— y al racionalis- ” mo critico popperiano son analizadas. Los Principios fundamentales que comporta son el abandono de la teorfa de la verdad para la ciencia y de unos cédigos de demarcacién para diferenciar el conocimiento cientifico de todo lo demas —cédigos en los que nadie, por cierto, se © Foiciones Pirémide | 4) \iitegrando més y més en proyectos conjuntos. Prewentacion 17 jento de aeverdo antehes| eh negundo Lagat, eb natitalivmo ilo por Quine, Otro pelnelplo que Bula H eNta Neva epistemo oye! dntavis en el contexto de deseubrimiento frente al mero avloniamo, es decir, a 10 exeliniva eontrasticlon de las teorfas vhjeto de estudio del filésofo de ta elenela, Y, por tiltimo, el die de la concepeién acumulativa frente a li idea de revolucién ili desde Kuhn. file ul objetivismo de las posiciones anteriores, él relativiamo PHHe en cuanto al abandono de una teorfa de la verdad y de la peidn de método universal. Por otra parte, la demanda creciente 4) eplatemologfa naturalista que contemple la actividad del cien- sei relaciOn con sus procesos psicolégicos implicados se combi- +o) el interés creciente en una visién externalista de la ciencia, jiyada especialmente en el andlisis historicista de Kuhn. Lo exter- soba protagonismo, entendiendo por tal las condiciones sociales, Miles y econdmicas en que se desarrolla el trabajo del cientifico, yom sus estados psicolégicos, condiciones personales, etc. ‘Tuas estas claves, por necesidad, desembocan en un estudio in- jwwiplinar de la ciencia, un estudio desde las ciencias sociales, uni- 4 lis aportaciones de indole esencialmente légica por parte de los ‘Wifeolos. Nacen las metaciencias con unos programas que cada vez se fi el capitulo 4 analizaremos brevemente los cometidos de estas HHeyus disciplinas que conforman la metaciencia, aca A jurtir de aqui, una no declarada segunda parte del libro integra js vupltulos cuyo objeto es presentar una epistemologia «desde» la PHleologia. En estos capitulos nos detenemos en las aportaciones mas seleyantes que la psicologfa ha hecho al estudio de la ciencia. Helendo poner en evidencia que el estudio de la ciencia es una jaren enjundiosa para un psicdlogo, asi como que la psicologia de la + jenela es una disciplina necesaria entre las metaciencias y Necesarla sono una especialidad para la propia psicologia. Devde hace treinta afios los trabajos aislados de algunos autores juin ido perfilando el marco de una disciplina que, poco iA poco, se via Hlewando de contenido con las aportaciones cada yer min Humerosas ilo (nuchos otros. La inmadurez sociolégica de In dlixelplina es eviden fe ante la reducida presencia de grupos de investigueion ¢ onsolidados © Haliciones Pirinide Presenianiin 19 eat presentacidn agradeeiende 4 lie permanay que han wiv duda, a mejarar Yiloraelones, vorreedionen y ali version detnitve dal bev A Carmen Mataix, prote p Filosofia de ta Clenela de ta Universidad Complutense de que colabord puntuali¢ande algiine Hoelonen de wu areas a Hero, profesor de Diddetion de li Aftea, que dio et conta Wileo, y a mi compafiero Javier Monserat, profesor durante en el tema del cambio cientifico. Abandonada la idea acumull won de la asignatura de Teorfa de la Clenela en la Macultad positivista ante el concepto kubniano de:revolucién, la expli jloyta de la Universidad Autonoma de Madrid, que revind el del cambio cientifico ha evolucionado enormemente y a ello “ Munuscrito y aporté muy oportunas observaciones Como Tumbicn quiero dar las gracias a mi colega Florentino Blan- jpufiero de debates que comparte la pasién por el tema, y final- _ i) agradecimiento especial a mis alumnos de la asignatura jologla y Psicologia, que con sus debates, preguntas y aporta- i clase han sido un estfmulo para la redaccién de este libro, yeclul a Miguel Santolaya y Carlos Thous, que ayudaron con las Hones, 18 Presentacién asi como de departamentos especificos en universidades o centh investigaci6n, 0 la ausencia de érganos especificos de difusién, A pesar de estas limitaciones, hay areas de importancia @ para la comprensién del comportamiento del cientffico donde | célogos han hecho importantes contribuciones especificas, y que requieren un tratamiento interdisciplinar conjunto con ot tiva desde el cambio conceptual y desde los modelos de la inteli cia artificial, supone respecto de reafirmar la importancia de una epistemologia di criptiva y naturalista donde lo importante es conocer lo que hacen: cientificos frente a lo que deberian hacer. Aunque la mejor ciencii haga refutando, como diria Popper, lo cierto es —tal como ha de trado Ja investigacién psicolégica al respecto— que el cientifico. deja llevar por un sesgo confirmatorio en su trabajo. La mayor extensién de los temas de la psicologia de la ciencia la lleva la creatividad cientffica —y aqui hemos de reconocer un ses¢ de la autora—. Por otra parte, es el tema al que mAs literatura se h dedicado desde los tiempos de Galton y en el que mas diversos espt cialistas han confluido, desde los fildsofos hasta los propios cientffi COs, COMO Presento en cl capitulo, pasando por los historiadores y desde Iiego, lox prieGlogos; eso por no mencionar a los novelista poetas —-recientemente se han publicado una antologia sobre poesia, de la ciencia— 0 cineastias, Como entiendo que los mas autorizados a hablar de la creatividad cientifiea son los psic6logos, termina el libro: con este capitulo, Creo que el edificio de la psicologia de la ciencia se tiene que ir construyendo con muchos esfuerzos entrelazados. Esa inmadurez so cioldgica de la que hablabamos antes en la di plina se va superando con las aportaciones de muchos. Ojald este libro sea un grano de are: na mas en la construcci6n de ese edificio, © Faiciones Pirimide © Vliotonen Pirdimide studio del conoeimiento «Los cielos estrellados por encima de mf y la ley sori dentro de mi» IMMANUEL KANT raices del conocimiento humano jonnudo el término rafz como una metéfora para referirme a lo iopivo del conocimiento, a su origen filogenético que est4 en »\dud orgdnica de explorar e intervenir en el medio, una nece- que es compartida con otras especies superiores. Se trata de y primarios que no son homeostaticos, es decir, ni restablecen \ilibrio perdido ni reducen la estimulacién aversive biolégica, 2001: Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick) Motifora de la evolucién de nuestra especie. De la sorpreni y 1a nctitud inter Wil y aterrorizada de los hominidos ante el enigiiii le Uni bara metdlica Jiia ciel espacio, al dominio del universo por ei Misti eapeole evolucionada iwnte un viaje espacial. © Hadietunen Pirdinide 22 Epistemologia y psicologia B) eatuitio ial eeneninionto 23 experimenton muentran Hn pale HeelAe en eald farmia em. de conoeimicnto que inplion deelon directa sobre el objeto eon explorarsino que adenide exiite una intervenelon en el He trata de formas de condiett exetinivin de low primates y y entenderlas como precumoris def eondelniento aplicado, Hologia to de los aspectos adverson que Hane Hnipedie li satintieeion wa de oxploracién, sirva la mencién del eldsieo y plonere ex 4 de Bexton, Heron y Scott (Heron, 1957) sobre la privaeion wi, con resultados de gran dramatismo. alijelos experimentales eran estudiantes universitarios que Co- 41) | cambio de dinero!. Su tarea consistfa en no hacer abso- vie nuda, Permanecfan aislados en pequefias celdas recostado: sun, viendo tan slo una luz difusa a través de unas gafi joj, Con unos manguitos en las manos para evitar tocar nada, silencio, aunque con un ruido monétono de fondo. Obviamente vubiertas sus necesidades biolégicas. Podfan abandonar el ex- #0 en el Momento en que quisieran, dejando de recibir la re- jw econémica. Al salir debian realizar una serie de pruebas Hdicus. Pijes bien, los resultados demostraron que la privacién de estimu- es inn Condicién aversiva la mayorfa no aguanté mis de 8 ho» _ de manera que, en funcién de su duracién y de las diferencias Widluales, las consecuencias podian consistir en traslornos percep # ue podian llegar hasta alucinaciones, trastornos de orden cog 40) jnostrados en los tests de razonamiento y memoria, y trastornos wionules. Tales trastornos duraron hasta 24 horas. Por cierto, el sipome de Estocolmo en las personas que han sufrido secuestro no sijo un conjunto de respuestas emocionales y cognitivas patolégi- ‘yas cuunadas por la deprivacion. como sucede con el motivo del hambre; pero son primarios por se de verdaderas necesidades, de forma que, si no se satisfi sujeto sufrird efectos psicolégicos adversos. Sfrvanos para ilustrar brevemente —entre la gran invest experimental que se ha hecho en psicologia sobre el motivo de racién— la referencia a los monos de Harlow trabajando con lo} tijos mecanicos. La curiosldad en lox monos, s in Harlow (1950) y Butler (1954). Esto: animales eran cupaces de permanecer horas manipulan una especie de cerrojos hasta conseguir abrirlos para volverlos a rar, sin otro refuerzo que la pura manipulacion del aparato, contra\ niendo con su conducta la concepeidn clasica del condicionamient operante, donde se establece que el aprendizaje va asociado siempy Nouullta dificil pensar que este experimento pudiera replicntn Ja aetnatidad aun refuerzo, lo que aqui no sucederia ¢ despuids del esedndalo de experimentos como Jos de Milgran o Zimbardo, que han ° ‘ria a menos que entendamos com 5 | rf ; jo — i Hea Los psice ca c e las repli comologions de la inves: tal somo asf es— la pura exploracién. Her liv a los psicélogas volcarse en el control de las reglas deontoligicns de li Hawwidn © Ediciones Pirdmic © Hiielonon Pidimide 24 Epistemologia y psicologia 1.2. La motivacion epistemologica «Yo no tengo dotes especiales, sélo soy apasionadan le curioso>» ALBERT EIN! De esa hambre de estimulos, de ese motivo de exploracién medio, hay un salto cualitativo al deseo de saber, un motivo excell vamente humano realizado en una forma de conocimiento antici rio, reflexivo y trascendente. El deseo de saber, la curiosidad epistemoldgica, esta en el orig de toda forma de conocimiento humano y, por supuesto, en las cif cias. Para Einstein, como vemos, es la clave de su genio creador. JI tein Gaarder estimula a los chicos en El mundo de Sofia diciéndol «Nunca dejéis de preguntar». El ser humano pasa en su temprana infancia por una etapa en que brota, de forma virulenta, esta curiosidad. La etapa del «por qui Je Hlamamos los psicélogos. Preguntas constantes por las que hen sido desbordados, el que mas y el que menos, cuando nuestros hij han aleanzado la edad de 4 atios iadamente no le damos a fase evolutiva toda la importancia que merecerfa, y el nifio, tard temprano, deja de preguntar sin haber conseguido respuestas adecy das en la mayorfa de los casos. Le sugiero un experimento al lector, Pregunte a alguien cerea —que podria ser usted mismo—: ;Por qué no se cae Ja Luna? é qué se producen las mareas? {Por qué es mayor el Sol en el horizot te que en el cenit? ,Por qué la Luna tiene una cara oculta? Son guntas que nos hemos hecho de pequefios y quizé alguna todavia f la sepamos responder... Volviendo a Kinstein, é1 reconocié en algun ocasién que de mayor continué haciéndose las preguntas que se hab hecho de nifio: ;Qué pasaria si yo alcanzase la velocidad de la cabalgando en un rayo?... © Ediciones Pirin EB) eatudlio dal eonoeimiento 25 fivolucion historica de las formas de conocer 0 ol conocimiento desemboea en la clencia «Quien dene clengid ya (lene religion y quien no tiene ciencia tenga religiOt» JOHANN W, Gowri, Tee primer conocimiento tecnolégico de los monos de liboratorio Wilindo acertijos mecdnicos o de los chimpancés en su habitat iy] partiendo las nueces con una piedra para comerse el fruto evo- wi en cl género homo hacia una actividad instrumental de segun- wien: una piedra que sirve para pulir otra que servird de hacha. jefe una separacién entre medios y fines, un conocimiento anti- Harlo, Heade esas formas més primitivas el hombre ha ido desarrollando jjoelmiento y dominio sobre el mundo y ha creado la cultura. hu vez concluido el proceso de hominizaci6n, alcanzada la bipe- ‘\On y habigndose desarrollado las areas prefrontales del cerebro, jiieion del homo sapiens, de nuestra especie, radica en la evolu- \ de sus formas de conocer, en la evolucién de la cultura; éste es woo de humanizacién. El conocimiento va tomando formas cada fis complejas, abstractas, sistematicas y criticas. Hevimos en el epfgrafe que el conocimiento desemboca en la cien- electivamente comporta la forma mas evolucionada de conocer, ‘le ha dado al ser humano un poder extraordinario sobre la natura- _ ¢) de conocer sus leyes y utilizar este conocimiento en su favor. yulemos que, de los tres estadios en la evolucién de las sociedades jlnuivo, metafisico y positive) de Comte, el mas evolucionado es studio positivo, donde hay una prevalencia del conocimiento cienti- " 1) conocimiento ha partido del dato empifrico de una manera muy yedliutu y rudimentaria: el fuego calienta y da luz, Ia piel del animal Wii, el hacha es berramienta en la caza y la defensa, Pero se va ait sepurindo de la experiencia inmediata y elaborando on formas coms ie} que irin mas alld del conocimiento ordinario, Hh mite, a partir i obervacidn, construye explicacioney sobrenatirales en aquellos Feidmenon que escapan al control y el conoelmlento huniuanos; las BH Mies Hamid 26 Epistemologia y psicologia El estudio del eonoeimiento 27 hogueras bajo el cielo estrellado, los eclipses como venganzi d a #0) Ho debemos desdefiar la forma de conocimiento compatera ios wil en la vida diaria: el conocimiento ordinario —otros le Ila- weiilide comin—, muy impregnado de los anteriores, en mayor i tmedida, segtin sociedades y épocus; en la Edad Media todo jefido por la religion, mientras que en nuestras sociedades oc- Wiles uctuales el conocimiento cientifico —o pseudocientifico— silo tiene mas predicamento y al que se apela con frecuencia para Her Una garantia de verdad, por ejemplo, al decidir sobre muchos Aieton de consumo, El marketing alude continuamente al «cient{- Weiile probado» para demostrar la calidad del producto. Como la i), e| sentido comin tiene un sustrato empirico muy fuerte y para #04 1a proximidad entre ambos es muy grande. Vor Ultimo, debemos también mencionar el arte como forma de wwiiiiento, especialmente de uno mismo, y con una caracteristica wiienolégica especial al estar tefiido de un matiz de experiencia delion 1. ciencia parte de la experiencia, elabora los datos de la misma, ndolos si es preciso, y reformuldndolos bajo las prescripciones iidlodo y el marco teérico. Las elaboraciones resultantes vuelven 4) be) eontrastadas con la experiencia para rechazarse 0 incluirse defi- Hilivamente en el corpus cientifico. Ziman (1986), trivializando quiz Wi) exceso,-dice que la ciencia no es mas que sentido comtin corregido sumentado. Giere (1988), sin embargo, considera a la ciencia como forma de conocimiento més perfecta que existe porque nos explica 14 ealructura causal del mundo, !| conocimiento cientifico es una forma de conocer sistematica, piipirica y critica a la vez, que ha dado al homo sapiens un poder {woxpechado sobre la naturaleza. Recordemos de nuevo la metéfora Wivial de la pelicula de Kubrick con la que abriamos el capitulo. El saiiocimiento cientifico fundamentalmente explica —como dice Gie- fe, pero también predice y controla el mundo. Ha convertido al ser fiumano en un aprendiz de Prometeo capaz de dominar el poder del {\iego, por ejemplo, calcinando todo lo vive en un radio de kilémetros El conocimiento se imbrica con otras dimensiones psicold; que van tomando forma en una mente evolucionada. El sentiml religioso y la necesidad de trascendencia se conjugan en la relig concebida como un conocimiento revelado, configurando un ¢6 de conducta personal y unas pautas formales que toman forma turgia colectiva en la mayoria de los credos reli igiosos. El nivel de abstraccién y formalizacion mayor se alcanza filosofia, de la cual han ido desgajindose todas las ciencias a met que la base empirica iba desarrollandose y reduciéndose el 4 especulacidn; asf surge la necesidad de acotar y definir el campe estudio en el marco de una disciplina naciente. Realmente en el progreso del con jocimiento nos va la vida, y no nos referimos a los avances de la medicina. 9 OC . En el terrible tsunami del dia 26 de d que recientemente habia estudiado en | el fenémeno y sabia que cuando las aguas se retiran de k se : : a playa decengy ‘ fils te me {ros es presagio de un tsunami; aquellos turistas, gracias al oe lant Con, por ejemplo, que los datos telescdpicos de las estrellas Lejanas eorres- ‘HM vleton Uiempo de ponerse a satvo. jnwilen «una realidad que no es 1a presente, sino que hay que restarle el tiempo que i) lu ha lirdado en llegar a nosotros. © Baiciones Pi a 28 Epistemologia y psicologia con un hongo atémico © prediciendo los eclipses, la erupcién de un volcan o la formacién de un tsunami. Igual que Prometeo, jugamos a hacernos como dioses explorando los confines del universo, creando nuevas especies por selecci6n artificial o reviviendo un moribundo im- planuindole el coraz6n de un muerto; por no citar el tema estrella actual de la clonacién de seres vivos, incluidos los humanos, Como Prometeo, el hombre ha osado desafiar a los dioses para hacerse como ellos. Algunas consecuencias de la c6lera divina, como Prometeo, pare- ce que empezamos a vislumbrar. Dejando a un Jado la capa de ozono 0 el cambio climéatico, en el A4mbito epistemolégico —que es a lo que estamos— esa situacidn apocaliptica puede ser quizé el fin de la cien- Cla, como algunos agoreros empiezan a presagiar; pero este es otro tema. 1.4. ZEl fin dela ncia? «Nosotros, los humanos, estamos aqui para intentar comprender por qué estamos aqui. Puede haber otra meta més digna que esa» Jon Horcan Como ya se ha dicho, la ciencia es la forma més evolucionada de conocimiento; la ciencia tiene un poderio especial que nos ha dado chips de silicio microscépico, ordenadores superpotentes, telescopios espi ales, trasplantes de Organos, robots domésticos, ovejas clonadas © nifios probeta, Sélo el avance de los descubrimientos cientificos nos ha Hevado desde las cavernas hasta Saturno, Los cientifleoy buscan descubrir Sus secretos a la naturaleza —aparte de ganar dinero y/o Prestizio-, pero también. paraddjica- mente, los avances cientifleoy now estén poniendo cara a cara con las limitaciones de nuestra Cienciit; persintencia del enigma del universo ¥ Su origen, incertidumbre en el conocimiento del microcosmos, inca- pacidad de prediccién en muchos sistemas, biolégicos o no, que son caoucos, incompletitud segtin Gédel que nos impide una descripcién Matematica de la realidad que sea consistente; y, por tltimo y lo mas importante, la conciencia humana sigue siendo un misterio, Como © Ediciones Picémide a El eatudio del eonecimiento 29 mantenfa Roger Penrose en el bestseller La nueva mente del empera dor, la ciencia no ha conseguido expligar el tiltimo misterlo de la exis (encia: la mente humana, Esta la ciencia tocando fondo? ,Hemos legado ya a los limites de todo lo que podemos Hegar a suber? /, Ya Ho le queda mas por des- cubrir a la ciencia? Horgan, en su libro Hi fin de la elenela, dice: «Si creemos en la ciencia debemos aceptur Ia postbilidad —inelu sive la probabilidad— de que la gran era del descubrimiento eienttl) co haya pasado ya a mejor vida. Por ciencia entiendo no In eleneli aplicada, sino la ciencia en su vertiente mas pura y mas grandioga, saber, ese deseo profundo del ser humano de comprender el universo y el lugar que ocupa en él. Podrfa ser que las investigaciones poste- riores no aportaran mas revelaciones ni revoluciones de envergadura, sino tan sdlo unos rendimientos graduales y decrecientes» (Horgan, 1998; p. 21). Acaso hemos Iegado a un limite donde —como dice Horgan— partir de ahora todo lo que podemos hacer es ciencia irénica; y entien- de €sta como una ciencia especulativa y postempfrica que invita al debate, que permite interpretaciones diversas pero sin pretensiones de verdad, ni siquiera de alcanzar sorpresas empiricas que obligue revisiones sustanciales 0 la aparicién de nuevos paradigmas, Lo cierto es que si revisamos muchas de las cosas que se estin haciendo desde el «paradigma» de la posmodernidad parece que podrfamos ealificar las de ciencia irénica en los términos de Horgan’ La evoluci6n cientifica, después de veinticinco siglos, y en espe- cial la evolucién exponencial del tiltimo siglo, nos ha Hevado a e ituacién confusa que puede incluso satisfacer a algunos pero nos de in dar «La Respuesta», sin satisfacer esa necesidad de saber, de saciar la motivacién epistemolégica, la necesidad de aproximarnos a lan al timas preguntas, aquellas que tan acertadamente Kant resumio y cuya btisqueda da sentido a la vida humana o, al menos, it foda su magnfll ca obra: «Los cielos estrellados por encima de m/y Ii ley moral den 5 En el capitulo 3 hablo de estas versiones pomnnderiin ¥ dle la dedaneldn de imposturas intelectuales que algunos les hacen © Ediciones Pirimide * que apelaban los revoluciona 30 Epistemologia y psicologia tro de mi»*. Son tan importantes, a mi parecer, para los afanes del conocimiento humano, que con ellas he comenzado este libro. Pero acaso no sea éste el fin del camino, sino que cuando lo ago- temos y lleguemos a la linea del horizonte podamos ver un camino nueyo y un nuevo horizonte. Permitame el lector la metafora andarie- ga para referirme a otra forma de abordar la amenaza del fin de la ciencia. Me refiero a otra visidn definida por Holton (2001) como «ciclicista». Frente a la vision linealista, inspirada en Mach y sucesores, del avance cientffico como algo lineal con acelerones 0 estancamientos y definido de forma internalista, nace otra concepcién externalista, ci- clica, donde se alternan periodos revolucionarios con otros de norma- lidad, Esta visién de la ciencia, inspirada en Kuhn, concibe ciclos en la evolucién cientifica. Paradigma de esta concepcién ciclica y externalista es Spengler, que en La decadencia de Occidente plantea que estamos en un ciclo que acaba y sdlo nos queda aceptar un nuevo ciclo que viene de Orien- de este mundo globalizado en que vivimos y los conflictos entre civilizaciones presagien la Hegada de un nuevo ciclo mas sereno donde esos terribles conflictos se resuelvan en sintesis enriquecedoras para el pensamiento y las sociedades. te. Acaso los vuelec 1.5. Etapas criticas en la evolucion de la ciencia y la epistemologia En nuestra cultura occidental el avance del conocimiento y del udio del conocimiento, de la epistemologia, han seguido caminos paralelos, Entendemos que hay tres momentos clave a lo largo de la historia, episodios de cambios revolucionarios para el conocimiento donde se consolidan definitivamente y cristalizan de forma irreversible tales cambios (véase la tabla 1.1), * En términos menos trascendentes y Ifricos, (ales cuestiones para Kant eran la mecdnica celeste de Newton y los patrones de hernand dy justicia humanas a los \cuerdo con Popper (1981), Tanceses; y en ellas, dle esta el micleo de una verdadera filosofia de la ciencia, © Ediciones Pirdmide El estudio del eonoeimento 31 TABLA 1.1 Hitos en la evolucién de la ciencla y la eplstemologta cleniifiea TL eonoelmiento we hace reflexive, Nave ta epistemologta Nace la ciencia. Primera revolucién cientifica: revo- Iucidn copernicana Primera teorfa de la eleneiit Se inicia un estudio empirico de la ciencia. Nacen las metaciencias, Segunda revolucién cienttffica. El primer gran avance se produce en la Grecia clasica, concreta- mente en Ja Jonia, con ciudades abiertas a un cruce de culturas donde se entrelazan actividades comerciales de babilonios, fenicios, egipcios © griegos y se combinan muy diversas concepciones humanas y divi- nas. Todo ello favorece la apertura mental, la actitud critica y el pen- samiento flexible, caldo de cultivo para mentes abiertas a la creativi- dad y a un pensamiento cientifico. Con Tales, Anaximandro, Anaximenes, Aristarco, Empédocles, Pitdgoras..., entre 600 y 400 afios a. C., nace el primer estudio ninte inatico de la naturaleza, nace la ciencia: la fisien, 1a peometiia, 1a as (ronomfa. Pero también nacen las primeras interpretaciones sobre la haturaleza del conocimiento y su origen; nace la epistemologia en lis escuelas filosdficas de los pitagéricos, de Platén y Arist6teles. Asi como nace también el primer debate epistemoldgico para explicar las causas del conocimiento: el debate entre imnatismo y empirismo, entre los defensores de la razon vs. la experiencia. Debate recurrente, man icnido a lo largo de la historia de la epistemologia, y que se extiende la disciplina empfrica que ha tratado el conocimiento, 4 1A paivolo, sla, como veremos en el capitulo siguiente. El segundo momento critico se produce con lit Revolucion eopern cana, Bl humanismo pujante se extiende por toda Hhirapa desde clude des como Florencia o Milan, y la extensidn del literanisnia por el nor te de Europa acaba con siglos de oscurantismo donde fi iiied autor idad moral intelectual estaba ejercida por In autoridad eeleniietien, Un ole « 6 32. Epistemologia y psicologia mento fundamental propiciador del cambio es un aparato de hierro: la imprenta. Gracias a la imy cluido en los conventos traduciendo las obras de Aristételes 0 copiando manualmente los evangelios. Gracias a la imprenta se acaba la época de la ignorancia colectiva; la cultura ya no sera nunca mas privilegio de unos pocos’. Una nueva concepcién del hombre, humanista, vincu- lada a una nueva concepcion del mundo, se asocia a un pensamiento critico Tecuperado, capaz de defender con enorme coraje la visién he- liocéntrica confirmada por las observaciones de Copérnico, Galileo y Kepler frente al dogma catélico y los escritos de Aristételes, Esta revolucién, iniciada temerosamente por Copérnico con su obra De revolutionibus orbium coelestium —publicada de manera pdstuma en 1543 y que culmina casi dos siglos més tarde con la Renial obra de Newton, se cConjuga con otra paralela en la epistemolo- pia, pues con Francis Bacon nace la primera filosoffa de la ciencia, las primeras reflexiones sistenuiticus sobre la naturaleza del pensamiento cientifico, Nace pues la primera epistemologia cientifica, de corte ab- solutamente empirico, donde estard el germen para las futuras filoso- {fas empiristas de Locke y Hume, para el positivismo de Comte, y finalmente para el positivismo légico. Hume era muy contundente con el objeto de esta nueva epistemologia: «Si tomamos en nuestras manos cualquier volumen de teologia 0 de metafisica escoldstica, por ejemplo, podemos preguntarnos: ;contie- ne algtin razonamiento experimental sobre temas fActicos y existencia- les? No, Arrojémoslo entonces al fuego porque nada contendré que no Sean Sofismas ¢ ilusiones» (Hume, citado en Lakatos, 1983; p. 10). : Finalmente, en el siglo Xx tiene lugar Ia segunda gran revolucién, jn la fisica, la relutividad y lt mecdnica cudntica han trastocado el —___ * Frente @ 1a visi6n simplista de que li tecnologia es ciencia aplicada y va siempre tla zaga de ésta, tenemos en la impronta y tiinbidn en el te scopio de Galileo un aeTO ejemplo de cémo incluso los avances (ec Noldgicos han servido para propiciar Tem fa Posicién de Price es muy clia ul respecto: «Los cambios de para- mpafan a los grandes y revolucionarios cambios pueden ser debidos, en ocasiones, ; eitisniarine ‘ Bae & mentes inspiradas, pero més comtinmente parecen deberse a la apli- ‘aci6n de la tecnologia a la ciencia» (Price, 1973; p. 247). * « © Ediciones Pirémide na cesa el modelo del monje erudito re- 8) eatudio del eoneeimiente 33 paradigma newtoniano que, para algunos, queda come Wh ease Limite en la teorfa de Ia relatividad general, Adenia, la teorla eudntion ha sido un revulsivo. Y lo ha sido primero en el campo de la propia fale en, al tratar con un mundo de partfeulay que no xe parece a nada co» hocido y cuya aproximaci6n es totalmente eontraintuilivas una teorta que ha obligado a manejar conceptos de probabilidad y de ineortidum bre, anatema en el modelo mecanicista de Newton y Lapliee jmante: nido durante 200 afios y anatema para mentes preclariy eontenpord: fieas como Einstein, el padre de la revolucién relativinta) «Dion no juega a los dados»®. Por otra parte, esta fisica de particulas ha obligado a desbaneur olra concepcién epistemolégica asentada desde hace mas de 25 siglos: lu separaci6n entre el observador y lo observado en la indagacién cientifica, principio invulnerable que finalmente se desmoroné. Cuan- do en un experimento con un acelerador de particulas tenemos que hombardear con fotones, estamos condicionando unos resultados que de no hacerlo asi no los obtendriamos de ninguna manera; el obser ador esta condicionando los resultados de la observacion. En psico- logia sabemos mucho de eso; los psicélogos sociales lo han compro» hado en muchas ocasiones’: el experimentador condiciona el comportamiento de los sujetos —por ejemplo, la aquiescencia social al responder cuestionarios—, y condiciona los resultados y 1a inter pretacién de los resultados, que pueden cambiar notablemente de un investigador a otro, aun manteniéndose fijas lay condiciones del expe rimento. La ecuaci6n personal es un error que altera lox datos de lay observaciones telescépicas debido a las diferencias individuales en los tiempos de reaccién. Hoy dia ningtin investigador mira directamente las estrellas y hace sus registros personales directos —jqué pena!—; unque estén en observatorios tan mAgicos como el Roque de los Mu« chachos en la isla de la Palma 0 en los Andes chilenos, trabajan con los frios datos procesados por el ordenador. Asi pasa, que veers Ox encontramos con descubrimientos de nuevos objetos eelestes debidos " Dios sf juega a los dados —replica Hawking, heredera de Hinateli ya veces lejos, donde no podamos verlos respecto, el epigrafe sobre prleologii soelal de li eleniely en el capt tulo 5, Huiciones Piedmide 84 Epistemologia y psicologla a aficionados que siguen apuntando al cielo y mirando con sus te lescopios. Una derivacién formal de todo esto ha sido el problema de la reflexividad en la ciencia que tanto ha preocupado a muchos filé+ sofos ante la emergencia de las metaciencias, tema que trataremos en el capitulo 4. Estas revoluciones consolidadas en la primera mitad del siglo xx han coincidido con otra revolucién epistemoldgica de gran calado que empieza por esas mismas fechas y se consolida firmemente por los afos ochenta del pasado siglo: la aparicién de las metaciencias. El ultimo punto de inflexién en la historia de la epistemologfa se produ- ce cuando este proceso reflexivo se hace empirico, se abandona la especulacién y la ciencia se estudia desde la propia ciencia: nacen las metaciencias, El camino desbrozado por Bacon hacia una teorfa de la ciencia sufriria una légica evolu de la propia evolucién de las ciencias. Ast, a principios del siglo pa- sado, la mecénica cudnticn y el Tractatus L6gico-Filos6ficus de Wit- genstein influyeron de manera determinante en la aparicion del posi- tivismo légico, derivacién del positivismo decimonénico de Comte y el empirismo humeano. Esta escuela propugna el ideal de la ciencia unificada y un método universal, estableciendo como criterio de demarcaci6n para los enun- ciados cientificos la verificacién de las hipstesis mediante la acumu- lacién de datos empiricos. Pronto se corroboré lo ut6pico e inviable de una forma tal de hacer ciencia, y los mismos fisicos —por ejemplo Hinstein— arremetieron contra el mito de la induccién o la exigencia de definiciones operativas. El racionalismo critico de Popper intenta dar salida a esta crisis y establece otro criterio de demarcacién: la fal- sacion, que resuluird igualmente utopico y un procedimiento muy poco usado por los clentifieos —a lo largo del libro volveremos suce- sivamente sobre estas filosolfis de la ciencia del siglo xx. El abandono de estas concepeiones prescriptivas de la ciencia y la aparicién de la obra de Khun La estructura de las revoluciones cien- ifficas, publicada en 1962, que acaba con otro mito —el de que la ciencia es acumulativa— y encumbra a la historia de la ciencia como disciplina fundamental, unidos a la progresiva demanda de una epis- temologia naturalista de corte psicoldgico y sociolégico, serén deter- * © Ediciones Pirsmide ion al albur de los tiempos y con el influjo Fl eatudie del eonoeimiento 35 Minantes de esta revolucién epistemoldgien que en el nadimiento de tina ciencia de la ciencia: la metacieneli, Lu hisioria y 1a soelolopta tle la ciencia ya a mediados de siglo Henen obras importantes, Como muestra baste la de Kuhn —que va mis alld de un tratado histérice, Por supuesto— o la de Merton, el padre de la sowlolog{a de ta cienela, (ie en 1942 definid lo que se han Hamade lis Hormes mertonianas, eomo una lista de prescripciones o principlon que lo elentifives aon (lemicos tienden a seguir (Merton, 1942). Sin embargo, la palenlopia tle la ciencia tuvo un parto més tardio, pues, como veremoy, Mil pirlilie> ti obra programatica data de 1981, aunque en 1974 ya Mitoff habia teclamado una disciplina tal. LAS METACIENCIAS Figura 1.2.—Las metaciencias. Asi pues, la crisis en las teorias clisicas dé 1a Giencin heehas por lon filésofos y la evolucién de las propias clenelay socliles que inelu yen li conducta del cientifico como un contenido de estudio neeesarlo, cién de las metaciencias, que 4 Veees de forma ain Propician la apa © Hidlctonen Pirdmide 36 Epistemologia y psicologia lada tratan sus temas especfficos, y a veces en modelos integrados abordan temas interdisciplinares. Las cuatro disciplinas metacientfficas son la filosoffa, la historia, la sociologfa y la psicologfa de la ciencia. Los estudios cada vez mas necesarios de una economia y politica de la ciencia en un momento en que la ciencia est institucionalizada y dependiente de los poderes ptiblicos parece que orientardn esos estudios como independientes de la sociologia. De igual manera, cabe considerar como una Antropolo- gia de la ciencia algunos estudios etnograficos como los de Latour y Woolgar cuando se meten en el laboratorio para describir la vida de los cientificos durante extensos periodos de tiempo (Latour y Woolgar, 1979), © Ediciones Pirimide: Conocimiento del hecho psicolégico Si el objeto de la epistemologia es el estudio del conocimiento, de sus clases y de los métodos para su realizacién (Monserrat, 1984)!, la cepistemologia de la psicologia analizar4 cémo es el conocimiento de lo psicolégico, cémo la psicologia se construye como una disciplina con la pretensién de conocer lo psicolégico y explicar las dimensiones de la conducta. Puesto que este es un libro que trata sobre el conocimiento cient fico, nos interesan las formas cientificas en que se ha abordado el conocimiento de la conducta humana, es decir, la psicologia cientffica frente a la psicologia popular o las formas en que analiza la mente humana la literatura o el cine, por ejemplo’. Esta aproximacién a la epistemologia de la psicologfa no pretende ser exhaistiva, pues ello requerirfa otro manual, pero sf que e® neve saria en aras de la coherencia con el t/tulo y lox objetivos expuestos. Una perspectiva desde la epistemologfa, por otra parte, favorece un acercamiento critico a la psicologia cientifica que permite aleanzar una comprensién y una integracién mas alla del popurrf tedrico con e] que abruman la mayorfa de los manuales de psicologia al estudiante cuando empieza a adentrarse en estos territorios. Aunque en nuestra época haya Ilegado a identificarse exclusivamente ean el conocimiento cientifico, dejando para la gnoseologia el estudio (ilosdtivn del canoe! niiento. * No entramos en juicios de valor sobre cual puede ser la fori Mids deena en weytin que contextos, ni mds estética, de acercarse a 1a comprennion de la niente He hana. Posiblemente en el Quijote, Madame Bovary o Ani Karelia 0 en el eine de \lmodvar se presenten dimensiones del comportamient, por Ho teelt del alii iu iuana, con més riqueza, finura y precisidn que en muchos (ratudaw de personalidad e psicologia social. Viliciones Pirémide 38 Epistemologia y psicologia 2.1. El positivismo légico y el primer paradigma de la psicologia cientifica «La psicologfa, desde el punto de vista conductista, es una rama puramente experimental de la ciencia natural. Su meta es la ptediccién y control de la conducta; es més, el conductista no reconoce ninguna linea divisoria entre el hombre y el animal.» Joun B. WATSON 2.1.1. Algunas nociones sobre el positivismo légico Desde Bacon, en el siglo xvu, que hace la primera aproximacién epintemoldgicn 4 la clencia, hasta el siglo xx, tenemos algtin precedente aislado como el positivismo de Augusto Comte y John Stuart Mill que, en el siglo xix, forman la primera escuela epistemolégica de la ciencia; recogiendo ti herencia empirista de Bacon conciben Ia cien- cla como organizadora del conocimiento basado en la experiencia. Pero la primera gran teorfa de la ciencia —como ya se dijo en el capitulo anterior— es el positivismo légico, quizd la que mas influen- cia ha tenido entre los cientificos y, en especial, como vamos a ver, entre los psicdlogos. La revolucién de la fisica del siglo xx debida a Einstein y el desa- rrollo de la mecénica cudntica van a propiciar este andlisis filoséfico de la ciencia mediante un complejo entramado conceptual sustentado sobre la légica de Bertrand Russell, considerada como herramienta ideal para construir un lenguaje de la realidad. Con la aportacion de algtin ilustre pionero como Erns Mach, es indiscutible que el perfodo mas fructifero del positivismo légico es el de! llamado «Circulo de Viena», donde un grupo de filésofos en torno a Carnap se proponen la ingente obra de una Enciclopedia para la Ciencia Unificada, Obra inconclusa, como el propio proyecto del Cir culo de Viena, que, ante el ascenso del nazismo, sufre una diaspora que diezmaré la escuela, perdiendo relevancia —al margen de su pro- pia crisis epistemolégica desencadenada por las criticas de Popper y olros autores—. Quedaré después el trabajo de autores muy relevan- les, trabajando especialmente en Estados Unidos, como Hempel 0 Na- © Ediciones P Conoaimianta dal heahe paleoligioo 39 pel, con unas posiciones mds ablertin respecte 4 168 eldsieos eprecep los» del Circulo de Viena, y que KON Toy wigulenten! Dos lenguajes independiontes en Ii elenela, Hn la ciencia existen dos lenguajes: uno ledriee heeho de enunelados forma les, y otro observacional de enunelades Metioos, basado en la constatacién de fendmenos empfricos, Li Independencia entre ellos es garantia de la objetividad en la cienela, Conwiderir que la observacién est4 predeterminada tedricamente en uel en el irracionalismo en la explicacién cientifica. Principio de la inducci6n. La induccién pura es la tinica fuen te de datos, de modo que la observacién no debe estar conta» minada nunca por la teoria —para sus criticos, el mito de la induccién—. Tres siglos antes, Bacon ya prescribja a los cien- tificos, para una buena prdctica, la induccién como método; partir de los hechos y construir proposiciones; su senten «el hombre es un intérprete de la naturaleza» sintetiza esta concep- cidn, Curiosamente, entre los dos grandes genios de la ciencia tenemos posiciones divergentes respecto a la induc i6n: mien- tras que Newton, contemporaneo de Bacon, se jactaba de no trabajar con_hip6tesis —cosa cierta en sus leyes de la dptien pero no en las del movimiento que no erin sino axiomaticos puntos de partida de los que deducir consecuenclay', sin em bargo Einstein es la q resencia del clentifiee tedriee y un gran detractor del positivismo. Ma idelante veremos que, des de el punto de vista psicoldgico, los principios de la percepcién demuestran que es inviable ¢ ingenuo —que diria Chalmers: este principio inductivista. ; Operacionismo. Es una derivacién de los principios anterio res; fue desarrollado por Bridgman (1927), que exige 4 lan definiciones cientfficas remitir a hechos cuantificables, wna vii ! [{feetivamente en el positivismo légico hay que hablar de preceptos, pues He ‘rats de una filosoffa prescriptiva que plantea lus pautaa @ fieiiive del hie huwer ‘ontitico en to respectivo al método. ' Como ejemplo de lo dicho baste su prinert Jey del HioeHienies pail euerpe Continta en su estado de descanso o de movinntent UHTTHFTE FH linen feeta a Merion {jue sew compelido a cambiar por fucrznx inprenin wali A © Hilielonen Pirdmide 40 Epistemologia y psicologia para mantener escrupulosamente la objetividad de los enuncia- s cientfficos erradicando cualquier atisbo de ambigiiedad y especulacién, Cuando Hull, al hablar de motivacién, define el impulso en términos del nimero de horas de privacién de ali- mento, realmente esta dando una definicién operativa pero también esta acotando en exceso el concepto con el peligro de caer en el reduccionismo al que, efectivamente, arrastré a la psicologia su seguimiento de las prescripciones positivistas. Einstein rechaz6 siempre el operacionismo de Bridgman por- que limitarfa el desarrollo de la fisica, donde constantemente hay que apelar a constructos que no pueden definirse en térmi- nos de operaciones observables. Ideal de la ciencia unificada. Ese fue el propdsito que guié la constitueion del Circulo de Viena, con la gigantesca enciclope- dia meneionada, y que qued6 en propésito frustrado pues, salvo algunos paledlogos Como Watson que suscribieron este princi- pio--relea el} lector la cita inicial—, lo cierto es que ni existe un metodo universal y tnico para