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El 20 de marzo de 2003, sin que mediara alguna declaración de guerra por alguna de las

partes, comenzó el ataque de la coalición contra Irak. Para el ataque, los estadounidenses
habían dispuesto de 225 000 soldados, 800 tanques M1 Abrams, 600 vehículos de combate
de infantería M2/M3 Bradley, 100 helicópteros AH-64 Apache, 200 helicópteros AH-1
SuperCobra, 100 helicópteros de transporte CH-47 Chinook, UH-60 Black Hawk y CH-53 Sea
Stallion, 50-60 F-14 Tomcat, 90 F-15 Eagle, 75 F-16 Fighting Falcon, 180-220 McDonnell
Douglas F/A-18 Hornet, 50 A-10, 36 bombarderos B-1B, B-52 y B-2, 60 Harrier AV-8B y 4
grupos de combate marítimos que incluían a los portaaviones Constellation, Harry S. Truman,
A. Lincoln y T. Roosevelt. Para proteger a Israel, las fuerzas de los Estados Unidos
desplegaron tres baterías de misiles Patriot en Jordania.
Con la intención de defender al país, Saddam Husein ordenó dividir Iraq en cuatro secciones y
encargó la defensa de cada región a una persona de su entera confianza. Para combatir, los
iraquíes disponían, en teoría, de un ejército de 327 000 hombres, 400 000 reservistas y 2.200
carros de combate de origen ruso y chino, de los cuales unos 700 eran T-72, 500 T-62, 500 T-
54/T-55, 350 Tipo 69 y 150 Tipo 59. Para misiones de reconocimiento, los iraquíes contaban
con una gran variedad de vehículos ligeros de diversos orígenes que ascendían a 500
unidades, entre los que se encontraban 100 tanques anfibios PT-76, mientras que el resto se
componía de BRDM-2 con misiles 9K11 Malyutka, ERC-90 Sagaie, Panhard AML-90, EE-9
Cascavel, EE-3 Jararaca, OT-65 Otter, FV 601 Saladin y FV 701 Ferret. Además, las fuerzas
mecanizadas tenían en su inventario 3300 transportes blindados, habiendo 900 BMP-
1 y BMP-2, siendo el resto M-113, BTR-152, BTR-50, BTR-60, M3 Panhard, EE-11 Urutu, OT-
62 y OT-64. La artillería remolcada poseía cañones Oto Melara M-56 de 105 mm, D-74, D-30 y
M-30 de 122 mm, M-46 y Tipo 59 de 130 mm, ML-20 y D-1 de 152 mm, y G5, GHN-45 y M-
114 de 155 mm, sumando un total de 1900 piezas. 3000 cañones antiaéreos, entre 640 y 760
lanzaderas de misiles antiaéreos, entre 70 y 90 helicópteros de combate y 300 aviones de
combate de los cuales la mitad estaban fuera de servicio debido a la falta de reparaciones y
mantenimiento adecuado. La mayoría de estos aparatos eran Mikoyan-Gurevich MiG-21, MiG-
23 y MiG-25 de fabricación soviética y cincuenta Mirage F-1 franceses. Antes de la guerra, el
ejército iraquí había hecho destruir varios de sus misiles Al-Samud como muestra de
cooperación en un intento por detener el conflicto.
Un percance obligó a replantear los planes de invasión al negársele al ejército estadounidense
la entrada desde Turquía lo que hubiera permitido realizar una rápida maniobra en tenaza
para tomar Bagdad. A pesar de todo, fuerzas especiales tuvieron contacto con las milicias
kurdas y se planeó un ataque coordinado con los guerrilleros desde el norte, con apoyo de
tropas aerotransportadas; siempre y cuando las operaciones en el sur marcharan según lo
previsto.
