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Edipo en la matriz

Matrix y los mitos griegos

Por Miguel Valle García

Alguien dijo una vez que desde los griegos no se había escrito nada nuevo bajo el sol.
Aunque podamos cuestionar el valor absoluto de esta afirmación, sobre todo si miramos
más allá de la herencia cultural de Occidente, es innegable la influencia que han ejercido los
clásicos griegos en la forma de abordar las preocupaciones del hombre, los grandes dramas
existenciales (el deber paterno filial, el conflicto entre el individuo y la sociedad, el
patriotismo, la lucha entre lo racional y lo irracional, etc.) o en la visión del héroe, tema que
ocupa este breve artículo.

La herencia griega, asumiendo las múltiples influencias previas (orientales, por ejemplo), así
como las reformulaciones romanas posteriores1, es fundamental a la hora de definir los
principales rasgos de muchos de los héroes que pueblan nuestra literatura o cine. El Héroe
tal y como hoy lo concebimos sería imposible sin el acervo de un Hércules, un Jasón, un
Teseo, un Héctor o un Ulises.

El presente artículo aborda como juego y diversión la conexión de una pretendida película
posmoderna, Matrix (The Matrix, 1999) que ofrece una visión tecno-dominante (fóbica y
fílica al mismo tiempo), con los mitos griegos, especialmente el héroe clásico y
concretamente Edipo.

La película

Matrix cuenta el despertar de un hombre, Neo, a un mundo de pesadilla, en el que descubre


que todo lo que él creía no es más que un sueño implantado en su mente. Junto con un
grupo de rebeldes luchará en dos frentes: en la propia realidad, donde son perseguidos sin
descanso por las máquinas, y en la ilusión colectiva que es Matrix, un ente que controla
todo, personificada por los Agentes. En esta lucha, desigual Neo descubrirá un terrible
secreto, él es elegido para conducir a la Humanidad hacia la verdad, al conocimiento y a la
libertad.

La película aborda el destino de la humanidad en un mundo tecnificado y apocalíptico pero


también el despertar de la conciencia de uno mismo y el conocimiento de la verdad sobre
Matrix y Neo. Esta temática podría ubicarse en la nueva tendencia del cine de ciencia-ficción
que ha dado un giro hacia la introspección y el análisis del interior del ser humano,
preocupándose más por el hombre y su vida en la tierra o su relación con las máquinas, con
un claro componente pesimista, que en la exploración y conquista del espacio.

No obstante, viéndola uno tiene la impresión de que los hermanos Wachovski han primado
la creación de un espectáculo de primera magnitud, de escenas de acción impactantes
(basadas en coreografías impresionantes o planos inverosímiles apoyándose en efectos

1
No olvidemos, por ejemplo, que en español Odiseo es más conocido por su nombre latino: Ulises, por poner
un ejemplo.

1
especiales) y, esto es una opinión muy mía, el deseo de crear un fenómeno similar al de los
otros grandes hitos del cine fantástico (léase Star Wars).

Ante esta película, y siendo conscientes de que no deja de ser cine de entretenimiento,
nadie esperaba una sesuda disertación sobre el destino del hombre pero la fantasía y el
espectáculo no han de estar reñidos con la emoción. Y si los primeros objetivos están
cumplidos, Matrix quedará en la memoria colectiva por su virtuosismo técnico, pues no en
vano ha ganado cuatro Oscars en los apartados técnicos y ha creado una escuela2, no creo
que permanezca por su capacidad de emocionar o implicar al espectador.

Es, sin duda, una película fría y aséptica, diríase tan artificial como el mundo que recrea, más
basada en silicio que en carbono (y emociones). Fotografía, estética y diálogos; todo
contribuye a crear una atmósfera de irrealidad, de indiferencia, que bien puede servir al
planteamiento de la película pero que juega en contra de otros aspectos, posiblemente más
importantes.

