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2
Créditos
Moderadora de traducción
Clau

Traductoras

Clau Mere Sol Brillante


Nelly Vanessa Elena Ashb Malu_12
Axcia Clarksx Merlu
3 Paloma GraceKelly Daniela_DB
Mokona Vanehz Curitiba
Brenda Carpio Mir Melusanti
Steffanie Nelshia Electra
Mona

Traductoras SOS

GraceKelly Steffanie

Clau Antonella❤

Mir
Moderadora de Corrección
Francatemartu

Correctoras

Bibliotecaria70 Francatemartu

Aldebarán Nanis

Caamille Merlu

Carosole

4
Revisión Final

Francatemartu

Diseño

ƸӜƷYossƸӜƷ

Francatemartu
Contenido
Sinopsis Capítulo 12 Capítulo 23
Parte Uno Capítulo 13 Capítulo 24
Capítulo 1 Parte Dos Capítulo 25
Capítulo 2 Capítulo 14 Capítulo 26
Capítulo 3 Capítulo 15 Capítulo 27
Capítulo 4 Capítulo 16 Capítulo 28

5 Capítulo 5 Capítulo 17 Capítulo 29


Capítulo 6 Capítulo 18 Capítulo 30
Capítulo 7 Capítulo 19 Capítulo 31
Capítulo 8 Capítulo 20 Capítulo 32
Capítulo 9 Capítulo 21 Epílogo
Capítulo 10 Capítulo 22 Biografía de la Autora
Capítulo 11
Sinopsis
mber Walsh siempre fue tranquila, disfrutando más de un libro y una copa de

E vino que del ruido y las multitudes de un club, pero cuando su mejor amiga
la invita a salir y encontrarse con el chico que le gusta, el mundo de Ember
se pone patas arriba. Él parece un ángel vengador mítico, entintado, precioso y
completamente fuera de su alcance, pero una mirada y Ember ya no quiere
tranquilidad, lo quiere a él.

Trace Montgomery ha enterrado su dañino pasado de mujeres y peleas hasta que un

6 día conoce a un ángel y de repente quiere más, la quiere a ella. Por ella, está
decidido a vencer a sus demonios, pero el secreto oculto que vincula sus pasados puede
acercarlos, o separarlos.
Parte Uno

“Ninguno de los que, como yo, evoca al más malo de aquellos demonios medio-
domesticados que habitan en la bestia humana, y trata de luchar contra ellos, puede
esperar salir de la lucha ileso”. Sigmund Freud.

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Capítulo 1
Traducido por Clau, Nelly Vanessa,
Axcia & Paloma
Corregido por francatemartu

E
n realidad no era mi escena: la discoteca oscura y llena de humo, la
ruidosa música llena de bajos, los cuerpos —hombro con hombro— y
el ruido —capaz de sacarte los ojos y embrutecerte—. La barra era
elegante, y con un tope negro que abarcaba todo el costado del lugar.
Estaba lleno de vasos rellenos con líquidos de variados colores. Las
personas que estaban de pie alrededor de la barra, eran algunas de las
personas más hermosas que jamás había visto en la vida real. Sí,
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definitivamente estaba muy lejos de mi zona de confort.

Lena había quedado en encontrarse aquí con el chico que le gustaba y


quería que yo la acompañara por si acaso. Ella era mi mejor
amiga y lo había sido desde que estábamos en la escuela media. Era una
amistad que había sobrevivido la secundaria y universidades
separadas. Yo era muy tímida, pero también valoraba mi amistad con ella,
el estar en un lugar como este era una prueba de lo mucho que esta
amistad significaba para mí.

Nos abrimos paso entre la multitud mientras mis dedos fueron pisoteados,
mi cabello fue halado y no podía evitar pensar en que debía haberme
quedado en casa, tomando una copa de vino y leyendo a Jane Eyre. De
alguna manera logramos llegar a la barra cuando Lena me agarró la mano.

—Mira, Em, ahí está.

Seguí la mirada de Lena al rubio de pie cerca de la barra. Era alto, tal vez de
un metro ochenta, tenía el pelo perfectamente cortado e incluso en su
pantalón caqui y una camisa oxford, se notaba que su cuerpo era atlético
como el de un corredor con músculos largos y delgados. Cuando volvió su
rostro hacia nosotras, vi que sus ojos eran de un color verde-avellana en
una cara que era una belleza clásica.
—¿Qué opinas?

Miré a Lena y me di cuenta de que me había estado estudiando mientras lo


miraba.

—Él es muy guapo, Lena. ¿Cómo se llama?

—Todd.

Todd se dirigió hacia nosotras. Los ojos le brillaron a modo de saludo


mientras una sonrisa curvó sus labios.

—Hola, Lena. Me alegro que lo lograras. —Dio un paso hacia Lena y


presionó un beso en sus labios y yo no pude evitar una punzada de envidia
que sentí por su saludo, pero de inmediato mi mente cambió de rumbo
cuando Todd se giró hacia mí y Lena hizo las presentaciones.

—Todd, esta es mi mejor amiga, Ember.

Cogió mi mano para sacudirla. Los apretones de manos de mi papá eran


9 fuertes, pero el de Todd era uno de esos medio de chica, ya que sus manos
eran demasiado tersas y suaves —incluso más suaves que las mías—. Para
mi papá esta sería una señal de alerta grave, pero lo saqué de mis
pensamientos cuando Todd me sonrió.

—Encantado de conocerte, Ember.

—... igualmente Todd.

La canción favorita de Lena comenzó a sonar y agarró la mano de Todd.

—Vamos a bailar.

Ella lo sacó a la pista de baile mirándome mientras caminaba.

—¿Vienes, Em?

—No, vayan ustedes.

—Está bien. —Y así desaparecieron en la multitud. Había un taburete vacío


en la barra por lo que me senté y le hice señas al camarero. Él estaba en
sus treinta, tenía hombros y brazos grandes, el pelo corto, pero sus
ojos eran amables. Se detuvo justo en frente de mí y colocó una servilleta.

—¿Qué te sirvo?
—Cabernet, por favor.

—Por supuesto.

Lo vi verter el vino de color rojo rubí en un vaso antes de que yo sacara un


billete de veinte y lo moviera al otro lado de la barra hacia él, justo cuando
colocaba la copa frente a mí.

—Quédate con el cambio —le dije.

—Gracias, preciosa. —Él me lanzó una sonrisa mientras se movía hacia el


otro lado de la barra mientras yo tomaba un sorbo de mi vino.

Me giré en mi taburete y miré hacia el mar de gente. Este lugar no era como
los clubes en los que solíamos pasar el rato durante nuestros años
universitarios, pero aun así era un lugar para ver y ser visto, y aunque traté
de mezclarme como Lena, era difícil para mí entablar conversación ya que
la sola idea de hablar con un desconocido me llenaba el estómago con
mariposas y hacía que mis palmas se volvieran sudorosas. Era por esa
razón que mi vida amorosa era muy anémica. A pesar de que tenía la
10 capacidad de atraer a un hombre, mantenerlo interesado cuando buscaba a
tientas por mi timidez, no tanto.

Tomé otro sorbo de mi vino, capturé un destello del pelo castaño de


Lena antes de que se sumergiera aún más en la multitud, y luego un gran
revuelo en la pista de baile llamó mi atención. Había por lo menos seis
damas vestidas con los vestidos más cortos y reveladores que jamás había
visto. Cada una de ellas era preciosa, pero era el hombre que caminaba en
medio de ellas quien tenía toda mi atención. Iba vestido con jeans
gastados, una camiseta tipo tanque y botas de color negro. Medía por lo
menos 1.95, su pelo negro era corto y de punta alrededor de una cara de
pura belleza, pero fue el tatuaje que cubría su brazo izquierdo lo que me
cautivó. De hombro a muñeca estaba completamente cubierto de tinta. El
diseño era indiscernible desde mi distancia y nunca tuve ninguna
sensación respecto a los tatuajes en un sentido u otro, pero me pareció
bello y sexy. Tal vez estaba movida en este caso debido a que el brazo era
un brazo espectacular, con un hombro ancho, un bíceps densamente
musculoso y un poderoso antebrazo.

Se movía entre la multitud y la gente realmente se apartaba para dejarlo


pasar —como Moisés y el Mar Rojo— y entonces estuvo justo a mi derecha
con su grupo de chicas riendo y lanzando su pelo. Volví los ojos de la
escena ya que el hombre claramente no carecía de atención femenina. Las
mujeres en la barra —malditas fueran las citas— tensaban el cuello para
echarle un vistazo a él. Miré a mi jeans negro y mi blusa sin mangas
mientras una sonrisa curvaba mis labios —no hay nada sexy en eso—. Mi
cabello, mi característica más importante, era largo y grueso, pero en vez
de rubio o rojo como la mayoría de los hombres prefieren, era marrón,
del mismo color de mis ojos. Definitivamente no estaba en la misma liga
que la gente guapa de la barra.

Un repentino empujón en la espalda casi me hizo derramar mi vino y


cuando me volví hacia mi agresor, supe de inmediato que estaba
completamente borracho.

—Hola, cariño. ¿Quieres bailar?

¿Bailar? Este hombre apenas podía mantenerse de pie, balanceándose


como un rascacielos en un fuerte viento, así que era algo
ambicioso para él incluso considerar caminar hasta la pista de baile y
mucho menos bailar. No quería ofenderlo, pero seguro que tampoco quería
11 bailar con él, así que sonreí con dulzura y respondí con bastante firmeza.

—No, gracias.

Él me agarró y teniendo en cuenta su borrachera, me sorprendió la


precisión de sus movimientos.

—Vamos, nena. —Sus manos se movían por mis brazos hasta mis caderas
lo que me hizo empujarlo, pero era fuerte y su agarre era firme. Mi enojo
se convirtió en miedo.

—Suéltame. —Mi voz no era muy estable mientras trataba en vano de


apartarme de él.

—Suéltala. —Volví la cabeza hacia el camarero que estaba preparándose


para saltar por encima de la barra, pero se detuvo cuando una sombra cayó
sobre nosotros. Era el hombre-tatuado que se cernía sobre mí y mi casi
agresor. El borracho miró por encima del hombro, vio quién estaba de pie
detrás de él, e inmediatamente dejó caer sus manos antes de dar un paso
hacia atrás.

—No quise decir nada malo, hombre.


Saqué mis ojos del hermoso ángel vengador que estaba delante de mí y
observé el terror en los ojos de mi no deseado pretendiente, mientras mi
miedo era reemplazado rápidamente por la ira.

—¡¿Nada malo?! ¡Dije que no!

Sus ojos se posaron en mí y vi el destello de calor en ellos. Me di cuenta de


que no estaba arrepentido en absoluto y eso sólo me molestó. Antes de que
supiera mi intención, apreté la mano en un puño y conecté un sólido
golpe en su mandíbula apoyándome con mi cuerpo como me enseñaron. A
la vista de su cabeza girando hacia atrás, no pude controlar mi sonrisa.

—¡Perra! —aulló.

Plantó sus piernas preparándose para ir sobre mí, pero más rápido de lo
que mis ojos podían ver, una mancha brilló ante mí y en lo que pareció un
instante, los ojos de mi atacante rodaron a la parte de adentro de su cara
mientras su cuerpo chocaba contra el suelo. Miré hacia el hombre tatuado
que me miraba fijamente y pensé que aunque sabía que el golpe había
12 venido de él, nunca se sabría por la forma en que estaba casualmente allí
de pie.

—¿Estás bien? —Su voz era tan suave, pero en un tono barítono tan
profundo que podía escuchar claramente sobre el ruido del lugar.

—Sí. Gracias por… —hice un gesto hacia el hombre actualmente


inconsciente en el suelo mientras sostenía la mirada del hombre tatuado—
... eso.

—No, significa no, ¿verdad?

Sonreí antes de contestarle:

—Sí.

Su dedo recorrió mi brazo antes de llegar a mi mano y cuando se la llevó a


los labios, sus ojos se quedaron clavados en los míos.

—Trace Montgomery.

—Ember Walsh.

Sus ojos nunca dejaron los míos cuando rozó con sus labios mis nudillos y
honestamente mi mano se quemó con el contacto y luego dijo:
—Es un placer conocerte, Ember.

Antes de que pudiera pensar en una respuesta, me soltó la mano y


desapareció entre la masa de cuerpos. No me perdí las miradas
desagradables que su club de fans lanzó hacia mí, pero no pude
concentrarme en ellas, ya que estaba demasiado ocupada tratando de
recordar cómo respirar.

Mi atacante seguía inconsciente en el suelo mientras dos guardias vinieron


a llevárselo. Yo simplemente los vi insegura de si mis ojos realmente
habían visto lo que creían haber visto: el bastardo borracho o el magnífico,
ángel entintado que me salvó. Una mano me tocó el brazo y me di la vuelta
mirando a unos preocupados ojos grises. Era el camarero, que me llevó
suavemente de vuelta a mi asiento mientras se agachaba para mirarme a
los ojos.

—¿Estás bien?

—Creo que sí. —Miré de nuevo al piso vacante y le pregunté—: ¿Todo eso
13 acaba de suceder?

Su sonrisa atrajo de inmediato mi atención cuando respondió en voz baja:

—Sí. —Se inclinó sobre la barra para tomar una copa antes de ponerla en
mi mano—. Bebe esto. Es agua.

—Gracias. Soy Ember.

—Luke.

Tomé un sorbo y me di cuenta que realmente tenía mucha sed así que lo
bebí todo de un largo trago antes de que Luke me quitara el vaso y lo
colocara en la barra.

—Ember, ¿te puedo ofrecer algo de camarero, un consejo no solicitado?

—Por supuesto.

—Trace Montgomery. Me quedaría lejos de él.

El ángel tatuado. ¿Mantenerme alejada de él? Dudaba que el hombre me


reconociera si me viera de nuevo pero le pedí una aclaración de todos
modos.

—No entiendo.
—Él tiene una manera de ser con las mujeres que las ve noche tras noche y
ellas sólo acuden a él. La cosa es… que no tiene relaciones, es un tipo de
persona de amarlas-y-dejarlas. Cualquier noche de la semana estará aquí
con alguien diferente. Es simplemente lo que es.

Esperaba eso, ya que se asomó con todo el rebaño de gallinas a su


alrededor pero estaría mintiendo si dijera que no me decepcionaba. No
importaba ya que nunca esperaba volver a verlo después de esta noche de
todos modos.

—Gracias por el consejo, Luke.

Él me estudió durante un minuto y pareció que le gustaba lo que veía


cuando sonrió y se levantó.

—¿Puedo ofrecerte algo más?

—Otro vaso de agua estaría bien.

—Enseguida.
14
Una hora más tarde estaba lista para irme. Al no haber visto a Lena desde
que llegamos por primera vez, traté de enviarle mensajes de texto pero no
obtuve respuesta. Me despedí de Luke y dejé mi lugar en busca de Lena y
Todd en la multitud pero el lugar estaba lleno, lo que hizo que mi
búsqueda no tuviera sentido. Finalmente me dirigí a la parte trasera cerca
de los baños y traté de enviar mensajes de texto de nuevo. Mientras estaba
allí esperando su respuesta, me di cuenta de que no estaba sola. Era un
rincón bastante oscuro y no tenía ganas de quedarme para ver lo que los
dos estaban haciendo.

Empecé a alejarme mientras la cabeza de una sombra se movía hacia la luz


y vi que se trataba de Trace. Su espalda daba a la pista de baile y
presionada entre él y la pared había una mujer. Ella se movía, empujando
las caderas hacia atrás y hacia adelante, y fue entonces cuando me di
cuenta de la mano de su brazo con tinta perdida entre sus cuerpos. No
podía quitar los ojos de ellos porque era la cosa más erótica que jamás
había visto, pero la cordura finalmente regresó y empecé a alejarme de
ellos. No llegue lejos porque, cuando le di una última mirada a Trace, me
encontré con un par de ojos acerados azules mirando directamente a mí.
Mis pies apenas me llevaban mientras miraba hacia atrás. Él no dejó sus
atenciones y basado en los sonidos que su amiga estaba haciendo, ella se
estaba acercando, pero sus ojos nunca dejaron los míos. No podía dejar de
pensar que me estaba llevando al clímax y pensar que tendría mi cuerpo
apretado con fuerza con deseo. Fue el hormigueo de mi cuerpo, el
calentamiento de mi sangre, y la aguda punzada de deseo lo que me sacó
de mi brumosa lujuria inducida. Con el retorno de la realidad llegó la pena,
mientras me volvía y huía en el momento exacto en el que Trace
encontraba su liberación.

Por la mañana me desperté y simplemente me quedé allí pensando en lo de


anoche. Realmente no entiendo la escena del club y estaba obviamente en
minoría teniendo en cuenta lo concurrido que estaba el Sapphire. Pensé en
el borracho y en cómo, si hubiera dicho que sí a la encantadora invitación,
habría aprendido una lección valiosa esta mañana sobre la correlación
negativa entre el consumo y la perspectiva. Y luego, por supuesto, estaba el
ángel tatuado. Ser manoseada por un idiota borracho habría valido la pena
por tener una oportunidad de encontrarme con ese hombre. Pensé que
15 probablemente no lo volvería a ver, pero, maldita sea, en realidad era otra
cosa.

Me bajé de la cama y me dirigí por el pasillo hasta la cocina. Lena estaba


sentada en la mesa tomando el desayuno.

—Hola, Lena. Buenos días.

Ella me miró.

—Buenos días.

Metí la mano en el armario por mis barras de granola, mi desayuno


habitual, cuando Lena ofreció:

—Me comí la última.

—Oh, está bien. ¿Te divertiste anoche?

Lena se reclinó en su silla mientras una sonrisa curvaba sus labios.

—Lo hice. —Y luego su atención se centró en mí—. ¿Qué piensas de Todd?

En realidad no había tenido una opinión sobre Todd considerando que tan
pronto se hicieron las presentaciones no lo vi de nuevo el resto de la
noche. De hecho, acabé volviendo a casa sola. Es cierto, estaba huyendo, así
que caminé rápidamente hacia la puerta después del incidente, pero aun así
vine a Lena. Ella por lo menos podría haberme dicho que se iba. Era grosero
de su parte no haberlo hecho.

—Él es muy guapo y parece bastante atraído por ti, pero ¿qué te pasó
anoche?

—Todd quiso irse.

Yo estaba en mi camino a la nevera por mis granos de café cuando dijo eso.
No era justo lo que ella decía sino cómo lo decía. Todd quería irse, ¿y el
hecho de que ella hubiera ido conmigo no significaba nada?

—Podrías haberme dicho que te ibas.

Cuando sus ojos se encontraron con los míos en realidad pareció un poco
molesta antes de decir:

—Oh, claro. Lo siento. Honestamente olvidé que estabas con nosotros. No


me puedes culpar, Em, ya que actúas como un alhelí siempre que salimos.
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Me quedé mirándola mientras me culpaba porque ella y su novio me
dejaron. No podía mentir, me había molestado, pero ella estaba
emocionada acerca de su cita así que lo dejé pasar. Cuando se puso de pie
y comenzó a ir por el pasillo hasta su habitación, no dije nada y me volví
para hacer el café.

Esa noche tuve que trabajar. Me quedé en la cocina esperando a que el chef
añadiera el mango confitado a las vieiras mientras me maravillaba —y no
por primera vez— la forma en que cualquier persona podría pagar unos
ochocientos dólares por la cena. En mi mente aturdida, pero entonces la
mayoría de las cosas en Manhattan no habían resucitado a una Philly hija
de un estibador.

Mamá murió cuando yo tenía tres años y, por haber sido tan joven, no me
acuerdo de ella, pero papá fue muy bueno en mantenerla viva en nuestros
pensamientos. Ella fue el amor de su vida y cuando se la llevaron de
repente por un golpea-y-corre, juró que nunca se volvería a casar. Era un
poco incómodo —especialmente durante mis años de adolescencia— el
aprendizaje de mi periodo, a los pájaros y a las abejas, de mi padre, de los
amigos de su trabajo, pero también me enseñó a cocinar lo básico, a lanzar
un golpe, a cambiar una llanta, a revisar un motor y jugar un juego malo de
póker. No era una marimacho y me presentaron y favorecieron actividades
que se solían reservar para los hijos y mis profesores eran todos hombres,
y yo estaba bien con eso.

Después de graduarme en la Universidad de Delaware, fue una decisión


difícil de tomar y mover las estacas a la ciudad de Nueva York, pero quería
ser escritora y la fuente inagotable de material que la ciudad siempre daba
era demasiado tentadora. Hablaba con mi padre casi todos los días y nos
veíamos en todas las vacaciones por lo que no era demasiado malo.

El chef salió de mis pensamientos cuando dijo mi nombre.

—Ember... antes de que se enfríe.

—Lo siento, chef.

Sonrió antes de moverse hacia el siguiente plato.

Me fui al comedor elegantemente equipado con paneles de madera de


nogal oscuro, candelabros de cristal, chimeneas de piedra y suelos de
madera. Las sábanas blancas estaban almidonadas, proporcionando el
17 exquisito telón de fondo con arreglos florales, cubiertos de plata esterlina,
platos Royal Crown Derby y cristalería Waterford. Al venir de Fishtown, no
hubiera sabido que eran ninguna de estas cosas hasta que empecé a
trabajar aquí y, a pesar de la belleza de los ajustes del lugar, aún favorecía
mi mezcla de concordancia de loza, los utensilios de acero inoxidable y los
vasos de Star Wars de las ventas de McDonald.

Me gustaba trabajar aquí debido a que era prácticamente invisible, entre


menos les hablaba a mis clientes, más felices eran, así que llegué a la punta
que rastrillé —mi timidez realmente era un bono en lugar de un obstáculo.

Me quedé en la parte posterior comprobando mis mesas y no pude dejar de


preguntarme quién sería el dueño. Nunca lo había conocido y al parecer
nunca venía a estos lugares. Sabía que este no era el único restaurante en la
ciudad y ni siquiera el más exclusivo, entonces… ¿Qué cantidad de dinero
tendría que hacer él en una noche donde no había una mesa vacía?

Mis ojos se cruzaron con Trent, el barman, quien me sonrió. Era unos años
mayor que yo y era un músico que atendía la barra para llegar a fin de mes.
Había sido divertido las pocas veces que habíamos estado juntos.

Me acerqué a mis siguientes clientes y casi tropecé con mis propios pies
cuando vi que eran Todd y Lena.
—Hola, Em. ¿Puedes creerlo? —susurró ella mientras miraba con adoración
a través de la mesa a Todd.

—Hola, qué agradable sorpresa. ¿Puedo ofrecerles algo de beber mientras


miran sus menús?

Todd volvió sus ojos verde-avellana a mí y pidió una botella de Burdeos. Su


francés era perfecto y aunque en la superficie era bastante encantador, una
incómoda sensación de aprensión se abrió camino por mi espina. A lo largo
de su comida vi a Todd y a Lena y me pregunté cómo exactamente se
ganaba la vida que podía darse el lujo de traer a una chica, con la que no
había más que comenzado a salir, a un restaurante que costaba más dinero
por una comida que lo que ella hacía en una semana.

Después de la cena se levantaron para irse y Lena se inclinó y le susurró:

—No me esperes, Em.

Ella sonrió mientras Todd le tomaba la mano y tiraba de ella sacándola del
restaurante. Tomé la cuenta y noté que Todd me había dado exactamente
18 veinte por ciento de propina. Por qué eso me frotaba por el camino
equivocado, no podía decirlo.

Cuando volví a casa después del trabajo, me sorprendió de encontrar a


Lena en casa. En base a la forma en que ella y Todd habían estado actuando
en la cena, no esperaba que volviera a casa. Dejé caer mis llaves en el
mostrador mientras entraba en la sala de estar.

—Lena, ¿qué sucede?

Fue una sorpresa su expresión cuando me miró. Tuve la sensación de que


estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera me oyó entrar en el
apartamento. Me instalé en el borde del sofá mientras se lo preguntaba de
nuevo.

—¿Está todo bien?

—Sí, Todd tuvo que recortar nuestra cita. Tenía cosas de negocios que
atender.

Cosas de negocios a las diez de la noche, no es probable.

—¿Qué hace Todd?


Me di cuenta de que sus hombros se tensaron y se veía a la defensiva
cuando contestó:

—Él es un banquero de inversión.

Me pregunto el porqué de su reacción a mi pregunta, pero no sigo


empujando sobre ello.

—¿Te gustó tu cena en Clover?

Ella sonríe antes de contestar:

—Fue deliciosa.

—Debe haber sido un verdadero placer para ti.

—Lo era. Estaba muy emocionado por el aterrizaje de un gran cliente, así
que fue una cena de celebración.

—Bien.

19 —Estoy un poco triste porque la noche se truncó, sin embargo, el trabajo es


trabajo.

Yo no entiendo qué tipo de negocios retiraría a un hombre de una cita a las


diez de la noche, pero no le digo nada.

—Estoy agotada. Te veré en la mañana, Lena.

—Buenas noches, Em.

Por la mañana me vestí y corrí escaleras abajo, donde Trent me estaba


esperando. Nos dirigimos a Central Park para un festival de jazz. Era un día
hermoso y tan pronto como salí Trent me dio una sonrisa grande y bonita.

—¿Estás lista para un día de jazz, Ember?

Le sonrío antes de responder:

—Lo estoy.

Comenzamos calle abajo y podía ver lo excitado que estaba Trent ya que
adoraba el jazz. Trent iba a estar en el cielo, teniendo un día entero para
estar sentada bajo un árbol y escucharlo. Paramos en un Starbucks por un
café y luego nos dirigimos hacia el parque. Encontramos un buen trozo de
hierba y nos sentamos. Trent en realidad se acostó y cerró los ojos
perdiéndose en la música.

Me apoyé atrás contra el árbol, bebí mi café y mire a la gente pasar. A veces
la escritora que hay en mí elabora historias sobre la gente que ve, pero hoy
solo observo. Había una pareja de la mano dándose miradas de adoración.
Era dulce, pero tenía la sensación de que aún estaban en el principio. Como
mi padre decía aún están en la fase de luna de miel en la relación. Otra
pareja pasó con un niño gritando. No había adoración en sus
manifestaciones sino agotamiento completo. Fue la pareja de ancianos que
pasó la que me hizo suspirar. Tenían que estar en sus ochenta y sin
embargo estaban tomados de la mano. Se podía ver lo cómodos que
estaban el uno con el otro después de haber compartido una vida juntos.
Eso era lo que quería: alguien que me conociese mejor de lo que yo me
conocía, alguien que conociendo mis peores partes, me quisiese.

Mientras observa la pareja de ancianos, noté al hombre alto al final del


camino, que caminaba hacia la música. Cuando se acercaba vi su pelo en
punta negro y su tatuaje en el brazo. Trace Montgomery. Me quedé
20
mirándolo sin creerme que pudiera verlo de nuevo. ¿Cuáles eran las
probabilidades? Me pregunté si estaría tocando en algún punto de magia
latente y tenía el poder para evocarlo a mi voluntad, ya que siendo honesta
—y si tú no puedes ser honesto contigo mismo, entonces estamos en
problemas— él había estado en el fondo de mi mente desde que nos
conocimos. Se detuvo junto a un árbol, se apoyó en él y escuchó la música.
Desde el día en que lo conocí me había convencido de que había exagerado
su belleza, pero, oh no, no lo había embellecido. Tuve un impulso fuerte de
ir a hablar con él. Teniendo en cuenta que por lo general no podía controlar
mis nervios al entablar una conversación con un hombre, el hecho de que
quería iniciar una con este hombre era extraño.

Vi como las mujeres se acercaron a él, pero lo interesante fue la expresión


de su cara cuando lo hicieron. Se veía tan molesto que parecía uno de esos
actores de primera orden que estaban en contra de su fama. No llegó a
participar en ninguna de las conversaciones y parecía que cuando se le
preguntaba algo él respondía con el menor número de palabras posibles. Se
podría decir que por las miradas que algunas damas le daban, que lo
conocían íntimamente y sin embargo no había familiaridad en su
expresión, sino irritación. Uno pensaría que estarían coqueteando, pero con
la expresión que lucía, me sorprendía que esas mujeres fueran lo
suficientemente valientes para acercarse a él.
Ya que estaba lo suficientemente lejos de él, podía estudiar realmente su
rostro. Tenía unos buenos pómulos, una mandíbula fuerte, la boca de un
poeta y una nariz que había estado rota un par de veces lo que le impedía
parecer demasiado perfecto. Su rostro era hermoso pero difícil y había
frialdad en esos hermosos ojos. Estaba tan perdida en ese rostro que no
me di cuenta de que estaba mirando en mi dirección y, a continuación, para
mi horror absoluto me di cuenta de que él también me estaba estudiando
a mí. ¿Cómo iba a saber esto, puedes preguntar? Bueno, porque había una
ligera sonrisa en esa boca y maldita sea su sonrisa era sexy como el
infierno. Me sonrojé hasta el nacimiento del pelo, mientras volvía la cabeza
lejos de él. Mi corazón latía como un conejo asustado y tenía la sensación
de que sus ojos me seguían mirando. Una media hora más tarde, reuní el
valor para mirar por encima. Decidí que si todavía estaba allí iba a caminar
hacia él y darle las gracias por haber venido la otra noche en mi ayuda,
pero cuando miré, se había ido.

Para el resto del día mi mente persistió felizmente sobre su rastro. Tuve la
sensación de que él recordaba quién era yo y tal conocimiento ponía
21 mariposas en mi vientre haciendo piruetas. Era una tontería pensar en él,
ya que sin duda no nos movíamos en los mismos círculos, pero no era
capaz de evitarlo. Había algo que me intrigaba. Pensamientos sobre él se
habían instalado en mi cabeza y no era capaz de expulsarlos, no es que
realmente lo necesitase ya que, ¿qué daño hacia al admirarlo desde lejos?

A la mañana siguiente tengo una carrera de 5 Km. en Central Park


patrocinado por Clover. Todos los ingresos de la carrera, incluyendo los
beneficios de las ventas en los restaurantes, iban a varias organizaciones
benéficas de apoyo a los niños desfavorecidos. Cuando llego me siento
feliz por correr la vuelta por el evento. Me registro, tengo mi número, y
luego circulo al lado para calentar.

No estoy allí mucho tiempo cuando siento un cosquilleo extraño en mi


espalda y sé quién es antes de que mis ojos se posen sobre Trace. Esta
vestido con chándal negro y una camiseta blanca ajustada en los músculos
de su pecho y brazos. ¿Y cómo un hombre vestido para sudar puede
parecer tan sexy como el infierno? Llegó solo, pero a medida que avanza
entre la multitud me doy cuenta de que las personas, la mayoría mujeres,
comienzan a gravitar alrededor de él como el acero a un imán.
Muevo mis ojos del hombre a la mujer y tengo que resistir la tentación de
rascar mi cabeza. ¿Quién se arregla el pelo y se aplica maquillaje antes de
correr? Sus ropas no solo son de diseñador, sino que parece que nunca han
sido usadas. Me siento un poco vagabunda al lado de ellos teniendo en
cuenta que mi pelo está recogido en un moño desordenado, mis pantalones
han visto mejores días y mi descolorida camiseta gris había disminuido un
poco en los últimos años las palabras Que la fuerza este contigo que se
extendían a través de mis pechos.

Yo miraba a Trace —más bien fija y descaradamente— y me di cuenta una


vez más que parecía estar separado de su entorno, incluyendo a las
mujeres que acudían a su alrededor. Pensaba ir y decir hola, pero la sola
idea de hacerlo frente a su club de fans, hacía que mi estómago girase
hacia arriba hecho nudos. Y entonces, como por arte de magia, él giró la
cabeza y sus ojos de azul acero miraron directamente a los míos. Vi como
curvaba sus labios hacia arriba por un lado y luego para mi total alegría
comenzó a acercarse. Casi me desmayo, mis rodillas comenzaron a
temblar. Realmente era el hombre vivo más hermoso y tenía un excelente
22 pavoneo al caminar. Su paso era largo y se movía con una intencionalidad
que me hacia la boca agua. Cuando se detuvo justo en frente de mí, tuve
mareos y luego me di cuenta que era porque estaba conteniendo la
respiración. Solté una sonrisa cuando él hablo.

—Hola.

Tuve problemas para formar palabras, mi cerebro parecía haberse


paralizado de shock, pero me las arreglé con un simple:

—Hola.

Me estudió con una intensidad que me calentó la sangre. A diferencia de la


frialdad que le había observado tanto en ese momento y en el día anterior,
había un calor en su mirada que hacia acelerar mi ritmo cardiaco. De
alguna manera me las arreglé para decir:

—No sé si tú me recuerdas de Shappire…

No pude terminar mi pensamiento cuando él dijo:

—... Ember Walsh, lo recuerdo.


Se acordaba de mi nombre. Yo quería hacer una pequeña danza de la
victoria. Mirando su cara, no podía dejar de sonreír, era totalmente
delicioso.

—Quería darte las gracias por ayudarme la otra noche.

—Creo que lo estabas haciendo bastante bien por tu cuenta pero yo estaba
feliz de ayudar.

Su voz era profunda e hipnótica. Podría estar escuchándolo todo el día,


mirándolo también. Me sacudí estos pensamientos antes de empezar a
babear o gemir o ambos.

—Tal vez, pero aprecio tus esfuerzos, así que gracias Trace.

Noté un destello en sus ojos y tuve la sensación de que estaba sorprendido


de que yo recordase su nombre. El hombre era inolvidable, seguramente lo
sabía.

—De nada, Ember. —Nos quedamos mirando el uno al otro y luego


23 preguntó—: ¿Te importa si me uno a ti?

Estaba sorprendida y ridículamente feliz en respuesta a su pregunta antes


de contestar.

—Por favor.

Él comenzó a calentar, los músculos de su torso agrupándose y tensándose


bajo su camiseta. Me di cuenta de la leve coloración a lo largo de su
mandíbula. Es evidente que el hombre había estado en una pelea desde la
última vez que lo vi, pero teniendo en cuenta que golpeó a mi aspirante a
atacante en el culo con muy pocos problemas, no estaría sorprendida de
enterarme que era algún tipo de luchador.

Vi como continuó el calentamiento con el rostro de perfil, y qué cara era.


Su tatuaje estaba en el brazo opuesto a mí, así que todavía no podía
distinguir lo que representa, pero vi un montón de llamas. Me saqué de mi
estudio silencioso en él cuando el anunciador nos llamó a la línea de salida.
Los ojos de Trace se volvieron hacia mí.

—¿Vamos?

Sonreí mientras nos unimos a los grupos. Cuando el arma sonaba yo


esperaba a Trace para salir considerando que sus piernas eran tan largas.
Sin embargo él me sorprendió y pasó corriendo a mi lado. Tenía mariposas
en mi estómago cada vez que lo miraba. En un momento cuando miré, él
estaba mirando hacia atrás, lo que tenía a mi corazón latiendo casi fuera de
mi pecho. Sonreí antes de girar la cabeza pero sabía que mi rostro se
sonrojó tan rojo como una manzana. Yo sabía que él lo vio también, si la
sonrisa maliciosa que me lanzó era una indicación. Yo no sabía de qué
trataba este tipo, pero me sentía como una adolescente con un
enamoramiento, cuando estaba en su presencia. A medio camino Trace se
movió un poco más cerca de mí.

—Te veré en la meta, Ember.

Mis ojos encontraron los suyos y maldición, eran hermosos antes de que yo
respondiera:

—Está bien.

Me sostuvo la mirada por un momento y luego se retiró. No sólo era


hermoso, pero el hombre estaba en excelente forma física mientras se
24 movía a sí mismo a través de los grupos. En poco tiempo yo no podía verlo
más. Realmente no esperaba verlo en la meta. Supuse que sus palabras de
despedida fueron una especie de adiós. Estaba decepcionada porque podría
haber pasado todo el día con el hombre y todavía no habría sido suficiente.
No sabía nada acerca de él pero quería. Me di cuenta de que estaba muy
interesada en Trace Montgomery y ese tipo de interés en un hombre nunca
me había pasado antes. Por supuesto, déjamelo a mí para desarrollar un
enamoramiento de un hombre que estaba tan fuera de mi estratosfera.

Terminé la carrera superando a mi mejor tiempo personal y empecé a


hacer ejercicios de relajación. El cielo era de un azul increíble y las nubes
eran como bolas de algodón, así que tomé un momento para tumbarme en
la hierba y mirar hacia arriba. Recordé cuando era niña buscando formas
en las nubes con mi papá. Siempre me ha gustado mirar al cielo, porque no
podía evitar preguntarme ¿qué estaba más allá de él? Creo que fue por eso
que me encantaba Star Wars tanto. Tenemos una idea de lo que podría
estar por ahí en ese vasto espacio abierto y desconocido.

Una sombra cayó sobre mí y cuando miré ahí estaba Trace mirándome con
una sonrisa. Era una bonita vista pero también un producto de mi
imaginación por lo que incluso cuando le devolví la sonrisa cerré mis ojos y
me obligué a despertar. Su voz profunda tenía mis ojos chasqueando
abiertos.
—¿Estás bien?

—Realmente estás de pie allí.

Su sonrisa era más bien una mueca cuando él respondió:

—Como puedes ver.

—Es justo eso, no confío en mis ojos —murmuré.

—¿Perdón? —preguntó.

—Nada.

Allí estaba un destello diabólico en sus ojos mientras me ofreció su mano y


cuando la tomé, sentí que el calor quemaba por mi brazo. Una mirada a su
cara y yo sabía que él lo sintió, también. Solo nos quedamos allí de pie, su
mano aún envuelta alrededor de la mía, cuando nos miramos el uno al
otro.

Él parecía recuperarse antes que yo cuando ofreció más suavemente.


25
—Fue agradable verte de nuevo, Ember.

—También, a ti.

Él comenzó a alejarse de mí y me oí llamar detrás de él.

—¿Trace?

Se detuvo y miró hacia atrás, a mí.

—Corro aquí cada mañana a las nueve comenzando en el Puente Gapstow y


después de mis carreras voy al Starbucks de la Quinta Avenida cerca del
Parque. Si alguna vez estás de humor para una carrera le daría la
bienvenida a la compañía.

Su sonrisa era pura perfección antes de que él respondiera:

—Lo tendré en cuenta, Ember.

Y luego se fue, desapareciendo entre la multitud mientras yo estaba allí


mirándolo fijamente.

Llegué a casa un poco más tarde fantaseando sobre un buen baño caliente.
En cuanto cerré la puerta oí los sonidos que deberían haberme puesto al
tanto pero no estaba prestando suficiente atención ya que mis
pensamientos estaban preocupados por la carrera y en ver y hablar con
Trace. Fue sólo cuando me gire y miré a la sala de estar que me sonrojé y
rápidamente desvié mis ojos porque Lena y Todd estaban teniendo sexo en
el sofá. Corrí por el pasillo a mi habitación cuando oí gritos de indignación
de Lena dirigidos a mí.

—¡Ember, realmente!

—¿No se supone que pones un calcetín en la puerta, Lena.

—No se suponía que estarías en casa hasta más tarde.

Yo no podía creer realmente que estábamos teniendo una discusión


mientras Todd seguía empujando. Tal vez yo había entrado en un universo
alterno porque hoy había estado lleno de sorpresas.

—Bien, vaya, Ember. ¿Vas a estar allí y ver?

Ella estaba pinchando mi temperamento para ser beligerante. Caminé


alrededor del sofá y me limite a mirarla. El hecho de que llegué a ver más
26 de Todd era un efecto secundario desagradable de mi movimiento inducido
por la rabia.

—Tú no estás realmente dándome mierda por caminar en mi propio


apartamento, ¿lo estás Lena? Si tú y Todd quieren desnudarse ese es su
negocio, pero si decides hacerlo en la sala de estar cuando tienes un
dormitorio perfectamente privado, entonces vas a tener que esperar
interrupciones.

Empecé a bajar por el pasillo y aunque no podía entender lo que decía


Todd sabía que él estaba hablando de mí.

Tomé un baño extra largo así que cuando finalmente salí me veía como una
ciruela pasa pero al menos mi temperamento se había desvanecido. Me
puse una sudadera, sequé mi cabello y me dirigí a la cocina. Lena estaba
allí, sentada a la mesa comiendo mis sobras de comida china. Era algo que
hacía todo el tiempo y por lo general yo lo dejaba pasar, pero estaba
empezando a observar un patrón con Lena que nunca había visto antes.
Ella era egoísta.

—Te estás comiendo mi almuerzo, Lena.

Ella me miró y pude ver que todavía estaba enojada así que ladeé mi cadera
y sostuve su mirada.
—Sexo en el sofá, Lena, con un hombre que apenas conoces.

Ella intentó sonar arrogante cuando respondió:

—Una cosa llevó a la otra.

—Bien, la próxima vez lo conduces por el pasillo hasta tu dormitorio


porque entrar y ver el pálido culo blanco de tu novio no está arriba en mi
lista de obligados a ver. Demonios, ni siquiera está en mi lista.

—Sólo estás celosa —dijo mientras se levantaba dejando su plato en la


mesa, mientras se dirigía a su habitación.

Me quedé mirándola y me di cuenta de que mi mejor amiga se estaba


convirtiendo en una perra.

27
Capítulo 2
Traducido por Mokona, Brenda Carpio,
Curitiba & Malu_12
Corregido por francatemartu

L
a mañana siguiente salí a correr y no mentiré; yo estaba
decepcionada cuando llegué y Trace no estaba allí. En realidad no
pensé que él fuese a unírseme porque, bueno, yo no estaba tan
interesada pero realmente deseaba que él lo estuviera. Después de correr
fui por mi café y me dirigí a casa. Todd estaba otra vez; pude oírlos pero al
menos estaban en la habitación de Lena así que gané esa discusión. Me
duché y cambié antes de sentarme en la sala a leer. En verdad no me gusta
28 Todd porque el hombre nunca me habla —ni siquiera un hola o un adiós—.
No entendía que es lo que Lena veía en él. Si, era atractivo pero tenía la
personalidad de un pez muerto. Otro aspecto negativo de Todd: Lena
empezó a estar con él y se convirtió en una maldita1 zorra. No quería
pensar más en ellos así que tomé mi libro y me perdí en el mundo de Jane
Eyre y Sr. Rochester.

Unos días después decidí desentenderme corriendo ya que me sentí como


una idiota diciéndole a un hombre como Trace que daría la bienvenida a su
compañía en mis carreras —como si él quisiera pasar tiempo conmigo—.
Me sonrojo cada vez que repito esa conversación en mi cabeza y es por esa
razón que evito interactuar con hombres desde que lo arruiné así.

Caminé dentro de la cocina para preparar algo de café y me di cuenta que


estaba sin granos de café —nada bueno—. Me puse unos pantalones para
correr y me dirigí a un Starbucks.

Yo estaba justo bajando la calle de cielo de los cafés cuando sentí ese raro
escalofrió bajando por mi espina dorsal y supe que Trace estaba cerca.
Miré al otro lado de la calle y lo vi lo cual me hizo tener una ridícula
sensación de regocijo porque pensé que él venía a verme. Esta ilusión

1
En el original Uber que significa una persona que nunca quieres tener cerca.
permaneció solo por un momento porque una despampanante mujer
caminó junto a él y unió sus dedos con los suyos.

Mi interés en él era tonto ya que ese hombre conmigo sería una noción tan
cómica como Brad Pitt y la pequeña anciana del comercial de ¿Dónde está
la carne?2 Aun así, una chica podía soñar y yo lo hice con Trace. Ser capaz
de tocar cada pulgada de ese cuerpo, sentir esos deliciosos brazos
envueltos a mi alrededor, acercándome, el toque de sus labios en mi piel y
ser la que lo hiciera perder el control mientras se movía profundamente
dentro de mí, una y otra vez, de nuevo… alguien pitó hacia mí,
interrumpiendo mi muy erótica ensoñación, lo cual fue bueno ya que
estaba peligrosamente cerca de ser llamada una Meg Ryan. No me di cuenta
que había estado mirando fijamente a Trace durante toda mi fantasía así
que rápidamente me moví adelante con mis piernas que estaban
sorprendentemente débiles.

Ya que no iba a obtener el hombre, me decidí a pagar por el más decadente


brebaje de café achocolatado que se le pudiera ocurrir a Starbucks. En
adición a mi bebida y mis granos de café, agregué cuatro cake-pops3 a mi
29
orden, sí, sé que todo el propósito de esas malvadas delicias era disfrutar
el pecado con moderación, pero al infierno con eso.

Estaba saliendo del lugar, café en una mano, pop en la otra, cuando la
puerta se abrió, entraron Trace con su belleza. Ah infiernos, y aquí yo
justamente empujé entero el cake-pop de cumpleaños dentro de mi boca.
Traté de esconderme en las sombras, quieta, esperando que Trace fuese
como un t-rex y su visión se basara en el movimiento, pero cuando su voz
dijo mi nombre, mis hombros se desplomaron mientras yo giraba, luciendo
como una vaca pastoreando. Él iba en su ropa favorita de vaqueros
desteñidos y una camiseta pero, honestamente, cuando luces tan bien en
algo, infiernos sip, úsalo todo el tiempo. Mis ojos viajaron arriba de sus
brazos, porque esos tatuajes me llamaban y lo que eso quería decir, no lo
sé, pero cuando mis ojos finalmente encontraron los suyos me sorprendió
ver amabilidad mirando hacia mí.

2
En el original dice Where's the beef que es una frase de un comercial de los años 80’s
donde esta mujer era la protagonista:
http://smoothspan.files.wordpress.com/2010/11/wheresthebeef.jpg
3
Cake-pop es un tipo de pastel con forma de piruleta:
http://cakepopwonders.files.wordpress.com/2012/06/depositphotos_6757417_m1.jpg
—¿Cómo estas Ember?

Levanté un dedo, dándome un momento para terminar mi cake-pop, y


notando que aunque Trace me miraba con amabilidad, su cita, no mucho.

—Hola, Trace.

Allí hubo algo íntimo sobre la forma en que se curvaron hacia arriba sus
labios mientras sostenía mi mirada. Claramente, su amiga notó eso
también cuando se envolvió alrededor de él presionando su muy femenino
cuerpo contra él.

—Vamos, cariño, vámonos.

El brazo de Trace se movió y, estuve tan fija en esa fabulosa extremidad,


no pude evitar ver mientras él la envolvía alrededor de la delgada cintura
antes de que su mano fuese a descansar en el trasero de ella. No fue hasta
que apretó y ella gimió profundo en su garganta que conseguí llevar mi
envidiosa mirada de esa espalda a sus ojos para descubrir que seguía
mirándome. Fue doloroso ver al hombre que deseas más que a un cake-pop
30 y saber que nunca lo tendrás porque tenerlo significaría convertirse en una
de tantas marcas en el pilar de su cama. Debe haber visto algo en mi
expresión porque la suya cambió, tan suavemente, pero estar cerca de él se
estaba haciendo tan difícil así que sonreí al tiempo que comencé a
rodearlo.

—Fue lindo verte de nuevo, Trace.

Salí del Starbucks combatiendo la decepción y atiborrando otro cake-pop


en mi boca. No me sentía como para ir a casa así que encontré un banco y
me senté. Había una parte de mí —una parte bastante grande— que se
sentó allí esperando ver a Trace. Era estúpido y muy juvenil; lo sé, pero
estaba enganchada con él. Sí, estaba siendo inmadura y después podría
tener una severa charla conmigo misma sobre actuar de acuerdo a mi edad.

Más pronto de lo que habría creído él y su reina de belleza aparecieron en


la cuneta saliendo del Starbucks. Vi como Trace llamó un taxi y mi
estómago bajó imaginando a donde irían. Un taxi amarillo se detuvo en la
cuneta y Trace abrió la puerta para la mujer pero en lugar de seguirla,
cerró la puerta detrás de ella. Él ni siquiera esperó que el taxi arrancara de
la cuneta cuando comenzó a bajar por la calle. Antes que pudiera discutir
conmigo misma un camino u otro, estaba levantada y caminando abajo por
la calle detrás de él. Podría argumentar que técnicamente estaba
acosándolo pero estaba tan malditamente curiosa sobre él. Basada en su
actuación en el Starbucks, pensé que él y su belleza estaban listos para irse
horizontales por un rato así que el hecho de que la pusiera en un taxi solo
momentos después que yo me fuese —no podía negarlo; estaba intrigada—.

Yo claramente no estaba recortada para trabajo encubierto ya que no


habíamos andado dos cuadras y Trace se dio cuenta que lo seguía. Era
mortificante perderlo en un montón de gente para que se escurriera detrás
de mí un minuto más tarde. Él dijo mi nombre y yo casi di un salto de tres
metros de la acera. Giré, sabiendo que estaba del color de un camión de
bomberos, y fui recibida por la más malvada sonrisa que alguna vez
hubiese visto.

—¿Estas siguiéndome, Ember?

Traté de mirarlo indignada pero era claramente tan buena actriz como
investigadora privada basada en la entretenida expresión de Trace.

—No, por supuesto que no. Solo estaba caminando. Es una excelente forma
31 de ejercitarse, caminando.

Hubo una diminuta sonrisa en uno de los lados de su boca antes que
ofreciera:

—He oído eso acerca de caminar.

No sé cómo conseguí sostener su mirada ya que sabía que él sabía que yo


estaba mintiendo. Y luego me impacté a mí misma. Culpo al azúcar de los
cake-pops o la cafeína o la adrenalina cuando abrí mi boca y pregunté:

—¿Qué pasó con tu amiga?

Empalidecí y luego enrojecí como remolacha. La reacción de Trace fue


interesante. El embutió sus manos dentro de los bolsillos delanteros de sus
vaqueros y se paró firme antes de decir:

—Estaba cansada.

Mentiroso. Él sabía que yo sabía que estaba mintiendo pero la pregunta que
yo tenía era ¿Por qué? Se suponía que era un jugador, del tipo tómalas-
déjalas así que ¿Por qué no la tomó antes de dejarla? Continuamos
mirándonos fijamente y tal vez estaba siendo soñadora pero sentí el aire
cambiando entre nosotros. No sé de dónde vino el coraje ya que
usualmente balbuceo cuando trato de hablar con un hombre.
—Un disparo o dos de expreso podría haberle ayudado con eso.

Él no dijo nada pero sus ojos se reían. No quería irme, quería permanecer
allí todo el día y hablar con él. Eso era raro, lo suficientemente raro para
hacerme mover hacia adelante.

—Bueno, probablemente debería ir a casa. Fue lindo verte de nuevo, Trace.

—¿Quieres que camine contigo hasta tu casa?

—Siempre quiero —lo dije y me di cuenta que en verdad lo dije en voz alta.
Evité mirar a Trace que estaba riéndose de mí. Este sería un buen momento
para que una bola de energía me noqueara. Empecé a alejarme de él
mientras sus risueños ojos seguían pegados a los míos.

—Estoy bien pero gracias.

—Espero que tengas un buen día, Ember.

Yo estaba más allá de las palabras así que en vez de eso sonreí, giré y hui.
32 Sentí sus ojos en mí hasta que me perdió de vista.

La mañana siguiente mientras comía mi desayuno consideré los cambios de


entrar al programa de protección de testigos. La idea de cambiar mi
identidad y desaparecer de la faz de la tierra era oh tan tentadora después
de mi ridícula exposición el día anterior. No solo había acosado a un
hombre sino que había sido atrapada por ese hombre acosándolo. No creo
que hubiese estado tan avergonzada en mi vida. Lo único que me impidió
recoger estacas y dirigirme por las colinas fue el hecho de que vivimos en
Manhattan. ¿Cuáles eran las posibilidades de que lo viera de nuevo? Pocas
o ninguna y eso me encantaba y desanimaba. Fui alejada de mis
pensamientos cuando sonó mi teléfono.

—Aló.

—Hola, Ember, soy Trent.

—Hola, Trent. ¿Qué tal?

—¿Te interesa salir esta noche?


—Sip, a donde sea que sirvan alcohol.

Pude oír la gracia en su voz cuando preguntó:

—¿Por qué?

—Porque algunas veces puedo ser asombrosamente estúpida.

—Claramente allí hay una historia. Tendrás que decirme todo más tarde.

—No si puedo evitarlo.

Él se rió de mí antes de ofrecer:

—Quiero echar un vistazo a los pavos reales. ¿Funciona eso para ti?

—Sí, ¿a qué hora?

—Iré por ti alrededor de las siete.

—Genial, te veré entonces.

33 Después del desayuno organicé el apartamento, listo por un tiempo, y justo


a las cinco me puse en marcha a mi habitación para estar lista cuando la
puerta se abrió y Lena entró. Las cosas habían estado un poco tensas entre
nosotras y yo odiaba eso, especialmente ya que vivíamos juntas. Por eso, y
por nuestra larga vida como amigas, es que traté de suavizar las cosas.

—Hola Lena.

Ella echó una ojeada hacia mí, una rara expresión en su rostro, antes de
decir:

—Hola

—Saldré esta noche con Trent. ¿Quieres venir?

—No, Todd y yo saldremos. Él me llevara al teatro —ella ofreció eso al


tiempo que se movía a través del apartamento hacia su habitación.

—Eso suena divertido. ¿Qué van a ver?

Ella se tensó antes de mirarme.

—¿Por qué te interesa?

—Estoy tratando de tener una conversación agradable, Lena.


Ella cerró los ojos un momento antes de ofrecer:

—No sé qué veremos, él va a sorprenderme.

No puedo entender como Lena no pudo ver que su relación con Todd no
era buena, no cuando alguien cambia radicalmente tan rápido. Deseé decir
algo, un amigo lo haría, pero Lena era el tipo de persona que no le gustaba
escuchar nada en contra de lo que quería o creía. Así que mordí mi lengua
y le ofrecí:

—Espero que tengas una buena noche.

Y luego desaparecí dentro de mi habitación, no molestándome en esperar


una respuesta.

El club estaba repleto pero Trent y yo nos las arreglamos para conseguir
una mesa. Era noche de Karaoke micrófono abierto por las siguientes horas
escuchamos voces atroces pero como el infierno que era divertido. Aprendí
algo sobre mí. Aparentemente, era de los que perdía toda inhibición
cuando bebía porque decidí que quería darle una oportunidad al micrófono
34 abierto. Cuando el micrófono estuvo libre miré sobre Trent.

—¿Subirías conmigo ahí?

—Sí.

Él se puso de pie, y buscó mi codo, mientras me guiaba hacia el escenario.


Agarró la guitarra acústica y tomó uno de los taburetes mientras yo tomé
el otro, el que estaba justamente frente al micrófono.

—¿Cuál canción, Ember?

Pensé por un momento antes de contestar.

—¿Conoces Blood Brother de Ingrid Michaelson?

—Sí.

Cerré mis ojos mientras Trent rasgueó las primeras medidas y luego
simplemente me perdí en la canción.

Me encantaría haber sido una estrella de Rock pero soy ridículamente


tímida y fortalecerme todas las noches con alcohol no sería prudente. La
canción llegó a su fin y hubo un momento de silencio antes de que el
público rugiera en aprobación. Me senté ahí sólo viendo hacia el público y
la excitación ardiendo a través de mí. Me levanté volteando hacia Trent y
corriendo hacia sus brazos.

—Bien hecho, Ember —susurró en mi oreja.

Di un paso atrás antes de presionar un buen, gran, húmedo beso en su


boca.

—Eso fue muy divertido.

—¡Demonios, sí!

Tres horas después, Trent y yo estábamos listos para irnos. Bebí unos
cuantos tragos y pensé que no estaba tambaleándome pero sabía que en la
mañana dolería. Me excusé para ir al baño y al regresar noté la sombra de
un hombre contra la pared. Me acerqué e inmediatamente lo reconocí. Mi
reacción fue sorprendente y totalmente involuntaria, la sangre se calentó
en mis venas. Empecé a pensar que tal vez era una bruja porque la
oportunidad de verlo aquí era totalmente imposible.

35 Una parte de mí se preguntaba si él no estaba acosándome. Sabía que tal


pensamiento era una locura y aún más que no me aterrara la idea de él
acosándome, me hizo calentarme en deseo. Estaba mirándome con esos
penetrantes ojos azules y traté de enfocarme en mi comportamiento del
día anterior, pero por suerte mi cerebro daba vueltas en espíritus y no
podía mantener mis pensamientos claros.

Sabía que debía haber ido hacia al bar con Trent pero me estaba sintiendo a
nueve pies de altura y a prueba de balas. Me acerqué y me detuve frente a
él. Estaba apoyado contra la pared con un pie casualmente sobre el otro y
sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans. Estaba usando una
camiseta que se ajustaba a sus fabulosos brazos para el placer de mi vista
y, Oh sí, y los vi antes de cambiar mi mirada hacia él.

—Trace.

—Ember.

Miré alrededor antes de pasar mi atención detrás de él con timidez, una


pequeña sonrisa curvada en mis labios.

—¿Sola esta noche? —Una lenta y sexy sonrisa apareció en la orilla de su


boca, y sus ojos brillaron con humor—. Como ves. Fue bastante buena la
presentación.
—Ah, ¿viste eso?

—Sí, y no recuerdo haber disfrutado tanto algo.

Placer, puro y simple, crepitó a través de mí por esas palabras y entonces


preguntó:

—¿Lo haces frecuentemente?

—No, realmente soy muy tímida.

Su ceja se levantó muy ligeramente en respuesta.

—Oh. —Me incliné un poco más y él bajó su cabeza para mí.

—Estoy trabajando en un muy buen Buzz.

Su pequeña sonrisa se convirtió en una completa; encantadora y malvada.


Y literalmente me quitó el aliento. Estaba mirando su boca y sabía que
debía mirar hacia otro lado pero no podía porque, para ser honesta, él era
el hombre más hermoso que alguna vez haya visto. Gracias al alcohol
36 actualmente adormeciendo mi cerebro, abrí mi gran boca y dije
exactamente lo que estaba pensado.

—¡Dios, eres hermoso!

Su expresión cambió e imaginé cómo se vería antes de hacer una mueca


suya y el solo pensamiento de eso hizo a mi corazón palpitar fuerte en mi
pecho. Estar debajo él, agarrando sus densos bíceps, y moviéndose
profundamente dentro de mí. La visualización era demasiado ardiente y
empecé a abanicarme.

—Oh mi… necesito irme.

—¿Cómo irás a casa?

—Podría volar —murmuré tan pronto como Trent se nos unió.

—¿Estás lista, Ember?

¡No!

—Sí.

Trent miró de mí a Trace y de vuelta antes de decirme:

—Te veo en la puerta.


Lo observé irse antes de mirar de vuelta a Trace justo cuando se impulsaba
de la pared y se moviera, en un sexy estilo, para estar directamente frente a
mí. Pasó sus dedos en mi mejilla a lo largo de mi mandíbula antes de que
su pulgar rozara mi labio inferior, sus ojos siguieron el progreso antes de
que su mirada encontrara la mía.

—Buenas noches, Ember.

—Buenas noches.

No hice ningún intento de avanzar, aunque ya que no estaba muy segura de


que mis piernas me iban a llevar. Él sonrió, mientras descansaba sus manos
sobre mis hombros y me giró hacia la entrada, con la cabeza baja para que
sus labios pudieran susurrar sobre mi oreja. Esa acción había enviado
deliciosos escalofríos por mi espina dorsal.

—Tienes que poner un pie frente del otro, cariño. —Presionó un beso en mi
oreja y me dio un ligero empujón. Estaba en un estado de sobrecarga así
que hice exactamente lo que él sugirió, sólo puse un pie delante del otro.
37 Desperté en la mañana y quería quitarme la cabeza. Oh, hombre, me sentía
como la mierda. Estaba tentada a cubrir mi cabeza con las sábanas y
dormir todo el día, pero sabía que una vez empezara a correr me sentiría
mejor. Me arrastré fuera de la cama, me vestí apresuradamente y salí del
apartamento. Cuando llegué al puente Gapstow mi pie sólo se detuvo
porque Trace estaba ahí, esperando por mí. De todos los días que el
hombre podría haberse unirse a mí, eligió el día en cual me sentía como un
perro ahogado. Cambió a mi dirección, sus ojos fundiéndose en mí. Una
sonrisa tocó sus labios y se fue sobre mí.

—¿Cómo te sientes hoy, Ember?

…Como mierda. Hubo un constante impacto detrás de mis ojos y perdí un


poco el balance pero el correr ayudaría a desintoxicar el alcohol que
permanecía en mi sistema.

—Me estoy sintiendo mejor. —Creo que el alcohol hizo que preguntara—.
¿Por qué te estás uniendo a mí esta mañana?

—Supuse que probablemente necesitarías un poco de apoyo moral.

—¿Cómo sabías que vendría hoy?

—Me diste la impresión de alguien que no se da por vencida fácilmente.


¿Cómo supo eso de mí? Me pregunté cuando me escuché ausentemente
respondiendo.

—Tienes razón.

—¿No te importa, o sí?

Estaba más que probablemente alucinante toda esta conversación, pero no


había filo en su voz, como si estuviera realmente preocupado de que no lo
quisiera aquí. Yo sólo he pensado en él todos los días desde que nos
conocimos. Demonio, incluso había acosado al hombre. Sostuve su mirada
antes de responderle con una franqueza impresionable.

—Estaba siguiéndote el otro día.

Un flash golpeó en sus ojos antes de responder.

—Lo sé.

—Estás bajo mi piel, Trace. —Él no dijo nada al respecto, pero la mirada en
38 sus ojos hizo que las puntas de mis pies se estremecieran. De alguna
manera mantuve esa chispa antes de ofrecer—: He estado esperando que
me invitaras.

A pesar de que estaba siendo inusualmente abierta, bajé mi cabeza cuando


empecé a sentirme avergonzada. Tocó mi barbilla con su dedo y levantó mi
mirada hacia él.

—He querido.

Inmediatamente traté de entender sus palabras. Él quería hacerlo,


entonces, ¿qué lo detenía? Estuve muy tentada al preguntar pero decidí que
no. Nos calentamos en silencio y corrí 5 millas con Trace, manteniendo el
paso conmigo. Luego de calentar él dijo:

—¿Irás por tu café?

—Sí.

—¿Te importaría si me uno?

—Me gustaría eso.

Empezamos el camino y no pude dejar de mirarlo desde la esquina de mis


ojos. Él era realmente asombroso y el hecho de que estuviera aquí,
conmigo, hacía que mi corazón saltara. Empujé mi enamoramiento cuando
su voz rompió el silencio.

—Hay un club aquí que creo que tu amigo y tú tal vez disfrutarían. Se
llama Nocturno y está en el pueblo. Tienen micrófono abierto todas las
noches.

Giré mi cabeza hacia él y sonreí.

—Tendremos que darle un vistazo.

—Si decides ir, ¿podrías avisarme? Me gustaría escuchar tu presentación


otra vez.

Una malvada emoción bordeó mi espalda ante la mirada de Trace. ¿Cómo


hice para recuperar mi teléfono para guardar su número sin temblar? No
sabía. Mi voz era apenas un susurro cuando contesté.

—Lo haré.

39 Llegamos a Starbucks y abrió la puerta para mí, ofreciéndome una sonrisa


y diciendo:

—Te veo luego, Ember. —Luego se fue.

Llamé a Trace tres noches después y le dije en mensaje que Trent y yo


iríamos al Nocturno.