La invasión empezó con bombardeos sobre Bagdad mediante misiles Tomahawks lanzados
desde buques y submarinos, a lo que le seguirían ataques aéreos con cazas y bombarderos
pesados. La respuesta de los iraquíes no se hizo esperar, y las fuerzas desplegadas cerca de
la frontera con Kuwait iniciaron un duelo artillero con elementos de la 1.ª División Acorazada
de los Estados Unidos. A los pocos minutos, los iraquíes lanzaron tres misiles, llamados Al-
Samud contra Kuwait. Uno de estos proyectiles fue interceptado por un misil Patriot y explotó
en el aire; los otros dos lograron superar a los Patriot e impactaron en la zona norte de Kuwait,
sin causar daños importantes o víctimas. Posteriormente, se adentró en el desierto una
columna estadounidense formada por numerosos tanques Abrams, vehículos blindados
Humvee y helicópteros artillados Apache y Blackhawk. Tras pasar la frontera de Irak,
curiosamente, la Fuerza Aérea de Iraq no realizó ni una sola salida para defender el país. Esto
ocurrió debido al mal estado en que se encontraban las aeronaves por culpa del embargo que
sufría Iraq desde 1991. De entrada, en los primeros dos día de la ofensiva, varios helicópteros
de la coalición fueron derribados por el sistema SAM Strela ruso operado por los iraquíes. El
sistema de radar de Iraq continuó funcionando en los primeros día de la invasión pese al
fuerte bombardeo estadounidense, aunque poco después dejó de funcionar.
Se cree que durante los primeros siete días de la guerra, el Ejército Iraquí habría logrado
degradar la señal de la red de satélites GPS o Navstar y por eso muchos misiles no pudieron
hacer blanco sobre las coordenadas exactas de sus objetivos. Se especula que tal vez
técnicos rusos o ucranianos colaboraron con el ejército iraquí para crear una pantalla
distorsionadora, empleando equipos portátiles anti-GPS, la cual tendría un alcance horizontal
de entre 20 y 150 kilómetros y vertical de 30 a 50 kilómetros. Debido a esto, las fuerzas
estadounidenses únicamente habrían podido usar misiles de crucero que podían ser guiados
hasta sus blancos sin la necesidad de señales GPS, misiles infrarrojos o de guía láser, pero la
precisión de todas estas armas podía ser fácilmente disminuida por tormentas de arena o
simples medidas de interferencia como la quema de zanjas rellenas de petróleo, mezcladas
con arena y trozos de aluminio. (AVION REVUE, en su número 41 del 2003)
El 24 de marzo, el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleisher, acusó a Rusia de haber vendido
dispositivos de alta tecnología a Bagdad. Asimismo, el Pentágono denunció que la empresa
rusa Aviaconversiya era la que había suministrado los equipos. La acusación fue negada
inmediatamente por los rusos, quienes sostuvieron que dichos equipos de interferencia habían
sido fabricados fuera de Rusia. Los militares estadounidenses negaron que la interferencia de
los satélites GPS hubiera afectado los misiles lanzados por aeronaves o buques
estadounidenses y restaron importancia al asunto, pero el 25 de marzo, el coronel Víctor
Renuart, jefe de Operaciones del Comando Central, afirmó con importancia que las fuerzas
estadounidenses habían logrado destruir seis equipos de interferencia instalados en vehículos
o camiones todo terreno.
Las fuerzas invasoras encontraron poca resistencia, que se concentró principalmente en Um
Qasr, puerto clave para afianzar la entrada de tropas y pertrechos, que se tomó enseguida.
Los estadounidenses avanzaron rápidamente sin encontrar oposición destacable hasta la
llegada al puente de Nasiriya, punto donde el Ejército Iraquí esperaba detener a las fuerzas
invasoras. Las bajas para la coalición fueron mucho mayores, llegando a superar treinta
muertes. De Nasirya llegaron las primeras imágenes de estadounidenses abatidos. La
televisión iraquí mostró a cinco prisioneros estadounidenses que fueron capturados. El 27 de
marzo, unos mil paracaidistas estadounidenses llegaron al norte de Iraq para sumarse a los
guerrilleros kurdos. A pesar del tiempo perdido en Nasiriya, la resistencia iraquí pronto fue
doblegada y el largo convoy invasor prosiguió su travesía por el desierto. Sin embargo, la
columna de la Tercera División de infantería de marines fue resquebrajada en varios puntos,
principalmente en las ciudades de Najaf y Kerbala, y en Nasirya. Las fuerzas invasoras
frenaron su avance debido a una fuerte tormenta de arena y eso permitió que varias unidades
iraquíes se replegaran del campo de batalla donde estaban siendo apabulladas. Pese a los
continuos reveses militares, el gobierno de Iraq insistía en mostrarse optimista y por eso
trasladaba rápidamente a los periodistas a los sitios donde podían verse restos
de tanques estadounidenses quemados.