Desde mi punto de vista, esto se debe a un deseo desaforado de los hermanos Wachowski
de impresionar e impactar al espectador dejándole anonadado ante un despliegue sin igual
de efectos especiales y coreografías novedosas3. Esto hace que la película se vuelque en las
escenas de acción, que ocupan la mayor parte del metraje y aparecen, a veces, de forma
totalmente gratuita e innecesaria; todo ello, en detrimento del desarrollo de personajes o
de las subtramas. La historia de amor es inverosímil y tan sucinta que puede pasar
desapercibida, la traición es evidente desde el primer momento (¿por qué todos los
traidores parecen malos desde el primer rollo?) e incluso los momentos, teóricamente, de
mayor tensión son resueltos de una manera tan esteticista que Neo ni siquiera se despeina.

Personalmente, para que una película logre encontrar un rincón en mi corazoncito debe
ofrecerme más que un espectáculo visual sin precedentes, tiene que intentar que me
emocione o me identifique mínimamente con lo que sucede en la pantalla y Matrix, desde
luego, no lo consigue.

Bajo la pirotecnia inmediata, la historia responde a las dudas que abruman a Neo, quien
desentrañará la realidad que lo rodea, su papel en el mundo e incluso tendrá un atisbo de sí
mismo, de su yo interior. Este descubrimiento sólo es posible gracias al oráculo, cuyo papel
preponderante se entronca, de nuevo, con la tradición clásica, de la que esta película es
deudora, como veremos.

No obstante, no se nos puede escapar que la película bebe de infinitas fuentes en un cóctel
típico de estos tiempos de mezcolanza sin reflexión, totalmente descontextualizadas, pre-
digeridas para el gusto del público actual.

Tenemos, pues, referencias a la mitología griega, por ejemplo a Morfeo, dios de los sueños,
personaje interpretado por Laurence Fishburne, quien despierta a Neo del mundo en que
vive, la presencia del oráculo y el destino del héroe (sobre los que nos centraremos más

2
Si bien, muchas veces parodiada, hoy día, algunas de sus técnicas se han convertido en corpus doctrinal a la
hora de abordar según qué secuencias de acción.
3
Aunque cualquier buen conocedor sabrá que no lo son, en realidad, y que remiten al cine de Hong Kong.

2
adelante). Hebreas y cristinas: la ciudad de Sión, último reducto de la humanidad, el nombre
de Trinity –que hace referencia a la Santísima Trinidad- o el papel redentor de Neo4.
También elementos de mitos modernos como el Kansas del Mago de Oz o el conejo blanco
de Alicia en el País de las Maravillas (sólo que en vez de introducirlo en un mundo de
ensueño y fantasía es una pista para su despertar).

La relación con Edipo

El mito de Edipo se centra, entre otras cosas, en la inevitabilidad del destino, la


imposibilidad de escapar de él y en los efectos, muchas veces terribles, del descubrimiento
de la verdad.

Al rey de Tebas, Layo, se le vaticina que en el caso de tener descendencia, su hijo lo


asesinará y yacerá con su madre, Yocasta. Aterrado por tal oráculo, cuando su esposa da a
luz un niño, decide abandonarlo en el monte Citerión, colgado de un árbol por los pies5.
Pero el recién nacido es recogido y criado por Polibio, rey de Corinto, y se convertirá en un
joven arrojado y orgulloso.

Años más tarde, Edipo, ignorante de la verdad, huye de su hogar adoptivo cuando se le
profetiza que matará a su padre y desposará a su madre. Este acto noble, renuncia a todo
para salvar a los que cree sus padres, pondrá en marcha la rueda de la fortuna para cumplir
su destino, inevitable como es en toda la mitología griega.

En sus viajes para alejarse del hogar familiar, encuentra a un desconocido en un vado y lo da
muerte tras una discusión. Se trata de Layo, su padre. Prosigue su viaje hasta llegar a Tebas,
ciudad asediada por la Esfinge6, quien pone a prueba a los caminantes con un enigma7, si no
lo resuelven los da muerte estrangulándolos. Mas Edipo logra resolver el acertijo, liberando
al pueblo y obteniendo la mano de la desconsolada reina viuda, Yocasta, su madre.