todas las disciplinas ni un eriterio de demarcacion ideal para separar ciencia y no ciencia, como serfa el verificacionismo —al que luego volveremos El positivismo légico, ya muy debilitado como escuela por las razones politicas ya mencionadas, caeré ante los embates internos de los propios epistemélogos. Popper, formado inicialmente en esta filo- sofia, va a ser el principal martillo, enfatizando la debilidad ldgica del principio de la induccién. Un justificacionismo de los enunciados cientificos basado exclusivamente en la acumulacién de datos empiri- cos a favor no conjura la aparicién, en un momento dado, de un dato empirico en contra que darfa al traste con el enunciado a pesar de to- das las observaciones que puedan verificarlo. Por eso Popper contra- pone la falsacién a la verificacién como criterio de demarcacién en la ciencia; las hipétesis deben ser falsables, deben contener en su enun- ciado condiciones posibles que, caso de darse, la falsarfan y, por tanto, excluirian del corpus cientifico. Esta nueva teorfa de la ciencia, alter- nativa al empirismo, ser4 bautizada como racionalismo critico. El positivismo Iégico, en suma, no ha dado una descripcién valida de li ciencia ni ha cambiado la actividad de los cientificos. © Euiciones Pirdmide Conooimiante del heahe palooligioo 41 2.1.2. El positivismo conduoti Los fracasos del mentalismo inielal en lo tedrivo y en 1o aplicado crean una sensaci6n de frustracion, especialmente entre los psiedlogos de la otra orilla, que la incipiente escuela condietiata va a aliviar cone virliéndose a unas formas objetivo-induetiviatas de haeer eieneia, La joven psicologia cientifica de los afios veinte, Welita y euarenti inten \u resolver su crisis de identidad’ adoptando este modelo de eleneii, Ksto significa que la ciencia psicolégica, a partir de ahora, se va 4 hacer: — Sobre hechos fenoménicos, objetivos, observables y verificas bles. — Rechazando los datos de la experiencia interna y, por tanto, del método introspectivo. — Como una rama de la ciencia natural, tal como la definié Wat son en su «manifiesto conductista»: La psicologia tal como la ve el conductista (Watson, 1913). El camino venta facilitado por los usos y abusos que la introspec» cién habfa acarreado. Principalmente los excesos de la escuela de Wurtzburgo, con Io que ellos Hamaron «experimentos de pensamien lo», donde siendo ellos sujetos de sf mismos, haefan reporter Henos nterpretaciones subjetivas para referir la experienela mental de un instante. Especialmente fue asi con las experiencias «Bewusstselnsti je» —término usado para referirse a experiencias de imagenes verba- los en sus estudios sobre el pensamiento sin imagenes. Por otra parte, el método introspectivo, empleado con rigor, hizo Wundt, restringfa su aplicacién a los fenémenos mentales lo cual también era limitador, de forma que sus detractores Jo cnlifien Hin como una «quimica de la mente». Ciertamente Wundt dejaria el Alyunos aiadirfan otro calificativo més duro, él de eniiplejo le interioridad, ilo lis cieneias «duras», y, en un afain de ahuyentir la expeeuinelin y pareverne 4 Ti fivien, se excluird de ta indagacién psicoldgien todo quelle que He wed hwervable, (uizd para no suftir el rechazo de la maxima del nobel utherford) ela elenelio ew Hinivn 0 es filateliay © Falolones Piximide 42 Epistemologia y psicologia estudio de los procesos superiores, no abordables experimentalmente con el método introspectivo, para una psicologia de los pueblos. El positivismo a comienzos de siglo llegaba en un buen momento para 1a psicologia, Ya Mach en 1905 habia equiparado la psicologfa a la fisiea: la vida fisica y la mental se explican a partir de los mismos hechos; por tanto, para analizar el pensamiento no hace falta ir mas alla del dato empirico. El padre del positivismo légico habia allanado el camino. A partir del conductismo tan sélo la observacidn sistema- Uica intersubjetiva tendra valor epistemoldgico; queda erradicada, por tanto, la introspeccién, Pero el método require modificar drasticamente el objeto: ya no, os la mente, sino la condueta, li conducta observable, entendida como actividad muscular como reaccién a algo, Se impone el paradigma Eu RK! Por otra parte, las resttleclones epistemoldgicas del positivismo no admiten mas que und eausalidad eficiente, Desde el paradigma E = R la conduct siempre es respuesta, siempre esté determinada desde fue- ra, La Conseouencla ex Obvin; una visidn mecanicista del sujeto psico- logico, en la que no existen causas finales en la conducta y se niega la hoeién de propositividad. ara garantizar la pureza del método y la objetividad total de los datos se toman animales como sujetos de experimentacién que garan- licen la formulacién de esas leyes universales del aprendizaje en con- sonancia con el ideal de la ciencia unificada. La mejor forma de usar animales para explicar la conducta del hombre es aceptar un isomor- fismo funcional entre hombre y animal, lo cual supone una interpre- {cin fixisti de la evolucién y muy oportunista, por cierto, porque una vision mas dindimica no permitirta extrapolar a la conducta humana conclusiones obtenidas en estudios con especies inferiores, Indudable- mente esto constituyé un buen heurfstico en la explicacién de la con- ducta, aunque releg6 el estudio de las dimensiones mas complejas, pero también més relevantes, de la conducta humana en la promesa, siempre incumplida, de que todo el comportamiento podria explicarse ‘i partir de Jas leyes conductuales basicas (de Vega, 1984). Obviamente aqué el concepto paradigma no tiene el sentido de teorfa dominan- 1 Hino exe otto que le da también Kuhn de «ejemplar». © Ediciones Pirdmide Conooimiante del heohe paloligico 43 Por ultimo, para completar la imagen de elenela positiva, Clark Hull emprenderd la vasta tarea de dar 4 1a psleologta exe longue ted rico hecho de enunciados formules, Hi sus Principles of Behavior (Hull, 1943) adopts el canon de formalizaeidn posltivista: la conduc. {a es entendida en términos molares, Como Helos globules dirigidos a una meta y susceptibles de predicelén casi matemition, Una formal zacién que no traspasé las fronteras del conduelinnie, y we pliede deelr (ue ni siquiera fue adoptada por el propio paradigm, Tanto Hull como Tolman y Skinner, y por supuiesto Watson e! pri: mero, como hemos visto, reconocieron una profunda deuda eon ta lilosofia de la ciencia de Mach. 2.2. Preconcepciones filosdficas sobre el conocimienio en las teorias psicoldgicas «Cada afirmacién cientifica es la respuesta a una pre= gunta, pero cada pregunta surge de una presuposicién.» R. G, CoLLINGwoop. Las teorfas de la psicologfa cientffica estén condicionadas por la herencia hist6rica de las explicaciones filos6ficas sobre el conoeimien lo y la naturaleza humana. Tales concepciones actiian de fornia mis o menos implicita en las teorfas determinando los hechos a observar y c6mo interpretar esas observaciones. Para tratar este tema vamos seguir la nocién de «presuposicién» de Richardson, entendida como creencia sobre Ja naturaleza de las cosas que intervienen implifcita~ mente en el trabajo del psicélogo, condicionando sus investigaciones. Sostiene este autor que para comprender las teorfas psicolégicas hay (ue comprender primero sus presuposiciones (Richardson, 1991), Antes de entrar a analizar cudles son estas presuposiciones 0 pre concepciones y cémo influyen en las teorfas psivolOyicus yamon a intentar acotar el contenido semantico del coneeplo constatindo su proximidad a otros dos conceptos metatedricos, Hl conceplo «meti postulado», que siguiendo a de Vega (1984) definition come prent puestos conceptuales 0 prejuicios impl{citoy en lay leorlin, Kerli muy similar pero diverge segtin el paradigma 0 INelino ef Yersionen tedrl © Hiiciones Pirémide 44 Epistemologia y psicologia cas concretas dentro del mismo paradigma. Asi, se pueden considerar metapostulados la metifora del ordenador en la psicologia cognitiva, también el biologicismo en Piaget. Son pues menos abarcadores que las preconcepciones. Otro concepto similar, aunque por el contrario mucho mas genéri- co, es el de «thema», cuya autorfa es de Holton; son realmente temas que funcionan como profundas preconcepciones adquiridas durante el proceso de formacién del cientifico y que intervienen de forma impli- cita, ayudando a veces y otras obstaculizando su labor. Los themata ‘on las presuposiciones mas genéricas, pero también actiian como un sistema de creencias, Holton (1982), al igual que Richardson, consi- dera que estos constructos son de gran valor heuristico para la expli- cacidn histérien de 1a ciencia y nos permiten descubrir estructuras relativamente estables que se mantienen incluso més alld de las revo- luciones, pudiendo englobar teorfas rivales. Asi, por ejemplo, los the- mata de simplicidad y necesidud que nacieron en la revolucién coper- nicana se mantienen en 1a fisica hasta el presente, Como vemos, Presuposiciones, segtin Richardson, tienen un area de influencia mucho mas res ringida. Pero, en todos los casos, sean Preconcepciones, themata 0 metapostulados, estamos poniendo en tela de juicio la presunta objetividad de los datos de la observaci6én, estamos confirmando que la induccién es un mito. Por ello tenemos que sus- cribir, como Hanson (1958), que la observaci6n esté cargada de teoria, de la teorfa de estos presupuestos metatedricos, debemos afiadir. La psicologia nos ha mostrado que la percepcién es un proceso arriba-abajo, es decir, un proceso constructive, un proceso complejo donde elaboramos nuestra visién del mundo mas alla del dato sen- sorial (véase la fipura 2.1), El cientilico comparte un paradigma y comparte sus presuposicio- nes. En las revoluciones cientificas, segtin Richardson, se produce la adopcién de nuevas P¥esuposiciones como base para nuevas teorfas. Pues bien, vayamos a conocer esis Presuposiciones y la manera en que actdan. Desde el siglo vi a. C,, en el mundo occidental y proce- dentes de Grecia, han coexistide dos polos en la explicacién del co- hocimiento: una epistemologia racionalista vs, una epistemologia em- Pirista. En el siglo xvm, con Kant, surge un intento de sintesis que intenta resolver el antagonismo y que dara lugar al constructivismo. © Ediciones Pirdmide Conoeimiento del haahe paleoligioo 45 La imagen en la retina siempre es la misma, pero nosotros al primer golpe d vista la vemos de una manera, aunque después, con un esfuerzo de flexibili perceptiva, podemos verla alternativamente para subir o para bajar le forma que la superficie lisa la veamos delante 0 detrés, La percepcin de figuras ambiguas es un claro ejemplo de cémo construimos e] conocimiento més alla del dato sen if Figura 2.1 Asi pues, estas son las tres preconcepciones cuya influencia en lay leorfas psicolégicas vamos a tratar esquematicamente; el tema es ine soslayable cuando hablamos, como en este cap{tulo, de epistemologta de la psicologfa’. 2.2.1. El racionalismo «{ Cuando, entonces, el alma aprehende la verdad’ Por que cuando intenta examinar algo en compaiifa del cuerpo, esti claro que entonces es engafiada por él.» PLATON (Pedi) Los pitagéricos desarrollan por primera vez esti Coneepelon del conocimiento como algo inmanente; tenemos Un eOnoeHHentO HALO feetor ny (000) 46 Epistemologia y psicologia + Teorias de la personalidad + Psicoandlisis + Lenguaje y cognicién + Psicolingiifstica + Restricciones en el aprendizaje Teorfa + Psicologia * Aptitudes el Instinto humanista es ea + Inteligencia @ + Psicologia nbeU pencils general ‘ lo} ringo onal do Rihatson, 1991) Figura 2.2 de lay esencias puras de las cosas, ajeno al mundo de los sentidos, de lo material, que no hace sino estorbarlo. Con ellos nace la Geometria y dentro de ésta el enunciado de los 1co s6lidos perfectos, a los que se concedié un valor sobrenatural, esotérico, lleno de misterio. De hecho, como nos dice Sagan (1997), cl dodecaedro era un poliedro cuya existencia jdebfa mantenerse en secreto! En una sociedad esclavista, el conocimiento era algo vetado para todo lo que no fuera la élite intelectual; parece ser que los pita- gOricos funcionaron como una sociedad secreta. c Dos mil aflos después, en los albores del renacimiento cientifico, esta preconcepcién estaba muy presente. Kepler asumia que la geo- metria era el mismo Dios; su primer intento de explicar las érbitas planetarias fue la teorfa de los sdlidos inscritos, de forma que cada planeta estarfa «colgado» de uno de estos sélidos perfectos que esta- rian inscritos uno dentro de otro, y en el centro geométrico de todos ellos el Sol, alrededor del cual giraba todo el tinglado. Es Platén quien elabora la siguiente filosoffa del conocimiento: El conocimiento viene de dentro. Es la razén, de forma innata, la que © Ediciones Pirémide Conooimiento del hecho paleoligico 47 nos da un conocimiento cierto, universal y necesarlo; Hon las «eNenelaN puras» de las cosas —vg. la circuluridid-~ que se constitan en el ‘mundo en formas diversas, deformudas, que nos confunden, EI racionalismo se reformula y toma wn nuevo impulso en el si lo xvi con el dualismo cartesiano y A (eortih de los «universales»; la idea de la pobreza estimular del ambiente seri asumida por una parte importante de la psicologia. Como dice Richardson, el racionalismo apunti al corazdn de Ii propia psicologfa: el problema del origen del conocimiento, tena can dente en la psicologia de los tiltimos 2.500 aiios. «La esencia del racionalismo es, simplemente, que hemos nacido. con el conocimiento que tenemos» (Richardson, 1991; p. 36). La division de la mente que hizo Platén entre lo apetitivo, lo afec- livo y lo mental esta recogida en la psicologfa contemporanea: — Apetitos => Teorias del instinto. _— Afectos => Niicleo de la personalidad en Freud. — Cognicién = Teorias del lenguaje y modelos del paradigma del procesamiento de la informacién. |. Las teorfas cldsicas del instinto parten del presupuesto dar Winiano de continuidad —a todos los niveles== entre Ja conducts hu jana y animal. Las listas de instintos debidas a McDougall por los ios treinta gozaban de gran predicamento en los manuales de psivo Jota; su concepto de instinto determinista, estereotipado y superespe cilico obligaba constantemente a ampliar las listas, de tal modo que entre sus detractores se empezé a hablar de un instinto exclusivo de la persona Hamada William McDougall: el instinto de creer en el instine lo. EL auge del conductismo y la nocidén de impulso como ejemplat jaradigmatico —en términos kuhnianos— de los motlvon primarion jwabarian definitivamente con el instinto. Ln las versiones actuales etolégicas del inatinfo ve mantione, de jiunera mas argumentada empiricamente, Ja coneepeldn innatintt, bow eatudios sobre motivos de contacto o erlangly pOr ejemplo, ant lon coneiben, Lorentz habla, por ejemplo, de wnt forma de eonaeliniento jpetitivo innato en los humanos debida a difereneiaelones hereditarian Hlloiones Piedmide 48 Epistemologfa y psicologia del sistema nervioso central, Por su parte, Eibl-Eibesfeldt plantea in- terpretaciones antropolégicas para ciertas expresiones emocionales idénticas a través de las cultur 2, Entre los teéricos de la personalidad se halla muy extendido el presupuesto innatista, desde Freud a las teorias de rasgos, pasando por la psicologia humanista. Freud habla de impulsos innatos del ello: sexo y agresi6n formando el nucleo de la personalidad. Rogers considera ese muicleo como potenciales generales e individuales que se iran actualizando alo largo de la vida. Finalmente, las teorias factoriales que hablan de un ntimero determinado de rasgos en la personalidad siguen teniendo vigen- cia, como la de Cattell, que habla de 16 factores primarios, 0 la de Ey- senk, con sus factores independientes (extraversién vs. introversién, neuroticismo vs, control mas el eje de psicoticismo). Con sus numerosos experimentos este autor ha mostrado la base neuroldgica de los mismos. 3. En cuanto al lenguaje, la psicolingiifstica chomskiana que des- banco a las teorfas conductistas, después de la famosa polémica de Chomsky con Skinner, ha extendido la nocién de una gramética inna- ta donde el papel del aprendizaje se reduce a expresar el crecimiento de estructuras cognitivas siguiendo una trayectoria predeterminada in- ternamente. La naturaleza generativa del lenguaje es responsable de la enorme creatividad lingiifstica que se despliega en tan corto perfodo en la infancia. Para Chomsky, las distintas facultades cognitivas son «6rganos mentales» (Chomsky, 1980), concepto préximo al que expone Fodor en su obra La modularidad de la mente, donde tales médulos serfan istemas innatos de competencias especfficas. La teorfa de las inteli- genclas multiples de Gardner habla también de ocho facultades bien diferenciadas para dominios especffico: ertamente, dentro de li revolucién cognitiva la metéfora del or- denador condicioné un enfoque innatista de reglas innatas. La disci- plina de la inteligencia artificial adopta decisivamente la concepcién racionalista. 8 4. Otras versiones menos innatistas aceptan el aprendizaje pero restringido en el individuo por unas capacidades innatas. Son precon- cepciones muy extendidas entre los psic6logos del desarrollo que al- © Ediciones Pirémide Conoeimiento del heche paleoligien 49 punos irénicamente han definido como Ii «vision hortieola del nifien, segtin la cual el ambiente es como un abone que permite desarrollar ¢| potencial que tiene cada nifio, Con enfoques factoriales, es tambidn innutivta el dmbito de las teo- tias de las aptitudes, como la de Thurstone y aus aptitudes mentales primarias, o las de la inteligencia general que, en térmiios de Hysenek, os una caracteristica neurolégica responsable de Ii eflelenels cognitive, EI debate sobre la heredabilidad de la inteligenela ha estuda tendo le matices ideolégicos*. En nombre del cociente intelectual se han hecho politicas de eugenesia y se ha llegado a esterilizar 4 personas pura impedir que propaguen su limitacién intelectual. Afortunadamen> te es una polémica que ya perdié virulencia, especialmente ante el desarrollo de otros constructos con mas responsabilidad que el con- cjente intelectual en el éxito social o profesional —pensemos, por ejemplo, en la inteligencia emocional. 2.2.2. Empirismo «Es imposible para nosotros pensar una cosa que antes no hayamos sentido, sea por nuestros sentidos externon, sei por los interns.» Davin Him Surge en la tradicién jénica de los primeros cientificos como Lim pedocles, Anaximandro, Tales de Mileto o Demécrito, que utilizan ta observacién bajo control como fuente de un conocimiento sistematico tel mundo, Pero es Aristételes el filsofo que desarrolla esta postura epistemoldgica. La esencia del empirismo es considerar que el conocimiento viene de fuera, es aprendido. La mente es como una tébula raya que dita Locke—, y la conciencia se limita a reflejar lo dado por Ii experiencia. Correlato de estos principios es la forma que tom el eonovimiento en Ji mente: asociacién. La informacién se almacena de forma lineal, ase * Para una profundizacién en el tema recomendanion 1a Heetitn del ihre de By. seuck y Kamin (1983) La confrontacidn sobre la inteligent tit 50 Epistemologia y psicologia ‘Tradicién aristotélica: Modelos neoasociacionistas computacionales Tradicién del asociacionismo inglés: Conductismo Figura 2.3. clativa, tal como entra por lox sentidos. Obviamente se trata de una coneepeldn que considera la mente de una forma pasiva y mecanicista, Hn la version empirista original de Aristételes, al contrario que e1 lo de Platon, se valora la experiencia sensorial, que no debe ser de: cartada como una ilusién, Y sobre esos datos sensoriales acttia una facultad innata de abstraccién que es la que forma los universales. Es Aristételes quien introduce la nocién de asociacién y desarrolla sus leyes para explicar cémo se almacenan en la memoria los datos de la experiencia y cémo se recuperan en el recuerdo. Pero también con- cibe facultades innatas cuyo funcionamiento no es asociativo, como la rZOn, que es la que abstrae el conocimiento, y los rasgos no cogniti- vou, como el caricter y los sentidos. 5 La tradicion empirista serd recuperada en siglo xvi con el Renaci- miento, que reconquista el afin humano por dominar la naturaleza, y la visién antropocéntrica, que climinara las trabas a una revolucién cientifica necesaria; como ya hemos visto, nace entonces la primera epistemologia cientifica con Bacon y su vision de la ciencia basada en la experiencia. Con Locke —el padre del empirismo moderno— y Hume en el Siglo Xvi, el asociacionismo se extenderd desde la memoria, donde lo habla colocado Aristételes, a todos los fenémenos psicoldgicos. © Ediciones Pirdmide Conoeimiento del hecho paleoldgioo 61 En la psicologfa cientffica las dos tadi¢lonen han influide en teo- ‘lus distintas, como vamos a ver? 1. Tradicién aristotélica Esta presente desde el neoconduetista Tolan, en la forma que eoncibe el aprendizaje del conocimiento de Mapas Copnitivos en el ‘nimal de laboratorio, hasta los modelos de red de la memoria sendin: lica, que entienden la informacién almacenada y conectuda mediunle ‘sociaciones etiquetadas que recogen la cualidad de la relacién, CanarioC) \ bel hana e (het ae a k Viyuri 2.4.—Modelo de red de la memoria seméntica, De Collins y Quillian (1969), ‘También el neoasociacionismo se encuentra ef los modernos mor ilelos conexionistas de procesamiento distribulde parilelo Ciedelow PDP), Estos modelos, con mucha mis validey eeoldgied que lon de ‘imulaci6n anteriores y una consistente base Heurolagied, eoneiben © Falivionoy Pirdmide 52 Epistemolog/a y psicologia Conooimiento tel hecho paleoligico 53 la informacién distribuida sin una localizacién precisa y la activs 2.3, Constructivismo cién simulténea de unidades diversas. Dan cuenta de muchos fen menos que no podfan explicar tales modelos anteriores, como la ___ «Nuestro inteledto no ee wu aH de Ta naturalese cuperacion de las funciones cuando se produce un dafio en parte sino que impons «Ulf TAY 8 Id Nutuiraleea» aislidas del sistema —por ejemplo, en el cerebro humano— o la ¢: pacidad para procesar correctamente ante informacion incompleta ruidosa. Todos estos modelos recurren a lo innato en muchos aspectos. Asi los modelos PDP conciben primitivos seménticos que vendrfan dado: A de forma innata. INMANUIL, KANT 2. ‘Tradiclén del asociacior mo inglés representaciones y funciones En Estados Unidos li fusidn del mentalismo asociacionista co} la filosofia pragmatica de J, Stuart Mill y William James tuvo unt Bartlett consecuencia en 1a psieologta: que dejé de referirse ala mente; éstt Psicologia y los esquemas: ya no era necesarla en Una clencia de la conducta. Las asociacione: de la Gestalt ee servirdn ahora para explicar toda la conducta: son las leyes asociati vas del aprendizaje, El conexionismo de Thorndike, en el cambio di siglo, presenta por primera vez una elaborada teoria sobre las asoci a? eto ciones entre estimulos y respuestas que incluye leyes de gran éxit posterior entre los conductistas como la ley del efecto 0 la ley del Teorfas evolutivas: Piaget y Vygotsky Figura 2.5 ejercicio. Con el conductismo, el empirismo se traduce en un acercamienti a los métodos de la ciencia natural: experimentacién con animales y HI nticleo de la epistemologia kantiana puede resumirse en (es generalizacién de las explicaciones al hombre, con exclusién de tode juilubras: construimos el conocimiento. " mentalismo; hasta el Pensamiento lo componen respuestas motorag, linmanuel Kant, en La critica de la razon pura de 178 Leanteniey un habla implicita, segtin el conductismo radical, Recordemos las pas {i sintesis para resolver el antagonismo de empirismo vs. racionalis~ labras de Watson con las que comenzamos el capitulo: «La psicologfa tw, de forma que el conocimiento tiene anclajes, para él, tanto en la tal como la ve el conductista es una rama puramente experimental dé WP pA jjericncia sensorial como en 1a mente innata. | a ciencia natural...». La sombra del conductismo es tan alargada que Vor una parte hay un conocimiento del mundo que Hos a He se extiende hasta el presente; Skinner, d parecido hace pocos aiios, jentidos, y por otra hay un conocimiento previo, InNAIY ¥ Nee’ ie ha seguido manteniendo un andlisis funcional de la conducta incluso categorias. Categorias como euntidud, eualidad, pura el primero: 1 el ly car: i j 1 i a non a0 i ' en [a cara de un paradigma inconmensurable al suyo —que dirfa felacin o modalidad son conceptos a priori neeenitlos pari ey ite Kuhn—. Y, si no en lo conceptual, hoy dia se sigue hablando de la 4 (odo Conocimiento, aunque por sf mismo fo din Lifornielt Ast Presencia de un conductismo metodolégico (volveremos a este tema una. Con estas herramientas yamos constiyenie HUeH 66) : . oe 7 . j , wide hablar del cambio paradigmético en psicologia). Hulento del mundo. Espacio y tempo Non ANLHIAIIE FAtHial i pir © Ediciones Pirdmide © Valictones Pirdinide 64 Epistemologia y psicologia Conoeimiante del hehe paleotigioo 85 la sensibilidad; eategorfas que —dicho sea de paso— son incompati bles con la concepeidén espacio-temporal de la teorfa de la relatividad vigente hoy dia, Una aportacién fundamental de Kant para la psicologifa es el con eeplo de «esquema». Es un concepto de segundo orden que permite Ii uplicacion del conocimiento innato a un dmbito dado de la experien: cia. Los esquemas se van formando a partir de la misma y nos sirve para manejarnos ante experiencias cambiantes del mismo dmbito, } mitiendo interpretarlas. et Voumos un ejemplo de lo que ili, en este caso para ou r i (rata de unir estos | tle! papel. 4 1, Psicologia de la Gestalt FH] concepto de Gestalt es antagénico al de asociacién: una integra elén donde el todo es diferente a la suma de las partes. Ejemplo paradigmitico de Gestalt es el fendmeno phi, una de primeras aportaciones de los psicdlogos de la Gestalt al estudio de | percepeidn y, @ li vez, el ejemplo mas palpable y sencillo de const tivismo en un fendmeno mental, Cuando en una hilera de luces, esté se vii encendiendo y apagando progresivamente, lo que percibime NO es eso sino sencillamente el movimiento a partir de una construe ci6n de los datos sensoriales. Todas las leyes de la percepcién definidas por Kofka y Khol —cuyo desarrollo aqui resultarfa inoportuno’— recogen estos mismo principios de estructura e integracién. En la solucién de problemas, el concepto de insight es otra versidt del constructivismo aplicado a una funcién mental, donde hay q descubrir una estructura, una nueva organizacién de los datos releva tes para la solucién o bien deshacer una forma previa —como suced en el problema de los nueve puntos—. Por eso surgen como una periencia repentina; requieren liber: de bloqueos, ensayar nue enfoques, nuevos significados, Esta claro que una funcién de flexib lidad mental est4 implicada en el éxito al tratar con estos problem: Kohler opuso el concepto de insight al de ensayo y error de Thot A dike, donde el problema se resuelve tras ensayos sucesivos y de fo fe cuesta resolyerlo, mira la pista'®. Figura 2.6 Wenloria. En el siguiente capitulo nos detendremos en ver al chimpan- v@ de Kohler y a los gatos de Thorndike resolviendo sus problemas fir insight y por ensayo y error, respectivamente, y entraremos mis elu discusién de Jas diferencias. 2. Bartlett Nir Hrederik Bartlett fue el primero en dar una definicion empfrica al Concepto de esquema. En su libro Remembering (Bartlett, 1932) jesenta los resultados de experimentos en los que los sujetos debfan jeproducir una narraci6n con diversos intervalos de tiempo. Los resul- Jalon mostraban cémo, al cabo de semanas, la gente iba deformando | recuerdo progresivamente pero siempre en el mismo sentido, de Wnwrn que se pareciese a algo previo, en concreto A Ii estructura trite Hivlonal de un cuento, Bartlett dice que imponemos Wha organizacion “Pvt: hasta que no superes e] bloqueo mental de ver enim PHiie eetitie Farinin Wo i hadraclo, hasta que no seas capaz de «nnliter del andi, HO Fewnlveria el frien * Remito al lector @ cualquier manual de psicologia general para conocer en dh tulle las leyes de la percepcién enunciadas por los psic6logos de la Gestalt. © Ediciones Pirin DH Pietones Pietinide 56 Epistemologia y psicologla a la experiencia para interpretarla adecuadamente acoplandola a es- quemas previos, El aprendizaje se interpreta como un esfuerzo en pos de un signi- ficado. Se trata de una interpretacién constructivista y molar del re~ cuerdo frente a la mecanicista del conductismo de reproduccién de conexiones E=R que prevalecfa, por aquella época, en la otra orilla’ del Atlantico. EI trabajo solitario de Bartlett en el Reino Unido tardaria cuatro décadas en tener continuidad; tendria que abordarse el estudio de la representacién del conocimiento dentro del paradigma cognitivo para que surgieran nociones como las categorias naturales o los esquemas en sus diferentes formas (guiones, mapas, teorfas implicitas...), para dar cuenta de la forma en que se representa el conocimiento en estruc- turas difusas, organizadas segtin un principio de tipicidad, de forma que los ejemplos tendiin un nivel de tipicidad determinado segtin su proximidad o lejanfa de un modelo o prototipo!!. ‘Teorfas del desarrollo infantil Como dice Richardson, el constructivismo ha sido particularmen- te importante en las teorfas del desarrollo infantil. Vamos a mencionar aqui brevemente a Piaget y Vygotsky. Para Piaget el desarrollo de la inteligencia sigue un vector epigenéti- co, de manera que, a partir de la interaccién con el medio, se van construyendo estructuras cada vez mas adaptativas. Tales estructuras se suceden unas a otras en un orden fijo: perfodo sensorio motor, represen- tacional, de las operaciones concretas y de las operaciones formales. Esta concepcién epigenética y preprogramada del desarrollo de la inteligencia se ha utilizado como argumente para tildar la teoria piagetia- na de innatista. Tan innato es decir que se hereda el conocimiento como una regla fija para construir el conocimiento. Fodor (1983) argumenta ademas que este constructivismo es ]égicamente incoherente porque no se puede construir una regla mas rica a partir de una mds débil. " jade Z , 7 . Vaca serfa el ejemplo més tipico de la categorfa mamffero, mientras que ori- (ortinco se aleja enormemente del modelo, siendo su indice de tipicidad muy reduci- do en esta categoria, . © Ediciones Pirémide Jonoeimiente dal hehe paleoligico 87 La teoria vigotskiana define 1a nuturalega de ean interneelon fox ponsable del desarrollo psicolégico come win interieeldn soelobiolds pica. Las funciones mentales se van organi#ande como internalizueion de las relaciones sociales, «Las funclones mentales superiores son la base de Ja estructura social del individu, Si eomposielén, estructura penética y medios de accién, en una palabra, toda su HaliraleZa, ex social» (Vygotsky, 1981; p. 161). El desarrollo natural, bioldgico y el cultural se entremevelun, La maduraci6n bioldgica y social se interrelacionan constitiyende Wie sola linea de formacién sociobioldgica de la personalidad de! nifie, segtin Vygotsky. 2.3. Coordenadas epistemoldgicas de la psicologia actual El andlisis kuhniano de las ciencias sociales en la primera edicién le La estructura de las revoluciones cientificas condenaba a estas a un estatuto epistemolégico preparadigmatico; sin embargo, en la edi- cién del afio 1969, Kuhn modifica su posicién y concibe que una ciencia puede alcanzar la madurez en un estado multiparadigmaticn, {al serfa el caso de las ciencias sociales. Esto fue trascendental, apun iu Caparrés (1980), en orden a una interpretacién de la historia de la psicologia ajustada a la teoria paradigmatica. Sin embargo, la mayorta Ue los historiadores hoy dfa estan de acuerdo en que, hast el presen ic, han surgido dos grandes paradigmas dominantes conductismo y ‘ognitivismo, conviviendo con otras escuelas que no han llegado a ilcanzar la categoria de paradigmas. Hemos visto cémo en la era conductista los principios del positi- vismo légico habian guiado muy cémodamente a los psicdélogos en sul \rubajo; incluso después de la cafda del positivismo, hasta low ahow .clonta, podfa constatarse la nostalgia de aquellos prineipios en low inanuales al uso de psicologfa experimental, con norms del lipo! - El conocimiento cientifico es acumulitivo Los hechos son neutrales ¢ independientey de Ii teorly Las observaciones deben ser empiricus, publicas y fepetibles 58 Epistemologia y psicologia Conooiniente det heoho paleakigico 89 — El operacionismo es rechazado cone ininevesarlo, Por elerto Pero esta actitud nostilgica tenfa que ceder; por un lado, las ano- malias del conduetismo habfan levado a éste a un callején sin salida, de forma que 4 finales de los afios sesenta ya se habia impuesto el hueve paradigma, y por otro lado las posiciones alternativas en epis- temologia cientifica habian abandonado la vocacién prescriptiva res- que uno de los mas eriticos fue HMingtein (1959), que, hablande de Ja fisica, dice que no existe ninguna teorla donde today sus aseveraciones sean operativis, — Finalmente, aquella preocupacin de Camap por la formatizas pecto al método cientifico que habfan mantenido positivistas y racio- ‘as (Suppe, 1974). La psicologia no ha tenido mas remedio que dotarse de un marco epistemolégico propio adaptado a estas nuevas visiones epistemolégicas y a la nueva concepcién de la racionalidad 1 de la psicologia contempordnea. Pero, zcudl es ahora el esta- tuto epistemoldgico de la psicologia cientif cidn de las teorias cientificus también code ante su inviabl: lidad. Los esfuerzos formalizadores de Hull no han yuello a ensayarse, de la misma manera que la axiomullfaelon de todos los términos tedricos se reconoce como imposible, La psicologia ha tenido que hacerse sus propios planteamientoy epistemoldégicos. En primer lugar, con relacién a su objeto, ha tenido que abandonar otro mito, el de la ciencia unificada; la psicologia ha (ejado de considerarse a si misma como una «rama puramente expe- rimental de la ciencia natural» —tal como era el ideal de Watson— y ha recuperado la mente como su objeto, volviendo a sus origenes, Por otra parte, nuestra disciplina ha tenido que fundamentar su modo de hacer ciencia sobre unos presupuestos metodoldgicos bien definidos umidos de forma general, demostrando asi que las soluciones a la crisis de la psicologia estén dentro de la propia psicologia. Consecuencias de este protagonismo epistemoldgico han sido; ? Qué principios sub- yaeen 414 elaborieién de suy teorfas, a la recogida de los datos empi- rieow y 4 1a elaboraelén de sus modelos? Hiectivamente, no ha quedado mas remedio que incorporar en las explicuciones sobre él objeto de la psicologfa —que no es otra cosa que el sujeto privoldgleo— elementos metatedricos muy alejados de Jos poatulados pow itivintin: Hl tema de la causalidad. La clisica causalidad lineal, donde i6n unfvoca entre un fenémeno temporalmente antecedente sobre otro consecuente, se sustenta en un deter- minismo mecanicista que es insostenible en la era de la com- plejidad y el caos. Efectivamente, desde estos nuevos modelos de ciencia se contempla que la complejidad y la interactivi- dad de las relaciones causales en un sistema pueden ser ajenas 4 una secuenciacién temporal de los fendmenos. La psicolo- gia eientifica, una vez que es capaz de incluir entre sus obje- livon li propositividad de la conducta, abandona necesa- rlamente el esquema mecanicista ER y ha de sustituir las causas eficientes del conductismo por causas finales; la con- ducta no como respuesta sino como hay una rela propuesta (Pinillos, 1980; La revision de la nocién de hecho. La observacién esta cars guda de teorfa y una teorfa es un conjunto de conclusiones a la biisqueda de sus premisas (Hanson, 1958). La destruccién del mito inductivista es asumida por los psic6logos. Los hechos Que la psicologia ha descubierto su objeto: «la caja heprie, Se ha recuperado la experiencia interna, pero no Hinitindo su estudio empirico, como hizo Wundt, a procesos relativanente automaticos, sino basdndose en el estudio de la mente con todas sus consecuencias. La flexibilidad en el método, imprescindible para poder tra- tar con ese nuevo objeto. Flexibilidad que incluye un re- torno a la introspeccién en la forma sofisticada del informe verbal (Newell y Simon, 1972; Burton y Radford, 1978) Ericson y Simon, 1980) junto al método clinieo plagetiuno o el uso instrumental del ordenador mediante |i siimulacion de procesos. lules principios epistemoldgicos han sido instiurados ean el pari pierden su objetividad para convertirse en datos. ilipma de la psicologia cognitive En palabras de Capuron © Hdlolones Pirdmide © Ediciones Pirémide 60 Epistemologia y psicologia «Esto significa que el cognitivismo no es sélo recuperacién de reas olyidadas; es, sobre todo, investigacién que procede con un mé- todo y un mureo tedrico que reconocen en su entidad a los fenémenos) mentiles, li experiencia interna y los conceptos propositivos e impli- eitivos, Todo ello ha sido posible, entre otras cosas, por la liberaliza- clon que ha conocido en los tiltimos tiempos la filosoffa de la ciencia, fendmeno al que no le es ajena la misma psicologfa cognitiva en la’ medida que ha mostrado facticamente que, con las debidas cautelas, «ciencia» y «conciencia» no se excluyen» (Caparrés, 1980; p. 242). Sin embargo, desde el punto de vista epistemoldgico, este paradig- ma tiene también sus connotaciones negativas, no hay que negarlo, Por ejemplo, 1h ineapacidad de superar definitivamente el mecanicis- mo arriatrade desde @! paradigma anterior y forzado ahora por los condicionantes metodoldgicos de la metéfora computacional, o Ja pro- liferacion de «minimodelon» para explicar aspectos muy restringidos del funcionamiento mental, expeclalmente al principio, por los afios seNent y Kelentay Modeloy de procesamiento de informacién, como low modeloy multialmacén de la memoria o los del filtro de la atencién, son ejemplos de ello, Aunque no debemos engafiarnos, ya que las grandes (eo) generales en psicologia han sido un relativo fracaso, tanto en psicologfa cientifica, debido a su origen restringido y su pos- terior expansi6n a otras dreas de fenémenos, como en las psicologias no cientificas, precisamente por eso, por no contar con evidencia em- pirica contrastada que las deja en el reino del posibilismo. Son dignos de sefialar aqui los argumentos de Bunge y Ardila con- (ra la pretendida unificacién en base a una aproximacién computacio- Hal 4 La Mente humana, porque reducir la maravillosa variedad cuali- tativa de los fendmenos conductuales y mentales a términos de compulucion empobrece la psicologfa y corta el eslab6n entre Ppsico- logia y neurociencia, Estos autores aiaden: «La psicologfa no versa sobre procesadores de informacién de pro- Posito general sino sobre animales dotados de un sistema nerviaso que es resultado de un largo proceso evolutivo, que siguen un proceso de desarrollo, aprenden y desaprenden, y a veces —en el caso de los ver tebrados superiores— nos asombran por la ejecucién de nuevas accio» fies 0 In creacién de nuevas ideas» (Bunge y Ardila, 1988; p. 58). © Ediciones Pirémide Conooimiente del heehe paloaldgieo 61 Pero lo cierto es que una comprensién wintémlen del sujeto paleo logico esta por hacerse. Al respect sigue slendo vilide lo que dijo Newell (1973) hace mas de 30 afion: no se puede jugar a «las velnte preguntas» con Ja naturaleza y ganar, Til eatrateyia no ha funcionade con la psicologia cognitiva porque se ha penerde mucha vetividad Investigadora, con elegantes paradigms experimentiles, pero que fl halmente conllevan una fragmentacion (edriei, No hay un everpe wil lurio de conocimientos que proporcionen una comprenslén global de lu mente; la unificacion sigue siendo todavia una tlusidn, Como chardson mantenja hace un tiempo, sigue siendo un sueflio uni eon cepcién global y comprensiva de la psicologfa que abarque todos low ‘ispectos del tema y legue a «reconciliar sus diferencias e imponer una disciplina a sus extravagancias» (Richardson, 1991; p. 205). Acaso deberiamos renunciar a ese suefio y reconocer que nuestra lisciplina sigue siendo multiparadigmatica, de acuerdo con la concep- vion de Kuhn. Cierto es que el advenimiento de las ciencias cognitivas ha conyertido a la psicologia cognitiva en un componente mas de ineladisciplina junto a la antropologia, la lingiiistica, la neurociencia, |v logica y la inteligencia artificial, mientras que las 4reas que tratan lemas como la personalidad o la motivacién y el estudio de las dife- fencias individuales han seguido un camino relativamente indepen diente; de acuerdo con Gardner (1987). Concluyendo, aunque la psicologfa cognitiva dominante en el pa horama psicolégico actual tenga limilaciones como lis que Heabo de ar, lo que esta claro es que no son debidi como en el conduc tinimo— a la obediencia fiel de los dictados de una filosoffa de la ciens vii, Porque la psicologfa se ha emancipado de la filosofia pero se ha hermanado con otras disciplinas como la psicolingiifstica, la neuro- vlencia o la inteligencia artificial, a las que guarda fidelidades quiz i alguna medida responsables de estas limitaciones. © Hilicioney Pirdmnide La crisis en la epistemologia clasica de la ciencia 41. ~Contra el método? «La ciencia moderna no es superior a la ciencia aristor télica, ni a los mitos ni a la magia.» PAUL FEYERABEND «La ciencia, considerada como un proyecto que se rei liza progresivamente, es tan subjetiva y est4 tan condicionay da psicolégicamente como no importa qué otra empresa hue mana.» ALBERT EINSTEIN «No hay ningtin método de probar que las feorlay elon tificas sean verdaderas, ni siquiera probablemente yerduderin, pero tampoco de refutarlas de modo eoneluyente.» ALAN CHALMERS Lo que caracteriza esta forma de conocer llamada ciencia es el iclodo, y siempre hemos considerado que el método cientifico tiene , ulpo especial que garantiza la objetividad y la verdad en el conociy iniento de las cosas que, bajo su aplicacién, nos es dado, ‘ Sin embargo, no es sdlo la voz de Feyerabend la que se lf en au obra hom6nima al titulo de este epigrafe— contri 1a mintificacion (lel método cientffico, sino otras muchas muy reconocidiay entre ly (ue hemos seleccionado a dos autores nada sospechowoy de anarqulie ino epistemolégico al explicar la ciencia; Hingteln 0 Chaliners, f Lis cierto que la espectacularidad de los uyaneey leenoligiuds en el (illimo siglo, unida a Ia ignorancia general aceren de Lin ennai dy low no © diciones Pirimide 64 Epistemologia y psicologia mismos, ha desembocado en una mistificacién de la ciencia. Internet, nifios probeta, clonacidn, aviones, viajes a los confines del sistema solar, trasplantes, cirugia laser, teléfonos méviles, lectores dpticos, armas de destruccién masiva..., estos y otros «avances» han cambiado en clen afios la vida humana més que en toda nuestra historia anterior, Us natural que la sorpresa y la ignorancia frente a sus mecanismos, que son un resultado de la ciencia aplicada, unidas a la trascendencia que para la vida de la humanidad tienen, hayan conducido a la exten- sin de una visién mistica de la ciencia, a la creencia de que tienen algo especial, mas alld de toda discusién, un nuevo dogma. En pala: bras de Feyerabend; «la institucién religiosa mas reciente, mas agre: viva, mis dogmaticn» (Feyerabend, 1986; p. 289). «Todo sueede como si la ciencia fuese una actividad sagrada y protegida por estrletos tables», firma Thuillier en su obra Las cara ocultas de la invenelon clentifica, y atiade: «El eludadano eorriente podria pensar que la ciencia es humana, muy humans a veces, demasiado humana—. Por este motivo urg afirmar su eardeter trascendente, De cara al conocimiento profano, debe aparecer como el resultado de una bésqueda que muchas veces ha sido descrita explicitamente como religiosa»! (Thuillier, 1990, p. 19), Pero vayamos por partes. Los dos pilares del método cientffico son la experiencia y la raz6n; son los dos principios del conocimiento, ponderado uno frente al otro de forma distinta segtin las épocas y lag escuelas, como hemos visto hasta ahora. La observacién y la légica dirfamos en (érminos mas operativos y cientificos. Pero, ,es esto asl realmente? Lo que nos ha mostrado el andlisi ; s de la historia real de la ciencii que, desde Kuhn, adquiere plena relevancia en la epistemologia, ¢ que es falsa la concepcidn de que la observacién y los procedimiento; inferenciales constituyen un fundamento seguro que permite const teorfas fiables. fectivamente, el sentido de trascendencia con que muchos grandes creadores dé \ ciencia conciben su labor —especialmente los fisicos— les hace afiadir un tint feligioso a su voeacién investigadora. El concepto de religién-eésmica en Einstel elif Wu biisqueda obsesiva de la unificacién, que uniria lo espiritual con Jo cientffieo, © Villeiones Pirdmide La crisis an la eplatemologia eldaioa dé la eleneia §=65 3.1.1. ~Observacién? Sabemos que no es exhaustiva, pues se linen hipdtesis partiendo de muy pocos datos y se dan por confirmadas de ti misma manera, La induccién es un mito. Tampoco es objetiva. Como la psicologia experimental ha demon trado, ya desde los trabajos de los gestaltistis por lon afan velnie y treinta, la percepcién es un proceso constructivo que enti deterninade por las expectativas y las motivaciones. De la misma forma, en la conducta del cientifico, las preconuep: ciones determinan en la ciencia lo que se observa y cémo se observa, Recordemos el ejemplo notable de las versiones opuestas respecto a la solucién de problemas propios del conductismo y la Gestalt. Para los primeros se trata de un proceso de ensayo y error donde el sujeto, en este caso el gato dentro de la caja de problemas de Thorndike, en- aya conductas erraticas para escapar, hasta que azarosamente en una de cllas aprieta la palanea que abre la caja. El refuerzo determina que en cl futuro se afiance la conducta de apretar la palanca para conseguir salir de la caja, resolviendo el problema. Para Kéhler, sin embargo, (iene que mediar un acto de comprensi6n stibita, un proceso de in+ yighi, donde el chimpancé «comprende» que para alcanzar el plitano (jue est fuera de su jaula debe engarzar los dos palos, y solamente tat fe puede salvar la distancia que le separa de la comida y resolver el problema. Solucién de problemas Por «ensayo y error» (Thomdike) vi pip 66 Epistemologla y psicologla Segtin el conductismo, en la solucién de problemas interviene ensayo y error; segtin la Gestalt es un acto reflexivo. De acuerdo con Richardson como hemos visto en el capitulo anterior—, para enten: der la pxicologia debemos conocer las preconcepciones que subyacen 4 las teorfas determinando lo que se observa y cémo se observa. No es casualidad la eleccién de los sujetos de experimentacién: monos que se paran a pensar vs. gatos o ratas que husmean y corren alocadas. al ser encerradas en una caja. El rango filogenético es determinante en ¢l procedimiento que resuelve el problema y la explicacién del proce so es absolutamente distinta, de modo que el conductismo preserva’ una preconcepcidn asociacionista, mientras que en la Gestalt se con- firma con la condueta de Sultin —el famoso chimpancé de Kohler. la concepeldn constructivista, i ‘Tul como senteneid Hanson —excuse el lector la reiteracién de 1a frase: la observacidn exid cargada de teorta. 