En el bar con Trent me encontré constantemente mirando la puerta. Había


tenido unos días para pensar sobre la propuesta de Trace por eso le llamé,
y no podía mentir, estaba sorprendida. Trace tenía la reputación de un
jugador pero su comportamiento conmigo había sido de un completo
caballero.

Yo sabía que se acostaba con cualquiera, era obvio desde las miradas que
las damas le daban, pero no durmió con esa belleza de Starbucks. No se
detenía con una mujer y sin embargo yo lo había visto un par de veces y
todavía parecía interesado en verme más. Era una contradicción caminante
y ya que yo estaba encantada por él, este comportamiento al contrario sólo
me hizo querer más. Fui apartada de mis pensamientos cuando Trent
agarró mi mano.

—Estamos listos.
No estaba hasta al punto de cantar, ya que no me quería exceder en el
alcohol de nuevo, así que iba a acompañar las excelentes habilidades de
Trent con la guitarra. Me instalé detrás del piano y me perdí en la música
tan pronto mis dedos tocaron las piezas de marfil.

Después de nuestro primer número, la multitud aplaudió tan fuerte que


presentamos otro y luego otro. Cuando finalmente bajamos del escenario
varias personas sacudieron nuestras manos y nos dieron sus tarjetas de
visita para posibles actuaciones. Dos puntos al instante se abrieron para
nosotros en el bar y bebidas frescas fueron entregadas.

—Podría acostumbrarme a esto —dijo Trent cuando me sonrió antes de


tocar mi vaso con el suyo.

—Yo también.

Pasamos la siguiente hora hablando y todo el tiempo me di cuenta de la


bella morena en la barra del bar estaba mirando a Trent. Yo sabía que él la
había visto, también, ya que estaba mirando hacia atrás.
40 —Trent, ve a saludar.

—No quiero dejarte aquí sola.

—Voy a estar bien. Ve. Ella es bonita.

Una sonrisa brilló en su rostro.

—Lo es, ¿verdad? Bueno, voy a quedarme por aquí, donde puedo verte y no
te vayas sin mí.

—Sí, papá.

Me dio un beso en la cabeza antes de que se levantara, agarró su cerveza, y


caminó por el bar hacia la morena. Sonreí, observándolos durante un
minuto, antes de volver la mirada hacia mi vino. Estaba decepcionada
porque Trace no había llegado, pero en realidad no había hablado con él
antes, sólo dejé un mensaje, y sabiendo que tenía una vida social muy
activa, no fue realmente una sorpresa.

Terminé mi bebida y vi que Trent y la morena se habían conectado. Yo


estaba cansada de todos modos, así que iba a dar por encerrada la noche.
Me dirigí a ellos y Trent sonrió mientras me acercaba.

—Ember, está es Kelly.


—Hola, Kelly. —Era bonita con el cabello castaño y los ojos azules
brillantes. Me sentí un poco tímida cuando me saludó, pero no parecía
sufrir esa aflicción cuando estaba hablando con Trent. Esta observación
trajo una sonrisa en mis labios.

—Hola, Ember.

Volví los ojos hacia Trent.

—Me voy a casa.

—Ok, te ayudaré a conseguir un taxi.

—No, estoy bien.

—¿Está segura?

—Sí.

Trent me dio un beso en la mejilla antes de susurrar:

41 —Cuídate.

—Sí, papá.

—Fue un placer conocerte, Kelly.

—Igual, Ember.

Caminé por el club hacía la puerta principal y cuando di un paso en la


fresca noche me detuve porque en la acera estaba Trace que acababa de
estacionar su moto. No pude evitar sonreír; era totalmente involuntario. Vi
como su pierna metida en un jeans giraba sobre su moto y me tomé un
minuto para apreciar cómo los vaqueros estaban ajustados en los
músculos de su muslo. Se volteó y por un segundo vi placer arder en
aquellos los ojos.

—Ember.

—Trace.

—Me perdí tu presentación, ¿no?

—Sí.

—¿Te vas?
—Así es.

Él sonrió mientras se paraba justo en frente de mí.

—Siento llegar tarde. —Agarró mi mano—. ¿Vienes conmigo?

Yo estaba un poco nerviosa de si aceptar, ya que en realidad no lo conozco,


pero mi instinto me decía que estaría a salvo con él y entonces me quedé
con el instinto.

—Sí.

Me llevó a su moto antes de colocarme el casco en la cabeza. Se sentó a


horcajadas sobre la bestia de negro y cromo, para que yo pudiera subir.

—Apóyate en mí, Ember.

Volamos por las calles con el aire fresco nocturno sintiéndose maravilloso
contra mi piel antes de que nos detuviéramos en el estacionamiento de un
restaurante veinticuatro horas. Bajé de la moto de Trace y quité el casco de
42 mi cabeza entregándoselo para que lo colocara en el manubrio. Entrelazó
nuestras manos y cruzamos las puertas.

Se posicionó frente a mí y se quitó la chaqueta, mientras tomé un


momento para estudiar la belleza de hombre que tenía delante de mí. Mis
ojos se detuvieron en su brazo izquierdo y pude ver la representación de
Hades y su reino del infierno con sus demonios ardiendo en las llamas del
purgatorio. Era a la vez inquietante y hermoso.

—¿Tienes hambre?

Era cerca de las dos de la mañana y había comido alrededor de las cinco de
la tarde de día anterior. Tenía hambre, pero antes de que pudiera contestar
mi estómago lo hizo por mí con un ruido fuerte y largo. Traté de actuar
indiferente sobre el rugido ensordecedor que hizo temblar nuestra cabina y
esperaba que él no lo hubiera escuchado, pero cuando vi la sonrisa que se
abrió en su rostro supe que lo había hecho.

Ordenó suficiente comida para alimentar a un pequeño país. La camarera


necesitó de otras tres ayudantes para depositar los platos de panqueques,
huevos revueltos, tostadas francesas, croquetas de papa, salchichas y
tocino, y me sentí culpable por desperdiciar tanta comida, pero no debía
haberme preocupado por eso. Trace me sirvió en el plato suficiente comida
para mí —una pequeña fracción de lo que había pedido— de la que era
suficiente para alimentar a un hombre de trescientas libras y procedió a
comer todo lo demás. No quedó siquiera un huevo por comer. No quise
decirlo en voz alta lo que estaba pensando, pero, sinceramente, no podía
detenerme.

—Nunca he visto nada como eso. Tú, literalmente, acabas de comer tu peso
corporal en comida. Creo que puede haber roto un récord mundial.
Deberíamos llamar a Guinness.

Él se echó hacia atrás y sonrió.

—Soy un niño grande.

El comentario hizo que mis ojos inconscientemente lo evaluaran por


encima de su excelente forma y tuve que estar de acuerdo, pero no era un
muchacho, oh no. Era sin duda cien por ciento un hombre. Cuando mis
ojos volvieron a él me estaba estudiando silenciosamente antes de
preguntar:

—¿Cuáles son tus intereses fuera de la música?


43
—Me encanta leer. Me gusta viajar de un lugar a otro, a vivir un día en la
vida de alguien más.

Sonrió antes de preguntar:

—¿Qué te gusta leer?

—Estoy recorriendo los clásicos, leyendo ahora Jane Eyre de Charlotte


Bronte.

—Lo siento, te eché de menos esta noche. ¿Qué cantas?

—No canto porque no bebo alcohol suficiente, así que acompañé a Trent en
el piano.

—¿No bebes suficiente alcohol?

—Soy tímida para encontrarme sin la ayuda de alcohol. Me pongo


demasiado nerviosa para levantarme delante de una sala llena de personas
y cantar.

—Es una lástima, porque tienes una voz preciosa, Ember.


Me sentía como un pavo real, ante el cumplido, y quería pavonearme con
placer, pero fui alejada de esa tentación cuando Trace añadió:

—Lo siento me perdí tu presentación. ¿Cuánto tiempo haces que tocas el


piano?

—Desde que era una niña. Fui criada por un padre soltero y aunque él me
enseñó todo tipo de habilidades útiles ninguna de ellas se considera
habilidades típicas femeninas así que me inscribió en clases de piano.
Como sucedió, era una estudiante rápida.

—¿Trent es tu novio? —Escalofríos pasaron por mi espalda con esta


pregunta y probablemente era sólo mi imaginación, pero parecía muy
interesado en mi respuesta.

—No, él es sólo un amigo. Nos conocimos en el trabajo y descubrimos que


ambos tenemos un interés por la música.

—¿Dónde trabajas?

44 —Clover.

Me di cuenta de que algo brilló en sus ojos, parecía una reacción, pero
luego cambió el tema.

—Tú no eres local. —Él no lo estaba preguntando.

—No, yo crecí en Fishtown, una pequeña comunidad en Filadelfia, fui a la


escuela en UD4 y me trasladé aquí el verano pasado.

—¿Por qué a la ciudad de Nueva York?

—Soy aspirante a escritora y pensé que este era el lugar para estar.

—¿Y tenías razón?

—Sí, me gusta estar aquí. ¿Y tú, Trace? ¿Qué haces?

Él pareció dudar por un momento antes de que ofrecer:

—Soy un luchador amateur.

Eso sin duda explicaba los moretones y las manos rápidas. Esperé que
dijera algo más, pero no lo hizo.

4
UD: Universidad de Delaware.
En su lugar, se inclinó y tomó un mechón de mi cabello entre sus dedos
pulgar e índice mientras sus ojos se posaban en los míos antes de decir:

—Me alegro de que nos encontráramos esta noche.

—Yo también.

Trace me trajo a casa a las siete de la mañana y yo estaba tan cansada que
apenas podía mantener los ojos abiertos. Pensé que sólo iba a dejarme,
pero no, estacionó su moto en la acera y me acompañó hasta la puerta.

—Realmente me divertí mucho esta noche, gracias —le dije.

—Yo también. —Quería que me besara, casi fruncí los labios, pero entonces
él dio un paso lejos de mí mientras metía las manos en los bolsillos de sus
pantalones vaqueros. Tuve la sensación de que lo hizo para pararse a sí
mismo de tocarme, pero yo quería que lo hiciera. En todos lados.

—Buenas noches, Ember.

45 —Buenas noches, Trace.

Entré y me giré mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios. Cerré la


puerta detrás de mí y aunque no lo pude ver, de alguna manera supe que él
se quedó allí hasta que oyó cómo puse el bloqueo en su lugar.

Subí las escaleras hasta mi apartamento y me dirigí directo a una acalorada


discusión entre Lena y Todd.

Todd me vio y me habló entre dientes mientras saltaba junto a mí.

—¿Estás bien, Lena?

Sus ojos verdes miraron a los míos y parecía enfadado conmigo. ¿Por qué,
por volver a casa? Siendo que eran las siete de la mañana, creía que les
había dado el apartamento durante tiempo suficiente.

—Estoy bien. Me voy a la cama.

Y entonces ella también se enfureció.

Dormí hasta las dos de la tarde y desperté con menos ganas aún de salir de
mi dormitorio. Noté el movimiento en la otra habitación que indicaba que
Lena estaba en casa, posiblemente Todd también, y no tenía sentido
retrasar lo inevitable. Bajé de la cama y me dirigí al baño. Un poco más
tarde, entré en la cocina para encontrar a Lena sentada en la mesa con una
taza de café enfriándose frente a ella.

Estaba mirando por la ventana tan perdida en sus pensamientos que ni


siquiera me oyó entrar.

—Hola, Lena.

Su cabeza se sacudió en mi dirección antes de que ella se levantara y


caminara alrededor de la mesa para envolverme en sus brazos.

—Lamento haber sido una perra, Ember.

—¿Estás bien?

—Sí, Todd estaba borracho y molesto por perder una apuesta grande.

—¿Una apuesta?

—Sí, ya sabes: póker, billar, ponis. Le gusta jugar... y aparentemente Todd


odiaba perder y se estaba exponiendo a sí mismo al fracaso ya que las
46 probabilidades estaban en su contra en el juego.

—¿Con qué frecuencia juega?

Sus ojos eran como fuego verde en respuesta a esa pregunta benigna.

—No muy a menudo. —Me di cuenta por la forma en que sus ojos se
movieron que estaba mintiendo.

—¿Es así cada vez que pierde?

Ella no respondió, pero no era necesario.

—En serio, Lena, creo que realmente deberías reconsiderar el tener una
relación con él. ¿De verdad quieres involucrarte con un jugador impetuoso?

—Él es más que eso. Sí, lo del juego es inquietante, pero es sólo una
pequeña parte de lo que es. Me gusta, de verdad. Sólo dale una
oportunidad, ya lo verás.

Yo no era tan optimista y peor aún, me preocupaba que Lena pudiera


descartar tan fácilmente lo que yo pensaba que era una señal de alerta
grave acerca de la personalidad de Todd, pero ¿qué podía decir?

—Está bien.
Más tarde ese día, mi padre llamó y el sólo escuchar su voz me levantó el
ánimo.

—Hey, Emmie, ¿cómo va la gran ciudad del mal?

—Conquistada —fue mi respuesta estándar ridícula.

—¿Cómo está Lena?

—Ella está saliendo con un jugador, uno impetuoso.

—¿Cuánto tiempo han estado juntos?

—Acaban de comenzar a salir.

—Los jugadores son muy difíciles, muchacha. Me parece que su relación es


prematura que Lena debería dejar ir y salir de Dodge5.

—Esos son exactamente mis pensamientos, pero ella quiere intentarlo.

—¿Siguen compartiendo una cuenta bancaria?


47 —Sí, diferentes cuentas dentro de la misma cuenta, pero sí.

—Si fuera tú movería el dinero, cariño, obtén tu propia cuenta. Querer


hacer que funcione con un jugador podría hacer que Lena se la habilite y lo
que un jugador necesita más que nada es dinero.

Mierda, ni siquiera había pensado en eso.

—Tienes razón. Lo haré el lunes por la mañana.

—Emmie, he querido hablarte de esto por un tiempo. Sé que tú y Lena han


sido cercanas desde que eran niñas en la escuela, pero creo que deberías
buscar largo y tendido en su relación.

—¿Qué quieres decir?

—¿Tu timidez, como tú lo llamas? No creo que sea timidez en absoluto,


niña, porque te he visto irte cara a cara con un equipo de hombres y
mantener tu lugar. Creo que si pasaras menos tiempo con Lena, podrías
encontrar que no eres tan tímida como piensas.

5
Salir de Dodge: Expresión utilizada para sugerir que se debe abandonar una situación
mala y/o peligrosa.
—¿Qué significa?

—Ella te socava, Emmie, empequeñeciéndote para parecer mejor. Tú


aceptaste el papel de la sombra mientras ella era el centro de atención, y
peor aún, te convenció de que las sombras están donde prefieren estar.

Tuve que tomar asiento, porque era la primera vez que oía que mi padre no
era fan de Lena.

—¿Por qué nunca me lo dijiste antes?

—Quiero que seas feliz y Lena parecía darte eso, pero tengo que admitir
que empujé lo de UD en Temple porque quería que te alejaras de ella
durante cuatro años. Piensa en tu tiempo en Newark, Emmie. Brillaste.

Yo no había pensado en ello, pero tenía razón.

—Ten cuidado. Lena vela por Lena y si llega el momento en que necesites
que ella te guarde la espalda, yo no contendría la respiración esperando
que lo hiciera.
48
Tenía la terrible sensación en mi interior de que mi papá había dado en el
clavo.

—Lo haré, papá, y gracias por el consejo.

—No hay problema, chica. Cuídate. Te amo.

—Te amo, papá.


Capítulo 3
Traducido por Steffanie, Elena Ashb & Clarksx
Corregido por bibliotecaria70

L
unes por la mañana me encontraba frente a mis finanzas no
solo saque mi dinero de nuestra cuenta conjunta, sino que también
me cambié a otro banco. Le expliqué a Lena que me inscribí en algún
tipo de pagos electrónicos y me daban un descuento si me cambiaba de
banco. Realmente esperaba que Todd pudiera dejar de apostar pero si no,
me sentiría aliviada de que mi dinero estuviera a salvo.

49 Más tarde esa noche tenía que trabajar. Clover estaba patrocinando otro
evento benéfico, esta vez para mujeres y niños maltratados. El menú
incluye el plato más popular y cada evento cuesta unos mil dólares el
asiento.

Pueden imaginarse mi sorpresa y confusión en algún punto de la noche al


ver a Trace entrar. Me di cuenta cuando lo vi que realmente no sabía nada
de él. ¿Qué es lo que hace para ganarse la vida para que pudiera pagar el
precio de dos mil dólares para esta cena?

Iba vestido con un hermoso traje negro claramente hecho a medida y


aunque parecía elegante, no se podía negar el cuerpo duro y musculoso
bajo él. El traje era acompañado por una camisa negro ceniza y una corbata
de seda de colores, decir que lucía exquisito era no estar siendo justa con
él.

La mujer en su brazo es una rubia despampanante en un vestido plateado,


con la espalda descubierta. Sus afilados rasgos insinuaban
descendencia eslava.

Estaba llena de decepción al verlo con ella, pero fue una buena revisión de
la realidad. Ingenuamente esperaba que el desayuno de la otra noche
pudiera haber sido el comienzo de algo, pero Trace no jugaba de esa
manera y tenía que recordar eso.
No me gustó, en realidad estaba molesta de que estuvieran sentados en mi
sección, pero ya que el menú era fijo sólo tenía que llevarles sus bebidas y
luego llevar sus platos de comidas. Cuando me acerqué, la cabeza de Trace
se movió en mi dirección y luego sus ojos se encontraron directamente con
los míos.

—Hola, Ember.

—Buenas tardes. Me alegro de verte, Trace.

Mis ojos se movieron de él a su cita, que me miraba fríamente con ojos


pálidos azules

—¿Puedo ofrecerles algo de beber?

—Patron, solo —dijo ella antes de volver su mirada a Trace. Decir que el
aire era frío sería un eufemismo.

—Dalmore, solo. Gracias, Ember.

50 Miré hacia arriba y vi una sonrisa en sus labios y sonreí como respuesta
involuntaria antes de que desapareciera para ir por sus bebidas.

El resto de la noche fue de la misma manera. Su cita era una perra


fría. Trace era afable y educado. Me pregunto por qué se sometía a una
persona tan fría como ella. Los miré y me di cuenta de que su frialdad se
dirigía únicamente a mí, lo que me pareció extraño teniendo en cuenta que
yo solo era un miembro del personal de servicio.

Una conmoción en toda la zona del comedor llamó mi atención. Reconocí al


comensal, era un habitual y cuando estaba sobrio era encantador,
pero cuando estaba borracho por lo general no podía detenerse después
de una, dos o tres copas.

Usualmente es colocado en mi sección porque aprendí a manejarlo.


Después de beber su bebida número seis en realidad no estaba saboreando
el whisky de cuarenta dólares porque Trent y yo podíamos agarrar sus
bebidas y cortar el escoces con agua. Eso tuvo el efecto de que no se fuera
en una espiral descendente, pero como cualquier persona que haya
bebido demasiado sabía, una vez que el alboroto terminara comenzaría a
desvanecerse, remplazado por el cansancio. Incluso tuve que llamar a la
compañía de taxis para que llevaran al señor Forester a casa. Claramente,
Cindi no aguaba sus bebidas, ya que su voz se elevaba y su mano se movía.
Caminé con determinación antes de detenerme justo en frente de él.

—Ember, que hermosa chica, me alegro de verte.

—Y usted, señor Forester. ¿Cómo estuvo la cena de esta noche?

—Maravillosa, como siempre.

Trent se acercó en ese momento con una nueva bebida y me la entrego a mí


con un guiño.

—Aquí tiene, señor Forester.

—Eres demasiado buena para mí, Ember.

—Tonterías.

Tenía los ojos inyectados de sangre mirando a Cindi como si fueran de


color rojo remolacha y retorciéndose las manos nerviosas ante ella.

51 —No es tan buena como tú.

—Es nueva, señor Forester, todavía está aprendiendo el oficio.

—No es tan bonita como tú tampoco.

Me sonrojé cuando me volví a Cindi y sonreí.

—Me hare cargo por ti.

Ella lucía como si le hubiera regalado la luna.

—Gracias.

Me quede con el señor Forester durante unos minutos hasta que conseguí
que se calmara y luego tenía que ir a ver a mis otros clientes.

—Ya vuelvo. Tengo que ir a comprobar mis otras mesas.

—No tardes mucho, preciosa.

Mientras me alejaba, no pude evitar sonreír, porque tan halagador como


fue para mí oír esas palabras del señor Forester, sería mejor escucharlas de
alguien que no tuviera sus tres hojas tiradas al viento.
La última mesa que visité fue la de Trace solo para encontrármelo sentado
solo, en silencio mirándome. No podía dejar de mirar el asiento vacío
frente a él, que debía ofrecerle.

—Está en el baño de damas.

—Por supuesto. ¿Puedo ofrecerte algo más?

—Manejaste muy bien a ese hombre, Ember.

—Crecí con trabajadores de puerto.

—Él tiene razón, ¿sabes?

Sabía que mi confusión era claramente visible en mi cara cuando le


pregunte:

—¿Razón en qué?

—Tú eres preciosa.

52 Antes de que pudiera conseguir devuelta mi cabeza por sus palabras, su


cita volvió, y no debió gustarle la forma en que Trace me miraba porque
ella cogió su mano mientras me miraba.

—Él no es para ti, cariño, además está ocupado por esta noche, así que
tendrás que buscarte a otro para que te quite la picazón.

Sus palabras me molestaron, casi irracionalmente así que, y antes de


darme cuenta me incliné sobre la mesa, y quede al nivel de los ojos de ella.

—Tienes razón; no es para mí, porque cuando lo miro veo mucho más que
un semental en celo. —Ante su mirada de indignación me volví con
mis duros ojos azules antes de agregar—: Y si tuviera la suerte de llamar
su atención te aseguro que no estaría de acuerdo con tenerlo por solo una
noche. —Entonces coloqué la cuenta sobre la mesa y me fui.

Tomé la fuerza de voluntad que no sabía que poseía al irme de la mesa de


Trace y verificar al señor Forester pero, afortunadamente, la mesa estaba
vacía. No sabía lo que me había poseído a decir lo que dije, pero con toda
honestidad, no lamento lo que dije. Tome la carpeta de cuero negro para
registrar el pago y tuve que enderezar mis rodillas para no hundirme en el
suelo cuando me di cuenta de que Trace me había dejado el cincuenta por
ciento de propina.
Pocos días después de mi representación inusual de temperamento en
Clover, estaba corriendo en Central Park.

Los árboles estaban empezando a cambiar de colores y el aire fresco me


helo la piel. Mis pensamientos se dirigían a esos pequeños pecados de
pastelitos, ya me estaba volviendo un poco adicta a esos pastelitos.

Debido a lo que estaba haciendo podía disfrutar de uno esta tarde. ¡Sí!
Estaba teniendo un momento fantaseando con ese pastelito en un plato y
no estaba prestando atención a mi entorno.

Me asusté cuando oí a alguien gritar y cuando me quise dar cuenta de que


me estaban gritando a mí ya era demasiado tarde. Recuperé la
concentración a tiempo de tener una colisión de frente con una bestia de
perro, nosotros caímos al suelo, nuestros miembros distendidos. Trate de
tomar aliento en mis pulmones cuando el perro se paró frente a mí en mi
torpe posición.

Luego me empezó a lamer con su enorme y húmeda y rosada lengua.


53 Fabuloso. Volví la cabeza para evitar su lengua y fue entonces que vi dos
botas negras, desaliñadas. Seguí las piernas unidas a las botas y tuve un
momento de claridad ante mis ojos, eventualmente mis ojos se
encontraron con unos azul acero.

Miré por un momento a Trace, quien estaba sonriéndome, antes de rodar


mis ojos a su amigo, y honestamente, ¿quién diablos estaba en el agua?
Largo cabello negro enmarcaba un rostro de belleza pura; como sus ojos,
que eran verdes como la hierba de verano, me miraban con humor. Cerré
los míos y quise que la tierra se abriera y me tragara pero cuando abrí mis
ojos todavía estaban ahí, sonriendo.

Y luego Trace extendió su mano hacia mí.

No pude evitar la pequeña emoción que se esparció a través de mí desde


que Trace supo que yo corría esta ruta cada mañana.

Este encuentro no era una coincidencia. ¿Y qué significa eso?

―Ember.

Acepté su mano ofrecida cuando me ayudó a ponerme de pie. El perro


estaba sentado al lado del chico, tan perfecto como tú lo quieras. No pude
evitar la mirada penetrante que di al perro que sólo hizo al amigo de Trace
reírse en voz alta antes de que me ofreciera su mano.

―Rafe McKenzie. Gracias por detener a mi perro, incluso si tu método fue


poco convencional.

Estreché mis ojos y tuve que reprimir las ganas de sacarle mi lengua.

―Ember Walsh, y estaba más que feliz de jugar a la banda de frenado pero
realmente deberías prestarle más atención a tu perro.

―Raramente se escapa.

―¿En serio? Así que hoy es una excepción.

Vi su mirada de confusión solo mientras Trace empezaba a reír, quien tenía


a Rafe mirando hacia abajo sólo para darse cuenta que su perro se había
ido otra vez.

―Demonios. ―Todos giramos para ver como el gran manchón negro corría
54 hacia el camino en la distancia. Cuando era joven mi trabajo a tiempo
parcial era pasear perros y había aprendido la voz con la cual las bolas de
pelo de cuatro patas eran más receptivas.

―¿Cuál es su nombre? ―pregunté.

―Loki.

Puse mis dedos en mi boca y soplé un fuerte silbido que llamó la atención
de Loki haciendo que se detuviera y se volviera en la dirección del sonido.

―¡LOKI, VEN! ―llamé en una voz de mando.

Como magia, el perro trotó hacia nosotros, deteniéndose en frente de mí.


Acaricié su cabeza antes de alcanzar su correa.

―Bienvenido, Loki.

Volví mis ojos a Rafe y lo encontré estudiándome silenciosamente. Le di la


cuerda mientras sonreía y le hablé como si me dirigiera a un niño de cinco
años.

―Quieres aferrarte a esto realmente fuerte.

Su rostro era inexpresivo por un momento y luego echó su cabeza hacia


atrás y aulló de la risa antes de darse la vuelta a Trace.
―Me gusta.

Sonreí.

―Fue un gusto conocerte, Rafe. ―Moví mis ojos al perro y acaricié su


cabeza―. Loki, sé un buen chico. ―Cuando mis ojos encontraron a Trace lo
descubrí mirándome con una expresión que parecía como afecto―. Un
gusto en verte otra vez, Trace.

Extendió la mano y tocó con su dedo mi mejilla antes de dirigirla abajo a lo


largo de mi mandíbula cuando susurró:

―Gracias, Ember.

Estando tan cerca de él, mi pulso era errático, y sabía que lo vio cuando su
dedo rozó contra el punto del pulso que brincaba en un ritmo espástico.
Las palabras eran imposibles así que asentí en reconocimiento y luego di la
vuelta sin una palabra y corrí, no caminé, lejos. Aún no estaba fuera del
parque cuando mi teléfono sonó y cuando miré mi corazón saltó en un
latido.
55
―Trace.

―Ember. ¿Estás libre esta noche?

―Sí.

―¿Voy por ti a las siete?

―Está bien.

Colgué mientras una sonrisa se extendía por mi rostro cuando floté, no


caminé a casa.

Unas pocas horas después estaba en casa, limpiando el apartamento con


una permanente sonrisa estampada en mi cara.

Cuando Lena llegó a casa quise hablar con ella acerca de Trace pero cuando
la miré supe que estaba de mal humor.

Se estaba haciendo un poco incómodo el apartamento porque ella era


constantemente una perra pero nunca sabía lo que iba a hacerle enojar. Se
estaba convirtiendo en una completa extraña y sabía que la razón de eso
era Todd. Me dije que no iba a decir nada, pero era mi amiga y no estaba
siendo mucho de yo si no decía nada. Me uní a ella en la cocina mientras
ella buscaba a través del correo.

―¿Lena?

Me miró y vi el humor detrás de sus ojos.

―¿Qué es lo que está pasando contigo? Has estado fuera de ti, francamente
desagradable.

―No hay nada malo conmigo. Deja de ser tan sensible.

Sentí que mi humor se agitaba mientras sostenía su mirada.

―Has sido una perra desde que empezaste a salir con Todd. Si él te ha
hecho tan jodidamente miserable, ¿por qué sigues con él?

―Él no me ha hecho miserable. Lo amo.

―Apenas le conoces.

56 Ella se apoyó en el mostrador con una mueca desagradable que cubrió su


cara.

―¿Estás dándome consejos sobre relaciones? ¿La-chica-que-tiene-23-años-


y-aun-es-virgen?

―¿Y eso no es ser una perra?

―No necesito tu permiso o tu aprobación, Ember. No te metas en mis


asuntos.

―Está bien, siempre y cuando detengas la maliciosa mentira porque,


francamente, Lena, tus asuntos realmente apestan. ―Y entonces me giré
sin otra palabra y caminé a mi habitación.

Trace fue muy puntual y estaba tan entusiasmado sobre nuestra cita como
lo estaba yo, aunque estaba desalentada por la confrontación con Lena.
Cuando tiré de la puerta para abrirle, parecía reconocer que algo estaba
mal cuando preguntó:

―¿Estás bien?

―Sí, solo problemas con mi compañera de habitación.

―¿Quieres hablar acerca de eso?


―No.

Me estudió por un minuto antes de preguntarme:

―¿Estás lista?

―Lo estoy.

Alcanzó mi mano y unió nuestros dedos. El calor del contacto se sintió


realmente bien. Me condujo a su motocicleta y colocó su casco en mi
cabeza antes de que se sentara a horcajadas sobre la moto para que
pudiera subir. Me gustaba viajar con él, me gustaba tener una excusa para
estar tan cerca de él. Cuando llegamos a la pequeña galería, me sorprendió
agradablemente.

―Este artista es uno de mis favoritos —ofreció a modo de explicación.

Me jaló hacia la pequeña galería y me dio un vaso de vino de un camarero


que iba pasando antes de abrirnos paso a la primera pintura. El artista sin
duda alguna era muy talentoso pero sus pinturas eran todas muy oscuras.
57 En cuanto a su trabajo se puede casi ver a los demonios que atormentaban
al hombre y cómo trató a través de la pintura exorcizarlos. En un momento
de la tarde, Trace estaba estudiando una pintura particularmente
inquietante que representa rostros, alargados en el terror. Los ojos eran
huecos negros y la boca había sido pintada para mirar como si gritaran
pidiendo ayuda, pero las palabras no salían. Estaba tan obsesionado con la
pintura que él era ajeno a todos a su alrededor. Mirándole, lo que rompió
mi corazón era la mirada en sus ojos, una mirada vacía que era muy similar
a la de los ojos en la pintura.

Me quedé mirándole y me di cuenta de que le gustaba seguir a este artista


porque podía relacionarse con él.

Trace Montgomery tenía sus propios demonios. Mis ojos se movieron hacia
el brazo y al tatuaje, mientras las lágrimas quemaron la parte de atrás de
mis ojos. ¿Qué secretos esconde? Me aparté de él para que no me viera
mirándole y se movió al otro lado de la habitación.

Vi que una mujer se le acercaba. Ella había estado mirándole toda la noche.
Su mano se apoyó en su brazo, y bajó los ojos para que pudiera mirarle a
través de sus pestañas. Estaba lanzando todas las vibraciones correctas, las
que decían: Sí, puedes levantar mi falda y llevarme contra la pared. Lo
interesante fue la respuesta que Trace le dio. Para un jugador, él de manera
muy eficaz la silencio antes de alejarse de ella.

Sus ojos se encontraron con los míos a través del cuarto y una sonrisa se
dibujó en sus labios cuando se dirigió hacia mí. Probablemente estaba
leyendo demasiado en él, pero mi corazón dio una vuelta lenta y larga en el
pecho. Se detuvo frente a mí y tuve el impulso más fuerte de envolver mis
brazos alrededor de él y simplemente retenerlo. Tuve una terrible sospecha
de lo que le faltaba en su vida, alguien que le ofrezca una sencilla
comodidad. Había mucho más de Trace Montgomery que cumplía con su
mirada y quise saberlo, todo de él.

—¿En qué piensas?

Sostuve su mirada y una sonrisa se dibujó en mis labios mientras mi


corazón dolía.

—Su trabajo es hermoso.

Y muy preocupante.
58
—¿Estás lista para irnos?

—Lo estoy, si tú lo estas.

Tomó mi mano y vinculamos los dedos mientras caminábamos desde la


galería hacia su moto. Estábamos a mitad de camino por el aparcamiento
cuando ambos escuchamos el sonido. Sonaba como un grito ahogado, pero
el aparcamiento no estaba iluminado muy bien, así que era difícil ver algo.
Trace estaba tenso a mi lado cuando me llevó de nuevo a la galería.

—Espera aquí. —Antes de que pudiera decir nada se volvió y desapareció


en las sombras.

Me quedé allí durante unos pocos minutos cuando oí el sonido


característico de la carne contra carne. No fue una elección consciente de
que el sonido me estuviera siguiendo y fue entonces cuando vi a Trace. Él
estaba golpeando a un tipo; su puño fue implacable mientras golpeaba el
rostro del hombre. No podía moverme, no podía apartar los ojos de la vista
y era debido a la mirada en el rostro de Trace. No podría describir el
aspecto pero sacaba mi maldito miedo fuera.

Entonces me di cuenta de la mujer, que estaba inclinada cerca de un coche


y de inmediato corrí hacia ella.
—¿Estás bien?

—Lo estoy, gracias a él.

Volví la cabeza mientras que Trace dejaba caer al tipo que parecía haberse
desmayado. Cuando sus ojos se encontraron con los míos vi un nivel de ira
en él que daba miedo. Cuando habló, su voz era suave, pero amenazante.

—Se suponía que te quedarías en la galería.

—Quería ayudar.

Vi como apretaba los puños y que estaba tratando muy duro de controlar
su temperamento cuando dijo:

—Debo llevarte a tú casa.

En ese momento el dueño de la galería salió a ver qué pasaba. Trace se


acercó a él, hablaban en voz baja durante unos minutos antes de que el
hombre se acercara a la mujer y la ayudara a ponerse en pie. Otros dos
59 salieron a velar por el hombre inconsciente para que no pudiera salir
corriendo después de que volviera en sí.

—Vamos a llevarte dentro y llamar a la policía. —Luego miró a Trace—. Te


veré cuando regreses.

He oído que la mujer le dio su agradecimiento a Trace, pero mirándole me


di cuenta de que no estaba realmente allí. Lo que puso esa mirada vacía en
sus ojos consumió sus pensamientos. Se acercó a mí y me cogió la mano
mientras decía:

—Esto no era lo que quería ver al final de la noche.

—¿Por qué tiene que terminar? —le pregunté.

Se detuvo y me miró y cuando me respondió, su voz era un susurro suave.

—No voy a ser muy buena compañía.

No pensaba, sólo actuaba por impulso, ya que me acerque a él y envolví


mis brazos alrededor de su cintura.

—Hiciste algo bueno aquí esta noche, Trace.

Sentí su vacilación y luego envolvió sus brazos alrededor de mí y me


mantuvo cerca. Cuando habló no había ira en sus palabras.
—Y tú hiciste algo estúpido entrando en algo a ciegas.

—Actué sin pensar. Estaba preocupada por ti.

Eso le hizo alejarse de mí para que pudiera mirarme con incredulidad.

—¿Por qué?

No entendía su pregunta.

—¿Por qué me preocupo por ti?

—Sí. —Actuó como si la idea fuera completamente increíble a lo que le


contesté con toda sinceridad.

—Porque me preocupo por ti.

Él no dijo nada, se limitó a seguir mirándome como si tuviera seis cabezas.


Sus brazos me apretaron llevándome tan cerca de él como fuera posible.

—Debo llevarte a casa.


60 —Gracias por esta noche, Trace.

Sus labios me acariciaron a lo largo de mi mandíbula mientras me


susurraba:

—Gracias.
Capítulo 4
Traducido por GraceKelly, Clarksx & Vanehz
Corregido por Aldebarán

E
staba tumbada en mi cama con la siguiente lectura del día, pero
realmente no podía concentrarme en el libro porque mi mente se
mantenía girando en torno a Trace. No podía dejar de pensar en él. Sí,
estaba tremendamente atraída por él, pero era la mirada vacía y perdida
que había visto en sus ojos en la galería y la rabia que vi más tarde en el
estacionamiento lo que ocupaba mis pensamientos.

Había un lado oscuro en Trace Montgomery.


61 Debía ser mi idea de mantenerlo alejado, pero, a pesar de su oscuridad, mi
instinto me decía que había mucho más de él que el cruel, mujeriego
impetuoso que se rumoreaba que era, que era un buen hombre debajo.

Mi teléfono sonó y contesté sin mirar, pero era ridículamente feliz de


escuchar a Trace en el otro extremo.

—Hola, Ember. ¿Está ocupada?

—Trace, Hola. No, no estoy ocupada.

Se quedó en silencio por un momento antes de que dijera en voz baja,

—Lo siento por la manera en que terminó la breve noche.

—Está bien. ¿Estás bien? Tengo la sensación de que pasaban más cosas en
el estacionamiento, bueno, más cosas que tú reordenándole la cara a ese
bastardo enfermo.

El silencio se reunió a esa pregunta y pensé que no me iba a responder,


pero me sorprendió cuando dijo:

—Sí, estoy bien.


—No estoy pidiendo que compartas tu pasado conmigo, Trace, pero si
alguna vez necesitas alguien con quien hablar, estoy aquí.

Un calor entró en su voz cuando dijo:

—Gracias, Ember.

Hubo un silencio en la línea por unos momentos antes de que Trace


preguntara:

—¿Me preguntaba si esta noche pudiera compensarte por lo de anoche?

—No hay nada que compensar, pero me gustaría verte.

—Vístete casual y nos vemos a las cinco.

—Nos vemos entonces.

Puntualmente, a las cinco, el timbre sonó, abrí la puerta y me encontré a


Trace de pie allí con una sonrisa en su rostro. Vestía vaqueros
descoloridos, una camisa negra y chaqueta de cuero. La visión de él me
62 había dejado sin palabras. Me las arreglé para llevar de regreso mis ojos a
su rostro y vi una mirada caliente en sus ojos.

—Te ves hermosa, Ember.

Me sonrojé y sentí mi rostro quemarse, lo cual sólo hizo sonreír a Trace


mientras alcanzaba mi mano.

—¿Estás lista?

—¿Dónde vamos?

—Es una sorpresa.

Le dejo tirar de mí por el pasillo mientras ofrecí.

—Me gustan las sorpresas.

Nos subimos a la moto y nos dirigimos fuera de la ciudad hacia los


suburbios. Una media hora más tarde, vi luces en la distancia mientras una
sonrisa apareció en mi cara. Aparcamos y me bajé de la moto, me quité el
casco mientras Trace se paraba a mi lado.

—La feria… ¿vamos a la feria? —pregunté y no me molesté en ocultar mi


alegría dado que me encantaba la feria.
—Sí.

—¿Cómo sabes que soy adicta a las ferias?

—Lo supuse —dijo mientras metía la mano en la alforja y sacaba una caja
con un par de botas negras Doc Marten, de mi talla.

—No creo que a tus Convers les vaya muy bien.

—¿Cómo sabes mi talla de zapatos?

—Otra conjetura.

Llevó sus manos alrededor de mi cintura y me levantó en el asiento de su


moto.

—Espera, Ember —dijo y yo me limité a mirar como esas maravillosas


manos levantaron mi pie, retiraron las Converse deslizándolas y
masajeando mi talón y el arco. Mis ojos se cerraron de puro éxtasis ante su
toque. Sus dedos acariciaron cada centímetro de mi pie antes de que
63 pusiera la bota y atara los cordones. Terminó y se trasladó al otro pie para
prestarle igual atención. Contemplé la posibilidad de hacer un estudio
científico respecto a la relación entre los mansajes en los pies y la pérdida
de células cerebrales, ya que me sentía bastante fuera de mi mente en ese
momento.

—¿Lista?

—Um. —Tuve suerte de no babear y poner los ojos en la parte posterior de


la cabeza. Sonrió mientras buscaba mi mano para enlazar los dedos antes
de halarme para levantarme.

—¿Te importa si nos montamos primero en la rueda de la fortuna?

Sonreí mientras mi corazón hipaba debido a que la rueda de la fortuna era


mi absolutamente favorita.

—No, en absoluto.

Él pagó por los boletos y me ayudó a subir a la silla. Tan pronto como nos
sentamos, envolvió su brazo alrededor de mis hombros y me atrajo.

—¿Tienes frío?
Al estar tan cerca de él, era más probable que me incendiara, no que me
congelara.

—No.

Mientras la atracción comenzaba su lento giro circular, estudié a Trace y el


lado joven en él, lo cual encontraba absolutamente encantador. Me
sorprendió mirándolo y antes de que pudiera volver la cabeza se inclinó y
rozó sus labios sobre los míos. Lo cual tuvo el efecto de hacer volar la
parte de atrás de mi cabeza.

De pronto explotó en mi cabeza la idea de que si Trace y yo nunca


teníamos sexo, yo probablemente explotaría, literalmente, pero de alguna
manera sabía que valía la pena. Su mano se movió para acunar la parte de
atrás de mi cabeza y cuando esa boca se estableció más firmemente sobre
la mía, sip, sentí que mi sangre empezaba a arder, pero oh, mi Dios.

No hizo el beso más profundo, parecía perfectamente contento con jugar


con mis labios y sentí que me derretía. Se echó hacia atrás y sus ojos eran
64 oscuros y ardientes de deseo, pero también había algo más allí, algo
infinitamente más oscuro que envía corrientes heladas de anticipación
bordeando mi espina dorsal. Su pulgar frotó mi labio inferior mientras me
sostenía la mirada.

Antes de que pudiera avergonzarme haciendo algo realmente horrible


como lanzarme sobre él, la rueda se detuvo. Salimos del carro antes de que
Trace tomara mi mano y uniera nuestros dedos. Fue perfecto, caminar con
Trace tomados de la mano, mientras dábamos un lento paseo alrededor del
recinto ferial.

En un momento pasamos por un puesto de algodón de azúcar.

—Oh, tenemos que conseguir un poco —dije encontrándome con una


mirada en blanco de Trace. Me volví más plenamente a él y le sostuve la
expresión en blanco.

—¿Nunca has probado el algodón de azúcar?

—No —contestó y no pude haber estado más sorprendida por su respuesta.

—¿Nunca?

—No.
—Bueno, eso es un delito. Ven, déjame que te presente a la máquina
algodonera.

Cogí su gran mano, la cual envolvió alrededor de la mía, y sentí una


conexión con él que se volvió más profunda que la física. Nos acercamos al
stand y levanté el dinero hacia el chico que operaba la máquina.

—Uno, por favor.

Era enorme, el montículo que el chico nos dio, tenía suficiente azúcar para
satisfacer a mi gusto por lo dulce. Trace y yo nos alejamos del stand y le
ofrecí la nube de azúcar azul.

—Sólo toma un pedazo.

Cuando tomó el algodón de azúcar, lo miré y me di cuenta de una juventud


cayendo sobre él. No pude evitar la punzada de tristeza que me llenaba y
mientras me preguntaba cómo un hombre cercano a sus treinta podía no
haber probado nunca el algodón de azúcar. Mis ojos se quedaron en los
suyos mientras el azúcar desaparecía en su boca.
65
—Se disuelve —dijo más para sí mismo y luego buscó y encontró mi
mirada mientras una sonrisa se extendió sobre su rostro—. ¡Es delicioso!

Yo quería darle un beso. Quería hacer eso y más, quería hacerlo hasta
tomar mi próximo aliento.

—¿Sostén esto por un segundo? —pregunté. Me quitó el algodón de azúcar


de las manos y parándome de frente colocando las manos en sus hombros
mientras alcé las puntas de mis pies y apreté mi boca con la suya. Incline la
cabeza y cubrí su rostro con mis manos mientras me lamía el labio inferior.
Le oí gruñir profundo en su garganta antes de que sus brazos me rodearan
y me atrajera. Mi lengua buscó entrar y cuando intento separarse de mí, lo
saboreé totalmente, pasando mi lengua sobre él, lamiendo la parte superior
de su boca mientras me perdía en él. Saqué mi boca de la suya y apretó sus
brazos alrededor de mí en respuesta. Tuve la sensación de que no quería
dejarme ir y me encontré con mis labios bajo su mandíbula, detrás de ella
por el cuello antes de que me obligara a dar un paso lejos de él.

Sostuve su mirada y le susurré:

—Eres delicioso.
Sus ojos brillaron antes de que me atrajera hacia sí y me besara con fuerza
en la boca. Me soltó, pero se tomó un minuto para que mis ojos se abrieran
porque —oh mi Dios— el hombre sabía besar. Cuando finalmente lo miro,
me miraba con una mirada tierna en su rostro. Tomó mi mano y entrelazo
nuestros dedos.

—¿Vamos?

Me sonrió en respuesta y durante la siguiente hora nos montamos en casi


cada paseo. Los paseos se dividieron cuando la feria se trasladó de un
lugar a otro y tengo que decir que sentí miedo por nuestra seguridad. Estar
con Trace sin embargo, sintiendo su fuerza sólida a mi lado, ayudó a aliviar
algunos de mis miedos. Después de los paseos probamos con nuestras
propias manos a algunos de los juegos. Trace era notablemente bueno en
los juegos de disparos, y cuando me dio el gran oso de peluche sentí que
las lágrimas picaban detrás de mis ojos.

Estábamos haciendo nuestro camino a través de la multitud cuando vimos


a una niña. Su rostro se arrugó mientras las lágrimas corrían por su rostro.
66 Sólo tomó un segundo darme cuenta de lo que pasó. Su muñeca estaba
nadando en un charco de barro. Sus padres estaban tratando de consolarla,
pero ella estaba con el corazón roto, recordaba esa edad, entendía su dolor.
Trace miraba hacia mí y aunque no dijo nada, yo sabía lo que quería, y
sentí mi corazón palpitar en el pecho a su compasión. Le entregué mi
peluche a él mientras con una sonrisa toque sus labios. Pasó el dedo por mi
mejilla mientras sus ojos miraban en los míos y luego dio media vuelta y se
dirigió a la niña. Vi la pregunta silenciosa que le dirigió a sus padres y
cuando sonrió y asintió, se arrodilló a su lado. Yo no lo podía oír, pero vi la
sonrisa que se extendió por el rostro de la niña mientras envolvía sus
brazos alrededor del oso. Se puso de pie y luego se volvió hacia mí. Me
encontré con él a mitad de camino y envolví mis brazos alrededor de su
cintura. Sus brazos me rodearon mientras me daba un beso en la cabeza.
Sus labios rozaron mi oreja cuando preguntó:

—¿Tienes hambre?

Lo miré y sonreí.

—Sí.

Me tomó la mano y me condujo hacia donde se encuentra la concesión,


pero mis pensamientos estaban puestos en él. Su reacción a esa niña había
sido un instinto interno y ese gesto de amabilidad era totalmente en
contradicción con su reputación. Su comportamiento tanto ese día y el día
anterior sólo me confirmó lo que yo ya había sospechado. La imagen que
permite ver a todos era sólo eso, una imagen. El verdadero Trace
Montgomery era mucho más complicado y yo temía que debajo de su
envase exterior aparentemente elaborado y hermoso existía un alma
dañada.

Llegamos a uno de los camiones de comida y él se detuvo y me miró con la


más encantadora expresión de su rostro.

—Dime, Ember, qué va a ser: Perritos calientes o churros para la cena.

No pude evitar una sonrisa y le respondí:

—¿No podemos tener las dos cosas?

Él me llevó más cerca antes de decir:

—Esperaba que dijeras eso.


67

La noche siguiente Lena extendió la rama de olivo y me invitó a ir con ella y


Todd. Me conmovió su invitación hasta que llegamos al pequeño club
agujero-en-la-pared y nos dimos cuenta que estábamos allí sólo por un
juego-de-respaldo-en-la-sala-de-póquer. Tan pronto como llegamos, Todd
desapareció y permaneció desaparecido durante bastante tiempo. ¿Podría
Lena no ver que su novio era un perdedor? ¿Era así como fueron todas sus
citas? ¿Acaso no ve que el amor de su vida no parece tan deseoso de pasar
tiempo con ella? O bien, para ser justos, ¿a él le gustaba apostar más de lo
que le gustaba ella? Como no sabía las respuestas a esas preguntas, le
pregunté.

—¿Él por lo general te deja sola?

—Sólo detente, Ember. Al menos estoy saliendo.

—No te estoy juzgando, Lena, pero me parece que estar aquí sola
difícilmente califica como una cita.

Sus ojos se estrecharon en mí cuando se inclinó sobre la mesa. Sabía que


ella estaba pensando en lo absurdo que era para mí darle consejos sobre
relaciones a ella cuando me faltaba experiencia, pero no hace falta ver a un
psiquiatra para ver que Todd estaba tan equivocado sobre ella.

—No pretendo ser una experta, pero sí sé que el que Todd está sacándote y
dejándote para que él pueda jugar no es una relación sana.

—Lo que sea.

Me recosté en la silla con la intención de reinar en mi carácter que se movía


a la vida. No podía razonar con ella desde que se negó en redondo a abrir
los ojos, carajo. La advertencia de mi padre sonaba en mi cabeza y, maldita
sea, si el hombre no estaba bien. Quería irme, pero me sentí mal dejándola
aquí, sola, en este lugar no tan seguro. ¿Qué clase de hombre lleva a su
novia a un lugar como éste sólo para dejarla sola a valerse por sí misma?
Un idiota apostador, que es quién es. No dije nada de esto a Lena y en su
lugar me senté en silencio.

Mi teléfono sonó —señalando un texto entrante— y vi que era Trace, mi


mente cambió de marcha mientras una sonrisa se dibujó en mis labios.
68 Estaba cayendo —difícil— para el hombre que estaba dejando que lo vea.

Trace: ¿Estás libre esta noche?

Ember: Sí, estoy en el Pulse, pero estoy lista para irme.

Trace: ¿Pulse? ¿Por ti misma?

Ember: No, Lena y Todd están aquí.

Trace: Estoy en camino. Quédate con tu amiga.

Un escalofrío de presentimiento se abrió camino por la espalda mientras


miraba alrededor del lugar. Las luces eran tenues, así que era difícil ver por
allí, pero estaba definitivamente en un ambiente espeluznante. Momentos
más tarde, Todd apareció, con la cara roja y enojada.

—Vamos, bebé.

¿Bebé? Sabía que Lena odiaba palabras cariñosas como esa, pero cuando
ella no hizo ningún intento de corregirlo sentí asco y luego Todd se volvió
hacia mí.

—¿Vienes?

—No, bebé, pero gracias.


No me perdí la llamarada de ira que ardía en sus ojos, pero luego se
encogió de hombros y empezó a tirar de Lena alejándola. Y Lena, nunca me
dio una mirada hacia atrás, ya que obedientemente lo siguió. Bien.

Así que, ahí estaba sola en este lugar espeluznante. Me pregunté a qué
distancia estaba de llegar y le iba a mandar un texto, pero luego me di
cuenta de que unos chicos en el bar, me miraban de reojo. No era mi
aspecto, o la falta de éste, que era el hecho de que yo era mujer y sólo eso.
Yo era como un muerto en la carretera y estos chicos eran los buitres.

No estaba segura de si debía irme porque el vecindario daba un poco de


miedo, ¿o debo quedarme y ser un blanco fácil? Decidí ir a los baños y
encerrarme hasta que llegue Trace. Me puse de pie y me abrí paso entre la
multitud cuando una sombra cayó sobre mí y miré unos ojos muy negros.

—Hola, ahí. ¿Qué tenemos aquí? ¿No eres una cosita dulce?

—Disculpe —dije y traté de alejarme pero su mano en mi brazo me detuvo


de hacerlo.
69 —¿Dónde está el fuego, cariño? Vamos a llegar a conocernos los unos a
otros.

—No, gracias.

—Oh, vamos, no rompas mi corazón.

—Me tengo que ir.

Luego se movió, empujándome contra la pared, sujetándome allí con su


gran cuerpo.

—Sólo quiero una probada.

Pude oler la cerveza en su aliento, y su dura longitud contra mi estómago.


Mi miedo nubló mi mente. Traté de empujarlo pero fue tan efectivo como
el lobo malo tratando de derrumbar esa casa de ladrillo. Sus dedos se
enredaron en mi cabello y su aliento acarició mi mejilla.

—Quizás te guste.

Bajó su cabeza pero la mía se giró, justo antes de que sus labios tocaran
los míos, causando que presionara un beso en mi cabello. Sentí como sus
dedos se apretaban en mi cuero cabelludo mientras giraba mi cabeza para
que me mantuviera quieta.
—Solo un beso.

El pánico hizo que mi pie descendiera sobre el suyo más fuerte de lo que
había planeado pero el acto lo forzó a soltarme mientras aullaba de dolor.
Sus ojos regresaron a los míos y vi la violencia quemado sus negras
profundidades. Levantó su mano, curvando sus dedos en un puño, pero
antes de que pudiera soltar el golpe, una mano vino de ninguna parte y lo
agarró, tirándolo tan fuerte hacia atrás que oí el estallido de su hombro.

—¡Joder! —aulló mientras caía sobre sus rodillas por el dolor. Cuando
levantó la mirada vi el miedo en sus ojos mientras Trace venía a pararse en
frente de él—. Dislocaste mi jodido hombro.

El dolor estaba haciendo que su voz se volviera más aguda, pero Trace lo
miraba completamente sin movimiento y cuando habló, su voz estaba
desprovista de toda emoción.

—Forzarte sobre una mujer ya es lo suficientemente malo, pero golpearla


es inexcusable.
70 Y sin más preámbulos, Trae se movió, con impresionante velocidad, y
descargó su puño en el rostro del hombre en una rápida sucesión de cinco
veces antes de que el hombre cayera desmayado. Los ojos de Trace
encontraron los míos y quemaban con temperamento.

—Te dije que te quedaras con tus amigos.

—Se fueron.

—Hijo de perra —gruñó.

Sentí las lágrimas picando en mis ojos mientras mi cuerpo empezaba a


sacudirse. Más rápido de lo que parecería posible, Trace estaba allí,
envolviéndome en sus brazos. Su corazón palpitaba en su pecho, su cuerpo
rígido y tenso, pero su abrazo era cálido. En la oscuridad de mi mente tenía
la sensación de que este abrazo era tanto para confortarlo a él como a mí.

—¿Estás bien? —susurró.

—Sí.

—No perteneces a este lugar. Tus amigos son imbéciles. —Podía escuchar
la rabia regresando a su voz. Me pregunté qué había en este lugar contra lo
que Trace objetara, aparte de lo obvio. Estaba en lo correcto acerca de que
no pertenecía aquí y de no haber sido por mi cobarde compañera de piso y
su imbécil novio, no hubiera estado aquí.

Él se apartó y me miró hacia abajo. Levanté mis ojos hacia los suyos y le
ofrecí un sentido.

—Gracias.

Incluso a pesar de que sus ojos aún quemaban con temperamento, había
un leve tirón en sus labios cuando replicó.

—Rescatarte parece estar convirtiéndose en un hábito. —Sostuvo mi


mirada cuando preguntó—: ¿Aún estás saliendo?

—Sí.

Alcanzó mi mano, vinculando nuestros dedos y sacándome del lugar. Una


vez que estuvimos en su moto, cruzando la calle, descansé mi mejilla
contra su espalda mientras me estremecía de solo pensar en ese hombre
con sus manos sobre mí. Trace me salvó otra vez y justo en el último
71 momento. Realmente era como mi propio y tatuado ángel guardián.

Llegamos al pequeño club mientras Trace aparcaba y esperaba a que yo


descendiera. Tomó mi mano y me condujo dentro y una vez que estuvimos
sentados, sus ojos encontraron los míos.

—¿Estás bien?

—Lo estoy, ahora.

Se recostó contra sus silla, pero no me perdí la tensión de su mandíbula, y


entonces dijo.

—Estoy tratando de hacer lo correcto aquí, Ember.

Me incliné, apoyé mis codos en la mesa y pregunté.

—¿Qué significa eso?

Sus ojos nunca dejaron los míos cuando dijo.

—Te quiero, pero no quiero quererte.

No podría describir las emociones que quemaron a través de mí en


respuesta a ese comentario. Había deleite, sorpresa y dolor para mencionar
algunas. Mi voz no era tranquilamente quieta cuando respondí.
—Entiendo.

Levantó su cabeza antes de preguntar.

—¿Qué es lo que entiendes, Ember?

Sentí el sonrojo así que bajé mi cabeza antes de responder.

—Estás tan fuera de mi liga.

Su pulgar tocó mi barbilla mientras levantaba mi mirada hacia la suya y


cuando mis ojos se trabaron en los suyos, las emociones que vi quemando
en ellos, fueron incomprensibles.

—Soy yo quién está muy lejos, Ember, no tú.

Sostuve su mirada y respondí.

—Sólo para que conste, te quiero también.

Sus ojos destellaron, pero no dijo nada y entonces se paró y alcanzó mi


72 mano. Mis ojos se movieron hacia nuestras manos unidas y hacia arriba
por su brazo tatuado hasta su rostro. Su voz fue muy suave cuando
susurró.

—Baila conmigo.

No tenía que pensarlo mientras le permitía tirar de mí hacia la pista. You’re


Beautiful de James Blunt sonaba mientras Trace me giraba hacia él y me
acercaba tanto que nuestros cuerpos estaban presionados por el pecho
muy juntos. Su brazo pasó alrededor de mi cintura, jalándome incluso más
cerca contra su duro cuerpo, mientras la mano que sostenía la mía venía a
descansar sobre su corazón. Sus ojos estaban oscuros y llenos de secretos
pero fue la mirada en ellos lo que hizo que mi corazón casi palpitara fuera
de mi pecho. Nuestros cuerpos se balanceaban tan tranquilamente y su
agarre sobre mí nunca se debilitó como si estuviera tratando de
absorberme dentro de sí. Mientras la canción llegaba a su fin bajó su
cabeza tanto que sus labios estaban justo al lado de mi oído mientras
cantaba suavemente.
You’re Beautiful. It’s True

There must be an angel with a smile on her face.

When she though up that I should be with you.

But it’s time to face the truth,

I'm never going to be with you.6

Cerré mis ojos mientras los incomprensibles sentimientos me golpearon.


Esto era instinto, y profundo deseo lo que me hizo girar la cabeza para
presionar mis labios en su cuello. Mis labios persistieron hasta que la
canción terminó. Su pulgar tocó mi barbilla y levantó mi mirada hacia la
suya.

—No soy bueno para ti, Ember, pero me parece que tampoco puedo
mantenerme alejado de ti.
73 Sus manos se movieron para enmarcar mi rostro justo cuando su boca
capturó la mía. Levantó mi cabeza mientras tomaba el beso más profundo
y fue el beso más carnal que jamás había experimentado. Sentí como si mis
huesos se derritieran y a pesar de que sospechaba que estaba a punto de
entrar en combustión espontánea por el calor quemando a través de mí,
sabía que moriría como una mujer feliz. Con esfuerzo, se separó de mí,
pero su pulgar se levantó para acariciar mi labio inferior y sus ojos
siguieron el progreso. Finalmente levantó esos ojos hacia los míos y vi lo
que sentía de regreso hacia mí. Me jaló contra él y me sostuvo allí por un
muy buen tiempo.

6
Eres hermosa. Es verdad. Debe haber un ángel con una sonrisa en su rostro. Cuando
piensa que debería estar contigo. Pero es hora de hacer frente a la verdad, nunca voy a
estar contigo.
Capítulo 5
Traducido por Mir & nelshia
Corregido por Caamille

E
staba flotando en el séptimo cielo cuando me dirigí a Starbucks
después de mi carrera. Mis pensamientos estaban completamente en
Trace y sabía que mientras pensaba en él, tenía una sonrisa tonta en
el rostro; pero no podía evitarlo. Estaba feliz, muy, muy feliz. Llegué a
Starbucks y pedí mi café. Estaba a punto de entregarle un billete de veinte
dólares a la mujer, cuando de repente apareció una mano unida a un brazo
que, aunque cubierto, reconocí de inmediato.

—Yo invito.

74 La piel de gallina era completamente involuntaria al igual que el pequeño


tirón en mi respiración cuando me di la vuelta para ver a Trace allí de pie.

—Hola, Ember.

—¡Trace! —Verlo provocó un calor ardiente a través de mí mientras mi


corazón se saltaba un par de latidos. Esperó a que le añadiera la crema a
mi café antes de abrir la puerta para mí. Se puso a caminar a mi lado pero
imaginaba que hacíamos un cuadro bastante divertido ya que es unos
treinta centímetros más alto que yo.

—Gracias por el café —dije mientras lo miraba por encima de mi taza.


Volvió la cabeza en mi dirección y nuestros ojos se encontraron y se
sostuvieron. No dijo ni una palabra, pero sus ojos decían mucho, y luego
preguntó:

—¿Corriste esta mañana?

—Sí. Corro así puedo alimentar mi hábito de cake-pops.

Una sonrisa coqueteó alrededor de sus labios mientras me miraba y, Dios


mío, era increíble que mi cerebro incluso pudiera aferrarse a un
pensamiento mirando tal belleza masculina. Pude ver sólo una parte de su
tatuaje de su espalda, la sección que se movía hasta su cuello, hasta la
línea del cabello, y quería pasar mi lengua a lo largo de esas líneas de
desplazamiento. Quería hacer eso más de lo que quería otro cake-pop.

Me sonrojé, pero no tanto como cuando mis ojos se volvieron hacia él para
ver que me estaba mirando de cerca. Quería besarlo, quería lanzarme a sus
brazos y sentir esos labios sobre los míos de nuevo. No lo hice sin
embargo, porque sentí que Trace tenía una lucha interna. Como dijo la
noche anterior, me deseaba, pero no quería desearme. Así que en lugar de
forzar su cerebro a averiguar lo que estaba pensando, le pregunté:

—¿Qué es eso en tu espalda?

—Símbolos celtas.

—¿Duelen?

—¿Los tatuajes?

—Sí.

75 —Molestan, pero no son necesariamente dolorosos. —Sus labios se


curvaron hacia arriba sobre un lado antes de preguntar—. ¿Estás tatuada?

Casi me atraganté con mi café con la pregunta antes de ofrecerle más


débilmente una respuesta.

—No, son tan permanentes. Sólo lo haría si supiera con absoluta certeza
que lo que querría fuera para siempre. ¿Con qué frecuencia alguien está tan
seguro?

—Es mejor así. Tienes una piel bella, Ember. Sería un crimen que la
marcaras.

Me sonrojé ante sus palabras, lo que le hizo sonreír, antes de preguntarle:

—¿Puedo ver el tatuaje en tu brazo?

Sabía que lo confundí con esa pregunta, pero se recuperó rápidamente


antes de aceptar.