Así se sella el destino de Edipo, cuyos actos en ningún caso han podido torcer la senda
marcada. El conocimiento de la verdad –ha asesinado a su padre, desposado y yacido con su
madre- será traumático para Edipo quien se arrancará los ojos y renunciará al trono.

El esquema subyacente de la historia de Matrix es exactamente el mismo. El destino del


héroe, que ha de cumplirse indefectiblemente; el papel del oráculo como desencadenante
de este destino y lo que significa este nuevo conocimiento para el héroe.

4
Que alcanza cotas inenarrables en las continuaciones de la película.
5
De ahí el nombre de Edipo, “pies hinchados” ya que Layo atravesó sus tobillos con fíbulas para dejarlo
colgado.
6
Según diversos autores clásicos, la Esfinge era un ser origen divino (no hay acuerdo sobre su filiación, según
Apolodoro era hija de Equidna y Tifón) que tenía cuerpo de león, rostro de mujer y alas de halcón. No debe
confundirse con la esfinge egipcia (cuerpo de león y rostro de hombre) que tiene connotaciones positivas
frente a la representación del mal de la primera.
7
De igual modo, hay diversos enunciados sobre cómo era el enigma pero básicamente hace referencia al
Hombre. Apolodoro en su Biblioteca mitológica dice: ¿Qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de
tres?

3
Como los héroes griegos, además, Neo no es un ser normal, es una persona destinada a
grandes hechos (liberar a la Humanidad del yugo de las máquinas, resolver el enigma de la
Esfinge y liberar Tebas) que ha de descubrir su verdadera naturaleza (ser el Elegido) antes
de poder comenzar su tarea.

Como todo héroe, Neo muestra desde el principio cualidades que lo apartan de la
normalidad, incluso antes de asumir la verdad. Frente a las hazañas de Hércules (matar a
dos serpientes en la cuna) él se percata de que algo falla en todo lo que le rodea, las cosas
no son lo que deberían ser, de forma inconsciente detecta el mundo ilusorio en el que vive.

Al nacer a su nueva vida, cuando despierta del sueño, vive una infancia propia de héroe.
Muestra aptitudes extraordinarias, equivalentes a las proezas de juventud de Hércules, por
ejemplo, tiene un tutor que, cual Quirón8, le enseña cómo debe actuar y le introduce en los
vericuetos de su nueva vida, de la realidad.

Cuando Neo ya está preparado, el Oráculo entra en su vida desencadenando su destino, y


ésta es la virtud del Oráculo, no sólo avisa de lo que los Hados han dispuesto sino que, de
algún modo, dice lo necesario para que ese destino se cumpla. Si a Layo no le hubieran
vaticinado que su hijo le mataría y cometería incesto, no hubiera abandonado a Edipo y éste
no podría ser un extraño que, desconociendo a sus verdaderos progenitores, cumpliera lo
predicho.

De igual modo el Oráculo (gran acierto presentarlo rodeado de lo cotidiano, lejos de los
rituales y las posesiones divinas que se pueden esperar en la tradición clásica) advierte a
Neo que no es el elegido, pero que tendrá en sus manos el destino de Morfeo, la persona
que cree en él y su particular Cicerone en el mundo real.

En un acto de rebeldía, pensemos en Orestes que no desea vengar a su padre, se niega a


aceptar que por su culpa Morfeo caiga en manos de los Agentes y su deseo de demostrar
que nada está escrito desencadenará su Destino (cruel paradoja). Se enfrentará a vida o
muerte con los Agentes y esta prueba máxima le llevará a la apoteosis; la profecía se cumple
y Neo se convierte en el Elegido.