3.1.2. elnferencias? Respecto del razonamiento inductive, como ya enfatizara la con: eepelon del racionalismo critico, no debemos olvidar que es formal: mente incorrecto hacer generalizaciones y, mientras que muchas con firmaciones no garantizan una ley, basta una sola desconfirmacién para anularla. A esto se refiere Popper (1961) cuando habla de la des igualdad ldgica entre la confirmaci6n y la falsacién. Bastaria un solo cuervo albino para invalidar la ley de que los cuervos son negros. En cuanto al razonamiento deductivo, alternativa popperiana a la induceidn positivista mediante el método de la falsacién, debemos Feconoeer que tampoco ha sido la panacea para la ciencia por razoneg) de muy diversi naturaleza: ‘ 4 — Muchas teo ~por no decir todas— se han mantenido con crecen en un mar de anomalias y, cuando se instauran como paradigmas, todavia la heuristica negativa? debe hacer uso de a negativa, para Lakatos, es una linea maestra en el trabajo del cientfs, flea que le aconseja lo que no debe hacer; en especial, cualquier cosa que pueda *eolay el iicleo central del programa de investigacién. - © Ediciones Pirdmide La crisis en la epiatemologia eldwion dela elencia 67 sus mecanismos para que lox poteneliles elementos falsadores no afecten al niicleo central (Lakaton, 1989), — A veces las supues alsaciones Kon, en sf mismas, errdnens, Un caso muy ilustrativo al respecte fue el de Neo Brahe y ta paralaje estelar. El astrénomo dands {ue reeonovldo en su épo- ca como el mejor observador del cielo, disponiend de low ins irumentos més precisos y sensibles, aunque 18 eostiba eonpar tir sus datos observacionales —como, sein pareee, le sucedia con Kepler—; pues bien, Brahe rechaz6 1a teorfa eopernieana basdndose precisamente en esos datos que supuestamente ti refutaban: si la Tierra gira alrededor del Sol, la direccién en 1a que se observa una estrella fija deberfa variar a lo largo del aflo, Sin embargo, sus observaciones no confirmaron la paralaje es- telar prevista y rechazé la teorfa heliocéntrica. {Cudl era en- tonces el error? Sencillamente, la supuesta falsaci6n era falsa, por estar fundamentada en un supuesto auxiliar erréneo: con+ siderar que las estrellas fijas estén relativamente cercanas como para detectar sus diferencias de tamafio y posicién vistas desde la Tierra con los instrumentos que él posefa. Volvemos a lo mismo: la observacién no es neutral, siempre estd condiciona- da por algtin presupuesto previo del que podriamos hasta no ser conscientes, como en el caso de Brahe, Por tiltimo, esta el argumento psicoldgico de su naturalega con traintuitiva. En épocas de ciencia normal’, la falwacién no se suele utilizar; incluso desde el punto de vista socioldgico serta una practica arriesgada para aquel cientffico que se atreve a discutir el paradigma. En cuanto al cientifico revolucionario, también son casos muy extrafios los de quienes, proponiendo hipétesis arriesgadas, a continuacién las someten a duras pru bas de falsacién, como reza la consigna de Popper: «conjeturin y refutaciones». Los estudios histéricos demuestran que lo nor mal en la conducta del cientifico, cuando hace propuestis in hovadoras que rompen con el paradigma previo, es buscar 4 toda costa los elementos confirmadores en lugar de centre in érminos de Kuhn, Ja ciencia normal en ti fase en que Wi paradirnid we ha Hieelo dominante y se encuentra en expansion © Hallcionoy Pirdmide 68 Epistemologia y psicologia en aquellas pruebas que puedan poner en evidencia los elem tos débiles de la teorfa, més cuando incluso tales refutacio podrfan no ser concluyentes por estar basadas en supue auxiliares erréneos*. Uno de los embarazosos resultados de la historia real de la cien nos dice Chalmers en su obra {Qué es esa cosa Hamada ciencia?, que los principales adelantos (Galileo, Newton, Darwin, Einstein) | se han producido, en absoluto, mediante algo similar a los métod | * descritos por los filésofos, Las cuestiones mas importantes de la h toria de la ciencia NO han sido resueltas por la légica y el experi i to, Federico di Trocchio, en su libro Las mentiras de la clencia, 0 habla de estos provedimientos heterodoxos que, incluyendo la ment ti, han hecho avangar la ciencia. «Si Galileo hublera usado las reglas metodolégicas que se reg mendaban en su épocs HO habrfamos tenido ciencia moderna. Si Dak win bublera seguldo realmente las prescripeiones de Bacon, cons raday tin eficientes en su époea, creerfamos atin en la Bibliz ho hublera sido un oportunista y no hubiera traicionado los canones (f {a metodologfa empirica, no tendrfamos la relatividad y Ia fisica cual tica no habria nacido si una generacién de fisicos no hubiera cometid un parricidio con los cdénones newtonianos» (Marcello Pera, citado @ Di Trocchio, 1995; p. 416). 3.2, Los otros «métodos» de la ciencia Al margen de la légica y el experimento, hay otras herramienta menos ortodoxas que han brindado resultados exitosos y resultan di gran interés para una aproximacidn psicolégica a la cienci . Hablamo} de métodos que intervienen especialmente en la formulacién de Ia nuevas hipétesis y teorfas, en el contexto del descubrimiento, momen (o «arracional» de la ciencia cuyo estudio no es tarea para un filésofo, Seguin la vision de Popper, y por supuesto de Reichenbach, que planteé " Enel capitulo 5 tratamos del sesgo confirmatori io y de las condiciones epistemold= jileHe en que es aconse; jable para el cientifico el uso de la evidencia desconfirmatoria, © Ediciones Pirémide La crisia en fa eplatemologia eldaioa dela eenwia §69 pimera vez la division de contextos en el aniliviy de la eleneia, ) 4) IMportancia es determinante euAnds hieenos Wh Aeereunlen: #10 conducta del cientffico en términos deseriptivos, no prescript- , cuando nos interesamos por lo que haven los cientificos, no por que deberfan hacer. Desde el famoso suefio de Kekulé que, sept & misma afiend, le 4) en la pista de postular una estructura efelied pari la moléetla del Weno, hasta el experimento mental de Einstein, montide en in rye luz, de importantes consecuencias para la formulucién de Ii teor ie la relatividad especial una década después, pasando por In feliz wiulidad del descubrimiento del reflejo condicionado hecho por Pav« cuando estudiaba en perros el mecanismo de la digestién...., la jsloria est lena de ejemplos como estos que han hecho avanzar Jy elencia a pasos agigantados mediante mecanismos no considerados #evlnamente por los filésofos como parte del método cientifico, Sue- 4, eXperimentos mentales como los de Galileo..., a esto hay que Wudir cl papel determinante de la analogia en la conceptualizacién yieniilica y los procesos de insight como afortunados momentos don- ie el conocimiento se reconfigura u organiza en la forma de hipotesis # Jormulacién tedrica que se andaba buscando. Por tiltimo, no hay que ilevdeiiar el papel del azar en la ciencia en la forma de repentinos des» subrimientos no buscados: la «serendipia», cual es el caso eltade por Pavlov. Todos estos procesos serdn objeto de andlisis en la dltina par je, ul tratar de la creatividad cienttfic: Pero tenemos que mencionar también otros dos métodos aplicadoy #i clertas ocasiones en el contexto de justificacién —referente a la con {nustacién de las hipétesis— y con resultados muy desiguales para el yvunce cientifico: hablamos del sesgo confirmatorio y de la mentira. Por ser un aspecto cuyo abordaje principal es materia para la psi- volopia de la ciencia, dejamos el andlisis de las formas en que se pro liven estos sesgos en el razonamiento cientifico para ena pirle del libro, Respecto a las mentiras, se trata de una conduct mucho mis frecucnte de lo que podriamos pensar y que tltimamente esti siendo paludiada por los historiadores de la ciencia’, [entre los libros publicados al respecto recomensdinniai Hay alyuiienten (addieldis jl castellano: Di Trocchio (1993): Las mentiray de la Clenela, (we qué y edmo en © Hiliciones Pirdmide 70 Fplatemologia y psicologia La crisis en la eplatemologia eldaioa de ia clanola 71 [in la actualidad es un tema «caliente» para psicélogos y sociél jos de la ciencia —en el capitulo 5 volveremos sobre ello— y para I comunidad cientifica, La mentira del coreano Hwang Woo Suk sob ln clonacién de seres humanos nada tiene que ver con las de Galile Hoy dfa la ciencia es cara y no se puede hacer en solitario. Conseg {inanciacién —en ocasiones millonaria— requiere pasar enojosos p: s burocraticos para someter a evaluacidn los proyectos de invet No menos dafio hizo a la psicologia el fraude de Sir Cyril Hurt, defensor de la postura hereditarista en li Inteligencia, aportando div tov de correlaciones elevadisimas entre pruebas de CY aplicadas a pas joy de gemelos educados por separado, enya exiateneli ha sido objeto tle dudas razonables. Los resultados de lon tents aplicndos resultaban, ademas, una coincidencia casi imposible desde el punto de vinti enti: tlistico. Pero hay otras mentiras que, paraddjicamente, hin heeho ayangar {a ciencia. los dineros en uno®, Como la mayorfa de las veces la politica impe Galileo, considerado como el «padre del método experimentily, rante es apostar al ganador, los que més tienen son los que van a rect ~ fo se plegé a los dictados del método cientifico. Sus observaciones bir el efeeto Mateo, del que hablaremos mas adelante—. Eso yeliitaban, en muchos casos, las predicciones de la teorfa copernicana pirte- puede determinar attibuirse resultados ajenos (Gallo) o pub! feypecto al tamafio y brillo de los planetas. Pero él mintié con respec= car resultados inventados (Hwang Woo Suk), aunque en este caso pa to « estos datos, y también al parecer en otras ocasiones, como los rece que hay algo maa y alejado totalmente a la motivacion cientifical experimentos del péndulo o el plano inclinado, asf como el famoso Este arte de mentir, demasiado frecuente en la actualidad, constitu experimento de la torre de Pisa. En este caso, el experimento que re» para Di Troeehio toda una disciplina: la «engaiologia» (Di Trocchia juin a Aristételes, por el cual una esfera de madera y una esfera de 1993), Hierro, tiradas a la par desde lo alto de la torre de Pisa, alcanzan el Las mentiras, con intereses espurios, han servido para frenar siielo a la vez, no ticne fehaciente constancia histérica de su ejecucién. avance cientifico, aunque esto haya sido siempre transitorio. Record Mis bien, parece que pertenece a la leyenda, como el famoso «y sin mos el caso Lysenko en la Unién Soviética, que consiguié frenar ¢ winbargo.se mueve». Sean uno o cien los experimentos sobre lox que avance de la genética moderna en su pafs durante dos décadas. En est jwintiG Galileo’, lo cierto es que dio por confirmada la teorfa helloeén caso, intereses personales contrarios al avance cientifico conjugad flea, y era tal su autoridad moral que se impuso el nuevo paradigimna, con los favores politicos de un dictador, Stalin, al que convencié 1) palabras de Feyerabend: cardcter burgués y antirrevolucionario de las teorfas que se estabail desarrollando en Europa, consiguieron que prevaleciese la mentira d Una vision de la biologia ya refutada. Los cientificos adversarios fue ron perseguidos y se prohibid, desde 1948 a 1953, la investigacion ¥ la ensefanza de la genética. ces «Por otra parte, habia algunos fendmenos telescdpicos que eran claramente copernicanos. Galileo introduce estos fenmenos como cvidencia independiente a favor de Copérnico; sin embargo, la situa- cién es més bien la siguiente: una concepcién refutada (el copernicas nismo) guarda cierta semejanza con fendmenos que emergen de oir concepcidn refutada (la idea de que los fendmenos telenedpleos eon de la invencién cientifica, Thuillier (1992): Las pasiones del conocimiento. Dunb ; lituyen imagenes fieles del cielo). Galileo tuvo éxito debido a ati ap (1999): El miedo a la ciencia. Judson (2006). Anatomia del fraude cientifico. | 7 y a sus hdbiles técnicas de persuasin, porque eneribfia en Halling en ° El asunto de la evaluacién por pares, es decir, la labor de los colegas en quiet lupar de hacerlo en latin, y porque apelaba al pueblo, que por lempe los poderes ptiblicos o privados que financian la ciencia depositan su confianza pal la seleccién de los proyectos, es un tema muy debatido y muy contestado, por la cit lidad de situaciones injustas a que da lugar. En Internet los blogs de cientificos 8obi este tema tienen una enorme efervescencia, asi como en muchos otros foros. gaitan los ntificos? Thuillier (1990): De Arquimedes a Einstein. Las caras ocultds Veue al respecto los capitulos correspondents de Thuiltier (1082) a de Dt Trawelio (1993), © Vidietonen Pirdmnide 72 Epistemologia y psicologia La crisis en Ja eplatemologia oldaion dé la dencia 73 ramento es opuesto a las viejas ideas y a los criterios de aprendizaje 3.3. ~Todo vale? relacionados con aquellas ideas» (Feyerabend, 1986; p. 128). No existe regla alguna que no haya sido yiolada, Hy mas, estas El més grande cientifico de todos los tiempos —para muchos—, violaciones parecen ser necesarias y li Glenela avangn graciis 4 ellas, Newton", parece que también dijo alguna mentirijilla. Al no cuadrarle Pero jhemos de asumir entonces, como Feyerabend, que el tinieo prin sus observaciones con las ecuaciones lineales que cred para definir el cipio general es el de «todo vale»'? movimiento de todos los cuerpos celestes —dimensién operativa de Para este autor, la cuestidn de los hecho, Ii loglen y 1a metodo sus leyes del movimiento— ajust6 los datos, tales como velocidad del logfa no es més que un cuento de hadas que now hemos ereide, La sonido, distancia a la Luna... a sus expectativas. Di Trocchio lo expli- ciencia actual no es una forma de conocimiento superior # i elenela ca en términos de un «factor de falsificacién» por el cual, sabiendo: avistotélica, ni siquiera al mito, afiade Feyerabend. Ambos son eorite cudles habfan de ser los resultados a partir de los cdlculos te6ricos, se lrucciones teéricas, a partir de los hechos, resistentes al cambio, cambinba el valor de los pardmetros con los datos de las observaciones {Cudl es entonces la posicidn que debemos mantener desde la hasta que euadrara con el resultado previsto (Di Trocchio, 1993). perspectiva actual de evolucién de los estudios sobre la ciencia? {La Por otra parte, los Hamacos grandilocuentemente experimentos posicién anarquista, romantica y transgresora de Feyerabend en contra cruciales, lo son slempre posteriori y cuando la teorfa ya est asen- del método, o quiza tal posicién se nos antoje escandalosamente frie tada, No tenemos noticias de ningtin experimento crucial con resulta (uila y tengamos que considerar que lo mas sensato es inclinarse hue dos adversox que haya abortado una (eorfa incipiente. mildemente ante la grandeza de la ciencia de la que todo el avance Veamos al rexpecto la importancia que el padre de la teorfa de la inaterial de nuestra especie es deudora? Esto nos sitta en el territorio relatividad concedié a un experimento crucial, cual fue el del eclipse’ de la mistificacién del método: «la leyenda», como ironiza Ziman: de 1919, Holton (1982) reproduce, al respecto, un informe de una: discfpula de Einstein, Ilse Rosenthal-Schneider: «Mucha gente ha reflexionado sobre el tema y ha concluido que li nocién de un método intelectual «todopoderoso» es slo und leyenda «En una ocasi6n, cuando me encontraba con Einstein para leer con que esta Ilena de agujeros, pero no saben cémo reparitloy selyentir él un trabajo que contenfa muchas objeciones en contra de su teoria... los. Surgen dudas sobre lo que antes se consideriban eerlesin y apare interrumpié repentinamente la discusi6n del libro, alcanzé un cable- cen incertidumbres acerca de lo que se debe ereer ahora» (Ziman, grama que estaba sobre el alféizar de la ventana y me lo entregé con 2003; p. 14). Jas palabras “aqui tienes algo que quizé te interesara”. Era el cablegra- ma de Eddington con los resultados de la medicién del eclipse (1919), Parece consecuente asumir, de acuerdo con lo que define Ziman Cuando yo estaba expresando mi alegria por el hecho de que tos resul- 1 su obra, que desde una epistemologia naturalista suscrita por los tados coincidiesen con sus calculos, é1 dijo sin ninguna emocién «pero: e\ludios metacientfficos actuales, en especial la sociologfa y la paleo yo sabia que la eoria era correcta»; y cuando pregunté qué habrfa pa- sado si no hubiese habido confirmacién de su prediccién, replicé: “En ese caso lo hubiese sentido por el querido Dios, la teorfa es correcta» (Citado en Holton, 1982; p. 190). logta de la ciencia, habrfa que intentar mantenerse en UNA posieion equidistante entre el anarquismo y la leyenda, Por supuesto, hay que rechazar el «cuento de hudiw», la yarita iipica del método; ni el positivismo légico ni el raeionulinmo erie fon han dicho la verdad sobre la ciencia. Pero, por otra parte, Mambien es cierto que se trata de una forma de conoginiento que tene alto especial, un cuento de hadas en el que podemos ereer! bajar al fondo "A pesar de que é1 no se considers tal y afirmé que si habfa legado a vislumbrar lun lejos es porque habia ido a hombros de gigantes; con ello se referia a los primero Astronomos como Galileo, Kepler Copémico. © Ediciones Pirémidil © Hillelones Pirdmide 74 Epistemologia y psicologia del mar, subir a las nubes, llegar a la Luna... Cuando, con relati tranquilidad nos metemos en un avidn, en un quiréfano o nos ponemo unas gafas especiales para mirar el Sol cuando éste se oculta en plent dia por un eclips: on lugar de temblar aterrados de miedo, es porqut tenemos fe en la ciencia, al menos en la ciencia aplicada, en la tecn logfa. Pero para que haya ciencia aplicada tiene que haber ciencia qu aplicar, y por ello aceptamos sin discusién las grandes teorias cientt. ficas que han hecho posibles tales avances: teorias sobre el dtomo, | relatividad general, la evolucién de nuestra especie, la mente incon ciente, el comportamiento de los grupos, las leyes del aprendizaje... Bn la cieneia hay un eserutinio sistematico con la realidad y un’ valor de predieeién que no tiene ninguna otra forma de conocimiento, Lakatos ha definido muy bien estas caracteristicas, que son atributos de lo que é] Ilana programas de investigacién progresistas, y que dis- tinguen perfeetamente Ia clencia de la pseudociencia: «Todos lon programas de investigacién que admiro tienen una ca= raeteriatioa Comin, Todos ellos predicen hechos nuevos, hechos que previamente ni siquicra habfan sido sofiados o que incluso habian sido: contradichos por programas previos 0 rivales» (Lakatos, 1983; p. 14). Y, desde esta posicién Lakatos arremete tanto contra Popper como contra Kuhn. No hay refutacién sin una teorfa mejor, argumenta, pero a la vez niega que la revoluci6n cientifica sea un cambio repentino e irracional, una conversi6n religiosa, segtin Kuhn. Lo que sucede sen- cillamente es que un programa de investigacién progresista sustituye 4 uno regresivo, Y contintia Lakatos: «Lo que realmente importa son las predicciones dramiticas, ines- peradas, grandiosas; unas pocas de éstas son suficientes para predecir el desenle i Ja teorfa se retrasa con relacién a los hechos, ello sig- nifica que estamos en presencia de programas de investigacién pobres y regresivos» (Lakatos, 1983; p. 15). Halley es un ejemplo muy oportuno al respecto. Estudiando desde ©] programa de Newton el movimiento de los cometas y observando th pequefio tramo de la trayectoria de uno —que seria bautizado con © Ediciones Pirdmide La crisis en la epiatemologia eldaion de la ciencia 75 ju nombre— predijo, con una precision de minutos, cudide yelyeria () aparecer en un punto determinado del elelo 72 ufos deapuds, ¥ iwert6, aunque desgraciadamente ya HO estaba pura Verlo, En nuestro campo psicolégico debemos menelonar otra predicelén espectacular, aunque ajena a la éticn elentilien, y es ef famoxo expert» mento de John Watson con el pequeho Albert, de anee meses de edad, creando de forma experimental una respuesta condiclanads de milede (un estimulo neutral cual era una rata blanca, Al asoelie Mi preMenela von un ruido fuerte. Efectivamente, fue el cumplimiento dimation de lina prediccién de las leyes del condicionamiento”. 3.4. Hacia una nueva epistemologia Hemos visto cémo en la era poskhuniana del estudio de la ciencia se reconoce y acepta una heterodoxia en el método que ha resultado histéricamente beneficiosa para la ciencia. Si los cientificos se hubie- ran guiado siempre, de forma aséptica, por los resultados de la légica y el experimento, muchas grandes teorfas habrfan abortado antes de hacer. Afortunadamente, la presunta evidencia empirica falsadora ha» llada por Tico Brahe no prosper6. Pero otras teorfas ni siquiera ha brian nacido, como la que empezé con el suefio de Kekulé, Aclaremon que este quimico se hallaba estudiando la estructura molecular del benceno y una noche, cansado de trabajar, se quedé dormido ante el fuego y «vio» una serpiente que giraba burlonamente ante sus Ojon mordiéndose la cola. En un estado hipnagdgico asocié esa figura con una estructura cerrada, circular, para el benceno —algo totalmente novedoso en la quimica de su tiempo, pero que era correcta, jLa ciencia ya no es lo que era! O quizé seria mas apropiado decir que es la teoria de Ja ciencia la que verdaderamente ha cambiado dew de la revolucién epistemoldgica propiciada por Kuhn y, por supuesto, por otros filésofos contempordneos suyos: Hanson, Meyerabend, Lake los, Toulmin, Laudan... ” Hay que decir, en desagravio de Watson, qiie ol nifio five posteriorniente dew condicionado a esa respuesta de ansiedi 10 Huiviones Pirémide —— 76 Epistemologia y psicologia Nos hemos instalado progresivamente en una epistemologfa des criptiva, no prescriptiva, no basada principalmente en la l6gica —imy porta, como ya hemos dicho, lo que hacen los cientfficos, no lo que deberfan hacer—, y donde es fundamental la contribucién de otr disciplinas, con el estudio del contexto de descubrimiento y de lo «ex: terno», de todo aquello que los filésofos positivistas y racionalist cldsicos consideraron ajeno al puro desarrollo de la disciplina; tanto, con un estudio exclusivamente filoséfico de la ciencia. Junto al andlisis filoséfico conviven, con una mejor o peor trafd hermandad, otras disciplinas que abordan estudios sistemdticos desdi el enfoque de las ciencias sociales (Antropologfa, Historia, Psicologi y Sociologia de la Ciencia), o desde las ciencias cognitivas y la Int ligenela Artificial, Flan nacido, en el estudio de la ciencia, la nueva, compleja y no bien integrada —-por el momento— disciplina de | metaciencia, Obyiumente, muchos de los problemas que la aque} son producto de su bisofes, Se trata de una dis siplina naciente que ni ha cumplido la teintena, 4 3.4.1, Relativismo vs. objetivismo Todos los intentos de codificacién de la ciencia han sido estériles: ni la inducci6n pura, ni el modus tollens'’ como prescripciones de | tcorfa positivista y racionalista, respectivamente, han sido secundada\ por los cientificos como manual de trabajo. La psicologfa conductista, sin embargo, siguié a pies juntillas la guia del positivismo; mantuyo, como hemos visto, una ejemplar fidelidad a los preceptos epistemold- gicos que emanaban del Circulo de Viena y de otros filésofos positl: vistas posteriores a la didspora provocada por el nazismo, como Heme pel, que trabajé en Estados Unidos. También hay que mencionar otros casos aislados que hacen del falsacionismo su metodologfa de investigacién, como el biofisied Platt, que atribuy6 el enorme desarrollo de la biologfa molecular y de la a de alta energfa, por los afios cincuenta y sesenta, a una estrie '© En el capitulo 5 trataremos el modus tollens, al hablar del sesgo confirma: torio, © Ediciones Pininnldl La crisis en la eplatemologia oldsioa de la clenoia 77 {opia de investigacién que Ilamd inferenela fuerte) un procedimiento de wabajo con hipotesis multiples y el diseno de experimentos erueis Jes que necesariamente excluyan und 0 Mids hipotenis, Por su parte, Eccles, el mds flel seguidor de Popper, con quien 6 y publicé!', manifiesta 1a liberneion que supuso pari él, en su (nubajo neurocientifico, descubrir, basdndose en la autoridad del filé- jofo, que «la falsacién de las propias hipdtenis Ho en Un signe dé de bilidad y que es mucho més Jo que se aprende de 1a refutueldn que de jn confirmacién» (Eccles, 1981, en Tweney et al., 1981; py 109), Pero, de forma general, los cientificos no disponen de un proved: Micnto objetivo y universal garantia de la verdad. Por suerte 0 por desgracia nadie ha encontrado ese cddigo o algoritmo que, aplicado a Jon datos empiricos, nos devuelva las teorias armadas, cerradas y... jvon un lazo! Con los tiempos que corren, en la era de Ja complejidad y con algunos agoreros como Horgan hablandonos del fin de la cien> via, el propésito de alcanzar ese cddigo esté cada vez més lejos y el bbjetivismo se nos antoja mas y més utépico. Con todo Jo que hemos visio hasta ahora parece claro que el constructo método cientifico ha {juedado desprovisto de un contenido nitido. Después de repasar tantas proximaciones y tan divergentes al método cientffico, creo que lo Wis oportuno que se pude decir al respecto es algo que of a Gerald Holton en una conferencia que impartié en Madrid el 21 de septiem hye de 2006: «El método cientffico es lo mejor que pueda heer eon {\) Intelecto». Efectivamente, son los cient{ficos los que se han dediea do mas a fondo a poner en practica esta maxima, mientras que lon filésofos son quienes més se han dedicado a hablar del tema. s aparte, lo que parece cierto es que el fracaso de la nocién \doal del método cientifico ha propiciado «el imperio del relati ismo» {¢rmino que hemos ofdo alguna vez a Benedicto XVI—, pero tame bien ha contribuido a ello la irrupcién de nuevos modelos explicitivos ey ly ciencia, como lo que se ha dado en Mamar ef paradigma de la somplejidad. 1. cvolucién de la fisica en el siglo xx ha sido expeciaimente ae ridentada porque ha sufrido tres revoluciones, en térmninos khunianos jy volatividad, la mecénica cudntica y In teorfa del enon) y todas ellis, Brom '! Popper y Becles (1990), El yo y si corebnn: B Hilivivnen Pirdnide 78 Epistemologia y psicologta especialmente la tiltima, han ido distanciando nuestra comprensién universo de la que durante casi tres siglos habiamos mantenido pli damente: un universo perfecto, proyecci6n de la sabiduria divina, de, en cualquier confin, se respetan las mismas leyes, esa muisicé las esferas celestes que ya anuncié el mismo Kepler y que despl Newton —con su metéfora del mecanismo del gran reloj— y Lay refrendaron en el enunciado de unas leyes inmutables y determini obedecidas por todo cuanto se mueve en el universo conocido. EI avance cientifico del siglo xx ha hecho derrumbarse este del mecanicismo. Existen muchos sistemas en el mundo fisico y, p supuesto, en las ciencias sociales con una sensibilidad extrema a las condiciones iniciales, que los convierten en impredecibles; rec demos la famosa mariposita de Lorentz moviendo las alas en un pu to de Brasil y desatando un ciclén en Texas. Frente a la causalidi lineal se requiere, para dar cuenta de muchos fenédmenos, apelar a ul compleja interdependencia de factores. El paradigma de la comple dad se convierte en una nueva aproximaci6n epistemolégica de gra alcance que convierte en un esfuerzo ingenuo y estéril —asf se antoja— la busqueda universal de ese cddigo tinico comin para tod las disciplinas que anhelaban los positivistas. De la misica de las esferas celestes al efecto mariposa cada yez cuadra menos con lo que conocemos del universo y de nosotros mi Actualmente, desde el paradigma epistemoldlogico de las ciencias de la comple: jidad, disponemos de herramientas mucho mds adecuadas para explicar rm sistemas del mundo fisico y social donde la cauvalidad lineal no es valida. © Ediciones Pirdmide La crisis en la eplatemologia aldnioa de la elencia 79 Hlectivamente, la ciencia ya no es 10 que efi| Coneeptors ome in jdumbre, impredictibilidad, caos, complejidad,.,, se convierten en yoda de curso legal. Definitivamente hn Hegado el fin del mecani- mio. Por lo que respecta a Ja pslcologia, estamos plenamente de yerdo con José Luis Pinillos cuando dive que el hecho de que la jyducta no sea sélo respuesta, sino tambidn y, sobre todo, propuenti, si) iecesariamente por la suspension de 1a caunalidad estinualar (Pi How, 1983). Hnalmente, para completar algo mas el panorarna reforzande ena 4 del cambio, debemos referirnos a otro topico superado: 1a dico (| entre las epistemologias del mundo natural y humano, Por wn Jy, lus ciencias naturales que tienen por objeto tiltimo alcanzar la verdad a través de la explicacién, y por otro las ciencias sociales, de wiuruleza narrativa, que se conforman con hacer historias verosimiles, Hee Bruner que en realidad, la ciencia, en un sentido profundo, no es 4) diferente de la narrativa, la naturaleza imita a la fisica, y aflade: «Todo aquello que en el pasado se ha descrito, conocido, observa- do y de lo que estébamos seguros, tendré que volver a ser descrito, conocido, observado de nuevo para que podamos establecer la unién entre el orden y el caos a la que la mente humana aspira siempre» (Bruner, en Preta, 1993; p. 142). Yoda esta reflexién por el relativismo tiene Un argumento de peso ey) lo que se ha llamado la tesis de la subdeterminacién de Duher: (Quine, segtin la cual los hechos son siempre compatibles con mas de jiu explicaci6n tedrica; por tanto, Jas teorfas estan subdeterminadas for los hechos. Como decia Bruner (1993), la mision de la ciencia es ‘onstruir mundos mas que descubrirlos, y de esta misi6n participan iyulo las ciencias naturales como las humanas. 3.4.2. Relativismo no es irracionalidad Ni subjetividad, ni anarquismo epistemoldgieo, Ni ese epliciamo judical,., Negar que exista un método universal no significa negar la fueionalidad cientifica. © Hillciones Pirdmide 80 Epistemoiogia y psicologia La crisis en ja epiatemolagia cldaloa de la ciencia 81 Larry Laudan, en La ciencia y el relativismo, se queja del ust oportunista que algunos con intereses m4s 0 menos espurios han cho de conceptos de ciertos filésofos de la ciencia relativistas, com la inconmensurabilidad'? o la subdeterminacién —que acabamos dk mencionar—, para apoyar las tesis posmodernas compartidas por parte del pensamiento occidental. | {oro existe en realidad y consti {rata de un andlogo; tampoco es 13g y Briemont como ejemplo «La sustitucién de la idea de que lo que cuenta son los datos y lo hechos por la de que todo se reduce a intereses y puntos de vista sub: Sin entrar en el andlis jetivos es, después de las campaiias politicas norteamericanas, la ma moderna de la ciencia —si es que existe una cosa tal—, lo que sl de» nifestaci6n més visible y mas perniciosa de antiintelectualismo et hemos dejar sentado, en concordancia con el desarrollo de esta viltima , nuestra Epocd» (Laudan, en Sokal y Bricmont, 1999; p. 63). parte, es que del enfoque relativista que postulamos no se deriva con- siderar la ciencia como el resultado de una convencién social. El re lutivismo en el estudio de la ciencia no debe confundirse con el escep= licismo radical 0 el «adiés a la razén», que dirfa Feyerabend, s de lo que sea realmente uni {lone pow La irracionalidad como eriterio epistemoldgico en el acercamiento 4 la ciencia se hi extendido titimamente como un virus t6éxico entre muchos fildsofos; como dice Vazquez, es un «batiburrillo de puntos de vista posmodernos donde la incertidumbre reina como la tinica certozu udmisible» (Vazquez et al,, 2006, p. 9). Pero serfa prolijo ¢ ine oportuno abordar aqui un tema tan complejo y polémico como es el de las posiciones posmodernas en el dmbito de la epistemologia. El best- seller de Sokal y Bricmont mposturas intelectuales también es obje: to de polémica, y por cierto, ha entrado a hachazos en la eritica hacia autores que se han apropiado y han deformado hasta el esperpento. ideas de autores relativistas, presentando como resultado unos trabajos. que no son sino imposturas intelectuales, segtin el libro. 