Tomó mi mano y me sacó de la acera guiándome hacia la sombra de un


árbol antes de quitarse la chaqueta y tirar de la manga de su camiseta por
encima del hombro. Mi boca se secó al ver la obra de sus músculos con ese
simple acto. Le entregué mi taza antes de tomar su brazo con mis dos
manos y estudiar realmente la escena.
Hades estaba representado como mitad monstruo-mitad hombre, sentado
en su trono, desnudo y excitado. Por encima de él, volaban ángeles pero
estaban en una de las tres posturas: no oír ningún mal, no ver ningún mal y
no hablar ningún mal. Debajo había cuerpos, alargados y distorsionados,
como el tipo de la máscara de Scream. Estaban trepando y arañándose
unos a otros tratando de escapar de la fosa. Toda la escena estaba rodeada
de fuego: brillantes llamas naranjas, rojas y amarillas que parecían estar
bailando por su brazo. Pasé el dedo sobre una llama en particular que
comenzaba roja, pero se descoloría a naranja y luego a amarillo a medida
que crecía, la transición era continua y el trabajo era ejecutado de forma
impecable.

—Es hermoso. ¿Cuánto tiempo tomó?

No me contestó, así que levanté la vista y cuando lo hice vi los ojos oscuros
que me estaban mirando con tal intensidad que hizo que mi corazón se
volcara en mi pecho.

—Doce horas.
76
Estaba tan cautivada con la mirada en sus ojos que me tomó un minuto
darme cuenta de que me había respondido. Incluso cuando me di cuenta de
que lo había hecho, no hice ningún movimiento para alejarme, ya que era
como si estuviera atrapada allí, manteniéndome firmemente en el lugar por
las emociones que vi ardiendo en esos ojos.

Me di cuenta de que todavía estaba sosteniendo su brazo, y por mucho que


me dolía dejarlo ir, perder esa conexión física con él, a regañadientes lo
solté y di un paso atrás. Un par de segundos pasaron cuando nos
quedamos mirándonos el uno al otro y luego un fuerte bocinazo pareció
traernos de vuelta a la realidad mientras me entregaba mi café antes de
colocarse la chaqueta.

—¿Estás volviendo a casa?

—Sí.

—¿Cómo está la compañera de cuarto? —Me estudió durante un momento


antes de ofrecer—. ¿Así de bien?

—Mi papá me advirtió sobre algunas cosas y por desgracia he sido testigo
de primera mano sobre cuánta razón tenía. Estoy sorprendida de que no
las hubiera visto antes.
—¿Qué… qué tu amiga no es mucho una amiga?

Mis ojos se abrieron mientras miraba hacia arriba.

—Sí, exactamente eso.

—Está celosa de ti.

Tomé un sorbo de mi café mientras meditaba su comentario.

—No, no lo creo.

—Está celosa y tiene toda la razón de estarlo desde mi punto de vista.

No podía negar la deliciosa emoción que su comentario provocó en mí,


pero no estaba tan convencida. Parecía saber a dónde estaban yendo mis
pensamientos cuando añadió:

—Si conociera a tu amiga y me llevara a casa y te viera… no habría


competencia. Probablemente ella también lo sabe.

77 —Bueno, sospecho que has tenido repetidos golpes en la cabeza así que
quizás no esté funcionando todo bien allí arriba.

Su sonrisa era malvada cuando bajó la cabeza para que sus labios pudieran
rozar mi oído.

—Tengo un secreto… ¿quieres escucharlo?

Estaba sin aliento por tenerlo tan cerca de mí por lo que sólo pude
responder con un movimiento de cabeza.

Su aliento era caliente contra mi piel, haciéndome cosquillas en la oreja y


causando que la piel de gallina subiera en mi carne, y cuando habló, lo hizo
apenas en un susurro:

—Tengo una cabeza muy dura. —Y luego me dio un beso justo por encima
de la oreja antes de echarse hacia atrás y sonreír. Dije lo que estaba
pensando.

—Me podría desmayar.

—Te recogeré, Ember, no dejaré que te caigas.

Tomó mi mano y unió nuestros dedos.

—Vamos a llevarte a casa.


Pasó una semana y no había visto a Trace ni una vez. Sabía que era
intencional. Sabía que estaba tratando de poner distancia entre nosotros.
Sin embargo, me encontré con su amigo Rafe. Eso de encontrármelo en
Starbucks me hizo preguntar si no era una coincidencia.

—Hola, Ember.

—Hola, Rafe. ¿Cómo está Loki?

—Problemático —dijo que con una sonrisa. Mientras lo miraba su sonrisa


se desvaneció antes de preguntar—. ¿Podemos hablar?

—Por supuesto.

Rafe me acompañó hasta una mesa y sostuvo mi silla antes de doblarse en


la silla frente a mí.

Parecía tener un inusual interés en la superficie de la mesa, así que le


pregunté:

78 —¿Qué pasa, Rafe?

Alzó los ojos a los míos antes de decir:

—Quería hablar contigo acerca de Trace.

Una ola de malestar se extendió a través de mí ante la seriedad de su


expresión antes de decir:

—Está bien.

—He conocido a Trace por un largo tiempo. Es un hombre complicado,


pero he notado una diferencia en él en estas últimas semanas y sólo puedo
atribuir el cambio a ti.

Mi voz era un susurro suave cuando le pregunté:

—¿Un buen cambio o uno malo?

Me sostuvo la mirada y sonrió.

—Uno bueno, Ember, y es por eso que voy a compartir un poco de su


pasado contigo.

—¿Estás seguro de que deberías?

—Sí, podría ayudarte a entenderlo mejor.


Pasó una mano por su cabello y miró pensativamente hacia mí antes de
continuar:

—Conocí a Trace cuando teníamos quince años. Se encontraba en un


callejón moliendo a golpes a un tipo. Lo saqué y verdaderamente creo, si
no lo hubiera hecho, habría matado al hombre. Creo que también lo sabía.

—Después de ese primer encuentro, comenzamos a pasar el rato. Creo que


al principio me veía como su freno de realidad, el que le impediría ir
demasiado lejos. Y era verdad, lo era, ya que casi todo el tiempo que
salíamos terminaba en una pelea.

—Había tanta ira en él, una rabia que era casi incontrolable. No sabía
entonces y todavía no sé, lo que la alimenta, pero era casi su muerte. Sabía
que necesitaba una mejor manera de descargar su enojo así que encontró
una salida en la lucha contra los oponentes dispuestos.

Palidecí y sabía que lo había hecho desde que sentí toda la sangre
abandonar mi rostro recordando a Trace en el estacionamiento y el nivel de
79 su rabia. La idea de él en una bodega abandonada golpeando la mierda
fuera de la gente me asustaba.

—¿Qué cómo Brad Pitt, en Fight Club, peleando?

—No, no en realidad. Las peleas son legales, llevada a cabo en un pequeño-


y-viejo gimnasio. Hay una referí, incluso jueces, pero el método de lucha
depende de los peleadores, con guantes o con los nudillos desnudos.
Funciona para él y lo ayudó a canalizar su ira. Le da una liberación.

Ya había sabido que era un luchador, pero estaba perturbada al saber que
no peleaba por el amor a la misma o por el dinero, sino como una
liberación de su rabia. ¿Qué cosa de su pasado la alimentaba?

—Esta cosa… no es sólo la ira en él, Ember. También tiene una creencia
profundamente arraigada de que es un pedazo de mierda. No cree que sea
lo suficientemente bueno para ti y en algún momento va a alejarte. Espero
que cuando lo haga, si sientes algo por él, también, no lo dejes.

—Sí, siento algo por él, Rafe, y me gusta mucho estar con él. —Incliné la
cabeza y lo estudié por un momento antes de preguntar—. ¿Él sabe que
estás aquí?

—No.
—La semana pasada, vi un poco de esa rabia y no voy a mentir, me asustó,
pero hay mucho más de él que la ira, no creo que Trace se dé cuenta de lo
mucho que tiene para ofrecer. Me gusta mucho y quiero ver a dónde va… lo
que sea que hay entre nosotros.

La sonrisa de Rafe en respuesta era hermosa.

Después de mi conversación con Rafe, las llamadas telefónicas empezaron.


No era cada noche, pero varias veces a la semana, Trace me llamaba y
hablábamos por horas. No lo había visto, no había estado alrededor, pero
me di cuenta que realmente me gustaba hablar con él por teléfono desde
que parecía más cómodo. No hablamos de su pasado o de su familia, pero
él habló más abiertamente sobre todo lo demás. Ya sea que se haya dado
cuenta de ello o no, nuestras conversaciones fueron muy reveladoras,
exponiendo una parte de Trace Montgomery que pocos pueden llegar a ver.

80 Dos semanas después de mi conversación con Rafe, estaba sentada en la


sala de mi casa con mis pensamientos desplazados hacia Trace, los que ya
tenían la costumbre de hacerlo. Era un misterio para mí. Conocía su
reputación, pero no lo veía de la forma en que otros lo hacían, como el
hombre que Luke describió esa primera noche en Sapphire. Cuando miro a
Trace, veo a un hombre que varias veces hizo cosas por los demás,
ayudándome con unos pocos rasguños, acudiendo en ayuda de esa mujer
en la galería, asistiendo a eventos de caridad para ayudar a los necesitados.
Vi a un hombre que podía parecer la representación de un alma
atormentada y verse reflejado.

Estaba empezando a sospechar que la imagen de Trace no era sólo un


producto de su baja autoestima, sino un medio para detener a la gente de
mirar demasiado profundamente en él. Vi un vistazo del hombre debajo de
ese caparazón dura y me gustó ese hombre, mucho. Sí, sospechaba que era
un alma dañada pero era una hermosa, también. Quería creer que Trace
evitaba verme a causa de la pobre imagen que tenía de sí mismo pero
también quería creer que llamaba porque también la sentía, la conexión.

Lo extrañaba y tanto como me gustaban sus llamadas telefónicas, no eran


suficientes para mí. Quería verlo así que cogí el teléfono y llamé a Rafe.

—Hola.
—Rafe, es Ember.

—Hola, Ember. ¿Cómo estás?

—Estoy bien. Quiero verlo. ¿Crees que es una mala idea?

—No, creo que es una gran idea. Ha sido un poco gilipollas últimamente.

—¿Qué?

Él se rió entre dientes sobre la línea antes de añadir:

—Quiere verte, también.

No podía mentir, esas palabras me hicieron sentir muy bien pero luego me
puse seria cuando pregunté.

—¿Por qué no ha estado alrededor, entonces?

—Sabes por qué.

—¿Por qué piensa tan mal de sí mismo?


81
—No sé, Ember. Sé que hay algo realmente malo, mucha mierda en su
pasado, pero nunca lo ha compartido conmigo.

—¿Sabes si está en casa… —casi no pude conseguir el resto de la frase


fuera desde que tenía miedo de la respuesta—... y si está solo?

—Sí, está solo en casa. Déjeme darte su dirección y gracias, Ember.

—… por qué?

—… por preocuparte por él.

Cuando el taxi se detuvo frente al edificio de Trace, me sorprendí al ver


que estábamos en una zona muy buena de la ciudad. Me bajé del taxi,
pagué al hombre, y me dirigí a las escaleras de la puerta. Me dirigí al cuarto
piso y por el pasillo hasta su departamento. Me detuve en la puerta y tomé
unas cuantas respiraciones profundas. No podía creer que estaba aquí, que
en realidad estaba en el departamento de un hombre. Nunca en mi vida
había ido al apartamento de un hombre, pero éste no era un hombre
cualquiera, se trataba de Trace, y por eso me llamé a la puerta.

Se abrió la puerta y Trace llenó el espacio. La expresión de sorpresa en su


rostro me hacía sentirme feliz y triste.
—Ember, ¿qué estás haciendo aquí?

Sostuve su mirada incrédula y contesté con toda sinceridad.

—Quería verte.

Su respuesta, y la manera en que lo dijo, me rompió el corazón porque era


evidente que no estaba acostumbrado a que la gente lo visitara con el único
propósito de que sólo querer verlo.

—¿Por qué?

—Te extrañaba.

Se quedó allí y creo que puede haber estado en shock.

—¿Es un mal momento?

—No, lo siento, por favor entra. —Dio un paso atrás para que pudiera
entrar y cuando tuve un buen vistazo de su apartamento, sonreí, ya que no
era en absoluto lo que esperaba. A pesar de que estaba decorado
82 escasamente, se hizo con un toque tranquilo. Paredes de color gris carbón
y pisos de nogal cubiertos con una alfombra persa en profundos tonos
tierra eran el telón de fondo de la sala masculina compuesta por un sofá
color coñac de cuero, una mesa de café de madera de roble oscuro y un
armario de TV. La cocina estaba contra la pared de la izquierda antes del
largo pasillo que conducía, supongo, a los dormitorios y al baño.

Mientras entraba a la sala noté que las paredes estaban desnudas. No había
fotos de su familia, o sus amigos y me di cuenta de que sus muros
simbolizaban su vida. Tenía gente a su alrededor todo el tiempo, pero
nadie que le importara, nadie que le preocupara, nadie que amara y no lo
hizo porque no había dejado a nadie acercársele lo suficiente.

Sentí las lágrimas, pero no las dejé caer y en su lugar giré hacia él, sonreí y
dije.

—Me gusta tu lugar.

Estaba apoyado en la puerta con la expresión más extraña en su rostro.

—¿Qué está mal, Trace?

—No puedo creer que estés aquí.


—¿Quieres que me vaya?

Se movió desde la puerta y se acercó a mí para tomar mi mano en la suya.


La mirada en sus ojos tenía los dedos de mis pies curvados antes de que
respondiera:

—No.

Me llevó a la cocina antes de liberar mi mano.

—¿Puedo ofrecerle algo de beber?

—¿Tienes té caliente?

Me miró por encima de su hombro mientras una sonrisa tiró de su boca.

—No, ¿quieres un café?

—Perfecto.

Me senté y vi como encendía la cafetera y luego se volvió hacia mí, apoyado


83 en el mostrador y metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones
vaqueros mientras una sonrisa tiraba de su boca.

—Supongo que no tengo que llamarte más tarde.

Le di una sonrisa descarada antes le contesta.

—Siempre he preferido el cara-a-cara.

Nos instalamos en su sala cada uno ocupando los extremos opuestos del
sofá pero volteados para poder vernos a la cara. Todavía tenía una
expresión divertida en su rostro que me impulsó a preguntar.

—¿Te molesta que esté aquí?

Fue sorpresa lo que brilló en su rostro en respuesta antes de decir:

—No, sólo que no puedo entender por qué querrías venir aquí.

Incliné la cabeza y lo estudié.

—¿Estas bromeando?

—Soy completamente serio.

—Me gustas, Trace. Vine porque extrañaba verte… estar contigo.


Una sonrisa se dibujó en sus labios, pero la mirada de incredulidad en sus
ojos decía que no había creído mi declaración. Quería preguntarle por qué
le resultaba tan difícil de creer que quisiera estar aquí, pero estaba
demasiado ocupada empapándome con la vista de él. Se veía tan cómodo,
casi relajado, y la visión de eso daba a mi corazón un suspiro de felicidad.
Era hermoso y lo hacía tan hermoso para mí, era el hombre vulnerable
debajo de ese hermoso rostro.

—¿En qué estás pensando? —me preguntó Trace lo que me sacó de mi


silencioso estudio de él.

—En ti.

Allí estaba, una vez más, la sorpresa destellándose en su rostro. No podía


imaginar lo que pasó que le hiciera odiarse tanto. Preguntaría, pero no era
el momento, así que traté de cambiar de tema.

—¿Así que un hombre soltero no tiene té en su casa?

El humor bailó en sus ojos antes de responder:


84
—No éste, pero ya que sé que te gusta, lo tendré.

El calor que quemó a través de mi cuerpo en respuesta, fue totalmente


involuntario. Sostuve su mirada mientras sonreía.

—Me gusta Earl Grey con miel de lavanda.

—Lo tendré para la próxima vez.

Así que iba a haber una próxima vez, esto era un progreso. El silencio se
prolongó durante unos minutos mientras nos mirábamos el uno al otro.
Quería gatear hasta él y acurrucarme en su regazo. Quería descansar mi
cabeza sobre su pecho y envolver mis brazos a su alrededor, pero me las
arreglé por controlar ese impulso.

—Así que, Trace, hay algo sobre lo que he querido hablar contigo. Me ha
estado molestando desde que hablamos por última vez. —Me apoyé
mientras sostenía su mirada directa y le pregunté—. ¿Cómo es posible que
no hayas visto a Christian Bale como Batman?

Le tomó un minuto antes de que una sonrisa se extendiera por su rostro


mientras ponía sus manos detrás de su cabeza.

—Nunca encontré el tiempo.


—Tienes que hacerte tiempo para las películas.

Me sostuvo la mirada mientras preguntaba:

—¿Estás dispuesta a verlas otra vez?

—¿Contigo?

—Sí.

—¡Por supuesto!

—Hecho.

Sonreí mientras acurrucaba mis piernas debajo de mí.

—¿Qué piensas sobre los extraterrestres?

Su expresión en respuesta no tenía precio, parecía completamente


confundido.

—No tengo reflexiones sobre los extraterrestres.


85
—Interesante… ¿perros o gatos?

Sonrió antes de ofrecer:

—Perros… perros grandes, no esos que ladran todo el tiempo.

—Estoy de acuerdo. Freír un pavo… ¿buena o mala idea?

—Si se hace bien, es probable que sea muy bueno.

—Estoy de acuerdo, pero no soy lo suficientemente valiente como para


intentarlo. Probablemente terminaría con quemaduras de tercer grado en
todo el cuerpo. ¿Qué piensas sobre Turducken?

—Bueno o no, ningún pájaro se merece ese fin.

Me reí, no pude evitarlo, ante la gravedad fingida de su expresión.

—¿McDonalds o Burger King?

—McDonalds.

—¿Coca-Cola o Pepsi?

—Coca-Cola.
—¿Snickers o Milky Way?

—Snickers.

Me volví más hacia él antes de decir:

—Bueno, las preguntas se van a poner más personales. Si me vuelvo


demasiado personal, sólo dilo.

Se movió entonces, más cerca de mí, lo que hizo que mi ritmo cardíaco
aumentara de velocidad antes de decir:

—Está bien.

—¿Qué piensas de Scrappy Doo?

Me miró por un momento antes de echar la cabeza hacia atrás y echarse a


reír, y el sonido era hermoso. Sus ojos se encontraron con los míos de
nuevo antes de ofrecer:

—No veo el punto de su personaje. Es molesto.


86
—Estoy totalmente de acuerdo. ¿Quién es tu Vengador favorito?

—Hulk.

—El monstruo de la rabia, interesante. ¿Dioses romanos o dioses griegos?

—Griegos.

—¿Quién es tu dios griego favorito?

Me sostuvo la mirada mientras una emoción que no pude discernir pasó


sobre su rostro antes de decir:

—Hades.

—¿Barney?

Se estremeció lo cual fue respuesta suficiente.

—¿Papas fritas o pretzels?

—Pretzels suaves por sobre las papas fritas, pero papas fritas sobre lo
pretzels duros.

Golpeé mi dedo contra mis labios antes preguntar:


—¿Cuáles son tus pensamientos sobre todo el condimento en un perro
caliente, me refiero a la cebolla, salsa de tomate, salsa, mostaza, queso,
chile, funcionan?

—Delicioso.

Sonreí antes de decir.

—Yo también lo creo. ¿Ginger o Mary Ann?

Extendió la mano y tocó un mechón de mi cabello antes de decir:

—Mary Ann. Me parece que prefiero morenas con grandes ojos marrones.
—Su dedo rozó mi mandíbula antes de añadir—: En realidad, prefiero a una
morena con grandes ojos marrones.

Deseo, puro y simple, quemó a través de mí mientras de alguna manera me


las arreglé para mantener su mirada ardiente. Sus ojos se movieron hacia
mis labios donde permanecieron durante unos momentos antes de
levantarlos nuevamente hacia los míos.
87
—¿Qué más te gustaría saber, Ember?

Quería saber si también lo sentía: la atracción salvaje y la conexión. No


podía preguntarle eso sin embargo por lo que cambiamos a más personajes
de televisión. No sabía cuánto tiempo nos sentamos allí ya que la hora sólo
parecía deslizarse cuando estaba con él. En un momento, me quedé
dormida para despertar ante la vista de Trace mirándome. Mi almohada era
su regazo, una manta me cubría, y sus dedos estaban trazando suavemente
mi cara. Cuando traté de sentarme, no me dejó.

—Es tarde, Ember, sólo duérmete. Te veré en casa por la mañana.

—¿Y tú? ¿No estás cansado?

Sus dedos pasaron por mi cabello mientras sus ojos sostenían los míos.

—No. Duérmete, cariño.

Y así lo hice. Me dormí con el suave toque de Trace mientras el calor de su


cuerpo me calentaba. Esta fue, sin duda, la mejor noche de sueño que he
tenido.
Capítulo 6
Traducido por Mona, Clau,
Axcia, & Paloma
Corregido por Nanis

D
espués de mi visita con Trace, comencé a verlo más. Me
acompañaba a correr la mayoría de las mañanas y después,
pasábamos el tiempo hablando en el Starbucks. Aun así me llamaba
de noche, también, y aunque estaba viéndolo más, parecía que nunca nos
quedábamos sin cosas de qué hablar.

Una noche él me sorprendió y me llevó al Sapphire. Debo decir que mi


opinión sobre los clubes tuvo un cambio radical al estar allí con él. Nos
sentamos en una mesa alejada de la pista de baile así podíamos hablar.
88 Cuando no hablábamos, él me arrastraba a la pista de baile donde
solamente me sostenía. Parte de mí pensaba que era todo un sueño porque
no podía creer que pasara el tiempo con Trace Montgomery y más que él
parecía querer pasar el tiempo conmigo.

La mañana después de nuestra noche en el Sapphire había una entrega


para mí. Abrí la caja para encontrar dos docenas de pequeñas paletas de
pastel y una nota que simplemente decía:

Pensando en ti. Trace.

Perdí una pequeña parte de mi corazón por él ese día.

Una semana más tarde, estaba en casa leyendo cuando alguien tocó la
puerta. Tiré de ella abriéndola y jadeé al ver a Trace, que claramente había
estado en una pelea, una particularmente difícil por como lucía. Dije lo
primero que se me vino a la cabeza.

—Tenemos que llevarte a un hospital.

—No.

Hombre terco, obstinado.

—¿Por qué?
—Los odio.

No eran tanto sus palabras, sino la fiereza de ellas lo que me sorprendió.


Sostuve la puerta abriéndola más ampliamente y me aparté.

—Entra. Conseguiré mi botiquín de primeros auxilios y te encontraré en la


cocina.

Yo temblaba mientras caminaba por el pasillo al cuarto de baño. Agarré mi


equipo y el peróxido antes de unirme a Trace en la cocina donde lo
encontré desnudo de la cintura para arriba. A pesar del hecho de que me
gustaba su cuerpo, no podía apartar mis ojos de los moretones púrpuras a
lo largo de sus costillas. Sabía que peleaba en rings de boxeo pero este
daño era más salvaje.

—¿Qué pasó?

—Tuve un desacuerdo con algunos tipos.

—¿Unos cuantos?
89
—Cuatro.

—¿Cuatro contra uno?

—Eran buenas probabilidades.

—Espera, ¿qué?

Su sonrisa era malvada cuando él dijo:

―Yo fui el único que quedo en pie.

—¿Por qué peleaste con ellos?

Él se encogió de hombros, pero no contestó.

—¿Dónde peleaste con ellos?

—En un callejón detrás de un bar.

Tenía muchas preguntas más, pero me mordí la lengua.

—¿Te importa si doy un vistazo?


Vi como el calor brillaba en sus ojos. Él estaba al parecer tan ansioso por
tener mis manos sobre él como yo lo estaba de tenerlas también, pero
apestaba dadas las circunstancias porque buscaba piezas rotas.

En cuanto lo toqué, él se tensó y cerró sus ojos, y yo sabía que no era de


dolor, sino del placer. Su piel era tan lisa, pero fuerte y los músculos
estaban tan perfectamente definidos que tuve que recordar
deliberadamente no quedarme demasiado tiempo en ningún lugar. Era
hermoso, este hombre. Me tomó un gran esfuerzo quitar mis manos de él y
cuando lo hice sus ojos se abrieron y se quedó mirando a los míos. Él me
quería, también.

Mi voz era un poco ronca cuando ofrecí:

―Bien, tienes dos costillas agrietadas y una nariz rota. Puedo envolver tus
costillas y vendar tu nariz pero tal vez te gustaría tomar una ducha
primero.

Me ruboricé luego, ante el pensamiento de ayudarlo en la ducha, de


90 recorrer mis manos por su maravillosamente esculpido cuerpo. El
pensamiento era tan tentador. Él parecía saber a dónde fueron mis
pensamientos cuando una sonrisa se agrietó sobre su rostro.

—No te preocupes, puedo arreglármelas con la ducha, Ember.

—Sacaré una toalla para ti. Tengo una bata; es una de las viejas batas de mi
papá, entonces puedes usarla hasta que consiga lavar tu ropa.

Él estaba de pie cuando me puse en camino a la cocina pero sus palabras


suavemente habladas me detuvieron.

—Gracias.

Me volví para contestar pero mis palabras se pegaron en mi garganta


cuando miré hacia aquellos ojos azules acerados. Había dolor allí, pero
había algo más, también, algo más oscuro, y la visión de ello tenía lágrimas
quemando detrás de mis ojos. Logré sostener su mirada mientras contesté:

—De nada, Trace.

No pude dormir esa noche y no solamente porque yo estaba sobre el sofá,


sino porque Trace dormía en mi cama. El pensamiento de él allí, bueno,
esta era una idea muy agradable. Lo había imaginado en mi cama más
veces de las que podía contar pero en cada una de esas yo estaba en la
cama con él. Insistí en que se quedara a pasar la noche porque si tenía una
hemorragia interna quería ser capaz de llevarlo al hospital. No podía
conseguir sacar de mi cabeza aquella mirada en sus ojos. Sabía que tenía
secretos pero aquella mirada me hizo preguntarme ¿qué cosa atroz de su
pasado todavía tenía el poder de atormentarlo?

Di la vuelta, tiré mi manta sobre mi hombro y traté de dormir. Me tomó


una larga hora antes de que el mago de los sueños se saliera con la suya.

La mañana siguiente desperté con el olor del café y el tocino. Despegué mis
ojos abriéndolos e inhalé profundamente aquella combinación encantadora
de olores, luego me senté derecha y solamente miré. Trace estaba de pie en
la sala de estar con el torso desnudo, afortunadamente, o tal vez no, ya se
había puesto sus vaqueros. Esta era una manera agradable de despertar,
sin embargo no podía apreciar la vista porque el hombre estaba doblando
mi ropa, mi ropa interior para ser más exacta. Salté del sofá y agarré el par
que actualmente doblaba. No podía negar que cuando usara esos iba a
pensar en sus excelentes manos, pero en este momento estaba demasiado
avergonzada para disfrutar de esta vista. Escuché la risa ahogada que me
91
tuvo mirando a sus risueños ojos azules.

—Pensé doblar esto para ti ya que fuiste lo suficientemente amable para


lavar mi ropa.

Inmediatamente doblé mis brazos alrededor de la pila de mis


innombrables, mi rostro ardiendo en rojo, mientras me puse en camino a
mi habitación.

—Gracias pero terminaré esto más tarde.

Dejé caer todo sobre la cama y noté que Trace había hecho mi cama.
Cuando volví él estaba en la cocina, revolviendo algunos huevos para
acompañar el tocino.

—¿Tienes hambre?

Me moví para juntarme con él mientras alcanzaba una taza.

—Sí. Eso huele bien.

Él volvió su cabeza hacia mí con una sonrisa leve sobre su rostro antes de
que dijera:

―Son solamente huevos y tocino.


—Sí, bueno, cuando tu desayuno normal es una barra de granola, esto es
gourmet.

Su sonrisa en respuesta era hermosa. Nos sirvió a cada uno un montón de


esponjosos huevos revueltos y varias tiras del perfectamente cocinado
tocino que puso en la mesa antes de que doblara su gran cuerpo en la silla
frente a mí. Sus ojos encontraron los míos y sonrió.

—Esto se ve maravilloso, gracias.

—Gracias por la noche pasada.

—¿Cómo te sientes?

—Adolorido pero viviré.

—¿Quieres hablar de ello? —pregunté.

Él no tenía que contestar dado que la reacción de su cuerpo a la pregunta


respondió por él. No, no quería hablar de ello.
92 —¿Puedo preguntar por qué viniste a verme en lugar de ir donde Rafe?

Él sostuvo mi mirada durante un momento antes de responder.

—Fue por instinto. Comencé a caminar y terminé en tu puerta.

Mi corazón se torció en mi pecho cuando contesté:

―Me alegra que lo hicieras.

Después del desayuno, Trace me ayudó a limpiar y quería que él se


quedara, realmente quería que se quedara, pero sabía que se iría. Había
estado aquí toda la noche y en la mente de Trace eso era presionarlo. Tenía
la sensación de que creía que su tiempo conmigo tenía un límite. Él
emprendió su camino a la puerta agarrando su chaqueta mientras se iba.

—Gracias, Ember.

—En cualquier momento, Trace, lo digo en serio.

Él sostuvo mi mirada durante un minuto y luego con una pequeña sonrisa,


dio la vuelta y salió por la puerta. Me acerqué y puse el seguro mientras
giraba y me apoyaba contra la puerta mientras mi corazón se disparaba en
mi pecho.
Una semana más tarde Lena y Todd me habían invitado para unirme a ellos
para una salida nocturna. Realmente no quería ir pero Lena había estado
haciendo un esfuerzo por ser menos perra, si bien no un gran esfuerzo
pero uno sin embargo, y además era solamente una cena. Todd nos recogió
en su Mercedes y condujo a un restaurante popular en el pueblo. No fue
sino hasta que nos acercamos al camino frente al restaurante que me di
cuenta que esto era una trampa porque apoyado en el podio de la
anfitriona estaba un hombre, que claramente conocía a Todd.

—Dane, estoy tan contento de que hayas podido venir —escuché a Todd
decir pero yo estaba demasiado ocupada jalando a Lena a un lado para
escuchar la respuesta de Dane.

—¿Una trampa? —Estaba enfadada sobre todo porque Lena sabía que yo
era muy tímida.

—Si lo supieras no habrías venido.

—No, no lo habría hecho.


93 —Em, por favor. Él es amigo de Todd y es nuevo en la ciudad.

—Me mentiste, Lena.

—Lo siento, ¿pero te quedarás, verdad?

No es como si tuviera una opción para marcharme sin hacerme parecer una
idiota, o un bicho raro, así que apreté mis dientes antes de que dijera:

―Sí, me quedaré.

Lena se unió a Todd y seguí detrás de ella casi, pero no exactamente,


arrastrando mis pies.

—Ember, este es mi amigo, Dane Carmichael. Acaba de ser trasladado de


LA y no conoce a nadie.

Dane me miraba como si fuera un bocado particularmente delicioso y tuve


que contener el impulso de mirar hacia abajo de mí misma para ver lo que
él se comía con los ojos, ya que estaba vestida de manera muy
conservadora en pantalón negro de piernas amplias, un suéter naranja
quemado y botas de cuero negro, entonces, ¿qué era lo que miraba? Me di
cuenta de que todavía me miraba expectante, así que forcé una sonrisa
antes de decir:
―Hola, Dane. Es un gusto conocerte.

Mi corazón latía con fuerza y sentía que un dolor de cabeza estaba a punto
de llegar. Era esta la razón por la que no quería pasar la noche. La
incomodidad entre Lena y Todd ya era lo suficientemente mala, pero accedí
a la cena para tratar de suavizar las cosas y a cambio tendría que sentarme
y tener una conversación ociosa con un extraño.

—Entonces, Ember.

Mientras la anfitriona nos mostraba nuestra mesa, toleré la mano de Dane


en la parte baja de mi espalda, pero tenía que darle crédito, mostró
modales al separar la silla para mí antes de tomar su propio asiento.
Establecimos nuestra orden y Lena y Todd comenzaron a susurrar mientras
Dane me miraba con expectativa de nuevo. Maldije en silencio a mi
supuesta mejor amiga antes de forzar mi mirada hacia él y preguntarle:

—¿Cómo te ha parecido la ciudad de Nueva York? ¿Es muy diferente a LA?

—Lo es, en realidad, pero me doy cuenta de que me gusta mucho. ¿Tú eres
94 de acá?

—No, crecí en Filadelfia.

—¿Y qué te trajo a Nueva York?

—Soy escritora.

—Ah, ¿Y cómo va eso?

—Trabajo como camarera en Clover para pagar las cuentas.

Su risa fue agradable y así como lo era la forma en que sus cálidos ojos
castaños brillaban con ella.

—Clover, es un bonito lugar... demasiado rico para mi sangre, sin embargo.

Tenía curiosidad por saber cómo sabía del lugar dado que se acababa de
mudar aquí, pero Todd se había llevado a Lena, así que probablemente lo
conocía por él.

—Para la mía también.

—¿Siempre has querido ser escritora, Ember?

Antes de que pudiera responder, Lena habló desde el otro lado de la mesa.
—Em ha estado escribiendo desde que éramos niñas. Todavía la veo con su
ropa de segunda mano y el cabello anudado, su pequeña lengua fuera
mientras se concentra en sus historias. Su padre y sus amigos eran sus más
grandes fans, siempre animándola, siempre amando todo lo que hacía.

Me pareció oír un toque de envidia viniendo de ella y tuve la sensación de


que no estaba siendo exactamente halagadora conmigo y luego Todd
preguntó:

—¿Está todo bien?

Hola, estoy sentada aquí.

—Bueno, ciertamente se esfuerza bastante.

Mis ojos se abrieron hacia Lena que estaba mirándome como un ángel, pero
no me perdí el desprecio quemando profundamente en esos ojos verdes.

—La beca universitaria completa que gané a través del New York Times
sugiere que algunos en el mundo literario podrían ponerme en altos
95 estándares.

—Oh, no te molestes, Em, sólo estoy jugando un poco. Por supuesto, eres
una escritora muy talentosa.

No sé por qué no lo vi antes, pero mi padre y Trace tenían razón. Lena no


era una verdadera amiga. Dane tomó mi mano debajo de la mesa y la
apretó ligeramente, gesto que encontré curiosamente muy reconfortante.

Después de cenar nos fuimos a Sapphire y mientras Lena y Todd se


quedaron contra la pared, Dane y yo nos sentamos en la barra. Luke estaba
trabajando y me guiñó un ojo mientras preparaba las bebidas. Una vez que
las colocó frente a nosotros, Dane se volvió hacia mí y levantó su copa
hacia la mía antes de tomar un sorbo.

—He oído que tocas el piano.

—Lo hago, sí.

—Me gustaría escucharte en algún momento.

—Sí, está bien. ¿Qué te trajo a Nueva York?

—Soy artista gráfico freelance. Vine aquí por una asignación.


—Oh, artista gráfico, suena divertido.

—Lo disfruto y no sólo por el trabajo, sino también tener la oportunidad


de conocer gente nueva.

Sostuve su mirada cuando le pregunté:

—¿Sabías que era una trampa?

Vi su sonrisa un segundo antes de que respondiera:

—Sí, lo sabía.

Pasamos la siguiente media hora hablando y aunque en la superficie Dane


parecía un gran tipo, había algunas cosas que realmente me frotaban de
manera incorrecta. Una, su apretón de manos era cobarde, dos, sus ojos
estaban constantemente a la deriva unos veinte centímetros por debajo de
mis ojos, y tres, era demasiado agradable. Cuando se excusó para ir al
baño, me sentí realmente agradecida por el indulto.

96 —¿Cómo estás, preciosa? —Miré a los sonrientes ojos grises del camarero.

—Hola, Luke. ¿Puedo ocultarme allí detrás?

—Por supuesto.

Se inclinó para descansar los brazos en la barra antes de preguntar:

—¿Cita a ciegas?

—Emboscada. Pensaba que estaba saliendo a cenar con mi compañera de


habitación y su novio.

—Nada genial.

—Pienso exactamente lo mismo.

—Si deseas ocultarte, Ember, mejor que lo hagas ahora porque aquí viene.

—Mi padre me enseñó que nunca debía acobardarme —le dije con una
pequeña sonrisa.

—Creo que me agrada tu padre. ¿Quieres otra copa?

—Agua estaría genial, gracias.

—Enseguida.
Dane se deslizó en su asiento con una mano viniendo a descansar
directamente en mi muslo.

—¿Estás lista para irte?

—Ah, solo estaba pidiendo un vaso con agua.

—Tengo que levantarme temprano, pero me gustaría dejarte en casa, sana


y salva.

—Oh, está bien. ¿Dónde están Todd y Lena?

—Ya se fueron. Van a quedarse esta noche en casa de Todd.

Luke volvió con mi agua.

—Gracias, Luke —dije mientras tomaba el vaso. Vi la mirada que Dane le


dio a Luke y lucía un poco demasiado apresurado por irse.

—Si estás apurado puedo tomar un taxi.

97 —No, quiero decir, eso no sería muy caballeroso de mi parte.

Definitivamente, había una vibra extraña viniendo de Dane y sabía que no


era la única en sentirla porque Luke continuaba mirando por encima de mí.
Terminé mi agua y tan pronto como mi vaso tocó la barra, Dane
inmediatamente me tomó la mano y me sacó de mi taburete. Antes de que
pudiéramos movernos de nuestro lugar, escuché mi nombre en un barítono
familiar viniendo desde detrás de mí.

—Ember.

Me volví para ver a Trace. Él estaba en su traje favorito de jeans desteñidos


y una camiseta. Los moretones en su cara habían desaparecido casi por
completo: sólo quedaba una ligera decoloración debajo de sus ojos. Se veía
glorioso pero luego me di cuenta de la mirada en sus ojos. Parecía casi
posesivo y aunque yo no era una fanática de los hombres posesivos, creo
que con Trace no me importaba tanto.

—Hola, Trace.

Alzó la mano y pasó el dedo sobre mi mejilla y hacia abajo a lo largo de mi


mandíbula mientras una sonrisa se dibujaba en la esquina de su boca.
Luego apartó la mano y la apretó en un puño mientras se volvía hacia
Dane. Sus ojos adquirieron las propiedades del metal, parecían duros y
fríos.

—¿Quién es tu amigo?

—Dane.

—¿Cómo conociste a Dane?

Era grosero hablar de alguien cuando estaba allí de pie, pero algo en los
modales de Trace me tenía lo suficientemente curiosa como para ignorar
los modales y contestarle con absoluta honestidad.

—En realidad no lo conozco. Lena y su novio decidieron sorprenderme con


una trampa.

Sus ojos se volvieron hacia los míos y, maldición, tenía que darle algo de
crédito a Dane por no orinarse los pantalones a causa de la mirada
positivamente asesina de Trace.

98 —¿No lo conoces en absoluto?

—Pues no. La primera vez que lo vi fue hace un par de horas cuando
llegamos al restaurante y estaba allí de pie, esperando.

Por alguna razón, eso pareció molestar aún más a Trace, pues lentamente
giro su cabeza hacia Dane y dio un paso más cerca de él.

—Entonces Dane, ¿estás encariñado con tu cara?

La voz de Dane se rompió, no me sorprende, antes de lograr articular:

—¿Quién eres tú?

—Trace Montgomery. Entonces, dime Dane, ¿sueles terminar tus citas con
un delito grave? ¿Por qué no le cuentas a Ember lo que tú y Todd estaban
discutiendo en el baño?

En realidad, escuché tragar a Dane.

—¿No? No te sientes como un gran tipo duro ahora, ¿verdad, Dane?

Luego Trace inclina su cabeza de lado a lado estirando los músculos de su


cuello antes de levantar las manos y empezar a crujir los nudillos. Los
músculos de sus brazos flexionados y, ¡oh!, ¿he mencionado que me
encantan sus brazos? Sus ojos ardientes agujereaban a Dane con una
mirada tan feroz que mi corazón latía con miedo y eso que ni siquiera era
la destinataria de esa mirada feroz.

—Eres un hijo de puta enfermo, pero me siento generoso, así que voy a
contar hasta tres para que te lleves tu mierda de aquí y si tú o tu amigo,
alguna vez están dentro de un radio de ocho kilómetros alrededor de
Ember, voy a romperles todos los malditos huesos del cuerpo.

Era como ver una caricatura; el taburete aún estaba girando, pero Dane
había desaparecido. Saqué mis ojos del taburete para mirar a Trace.

—¿Qué me he perdido?

—Le oí hablar con Todd en el baño de hombres, planificando.

—¿Planificando qué?

Trace se pasó la mano por el cabello, pero sosteniendo mi mirada mientras


me contestaba.

99 —Él no sólo quería llevarte a casa, Ember. Estaba planeando una fiesta de
pijamas, independientemente de si querías o no.

Sabía que había palidecido porque sentía que toda la sangre abandonaba
mi rostro y mis rodillas de repente no podían sostenerme, dejándome caer
en el taburete que tenía detrás. Trace se agacho frente a mí y tomó mis
manos frías en la suyas.

—No va a tocarte, Ember, no voy a permitirlo.

—Si no hubieras estado aquí, yo… —no pude terminar, mi labio inferior
temblaba y las lágrimas llenaron mis ojos―. Gracias.

Su cara se veía positivamente feroz cuando levantó la mano para secarme


las lágrimas que escapan de mis ojos rodando por mis mejillas.

—Tengo que encontrar un nuevo apartamento.

—Creo que eso sería sabio.

Miré mi reloj y eran las dos de la mañana.

—Demasiado tarde para conseguir una habitación. De todos modos es


probable que este con Todd esta noche. Buscare algo por la mañana.
—No puedes irte a casa, Ember, por lo que sabes, Dane puede estar
escondido esperándote. A un hombre como él no le suele gustar el hecho
de parecer un cobarde. No vendrá a mí, pero me da la sensación de que no
es tan inteligente y tratara de llegar a ti.

—No tengo otro lugar a donde ir.

—Ven a casa conmigo. Te lo debo.

No realmente según mi cuenta, yo iba dos por debajo cuando se trataba de


salvar, pero no me quería ir a casa, así que mantuve su mirada y asentí en
acuerdo. Mantuvo mi mano en la suya mientras me levantaba y me sacaba
del taburete. Miré por encima del hombro para ver a Luke mirándonos,
pero su expresión no era una que pudiese discernir.

—Hasta luego, Luke.

—Ten cuidado, Ember.

Trace me tiraba a través de la multitud, y como había observado antes, la


100 gente se apartaba para dejarle paso. Se hizo más fácil para mí ver la
expresión de sus caras, en especial de las mujeres, que no estaban nada
contentas de verlo salir con una alhelí como yo. Una mujer parecía
especialmente desagradable y luego me di cuenta de que probablemente
había sido su cita de esta noche. Ese pensamiento dolía, mucho realmente.
Tire de la palma de su mano, lo que lo hizo mirarme.

—¿Qué pasa con tu cita?

La mirada que me dio hizo que mi corazón diese un vuelco en mi pecho.

—Ella no es mi cita.

Llegamos al guardarropa antes de que Trace preguntara:

—¿Tienes una chaqueta, Ember?

—No.

Él tomó la suya y tan pronto como salimos se volvió hacia mí mientras me


sostenía su chaqueta.

—Hace frío. —Fue todo lo que dijo mientras obedientemente deslizaba mis
brazos en ella. Su moto estaba estacionada en la puerta, alcanzo el casco y
lo puso en mi cabeza antes de sentarse en la moto y sostenerla para mí. No
dude en envolver mis brazos alrededor de su cintura cuando avanzamos
por la calle.

Al llegar a su apartamento me condujo por el pasillo y abrió la puerta de


un dormitorio con una cama de roble grande situada en el centro de la
habitación. Las paredes estaban pintadas del mismo gris que el salón y, de
nuevo, me sorprendió y me complació, la elegancia tranquila.

—Gracias, Trace, por dejar que me quede aquí.

—Mi habitación está al otro lado del pasillo y el baño, como tú sabes, es la
última puerta a la izquierda. Te daré una camiseta y unos bóxers para
dormir.

Regresó con mi ropa de dormir y me volvió hacia él mientras permanecía


allí llenando la puerta. Yo le quería y la intensidad de mi deseo por él era
sorprendente. A pesar de que todavía me miraba, le ofrecí una sonrisa
antes de decir:

—Buenas noches.
101
El sueño no venía y estuve dando vueltas por más de una hora. Me di por
vencida y me levanté de la cama pensando que una taza de leche caliente o
té podría ayudar. Llegué a la sala de estar y mis pies se detuvieron porque
Trace estaba allí sentado en el sofá. Me miró y sonrió antes de preguntar:

—¿Está todo bien?

—Sí. Me parece que no puedo dormir.

—¿Puedo ofrecerte algo? —Él sonrió antes de añadir—: Tengo té.

Un calor quemó todo el camino hasta los dedos de mis pies en respuesta
antes de que yo dijese:

—Eso sería genial.

Se puso de pie y, caminó hasta llegar junto a mí, tomándome de la mano y


me llevó por el pasillo hasta la cocina. Una vez instalada en un taburete de
la barra, se movió a través de la cocina para preparar el té.

—¿No podías dormir?

—No duermo mucho.


—¿En serio?

Se quedó en silencio durante un minuto antes de que él respondiese:

—Es la costumbre.

Incliné mi cabeza sosteniendo su mirada antes de decir:

—... y no quieres hablar de ello.

No había ni una pequeña sonrisa en su cara cuando respondió:

—No.

—Está bien.

Se apartó de mí para añadir agua a la tetera.

—Gracias por lo de antes, Trace.

Vi como sus hombros se tensaron antes de gruñir:

102 —Dane es un idiota.

—Estoy de acuerdo.

Observé que encendió el gas bajo el hervidor antes de darse la vuelta y


apoyarse contra el mostrador mientras sus ojos buscaban y encontraban
los míos.

—¿Es por eso que no puedes dormir?

La idea de lo que podría haber sucedido me provoco un escalofrío bajando


por mi espina dorsal y Trace se dio cuenta.

—Ese hijo de puta no te va a tocar.

Sonreí en respuesta al tono de protección en la voz de Trace.

—No estoy preocupada por eso, pero tuve suerte de que estuvieras en
Sapphire.

La reacción del Trace era leve, pero clara y me pregunté qué era lo que le
trajo exactamente a Sapphire en primer lugar. Mi corazón saltó creyendo
que estaba allí para mí pero antes de que el pensamiento se formara
totalmente lo rechacé por ridículo. Él no me iba a ofrecer ninguna
aclaración por lo que preferí dejarlo pasar.
—No podía dormir porque me encontraba preguntándome si Lena sabía lo
que estaban planeando Todd y Dane. No me puedo imaginar que ella lo
supiese, ¿cómo saberlo y permanecer sentada sin hacer nada? Me doy
cuenta que no es la persona que yo pensaba que era pero callarse sería tan
depravado como el comportamiento de Todd y Dane.

—Estoy de acuerdo.

—Es un poco difícil de creer que estaba tan ciega a su verdadera


naturaleza.

—Estabas cerca, Ember, es más difícil de ver con claridad cuando se está
involucrado.

—Eso suena como algo que diría mi padre.

Su sonrisa es encantadora en respuesta. No quiero pensar en Lena nunca


más, así que cambié de tema.

—Si rara vez duermes, entonces ¿qué haces por las noches? —Y me sonrojé
103 cuando me di cuenta de lo que había preguntado y que ya sabía la
respuesta más probable para sus actividades nocturnas. Él claramente leyó
mi mente cuando una sonrisa agrietada asomó a su rostro.

—Últimamente, leo o juego.

¿Últimamente, como de últimamente? Oh, hombre, le quería preguntar eso,


pero me acobardé. En vez de eso hice un gesto hacia la sala de estar.

—¿Así que no te sientas generalmente en la oscuridad y miras fijamente a


la pared?

Él se ríe de eso.

—No, estaba pensando.

—... sobre?

Sus ojos brillaron calientes antes de contestarme en voz muy baja:

—Sobre ti.

Casi me desmayo ahí mismo en su cocina mientras sostenía su mirada


ardiente. Se inclina hacia mí y sus ojos se mueven a mis labios y mi
corazón se va de inmediato a mi garganta. Casi me arrastró sobre el
mostrador para llegar a él, pero el sonido de la tetera nos saca de ese
momento. Trace se da la vuelta y se va a ocupar del té y me veo
completamente obnubilada en el juego de sus músculos mientras lo hace.
Cuando se vuelve de nuevo a mí, aun le estoy mirando y no me importa
que lo sepa.

—¿Te gusta tener compañía Trace?

—Sí.

Sonreí mientras me levantaba y tomaba su mano libre.

—Genial.

Caminamos por el pasillo hacia la sala de estar. Trace encendió la luz antes
de que nos acomodáramos en el sofá.

Me entregó mi té y cuando tomé un sorbo, mi corazón se volcó en mi pecho


porque era Earl Grey con miel de lavanda. Alcé los ojos hacia él mientras le
sonreía.
104
—Gracias. Esto es delicioso.

—Ha sido un placer, Ember.

Saqué mis pies debajo de mí mientras le sostenía la mirada.

—Entonces, Trace, ¿cuáles son tus pensamientos acerca de Clark W.


Griswold?

Su risa llenó el silencio.

A la mañana siguiente, me desperté, pero me tomó un poco de tiempo salir


de esa cama realmente cómoda. Eventualmente me las arreglé para llegar
hasta el baño y hacerme cargo de los negocios antes de ir a la cocina para
hacer un poco de café, pero me detuve justo en el umbral de la cocina,
porque Trace estaba allí con su espalda desnuda hacia mí. Mi palabra, me
encantaba mirar su cuerpo. Sus vaqueros colgaban sobre sus caderas
mientras cuerdas gruesas de músculo enmarcaban su columna vertebral.
Sus hombros eran enormes y la cintura estrecha. El tatuaje comenzaba en
la parte baja de la espalda y subía en forma de un remolino trabajado
sobre sus hombros y hasta el cuello. Cuando se movía, sus músculos
hacían que pareciera que la obra estaba bailando a lo largo de su piel.
Debe haberme sentido porque se giró para mirarme fijamente. Era un
hecho notable el que yo no estuviera babeando. Su mirada era caliente e
intensa y sus ojos se movían desde mi cabeza hacia abajo por todo mi
cuerpo. A pesar de que no me estaba tocando, mi cuerpo se estremeció
como si lo estuviera. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, de
nuevo, estaban más oscuros y su voz, cuando habló, fue ronca.

—¿Lograste dormir algo?

—Sí. Es una cama muy cómoda.

Dado que me sonrojé y él sonrió, sabía que ambos teníamos el mismo


pensamiento: nosotros, la cama, desnudos. Él pareció recuperarse más
rápido que yo. Se apoyó en el mostrador y se metió las manos en los
bolsillos delanteros de sus vaqueros y la vista de ese hermoso pecho, sus
abdominales duros como piedras y esos magníficos brazos con tríceps
abultados me hacían morderme el labio inferior para mantenerme lejos de
hacer algo estúpido, como gemir.

105 —Pensé que podríamos ir a tu apartamento a buscar tus cosas.

No dije nada, pero, claramente, el hombre era un lector de mentes pues sus
ojos se estrecharon y negó con la cabeza ligeramente.

—No vas a ir sola, Ember.

—Es mi apartamento.

Sólo respondió moviendo la cabeza.

—He vivido allí sin problemas durante más de un año.

No hubo respuesta, solo se quedó allí mirándome en una especie de actitud


de macho alfa.

—No vas a ir sola.

Me di cuenta por la delgada línea de sus labios y la mirada determinada en


sus ojos que no iba a cambiar de parecer, así que alcé mis brazos en señal
de derrota.

—Está bien.

Aceptó su victoria amablemente mientras me miraba de esa manera


silenciosa suya, y luego preguntó:
—¿Qué te parece si te preparo unos huevos?

Ni siquiera bajo un pensamiento consciente, di un paso más cerca de él y le


sonreí.

—Eso sería genial.

Recuperar mis cosas transcurrió sin incidentes, puesto que no había nadie
en casa. Después de la noche anterior, me imaginaba que Dane ya estaría al
sur de la frontera y Todd, bueno, probablemente estaba escondido detrás
de Lena. Me gustaba ver a Trace en mi apartamento, verlo tocar mis cosas
mientras me ayudaba a empacar.

—Voy a llamar a un agente de bienes raíces para empezar a buscar algo


para mí.

—Tengo un dormitorio extra, Ember, no hay ninguna razón por la que no


puedas quedarte conmigo.

—No quiero limitar tu estilo.


106
Me sostuvo la mirada antes replicar:

—No lo harás.

La idea de verlo todos los días casi me hizo saltar arriba y abajo. Era un
salto bastante grande, considerando que apenas nos conocíamos hace
poco, pero no me importó.

—Gracias, Trace, pero si mi presencia se convierte en un problema por


favor dímelo.

—Eso nunca podría suceder, Ember.

A la mañana siguiente, Trace me despertó de un sueño profundo


llevándome el desayuno a la cama. Fue un regalo despertar con esa cara y
más aún cuando colocó la bandeja para ayudarme a recostarme en la
cabecera. Puso la bandeja sobre mi regazo y se quedó a mi lado para ver
mientras comía. Después de algunos bocados, tomé un poco de huevos y se
los ofrecí, a lo que no dudó en abrir su boca completamente, lo cual me
hizo sonreír.

—Gracias. No he tenido el desayuno en la cama desde mi noveno


cumpleaños, cuando mi padre me trajo un waffle belga, cubierto de fresas
y crema batida. —Alcé mis ojos hacia él antes de preguntarle—: ¿Qué
planes tienes para hoy?

—Tengo que conseguir provisiones. Tal vez podrías venir conmigo.

—Me encantaría.

La compra de alimentos con Trace fue sin duda una experiencia. Tendía a
comprar cosas a granel y lo entendí mientras lo miraba. Su tamaño por si
solo lo obligaba a comer por lo menos el doble de lo que comería una
persona normal. Con verle comer, nunca creerías que no tenga ni una onza
de carne extra en su cuerpo. Otra observación interesante eran las
reacciones de la gente hacia él, porque realmente era toda una vista con su
belleza oscura y su metro noventa y cinco de músculos y tatuajes. Verlo en
toda su gloria de tipo malo, mientras miraba la información nutricional en
una caja de galletas era tan malditamente adorable.

Estábamos de pie en la sección de panadería cuando descubrí que Trace


tenía un diente dulce. Mientras miraba el contenedor lleno de dulces,
107 preguntó:

—¿Qué te gusta más, tortas o pasteles?

—Me gustan los dos, pero rara vez los como, engordan demasiado. —Mi
fetiche con los cake-pops no cuenta puesto que son tan pequeños que son
prácticamente inexistentes. Sin importar que tenga la tendencia a comer
varios a la vez.

Dio un paso atrás y, con toda intención, me miró de arriba abajo y de


nuevo antes de que una sonrisa apareciera en su boca.

—Podrías permitirte unos kilos extras.

—De ninguna manera, soy más pesada de lo que parezco.

—¿En serio?

Más rápido de lo que mi cerebro podía calcular, me levantó por encima de


su cabeza como una barra y varias veces me elevó como si no pesara más
que un saco de patatas. Él estaba causando toda una escena. Bueno, tal vez
fue mi estridente chirrido para que me bajara. Finalmente me colocó
suavemente sobre mis pies y de hecho recibió un aplauso de la gente a
nuestro alrededor, el cual aceptó con una reverencia antes de girarse hacia
mí riendo.
—Como he dicho, podrías permitirte unos kilos extra.

Me esforcé en poner una cara severa pero la mirada infantil en sus ojos fue
mi perdición mientras me reía junto con él.

Tuve que trabajar durante toda la noche siguiente, así que para cuando
hubo terminado mi turno, estaba completamente muerta. Acomodé mis
cheques con Trent y me dirigí afuera para llamar a un taxi, pero tan pronto
como entré en la frescura de la noche mis pies se detuvieron por su propia
voluntad para ver a Trace recostado en su motocicleta.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Pensé que estarías hambrienta y cansada, así que vine a darte de comer
antes de llevarte a casa y a la cama.

Él lo dijo, y de inmediato sus ojos se oscurecieron, por lo que supe que


también estaba pensando en nosotros, desnudos en la cama. Tuve que
abanicarme a mí misma ante el simple pensamiento, mientras dije:

108 —Me gusta como suena eso.

—Compórtate. —Su voz era extrañamente ronca cuando emitió esa


reprimenda antes de añadir—: A la cama a solas.

—No lo dudo, pero una chica puede soñar.

Lo escuché gruñir, bajo en su garganta, lo que me hizo sonreír antes de


preguntar:

—¿Pensé que tenías una pelea esta noche?

—La tenía.

—¿Fuiste?

—No.

—¿Por qué?

—Quería más verte.

Me quedé sin palabras. Me tocó la mejilla antes de susurrar:

—Vamos, déjame alimentarte.

Sonreí mientras mis ojos brillaban con picardía.


—... y llevarme a la cama. No lo olvides.

—Te voy a poner sobre mi rodilla.

—Oh, eso quisiera.

Se estaba riendo mientras se subía a horcajadas sobre su motocicleta.

En las semanas que siguieron empecé a ver un cambio en Trace. Él estaba


feliz. La frialdad de sus ojos se había ido y esa mirada vacía, que había
visto demasiadas veces para contarlas, aparecía cada vez menos. Me dejaba
ver una parte de él que mantenía oculta y me di cuenta de que yo había
estado en lo correcto, realmente había mucho más de Trace que lo que
veían los ojos.

Sus demonios aún lo perseguían sin embargo y todavía influían en cómo se


109 sentía con él mismo. Deseé que hablara conmigo y me dejara entrar pero
cualquier intento que hice para hablar con él sobre su pasado fue muy
eficientemente parado. ¿Puede la gente realmente ser feliz si no estaban
dispuestos a poner a los fantasmas de su pasado a descansar? Sospechaba
que no.

Trace y yo estábamos fuera con Rafe en un bar local y mientras los


observaba, no pude evitar sonreír. Había una despreocupación en Trace,
algo que sabía que Rafe captó también, si sus miradas en mi dirección eran
una indicación. Yo estaba feliz de ver el cambio en Trace, entusiasmado
incluso, pero tuve la sensación de que el otro zapato se iba a caer. Tuve la
sensación de que este Trace más despreocupado era sólo temporal y que
eventualmente su pasado iba a ponerse al día con él de nuevo. Esta vez,
cuando lo hiciera, yo estaba en un riesgo real de tener el corazón roto
porque había ido y hecho lo impensable. Me estaba enamorando de Trace y
cada vez que él se alejara, estaría tomando mi corazón con él.

El domingo por la mañana, fui despertada por un objeto pesado cayendo


sobre mi cama. Peleé para abrir mis ojos y vi a Trace sonriéndome mientras
yacía a mi lado con la cabeza en su mano vuelta hacia arriba. Como todas
las mañanas, yo necesitaba un minuto porque, maldita sea, era muy
agradable despertar con esa cara.
—¿Qué hora es?

—Siete.

—¡Uf! —Jalé mi colcha por encima de mi cabeza y rodé sobre mi lado—.


Vete y vuelve cuando la manecilla grande esté en el doce y la manecilla
pequeña esté en el diez.

—¿Qué quieres hacer hoy?

—Dormir.

—Ya que estoy libre hoy, debemos hacer algo. ¿Qué haces normalmente el
domingo?

Bajé la colcha y me senté ya que había llegado a aprender que Trace era
muy hablador en la mañana.

—Por lo general acurrucarme en el sofá y leer, a veces veo una película, y a


veces maniatar a gente madrugadora excesivamente jubilosa y hacerles
110 cosquillas con una pluma.

Su sonrisa era completamente no arrepentida y por qué encontré eso tan


atractivo no lo podía decir.

—¿Qué haces tú?

Él se encogió de hombros antes de decir:

—Nada.

—¿Nada, como en absoluto? Tú solo, qué, ¿te sientas en la sala de estar y


miras el techo?

Alargó la mano y tiró de un mechón de mi cabello antes de que rodara


sobre su espalda y cruzara los brazos debajo de la cabeza.

—Normalmente sólo veo la televisión pero contigo aquí deberíamos hacer


algo.

—¿Cómo qué?

—No sé. ¿Hay algo que has querido hacer en la ciudad que no has tenido la
oportunidad de hacer aún?

—Me gustaría ver la Estatua de la Libertad.


Él se sentó y sonrió.

—Entonces eso es lo que haremos. Vístete.

Después de que Trace salió de mi habitación, me subí a la cama y


rápidamente la hice antes de ponerme unos jeans y un suéter negro. Tuve
que rebuscar en el armario por mis zapatillas Converse negras antes de
recorrer un cepillo por mi cabello y levantarlo en una cola de caballo.
Después de un rápido viaje al baño, estaba lista para salir cuando llevando
mi chaqueta de cuero por el pasillo hasta la cocina donde Trace ya estaba
esperando.

Estaba de espaldas a mí, así que tomé un momento para impregnarme de la


vista. Iba vestido con vaqueros, pero, en lugar de su camiseta estándar,
llevaba un suéter de color en el tono exacto de sus ojos.
Independientemente de cómo se veía el suéter, no se podía negar el
poderoso cuerpo por debajo de él.

—Estoy lista.
111 Se volvió y movió sus ojos sobre mí de una manera muy parecida a la
lectura minuciosa que yo acababa de darle. Cuando finalmente se
instalaron en los míos no se podía negar el calor ardiente en ellos. Se
deslizó en su chaqueta y me ayudó con la mía antes de alcanzar mi mano y
conducirme por el apartamento.

El paseo por la ciudad fue bastante rápido ya que el tráfico era muy ligero
y en poco tiempo, estábamos estacionados cerca de los muelles. Bajamos
de su motocicleta y Trace tomó mi mano mientras seguimos las
indicaciones para los transbordadores de la Estatua de la Libertad.

—¿Has estado alguna vez en la Estatua de la Libertad? —le pregunté


sospechando que había estado muchas veces así que estaba más que un
poco sorprendida cuando contestó que no—. Pensé que creciste en la
ciudad.

—No, me mudé aquí cuando yo tenía quince años.

—Oh.

Me di cuenta por la tensión de su voz, y el apretón de su mandíbula, que


estaba peligrosamente cerca de un tema que él no quería discutir, así que
inmediatamente traté de cambiar la marcha.
—Puedo desarmar un motor y armarlo de nuevo otra vez.

Dejó de caminar cuando me miró con una expresión extraña en su rostro.

—Sí, mi papá me enseñó. Era la única chica en la clase de taller, que


consiguió una A en esa asignación.

Vi como la tensión se extinguió de él y una sonrisa tiró de su boca.

—¿Qué más te enseñó tu papá?

—Puedo hacer funcionar una mesa de billar.

Este le tenía riendo y el sonido era tan maravilloso que me di cuenta de que
estaba buscando cosas que decir para que lo hiciera de nuevo.

—Aunque no puedo hornear. Mis pasteles podrían ser utilizados como


materiales de construcción.

Empezamos a caminar de nuevo mientras su mano se envolvía con más


fuerza alrededor de la mía antes que preguntara:
112
—¿Y tu mamá, ¿qué fue lo que te enseñó?

Trace sabía que yo crecí con sólo mi papá pero nunca le dije cómo o
cuándo murió.

—Ella murió cuando yo tenía tres años, batear y correr.