Las operaciones de combate llevadas a cabo por la Coalición no estuvieron exentas de
errores y problemas que cobraron la vida de varios efectivos. El 2 de abril, un F/A-18 Hornet
estadounidense fue abatido sobre los cielos de Bagdad por las propias fuerzas
estadounidenses. Uno de los casos más polémicos fue el ocurrido en el Hotel Palestina
de Bagdad, donde se alojaban la mayoría de periodistas internacionales y que el 8 de abril
recibió disparos de un tanque Abrams estadounidense. En esta acción perdieron la vida los
periodistas José Couso de España y Taras Protsyuk de Ucrania. Se discutió largamente si los
soldados en cuestión sabían de los huéspedes del hotel, pudiendo disparar a conciencia
contra los periodistas para evitar "testigos molestos", o si simplemente dispararon al confundir
las cámaras de televisión con posibles lanzamisiles u otros artefactos militares. Paralelamente,
mientras se desarrollaban los principales combates en el sur y centro de Iraq, unos mil
soldados turcos penetraron algunos kilómetros en el norte para vigilar las acciones de los
kurdos que luchaban contra las fuerzas iraquíes. Apoyados por aviones y tropas de la
Coalición, los guerrilleros kurdos se lanzaron sobre las principales ciudades y poblados del
norte del país, pero el ejército iraquí respondió lanzando 37 misiles tierra-tierra.
Para la defensa de la capital, el Alto Mando iraquí tomó la decisión de formar dos anillos
defensivos alrededor de la ciudad, usando a la Guardia Republicana. La División Medina fue
ubicada al sur para combatir contra las fuerzas estadounidenses; mientras que la División
Hammurabi fue desplegada en el norte para contener a los kurdos. Cada división contaba con
10 000 soldados, 200 tanques T-72, 200 blindados BMP-2, 50 cañones Howitzer GH-45 y
artillería ligera. Los soldados habían cavado trincheras en la periferia de la ciudad, los
blindados habían sido colocados en garajes y zonas arboladas para protegerlos de los
ataques aéreos y se habían provocado algunos incendios para dificultar la visibilidad de los
aviones y los satélites. Todo hacía suponer que los invasores habrían de combatir casa por
casa para tomar la capital, pero eso no ocurrió así. Al llegar a los tan temidos anillos
defensivos, apenas se encontró oposición destacable. Muchos aseguran que la Guardia
Republicana no presentó pelea debido a los demoledores bombardeos estadounidenses
contra las líneas iraquíes y a la deserción masiva de las tropas; otros sostienen que los
comandantes dieron la orden a sus soldados de retirarse y mezclarse entre la población para
continuar la lucha mediante una guerra de guerrillas que ya se estaba organizando. Tras la
desarticulación de la mayor parte de las fuerzas iraquíes, el aeropuerto de Bagdad fue
controlado por los invasores después de unos breves combates donde un A-10
Thunderbolt estadounidense quedó fuera de combate. Más tarde, los estadounidenses
realizaron incursiones de tanteo con columnas de blindados a través de las calles Bagdad y
luego se tomó la decisión de entrar en bloque y capturar la capital, que cayó casi sin
resistencia el primero de abril. Los combates no terminarían con la toma de Bagdad y ello
quedó demostrado cuando el 7 de abril un F-15 Eagle fue derribado sobre los cielos
de Tikrit resultando en la muerte de sus dos pilotos.
El 1 de mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de las principales
operaciones militares de la invasión desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln, en un
acto que sería recordado por la frase Mission acomplished! (Misión cumplida), la cual fue
pronunciada por el mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta que
ondeaba sobre el barco. La coalición perdió 173 soldados y aproximadamente 542 resultaron
heridos durante las primeras batallas de la invasión. No se conoce el número exacto de bajas
entre las fuerzas armadas iraquíes, pero diferentes fuentes estiman que sufrieron entre 4000 y
6000 muertos. A partir de entonces, el gobierno estadounidense comenzó a poner en práctica
una serie de medidas encaminadas a instaurar un nuevo gobierno de transición y control en
Iraq. Sin embargo, la resistencia iraquí estaba lejos de ser completamente doblegadas y
algunos sostienen que el ejército estadounidense únicamente logró la ocupación del país, pero
que la guerra todavía no ha terminado.

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