3.4.3. Ciencia y verdad Vemos que no hay una concepcién intemporal y universal del mé= todo cientifico y, por tanto, de la ciencia. Una de las cosas que ha (jucdado mas claramente establecidas desde la obra de Khun ex que «la verdad» que nos muestra la ciencia es distinta en cada momento hist6rico'®. Necesariamente el relativismo tiene que impregnar lo que se ha considerado como la esencia de la actividad cientffiew! li bine (jueda de la verdad. Abandonado el ideal de ese cédigo universal, de ese algoritmo inlulible, entendemos que la ciencia es el resultado de un consenso «D6nde est lo andlogo? Esa pérdida existe 0 no existe, Si existe sdlo posible designarla mediante un sistema de simbolos. En todo caso, la pérdida no existe antes de que esta simbolizacién indique su ubicacidn. Esto no es una a1 1 logfa. Es realmente, en alguni parte de las realidades, esta especie de toro. B "’ Y esa verdad no es arbitraria, en absoluto. La investigacién estd muy conilele ‘udu por los instrumentos de los que se dispone en cada momento historieo, Hn ten jon de Kepler, los planetas eran seis. A medida que se han ido perfeceionande low tn anche elecopios el mimero de planetas ha ido aumentando —o disminuyendo, Levertier \" La (esis de la inconmensurabilidad de los paradigmas, propuesta por Kuhn, y Adums en el siglo xvim descubren, a partir de una desviacldn en tn orbit de Urano, | sostiene que los paradigmas rivales plantean distintos tipos de cuestiones y sostienen el planeta Neptuno. Durante el siglo xx hemos estudiado todos law nilion en Ti ecuelit hormas diferentes e incompatibles. Sus defensores nis Asociar verdad y ciencia es caer en el dogmatismo. Abandonemos li idea de verdad. El concepto «razonable», menos pretencioso, susti- luye al de «verdadero». Trevijano afirma que la crisis de la geometrfa euclidiana contribuy6 a dejar las cosas en su sitio (Trevijano, 1994), |i misma geometria que en tiempos de Kepler era la disciplina que puardaba los planes de Dios para el mundo ya no nos muestra las ver- (ades en si, sino que es una construccién de nuestra razén. El teorema (le Godel, por otra parte, demostré légicamente la imperfeccidn de la lOgica, otra disciplina con el privilegio reconocido de «verdaderi», Pues bien, si a la geometria, que es una ciencia formal, sdlo we le puede exigir que sea coherente y ldgica, qué podemos deelt de lax viencias empfricas. El presunto objetivismo del inductivismo o fal sucionismo ingenuos, donde existe un criterio de demarcacién cluro aunque obviamente diferente entre si— para diferenciar la ciencia de todo lo demas, ha quedado trasnochado, Desde una posicién rela- livista debemos entender que la misién de la ciencia no es mostrarnos lu verdad ontolégica, que queda para otros afanes del conocimiento lumano, sino explicar con éxito algtin aspecto del mundo, Sin embargo, rechazar el misticismo y adoptar una visidn natura lista no significa una trivializacién de la ciencia. De acuerdo con Zi iin, entendemos que la ciencia es para el hombre uni empresa Was cendental cuyo fin es desvelar los secretos de la natiraleza humana, explorar el universo y satisfacer nuestra ilimitada curlosidad, Me pa jecen oportunas las palabras finales de su libro /nfroduceion al estudio ie las ciencias para terminar esta parte de! mfo; Hdiciones Pirémide HA Eplatemologia y psicologia «Puede que nuestra obligacién, en el campo del estudio de La metaciencia oO el estudio ciencias, sea desmitificar la labor cientifiea, desenmascarar los in i i d Nes egofstas de los cientificos, devaluar los frutos de la tecnologia cientifico e la clencia clul y denunciar las pretensiones de la ciencia como guia de la act cion social. Sin embargo, cuando toda la retérica haya sit desacreditada, queda un residuo de verdad en la idea de que la ciet es una actividad fascinante, capaz de apelar a las mejores cualid: de los hombres y de las mujeres, asi como de ampliar y enriquecer espfritu humano con sus descubrimientos» (Ziman, 1986; p. 229). La concepcion de la ciencia después de Kuhn o «la ciencia ya no es lo que era» «Una caracteristica fundamental de las ciencias que una y otra vez hayan sido consideradas como una ai vidad al borde de lo carismético, en lugar de ser vistas sims plemente como una de las actividades fundamentalmente pedestres que mas éxitos ha reportado a la humanidad.» GERALD HOLTON Crisis de principios en ta filosofia de la ciencia Ciencia acumulativa Demarcacionismo Internalismo: Contexto de justifieacién La nocidn de revolucién cientffica, acufiada por Thomas $, Kuhn en 1962 con su famosa obra, no sélo se extendid de fornia peneraliza du a partir de entonces para explicar el progreso de laa elenelas, sine (ue servirfa también para explicar el efecto que produjo en la epinte iologfa cientifica. Efectivamente, podemos hablar de wna revolucion © Ediviones Pirdémide —#) Hdiciones Pirdmide BA Eplatemologia y psicologia epistemolégica, que se fue consolidando en los setenta, donde lo principios clasicos asentados desde el positivismo a comienzo de sigle © la visidn realista popperiana de la ciencia, tan influyente a partir df lu segunda mitad de siglo, se van a tambalear y finalmente caer ant el empuje de la nueva visién naturalista, relativista y pragmatica, cuy paternidad no se puede adjudicar exclusivamente a Kuhn sino a todo esos autores citados ya varias veces y que segtin las palabras de Sup; pe (1974) son reconocidos como «posiciones alternativas». Desd Kuhn las camisas de fuerza légica van siendo desatadas y un lenguaje cientifico emergente va haciendo prevalecer nuevos conceptos. A pa tir de entonces, Conceptos como método, racionalidad, criterios df demareaclon, ciencia acumulativa, internalismo..., sufren también cambio revolucionario en su definicién como atributos de la actividad clentifien, configurando una nueva forma de entender la ciencia que s ird consolidando progresivamente, Yu hemos hablado en el capitulo anterior del caos y la complejidad como nuevos paradigms epistemolégicos alternativos a la cldsica vi sidn mecanicista de causalidad lineal, pero aqui vamos a centrarno ef OlfOs Uspectos derivados del abandono de esa nocién ideal de « todo cientilico». Se abandona el dogma de la unidad y universalidad del método cientifico, dictado por los positivistas, y un segundo dogma emanado de la visién del realismo popperiano, segtin el cual la ciencia es é Unico criterio valido de conocimiento al asumirse una correspondencit entre el mundo y nuestro conocimiento cientifico del mismo. La visién relativista y naturalista de esta nueva epistemologfa cientifica —qi como es evidente, es la adoptada en las péginas de este libro— no significa negar el método y aceptar una arbitrariedad en las reglas. La racionalidad ha de ser un principio en la ciencia que subyace siempre a la formulacién de explicaciones y teorfas. Como dicen Vazquez et al. (2006, p. 14): 1 siempre las explicaciones mas fiables, aplicables, racionales y anticipatorias». Significa esto que una postura tul no debe ser sospechosa de anarquismo epistemoldgico o relativis mo radical. Abandonamos el afin demarcacionista de btisqueda de criterio. universal para separar el trigo de la paja o la ciencia de la no-ciencia: el concepto racionalista y universal de «verdad cientifica» como una © Ediciones Pirémid La metaciencia 0 el eatudio clentifiea de la vlencia 87 eruzada en pos del «santo gridl» 0 el aaingreal» que dirty Dan Brown—, es una verdad provisional y definida por la comunidad elens {ifica en cada momento histérico; por ofa parte, contra el mas rancio realismo popperiano, la ciencia no es el inleo eriterio yulido de cono- cimiento. Como sugiere Putnan (1981), en und vielén ealifieada de ismo pragmatic, los métodos de investigaeién evelulonan conn. (ruyéndose nuevas formas de conocimiento, y las teorhin yalidas son aquellas mejores que sus competidoras en un momento histirlee y ids Utiles como instrumentos en el control del mundo, En Giere tendriamos otro detractor del demarcacionismo cuando rechaza el concepto esencialista de verdad. Se puede ser realista sobre entidades y objetos sin serlo necesariamente sobre teorfas, y afiade que «los modelos cientfficos son constructos humanos, pero algunos pro- porcionan un mejor ajuste con el mundo que otros y se puede saber que lo hacen» (Giere, 1992; p. 97). Pienso que no esta de més insistir en que reconocemos que el co~ hocimiento cientffico tiene algo especial. Con los mitos o cuentos de hadas no vuelan los aviones ni se curan los desprendimientos de reti- na —con el uso oportuno de laser, si—, pero no somos quién para discutir el valor espiritual y de auto-conocimiento que pueda tener la lilosofia zen o la fe cristiana en otras dimensiones de la vida hw mana. El segundo correlato de la critica al método universal que queriie ios comentar es el asunto del progreso acumutativo!, Hemos tenido ocasién de ver a lo largo del libro las formas en que la influeneia de KKuhn se ha dejado sentir en la teorfa de la ciencia posterior en lo to- vante al tema de la evolucién de la ciencia, y como su teoria acarrea- ria cl abandono definitivo de la nocién de ciencia acumulativa y la ustitucién por una explicacién en términos de progreso mediante re» voluciones. La historia real de la ciencia nos ha mostrado que la cienela no ey cumulativa, que las viejas teorfas no se conservan normalimente den (vo de las nuevas como un caso limite, y que no son hecesariamente conmensurables, como defienden los positivistay, $i Heeptamos el ea ' Entraremos més a fondo en el tema de! progreso clentifies en el eapiiile dedi sudo al cambio conceptual. © Hdiciones Pirdmide BH Mplatemologia y psicologla ricter holfstico de las teorfas frente a la concepcién sumatoria 0 ac mulutiva, es decir, la idea de paradigma o de programa de investigi eldén lakatosiana, no se puede concebir que se puedan desacredi totalmente con argumentos falsadores. El armaz6n de supuestos aw liaves y la heuristica negativa encargada de proteger el nucleo centr como dice Lakatos, determinan que la evolucién de la ciencia se & plique muy mal mediante el criterio verificacionista oO falsacionista d positivismo o racionalismo respectivamente, sino que los cambio; contemplados con perspectiva histérica, son globales y, de acuerd( con Kuhn, consisten en la sustitucién de un paradigma por otro. Est supone dos cosas; que las razones del cambio deben ser externas mai que internay 4 la eiencia cosa en la que entraremos ahora— y qui la clenela no es weumulativa’, Hfectivamente, la novién de paradigma y revolucién kuhniana aca: b6 con Ja idea de cleneia seumulativa, resolviendo algunos proble: pero, a la vez, ereando otros nuevos como la légicamente discutibl nocién de inconmensurabilidad luego volveremos sobre esto—, Ahora vamos a hablar de lo externo en la ciencia. Sepiin Kuhn, la historia real de la ciencia da cuenta de la impor tuncia de los factores externos, de esas «weltanchaungen» determi: nantes de lo que se investiga y c6mo se investiga frente a un andlisis internalista que afsla a la ciencia de todo, hasta de su «hacedor». modelo de «ciencia sin sujeto» de Popper ha quedado postergado des: de los andlisis metacientificos de una epistemologia naturalista. En progreso de las ciencias los momentos de cambio paradigmatico vi nen precipitados por condicionantes sociales, politicos 0 econdémicos, tanto © mas que por factores internos al propio paradigma en crisis, Afirma Kuhn que tan s6lo conociendo lo que valoran los cientffico: podremos entender qué problemas acometeran; el estudio de la cienci debe dar una descripcidn de un sistema de valores y de las institucio: nes a través de las cuales este sistema se trasmite y refuerza, y es explicacién, afiade Kuhn, debe ser en Ultima instancia psicolégica sociolégica (Kuhn, 1970). > La ciencia no es acumilativa pero progresa. Tengamos siempre presente est principio fundamental para una epistemologta de Ja ciencia —no anarquista, por su» piterto: © Ediciones Pirémi La metaciencia 0 @! extudio olentitios de la eieniia 89 Y {qué decir del cientffico? Los captiilon finales de exte libre son un ejemplo de algunas de las cosas que se pueden decir de la permona dedicada a la ciencia y de cémo sus raigor paleoldgicos son variables independientes necesarias en la actividad elentifien, No se puede pres (ender entender Ia ciencia sin conocer Ia conduits del elentitieo, como si cl cientifico fuera algo externo a la clenela, La ciencia, como resaltan entre otros Holton y Mnsteli, ¥ sabre (odo Feyerabend en las citas que se han ido reprodugiende, es uni actividad humana condicionada como cualquier otra, [pa ya momento de bajar al cientifico de su pedestal, de sacarlo de esa torre de murtil y ponerio en el laboratorio, el despacho o una cola en el ministerio para solicitar una ayuda a la investigacién; donde ha estado siempre, 4il menos desde la primera revolucién cientifica. Sin los condicionan- (es politicos y militares de la NASA, y sobre todo el dinero puesto ahf por el gobierno de Estados Unidos, casi seguro que no tendriamos hoy \na sonda en los confines del sistema solar saludando a todo extrate- trestre que quiera acercarse, 4.2. Contexto de descubrimiento vs. contexto de justificacion «BI acto de descubrimiento excapa ul andlisis lglea; no existen reglas Idgicas segin lis cuules pudiera construltne una “maquina descubridora” que asuma la funelén erendorn del genio. Mas la tarea del légico no es dar razén de low descubrimientos cientificos; todo lo que le incumbe hacer es analizar Ja relacién existente entre los hechos dados y una teorfa que se presente con la pretensién de explicarlos. En otras palabras, a la ldgica solamente le importa el contexto de justificacién.» HANS RINCHENGACH Por tltimo, tenemos que destacar el giro desde el puro justificn cvionismo de las teorias en el estudio de la ciencia al andlivin de lo que Reichenbach Ham6, por primera vez, el contexto de deseubrimiento, lin area en cuyo andlisis entra de Ieno lo psicologien, Hatd lara que en la comprension de Ja ciencia —y ya un posilivinta como Reichen © Lileiones Pirémide 8D Fpiatemologia y psicologia La metaciencia 0 @/ eatudio elentifioa de la clenaia 91 buch en 1938 lo supo reconocer— no basta con el andlisis légico Poincaré (1913) en Los fundamentos de la elenela, lua de Binatein productos acabados; el pensamiento cientifico a menudo no se rige (1949) en Notas Autobiogrdficas, la Blologia de la invencidn de Nix las reglas de la logica, como ya vimos al hablar de los «otros métor eolle (1932) 0 el relato de Watson (1968) sobre su encuentro con la de la ciencia». Acercarnos al proceso de la gestacién de las nue loble hélice: La doble hélice: un relate autobiogrdfico sobre el des- hipotesis y teorfas e intentar la comprensi6n de las mismas supone cubrimiento del ADN. gran contribucién a la explicacidn del pensamiento cientifico. Se estaba pidiendo a gritos un estudio empirieo del deseubrimien: Einstein se quejé del desprecio sistemiatico a lo que él Ilamé «| {o, un estudio empirico mds que filoséfico' o puramente fenomenold: lucha personal», una lucha que durante mucho tiempo recibié mt pico, un estudio desde las ciencias sociales. Mencionaremon (hen grin poca atencién. En palabras de Holton: (les obras pioneras sobre el descubrimiento cientffieo, desde la psicologfa: El libro de Herbert A. Simon (1977) Models of discovery, «Nos situamos aqui en el contexto de descubrimiento, tratando (ue desde la perspectiva de los modelos computacionales hace un comprender el “momento del alumbramiento” que puede estar po iwercamiento a los procesos cognitivos de la creatividad cientffica. La documentado y que no tiene por qué ser necesariamente apreciado obra magistral de Howard Gruber: Darwin sobre el hombre: un estu- comprendido por el mismo autor. Con excepcién de los trabajos soby contadas figuras, como Kepler o Einstein, los cientificos (y los fildsé fos) han sido bastante poco comprensivos con este tipo de estudios) (Holton, 1982; p. 20). iio psicolégico de la creatividad cientifica, cuya primera edicién es le 1974 y sobre el que volveremos en el capitulo dedicado a la crea- lividad; este libro inaugura un método innovador, el estudio cognitivo (le casos que, desde un presupuesto constructivista, concibe la vida de \rabajo del creador como la integraci6n de tres sistemas en desarrollo: el conocimiento, el propésito y el afecto. Por ultimo, el libro Scienti- fic genius: a psychology of science, de Dean K. Simonton (1988), que \ililiza el método historiografico como herramienta para contrastar hi- potesis sobre caracteristicas sociales y psicolégicas asociadas a 10 eminencia cientifica, en una aproximacién conjunta desde la psicolo pla, la historia y la sociologia de la ciencia. En los modernos estudios metacientificos, la tarea de la légica, como dice Reichenbach, sera analizar la relacién existente entre lo; hechos dados y una teorfa que se presente con Ja pretensién de explit carlos, pero analizar los procesos del descubrimiento cientifico, ese «momento del alumbramiento», es competencia esencial de los psicd: logos, muy especialmente para los estudiosos del drea de la creativi- dad cientifica, aunque también es misién de los historiadores y jde los propios cientificos! Sin embargo, la psicologia cientifica ha tardado casi un siglo en lanzarse de una manera sistematica y organizada al estudio de estos procesos. Pero, como he dicho en otra ocasién, 4.3. Tratamiento multidisciplinar de la ciencia «El yacfo que la psicologfa ha dejado durante mucho tiempo en el La crisis en los principios epistemoldégicos de las dos teorfas clae andlisis de las condiciones psicolégicas del descubrimiento cientifico sicas de la ciencia, positivista y racionalista, la pujanza creciente de Io han intentado Henar los propios cientiticos con muy bonitos relatos lius nuevas concepciones de la ciencia propugnadas por los artifices de introspectivos de gran valor heurfstico para la psicologfa de la creati« esa crisis, el trato cada vez mas destacado de lo histérico y del con- vidad cientffica y, claro esti, para el campo cientifico especifico de texto social al explicar e] devenir de la ciencia, ee Ja demanda cada ver cada uno» (Romo, 1992; p. 123), / tnayor de una epistemologfa de matices psicolégicos, desencadenan 1a \ Sirvan como muestra la Psicologia de la invencién en el campo * Hanson ha abordado desde la filosofia el tema del dexcubriniente ei) sit ob matemdtico de Hadamard (1945), las reflexiones autobiograficas de latterns of discovery (Hanson, 1958). = © Ediciones Pinimide © Kuiviones Pirtmide 92 Epistemologia y psicologia aparicién y consolidacién de una epistemologia empirica e interdisel plinar en el estudio de la ciencia: la metaciencia. »bligado aqui decir dos palabras respecto de los artifices de esi crisis, Hemos ido viendo y continuaremos en paginas posteriores releyancia de las «posiciones alternativas» en este vuelco sufrido po Ja epistemologia de la ciencia. Destacamos estas tres orientacione primero el naturalismo, inaugurado por Quine en 1969 con su trabi jo sobre una «epistemologia naturalizada»; segundo el relativism kuhniano, que es el que mas se ha extendido; no serfa demasiadi arriesgado decir que toda la epistemologfa cientffica posterior a Kuht es relativista —-obviamente en un sentido muy amplio, como si cali camos, como hacen algunos, de relativismo extremo al anarquism epiatemoldgiee de Feyerabend; finalmente esta el pragmatismo d autores como Putnan, Toulmin © Laudan, autores que también acep tarfan el califieativo de relativistas o incluso de realistas. Aunque pa realismo el de Lakatos, disefpulo de Popper, que se mantiene fiel a log preceptoy de si Maestro en cuanto al ideal de la verdad cientifica pero rechuze 1a falvacion como criterio de demareacién. 4.3.1. El problema de la reflexividad o se puede hacer ciencia con la ciencia? «Los recientes descubrimientos de la fisica han avanza« do hasta alcanzar la misteriosa frontera que separa el sujeto y el objeto, frontera que ha demostrado ser muy poco defi= nida. Debemos comprender que nunca observamos un obje~ lo sin que nuestra actividad observadora lo modifique o lo afecte de algtin modo.» EDWIN SCHRODINGER Antes de entrar en una breve reflexion sobre el acercamiento de cada una de las disciplinas metacientificas a la definicién de ciencia, voy a mencionar una espinosa cuestién que no se debe ni se puede soslayar cuando nos atrevemos a hacer un estudio cientifico de la cien= cia: el problema de la reflexividad. «Epiménides, que es cretense, dice que todos los cretenses son Mentirosos.» Es la paradoja del mentiroso que estudiamos en Ja ma- © Baiciones Pirdinide La metaciencla o a eatudie clentiiee de la gienwia 93 teria de légica en el bachillerato, parndoja si solueldn porque, ai te cuerda el lector, no hay manera de saber sl el tal Upiménides dive verdad o mentira, pues se incurre siempre en contradiceién al seguir el argumento. Esa paradoja tiene aqui oH Yersion mds realista y de enorme trascendencia en el contexto que estamos trabajando: «puede Ja ciencia estudiarse a si misma’?», (Puede lo definido entrar en la definicién’? Til werisolude valor de objetividad que tiene el método cientifico se fundamenta en 1h separ vion entre sujeto y objeto. Entonces, ,como podria la clenvia yolyerne sobre si misma, cémo puedo estudiar cientificamente la cleneia y 4 low vientfficos? £0 es que no puedo? Realmente, {no se puede hacer wna viencia de la ciencia? gHa de ser entonces la metaciencia un estudio exclusivamente filos6fico, reflexivo y no empirico? En términos formales los filésofos plantean asf esta paradoja: jla clase de todas las clases que no son miembros de sf mismas, es miem> bro de sf misma? En el caso de la metaciencia un reconocimiento Ii- teral de la paradoja sdlo puede tener consecuencias negativas y paras lizantes. Afortunadamente los cientificos sociales han obviado la paradoja, y a la vista estan los éxitos que ha reportado esta falta de inhibicién; aunque, como dice Lamo de Espinosa, tal labor es, a un liempo, imposible —un imposible I6gico— pero necesaria porque, uiade, «sin ello la raz6n serfa incapaz de superarse a sf misma en vine rellexividad infinita» (Lamo de Espinosa, 2006, p, 11), A pesar de las reservas de muchos fildsofos, cabe una metuelenela empirica, hecha por cientificos sociales, amén de una filoséfien, La sociologia de la ciencia leva mas de sesenta aitos tratando la cienela cmpiricamente desde su ciencia con gran éxito, ,por qué los psicdlo- os no iban a hacer lo mismo? Asi pues, todo lo que vamos a ver a partir de ahora se ha hecho al margen del problema —sin solucién logica— de la reflexividad y a ello vamos. El objeto observado no tiene existencia con independeneli del su jclo observante. Ha sido el avance cientffico lo que hi heeho tinba learse el postulado de la separacion sujeto/objeto'; si no es ani, low ' Como ésta, otras verdades filosdficas han sucumbide ante el ayanee eleniition ju concepcién kantiana apriorfstica de espacio y tiempo ha quedidy werlaniente tae tli con la relatividad de Einstein. huiciom’s Pirimide a“ Ppislemologia y palcologia descubrimientos de la fis cudntica no podrian ser considerados elentificos. El observador esté condicionando lo observado, como de- oly Sehvidinger en La ciencia y el humanismo, segtn la cita del co- sieneo del epfgrafe. Asi pues, si se legitima un area de la fisica don- te no existe independencia, lo mismo se ha de contemplar para la paleologia. 4.3.2. {Qué es esa cosa llamada ciencia? «Conocimiento cierto de las cosas por sus principios y UNA.» Definicidn de ciencia segiin el Diccionario de la Real Academia Espaiiola Pero, come dina Chalmers, {qué es esa cosa Hamada ciencia?® Varede que es el momento de enearar esta pregunta, aun con el riesgo de 0 sally divowos, Hasta ahora hemos ido viendo diferentes versiones de! eonvepte y, por cierto, muy diferentes, El historiador de la ciencia Gerald Holton (1982) —como hemos visto— la calificé en una oca- sion de actividad pedestre, aunque eso si, de todas las actividades pedestres es la que mds éxitos ha reportado a la humanidad, mientras. que Ronald Giere (1988), desde un paradigma cognitivo, dice que es la forma de conocimiento mds perfecto que existe porque nos presen- (u la estructura causal del mundo; Feyerabend (1975) nos recordaba «ile No es superior ni a los mitos ni ala magia, y reclamaba el derecho dle low padres a exigir que los nifios en Ja escuela aprendan estas cosas on lugar de ciencia. Ziman (2003) divide las aproximaciones a la cien- cli en dos categorias muy claras y enfrentadas: la leyenda vs. la ca- ticatura, Pero dice que tanto los defensores responsables de una miti- licucion como los detractores necesitarfan una visi6n més realista de ly eiencia, La leyenda se corresponde en gran medida con la vision fpulur, especialmente en el Giltimo siglo; ya hemos hablado de cémo Wi iwnorineta ante la explicaci6n de los avances cientificos, unida a la_ 7 Pie fori el tule de su «bestseller». © Ediciones Pirdmide La motaciencia 0 @/ eatudio elentitioa de la elencia 96 espectacularidad de los mismos, alimenti eva visién de leyenda sun (cntada en intereses politicos y econdmlean’, LL Regeneration crema de noche, Para pieles exigentes y secas, e hidratacion laa jas arruguitas y Ifneas | cutis recobrard frescor y el 50 ml. P.V.P.: 28,73 EUR, SC-7 ANTLMOSQUITOS. USO PERSONAL, (SC-7) Esta cientifi- camente probado que sélo las hem- bras de los mosquitos pican, duran- te su perfodo de fecundacién, para alimentarse. En este estado las... 7,50 € it ee Portes! 10) 9) El marchamo de cientificamente probado nos convierte automaticamen to ala fe en el producto que lo lleva iia Weis En cuanto a la caricatura, por razones muy distintas flay que me vieron a la inquisicién contra Galileo o el rechazo social y relipiono a la teoria evolucionista de Darwin’, en el presente se identificarfa con lo que se esté dando en llamar la «anticiencia», donde podriamos ubi- car a Feyerabend, pero también a gentes muy dispares. Porque éste es un tema de mucha enjundia y abordajes muy diferentes, no quiero cerrarlo sin mencionar la reciente obra de Holton Ciencia y Anielen ® Recomiendo al lector la novela La conspiracién de Dan Brows, dane we mien «1 el esfuerzo por mantener el poder de la presidencia de Hytudes Uniden nada menos «jue con un espectacular y trascendente descubrimiento vlent{lin, 7 Quizé no esté tan alejado ese rechazo dogmitivo euunde eamprabiiiin li es tensién del movimiento «creacionista» en las escuclay de algunos eatudin del mi de lstados Unidos que ensefian la « © Ediciones Pirdm © Viciones Pirimide 08 Fpiatemologia y psicologia La motacienoia o ef eatuale eientitiee de la eienca 99 una (uente de energia formidable, los posibles usos médicos 0 indus- lexto de aplicacin, maneja un diseuryo sobre au propia wetividad bu: trialen de los aceleradores de particulas, etc. Las posibilidades de fa sudo en unas claves que, segiin Ziman, Ineluyen (es Uipow de conueplon bricucién de la bomba atémica en paises islimicos con regimene: © categorias. Es decir, el discurso académles elentifico que se exeucha integristas 0 comunistas es un 4rea importante de trabajo para los po: on los congresos o simposios o que se 160 ei lis publicuciones maneja Iiticos de la ciencia de plena vigencia’, lina serie de conceptos que podrfamos clasifleit eh tren categorfas; t6r- Para la historia, la ciencia es conocimiento organizado, como un iinos personales, términos de conocimienta y (deminos sobre comuni- archivo. El historiador se centra en la informacién adquirida por in= dades. Tres dimensiones, en general, interreluelonaday, que nos perm: vestigacién, organizada en teorias y publicada. (en deconstruir cualquier tipo de discurso académieo elentitico. Para la filosofia, como ya sabemos, el método es la clave, el crite- rio de demarcacién que separa a las ciencias de otras formas de cono: cer, Fl fildsofo de la ciencia sigue teniendo como objeto definir e metodo por el que el cientifico obtiene la informacién y trata con ella para formular lis teorfay, La ciencia es conocimiento formalizado. La soclologin de la ciencia considera ésta como una institucién social, Su objeto de estudio es la accion de grupo influenciada por metas y normAN sOelleN, Trata también de las influencias recfprocas entre clencia y sociedad, La paleologia de la ciencia, por tiltimo, se centra en el individuo, Lo que importa, como vamos a ver enseguida, son los aspectos perso: nales, las caracterfsticas psicolégicas implicadas en la tarea de hacer ciencia: razonamiento, motivacién, personalidad, creatividad..., pero también la situaci6n, todos los aspectos psicosociales ligados a inte reses, actitudes y valores, o la interaccién social que influyen en |; conducta del cientifico. — Términos personales: propios de la psicologfa, son relutivos al sujeto psicoldgico. Incluyen términos como motivos, inteligen: cia, originalidad, sinceridad... — Categorias de conocimiento: son propias de la filosofia y se encuentran al hablar de teorfa, falsacién, causalidad, modelo... — Conceptos sobre comunidades: propios de la sociologfa, con tér= minos tales como instituciones, normas, intereses, encuentros,.. Por tiltimo, existirfan otros términos comunes a dos o tres de estas (dimensiones, como vemos en la figura 4.2. 4.3.4. Dimensiones del discurso cientifico La sociologia interna de la ciencia que marca el émbito de la ciens cia bisica, frente a la sociologfa externa, que serfa el Ambito del con: * Sin embargo, algunos politicos con muy poca visién de futuro relegan la cienci ‘un segundo plano. En este pafs es proverbial el desinterés hacia la investigaciéy cientilica; parece que aquella desafortunada frase de Unamuno «que inventen ellos ido como una losa, a pesar de que recientemente las cosas estén empezan mbiar. Bn otros paises como Estados Unidos, a la cabeza de las politicas cien: én hay casos aislados: James Watt, secretario del interior de Ronald wh Furwre: Ziman, 1986. Reaxan, justificaba su gran despreocupacién hacia el esfuerzo cientifico argumentand - ; (jue «el juicio final esté al caer»; ver Weinberg (2004): La ciencia y sus adversartos Figura 4.2.—Las tres dimensiones del dincurwa en tomo # Ia dlenela © Ediciones Pirémid © ldicions Pirdmide 100 Ppiatemologia y psicologia Anilisis del discurso académico La psicologia de la ciencia Hil siguiente texto es un extracto de un articulo publicado en la revista F: ie Psicologia (2003, 24 (2); p. 206). Analice su contenido seleccionando Io nos personales, de conocimiento y de comunidades incluidos. hos «din diyetsos trabajos contemporéneos sobre el desarrollo de las ideas morale se suele calificar a la vision piagetiana de intelectualista, en la medida en qq harfa depender los niveles de la moral de la eyolucién de la inteligencia los nifios : Sin determinar la justicia o no de este aoe lo cierto oa a a es: i imit tacién descriptiva, o una interpretaci et ve aicainctiast: ce ee is esac aes ence revicion deed Xa bisque de mccelos del peat RE t ani véaye Damon, 1997; Smith, 1995)» debe ser necesariamente inductiva y empirica en gra parle, ae | a no allernativo para examinar la relevancia y los limites de El crite: Debemos obligarnos a la precision historica y al estudio (Piaget, 1992/1997), y sus consecuencias para la investigacis cauteloso basado en las pruebas disponibles. Pero nuestra busqueda también debe tener Ia libertad e imaginacién ne- 110 y del didlogo intelectual que Piaget sostuvo co cesarias para producir nuevas herramientas conceptuales OgON ¥ {6sof0s de su tiempo. En este articulo se. con las que se puedan estudiar areas restringidas como Ia i" jeptos terieos que subyacen al programa piagetian que se refiere al funcionamiento de la mente de log cient{ nein del objeto de investigacién.» : ficos.» eriterio moral en el nifio, intentaremos ad SB canoe GERALD Hoton "hon dentro de las Corrientes eognitivista y contextualista, El examen de las prent nus teoricys del programa piagetiano puede iluminar algunas controversi: actuales, referidas en particular a los dualismos que impregnan los enfoques m cionados: las condiciones sociales. y el pensamiento individual, las formas int y los contenidos culturales. Durante la exposicién haremos hincapié en las ciones entre las practicas sociales y la constitucién de los juicios morales, ¢ tuna contribucidn a este debute». (Estudios de psicologia, 2003, 24 (2), p. 206.) 5.1. Marco en el que surge Las palabras precedentes de Holton —reconovido tedrlea de li tiencia— en su libro Ensayos sobre el pensamiento clentifica en la ¢poca de Einstein son un buen ejemplo de cémo en la década de lon selenta ya se estaba pidiendo a gritos un estudio empfrico del conoci- inicnto cientifico desde la psicologfa. Un conjunto de circunstancias que hemos presentado anteriormen- {e determinaron la crisis de la concepcién filos6fica clisica de la cien- vii, Las Hamadas por Suppe «posiciones alternativas» (Suppe, 1974), plevalecientes desde la década de los sesenta, de fildsofos como Kuhn, leyerabend, Lakatos, Hanson, Putnan o Toulmin, estaban propiclando *| cambio, Las condiciones de ese cambio son el mareo donde va a ‘omenzar a disefiarse con trazo firme esta disciplinw: abandono de low lilentos de codificacién légica y renuncia a una teoria de la verdad, ‘unque ello no exime de la exigencia de adecuielén enpiried de low todelos, A esto se une el yuelco hacia lox aNpeetos externos y el con eS © Ediciones Piri © Ndiciones Pirémide 108 kpistemologia y psicologia texto de descubrimiento, imposibles de abordar desde el positivism ldégico y el racionalismo critico. Hsu «ciencia sin sujeto» ala que se ha referido Popper, hoy dia m se concibe. No podfa continuar el estudio de la ciencia bajo una n rada centrada casi exclusivamente en la justificacién de teorfas ya for muladas a las que hay que someter a prueba mediante verificacién falsacién; mirada que no alcanza a ver las condiciones sociales, histé ricas 0 psicolégicas en que surgen esas teorfas 0 hipdtesis, con! rando ajeno o externo a la ciencia hasta a su propio artifice: jel ciem tifico! ; La obra de Kuhn sera la mds influyente en este vuelco, no sdle para coneebir en adelante la historia de la ciencia como discipling fundamental para comprender su evolucién, sino también las otra! diseiplinas metuelentificas, En el postscript de su famosa obra La e tructura de lay revoluciones cleniificas (Kuhn, 1970) se plantean mi chas cuestiones sobre In actividad cientifica para las que los epistemé: logon deben tener respuesta si queremos explicar qué es el progreso clentilieo, y afade que el estudio de esas cuestiones debe dar una des: cripeldn de un sistema de valores y de las instituciones a través de la cuales ese sistema se trasmite y refuerza. En ultima instancia, recono ce Kuhn, esa explicacion debe ser psicolégica y sociolégica. Por lo que respecta al contexto de descubrimiento, momento «arra: cional» de la ciencia, imposible de someterse a patrones explicativos de cardcter l6gico, ya el mismo Reichenbach, desde el neopositivismo, habia delegado su anélisis a la psicologia. Durante muchos afios el tema sera abordado mediante estudios introspectivos de los propios cientiicos, primero por Poincaré y después por los psicdlogos de creatividad desde enfoques muy diversos, como vamos a ver. Un impulso definitive para que surja la nueva disciplina seré la’ creciente adopcién, por parte de los fildsofos, de una epistemologia naturalista (Quine, 1969), Ein su ideario esta corriente postula un es- tudio empirico de la ciencia desde el cual se opone frontalmente all logicismo y el demarcacionismo tanto como al mito de la objetividad en los datos observacionales, remitiéndose, al respecto, a la visién constructivista kantiana. Desde el naturalismo se ataca asimismo a algunos presupuestos kulnianos, como la nocién de inconmensurabilidad de los paradigmas © Ediciones Pirdmide La paleologia de ia elenwia 103 fivules por ser autorrefutadora; si 1a veeplimnos, Hunn podifanon ad initir que desde el paradigma en que nos UblOMNON —por ejemplo, un puradigma de la filosofia o 1a historia de 1 Genelia seremox capaces ile entender los conceptos del paradigm objeto de estudio! De la misma manera, el naturalism Ho Hee permite Aeeptur el voncepto de revolucién cientifica en los términos propliestos por Kubin, como un cambio gestaltico y la adseripelén al nueva, parndigina como lina «conversion religiosa». Enseguida veremos COMO eNlin planted Mientos entran a formar parte de la agenda para una paleologti OOpe Niliva de la ciencia y cémo, desde esta disciplina, se va imponer progresivamente una explicacién en términos de cambio conceptual lrente a la de revolucién cientifica. El enfoque naturalista actualmente se extiende entre las metacien- clas e impregna no sélo los estudios empiricos de la psicologfa sino lumbién la perspectiva metacientifica de la ciencia cognitiva en aulo- tes como Nancy Nersessian o Ronald Giere, o de la sociologfa de la viencia, como Ziman o la teorfa evolucionista de la ciencia de Cam- pbell o Simonton. Laudan, por su parte, propone para la epistemolog{a li «naturalismo normativo» en el sentido de que la racionalidad de tna filosofia de la ciencia debe estar sometida a las mismas exigencias empiricas que la ciencia; como una salida al debate preseripelén va, descripcién en la epistemologfa. 5.2. Breve historia 5.2.1. Los precursores «Una reflexién sobre el conocimiento humano puede it) ‘tentar responder a dos preguntas concretas; primero, {que conacemos?; y segundo, ,cémo lo conocemon? La eleneli responde a la primera de estas cuestiones y, Hl hacerlo, pro cura proceder del modo més impersonal y deahumuanizade posible. (...) Sin embargo, cuando #@ litenti responder a li segunda —esto es, cémo oblenemoy fiestas Conueliile 's lo que tiene el escepticismo, que a veces aeubi iO probanda ai praple veneno, . © (iciones Pirdmide 104 Fplatemologia y psicologla tos— la psicologfa pasa a ser la més importante de las cien- cias. (...) toda la materia prima con que trabaja nuestro co- nocimiento se compone de experiencias mentales que forman parte de la vida de unas personas individuales. La psicologia es, por tanto, soberana en este campo.» BERTRAND RUSELL En 1620, Bacon, en su Novum Organum, previé la importancia de una disciplina que naceria 350 afios después, donde dice que, si bien el conocimiento cientifico dara al hombre un nuevo poder sobre la naturaleza, para el desarrollo de dicho conocimiento es esencial en- tender la naturaleza humana. Su premonicién lev a un tema esencial para la paleologia de Ja ciencia; el sesgo confirmatorio en la inferen- cia, Locke y Descartes, también en el siglo xvi, son igualmente pre- cursores cuando destaean la necesidad de definir las fuentes del cono- cimiento para establecer el origen del conocimiento cientifico, cada UNO A AU manera, Por supuesto, ‘Tres siglow mas tarde, el padre del positivismo Iégico, Ernst Mach (1905), se manifiesta de la misma manera, al destacar la importancia que para el propio cientifico tiene conocer los procesos por medio de los cuales obtiene y extiende su conocimiento. Por su parte, Bertrand Rusell, en 1948, escribia las palabras que abren este epigrafe dentro de su obra EZ conocimiento humano, su alcance y sus limites. Hecha la mencién de estos precedentes, debidos a ilustres episte- mologos de la ciencia, debemos citar ahora a algunos autores que, aun no siendo psicélogos, se han adentrado en la exploracién de este te- rritorio Virgen que la psicologia no reconocera formalmente como pro- plo hasta los afios ochenta, El matemiatico francés Henry Poincaré fue muy reconocido en su tiempo como psicélogo intuitivo del descubrimiento cientifico, tanto que hasta la Sociedad de Psicologia de Paris, en 1908, le invit6 a dar una conferencia sobre «La invencién matematica». Su trabajo, muy fenomenolégico y basado en su propia experien- cia introspectiva, alimenté la idea de una fase misteriosa de incuba- cin en el proceso creativo cientffico previa a la repentina irrupcién de la idea en la mente del matematico, que se produce en condiciones ‘jenas a su trabajo tales como tomar un autobs o una noche de in+ © Baiciones Pirémide La paioolegia de la elencia 108 somnio. En Ciencia y método (Poinwaré, 1908) How velutn exton epino dlios y plantea sus ideas sobre 1a ereatividad elentitivn. Otro ejemplo del «intrusismo» en paleologin de la elencla que ew (amos tratando, con tan buenos resultados Come deleate para low pale célogos, es la obra de Jacques Hadamurd Hiway sobre lo prleologta de la invencién en el campo matematico, exetita en \U48 y muy wie rida por la doctrina que Poincaré habfa expuesto en diferentes medion sobre la creatividad cientffica. Es obligado también referirse a Einstein, que ASUMe UNM perapee: liva naturalista en sus reflexiones sobre la ciencia presentes en obrae como sus Autobiographical Notes (Einstein, 1949) 0 The evolution of Physics (Einstein e Infeld, 1938), en las que se concede un valor de+ cisivo a la bisqueda y formulacién de nuevos problemas en la ciencia como factor de innovacién y al papel de las imégenes como heurfstico importante en la aparicién de nuevas teorfas. Por tiltimo hay que hablar de las importantes aportaciones de dos historiadores de la ciencia que han buscado una convergencia en cuan~ lo a contenidos entre historia y psicologfa: la imaginacién en el pen- samiento cientffico, segtin Miller, y las preconcepciones adquiridas durante el proceso de formacién del cientifico y que intervienen ayus dando u obstaculizando su labor, los «themata», de Holton, Arthur I. Miller, en obras como /magery in scientific thought, se Nuala la importancia de alcanzar una explicacidn tedrica sobre el papel de la imaginaci6n en el pensamiento cient{fico que, entiende, debe ser multidisciplinar. Por su parte, ha abordado casos trascendentes hinté ticamente como el debate entre los fisicos de la mecénica cudntica entre visualizadores y conceptualizadores. Los primeros son partida- tios del recurso a analogias visuales como heuristicos valiosos para la explicacién de los conceptos desde que Bohr en 1913 presenta su mo- delo del 4tomo como analdégico del sistema solar copernicano, Low conceptualizadores, por su parte, ante el fracaso de este modelo, con sideran que en la mecanica cudntica cualquier iso Imaginative a lo conocido carece de valor epistemolégico y se eonvierte en una (lumpa intelectual que, mas que favorecer, bloqued li investigaeion sobre el 4tomo. Para Heisemberg o Brigdman no existe ningin mode lo visualizable satisfactorio para el mundo cudntied, el cual HO se pH tece a nada conocido (Miller, 1984 y 1989), . ) Hdiciones Pirdmide 106 Epistemologia y psicologia La paleologia de Mi elena 107 En cuanto a los «themata» de Gerald Holton, responden a la inte! cién del autor de aportar conceptos y métodos para comprender la manera de pensar del cientifico que se halla involucrado en el acto de hacer cleneia (Holton, 1982). Como Miller, propone una visién eclée tica interdisciplinar y propone una metodologia empirica e inductiva 5.2.2. Obras programaticas en la busqueda de modelos del pensamiento cientifico. Por su parte, para avanzar en su andlisis tematico, coteja informa cién de los trabajos cientificos publicados con la documentacién de primera mano, ya sean cartas, cuadernos o entrevistas. Los themata funcionan como preconcepciones adquiridas durante el proceso formaci6n del joven cientifico y actian de forma implicita, ayudando u obstaculizando su labor. El andlisis histérico de la estructura tems! lied NOX muestra, segtin Holton, que ésta se mantiene relativament estuble, incluso a través de las revoluciones, de manera que algtin the- ma puede englobar (eorfas rivales. Asif, por ejemplo, argumenta que. los themata de simplicidad y nece 1, que surgen con la revolucién copernicana, se mantionen hasta el presente (Holton, 1982). En la so lucion copernicana al enigma de los movimientos de los planetas nada hay arbitrario, cada elemento esta integrado en un todo de manera que: el orden, tamaiio 0 movimiento de los planetas no es més que lo que debe ser. Subyace un principio de necesidad y de simplicidad que en- caja cada detalle al disefio total. Tales themata se encuentran asimismo en las coordenadas definidoras de la fisica actual. La combinacién de mecdnica cudntica y relatividad se traduce en principios extraordina- riamente restrictivos, dice Holton. Finalmente, en un sentido proximo a Holton, hay que citar a Mi- chuel Polanyi, quimico y filésofo, que habla del «conocimiento técito» en el cientifico (Polanyi, 1958). Recurre a conceptos gestdlticos como integracidn perceptual o cierre para describir estas estructuras concep- tuales implicitas que el cientifico adquiere y va modificando con sus pricticas cientfficas. Reconoce que este conocimiento no se elabora mediante reglas Idgicas sino mediante procesos psicolégicos. Con su obra Personal Knowledge plantea un desaffo al postulado positivista de que es posible la observacién neutral independiente de la teoria y feclama un conocimiento mayor para estoy proceson donde ey indie pensable la investigacin psicoldgien, Hay que decir, en honor a la