Entonces se detuvo y se volvió hacia mí mientras su dedo tocaba mi


barbilla para levantar mi cara a su mirada escrutadora.

—Lo siento.

—Yo era tan joven que realmente no la recuerdo. Extraño, ¿no? Ni siquiera
puedo imaginar su cara o recordar su voz. Si no fuera por mi papá que me
mostró fotos y me contó historias, no la conocería en absoluto. Para él, ella
era el amor de su vida y hasta veinte años más tarde, todavía está de luto
por su pérdida, la extraña a diario, y la ama tan profundamente como lo
había hecho el día que se casaron. Ella tenía mi edad cuando murió. Habían
estado juntos durante sólo seis años, casados por tres, pero su amor era
tan fuerte que incluso el recuerdo de ello es suficiente para mi padre.
Cuando era más joven, no podía imaginar amar a alguien con ese tipo de
intensidad, y sabiendo que con quien estás es el único que siempre
querrías.
Me di cuenta de que estaba divagando, así que dejé de hablar porque Trace
sólo me miró. Su expresión era completamente ilegible. Puso sus manos
alrededor de mi cara mientras miraba fijamente a mis ojos antes de
susurrar:

—Yo puedo...

Mi corazón literalmente se saltó un latido escuchando esas palabras de


este hombre antes de agregar:

—... yo, también.

Me incliné hacia él, porque quería que me besara, quería probarlo otra vez,
sentir sus brazos a mi alrededor. En cambio, presionó un beso en mi frente
donde sus labios se detuvieron por un momento antes de que se echara
hacia atrás y diera un paso lejos de mí.

No podía leer su expresión en absoluto mientras permanecía allí en silencio


mirándome. Se metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros mientras
me ofreció su codo.
113
—No queremos perder el transbordador.
Capítulo 7
Traducido por Brenda Carpio,
Clau & Sol Brillante
Corregido por carosole

M
i presentimiento resultó ser cierto y salió a la luz. Desde nuestro
viaje a la estatua de la Libertad, Trace había sido muy cuidadoso
de mantener la distancia de mí. Ya no me despertaba por el rebote
de la cama, y honestamente, lo extrañaba. La idea de Trace siendo más
cuidadoso, era sólo eso, una idea, y él era más reservado y melancólico.

A veces se sentía como si no recordara que estaba compartiendo el


apartamento conmigo, pero luego lo atrapé mirándome y sólo puedo
describir la mirada en sus ojos como anhelo. En realidad, no entendía por
114 qué estaba tan determinado en mantenerse alejado de mí, cuando
claramente ambos queríamos lo mismo. Quería hablar con él, pero
raramente estaba en el apartamento.

Una noche estaba acurrucada en el sofá leyendo cuando hubo sonido en la


puerta. Caminé hacia allí y la abrí para ver a una hermosa mujer. Su largo
cabello negro caía alrededor de sus hombros, sus grandes ojos verdes
almendrados y profundos y su figura era impresionante en su vestido
negro que usaba. Me miró de la cabeza a los pies y de vuelta otra vez, y
podría decir, que pensó que no era competencia antes de ronronear.

—¿Está Trace?

Mi corazón sólo se detuvo cuando un entumecimiento se apoderó de mis


extremidades. Era muy difícil hablar a través del bulto en mi garganta, pero
me las ingenié.

—No, no está aquí.

—Me dijo a las 7.

Dolió, ese maldito órgano en mi pecho, así que abrí la puerta para ella.

—¿Te gustaría esperarlo dentro?


Pasó junto a mí como si fuera la dueña del lugar, se sentó en el sofá y
levantó el libro que estaba leyendo. Sus ojos encontraron los míos y vi
astucia en ellos antes de que me preguntara.

—¿Qué eres de Trace?

Buena pregunta, la cual no tuve que contestar ya que la puerta se abrió y


Trace caminó hacia dentro. Observe a sus ojos moverse desde mí hasta su
cita y de vuelta, pero no pude leerlo. Su expresión estaba perfectamente en
blanco.

—¿Estás lista, Siobhan?

—Sí, cariño.

Caminó hacia ella buscando su mano, entrelazando sus dedos. El


espectáculo dejó lágrimas ardiendo detrás de mi garganta. Sus ojos
estaban en mí hasta que rozó sus labios con los de Siobhan, antes de
palmear su trasero y decirle:

115 —Espera un segundo afuera. Necesito hablar con Ember.

—Apresúrate —casi gimió.

No me atreví a mirar a Trace, así que vi como Siobhan se paseó por el


apartamento. La plenitud de su voz a regañadientes sacó mi atención.

—Esto no está funcionando, Ember. Tienes que mudarte.

Su voz era tan carente de emoción y sus ojos se había vuelto vacíos. En el
fondo sabía que había una razón para lo que estaba haciendo, creía que era
lo mejor para mí. Había protestas gritando en mi cabeza y objeciones sobre
la punta de mi lengua, pero no podía poner cualquiera de ellas en un
pensamiento claro. Lo intenté, pero el impacto de sus palabras y su
brusquedad, había dejado un dolor en mi pecho mientras sentía a mi
corazón roto. Sostuve su mirada dura y encontré la única palabra que vino
a mis labios.

—Está bien.

Se quedó allí por un momento y juro que vi el dolor en sus ojos, pero luego
se dio la vuelta sin decir nada y se marchó. Sabía que esto iba a pasar, sabía
que me había ofrecido a mí misma para sufrir, la advertencia de Rafe jugó
en mi cabeza. Le dije que no iba a dejar que Trace se alejara, pero me di
cuenta, de pie en su apartamento, que no sabía si podía alcanzarlo.
Ingenuamente creí que podría ser mi amigo, amarlo y que eso lo sanaría
¡Qué estúpida fui! Tenía muy poca experiencia con los hombres, y sin duda,
nada de experiencia a la hora de Trace y su pasado dañado. Le quería, pero
estaba empezando a entender que lo que él quería era una cosa, pero lo
que era bueno para él, y lo que era para mí, era algo completamente
distinto. Irme era probablemente lo mejor en todos los sentidos.

A lo largo de la semana siguiente, Trent y yo fuimos en busca de un


apartamento. Trace nunca estuvo en el apartamento y estuve pensando que
no iba a estar hasta que me fuera. Eso parecía un poco duro y aunque traté
de convencerme de que Trace tenía las mejores intenciones con mi
corazón, me costó creerlo. Después de una búsqueda de una semana,
encontré un lugar que me gustó e hice una oferta.

116 Después de nuestro turno en Clover, Trent y yo fuimos al club de jazz, en


el que había noche de micrófono abierto. Trent me preguntó si quería
cantar, e incluso me sorprendí cuando me paré frente al micrófono y
comencé a cantar Feelin´Love de Paula Cole. Aún más extraordinario fue
que no me perdí en la música como para ignorar a la multitud, en su lugar,
miré hacia la humeante habitación y me conecté con la audiencia de una
manera que nunca antes había logrado.

Mientras cautivaba a la audiencia, vi a un hombre parado en la esquina, y


aunque estaba bastante oscuro, sabía que era ridículamente guapo. Estaba
apoyado contra la pared, con un pie cruzado sobre el otro, y sus ojos
completamente fijos en mí. Era cierto que deseaba a Trace pero desear algo
y tenerlo son dos cosas completamente diferentes. Había llegado el
momento en el que tenía que aceptar que entre Trace y yo nunca pasaría
nada. Era el momento en el que tenía que seguir adelante.

Perdí al hombre de vista después de que la canción terminó. Más tarde,


mientras tomaba una copa con Trent en el bar, una sombra cayó sobre mí.
Levanté la vista y allí estaba él. Su cabello era de un marrón cálido que
tiraba a rojo por efecto de la luz. Sus ojos eran de un sorprendente azul
brillante, y aunque no era tan alto o bien constituido como Trace, todavía
era guapo. Cuando sonrió, fue como ver el sol saliendo en un día nublado.
—¿Puedo invitarte un trago?

—Sí.

Trent me miró y luego al hombre antes de tomar su trago y desocupar su


asiento mientras se inclinaba y me besaba en la frente. Cuando habló, lo
hizo más para el hombre que para mí.

—Estaré justo allí.

Miré a Trent marcharse y el hombre se deslizó en el asiento vacío buscando


mi mano.

—Lucien.

—Ember.

—Tienes una hermosa voz, Ember.

—Gracias.

117 —Nunca antes te había visto por aquí.

—No, Trent y yo solemos ir a un lugar en la Villa, pero hemos escuchado


mucho acerca de este lugar, así que decidimos darle una oportunidad.

—Estoy muy feliz de que lo hicieras.

Busqué mi copa mientras sostenía su mirada.

—Viniste aquí para escuchar o para tocar.

—Ambas.

—Sí, ¿y qué tocas?

—Saxofón

—¿Ya tocaste?

—Subiré en un momento.

—Espero con ansias escucharte.

Valió la pena la espera. Lucien era bueno, muy bueno, y más tarde, esa
noche, cuando me preguntó si podía besarme, también fue bueno en eso.
Antes de irme, me pidió mi número y cuando nuestro taxi se alejó, se
quedó en la acera observando.

La siguiente mañana me desperté y para mi sorpresa, Trace estaba en casa.


Me vestí antes de caminar a la cocina para ver que Trace estaba ya en la
estufa revolviendo algunos huevos.

—Buenos días.

Se giró hacia mí, sabía que estaba siguiendo adelante y que realmente no le
estaba dando opción en el asunto, pero maldición, él era todo lo que quería

—Buenos días Ember.

Supuse que era un momento tan bueno como cualquier otro para decirle
que me mudaba, así que tomé un taburete de la isla de la cocina y respiré
118 profundamente antes de simplemente decirlo.

—He estado buscando apartamentos y encontré un lugar que me gusta —


dije mientras su cuerpo se puso rígido pero simplemente continué—: Me
voy a mudar, Trace, justamente como dijiste, pero necesito que sepas que
quiero quedarme.

Esperé que dijera: Sí, quédate. Pero ni siquiera reconoció que estaba
hablando con él. Mi corazón dolió y lo olvidé.

—Muchas gracias por permitir que me quedara.

Se quedó completamente inmóvil y si no hubiese sido testigo de la tensión


en sus hombros no habría pensado que me había escuchado. No entendía
por qué se estaba alejando de mí por lo que realmente dolía.

Mi teléfono sonó, lo busqué y vi que era Lucien. Me puse de pie para salir
de la habitación. Presioné el botón de contestar y dije tan pronto como lo
coloqué en mi oreja.

—Sólo quería que lo supieras. —Caminé fuera de la habitación y dije—:


Hola, Lucien.

—Buen día. ¿Te gustaría cenar conmigo esta noche?


—Sí, me encantaría.

—¿Delaney suena bien?

—Perfecto.

—¿Iré por ti alrededor de las 7?

—¿Qué te parece si nos encontramos allí?

—Bien. Te veo esta noche, Ember.

—Te veo a las 7.

Colgué el teléfono y miré por mi habitación, caminé hacia el closet para


tomar mi bolsa y poder empezar a empacar. No me percaté de que Trace
estaba parado en la entrada de la puerta hasta que habló.

—¿Quién era en el teléfono?

Lo miré y pensé que lucía calmado, y tuve la sensación de que en realidad


119 era más un huracán en la costa con toda esa energía mortal para remover
vidas.

—Un amigo. Lo conocí la otra noche.

—¿Irás a cenar con él?

—Sí.

Sus manos se cerraron en puños y lucía como si quisiera romper algo en


fragmentos. Su contrario temperamento colacionó el mío. Me volteé
completamente hacia él, mis manos en mis caderas.

—Exactamente, ¿cuál es el problema?

—Ni siquiera conoces al chico.

—¡No, por eso es la cita! Deberías saber todo sobre citas, ya que estuviste
con Siobhan y quién sabe cuántas más. Tú empezaste esto. ¡Era lo que
querías!

Estaba apretando tan fuerte su mandíbula que pensé que tal vez se había
roto un diente. ¡Qué diablos! Continué:

—Mira, lo entiendo. Hay toda una parte de ti que no estás dispuesto a


compartir. No quieres que las personas se acerquen y es fácil para ti estar
solo, ya que de ese modo no tienes que ser humano. ¿Quieres ser un
organismo cibernético? Entonces sé uno, pero no puedes alejarme un
minuto y luego molestarte porque hice algo que no querías. No me diste
nada que decir en esto. Decretaste cómo iban a ser las cosas entre
nosotros, así que ahora necesitas retroceder y callarte.

El cambio en él fue sorprendente cuando vi las emociones cruzar en su


rostro. Por un momento, vi más allá, debajo de la armadura e indiferencia a
un hombre dañado. Lágrimas escocían en mis ojos ante la mirada de odio
hacia sí mismo que ardía en esos penetrantes ojos azules.

—¡Oh Dios! ¿Qué pasó contigo, Trace?

No ofreció nada y dijo suavemente.

—No puedo hacerte daño así, Ember. No te quiero aquí.

—¿Entonces por qué me estás alejando?

—Te mereces algo mejor que yo.


120
—¿Siobhan?

—Mi intento para probarte un punto.

—¿Es por eso que nunca estás cerca, porque me pediste que me fuera?

—Sí.

—¿Por qué?

Empezó a moverse rápido, deteniéndose justamente frente a mí. Sus ojos


eran oscuros y salvajes cuando buscó mis manos para presionar su dura
longitud.

—Esto es lo único que tengo para ofrecerte, Ember. Sexo, es lo único en que
soy bueno, y tú mereces más y más que un polvo de un chico que ha jodido
con media ciudad.

—¿Todo lo que tienes para ofrecer o es todo lo que quieres ofrecer?

Rió, pero no era un sonido agradable mientras se alejaba de mí para


caminar por la habitación antes de detenerse al nivel de mis ojos que
estaban llenos de emociones contradictorias.
—Daría todo por ti, Ember, pero yo, no soy una buena apuesta. Mereces un
hombre digno de ti. Te deseo. No puedo pensar correctamente; te deseo tan
jodidamente mal, pero soy una mierda, Ember, y siempre lo seré.

—¿Qué pasa si no estoy de acuerdo?

—Eventualmente te darás cuenta de la verdad.

—¿Por qué te odias tanto?

—Es lo que sé.

Caminé hacia él, tomé sus manos en las mías y miré profundamente en sus
ojos.

—Te deseo, también, Trace. Quiero estar contigo. Déjame entrar.


Permíteme acercarme. —Lo estudié pero no pude leer nada en él, así que
dije—: Si no quieres darme una oportunidad, lo entiendo, pero debes de
saber que el daño ya está hecho, porque para mí, eres tú.

121 No dijo nada, sólo se quedó ahí, mirándome con una expresión ilegible, y
luego sacó sus manos de las mías, se volteó y caminó fuera. Dolía verlo
irse. Dolía tanto que tuve problemas ahogándome en mis respiraciones que
me senté en el borde de la cama y dejé las lágrimas correr por mis mejillas.
Con el corazón roto continué empacando.

Pasé el día en mi habitación y emergí de un apartamento vacío sólo treinta


minutos antes de mi cita. Llamé a un taxi y fui abajo para esperar usando
mi pequeño vestido negro.

Llegué al restaurant un poco temprano, pero Lucien ya estaba allí. No me


vio al instante, lo que me dio un minuto para estudiarlo. Era realmente
apuesto, especialmente vestido en un traje negro, camisa purpura, corbata
y su cabello hacia atrás en una cola de caballo. Tan pronto como me vio,
sus ojos aciano azul brillaron con un genuino interés, cuando se dirigió
hacia mí, lo hizo con deliberada calma. Buscó mi mano y la llevó a sus
labios, una sonrisa se curvó en su boca.

—Luces hermosa.

Me sonrojé y lo observé besar mi mano.

—Y tú luces muy apuesto.


Sus mejillas se tornaron un poco rosas y mi corazón palpitó en mi pecho
por el dulce pensamiento de un hombre como él, sonrojándose por un
cumplido.

—¿Deberíamos?

El restaurante estaba tenuemente alumbrado y nuestra mesa estaba en una


esquina privada. Lucien deslizó la silla para mí antes de doblarse en la suya
hacia mí. Luego de escanear el menú, y tomar nuestra orden, levantó su
copa.

—Para empezar.

Levanté mi copa y sonreí antes de tomar un sorbo, mientras mis ojos


sostenían su mirada. Él era todo lo que una chica quería: dulce, agradable y
apuesto. Quería saltar en mis pies y tomar la oportunidad, pero mi dañado
corazón pertenecía a otro lugar, y pensé que nunca tendría a Trace, pero a
mi corazón no le importaba.

—Tus ojos están tristes, ¿qué está mal?


122
—Mi presencia aquí no es realmente justa para ti.

—¿Por qué? —Parecía que lo averiguó por su cuenta y añadió—: Hay


alguien más.

—En realidad, no es más.

—Quieres estar allí.

No le respondí porque no era necesario.

—¿Qué pasó?

No quería parecer tan enojada cuando le contesté, pero mis emociones


estaban todavía en la superficie.

—Nada. Él me quiere y yo lo quiero, pero se niega ir allí porque piensa que


no es lo suficientemente bueno para mí. Me estoy quedando con él, esa es
una larga historia, nuestra relación es totalmente platónica, pero me pidió
que me mudara. Le dije esta mañana lo que siento y bueno, no fue muy
bien. Lo siento, esto no es realmente la forma en que pensaste pasar la
noche. Tal vez debería irme. No soy muy buena compañía.

Se inclinó sobre la mesa para tomar mi mano en la suya.


—El estar solo cuando estás sufriendo sólo lo hace peor. Quédate, Ember,
come algo y toma ventaja de contar con alguien que es un gran oyente.

Sentí las lágrimas quemar en mi garganta ante la sinceridad que veía en su


rostro, y oí en sus palabras. ¿Por qué no pude haberlo conocido primero?
Porque incluso si lo hubiera hecho, una mirada a Trace, y hubiera estado en
las últimas. Apreté la mano de Lucien mientras una sonrisa tocó mis labios.

—Prefiero escuchar de ti.

—Está bien, pero Ember, si él es al que quieres y él a ti, no aceptes un no


por respuesta. Lucha por él.

Tuve la sensación de que estaba hablando desde la experiencia personal,


pero no tuve demasiado tiempo para pensar en eso cuando agregó:

—... si él deja pasar la oportunidad, Ember, es un idiota. No voy a cometer


el mismo error.

Volví después de una cena con Lucien a un apartamento vacío. Pensé en su


123 consejo y me di cuenta de que tenía toda la razón. Quería a Trace y me di
cuenta de que era buena para él. Tuve un visto de un cambio en él mientras
estábamos juntos. Estaba casi en paz y estaba sin duda menos torturado.
Me hizo más feliz de lo que había sido nunca. Eso era para mí y estaba
dispuesta a luchar por él y tenía una sospecha de que si no fuera por Rafe
nunca nadie lo había hecho.

Cogí el teléfono y llamé a Rafe que contestó al primer timbrazo.

—Rafe, ¿dónde está Trace?

Su voz sonaba aliviada cuando ofreció:

—Está aquí, Dominic está en el Bronx.

Colgué el teléfono y llamé a un taxi. Llegué al lugar y pude oír los vítores
de la calle.

En el interior se parecía mucho al gimnasio en que Rocky entrenaba y en


medio estaba el ring. Caminé a través de la multitud, pero me detuve
cuando sentí una mano en mi brazo. Miré hacia arriba para ver a Rafe, pero
su expresión era sombría.

—Estoy muy contento de que hayas venido.


Sentí miedo de eso.

—¿Por qué?

Hizo un gesto hacia el ring.

—Está dejando que lo golpeen.

Me volví para ver a Trace en el centro del ring con la espalda y el pecho
cubierto de ronchas grandes, de color púrpura. Una marca fea negro-
púrpura sobre las costillas del lado derecho, era claramente, el indicio de
sangre de costillas rotas o fisuradas, pero fue la visión de su rostro que
hizo lágrimas caer por mi cara. Estaba tan sangrienta que no podía ver la
magnitud de los daños. Vi como no hizo ningún intento de esquivar los
golpes, tomándolos una y otra vez. Era un testimonio de su fuerza que
podía tener ese tipo de golpes y todavía estar parado.

Me quedé allí durante diez minutos viendo como Trace permitía ser
golpeado y luego, como si se hubiera cansado de todo esto, se movió con la
velocidad del rayo y le dio a su oponente un golpe sólido en la mandíbula.
124 El público se volvió loco, pero Trace se quedó allí mirando a su oponente,
sin emociones.

Al verlo de pie en medio de la multitud estando tan completamente solo


provocó que me acercara a él. Llegué al ring y me metí bajo las cuerdas. No
sabía lo que estaba pensando, en todo caso, puesto que no se dio cuenta de
mi presencia hasta que tomé su mano. Sus ojos se movieron a nuestras
manos antes de levantar la mirada hacia mi cara y fue entonces cuando vi
lo desolado que estaba. Tiré mis brazos alrededor de su cuello y me apreté
contra él. Sentí el estremecimiento que recorrió su cuerpo y luego los
brazos se alzaron y se envolvieron alrededor de mí, tirándome tan cerca,
antes de que enterrara su cara en mi cabello y me sostuviera.

Rafe me ayudó a llegar a casa de Trace y me hizo prometer que le llamaría


si necesitaba algo. Trace estaba de pie en el baño mirándose en el espejo
cuando regresé de ver a Rafe fuera.

—Debemos conseguir limpiarte —dije cuando sus ojos encontraron los


míos en el espejo.

—¿Qué estás haciendo aquí, Ember?

—No estoy dispuesta a dejarte ir sin luchar.


—¿Qué pasa con tu cita?

Una pequeña sonrisa apareció en mis labios mientras sostenía la mirada.

—Fue él quien me dijo que luchara por ti.

—No soy bueno para ti.

Mi voz era dura cuando di un paso más cerca de él.

—No sé quién fue en tu vida el que te hizo creer que no tenías ningún
valor, Trace, pero si alguna vez me lo encuentro, sacaré la mierda fuera de
ellos. Eres bueno para mí. Eres especial. Tiene más que dar que lo que
crees.

Se quedó completamente inmóvil y su rostro absolutamente en blanco.


Luego, se movió tan rápido para llevarme en sus brazos y su voz era un
susurro ronco.

—Debo alejarte, muy lejos de mí, pero no puedo.


125 —No quiero que me alejes.
Capítulo 8
Traducido por Malu_12 & Steffanie
Corregido por Clarksx

E
sa noche me acosté junto a Trace y miré cómo su pecho subía y
bajaba a un ritmo profundo. No podía ignorar la pregunta que seguía
dando vueltas en mi cabeza: ¿Quién lo había jodido tan mal? El hecho
de que él no hablara de su familia me hacía suponer que había sido su
padre, su madre o ambos, y esa idea me enojó tanto que quería hacerle
daño a algo, más específicamente a ellos. Por tener la inocencia de un niño
bajo su cuidado y abusar de ese niño hasta el punto de que marcarlo
irrevocablemente era un crimen que debía ser castigado con la muerte en
mi opinión. Lo que más temía de lo mal que lo habían maltratado era la
126 influencia que todavía lo perseguía. Sin embargo, aun habiendo sido
abusado por los que más deberían haberlo amado, todavía era un hombre
amable y compasivo por debajo de su dura cáscara. Podría no haber
conocido el amor o el sentimiento de cariño, pero me prometí a mí misma
que lo haría. Agarré su mano, la sostuve en la mía y cerré los ojos mientras
me permitía seguirlo en el sueño.

Por la mañana, me desperté y giré la cabeza para encontrar a Trace ya


despierto y descansando sobre un lado con su cabeza en la mano vuelta
hacia arriba mientras me miraba. Cuando nuestros ojos se encontraron, él
sonrió y dijo:

—Buenos días.

—Buenos días.

—Te ves hermosa.

Sonreí.

—Dulce hablador. Quédate aquí y nos batiré algo para el desayuno.

Empecé a salir de la cama pero la mano de Trace se extendió para


detenerme y cuando miré hacia él su expresión se había vuelto grave.
—¿Estás segura de esto, Ember?

Me senté en la cama al estilo indio, y tomé su mano en la mía con mis ojos
en los suyos.

—Alguien, supongo que tu mamá, papá, o ambos, realmente te hicieron


algo malo. —Lo sentí tensarse mientras intentaba sacar su mano, pero me
mantuve firme—. Escúchame, Trace.

Tenía esa mirada en él, esa distantemente vacía, pero que me había
permitido mantener su mano, así que lo tomé como un consentimiento y
seguí adelante.

—No sé lo que te hicieron y espero que algún día confíes en mí lo


suficiente como para decírmelo, pero, Trace, sea lo que sea que pienses
sobre ti mismo está mal. Dices que eres sólo bueno para una cosa, pero
¿cómo puedes decir eso cuando la primera vez que te vi fue porque viste a
un hombre maltratar a una mujer y entraste, protegiendo mi virtud y
ofreciéndome un lugar para alojarme cuando yo no tenía otro lugar adonde
127 ir? Fuiste en ayuda de esa señora en la galería y buscaste aliviar el dolor de
la niña en la feria. Ese sentido de lo correcto y lo incorrecto, y tener el valor
de actuar cuando ves una injusticia, es tanto reflejo del hombre que eres
como esos tatuajes. Eres, en esencia, una buena persona, una persona
amable, una persona justa. En cuanto a tu creencia de que no eres lo
suficientemente bueno para mí, la única área en la que veo tener una
ventaja sobre ti es que vengo de una familia amorosa. El hecho de que tú
no lo hicieras, no es un reflejo de ti sino de tus miserables padres. En
cuanto a tu creencia de que el sexo es todo en lo que eres bueno, creo que
utilizas el sexo como una manera de buscar el valor y, por mucho que yo
quiera tener sexo contigo —y planee tener sexo contigo— veo tu valor. Así
que para mí el sexo es la cinta colorida, pero tú, Trace, eres el premio.

Observar las emociones jugando en el rostro de Trace fue doloroso, y sus


ojos, cuando miraron hacia los míos, eran cautelosos pero esperanzados.

—Hay algo de mierda realmente mala en mi pasado, Ember, mierda que tal
vez te haga irte si la conocieras.

No me perdí la parte del sí de esa declaración que me provocó un momento


de vacilación. Si él nunca pensaba discutir su pasado conmigo, un pasado
que aún tenía poder sobre él, ¿cómo podríamos esperar tener un futuro?
Tenía la esperanza de que finalmente llegara a confiar en mí y, al hacerlo,
compartiría conmigo lo que le obsesionaba. Obligué a mi inquietud a salir
de mi cabeza y cubrí su rostro con mis manos antes susurrar:

—No hay nada, absolutamente nada, que puedas hacer o decir para hacer
que te deje.

—¿Nada? —preguntó.

—Bueno… —dejé caer mis manos a mis costados.

—¿Ember?

Me obligué a sostenerle la mirada.

—No puedo ser una de muchas, Trace, no puedo estar contigo sabiendo
que lo que nosotros compartimos tú lo compartes con otras. No estoy
hecha de esa manera.

Él extendió la mano y tocó mi mejilla.

—Estoy contigo y no quiero estar con nadie más, pero ¿estás segura,
128 Ember, de que es a mí a quien quieres?

—Sí.

Sabía, mientras me miraba a los ojos, que quería creerme pero aún no
podía. Yo estaba dispuesta a esperarlo, pero entonces él se inclinó hacia mí
y me besó. Sus labios se movieron sobre los míos, degustando, burlándose,
y luego cambiaron cuando se movió para enmarcar mi cara con sus manos.
Pasó la lengua por la comisura de mis labios y cuando los separé para él,
no dudó en saborearme totalmente. Gemí en el fondo de mi garganta,
mientras lo acercaba y lo besaba profundamente. Cuando nos alejamos el
uno del otro, vi todo lo que yo estaba sintiendo mirándome a través de sus
ojos azul acero.

Las semanas que siguieron fueron increíbles. En las noches que yo no


trabajaba, Trace y yo estábamos juntos. Todavía había reserva en él y tenía
la sensación de que quería empujarme más cerca, pero había una parte de
él que nunca llegaría a ser capaz de tocar. Me preguntaba sobre eso, sobre
qué había en su pasado que lo había hecho tan vigilante. Estaba segura de
que era debido al abuso de su juventud, pero el hecho de que todavía
tuviera un impacto en él era molesto para mí. Quería hablar con él al
respecto, pero sabía que todavía no estábamos en esa zona, y una parte de
mí se preguntaba si alguna vez íbamos a estarlo.

A veces lo atrapaba tan sólo mirándome y la expresión de su rostro era casi


reverente, como si no pudiera creer que yo estuviera allí. No entendía eso.
Era precioso, pero más que eso, era igual de bonito por dentro, y todo lo
que él veía era al hombre dañado que creía ser.

Estaba enamorada de él. Era demasiado pronto y había tanto que no sabía
sobre él, pero lo amaba, y más aún porque en esa cáscara dura había
ternura y dolor. No le había dicho cómo me sentía y estaba realmente
asustada de que pudiera huir de mí, gritando mientras lo hacía. Me
preocupaba que decirle que lo amaba fuera a empujarlo lejos en lugar de
acercarlo más.

Una noche estábamos jugando al gin rummy7. Mi padre me había enseñado


el juego, pero Trace estaba pateando mi trasero.

129 Fue realmente vergonzoso ser tan profundamente abatida y entonces lo vi.
Él fue rápido, tuve que darle crédito por eso, pero el robo fue de debajo de
la baraja.

—¡Estás haciendo trampa!

Se reía cuando puso las cartas sobre la mesa y levantó las manos a modo
de defensa.

—¿Cuánto tiempo has estado trampeándote?

—Desde el principio.

—Hijo de puta. —Me levanté y me moví a lo largo de la mesa mientras


Trace seguía sonriéndome, totalmente arrepentido, podría añadir. Fue la
mirada de suficiencia en su rostro la que me hizo buscar la lata de espray
de queso. Se levantó de la silla en un instante, sus ojos se centraron por
completo en mí, pero no perdieron el humor en ellos.

—No lo hagas, cariño.

7
Gin rummy: Juego de cartas.
Miré hacia atrás para ver lo lejos que tenía que correr para ponerme a salvo
y él supo en lo que estaba pensando porque dijo en voz muy baja:

—Nunca lo lograrías.

Dejé que mis hombros se hundieran mientras sostenía su mirada.

—Tienes razón.

Se relajó durante un segundo y ese fue todo el tiempo que necesité. Me reí
a carcajadas mientras el queso goteaba de su cara y luego corrí. No llegué
muy lejos antes de que los brazos de Trace se envolvieran alrededor de mí
y me tiraran contra su duro pecho. Se reía, un sonido que me gustaba
mucho oír, y entonces él me levantó por encima de su hombro.

—¿Qué estás haciendo?

Él no dijo nada y nos llevó por el pasillo hasta el cuarto de baño. Se


trasladó a la ducha y abrió el agua mientras yo me sacudía para liberarme.
Su poder sobre mí nunca vaciló. Se metió en la ducha y me bajó con mi
130 cuerpo moviéndose a lo largo de la línea dura del suyo, provocando una
piscina de deseo en mi vientre.

Mis ojos se levantaron hacia los de él y vi deseo ardiente allí; entonces su


boca cayó con fuerza en la mía. Estaba prácticamente deshuesada para
cuando sacó su boca. No importaba cuántas veces ese hombre me diera un
beso, aún tenían el efecto de hacer girar mi cabeza. No quería decir las
palabras, fue como si se me escaparan.

—Te amo, Trace.

Él se quedó completamente inmóvil y yo sentí mi corazón caerse mientras


bajaba los ojos. Estúpida Ember, qué manera de matar el momento. Cuando
su pulgar tocó mi barbilla para levantar mi mirada hacia él, no esperaba ver
la adoración que ardía en sus ojos; pero había otra emoción quemándose
allí también, duda. Él no dijo nada, sólo selló sus labios sobre los míos y
me mostró lo que todavía no era capaz de decir con palabras.

Después que mi declaración terminó, estaba tratando con el lado más


despreocupado de Trace. Sin la carga de su tormentoso pasado y me gustó
lo que vi. No me perdía sus miradas de reojo que me dio varias veces a mí
y la mirada de asombro, pero también de preocupación, como si el que yo
fuera a venir a enjuiciarlo e irme.
No sabía cómo podía decirle que él era el único para mí pero lo hice con la
absoluta certeza. Pensé que podía demostrarle que yo no iba a ninguna
parte y pase unos días considerando mis posibilidades.

Una semana después de poner fin al incidente del queso, llegue a casa del
trabajo con más pena de lo normal al igual que mis adoloridos pies.

Entré en el apartamento oliendo algo delicioso burlándose de mi nariz


mientras lo seguí a la cocina para encontrar a Trace en de pie delante del
horno.

—Huele bien.

Se dio la vuelta al oír el sonido de mi voz y una sonrisa se extendió en su


rostro.
131 —Hola. —Dejo la cuchara en el plato antes de que se acercara y me diera
un abrazo pero cuando me estremecí se apartó con un gesto preocupado.

—¿Sucede algo?

—Yo um...

—¿Qué, Ember? ¿Estás herida? —Sus ojos se endurecieron antes de


preguntar—. ¿Alguien te hizo daño?

—No, nada de eso, bueno, supongo que sería más fácil mostrártelo.

Su ceja se arqueo levemente en respuesta, pero cuando di un paso lejos de


él, y me moví para desabrochar mis jeans, su expresión se convirtió en algo
completamente distinto con un brillo perverso en sus ojos. Él me vio la
marca que cicatrizaba antes de empujar sus manos en los bolsillos de sus
jeans.

—Me está gustando esto.

Sonreí —no pude evitarlo— antes de que bajara los jeans un poco para
levantar mi blusa y dejar al descubierto un vendaje debajo del hueso de mi
cadera. Solo le tomo un segundo entender todo cuando sus ojos miraron
los míos.
—¿Qué te hiciste?

Me quite la venda y vi como sus ojos se movieron al lugar que revelé. El


tatuaje del símbolo celta para el amor eterno hecho en negro y gris y con
el nombre de Trace en letras cursivas. Lo observe mientras permanecía
paralizado, mirando mi cadera y luego le ofrecí suavemente:

—Sabía con absoluta certeza que te quiero, para siempre.

Su mirada se movió hacia la mía con la ternura apoderándose de su rostro


y luego me tenía en sus brazos.

—Dios, Ember. —Enterró su cara en mi cabello y lo olio y cuando se apartó


y me miro a los ojos, sentí las lágrimas ardiendo en mi garganta. Su voz
sonó dura cuando dijo—: Te amo, Ember.

Él me estaba besando con sus labios moviéndose sobre los míos, buscando
y probando, mientras sus manos enmarcaban mi cara. Cuando su lengua
toco mi labio inferior suspire y no perdió tiempo probando mi boca,
enredando su lengua con la mía, ya que su sabor me intoxicó. Cuando su
132 boca se apartó casi me queje en señal de protesta, pero luego sus labios
estaban en mi cuello, dándome besos con la boca abierta en el cuello, y a lo
largo de la clavícula, y cuando se movió de nuevo presionando su boca
cerca de mi oreja.

—Yo te quiero debajo de mí. Quiero estar dentro de ti.

—Sí. —Dios yo también quiero eso, como el beso imitaba el acto en que los
dos estábamos pensando y cuando se apartó, sostuvo mi mirada mientras
con el pulgar rozó mis labios.

—Me encanta tu tatuaje.

Toqué con mis manos su mejilla y saboreé el momento. Me di cuenta que


se sentía un poco fuera de lugar y traté de aligerarle el humor

—Es irritante pero no necesariamente doloroso, como el infierno.

Su sonrisa era malvada antes de decir:

—Ah, nena, yo lo besaré y haré sentirte mejor.


Capítulo 9
Traducido por Elena Ashb & GraceKelly
Corregido por francatemartu

T
race y yo salimos de compras a una parte de la ciudad que a menudo
no visito, la Quinta Avenida. Las tiendas eran grandes, los turistas
impresionantes pero las etiquetas de los precios eran demasiado
caras para mí. Había un distribuidor de cascos Schuberth que Trace quería
visitar por lo que podría conseguir un casco para mí, un casco muy seguro
para su motocicleta, y honestamente ¿Estaban allí incluso las palabras?

Una vez elegimos el que queríamos, caminé a través de la tienda mientas


Trace se encargaba del resto. Cuando caminaba por delante de la ventana
133 delantera, me encontré parándome repentinamente a la vista de Lena y
Todd que estaban justo afuera de la tienda. Me vieron al mismo tiempo y
Lena envolvió sus brazos alrededor de Todd en lo que supongo era un
signo de solidaridad. Aunque no tenía ningún interés en hablar con ellos,
una vez había sido mi mejor amiga por lo tanto me dirigí a la puerta para
unirme a ellos en la calle.

―Ember, que divertido verte por aquí ¿Qué, no hay ningún libro para leer?

Así que, al parecer, no sólo había sido quemado el puente sino también
desintegrado y los restos arrastrados por una corriente furiosa. Sostuve su
mirada fija mientras ofrecía con una voz excesivamente dulce:

―En realidad, acabo de terminar una historia maravillosa sobre el Karma y


la forma en que siempre vuelve. Nadie está a salvo, ni la perra egocéntrica
ni los calculadores aspirantes a violadores.

Los ojos de Lena se pusieron más amplios y su cara estuvo pálida por un
segundo. Observé como rechazó mi reclamación en la nota que le había
dejado a ella explicando porque me estaba mudando —no que estar
viéndola a ella con Todd no fuera suficiente respuesta en cuanto a donde
se encontraba su lealtad.

―Yo no creo en eso, Em. Todd y Dane no son así.


―¿Y tú sabes eso porque has estado con Todd por unos pocos meses, así
que es fácil tomar su palabra al respecto sobre la de alguien que hayas
conocido desde séptimo grado?

―Todd no miente.

―¿Y yo sí lo hago?

Su expresión era sarcástica, una mirada que por lo general combinaba con
mis manos en forma de puños.

―No dije eso; no pongas palabras en mi boca. Solo estoy diciendo que no
tienes mucha experiencia hablando con las personas por lo que es más
probable que solo malinterpretaras la situación. Eso pasa cuando se está
socialmente atrofiado de pasar todo tu tiempo a solas.

Mi indignada incredulidad comenzó como una sonrisita pero antes de que


pasara mucho tiempo estaba rugiendo, riéndome con tanta fuerza que mis
ojos se llenaron de lágrimas. Había enjuagado las lágrimas con el dorso de
la mano mientras la miré y sostuve la expresión incrédula de Lena.
134
―No puedo creer que me tomó tanto tiempo para ver que lo que realmente
eres. Mi papá tenía razón y Trace solo necesitó escuchar acerca de ti y
descubrió tu personaje pero creo que no soy tan rápida en la asimilación.

En ese momento la puerta se abrió de golpe mientras un metro noventa de


imponente rabia se movió con la velocidad de una pantera. Trace aferró la
camisa de Todd antes de levantar al chico de un metro ochenta de estatura
de la acera. Parecía que iba a cometer un asesinato y cuando habló su voz
era tan baja y siniestra que tenía el pelo de mi cuello de punta. Todd al
parecer, estaba a punto de lanzar su almuerzo.

―¡Un radio de ocho kilómetros, pendejo! Esto no me parece ocho


kilómetros de mierda.

Mis ojos estaban en Lena y cuando fue capaz de quitar su mirada de mi


espectacular y magnifico novio, vi arder los celos en ella.

―Fue Trace quien escuchó de casualidad a Todd y Dane. ―Me incliné más
cerca antes de añadir―. Él realmente odia a tu novio así que hazte un favor
y llévalo lejos, muy, muy lejos.
Trace empujó a Todd haciéndole tropezar antes de caer sobre su culo
mientras Trace tomaba unos amenazadores pasos más cerca para cernirse
sobre él.

—Si hay una próxima vez, necesitarás ser llevado.

Todd no dudo en escabullirse a sus pies antes de volverse y prácticamente


escaparse, con los brazos a los costados bombeando en su retiro. Me giré
hacia Lena mientras Trace alcanzaba mi mano para enlazar nuestros dedos.

―Una verdadera joya la que tienes allí, Lena. En realidad, sabes que, los
dos son perfectos, el uno para el otro.

Con un bufido indignado se volvió y siguió a su perdedor novio y aunque


sabía que no lo era, y probablemente nunca había sido la persona que yo
pensaba que era, todavía estaba triste al darme cuenta de que una parte
muy importante de mi infancia había sido una mentira.

―¿Estás bien? ―La suave voz de Trace me tocó en algún lugar profundo,
especialmente considerando que solo momentos antes estaba listo para
135 matar a un hombre. Me giré hacia él, presionando mi rostro en su pecho.

―Lo estoy, Trace… contigo, lo estoy.

Unos pocos días después, Trace y yo estábamos en su oficina discutiendo


nuestros planes para el día de Acción de Gracias.

―Por favor, Trace.

―No lo sé, Ember.

―¿Por qué?

―¿Qué pasa si no llega de la manera que creo que lo haga?

―Oh, no tengo ninguna duda sobre el resultado.

―¿Cómo?

―Porque te amo.

Vi la sorpresa cruzar sus rasgos y luego su expresión suavizada mientras


caminaba a través del cuarto para tirar de mí en un abrazo mientras me
daba un beso en la sien.

―Está bien.
Le di un fuerte beso en los labios antes de caminar hacia el teléfono y
marqué el número de mi padre. Miré a Trace que me miraba con una leve
sonrisa en su rostro y las manos en los bolsillos de sus pantalones
vaqueros.

―Hola, papi.

―Emmie. ¿Cómo estas, cariño?

―Estoy muy bien. Llevo a alguien a casa para el día de Acción de Gracias.

―¿Lena?

―No, tenías razón sobre ella.

―Ah, Em, ¿estás bien? Sé que ella significaba mucho para ti.

―Bueno, yo estaba equivocada, pero sí, ya estoy bien. De todos modos, la


persona con la que me voy a casa es Trace, y papá, lo amo.

Ese comentario fue recibido con silencio mientras Trace se giraba hacia la
136 pared y comenzaba a golpearse en la cabeza con ella.

―¿Qué? ¿No lo hago bien?

Al mismo tiempo, tanto mi padre y Trace dijeron:

―No.

No pude evitar la risa porque realmente eran tan parecidos.

―¿Puedo hablar con tu padre, Ember? ―preguntó Trace.

―Papi, Trace quiere hablar contigo.

Le pasé el teléfono y di un paso atrás para escuchar.

―Hola, Sr. Walsh. Sí, señor. Sí, señor. Sí, señor. Sí, señor. Completamente,
totalmente, irremediablemente. Gracias señor. Adiós señor.

Me quedé allí, con una extraña mirada en mi cara, mientras Trace colgó el
teléfono y comenzó a salir de la habitación.

―Espera, ¿qué le dijiste?

Se volvió entonces y no me perdí de la sonrisa tirando de su boca.


Preguntó si montaba una motocicleta y me dijo que alquilara un coche para
llevar a su niña a casa. Me dijo que, bajo su techo, tendremos dormitorios
separados y que cada uno contribuye con la cocina y la limpieza.

―¿Y?

Se inclinó contra el marco de la puerta mientras frotaba la barbilla con sus


dedos pulgar e índice.

―¿Hubo alguna otra cosa?

―¿Trace?

Y luego esos ojos azules acerados miraron directamente a los míos


mientras todos los rastros de humor fueron reemplazados con una
tranquila sinceridad.

―Él me preguntó si yo te amaba y le dije: Completamente, totalmente,


irremediablemente.

137 Sabía que parecía una idiota con una sonrisa grande y boba extendida
sobre mi cara ya que Trace me miró con ternura y cuando después habló
había partes de asombro e incredulidad en su tono.

―... y luego me dio la bienvenida a la familia.

Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver la cara de Trace y en ese


momento, realmente odiaba a su familia. Lo privó de afecto y crianza
dejando a este maravilloso hombre sorprendido de que podría ser amado y
al mismo tiempo dudando que mereciera ser amado. Me tomaría el resto de
mi vida, él sabría que era merecedor y digno de amor. Pensando en todas
las formas que debía mostrarle amor puse una sonrisa en mi cara.

―¿Por qué estás sonriendo?

―Realmente le vas a gustar a mi familia.

Unas noches después, Trace y yo estábamos en casa jugando The Game of


Life en el Wii y no estaba teniendo nada de suerte. Mi marido en el mundial
juego parecía un asesino en serie y aunque fui a la Universidad incurriendo
en unos cien mil dólares de la deuda, terminé perdiendo mi trabajo y
convirtiéndome en un lagarto en la sala de estar. Trace, por el contrario,
era un médico, tenía una esposa hermosa y exótica y vivía en una mansión.
Yo debía dinero en cada espacio que aterrizaba mientras Trace recibía
dinero en cada uno de los suyos, lo que confirma de que algunas personas
realmente caminan en la luz.

Sacar un seis me conseguiría quinientos mil dólares así que me concentré


muy fuerte mientras rodaba, sobrevolando mi dedo sobre el botón para
intentar obligarlo a detenerlo en seis, pero en lugar de seis obtuve un siete.
Caí de espaldas contra el sofá ante la derrota.

―Tengo la peor suerte.

Trace estaba inusualmente tranquilo, así que me giré para mirarlo y oh


Dios, me gustaría retractar mi última declaración.

El chico estaba apoyado en el sofá con las piernas cruzadas y su brazo


estaba de manera que la cabeza pudiera estar en contra de su puño. La
mirada de su cara tenía a mis dedos de los pies curvados. Sin decir una
138 palabra, me tiró más abajo del sofá de modo que su cuerpo me pudiera
cubrir. Por un momento él estaba completamente inmóvil mientras miraba
a su relleno hasta que su boca bajó y tomó la mía.

Su beso era diferente, más exigente, haciendo que mi cuerpo se quemara. A


fuego lento comenzó en algún lugar cerca de mi corazón antes de
dispersarse y chisporrotear a lo largo de cada terminación nerviosa. Sus
manos se movieron sobre mí, acariciando, tocando, reclamando, y cuando
buscó y encontró la piel desnuda de mi estómago, yo gemía profundo en
mi garganta. Él rozó el costado de mi pecho y me empujó contra su mano
mientras el deseo se agrupaba en mi vientre. Mis manos hicieron lo que
habían querido hacer desde el primer momento que lo conocí, recorriendo
sus brazos, sobre el bulto de sus bíceps, a lo largo de sus anchos y solidos
hombros, y por la espalda, siguiendo el contorno de los músculos que
enmarcaban su columna vertebral.

Las moví más abajo hacia su culo y él se movió,

Balanceando sus caderas apoyándose entre mis muslos. La sensación más


intensa y magnífica sacudió a través de mí y él gruñó bajo en su garganta
antes de moverse a una velocidad sorprendente, levantándome en sus
brazos para llevarme a la habitación.
Me puso en la cama con tal cuidado y sus ojos se quedaron fijos en mí
mientras sus dedos trabajaban mis jeans. Me mantuvo caliente mirándome
mientras movía lentamente el jeans por mis piernas antes de dejarlo caer
al suelo. No podría describir la sensación de ardor que paso a través de mí,
eran demasiados.

Mi mirada se quedó entrecerrada fija en él y lo vi sonreír cuando me agarró


de los tobillos. Poco a poco movió esas maravillosas manos por mis
piernas, sobre las pantorrillas, mis rodillas, mis muslos hasta que llegaron
al elástico de mi ropa interior. Su dedo se deslizó hacia abajo recorriendo
un sendero en contra de la piel sensible y prácticamente me tiró justo
fuera la cama. Él continuó su viaje hacia arriba y por encima de mi
estómago para mis costillas y cuando llegó a mis pechos, contuve el aliento
mientras sus manos se cerraron sobre los doloridos picos para acariciarlo.
Su boca remplazó sus manos y yo gemía de placer, empujando los talones
en el colchón mientras mis manos se movieron a su cabeza para
mantenerla firme mientras yo me alcé ofreciéndole más.

Entonces lo tenía, el encanto del sexo, sí, ya lo entendía. Sus ojos muy
139
abiertos y salvajes se encontraron con los míos mientras sacaba mi camisa
por encima de mi cabeza y movió sus manos por mi cuerpo para agarrar la
seda de mi ropa interior. Nuestras miradas estaban fijas mientras sacaba el
pedazo de seda por mis piernas. Mi corazón galopaba en mi pecho al ver la
expresión de su rostro de tenerme completamente expuesta a él.

Se agarró la parte posterior de su camisa y tiró de ella sobre su cabeza


antes de desecharla al suelo.

Sus manos se movieron al botón de sus vaqueros, donde por un momento


permaneció mi ardiente mirada en la cresta dura que presionaba contra la
bragueta. Alcé la mirada a su cara sólo para ver la sonrisa que tiró de su
boca tentándome.

Mientras sacaba los pantalones por sus piernas, vi todo de él,


gloriosamente desnudo y excitado, y por un momento, me entró el pánico
sobre si en realidad iba a caber. Él pareció entender mi preocupación
cuando una sonrisa curvó sus labios.

—No te preocupes, va a caber amor.

—Dios, espero que sí.

Él se rió mientras llegaba a su mesa de noche por una caja de condones.


—No lo hagas.

Sus ojos se abrieron ante mis palabras su mirada me hizo rizar hasta los
dedos de mis pies.

—Es por tu seguridad.

—¿Alguna vez no haz usado condón?

—No, nunca.

—Estoy tomando la píldora, Trace, para controlar mi período. Durante mi


primera vez, quiero sentirte. —Mis ojos se movieron hacia su
impresionante erección antes de agregar—: A ambos.

Él se quedó quieto con una expresión que no pude discernir cubriendo su


rostro.

—¿Eres virgen?

Ups se me olvidó mencionar eso.


140
—Sí, pero por favor no te detengas, Trace.

La expresión de su rostro cambió a una de ternura seguida por una de


posesión cuando se abalanzó sobre mí, cubriéndome presionando cada
desnudo, duro centímetro de su cuerpo contra cada centímetro suave del
mío. Nuestras manos y bocas se movieron por todas partes, nos tocamos
y probamos uno al otro hasta que pensé que iba a explotar de la tensión
que se estaba construyendo a un máximo gratamente doloroso. Sentí que
empezaba a empujar dentro de mí y yo me tense.

—Relájate, Ember, déjame entrar mi amor.

Lo intenté, pero se sentía tan extraño hasta que empezó a besarme con
mucho besos drogándome teniendo un efecto de no solamente relajarme,
sino también hacerme necesitarlos. Trace también lo sabía. Con un
poderoso impulso de sus caderas, él tomó mi virginidad incrustándose por
entero dentro de mí. El movimiento causó un malvado dolor agudo que
trajo lágrimas a mis ojos. Se mantuvo completamente inmóvil mientras sus
dedos secaban las lágrimas de mis mejillas.

—Tu cuerpo sólo tiene que adaptarse a mí.

—Duele.
—Lo sé, cariño.

Y luego me distrajo del dolor entre mis muslos cuando su caliente boca se
cerró sobre mi pecho. Continuó succionándome y necesitaba moverme,
necesitaba sentir que se moviera, así que levante las caderas y eso fue todo
el incentivo que Trace necesito.

Se movió lentamente al principio, hasta que sintió como lo apreté, con mi


cuerpo casi hasta el punto de dolor rogándole por algo que estaba a punto
de alcanzar.

—Por favor, Trace. —Se movió entonces más duro, más profundo y más
rápido hasta que literalmente me rompí dejándome llevar por el clímax
mientras cerraba los ojos segundos antes de rugir mi nombre cuando su
cuerpo se convulsionó con su propia versión. Abrió los ojos para
encontrarme mirándolo y luego moví mis caderas cuando ronroneé:

—Una vez más.

—Descarada. —Esa palabra fue dicha con tanto cariño cuando él dio la
141 vuelta para de llevarme de nuevo de viaje.

Fishtown, era una comunidad irlandesa muy unida, en dirección al oeste de


su vecino, Northern Liberties, con una ola de renovación urbana con sus
nuevos negocios hacen Fishtown un hogar.

El Cadillac Escalade que Trace había alquilado para nuestro viaje era muy
lujoso pero también consumía mucha gasolina. Me volví en mi asiento
antes de preguntarle:

—¿Por qué alquilar algo tan grande? Es como un tanque.

Él me lanzó una mirada, una sonrisa coqueteando sobre su boca muy sexy,
antes de que dijera:

—Porque es como un tanque.

Comprendí cunado una sonrisa apareció en mi cara.

—¿Estás nervioso por conocer a mi papá?


Me di cuenta de que sus manos estaban agarrando el volante con tanta
fuerza que eran casi blancas y, cuando vi su perfil, vi su mandíbula
apretada. Con la esperanza de aliviar su ansiedad, me acerqué y toqué su
mandíbula, tras eso él se relajó, cuando dijo muy suavemente:

—Nunca me han llevado a ninguna casa para conocer a una familia, nunca
había querido antes, así que es un poco estresante cuando la primera vez
que lo hago es con la única persona que me importa.

—Nunca he traído un chico a casa, por lo que, es la primera vez para los
dos.

Sus ojos se encontraron con los míos cuando una sonrisa se dibujó en sus
labios y por un segundo, compartimos ese momento. Vi una sonrisa
aparecer en su boca antes de que sus ojos volvieran a la carretera.

—... o tal vez estoy intimidado. Tú sabes cómo es tu padre y sus amigos
estibadores.

—Búrlate todo lo que quieras, pero mi papá va a amarte y así son los
142 chicos. Vas a encajar perfectamente, Trace, confía en mí.

En ese momento, Candyman de Christina Aguilera se escuchaba y me puse


a cantar junto a él. Yo eche un vistazo a Trace, que tenía una extraña
expresión en su rostro.

—¿Qué estás pensando?

Él me miró y sonrió.

—No es nada.

—¿Qué?

—Yo estaba pensando en ti en el escenario delante de un público lleno de


gente cantando esta canción para mí. —Y luego una malvada sonrisa tiró
de su boca antes de añadir—: ...en realidad para ser más específicos,
cantando esta canción seximente vestida de cuero. Dios, eso sería tan
caliente.

Tenía un ritmo rápido, pero las letras eran, bueno…, yo estaba sonrojada
de sólo pensar en ello, y luego dije:

—Yo no podría… Quiero decir que tendría que estar completamente loca
para hacer eso.
Él me miró y me dedicó una sonrisa ganadora de varios premios.

—Lo sé. Es por eso que sería tan caliente si lo hicieras.

Nos detuvimos en frente de la casa de mi padre y allí estaba sentado en los


escalones. Se veía como siempre con sus shorts, pelo corto, que era del
mismo tono marrón que el mío, y unos ojos que era más avellana que
marrón.

Después de haber trabajado en los muelles, él era muy parecido a Trace y


aun a sus cincuenta años era ancho de hombros y estrecho en la cintura.

Trace apagó el motor antes de mirar hacia mí, y por primera vez, vi un
atisbo de pánico en su expresión. ¿Por qué la visión de eso derritió mi
corazón?, no lo podía decir.

143 —Te amo, Trace Montgomery.

—Te amo, Ember Walsh.

—Ven a conocer a mi padre.

Trace me dio un beso en la palma de mi mano antes de salir del coche y


dar la vuelta para abrirme la puerta.

Mi padre se vino desde el escalón de la entrada a unirse a nosotros en la


acera.

—Emmie, mi niña. —Y entonces yo estaba envuelta en los familiares brazos


fuertes de mi padre.

—Te he echado de menos, papá.

—Yo también te extrañé.

Cuando nos separamos, tomé la mano de Trace y lo acerqué manteniendo


mis ojos en mi padre.

—Papá, Trace Montgomery. Trace, mi padre, Shawn Walsh.

Vi como las dos personas más importantes de mi vida se dieron la mano y


se detallaban uno al otro.
—Es un placer conocerlo, señor.

—Llámame Shawn, hijo. —Los ojos de mi padre se trasladaron al auto


detrás de nosotros antes de que una sonrisa agrietada en su rostro
apareciera y sus ojos volvieran a Trace—. ¿No podrías encontrar algo más
grande?

Hubo un momento de silencio antes de que la cabeza de Trace se inclinara


hacia atrás y se riera a carcajadas. Al igual que siempre, toda la tensión
dreno de él. Trace agarró nuestras maletas antes de seguir a mi padre hasta
la casa.

—Emmie, estás en tu habitación, Trace está en el tercer piso. —Se detuvo a


medio camino de las escaleras y se volvió hacia Trace antes de añadir—: La
escaleras crujen.

Él no dijo nada más y se volvió para seguir subiendo por las escaleras. No
pude evitar la risa, porque Trace se veía realmente reprendido.

Trace colocó el bolso en el suelo cerca de la cama antes de seguir a mi


144 padre a su habitación. Unos pocos minutos más tarde se produjo un ligero
golpe en mi puerta.

—Entra papi.

Abrió la puerta y la cerró detrás de él antes de que se acercara para


sentarse en el borde de mi cama.

—¿Dónde conociste a Trace?

—En un club. Alguien me estaba acosando y él intervino y golpeó al tipo


hasta sacarle todo. Tiene un carácter como Lena. —Me emociona unirme a
mi padre en la cama antes de continuar con una voz suave—: Nunca tuvo
amor cuando era niño y algo oscuro de su pasado le ha hecho creer que no
es digno del amor. Es un luchador y es letal con sus manos.

—Lo sé. He oído hablar de él.

Eso me sorprendió, pero pase de eso y seguí adelante.

—Está bien, papá. Él es correcto y debajo de todo, hay un hombre que está
desesperado por amor, tanto de recibir como de dar. A parte de ti, él es el
mejor hombre que he conocido.

Mi padre se quedó en silencio por un momento y eso me hizo preguntar:


—¿Crees que te podría gustar, papá?

Él extendió sus manos para tomar las mías mientras sus ojos estaban fijos
en los míos y luego dijo:

—Él te trajo a casa en un tanque y no argumento en lo absoluto cuando le


mostré el ático, aunque el chico probablemente podría aplastarme con
poco esfuerzo. —Una sonrisa se me dibujó en los labios pensando en
aquel día en la tienda de comestibles—. Pero sobre todo Ember, cuando te
mira, me recuerda a cómo solía mirar a tu madre para saber que sí, lo que
veo de él me gusta.

Tiré mis brazos alrededor de mi padre y lo abracé mientras me susurraba


al oído:

—¡Bienvenida a casa, mi niña Emmie!

Mi padre bajó a preparar un poco de té y continuó poniendo mis cosas. Se


oyó un golpe en la puerta y llame a Trace para que entrara. Me di un
momento para mirarlo llenando la puerta de mi habitación infantil.
145
—¿Qué tal tu habitación?

—Creo que si tu padre hubiese conseguido una cuna para ponerla en el


techo lo habría hecho.

—Yo soy su niña.

—Lo sé y por eso si hubiera llegado y conseguido una cuna en el techo,


dormiría en ella sin quejas.

—A él le gustas.

Su ceja se levantó al oír eso.

—¿Cómo sabes eso?

—Él me lo dijo. —Me acerqué a Trace, pasé las manos por sus brazos, los
que, por desgracia, estaban cubiertos por un suéter, antes de descansar
mis manos sobre los hombros—. Dijo que la manera en que me miras le
recuerda cómo él solía mirar a mi mamá.

Los brazos de Trace me rodearon y entonces, cuando habló, su voz era


ronca.
—Si esa mirada es esa en donde yo no puedo creer que eres mía y que yo
haría cualquier cosa para hacerte feliz, entonces yo soy culpable de todos
los cargos.

—Todo lo que necesito para ser feliz es a ti.

—Ya lo tienes Ember, ya cuentas con eso.

Trace y yo nos unimos a mi papá en la cocina, donde nos sentamos


alrededor de la mesa bebiendo té helado y discutiendo nuestros planes
para Acción de Gracias.

—¿Cuántos vienen, papá?

—Cuatro. Hank, Jimmy, Dougie y Jerry. Tengo el pavo ya descongelado en


el refrigerador y he comprado las patatas, judías verdes, los arándanos y
146 rollos de media luna. Dougie va a traer el vino, Jerry va recoger unas
empanadas de Reading Terminal, Jimmy va a recoger algunos pasteles de
Termini Brothers y Hank va a traer la cerveza.

—Bien. Trace y yo podemos recoger las últimas cosas y tendré que


empezar a preparar algunos de los platos esta noche.

—Dime dónde y cuándo me necesites, Emmie, y yo estaré ahí.

—Gracias, papá. Creo que cortando las judías y pelar las patatas como
siempre es suficiente.

—De acuerdo. Ahora bien, si tú no necesitas a Trace, me gustaría mostrarle


todo el barrio y presentarlo a algunos de los chicos.

—Llévalo a los muelles y arrójalo —dije con una sonrisa pero mi padre
estaba mirando a Trace y sacudiendo la cabeza.

—Si alguien va a tomar un baño, no sería él. No podría moverlo ni con una
retroexcavadora. ¿Qué haces, levantas pesas?

La sonrisa de Trace fue maliciosa cuando respondió:

—¿Cuánto pesa?
La risa de mi padre era tan agradable de escuchar, cuando golpeó
cariñosamente a Trace en la espalda.

—Sí, me gustas. Vamos, vamos a asustar a mis amigos.

Trace se puso de pie y colocó el vaso en el lavavajillas antes de volverse


hacia mí y darme un beso en mi frente.

—Hasta luego, cariño.

—Que se diviertan. Compórtate, papá.

Me besó en la cabeza antes de que respondiera:

—Siempre.

Me acurruqué en el sofá de la sala leyendo Wuthering Heights cuando


147 escuché el sonido de pesados pasos subiendo las escaleras. La puerta se
abrió y entró mi papá y Trace. A juzgar por las sonrisas en sus rostros, su
noche juntos había sido un éxito. Yo marque mi página, tirando de mis
rodillas y rodeándolas con mis brazos. Trace me vio primero y la expresión
de sus ojos tenía a mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Mi padre
se volvió y sonrió mientras empezaba a subir las escaleras.

—Voy a descansar. Ya no soy tan joven como solía ser. —Se volvió a Trace
y puso su mano en él, inmediatamente Trace se sacudió.

—Gracias por salir con un hombre viejo.

—Gracias por permitírmelo.

—Nos vemos en la mañana, Emmie.

—Buenas noches, papá.

Trace se sentó a mi lado, tirando de la manta que estaba usando sobre su


regazo, también. Él envolvió su brazo alrededor de mis hombros mientras
yo descansaba mi cabeza en su pecho y me acurruqué más firmemente
contra su costado.

—¿Te divertiste?
—Lo hice, pero es algún rito masculino de transición, así que no puedo
decir lo que hemos hecho.

—Tu vientre está hasta el tope de cerveza en el bar de Bud durante toda la
noche mientras que se da el intercambio de… que grande historias.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Trace cuando se estiró y me tocó la


nariz.

—Exactamente.

Y al igual como su estado de ánimo cambio, cuando cambió de posición


para poder enmarcar mi cara entre sus manos antes de bajar la cabeza a la
mía.

—¿Crees que a tu papá le importará si lo hacemos en el sofá?

—Nunca lo he hecho en el sofá antes.

—¿En serio? bueno, siempre hay una primera vez para todo.
148 Y luego posa su boca en la mía mientras me envolvió en sus brazos y me
lleva a su regazo…

¡Madre mía, me gustó mucho en el sofá!