La introspección, la búsqueda de la verdad y el papel del oráculo son concordantes con el


tratamiento clásico de este tema, pero el resultado es diametralmente opuesto por la
naturaleza del destino de Neo, su fin no es ser meramente un Héroe (como si fuera poco)
sino un Redentor9. Por eso, el conocimiento de su verdadera naturaleza no resulta
demoledor como en el caso de Edipo, sino que le lleva a una apoteosis, una ascensión a otro
plano similar a la sufrida por Baco, también en momentos de extremo peligro.

De este modo, Matrix no pretende jugar con un mito clásico, reenfocarlo o a actualizarlo,
sino que toma los momentos más álgidos de algunos mitos, las partes más positivas para

8
Quirón fue el tutor por excelencia de los Héroes Griegos. Un centauro sabio e inteligente, a diferencia del
resto, que tradicionalmente encarnan lo salvaje y el desenfreno.
9
Lo que como hemos comentado previamente, lo entronca con la tradición judeo – cristina; de hecho Neo
muere y resucita convertido en el Elegido.

4
crear un héroe completo, sin fisuras, y eso es, precisamente, lo que considero un error, ya
que pervierte cualquier atisbo de madurez a la historia.

Los héroes mitológicos eran seres humanos que se revelaban contra su destino, huían de él
porque, habitualmente, era aterrador. En cambio, la actitud de Neo es, simplemente, de
incomprensión (a veces pienso que de indiferencia, de incredulidad pero sin pasión, algo
muy propio del mundo descafeinado que proponen los Wachowski), sin temperamento. No
percibimos el conflicto desgarrador que suponía para los héroes griegos afrontar el Destino,
eso le hace menos humano, menos cercano a nosotros. No hay pathos en la evolución de
Neo.

Las claves míticas de Matrix son, pues, el resultado típico de la época en que nos ha tocado
vivir, al menos en cuanto a la narración mainstream, donde se nos presentan productos
infantilizados, sin profundidad ni madurez, incapaces de abordar las complejidades del
Destino del Héroe. Como si de un todopoderoso personaje de mal videojuego fuera.

Ficha técnica

Directores: Andy Wachowski y Larry Wachowski / Productor: Joel Silver para Warner Bros. /
Producción ejecutiva: Andrew Mason, Barrie M. Osborne, Erwin Stoff, Andy Wachowski y
Larry Wachowski / Diseño de producción: Owen Paterson / Guión: Andy Wachowski y Larry
Wachowski / Fotografía: Bill Pope / Música: Don Davis / Montaje: Zach Staenberg /
Dirección artística: Hugh Bateup y Michelle McGahey / Vestuario: Kym Barrett / Decorados:
Lisa Blitz Brennan, Tim Ferrier y Marta McElroy / Efectos especiales: Amalgamated Pixels,
Animal Logic, Bullet Time, DFILM Services, Makeup Effects Group Studio, Manex Visual
Effects y Mass. Illusions LLC / Intérpretes: Keanu Reeves (Thomas A. Anderson / Neo),
Laurence Fishburne (Morfeo), Carrie-Anne Moss (Trinity), Hugo Weaving (Agente Smith), Joe
Pantoliano (Cifra / Sr. Reagan), Marcus Chong (Tanque), Paul Goddard (Agente Brown),
Robert Taylor (Agente Jones), Gloria Foster (Oráculo), Julian Arahanga (Apoc), Matt Doran
(Ratón), Belinda McClory (Switch), Anthony Ray Parker (Dozer), Andy y Larry Wachowski
(limpiaventanas; no aparecen en los créditos)… / Nacionalidad y Año: USA 1999 / Duración
y datos técnicos: 136 min. Color. Scope.

Crítica en www.pasadizo.com
http://www.pasadizo.com/index.php/component/peliculas/?view=peliculas&id=126&type=
critica

Fuentes mitológicas
Apolodoro de Atenas, Biblioteca mitológica (Madrid : Alianza editorial, 1993).
Concretamente, en el libro III.
Sófocles, Edipo Rey (Cátedra, 2009).

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