verdad, que, antes de lon gehentu, ‘utores aislados habfan hecho contribuciones esporddioay a la divel plina; lo contrario serfa dificil de asumir en un mareo come el que estamos dibujando. El primer ensayo lo publicé Galton en 1874) Ly glish men of science: their nature and nurture. Abrahan Maslow en 1966 publicé un libro con este titulo: La psicologia de la ciencia; Mahoney y Mitroff en sus trabajos por los afios setenta también uti van esta etiqueta para referirse a contenidos que hoy consideramos parte de la disciplina. Pero otros psicélogos relevantes también estaban haciendo psico: logia de la ciencia sin tener conciencia de ello —al igual que aquel personaje de Moligre que hablaba en prosa sin saberlo—. Por ejem+ plo, Max Wertheimer (1945) cuando estudia el caso Einstein en su libro El pensamiento productivo, 0 el estudio psicométrico de Anna Roe (1952) A psychologist examines 64 eminent scientists con Wh grupo de cientificos naturales y sociales, o el estudio de Catherine Cox (1926), discipula de Terman, The early mental (alts of three hundred geniuses. Por tltimo, el més reciente, de 1977, lo exeribe Zuckerman y lleva por titulo Scientific elite: Nobel laureates in the United States. En una revision hecha por Feist en 1977 se recogen mas de 300 referencias. El campo existe, pero formalmente la disciplina recibiré el espal darazo con obras programaticas que la han consolidado, definiendo su objeto y estableciéndose como referencia obligada en thabijon poste riores: La compilacién de Tweney, Doherty y Mynull On solentifir thinking, de 1981, con un sesgo hacia lo cognitive, Hikes ey ‘aleza se las arregla para ser a la vez relativista y cuéntica, dice Weinberg tablecer las bases psicolégicas para und livestigaelan empire ca sobre la ciencia. Lan (1974), © Riiciones Pirimide ) Raeiones Pirdmide 108 plemotogia y psicologia 1989 aparece el libro que mas trascendencia —creemos— ha tenido hasta el momento: el de Gholson, Shadish, Neime: yer y Houts: Psychology of science. Contributions to metas~ clence. Recoge contribuciones de muy diversos autores en uspectos diversos: la cognicién, la creatividad o los aspecto sociales de la ciencia, presentando un mapa muy claro del ado del arte asi como una agenda para la psicologfa de la ciencia. Otra dimensién a destacar del libro radica en la co- nexi6n con las otras disciplinas metacientificas, las 4reas po- sibles de colaboracién, asi como los desencuentros. Hay un trabajo imprescindible en forma de articulo, aunque de mucha extensién e importancia, que aparece nueve afios denpuds, Se ttula The psychology of science: Review and in- tegration of a naseent discipline, y \o firman Gregory Feist y Michael Gorman, Es una revisién de lo que se ha hecho en el. campo hasta la fecha, Destila optimismo al constatar la buena salud de la disciplina, lo que se ha hecho y lo que queda por hacer, Si lo comparamos con el libro de Gholson y cols., ve- mos cémo en una década se ha producido un gran desarrollo, como de la agenda de Gholson se han ido alcanzando objeti- vos y la investigacién ha hecho importantes avances en aspec- tos como psicologia social, cognicién 0 creatividad. Pero tam- poco echan las campanas al vuelo por dos obstaculos atin presentes: la inmadurez sociolégica de la disciplina— ense- guida hablaremos de ello— y los focos de resistencia que si- guen presentes entre las otras metaciencias para recibir las contribuciones de los psicdlogos. La ultima obra hasta el momento es el libro recientemente publicado de Gregory Feist (2006) The psychology of science and the origins of the scientific mind, donde culmina la tarea emprendida junto a Gorman en el articulo anterior en la ex- ploracién de las subdisciplinas evolutiva, cognitiva, social y (le personalidad, a las que agrega la neurocientifica. Es un slegato por una psicologfa de la ciencia como disciplina inde- pendicnte, lo que es esencial, argumenta, para un conocimien- {0 profundo no s6lo del desarrollo del pensamiento cientifico sho del pensamicnto humano. © Ediciones Pirdmide La paleologia de la cleneia 100 Cerramos la lista con la meneidn de olvas obras de Contenido man especifico: — Scientifis genius, de Deun KX, Simonton, que ey mis bien una propuesta tedrica sobre li erentividad elentifiew, publicada en 1989, ~ The Social psychology of science, ott complluelon al eatila de Gholson circunscrita a esta drea y firmada por Shudis y Puller en 1994, — Tres libros del grupo de Minnesota liderado por Ronald Clere, que hacen una aproximacién multidisciplinar a la ciencia desde la ciencia cognitiva, incluyendo, obviamente, trabajos de psicé- logos. En ambos el editor es Giere y sus titulos son Explaining Science. A Cognitive Approach (1989), Cognitive models of science (1992) y Understanding Scientific Reasoning (2005), 5.3. Las razones para una psicologia de la ciencia «{,C6mo se puede entender una teorfa del conocimiento humano sin tener en cuenta al conocedor humane» Miciiant J, Manonny 5.3.1. Causas de su invisibilidad Como vemos, la psicologfa ha estado siempre presente en los es \idios sobre la ciencia. De manera tangencial, fildsofos, historiadores 0 psicélogos han ido abordando cuestiones fundamentales a lo largo ile siglos y, sin embargo, nadie parece haber reparado ni, lo que os peor, reivindicado que tales cuestiones eran lisa y llanumente paleolo. ila de la ciencia. A pesar de los estudios precursores, a pesar de las obrin que he Inos resefiado, la psicologia de la ciencia sigue siende Ii eenieienth entre los estudios cientfficos. Gholson y colaboradores, en el libro de 198%, duban una serie de posibles razones para explicar el fracaso de Ii paleologia en aleanzar el ° © liciones Pirdmide F410 Epiatemotogia y psicologia jmpaeto que han conseguido la filosofia, historia y sociologia de la cien- cia, Vamos a repasarlas en la medida en que siguen teniendo vigencia: Fis posible que los psicélogos no hayan sabido comunicar sus contribuciones a los otros metacientificos. Ciertamente, entre los trabajos de éstos no se han mencionado Io suficiente las contribuciones psicolégicas, lo que es sospechoso después de constatar la gran cantidad que hay. Argumento colateral a esto es su ausencia, en los foros donde se presentan y debaten los trabajos sobre la ciencia; existe un mimero nada desdefiable de asociaciones en Europa y Estados Unidos, algunas con gran (radicién, donde los psicélogos no han tenido nunca un peso espectfico o a las que simplemente no se han incorpora- do como miembros. Parece que la psicologfa de la ciencia necesita justificar con- tinuamente su existencia como drea de investigacién propia. Parece como si los psicélogos tuvieran que estar constante- mente ante los demas, en especial ante los fildsofos, «pidiendo perdén por vivir», Por una parte estén las teorias clasicas rei- vindicando la ciencia sin sujeto y relegando desdefiosamente a la psicologia al estudio del lado irracional de la ciencia. Por otra parte, estén las disquisiciones sobre cuestiones de un ca- riz filos6fico, como la legitimidad para un cientifico del cono- cimiento de abordar el conocimiento cientifico: el problema. recurrente de la reflexividad. Son escollos muy importantes que la disciplina est4 obligada a remontar si queremos tener nuestra parcela entre los metacientificos. No ha habido descubrimientos espectaculares 0 provocadores para los otros metacientificos. Pero quizd deberfamos afiadir que, dadas las razones anteriores, no se han enterado o no se han querido enterar, Descubrimientos provocadores los ha ha- bido, {0 acaso no lo fue el estudio de Mahoney —que luego veremos— donde constaté que en una tarea de inferencia el sesgo confirmatorio resulté ser mayor en un grupo de cienti- ficos que en otro de pastores protestantes? Desde la propia psicologia, ademas, ha habido bloqueos a este lipo de estudios durante todo el tiempo que imperé el positi- © Ediciones Pirdmide La paieologia dela eencia 114 vismo légico o su herenelé como eurrente epistemoldgion principal en la psicologia, Se findamentiba el trabajo de low psicdlogos adoptando su legade de Wid vinidn raclonalinta del Progreso cientifico y de Ih adhesian 4 los ednones metodold gicos tradicionales. ,Quién Ibi 4 alreverke a plantear extudion sobre el uso 0 no de 1a ldgica en ol penwanilente del elentitien 0 a posible irracionalidad de los momentos de deseullnien to? Efectivamente, hasta que la multiplicidid eplntenioligien no se ha impuesto, la viabilidad de una psicologia de li cien- cia no ha sido posible. 5. Si bien estas cuatro razones expuestas siguen teniendo tis 0 menos vigencia cumplidos casi veinte afios de la aparicién del libro de Gholson, hay otra razén que, aunque sigue existiendo como causa de esa invisibilidad —y por eso la menciona= mos—,, sin embargo ha experimentado cambios muy favor» bles. Gholson y cols. hablaban de la dispersién en la literatu» ra que imposibilita la apariencia de un campo coherente de conocimiento, y afiadfan que estaba por hacer una revision critica extensa de las investigaciones disponibles, Las revis nes son una manera de dar coherencia a un campo, Hay que decir al respecto que, si bien su libro tenia mas bien el form sto de compilacién, ciertamente presentaba un armagon eon ceptual para el campo, los temas de trabajo y und agenda para ello. Si ellos contribuyeron en alguna medida 4 esa buseada coherencia, una década mis tarde Feist y Gorman, eon su tie bajo, ya aportaban esa revisidn critica pendiente presentando una disciplina coherente y con un futuro prometedor. Desde el punto de vista sociolégico, es cierto que no existen pris pos importantes y estables de investigacién, no hay un paradigma que (lomine, aunque algunos psicélogos en la década de los noventi se incorporan a los proyectos interdisciplinares mds visibles de lan view chs cognitivas, como el grupo de Minnesota, liderado por Ciere: Min wesota Studies in the philosophy of science, Si (énemos en cuenta las etapas de Mullins en la evoluelan de win disciplina cientifica, desde el punto de visti soeloldgien (Mullin, 1973) el diagnéstico del libro de Gholson al reypeeto era que Hos en © Haiciones Piltmide 18 Ppiatemologia y psicologia eontramos en la primera fase: los estudiosos trabajan en el tema ais- ludos unos de otros sin identificarse con la especialidad que esté sur- wiendo, Pero esto también ha cambiado en los tltimos afios, pues como dicen Feist y Gorman: «Hay claros signos de que el campo se ead consolidando y desarrollando un sentido auténomo de identidad» (Heist y Gorman, 1999; p. 33). Aunque sigue en su infancia, el campo se esta moviendo claramen- te hacia el segundo estadio de Mullins, lo que significa que los psic6- logos empiezan a identificarse a si mismos como miembros de una disciplina: como psicélogos de la ciencia. Queda mucho todavia para llegar al estadio de madurez sociolégi- cn, Bso sera cuando, bajo un paradigma dominante, existan revistas expecializadas, congresos —ahora tan s6lo se presentan trabajos ais- lados en conferencias de psicologia o de sociologia—, o departamen- i specializados —tan sdlo existen aisladas excepcio- nes, por el momento—, pero jtodo se andara!? 6.3.2, Qué es la psicologia de la ciencia? La psicologia de la ciencia es una subdisciplina dentro de dos ‘ampos © disciplinas simultaneamente: la psicologia y las metacien- cias, Dirfamos metaf6ricamente que tiene dos madres: una madre na- tural que la ha engendrado y de la que ha heredado el genotipo —la psicologia—, y una «madrastra» que no acaba de aceptarla plenamen- te y reconocerla en condiciones de igualdad con sus otras hijas adop- (udas: la metaciencia, Como hija natural de la psicologfa, en un parto que se prolongé a lo largo de la década de los ochenta, hereda sus métodos y acota su objeto. Por tanto, podrfamos empeza esgando la genérica y a la par escueta definicion de «estudio cientifico del comportamiento cien- lilico», Pero siempre resulta deseable una profundizacién aun a riesgo de acotar demasiado; por eso vamos a repetir aqui la definicién que ' Las cosas estén cambiando y prueba de ello es la constitucién en Zacatecas (México) en junio de 2006 de la International Society of Psychology of Science, que colobro allf su primer Congreso. © Ediciones Pirémide La paleologia de la eenoia 119 dan Feist y Gorman, con el peligro de exelulr purcelan que en el fitu to puedan ser ganadas para un estudio palualdgien de lu eleneia: «Es el estudio empfrico de lay Influenelan eognitivan, blolégiens, de desarrollo, de personalidad y sooliles de lis permonay Involucradin en el dmbito de la ciencia o que simula Ii fesaluetin de problemas cientificos» (Feist y Gorman, 1998) p, 4), Esencialmente su naturaleza es descriptiva: dive lo que hay, eine es la conducta del cientffico. Esas fueron las condiciones en qe ne firmé6 el contrato de adopcién por parte de la filosoffa —sigulende eon la metafora familiar—. Pero el crecimiento de la misma disciplina le ha dado una dimensién prescriptiva, o mds bien dirfamos aplicada, porque del conocimiento de los procesos de conducta del cientifico se derivan necesariamente orientaciones —prescripciones, si qui mos— para mejorar el rendimiento cientifico, como vamos a ver, En los siguientes epigrafes trataremos el «estado del arte», resefiando brevemente los avances que nos parecen dignos de resaltar por lo que han aportado a los estudios metacientificos. Pero antes nos vamos a detener, siguiendo a Feist y Gorman, en algunos argumentos concretos para el desarrollo de la psicologia de la ciencia, tanto desde la perspees liva de la disciplina madre como desde Ios estudios sobre la cleneli! 1. Lapsicologia no puede permitirse ignorar ala actividad hun na, que ha cambiado el mundo tanto para bien come para mal, Junto a la excelsa motivacién por el conoeimienta, li eleneli se ha convertido en un instrumento al servicio de los més ab- yectos planes de destruccién. Tenemos un doloroso ejemplo en la memoria reciente de cémo los avances tecnolégicos permi- tieron destruir casi simulténeamente varios vagones de cuuiro trenes en Madrid, el 11 de marzo de 2004, matando 4 191 per sonas, tragedia reproducida en circunstancias similares el 7 de julio de 2005 en Londres. El control y regulucién de |i elenela, imprescindible hoy dia, requieren un conogimlento prleologl co de la misma, en aspectos tales como Ii fori en que es creada, comunicada o aplicada a nueviy (eoniolog lin Con tintes menos dramaticos, otra funeldn de ly paleolopin aplicada de la ciencia es la educacion, Haven falty modelow LdicidMes Pirémide 114 Epiatomologia y paicotogia explicativos sobre cémo los nifios entienden el mundo natural y como evoluciona este entendimiento, en los que se basen los programas curriculares en los distintos niveles educativos. 1, Por otra parte, el conocimiento de las funciones psicolégicas que pone en juego la actividad cientifica garantizaré mayor éxito al establecer criterios en la orientacién y seleccién de estudiantes universitarios en sus carreras. 4. Unargumento de orden conceptual es que la disciplina madre se enriquece también con estos avances. La psicologia de la ciencia ofrece a la psicologfa un campo muy rico para poner 4 prueba sus teorfas. 5, A estas razones hay que affadir otra de competencia del cam- po, Hs hori de abordar a fondo, desde donde hay que hacerlo, todos los coneeptos que hasta ahora habfan sido objeto de in- cursién por lay otras metaciencias: cambio conceptual, moti- vacidn, eleceidn de (eorfa, procesos inferenciales, etc. Proponemos ahora en la tabla 5.1 una tarea practica, basada en otra que plantean Gholson y cols. en su libro Psychology of science, que sirva como heuristica, entre otras posibles, para ilustrar al avance real y potencial de una disciplina. En el estado incipiente en que se encuentra la disciplina existen unas presuposiciones clave protegidas de la critica y la refutacién, una heurfstica negativa, en el mas puro estilo lakatosiano. Se trata de pre- supuestos que parecen demasiados obvios, pero que precisamente por haber sido cuestionados de alguna manera no han deSpegado antes la psicologfa de la ciencia. 1, Hs tazonable y productivo para una ciencia estudiar la crencia, Un bloqueo a este postulado ha sido el problema de la reflexividad, que tantas prevenciones ha provocado entre los filésofos contra 1a psi- cologia, Sin embargo se trata de un problema de orden légico que no debe bloquear el trabajo del psic6logo —como he enfatizado anterior- mente—, entre otras cosas porque no ha bloqueado a la sociologia de la ciencia, que no ha sido acusada de circular y autodestructiva (Nei- meyer et al., 1989). \ © Ediciones Pirémide i La paleologia de ia lenin 118 TABLA §\1 Rejilla para una psleologia de la clenela Dimensiones del trabajo cientifico vidad Eleccién de carrera, Planificacién de programas Seleccién de problemas Generacién de preguntas Implementa- cién de proyectos Seleccién del método Direccién del proyecto Anilisis de datos Interpretacién Divulgacién Uso del trabajo de otros Procesamiento de informa- cién Colaboracién : © Ediciones Pirémide 116 platemotogia y psicologia TABLA 5.1 (continuacidn) Dominios de la psicologia oe Creati- | Gounjoton | Persons | Motiva- | Psicologia antifico wdad | "°8™ lidad cién | evolutiva Comporta- miento organizacional Evaluacion de la ciencia Ohlencion de Fondos Rexponvabili dad social Bntrenamien: to de low nuevon clentifions Seale con una cruz las celdillas donde haya interseccién entre la dimensién del | trabajo cientifico y dominio/s de la psicologfa que debe/n abordarlo. A continua. | cidn plantee una posible érea de investigacién —de entre las casillas sefialadas que | cree que merece la pena emprender —no importa si desconoce lo que puede haber al respecto—. ,Cémo enfocarfa ese trabajo de investigacién? | Clertamente se trata de un problema légico que no deberia tenei consecuencias précticas para un estudio empirico. 2. Los métodos y teorfas de la psicologfa estan lo suficientemen- | te bien desarrollados como para contribuir a los estudios metacientt: ficos. Este presupuesto, que puede resultar hasta extravagante, sin em- bargo es necesario para los psic6logos como una forma de quitarse el_ complejo de inferioridad. Aunque parezca obvio, todavia es necesario — para los psicélogos hacer un ejercicio de autoafirmacién reconociendo que si las demas disciplinas pueden utilizar conceptos psicolégicos, © Ediciones Pirimide La paleologia de la cienaia V7 {por qué no ha de hacerlo con totwl autoridad la propia paleologiny Y junto a ésta, existen otras obviedades que deben hiverse presenter vonslantemente para reconocer el proplo dereeho A exe hueeo en el inundo metacientifico que es exclusive de li paieologla, {Como se jiuede entender, sefiala Mahoney, na teorfa del eondelimiento humane ain tener en cuenta al conocedor humane? Unieaniente eat raedn que hemos destacado al comienzo del epigrale— wntirli pure [ite {ificar la necesidad de una psicologia de la clenela (Mahaney, 1989). ‘Todo esto recuerda Ia historia de aquel capitén de navio que gui (aba celosamente un papelito en su bolsillo con alguna informacion ilecisiva; en situaciones de extrema dificultad lo lefa y de nuevo la culma dominaba su semblante y su barco era conducido a buen puer- lo una y otra vez. Cuando, al morir en acto de servicio, el segundo de ‘i bordo consiguié descubrir el tan deseado mensaje del papel se en- vontr6 con esto: babor es a la izquierda y estribor a la derecha. Pues bien, disculpe el lector esta digresién para recordar que postulados del lipo de «babor es a la izquierda...» deberian ejercer el mismo eficaz resultado para los psicdlogos de la ciencia. 5.3.3. Las dificiles relaciones de familia La familia metacientifica se formé en la primera mitud del ab wlo xx, aunque la conciencia de hermandad empieza a adquirine por Jos afios setenta. Filosofia, historia y sociologia de la ciencia, por este orden, se van consolidando, pero hasta la legada de la mas joven, la psicologfa, en los ochenta, apenas se habla de un estudio empirico, interdisciplinar e integrado de la ciencia, lo que Ilamamos ahora mer laciencia. Ya hemos hablado de la dura infancia de nuestra diseiplina, de lin causas de su invisibilidad y de su inmadurez desde el punto de visti sociolégico. Todo ello acarrea todavia una indefinicion en cuanto i su identidad que algunos destacados pioneros estén imentindo revolver desde hace més de veinte afios. el momento de mencionar algunos clementow que hon elive en lus diffciles relaciones con sus hermanasy mayores, y Olfos que Non 1 Udicione® Pirimide VIB &piatemologia y psicotogta prometedores en el disefio de un futuro de cooperacién y éxito para el extudio de la ciencia. Durante mucho tiempo las contribuciones han sido ocasionales, (spersas, aisladas m&s que coherentes y programadas, y, como hemos vinto, obra de historiadores 0 cientfficos més que de psicélogos. A la desolacién de este paisaje contribuyé el veto de la hermana mayor, la filosoffa, limitando su campo al estudio del lado irracional de la cien- cia con autores de muy diverso pelaje, desde Popper a Laudan; era casi como decir «joctipate de lo que nadie quiere, de lo menos cientifico de la ciencia!», ademas en forma de informes descriptivos, sin autori- dad para prescribir el tipo de estrategias o procesos psicoldgicos que podrfan mejorar la actividad cientffica, Afortunadamente este panorama ha ido cambiando y, al igual que otros metacientificos han sido colaboradores naturales entre si desde: el principio, a la psicologia se le empiezan a reclamar contribuciones: propias de su campo y colaboracién en trabajos conjuntos. Asif, por ejemplo, han sido y son muy valoradas las contribuciones de Ia psico- logfa en cuestiones tan importantes como el desarrollo de una episte- mologfa naturalista o el paradigma metacientifico de las ciencias cog- nilivas, En esta dificil convivencia, la psicologia, al igual que sus otras hermanas, tendré competencias especfficas, pero otras serdn compar- tidas con todas o con alguna de ellas. Asi, el estudio del genio cientf- fico y la creatividad sera mds especificamente psicolégico, mientras que definir la naturaleza del progreso cientifico requiere la contribu: ci6n de todos ellos. Para los psicdloge ciencia es un sistema vivo y contemporéneo, y lo que intentan, sencillamente, es describir, explicar y mejorar si funcionamiento a los niveles individual, institucional e interperso: (Neimeyer el al, 1989), Es cierto que en muchas cuestiones habré un solapamiento, peri precisamente la diversidad de perspectivas mediante aproximacion interdisciplinares supone una ventaja epistemoldgica frente a los se: gos disciplinarios, sefialan Gholson y cols., y afiaden estos autores: «Aunque respetemos la sabiduria de cada disciplina tenemos poe! paciencia con las batallas intelectuales sobre quién asignaria los t6j © Ediciones Pirdni La paleologia de la elaneia 119 cos particulares. Esperamos que low paledlagos apluudin low buenos estudios del comportamiento cientifies y plenven alt prejulelan lies pecialidad del autor, pero timbidh qué HO lenian estudiar olvox temas solo porque alguna otra metuvienela quiet relenerlos» (Shudia et al, en Gholson et al., 1989; p, 9), Efectivamente, las diversas metacienclay se soatienen eonuveplial mente y se presuponen unas a otras, y la psicologia de Ii cleneti, ul como esté evolucionando, podria convertirse en un modelo pati lis olras metaciencias de cé6mo combinar recursos y unificar pernpectivis, La breve historia de esta compleja disciplina nos ensefia que los me entificos no deberfan perder el tiempo con disputas fronterizas ni tivalidades de supremacfa disciplinar. 5.4. La conducta cientifica: dimensiones psicoldgicas implicadas Hemos visto que en el libro sobre psicologia de la ciencia como disciplina metacientifica de Gholson y cols. se manifestaba el desigual interés por parte de los psicélogos sobre los temas que les compete estudiar-en el comportamiento cientifico, Creatividad, eogniclin y personalidad habfan sido hasta la fecha de publigneién del libro lon mis trabajados, mientras que poco se habia hecho en otras areas, Va ios a ver, a continuacién, cémo en estos aos las cosas han eambiado sustancialmente. Debemos, no obstante, hacer una salvedad, y es que dado que el libro que el lector tiene entre las manos no es un tratado de psicologia de la ciencia, no podemos detenernos en la exposicién detallada de sus contenidos, pero para no frustrar su curiosidad reve furemos algunas cuestiones importantes en las cuatro grandes Arens de psicologia evolutiva, social, cognitiva y personalidad, Reservamos, sin embargo, un trato especial pari (rey cuestiones (lle veremos con mayor extensién por haber sido objeto de un abor je interdisciplinar —a veces con posiciones muy diverpenlese y abjeto de un debate metacientifico muy importante, Hi primer ligat, |i cuestién del sesgo confirmatorio en la contrasticion de hipatenin, por constituir el acercamiento empfrico, desde la paleologia, de une FBO Kpintemologia y psicologia cueation de aleance mayor y objeto de debate para los filésofos; no es Aino una aproximacién empirica al estudio del procedimiento de Ja falwacion en cl contexto de justificacién. En segundo lugar, la cuestién del cambio conceptual y las revoluciones cientificas, tema de estudio metacientifico global donde los haya y que toca directamente el cora- | yon de las cuatro metaciencias, como micleo central de sus conteni- dos; veremos los modelos existentes, en especial los mas acreditados de los psicélogos. Por tiltimo, trataremos con cierta extensién la crea- tividad, uno de los temas clasicos, en donde todo el mundo parece tener derecho a opinar, desde los psicoanalistas a Jos escritores, pasan- do por los propios cientificos creat ivos y, por supuesto, historiadores, {ldsofon y socidlogos de la ciencia, todos ellos con versiones, en ge- neral, bastante discrepantes, Se trata ademas de uno de los temas que Jon psiedlogos de la clencia han abordado mas tempranamente, inclu- so cuando la disciplina no existfa como tal, como enseguida veremos; no es ajeno tampoco a la extens 6n que se le da al asunto el interés y experiencia de la autora en el tema —jpor qué negarlo? 5.4.1. Psicologia evolutiva El asunto de las relaciones entre edad y productividad es quiza la cuestién que mas atencién ha merecido en este campo por parte de los investigadores y donde inciden variables muy diversas mas alla de la evolucién biolégica. Existe una relacién indiscutible en forma de U invertida entre edad y productividad, estando la curva en torno a los 40 afios y presentando ima cafda suavizuda a partir de entonces (Lehman, 1953; Simonton, 1088), Sin embargo, hay que resistirse a la tentacién de explicar esta correlacién estadistica en términos de madurez 0 deterioro neuroldgi- co debido a la edad. Estamos ante un caso clarisimo donde se combinan factores socia- ley y evolutivos para explicar la conducta, en este caso la conducta cientifica. De hecho parece que sélo un pequefio porcentaje de la va- rianza es explicada por la edad. El trabajo de Horner et al. (1986) con iis de mil psicélogos encontré la relaci6n curvilinea mencionada, pero hallaron que sélo un 6,5 de la varianza global en el ntimero de © Eiiciones Pirdmide La paieologia de ta elenoia V2 publicaciones era debido a 1a edad, Ciestiones some alton niveles de productividad en la juventud de algunol clontifeos, que aearrenn 1 compensas, honores 0 soporte institucional, eatin presentes en la ex plicacién de estos resultados, Tenemos incluso estudios mis recientes, come el de Root Hern icin, Bernstein y Garnier (1995) con eminentes finleom, quimioos y bidlogos, algunos de ellos ganadores del Nobel, donde se eneanire una productividad mantenida entre los 50 y lox 60, Una euetian inte resante, curiosa y paradéjica es que en muchas ocasiones Aquellos que tienen éxitos cientificos tienden a moverse hacia dreas de gestion —jversion metacientifica del principio de Peter!—, con la consecuety te disminucin de su productividad y la correspondiente incidencia en a frfa estadfstica de la U invertida. Cropley (2001) habla de la presidn de ciertos estereotipos sociales: como la idea de que la gente después de los 50 va perdiendo flexibi- lidad y capacidad de invencién. A esto hay que afiadir que la jubila cin entre los 60 y 65 afios en nuestra cultura limita necesariamente la productividad cientifica. Esto explicaria también el bajén y no una reduccién del potencial psicoldgico. También explicarfa por qué en otras reas de trabajo menos institucionalizado la productividad crea: dora se mantiene hasta més tarde. Asf, entre los artistas el ple se halla en los 50 affos, y entre los masicos Simonton (1998) eneontre un incremento de la originalidad melédiea hast lon 56, Max Planck, desconocedor de estos f lentes WADAJOR Por AZO: nes obvias—, estaba convencido de la rigidez de los clentifieos madi ros ante el cambio de paradigma, cuando decfa que Ja nueva verdad cientffica no se impone porque los cientfficos del paradigma rival vean la luz y se convenzan, sino, sencillamente, porque se van muriendo, [sta idea se ha Hamado el principio de Planck, y Kuhn la recoge en su explicacién del cambio paradigmatico. Un siglo atrés Thomas Huxley, pariente de Darwin y defenwor de su teorfa, ya habfa propuesto una solucién para el problema del ean bio paradigmatico —afortunadamente no secundads Hastit lil fecha cuando dijo que los hombres de ciencia deberfan ser entranguladoy ef su'sesenta cumpleafios para no retrasar el progreno elentiiee Dejando bromas aparte y bas4ndonos en estudios empfricos fehnelentes, parece que la rigidez se encuentra més bien en lox defensoren del principio ) Wiciones Pirdmide 188) Epiatemologia y psicologia de Planck, Por ejemplo, Messeri (1988) demostré que la aceptacién dle la teorfa de la tecténica de placas en los 60 fue mayor por parte de lon viejos cientificos que por los jévenes. Pero yolviendo a los condicionantes sociales de 1a productividad, nos referimos para terminar a un fendmeno nada dificil de verificar, a poco observadores que seamos: el efecto Mateo o de ventaja acumu- lativa (Merton, 1973). Aquellos que han tenido éxito temprano en sus carreras tendran mayor reconocimiento y apoyo social en sus carreras entificas y mas recursos para continuar produciendo. Sus trabajos tienen mejor acogida y serdn més valorados que aquellos de sus pares que no han sido agraciados por esta ventaja acumulativa, aun cuando ineluso tengan menos valor’, Aclaremos lo oportuno del nombre con que bautiz6 Merton este fendmeno recordando estas palabras del evan- gelio segtin San Mateo: «Pues, al que tenga se le daré, y tendré abun- dancia; pero al que no tenga se le quitara hasta lo poco que tenga». 5.4.2. Psicologia social Moscovici, el gran impulsor en Europa de la psicologfa social de la ciencia, se lamentaba de que los estudios sobre produccién del co- nocimiento cientffico se realicen sobre el individuo y no como obra de una comunidad (Moscovici, 1993). La psicologia social de la cien- cia ha enfatizado el cardcter social de toda actividad cienttfica y su dependencia contextual (fitiguez y Palli, 2002). Hay que sefialar que de las cuatro areas ésta es la que ha recibido mas atencién en un sen- tido conceptualizador y programiatico; también es cierto que algunos contenidos extin muy proximos alo que la sociologfa de la ciencia ha trabajado desde los ufos cuarenta, El libro de Shadis y Fuller ya men- cionado, Psicologta social de la ciencia, ha significado una consoli- dacién de la subdisciplina, Bajo esta perspectiva mencionamos algu- nas de las cuestiones més importantes que se han abordado en el estudio de la conducta cientffica. ‘1 4 expresién «Cria fama y échate a dormir» explica el fendmeno de Inunera muy elocuente; en otras palabras, «los ricos, cada vex mas ricos, y los pobres, adi ver nds pobres». © Ediciones Pirdmide La paleologla de la eleneia 123 Freud junto a su divén wig a : ti 4 sedan La posicién reclinada del paciente y la actitud observadora del psicoanaliiti detrés del divén hace a los pacientes psicoticos percibir el silencio como un rechik zo y el invisible analista pasa a representa una figura amenazadora, Los pacientes se retraen cada vez més y no se atreven a comunicar sus verdaderos sentimientos, lo que era interpretado por Freud como repliegue narcisista y ausencia de senti: mientos de transferencia. Los pacientes de Sullivan, sin embargo, se moyian de un lado para otro y expresaban libremente sus sentimientos. La interacelén a ser la pieza clave para la comprensién de la personalidad pyledtion, 10 vart esta observando es una situacién de campo psicosoulil, La influencia del inyestigador sobre los resultados ey psicologia clinica (Wolman, 1979), Py CEO Sada Son muy importantes los estudios icos de Rosenthal sobre cl efecto del experimentador, que condiciona las respuestas de los parti- cipantes en funci6n de sus caracteristicas personales. Pero también lox resultados estén mediatizados por los sesgos del obseryador y li inter pretacién de los resultados, condicionada por las expectativas del cient lifico, que los convierten en profecfas autocumpliday (Rosenthal y Rosnow, 1991). Otros estudios muy importantes en este campo KON los que Alin de los aspectos psicolégicos presentes en |i evaluueion de li elenela Tema de gran enjundia, pues de ello se deriva qulén tendid (abajo, linanciaci6n, premios, etc., es el que Shadiy (1989) planted sobre ba in © Baicfones Pirémide VBA Fpiatemotogia y psicologia portancia para la psicologia de estudiar cémo se percibe la calidad de ly eleneia, ya que la percepcién, al final, es una variable psicolégica. Un firea importante de investigacién para los psicélogos y que puede proporcionar sorpresas interesantes esta en indagar los argu- mentos psicolégicos que puedan afectar a los indices de impacto de lus publicaciones cientificas. Por ejemplo, jpor qué se citan los cien- tfficos unos a otros? Sternberg y Gordeeva (1996) encuentran eviden- cias de que entre los psic6logos son mas citados los trabajos mas re- cientes y jlos menos creativos, curiosamente! La evaluaci6n de la ciencia es un campo emergente de investigacién para los psieGlogos, que requiere su atencidn en otras cuestiones como son laa praeticas de autopromocién o negociacién social usadas por los elentificos en la competencia por el reconocimiento. Posiblemente, al- gunos de los rasgos de personalidad que vemos en el cientifico con un nivel mayor de desarrollo sean facilitadores en el desarrollo de estas ticas, que, mal que nos pese, constituyen una parte de este oficio. Desde la sociologia de la ciencia este tema, sin embargo, ha sido muy tratado. El siguiente cuadro (tabla 5.2) de Gilbert y Mulday (1984, p. 176) refleja, con mucha ironfa, una de estas practicas de auto- promocién mostrando la hipocresfa que se gastan, con frecuencia, los cientificos en Ia literatura formal. Compare el lector las diferencias entre lo que se piensa y lo que se escribe. En esta lucha sin cuartel por el reconocimiento vale todo. Federico di Trocchio (1995) nos habla de los «mercenarios de la ciencia» para referirse a personas sin escripulos capaces de engafiar con los resul- tudos de sus investigaciones o de apropiarse habilmente de resultados ajenos’, Hata ciencia «corrupta» nace como consecuencia natural de Jay Condiciones en que se desarrolla, en nuestra época, el trabajo de los clentfficos, condicionado totalmente por las subvenciones ptblicas o privadas. Cualquier cosa es valida, para algunos, en sus practicas de negociacion para alcanzarlas i sociologista, y quiza mas ingenua, la expone Mer- ton cuando dice que el sistema de recompensa acttia de manera es- * ‘Trocchio cita en su libro algunos casos de relativa actualidad como el de el orleamcricano Gallo, que quiso presentar como suya la autorfa del descubrimiento lol virus del sida, cuando en realidad se produjo en el instituto Pasteur. © Faiciones Pirémide La paleologia de la olanela = 126 TABLA 5,2 Lo que eseribi6, No me he taniade li moleatin de buscar Ja refereneli, EL experimento jie tia finelonnda, per he pensado que, por 1a Meni, podila aprovecharlo pari uni puibliede| Sabemos desde hace tiempo... Aunque todavia no sea posible ofrecer unas respuestas definitivas a esas pre- guntas. Han sido elegidas tres de las muestras para un estudio detallado.. Los resultados de las otras eareotan de todo sentido y han sido ignoraday, Danado accidentalmente durante el montaje... Se cayé al suelo De gran importancia teorica y préc- tica... Interesante para mi. Sugerimos que... sabemos que... pare- | Creo. Rei Se cree generalmente que... ‘También lo piensan otros tios. limulante para que los investigadores creadores sean produetivon y los investigadores menos creativos se encaminen hiela olin yiiw (Mer ton, 1973). No exento de ironfa, por su parte, se muestra Pierre Bordieu en su libro El oficio de cientffico, manteniendo una posici6n critica frente a Merton y su sociologfa de una comunidad cientifica sin sujeto orien= lada a unos fines fayorables a los mejores de ellos. El capital simbo- lico va al capital simbélico —es decir, dinero Ilama a dinero, ¢l campo cientifico da crédito a los que ya lo tienen, dice Bowie, y nade: Los sistemas de seleccién (al igual que lis excueliy le elite) faye recen las grandes carreras cientfficas (..,) al lesignar a low que sobre salen como sobresalientes, para los deméy ust core pata ellay Halen, y convocandolos de ese modo a sobrewalir mediante weelaties sobrent Pirimide 126 Epistemologia y psicologia lientes, especialmente ante los ojos de los que les han hecho sobresalir (es la preoeupacion por no defraudar las expectativas, de estar a la altura: Noblesse obligue) (Bourdieu, 2003; p. 30). 1] asunto de la normatividad en la evaluaci6n de la ciencia ha sido muy investigado por los socidlogos desde Merton (1942). Vamos a mencionar, por tiltimo, un rea que ha interesado mucho a los psicé- logos sociales: la revisidn por pares de los articulos para su publicacién en las revistas cientificas. Los estudios al respecto muestran resultados sorprendentes tales como que las correlaciones entre los evaluadores son tan bajas como las que se podrian producir al azar (Iftiguez y Palli, 2002), Los sesgos implicados en el proceso de seleccién son mayores en ciencias sociales, y uno de los argumentos es la inmadurez paradig- mitica; consecuencia de ello son las dificultades para la publicacién de trabajos innovadores y creativos (Shadis et al., 1995). Otro interesante hallazgo que constata Hamilton (1990), en conso- nancia con la tesis en ie Bevaluanon de la ciencia, est en la ausencia de publicados, Desde la psicologfa social critica se han hecho andlisis metacien- tificos de cuestiones tan enjundiosas como la retérica y practica dis- curs la ret6rica de la objetividad es una constante en el discurso de los cientificos en su afan de enfatizar la especificidad de la ciencia. Ger- gen (1989) ejemplifica las formas en que esta retérica se manifiesta en los textos: es impersonales, recursos de distanciamiento, verbos en pilsiva.., son usos lingiifsticos que, de acuerdo con ffiguez y Palli (2002, p, 29), «refuerzan la metateorfa empiricista, la objetividad de la deseripeion cientifica que parece tener en Ia realidad su fundamen- tacion ultima», 5.4.3. Personalidad Respecto a la personalidad, desde los trabajos pioneros de Galton (1874) y Cox (1926) ya mencionados se han hecho muchos estudios diferenciales aunque, ciertamente, la mayoria de las veces las mues- © Eiiciones Pirémide iva de los cientificos. La «retérica de la verdad» (Tbdfiez, 1985) 0 La paleoiogia da la elena 127 (ras han sido de cientificos reconoeldox domo lon rexefados 6 lox de Roe, Barron o McClelland, todos ellos elentifivon evaluados como creativos. Feist y Gorman (1998) nos presenti al feapeeto und afntenia de los rasgos donde hay mas acuerdo entre 104 eatidios Heeling desde lox aos cincuenta; de acuerdo con ellos, los clentifieos, eomparados eon lu poblacién general, son: — Mas conscientes. — Mas dominantes, motivados y orientados al logro, — Mas independientes, introvertidos y menos sociables. — Mas emocionalmente estables o de impulsos controlados. Otros estudios comparan grupos de cientificos eminentes y creati- vos con Jos menos, constatandose algunas diferencias importantes, que presentamos en la tabla 5.3 de Feist, donde, después de revisar exhaustivamente la literatura, entresaca los rasgos de la izquierda de la tabla como mas propios de los creativos frente a los no creativos®, Como es natural, en este punto tampoco vamos a caer en el error cpistemoldgico de atribuir unas relaciones causa-efecto alli donde lo tinico que hay son correlaciones entre determinadas variables, Que en los tests de personalidad usted tenga unas puntuaciones eleyadis en dominancia, independencia e introversién no signified que (enga que arrepentirse de no haber dirigido sus esfuerzos a formar parte de i equipo de investigacién del CERN, por ejemplo, Lo que nos dicen los estudios psicométricos es que esas variables covarfan més allé de lo que el azar podria explicar; pero lo que nunca sabremos es si va primero el huevo o la gallina. Al igual que el buen vendedor debe ser extrovertido, posiblemente todos los rasgos eiludon sean favorables para la actividad del cientffico y puedan desarrollarse, si no lo estén ya, a lo largo de su carrera. Una futura investigaelon, de carécter longitudinal, sera mas concluyente al respect, © En el titimo capitulo vamos a ser mucho may rentiletiven, deseriiiendy ealiy aquellas caracteristicas personales en las que los investigadares Hide dentaeudin de ti creatividad presentan acuerdo, © Bdiciones Pirémide 128 Epistemologia y psicologia Personalidad de cientificos creativos frente a cientificos no creativo, Apertura ala experiencia Flexi lidad cognitiva TABLA 5.3 Referencias Feist y Barron (1996); Garwood (1964); Gough (1961); Helson (1971); Helson y Crutchfield (1970); Parloff y Datta (1965); Parloff, Datta, Kle- man y Handlon (1968); Roco (1993); Rossman y Horn (1972); Schaefer (1969); Shapiro (1968); Van Zelst y Kerr (1954); Wispe (1963), = Motivacién por el trabajo Ambicién Logro Dominancia Arrogancia Hostilidad Confianza en uno mismo Autonomia Introversi6n Independencia pa G Albert y Runco (1987); Bloom (1956); Busse y Mansfield (1984); Chambers (1964); Davids (1968); Erickson et al. (1970); Feist (1993); Gantz, Erick. son y Stephenson (1972): Gough (1961); Helm- reich et al. (1980); Helmreich et al. (1988); Holland (1960); Ikpaahindi (1987); Lacey y Erickson (1974); Rushton et al. (1983); Schaefer (1969); Shapiro (1968); Simon (1974); Van Zelst y Kerr (1954), a ee Bachtold y Werner (1972); Chambers (1964); Da- vids (1968); Erickson et al. (1970); Feist (1993); Gantz et al. (1972); Garwood (1964); Gough (1961); Ham y Shaughnessy (1992); Helmreich et al. (1988), Helson y Crutchfield (1970); Lacey y Erickson (1974); McDermid (1965); Parloff y Datta (1965); Parloff et al. (1968); Rossman y Horn (1972); Rushton et al. (1983); Schaefer (1969); Shapiro (1968); Van Zelst y Kerr (1954); Wispe (1963). : Albert y Runco (1987); Bachtold y Werner (1972); Bloom (1956); Busse y Mansfield (1984); Cham. bers (1964); Davids (1968); Erickson et al. (1970); Garwood (1964); Helson (1971); Helson y Crutch- field (1970); Holland (1960); Lacey y Erickson (1974); Parloff y Datta (1965); Roco (1993); Roe (1952); Rossman y Horn (1972): Rushton et al (1987); Schaefer (1969); Smithers y Batcock (1970); Terman (1955); Van Zelst y Kerr (1954). Hunwit: Feist y Gorman, 1998. © Ediciones Pirémide La paleoiogia da la elaneia 129 5.4.4. Psicologia cognitiva Los trabajos que han tenido mas difusién y mas importanela reeo- nocida por parte de otros metacientificos son los que ponen 4 prueba experimentalmente tareas de contrasticion de hipatess park compro: hur si los cientfficos hacen uso o no de 1a fulyaelan, m Indidabiles inente, el método mas ortodoxo de tratar con elliw TT estos trabajos en el siguiente capitulo. Ahora vamos a citar algunos estudios que han arrojado lig sobre | manera particular en que los cientfficos instrumentan SUS PrOGEKOK cvognitivos al hacer ciencia —otra salvedad es que los procesos de la cognicién creativa serén detallados también a posteriori. " Los cientificos trabajan hacia delante buscando representaciones ‘bstractas que contengan principios generales que puedan ser aplica- bles al problema, y a partir de ahf trabajan en las posibles soluciones (Larkin, 1983). Ademés confirman primero y desconfirman después, buscando potenciales elementos falsadores s6lo cuando las hipdtesis y las teorfas estén ya claramente establecidas (Feist y Gorman, 1998). 