Dos días más tarde, fue el día de Acción de Gracias y me había levantado a
las seis para meter el pavo en el horno antes de volver a la cama hasta las
ocho.

Cuando bajé otra vez, me sorprendió encontrar a Trace ya levantado,


vestido con pantalones de pijama y una camiseta blanca. Se veía tan
perfecto estando allí, que sentí tanto placer y orgullo.

Me llamó la atención su sublime forma, cuando comenzó a cortar el apio y


la cebolla como un cocinero de canal de cocina.

Yo lo había visto cocinar antes, pero nunca presté atención al hecho de que
sabía moverse alrededor de la cocina como un chef profesional y me
pregunté ¿cómo aprendió a cocinar de esa manera?
—¿Dónde aprendiste a hacer eso? —le pregunté y Trace me miró por
encima de su hombro.

—Lo aprendí cuando era más joven.

Yo sospechaba que estaba siendo críptico a propósito y me pregunté sobre


eso también, pero yo no quería presionarlo así que, seguí avanzado más a
la cocina y me detuve justo detrás de él para presionar un beso justo entre
sus omóplatos.

—Buenos días. ¿Cómo has dormido?

Puso el cuchillo antes de darse la vuelta y puso sus brazos alrededor de mi


cintura.

—Sorprendentemente bien una vez que me puse a pensar en ti en esa cama


tuya sola.

Eché la cabeza y lo estudié antes de decir:

149 —He intentado colarme en tu habitación, pero a la derecha de mi papa, las


escaleras crujen.

Su expresión se volvió seria, casi trágica, y algo que no pude discernir brilló
en sus ojos antes de decir:

—Es la casa de tu padre. Tenemos que respetar sus deseos.

Un extraño escalofrío me atravesó ante la brusquedad de su tono y el brillo


duro en sus ojos de repente me hizo sospechar que lo que estaba diciendo
y lo que él pensaba eran dos cosas diferentes.

—Trace.

Vi como volvió en él y vi como el dolor regreso a sus ojos. Me abrazó más


fuerte mientras bajó la cabeza y me dio un beso en los labios. Su boca se
quedó por un momento y entonces dijo:

—Tengo que terminar el relleno.

—Voy a ayudar. Tenemos una hora antes del inicio del desfile.

Se echó hacia atrás y sonrió hacia mí.

—¿Ves el desfile?
—Cada año ¡Es mi parte favorita del día, además, aparte de la comida y
compañía, por supuesto!

—¿Lo has visto alguna vez en persona?

—No, eso no es lo mismo. Me gusta estar calentita en mi casa con mi café y


el fuego. ¿Qué tu no…?

—Nunca he visto el desfile.

Yo sabía que lo miraba incrédula, pero ¿cómo podía alguien haber vivido
veintiocho años y no haber visto el desfile Acción de Gracias de Macy?

—¿Ni siquiera en la televisión?

—No, pero sí tengo ganas de experimentar viéndolo por primera vez


contigo.

Me besó en la nariz y luego se volvió a recoger el cuchillo antes de decir:

—Si lavas las batatas, yo podría picarlas.


150
Yo me dirigí hacia la despensa preguntándome ¿qué clase de infancia tuvo?
Capítulo 10
Traducido SOS por Clau & Mir
Corregido por francatemartu

C
recer puede doler, y mucho. Trace y yo estábamos tratando de
asimilarnos en la vida del otro. Además de Trace, yo solo tenía un
puñado de amigos, de los cuales, el más cercano era Trent.

Por mi parte, me llevaba muy bien con los amigos de peleas de Trace, pero
eran las mujeres, las hordas de mujeres, con las que estaba teniendo
algunos problemas. Era muy duro ver la familiaridad de una mano en su
brazo acompañada de esa mirada cómplice, aquella que decía te he visto
desnudo. Saber que esos actos de profunda intimidad compartida en un
151 dormitorio habían sido compartidos con muchas otras, sí, no me resultaba
fácil.

Yo sabía que él regresaba a casa conmigo, que era yo quien compartía no


solo su cama si no su vida, pero aun así seguía muy consciente de que no
era capaz de admitir que era cierto. Claro, él había compartido su lucha y
sus amigos, pero no su pasado, su familia y los oscuros secretos que aún lo
atormentaban —no, no había compartido nada de eso—. Sin embargo, tenía
la esperanza de que a su debido tiempo, se sentiría más cómodo a mí
alrededor y se abriría después de que estuviésemos juntos por más tiempo
ya que sólo habíamos estado juntos por un tiempo corto.

En el plano personal, decidí que era hora de tomar un papel más activo en
mi carrera como escritora y, por mucho que me encantaba trabajar en
Clover con esas propinas irreales, no quería perder de vista mis sueños.
Escribir novelas era divertido y sabía que en algún momento tendría una
historia que contar, pero, mientras tanto, quería probar con el periodismo.
Sabía que conseguir un espacio en el periodismo sería duro, dado que la
mayoría de las publicaciones estaban sufriendo la tendencia a publicar de
manera digital en tiempo real en lugar de prensa impresa.

Apliqué por algunas posiciones con diarios en línea locales y estuve muy
emocionada cuando recibí una llamada para una entrevista en el lugar en el
que soñaba trabajar. El trabajo sería escribiendo sobre temas de actualidad,
centrándome sobre todo en las artes. Me lucí en la entrevista pero tenían
otros candidatos a considerar, así que estaba haciendo el juego de la
espera. Con un poco de suerte tendría mi propia columna en una de las
nuevas revistas en línea de la ciudad de Nueva York, In Step.

Para celebrar mi exitosa entrevista, Trace y yo fuimos a un bar de jazz en


ascenso y mientras él conseguía nuestras bebidas, yo me senté en una
mesa escuchando algo de blues seriamente bueno.

Una sombra cayó sobre mí y yo miré a unos pálidos ojos azules de mujer.
Me tomó un minuto encuadrar su rostro y ver que era una de las que Trace
había llevado a Clover, para la recaudación de fondos. Ella realmente era
hermosa, pero luego abrió la boca recordándome que también era una
arpía.

—Así que tú eres el sabor del mes de Trace. Bienvenida al club. —Luego
sacó la silla al otro lado de mí y se sentó, pasándose la mano por el largo y
claro cabello detrás de ella de manera de que cayera en cascada por su
152 delgada espalda como una cascada de oro.

—Soy Heidi.

—Ember.

—Tú fuiste la camarera esa noche, ¿no?

—Sí.

Ella se echó hacia atrás, pero mantuvo los ojos fijos en mí.

—Así que parece que lo tienes por más de una noche. ¿Cómo exactamente
lo lograste?

—Yo lo amo, él me ama.

Ella hizo un gesto con la mano como si fuera completamente


intrascendente.

—Él nos ama a todas, amor. —Debió haberme visto estremecer pues se
inclinó para estudiar mi cara más de cerca.

—Realmente no crees que contigo será diferente ¿verdad?

—Es diferente.
—Bueno, seguro que estás viviendo con él y te daré crédito por sacar eso a
relucir, pero Trace tiene sus demonios, y seguramente te habrás dado
cuenta por ti misma, que sus demonios mantienen todo el poder. ¿Te está
dando la línea de que no es lo suficientemente bueno para ti?

Palidecí y supe que ella lo notó porque una diabólica, pequeña sonrisa tocó
sus labios antes de que pudiera esconderla.

—Él nunca amará a nadie lo suficiente como para dejar atrás sus demonios,
ni para traerlos a la luz. Esa es simplemente la forma en que está hecho.
Sabes que todos esos ángeles en su brazo que no ven, no oyen y no hablan
nada maligno son todas las personas de su vida que conocían el secreto y
callaron. Tienes que estar muy jodido para marcarte con tu propia
pesadilla.

Yo había estado con Trace un tiempo y sabía de sus demonios, pero


también sabía que no había tenido segundas citas antes de mí así que
¿cómo podía Heidi saber tanto de él? Me acerqué a ella y le hice
exactamente esa pregunta.
153
—Él no sale dos veces con la misma chica, pero aun así parece que tienes
un conocimiento muy profundo acerca del hombre. ¿Cómo diablos sabes
tanto de él?

Su reacción fue interesante para mí dado que un ligero rubor tiñó sus
mejillas. Me di cuenta de que estaba avergonzada pero ¿qué podía hacer
que una puta arrogante como ella se avergonzara?

—Mierda, lo estás acosando ¿verdad?

—¡No!

Sacudí la cabeza y realmente la estudié antes de recostarme en mi silla y


reírme.

—¿Eres la Presidenta del club de caza de Trace?

Miró hacia abajo y acarició sus manos sobre su regazo antes de volver sus
ojos hacia mí.

—No seas ridícula.


—Sin embargo, aquí estás tratando de llegar a mí. No soy tan arrogante
como para creer que soy la única a la que le has hecho esto así que
¿con cuántas otras has tratado de tener esta charla?

No pensé que me iba a responder, pero ella me sorprendió.

—Las suficientes como para hacerme una imagen bastante acertada.

—Y eso ¿por qué te importa?

No fue tan arrogante cuando respondió:

—No estoy acostumbrada a ser rechazada.

—¿Trace hirió tu orgullo y por eso lo acechas? Creo, Heidi, que necesitas
superarte. —Me incliné más cerca y mantuve su mirada con fuerza en mis
ojos—. Lo amo. Él me ama. Es diferente conmigo y creo que ambos lo
sabemos. Supéralo Heidi, porque él lo hizo.

Ella se puso de pie y sin decir nada se fue, siendo tragada por la multitud.
154 A pesar de que sabía que todo lo que dijo probablemente eran solo sus
uvas agrias, no pude evitar la sensación de que había más verdad que
pesar en sus palabras.

Trace regresó poco después con las bebidas, y mientras puso mi copa de
vino en la mesa, se inclinó y me besó antes de tomar el asiento que Heidi
acababa de abandonar. Dobló su gran cuerpo en la silla y me estudió
durante un minuto antes de llegar a la mesa y tomar mi mano.

—¿Estás bien?

—Sí, sólo un poco cansada.

—¿Quieres irte?

—No, la música es muy relajante.

—Está bien, pero quiero saber si cambias de opinión.

Nos sentamos en silencio durante un rato y escuchamos la música. Un flujo


constante de personas se detuvo en nuestra mesa para saludar a Trace y en
medio de todo, yo estaba sentada allí meditando, reproduciendo las
palabras de Heidi en mi cabeza una y otra vez. Me negaba a creer que
Trace, si se lo pedía, no compartiría conmigo su pasado, así que fui
reuniendo coraje para hacerle la pregunta que quería —no, realmente
necesitaba, que me contestara.

—Trace, ¿podrías contarme acerca de tu infancia?

Su transformación fue inquietante ya que su cara se puso completamente


en blanco y sus ojos se volvieron extrañamente vacíos. Su cuerpo estaba
tenso, con los hombros rígidos y supe incluso antes de que me respondiera
que no iba a contarme.

—No.

—¿Por qué?

Me miró y sus ojos ardían con algo oscuro antes de que se acercara más y
dijera:

—Porque el pasado es pasado. Hablar de ello no lo cambia.

—¿Alguna vez hablas de ello?


155 —No, y no tengo planes de hacerlo.

—¿Y tus padres?

—Que se pudran en el infierno.

Traté de llegar a través de la mesa para sostener su mano, pero él la apartó


y cuando me miró, había una mirada tan lejana que nunca antes la había
visto.

—Hay cosas de las que no hablo, nunca, y para estar conmigo tienes que
aceptarlo.

—¿Ese eres realmente tú en tu brazo?

Yo sabía que mi pregunta lo había tomado desprevenido. La sorpresa brilló


en su rostro antes de que se levantara y mientras se inclinaba sobre la
mesa, me miró a los ojos y vi más que ira quemándolo, lo vi atormentado.

—Sí, Ember, lo soy. Yo fui una de las masas en la fosa pero me saqué a mí
mismo y ahora soy el maestro de mi propio infierno.

Se dio la vuelta y se alejó, y cuando vi que se marchaba, supe en el fondo


que la advertencia que Heidi me había dado no era solo uvas agrias. Me
senté allí, ya no interesada en la música y me pregunté hacia dónde iría y
por un momento, mis pensamientos se dirigieron al grupo de chicas que
estaban a la espera de que él les diera una señal. Realmente me había
hecho creer que me amaba, pero no estaba tan segura de que me amara lo
suficiente.

Una hora más tarde, todavía no había regresado, así que decidí ir a
buscarlo, pero cuando me levanté, Rafe apareció. Estaba claro por la
expresión de su rostro que no estaba feliz de estar allí.

—Se fue, ¿no?

—Sí.

—Hijo de puta. —Me aparté de la mesa con una ira irracional quemando a
través de mí.

—¿A dónde se fue?

—Una pelea.

156 —Y tú, ¿qué eres, mi niñera? ¿Es así como funciona, Rafe? ¿Se enoja y tiene
un berrinche y tú vienes a limpiar su desorden? ¿Soy la primera o esto sólo
parte del especial Trace Montgomery?

Pasé mi mano por mi cabello mientras trataba de controlar mi ira.

—Lo siento, Rafe.

—Él no debería haberte dejado, Ember.

Miré hacia arriba, a los comprensivos ojos verdes y sentí una oleada de ira.

—A la mierda.

Con eso salí hecha una furia del club y vi un taxi dejar pasajeros, así que
salté en él. A medida que el taxi avanzaba, Rafe apareció en la acera y
nuestros ojos se encontraron mientras el taxi se alejaba.

Yo no había ido a casa hasta cerca de las cuatro de la mañana y no creía


que Trace incluso estuviera en casa. Es por eso que casi me morí del susto
cuando escuché su profunda voz viniendo de las sombras mientras yo
cerraba la puerta. Él vino a mí desde el sofá de una manera muy
depredadora y cuando encendí las luces y vi su rostro, de hecho di un paso
hacia atrás. Hablaba con una voz ronca pero no podría decir si era de rabia
o algo más.
Él dijo:

—¿A dónde fuiste?

—A tranquilizarme.

—¿No te das cuenta de los peligros para una mujer caminando sola en esta
ciudad?

—Lo hago y tuve mi cuota de problemas, pero tú te fuiste primero, Trace,


no yo.

—Rafe estaba allí.

—Sí, y qué amable de tu parte para salir hecho una furia de allí, pero
asegurarte de que tuviera alguien que me escoltara a casa. ¿Es así como va
a ser, Trace? ¿Digo algo que no te gusta y tú te largas? ¿Harás lo mismo con
nuestros hijos si pasan por encima cierta línea arbitraria?

Su rostro palideció antes de susurrar:


157 —No quiero tener hijos, Ember.

Aunque yo no había pensado en tener hijos, ese comentario efectivamente


tomó el viento de mis velas ya que aún me gustaba la idea de tener la
opción.

—¿Nunca?

—No, no voy a someter a un niño —a la mierda que corre por mis venas. —
Me sostuvo la mirada y preguntó casi en un susurro—: ¿Vas a dejarme
ahora?

—¿Por qué crees que lo haría?

—Porque nada bueno dura.

Mis ojos se movieron hacia el tatuaje en su brazo cuando lo alcancé y tracé


el hombre en el trono. Sentí las lágrimas quemando en la parte posterior de
mi garganta pensando en lo realmente jodido que estaba pero yo lo amaba.
Lo amaba lo suficiente para quedarme y cuando miré hacia él, sabía que
mis sentimientos estaban allí en mis ojos pero dije las palabras de todos
modos.

—Te amo y eso incluye a todos sus demonios. No voy a ninguna parte.
Su boca descendió sobre la mía mientras me empujó contra la puerta. Su
beso era casi brutal, agitado por todas las emociones que ardían a través de
él. Se dejó caer de rodillas y levantó mi falda para sacarme las bragas por
las piernas y me estabilicé en su hombro para salir de ellas. Sus ojos
miraban hacia arriba directamente en los míos cuando se inclinó más cerca
y me tomó en su boca. Nuestros ojos estaban fijos mientras me daba placer
de una manera que nunca había experimentado antes. Cuando sentí que
empezaba a romperme, cerré los ojos y apoyé la cabeza contra la puerta
mientras él me llevaba a un clímax asombroso.

Mis piernas estaban débiles y casi se deslizaron por la pared en la más


absoluta alegría cuando escuché su cremallera. El deseo quemaba una vez
más a través de mí cuando Trace me levantó hacia él y me llenó. Envolví
mis piernas alrededor de su cintura y fusione mi boca con la suya. Era con
una determinación decidida que él se movía profundo y duro. Sacó su boca
de la mía y apretó sus labios contra mi cuello, rozando mi garganta con los
dientes. Sentí que me corría otra vez y lo sentí ponerse rígido cuando nos
corrimos juntos.
158
Después de esa noche no hablamos de la pelea, no discutimos sobre niños
—o la falta de ellos—, y no me volví a entrometer en su pasado. Aunque
Trace parecía más que contento con nuestro acuerdo, yo no lo estaba
mucho. Estábamos, por falta de una mejor metáfora, evitando al elefante
en la habitación. Yo era consolada por la infancia de nuestra relación y la
esperanza de que la confianza y la revelación completa pudieran llegar más
tarde.

Estaba trabajando en Clover una noche y cuando me acerqué a una mesa


de una pareja mayor, que estaban tal vez en sus cincuenta años, me llamó
la atención por un momento cuán familiares parecían. Me detuve en su
mesa y ofrecí un saludo que llevó a ambos a mirarme.

—Buenas noches. ¿Puedo conseguirles algo para beber mientras miran el


menú?

—Si eres una hermosa joven. ¿Cómo te llamas, querida?

—Ember.
—Hola, Ember.

La forma en que me miraban era un poco desconcertante. Casi me daba la


sensación de que me estaban diseccionando, en busca de todos mis
secretos, y la sensación hizo que un escalofrío se deslizara por mi espalda.

—¿Eres de por aquí?

Me pareció que era una pregunta extraña y me pregunté por qué le


importaría, pero le contesté:

—No, soy de Fishtown, Filadefia.

—Qué bonito.

—Vivian, pide tu bebida.

La voz del hombre era dura e inflexible, y me di cuenta que la mujer


reaccionó a ella de inmediato, como una tortuga metiéndose dentro de su
caparazón. Apenas me miró cuando dijo:
159 —Vodka con tónica, tres aceitunas.

—Glenlivet, puro. —Y luego me despidieron. Vivian no hizo ningún otro


intento de charla cuando pidió su orden para la cena y cuando la factura
llegó, el hombre pagó, dejándome veinticinco por ciento de propina, y se
fueron sin siquiera un adiós. Por qué ese encuentro se quedó conmigo, no
lo sé, pero lo hizo.

Esa noche me fui del restaurante para encontrar a Trace esperándome.


Estaba apoyado en su motocicleta con las manos en los bolsillos de sus
pantalones vaqueros y, no importa cuántas veces lo había visto así, nunca
me cansaba. Una sonrisa se dibujó en sus labios, tan pronto como me vio y,
cuando llegó a mí, me fui directo a sus brazos, presionándome contra él lo
más que pude. Sus labios rozaron mi oreja antes de susurrar:

—¿Mala noche?

—Sí.

—¿Tienes hambre?

—No, simplemente estoy cansada.


Alcanzó mi cara con su mano y levantó mi mirada hacia él; las emociones
agitándose en sus ojos dejaron el aliento quieto en mis pulmones.

—Estoy jodido por donde me mires, Ember, y habrá momentos en los que
no pueda darte todo que mereces, como cuando salgo corriendo hecho una
furia o me cierro. Mis demonios… yo los he tenido durante tanto tiempo
que me he acostumbrado a ellos, pero cuando estoy contigo, los demonios
están callados y por primera vez en mi vida hay paz. Eres mi bálsamo, mi
tabla de salvación, Ember, y todo lo que este hombre jodido tiene para
darte: este cuerpo, mi corazón y mi alma dañada, es tuyo. Dijiste que para
ti, soy yo y eso es lo que eres para mí. Tú, eres tú, Ember.

Me sentía demasiado abrumada y encontré que sólo podía responder


lanzando mis brazos a su alrededor mientras enterraba mi cara en el hueco
de su cuello.

160
Capítulo 11
Traducido por Mir & nelshia
Corregido por Bibliotecaria70

T
race tenía una sorpresa para mí y era muy bueno en ocultarla. Me
despertó a las siete de la mañana, me dijo que llevara un suéter, y a
las ocho estábamos en su motocicleta rumbo a fuera de la ciudad.

Llegamos a un puerto deportivo, situado a orillas del río Hudson y estaba


un poco confundida. Trace se bajó de su motocicleta y tomó mi mano con
una sonrisa tirando de su boca. Me llevó por un largo muelle flotante a un
hermoso velero de casi diez metros.

—¿Alguna vez has navegado antes?


161
—No, pero siempre he querido. —Miré al barco antes de volverme hacia él.

—¿Esto es tuyo?

—Sí.

Me sorprendí al escuchar eso, y me preguntaba cómo podía darse el lujo.


Una parte de mí quería preguntar, ya que, claramente, había mucho más de
Trace de lo que sabía, pero tenía la sensación de que preguntarle echaría a
perder su estado de ánimo, así que pospuse la pregunta para otro
momento.

—Vaya, es hermoso.

Alzó la mano para recorrer mi mandíbula con su dedo.

—Tú eres hermosa.

Sonreí antes de preguntar:

—Solicito permiso para abordar, Capitán.

—Permiso concedido, cariño. —Él abordó detrás de mí para luego alcanzar


mi mano y tirar hacia la entrada de la cabina.
—Ven a ver debajo de la cubierta.

Los suelos y mostradores eran de madera de arce y había una pequeña


cocina con nevera, estufa, lavabo, un área de comedor con una mesa y
bancos que estaban tapizados en cuero beige. Había un baño y dos
camarotes: uno en la popa y otro en la proa.

Luego le dije:

—Es más grande de lo que parece desde fuera.

—Cómodo, también. El almuerzo está en la nevera así que por qué no


soltamos amarras, zarpamos y entonces podemos comer en cubierta, si
funciona para ti.

Durante los siguientes veinte minutos, me senté y observé como Trace


preparaba el barco, una belleza llamada Chelsea con una gran cantidad de
madera de teca. No podía dejar de preguntarme quién era Chelsea para
haber sido tan cercana a Trace que nombrara a su barco con su nombre.
Tenía muchas ganas de preguntar, pero no me atrevía a hacerlo. Una parte
162 de mí esperaba que compartiera la información de forma voluntaria, pero
fue evidente después de los primeros diez minutos que no tenía intención
de hacerlo.

Oí el sonido del motor momentos antes de que se alejara del muelle.


Siempre me habían gustado los paseos en bote, había estado en numerosas
lanchas cuando era más pequeña, y había algo en sobrevolar la superficie
del agua que amaba. El movimiento suave, el casco cortando
silenciosamente a través del agua, el viento levantado por nuestro
movimiento, era tan tranquilo y cuando Trace levantó las velas y se
llenaron de aire para movernos sin hacer ruido a través del agua, nunca vi
una visión más serena. Cuando Trace habló, me sacó de mis agradables
pensamientos.

—¿Quieres probar? —preguntó desde su posición detrás del timón.

—¿Dirigir el barco? ¿Estás seguro?

—Por supuesto.

Me acerqué y Trace se movió a un lado para dejarme tomar su puesto antes


de moverse para pararse justo detrás de mí con su pecho contra mi
espalda.
—Sostén el timón para que se mantenga constante. El viento y las velas se
encargarán del resto.

Hice lo que me pidió y sus manos se posaron en mis caderas, listo para
asumir el control si fuera necesario. Debo decir que me pareció que la
experiencia era muy romántica. Los labios de Trace rozaron mi cuello e
incliné la cabeza para darle mejor acceso. Su contacto como pluma hacía
que escalofríos corrieran mis brazos, y luego susurró:

—¿Qué piensas?

Volví la cabeza hacia él y sonreí antes de contestar:

—Increíble.

Me sostuvo la mirada por un momento mientras su mano se movía debajo


de mi camisa, subiendo lentamente por mi costado antes de ahuecar mi
pecho, apretándolo suavemente mientras sus labios se presionaban contra
los míos. Por un momento me olvidé de navegar, olvidé que estaba
actuando como capitán, pero la risa de Trace me trajo de nuevo a la
163 realidad cuando su mano se movió de debajo de mi camisa para sujetar el
timón. Sus ojos eran oscuros y su voz, un susurro áspero, cuando dijo:

—Eres muy receptiva, Ember.

—Sólo contigo.

Él gruñó bajo en su garganta antes de besarme con fuerza en la boca.

—Tenemos que echar el ancla.

—Amén. —Pensé que había murmurado eso, pero un vistazo a la mirada


caliente de Trace y me di cuenta que no lo había hecho.

Llegamos a una parte más amplia del río e hicimos justo eso, pero en lugar
de movernos hacia abajo, preferentemente a uno de los camarotes, Trace
me sorprendió cuando dijo:

—Encuéntrame en la cubierta.

Desapareció bajo cubierta y reapareció con una cesta de picnic, una botella
de Cabernet y dos copas de vino. Tomé el paño rojo y blanco a cuadros que
también llevaba y lo extendí sobre la cubierta antes de que ambos nos
sentáramos. Él me sonreía cuando preguntó:
—¿Quieres una copa de vino?

Entrecerré los ojos, porque sabía lo que estaba haciendo, volviéndome loca
con anticipación, así que respondí honestamente:

—Por favor, de pronto estoy bastante sedienta.

Mientras que él se reía y descorchaba el vino, abrí la tapa de la cesta y


empecé a sacar platos, mientras los desenvolvía y los ponía sobre la tela.
Tenía que admitir que la vista del pollo frito frío, la ensalada de patatas, la
ensalada de judías verdes y las frescas fresas con crema, se veían muy
apetecibles.

Trace me dio una copa antes de tocar el borde de la suya con la mía.

—Por ti, Ember.

—Por nosotros.

Me miraba desde el borde de su copa mientras tomaba un sorbo. Puso el


164 vaso sobre la cubierta y sirvió algo de comida para mí antes de tomar algo
para sí. Era encantador, sentir el suave balanceo del barco, mientras comía
un delicioso almuerzo con una fabulosa compañía. Terminamos y
colocamos todo en la canasta. Estaba a punto de llevarla abajo cuando
Trace me detuvo, curvando su mano alrededor de mi cuello y tirando de mí
hacia él mientras su boca cubría la mía y luego rodó, sujetándome debajo
de él. Envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras su mano se
movió hasta acariciar mi pecho, su pulgar frotaba el pico tenso, causando
que un gemido escapara de mis labios.

—Te deseo, Ember.

De alguna manera se puso de pie y me levantó en sus brazos, sus labios


aún en los míos, antes de retirarse y sonreír mientras se abría camino por
la cubierta y a lo largo de la borda. Llegamos a las escaleras y me puso de
pie.

—Después de ti, dulce.

Mi corazón estaba en mi garganta mientras la anticipación crepitaba por mi


piel. Bajé los tres escalones a la cabina y me moví para colocarme en el
pequeño comedor. Trace me siguió y se puso delante de mí mientras sus
manos tiraban de mi cabello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y
me apreté contra él antes de tocar mis labios con los suyos. Él no dudó en
tomar el beso más profundo, besándome como si pudiera pasar el resto de
su vida haciéndolo.

Siempre pensé de besar como una actividad ligeramente agradable, pero


Trace lo hacía de forma artística. Mis rodillas se pusieron débiles mientras
me movía hacia atrás hasta que mis piernas golpearon la cama. La boca de
Trace no había dejado la mía, pero sentí sus manos moviéndose por mi
cuerpo. Terminaron descansando en el borde de mi suéter antes de que
tomara el tejido en sus manos y lo levantara, alejándose de mí sólo el
tiempo suficiente para pasarlo por mi cabeza y descartarlo. Su boca volvió
a la mía y se movió para dejar un camino de besos por mi cuello y por
encima de mi clavícula antes de seguir un camino de vuelta hasta el otro
lado. Traté de sacar su camisa de sus pantalones vaqueros, para poder
sentir su piel bajo mis manos.

—Quiero sentirte, Trace —le susurré.

Tiró de mí para quitarse la camisa y la vista de él provocó la reacción


normal en mí.
165
Oh.

Mi.

Dios.

Se quedó allí de pie, con los puños apretados a sus costados,


observándome con los ojos oscuros mientras mis manos se deslizaban
hasta sus brazos, sobre sus hombros y hacia abajo a sus pectorales a su
paquete de abdominales.

—Eres tan hermoso.

Tracé una mano por encima de su lado y mientras me movía en torno a él,
mi mano vagó por encima de su hermoso hombro y bajó por el amarre de
músculos que enmarcaban su columna. Eso no era suficiente de modo que
presioné un beso en la base de su espina dorsal antes de subir lamiéndolo
a lo largo esa línea. Lo sentí tensarse a medida que un gruñido rodó a
través de él. Cuándo me extendí al centro de su espalda, hacia su tatuaje,
hice lo que había querido hacer desde la primera vez que lo vi; trace la obra
recorriéndola con mi lengua.

—Me estás matando, Ember.


—Pero vas a morir como un hombre feliz.

Se dio la vuelta y tiró de mí a sus brazos y antes de que su boca cubriera la


mía, él prácticamente rugió:

—Joder, sí.

Una semana después de nuestro viaje en velero llegué a casa del trabajo
una noche para ser saludada en la puerta por Trace quien me atrajo a sus
brazos y me besó, un agradable, largo y provocativo beso antes de que
alcanzará mi mano.

—Quiero mostrarte algo.

Comenzamos a bajar por el pasillo, pero me detuve cuando vi la sala de


estar, más específicamente la imagen en la pared, una imagen de mí. No
166 puedo comenzar a describir los sentimientos que habían estado ardiendo a
través de mí con el conocimiento de que aparecía no sólo en una imagen
sino en la única foto en su pared. Lágrimas quemaron la parte de atrás de
mis ojos mientras me di la vuelta, mi enfoque en Trace para encontrar que
él ya estaba mirándome.

—¿Cuándo? ¿Por qué? —pregunté y observé la sonrisa que arqueaba las


comisuras de su boca antes de que respondiera.

—Después de que apareciste en mi apartamento esa primera vez, lo sabía.

—¿Qué sabías? —le pregunté.

Sostuvo mi mirada y respondió a en voz baja:

—Que importabas.

No tenía palabras así que en su lugar me incliné hacia él y presioné mis


labios en los suyos. Me retiré y sus ojos eran oscuros con deseo mientras
tomaba mi mano y tiraba de mí por el pasillo hacia su habitación. Encendió
la luz antes de trasladarse al armario y cuando lo abrió, vi que la mitad del
espacio había sido despejado. Me tomó un minuto entender y cuando lo
hice mis ojos se movieron a los suyos para encontrarle observándome en
silencio, casi causalmente, pero no me perdí la tensión en sus hombros o la
dureza en su mandíbula.
—Despejé dos de los cajones en la cómoda del vestidor e hice espacio
sobre el mostrador en el cuarto de baño. Sé que ya estás viviendo aquí,
pero quería hacer oficial de que estás viviendo aquí conmigo.

Tuve la clara impresión de que estaba esperando que negara la reclamación


y otra vez no pude dejar de preguntarme lo que sucedió en su vida que le
hizo pensar tan poco de sí. No era tiempo para pensar en eso así que en su
lugar sonreí con una gran, sonrisa tonta.

—Considéralo oficial, Trace. Estar aquí contigo es exactamente donde


quiero estar.

Su respuesta a eso fue interesante como él sólo se quedó allí de pie, en


silencio observándome. Me estaba preguntado lo que estaba pasando por
su cabeza hasta que lo ofreció en voz baja:

—Tengo una unidad de almacenamiento en el sótano si la necesitas.

—Gracias.

167 Él asintió antes de que comenzar a salir de la habitación.

—Voy a comprobar la cena.

—¿Trace?

Se detuvo en el umbral pero no se volvió hacia mí cuando contestó:

—Sí.

—Dime ¿qué estás pensando?

El silencio que siguió a mi pregunta se estiró por tanto tiempo, que pensé
que no iba a contestarme y a continuación, para mi sorpresa, volvió la
cabeza y me miró directamente a los ojos.

—Sólo necesito unos minutos, Ember.

—¿Por qué?

—No pasa todos los días que un deseo se hace realidad y tú, Ember, eres la
respuesta a mi deseo.

Caminó fuera de la habitación antes de que pudiera responder, pero estaba


completamente deshecha por su confesión y no podía ni siquiera hablar.
Me dejé caer sobre el borde de la cama y sólo me quedé mirando la puerta
vacía.

A la mañana siguiente después de que Trace fue al gimnasio, me dirigí


hacia abajo al sótano. Tenía una sonrisa ridícula en mi cara; sabía que la
tenía pero cuando un hombre te amaba con la intensidad y la pasión que
Trace demostró tanto esa mañana y la noche anterior, bueno, no podía
evitarlo.

No había hablado de sus palabras hacía mí, pero las entendía, desde que yo
también, había querido a alguien para llamar mío propio, para ser sólo mío.
Sabía que su deseo era precisamente eso.

No pude dejar de preguntarme, si él realmente sentía de esa manera sobre


mí, entonces, ¿quién era Chelsea? ¿Qué fue Chelsea para él? Quería
preguntarle, pero sabía que no contestaría, por lo menos todavía no. El
sótano era enorme, en caso contrario sería un poco espeluznante pero todo
estaba bien organizado, lo que hizo muy fácil localizar la unidad de
almacenamiento de Trace.
168
No había mucho en ella, unas pocas piezas de muebles y algunas cajas, en
las cuales me asomé mientras intentaba organizar mis cajas con las suyas.
Un periódico viejo en una de las cajas atrapó mi atención. Tiré de él
sacándolo fuera y me sorprendí al ver la fecha del mismo, 1999. El
periódico era de algún lugar en Ohio y el titular de la historia era acerca de
un espantoso doble asesinato. Me di cuenta de las anotaciones a lo largo de
los márgenes del papel pero estaban hechos en un formato de taquigrafía
así que no pude leerlos. No había reconocido los nombres de la gente en el
artículo, pero mientras leía, sentí mi estómago apretarse en el muy forense
pero innegablemente horripilante relato de los asesinatos. ¿Por qué Trace
tiene esto? Doblé el periódico y lo coloqué de vuelta en la caja, pero una
semilla de presentimiento se arraigó con firmeza en mis entrañas.

Dos semanas después de mi entrevista con In Step, me ofrecieron el puesto


y, aunque estaría trabajando desde casa la mayor parte del tiempo, tenía
que ir a la oficina para conocerlos a todos. Me vestí en uno de mis únicos
trajes de pantalón y tiré de mi pelo para arriba en un recogido antes de
añadir un toque de maquillaje. Trace estaba en la cocina y tenía café,
huevos y pan tostado en espera para mí, pero tan pronto como se dio la
vuelta y me vio, una sonrisa se extendió por encima de su cara mientras se
enderezaba de poner mi plato en la mesa de la cocina.

—Te ves hermosa.

Miré hacia abajo a mi traje sastre Jones of New York antes de que mi vista
regresara hacia él y sonreí.

—Gracias.

—¿Estás nerviosa?

—Un poco, pero estoy tan emocionada de estar recibiendo esta


oportunidad.

—Ellos tienen suerte de tenerte.

Había algo en su tono que me hizo inclinar mi cabeza para estudiarlo.

—¿Qué pasa?
169
Metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros y miró hacia abajo por un
segundo antes de encontrarse con mi mirada.

—Te extrañaré.

—¿Podrías darme un paseo?

Su rostro sólo se iluminó antes de que preguntara:

—¿Estás segura?

—Absolutamente y tal vez ¿podría llamarte para recogerme?

La sonrisa que se extendió por su rostro era hermosa y saber que iba a
extrañarme —este duro y fuerte hombre— causó un largo y lento tirón en
mi corazón. Caminó hacia mí y me envolvió en sus brazos y justo antes de
besarme, susurró:

—Realmente me gustaría eso.

El edificio estaba ubicado en el centro de Manhattan, e In Step ocupaba dos


pisos del edificio de cincuenta y siete pisos. Me reuní en el vestíbulo con mi
supervisor inmediato, un tal señor Cal Baker, quien era una de las personas
con quien me entrevisté. Era un caballero de cuarenta y tantos años con
pequeñas entradas en el cabello, más bien medianas, pero que vestía
maravillosamente de Brooks Brothers.

—Ember, es agradable verla de nuevo.

—¡Hola, Sr. Baker!

—Hay una reunión de personal en una hora, la cual será una gran
oportunidad para que conozcas a todos en el equipo. Como mencioné en la
entrevista, usted trabajará desde su casa la mayoría de los días, sólo tendrá
que venir a la oficina de vez en cuando para las reuniones. En un principio,
voy a darte las asignaciones pero una vez que estés cómoda, serás libre
para escribir las historias que te interesan. Monitoreamos el éxito de esas y
haremos cambios en consecuencia.

—Suena muy bien.

Cuando llegamos a la oficina, me sorprendió la cantidad de gente


pululando alrededor ya que asumía que la mayoría estaría trabajando
desde su casa. Mientras me conducían por el pasillo, la gente se paraba
170 para decir hola. Era un ambiente muy acogedor, todos eran muy amables,
bueno, casi todos. Había una persona a la que parecía no gustarle, yo
tampoco fui fan de ella cuando me entrevistó. Su nombre era Caroline
Wiggs y era la editora en jefe. Me preguntaba, y no por primera vez, si no le
gustaba al editor en jefe entonces ¿cómo había conseguido el trabajo?
Tenía mi propia opinión al respecto. Cuando el Sr. Barker nos detuvo
delante de su oficina, ella apenas me reconoció y mientras seguimos
nuestro camino, el Sr. Baker me miró.

—Lo siento por eso. No estoy muy seguro de lo que pasa con ella.

Sonreí en respuesta, pero no dije nada.

La reunión de personal fue increíble: la gente lanzando opiniones, lluvia de


ideas, riendo, bromeando. Era tan divertido que me encontré realmente
esperando nuestra próxima reunión. Antes de irme me dieron mi
asignación: escribir sobre un festival de jazz local que tendría lugar en el
Village durante el fin de semana. El Sr. Baker me acompañó hasta el
ascensor y me dio la mano antes de decir:

—Bienvenida al equipo, Ember. Realmente es genial tenerte.

—Gracias por la oportunidad, Sr. Baker.


Cuando las puertas del ascensor se cerraron, saqué mi teléfono y llamé a
Trace, que respondió en el primer timbre.

—Hey, Ember, ¿cómo te fue?

—Fue impresionante, Trace. Realmente voy a amar este trabajo. Mi primera


asignación es un festival de jazz en el Village este fin de semana. ¿Estás
libre para venir conmigo?

—Por supuesto. ¿Así que estás lista para que vaya a buscarte?

—Sí.

Pasé por la puerta hacia la luz del sol cuando Trace dijo:

—Mira hacia arriba, preciosa.

Y cuando lo hice, él estaba allí, apoyado en su bicicleta con una gran


sonrisa en su rostro.

—Te amo, Trace Montgomery.


171
—Ah, amor, me encanta oírte decir eso.

El festival fue maravilloso, pero la compañía, Trace y Trent, fue aún mejor.
Trace me ofreció usar su oficina así que el domingo, después de que él
fuera al gimnasio, me dirigí a la sala al final del pasillo. Empujé la puerta y
luego mis pies se detuvieron ya que sobre la mesa había un nuevo
ordenador portátil con un gran lazo rojo en él. Mi diario, el que había
llevado al festival para tomar notas, estaba apoyado al lado del ordenador
portátil y una hermosa pluma Tibaldi descansaba en la parte superior del
mismo. Sentí las lágrimas mientras me movía alrededor de la mesa, me
instalaba en la silla y pasaba la mano amorosamente sobre el equipo.
Demonios o no, había una gran cantidad de amor en el hombre. Entonces
me di cuenta de una nota colocada al lado de mi diario.

Ember,

El hombre de la tienda lo configuró con todos los requisitos que el Sr. Baker
recomendó.
Tu ID es EmberLove y la contraseña es Mía. Que te diviertas.

Con amor,

Trace

¿Era de extrañar que amara tanto a este hombre?

Levanté la tapa del ordenador portátil y me puse a trabajar. Había estado


trabajando durante más de dos horas cuando necesité un descanso. Me
moví para pararme, pero cuando me volví en mi silla, golpeé
accidentalmente mi pluma enviándola hacia el borde del escritorio. Cuando
me moví para recogerla, me di cuenta de un trozo de papel en el suelo.
Rescaté la resbaladiza pluma y sucede que le eché un vistazo y me di
cuenta que era un recibo de depósito bancario. Mis ojos se abrieron al
tamaño de platillos al ver el saldo de la cuenta. Cuando era pequeña, mi
padre era afortunado si sus ahorros alcanzaban cuatro dígitos, pero la
cuenta de Trace había progresado a los siete dígitos. Me quedé paralizada
ya que nunca había visto tanto dinero antes excepto en los juegos de mesa.
172 Cuando el shock inicial se disipó, coloqué la hoja sobre la mesa y traté de
no pensar en ello. Las finanzas de Trace no eran de mi incumbencia, pero
una vocecita en mi cabeza se preguntó cómo un luchador aficionado hacía
tanto dinero.

Esa noche, Trace y yo estábamos sentados en la sala de estar viendo las


noticias, bueno, no estábamos realmente prestando atención a las noticias,
pero estaban de fondo. Me senté a horcajadas sobre su regazo mientras
presionaba besos en su cara.

—¿Te di las gracias por el portátil?

—En repetidas ocasiones, y eres bienvenida a seguir dándome las gracias.

Extendí besos por su cuello mientras mis manos alcanzaron su camisa para
poder levantarla hacia arriba para pasarla sobre la cabeza, luego me tomé
un momento para apreciar su muy buena forma.

—Dios, me encanta tu cuerpo.

Mis manos no podían dejar de estirarse para correr su pecho, hasta sus
abdominales, los brazos y sobre sus hombros. Moví los ojos de la
exploración de su magnífico cuerpo hacia la cara sólo para ver que sus ojos
se habían oscurecido con deseo antes de que él ofreciera con voz ronca:
—No te detengas ahí, cariño.

Me sonrojé y sentí que mi cara se teñía todo el camino hasta el nacimiento


del pelo, pero la expresión de Trace nunca vaciló cuando tomó mi mano y
la movió por su cuerpo al gran bulto presionando contra sus vaqueros. Mis
ojos sostuvieron los suyos mientras lo frotaba pero no era suficiente, así
que destrabé el botón de sus pantalones y lo desabroché, lentamente, antes
de que mi mano buscara y lo encontrara. Sus ojos se cerraron en un
gemido cuando recorrí con mi mano su longitud, girando ligeramente
cuando alcancé la punta. Era muy poderoso volver a este increíble hombre
débil con necesidad, pero solía afectar a muchos más que sólo a él. Estaba
a punto de rectificar eso cuando algo en las noticias hizo que los ojos de
Trace se abrieran antes de que físicamente me levantara de su regazo. Sus
ojos ardían agujeros en la televisión y entonces él estaba de pie, cerrando
la cremallera de sus pantalones y poniéndose su camiseta.

—¿Trace?

—Tengo que salir.


173
Y entonces se había ido.

Me quedé en estado de shock preguntándome qué había sucedido. Me volví


hacia la televisión y alcancé el mando a distancia para rebobinar la historia
que había causado tal reacción en él. Algún local, Charles Michaels, anunció
su intención de postularse para el Senado. Me senté en el sofá resistiendo
las ganas de rascarme la cabeza. ¿Quién demonios era Charles Michaels y
por qué Trace reaccionó tan enérgicamente a las noticias sobre él?
Capítulo 12
Traducido por Mona & Clau12345
Corregido por Aldebarán

D
espués de la noticia sobre Charles Michaels, Trace comenzó a
cambiar. Eran pequeñas cosas al principio como olvidarse de
llamarme si él iba a perderse la cena, pero a medida que los días se
convirtieron en semanas, los cambios en él eran más significativos. Se
quedaba fuera más tiempo y peleaba más a menudo, pero era la pared que
él construía entre nosotros lo que me preocupaba. El hombre del que me
enamoré estaba desapareciendo y cualquier intento que hiciera por llegar a
Trace para hablar de ello resultaba inútil. De noche él era todo lo contrario,
amándome con tal intensidad que casi parecía desesperación, como si cada
174
noche fuera la última. Sabía que Charles Michaels era el catalizador para el
cambio de Trace pero él rechazaba hablar de ello.

Traté de saber más de Charles Michaels buscándolo por Google pero aparte
de aprender que era un hombre de negocios astuto y un hijo de puta al
límite, yo no podía encontrar ninguna conexión con Trace. Había alguien
que yo conocía, mi tío Josh, que podría cavar más profundo pero tendría
que hablarle a mi papá primero ya que ellos no habían hablado entre sí en
realmente mucho tiempo.

Independientemente de lo que estaba pasando en la cabeza de Trace,


quería asegurarle que yo no iba a ninguna parte. Dos semanas después de
que él tan abruptamente dejara el apartamento, me di cuenta que si nos
quedábamos juntos quizás no dependía y nunca había dependido de mí.

Trace se había ido otra vez y con mi tarea hecha, me estaba cansando de
mi propia compañía entonces decidí dar un paseo. Hacía mucho frío y la
Navidad estaba a la vuelta de la esquina entonces me envolví en mi abrigo,
gorro y guantes y continué mi camino. El paseo se sentía bien, el aire fresco
era extrañamente refrescante.

Caminé durante casi una hora y decidí comer algo en aquella cafetería
favorita de Trace. Estaba justo del otro lado de la calle del pequeño
restaurante y estaba a punto de cruzar, pero me detuve cuando reconocí
parte de una pareja en la ventana delantera. Incluso desde mi distancia yo
sabía que era Trace; reconocería a ese hombre en cualquier lugar, pero era
la morena sentada frente a él la que tenía todo el aire saliendo de mis
pulmones. Estaban inclinados entre sí de un modo muy íntimo con afecto
muy claro del uno por el otro sobre sus rostros, pero era su mano estirada
a través de la mesa sosteniendo las de ella lo que dolió más.

Solamente me quedé allí y los miré fijamente sintiéndome como una


extraña mientras las lágrimas se derramaban por mi rostro. Me aparté de
ellos y comencé a caminar sin rumbo mientras la angustia luchaba con la
cólera porque lo amaba y quería estar con él pero no iba a jugar a ser la
otra de alguien.

No me había dado cuenta de cuánto tiempo estuve fuera hasta que el cielo
comenzó a volverse oscuro entonces hice señas al taxi y me dirigí a casa.
Entré al apartamento saludada por la visión de Trace yendo de un lado al
otro del apartamento como una pantera enjaulada. La expresión sobre su
rostro cuando él dio la vuelta y me vio fue una que nunca olvidaré. Él lucía
175
roto, pero cuando habló había cólera.

—¿Dónde diablos has estado?

—Lo siento, di un paseo y no me di cuenta de cuán tarde se había hecho.

Él se quedó allí como si estuviera arraigado en el piso. Podría decir que se


estaba conteniendo de nuevo presumiblemente porque no sabía lo que
haría si pusiera sus manos sobre mí: estrujar el aire fuera de mí o ponerme
sobre su rodilla.

Encontré su reacción siendo muy extraña particularmente porque la


imagen de él y la mujer todavía seguía grabada en mi cerebro. Mi propio
temperamento chisporroteó debajo de la superficie cuando sostuve su
mirada y pregunté:

—¿Dónde estabas?

Lo vi solamente por un segundo, la culpa, antes de que él dijera:

—Estaba en el gimnasio.

—El gimnasio. —Una profunda sensación de decepción y un dolor


punzante en los alrededores de mi corazón me consumió por aquella
traición. Sentí las lágrimas quemando la parte posterior de mi garganta
cuando me encaminé a la habitación al final del pasillo.

—¿Ember? —Su voz era tan suave, tierna incluso, pero no me atrevía a
mirarlo a los ojos cuando hablé.

—Una profecía que tiende a cumplirse. Nunca entendí realmente el


concepto porque nunca realmente lo creí posible. Me refiero a la idea de
querer tanto que algo no suceda que terminas por actuar de una manera
que causa exactamente lo que esperabas que no llegara a pasar, cuán
absurdo. —Y luego levanté mis ojos a sus preocupados ojos antes de que
yo añadiera—: Ya no encuentro el concepto tan absurdo.

Sostuve su mirada antes de que yo susurrara:

—No me importa que secretos tienes porque el hombre en que te has


convertido proviene en parte de esos secretos, pero odio lo que aferrarte a
ellos te hace.

Limpié mis ojos antes de salirme de la habitación.


176
—Me voy a la cama.

Estaba sorprendida cuando más tarde esa noche Trace se unió a mí en la


cama y más que él continuara amándome tan completamente y
dulcemente. Y después me mantuvo cerca y cuando comencé a quedarme
dormida él susurró algo que no estaba segura que se suponía debía
escuchar. Las palabras y cómo las dijo se atascaron conmigo porque ellas
sonaron más como un adiós en vez de un voto de amor.

—En mi vida nunca amaré a nadie como te amo.

Dos días más tarde me encontraba sola otra vez cuando alguien llamó a la
puerta. La abrí y me sorprendí de ver a Rafe parado allí.

—¿Puedo entrar?

—Seguro. Trace no está aquí. En realidad no sé dónde está él.

Rafe atravesó el umbral y se quitó el abrigo antes de colgarlo en el


perchero.

—¿Qué te trae aquí, Rafe?


Él metió sus manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros mientras
retrocedía sobre sus talones.

—Estoy preocupado por Trace.

—Bienvenido al club. Podemos hablar en la cocina mientras hago algo de


café.

Me siguió por el pasillo antes del instalarse en el mostrador. Mientras molía


los granos, me volví totalmente hacia él.

—¿Qué más no estoy viendo?

—Él pelea todas las noches, múltiples peleas, pero no lo hace por amor a
ello como es habitual. Hay algo provocándolo.

Vertí el agua en la cafetera antes de agregar el filtro y los granos. Lo fijé


para que goteara y me moví para unirme a Rafe en el mostrador.

—¿Conoces a Charles Michaels?


177 La reacción de Rafe fue sutil, pero evidente; él sabía algo, pero cuando
contestó lo minimizó.

—¿El hombre que se está presentando para el Senado? ¿No, por qué?

—El comportamiento extraño de Trace comenzó la noche cuando escuchó


acerca de ese hombre en las noticias.

Rafe estaba en silencio por un minuto y cuando habló obtuve la sensación


de que él no me hablaba a mí.

—¿Qué demonios?

—Desearía poder decirte más pero él nunca está aquí, Rafe. Incluso apenas
duerme aquí. —Sentí las lágrimas así que me seque los ojos.

—¿Qué, Ember?

—Lo vi el otro día almorzando con una mujer y eso era muy íntimo.

—¿Qué? ¿Le preguntaste al respecto?

—Le pregunté donde estuvo y dijo que estaba en el gimnasio.

—Hijo de puta.
—Cada intento que hago para hablar con él sólo lo empuja más lejos de mí.
—Sostuve la mirada de Rafe mientras la mía se volvía borrosa por las
lágrimas no derramadas. Expresé mi miedo más profundo—. No puedo
hacerlo funcionar si él está reacio a intentarlo.

El apretón de Rafe sobre mis brazos era suave, pero firme, y su voz
enfática cuando dijo:

—Él te ama, Ember.

—Tal vez lo hace pero lo estoy perdiendo.

—No puedes rendirte.

—No soy quien está renunciando, Rafe.

Tres semanas después de la noticia sobre Charles Michaels, el Trace de


178 quien me enamoré en su mayoría había desaparecido y en su lugar había
un extraño. Él nunca estaba en casa excepto muy tarde en la noche e
incluso eso era raro. Durante la mayor parte de las noches, no dormía,
permanecía despierta en la cama preocupándome por él. Cuando llegaba a
casa, yo simulaba dormir porque parecía que sólo mientras dormía él
todavía me sostendría tanto en sentido figurado como literalmente. El
sonido de sus pesados pasos por el pasillo haría que mi corazón latiera
porque sabía que entraría en la habitación y silenciosamente se desnudaría
antes de subir a la cama y sostenerme cerca. Sentiría su aliento contra mi
cuello y los suaves besos que él colocaría allí, mientras enterraba su rostro
en mi cabello y me inhalaría. Era durante aquellos preciosos momentos que
yo sabía, independientemente de lo que pasaba con él, que sus
sentimientos por mí realmente no habían cambiado.

Fue por esa revelación que lo busqué durante una de sus peleas. El
pequeño gimnasio estaba lleno de gente de pie alrededor del ring
esperando a que la pelea empezara. Inmediatamente ubiqué a Trace de pie
en medio de todos ellos. Las mujeres se apiñaban a su alrededor, pero en
vez de estar indiferente, Trace estaba coqueteando activamente. No podía
dejar de pensar en esa mujer del bistró. ¿Cuántas más habían estado allí?
Nunca hubiera creído que él estaba superándome, pero era difícil de
ignorar cuando podía ver las pruebas con mis propios ojos. Un mes antes,
no habría dudado en construir mi camino a través de esa multitud y
reclamar a Trace como mío, pero el hombre en el que se había convertido
durante las últimas semanas era alguien a quien ya no conocía. Me di la
vuelta para marcharme cuando Rafe se acercó hasta situarse a mi lado.

—Ember, realmente me alegra que vinieras.

—Estoy deseando no haberlo hecho.

—¿Por qué? —Y luego miró hacia donde estaba Trace y pareció responder a
su propia pregunta.

—Él te ama, Ember. Entiendo por qué puedes dudarlo, pero te ama.
Salvajemente.

—Realmente lo creí alguna vez. Ya no estoy tan segura.

—Te está alejando tal como te dije que haría. No lo dejes.

—Él no es el mismo hombre y sé que hay más en esta historia, pero dado
179 que parece que nadie está dispuesto a compartirlo conmigo, no veo
realmente el punto en luchar cuando la persona por la que estoy luchando
parece ya no estar interesado.

La expresión de Rafe era incrédula cuando preguntó:

—Realmente no crees eso, ¿verdad?

—Lo hago, sí.

—Habla con él, Ember.

Realmente no podía ver el punto, pero de todos modos estuve de acuerdo.


Rafe tomó mi mano y la apretó.

—Iré por él.

Vi como Rafe se abría paso entre la multitud. Se apoyó en Trace para


susurrarle después de que la cabeza de Trace se elevara rápidamente. Vi
como sus ojos se volvieron hacia mí antes de moverse entre la multitud en
mi dirección. Tomó mi mano mientras comenzaba a pasar y hacerme
seguirlo a lo largo del pasillo hasta que estuvimos en lo que supuse era la
oficina del gerente del gimnasio. Cerró la puerta y se apoyó en ella. Me
estudió con ojos oscuros, pero no podía decir con qué emoción.
—¿Querías hablar?

—Desde que escuchaste esa noticia sobre Charles Michaels has cambiado.
¿Hablarás conmigo al respecto?

No pude leer su reacción a esa pregunta. No me contestó, simplemente se


quedó allí en silencio.

—¿Qué está pasando con nosotros, Trace?

—Nada. Sólo porque no estoy en casa todo el tiempo no significa que algo
anda mal. Tengo una vida fuera de ti, Ember.

—Nunca he sugerido otra cosa, pero tampoco soy idiota. Estás


retrocediendo, poniendo distancia entre nosotros y me cierras el paso. ¿Por
qué?

Lucía como si fuera a explotar con la pregunta, pero luego cambió de idea.
Lo que dijo me dejó tan confundida.

180 —Cuanto menos sepas de mi vida pasada y personal, mejor.

Tomé ese golpe con calma antes de preguntarle:

—Nunca vas a confiar en mí lo suficiente como para dejarme pasar,


¿verdad?

Algo brilló en sus ojos como reacción a eso, pero no podía discernir qué
emoción lo alimentaba hasta que dijo:

—No es cuestión de confianza, Ember, sólo que no veo el punto de


compartir la fealdad de mi pasado.

—El punto, Trace, es que tu pasado todavía tiene poder sobre ti y sigue
influyendo en tus decisiones. Por no conocer tu pasado, no te conozco
realmente y si nunca llego a conocerte realmente, entonces ¿cuál es el
punto de lo que sea que hay entre nosotros?

—¿Qué estás diciendo, Ember?

—Digo que si no me dejas entrar, nunca vamos a funcionar.

No podría describir el aspecto que vi en sus ojos, pero se me rompió el


corazón al verlo.
—Yo no soy tu hombre para siempre, Ember. Nunca vamos a tener un
felices para siempre. Pensé que sabías eso.

Mi corazón se detuvo porque no había pensado en eso. Yo lo amaba y


aunque no estaba exigiendo matrimonio, nos veía como la pareja de
ancianos que aún se toman de las manos a sus ochenta años. Pensé que él
también se sentía de esa manera.

—¿Qué estás diciendo, Trace?

—Pensé que para este momento habrías recuperado tus cabales y te darías
cuenta de que estabas hundiéndote por estar conmigo. Soy la persona con
la cual pasar el tiempo, Ember, hasta que te llegue el Señor Para Siempre.

—Tú eres mí para siempre, Trace. ¿Realmente crees que podría sentirme de
otra manera respecto a ti?

—¿Por qué no? Cualquier otra persona en mi vida se da cuenta de que soy
un pedazo de mierda, por qué no tú.

181 —¿Quién es Charles Michaels?

La ira brilló en su rostro en respuesta a esa pregunta.

—Un idiota.

—Es curioso cómo el que me alejes coincide con ese hombre haciendo
apariciones regulares en las noticias locales. Tal vez debería ir a hablar con
él y averiguar cuál es tu conexión con él. Tal vez él no sea tan cerrado de
labios.

Ni siquiera pude terminar esa declaración cuando las manos de Trace se


envolvieron alrededor de mis brazos casi dolorosamente, y cuando habló,
su voz era aterradora.

—Mantente malditamente lejos de él, Ember. ¿Me oyes? No te quiero cerca


de ese hombre.

—¿Por qué?

Una mueca horrible le cubrió el rostro cuando respondió:

—Porque masticaría y escupiría a una dulce inocente como tú sin siquiera


detenerse un momento a pensarlo.
Soltó mis brazos y dio un paso lejos de mí.

—¿Es todo? Tengo una pelea.

Sentí las lágrimas, pero las mantuve mientras dije en voz baja:

—Hemos terminado.

Lo vi salir mientras mi corazón dolía porque lo había perdido; ya lo había


perdido.

182
Capítulo 13
Traducido por Nelly Vanessa y Axcia
Corregido por Caamille

U
n par de días más tarde recibí una llamada del Sr. Baker pidiéndome
que fuera a la oficina. No era una reunión del personal así que tuve
curiosidad de por qué quería verme. Me pregunté si tendría algo que
ver con que mi última asignación no hubiera sido lo suficientemente buena.
Tuve que llamar a un taxi debido a que Trace se había ido, de nuevo. No
quería pensar en ello porque la obvia respuesta de su ausencia no era más
que un lugar a donde quería ir. Cuando llegué, el Sr. Baker me recibió en el
vestíbulo.
183 —La reunión es con Caroline.

—¿Sabe de qué se trata?

—No, pero sea lo que sea, no está feliz.

Mi corazón empezó a latir frenéticamente mientras un frío se apoderaba de


mí. El corto trayecto desde el vestíbulo hasta la oficina de Caroline se sintió
como una eternidad. Tan pronto como entramos en su oficina, me atravesó
con ojos furiosos.

—Cierra la puerta, Cal. Tú, siéntate.

Me senté mientras mis rodillas temblaban y luego Caroline se inclinó sobre


su escritorio y me miró.

—No sé qué juego estás jugando, pero no seré la fuerte que arme a una
perra manipuladora como tú.

—¡Caroline! —Sólo tenía una vaga idea de la protesta de Cal mientras


trataba de procesar sus palabras cuando la furia peleó con mi miedo.

—¿Qué significa eso?


—No sé lo que tienes con él, pero no me gusta que me digan qué hacer.
Éste es el trabajo de mi vida.

—No sé de qué estás hablando.

—No pretendas ser ignorante, Charles Michaels.

Estuve momentáneamente sin habla ante la mención de su nombre, pero


luego sostuve la mirada de Caroline antes de decir.

—No es un acto. ¿Quién demonios es ese hombre? Nunca me he encontrado


con él.

Le dio la vuelta alrededor a su portátil para mostrarme un hombre de unos


cincuenta años y mi reconocimiento fue instantáneo. Era el hombre que
había entrado en Clover esa noche con su esposa.

—¡¿Ése es Charles Michaels?!

Caroline me miró de manera extraña.


184 —Sí.

—Lo conocí una vez; entró en el restaurante donde trabajo. Fue cortante
con su esposa y simplemente grosero conmigo. —No mencioné que
también había roto mi relación.

—¿Qué tiene que ver conmigo?

La voz de Caroline fue más suave, más amable, cuando preguntó con
incredulidad.

—De verdad no lo sabes, ¿verdad?

—No, por favor dímelo.

—Él es la razón por la que tienes este trabajo. Me llamó y me dijo


claramente que te lo diera y luego llamó hoy ofreciendo un In Step
exclusivo de la cobertura de su campaña, pero sólo si eras tú nuestra
corresponsal.

Estaba sacudiendo mi cabeza mientras me levantaba y comenzaba a


caminar por la habitación.

—No lo entiendo. No lo conozco.


Caroline se echó hacia atrás en su silla, como una persona diferente a la
que fue cuando entré y dijo:

—Bueno, aparentemente te conoce.

Sabía que tenía que hablar con Trace.

—Me tengo que ir. Siento mucho todo esto.

Recogí mi abrigo y me dirigí a la puerta, pero me detuve al tocar el pomo.

—¿Qué harás con Charles?

Caroline se encogió de hombros.

—No lo sé.

—¿Podrías retrasarlo?

—¿Por qué?

—Porque tengo la sensación de que hay más de historia aquí que un viaje
185 para la campaña.

Caroline se inclinó con sus instintos periodísticos.

—¿En serio?

—No apostaría contra eso.

—Lo retrasaré.

Me llevó algún tiempo localizar a Trace y sólo lo conseguí con la ayuda de


Rafe y Luke. Trace en realidad estaba en el gimnasio y cuando finalmente
lo localicé en la sala de pesas, me di un momento para verlo mientras hacía
presiones-de-banco con el peso de un coche pequeño. Era hermoso, un
alma hermosa y dañada. Ni siquiera había dado un paso hacia él cuando su
cabeza se giró y me clavó los ojos a través de la habitación. Se levantó y se
dirigió hacia mí.

—Ember, ¿qué sucede?

Tomé su mano.

—Tenemos que hablar.


Me dejó sacarlo de la habitación y cuando me encontré con un baño, lo
empujé y cerré la puerta antes de darme la vuelta y apoyarme en ella.

—¿Quién diablos es Charles Michaels?

Vi la terquedad entrar en su expresión y supe que me dejaría fuera de


nuevo, pero no se lo permitiría.

—Acabo de estar con mi editora. Resulta que tengo mi trabajo por él, llamó
pidiendo el favor y ahora está dispuesto a darnos acceso exclusivo a su
campaña In Step mientras yo sea la persona enfrente. Con tu reacción a él y
tu comportamiento desde entonces, sé que de alguna manera está
conectado por lo que ¿quién demonios es él y por qué diablos anda por ahí
en mi vida?