1 a Ante problemas insélitos que requieren formulaciones originales y soluciones nuevas, tales representaciones se sustentan con freevien: cia en analogfas, como veremos mis detalladamente en el capitulo de creatividad. “Los cientificos forman complejas redes de empresas, Hl construe lo «red de empresas», aplicado al pensamiento clentifiee, a om puesto por Gruber y contrastado en su estudio sobre Duna . iit oe i 1984) y en otros estudios de caso posteriores (Gruber y aulRee, 1989). Coherente con la posicién constructivista que mantiene en su ’ Bfectivamente, la mejor ciencia se hace falsando, sometiento i i Mbt s fri an Set ape lus hipdtesis, buscando situaciones empiricas donde puedan ser {al\iidas rs per i ind pseudociencia a todo aquello que no es falsable —es famosi at nliniilyers psicoandlisis, cuyos enunciados en su mayorfa no lo son njres hip deben prohibir que sucedan ciertas cosas. En la pseudocianeli ie a i ae cnunciado no se ve afectado, Coja el lector un periddico por la patte del laranet " ny 5 i ani ser anerte e comprobaré lo dificil que es dejar en evidencia 4 sun Hiihores poeleide te : Ane : . los negocios» g...? Pero dicho todo esto, recuerde todas lis HHinitielianey (el Fal nismo que hemos presentado, en especial en el capitulo 4 “Law vejoren hiptenin oe © Eidiciones Pirémide 180 Epintemologia y psicologia modelo explicativo de la creatividad, propone la nocioén de «red de empresas» para explicar la forma en que se articula el propésito en el trabajo del cientifico creativo, de forma tal que suele trabajar simul- tAneumente en varios proyectos més o menos conectados. Cuando uno’ de ellos entra en via muerta no se bloquea la actividad del cientffico, y los avances experimentados en otros proyectos pueden proporcionar insights interesantes para superar el estancamiento que sufrié el pri- mero. 7 Desde la inteligencia artificial se han inventado programas de simulaci6n del pensamiento cientifico. Herbert A. Simon y su equi: po tienen programas inductivistas como BACON, capaz de descubrir las leyes de Kepler del movimiento planetario, o KEKADA, que six mula el proceso de descubrimiento del ciclo de Krebs (Kulkarni y Simon, 1988; Cheng y Simon, 1992). Una conclusién derivada de’ estos estudios computacionales es que en el cientffico experto se’ combinan los heuristicos generales con otros especfficos de domi- nio. Por tiltimo, un programa conexionista, ECHO, trata de replicar las. condiciones en que se produce el cambio cientifico (Thagard, 1988). de acuerdo con la explicacién que da el autor de las revoluciones cien- tificas en términos de cambio conceptual (véase el capitulo 6). 5.5. La contrastacion de hipotesis. EI sesgo confirmatorio 5.5.1. Las tareas de Wason La tarea de las cuatro tarjetas de Wason’, desde que fue presenta- da inicialmente en 1968, se ha repetido en innumerables ocasiones con versiones distintas y sujetos también muy distintos, pero con los mis- mos resultados siempre: errores debidos a un sesgo confirmatorio. Casi con toda seguridad, el mismo error que ha cometido el lector: levantar las tarjetas E-y 4, Es decir, las que recogen los términos del enunciado, las que verifican y confirman el enunciado. " Me permito sugerir al lector que intente realizar la tarea de la figura 5.1. © Ediciones Pirémide La paloologia de la ciencla 194 Tiene usted encima Su tarea consiste @ vuelta para saber si se curt — {Qué dificultades se le han presentado al resolver el problema? — Las personas de cualquier edad y formacién tienden a verificar lo q ma en el problema, ignorando los contraejemplos que po ciado. ;En qué consiste una correcta estrategia falsacionista « — Con todo lo que hemos visto hasta ahora, jcree que el cientifico ¢ mismo sesgo falsacionista? Sin embargo, si en pura légica aplicamos la tabla de verdad del condicional, que es la conectiva ldgica que pone en juego la laren de Wason, nos encontramos: a Q Verdadero Verdadero Verdadero Verdadero Falso Falso Falso Verdadero Verdadero Falso Falso Verdadero p= la letta es unavoeal, g = el niimero es par De acuerdo con ello, debemos levantur la tarjeta 1, porue al no juviera por detrds un ntimero par falsarfa el enuinelado, Las Wirjetin 4 * > Ediciones Pirtmide 132 Epistemologia y psicologla y T son irrelevantes porque pase lo que pase al darles la vuelta no falsan el enunciado, pero en cambio la tiltima si que hay que levantar- la porque si el 7 tiene una yocal por el otro lado, entonces contradice Jos términos del enunciado. Ciertamente, cuando en el enunciado se han empleado materiales no abstractos y la tarea se ha presentado con unos contenidos realistas, los resultados han mejorado notablemente (Evans, 1983), lo cual es reconfortante en el sentido de que la gente no razona tan mal cuando trabaja en contenidos tematicos y no abstractos. Sin embargo, entre los cientfficos, mas habituados a un pensamiento formal, nos encon- tramos con el mismo sesgo. Una versién de las cuatro tarjetas, presen- tada por Einhorn y Hogart (1978) a un grupo de estadisticos, produjo respuestas confirmatorias en la mitad de los sujetos. a Ensaye abora el lector con alguien préximo otra tarea de Wason, donde se» trata de descubrir la regla, ensayando hipétesis y poniéndolas a prueba. La tarea es la siguiente: Debe encontrar una regla numérica compatible con la secuencia de niimeros | 2, 4, 6.. Para ello tend que inventar sus propias secuencias numéricas en forma de tripletes y poner asf a prueba sus hipétesis. El experimentador tan s6lo informard de si el triplete cumple 0 no la regia. Habré observado, apreciado lector, que cuando su «sujeto experimental» da por resuelto cl enigma y enuncia la soluci6n, es decir, la supuesta regla que él debfa descubrir, posiblemente todos sus ensayos hayan sido confirmatorios. Bs probable que los tripletes hayan sido 6-8-10 0 10-12-14, y la regla ntimeros pares _ ascendentes, | a Debe advertir a su sujeto que lamentablemente esa no es la regla. Quica ahora, al complicarse la tarea, cambie su estrategia y haga ensayos desconfirma-— torios, aq La regla estd a pie de pagina’, La tarea 2-4-6 fue propuesta por Mahoney y DeMonbreum (1978) a los siguientes sujetos: 15 psicdlogos, 15 fisicos y 15 sacerdotes ” Por cierto, la regla es: némeros en orden ascendente. © Ediciones Pirtmide La paleologia de la elenaia 1383 protestantes. Era de esperar entre los elentifleos in Mayer enanye eon secuencias desconfirmatorias por el mayor entrenumiento en el use del pensamiento critico. Los resultados fueron «deseontirmatorion» de esta hipétesis: no hubo diferencias signitieativay entre lox grupos, siendo el porcentaje de ensayos deseonfiimatorion de un 9 por 100 en cl grupo de psicélogos, de un 12 por 100 en el de faieon y de up 19 por 100 en el de sacerdotes. Es evidente que el criterio de demarcacién del «modus tollenee propugnado por Popper: P>q nog luego no p no surge de manera natural en la conducta cientffica al contrastar lis hipotesis. Y es que las investigaciones sobre el sesgo confirmatorio, confir- man —valga la redundancia— la escasa influencia sobre los cientifi- cos de la visi6n popperiana de que la mejor ciencia se hace buscando la falsificacién de las hipdtesis. El experimento de Mahoney y DeMonbreum arrojé otro resultudo muy interesante: aun cuando la evidencia fuese inconsistente von lin hipétesis de trabajo, aproximadamente la mitad de los sujeton segutan probando la misma hipétesis, sin darse tampoco diferencian signifien livas entre los grupos. EI feedback positivo se valora mejor que el negativo, y es que cuando una hipotesis 0 teoria se hace propia la seguimos sometiendo 4 prueba en busea de datos favorables, ignorando la evidencia en contra; y es que los cientificos, como decia Lakatos, son duroy de pelar... «,.. no abandonan una teoria simplemente porque los heehos |i conti digan. Normalmente o bien inventan alguna hipdienis de rescate pari explicar lo que ellos Ilaman después una simple anoniliio, ai no pur den explicar la anomalfa, la ignoran y centran si alenelin eh alto problemas. Obsérvese que los cientificon hablan de anomulina, jen plos recalcitrantes, pero no de refutuciones» (Lakatos, 1ON%) p14), < © Ediciones Pirdimidle VHA Epintemologia y psicologia Se han hecho estudios donde las instrucciones de falsar mejo significativamente la ejecucién en tareas de 2-4-6 y otras similare (Gorman y Stafford, 1987), lo que demuestra que los procesos de ing {rieelon podrian reducir el sesgo confirmatorio. Sin embargo, por otra parte, la desconfirmacién no acelera nece- suriamente el acercamiento a la «verdad», sino que en ocasiones pue- de incluso confundir mas. Pongamos que mi hipétesis es «ntimeros pares en orden creciente» y propongo el triplete 2-6-4. He planteado: un ensayo desconfirmatorio cuyo resultado, sin embargo, me afianza en mi hipétesis incorrecta, La falsacion, adenis de contraintuitiva, puede ser hasta contrapro- dueente, Como concluyen Tweney, Doherty y Mynatt (1981) en sw fevinidn sobre el tema, la confirmaci6n es un heurfstico mas eficaz en lox Momentos tempranos de los procesos de inferencia; tan slo una vez que el cientifico ha descubierto y verificado un patrén podria pasar a la blisqueda de evidencias desconfirmatorias. «Por supuesto, la falsacién puede ser también contraproducente en: fases mas tard{as de investigacién, particularmente si no existe ningu- ha alternativa razonable a la hipétesis falsada. Parece absurdo dejar una teoria que explica, digamos, el 99 por 100 de los datos relevantes y reemplazarla por nada» (Tweney, Doherty y Mynatt, 1981; p. 127), 5.5.2. {Cuando utiliza el cientifico la falsaci6n? Debemos coneluir, a la vista de lo expuesto, que no es una estra- fepia comin entre lox cientfficos y que no debe ser tan eficaz como se Bes tere cuando la eieneia ha podido avanzar, tan a menudo, sin cella, Vamos a mentar ahora dos ocasiones en las que se emplea de for- ma sistematica. La primera es una situacion muy obvia: cuando la hipotesis que se somete a prueba es fundamentalmente errénea. En este caso la falsacién es la estrategia idénea para rechazar hipétesis sospechosas de falsedad. Pero hay una condici6n id6nea para el cientifico donde falsar es el procedimiento epistemolégico eficaz para avanzar en una teoria: cuan- © Ediciones Pirtmide La psicologia de la olenoia 198 do se trabaja con hipétesis multiples. Tenemos ejemplos muy releviill: (es donde el uso del criterio de demarcacién popperiano ha coneluide en avances espectaculares. Eccles, del que ya hemos hablado, ha he» cho una importante labor de descubrimiento en relacién con la trasmi- sién sinaptica en el sistema nervioso central, apoydndose en una es~ (rategia falsacionista. Vamos a detenernos brevemente en el espectacular deseubrimien: to de la molécula del ADN mediante procedimientos refutudores, Wal son. y Crick se plantearon en su trabajo hipétesis diversas que ul ir resultando falsadas progresivamente iban dando lugar a sucesivin re» estructuraciones que les iban acercando a la solucién definitiva (Wels» berg, 1986). En 1951 Watson y Crick disponian de una bien desarrollada base de datos inductiva en torno al ADN: conocimientos sobre su compo+ sici6n quimica, conocimientos sobre su configuracién aportados por los avances en los métodos de difraccién de los rayos X, y conoci- mientos genéticos sobre el funcionamiento de] ADN en la reproduc- cién. Sabfan que el ADN estaba compuesto sélo por determinados acidos nucleicos y que éstos slo podian ordenarse en determinadas formas para formar la molécula. Sélo habia que probar. Asf surgié el modelo inicial de tres filamentos con las bases hacia el exterior ba refutacion de sus predicciones fue una valiosfsima informacion para hip6tesis alternativas. Tras dos sucesivas hipdtesia, tambien refutadin, finalmente surgié el modelo definitivo en 1953, Si en el avance del conocimiento cientifico Ia situacién Optima para usar la estrategia de la falsacién es el trabajo con hipdtesis mul liples, la situacién 6ptima para NO usarla es la investigacion en un campo nuevo, atin por explorar. En ese caso el pragmatismo exige una actitud extremadamente inductivista, prestar poca atencién a la even tual desconfirmacién, y mucho menos buscarla. El cientifico, en eNton casos, se centra en el refinamiento de las hipétesis y la depuraelon de los mecanismos de obtencién de datos. Tan slo cuando li calidad de hipStesis y datos es suficiente como para permilir infereneliy Ho Amn biguas puede tener sentido una estrategia desconfirmuatorli Al principio son muy importantes siempre lop enanyos eontir matorios para sustentar unas s6lidas bases sobre lis que eOnstiult Lis hipétesis. Los trabajos con expertos y novatos han demostrade que ° ©) Ediciones Pinimide 136 Epistemologia y psicologia los expertos confirman pri binacién heuristica de confirmacién y desconfirmacién es la mas idé: nea cuando se abordan problemas cientfficos reales, y asf es com acttian los cientificos expertos en su trabajo (Mynatt, Doherty y Twe. ney, 1978), aunque en tareas de contenido mds abstracto, como las clasicas de Wason, pueda resultar més eficaz prescindir del sesgo con firmatorio. llustraremos, por tiltimo, la oportunidad de estas estrategias con firmatorias con el ejemplo de la investigacién en geologfa lunar por los afios sesenta, una disciplina emergente donde las hipdtesis eran’ ambiguas y la calidad de los datos muy baja. Un estudio de Mitroff (1974) hecho con geoffsicos de la NASA de reconocida eminencia Mostr6 un fuerte sesgo confirmatorio hacia sus concepciones iniciales y la fuerte implicacién emocional con sus ideas, incluso ante la evi- dencia desconfirmatoria de los datos obtenidos en el primer alunizaje del Apollo. Como concluian Mynatt, Doherty y Tweney (1978) en el trabajo citado: «El andlisis filos6fico tradicional de la falsacién podria no ha- ber reconocido importantes realidades psicoldgicas». Parece que el terreno, como hemos visto, comienza a explorarse por la psicologia de la ciencia, y trabajos realistas de cognicin situada con el uso de la estrategia de la falsacién muestran que en el trabajo del cientifico, como en todo, a veces lo mejor es enemigo de lo bueno. © Ediciones Pirdmide ero y desconfirman después; esta com= El cambio conceptual en la ciencia 6.1. Enfoques filos6ficos: de las revoluciones a la evolucién'’ E] impacto de la obra de Kuhn, como ya se ha dicho, en lo relati- vo al tema de la evolucién de la ciencia, supone el abandono definiti- yo de la nocién de ciencia acumulativa y la sustitucién por una expli- cvacién en términos de progreso mediante revoluciones. También he mencionado que Kuhn fue el primero en darle a las teorias cientfficas un cardcter holfstico. Ese es el significado que tiene el concepto de paradigma en su acepci6n Ultima de matriz disciplinar. Para Kuhn, las diferencias entre los diversos paradigmas son de orden ontolégico, cpistemoldégico, conceptual o perceptivo, lo cual necesariamente low convierte en irreconciliables e inconmensurables, La tesis de la ineon mensurabilidad en Kuhn es global, como vemon, mientras que en Ve yerabend, que también la adopta desde su relativismo ridioal, @& pu ramente semdantica, lo cual niega mds firmemente toda posibilidad de comparacién. Pero como nadie es profeta en su tierra, a pesar del impacto y la \rascendencia que tuvo el concepto de revolucién de Kuhn para explicar cl cambio cientifico, sin embargo desde el principio fue muy contesti Este epigrafe y los dos siguientes estén tomados, casi en su (otilidud, de wie comunicacién que presenté en un seminario sobre Transformaviones Conve ualen y |tcpresentaciones, celebrado en la Universidad Auténoma de Madrid low diay 19 y 20 ue septiembre de 2005 y cuyos trabajos serén proximamente publieados por Mian Iunacio Pozo y Fernando Flores (eds.), con el titulo Cambio coneeplial y repreven sional en el aprendizaje y la enseiianza de la clenela, Mudid Antonio Machadoy UNESCO. También se han tomado algunas ideas de dieha comunienelin en eb winnie cpigrafe del capitulo 3. . © Ediciones Pirtmide 138 Epistemologia y psicologia da por sus propios colegas. Entendemos que dos fueron fundamental mente las acusaciones que tuvo que sufrir la teorfa de las revolucion cientificas de Kuhn: irracionalismo e inconmensurabilidad. El peligro de caer en el irracionalismo, que malamente supo sor tear Kuhn, y, consecuentemente, la dudosa calificacién de progreso @ su idea de la evoluci6n cientifica, fue para Lakatos la principal fuente de critica. En la introduccién a su libro La metodologia de los progra= mas de investigacién cientifica dice literalmente Lakatos: «Qué eg entonces lo que distingue a la ciencia? ;.Tenemos que capitular y cons venir que una revolucién cientffica sélo es un cambio irracional de convicciones, una conversi6n religiosa?» (Lakatos, 1989; p. 13) Afia- de que Kuhn Ileg6 a esta conviccién, y que si Kuhn tiene razdn no hay demarcacién explicita entre ciencia y pseudociencia, entre progreso cientifico y decadencia intelectual. La explicacién de la evolucién cientifica en Lakatos radica en la sustitucién de programas progresistas por otros regresivos Efectivamente habia que conjurar el peligro de irracionalidad que destilaba la teorfa kuhniana, asf como el distanciamiento de una visién naturalizada de la ciencia que desde Quine (1969) orienta los estudios sobre el conocimiento cientifico y que la psicologfa de la ciencia adopta obviamente como premisa en sus estudios metacientificos, Como sostiene Estany (1999), la epistemologia naturalista servird para rechazar definitivamente la teorfa del conocimiento positivista; para el positivismo, la fundamentacién del conocimiento nos la da la filosofia, para Quine la psicologfa. Lo curioso es que Kuhn siempre rechaz6 las acusaciones de irra- cionalismo o de epistemélogo antinaturalista; ya en el postscript de su obra principal o en otras posteriores, como los escritos de La tension esencial (Kuhn, 1982) se defiende con ufias y dientes de estas acusa- ciones. Considera que el peligro de irracionalidad esté conjurado des- de el momento en que se aceptan principios normativos proporciona- dos por la historia de la cienciy Lakatos, como vemos, rechaza el irracionalismo, aunque sus bue- has intenciones quedan diluidas en una concepcidn de la ciencia dema- siado ambigua que, para algunos, como su amigo Feyerabend, es com- patible con cualquier cosa porque dice tanto que no dice nada. Otros autores, sin embargo, se han centrado mas en la idea de naturalizacién. © Ediciones Pirimide E/ cambio conceptual an la elenela §=V99 En este sentido, la idea kuhniana de inconmensurabilidad @y re chazada de plano porque hace imposible fundamentar el progreso cientifico y considerar criterios transparadigmaticos. El naturalismo culifica de autorrefutadora la nocién de inconmensurabilidad de los paradigms rivales; si la aceptamos, nunca podriamos admitir que des- de el paradigma en que nos ubicamos —por ejemplo, un paradigma de la filosofia o de la historia de la ciencia, como el que utiliza Kuhn para hacer su andlisis— seremos capaces de entender los coneeptos del paradigma objeto de estudio porque obviamente son paradigmas distintos y, por tanto, inconmensurables. Desde una perspectiva naturalista, la revolucién cientifica reduce (cliberadamente el protagonismo de sus hacedores, la responsabilidad del cientifico innovador y su esfuerzo de creacién, algo que Einstein llam6 la «lucha personal» del cientifico, que nunca es lo suficiente- mente comprendida y valorada. Parece como si la revolucion es algo «que le pasa al cientffico». Durante mucho tiempo fue la consecuencia de abordar un enfoque miope de la ciencia desde el contexto de ju i ficacion exclusivamente, de considerar las teorfas como productos acabados, y de prescindir del contexto de descubrimiento centrado en. los procesos. Como dice Ana Estanny, todo modelo filosdfico deberfa abordar la ciencia como proceso y como producto, desde el contexto de descubrimiento y desde el contexto de justificacion, Toulmin y Laudan han hecho propuestas naturalintis del progreno cientifico, en términos de cambios progresivos. Hl modelo de Larry Laudan (1986) concibe un desarrollo par ial de la clencla, lo cual en psicologfa, por ejemplo, explicarfa muy bien el papel de las figuras de Kulpe y Titchener, muy influidas por el positivismo, en la transicion del estructuralismo al conductismo. Pero Laudan no contempla que un cambio parcial pueda acabar en ruptura con una teoria anterior y se convierta en cambio revolucionario. En Toulmin (1977) tenemos un precursor de las teorias Comnitivas de la ciencia cuando habla del cambio cientifico en términos de eam bio conceptual. Propone una epistemologia evolucioniatn que suNtitr ye el concepto de revolucién por el de evolucién de low eoneeptos cientfficos. Campbell (1960) habja planteado ya wna (ort evoluelo nista de la ciencia en la misma Ifnea, de un marendo earieter darwitiis ta, Este autor utiliza las nociones de variacion clega y retenelon selec © Ediciones Pirimide 140 Epistemologia y psicologia tiva para trasponer los principios darwinianos de la seleccién natural al mundo de las ideas. ‘ Estos modelos evolucionistas, sin embargo, tienen serios proble= como dice Thagard; no se puede equiparar la evolucién de las especies con la de los conceptos cientificos. Por ejemplo, la genera- cién de conceptos no es azarosa, no es ciega, sino que forma parte de un proceso de solucién de problemas, mientras que las mutaciones de los organismos no se producen para resolver los problemas con el medio (Thagard, 1992). may 6.2, Modelos cognitivos y computacionales Los estudios cognitivos de autores como Giere, Thagard, Feist y Gorman contradicen la versién de Kuhn y plantean que la nueva Ges- talt que constituye el nuevo paradigma se consolida de forma progre- siva. Frente a la concepeién kuhniana de revisién de creencias, hablar de cambio conceptual significa concebir complejas estructuras com- pulacionales organizadas en jeri sy reglas que contribuyen a las. explicaciones cientfficas, Giere y su grupo (Giere, 1988) en la universidad de Minnesota desarrollan una concepcidn semantica de las teorias cientificas, enten- didas como modelos mentales relacionados con el mundo en formas especificas. Asi, Nancy Nersessian (1992) utiliza el método cognitivo- historico, entendido como una integracién de los conocimientos de la psicologfa cognitiva sobre el pensamiento cientifico con los descubri- mientos histéricos sobre practicas representacionales y de solucion de problemas, : Las implicaciones de este enfoque seméntico y este método cog- nitivo-hist6rico pura las demiis metaciencias, como afirma Nersessian, afectan tanto a la filosoffa, por cuanto favorecen la comprensién de los cambios paradigmaticos, como a la historia, al ayudar a conocer e interpretar las referencias introspectivas de los cientificos. Por otra parte, tienen correlatos en psicologfa del desarrollo en la explicacién del cambio conceptual. Asimismo, afectan a las politicas instruccio- nales con una nueva concepcién del descubrimiento en forma cons- tructivista y en el aprendizaje de las raices de las ideas cientificas, © Ediciones Piramide El cambio conceptual en la elenela Vat La psicologia cognitiva de la ciencia ha desarrollado ademas pror yramas de simulacién computacional con el propésito de favoreeer insights en torno a la definicién de heuristicos implicados en el des- cubrimiento y cambio cientifico. Mencionaremos, al respecto, algunas aportaciones como los pro- gramas inductivistas BACON de Simon y su equipo (Langley, Simon, Bradshaw y Zykow; 1987), capaces de replicur un proceso de dexeu= brimiento como las leyes de Kepler del movimiento planetario, HAs CON induce leyes cuantitativas a partir de datos empirieos, aunque son leyes que estén muy cerca de los datos. No examina clegamente los datos sino que selecciona heuristicos que tratan con ellos de forma secuencial. Segtin Margaret Boden (1994), actian de forma andloga al cientffico humano que intenta una cosa tras otra partiendo de las posibilidades mds simples, pero estén muy lejos de replicar los proce- sos de la auténtica creatividad humana, donde el cientifico crea nuevos espacios conceptuales a partir de la distorsién de reglas anteriores 0 la configuracién de nuevas reglas. Otro programa de Kulkarni y Simon (1988), KEKADA, utiliza una jerarquia de heuristicos que pueden ser usados en un amplio rango de problemas cientificos. Una de las cons clusiones de la investigacién con este programa de simulacién com» putacional es que los expertos poseen tanto heuristicos generales COMO de dominio, mientras que los novatos utilizan s6lo lox mas generalen, El programa conexionista de Thagard, denominado HEHO (Tha gard, 1992), es de importancia especial para nosotros por el exhaust vo andlisis que hace de la evolucién de la psicologfa, El programa implementa la teorfa de Thagard que explica el cambio cientifieo en {érminos de sustitucién de hipotesis con mayor coherencia explicativa, Asi, evaliia los cambios desde la psicologfa introspeccionista al con- ductismo y de éste a la psicologfa cognitiva; en el primer caso, Ape lando a razones de coherencia metodoldgica, y en el segundo a li promesa de una mayor coherencia explicativa. Ow carncteniation de la concepcién metacientifica de este autor es que, ul extilo de Kuba, no considera las teorias psicolégicas como paradigman yerduderon, hablando de «enfoques»; para él, el cognilivinmo en Un enfoque eon voeacién de teorfa. El programa ECHO, sin embargo, tampoco enti exenle de eritions por estar més dirigido a testar normas [ilovofleas pari regolyer contro . © Ediciones Pirémide 142 Epistemologia y psicologia versias que a emular los verdaderos procesos ticipantes, segtin Feist y Gorman (1998), Sin embargo, el modelo de Thagard tiene una importante dimen- sion aplicada porque concede gran relevancia al aprendizaje de la ciencia ¢ incorpora el andlisis del proceso de instruccién de los cien- tificos respecto del nuevo marco conceptual. En este sentido, pone €nfasis en el proceso de argumentacién cientffica como mecanismo de instruccion en el proceso de cambio y aceptacién de la nueva teoria por parte de la comunidad. sicolégicos de los par- 6.3. El modelo de Thagard Entendemos, de acuerdo con Thagard, que una teoria del cambio conceptual debe explicar los mecanismos por los que el cientifico in- novador construye un nuevo sistema, la forma en que éste reemplaza al anterior y cémo es adoptado por los miembros de la comunidad, objetivo al que aspiran los nuevos modelos cognitivos de la psicolo- gia de la ciencia, Para este autor una teorfa de cambio conceptual en la ciencia debe explicar cuatro fenémenos, que enseguida vamos a ver en la versi6n que él propone: — Desarrollo por descubrimiento. — Reemplazo por descubrimiento. — Desarrollo por instruccién. — Reemplazo por instruccién. La teoria de Thagard es indiscutiblemente naturalista, a pesar de las criticas 4 su programa conexionista ECHO, que trata de mostrar la computabilidad de lay relaciones de coherencia. Critica la idea de dis- continuidad de las revoluciones kuhnianas y Ia analogia de la conver- sion religiosa. Los cambios cient{licos son progresivos, no niega in- cluso la acumulatividad, pero si que sean factores sociolégicos los que explican la adopcién de nuevas teorfas: para él es importante preservar el atributo de racionalidad en las revoluciones. Una teorfa del cambio cientifico, atiade Thagard, debe explicar los Mecanismos por los cuales el descubridor construye su nuevo sistema © Ediciones Pirémide El cambio conceptual en la elencia 148 yenerando nuevos nodos y enlaces, y también cémo el nuevo sistenia reemplazaré al anterior y como lo adoptan los miembros de la eomu> nidad. Los cambios de paradigma, comparando los resultados finales, pueden parecer transformaciones gestalticas, como dice Kuhn, pero eso no explica el proceso ni los pequefios pasos que van de uno a otro. En psicologia de la creatividad ha sido un tema consiante de de» bate cémo se origina el producto en la mente del creador, La explicn cién de esos insights repentinos, esas chispas —como rezi el libro de Root-Bernstein Sparks of creativity—, han dado lugar a las versiones inspiracionistas, donde la idea se presenta de repente en la mente del creador, por sorpresa, sin que exista evidencia de participacién di ta en la misma por parte suya, con las musas rondando por doquier, provocando situaciones estramboticas en que a veces se presenta el fendémeno. Los anglosajones hablan de las 3 B?: bath (Arquimedes), bed (Kekule) y bus (Poincaré); las deformaciones de los relatos intros» pectivos han contribuido a desarrollar la mitologia en torno al genio cientffico (Romo, 1997) que tan perjudicial ha sido en la comprensién psicolégica del tema. Resulta muy ilustrativo al respecto el caso de Darwin y su famoso insight tras la lectura del libro de Malthus, En su autobiograffa, escrita con 70 afios, Darwin magnifica la traseendenela de este episodio, casi como necesario para que vier 1a lug 1a teorta de la seleccidn natural. Sin embargo lo que nos ha mostrade Gruber en su libro Darwin sobre el hombre es que las entradas de sus euaderion de notas correspondientes a la fecha en que tuvo lugar la leetura de tal libro no consta en maytisculas ningtin: «jEureka, la seleceién natuy ral!» En resumen, a veces elementos azarosos pueden ayudar a crista» lizar los conocimientos y cerrar el puzzle que ha de constituir una nueva teoria cientifica, pero mientras exista una mente que hays prey parado el camino hacia esos momentos afortunados. En definitiva, como dijo Pasteur, la suerte favorece a las mentes preparidis, En esa progresién que postula en el cambio cient{feo, Thagard establece una gradaci6n entre niveles de cambio epistémieo, Dintingue entre cambios en relaciones de clase y en relaciones de parte, intro 2 En el capitulo 7, sobre creatividad, hablaremon mis eh detutle de estos fend menos, . © Ediciones Pirimide 144 Epistemologia y psicologia duccién de nuevos conceptos y desaparicién de otros. En la tabla podemos ver los nueve grados de cambio conceptual que conci desde afadir un nuevo ejemplo hasta cambiar el principio organiz: del arbol j uico. Ast, Darwin no sélo reclasifica a los hom como animales, sino que cambia el significado de la clasificacién, nocidn de especie, que tenia antes de Darwin un sentido de similari superficial, cobra otro sentido. TABLA 6.1 Grados de cambio conceptual Ajjadir un nuevo ejemplo. Ajladir una nueva regla débil. Afiadir una nueva regla fuerte que juega un papel frecuente en la solucién de problemas y explicacién, Afiadir una nueva relacién de parte. Afiadir una nueva relacién de clase. Ailadir un nuevo concepto. Derrumbar parte de una jerarqufa de clase, abandonando una distineién previa, Reorganizar jerarqufas por salto de rama, es decir, cambiando un concepto” desde una rama de un frbol jerarquico a otro. 9. Cambiar el drbol, es decit, cambiar el principio organizador de un arbol je~ rérquico, a aS PrAIAA-E El cambio 9 es el mas dramatico porque afecta al principio orga nizador de un drbol jerarquico. Hemos citado el ejemplo de la selec- cién natural, donde hay tanto adopcién de conceptos nuevos y aban- dono de antiguos de la teoria creacionista como cambios en la jerarquia de clas mplo reclasificar a los humanos como primates y cambiar el significado de la clasificacién. Afiadir una nueva relacién de parte es lo que hizo Hinstein, por ejemplo, al rechazar las nociones cotidianas de espacio y tiempo y vincularlas en una nueva concepcién espacio-temporal. En cuanto a la psicologia podemos mencionat im- portantes saltos de rama en el conductismo, al reinterpretar los estados mentales del introspeccionismo en el marco conceptual de estimulos y Tespuestas, aunque su jerarquia de clases es limitada y no existe un Arbol conceptual organizado, Por el contrario, del conductismo al cog- © Ediciones Pirimide EI cambio conceptual a ia wienwia VA8 hilivismo el cambio fundamental se produce en jerarquiin de Uline, vomo veremos después. " La revision de creencias cubre s6lo los tres primeros casos de Ii {ubla, y es un cambio comiin en el desarrollo de 1a ciencia, Sin embate go, adicin, anulacién, reorganizacion de congeptos 0 redefinieidn de jy naturaleza de la jerarquia es algo que ya mas alld del fe ahaa lo o retirada de creencias, aunque sdlo lon don iil eon revoluciones. A continuacién Thagard contempla en st modelo el procesos del cambio y sugiere que la inteligencia art) (arnos en la construccién de una teorfa que explique tanto Ii | (escubridor como la de los que adoptan, a través de él, el nuevo Nine tema. 6.3.1. Desarrollo de un nuevo sistema conceptual por descubrimiento ;Cémo se forman los nuevos conceptos y las conexiones entre ellos? Thagard considera que los programas que implementen oslit idea central de desarrollo de un nuevo sistema conceptual por dewey brimiento deben considerar en Ja induccién una funcién pragilile, en el contexto de la solucién de problemas, para garantiZar tan retin del aprendizaje. Por ejemplo, al implementar un proceso de eorbl vién de conceptos, debe tener en cuenta valores de los minios suliencia o diagnosticidad. La investigacion en este campo debe incro identificar las complejas clases de combinacién conceptuil lilica, y segundo desarrollar un modelo computacional sensible efectos contextuales y el razonamiento causal en In gene cvonceptos cientificos. En cuanto a los procesos de generalizacién, deste cn la formacién de reglas cientificas, aunque 1s I siempre més allé de lo observado. Enuneia el de reglas como generalizacién a partir de hipél plos observados, aunque el estudio compu licne atin mucho trabajo para comprender explicativas en la ciencia. ° © Ediciones Pirimide 146 Epistemologia y psicologia 6.3.2. Sustitucién por descubrimiento {C6mo un nuevo sistema conceptual reemplaza a otro existente? ©) La nueva red suplanta a Ja antigua Figura 6.1.—-Diagrama en tres pasos sobre el cambio conceptual tomado de Thagard, 1992; p, 57. Desde un punto de vista a ‘ altista, como sucede en Ja concepcién kunniana, se habla de sustitucién de un sistema de relaciones por otro nuevo, Pero No se explica cémo se construye el segundo ni cémo se hace la sustitucién. Qué hace al segundo sistema sustituir al primero? Una respuesta computacional ha de basarse en la competencia de reglas. Los pesos de las reglas que establecen conexiones entre los conceptos se incre- © Ediciones Piximide El cambio conceptual on la olenila VAT mentan gracias al uso exitoso de ellas, entendiendo por éxito dar ex plicaciones. Cuando se alcanza la explicacidn, tales eslabones se re luerzan (paso 2 a 3 del diagrama); el resultado es que emergen y (ominan reglas mas fuertes. Esto es lo que sucedié en la revolucién quimica debida a Lavoisier y la sustitucién de la teorfa del flojisto. En 1776 todavia se pensaba en términos de flojisto, pero en 1777 el éxito explicatorio de su sistema fue tal que sus enlaces explieatives eran ya mds fuertes que los anteriores. Las aplicaciones del nuevo sistema a la solucién de problemas son mejores que en el anterior. Asi se consolida el nuevo sistema de reglis, la nueva red, Es un proceso lento, pero los viejos enlaces se hacen tan débiles que dejan de figurar en los procesos de pensamiento del cien- (ifico creador. Estas explicaciones tienen plausibilidad y no excluyen el cardcter holistico de los cambios en los sistemas conceptuales, ya que las re« glas nuevas que usan los cientfficos no se construyen de forma aislada, desconectadas unas de otras, sino que mas bien se producen cambios dramaticos en los sistemas conceptuales cuando un set de hipdtesis aparece como un todo teniendo mas coherencia explicativa que otro. 6.3:3. Desarrollo y sustitucién por instrucelén TABLA 6,2 Mecanismos de cambio conceptual Descubrimiento Instruceién Formacién de conceptos. Términos introducidos Generalizacién. Experimentos comunieadon, Formacién de hipétesis. Hipétesis defendida, El uso de nuevas redes muestra | Las discusiones eon low defen Sustituci6n | su coherencia explicativa, sores de i nveya fed muentan su cohereneld explioativa cin de lon demas Clentihean fey {Como es el proceso de instru pecto del nuevo marco conceptual? . © Ediciones Pirémide a 148 Epistemologla y psicologia El cambio conceptual en la elencla 149 iPor instruccién es mds facil adquirir los nuevos conceptos q descubrimiento! Esto es obvio, aunque algunas reglas del sistema el dor puede adquirirlas por instruccién. Remitimos de nuevo al lee capitulo de creatividad cientifica para refrescar las ideas acerca de log cesos implicados en el descubrimiento, Aqui slo vamos a recoger palabras de Root-Bernstein que dan buena fe de las diferencias entre cubrir e instruir y que aparecen en su libro El secreto de la creativi amente el asunto tiene mucha enjundia, y en este punto era fweesario recordarlo de nuevo. Realmente hay muchos elementos, spurte del supuesto deterioro neuroldégico que esgrimen algunos para eaplicar la resistencia al cambio y el principio de Planck al que nos limos referido en la pagina 121. Thagard sugiere, por ejemplo, aspec- {ns de caracter motivacional; una razén de consonancia cognitiva pue- ile {icilmente explicar la fidelidad a unas ideas de las cuales el cien» lilico «ha comido» y por las que ha podido aleanzar «la gloria», como jourfa ser el caso de Priestley, y trasponiendo el asunto a gjemplos fis cercanos parece que nos resultaria muy dificil calificar de rigido «con deterioro neurolégico a alguien que mostré una Productividad ¢yeutiva hasta su muerte, slo porque se mantuvo siempre conductista euando ya un nuevo paradigma se habfa hecho dominante; si, estamos hablando de Skinner. «{Cudntas veces se ha metido usted en Ia bafiera sin darse cy siquiera del aumento del nivel del agua? Porque ese fue precisamen| dato que permitié a Arquimedes establecer la relacién existente en| volumen de agua desplazada y Ja densidad de los objetos. ¢Cuantas res ha golpeado usted algo sin darse cuenta del sonido que proyoe Porque fue precisamente el sonido del yunque de Jos herreros el qi permiti6 a Pitdgoras advertir la relacién existente entre la longitud de objeto y el tono del sonido que emite (...) gCudntas veces ha contemp! do usted el cielo y se ha preguntado por qué es azul? Porque esa precisamente la pregunta que llev6 al fisico del siglo xvi John Tyn subrir que el color del cielo depende de la difusion de Ia luz caus por el polyo y otras particu » (R. y M, Root-Bernstein, 2002, p. 6 TABLA 6.3 Seis tesis en las revoluciones cientificas Las revoluciones cientificas suponen grandes transformaciones en sistemas conceptuales y proposicionales. Los sistemas conceptuales estan principalmente estructurados via jerarqufa de clasés y jerarquia de partes, ‘Los nuevos conceptos te binacién conceptual. Los sistemas proposicional nes de coherencia explicativa. ; Las nuevas hipotesis tedricas surgen generalmente por abduccién. ~ La transicién al nuevo sistema conceptual y proposicional se produce debido a la mayor coherencia explicativa de las nuevas proposiciones que usan los nuevos conceptos. Inculcar un nuevo sistema conceptual requiere desarrollar teglas procedimientos que sean suficientemente coherentes con otros conos mientos como para suplantar las reglas previas. El mecanismo por que se produce el cambio es la argumentacién cientifica. No bas| con la instruccién, la gente debe usar el nuevo sistema lo i como para apreciar su poder. Los cientificos re Jos experimentos de La construyendo el nuevo do el micleo central surgen generalmente por mecinivmoy de eony estiin principalmente esiructurados via teliele petfan una y otra veg Voisier para convencerse; pasaron unos afiog tema y reforzando sus eslabones, consolidan- St queremos usar los términos lakatosianos—, Es interesante la explicacién que da Thagard sobre el caso de Priestley, ;por qué no acept6 nunca la teorfa del oxigeno? Fue el me- jor conocedor de la teoria del flojisto y de su-posible coherencia con- ceptual, y nunca us6 el otro sist ema lo suficiente como para percatar- Se de que era mas coherente. Esto nos leva a un asunto muy interesante para los psicélogos de la ciencia y que ya hemos mencionado: es la supuesta resistencia al cambio de los cientificos mas veteranos, FUENTE: Basado en Thagard, 1992. 6.4. El cambio paradigmatico en psicologia Hemos visto diferentes versiones para explicar el cambio elenifien, desde las revoluciones kuhnianas a los modelox compulacionales de li psicologia cognitiva. Ahora, de forma reflexiva, now mirarenios el om © Ediciones Pirémide jones Pirémide nla elenoia 181 150 Epistemologia y psicologia El cambio conceptul bligo aplicando a la psicologia las herramientas que para tal andlis idea de progreso en Lakatos va en esa linea y lo mismo pasa con Lau nos han proporcionado las teorias de los psicdlogos y los fildsofos. — dan, que concibe desarrollos parciales. Sin embargo, desde ninguno Al hablar de cambio cientifico en psicologfa la primera cuesti le estos dos enfoques se podrian explicar cabalmente los cambios que se plantea es la naturaleza diferente del mismo si lo comparamo fwcaecidos en nuestra disciplina. Asi, la idea de nticleo central no cua- con la fisica, por ejemplo. Bien porque se conciba que en las cienc’ dra con el paradigma conductista a menos que consideremos como sociales las teorfas no tengan la naturaleza clara de paradigmas dot conocimiento sustantivo el paradigma H=>X ni tampoco es aceptable nantes, bien porque el cambio no signifique claramente una revoluci6n que el cambio al conductismo obedeciese «criterion de netunelon rie tedrica. Pero yayamos por partes. cional», Por su parte, Laudan no contempla que un eamblo pareial El primer caso, en la més pura tradicién kuhniana, tiene como buen pueda acabar en ruptura con una «tradicién de investigueidn» y se exponente a Thagard, que considera que en psicologia tenemos qt convierta en cambio revolucionario. Por otra parte, su idea de progres hablar de aproximaciones 0 enfoques més que de verdaderas teorias, e so basada en la resolucién de problemas tampoco nos sirve de mucho; ausencia de una teorfa unificada coherente. Para él, ademas, el criteri¢ el conductismo resolvié problemas de orden metodolégico pero supu- de mayor coherencia explicativa que da cuenta de la sustitucién de so un retroceso respecto a lo ontoldgico. paradigma por otro no regiria en psicologia, pues el cambio se expliet A pesar de que algunos filésofos sigan hablando de escuelas mas en términos de una mayor coherencia metodoldgica, especialment que de teorfas en la psicologfa, y de que otros, como hemos visto, nie» desde el introspeccionismo al conductismo, aunque del conductismo juen el cambio paradigmatico en la ciencia, consideramos, por nuestra cognitivismo haya que reconocer importantes cambios conceptuales, parte, que nuestra disciplina ha sufrido dos cambios revolucionarios, en Frente a Thagard, la posicién mas extendida entre los historiadore los términos de Kuhn —uno metodolégico y el otro también, aunque de la psicologfa es que con el conductismo la disciplina alcanza ¢ con una trascendencia fundamental en lo conceptual—, y vamos a pasar estatuto de ciencia madura y que a este paradigma le sucederia el cog, i describirlos brevemente, siguiendo el modelo de Thagard que, reflexi» nitivismo, que sigue siendo paradigma dominante. Estanny, que hy vamente, desde su propio enfoque cognitivo ha desmenuzado exhaust! hecho una exhaustiva revisién de las concepciones epistemolégicas vamente en un anélisis de gran rigor y fidelidad, Hacemos li wilvedad respecto, considera que debe hablarse de verdaderos paradigmas y dk de que tampoco entramos en un posicionamiento de si se Wali de ento dos revoluciones; en el caso del cognitivismo, al contrario de Thagard ques © verdaderas teorfas, las de la ciencia psicolégiea, considerando, entiende que hay un verdadero progreso tedrico que viene de la mand de acuerdo con Thagard, que un enfoque se entiende como une colee de Ja interdisciplinariedad en que esté inmerso como disciplina inte. cién de métodos experimentales y estilos explicativos, aunque mucho grada en las ciencias cognitivas. Para esta autora el nivel mas aprop iis genérica y difusa que una teorfa que explica siempre sets de hechos do de andlisis para entender los cambios en psicologia es un nivel ilentificables. Debemos admitir, con Thagard, que la psicologfa no ha microestructural, donde hay una reconstruccién sincronica de una s aleanzado nunca una teorfa, comparable con la mecanica newtoniani, cuencia de la historia de la psicologia. Las grandes revoluciones en It por ejemplo, que es una teorfa unificada coherente, y el cambio eon psicologia no se pueden Iegar a comprender desde una perspecti' cvptual ha consistido en la sucesi6n de aproximaciones en compeleneli, macroestructural, especialmente en la transici6n del estructuralismo conductismo, donde existen progresivos acercamientos como los d Kuhlpe y Titchener que no suelen ser considerados en los enfoques d 6.4.1. El conductismo cambio revolucionario (Estanny, 1990, 1998). En las posiciones de Lakatos y Laudan al explicar el cambio en Las influencias del positivismo légico empesiron & hieere Hott psicologia hay un precedente de rechazo a lo macroestructural, entre los discfpulos de Wundt como Titchener y Kulpe, lo que prove: . © Buiciones Pirdimll © Huliciones Pirémide rrr 152 Epistemologia y psicologia c6 un distanciamiento del estructuralismo y preparé el camino para @ cambio, porque lo que nadie discute es que la influencia del positivi mo l6gico fue lo que indujo esta revolucién, una revolucién esencial mente metodoldgica. Segtin Estanny: «Frente a la imposibilidad de aunar el estudio dt la conciencia y el rigor metodoldégico, John Watson aposté decidida mente por el segundo, aunque para ello tuviera que sacrificar el pri mero» (Estanny, 1998; p. 101). Titchener habia acogido la filoso! positivista como guia metodoldgica para la investigacién, aunq siempre antepuso el objeto al método, pero Watson hizo lo contrario antepuso la metodologia a la ontologfa. El objeto de la psicologta vi a quedar delimitado por lo que la observacién pueda ofrecernos. Hacer introspecci6n sera, a partir de entonces, nombrar cambios en los tejis dos. Estas palabras de Watson en lo que se considera «el manifiesto conductista», un articulo titulado La psicologéa tal como la ve un coi ductista —mencionado en el capitulo 2— y publicada en el Psycho: logical Review en 1913, no dejan lugar a duda: «Parece Ilegado el momento de eliminar toda referencia a la con ciencia en psicologia; la época en que ya no es preciso engafiarse pen sando que los objetos mentales estén siendo objeto de observacién Nos hemos enredado tanto en cuestiones especulativas sobre los elt mentos de la mente, la naturaleza del contenido consciente (...) que ye en cuanto experimentalista, tengo el sentimiento de que algo va mal en nuestras premisas y en los tipos de problemas desarrollados a partir d ellas» (Watson, 1913). Con respecto al introspeccionismo, el cambio conceptual fue bi tal. Podemos hablar de un exterminio de todos los conceptos explica» tivos previos referidos a fendmenos mentales: se entiende que no eg Posible una ciencia de la conciencia pero si una ciencia de la conduc» ta. Ademas, Thagard considera que se producen importantes saltos de rama, es decir, una reorganizaci6n de jerarquias conceptuales saltando” un concepto de un Arbol jerarquico a otro, lo que constituye el pentil- timo nivel en su gradacién del cambio conceptual. Asi, el lenguaje pasa a ser conducta verbal y, por tanto, sometida a las leyes del apren= dizaje. © Ediciones Pirdmide: El cambio conceptual en la oiencla 183 Pese a ello no podemos hablar de una estructura conceptual orgie nizada y coherente. A Watson sélo le interesaron las leyes empfricus de EE y RR, no las teorfas explicativas. Skinner serfa asimismo teo- ilicamente abstemio; mientras que Hull, muy influido por el enfoque formalista del positivismo légico, emprende un ambicioso programa que, a partir de un pequefio ntimero de postulados, intenta deducir principios explicativos generales y, aplicando una sofisticnda metodo logfa, deriva en una enorme complejizacién tedrica que intenta salvar nomalfas y predicciones fallidas. Sin embargo, fracasado el programa de Hull, la cohereneia expli- cativa del conductismo fue nula hasta para el aprendizaje animal. {Por qué suplanté entonces a la psicologia introspeccionista? Thagard ar- jumenta que no fueron razones de coherencia explicativa, sino pura- mente metodolégica: — La mayor objetividad del programa conductista. — La investigacién aplicada que prometia. — Su asociacién con el positivismo légico, que daba garantias epistemolégicas. 6.4.2. El cognitivismo Los frentes abiertos por los afios cincuenta con lox «venninal pe pers» —disculpe el lector el barbarismo de tan dificil traduccion te» solvian fehacientemente las graves anomalfas del conductismo y set virian de ariete para el cambio: — Miller (1956) con su Mdgico niimero 7, mds/menos 2, y Newell, Shaw y Simon (1958) con sus Elementos para una teorla dela solucién humana de problemas, descubren estructuriy COnpt tacionales en la mente. Surge la metéfora del ordenador ~ Chomsky en 1959 revisa el Verbal Behavior de Skinner y de muestra lo inadecuado de las relaciones funelonales entre ent! mulos y respuestas para explicar la adquisivion del lenguaje Miller, Galanter y Pribram (1960) en Planes y extrienind dela conducta proponen la unidad TOTH (test-operiie testext)) . © Liliciones Pirémide 154 Epistemologia y psicologia como una explicacién computacional de la relacién entre co} nicién y accién, Un concepto verdaderamente revolucionari por no tener precedente en otras teorias cognitivas previa: como la Gestalt. Una caracteristica definitoria de la revolucién cognitivista fue qui estuvo marcada por una condicién de interdisciplinariedad. Efecti mente, las aportaciones pioneras que acabamos de mencionar, cot tantas otras posteriores, incluyendo la del autor cuyo trabajo sobre |: reyoluciones en psicologfa estamos estudiando —para rizar més e| rizo—, se deben, en muchos casos, no a psicélogos, sino a lingiiista filésofos, antropélogos, neurdlogos o investigadores de Ia inteligenci artificial; en una palabra, autores de la ciencia cognitiva. Como sefia la Estanny, las revoluciones en psicologia estén marcadas por una pa radoja: inicialmente separarse de la filosofia para acabar de nuevo uniéndose a ella. Desde esta interdisciplinariedad se produce, necesariamente, un progreso tedrico frente al conductismo. Aparecen conceptos explica: tivos importantes importados de la inteligencia artificial (niveles de procesamiento, heuristicos...); Thagard sefiala como concepto més in- novador respecto a todo lo precedente el de «procesamiento de infor macién humana». Desde su modelo postula un cambio fundamental en las jerarquias de clase —correspondiente al séptimo entre los nive- les de cambio conceptual— cuando mente y ordenador se identifican como procesadores de informacién. El cambio fundamental en esta revolucién ha sido de naturaleza (eorica, pues en lo metodolégico se mantienen los mismos valores y criterios. Se mantiene el afén experimentador en lo que se ha Ila- mado conductismo metodolégico y se incorpora una metodolo- gia totalmente nueva que es la simulacién. Supuso una renovacién conceptual unida a un refinamiento del método: una «revolu- cién blanda» para Thagard, que tampoco concede el estatuto de teo- ria a la psicologia cognitiva. En esto, en consonancia con Thagard, si parece haber un acuerdo general al respecto: nadie nos ha dado hasta el momento una teorfa unificada de la mente, pues lo que hay son marcos explicativos de un amplio rango de fenémenos cogni- livos, © Biiciones Pirdmide El cambio conceptual en la clencia 165 De nuevo se plantea la misma pregunta que hicimos antes! {por que suplanté al paradigma conductista? Tampoco ha sido por una mile yor coherencia explicativa, pero sf por la promesa de alcanzarla, ob- jelivo para el que dispone de dos herramientas muy preciadas: mayor potencial en el rango de hechos explicados y mas prometedores recur- sos, los computacionales. . W Hdigiones Pirdmide La creacién cientifica 7.1. Creatividad cientifica y artistica: una profunda unién Al hablar de Ia creatividad cientifica debemos comenzar puntuali- zando que nuestra concepcién de la creatividad va més alld de distin- ciones Cualitativas entre formas de creacién cientifica y artistica, lite- faria, musical, etc. Concebimos que la creacién es Ia misma alli donde se encuentre, aunque también es cierto que las caracteristicas propias del campo o disciplina de trabajo presuponen necesariamente cl ejercicio de unas habilidades de dominio y un vasto conocimiento de la disciplina. La adquisicién de estas capacidades de infraestructura para el campo es un proceso largo, aunque algunos postulen que en alpunow genios pueden tener, de forma innata, un extremado desarrollo (ine Moria musical en Mozart, capacidad de imuginacion espaelalen Hing (cin...). De igual forma, llegar a dominar los entresijos de un campo, con el desarrollo actual del conocimiento, es un proceso largo y trie bajoso que Neva mas de diez afios (vg., es el tiempo que tarda un ali- cionado en convertirse en maestro de ajedrez o un cocinero en un buen chef). Los procesos psicolégicos de la creacién presuponen estas ha- bilidades de infraestructura e interactdan con ellos. En suma, estos procesos, junto a unos rasgos personales que le son propios y a la fuerte motivacién intrinseca hacia la tarea, constituyen, brevisimamente esbozados, los aspectos comunes del trabajo creador cn cualquier ambito. Las destrezas propias de la creacién son las miss mas estén donde estén; en la parte final de este capitulo entraremon ‘lgo més en el detalle de estos procesos psicologicos. En los niveles extremos de creatividad la misma signifiowulin le . © Ediciones Pirdmide i 158 Epistemolagia y psicologia ne la obra artistica que la teorfa cientifica. Se trata de revolucio donde los sistemas de reglas en un espacio conceptual dado han §} alterados y sustituidos por otros, configurando un nuevo espacio ceptual que no se desprende como fruta madura del anterior, sino q supone una ruptura y cuya naturaleza es impredecible desde el pi digma previo. Las Seforitas de Avignon de Picasso, primera gran obra del cul mo, supuso la ruptura con la perspectiva renacentista; la represent ci6n de las cosas se descompone en sus figuras geométricas, la rei dad se puede ver a la vez de frente y de perfil. d Asimismo, con Darwin cae la concepcién creacionista de las ¢ pecies ante la idea evolucionista, que combina azar y necesidad com principios de la seleccién natural. Un nuevo «punto de vista» que tr ciende los limites de la historia natural de su tiempo afectando a otr disciplinas como la paleontologfa, geologia, antropologia y psicol gia, y sobre todo a la nueva concepcidn que desde entonces el hombi tendré de si mismo (Gruber, 1984). Pero hay otras dimensiones comunes entre el arte y la cienci Como he dicho en mi libro Psicologia de la creatividad, «la verda no es el privilegio de la ciencia, ni la belleza del arte». Si queremo comprender la naturaleza del conocimiento humano en profundidat debemos ir mas alld de la dicotomia arte/ciencia, belleza/verdad, ima ginacién/légica, emoci6n/razén... (Romo, 1997; p. 59). 4 Hemos visto en paginas anteriores los avatares suftidos por la no- ci6n de ciencia y actividad cientifica desde que las posiciones alterna tivas epistemoldgicas comienzan a imponerse por los afios sesenta, En consecuencia, cambia igualmente la imagen de sus artifices. Se de- trumba la torre de marfil que habfa servido de morada al cientifico, mitificado como impenitente buscador de la verdad, que formula sus tcorfas basdndose en la observacion objetiva y la légica fria. La légica se «calienta» con actitudes proteccionistas hacia las propias teorfas (sesgo confirmatorio), y la observacién deja de considerarse como algo objetivo, esta condicionada por una teoria y las teorfas son cons- (rucciones © narraciones sobre la realidad. Un incémodo resultado de este andlisis critico de la ciencia, que comienza en Kuhn, es constatar que los principales avances (Galileo, Darwin o Einstein) no se han producido en absoluto por los métodos © Ediciones Pirémide La creacién elentition 169 propugnados por los filésofos positivistas 0 racionalistas sino por otros métodos heterodoxos como la imaginacidn, los descubrimientos \zarosos, los procesos onjricos y hasta la mentira —como el caso Ga- lileo—, tal como hemos analizado en el capftulo 3. Dice Pierre Thuillier en su libro De Arquimedes a Einsten: las varas ocultas de la investigacién cientifica que se nos ha oeultado la jubjetividad de la ciencia, el lado humano del creador elentifieo que tiene que correr riesgos, apoyarse sobre una determinadi coneepelon de la naturaleza, postular relaciones que tal vez son inexistentes, for inular conjeturas audaces e incluso temerarios y hasta «manipular» lon hechos. Paul Feyerabend (1992), por su parte, ha ido més alla al afirmar que la ciencia actual no es superior a la ciencia aristotélica y compa- vurla con otras formas de conocimiento como los mitos o la religién, {ul como hemos visto. Aunque la ciencia actual pueda tener una dimensién de dogma, como tuvo la religién catélica en la época de la contrarreforma, 1a ciencia no es religién ni mito —con los mitos no vuelan los aviones, repito—. Pero, efectivamente, las rafces del conocimiento cientifico estén en los mitos y ambos en la curiosidad, en la motivacién episte= molégica, en el deseo de saber y en la necesidad de conjurar el miedo 1 los fenémenos poderosos de la naturale: Los origenes de la ciencia y el arte se confunden en in pennamion lo sincrético donde la légica y la fantasfa, la emocién y Ia razon, la belleza y la verdad son atributos que se conjugan, en lugar de diferen ciarse. Los bisontes de Altamira son arte con una funcién pragmitica de ahuyentar el miedo. Dice Fernandez Rafiada (1995) que ciencia y arte son dos productos del género homo que han vertebrado el proce- so de humanizacién. alte Este sincretismo se halla todavia presente en el Renacimiento Leonardo, creador en todos los saberes— y en los artifices de la primera Revolucién Cientffica; la primera teorfa de Kepler de «los cuerpos inscritos» para explicar las 6rbitas de los planetas no era sino un intento de extender la armonfa geométrica de los cinco sélidos per {ectos, definidos por los pitagéricos, a la comprensién del universo, El historiador de la ciencia Gerald Holton (1993) nos cuenta ti episodio donde se muestra cémo la fusidn de los principios estétieos a © Ediciones Pirémide 160 Epistemologia y psicologia con la explicacién del universo pudo confundir a una mente Hante como la de Galileo. Se refiere al rechazo frontal que G| Opuso siempre a aceptar las 6rbitas elfpticas de los planetas de! por Kepler, rechazo que se hizo extensivo hacia el mismo mientras que siguié empecinado con la nocién de 6rbitas circul pesar de su evidente refutacién por los datos de los movimiento: netarios. El circulo segufa siendo concebido como la figura pe: En esta ocasién, el arte —o mejor dicho los criterios estéticos i rantes en la época— traicioné a la ciencia en Galileo. Pero, sin necesidad de remontarnos cuatro siglos atras, si eset mos a algunos fisicos y matematicos contempordneos nos encoi Mos Con esta misma fusién de sentimientos estéticos en la cre: cientifica, y tanto aquéllos como éstos confiesan que su tarea es. forma de plasmar su atraccién irresistible por la armonfa del mu Esa fusion de sentimientos la han expresado con orgullo y sin gun complejo muchos cientificos. Max Planck habla de la honda e1 ci6n estética que le produce en su trabajo de fisico la idea de lo aby luto. «A partir de los datos obtenibles, se trata de descubrii Absoluto, lo General, lo Invariante que se oculta tras ellos» (citad Fernandez Rafiada, p. 147). Por su parte, Einstein, hablando de las fuentes de su inspirac! para la teoria de la relatividad, nos dice: «Se ha dicho mucho que yo me he inspirado en la filosofia Mach. No es verdad: yo no me he inspirado en el principio de la e¢ nomfa del pensamiento, me he inspirado en algo distinto; en que que la arquitectura de las leyes de la naturaleza tiene que tener uf belleza y una armonia, Y la relatividad se lo da> (en Marina, 199) p. 325). En la creacién cientifica el sentimiento de armonia y la btisque del conocimiento més auténtico de la realidad fisica guian al cientf co. Poincaré cita tres ejemplos paradigmaticos de esta sintesis: la | de la gravitacién universal de Newton, las ecuaciones de Maxwell la ecuacién de Laplace. ' En una disciplina como la matemitica muchos han hablado de esd experiencia estética. Poincaré dice, al Tespecto, que el matematico © Ediciones Pirdmide La creacidn elentitioa 164 {Wien la vision de la verdad en el interior de s{ mismo guiado por una senvibilidad estética, por un sentimiento de la belleza mateméatica, de jy urmonia de los ntimeros y de las formas, de la elegancia geométrica. «{.us combinaciones ttiles son precisamente | mis bellas». Lil inglés Paul Dirac, premio Nobel de Fisica, afirma que la belle- 44 tmatematica es garantia de verdad, Son muchas las digresiones de cient{ficos que podrfamos trier al jexpecto. Terminamos con la mencién al mas apasionado entre elon; Nichard Feynman. Para él, s6lo es posible satisfacer el anhelo que nos Heva a comprender los misterios del universo cuando nuestra expe flencia y nuestra emocién se reconcilian con nuestro conocimiento. [yu emocién y esa pasién fue posiblemente la que le Iev6 a increpar un colega. Reproducimos la anécdota: «Cuando los laboratorios Bell consiguieron las primeras imagenes de los étomos, gracias a un nuevo tipo de microscopio Namado de efec- to ttinel, invitaron a Feynman a verlo. Durante su visita, alguien lama- do Platzmann se puso a dar explicaciones, pero él, profundamente im- presionado, le replicé: «{Callate, Platzmann! jAhf estan los étomos! No hables, s6lo mira. Eso es Dios» (en Ferndndez-Rajfiada, 1995; p. 70). En uias ocasiones habla de experiencia religiosa al contemplar la irmonta de las leyes de la naturaleza, y en otras de pasion Amoros, como en su divertida autobiograffa {std usted de broma, seflor Feyn man? cuando declaraba enamorarse de sus teorlas, comparando au ielacién con ellas con la relacién con las mujeres: cuando empiezas a verles defectos, ya es demasiado tarde para abandonarlas. ae En suma, parece que la distancia entre la fisica o la matem; tica y las bellas artes se anula cuando llegamos a una comprension ces su significado profundo. Otras disciplinas muestran, de forma mas evi- su naturaleza sincrética. La arquitectura esté a medio camino a stética y entre el arte y la ciencia. La mtisica busca una sintesis entre e: armonfa aritmética. Insistimos en que, | trati \ilica, tenemos que hablar de arte porque la ciencia, como i lo, es arte, y el arte es una forma de conocer el mundo, 1a naturales y sobre todo a uno mismo. aunque el objetivo sea tratar de creacién itn: hemon Vile . 10 Bdiciones Pirémide 162 Epistemologia y psicologia La creacién clentition 163 Los lazos que ur a 0 5 al ? . fuertes hoy Ae Slr seaies ey Ronit ee son tal inlento. Pero el estudio de la creaci6n cientffica ha tropezado con los tantes, por otra parte, las consecuencias que esto dishes toner impoy iismos escollos que la creatividad en general. Ya en 1981, cuando tos pedagégicos. Root-Bernstein y Root-Bernstein ha a a efe {parece el primer manual sobre psicologia de la ncia, sus autores cuestin cuando hablan de una educacién ae a nen eal esi ‘IWweney, Doherty y Mynatt manifestaban la siguiente queja: «Como el disciplinar, orientada a formar personas coniiien al ao lora, inter wetode creacion artistica es visto por muchos como inefable e incognos- del Renacimiento, no especialistas en cornea dine los honnd i tible, asf también la indagacién cientffica ha sido vista como miste psicélogos sabemos que las personas innovadoras mite los. Lo Hosa y dejada sin explorar> (Tweney, Doherty y Mynatt, 1981) p. 2). gran abanico de actividades e intereses y las desaratias icipan de efecto. al abordar el tema nos damos de bruce con la mitologta destreza, como Einstein, Feynmann, Poinc Dirac " con mayol del genio, que también tiene su version en la ciencia aunque eon dis Ahi esté uno de los secretos de una form i y fantos otro lintos tintes que el genio artistico. Salvo algunas excepciones como acion para la creatividad, Hunson en Patterns of Discovery, los filésofos han obviado el tema «El reto al que se enfrentan la vida y la educacién moder a ond ellos Soret ne 0 fundamental = 7 oe pie nas Com justificacién —el anilisis del descubrimiento es jrracional—, mientras siste en reconciliar la poesia con la fisi a fisic: fas miisica con la biologia. ta daiiza con Paice, J baa con la quimica, I que los psicdlogos no se han atrevido durante mucho tiempo. sible combinacién entre el comin Eee Sulgnier otra pa En Ja primera mitad del siglo xx Las tinicas obras que se publicaron - S e imiento - pees; * oe analftico, y ayudar asf a que las personas sientan lo y rosin pertenecen a los propios cientificos, que, haciendo de psicdlogos, dan y sepan lo que quieren sentir. Feynmann se dio c ate ae explicaciones basadas en sus propios procesos creadores. Ya he habla- cientifico que se precie se limita a pense el ea, ae que nu (lo, al respecto, del importante trabajo de Hadamard, que, con su libro biga debe sentirlo, Gropius (el fundador de la Bauhaus) (aoeaeh Psicologia de la invencién en el campo matemdtico, escrito en 1945, ijo que el verdadero artista no sélo si : ‘a ideas incaré i e las cuatrs artis sélo siente 2 i 7 honda en las ideas de Poincaré y consolida el modelo de las cuatro ec en eal prea aino quo tag fuses en el proceso creador ‘preparaci6n incubacién, iluminacidn y CS i Is y Jo conoce. Y es que ambos aspiraban, en suma, al t ipo de comprensin: ficacién), que habia sido . 10S aspirab; al d I habia sido propuesto por Wa a ‘e fi . i verifi activa que yace en el nicleo mismo de la creativi esa es tambii prea ; ‘ aa : ‘eatividad. Y esa e: ibién, , caste alenea a ‘ue deben Tograr quienes quieran comprender y of thought. oe y el arte» (Root-Bemstein, 2002; p. 368). 7 Por tiltimo, traemos aqui de nuevo a Einstein que, ademas de mito cientifico de nuestra era, ha sido un gran epistemdlogo y psiedlogo 7.2. Métod . . . intuitivo— de la ciencia. Su experiencia introspectiva e intuiciones odos de investigacién sobre el proceso creador, que enfatiza la importancia de las imagenes y la buisqueda de problemas o la formulacién en nuevas formas de los viejos, se recogen en las explicaciones tedricas actuales de la psicolo- Pero, cémo se han estudiado hi; . asta ahora y c6mo se i ioe la actualidad acerca de los procesos : Dee eae de creacién en Ia ciencia?, coe eae ass a ciencia?, en esa one “I amamnos ciencla, pero cuyas fronteras con otras cosas Ila- s a manera no estén tan clara i ‘ ‘ amente definidas, ta hemos intentado establecer hasta ahora. oe El estudio de la creacién cientffic: lativo a la formulacion de las hipéte: con lo que los filésofos de la cienci pla cognitiva. De acuerdo con Sternberg (1999), clasificamos en cuatro las me- lodologfas de investigacién en creatividad, y, por tanto, en creatividad cientffica. Por su especial relevancia en los estudios metacientificos, il integrar tanto el enfoque psicolégico como el historico y el socio rico destacaremos el método de estudio de casos que traturemoy este melo ‘a S€ corresponde con todo lo re« sis y las nuevas teorias, es decir, log ; ; : parte, centrandonos en el enfoque de Gruber, que instaura ‘a llaman el contexto de descubri- 4 do en el estudio de la creatividad y que con su trabajo sobre Darwin . © Hidiciones Pirdmide © Hidieiones Pindinide 164 Epistemologia y psicologia elabora una teorfa constructivista de la creatividad: la aproximaci de sistemas en desarrollo. El método experimental En la breve historia del estudio cientifico de la creatividad mentos interesantes, como los de Amabile sobre motivacion intri y creatividad en cientfficos de departamentos de I+D. Asf. la presi de la evaluacién 0 la Vigilancia se han comportado como variabl independientes negativas que afectan a la motivacién intrinseca y, consecuencia, a la creatividad (Amabile, 1996), | _ Otros trabajos interesantes son los que exploran las condicion favorecedoras del insight. Asi, en la solucion de problemas de es! tipo, utilizando el informe verbal, se constata que hay un acercamie, to progresivo a la solucion, aunque la experiencia fenoménica para sujeto sea la de un «salto en el vacfo» (Romo, 1997). Runco y Sak, moto (1999) sintetizan las investigaciones en este campo, recogiend, también la investigacién experimental més recie i r de los afectos como variables independi ras de la creatividad. Todos estos trabajos tienen importantes cong cuencias para la psicologfa de la ciencia por cuanto el fenédmeno del insight es referido Constantemente como el mecanismo habitual en loy Procesos de descubrimiento cientifico. El método psicométrico La mayoria de la investigacién en creatividad ha usado un en foque lereatial El tema de Ia medida ha sido objeto de mucho trabajo ante demanda social de tests para medir creatividad y diferenciar, mee © Ediciones Pirdnidae La creacién clenition VO8 iliante ellos, la inteligencia. Desde el método psicométrico el mayor esluerzo se ha dedicado al objetivo de medir la creatividad mediante lests y los estudios comparativos entre CI y creatividad. Por lo que (lane a la creatividad cientifica, los trabajos mas importantes han con- sistido en constatar las relaciones con otras variables psicolégi iplicando baterias de pruebas muy amplias a grupos de cientflicos seleccionados por su capacidad de innovacién evaluundo tanto varia bles de inteligencia y creatividad como de personalidad y valores, Ant, MacKinnon (1962) estudi6 a los arquitectos como grupo importante por sintetizar la creatividad cientifica y artistica, encontrando un ele yado nivel en cuanto a intereses estéticos y teGricos frente a la pobla vion general. El trabajo pionero de Anna Roe (1952) entre los estudios comparativos ha tenido mucha trascendencia. Fue realizado con 64 cien- \llicos (fisicos, bidlogos, psicdlogos y antropdlogos), y su hallazgo prin- cipal fue un Gnico rasgo comtin, entre todos los sujetos testados por la (ulora, sistematicamente mantenido en todos ellos: la fuerte motivacién hacia su abajo. Efectivamente, el propésito, la motivacion por la tarea, es la caracteristica mas sobresaliente de los trabajadores creativos en cualquier campo. Feist y Gorman (1998), como ya se ha mencionado en el capftu lo 5, hacen una relacion de las caracterfsticas de personalidad mas (estacadas entre los cientificos eminentes sintetizando los hallasgon (le mas de treinta estudios psicométricos. EI método historiométrico Por tiltimo, el estudio de cientfficos extremadamente creativos ha sido abordado desde dos perspectivas muy diferentes: el estudio de casos y los estudios historiométricos. Es la diferencia que hay entre profundi- /uren el individuo —estudiar a la persona trabajando, como dicen Gru- her y Wallace (1989)—, 0 comparar a grupos de personas que fueron illamente creativas en aspectos muy diversos. Los estudios historiométricos tienen una tradicién muy larga en his- tora de la psicologfa, desde El Genio Hereditario de Galton en 1869 usta el Genio Cientifico de Simonton en 1988, El trabajo de Galton tiene mas de un siglo de vida, y con eso queda ya dicho casi todo; ponee In poglantisimas limitaciones metodol6gicas, pero, ademis, hiy Wh ses © Viiciones Pirdimide 166 > Pplatemologia y psicologia 4 que le predispone a interpretar en tal sentido todos los d: que analiza. Otros estudios historiométricos importantes, aunque co grandes lagunas teéricas debido a que fueron escritos también hace mu adas, son los de Rossman (1931), The Psichology of inventor Cox (1926), The early mental traits of three hundred geniuses. Mas 1 ciente es el estudio sociométrico de Zuckerman (1977) con cientific norteamericanos, muchos de ellos laureados con el premio Nobel. estos dos tiltimos trabajos, asi como en el de Roe, se comprobé que mas del 50 por 100 de las familias de dichos cientificos los padres fuero) profesionales. Pero el autor de los mas importantes estudios sobre la creativ: con esta metodologia es Dean Keith Simonton, con muchos trabajos un libro muy importante, Scientific Genius, donde desarrolla una teori darwinista de la creatividad: su teorfa de la «chance-configuration»; autor postula un proceso de seleccién natural en la evolucién del pens miento donde las producciones creadoras representan aquellas variaci¢ hes que ofrecen un mejor ajuste adaptativo. No es nueva esta perspectl va darwinista, pues ya Campbell (1960) —citado en el capit anterior— habfa hablado de «variacion ciega» y de «retencién selectiva para explicar la evolucién en el mundo de las ideas. En sus trabajos so ciométricos, Simonton ha investigado sobre los determinantes de | creatividad que pueden surgir de la incidencia de determinadas circun tancias, con el consecuente planteamiento aplicado sobre los medio para promoyer y mejorar la creatividad a nivel social. Bajo el método historiométrico se contrastan hipétesis concernient a la historia de individuos destacados mediante métodos cuantitativos; como dice el mismo Simonton (1999), se convierten datos cualitativo en variables numéricas bien definidas. Tales hipétesis versan sobre cue tiones como el orden de nacimiento, el contexto familiar, la educacién formal, la evolucién de la productividad creadora seguin las discipli etcétera. Seleccionamos dos principios interesantes, en relacién con la em nencia cientifica, enunciados como resultado de este procedimiento di investigacién: el efecto Mateo, ya mencionado previamente, y la regl de los diez afios, enunciada por Hayes (1981) en un trabajo con miisicoy eminentes y verificada por Gardner (1995) en su estudio de Mente Creativas con siete grandes creadores de la era moderna (Ghandi, Eliot, © Ediciones Pirdmi La creacion wientition VOT Stravinski, Freud, Einstein, Grahan y Picasso). Segtin reza esa repli, We tequieren diez afios de inmersién profunda en un campo —lo que pers mitira llegar a dominarlo y conocer a fondo sus reglas— antes de reali- var la primera obra maestra, lo que en muchos casos significa una mo- dilicacién de tales reglas y la creacién de un nuevo espacio conceptual; en suma, una revolucién. 7.3. El método de estudio de casos Vamos a centrarnos ahora, por la especial relevancia que tiene como método innovador para una aproximaci6n cienttfica a la ciencia, cn el andlisis de un procedimiento de investigacién que consiste sen- cillamente en «estudiar a la persona creativa trabajando». Howard Gruber publica en 1974 un magistral estudio sobre Dat» win que lleva por titulo Darwin sobre el hombre. Un estudio psicold» ico de la creatividad cientifica, que ser4 el punto de partida de toda la investigacién sobre creacién con el método de estudio de casos. Trabajos posteriores basados en el método de Gruber seran los doce estudios de casos presentados en el afio 1989 dentro del libro Creative people at work, 0 el trabajo de Gardner Mentes Creativas, de 1993, Con su estudio sobre Darwin, Gruber legitima el estudio del caso tinico como método cientffico en el estudio de Ia creacin, Hl resulta do seré la elaboracién de una teorfa constructivist sobre i ereatividad que él denominaré «Aproximaci6n de sistemas en desarrollo», defi niendo tales sistemas como el conocimiento, el propésito y el afecto, Como datos empiricos sobre los que sustentar la investigaci6n, Gruber plantea recurrir a registros de primera mano donde no ha a lido elaboracién que haya podido distorsionar la exposicion de los procesos mentales tal como se produjeron. En el caso de Darwin be material lo constituyen los libros de notas escritos entre 1837 y 1839 a la vuelta de su viaje en el Beegle. cle, Se trata de un material introspectivo de extraordinario valor que hos muestra como Darwin fue construyendo progresivamente, dfit dia, su teorfa sobre la evolucién de la vida en la Tierra. Un ree duro y penoso, pero a la vez subyugante, forjado de lenton Hv —e ie inientos a la solucién definitiva, jalonado por momentoy de nvlgity, S , 1 Ediciones Pirimide 168 Epistemologia y psicologia como el famoso de la lectura del libro de Malthus Ensayo sobre los principios de la poblacién, que favorecié 1a repentina organizacién di sus ideas al incorporar la noci6n de Ja lucha por la vida: nacen mag: individuos de los que pueden sobrevivir. Con 70 afios, Darwin en su Autobiografia magnificaria aquel episodio convirtiéndolo en un des+ cubrimiento casi milagroso y minimizando la importancia del trabaj previo —jsu propio trabajo!— que habia preparado el camino para el descubrimiento. Gruber analiza los pasos en falso —que los hay en las vidas de todos los grandes cientificos— como la «teorfa de las monadas», que fracasé. Analiza el papel heuristico de las imagenes que condensan y organizan metaf6ricamente la informacién. De ellas, la mds importan- te es la del «Arbol ramificado de la naturaleza», tinica ilustracién en el Origen de las especies, usada en diversos momentos criticos para plas- mar el argumento central de una totalidad orgdnica constituida por el agregado de partes necesarias. Analiza también los «perfodos vacfos» y su significado, de gran importancia en la vida de Darwin. ;Cémo explicar el aparente aban- dono, durante veinte afios, de la idea de la seleccién natural formula- da en el afio 1838 en un cuaderno de notas? {Cdmo es posible en una vida de trabajo dedicada a desarrollar esta nueva y revolucionaria con- cepcién del mundo? Aquf resulta relevante apelar al constructo «red de empresas» —ya mencionado en el capitulo 5 al hablar de la con- ducta cientifica— que Gruber propone como un principio explicativo en la vida de trabajo del creador para explicar la diversificacién del propésito. Darwin no publicarfa su teorfa hasta 1859 y, como sabe- mos, vendra forzada por la aparicién del articulo de Wallace antici- pindose.., Hn esos veinte afios de suspensién de su gran teorfa, Darwin se afana en otras empresas como un trabajo de ocho aiios con los perce- bes, el estudio evolutivo de los nifos (donde su hijo William le sirvié de sujeto) y otros ensayos salpicados con ideas sobre la evolucién. En la explicacién de tal dilacién, Gruber apela también a otro ele- mento de su teorfa, el papel de los afectos. A la dificultad intelectual del trabajo de Darwin se ails ociales y emocionales. Un fuerte condicionamiento emocional explica el retraso de la publica- cién, ese constante coger y dejarlo. Su abuelo Erasmus habia sido satirizado por sus teorfas evolucionistas. Darwin tenia miedo, no sdlo len our © Ediciones Pirimide La creacién clentitioa 169 del rechazo de la Iglesia y la sociedad, sino de la propia universidud, donde la Iglesia era poderosa. Este miedo aparece en los cuadernos de notas. Una entrada del 21 de septiembre de 1839 habla sobre un sue~ fio de alguien a quien ejecutan, y en abril de 1838 otra entrada dice «mencionar la persecucién de los primeros astrénomos», Efectivamente, como los primeros astrénomos, fue censurado y el libro pasé a engrosar el {ndice de libros prohibidos, doce afoy mis tarde, Darwin emprende lo que llam6 «el asalto a la cludadela mis ma», cuando en El origen del hombre finalmente se atreye a dir el paso y hacer ptiblica la extensidn a la especie humana de los prineiplos de la seleccién natural. El trabajo de Gruber sobre Darwin nos ha sefialado estas y muchas otras cosas sobre la creatividad del cientifico. Terminemos con una breve mencién al trabajo de Gardner, cuyo método de casos es subsidiario de Gruber, aunque mantiene con él algunas diferencias como el énfasis que otorga a los determinantes contextuales en la valoracién del producto creativo, tratando con gran extension las relaciones del creador con el campo 0 disciplina y con los colegas y expertos siguiendo el modelo de Csikszentmihalyi (1998). Los siete casos que analiza Gardner (1995) en su libro Mentes creativas son individuos con una ejecucién excelente coordinada eon lo que él ha Hamado las siete inteligencias multiples: 1a intrapersonal (Freud), la légico-matematica (Einstein), la visual-espaelal (Pieagso), la musical (Strawinsky), la lingiifstica (Eliot), 1a artistico-corporal (Graham) y la interpersonal (Gandhi). Resulta interesante cémo constata en cada uno de ellos la regla de los diez afios. Afiade Gardner a esto otro hallazgo que él ha llamado «Temas emergentes», cuestiones no planteadas como hipétesis de tra- bajo pero que surgieron de forma constante y significativa en sus sie le casos: — El «apoyo en el momento del avance»: apoyo aleutivo de al guien con quien se siente a gusto, alguien que entionde la natu raleza del avance, y que no siempre tiene por qué ser li mime persona. En Einstein, por ejemplo, citi 1 su eApona Mileva y a Besso, colega ingeniero en la oficina de patentes, que le acon ° (0 Ediciones Pirdmide 170. Episiemologia y psicologia pafiaron en las fechas cruciales de las que se han cumplido ci anos, Freud, por su parte, establece con Fliess lazos cogniti y afectivos, y con Jung con mayor intensidad hasta la rupt ~~» Al otro tema emergente lo llama «Pacto faustiano»: una es cie de trato supersticioso del creador consigo mismo para servar sus dotes creadoras. En Freud considera como tal vida ascética. En Einstein, el aislamiento de los demas. En conclusién, lo que nos han mostrado estos estudios de casi acerca de la creatividad cientifica es la existencia de unos principi generales que estén en todos los grandes creadores, como mues' Gardner en su libro. La creaci6n del mas alto calibre no es gratis, pu se alimenta de un compromiso inusual con la investigacion, plasmadi en una vida de trabajo. A este respecto son muy oportunas, para acabar, unas palabras Gruber: «... una teorfa cientifica compleja como la de Darwin no esta en ningtin lado, esperando ser descubierta y redescubierta, Debe ser concebida, moldeada y elaborada pacientemente. Esto Ileva afios de lucha pacien- te y enconada en condiciones adversas. Darwin tenfa este tipo de va- lor» (Gruber, 1984; p. 26). 