Toda la sangre abandonó su rostro y, por un segundo, vi lo que pareció un


infierno de mucho miedo destellar en sus ojos antes de que la ira se hiciera
cargo. Se dio la vuelta y sin previo aviso dio un puñetazo en la pared antes
de empezar a caminar.
186 —¡Hijo de puta! ¡No, no tú! ¡Absolutamente no tú!

—¿Qué? ¡Dime! Si no lo hubiera visto aquella noche en Clover, ni siquiera


hubiera sabido quién era. Supongo que sabe de mí por ti.

Trace me agarró mientras sus ojos prácticamente quemaban agujeros en


mí.

—¡¿Charles entró en Clover?!

—Sí.

—¡Mierda! —rugió a medida que se alejaba de mí y empezaba a caminar. Lo


observé durante varios minutos mientras digería todo. Cuando volvió a
mirar hacia mí había una voluntad que nunca había visto antes.

—Me tengo que ir.

—¡¿Trace?! —llamé yendo tras él, pero nunca miró hacia atrás.
En los días que siguieron, Trace se secuestró a sí mismo en su oficina y
nunca salió para hablar conmigo de lo que estaba pasando. Por la noche me
iba a dormir sola debido a que Trace no dormía y cuando lo hacía, no
estaba en la cama conmigo. Se estaba distanciando de mí porque estaba
listo para caminar. Creo que la parte verdaderamente desgarradora de todo
era que había sabido casi desde el inicio que se alejaría en lugar de luchar
por quedarse. Era mi culpa, por haberme permitido creer que sería
diferente conmigo, como si pudiera salvarlo. Había venido a darme cuenta
de que nunca había tenido una oportunidad porque Trace no quería ser
salvado.

En los días que siguieron, mientras Trace meditaba en privado, tomé la


decisión de dejar mi trabajo en In Step. Había sido una decisión difícil de
tomar porque me encantaba el trabajo, pero me odiaba más sabiendo que
sólo tenía el cargo por Charles Michaels. Caroline había tratado de
187 convencerme de mi decisión, diciéndome que me había probado a mí
misma y me había ganado el puesto, pero In Step se había convertido en
sinónimo de Trace y sus demonios, y por eso ya no sentía la alegría que
alguna vez me había dado trabajar allí.

Fue cuatro días después de mi reunión con Caroline que vi a Trace de


nuevo. Salió de su estudio y se veía cansado y perdido, pero peor aún, el
vacío estaba de vuelta en sus ojos. Apenas dio un paso mientras me echaba
un vistazo y se dirigía a la puerta principal.

—Trace, ¿hablarás conmigo?

Se volvió hacia mí, pero mirándolo deseé no haberlo hecho. Su voz estuvo
completamente desprovista de emoción cuando dijo:

—No hay nada de qué hablar, Ember. Saldré.

Y luego se fue. Cuando no volvió a casa esa noche me preocupé. Traté de


llamarlo y a Rafe pero no pude conseguir a ninguno de ellos. Llamé a un
taxi y me dirigí al Bronx. Cuando entré al gimnasio de Trace lo vi de
inmediato. Estaba de pie en medio de un círculo de mujeres y una vez más,
estaba ligando. Todos los pequeños gestos de afecto que siempre había
estado dándome a mí se los estaba dando libremente a extrañas. Sentí las
lágrimas y me odié porque me importara tan jodidamente tanto.
Mientras lo miraba fue como ver a un lobo capturar la esencia de su
compañera mientras la cabeza de Trace bruscamente se volteaba en mi
dirección; sus ojos me inmovilizaron a través del cuarto. Su expresión me
rompió el corazón porque no había ni tristeza ni dolor ni lamento en lo
que vi, sino falta de ellos, y su expresión era completamente en blanco y
luego me sonrió como si hubiéramos sido sólo conocidos antes de volver
su atención a la tetona rubia de pie a su izquierda. Un agudo dolor explotó
en mi pecho, pero me quedé con la cabeza bien alta cuando me di la vuelta
y me fui.

Me quedé de pie fuera de su gimnasio por un minuto antes de empezar a


caminar sin rumbo mientras mi ira florecía.

A pesar de lo que sea que había motivado a Trace: el miedo o la necesidad


de protegerme o a él mismo, lo que se saltaba a la vista para mí era que
Trace no estaba dispuesto a luchar por mí. Heidi lo había dicho, me lo
había advertido; Trace siempre elegiría a Trace y aunque me amara, le
temía más sus demonios. No sé cuánto tiempo caminé por ahí, pero al final
paré un taxi y me dirigí de nuevo al apartamento.
188
Me senté en la sala a esperar por él mientras trabajaba en lo que iba a
decirle. Esperé tanto tiempo que eventualmente me quedé dormida en el
sofá. Cuando me desperté, ya era de día y Trace aún no había aparecido en
casa. Me duché, me cambié y puse café, y ahí fue cuando escuché el sonido
de la puerta de entrada abriéndose y cerrándose. Me moví de la cocina
mientras Trace caminaba por el pasillo hacia el dormitorio.

—Trace.

Ni siquiera se volvió en mi dirección antes de decir:

—Ember. —Llegó a la habitación y cerró la puerta detrás de él.

No iba a seguirlo pero estaba enojada con la forma en que se había cerrado
de nuevo y siendo todo Macho-Alfa, decretando la forma en que serían las
cosas entre nosotros. Llegué a la puerta y volví la perilla sólo para
encontrar que la había cerrado con llave. Ni siquiera puedo describir cómo
me hizo sentir. Nunca, ni una vez, en los meses que habíamos estado
juntos Trace me había bloqueado, literalmente o en sentido figurado. Fue
en ese momento en que mentalmente reconocí su derrota y me reconocí a
mí misma que Trace y yo habíamos terminado.
Lo esperé en la sala de estar. Una hora después, la puerta del dormitorio se
abrió mientras Trace aparecía duchado y cambiado. Se movió por el pasillo,
me lanzó una mirada, antes de ir a la puerta delantera.

—¿Hablarás conmigo, Trace?

Se detuvo, pero no se volvió hacia mí antes de responder:

—¿Hablar de qué?

Estaba tan enojada que cogí el plato de dulces sobre la mesa y lo lancé a su
cabeza. Eso llamó su atención y me miró con los ojos llenos de furia.

—¿Qué demonios estás haciendo, Trace? Si quieres que me vaya, joder


sólo dímelo, pero no actúes como si estuviera siendo emocional e irracional
cuando tú eres el que está actuando como Jekyll y Hyde.

Dio unos pasos más cerca, amenazantes, antes de sisear.

—Quiero que te vayas. Estoy cansado de esto y de ti.


189 Y después de esas palabras hirientes me dio la espalda y salió del
apartamento.

Descubrí que un cuerpo puede seguir funcionando cuando el corazón se


reduce a nada más que cenizas. Había oído que la depresión profunda
podía causar dolor físico y aprendí por experiencia personal que de hecho
era una verdadera declaración.

No sé cuánto tiempo me quedé mirando la puerta, pero al final me di la


vuelta y me dirigí a mi habitación y empecé a empacar mis cosas. Me pasé
todo el día empacando y cuando terminé, pensé en mi cena con Lucien y en
el consejo que me había dado. Me dijo que luchase por lo que quería, y
Rafe, me advirtió que Trace me apartaría, pero que si lo amaba tenía que
mantenerme firme. No estaba muy segura de que todavía me amase, pero
sabía que no podía dejarlo ir sin tratar de llegar a él una última vez.

Llamé a Rafe y descubrí que Trace estaba en Sapphire. Una media hora más
tarde, estaba caminando por las puertas del club y tan pronto como Lucas
me vio se apresuró a salir alrededor de la barra y se puso delante de mí.

—Hey, Ember, ¿cómo estás?

—¿Has visto a Trace?


—La última vez que lo vi estaba en la parte de atrás.

—Gracias, Lucas.

Empecé a alejarme, pero alcanzó mi brazo para detenerme.

—Tal vez deberías ir a casa, yo encontraré a Trace y lo enviare allí.

—Estoy aquí, Lucas y realmente necesito hablar con él.

Vi la mirada; estaba en conflicto, pero luego dejó caer la mano y dio un


paso atrás de mí.

—Está bien, pero, Ember, si necesitas hablar, estoy aquí.

—Gracias, Lucas. —Y luego actué por instinto y lo abracé—. Eres un gran


amigo.

—No quiero verte sufrir, Ember.

Me aparté y le sonreí antes de dirigirme a la parte de atrás cerca de los


190 baños. Cuando llegué a ese rincón oscuro tuve el caso más desagradable de
déjà vu cuando me di cuenta de las sombras en la esquina. Me acerqué
inmediatamente reconociendo el cuerpo amplio. Estaba en un abrazo
íntimo. Una larga pierna delgada envuelta alrededor de su cintura y sus
caderas se movían con profundos golpes duros. El espectáculo era tan
similar a la primera vez que me quedé sin aliento, algo le hizo mirar por
encima del hombro y nuestros ojos se encontraron y se mantuvieron antes
de volverse de nuevo a la mujer. Mi corazón ya quebrado se rompió. Me di
la vuelta y empecé a alejarme de él, pero me detuve con la furia ardiendo a
través de mí. Caminé de regreso mientras mis ojos se encontraron con la
fulana.

—Quítate, perra.

Vi el miedo en ella mientras se alejaba de Trace, enderezó su falda y corrió


hacia afuera. Trace cerró su cremallera y el sonido rompió mi corazón otra
vez. Se volvió hacia mí, pero su expresión estaba en blanco, completamente
ilegible. Sostuve su mirada antes de decir:

—Maldito cobarde. Después de todo, ¡¿así es cómo decides terminar


conmigo?! Te amo, maldito desgraciado. Te conozco, no eres el hombre que
quieres hacer que todos vean. Amé a ese hombre pero no te importa una
mierda. Te quejas de que todos en tu vida te ven como un pedazo de
mierda y sin embargo todavía me alejas. Creo que quieres estar solo y
miserable. Supongo que las historias melodramáticas te ponen, ¡¿eh?! Tiras
de las fibras sensibles y después te alejas.

Se tensó y apretó la mandíbula, pero no me importaba. Sostuve su mirada


mientras inclinaba mi cabeza y añadí:

—Bueno, vuelve al sexo sin sentido, Trace. No dejes que tu corazón se


involucre y sigue viviendo la existencia en una concha porque eres
demasiado débil para enfrentar tu pasado y seguir adelante. Pero sé esto:
nunca te librarás de mí. Voy a perseguirte. Seré uno de tus demonios,
Trace, porque yo era la que te amaba de verdad, y por completo y sin
esperanza, y te lo he dado todo. Recuérdalo cuando estés solo y seas
miserable; tuviste el verdadero trato, pero fuiste demasiado cobarde para
aferrarte a él.

Empecé a alejarme, pero me detuve y le miré desde encima de mi hombro y


dije:

191 —Puedes traer a tus chicas a joder a casa, Trace, ya que voy a estar fuera
de tu apartamento y de tu vida esta noche.

Entonces, me alejé, pero no sentí nada de satisfacción como pensé que lo


haría. Con cada paso que daba, mi ira daba paso a la angustia. No me
acordaba del viaje en taxi hacia al apartamento ya que mi mente estaba
apagada.

Mis maletas estaban en la puerta mientras trataba de pensar a dónde iba a


ir, pero me era muy difícil pensar, porque me dolía por todas partes. Me
senté en la sala oscura mirando mi foto en la pared mientras mi corazón
latía dolorosamente en mi pecho. Él quería amar, quería a alguien cercano y
realmente, realmente creía que quería que yo fuera esa persona. Incluso
podía entender que me alejara. Daba miedo enamorarse, pero para alguien
que había pasado su vida siendo un solitario, alguien con un pasado
dañado, tenía que ser terrible. Lo que no podía entender era que tuviese
sexo con otra, rompiéndome el corazón. Conscientemente hizo la única
cosa que sabía que iba a hacer que me fuera y eso dice mucho en cuanto a
su intención. Ese acto hacia desgarradoramente claro para mí que no sentía
por mí lo mismo que yo.

No sé cuánto tiempo pasé allí, probablemente más de lo que debería, pero


sabía que, una vez que cruzase el umbral, mi sueño de compartir una vida
con Trace habría terminado. Me iría; mi orgullo lo exigía, pero me
demoraba porque nunca estaría aquí de nuevo. El apartamento ya no sería
mi casa y nunca lo volvería a ser y ese pensamiento hacia que las lágrimas
quemasen en mis ojos. Trace y sus malditos demonios. Pasaron las horas y
me levanté para irme justo cuando Trace llegó a casa y por la forma en que
a tientas cerraba la puerta, me di cuenta de que estaba seriamente
borracho.

—Trace.

Sabía que lo había sorprendido ya que tropezó con el sonido de mi voz


antes de que finalmente se diera la vuelta hacia mí. No sabía lo que estaba
pasando con él y, a pesar de lo que quería creer y de lo que era cierto, los
meses que habíamos pasado juntos significaban todo para mí. Mi corazón
y mis sueños ya estaban rotos, pero no podía irme sin decirle la verdad sin
importar lo mucho que doliese el pronunciar las palabras. Tiré de mis jeans
hacia abajo lo suficiente como para exponer mi tatuaje.

—Quería esto y siempre lo haré. No hay, y nunca habría habido nada que
192 me dijeran que habría hecho que te dejara, pero supongo que me estaba
engañando a mí misma creyendo que alguna vez fuiste para mí. ¿La perra
de esta noche era la primera vez que me engañabas o simplemente la única
vez que querías ser atrapado?

Vi que sus puños se apretaban a sus costados y su mandíbula se tensaba,


pero continúe:

—Amé el hombre que eras, pero ese magnífico hombre que está enterrado
en alguna parte nunca tuvo una oportunidad porque prefiere aferrarse a
aquel dolor del pasado que luchar por su futuro.

No podía soportar estar cerca de él; dolía demasiado, así que me dirigí a la
puerta. Trace se hizo a un lado para dejarme pasar. El estar tan cerca de él
y sentir el calor de su cuerpo me hizo quererle, pero me obligué a
mantener mi distancia. Miré a sus ojos y vi que estaban llenos de lágrimas
y su mirada cortaba como un cuchillo, pero él nos rompió, no yo.

—A pesar de tu personalidad destructiva, realmente espero que algún día


ames a alguien de la forma en que yo te amo, alguien que esté dispuesto a
luchar, perder y sentir dolor. Quien sea esa mujer será muy afortunada,
espero que te ame mucho. Encuentra la manera de superar tus demonios,
Trace, y deja de lado tu pasado para que puedas llegar con las dos manos a
tu futuro. Te mereces ser feliz, te mereces amor y, Trace Montgomery, es
muy digno de ese amor. —Levanté una bolsa al hombro y sostuve la otra
antes de darme la vuelta y alcanzar el pomo de la puerta. No podía mirarlo
porque mis lágrimas estaban corriendo por mi rostro. Mi voz era apenas un
susurro cuando agregué—: No me arrepiento de ningún segundo que
pasamos juntos, Trace, ni siquiera de uno.

Y luego me fui, cerrando la puerta silenciosamente detrás de mí. Me dolió


mucho alejarme de él y de la vida que quería tanto compartir con él. Mis
lágrimas corrían libremente por mi cara, ya que cada paso me llevaba más
lejos del sueño que había sido demasiado fugaz. Una vez fuera, paré un
taxi y me metí en el coche, pero no tenía ni idea de qué decirle al conductor
ya que realmente no tenía a donde ir. Acabé llamando a Trent.

—Hola, Ember.

—Trent, ¿crees que estaría bien si me quedo contigo esta noche?

—¿Qué pasó?
193 —Trace y yo, terminamos y no tengo a donde ir.

—Sí, por supuesto.

Suspiré con alivio.

—Gracias, Trent.

—Para eso están los amigos. Nos vemos en la acera.

Colgué el teléfono y di al taxista la dirección antes de apoyar la cabeza


hacia atrás en el asiento. Estaba entumecida y aunque sentía que mi
corazón latía en mi pecho estaba muerto por dentro. Visiones de Trace y yo
juntos nublaron todos mis pensamientos: en la feria, en su departamento,
en las noches quedándonos hasta altas horas hablando de tonterías, de
nosotros navegando y yendo de compras.

¿Cómo es posible que alguien con tanto para dar se cierre tan
completamente? ¿Cómo podía conocer las profundidades del amor que
tuvimos y alejarse de él? Le dije que le acecharía, pero él iba a perseguirme,
también. Siempre iba a estar allí en el fondo de mi mente. Sabía que
cualquier otro hombre que entrase en mi vida lo compararía con Trace y
que cada uno de ellos iba a perder porque para mí, sólo era Trace. Traté de
salvarlo de sus demonios, y en lugar de eso se convirtió en mi propio
demonio personal.

El taxi se detuvo, pero no hice ningún intento de moverme. No era capaz de


que mi cuerpo escuchara a mi cerebro. Segundos después, la puerta se
abrió y me tendieron una mano, sacándome. Miré hacia arriba a través de
mis ojos llorosos hacia los preocupados de Trent. No dijo nada y me tomó
en sus brazos. Agarré la parte posterior de su chaqueta mientras
presionaba mi cara en su pecho y lloraba por la pérdida del hombre que,
me di cuenta en ese momento, realmente nunca tuve.

194
Parte Dos

Ser profundamente amado por alguien te da fuerza, mientras que amar a alguien
profundamente te da coraje. Lao Tzu

195
Capítulo 14
Traducido por Merlu, Paloma & Daniela_DB
Corregido por Merlu

A
prendí una o dos cosas acerca de mí y de la vida después de ese
doloroso día cuando me alejé de Trace. Una de esas revelaciones
fue que era total y completamente adicta a las cake-pops. Estaba
tan enamorada de esas demoníacas delicias que superé mi ineptitud para la
pastelería y comencé a hacerlas por mí misma para poder comerlas cuando
quisiera, de día o de noche. Sí, esos pecaminosos bocados me daban
aunque fuera por sólo unos momentos total satisfacción.

Otro descubrimiento que hice durante esas semanas es que esas tristes
196 canciones sobre corazones rotos y que sentarme con un pote de helado
mirando Cuando Harry Conoció a Sally realmente proveían la idea de
confort. Las cinco etapas del duelo eran reales y, si de mí dependiera, me
hubiera quedado durante un buen rato en la ira.

Durante las semanas y meses que siguieron, coloridas imágenes de cómo


Trace encontraría una muerte temprana comenzaron a surgir en mi cabeza;
eran realmente tan espantosas, horribles y oh tan entretenidas que me
llevó a conocer otra cosa sobre mí. Tenía una vena para lo dramático,
¿quién lo hubiera pensado?

Por último, aprendí que un corazón roto te hace estúpida. Por qué, te
preguntarás. Bueno, porque después de ver a Trace con esa mujer, todo
pensamiento racional abandonó mi cabeza.

Mi relación con él fue definida por sólo ese momento. Mi cerebro era
totalmente incapaz de superar el hecho de que él nos había
intencionalmente roto cuando me engañó. Sí, me había dicho que había
terminado conmigo, pero también se había sostenido en mí hasta tarde
como si fuera la única cosa que evitara que se derrumbara por el precipicio
con sus demonios.
Si algo aprendí durante mi tiempo con Trace es que era la contradicción
andante y que siempre se iba a sabotear a si mismo con la imagen que
proyectaba. Yo sabía todas esas cosas pero cuando tienes el corazón roto,
cuando no puedes encontrar la fuerza para salir de la cama, o la voluntad
para funcionar en cualquier nivel que no sea llorar hasta que te sientes
deshidratada e hinchada, pensar lógicamente no es algo que vaya a
suceder. No fue hasta que fui a casa por navidad y tuve una verdadera
charla con mi papá que mi cerebro comenzó a revivir.

Navidad llegó unos días después de la ruptura y fui a casa, donde sabía que
en el momento en que más dolía era el lugar perfecto para curar mis
heridas. Invité a Trent a que se uniera, ya que en general pasaba sus
vacaciones solo.

Trent y mi papá realmente intentaron mantener mi mente ocupada con


cosas como el árbol de navidad, villancicos, comer y jugar al póker. Mis
papás sustitutos también estuvieron ahí y debo decir que la coordinación
fue buena porque Trace no podría haber planeado un mejor momento para
romperme el corazón; mi familia realmente ayudaba a suavizar el dolor.
197
Mi papá fue maravilloso consolándome, pero pude ver el dolor y la
decepción en sus ojos al saber que yo y Trace habíamos terminado. A él le
había gustado Trace y creo que parte de eso se debía a que sabía que bajo
el exterior de Trace se ocultaba un gran dolor.

Mi papá pareció darse cuenta de que era difícil hablar sobre ello porque no
me presionó, pero sí me ofreció un pequeño consejo y esa conversación se
quedó en la parte de atrás de mi mente haciendo que eventualmente
volviera a pensar. Él dijo:

—La mayoría de las personas viven la vida entera sin encontrar lo que tú y
Trace tenían. Antes de alejarte de algo así de precioso y raro, asegúrate de
hacerlo por las razones correctas.

—Me engañó, papi.

—¿Lo hizo?

—No te entiendo. ¡Lo vi!

—Qué coincidencia, ¿no crees? Simplemente sucedió que lo encontraste en


la situación que haría que lo odiaras. Mira Ember, no sé qué es lo que pasa
con Trace pero sí sé que ese chico te ama. También se odia a sí mismo y
cree que estarías mejor sin él; creo que haría lo que fuera necesario para
alejarte. Tiene que asegurarte, Ember, de que sea culpable de lo que sea
que pienses que hizo, porque te aseguro que pasar el resto de tu vida sin
tu alma gemela es realmente difícil.

Trent y yo regresamos a casa luego de navidad y descubrí que era muy


sencillo perderme en la rutina de mi vida para no pensar en Trace. Trent
fue de gran ayuda con eso, ayudándome a encontrar la cura para el dolor a
través de la música.

Aún me seguía quedando en lo de Trent y había intentado conseguir un


apartamento pero me dijo que no había prisa porque tenía muchos cuartos,
y realmente disfrutaba de tener una compañera. Seré honesta, yo no estaba
lista para estar por mi cuenta. Realmente me gustaba estar con Trent y
tener a alguien con quien hablar al llegar a casa. A diferencia de mi
experiencia con Lena, Trent era un excelente compañero.

Una noche, después de navidad, Trent y yo estábamos en casa disfrutando


de comida china cuando me sorprendió afirmando.
198
—Estás diferente.

Incliné mi cabeza y lo estudié durante un momento antes de preguntar:

—¿A qué te refieres?

—… menos temerosa, más confiada. Siento lo que sucedió con Trent y sé


que te duele, pero creo que el lado positivo de esta experiencia es que estás
saliéndote de tu caparazón.

—Bueno, estoy a favor de los lados positivos, así que dime. ¿Qué sucedió
con Kelly? Han sido semanas y no has salido con ella ni una vez.

Trent pareció perderse así mismo en sus pensamientos durante un


momento antes de mirarme de nuevo y sonreírme pero fue una sonrisa
triste y pequeña.

—Definitivamente conectamos, pero ella acaba de salir de una larga


relación y de veras no está lista para meterse en otra. Hablamos de vez en
cuando por teléfono, pero por mi propia autopreservación di un paso atrás.

—Siento oír eso.

Tocó mi mano mientras sus ojos sostenían mi mirada.


—Tú nunca me lo dijiste, y yo nunca pregunté porque no creí que
estuvieras lista. ¿Qué te sucedió?

—Creí que podía salvar a Trace, que podría conquistar sus demonios
amándolo pero me equivoqué.

Trent me miró con ojos conocedores y dijo:

—Sigues enamorada de él.

—Lo estoy. Él lo era todo para mí.

—Lo siento Ember. Debe ser duro.

—Sí, pero estoy más fuerte y con el tiempo seguiré adelante y mi corazón
roto será una lección aprendida.

—¿Lo has visto?

—No.

199 —¿Ha intentado llamarte?

Con una pizca de culpa bajé la mirada. Sí, Trace había intentado llamarme
pero yo no había respondido. Todo lo que podía ver era a Trace con esa
mujer… no una imagen que me hiciera evocar el deseo de comunicarme
con él.

—Lo intentó pero no respondí.

—Entonces, te buscó pero ¿no sientes ni una poco de curiosidad de por


qué?

Tomé un sorbo de mi vino mientras trataba de calmar el dolor de las


lágrimas que quemaban en la parte posterior de mi garganta.

—Su método para decirme que habíamos terminado, fue dejarme


encontrarlo follando con otra mujer.

—Jesús Ember, lo siento. Eso es realmente una mierda de su parte.

—Bueno, él quería que me fuera e hizo la única cosa que sabía que me
haría ir.
Más tarde esa noche, me encontré en la cama pensando en mis
conversaciones no sólo con Trent, sino también la que había tenido con mi
papá en navidad.

Trace había hecho la única cosa que le dije que iba hacer que me fuera.
Reflexioné el momento fortuito de nuestra reunión esa noche y otras
conversaciones que Trace y yo habíamos tenido y comencé a considerar
seriamente que mi padre podría haber acertado.

Trace se había desesperado cuando amenacé con ir a Charles, y el día de mi


reunión con Caroline tras enterarse de que Charles había estado en Clover
Trace se había puesto lívido y, lo que es peor, tenía miedo. Me dijo que no
me quería más, pero cuando creyó que estaba dormida se comprometió
diciéndome que nunca volvería a amar a otra como me amaba a mí.

¿Estaría enfocándome demasiado en lo que yo quería ver o Trace sólo me


había lastimado para protegerme?

Aproximadamente un mes después llegó un paquete para mí al


200 apartamento. Yo no había pedido nada y mi padre no había mencionado
nada sobre mandarme algo así que me sentía casi como en Navidad
mientras me sentaba en la sala de Trent y desenvolvía el paquete.

Mi corazón se detuvo por un momento al ver que era la primera edición de


Grandes Expectativas de Charles Dickens. ¿Quién me daría tal regalo?
Estudié la belleza del libro. La portada en relieve azul rey con el curtido
lomo verde y adornos dorados era exquisita. Abrí la tapa: la textura de la
cubierta dejaba una sensación maravillosa contra mis dedos y el olor a
pergamino viejo llenó mi nariz. Estaba tan perdida en la belleza del libro
que me tomó un momento ver la inscripción escrita con el tipo de letra
cursiva con la que estaba muy familiarizada: de Trace.

Voy a decirte lo que es el amor verdadero. Es una devoción ciega que para
nada tiene en cuenta la propia humillación, la absoluta sumisión, la
confianza y la fe, contra uno mismo y contra el mundo entero, y que
entrega el propio corazón y la propia alma al que los destroza...8

Era una cita del libro y Trace me estaba ofreciendo las mismas palabras a
mí: palabras pronunciadas por la señorita Havisham a Pip. Recordé aquella
noche de hace tiempo en el restaurante cuando le dije a Trace que estaba
siguiendo la ruta de las lecturas clásicas; él recordó eso también. Las

8
Frase: Capítulo 29, página 114 de Grandes Esperanzas, Charles Dickens.
lágrimas llenaron mis ojos mientras me quedaba ahí, mirando el regalo
más preciado que me hubieran dado alguna vez, enviado por un hombre
que decía haber terminado conmigo. Una sonrisa asomó a mis labios
cuando mi corazón susurró mentiroso.

Después del regalo de Trace me puse a pensar mucho en Charles Michaels,


ya que era la chispa que inició la espiral descendente en Trace y su relación
conmigo. Pasé muchas noches buscando en el pasado de Charles con la
esperanza de descubrir lo que fuera que tuviera sobre Trace, pero el
hombre era cuidadoso con la información que dejaba tras de sí a merced
de las masas.

Charles Michaels era el vínculo, y comprender cómo encajaba en el mundo


de Trace me ayudaría a entender mejor las semanas que condujeron a
nuestra ruptura. Se me ocurrió una manera definitiva de acercarme a él y,
si realmente era peligroso, entonces estaría pisando directo en alguna
mierda seria; pero considerando que Trace siempre había tenido que
vérselas con Charles solo ya era hora de que alguien le cubriera las
espaldas.
201
Una semana después conseguí el número de Caroline y la llamé.

—Ember, ¿cómo estás?

—Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás tú?

—Estoy bien. Cal te echa de menos, ¿sabes?

Sonreí; realmente no podía evitar preguntar:

—¿Cómo está?

—Arrancándose el poco pelo que le queda haciendo frente a tu reemplazo.


¿Estás llamando para decirme que cometiste un error y vas a regresar a
trabajar?

—Sí. ¿Está todavía Charles interesado en tenerme como un intermediario?

Hubo un silencio en la línea por un momento antes de Caroline ofreciera:

—Sí.

—¿Qué es exactamente lo que me ofrece?


—Entrevistas exclusivas y cobertura de él en su campaña electoral, acceso a
su casa y a la opinión pública, y la historia completa detrás de sus
humildes comienzos hasta ahora.

—¿Y todavía me quiere?

—Sí.

—Perfecto. —Sabía que su interés en mí surgía por Trace, pero ¿por qué?
¿Tras qué estaba él? Tenía la intención de averiguarlo—. Tengo otro
trabajo, uno en el que trabajo cinco días a la semana así que dependiendo
de lo que necesite voy a tener que hacer malabares pero no voy a estar
disponible veinticuatro horas al día/siete días a la semana.

—Creo que está bien.

—Bien, entonces por favor, dile al señor Michaels que ya tiene una
corresponsal.

—¿Estás segura Ember? Sobre todo porque parece tener un interés inusual
202 en ti.

—Sí, estoy segura.

—Está bien, ven a la oficina mañana y revisaremos los detalles.

—Nos vemos mañana.

Mi reunión con Caroline llevó a una reunión con Charles Michaels. Llegué a
su sede de campaña y no puedo negar que estaba nerviosa porque la
reacción de Trace a él había sido sorprendente. Tenía que ser consciente
del potencial peligro. Me llevaron por un pasillo a la habitación al final y
sentado inmediatamente a la vista al entrar estaba Charles Michaels. En
cuanto me vio, se levantó y rodeó su escritorio para saludarme.

—Señorita Walsh, muchas gracias por haber aceptado reunirse conmigo


aquí. —Miró a la mujer que me acompañaba y sonrió—. Eso es todo, Pam.

La guapa rubia sonrió antes de cerrar tranquilamente la puerta tras su


retirada.

—Por favor, señorita Walsh, tome asiento.

—Gracias, y por favor llámeme Ember.


Se instaló detrás de su escritorio antes de juntar los dedos y sonreírme
con, lo que parecía ser, una sonrisa sincera.

—Ember, es muy agradable finalmente conocerte.

Quería comentar que me había visto una vez antes y había sido un súper
cretino, pero decidí que ponerme conflictiva desde el inicio no iba a
ayudarme a averiguar cualquier información, así que me mordí la lengua.
Tuve que darle esa al viejo, era tan buen lector de mentes como Trace
cuando una sonrisa de complicidad tocó sus labios.

—Yo no estaba en mi mejor momento esa noche en el Clover. Pido


disculpas por mi mala educación.

¿Qué podía decir a eso? No dije nada y él pareció tomarlo con calma.

—Te me presentas como una mujer inteligente y sé que sabes que yo te he


seleccionado por algo, así que por favor déjame explicarte por qué estás
aquí. Trace es mi sobrino y ha estado cayendo lentamente por un largo
tiempo, trece años de hecho. Algo sucedió que lo cambió y creo que es hora
203 de que traiga ese secreto a la luz. Me doy cuenta de que a él no parece
importarle, que está perfectamente bien con arruinar su vida, pero no estoy
bien con eso. Él es el hijo de mi hermana fallecida y me duele verle siendo
tan destructivo. Tú, Ember, eres la única persona que él ha tomado con un
serio interés y espero que le puedas ayudar.

Sentí como si el suelo se derrumbara debajo de mí, tambaleándome con la


confesión de Charles Michaels; era el tío de Trace. No había visto eso venir.
No era de extrañar que Trace callara y reaccionara cuando hablamos de su
familia, pero qué fue lo que su tío hizo para que Trace lo odiara. Me alejé
de mis pensamientos y pregunté:

—¿Cómo?

—Él es un alma atormentada. Seguramente lo ha visto por sí misma. Espero


lo anime a buscar ayuda antes de que lo perdamos.

—¿Y su interés en este asunto es una coincidencia?

Una pequeña sonrisa apareció en su hermoso rostro antes de decir,

—Como dije, Srta. Walsh, usted es una mujer muy inteligente. Quisiera
mentir. Tengo ciertas aspiraciones. El comportamiento de Trace podría ser
un obstáculo para mi éxito, por lo que buscar ayuda para él sin meterme
exactamente en medio puede llevarme a mis metas. No lo veo como un
inconveniente.

Narcisista arrogante. Él dejó que Trace sufriera en silencio hasta que


comenzó a afectarlo y de repente le interesa. Bastardo.

—¿Por qué te odia tanto?

—Pensé que sabrías que él odia a la mayoría de las personas, en particular


a su familia.

—Esa no es una respuesta. Te odia y creo que te tiene miedo también. ¿Por
qué?

Una extraña expresión atravesó el de Charlie antes de responder


suavemente.

—Le fallé.

—¿Haciendo…?
204 —Esa historia te la contara él pero ahora estoy tratando de arreglar las
cosas.

No entendí lo que quiso decir pero le creía; creía que de verdad estaba
tratando de arreglar todo. ¿Estaba Charles relacionado con los demonios de
Trace? Lo más probable.

—Ya no estoy con tu sobrino.

—Lo sé, pero sigues preocupándote por él.

—No le voy a mentir, seguiré adelante con esto. Pero lo hago por él no por
ti.

—Está bien.

—No sé lo que está buscando Trace pero tú lo sabes. Tu eres parte del por
qué él está tan atormentado. Lo debes saber.

—Lo hago.

—Y lo dejaste sufrir en silencio todos estos años. Tuvo que enfrentar lo


que sea que lo esté controlando. Se mudó aquí cuando tenía quince años
así que adivino que seguía siendo un niño cuando fue abandonado. ¿Cómo
coño duermes de noche?
Su tono se volvió duro cuando me respondió.

—No hay nada que puedas decir que ya no me haya dicho a mí mismo. Soy
un bastardo, un maldito bastardo y lo sé. Sí, fallé horriblemente, pero lo
estoy intentando ahora.

—Un poco tarde. Cada cosa que tu sobrino hace está contaminada por su
pasado. Está atascado. No puede seguir adelante y no puede retroceder, sus
demonios lo han hecho autodestructivo. No me caes bien, no me gusta que
le vengas a ofrecer ayuda recién ahora cuando hay algo que puede
beneficiarte a ti, pero Trace ha estado solo por suficiente tiempo.

Me levanté y le estreché la mano por encima del escritorio.

—Sí, trataré de hacer lo que nunca hiciste.

El insulto tuvo el efecto deseado, una mirada que puede ser descrita como
vergüenza atravesó toda la cara de Charles antes de tomar mi mano en la
suya. Su voz fue suave cuando me dio las gracias.

205 Estaba muy molesta de regreso a casa por mi reunión con Charles.
Incontables pensamientos llenaban mi mente, un joven Trace dejado solo
lidiando con los oscuros secretos que plagaban su pasado, mientras el
arrogante idiota que sabía que Trace estaba sufriendo no hacía nada.

No era de extrañar que Trace se cerrara a todo el mundo; su propia maldita


familia le dio la espalda. Estuve ansiosa por ello el resto del día y salí
volando a la mañana siguiente y abriéndome camino me las arreglé para
llegar al vecindario de Trace. Me paré en la acera de enfrente a su
apartamento tratando de encontrar el coraje para cruzar la calle.

Estuve un rato parada allí hasta que lo vi bajando de su apartamento.


Como no lo había visto en diez semanas, mi corazón saltó al verlo y pensé
que se veía hermoso hasta que lo vi más de cerca y vi el vacío en sus
mejillas, la oscuridad debajo de sus ojos y me di cuenta lo mucho que le
afectaba estar solo. Lo seguí y la familiaridad de sus acciones no se perdió
en mí. No fue hasta que llegamos al parque que me di cuenta adonde
íbamos y fue cuando sentí las lágrimas; él iba a verme. Se recostó en un
árbol cerca de la ruta, lo suficientemente lejos para que yo no lo pudiera
ver pero él definitivamente sí podía verme. Me pregunté cuanto tiempo
había estado haciendo esto. Me quedé mirándolo.
Revisó su reloj varias veces y cuando finalmente se dio cuenta que no iba a
aparecer, la expresión de su rostro me rompió el corazón. Esa no era la
mirada de un hombre que me hubiera superado y desde luego no era la
mirada de un hombre sin corazón consiguiendo sus rocas en Sapphire.

Pensé en el libro que me había enviado y el significado detrás de él y me di


cuenta de que mi papá tenía razón: Trace hizo lo que debía para que me
fuera. Me estaba protegiendo de cualquier amenaza que planeara Charles
Michael y creí la mentira; creí lo peor de él.

Después que Trace se fuera, me quedé en el parque bastante tiempo con el


corazón roto que no había visto a través de su juego. Supongo que nunca
lo hubiera hecho; el hombre era un maestro en lo que la gente veía solo lo
que él quería que vieran. También era terco como una mula que siempre se
salía con la suya para salirse con la suya, y al parecer estaba convencido
que nuestra relación no era lo mejor para mí. Pero yo lo amaba y lo
extrañaba y maldita sea yo quería estar a su lado a pesar de que no me
quería allí.
206 Reflexionando lo que aprendí de su pasado, pensé que el merecía tener al
menos una persona en quien confiar y darse cuenta que ya la tenía. Saqué
mi teléfono y llamé a Rafe que respondió al segundo timbre.

—Ember, hola. ¿Cómo estás?

—No muy bien, ¿tú?

—Estamos igual. ¿Qué pasó?

—Él no me engañó, ¿verdad?

Hubo un momento de silencio y luego me respondió:

—No.

—¿Cómo está?

—Está más cerrado e irritable todo el tiempo. Está tratando de sacarte de


sus pensamientos y de su corazón pero no está teniendo mucha suerte con
eso. Por primera vez en su vida está motivado por algo que no son sus
demonios. Quiere más otra cosa de lo que quiere mantener su pasado en el
pasado. Él te ama.

—Y yo lo amo, pero creí la mentira. Le fallé.


—No Ember, no lo hiciste. Tú viste exactamente lo que él quería que vieras
y respondiste exactamente de la manera que él sabía que lo harías. Jugó
contigo, Ember. Hizo lo que creía era lo mejor para ti, pero jugó contigo. —
Espero un tiempo antes de preguntarme—: ¿Qué vas a hacer?

—Tomaré un muy buen consejo y no dejaré que me aleje.

Escuché como exhalaba antes de susurrar:

—Gracias, Cristo.

207
Capítulo 15
Traducido por Brenda Carpio, Curitiba,
Malu_12 & Steffanie
Corregido por Carosole

P
ensé durante algunos días cómo encontrar a Trace y se me ocurrió
una idea que me tomó la mayor parte del día para hacerla perfecta.

Esa noche sentada en la cama, las mariposas volaban en mi estómago.


Trent me había dado una fotografía justamente antes de que Trace y yo
termináramos. Era una que había sacado cuando salimos los tres una
noche a bailar.
208 Trace y yo estábamos en la pista de baile, bailando lento, pero fue la
mirada en nuestros rostros mientras nos mirábamos el uno al otro lo que
hizo que las lágrimas ardieran en mis ojos. Era amor, puro y simple. Una
imagen vale más que mil palabras, así que decidí que tenía que enviarle esa
fotografía a Trace. Me senté, esperando a que lo recibiera y con la
esperanza de que reconociera el regalo. Tan pronto como lo deseé, mi
teléfono sonó y casi lo dejé caer porque mis manos se sacudían con mucha
fuerza. Cuando leí su mensaje, mi corazón latió en mi pecho.

Trace: Todo mi corazón es tuyo, te pertenece, y contigo se quedará no importa qué,


aunque el destino exilie el resto de mí de tu presencia para siempre.

Palabras de Jane Eyre, Ember, pero mis pensamientos…

Realmente no sé cuánto tiempo estuve sentada mirando el mensaje antes


de responderle. No estaba segura de que me contestara, pero necesitaba
preguntar de todos modos.

Ember: ¿Por qué me dejaste?

El hecho de que me respondiera inmediatamente me hizo sonreír, porque


estaba como yo, esperando y esperando.
Trace: En mi vida nunca tuve nadie que significara lo que tú significas. Eres lo más valioso
que tengo en mi vida y haría lo que fuese para mantenerte a salvo.

Ember: ¿Estabas protegiéndome?

Trace: Traté, pero de lo que te estaba protegiendo no era la amenaza.

Ember: ¿Qué significa?

Trace: ¿Irás a correr mañana?

Me pareció una pregunta extraña, sin mencionar de que estaba cambiando


el tema, pero le respondí de todos modos.

Ember: Sí.

Trace: Gracias, Ember, por la fotografía y lo que significa. Dulces sueños, hermosa.

Me senté durante un largo tiempo tratando de entender qué pasaba con


Trace, pero cuando finalmente caí dormida, fue la primera noche en meses
que mis sueños fueron dulces.
209

Al día siguiente, mientras corría, me pregunté por qué Trace me preguntó


si correría hoy. Pensé que tal vez se uniría a mí, pero cuando llegué al
puente Gapstow, no estaba ahí. Simplemente estaba viendo el lugar donde
me encontré con Loki cuando noté a las personas, vestidas de negro,
alineados a un lado sosteniendo pizarras en blanco. Me pregunté si era una
clase de protesta.

Tan pronto como me acerqué, la primera persona levantó su pizarra y


luego en sincronización los demás la siguieron hasta que todo el mensaje
estuvo a la vista. Me quedé estupefacta justo ahí en el medio mirando el
mensaje de Trace.

Trace: Lo siento, Ember. Por favor perdóname

Después de varios minutos las personas se giraron hacia mí y caminaron.


Pensé brevemente en cómo Trace llevó esto a cabo y sonreí, ya que no era
solo yo que tenía un gusto por lo dramático. Busqué mi teléfono y le
mandé un mensaje.
Ember: No hay nada que perdonar, Trace, pero te extraño.

Esperé por una respuesta pero no llegó, guardé mi teléfono y terminé mi


carrera. Después, calenté antes de ir a Starbucks. Mis pies se movieron con
instinto desde que mis pensamientos estaban enfocados en Trace. Cuando
logré llegar a Starbucks, no podía decir cuál ruta había tomado para llegar.

Caminé hacia el mostrador y antes de ordenar, el chico detrás me


preguntó:

—¿Eres Ember?

—Sí.

—Un momento, por favor.

Observé mientras tomaba una taza grande y añadió jarabe de avellana


antes de llenarlo con café. Luego embolsó varios cake-pops antes de tomar
a un pequeño sobre marfil que estaba en la parte de atrás del mostrador.

210 Cuando regresó, me entregó el café, el bolso de la cake-pops y la nota.

—No tiene que pagarlo —ofreció con una sonrisa.

Me sorprendí así que no pude ofrecer más que un:

—Gracias.

Di un paso del mostrador y miré abajo, a la nota con mi nombre escrito en


las letras de Trace. Mi corazón dio una larga, y corta vuelta en mi pecho.
Puse mi café y pop abajo en la mesa de bar antes de romper el sobre y
sacar la tarjeta.

Te extraño, Ember, y quiero un futuro contigo. Si aún quiere estar conmigo,


encuéntrame en Sapphire el viernes a las 8. Estaré ahí, esperando por ti, en
el lugar donde nos vimos por primera vez.

El viernes llegó y yo era un manojo de nervios. Me senté en el taxi y mi


mente se aceleró. Sabía que Trace había actuado con dureza como una
forma de protegerme, pero no podía negar que el recuerdo de aquellas
semanas fueron muy dolorosas. Había una pequeña parte de mí que pensé
que era una tontería ir por ese camino de nuevo, pero una gran parte veía
rastro de un hombre joven que fue dejado solo para hacer frente a lo que
le atormentaba. Se merecía una segunda oportunidad, pero aún más
convincente que la razón de que me fuera con él era el simple hecho de
que lo amaba. Lo amaba tanto que le podía perdonar casi cualquier cosa.
Estaba tratando de llegar a mí, estaba tratando de arreglar lo que se
rompió, y yo había llegado a aprender que mi padre tenía razón: la vida sin
compañero de alma es muy difícil.

Cuando llegué a Sapphire, el lugar estaba sorprendentemente tranquilo. El


valet abrió la puerta del taxi y me ofreció su mano.

—Buenas noches, Ember.

Estaba sorprendida de que supiera mi nombre así que solo lo miré,


abriendo la boca. Puso mi mano a través de su brazo y me encaminó hacia
la puerta antes de abrirla con una sonrisa.

—Espero que disfrute su noche.

Me sentí y probablemente lo parecía como un paciente de lobotomía tan


pronto como me las arreglé para murmurar:

—Gracias.
211
Caminé a través de la puerta y mi pie solo se detuvo porque el lugar no
estaba solo tranquilo, estaba completamente vacío. Resistí la urgencia de
rascarme la cabeza y dar la vuelta hacia la puerta cuando escuché música
rompiendo el silencio: Tú eres todo lo que quiero de U2. Di algunos pasos y
paré cuando vi a Trace justamente en frente en el mismo taburete donde
había estado sentada cuando nos conocimos.

Estaba vestido en jeans desgastados, camiseta y botas negras. Su cabello


estaba en puntas alrededor de su hermoso rostro y sus ojos estaban
ardiendo en amor. Inconscientemente miré sus brazos al tatuaje que era
mucho más que arte. Él era hermoso, un hermoso hombre dañado.

Comenzó a ir hacia mí y mi corazón latía con fuerza en mi pecho, pero mis


pies me movían, y que cada paso me llevaba más cerca del único lugar que
realmente quería estar. Nuestros ojos no se apartaban del otro. Estiró la
mano hacia mí y me acercó justo antes de que su boca cubriera la mía.
Estar en sus brazos, sintiendo su boca en la mía, sintiendo el calor de su
cuerpo y oler ese aroma picante que era únicamente de Trace, hizo que mi
alma suspirara.
Sentí la renuencia en él mientras se alejaba y cuando examiné aquellos ojos
de acero azul sólo había tantas emociones ardientes allí. Su voz era cruda
cuando susurró:

—Viniste.

—Siempre.

—Perdóname.

—Lo he hecho. —Miré alrededor del lugar antes de preguntarle—: ¿Dónde


está todo el mundo?

Una leve sonrisa tiró de su boca antes de que ofreciera:

—Tenemos el lugar sólo para nosotros por la próxima hora.

—¿Cómo lo has conseguido?

—Conozco al dueño. —Extendió la mano y tocó mi mejilla y el suave toque


causó un calor abrasador justo debajo de mi piel.
212
—Hay tantas cosas que necesito decirte, pero por la próxima hora sólo
quiero abrazarte. ¿Está bien?

Sentí las lágrimas picando los ojos mientras sostenía su tierna mirada.

—Más que bien.

Su mano recorrió mi brazo y entrelazó los dedos mientras caminaba hacia


la pista de baile. Me volteó y envolvió su brazo alrededor de mi cintura
tirándome contra de él. Levantó mi mano rozando sus labios con mis
nudillos y luego colocó nuestras manos unidas sobre su corazón.

—Esa mujer era una trampa. Fingí hacer la única cosa que sabía que haría
irte. Siento tanto por haberte herido pero te aparté porque temí por ti.
Pensé que podría dejarte ir, pensé que estabas mejor sin mí, pero tú posees
mi cuerpo y el alma. Tenías razón, Ember, me atormentabas cada día. No
puedo volver a vivir de la manera que lo hice, porque sabes que me ha
cambiado. —Una leve sonrisa tiró de sus labios antes de añadir—: Todo lo
que quiero es a ti.

Agarré la parte posterior de su camisa mientras me presionaba aún más


cerca de él antes de que le susurrara:
—Ese sentimiento es mutuo.

—Te amo, Ember.

—Te amo, Trace.

Durante la siguiente hora nos quedamos justo donde estábamos,


abrazados, cuerpo a cuerpo, y permanecimos en silencio pues las palabras
no eran necesarias. Cuando Trace se apartó de mí después de la hora
estaba reacia a liberarlo.

—No merezco una segunda oportunidad, Ember, ya lo sé. Te hice daño y


traicioné tu confianza, pero estoy pidiendo que por favor me des una. La
única cosa que he aprendido con certeza absoluta en estos últimos meses
es que no puedo vivir sin ti. Estoy dispuesto a compartir contigo todo, pero
gran parte de lo que tengo que decir es que va a ser muy difícil para ti
enterarte. Algo de ello puede incluso pasar por mí, pero estoy dispuesto a
correr ese riesgo. Todo lo que pido es que reserves tu opinión hasta que lo
hayas oído todo. —Sostuvo mi mirada mientras me preguntaba—: ¿Puedes
213 hacer eso?

—Nada de lo que digas me apartará de ti. Contarme todo, compartirlo, te


ayudará a sanar y es por eso he querido que te abras a mí. No podrás ser
verdaderamente libre de tu pasado hasta que llegues a un acuerdo con él y
lo dejes ir. Quiero que lo dejes ir porque tu futuro está de pie justamente
frente de ti.

Su sonrisa me dejó sin aliento cuando preguntó:

—¿Vendrías conmigo?

Me acordé de otro momento en que me dijo esas mismas palabras.


Respondí instintivamente como lo había hecho antes:

—Sí.

Tomó mi mano y me condujo a la salida. Cuando llegamos a su


motocicleta, colocó el casco en mi cabeza antes de montar y sostenerla
para mí. Me subí y envolví mis brazos alrededor de su cintura. Alzó la
mano y cubrió las mías cerradas y apretó antes de que la arrancara y tirara
el freno.

Al llegar a su edificio de apartamentos, se detuvo y esperó a que entrara


antes de que él me siguiera, tomando mi mano me condujo escaleras
arriba. Tan pronto como estábamos en su apartamento, me acompañó a la
cocina. Me sirvió una copa de vino antes de tomar una cerveza de la nevera
para él. Una vez que nos acomodamos en la mesa de la cocina, se pasó la
mano por su pelo puntiagudo y tomó un largo trago de su cerveza.

Lo miré y pude ver lo mucho que esta conversación iba a costar, me diría lo
que fuera que necesitara, pero tenía que contarle sobre mi encuentro con
su tío. Precisaba enterarse de lo que sé antes de que compartiera conmigo.
No era correcto no decirle.

—Antes de que empieces, Trace, tengo que decirte algo.

Se veía muy nervioso, pero sus ojos nunca se apartaran de los míos.

—Está bien.

—Sé quién es Charles Michaels. Sé que es tu tío.

Vi como sus dedos se pusieron blancos mientras apretaba la botella de


cerveza con tanta fuerza en su mano que pensé que podría romperse.
214
—¿Cómo te enteraste?

—Lo busqué, quería saber lo que él tenía sobre ti. Me encontré con él y me
pidió que lo ayudara. Me pidió que te preguntara sobre algo que sucedió
hace trece años.

Trace se levantó y destrozó la botella de cerveza contra la pared del fondo


y comenzó a pasearse como una pantera enjaulada. Sus ojos se
encontraran con los míos y era como si estuviera mirando a través de mí.

—¿Por qué?

Pasé una mano por el cabello cuando me levanté y caminé hasta el otro
lado de la habitación.

—Porque es un narcisista y tú podrías ser un problema potencial para sus


planes, pero yo, te amo, Trace, y has estado sufriendo solo durante mucho
tiempo.

Trace de espaldas hacia mí, estaba tan rígido, tan tenso. Sus manos
cerradas en puños a sus costados, así que me acerqué y envolví mi mano
alrededor de uno de sus puños y alcé la vista a su cara y vi que sus ojos
estaban cerrados y las lágrimas rodaban por sus mejillas.
—Dime. Déjame llevar algo de tu carga. Por favor, déjame entrar.

Me envolvió con sus brazos mientras enterraba su rostro en mi cabello.


Después de un momento, se retiró, agarró mi mano y me condujo a la sala
donde me tumbó sobre el sofá prácticamente sosteniéndome en el regazo.

—Un fin de semana de hace trece años me enteré de que mi padre estaba
haciendo daño a mi hermana.

Me giré en su regazo mientras el temor llenó mi vientre y examiné sus ojos


vacíos antes de escuchar las próximas palabras; palabras que llegaron a mi
pecho y me arrancaron el corazón.

—Pensé que era sólo a mí.

Estaba completamente entumecida cuando las emociones que ni siquiera


podía comenzar a entender me llenaron. Se limitó a observarme con ojos
vacíos. De alguna manera me las arreglé para preguntar:

—¿Cuánto tiempo Trace?


215
—Todo comenzó cuando tenía nueve años: la última visita de la noche, un
toque inapropiado, pero no fue hasta que tuviera diez años que en realidad
él...

No terminó la frase, pero no era necesario que lo hiciera, entonces


continuó.

—... pero no se detuvo mucho tiempo después de que comenzó y sabía que
eso era porque mi hermana estaba llegando a la edad que él prefería. Me
quedé en la casa por ella y aun así, le fallé.

—Oh, Dios. —Podía verlo como un hermoso niño y su padre... Sentí la bilis
subiendo hasta mi garganta mientras corría por el pasillo hasta el cuarto
de baño, llegando justo a tiempo, y después me puse de rodillas en frente
de la taza del baño mientras las lágrimas bajaban por mi cara. No sabía qué
había pensado que eran sus demonios, pero no me esperaba eso, no
esperaba algo tan vil y depravado. Que Trace fuera el hombre bueno,
amable y compasivo que era después de sufrir una infancia tan enferma
como la que había vivido, sólo demostraba la increíble persona que era. Su
voz sonaba muy distante cuando le oí hablar desde detrás de mí.

—Entendería si quisieras irte y entiendo tu rechazo. Como he dicho, estoy


sucio, Ember.
Mis ojos se abrieron de golpe y miraron hacia los suyos cuando la furia
ardió aplastando el dolor.

—¿Sucio? ¿Tú? —Me levanté y me acerqué a él mientras mi ira hacia su


padre se desbordaba—. Eras un niño, un alma inocente, que fue abusada
por una de las personas que más deberían haberlo amado. Sufriste solo y
en silencio, tratando con algo a lo que la mayoría de los adultos no pueden
hacer frente, y ¿te miraste? Eres el más fuerte, más valiente, el hombre más
amable que he conocido. ¡No me mires así! Viniste en mi ayuda cuando
estaba siendo asaltada, me rescataste varias veces cuando necesitaba ser
rescatada. La mayoría de los chicos que son abusados se convierten en
abusadores, pero tú no. Tú proteges todos a tu alrededor. La única persona
de la que abusas es de ti mismo, pero el hecho de que te has quedado para
hacer frente a todo esto solo durante tanto tiempo, que no puedo decir que
te culpe.

No se movió, se quedó allí mirándome mientras me movía hacia él. Me


detuve justo delante de él antes de tocar con mi mano su mejilla; cerró los
ojos y se apretó en mi mano. Cuando hablé, mi voz era un suave susurro.
216
—Trace, te amo verdadera, completa e irremediablemente. Ya no tienes que
sufrir en silencio y te juro por Dios que nunca dejaré que nadie te haga
daño otra vez.

Me envolvió en sus brazos y me abrazó con tanta fuerza contra él.

—Te amo, Trace.

Le oí llorar, sentí sus lágrimas en mi cuello, el temblor de sus hombros, así


que lo tomé con más fuerza y le ofrecí la tan necesaria desde hace mucho
tiempo comodidad que se merecía. Cuando él se retiró un poco más tarde,
buscó mis manos.

—Me gustaría decirte el resto.

—Está bien.

Mantuvo sólo una de mis manos y me llevó de vuelta a la sala donde me


tiró hacia abajo sobre el sofá con él. Me envolvió en sus brazos con la
espalda contra su pecho cuando finalmente habló, diciendo su pesadilla en
voz alta.
—Pensé que era sólo yo, Ember, y a pesar de que me puse a buscar signos y
la vigilaba por la noche, él era más cuidadoso con ella y ahora me doy
cuenta de que estaba a la espera de las noches en que yo no estaba en casa.

Miré de nuevo hacia él cuando añadió:

—Empecé temprano, Ember, a joder y ahora sé que lo hice porque era mi


manera de tener cierto control. Estaba fuera esa noche consiguiendo mis
rocas mientras mi padre estaba... —Apretó los puños y pude verlo, el asco
y el ardor en sus ojos del auto-odio.

—¿Es por eso que crees que eres sólo bueno para el sexo?

—He estado condicionado desde que era un niño.

—No, fuiste abusado y no tomarás la culpa de tu padre. Él y sólo él tiene la


culpa. —Pude ver que no estaba de acuerdo conmigo, así que fui
intencionadamente dura en respuesta—: Así que tu hermana también tiene
la culpa.

217 Sus ojos ardieron con el fuego antes de que hiciera todo menos rugir su
negación.

—¡No!

—¿Por qué tú y no ella? —Lo forcé a mirarme—. Ninguno de ustedes tiene


la culpa, Trace. Sólo ese animal que es tu padre tiene la culpa.

Pareció pensar en eso por un momento antes de que me jalara hacia él y


me diera un beso en la cabeza.

—Gracias por eso.

—Cuéntame el resto.

Inhaló y exhaló lentamente antes de terminar.

—Esa noche le rogué a mi madre que buscara ayuda, incluso sabiendo que
estaba completamente desinteresada en sus hijos. Ni siquiera puedo
recordar cómo lucía mi madre porque nunca nos dio a ninguno de los dos
una hora al día, pero le rogué esa noche, a causa de mi hermana, que nos
sacara como del infierno de allí. No obstante, ella ni siquiera se movió del
sofá. Fue como si estuviera en una zona afuera, un estado en el que solía
estar, así que metí a mi hermana en el coche con la intención de ir a un
médico pero no planeaba estrellarme contra un árbol. Lo siguiente que
supe fue que estábamos en el hospital y ahí me enteré de que mi hermana
había salido a través del parabrisas. Los médicos pensaron que iba va a
morir, pero vivió, aunque no fue la misma de nuevo.

Me di la vuelta para mirarlo de frente y cubrí su rostro con mis manos


mientras sus ojos se llenaban de lágrimas mirando a los míos.

—Es por eso que odias los hospitales.

Asintió antes de agregar:

—Yo la hice de la forma en que es ahora. A veces me pregunto si no es lo


mejor, porque no recuerda el abuso. La mente que tiene ahora… es siempre
feliz, como la de niño en su felicidad.

—Pero tú lo recuerdas por los dos.

—Soy su hermano mayor. Es mi trabajo preocuparme por ella.

Alcancé el brazo de Trace siguiendo su tatuaje, corriendo mi dedo sobre él.


218 —Maestro de tu propio infierno.

Mis ojos se encontraron con los de él mientras las lágrimas corrían por mi
cara y agarré sus manos para unir nuestros dedos.

—Nunca volverás a estar solo.

Me sostuvo la mirada mientras el amor llenaba sus ojos. Me incliné hacia él,
presionando mis labios contra los suyos. El beso fue sólo eso: una oferta,
un reconfortante beso, y cuando me aparté lucía menos perseguido.

—¿Qué pasó con tus padres?

—Fueron asesinados.

Sabía que mi rostro había palidecido ante ese anuncio mientras decía
incrédula:

—¿Qué? ¿Cuándo?

—... esa noche. La policía afirmó que había habido una invasión en la casa,
pero, Ember, sé que no fue eso. No había habido casos anteriores de robos
en la zona y que hubiera terminado en un doble asesinato, con una de las
víctimas siendo una heredera, no había ninguna posibilidad. No puedo
probarlo, y realmente he intentado, pero hasta hace muy poco, creía que mi
tío Charles los había matado.

Y entonces me acordé del papel en la unidad de almacenamiento. Los


horribles asesinatos relatados eran los de los padres de Trace.

—Es por eso que reaccionaste tan fuertemente cuando oíste hablar de él en
las noticias.

—Sí. Él trabaja para el Senado y su pasado, mi pasado, va a ser


desenterrado y aunque es bastante malo, si realmente es un asesino, hará
cualquier cosa para mantener su secreto.

—Es por eso que temías por mí.

Tocó mi cara antes de responder en voz baja:

—Sí.

—¿Qué te hizo pensar que fue tu tío?


219 —Siempre ha tenido aspiraciones políticas y hacer una campaña política
puede ser muy costoso. Si algo le sucedía a mi mamá y papá, sus bienes,
excepto los fideicomisos que ella había creado para mi hermana y yo, irían
a mi tío. Además, mi padre era un hijo de puta y no algo que un aspirante a
político quiere en su armario. Sacarlos habría resuelto los dos problemas
para mi tío.

—¿Por qué tu tío correría ese riesgo, sobre todo si quería entrar en la
política? Salir impune de un asesinato es casi imposible y lo es por partida
doble para un candidato político cuyas historias son desenterradas y
registradas con un peine de dientes finos.

—Lo conociste. Es un narcisista egoísta y cree profundamente que es


intocable.

—Dijiste que pensaste que lo hizo... ¿ya no lo haces?

Pasó una mano por su pelo antes de responder.

—No estoy tan seguro. Desde que me dijiste que te consiguió ese trabajo,
lo he estado vigilando. Es arrogante, ambicioso y cruel, pero su alcance
fuera podría ser tan sólo eso. Estoy de acuerdo contigo; tratar de ayudarme
es autocomplaciente para él, pero es posible que sea tan sólo un miserable
y ensimismado ser humano y no un asesino.
—Llegue a la misma conclusión después de encontrarme con él.

Me estudio por un minuto antes de llegar a tocar un mechón de mi cabello.

—¿Qué estás pensando?

—Realmente me presionas para que te proteja.

La ternura se apodero de su rostro mientras me sostenía la mirada y


respondió.

—Mi tío nunca ha pagado por la atención de mi hermana y mía. Él sabía lo


que estaba sucediendo en nuestra casa y no hizo nada. Y luego se está
postulando para el Senado y de repente ahí está, mostrando interés por mí
y por extensión en ti. Realmente creí que solo estaba interesado porque
estaba tratando de averiguar lo que recuerdo de aquel entonces, lo creíble
que puede ser, y cuan potencial puede ser. He vivido durante tanto tiempo
con la creencia de que era un asesino, y vi lo que creí que era capaz de
hacer. Conociendo de tu presencia ahora en su radar por mí me envió al
límite. Te aleje arduamente porque no podía soportar la idea de que algo te
220 sucediera por mi culpa. Cuando te dije que habíamos terminado, se rompió
mi maldito corazón al ver la expresión en tu rostro, el dolor que te cause y
sabiendo de que todo era una mentira. Pero incluso si Charles es inocente,
alguien asesinó a mis padres, y se salió con la suya. Con Charles como el
centro de atención, su familia también está metida en esto, así todo este
escándalo se puede desenterrar. El asesino de mis padres se va a poner
muy nervioso lo que significa que todavía hay peligro, Ember.

—Y lo enfrentaremos juntos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras envolvía mi cara entre sus


manos.