7.4. Retrato robot del cientifico creativo Para hacer justicia al tépico de sabio distraido, podriamos dibujar un individuo, siempre var6n, de pelo largo, canoso, ojos muy abiertos, casi desorbitados, detrés de unas gafas redondas, chaqueta rafda o, cuando menos, arrugada, calcetines de distinto color —no por un es- tilo atrevido «superfashion», claro, sino por puro despiste—, que vive en una torre de marfil —léase, laboratorio—, aislado del mundo, de- sastroso en las habilidades sociales, especialmente con el otro sexo, y cuya tinica preocupacién es de orden cpistemolégico: arrancar a la naturaleza sus secretos, buscar la verdad. Este afain a veces es coronado con momentos de iluminacién espectaculares: las chispas del genio. Esta sobresimplificacién puede cuadrar con la imagen que se ha divulgado en las peliculas de la factoria Disney y que ha calado bas- © Ediciones Pirémide La creacion olenition V1 Asf dibuja a «una persona cuyo trabajo es la cienciay un anifio de 12 oe estudiante de primero de secundaria en un colegio de Madrid. tante entre los nifios. Los trabajos que realizan nuestros alu ser UAM sobre teorfas implicitas sobre los cientifigos en lon ane " ‘i fe de ello —el dibujo anterior est4 tomado de un eis a ni Kt he un ejemplo tipico—'. Pero, {qué tiene que ver este ne le! eae on f{sico Oppenheimer, padre de la bomba aoe . ae i vines Manhattan, que coordiné las investigactones de une et Sno con el apoyo financiero del gobierno de Truman y que on A a cor el macabro «éxito» que significé Hiroshima’, {0 oon a cai Hes Nobel por dos veces, esposa y madre vocacional y comaiale - Cee aus unde radildgieas 0 uchando ef a Sorbonnn ial con sus unidade: $0 Tu : Se aittelon antifeministas qué decir me del ee tein, cuyo aspecto fisico si ha contribuido al topiea pe i i expecta eh nummer y Vaequor 1 Bjemplo de estudio sistematico al respecte es el de Mand (1995). © Ediciones Pirémide 172 Epistemologia y psicologia compromiso politico con lis caus dida su vida? Pero si nos vamos al mundo de los adultos, no es tan distante la Concepcidn que se tiene del cientifico creativo, La mitologfa en torno al genio cientifico ha cristalizado en atributos similares a los mencio- nados; citaremos por ejemplo las investigaciénes de Sternberg (1989) 0 de Runco (1990). En la tabla 7.1, tomada de Runco y Bahleda, se comparan las teorfas implicitas de gente de la calle sobre el cientifico, el artista, la creatividad cotidiana y los no creativos con estos resul- tados. judias le condicioné en gran me- TABLA 7.1 Teortas implicitas de la creatividad — Artistico Cientifico Te Cotidiano Res 4 Imaginativo Inteligente Imaginativo No imaginative Expresivo Légico Sentido comin | Aburrido Inteligente Curioso Organizado Callado Original Intuitivo Activo Vago Perceptivo Resolutor de pro- | Cocina bien Lerdo blemas Dibuja bien Conformista a Furnes Runco y Bahleda, 1986, 7.5. Analisis critico de la imagen popular del cientifico creador En las concepciones sobre la creatividad, el mito del genio se ador- na con un barniz psicologista que lo asocia a un misterioso proceso Psicoldgico de «inspiracién» de una extrafia y sobrenatural naturaleza donde estarfan implicados desde las musas hasta el Espiritu Santo. pasando por el inconsciente freudiano en las explicaciones mas pseus © Ediciones Pirdmide ee La croacidn elentition 179 docientificas. Esta inspiracién adorna cualquier forma de trabajo crea dor, ya sea cientffico, artfstico, musical, poético... Aunque la atribucién inspiracionista sea comtin en toda forma de creatividad, sin embargo hay una caracterfstica muy importante que diferencia la imagen que tiene el hombre de la calle del cientifico res- pecto de la de otros creadores, Nos referimos a la locura, El tempera mento «saturnino» (Wittkower y Wittkower, 1963) en el tribute que debe pagar el artista por haber afrentado a los dioses queriendo pare cerse a ellos con su creacién. El mito de Prometeo est muy presente en la literatura sobre teorfa del arte (Kris y Kurz, 1995; Neumann, 1992), y algunos pensadores como Schopenhauer han contribuido a su difusi6n. Efectivamente, en uno de nuestros trabajos empiricos al res- pecto hemos tenido ocasién de constatar cémo la teorfa implicita del trastorno psicolégico est4 presente tanto en la gente como entre los propios artistas (Romo y Alfonso, 2003). Sin embargo, cuando la gente piensa en el cientifico creativo, la teorfa implicita de la inspiracién concibe una especie de soplo divino que se presenta de forma insospechada y en lugares insospechados: de paseo, en el bajio, en sueiios... En inglés se mencionan las 3 B para referirse a estos fendmenos: «bath», la bafiera, con el ejemplo paradigmiatico del descubrimiento de Arquimedes y su famoso grito «cureka», «Bus», donde se cilia el caso de Poincaré, el gran matematico francés que reflexiond sobre sus propios procesos creadores dejando relatos introspectivos que han ser vido a muchos psicélogos como argumento para sus definiciones sor bre el proceso creador; es famosa su experiencia con un descubrimien- to sobre las funciones fuchsianas que le sobrevino en el momento de subir a un autobiis para hacer una excursién cuando se habia tomado un periodo de descanso. He aqui su propio relato: «En este momento marché de Caen [...] Las peripeclas del viaje me hicieron olvidar mis trabajos matemédticos; al llegar a Coutinees subimos a un omnibus para realizar no sé qué paseo) en el momento de poner el pie en el estribo me asalté Ja idea, sin que ninguna de mie anteriores meditaciones pareciese haberme preparade pid ella, de que las transformaciones que hab/a empleado para detinir lay finetones fudhsianas eran idénticas a las de la geometria no euelidiana, No pude © Ediciones Pirdmide La creacion wanton VFB 174 Epistemologia y psicologia comprobarlo, no tuve tiempo para ello, puesto que apenas me senté el autobtis reanudé la conversacién antes comenzada, pero cuando me ocurrié (uve inmediatamente la plena certidumbre» (Poincaré, tado en Hadamard, 1945; p. 23). Y, finalmente, «bed», la cama, 0 mejor, los suefios o los ensueii donde al dejar libres las riendas de la conciencia afloran Pprocesos as ciativos que pueden cristalizar en insights 0 stbitas comprension: que solucionen problemas irresueltos. En este caso es también Pari digmatico el ejemplo del famoso suefio del quimico Kekulé que k llev6 al descubrimiento de la estructura molecular en anillo del ben» ceno. Este es su relato: 5 «Volvi mi butaca hacia el fuego y dormité. De nuevo los atomos| estaban brincando ante mis ojos. Esta vez los grupos atémicos mas pe- 7 2a . 5 ity quenios se mantenfan modestamente al fondo. El ojo de mi mente agu- Nigura 7.1.—Argquimedes See ream tones Mein Ie che : ae ae Some UI . z b tae dizado por visiones de esta clase podia distinguir ahora estructuras ma- coms yores de miltiples configuraciones: largas hileras algunas veces muy fuertemente unidas, enroscadas en una Serpenteante imagen. Pero gqué era aquello? Una de las serpientes se habja agartado fuertemente de si propia cola y la figura que formaba giraba burlonamente ante mis ojos. Como por el chispazo de un relmpago me desperté» (citado en Gowan etal., 1976; p. 83). Estos enigmaticos relatos suscitan la sospecha de si aparece de for- ma repentina el producto en la mente del cientifico de manera que con- vierta casi en algo irrelevante el trabajo previo. Pero todas estas conjeturas quedan en entredicho ante un minimo critico de los relatos introspectivos o biograficos en los que se ha sustentado el inspiracionismo; ihay que quitarles misterio! No hay procesos mentales misteriosos exclusives de unos pocos elegidos, como tampoco una personalidad trastornada dominada por Saturno. No deci- mos que los creadores nos mientan sistematicamente, pero sf que mu- chos relatos pierden su significado aislados de su contexto, pudiendo observar que lo que se nos cuenta €s, Lan sdlo, la punta de un iceberg. Parafraseando a Perkins (1981), se trata de versiones excepcionales de Figura 7.2—Kekulé suefia con una serplente que we Hiierde Ii cali y ae deaplerti : gis ee ote i (Manner: He operaciones mentales ordinarias, Lo prodigioso en Ja creacién es el para proponer una estructura clelion let Ma del benwena, (Hunnrt producto, el resultado, no el proceso. * borts, y © Ediciones Picdinide © Ediciones Pirdmide 176 Epistemologia y psicologia 7.6. El perfil psicolégico del creador? La creatividad humana ha sido siempre un terreno abonado para. el crecimiento de teorfas implicitas. El halo de misterio que rodea a la creaci6n es parte de su grandeza, La propia psicologfa ha contribuido, con sus alusiones al papel de la mente inconsciente, especialmente en el psicoanilisis, al mito del genio de origen ignoto. Pero, como vamos a ver, los rasgos psicolégicos de la creatividad comportan una manera de pensar, y unos rasgos de personalidad determinados que no tienen nada especial. Lo que sf es especial es la complejidad del fendmeno. Considera- mos que, al igual que muchos otros fenémenos del mundo social y natural, la creatividad humana debe ser considerada como un sistema complejo, donde se integran componentes diversos; al igual que en un sistema caético habria que investigar la relacién entre ellos y el efecto que la variacién de las condiciones iniciales puede suponer en el fun- cionamiento de todo el sistema (Romo, 2001). Por tanto, una cabal definicién psicolégica de la creatividad sera multi cética. Son facetas Figura 7.3.—Santiago Ramén y Cajal. _” En la redaccién de este apartado me he basado, en parte, en el capitulo Bases psivoldgicas de la creatividad que tengo publicado en Gervilla, A. (2003): Creativh. dud aplicada, Una apuesta de futuro. © Ediciones Piramide La creacion cientifica 177 psicolégicas muy diversas las implicadas en los procesos creadores. Pero asumimos una visidn global, constructivista de la creatividad, que integra en el individuo la dindmica de esas facetas No reconocer este caracter complejo significa tener una duccionista y sesgada de la creatividad, Asf pues, las teorfas psic cas que han pretendido reducir la compleja dimension del fendmeno creativo a un solo aspecto (una clase de personalidad determinada o un proceso cognitivo de solucién de problemas descontextualizado de di mensiones personales, afectivas y motivacionales) no hacen justiela a la definicién psicoldgica de la creatividad, por no mencionar el papel determinante de aspectos contextuales. Entendemos que la mejor aproximacidn explicativa a la creatividad humana debe respetar estos principios. Buenos ejemplos teéricos de ello son los modelos componenciales que han desarrollado autores muy relevantes como —por citar los mas reconocidos—: Amabile (1983, 1996), con su modelo componencial, que incluye tres componentes psicolégicos: habilidades propias del campo, habilidades propias de la creatividad y motivacién para la tarea; Sternberg y Lubart (1995, 1999), con su teoria de la inversién, consideran seis tipos distintos de compo- nentes interrelacionados: capacidades intelectuales, conocimiento, esti- los de pensamiento, personalidad, motivacién y ambiente; o Csikszent mihalyi (1998), que considera las caracteristicas psicolégicay del individuo creativo tan slo como un vértice de su tridngulo de la eren tividad, que incluye ademas el campo o disciplina en la que el creador hace su aportacién y el ambito o grupo de jueces expertos que deciden en el campo, aceptando 0 rechazando la obra del individuo. Dado que este no es el contexto para un andlisis tedrico de la crea- tividad, nos hemos limitado a mencionar los tres modelos de confluen- cia de componentes mas reconocidos. Apostillamos, no obstante, que la nueva era de investigacién sobre la creatividad coincidente con ¢| estreno del siglo xx ha de estar determinada por el andlisis de los com ponentes de la creatividad y los términos en los que se produce li inte racci6n entre los mismos. Pasemos pues a mencionar brevemente dichos proceson tl como describen la idiosincrasia del cientifico creativo, aproximandonon 4 eve retrato robot, pero un poco mas realista que el chnermatografien, Hinpe zaremos con el preceso psicolégico mas definidor y responsable de los ) Ediciones Pirdmide 178 Epistemologia y psi ‘pI gia y psicologia La creacién cientitica 70 Oe sory ira sf ap on el criterio fundament: Esa forma de pensar no es sino un proceso de solucién de proble- eee eae fa es ae erimos al pensamiento cread mas, pero de una clase especial de problemas, una forma especial de motets raven eae ee no es algo aislado y tin tratar con ellos ¥, por ultimo, unas Soluciones muy especiales para los Meee to nies once q s ave el cientitico en su trabaj mismos. El mismo Einstein supo vislumbrar la naturaleza de este pro- ‘ $ FASZOS NO cognitivos que propician que esto g ceso psicolégico en la fisica: prodees a de forma permanente. Tratamos, por tanto, en segune lugar, de la ivaci6n intrins i ; chet tie a pememte aoe H cauinelando aquell. «Galileo formulé al problema de la medicién de la velocidad de la 8 ente a la cor luz, pero no lo resolvid. La formulacién de un problema es frecuente- ducta creadora. mente mas esencial que su solucién, que puede ser tan sélo un asunlo 7.6.1. La woes de destreza matematica 0 experimental. Plantearse nuevas cuestiones, Ort cognicion nuevas posibilidades, mirar viejos problemas desde un nuevo Angulo, requiere una imaginacién creadora y marca un avance teal en la cien- La verdadera naturaleza de la creatividad es cognitiva. Crear es cia» (Einstein e Infeld, 1938; p. 92). pensar, aunque, tal como hemos sefialado, este componente aunque necesario no es suficiente; si no estén presentes los procesos no co; 7 tivos sefialados no se consumaré el acto creador, ; En mi libro Psicologia de la creatividad defino la creatividad como. «una forma de pensar cuyo resultado son cosas que tienen a la vez no-_ vedad y valor» (Romo, 1997; p. 115). Pero veamos cémo se articula ese proceso de pensamiento: Lo propio de la solucién creativa de problemas es saber encontrar- los, definirlos —es decir, formularlos de manera que tengan sentido y sean resolubles— y plantear una estrategia para su resolucién. Ya desde Guilford —el gran impulsor de los estudios sobre crea- tividad en Estados Unidos— se habla de sensibilidad a los problemas: saber encontrar dificultades, limitaciones, inconsistencias, de la nece- sidad de cambio (Guilford, 1959). Es ese «divino descontento» del creador, una disposicién abierta y receptiva al entorno, pero critica a Descubrimiento Be i : y zi ee ‘ 5 del Bs ae 4 Actitud critica i la vez. Actitud critica también con su trabajo que dura hasta el final problema i problenals Biisquedade la novedad del proceso, hasta que se completa la obra. Esta sensibilidad plantearé obviamente al cientifico muchos pro- blemas para resolver. Problemas que deberdn ser formulados, «pro- blemas mal definidos». Cuanto mas se demore el proceso de formulacién, de definicién de su estructura definitiva, mds creativa serd la solucién, porque ello im» plica el esfuerzo de mantener tolerancia a la ambigiiedad, resistencia! al cierre; de este modo se favorecen nuevos enfoques, NUCVIN IIPrOxt maciones y la posibilidad de utilizar informacion adicionl que sirva Soluciones diversas c para nuevas y originales soluciones. Originatidad ae La informacion afiadida que facilita las soluciones originales pue de venir de dentro o de fuera del sujeto, HI creador ya slempre «eon i . las antenas puestas», receptivo para encontiar algo indefinide pero Figura 7.4.—Diagrama del proceso creador, valioso ata su eabalo, Nos dice al respecto Marina (1994) que ene Tolerancia a la ambigiiedad Formulacién Mantenerlos abiertos Enfocarlos con distintos ngulos Procesos de insight Solucién. : © Buiciones Pirémide © Ediciones Pirdmide 180 Epistemotogta y psicologia actitud cualquier «bobada» se puede convertir en poderoso esperma- tozoide que fertiliza la mente del creador. Esas bobadas Pasaran a veces desapercibidas, ¥ creeremos que ha sido la musa 0 el inconscien- Es el fenémeno bautizado en inglés con el nombre de serendipity, del que la historia de la ciencia nos muestra innumerables ejemplos; el libro de Roberts Serendipia tecoge decenas de ellos (Roberts, 1992): Fleming y la penicilina, Pavlov y el reflejo condicionado, Beckerel y la radiactividad natural... Pero, jla suerte es para el que la busca! «En el terreno de la invenci6n la Suerte favorece a la mente preparada», dijo Pasteur. Fleming podia haber tirado aquel cultivo enmohecido de estafilo- COCs, pero no lo hizo Porque estaba preparado para interpretar aquel fenémeno que se presenté ante sus Qjos: cémo las bacterias habian sido atacadas en Ja zona afectada por el hongo penicilium, Supo adi- vinar la trascendencia de aque! descubrimiento casual y trabajo duro, @ posteriori, en la investigacién de aquel fenémeno que Provocaba la destruccién de las colon acterias atacadas por aquel extraiio moho. Toda su investigacién Previa con sustancias antimicrobianas le habia preparado el camino para Iegar a la penicilina. El mismo Fle- ming lo expresaba asi: «Si no fuera por la experiencia anterior, yo habria Grado la placa, como muchos bacteridlogos debieron haberlo hecho antes... También 8 probable que muchos bacteridlogos hayan apreciado cambios simi- lares a los detectados por mi, pero en ausencia de algtin interés por la Aparicion natural de unas sustancias antibacterianas, los cultivos sim- plemente se descartaron» (Fleming, en Roberts, 1989; P. 252). _Una vez formulados, el cientifico atacaré los problemas con una actitud de flexibilidad mental; esto significa despreciar la inercia, rom: per con el set, romper con la tendencia a utili Procedimientos estan. darizados en Ia solucién de Problemas; significa también buscar di- mensiones ocultas en el problema, convertir Io extrafio en familiar ylo © Ediciones Pirdimidy La creacién clentitioa 4 familiar en extrafio —como en la técnica «synéctica» de Gordon para la soluci6n creativa de problemas en grupo—, Segtin parece, Einstein dijo: «Todo el que aspire a ser un auténtico cientifico debe dedicar al menos media hora al dia a pensar al contrario que los colegas» (en Troccio, 1997; p. 9). Sélo un Pensamiento flexible puede al nzar esas reestructuraciones repentinas, esa reorganizacién de los elementos en una nueva Gestalt que son los procesos de insight, Tal sucede en mu chos de los casos ya mencionados de descubrimientoy repentinon, Pero la estrategia mas genuina del pensamiento creador es la ana logia; mediante ella se conectan realidades muy distintay en formas originales y valiosas. A este Proceso se han referido los autorey de muy diversa forma: Koestler, en su obra clasica The act of creation, lo llam6 «bisociacién», y consideraba que el verdadero logro en mu- chos descubrimientos cientificos es ver una analogia donde nadie la habfa visto antes; Mednick definié la creatividad en términos de aso- ciaciones remotas (Mednick, 1962). Es muy interesante desde la psi- cologia cognitiva, a este respecto, la obra de Holyoak y Thagard (1995) Menral leaps: analogy in creative thought, quienes consideran la analogfa como la esencia del pensamiento creador y, a la vez, el fundamento mismo del pensamiento humano. Buenos ejemplos de analogfas afortunadas y famosas son: el moe delo del étomo de Bohr como un sistema solar, la cone eneia como ta corriente de un rio de William James, el anillo del beneeno y la ser piente que se muerde la cola, la analogfa de Hartley comparando el coraz6n con una maquina, o la de Franklin comparando la electricidad con el relmpago. Otras veces, las analogfas van més alld de la pura asociacién per- ceptual y lo que se transfiere del andlogo fuente al andlogo meta es un sistema de reglas. Tenemos muy cercana, al respecto, en psicologfa cognitiva, la famosa metéfora del ordenador. En la ciencia se presentan muchas veces como formas compuestas, resultantes de proveson de integracién y transformacién que organizan 1a experlenela eopnitiva como instrumentos a través de los cuales observat li realidad (Preta, 1992). Gruber, en su libro programitico Darwin sobre ef hombre, Vw bla de una clase de analogfas especialmente prodietlvin que denonine simdgenes de amplio aleance», eapaoes de He TAP OLPAN intintin y, por tanto, de gran valor heuriatieo en la explionelin eleniiiion. tite . © Hiiciones Pirdmide 182 Epistemologia y psicologia duce esta nocién como parte del enfoque de sistemas en desarrollo para el trabajo creativo —en este caso como parte del sistema que Tla- ma organizacion del conocimiento— porque considera que una ima- gen en sentido amplio funciona como un esquema capaz de asimilar en él un rango total de percepciones, acciones e ideas. Para identifi- car las imagenes de este tipo menciona las siguientes caracteristicas: a) Son figuras de pensamiento, no sélo recursos expresivos me- taforicos. 4) Implican métodos de inferencia de alto dominio, capaces de generar hipétesis y teorfas. c) Desarrollan teorfas en un sentido de regulacién de esquemas, d) No sélo son amplias sino que tienen un contenido profundo. e) Ademéas de ser personales, pueden ser asumidas por una co- munidad cientifica. Al respecto, resulta muy interesante el trabajo de Osowski, un dis- cipulo de Gruber, sobre las metaforas de Willian James: la «corrien- te», el «pastor» 0 el «sendero» para la conciencia, el «posarse y volar como un pajaro» de la imaginacién..., y otras que le sirvieron como una herramienta representacional para organizar el conocimiento, te- lacionar la informacién con nuevos conceptos y expandir el alcance de su teoria (Osowski, 1992), Hace més de 2.000 afios un gran psicdlogo llamado Aristételes supo vislumbrar ya la importancia de este Proceso para la creacién. A él se le atribuyen estas palabras: «la metéfora, la percepcidn de la si- militud en lo que es disimilar, es el signo del genio». 7.6.2. La motivacién intrinseca El trabajo de Ana Roe con cientificos sociales y naturales, recono- cidos como creativos por sus pares, mostr6 diferencias entre los grupos en cuanto a las caracteristicas de personalidad, pero hubo un resultado undnime constatado en todos ellos: todos habfan trabajado muchas horas durante muchos afios, a menudo sin vacaciones, porque sencillamente preferfan hacer esto antes que cualquier otra cosa. © Ediciones Pirémide La creacién clentiioa VG «Los individuos creativos desean ser creativos y organizan AlN Vie das para magnificar las probabilidades de aleanzar ese objetivo, Hy por eso que constatamos la creatividad con una presencia regular y establey la obra tinica se da en casos muy alslados y a la vista de la enorme productividad de la mayoria de lox genios 1a eonelusién ex obyia y necesaria: esta gente ha gastado durante wi vide 1a Haver eantidud de tiempo y energfa en su trabajo» (Romo, 1997) 184), Estamos hablando, obviamente, de motivacidn intifineed ‘Tdos los ingredientes intelectuales mencionados son estériley sl [wll el pity posito. Significa interés por la propia tarea mas que en 1a compeleneli, los premios, el dinero o el reconocimiento social. Theresa Amabile, en su modelo componencial —mencionado al comienzo del epigrafe— incluye tres elementos: habilidades proplis del campo, habilidades propias de la creatividad y motivacién de tie rea; pues bien, éste es el mas importante, ya que puede intervenit sobre los otros dos desplazando energia para su potenciacién, mientris que lo contrario no sucede: unas buenas dotes no compensan la falti de motivaci6n intrinseca en el trabajo creativo (Amabile, 1989); «ques rer es poder», dice el refrdn espafiol. En los trabajos de Amabile (Amabile, 1983, 1989, 1996) hay une gran evidencia experimental acerca de cémo puede reducirse @l grade de creatividad de un producto afectando negativamente la motivaelit intrinseca al introducir restricciones externas como la vigilancli, 1 I> posibilidad de elecci6n respecto a los medios para realizar uni (aren, Ii eyaluaci6n 0, sencillamente, asociando una recompensa extern algo que basta entonces se hacfa por puro placer, Cuando la recompensa de quiere un valor extremo para el sujeto o la presiGn de los condicioninte® externos es muy fuerte, la atencidn se divide entre la propia (ined 4 motivos externos, lo que determina un decremento dé los nsamiento para el trabajo creativo. ap oF El anni arte» a ser exactos, a lu clenidliie=) Helin ai itrnl- nos coloquiales, es lo que aqui estamos tratind®, Hi aleela, sale ean at inconmensurable amor al trabajo, presente senile OH Li Bettie eres dores, se explica ese fuerte entusiasmo y fenlatenelt al whatidane hieta en las épocas més duras: sin recomperiay, ali feeannelinienin He li motivacién para mantener el esfuerze dia (ris di eon [Orinda extenin « © Ediciones Picsmide 184 Epistemologia Y psicologia possi bavi Habilidades del pensamiento ¥ trabajo creative Figura 7.5.—La motivacion intrinseca es el fuego Amabile, 1989.) doras de trabajo: diez, doce o mds horas diarias, Como decia reciente- mente en una entrevista Arturo Pérez Reverte, el «padre» del capitén Alatriste: « ibo por puro placer; es demasiado trabajo connor: hacerlo por obl igacion», : “a No queremos decir von todo lo expuesto que la gente no agradezca el Pago de su obra, que aquéllos ya consagrados desprecien los recono cimientos ° les produzcan bostezos los homenajes. Todo ello atenta coll trala evidencia y también contra la naturaleza humana. Estas cosas reper. cuten beneficiosamente en el trabajo creador pero sdlo cuando hay a fuerte motivacidn intrinseca previa, La Motivacién extrinseca s6lo sera beneficiosa para la creatividad cuando se afiada a la otra. Lo que se plan- © Ediciones Pirimide que cocina la creatividad, (Furnre: La creacidn cientitiew (Ot (ca es que la recompensa puede tener un efecto afiadido; puede favorecer cl estuerzo creador cuando la gente ya esté motivada intrinsecamente, Pero también tenemos casos de grandes creadores cuya labor no fue reconocida en su tiempo y supieron mantener el entusiasmo toda su vida. Recordemos a Kepler, cuyo trabajo fue perseguido e incluso despreciado por otros cientificos como Galileo, 0 Mendel, el monje «chiflado» de los guisantes, cuyo andnimo trabajo adlo serla recone cido mucho después de su muerte con el nacimiento de la yendtien moderna; pero lo cierto es que el trabajo creador tiene valor en sl Mi mo, se valora la actividad en sf, aunque si el resultado tiene conseeuen: cias favorables para el autor, esto sirve indiscutiblemente de estimulo para perseverar, Por otra parte. la genialidad de Kepler 0 Mendel hoy dia es impensable. ;Qué astrénomo podria hacer alguna aportacién mirando al cielo raso en una noche estrellada? Sin dinero... jy mu- cho!, no hay ciencia, lo que significa que ese amor a la ciencia para poder consumarse depende inevitablemente de unos condicionantes extrinsecos. 7.6.3. La personalidad del cientifico creativo Las caracteristicas de personalidad que describo a eontinuaelén constituyen los rasgos cuya presencia ha sido constatada sistemation mente a través de estudios de 28 0 trabajos psicomeéticos median te la aplicacién de inventarios 0 cuestionarios de personulidad, Segin los autores, se pone mayor énfasis en unas o en otras, En las que aqui ~~ Perseverancia ante los obsticulos. — Capacidad de asumir riesgos, —— Tolerancia a la ambigtiedad, — Apertura a la experiencia, — Autoconfianza. — Independencia. — Motivacién intrinsecn, — Motivacién de logro, © Baiones Pinimide 186 Epistemologia y psicologia nos detenemos podemos “segurar que son todas las que estan. Debe- mos aclarar que, por su espe grafe en exclusiva para la motivaci6n intrinseca, Motivaci6n de logro Junto a la motivacién intrinseca, existe una necesidad de logro. A lo largo de su carrera, el cientifico creativo va desarrollando un deseo de dominio en el campo: no basta con conocer sus contenidos y poseer las herramientas mentales para dominarlo, sino que se trata de hacer nuevas aportaciones, de intervenir en la disciplina, de dejar la propia huella. Asi pues, amén de la motivacién intrinseca se desarrolla otro motivo: el lo- ro, que determina un afin de tascender, un deseo de excelencia. Es el motivo para alcanzar un Gptimo nivel de calidad en la propia actividad y tiene asimismo una enorme importancia para la creatividad. Perseverancia ante los obstaculos Decia Dostoiesky que el genio es la paciencia mantenida. EI misterio de la creatividad es algo tan Prosaico como el esfuerzo Prolongado durante muchos afios. Desde que Ha’ la regla de los diez afios en su estudio con muisicos reglas hay que dominarlas, y diez. afios es el tier nocer a fondo una dis iplina y ejercitar, de forma exitosa, las habilida- des propias del Pensamiento creador en los problemas de la misma, Este rasgo supone invertir una gran cantidad de energia en el tra- bajo para remover los obsticulos tanto extemnos como propios que impiden la realizaci6n creativa, ‘jemplo palmario del segundo caso es el del fisico inglés Stephen Hawking. Las palabras de Maria Curie en una de las cartas a su hermana también ilustran esta idea: mpo minimo para co- «La vida no es fécil para ninguno de nosotros, Pero jqué impor- tal, hay que perseverar Y; sobre todo, tener confianza en una misma, © Ediciones Pirémide relevancia, hemos dedicado un epi- La creaoién vleniting VA Hay que creer que se est dotado para alguna cosa y esa “oon” hay que alcanzarla cueste lo que cueste» (Curie, M., en Curie, Ey, 1087, Pp. 128). Capacidad de asumir riesgos La personalidad creativa acepta lon felon) ef su eANipO de se embarca en aventuras de riesgo, normalmente Wi Fleggo valeul y aunque el fracaso puede llegar, sin embargo el (emor al mene ne ‘a a paralizar ni a bloquear los proyectos. “ “Todos los grandes ere que han roto esquemas previon y 7 dado nuevos paradigmas han asumido importantes riesgos como. safe f el rechazo, escarnio, aislamiento, destierro y hasta la cdrcel —reeor demos a Darwin o Galileo—, pero su obra ha sido finalmente recono- cida, aunque, desgraciadamente para algunos, después de mori A Semmelweis, médico e investigador austriaco, debemos el denet)- brimiento del mecanismo de trasmisién de las fiebres puerperal aay fermedad mortal que atacaba como una epidemia a Jas madres a paridas en el servicio de maternidad, del que era director, del hospital general de Viena. Pero, lejos de disfrutar la gloria, fue condenado al ostracismo, muriendo trastornado y en el exilio por la persecucidn que “sufrid de sus colegas en un oscuro episodio de la historia de Iw oe Charles Robert Darwin tuvo que afrontar innumerablen a antes y después de publicar su teoria sobre la evolucién, Su a origen de las especies (1859) le supuso veinte afios de ae fi Mientras se ganaba el reconocimiento por la comunidad te jen Con trabajos normativos, se dedicé a Preparar su defensa ante las bles criticas. Para evitar herir susceptibilidades, reservé Wi sobre el homo sapiens para la obra El origen del hombne, ria atin doce afios mas. Sin embargo, ninguna de se salv6 finalmente del rechazo y el desprestiglo p Acaso fue premonitoria, al respecto, aquelli ® de notas (cuaderno Ciencia; abril, 1908), dane persecucion de los primeros aNtrOnoniiie, OH que Bruno o Galileo sufrieron por parte de 1 vision heliocéntrica, . © Ediciones Pirdmide % 188 Epistemologia y psicologia Ast fu aturizado Da i © carreaturizado Darwin en un periédico de la época. Tomado de Darwin on a man (Gruber y Barret, 1974), Tolerancia a la ainbigiiedad Pe ae lo cognitivo significa una actitud de resistencia a la inercia de ion ar , resolver de inmediato los problemas o de dominar la incer- Cumbre, Este rasgo tiene un significado i i mu 2 s i ante Es 'y amplio en la personali- Csikszentmihalyi (1998) habla de | de pares de rasgos supuestamente Opuestos se presentan dialéctica- — integrados. en la persona creadora. Ast, habla de introversion y ieee caracter ludico y disciplina, tradicién y rebeldia, mascu. ‘ad y femineidad, sufrimiento ac i ismo , Ir , ig y placer, fantasia a dey ede y realismo, sober- ae de esas paradojas en el cientifico innovador eg la que Kuhn ha ‘Jado tan acertadamente con el titulo de su libro La tensién esen- ‘4 personalidad paradéjica, don- tefl © Ediciones Pirdmide La creacidn olenition VAG cial. Efectivamente, es esa dialéctica entre las fuerzas de la tadlelan, del respeto a la disciplina en la que se ha formado en creador, y Ii imperiosa necesidad de ruptura, de cambio ante el descubrimiento, ¥ la consecuente reformulaci6n tedrica que atenta contra el paradigma, Los creadores se exponen a gran cantidad de esfuerse y sufrimlen> to, pero también experimentan un intenso placer en li fealivaeién de a trabajo, si no obviamente lo abandonarfin, Como conneeienels leiden a ser emocionalmente inestables, aunque mantienen sl tension baja control consciente. Los estudios psicométricos confinnal que en lie personas creativas se da, a la vez, una mayor inestabilidad emoelinal unida a una gran fuerza del yo. Serian individuos con alto neurotlely mo, rasgo que predispone a la patologia, pero mantendrfan sus (ensloe nes bajo control voluntario y canalizarian esa energia hacia su labor creadora. En ocasiones, la experiencia placentera cristaliza en monet tos cumbre, como lo que Csikszentmihalyi denomina «experiencla de flujo» en la que la persona experimenta un estado extremado de Winer sin en la tarea, donde la autoconciencia se pierde. El flujo se asoeit siempre a actividades autotélicas, es decir, motivadas intrinsecamente, Apertura a la experiencia En el cientifico es la sensibilidad a lo nuevo, a lo discordanté Gon 108 esquemas establecidos. Conocer, probar, buscar, ir con lis «anlenas puestas», como mencioné antes. Recordemos aquel autorretrata de Hii tein: «yo no tengo dotes especiales, sdlo soy apasionadamente Gurion Carl Rogers es el autor que més ha enfatizado este rasgo persanil de la creatividad: la disposici6n a estar abiertos a la experiencia (nla externa como de dentro del propio sujeto. En el més reciente modela «big five» de personalidad (Digman, 1990), el «grande», li 1pertint mental aparece sistemdticamente destacada en todos Loy eatin ot personas creativas tanto en el subfactor de aperturd i 1h @aerenel como en el de apertura a la cultura, Autoconfianza La presencia de los rasgon anteriores os Hiterepend lente, eA iiie buenas dosis de confianza en wi minnie, eontianen pare afvantin ty tn . © Eudiciones Pirémide 190 Epistemologia y psicologla esperado, la incertidumbre, los obstéculos, el fracaso, 0 para aceptar ; los conflictos internos, Sin un buen auloconcepto, especialmente en todo lo que rodea la actividad creadora del individuo, la creatividad no es posible. En tér- minos psicodinémicos se habla de una gran fuerza del yo que genera la cnergia necesaria para mantenerse en un Proyecto vital de trabajo por encima de todo. Independencia Hablamos del estilo cognitivo independencia de campo, que sig- nifica capacidad para no dejarse condicionar por estructuras percep- tivas dadas; por ejemplo, en la figuras ambiguas ver alternativamente una u otra, o con la escalera de la pagina 45 verla a voluntad subien- do 0 bajando. Tal independencia correlaciona altamente con la fle- xibilidad de pensamiento (Romo, 1986) que, a nivel cognitivo, es la independencia para buscar nuevos enfoques, abandonar sets men- tales y alejarse de los caminos convencionales al tratar con los pro- blem, Pero también es independencia en la conducta social, la cual condiciona un comportamiento aut6nomo, rebelde, y a veces marginal. Es la marginalidad que postula Gardner (1995) como un principio de conducta en los siete casos estudiados en su libro Mentes creativas. La independencia se vincula con la autoconfianza. Ciertamente hay interdependencia entre todos los tasgos mencionados, asi como entre la motivacién y el pensamiento. , 7.7. En conclusién , Quisimos dibujar un retrato robot del cientifico creador, Al princi- Pio, con Ja ayuda de los nifloy y el influjo del cine y la television, nos sali6 un personaje chiflado, aislado del mundo y torpe, aunque seni pre hay alguna suftida «becaria» que se enamora de él —y decimos él porque siempre es un varén—. EI] hombre de la calle sin embargo nos dibujaba a una persona desprendida y abnegada, con unas dotes sobrenaturales y ademas tocado por Isis o la musa Urania. © Ediciones Pirémide La creacién cientiiea VO Pero cuando hemos preguntado a los psicdlogos, el mito se hia pulverizado y nos ha convertido al abnegado y genial investigador en una persona més de la calle. Pero esto no es malo; acabar con el mito del genio no significa quitarle grandeza; de alguna manera lo que es- tamos haciendo es democratizar la creatividad, Y no son menores las consecuencias pedagdégicas que una vision asf de la turea del cientifi co creador puede tener. Al fin y al cabo estamos ante un trabajador que ha hecho del inte rés por la ciencia su vocacién principal, que ama su trabajo aunque sienta el desdénimo en los momentos de fracaso o desconsideracién ajena, pero que posee una energia y afan de perseverar formidables Esta es una de las claves del éxito final: cuando otros abandonan, él se mantiene y contintia guiado también por esa confianza en las pro- pias capacidades y las rentas intelectuales que el esfuerzo le va a pro porcionar tarde o temprano. Pero estos perfiles que dibujo acompafian a un fondo de trabajo intelectual muy especial, una manera de pensar, como he dicho, ca racterizada por la apertura a lo nuevo y, a la vez, la btisqueda valiente de lo desconocido, sin obviar el planteamiento constante de proble- mas, la actitud critica ante la materia, y una gran flexibilidad de pen- samiento para abordar enfoques diferentes o ensayar una mirada nue va ante los viejos problemas —el cerebro es redondo pura permitit al pensamiento cambiar de direccién, Obviamente, todo esto no Jo insufla la musa sino que eX connie cuencia de un propésito mantenido, una motivacion que se va retrou limentando durante muchos aiios: «pensamiento ordinario, jpero me nos!», como he dicho en otro libro (Romo, 1997). Y, por tiltimo, esta el ingrediente aleatorio e injusto del azar, esa serendipia de la que hemos hablado, ese estar en el lugar apropiado en el momento opor tuno que puede marcar la diferencia entre un premio Nobel 0 un re conocimiento gris durante mucho tiempo. Pero, con reconoeimiento o sin él, ha sido la labor de muchos miles de personas con un perfil psi coldégico como el que acabo de dibujar, la de cientificos creativos, la que ha hecho evolucionar a la especie del homo sapiens. Ellos son los que nos han Ilevado desde las cavernas hasta Saturno. a © Ediciones Pirémide Bibliografia Amabile, T. M. (1983): The social Psychology of creativity Springer-Verlag. of Amabile, T. M, (1989): Growing up creative. Buffalo: The Creative [di Foundation. Amabile, T. M. (1996): Creativity in context. Colorado: Westview Bartlett, F. ( 1932); Remembering, Cambridge: Cambridge Univeps\\, Boden, M. ( 1991): The creative mind. Myths and mechanisms, Basic Books. Trad. cast.: La mente creativa. 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