—En mi vida nunca he tenido lo que tengo contigo. He estado solo durante
mucho tiempo, nunca compartí con nadie, no sabía cómo hacer participar a
la gente y hablar sobre mí, ya que nunca supe hacerlo. Aprendí que era más
seguro mantenerme cerrado. Te dije tan poco sobre mí y aun así te
preocupabas por mí, te quedaste, te comprometiste y eventualmente me
amaste. Incluso cuando era cruel e indiferente no te alejabas. Te quedaste,
Ember, y no tienes ni idea de lo que significa para mí. Odiaba lastimarte y
engañarte, y mantener la distancia, se me rompió el corazón, pero me di
cuenta de algo. Pude dejarte entrar, compartir mis más oscuros secretos
contigo porque sabias que estaba dañado y aun así tú todavía me amabas.
Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras lo miraba.

—Todavía te amo, Trace.

—Y voy a tratar de merecer ese precioso regalo todos los días de mi vida.

—Te lo mereces, Trace, siempre lo has tenido.

—¿A dónde vamos desde aquí, Ember?

—Quiero estar contigo, pero solo funcionará si no me apartas ni me


rechazas.

—El instinto me dice que haga eso precisamente, pero te quiero más de lo
que he deseado algo. Me va a tomar algún tiempo romper un viejo habito,
pero por ti lo haré.

Sostuve su tierna mirada mientras mi corazón dolía con amor.

—Te quiero más de lo que he querido en mi vida.

221 Entonces me besó, selló su boca sobre la mía y me mostró lo mucho que
me amaba. Cuando se apartó, tocó mi mejilla y una sonrisa se dibujó en
sus labios. Mi corazón golpeaba contra mi pecho ante la mirada de ardiente
amor en sus ojos.

—Trace, ¿dónde está tu hermana?

—Está en una instalación de primera, lo mejor que pude encontrar. La


visito todas las semanas.

—¿Puedes llevarla algún restaurante si lo deseas?

Me miro con una expresión extraña antes de responder.

—Si, a ella le gustaría.

—Te vi.

—¿Qué? ¿Cuándo?

—Ese día, que llegué a casa a pie y me estabas esperando. Yo iba a ese
restaurante para el almuerzo y te vi con ella, en la ventana de enfrente, y
mi corazón se rompió. Y cuando te pregunté acerca de dónde habías
estado dijiste que estabas en el gimnasio.

Estiro su mano hacia mí y me atrajo hacia él.


—Lo recuerdo. El dolor en tu rostro cuando te mentí, me rompió el
corazón. Y entonces me dijiste que creías en profecías auto impuestas y yo
ya sabía que iba a perderte pero no era lo suficientemente fuerte para
mantenerme apartado de ti.

—Lo eres, sin embargo, Trace, eres lo suficientemente fuerte pero no


estabas preparado para compartir.

—No, pero lo estoy ahora. —Acunó mi rostro con sus fuertes manos—. Me
gustaría que la conocieras.

—Realmente me gustaría eso, Trace. El nombre de tu hermana es Chelsea,


¿no es así?

Sonrió antes de responder.

—Sí.

222
Capítulo 16
Traducido por Elena Ashb,
SOS Steffanie & Melusanti
Corregido por bibliotecaria70

A
cres Ondulantes estaba nombrado acertadamente ya que el lugar
estaba situado entre acres y acres de ondulantes colinas verdes.
Ubicado en la hermosa y afluente zona de Westchester, Nueva York,
realmente era un lugar encantador. El largo camino bordado de árboles se
abría a un extenso edificio de piedra que estaba rodeado de jardines, que
imaginaba podría llenarse de color en primavera. Trace sacó su motocicleta
hasta un estacionamiento cerrado mientras el encargado salía de su cabina
para saludarnos.

―Señor Montgomery, bienvenido.


223
―Hola, Sam.

―Por favor, siga adentro a la derecha. ―Sam presionó un botón que estaba
discretamente oculto en la pared de la cabina haciendo que las puertas se
abrieran en silencio. Mientras Trace aparcaba, no pude dejar de notar que
los coches en el aparcamiento eran extranjeros y muy caros. Trace me
esperó para subir antes de seguir, tomando mi casco y colocándolo en su
moto. Tomó mi mano y me miró nerviosamente, casi con torpeza, y luego
ofreció,

―Chelsea apenas estará terminando el almuerzo y después... bueno, uh,


por lo general le gusta caminar al estanque para alimentar a los patos.

―Me gusta darle de comer a los patos.

Él sonrió y la calidez de su sonrisa hizo un largo y lento tirón en mi


corazón. Bajó la cabeza antes de que susurrara:

―Me gustas.

Empezamos en el edificio y en cuanto mis ojos se adaptaron, quedé


impresionada con cuan elegante y cómodo parecía el lugar. Los colores
eran calmantes y los pequeños detalles de flores frescas y plantas en
maceta hacían que el lugar se sintiera más como una casa en lugar de un
hospital. Trace me condujo por el pasillo hasta la habitación 114 antes de
llamar. Cuando la puerta se abrió, fuimos recibidos por una hermosa mujer
con una gran sonrisa en su rostro.

―Trace.

Ella lanzó los brazos alrededor de su hermano mientras él le abrazaba. Di


un paso atrás para darle a los dos un momento. Me di cuenta cuando vi a
Trace con su hermana que su acto de bondad a la niña en la feria realmente
había sido instinto. Apostaría dinero a que a Trace le había recordado a
Chelsea. Cuando Chelsea se alejó de su hermano, sus ojos grises se
volvieron hacia mí y su sonrisa, me di cuenta, nunca vaciló.

―Chelsea, esta es mi amiga, Ember. Te hablé de ella.

Mi corazón dio un salto ante sus palabras y cuando mis ojos se movieron a
los suyos, el amor me llenó. Él le habló de mí por lo que incluso si no
hubiera estado dispuesto a compartirla conmigo, me compartió con ella, y
224 eso me hizo sentir muy bien.

―Ella es muy bonita, como dijiste.

Y luego extendió su mano hacia mí y me sonrió.

―Soy Chelsea. Encantada de conocerte, Ember.

Tomé su mano en la mía mientras una sonrisa se dibujó en mis labios por
su inocencia infantil.

―Es para mí un gran honor conocerte, Chelsea.

―Ella me gusta, Trace.

Y entonces sus ojos se volvieron hacia su hermana.

―¿Podemos alimentar a los patos ahora?

Él le tomó la mano y sonrió.

―Por supuesto.

Mientras caminábamos, no pude reprimir la sonrisa porque Trace tenía


razón, realmente era muy infantil.
Ella corrió a nuestro alrededor, saltando a veces, contándonos historias
sobre la fabricación de galletas con chispas de chocolate, mirando
películas, jugando con sus amigos. Era, sospechaba, unos años mayor que
yo, pero tenía los modales de una niña de ocho años de edad,
despreocupada y feliz.

Observé a Trace, mirándola, y me enamoré de él de nuevo porque la


fealdad que le perseguía, no dejaba que se acercara a ella. Mi corazón
también sufría por él porque pude ver en esos hermosos ojos que cuando
miraba a su hermana se sentía responsable, se sentía culpable, y eso no era
justo porque él sólo había sido un niño cuando pidió ayuda y se la habían
negado. Había sido sólo un niño de quince años abandonado a su suerte a
buscar esa ayuda.

Llegamos a la laguna, una hermosa piscina de zafiro que reflejaba el sol


como miles de pequeños diamantes descansando sobre la superficie. Los
patos silvestres nadaban un poco en la distancia. La vibrante cabeza verde
de los patos machos era todo lo contrario de la cabeza marrón de las
hembras, pero, tan pronto como los pedazos de pan tocaron el agua
225
reluciente, todos los patos corrieron hacia Chelsea haciéndole chillar de
alegría infantil.

―¿No son ellos tan bonitos? Las niñas deben tener los colores bonitos, ¿no
crees, Ember?

―Así es, Chelsea.

Trace alcanzó mi mano y, cuando alcé la vista a su cara, sonrió y luego


giramos nuestros ojos a Chelsea. Durante la hora siguiente, vimos su
alegría mientras alimentaba a los patos.

Más tarde, Trace me llevó a ese restaurante y una vez que nuestra orden
había sido tomada, alcanzó mi mano a través de la mesa. El gesto era tan
parecido a la que fui testigo con él y Chelsea, que causó un pequeño tirón
en mi corazón antes de que él dijera:

―Gracias por venir conmigo. Sé que Chelsea disfrutó mucho conocerte.

―Es encantadora, Trace.

Se quedó en silencio por un minuto, sus pensamientos eran suyos antes de


que ofreciera en voz baja:
―En pocos meses, tendrá veintiséis Debería estar saliendo, tal vez casada
con un hijo propio, en lugar de eso ella es perpetuamente una niña de ocho
años de edad, con las alegrías, las tristezas y también las limitaciones.

―Trace, ¿alguna vez consideraste que si tú y Chelsea no hubieran salido de


la casa esa noche, tú y Chelsea habrían muerto, también?

En respuesta a mis palabras solo se sentó allí, inmóvil, y yo sabía, por su


reacción, que no había pensado en eso. Apreté su mano antes de que
añadiera:

―Perpetuamente ocho es mucho mejor que perpetuamente muerto, Trace.


Tú la salvaste y en más de un sentido.

Trace me trajo de vuelta a Trent y aparcó su moto en la acera antes de que


me acompañara hasta la puerta. Dudé en entrar porque no estaba
dispuesta a dejarle, pero al mismo tiempo los dos últimos días habían sido
tan emocionales que necesitaba un poco de tiempo para procesarlo todo.

―Gracias por venir conmigo a ver a Chelsea.


226
―Es encantadora, Trace. Me sentí muy feliz de conocerla.

Sus ojos sostuvieron los míos mientras pasaba su dedo por mi mandíbula.

―¿Puedo verte mañana?

―Realmente me gustaría eso.

―¿Te recojo al mediodía?

―Estaré esperando.

Se inclinó hacia mí y rozó sus labios sobre los míos antes de que se
apartara y sonriera.

―Buenas noches, Ember.

Me apoye en la puerta y prácticamente suspire:

—Noche.

Cuando entré en el apartamento, Trent me esperaba con una copa de vino.


Ni siquiera espero a que colocara mis llaves en la mesa antes de
preguntarme:
—¿Quieres hablar de ello?

Sonreí mientras caminaba hacia el sofá y me acomodé a su lado, tratando


de alcanzar la copa.

—Me conoces tan bien.

—¿Cómo te fue?

—Fue maravilloso, su hermana es hermosa y dulce.

Trent se recostó en el sofá y sonrió.

—Comienza por el principio.

A la mañana siguiente, estaba terminando de vestirme cuando sonó el


timbre. Salí a la sala al igual que Trent para abrirle la puerta a Trace. Yo
227 note la tensión y entendí. Trent era un buen amigo.

—Trent —dijo Trace y luego sus ojos encontraron los míos cuando una
sonrisa se dibujó en sus labios—. Luces hermosa, Ember.

Me sonrojé mientras la sonrisa de Trace se vuelve un poco perversa.

Me acerque a la puerta y tome la mano de Trent y la apreté.

—Te veré más tarde.

—Que se diviertan —dijo Trent antes de darme un beso en la mejilla.

—Gracias.

Trace y Trent se dieron las manos antes de que Trace me siguiera por el
pasillo. Nosotros estábamos a mitad del pasillo cuando Trace agarró mi
mano. Bajé la vista hacia nuestras manos unidas y provocó que Trace
preguntara:

—¿Esto está bien?

Le miré y vi que en realidad estaba nervioso haciéndome sentir toda


caliente y pegajosa en mi interior.

La sonrisa era totalmente involuntaria antes de contestarle:


—Por supuesto.

Sonrió mientras sostenía mi mano con más fuerza. Llegamos a su moto


antes de que colocara el casco en mi cabeza. Momentos más tarde estaba
conduciendo por la calle cuando apreté mi agarre en Trace, apoyando mi
mejilla en su espalda, sentí el estremecimiento que le recorrió como
respuesta me extrajo una sonrisa. Nos conducimos por un tiempo antes de
llegar a nuestro destino y cuando vi que estábamos en Nathan, sentía el
amor quemándome. Trace me bajó de la moto con una sonrisa tirando de
su boca.

—Un hot dog con todo.

—¡Te acordaste!

Su palma acunó mi mejilla mientras bajaba su cabeza y apretaba sus labios


con los míos. Tomó mi mano y me llevó a la ventana para ordenar.

Al día siguiente, recibí un paquete y ya sabía que era de Trace. Me apresuré


abrirlo para revelar el más hermoso osito de peluche Steiff. La nota que
228 acompañaba al paquete simplemente decía:

Te debía uno. Con amor, Trace

En la semana siguiente, pase todos los días y casi todas las noches con
Trace pero siempre me lleva a casa al final del día y me deja en la puerta
con un beso de buenas noches. Una noche, me llevó a su apartamento
donde comimos palomitas y vimos a Christian Bale como Batman. Otra
noche, solo dimos un paseo por el pueblo, hablando.

Sabía lo que estaba haciendo: tratar de que volviéramos a conectar,


tratando de llevarnos a donde habíamos estado antes de que me apartara.
Ese pensamiento, era innecesario. Por mucho que me encantaba cada
segundo que pasaba con él, comprendí por qué actuó como lo hizo. Le
amaba, nunca le dejaré, es más le necesitaba. Quería que me abrazara, me
tocara, me amara.

Estábamos cenando, en el pequeño lugar de Greek, estábamos a punto de


terminar nuestros platos principales cuando toco la mano de Trace bajo la
mesa.
—¿Trace?

—Sí, cariño.

Me acerqué a él para que nadie más me oyera.

—Trace, si no me haces el amor, creo que podría volverme loca.

Su reacción fue divertida de ver. Al igual que su actitud cambia con el sexo.
Sus ojos ardían como el fuego y pude ver todo su cuerpo comenzar a
temblar de necesidad.

—¿Estás segura?

—Dios, sí.

—¡Sólo comprobaba!

Lo hicimos afuera del restaurante antes de que Trace me atrajo hacia él y


me besara tan perversamente que mi estómago revoloteaba de deseo. No
había duda de lo que estaba en su mente mientras tomaba mi mano y
229 prácticamente corrimos a su moto. Rompimos varias leyes de tránsito
antes de regresar a su apartamento en menos de diez minutos.

Al entrar a su apartamento, dio un paso a un lado como un caballero


esperando que pasara delante. Cerró la puerta detrás de nosotros y me
volví hacia él para encontrarle apoyado en la puerta mirándome. La mirada
en sus ojos quemaba de deseo todo mi cuerpo. Sabía que no iba hacer
ningún movimiento, quería pero estaba siguiendo mi ejemplo. Quería que
me tocara, quería tocarle, así que le sostuve la mirada antes de susurrar:

—Hazme el amor, Trace.

Eso fue todo lo que necesité. Él, camino atreves del piso y me tomo en sus
brazos. Su boca se fundió con la mía, mientras sus manos buscaban el
dobladillo de mi camisa, tirando de él, solo lo suficiente para deshacerse de
la prenda. Mis manos estaban ansiosas por la sensación de su fuerza, la
suavidad de su piel mientras pasaba mis dedos por su espalda causando
que todos sus músculos se tensionaran y endurecieran como respuesta.

Me levanto en sus brazos y comenzó a caminar por el pasillo hacia su


cuarto con mi boca presionada en su cuello, chupando la sangre debajo de
la superficie de su piel, antes de que le mordiera, sacándole un gruñido de
su garganta. Me tiró a la cama y mientras saltaba sobre el colchón desnudo,
la belleza de su cuerpo hacia que el deseo quemara dentro de mí, y
entonces se abalanzó, enjaulándome con su erección y duro cuerpo.

—No puedo esperar, Ember. Tengo que estar dentro de ti. —Sus manos me
levantaron la falda, sacándome las bragas. Entró en mí con una larga y dura
estocada y me quede sin aliento mientras me estiraba para tomarle pero al
mismo tiempo levante las caderas para tomar más de él.

—Oh Dios, te sientes tan bien —gruñó cuando comenzó a moverse,


lentamente al principio, ya que cada golpe causaba una deliciosa tensión
para construir hasta que me sentí que me estaba desgarrando por el placer
que sentía hasta el punto de doler. Agarré su sublime culo como
animándole para ir más profundo, más fuerte, más rápido y cuando lo
hizo, me rompí en pedazos, gritando su nombre. Lo sentí tensarse y con
dos golpes más potentes, cerró los ojos, echo la cabeza atrás y rugió su
liberación.

Cuando se desplomó encima de mí, yo estaba débil y saciada hasta que su


mano se cerró sobre mi pecho y apretó mi pezón entre su pulgar e índice.
230 Al igual que la tensión comenzaba a crecer de nuevo.

—Trace, no podemos.

Cuando levantó la cabeza, con el deseo y la lujuria ardiendo en sus ojos,


sabía que podríamos, de hecho, lo hicimos.

Esa noche estaba teniendo problemas para dormir, así que me quedé un
rato viendo la pequeña elevación y descenso del pecho de Trace y estaba
feliz de que sus sueños parecían estar al margen de los horrores de su
infancia.

Después de una hora sin sueño, decidí hacerme un poco de leche caliente,
salí de la cama y me puse la camiseta de Trace y, la chaqueta en el pasillo.
Tan pronto como entre en la cocina, vi una botella de vino en la mesa y
opte por tomar un vaso de él en cambio.

Tomé mi copa en la sala y me senté en el sofá, poniendo mis piernas por


debajo de mí, antes de mirar por la ventana mientras mis pensamientos se
dispararon al azar en mi cerebro.

Trace y su hermana fueron abusados sexualmente cuando eran niños y el


pensamiento de dos almas preciosas siendo violadas me enfureció de una
manera que nunca había sentido antes. Las lágrimas llenaron mis ojos
pensando en él, en ambos, como jóvenes niños indefensos en una situación
en la que no tenían ningún control. En el caso de Trace, se explicaba en su
comportamiento en la edad adulta: la gran cantidad de mujeres-citas
solteras, el sexo, la lucha. Todo lo que hizo en su vida adulta, le controlaba.
Nunca había tomado el control de sus manos.

Su padre se fue a la ligera. Tendría Que haber sufrido el dolor y la


impotencia que había infringido a sus hijos. Y su madre ¿qué mierda era su
problema? ¿Cómo demonios, una mujer podía tener hijos, y luego sentarse
y permitir que el daño llegara a ellos?

Me sequé mis ojos llorosos pero estaba agradecida de que Trace finalmente
fue capaz de compartir su infierno. El hecho de que fue conmigo me tocó y
me hizo sentir una conexión con él que nunca nadie había tenido. Tal vez,
después de haber hablado de ello y de frente, él realmente comenzaría a
sanar.

Me preocupaba que sus padres hayan muerto, fueron asesinados y,


posiblemente, de la mano de alguien cercano. ¿Fue el motivo para ayudar a
231 los niños o era para su beneficio personal? ¿Y su tío? ¿Su interés por Trace
era realmente para descubrir lo mucho que recordaba de aquella noche?
Íbamos a necesitar a su tío Josh después de todo.

Estaba tan perdida en mis pensamientos, que no me di cuenta que Trace se


me había unido hasta que estuvo de pie justo frente a mí. Gracias a Dios, se
había puesto sus calzoncillos bóxers, aunque en realidad era un poco más
provocador que si hubiera estado allí desnudo. Dios mío, era hermoso:
desde sus anchos hombros, su pecho musculoso y sus abdominales, y aún
más abajo a la deliciosa “V” de músculo que desaparecía bajo la cinturilla
de sus calzoncillos y hasta los muslos y pantorrillas increíbles.

Antes de que me diera cuenta de lo que estaba haciendo, estaba sentada


allí abanicándome mientras tomaba sorbos repetitivos de mi vino tratando
de saciar mí, de repente, garganta reseca. Cuando por fin logré levantar los
ojos hacia él, le vi sonriéndome.

—Lo siento pero eres precioso, Trace. Realmente, podría mirarte todo el
día.

Se agachó justo frente a mí y tomó mi copa para colocarla sobre la mesa


antes de que pusiera sus manos en mis piernas.

—Me gusta que estés mirando.


Pasó sus manos por mis piernas y debajo de la camisa que llevaba antes de
levantarla un poco para que sus dedos pudieran trazar el tatuaje en mi
cadera. Sus ojos seguían sus movimientos y luego se clavaron en los míos.
Su voz era ronca cuando dijo:

—No tienes idea de lo que esto me hace a mí: sabes que te has marcado a ti
misma, para hacerme una parte permanente de ti, que pensaras que era lo
suficientemente bueno para hacerlo.

—Trace.

Tocó mis labios con su dedo antes de que continuara:

—Nunca he tenido a nadie en mi vida tratándome como si fuera digno de


cualquier cosa. Por lo general era sólo una molestia, un entretenimiento o
un pedazo de culo, pero no un hombre digno de respeto o amor, hasta ti.

Se arrodilló frente a mí y enmarcó mi cara con sus manos antes de rozar


sus suaves labios sobre mi rostro en un toque que era, a la vez, reverente y
profundamente conmovedor. Sentí sus labios moverse en contra de la
232 delicada piel debajo de mi mandíbula cuando susurró:

—Todo lo que soy, Ember, este hombre muy dañado e indigno, es tuyo.

—Trace. —Retrocedió y se encontró con mi mirada y sabía que, en la mía,


podía ver lo mucho que le amaba. Al ver la misma emoción mirándome de
vuelta, había lágrimas pinchando mis ojos mientras me acercaba y pasaba
mi mano por su mejilla. Saboreé la sensación de él cuando agradecí en
silencio cualquiera que sea el más alto poder que le trajo a mi vida—. Te
ves a ti mismo a través de gafas muy contaminadas, Trace, pero yo te veo a
ti por ti y eres absolutamente digno.

Su boca cubrió la mía robando lo último de mis palabras mientras me


besaba con todas las emociones encendidas a través de él. Un poco más
tarde se apartó de mí, pero no parecía querer perder todo contacto cuando
su pulgar se acercó y se frotó sobre mi labio inferior mientras sus ojos se
clavaron en los míos.

Tomé su mano y tiré de él para que se una a mí en el sofá, cuando me moví


para curvarme a mí misma a su regazo. Envolví mis brazos alrededor de él,
apreté mis labios en su cuello y me sonrojé cuando vi que lo marqué con
amor. Trace notó el color que se levantó en mis mejillas y sonrió, una gran,
gran sonrisa feliz.
—Me marcaste, Ember, me gusta.

—Tú me has marcado, también, simplemente no puedes verlo.

Oí el enganche de su respiración mientras envolvía sus brazos alrededor de


mí y me abrazaba con fuerza contra él.

—La primera vez que vi esto y me di cuenta de qué se trataba, me sentí


atraída por él y por ti —dije mientras arrastraba mis dedos sobre el tatuaje
en su brazo antes de levantar la vista para encontrarme con su ardiente
mirada—. Sé por qué has elegido esto y me gustaría que hubiera una
manera de volver para borrar esa parte de tu pasado, pero el hombre que
ha vivido a través de lo que tú has vivido, el que logró sacarse a sí mismo
del infierno y aprendió a controlar sus demonios en lugar de permitirles
controlarle, es el hombre de quien me enamoré. Soy grande en el lado
bueno de las cosas y tal vez, a riesgo de sonar arrogante, eso podría ser
tuyo.

Su palma acunó mi mejilla mientras sus ojos ardían de amor antes de


233 susurrar:

—Y estoy profundamente agradecido.

—Tenemos que mirar las muertes de tus padres, Trace.

—Lo sé.

—Mi tío es un investigador privado y es muy discreto.

Pasó los dedos por mi pelo y la sensación de esos dedos fuertes


acariciando mi cuero cabelludo casi me hizo ronronear.

—Llamaré a tu padre mañana. Tengo que hablar con él de todos modos.

Levanté la vista ante eso.

—¿Por qué?

Su sonrisa esa positivamente malvada antes de que me diera un beso en la


nariz.

—Eso es para que yo lo sepa y para que tú lo averigües.

—En realidad, hay maneras para hacer que hables.

Su ceja se levantó ligeramente ante eso.


—¿Cómo?

Mis dedos se clavaron en sus lados mientras intentaba hacerle cosquillas,


pero el hombre no tenía en absoluto cosquillas y luego me levantó de su
regazo y me dejó caer sobre mi espalda mientras un brillo diabólico
iluminaba sus ojos.

—Oh, amor, no deberías haber hecho eso.

Era como un maestro Jedi en el cosquilleo. Me estaba riendo tan fuerte que
no podía respirar. Cuando finalmente cedió y dejó inmóviles esos dedos
malvados, había lágrimas corriendo por mis mejillas de tanto reír. Estaba
mirándome con una combinación de humor y deseo.

—Estás toda ruborizada. —Alargó su mano hacia el dobladillo de mi camisa


y comenzó a levantarla lentamente mientras sus ojos hambrientos
devoraban cada centímetro de mi desnuda piel expuesta.

—Estas ruborizada por todas partes, Ember, eso es tan caliente.

234 Y luego me levantó en sus brazos y me llevó por el pasillo.

Pasé mi mano por los músculos de sus brazos, mientras le bateé mis
pestañas, antes de ofrecerle más dulcemente:

—Vaya, que músculos tan grandes tienes.

Me miró directamente a los ojos cuando respondió:

—Eso es una referencia muy apropiada, mi querida Ember, ya que tengo la


intención de comerte.

Mi mandíbula cayó cuando me sonrojé hasta la línea de mi cabello, lo que


le hizo reír a carcajadas. Su risa era tan malvada y sexy que hizo que mi
estómago se apretara fuertemente con deseo. Sus labios se rozaron sobre
mi mejilla hacia mi oído antes de añadir:

—Hasta que te rompas y mi nombre sea cantado como una bendición de tu


muy hermosa boca.

Las únicas palabras que podían formar mi brumoso y sexual cerebro


fueron:

—Oh. Mi…
Capítulo 17
Traducido por Melusanti, Clau & Mir
Corregido por Bibliotecaria70

H
abía pasado un mes desde que Trace y yo teníamos nuestro
corazón-a-corazón y todavía estaba viviendo en lo de Trent, pero
Trace me preguntaba si me gustaría volver con él. Tenía mis dudas,
pero realmente creía que las cosas eran diferentes así que al diablo con la
precaución. Se ofreció a acompañarme a lo de Trent para ayudarme a
empacar, pero quería ir sola para que poder pasar algún tiempo de calidad
con Trent.

—Estaré aquí cuando vuelvas. Llámame antes de salir y te veré en la acera.


235 —Está bien, pero me voy a quedar a cenar, así que estaré un tiempo.

—Voy a estar aquí.

Me dio un beso en la frente y mantuvo la puerta-cabina abierta para mí.


Una vez que me instalé, cerró la puerta y dio un paso atrás en la acera. Me
volví en mi asiento mientras el taxi se alejaba y vi que él seguía aún allí
viéndome ir. Trent me estaba esperando cuando llegué.

—Hola, Ember. No puedo mentir, estoy un poco molesto por perderte como
compañera de cuarto, pero estoy contento de que las cosas funcionen con
Trace.

—Gracias Trent, por ser tan genial. Realmente he disfrutado de mi estancia


aquí.

Tomó mi mano y me llevó por las escaleras hacia su apartamento.

—Vamos, vamos a empacar.

—Sí y pedir comida china.

Se volvió para mirarme por encima de su hombro mientras una sonrisa tiró
de su boca.
—Genial.

Más tarde, cuando empaqué todo, Trent y yo nos sentamos en el suelo en


la sala de estar, comiendo comida china y bebiendo vino, algo que tratamos
de hacer al menos una vez a la semana. Trent tomó otro rollo de huevo
antes de que sus ojos se encontraran con los míos.

—Sólo porque te estés mudando no significa que no podamos seguir


haciendo esto.

—Estoy de acuerdo. Tenemos que seguir haciéndolo un trato semanal una


semana aquí y una semana en lo de Trace ¿Qué dices tú?

—Suena perfecto.

Pinché un trozo de brócoli antes de preguntar:

—¿Qué vas a hacer con Kelly?

—No lo sé. Debería seguir adelante, pero estoy realmente enganchado de


236 alguna manera en ella. Hay una parte de mí que espera que llame.

—¿Tiene tu número?

—Sí.

—Tal vez lo haga entonces.

—¿Cómo están las cosas con Trace?

Puse mi plato en la mesa y tomé mi vaso.

—Él compartió mucho conmigo, cosas que nunca había compartido con
otros, y lo entiendo mucho mejor ahora.

Tomé un sorbo de mi vino y saboreé por un momento antes de agregar:

—Siempre hubo una parte de él que no podía alcanzar, pero desde que se
ha abierto sobre su pasado, no hay más muros entre nosotros. Es una
persona increíble y lo amo con locura.

Trent sonrió.

—Viste algo en él y lo sostuviste, Ember. Tiene suerte de que te importe lo


suficiente como para quedarte.
—Creo que yo soy la afortunada, Trent. Sabiendo todo lo que sé sobre él,
entiendo por qué se encerró a si mismo de los demás, lo necesitaba para
auto-preservación. Vio algo en mí que le hizo querer alcanzar una lección
de humildad.

Trent sostuvo su copa hacia mí mientras una sonrisa tocó sus labios.

—Soy un fanático de los finales felices.

Eran cerca de las doce cuando por fin regresé a lo de Trace. Como solicitó,
le llamé, cuando el taxi se detuvo frente al edificio, estaba allí de pie
esperando por mí. Abrió mi puerta y me ayudó a bajar del coche antes de
que me besara con fuerza en la boca, y luego me soltó para agarrar mis
maletas del cochero. Pagó, y le dio propina al hombre, antes de tomar mi
mano y tirando de mí al apartamento.

—¿Te divertiste con Trent?

—Lo hice. Vamos a continuar nuestra noche de comida-china-para-llevar


una vez a la semana: Aquí una semana y allí una semana.
237
—Eso suena divertido.

Tiré de su mano así me miraría de nuevo antes de que añadiera:

—Nos gustaría a ambos que te unieras a nosotros.

La sorpresa brilló en su rostro antes de ofrecer más suavemente:

—Realmente me gustaría eso.

Trace abrió la puerta de su apartamento y esperó a que yo pasara adelante


antes de seguirme, cerrando con llave. Nos dirigimos hacia el dormitorio,
donde Trace dejó caer los bolsos en el armario antes de girarse hacia mí.

—Podemos desempacar mañana.

—De acuerdo.

Me deslicé de mi ropa y me puse una de sus camisetas antes de dirigirme al


baño para lavarme los dientes. Trace entró unos minutos después llevando
un par de pantalones de pijamas negros de seda. Le observé en el espejo
mientras añadía crema dental en su cepillo. Continué mirando mientras él
se cepillaba los dientes y él sabía que yo estaba mirando ya que me estaba
mirando de vuelta. Me lavé la boca y devolví mi cepillo de dientes a su
posición antes de que me girara hacia Trace, que estaba terminando. Era
tan hermoso. Mis ojos estaban clavados en el juego de músculos de su
pecho mientras terminaba de prepararse para la cama. Eso fue cuando
moví mis ojos hacia los de él y vi que me miraba con una sonrisa. Me
sonrojé, sentí todo mi cuerpo calentarse, y supe el momento que Trace lo
vio cuando su sonrisa se volvió malvada.

Entonces, se volvió y me miró directamente a los ojos.

—Oh, cariño, te voy a dar hasta la cuenta de tres.

Me sonrojé más fuerte a medida que empecé a alejarme de él. Me acerqué a


la habitación, pero Trace, siendo Trace, no esperó a tres antes de que me
siguiera. Yo estaba de pie justo en frente de la cama cuando entró en la
habitación. Me di cuenta de la mirada de confusión en su rostro y luego
tomé mi camiseta y la tiré por encima de mi cabeza antes de susurrar:

—Tres.

El deseo brilló en sus ojos antes de que se abalanzara. Me llevó a la cama y


238 cubrió mi cuerpo con el suyo.

—Bienvenida a casa, Ember.

Y entonces estaba besándome y todo estaba bien en mi mundo.

Algunas noches más tarde, Trace y yo fuimos hasta el Bronx, pero no tenía
pelea esa noche; fuimos a encontrarnos con mi tío. Amo los dramas
criminales y, sintiéndonos un poco como con capa y espada, pensamos que
lo mejor era ser discretos acerca de nuestro interés por el pasado de
Charles. En vista de que la mayoría de los que asistían a las peleas lo
hacían interesados en la lucha como tal, el lugar parecía perfecto para
reunirnos con nuestro PI.

Mi tío Josh era hermano de mi madre y hace como unos tres años, él y mi
padre tuvieron una gran separación. No sabía por qué habían discutido,
pero el resultado de la pelea fue que mi padre se negó a verlo de nuevo.
Todavía hablaba con mi tío Josh por teléfono, pero las reuniones familiares
se habían detenido. Sabía que esto era difícil para mi padre, ya que amaba
a mi tío como a un hermano. Además, era el único pariente vivo de mi
madre, por lo que la negativa de mi padre a hablar con él implicaba que la
causa de la pelea tenía que haber sido muy significativa.
Trace agarró mi mano firmemente en la suya mientras nos abrimos paso
por entre la masa de gente. No podía ver a través de la multitud, pero
Trace, siendo un gigante, no tenía ningún problema en ver por encima de
los demás. Antes de irnos, le había mostrado una foto de mi tío, así que ya
sabía a quién estaba buscando y cuando sentí el ligero tirón en mi brazo,
supe que lo había encontrado.

Unos minutos más tarde llegamos a un claro entre la multitud cerca de un


hombre que estaba de espaldas a nosotros. Era alto, sólo unos pocos
centímetros más bajo que Trace, con una cabeza de grueso pelo castaño un
poco largo que le rozaba el cuello de su chaqueta de cuero. Era
completamente ancho en los hombros y estrecho en las caderas y lucía
como alguien que está muy cómodo en su entorno. Se giró hacia nosotros y
su rostro se parecía tanto a las fotos que mi padre siempre me mostraba,
que hizo que las lágrimas quemaran en el fondo de mis ojos. Era mi tío y
sabía que era el hermano de mi madre, pero al verlo y verla a ella, una
mujer a la que no recordaba pero había extrañado toda mi vida, no pude
evitar que las lágrimas comenzaran a rodar por mis mejillas.
239
Tan pronto como sus ojos azules miraron a los míos, me encontré tirando
de Trace y caminando directo a su abrazo. Él me estrechó fuertemente y yo
envolví mis brazos en su cintura. Habló y pude oír las lágrimas que trataba
de contener.

—Te pareces mucho a tu madre.

—Tú también.

—Dios, te he echado de menos, Ember, y al padre obstinado que tienes.

Miré hacia arriba mientras me miraba.

—Más tarde, quiero saber cuál fue la razón tan importante por la que
pelearon, que fue suficiente para mantenernos alejados todo este tiempo.

Él sonrió mientras me tocaba la mejilla.

—Puedo decírtelo ahora. Le dije a tu padre que necesitaba superarlo,


comenzar a salir y casarse de nuevo para que tuvieras una influencia
femenina. Sabía que amaba a mi hermana, pero no me di cuenta de cuánto
hasta que se apartó de mí, más interesado en aferrarse a un fantasma que
en vivir de verdad. Al menos eso es lo que pensaba en ese momento.
—¿Y ahora?

—La amaba. Todavía lo hace. Al no haber tenido nunca esa experiencia, no


lo entiendo, pero debí haberlo respetado.

No pude evitar la sonrisa de duende que ofrecí en respuesta antes de


preguntar:

—¿Estoy sintiendo una reconciliación en un futuro próximo?

—Sí.

—Ya era hora.

Me aparté de él, pero mantuve su mano mientras me volvía hacia Trace,


que me observaba con cariño.

—Tío Josh, este es Trace Montgomery mi… —sostuve la mirada tierna de


Trace al pensar en una palabra adecuada para describir lo que significaba
para mí—... todo. Trace, mi tío Josh.
240 Trace me sostuvo la mirada por un momento con ojos afectuosos antes de
dar un paso hacia el tío Josh y tenderle la mano.

—Es un placer conocerle, señor.

—Llámame Josh, hijo. Creo, basado en la mirada de ambos, que el placer es


mío.

Después de que se dieron la mano, tío Josh miró a Trace por un momento
antes de decir.

—Te he visto pelear. Relámpagos por manos.

Estaba mirando a Trace y juro que pareció sonrojarse. Estaba bastante


segura de que mi tío también lo vio, dado que cambió rápidamente la
conversación para minimizar la vergüenza de Trace.

—Entonces, dime ¿Qué es lo que necesitas que haga?

Unos días más tarde estaba en el salón. No era fan de que me peinaran ya
que no era muy buena para la charla fácil en la que los estilistas aman
engancharse, pero mi cabello estaba creciendo bastante desordenado, así
que tuve que hacer de tripas corazón. Pablo, mi estilista, estaba cortando
mis cabellos y hablando de su fin de semana en la Villa.

Sólo le medio escuchaba, dado que mis pensamientos estaban en la


reunión con mi tío. Estaba en Bellville, Ohio revisando los informes de la
policía sobre la muerte de los padres de Trace. Había leído el artículo en la
unidad de almacenamiento pero no había reconocido el apellido de las
víctimas, pero eso fue porque Trace había cambiado su apellido de
Stanwyck a Montgomery como otra manera de cortar los lazos con su
pasado. Temía por lo que mi tío fuera a descubrir y por los efectos que ese
descubrimiento causara sobre Trace y su hermana que ya habían sufrido
bastante en sus vidas.

La campana de la puerta sonó y cuando eché un vistazo hacia la recién


llegada, vi que era Vivian Michaels caminando dentro. Lucía exquisita en
traje azul de seda de St. Jhon y zapatillas bailarinas Jimmy Choo. Su
cabello rubio estaba inclinado hacia arriba, el maquillaje perfectamente
aplicado y enormes zafiros colgaban de sus orejas. Me daba curiosidad
241
saber por qué estaba allí, ya que, claramente, no era por la peluquería. Un
segundo después tuve mi respuesta mientras sus ojos azules se
encontraron con los míos y una sonrisa se dibujó en sus labios antes de
que se acercara a mí.

—Ember, que bueno verte de nuevo.

—Sra. Michaels, hola.

—Por favor, llámame Vivian. —Inmediatamente le acercaron una silla y se


sentó con tanta elegancia real que me recordó a una reina.

—Entiendo que estás saliendo con mi sobrino, Trace.

Las manos de Pablo se detuvieron, señal inequívoca de que escuchó el


chisme, antes de volver a sus esfuerzos.

—Sí, lo estoy.

—El conflicto entre mi marido y el último miembro que queda en su familia


ha durado mucho tiempo. Así que tenía la esperanza de que pudieras
hablar con Trace y conseguir llegar a un acuerdo para unirse a nosotros
para la cena. No tenemos que reunirnos en la casa si fuera más cómodo
que nos encontráramos en un restaurante. —Tomó mi mano antes de
agregar—: No tienes que responder ahora. Si Trace se parece en algo a mi
marido, entiendo tu vacilación, pero piensa en ello, ¿podrías?

—Sí.

—Maravilloso. —Se puso de pie y su movimiento fue muy fluido y


ordenado antes de sonreírme y apoyar la mano en mi hombro.

—Espero que todos podamos ser amigos, ya somos familia después de


todo.

Y con eso salió campante por la puerta, el tenue aroma de su Chanel Nº 19


aún permanecía en el aire. Me senté allí después de que se fuera,
preguntándome cómo sabía que estaba aquí. Una pregunta más interesante
era ¿Qué demonios pretendía verdaderamente con esa visita? Fue Pablo
quien me sacó de mis perplejos pensamientos.

—Vaya, nunca he visto a alguien presionar tan cortésmente antes. ¿Estás


bien?

242 —La cabeza me da vueltas.

—No hay duda.

Pensé en la visita espontánea de Vivian por el resto del día y la tarde,


mientras estaba trabajando en Clover, tomé la decisión de no
mencionárselo a Trace por el momento. Ya había suficientes cosas pasando
y no necesitaba sentir la presión de re-familiarizarse con familiares
ausentes que, más que probablemente, no sólo no daban una mierda por él,
sino que podrían estar fingiendo interés como medio para acercarse a él y
posiblemente causarle daño.

Me moví a una de mis mesas, a los nuevos clientes que acababan de ser
sentados, pero cuando vi quien estaba ocupando la mesa, mi corazón se
atascó en mi garganta porque era mi aspirante a violador, Dane, y Heidi, la
abandonada de Trace devenida en acosadora. ¿Era una coincidencia que
estos dos estuvieran juntos? No creía en las coincidencias.

Tan pronto como Dane me vio, una sonrisa se extendió por su cara y decir
que me dio terror no era una exageración. Su voz goteaba con
condescendencia y veneno cuando hablaba.

—Ember Walsh, te ves particularmente... —él me miró de pies a cabeza,


deteniéndose demasiado en mis pechos, antes de que sus ojos se
encontraran con los míos de nuevo—... bien esta noche. ¿Cómo has estado?
No llamas o escribes.

—¿Puedo ofrecerles algo de beber?

Se echó hacia atrás en su silla y sonrió… vista que era escalofriante.

—Tan profesional.

La voz de Heidi apartó mis ojos de Dane y cuando la miré vi simpatía en su


expresión.

—Estaba realmente apenada de oír sobre tú y Trace. Pensaba que si alguien


podía llegar a él habrías sido tú.

Como si ella quisiera que lo mío funcionara con Trace. La mujer tenía una
red de espionaje tejida en torno al hombre así que, ¿cuáles eran las
probabilidades de que aceptara la derrota con gracia? ¿Qué diablos estaban
tramando estos dos? Hablar sobre aferrarse al rencor. Una parte de mí
estaba tentada de compartir con ellos que Trace y yo todavía estábamos
243 juntos, pero no era de su incumbencia.

La voz de Dane hizo que un escalofrío bajara por mi espalda cuando


hablaba.

—Puedes imaginar mi deleite, Ember, al enterarme de que tu guardián ya


no es un problema.

Su mano salió disparada y se envolvió dolorosamente alrededor de mi


muñeca lo que me hizo hacer una mueca de dolor mientras trataba de
liberarme de él.

—Tengo toda la intención de terminar lo que empezamos, Ember.

Trent apareció entonces y sus ojos ardían de furia mientras miraba hacia
Dane.

—Quita tu mano de ella.

Dane me soltó la muñeca con una sonrisa antes de empujar lejos su silla de
la mesa y alcanzar la mano de Heidi. Habló bastante alto para que las
mesas alrededor de nosotros pudieran oír.

—Creo que vamos a comer en otro lugar ya que el servicio aquí no es muy
bueno.
Los vi salir y no podía negar que estaba un poco asustada. La voz
preocupada de Trent hizo que lo mirara.

—¿Estás bien?

Agarré la mano de Trent y la apreté.

—Sí, pero gracias.

—No me gusta su aspecto, Ember, tienes que tener mucho cuidado con ese.

Sus palabras fueron un eco de exactamente lo que estaba pensando


mientras soltaba un suspiro.

—Como si no lo supiera.

244
Capítulo 18
Traducido por nelshia, Clau,
Nelly Vanessa & Merlu
Corregido por Aldebarán

L
a noche siguiente llamaron a la puerta y cuando revisé la mirilla fue
para ver a Rafe parado allí. Abrí la puerta y me apoyé en ella mientras
una sonrisa se propagaba en mi cara.

—Hola, Rafe.

Él sonrió mientras metía las manos en los bolsillos de sus pantalones y se


dio vuelta sobre sus talones.

—Ember.
245
Nos estudiamos mutuamente por unos momentos y luego nos movimos el
uno hacia el otro para un abrazo. Rafe me soltó y dio un paso atrás
mientras sus ojos buscaron y encontraron los míos.

—Estoy tan contento de que hayas vuelto.

—Estoy muy contenta de estar de vuelta. Por favor entra.

Me moví a un lado para que Rafe pudiera pasar antes al apartamento y


luego cerré la puerta y giré el bloqueo antes de volverme hacia él y
preguntarle:

—¿Puedo ofrecerte algo de beber, té helado, café, agua, soda?

—Té helado sería genial.

—Enseguida —dije mientras me dirigía hacia la cocina y sabía que Rafe


había seguido detrás de mí—. Así que a qué se debe este precioso trato.

—¿Tiene que haber una razón?

Le lancé una sonrisa por encima del hombro mientras caminaba hacia el
refrigerador.
—No, de hecho, hace la visita aún más dulce sin una.

—He venido a saludar pero si quería mencionar que el cumpleaños de


Trace es el 21 de abril. No estaba seguro de que supieras.

—Lo hago, pero gracias. —Le entregué su vaso antes de moverme al otro
lado de la cocina para apoyarme contra el mostrador.

—¿Cómo celebra Trace normalmente su cumpleaños?

Rafe tomó un agradable y largo trago antes de que respondiera.

—No lo hace.

—Oh.

—Creo que este año hará una excepción, pero nada grande, como una
fiesta, no le gustaría eso.

—¿Qué tal una cena, aquí, tú, Chelsea y yo?

246 Una gran, gran sonrisa se dibujó en su rostro mientras levantaba su copa y
me saludó.

—Eso suena perfecto.

—Bueno, lo arreglaré.

Rafe puso su vaso en el fregadero antes de volverse hacia mí.

—Déjame saber si puedo hacer cualquier cosa.

—Está bien. Oye, ya que estás aquí, ¿puedo hablar contigo de algo?

—Claro, ¿qué pasa?

—No sé si Trace te hablo de la vez que escuchó al novio de mi ex-mejor


amiga y a su amigo hablando...

El rostro de Rafe se quedó completamente rígido y comenzó a apretar la


mandíbula.

—... sí, me enteré de eso.

—Bueno, el tipo Dane, entró en el Clover anoche.

La respuesta de Rafe a eso salió en nada menos que un rugido.


—¿Qué?

—Rafe, él me amenazó y sé que debo decirle a Trace pero él cazaría a Dane


y, posiblemente, hará algo que no será capaz de deshacer.

—¿Qué, como matarlo?

—Sí.

—Él se lo está buscando.

—Estoy de acuerdo, pero acabo de tener a Trace de regreso no estoy


dispuesta a perderlo por una pena de cadena perpetua en prisión.

Rafe arrastró una mano por su cabello mientras comenzaba a pasearse por
la cocina.

—Bueno, eso es justo ¿qué necesitas que haga?

Sonreí, realmente no podía evitarlo, y sé que mi sonrisa lo desconcertó ya


que se detuvo y me miró con una mezcla adorable de confusión y
247 desconfianza.

—Puedo decir que me encanta que me preguntes eso sin instigarte.

Sonrió.

—Eres la mujer de Trace y él es mi mejor amigo, así que eso nos hace a ti y
a mí, familia.

—Realmente me gusta el sonido de eso, Rafe.

Los dos estábamos llevando sonrisas tontas a juego, una combinación de


vergüenza y afecto, pero me las arreglé para concentrarme y continuar con
mi petición.

—Trace y Trent son ambos conscientes de la situación, pero sólo quería


que supieras, así mismo de manera que habría otro par de ojos vigilando.
Puedo mostrarte una foto de Dane y Todd.

—Ya sé cómo lucen. Trace me mostró sus fotos justo después del primer
encuentro. Sí, estaré alerta, pero si ves a alguno de ellos merodeando por
donde estés quiero que me llames inmediatamente. Tienes mi número de
móvil, ¿correcto?

—Sí. —Exhalé un suspiro—. Gracias, Rafe, me siento mejor.


Se acercó y me dio un abrazo.

—En cualquier momento.

Esa noche, estaba acostada en la cama con Trace mientras pasaba su dedo
hacia arriba y abajo de mi espina dorsal dejándome arqueando mi espalda
y ronroneando como un gatito.

—Trace, ¿estaría bien si llevará a Chelsea fuera de compras y a comer?

Sus dedos se calmaron en mi espalda y quería protestar ya que estaba


encendiendo pequeñas fogatas bajo mi piel, pero luego habló y la ternura
en su voz tenía mi corazón derretido.

—¿Lo harías?

Miré hacia él para descubrir que me miraba con tanto cariño desenfrenado.
248
—Me encantaría hacer eso.

—Sí, a Chelsea le encantaría pasar tiempo contigo.

—Genial. Así que, ¿puedo llamar y hacer los arreglos?

—Sí. —Rodó sus ojos y luego me inmovilizó debajo de él mientras se


sostenía sobre sus codos. Sus dedos acariciaban gentilmente mi cara pero
sus ojos nunca dejaron los míos y luego bajó la cabeza para que su boca
quedara justo por encima de mis labios muy ansiosos antes de susurrar—:
Te amo. —Y luego selló ese voto con un beso.

Chelsea estaba vestida con un hermoso vestido de verano color caramelo y


su cabello oscuro estaba recogido con una delgada cinta negra. No llevaba
maquillaje, pero no era necesario porque estaba simplemente
impresionante. Ella me estaba esperando en el vestíbulo y en cuanto me
vio, se levantó de su silla y corrió hacia mí antes de lanzar sus brazos
alrededor de mí.

—Hola, Chelsea. Es tan agradable verte de nuevo.


—No puedo esperar para ir de compras contigo. No he ido de compras por
años.

—¿Hay algún lugar al que te gustaría ir?

—Cualquier lugar —dijo con una gran sonrisa antes de buscar mi mano a la
que agarrarse.

—Está bien.

Caminamos a lo largo de la Quinta Avenida y entramos en Cartier y


Tiffany. Al ver la expresión de Chelsea con los ojos abiertos en la joyería
fue muy divertido. Ella se enamoró de un collar de margaritas, con el
esmalte azul de Tiffany, así que lo compré para ella. Vimos como la
vendedora lo envolvió en la bonita caja de cartón de huevos de color azul
antes de colocarla en una bolsa de compras. Tan pronto como estábamos
en la acera fuera de la tienda, Chelsea abrió la caja para sostener su tesoro
un momento antes de deslizarlo por encima de su cabeza. Me miró con sus
ojos grises menos astutos y me ofreció un agradecimiento tan sentido que
249 quedé completa y totalmente deshecha. Después de nuestras compras,
fuimos al hotel Plaza almorzar en el Salón Rose. Nuestra camarera se
acercó y levanté la vista para encontrar una cara amiga.

—Kelly, hola.

—Hola, Ember. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias. Kelly, ella es mi amiga Chelsea. Chelsea, ella es una
amiga mía. Su nombre es Kelly.

Chelsea le tendió la mano y sonrió, una sonrisa como de niña, antes de


decir con mucho entusiasmo:

—Hola, Kelly.

Miré a Kelly esperando su reacción hacia Chelsea y estaba dispuesta a


intervenir para proteger los sentimientos de Chelsea pero no tuve de qué
preocuparme, porque Kelly se manejó muy bien.

—Hola, Chelsea. Es muy agradable conocerte. —Y luego se agachó para


estudiar el collar de Chelsea después de ver la bolsa de Tiffany en el
banquillo—. Me encanta tu collar.
La mano de Chelsea se envolvió alrededor de él mientras sus ojos se
movieron hacia mí.

—Gracias. Ember lo compró para mí.

—¿Ya sabes qué quieres comer? —preguntó Kelly a Chelsea que parecía
halar sus pensamientos de su collar mientras arrugaba la nariz y parecía
reflexionar realmente la pregunta.

—No lo sé.

—¿Te gusta el chocolate?

—Sí.

—Tenemos una bebida de chocolate caliente congelada que es simplemente


deliciosa.

—¿Tiene crema batida?

—Por supuesto.
250
Los ojos de Chelsea se volvieron hacia mí.

—¿Puedo ordenar eso?

—Cualquier cosa que quieras, Chelsea.

—Está bien, quiero eso por favor.

Le sonreí a Chelsea antes de volver la mirada a Kelly.

—Y chupetas de pollo y cóctel de camarones y yo quiero el Queen Berries.

—Por supuesto.

Kelly empezó a alejarse, pero la detuve y le ofrecí:

—Él te extraña. No cree que estuvieras lista pero te extraña. Si estás lista,
Kelly, debería llamarlo.

Kelly dio la vuelta y vi que tenía los ojos demasiado brillantes antes de
susurrar:

—Gracias.
El almuerzo fue probablemente la mejor comida que podía recordar.
Chelsea era una compañía realmente maravillosa. Me pregunté cómo se
sentiría Trace de tener a Chelsea viviendo con nosotros. Sabía que ella
amaba Rolling Acres y tenía amigos allí pero me pregunté si no le gustaría
más estar con su hermano. Encontraría una manera de sacar a relucir el
tema con Trace.

Nos preparábamos para salir, cuando una voz familiar vino detrás de mí
segundos antes de que Lena apareciera delante de nuestra mesa. Ella se
veía muy mal. Estaba demasiado delgada y tenía manchas moradas debajo
de sus ojos, pero no había maldad saliendo de ella. Miró a Chelsea y vi su
intención en sus ojos rencorosos antes de abrir la boca.

—Bueno, pasando el rato con una retrasada, Ember, qué bajo has llegado.

Kelly apareció inmediatamente al lado de Lena y le preguntó a Chelsea.

—¿Te gustaría ver la cocina?

—Oh, sí, ¿puedo?


251
Kelly la ayudó a bajar de la cabina.

—Por supuesto. —Mientras se llevaba a Chelsea lejos, Kelly me lanzó una


mirada preocupada por encima de su hombro. Sonreí antes de volver mis
ojos a Lena, lo que convirtió mi sonrisa en una mueca de desprecio.

—Te ves como la mierda. Veo que estar con Todd claramente no es bueno
para ti.

—Deja de hablar de él. No tienes derecho a hablar de él.

—Lo que sea. —Me puse de pie y comencé a recoger mis cosas y las de
Chelsea antes de agregar—: Yo diría que fue bueno verte, pero no fue así,
así que no voy a mentir.

Comencé a pasarle por un lado, pero ella me detuvo colocando una mano
en mi brazo.

—¿Quién es la retardada?

—No es asunto tuyo. —Y entonces me acerqué a ella y me erguí a toda mi


altura, la cual no era mucho, pero era unos centímetros más alta que ella—.
Lo dejé pasar la primera vez, pero lo repites y te haré comer tu propia
lengua.
Hubo un destello de miedo en sus ojos, pero fue reemplazado
inmediatamente con odio. No entendía por qué me odiaba y antes de
darme cuenta hice esa misma pregunta en voz alta.

—¿Por qué me odias tanto?

—Se suponía que yo sería la superhéroe y tú el héroe de apoyo, no al revés.

La referencia al Sky High me tiró por un minuto debido a que Lena odiaba
esa película pero me moví más allá de preguntar.

—¿Por qué uno tiene que brillar sobre el otro?

—Porque el brillo siempre se ve mejor al lado del aburrido.

—Lamento que te sientas así, Lena, realmente lo hago. —Y entonces me di


la vuelta y me dirigí hacia la cocina, pero ella me siguió hablando mientras
lo hacía.

—No me juzgues, ¿no es eso lo que estás haciendo con tu pequeño


252 retardado? Diablos, cualquier se vería bien junto a eso.

Estábamos en la parte de atrás cerca de los baños, así que me volví hacia
ella y di unos pasos amenazantes cerca.

—Te lo advertí.

Antes de que pudiera hablarme a mí misma doblé mi mano en un puño, me


preparé, y lo clavé directo en su boca. Ella cayó de espaldas contra la pared
y aunque seguía de pie estaba desorientada, así que aproveché la
oportunidad y me moví más cerca de soslayo hacia ella.

—La próxima vez que me veas, Lena, vete para otro lado o te dejaré un
daño permanente. ¿Lo tienes claro?

Ella asintió mientras sus ojos se volvían vidriosos por el dolor y con la
certeza de que había hecho mi punto, me di la vuelta y me alejé.

Después dejé a una muy feliz pero soñolienta Chelsea en su casa, y regresé
a la de Trace y fui recibida por el olor de la parrilla de carne. En cuanto
cerré la puerta y me volví, allí venía de la cocina.

No se detuvo hasta que me tomó en sus brazos y me dio un beso en la


cabeza.
—¿Cómo estuvo tu día?

—Maravilloso. Me gusta mucho tu hermana.

—Me llamó para decirme que realmente le gustas. —Se retiró para envolver
mi cara entre sus manos.

—Gracias por estar con ella hoy.

—Fue tan divertido para mí, como para ella, Trace, realmente quiero
hacerlo más a menudo.

Me atrajo hacia él otra vez mientras enterraba su rostro en mi cabello.

—No te merezco.

Fue mi turno de envolver su rostro en mis manos mientras decía más


ferozmente.

—¡Tonterías!

253 Y entonces tapé su boca con la mía para callar cualquier otro argumento.

El día del cumpleaños de Trace, lo mande a la tienda mientras Rafe y


Chelsea llegaban a la cena por su cumpleaños. Había globos y serpentinas
por todas partes cortesía de Chelsea. Una mesa fue instalada en el salón y
el pastel que había cocinado Rafe estaba en el centro de la misma. La
lasaña estaba en el horno, Rafe y Chelsea estaban haciendo la ensalada
mientras yo preparaba el pan de ajo. El teléfono sonó, dos veces, que era la
señal del portero de que Trace estaba en camino.

—Chicos dense prisa —dije mientras apagaba las luces y esperábamos en la


sala de estar. Unos minutos más tarde, oímos el pesado sonido de los
pasos de Trace segundos antes de que la llave girara en la cerradura.
Cuando la puerta se abrió esperamos un momento antes de gritar.

—¡Sorpresa!

Le tomó un minuto porque realmente pareció sorprendido y luego una


sonrisa curvó su boca. Sacó la llave de la cerradura y cerró la puerta detrás
de él mientras colocaba la bolsa de compras en la mesa de entrada del
vestíbulo. Chelsea corrió hacia él y lo abrazó.

—Feliz cumpleaños.

La expresión de Trace mientras miraba a su hermana fue simplemente


hermosa. La envolvió en sus brazos antes de decir:

—Gracias, Chelsea.

Levantó la cabeza y la ternura en sus ojos cuando me miró hizo que mi


corazón diera un vuelco en mi pecho. Le sostuve la mirada un instante
antes de que se alejara con Chelsea que quería mostrarle las decoraciones y
el pastel. Rafe se acercó a mi lado y chocó su hombro contra el mío.

—Yo diría que fue un éxito.

—De acuerdo.

Él tiró de un mechón de mi cabello que había estado tirando de mi atención


254 de Trace y Chelsea para buscarlo con la mirada.

—Estoy tan feliz de que ustedes dos están juntos de nuevo. Él se ve más
feliz de lo que jamás lo había visto.

—Él me hace feliz, también.

—Puedo ver eso. ¿Estás lista para la segunda parte de su regalo?

—Sí, creo.

—Estoy muy ansioso de ver su reacción.

—Detente, estoy bastante nerviosa.

—... por una buena razón. Vamos a comprobar la lasaña.

Me senté a la mesa y vi a Trace, con Rafe y Chelsea, y el corazón me dolió


porque tenía mucho que dar y sin embargo, él todavía creía que no era
digno. Chelsea estaba diciéndole a Trace de nuestro día afuera y
mostrando, por enésima vez, su nuevo collar.

Ella se parecía tanto a él. Los ojos eran diferentes, con los de él azules y los
de ella grises, pero la forma de sus ojos, nariz y labios y de su estructura
ósea, no se podía negar que eran parientes. ¿Cómo se habría visto ella si el
accidente no hubiera ocurrido? ¿Habría sufrido en su autoestima, como
Trace había hecho? ¿Se habría cerrado y vivido una concha de existencia o
habría encontrado su camino por todo, en conjunto, como ambos habían
hecho?

En realidad no estaba escuchando la conversación así que me tomaron un


poco por sorpresa cuando vi que tres conjuntos de ojos me miraron, dos
de los cuales parecían enojados, lo que hizo que mis campanas de alarma
se encendieran en mi cabeza.

—¿Qué?

La voz de Trace fue muy suave cuando preguntó:

—¿Quién se te acercó en el Salón Rose?

—Oh, eso. No fue nada —dije mientras me levantaba y empezaba a


coleccionar platos. Traté de despedir su pregunta ya que no quería que la
belleza de la noche se arruinara por Lena pero Trace no quería nada de eso.

—¿Ember?
255
Me enderecé y me encontré con su mirada y me di cuenta por el conjunto
rígido de sus hombros y la dureza de su mandíbula que no iba a ceder, así
que conteste.

—Lena.

Sus ojos se convirtieron en dos trozos de hielo y su voz fue extrañamente


suave cuando preguntó:

—¿Estuvo Todd allí?

—No, y lo manejé.

—¿Qué significa eso? —Eso había venido de Rafe me di cuenta de que


estaba tan enojado como Trace.

—Digamos que no la veo molestándome más —ofrecí mientras recogía


unos cuantos platos y comenzaba a partir de la habitación.

—Ember.

—¡Alto! —Me volví hacia ellos con lágrimas de rabia ardiendo en mis ojos
porque estaba furiosa de que Lena tuviera el poder de arruinar las cosas y
ni siquiera estaba en la gris maldita habitación.
—No arruinaré esta noche por ella.

Empecé a salir de la habitación de nuevo cuando la voz de Chelsea me


detuvo en seco.

—Ember le dio un puñetazo en la cara con fuerza.

Bajé la cabeza y esperé la regañada de uno o de los dos, pero cuando no


llegó me volví a mirarlos por encima de mi hombro para encontrarlos
sonriéndome. Hubo una nota de admiración en la voz arrastrándose
cuando él dijo:

—Así se hace, bateadora.

Rafe alzó su copa en un brindis por mí.

—Siento habernos perdido eso.

Solté un bufido antes de decir:

—Los dos son unos niños. —Y luego me dirigí hacia la cocina de nuevo
256 mientras el sonido de su risa me seguía.

Estaba terminando de apilar los platos en el lavavajillas cuando Trace


entró. Se detuvo justo en el umbral y se apoyó en la jamba de la puerta.

—Gracias por esta noche, Ember.

—De nada.

—No quiero hablar de Lena tampoco, pero si Todd o Dane se te acercan me


lo tienes que decir.

Sentí mi corazón hundirse ante esas palabras mientras una sensación


incómoda me llenaba. De alguna manera me las arreglé para preguntar:

—¿Por qué?

Él caminó hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura,


mirándome con tal afecto que hizo que mi sangre se calentara.

—Tú eres la cosa más importante en mi vida, y necesito mantenerte a


salvo. Si algunos de esos imbéciles… Conozco a los de su tipo… y eso hace
que me preocupe por ti. Si Lena se siente lo suficientemente segura como
para acercársete entonces Todd y Dane también lo harán. No los quiero
cerca de ti, Ember.
—De acuerdo.

Él deslizó su dedo a lo largo de mi mandíbula antes de detenerse en mi


barbilla y levantar mi mirada a la suya.

—Me lo dirás, ¿cierto?

Me sentía como la mierda por mentirle, por no decirle que Dane ya se me


había acercado, pero no quería arruinar su noche así que le sostuve una
mirada y le di la respuesta que estaba buscando prometiéndome a mí
misma que se lo diría en la mañana.

—Sí.

Él agachó su cabeza para cepillar sus labios en los míos, antes de


retroceder y sonreír.

—Gracias.

Auto aborrecimiento me llenó mientras lo miraba e intentaba sonreírle en


257 respuesta antes de preguntar.

—¿Estás listo para el pastel?

Un par de horas después Chelsea estaba de regreso en casa mientras Rafe,


Trace y yo nos pasábamos por el club para beber. Mi espíritu se había
derrumbado desde que le mentí a Trace, pero ¿no se merecía acaso un
buen cumpleaños?

Así que sí, me sentía para la mierda pero se veía más feliz de lo que nunca
lo hubiera visto y sólo por eso creía que mi decepción no era tan mala.
Estábamos aquí para la segunda parte del regalo de cumpleaños de Trace.
Tendría que estar drogada para atravesar esto pero lo amaba, estaba loca
por el tipo, así que cuando recibí la señal me puse de pie.

—Discúlpenme. Tengo que ir al baño.

—Yo te llevo —se ofreció Trace mientras comenzaba a pararse, pero lo


detuve con una mano en su hombro.

—No, estaré bien. Sólo será un momento.


—De acuerdo.

Se paró de todos modos y me empujó en sus brazos antes de rozar sus


labios en mi mejilla antes de susurrar en mi oído:

—Gracias. —Él retrocedió y tocó mi mejilla, sus ojos sostenidos en los


míos—. Esto es exactamente lo que quería para mi cumpleaños.

Presionó sus labios sobre los míos y pasó su lengua sobre mi labio inferior.
Se alejó y sonrió.

—Bueno, casi todo.

Me sonrojé y se rió mientras me liberaba así que pude alejarme sobre mis
desestabilizadas piernas. Me dirigí hacia la parte de atrás del club, para
luego meterme en un pequeño vestidor detrás de escena.

Oh, debería haber tomado un poco más antes de hacer esto.

Rápidamente me cambié de ropa y me apliqué más maquillaje; al mirarme


258 al espejo me sonrojé ante mi aspecto.

Estaba vestida con un escotado top de cuero negro, una minifalda también
de cuero que quedaba por debajo de mis caderas para que se viera mi
tatuaje, y borsegos negros de cuero. Mi cabello estaba levantado en un
rodete, mis ojos delineados con negro y mis labios pintados con un brilloso
y prendido rojo.

Cuando la primera nota de Candyman comenzó casi devuelvo mi cena,


pero me obligué a caminar hacia el escenario. Trace y Rafe estaban en el
frente así que incluso con las luces del escenario podía verlos.

Le tomó a Trace un momento comprender lo que estaba sucediendo,


porque estaba viendo que regresara del baño. Tan pronto como reconoció
la canción, sus ojos se movieron hacia el escenario justo cuando yo entraba
en escena. La mirada en su rostro cuando se dio cuenta de quién era y lo
que estaba haciendo fue invaluable. Me moví por el escenario para quedar
frente a los coristas y cuando comencé a cantar simplemente se echó hacia
atrás en su asiento y observó con una inescrutable expresión en su rostro.

Durante la canción, mis ojos se mantuvieron en él y la intimidad de eso,


incluso en un cuarto lleno de gente, era innegable. En un punto, me salí del
escenario directo hacia él mientras le cantaba. Me senté sobre su regazo
mientras me tomaba por las caderas para presionarme contra la dura
extensión que estaba sobresaliendo en sus jeans; mi voz se desafinó. Me
las arreglé para liberarme y regresé al escenario para terminar con la
canción.

Una vez que la última nota terminó, la multitud rugió. Me quedé parada
mirando a Trace, entonces se paró muy erguido y cuando empezó a
dirigirse al escenario sentí como mi corazón golpeaba fuertemente en mi
pecho.

Se detuvo justo frente a mí y el aspecto de su rostro era indescifrable.

—Feliz cumpleaños —susurré.

Me levantó en sus brazos mientras su boca se apoderaba de la mía, y


obviamente eso le gustó a la multitud porque exclamaron en aprobación.
Cuando me soltó, la salvaje lujuria que quemaba en sus ojos hizo que mi
estómago se apretara.

—Eso fue increíblemente caliente —susurró antes de sacarnos del


escenario.
259
—¿Adónde vamos?

No me respondió pero no hacía falta ya que sus ojos lo decían a gritos. No


deseaba tener un momento de novela romántica frente a todos esos ojos
así que me las arreglé para seguirlo al pequeño cambiador que yo había
usado. Cuando estuvimos encerrados dentro, Trace se dio la vuelta por lo
que quedé presionada entra la puerta y su duro cuerpo. Envolví mis
piernas alrededor de su cintura mientras su boca capturaba la mía y sus
dedos se movían bajo mi falda, atravesando la barrera de mis bragas.
Cuando me tocó lo oí gruñir mientras yo buscaba su cremallera para
liberarlo.

No perdió ni un segundo; de una sola arremetida estaba ya dentro de mí.


Tiré mi cabeza hacia atrás mientras gemía por sus casi violentos
movimientos entre mis muslos.

—Oh, Dios. Te sientes tan bien Trace.

Su boca quemó un camino a lo largo de mi cuello con calientes y húmedos


besos a los costados de mi garganta.

Cada embestida de sus caderas me llevaba cerca y más cerca pero cuando
me mordió, duro, fue que me deshice.
Mi orgasmo fue tan fuerte que lágrimas se me escaparon de mis ojos. Pude
sentirlo tensarse y justo antes de venirse gruñó:

—Mía, Ember. Eres mía. —Y entonces su rostro se congeló en un potente


éxtasis mientras continuaba empujando dentro de mí para frotar lo último
de su liberación. Agachó su cabeza hacia mi hombro mientras sus labios
tocaban mi cuello antes de susurrar—: Lo hiciste, cantaste para mí. Creí
que tenías que estar perdiendo la cabeza por un tipo para hacerlo.

—Exacto.

Pude sentir sus labios curvarse contra mi cuello antes de agregar.

—Este fue el mejor cumpleaños de todos.

260
Capítulo 19
Traducido por Paloma, Daniela_DB,
Brenda Carpio & Curitiba
Corregido por francatemartu

P
asaron varios días después del cumpleaños de Trace y yo aún no le
había hablado de Dane. Me armé de valor para el encuentro y caminé
por el pasillo hasta su oficina. Me froté las palmas sudorosas en mis
muslos antes de llamar suavemente a la puerta.

—Entre.

Cuando entré me tomé un momento para simplemente admirar a Trace. Él


estaba detrás de su escritorio, vestido con una camiseta y sudando pero de
261 alguna manera parecía perfecto sentado allí. Incluso podría además tener
la visión de él y verlo vestido de punta en blanco dirigiendo una gran
corporación. A pesar de que su autoestima se vio muy afectada, todavía
había una tranquila confianza que emanaba de él. Yo no lo llamaría un
perfeccionista, pero el hombre, cuando hace algo, lo hizo bien.

Él levantó la vista, probablemente porque yo tenía aún que hablar, y la


sonrisa que se extendió por su cara era impresionante. Apenas dos meses
antes él no hubiera hecho eso: sonrió con tanta naturalidad y descuidado.
Él estaba sanando, lo supiera o no.

—Hola, preciosa. ¿Qué pasa?

Me acerqué a él y puse mis manos en el respaldo de una de las sillas de


cuero que estaba situada justo en frente de su escritorio.

—Tengo que decirte algo.

Se echó hacia atrás en su silla y sus ojos nunca me dejaron cuando


preguntó:

—¿Está todo bien?

—Sí, pero yo debería haberte dicho antes y no lo hice porque no quería


arruinar tu cumpleaños.
Trace se levantó y se movió alrededor del escritorio para tomarme en sus
brazos.

—Ember, sólo dime.

Presioné mi cabeza en su pecho y cerré los ojos mientras buscaba fuerza


adicional porque sabía que tan pronto como las palabras salieran iba a
ponerse furioso. Tomé una respiración profunda y luego simplemente lo
dije.

—Dane entró en Clover y me amenazó.

La suave caricia que Trace estaba haciendo para calmarme se detuvo


cuando se quedó completamente inmóvil. Me arriesgué a mirar hacia él y vi
que estaba apretando su mandíbula y sus ojos se había vuelto duros y
fríos.

—¿Cuándo?

—... unos días antes de mi paseo con Chelsea.


262
Se apartó de mí y puso un poco de distancia entre nosotros ya que sus
manos estaban probablemente picando para ponerme sobre sus rodillas
para azotarme. Llegó al otro lado de la habitación antes de que él se
volviera hacia mí y me preguntara:

—¿Qué te ha dicho?

—Me dijo que se alegraba de que mi protector ya no era un problema y que


planeaba terminar lo que empezó.

Trace estaba apretando los puños con tanta fuerza que los tendones
estaban abultados y se pusieron blancos por falta de flujo sanguíneo. Su
voz era suave, tan amenazadora, cuando preguntó:

—¿Él te tocó?

—Él agarró mi muñeca pero Trent estaba allí y lo hizo liberarme.

—Deberías habérmelo dicho, Ember. Te pedí que me dijeras si alguno de


ellos se acercaba y el día que te pregunté eso tú, tú me miraste a la cara y
mentiste.

—Lo sé y lo siento. Yo solo no quería arruinar tu cumpleaños.


—Y si hubiera puesto sus manos sobre ti y hacerte daño, ¿no crees que
habría jodidamente arruinado mi cumpleaños? Si él hubiera representado
cualquier fantasía enferma que tenga en su cabeza, ¿no crees que habría
arruinado mi puto cumpleaños?

Se quedó en silencio mientras su cuerpo apenas latía con furia. Tenía


miedo porque Trace me recordó a una serpiente de cascabel que estaba
preparada y lista para atacar. Agarró un pisapapeles de su escritorio y lo
arrojó por la habitación con tal fuerza que se quedó incrustado en la
puerta de madera maciza de roble. Se puso en marcha desde la habitación
y yo sabía que si salía de la casa, tan enojado como había estado, él iba a
matar a alguien.

—Por favor, Trace, quédate aquí.

Se movió por el pasillo con pasos decididos mientras me apresuraba a


darle alcance.

—Por favor, cálmate primero.


263 Yo nunca había visto a Trace de esta manera. Estaba completamente
inalcanzable y yo sabía que parte de lo que lo estaba alimentando provenía
de su pasado y su incapacidad, al menos en su mente, para proteger a su
hermana. Yo no iba a llegar a él, porque él estaba demasiado lejos, pero
tenía que saberlo todo.

—Trace, hay más; Heidi estaba con él.

Se detuvo, a media zancada, y volvió la cabeza hacia mí y me di cuenta de


que estábamos pensando exactamente lo mismo:

—¿Qué carajo?

—Ella parecía realmente molesta porque que no nos quedamos juntos, pero
no fue una coincidencia que ella y Dane estuvieran juntos. Sé que estás
enojado pero yo se lo dije a Rafe sobre el encuentro y Trent estaba allí. He
sido muy cuidadosa.

—Y sin embargo, unos días después de esto te fuiste sola con Chelsea.

Mi corazón casi se detuvo cuando las lágrimas comenzaron a quemar mis


ojos porque me di cuenta donde iban los pensamientos de Trace. Jesús, yo
ni siquiera pensé en eso.
—Trace, yo nunca intencionalmente la pondría en peligro.

Dio unos pasos más cerca de mí antes de que él siseara:

—Independientemente de la intención, Ember, ¿qué habrías hecho si no


hubiera sido Lena la que se acercó a ustedes ese día? ¿Y si hubiera sido
Dane o Todd o ambos? Tú no sólo te pones en riesgo también pones a
Chelsea en riesgo y ella ya ha sufrido bastante en su corta vida. Hasta que
me ocupe de Dane, quiero que te mantengas alejada de ella. —Y luego se
dio la vuelta y salió.

Solo me quedé allí mirando fijamente la puerta incapaz de hacer que mis
pies se muevan porque estaba jodidamente enojada, él me agrupo con
todos los que fueron por él y su hermana. Supongo que si yo estaba siendo
completamente sincera, había una buena dosis de dolor allí, también,
porque se marchó. Yo siempre había pensado en mí misma como una
persona calmada, pero Trace tiene el poder de hacerme delirantemente
feliz, desgarradoramente triste y jodidamente enojada. Lloré más desde
que lo he conocido que en toda mi vida hasta ese momento. Supongo que
264 realmente hay algo de mérito a la expresión, hay una línea muy fina entre
el amor y el odio. No estoy segura cuánto tiempo pasó, no más de cinco o
diez minutos, cuando la puerta se abrió y Trace volvió a entrar en el
apartamento. Cerró la puerta detrás de él antes de inclinarse hacia atrás
contra ella. La mirada de contrición ardiendo en sus ojos hizo que mi
corazón suspirara. Se metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros
mientras me miraba.

—Me alejé otra vez.

—... pero volviste.

Había una sombra de una sonrisa tirando de su boca antes de que


respondiera:

—Supongo que eso es progreso.

—... lo es, Trace.

—Lo siento sobre lo que te dije con respecto a Chelsea. Ella es muy
afortunada de tenerte.

No dije nada por un momento mientras calmaba mi temperamento. Entendí


lo que lo impulso —lo que había dicho y lo que había hecho— pero todavía
para él haberme dicho esas palabras a mí no era justo. Sabía que era otro
instinto obtenido de esos años de abuso y negligencia y fue por eso que me
mordí la lengua para no matarlo. Mis ojos nunca lo dejaron así que me di
cuenta que él estaba preocupado cuando agregue:

—Tenías razón, Trace, y yo tuve que haber tenido más cuidado y no


haberla puesto a ella en esa situación. No pensé, lo siento de verdad.

—No, lo que dije fue cruel, Ember, cruel y mentira. Salirme de esto fue por
instinto pero eso no lo hace correcto. Chelsea y yo ambos somos muy
afortunados de tenerte en nuestras vidas. Discúlpame. —Sonreí me
gustaban esas palabras, mucho.

—Te disculpo —luego le dije—: Acerca de Dane…

Se movió de la pared y camino hasta empujarme a sus brazos.

—No puedo hablar de eso ahora. Solo pensar en ese hijo de puta me hace
un homicida. Necesito un tiempo para tranquilizarme. Estaré en mi oficina.

265 —Bien.

Me presionó y me besó en la frente antes de soltarme y empezar a caminar


por el pasillo. Él estaba cerca de su oficina cuando lo llame.

—Sé que esto es difícil para ti, ir contra tus instintos, pero gracias por
regresar.

Se paró y se volteó para verme sobre su hombro.

—Por lo contrario, fue sorprendentemente fácil Ember, porque estaba


regresando a ti.

Mi corazón estalló de amor mientras lo vi desaparecer en su oficina luego


hice un baile de victoria. Él se alejó pero regresó, eso era definitivamente
un progreso. Más tarde esa noche estaba haciendo la cena cuando escuche
la puerta de la oficina de Trace abrirse. El sonido de sus pisadas
caminando por el pasillo hizo que mi corazón brincara. Volteé mi cabeza
apenas el apareció por la puerta. Se recostó en el marco de la puerta con
sus manos en los bolsillos de sus jeans. Me puse más tonta a su alrededor
y solo no podía comenzar a hablar. Demonios, este hombre era hermoso.
Una sonrisa toco sus labios antes de decirme.

—Necesitamos hablar sobre Dane.


—Bueno.

—Él es un sociópata, Ember, y por cualquiera que sea la razón se fijó en ti.
Vas a tener que tener mucho cuidado cuando salgas. Preferiría que no
salieras sola, no hasta que lo manejemos, pero no voy a pedirte eso a ti.

—¿Cómo exactamente vamos a manejarlo?

Él apretó la mandíbula y sus ojos estallaron en rabia antes de decir:

—Quisiera arrancarle su maldita cabeza y tirar su cuerpo en el Hudson9


pero me imaginé que eso está mal visto.

—Probablemente, pero no por mí.

—De verdad; Ember, no sé qué haremos con respecto a él pero tienes que
ser extremadamente cuidadosa.

—Está bien.

Trace bajó sus ojos y todas las expresiones se quitaron de su cara. Se veía
266 incomodo, casi nervioso, antes de que sus ojos me vieran.

—¿Trace, qué pasa?

—No puedo estar molesto contigo por no ser completamente honesta


conmigo cuando yo no te he dicho todo tampoco. Llame a tu papá y le
pregunte si él y tu tío podían venir de visita este fin de semana. Hay otra
cosa que necesito compartir contigo y tu familia.

Lo estudie y me di cuenta que no era nervios sino pánico.

—¿Trace?

—He estado tratando de averiguar la mejor manera de decírtelo y admito


que he demorado en decírtelo porque de verdad no hay una buena manera
de decir lo que necesito decirte.

Su expresión cambio a esa mirada distanciada —la que tiene cuando sus
demonios lo están consumiendo— por encima de él. Me moví hacia él para
que viera mis ojos. No quería mentir, quería que me dijera lo que tuviera

9
Hudson: El río Hudson es un río de 506 km de longitud, que discurre principalmente por
el estado de Nueva York, en los Estados Unidos de America.
que decirme pero me mordí la lengua porque cuando vi esa mirada en sus
ojos.

—Por favor no me mires así. Lo que sea, Trace, lo que sea que tengas que
decirme lidiaremos con eso juntos.

Él me envolvió en sus brazos antes de decirme:

—Dios, espero sea verdad.

Trace estuvo inusualmente callado el resto de la semana pero no me perdí


esas miradas que me daba cuando pensaba que no estaba viéndolo. No
sabía lo que pasaba en su cabeza pero odiaba verlo tan atormentado. Llego
el viernes por la noche cuando escuche el timbre estaba en camino cuando
ya Trace estaba abriéndole la puerta a mi papá y a mi tío.

267 —Hola Shawn, Josh, por favor entren.

—Es bueno verte, hijo —le dijo mi papá, luego se voltio y me sonrió.

—Emmie.

—Hola, papi y tío Josh. Qué bueno verlos a los dos en la misma habitación.

Mi papá se veía avergonzado antes de decir:

—Aleja ese temperamento de mí. —Me reí y me movió para darme un


abrazo.

—¿Dónde está el mío?

No pude evitar ver la gran sonrisa de mi tío que siempre encontraba la


manera de hacerme sentir como niña pequeña y lo amaba. Lo abrace fuerte
antes de llevarlos a la sala. Una vez que estábamos allí instalados, fui a la
cocina para conseguir un poco de té helado y galletas las iba hacer pero
Trace me detuvo.

—Yo lo hare. Tú quédate y ponte al día con tu familia.

Había una lejanía en Trace que sabía era otro instinto de supervivencia. Él
mismo se estaba distanciando para protegerse. ¿Qué demonios tenía que
decir que lo preocupaba tanto? Lo vi irse antes de unirme a mi papá y mi
tío en el sofá.

—Es lindo verlos a los dos trabajando juntos —dijo mi papá mientras me
estudiaba de cerca.

—Te ves feliz, Ember.

—Lo soy.

—¿Tienes idea de sobre lo que Trace quiere hablar? —me preguntó mi tío.

—No lo sé, pero está preocupado por nuestra reacción.

—Él sonaba un poco apagado cuando hablamos temprano esta semana —


dijo mi papá.

Trace entró en ese momento y dejó la bandeja sobre la mesa. Se instaló en


la silla frente a nosotros y apoyó los codos en las rodillas. Su cabeza estaba
abajo, y tuve la sensación de que estaba tratando fuerte para no decir lo
268 que fuera que tenía que decir, y entonces él levantó la cabeza y miró a mi
padre.

—No es por casualidad que conozco a su familia. —Sus ojos se movieron a


los míos antes de añadir—: Tampoco fue simplemente un encuentro casual
en Sapphire que hizo que me interesara en ti. Esa reunión no fue
casualidad, fue la primera vez que hablamos pero no fue la primera vez
que te vi. Sabía que habías creció en Fishtown, supe cuando recibiste tu
beca para UofD y sabía el día exacto en que te mudaste a la ciudad. —Miró
por un momento antes de levantar sus ojos a los míos de nuevo.

—Soy dueño de Clover, Ember, y fue a través de mí que tuviste la


oportunidad. No te conseguí el trabajo, sólo me aseguré de que supieras
cual posición estaba libre. Seguramente te dije, cuando nos conocimos, que
trabajabas para mí, diciéndote solo la verdad a medias, pero aun
mintiéndote. Me ordené decirte la verdad, para empezar tendría que haber
explicado por qué te conocía, y no estaba listo para tener la conversación
que estamos teniendo ahora.

Su confesión me dejó casi sin palabras, pero me las arreglé para decir un
débil:

—Adelante.
—Después de que murieron mis padres me mudé a Manhattan, tuve la
oportunidad de hacerlo a partir de un fondo fiduciario de mi mamá para
mí. Yo estaba muy jodido cuando llegué por primera vez, pero después de
que consiguiera establecerme con Chelsea, pasé más de un año tratando de
conocer las dos personas que fueron mis padres. Mi madre era débil y
estaba totalmente bajo el control de mi papá y mi papá era un hijo de puta.

—Mientras que estaba pasando sus papeles, me enteré de que en la década


de los noventa solía trabajar en una de fábrica en Fishtown. Encontré un
artículo que estaba escondido con sus trabajos sobre un atropello y fuga y
cuando saqué un poco más, me di cuenta de que el coche que había visto
huyendo de la escena era el de mi padre. Encontré recibos de un garaje
para reparaciones en el coche y fue cuando junté la información. Busqué tu
familia, te busqué a ti. Me sentía responsable y ya que él ya no estaba allí
para remendarlo sentí que debería. Velé por ti y te ofrecí un empujón aquí
y allá para ayudar en lo que necesitaras. Incluso cuando te mudaste a la
ciudad traté de mantener mi distancia, pero te ayudaba cada vez que podía
para asegurarme de que fueras feliz.
269
—Yo no tenía intención de conocerte esa noche en Sapphire, pero no me
disculpo por haberlo hecho. Y, sí, me he hecho más visible para ti después
de que debido a que la mujer que vi esa noche, que era dulce pero fuerte y
tímida pero valiente, bueno, tú eras diferente a cualquiera que yo hubiera
conocido y querido, no lo que necesitaba, conocerte mejor.

—Nunca quise enamorarme de ti, pero yo, Ember me enamoré de ti


—verdadera, completa y sin esperanza— y para entonces yo tenía miedo
de que si te decía la verdad, a todos ustedes, me hicieran responsable y me
odiaran por ello.

—Me he alejado, Ember, y lo he hecho varias veces porque no me merezco


encontrar la felicidad contigo sabiendo lo mucho que mi familia ha hecho
daño a la tuya.

Yo estaba teniendo un poco de problemas para seguirle el rastro y era


probablemente porque sus palabras estaban causando un largo trago,
doloroso en mi corazón, pero necesitaba entender qué era lo que estaba
tratando de decirme. Antes de que pudiera preguntarle para que explicara,
mi padre lo hizo y el tono de su voz no era la que yo había oído antes.

—… odiarte por qué, Trace?


Había lágrimas en sus ojos mientras sostenía la mirada dura de mi padre
antes de que él le susurrara:

—Fue mi padre quien conducía el coche que mató a su esposa.

Sentí que mi corazón goteaba cuando mi padre se levantó. Su rostro se


volvía rojo y sus manos estaban apretadas en puños a los costados. Mi tío,
creo, estaba en shock cuando se puso de pie. La expresión de Trace era
completamente ilegible antes de decir:

—Yo debería haber dicho esto antes. Nunca debería haber dormido bajo su
techo y aceptado su hospitalidad sabiendo lo que hice. Sólo puedo ofrecer
en forma de una excusa que amo a Ember y yo encontré una familia en ella
y estaba aterrorizado de que una vez que ella supiera lo que nos unía iba a
perderla.

La voz de mi padre era un susurro suave cuando preguntó:

—¿Qué edad tenías cuando lo descubriste?

270 —Dieciséis.

Me dolía el corazón cuando le pregunté:

—¿Y hace dieciséis años que estabas luchando para hacer frente a tu
propio abuso y la atención médica para tu hermana menor, y trataste de
aliviar el dolor de una niña que nunca conociste porque te sentías
responsable de las acciones de su padre?

Sus ojos se encontraron con los míos antes de que él respondiera en voz
baja:

—Sí.

Bajé la cabeza, porque mis lágrimas venían demasiado rápido como para
controlarlas y mis hombros se estremecieron de mis sollozos silenciosos.
Mi padre y mi tío estaban igualmente tranquilos. Cuando Trace habló, su
voz sonaba tan dolida que lo miré.

—Lo siento, te engañé, a todos ustedes. Entiendo que no quieras tener nada
que ver conmigo. —Sus ojos miraban a la derecha y a mí antes de decir—:
Te quiero, Ember, siempre lo haré.

Empezó a caminar desde la habitación cuando lo llamé.


—Estas lágrimas son por ti, Trace, no por mí.

Se veía completamente desconcertado por ese comentario y su mirada era


tan adorable que una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios. Me estaba
mirando fijamente, así que no vi a mi padre hasta que estaba parado justo
en frente de él. Mi corazón comenzó a golpear ya que no sabía lo que mi
padre iba a hacer, sólo había una cosa razonable que podía hacer mi padre
ir al límite ya que era su mujer, había echado a mi tío por tres años por el
solo hecho de sugerir que se casara de nuevo. Mi estómago era un nudo
mientras veía y entonces mi padre sacó sus brazos y lo abrazó. Estaba tan
sorprendida que me quedé boquiabierta. Cuando mi padre dio un paso
atrás, había lágrimas en sus ojos.

—Fue tu padre el que conducía el coche, Trace, no tú. El hecho de que nos
buscaras y te sintieras responsable habla mucho de tu persona, hijo. Eres
un buen hombre.

Mi padre se volvió hacia mí antes de que él ofrecer:

271 —Voy a volver al hotel porque necesito un poco de tiempo. Volveré por la
mañana.

Mi tío se levantó y se acercó a Trace antes de extender la mano.

—No pudo haber sido fácil y lleva un infierno de mucho valor. Gracias por
decirnos por qué, incluso después de todo este tiempo, sabiendo lo que le
pasó a Mandy trae una medida de cierre. —Se volvió hacia mi padre—. Iré
contigo, Shawn.

Me levanté y me dirigí a mi papá y lo abracé con fuerza y le susurré:

—¿Estás bien?

Sus brazos se apretaron a mi alrededor antes de responder:

—Lo estaré.

—Tengo algunas noticias para compartir con ustedes, así que voy a volver,
por la mañana, si te parece bien —tío Josh dijo a Trace.

—Por supuesto.

Trace caminó conmigo a la puerta, vimos a mi padre y mi tío fuera y luego


cerró la puerta, volvió y se apoyó contra ella. Qué secreto para aferrarse
hasta su confesión puede explicar mucho, como seguí corriendo hacia él
cuando nos conocimos por primera vez teniendo en cuenta que vivíamos
en Manhattan. Sonreí ante la idea porque Trace me había estado acechando
y ese hecho no me molestó en absoluto.

—¿Ember?

—Me imagino que debe sentirse mucho mejor conseguir que todo saliera
d…

—... no hasta que sepa cómo te sientes acerca de lo que dije.

Me acerqué a él y le agarré la mano.

—Te dije que no me acuerdo de mi madre y sabiendo ahora quien la mató


su voluntad dan a mi padre y tío el cierre, pero para mí hice las paces con
su muerte hace un largo tiempo atrás. Mis lágrimas fueran por el joven que
tú habías sido, que, incluso viviendo la pesadilla que fue tu vida, todavía
trató de aliviar el dolor de otro. Dices que sólo eres bueno para el sexo,
pero ¿no ves que hay mucho más para ti? Tú, Trace, eres bueno: en el
fondo de tu médula eres bueno.
272
Vi la tensión simplemente drenar de él cuando empezó a jalarme hacia él,
pero luego se detuvo y me preguntó:

—¿Por qué te ríes abiertamente?

—No podía entender cómo nos resbalamos corriendo cuando nos


conocimos, pero me doy cuenta de que fue porque me estabas acechando.

Su sonrisa era malvada cuando dijo:

—Hay que ser acosador para reconocer a uno.

Me reí a carcajadas con eso y luego me puse seria.

—Tuvo que ser increíblemente difícil para ti guardar ese secreto. Ninguno
de nosotros te hace responsable, Trace. El aspecto positivo de nuestra
tragedia conjunta es que nos tenemos el uno al otro, jefe.

Sus ojos se calentaron cuando una sonrisa tiró de su boca y luego me besó.
Sus labios rozaron los míos, probando y burlando, antes de que inclinara la
cabeza y profundizara el beso. Agarré su camisa mientras me inclinaba
hacia él y le devolví el beso. Su lengua se deslizó en mi boca antes de
enredarse con la mía y lamerme el cielo de la boca, dejando mis rodillas
débiles. Moví mis manos alrededor de su cuello para que pudiera tirar más
de él y besarlo profundamente. Cuando su boca se alejó de la mía para
depositar húmedos besos calientes sobre mi cara, cerré los ojos y saboreé
la sensación de estar con él antes de que le susurrara:

—Hazme el amor, Trace.

Él me levantó en sus brazos y me llevó a la cama y me depositó,


inmediatamente, cubrió mi cuerpo con el suyo. Tomó mis manos y las
levantó por encima de mi cabeza, donde las mantuvo con una de las suyas
mientras movía su boca sobre mí. Levantó la camisa y pasó la lengua
alrededor de mi ombligo antes de hundirla lo que causó que mi cuerpo se
sacudiera y mis caderas instintivamente se levantaran del colchón.

—Por favor, Trace.

—Lo que quieras, cariño.

273
A la mañana siguiente, cuando mi padre y mi tío llegaron, los dos parecían
sorprendentemente bien. Me imagino que tuvo que haber sido muy difícil
escuchar lo que Trace dijo, pero ambos parecían más felices de alguna
manera. Mi padre me siguió a la cocina mientras Trace y tío Josh hablaban
en la sala de estar.

—¿Estás bien, papá?

—Lo estoy, Ember. Sinceramente, esto es el cierre y no me di cuenta de lo


mucho que lo necesitaba hasta que lo encontré. ¿Cómo está Trace? Eso no
debe haber sido una carga fácil de llevar todo este tiempo, especialmente
no después de que se enamoró de ti.

—Él está bien. Parte del asimiento que su pasado tenía sobre él se sostenía
a ese secreto y ahora que está purgado, parece más en paz. Creo que está
listo para dejar de lado su pasado, seguir adelante y ser feliz.

—Se lo merece.

—Sí, lo hace.

Unos minutos más tarde, Trace y mi tío se unieron a nosotros en la cocina.


Nos instalamos en la mesa antes de que mi tío ofreciera:
—Quiero compartir lo que he aprendido hasta ahora. —Los ojos de mi tío
se trasladaron a Trace—. Necesito saber cuan cómodo te sientes
discutiendo conmigo.

Trace quedó completamente inmóvil. Alcancé su mano que estaba apoyada


en el muslo, sacando su atención de mi tío a su regazo. Cuando sus ojos se
alzaron hacia mí, no estaban tan atormentados como lo habían estado
cuando él compartió su secreto conmigo. Me apretó la mano antes de
volver su atención a mi tío y le dijo:

—Sabías el secreto y estoy aprendiendo... —me miró con tal adoración que
las lágrimas me picaran los ojos—... cómo hacer frente gracias a Ember. —
Volvió a mirar a mi tío antes de añadir—: Revelar todo está bien para mí.

—Muy bien, pero que conste, quiero decir, lo que tu padre hizo fue
depravado y como tu madre no hizo nada estuvo igual de malo. Eras un
chico valiente y me siento honrado y orgulloso de tenerte como parte de
esta familia.

274 Yo miraba a Trace y vi cómo tragaba y sus ojos parecían sospechosamente


húmedos. Su voz era ronca cuando dijo:

—Gracias, señor.

—Josh llámame, hijo.

Y en ese momento nunca quise tanto a mi tío.

—Tu padre era una mierda seria. Era un jugador, pero no muy bueno: debía
a todos los marcadores y muchos de los cuales eran de algunos personajes
bastante desagradables. Tuvo una serie de amantes, la mayoría de ellas
más tarde afirmaron que era abusivo, y que no podía mantener un trabajo
porque era hostil y agresivo. Tu madre tenía dinero, al parecer bastante
dinero, que recibió del lado de su familia. De todos modos, ella era
bastante mediocre y estaba totalmente perdida detrás de su marido. Mi
conjetura es que tu padre era el objetivo y tu madre sufrió el daño
colateral. Tengo una larga lista de personas a quienes dar una ojeada más
cercana y cuando sepa algo te avisaré.

Luego Trace preguntó:

—¿Encontraste algo en Charles Michaels?


—Nada que lance cualquier bandera. Él es ambicioso, un trabajador muy
resistente e inflexible. Sobre el papel, es una flecha recta pero estoy de
acuerdo contigo en que hay más en su historia. Es lo suficientemente
arrogante como para cometer un asesinato y creer que puede salirse con la
suya. Voy a seguir buscando ya que no creo en el asesinato perfecto. Los
seres humanos son falibles, y sólo se necesita un pequeño error.

Tío Josh fue muy directo cuando dijo:

—Tu tío sabía lo que estaba pasando en tu casa, ¿no es?

Trace sonó amenazante cuando respondió:

—Sí, y lo dejó pasar durante años. Si él mató a mis padres, no tuvo nada
que ver con mi hermana y yo.

Sabía que Trace tenía razón porque cuando su tío me pidió que ayudara a
Trace no trataba de ayudarlo, trataba de ayudarse a sí mismo. Dejó a Trace
a su propia suerte hasta que hubo la posibilidad de que los problemas de
Trace podrían llegar a ser los suyos. Sólo entonces estuvo listo para
275 intervenir y ofrecer ayuda. Bastardo.

Mi tío pasó una mano por el cabello y el improperio que salió de su boca no
era uno que hubiera escuchó antes y después añadió:

—El hombre debería ser colgado de sus bellos cortos por eso, hijo de puta,
y en lo que a mí respecta ese crimen es mucho más grave incluso que el
asesinato.

Mi padre empezó a levantarse.

—Estoy de acuerdo, pero ya fue suficientemente reunión. Digo que


desafiemos a estos dos jóvenes a un juego de billar.

Mi tío sonrió antes de que me mirara.

—Oh sí, yo quiero una oportunidad de recuperar todo el dinero que he


perdido con Ember a largo de los años.

Trace y yo nos paramos mientras miraba a los ojos risueños de mi tío.

—... nunca va a pasar, viejo. No sólo me enseñaste todo lo que sé, sino que
también tengo mi as en la manga, tengo a Trace.
Mi tío y mi papá estaban riendo mientras se abrían camino a la puerta
principal. Me incliné hacia Trace y sostuve su tierna mirada antes de
añadir:

—... y nunca voy a dejarte ir.

276
Capítulo 20
Traducido por Malu_12, Mere & Gracekelly
Corregido por Nanis

T
race me pidió que no fuera a mis carreras diarias sola después de
enterarse de que Dane me había abordado; si él no podía correr
conmigo Rafe se había ofrecido a hacerlo. Hoy, tuve la suerte de
tener a Trace y, mientras nos abríamos camino a través del Central Park, no
podía dejar de mirarlo de vez en cuando, porque el hombre era tan
increíble. Me preguntaba si alguna vez me cansaría de mirarlo, pero
sospechaba que hasta cuando fuéramos viejos y débiles seguiría
disfrutándolo.
277 Me gustaba pensar que estaba en bastante buena forma, pero Trace me
hacía sentir como una perezosa. Él entrenaba religiosamente y por medio
del boxeo había desarrollado una resistencia increíble, pero aun así me
resultó asombroso que cuando completamos los cinco kilómetros y yo
jadeaba y estaba a punto de colapsar, él se viera con ganas de seguir.

Todos los días, después de nuestra carrera, Trace me llevaba a Starbucks


por café y cake-pops. De hecho, creo que él también se estaba volviendo un
poco adicto a ellos, ya que nunca dejaba de meterse uno.

Mientras él ordenaba, yo me quedé atrás, de modo que pudiera verlo, y


tuve que resistir el impulso de pellizcarlo porque era hermoso y era mío.
Me gustaba en chándal: eran negros y cabalgaban bajo en sus caderas. Su
camiseta blanca estaba ajustada en los músculos de su pecho y sus brazos,
brazos que estaban flexionados por la carrera. Tenía el cabello un poco
más largo, pero todavía de punta arrastrándose alrededor de su rostro por
todos los ángulos.

Se alzaba mucho más alto sobre todos a su alrededor y había una dureza
en él cuando interactuaba con la gente: no quiero decirlo, pero intocable. Al
verlo, estaba muy agradecida de que me hubiera dejado entrar en su
corazón. ¿Cómo hubiera sido su vida si él no hubiera sufrido de la forma
en que lo había hecho cuando era más joven?
Era inteligente y, a pesar de todo, seguro, y pensar que si hubiera sido
correctamente alimentado, amado y animado, no habría habido fin a lo que
podría haber hecho. Era un crimen, pero no podía estar demasiado molesta
por eso, porque si no nunca lo hubiera conocido.

Comenzó a venir hacia mí mientras una sonrisa tiraba de su boca antes de


que me entregara mi café.

—Un venti bold10 con jarabe de avellana. —Se inclinó, como si fuéramos
cómplices, y susurró—: Tenían pops de tiramisú hoy, así que tomé cuatro.

El amor creció en mí y antes de que pudiera detenerme estaba agarrando


su camiseta y acercándolo más mientras fundía mis labios en los suyos. Él
se sorprendió al principio, pero luego su mano se deslizó alrededor de mi
cuello e inclinó mi cabeza mientras me daba un beso más profundo. No sé
cuánto tiempo nos quedamos allí, pero fue el sonido de alguien
carraspeando, en voz bastante alta, el que nos sacó de nuestro momento.
Trace, siendo Trace, se apartó ligeramente, mientras que su mano se
demoró en mi cuello y sus ojos se quedaron en los míos. Había amor
278 mirando hacia mí y luego me besó de nuevo, no durante tanto tiempo pero
igual de fabuloso, antes de que se retirara y tomara mi mano. Miró al
hombre que había aclarado su garganta y preguntó:

—¿Puede culparme?

El hombre miró hacia mí y me sonrió antes de responder:

―No.

Nos detuvimos en el bar de condimentos para poder agregar crema a mi


café y luego salimos hacia la hermosa mañana. Trace metió la mano en la
bolsa y sacó dos cake-pops. Mordió su cake-pop sacándolo del palo de un
bocado para poder sostener mi mano. Fuimos bajando por la calle,
caminando tan cerca el uno del otro como fuera posible, y yo no podía
recordar alguna vez ser tan feliz. Miré hacia él y vi que me miraba con una
tierna sonrisa en la boca. Nos detuvimos y miramos algunos escaparates,
pero fue cuando pasamos mi peluquería que recordé a Vivian y su
invitación.

—Oh, mierda.

10
Venti bold: Tipo de café vendido en Starbucks.
—¿Qué pasa, Ember?

—El día que llegué a la peluquería Vivian Michaels entró en el salón para
invitarnos a cenar.

Sentí a Trace tensarse, pero fue sólo por un momento y cuando habló me
pareció más curioso que enojado.

—Por lo que sé de Vivian, Charles le dice que salte y ella pregunta qué tan
alto. Mi conjetura es que él la puso en esto. —Me miró y sonrió—. Ya sabes,
eso de mantener a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y Trace obviamente lo notó cuando


envolvió su brazo alrededor de mis hombros y me atrajo hacia él. Habló
con convicción tranquila cuando dijo:

―No va a tocarte.

Puse mi brazo alrededor de su cintura, mientras miraba a sus ojos.

279 —No soy yo la que me preocupa.

Su sonrisa era muy arrogante.

—Puedo cuidar de mí mismo, pero me gusta tener a alguien preocupándose


por mí.

—Bueno, acostúmbrate a ello —dije y él se rió entre dientes—. Oye, dime,


¿cómo llegaste a ser dueño de Clover?

Vi el destello de tristeza que se apoderó de su rostro antes de que lo


pusiera bajo control.

—Mi mamá tenía dinero y a mi padre le gustaba gastarlo y una de las cosas
que él agotó de su herencia fue a una cocinera. La Sra. Fletcher era un
infierno de cocinera. Podía hacer cocina francesa, italiana, griega e india
igual de bien que podía hacer comida casera. La casa siempre olía delicioso
cuando estaba con nosotros y fue bajo su tutela que aprendí a cocinar. Bajo
sus ojos vigilantes, desarrollé un amor real por los alimentos y no sólo por
comerlos, sino también por su creación y presentación. Decidí, cuando me
hice mayor, utilizar algo de mi herencia para convertir mi pasión en un
negocio.

Me dolía el corazón porque noté que había traído accidentalmente un tema


que era doloroso para él.
—Lo siento, Trace.

Él me miró mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

—No lo sientas. Supongo que llegaste a la respuesta de que la señora


Fletcher no duró mucho. Fue cuando ella estaba con nosotros que la
depravación de mi padre se agravó, y estoy bastante seguro de que la
señora Fletcher descubrió su pequeño secreto sucio. Realmente pensé que
iba a llevarnos a Chelsea y a mí lejos, que iba a ayudarnos, pero un día tan
sólo dejó de venir a trabajar.

Dejé caer mi taza distraídamente en un bote de basura que pasamos


cuando me di cuenta de algo sobre él.

—Es por eso que crees que todas las cosas buenas llegan a su fin.

—Sí.

—¿Alguna vez la viste ahora que eres mayor?

280 —No, ella se convirtió en uno de los ángeles que ven, escuchan y no hablan
de ningún mal.

Odiaba que él hubiera soportado todo eso, que no hubiera habido nadie
que lo ayudara y que se hubiera visto obligado a valerse por sí mismo. Me
volví hacia él y envolví mis brazos alrededor de su cuello.

—Me hubiera gustado haber estado allí para ayudarte.

Me empujó hacia atrás y la mirada que vi ardiendo en sus ojos me asustó.

—Yo no, porque él te hubiera hecho daño, Ember, y eso me habría enviado
por el borde. Lo habría matado y luego nosotros hubiéramos perdido una
vida juntos.

Enterré mi cara en el hueco de su cuello y apreté mis labios en él.

Me levantó con facilidad y nos movió de la acera porque estábamos


causando un atasco en la circulación de los peatones. Él me puso en el
suelo y se apartó de mí para mirarme a los ojos.

—Creo que podría tomar la invitación de Vivian pero, Ember, no te quiero


cerca de ese hombre.
―No te quiero cerca de él, también. Por favor no me pidas que me siente y
vea cómo te pones en peligro potencial. No me pidas que no haga lo que tú
no vas a hacer.

Su sonrisa era muy tierna mientras deslizaba un dedo por mi mandíbula.

―Está bien. ¿Qué tal si vamos a Clover a cenar?

―Perfecto.

―Está bien, le voy enviar un correo electrónico a Vivian para que lo sepa.
―Agarró mi mano cuando empezamos a caminar en la calle de nuevo.
Pensando en Clover me había preguntado acerca de sus otros negocios.

―¿Cuáles son los nombres de tus otros restaurantes?

―Coq au vin.

―¿Eres dueño de Coq au vin?

281 Me miró con una sonrisa.

―Sí, ¿ya has estado ahí?

―No, pero apuesto que es fabuloso. ―Coq au vin es el más buscado en la


ciudad con una lista de espera de al menos seis meses. Siempre había
querido ir pero, aparte de la larga lista de espera, también era demasiado
caro para mí. Trace me llevo a una tienda antes de volverse hacia mí con
una sonrisa tirando de su boca.

―¿Quieres cenar conmigo en Coq au vin?

―Oh. Mi Dios. ¡Sí!

Se rió de mi respuesta muy entusiasta así que se acercó y colocó un


mechón de mi cabello detrás de mi oreja, su dedo persistente deslizándose
suavemente en línea recta hacia abajo en por lo largo de mi mandíbula.

―¿Cuándo te gustaría ir?

―¿No tienes que esperar?

―No, tengo una mesa.


―Oh. ―Y entonces la idea de ser una de muchas, solo otra más en la
puerta giratoria de su mesa en Coq au vin, apago mi espíritu.

Siendo el vil lector de mentes que era, acunó mi rostro entre sus manos y
habló con sincera tranquilidad.

―Solo he traído a Chelsea a Coq au vin y esa noche en Clover con Heidi fue
la única vez que traje a una mujer allí y esa noche estaba ahí para verte a ti.

Él vio que estaba confundida y añadió:

―Le pregunté a Natalie. Específicamente le pedí que me sentara en tu


sección. Heidi había sido una perra contigo esa noche porque sabía que la
cita era solo para cenar. Yo estaba ahí por ti, Ember. Mi interés es solo para
ti.

Me limite a mirarlo como si le hubiera crecido otra cabeza mientras trataba


de procesar sus palabras. No se había ido a casa con Heidi esa noche y por
alguna razón, saberlo me hizo sentir realmente bien.
282 ―Puede que haya sido un jugador pero tú eres la única mujer con la que he
compartido mi cama, tanto para dormir como para hacer el amor en ella.
Nunca las traje a casa, Ember.

Las lágrimas quemaban la parte de atrás de mis ojos mientras sostenía su


tierna mirada.

―Gracias por decirme esto.

―A partir de la primera noche en Sapphire has sido tú, Ember, un largo


tiempo en realidad.

Entrecerré los ojos en él con una pequeña sonrisa tímida tocando mis
labios.

―¿Qué pasó con la tipa de la primera noche en Sapphire que te tenía


completamente entretenido?

En realidad se puso pálido, lo que me tomó completamente por sorpresa,


antes de que él se pusiera serio.

―Te observé durante un largo tiempo y en ese momento me quedé un


poco enamorado de ti. Había tanta inocencia en ti, algo que me habían
arrebatado siendo muy joven, y me sentí atraído por ella y tú. Cuando te
conocí esa noche en Sapphire, me di cuenta que lo que me atrajo de ti no
era solo producto de mi imaginación. Eras una mezcla de contradicciones y
un poco de inseguridad de ti misma y hacía todo tan jodidamente adorable.
Sabía que incluso después de ese breve encuentro, tú eras la única que
podía conseguir pasar mis defensas para tocar al hombre dañado que he
tratado muy duro de ocultar. Esa mujer en los baños fue el intento de
alejarte de mí, del hombre que todos creen que soy.

—Cuando me vistes, no podía apartar la mirada, pero quería que me vieras


por lo que era así podrías protegerte de mí y al hacerlo, me estaba
protegiendo de ti. Incluso esa mujer que llevé a Starbucks, solo la llevé
porque sabía que estarías ahí. Quería verte, pero también alejarte.

Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando añadió:

―Cuando te atrape siguiéndome creo que entonces supe que la batalla que
estaba luchando para evitarte era una batalla sin sentido.

Trace nunca había sido tan abierto con sus sentimientos. Sostuve su tierna
283 mirada, cuando dije:

―Nunca compré tu imagen, Trace, nunca creí que eras el hombre que todos
querían o creían que eras. Alcancé a ver al hombre bajo esa fachada y me
gustó lo que vi, mucho.

―Y gracias a Dios por ello ―dijo él en un susurro.

Envolví mis brazos a su alrededor y él me acercó antes de decir:

―Tengo una confesión, Trace. ―Miré a sus ojos antes de continuar―: Esa
noche en Sapphire, fantaseaba que era yo a quien llevabas al clímax.

Sus ojos ardían calientes y su voz era un sexy ronroneo cuando dijo:

―En cualquier momento, Ember, absolutamente en cualquier jodido


tiempo.

―Oh, Dios.

Sonrió antes de presionar sus labios con los míos, un beso lleno de
promesas, antes de agarrar mi mano de nuevo. Estaba tan perdida en mis
pensamientos felices que cuando Trace hablo de nuevo me tomó un
minuto darme cuenta que todavía estaba respondiendo a mi primera
pregunta.
―También tenía a Noir pero recientemente lo vendí ya que había otro club
que quería, algo casi irracional.

―¿En serio, cuál?

Él sonrió antes de añadir:

―Sapphire.

―¿Compraste Sapphire? ―Me detuve y me volví hacia él mientras


recordaba nuestra hora privada en Sapphire. Le di un puñetazo
cariñosamente en el estómago antes de sonreír―. Eras el dueño.

Él se rió mientras me atraía hacia él.

―Tenía que tener el lugar, Ember, porque es justo ahí que te conocí, pero
también donde me dieron una segunda oportunidad contigo.

Sentí que me volvía toda viscosa por dentro debido a sus palabras y la
tierna mirada en su rostro mientras las dijo. Fue pensando en sus palabas
284 que había resuelto la pregunta al enigma.

―Es por eso que estabas esa noche en el Sapphire con Dane.

―Sí, estaba finalizando el trato.

―Por suerte para mí, estabas esa noche ahí.

―Es más que suerte, Ember. ―Antes de que pudiera preguntar que me
explicara su comentario, su boca se fusionó con la mía y segundos más
tarde se me olvidó mi pregunta.

Trace me dejó en casa antes de dirigirse al gimnasio por unas horas. El


hombre era implacable, pero me gustaba mucho el resultado de sus
esfuerzos con el trabajo que llevaba a cabo.

Me di una ducha, me puse ropa cómoda, y me acurruqué en el sofá con una


copa de vino y un libro.

Unas horas más tarde, Trace llegó a casa y con solo escuchar la llave en la
cerradura tenía mi ritmo cardíaco acelerado al máximo. Me pregunté si
siempre sentiría esa emoción involuntaria ante la idea de verlo, sospeché
que lo haría, aun cuando estuviésemos viejos y canosos.

Me giré en mi asiento para poder ver aquel rostro cuando entrara en el


apartamento. Tan pronto como la puerta se abrió, sus ojos se encontraron
con los míos con una sonrisa tirando de su boca.

―Te ves cómoda ―me dijo mientras cerraba la puerta con llave.

―Lo estoy. ¿Cómo estuvo el entrenamiento?

―Bien, pero estoy necesitando urgentemente una ducha.

―Está bien. ¿Te preparo algo para comer?

Se acercó a mí, se inclinó y me besó con fuerza en la boca antes de que


respondiera:

―No, gracias.

285 Lo vi desaparecer por el pasillo maravillándome en la forma de aquel


hombre que me amaba.

Traté de leer, pero mis pensamientos estaban en Trace… Trace más


específicamente desnudo y mojado.

Caminé por el pasillo hasta el baño pero, cuando abrí la puerta, Trace ya
estaba fuera de la ducha. Con una toalla envuelta alrededor de su cintura,
pero su pecho estaba desnudo, así que me tomé un momento para
disfrutar de la vista. Sus ojos se encontraron con los míos en el espejo
mientras una sonrisa maliciosa tiraba de sus labios antes de decir:

―Te tomaste bastante tiempo.

Mis pies tenían mente propia, llevándome dentro del cuarto de baño,
deteniéndome sólo cuando estaba justo detrás de él.

―Eres hermoso ―dije con asombro mientras presionaba mis manos sobre
sus hombros y las deslizaba lentamente por las crestas duras de los
músculos de su espalda.

Se giró hacia mí, pero él no hizo ademán de tocarme. Me pregunté sobre su


contención hasta que lo miré a los ojos para descubrir que ardían de deseo.

―¿No te importa que te toque de esta manera?


Su voz era cruda cuando respondió:

―No

Me estudió durante un minuto y debió de ver la tristeza en mis ojos


cuando él me preguntó:

―¿Qué estás pensando, amor?

Extendí mis manos sobre sus pectorales y saboreé la sensación de su dura


y caliente piel antes de levantar mis ojos llenos de lágrimas hacia él.

―¿Por qué las lágrimas? ―susurró.

―Cuando pienso en ti como un niño hermoso y de la violación de tu


confianza, me rompe el corazón y me pone tan enojada. ¿Cómo puedes
soportar que alguien te toque?

Enmarcó mi cara con sus manos antes de decirme en voz baja:

286 ―Tú dijiste una vez que yo solía pensar en el sexo como una manera de
buscar que me valoraran y tal vez lo hice. En el pasado, no me importaba
cuando las mujeres me tocaban, porque sólo tocaban mi cuerpo.

—Nunca, en ninguna de mis experiencias, hubo un tacto de alguna mujer


que fuera algo más allá de la carne, hasta que llegaste tú. Mi alma anhelaba
por ti, Ember, mucho antes de hacerte el amor, pero la parte
verdaderamente maravillosa es que tu alma ansiaba por mí también, y no
sólo por mi cuerpo, sino por todo de mí. Incluso ahora, todavía me amas
aun sabiendo todas las peores cosas de mí. Tú me tienes, Ember, en cuerpo
y alma anhelando tus caricias tanto por dentro como fuera.

Su confesión sacudió mi interior y me empequeñecía que este hermoso ser


humano me amara tanto.

Yo sabía que él pensaba que era el afortunado pero estaba tan equivocado.

―Te amo, Trace, todo de ti, pero también te admiro, te respeto y estoy
maravillada por ti.

Una leve sonrisa se dibujó en sus labios mientras me acariciaba con los
nudillos por mi mejilla. Sostuve su mirada antes de añadir:
―¿Sabías que siempre quise eso también, alguien que supiera lo peor de mí
y aun así me siguiera amando?

―¿Lo peor de ti? Sólo veo la perfección cuando te miro, Ember.

―Nadie es perfecto.

―Estás jodidamente cerca.

―Adulador.

Sus manos aun alrededor de mi cara mientras su boca se sellaba sobre la


mía. Alargué la mano para sacar la toalla de sus caderas.

Susurró contra mis labios:

―Tócame, Ember.

Envolví mis manos alrededor de él mientras corría mis dedos hacia arriba y
abajo del valle de su columna vertebral.
287 Sentí cómo su cuerpo vibraba bajo mi toque mientras me movía incluso
más abajo dándole forma con mis manos alrededor de los músculos duros
de su culo. Se apretó más a mí cuando mi mano encontró su camino a la
dura longitud que estaba presionando contra mi estómago.

Él gimió en mi boca justo antes de que me tirara hacia abajo sobre el piso
del baño.
Capítulo 21
Traducido por GraceKelly, Electra,
Antonella ❤ & Malu_12
Corregido por Nanis

Charles y Vivian fueron muy receptivos para ir a cenar.

Una semana después de que Trace y yo lo discutiéramos, estábamos en


Clover sentados; Charles y Vivian aún no habían llegado.

Trace aparto la silla para mí antes de doblar su gran cuerpo en la silla a mi


derecha. Se volvió hacia mí, tan pronto como estuvo sentado y me dijo en
voz baja:
288 ―Te ves espectacular esta noche, Ember. ―Me pavoneaba por el cumplido
con un ligero rubor tiñendo en mis mejillas cuando una sonrisa lasciva
tiraba de la boca de Trace antes de que añadiera―: Ahora aún más.

Me sentí extrañamente tímida y le dije en voz baja:

―Gracias.

Mi vestido era de color gris: con una capa de satén debajo y una superior
de encaje. Las mangas de encaje eran largas y acampanadas, el dobladillo
llegaba sólo a la mitad del muslo y en mis pies tenía sandalias de tiras de
diez centímetros. Mi cabello recogido en un moño y pequeños pendientes
araña de diamantes, un regalo de graduación de mi papá, colgados de las
orejas.

Trace tomó mi mano para rozar sus labios con mis dedos, sus ojos
mirándome mientras lo hacía, y así la timidez se desvaneció. Él vio la
diferencia mientras bajaba la mano, y aun sosteniéndola me dijo:

―Eso está mejor.

La camarera, Cindy, llegó a tomar nuestros pedidos de bebida.

―Hola, Ember. Es agradable verte del otro lado de las cosas esta noche.
―Es agradable estar del otro lado de las cosas. Cindy, este es mi novio
Trace.

Me di cuenta de su mirada de aprecio, pero no podía culparla, Trace iba


vestido con un traje negro con camisa blanca y una corbata del mismo
color de sus ojos, sí, se veía totalmente delicioso.

―Hola, Trace ―le saludo tímidamente.

―Hola, Cindy.

Ella se sonrojó, hasta la línea del cabello, y sentí completa simpatía por
ella, ya que tuvo una reacción similar a la mía cuando me encontré por
primera con Trace. Tenía que darle crédito pues se recuperó rápidamente
antes de preguntar:

―¿Qué les puedo traer para beber?

―Nos gustaría una botella de Chateau Montelena Estates Cabernet


Sauvignon 2008, por favor ―dijo Trace.
289
Deje caer mi mandíbula casi, pero no del todo, porque esa era la botella
más cara de vino de Clover. La expresión de Cindy igualaba a la mía hasta
que logró contestar:

―Muy bien.

La miré mientras se retiraba antes de volver mi atención a Trace que sólo


me miraba a mí. Él tocó un mechón de mi cabello que se había caído
encima de mi hombro mientras me miraba.

―Sólo lo mejor para ti, cariño.

―¿Alguna vez has probado esa botella antes?

―Lo he hecho, sí, y basado en tu gusto en el vino creo que te va a encantar.

―Te amo.

Él sonrió, una sonrisa hermosa, pero me di cuenta que se desvaneció


cuando su atención se trasladó a algo detrás de mí mientras sus ojos se
enfriaron, Charles y Vivian habían llegado.
El cuerpo de Trace se puso rígido y su mandíbula estaba apretada mientras
se acercaban a la mesa. Vivian ofreció un saludo excesivamente cordial al
que Trace contestó con una respuesta cortante.

Ayudó a Vivian a sentarse en la silla a mi izquierda antes de volver su


atención a Charles. Se estrecharon las manos como una cuestión de mera
formalidad antes de que ambos se sentaran.

Cindy se acercó entonces y los próximos minutos se llenaron con Trace


probando el vino, aprobándolo, y llenando las copas.

Charles me miró y sonrió después de que Cindy se fuera.

―Hola, señorita Walsh, es muy bueno verte de nuevo.

No podía decir lo mismo por lo que me abstuve de contestar y me limité a


sonreír de vuelta. Vivian ajena a la tensión comenzó a hablar para llenar el
silencio.

―Charles y yo realmente esperamos que esto pueda ser el comienzo de


290 muchas reuniones entre nosotros.

Trace no le ofreció ninguna respuesta a Vivian y en su lugar volvió su


atención a Charles y le preguntó:

―Entonces, ¿qué es lo que realmente quieres, Charles?

Charles mostró la sensación de retroceder, era ligera pero definitiva antes


de responder:

―No lo hice bien contigo en ese entonces y estoy tratando de hacer las
paces.

La mano de Trace se apretó en un puño, tomé su mano cubriéndola con la


mía. El inmediatamente abrió la mano para poder enlazar los dedos, pero
su dura mirada nunca dejó a su tío.

Yo sabía lo que estaba pensando porque estaba pensando lo mismo


también, demasiado poco y demasiado tarde. Él lo dijo cuando finalmente
respondió:

―Podríamos haber utilizado tu ayuda en ese entonces, podría haber tenido


a alguien, ¿a quién le importaba una mierda nuestro bienestar?
La reacción de Charles fue sorprendente porque parecía arrepentido y
había un hilo de contrición a través de sus palabras cuando él contestó:

―Lo sé y lo siento.

Vivian aparto los ojos de Charles para mirar a Trace.

―Por favor, no vamos a hablar del pasado. Fue una época oscura y no lo
manejamos bien pero estamos aquí ahora. Tal vez podamos, en cierta
medida, seguir adelante. Yo no conocía a tus padres, Trace, pero debería
haber hecho un esfuerzo. Si lo hubiera hecho, tal vez me habría dado
cuenta de lo que estaba pasando en tu casa y por eso estoy muy triste.

Trace no dijo nada a eso, dado que, ¿qué podría haber dicho?

Durante las siguientes dos horas nos dedicamos a charlar. Charles llenaba
a Trace con preguntas sobre el pasado que él cortésmente evadía. Cuando
nos preparábamos para salir, yo estaba muy contenta de que la noche
hubiera terminado...

291 No podía decidir si los Michaels eran los asnos más arrogantes y egoístas
que han vivido o estaban viviendo en una grave negación.

Vivian y yo nos excusamos para ir al baño de mujeres.

Era claramente una bebedora, ya que no había parado en toda la noche, así
que al final de la tarde estaba bastante bebida.

Nos paramos frente al espejo en el baño mientas me lavaba las manos, ella
trataba de retocar su maquillaje. Fue bastante gracioso verla aplicando su
lápiz de labios porque su coordinación ojo-mano estaba fuera por la
bebida.

―Me encantan estos espejos de estilo veneciano. Este en particular es


impresionante. Creo que he visto uno como este antes, o algo muy
parecido.

Era precioso, el corte rectangular del cristal del espejo era hecho a mano y
le dije a Vivian:

―Es una maravilla.

―Ummm. ―Vivian parecía distraída pero luego cerró su barra de lápiz


labial antes de mirarme a los ojos en el espejo―. ¿Vamos?
―Sí.

Trace estaba pagando la cuenta cuando volvimos a la mesa y yo sabía, por


la expresión de los ojos abiertos en la cara de Cindy cuando pasó a mi lado,
que Trace había sido muy generoso.

Charles tomó la mano de Vivian antes de volver su atención a Trace.

―Gracias por la cena y por haber aceptado compartirla con nosotros.

―Sí, fue muy agradable para llegar a conocerte un poco. Espero que esta
sea la primera de muchas noches juntos ―añadió Vivian

―Gracias por extender la invitación.

Tenía que darle crédito a Charles por aceptar las palabras de Trace y
parecía entender que eso era lo único que él y su esposa iban a conseguir.
Charles se volvió hacia mí y tomó mi mano mientras se la llevaba a sus
labios haciendo que Trace se tensara a mi lado.

292 ―Fue estupendo verte de nuevo, Ember.

Él rozó sus labios con mis nudillos antes de liberar mi mano. Tuve que
reprimir las ganas de limpiar mis manos en el vestido antes de ofrecer:

―Buenas noches, Charles y Vivian.

Los miramos mientras salían del restaurant. Fue un acuerdo tácito esperar
algunos minutos antes de seguirlos para asegurarnos de que se fueron. La
noche estaba clara y caliente cuando empezamos a caminar hacia la casa.
Trace estaba distraído mientras caminábamos y yo imaginaba que sus
pensamientos estaban en la cena y en sus únicos parientes vivos además
de Chelsea. Al menos Charles no hizo caso omiso de lo obvio, no trató de
barrer el pasado bajo la alfombra, tenía que darle puntos por eso.

La noche había sido difícil para Trace, así que me sorprendió cuando me
tiró hacia un lado y se volvió hacia mí con una mirada tierna en el rostro.
Rozó sus nudillos sobre mi mejilla antes de preguntar:

―Bien, ¿qué piensas de la noche?

―No estoy muy segura. Le doy crédito a Charles por aceptar la


responsabilidad pero aún no estoy segura de entender cuál fue el punto de
la cena. Siento como que me perdí algo.
―Parecía una expedición de pesca.

Pensé en eso por un momento y sí, así era exactamente como se sintió.

―¿Qué crees que él estaba tratando de recoger?

Trace encogió sus hombros antes de brindarme:

―No tengo ni idea pero como no consiguió nada supongo que no hemos
escuchado lo último de ellos.

―... probablemente no.

―Todavía es temprano.... ―dijo mientras tomaba mi mano y comenzó a


tirar de mí mientas llamaba a un taxi.

―¿A dónde vamos?

Esperó a que estuviéramos en el taxi antes de volverse a mí y sonreír.

―Estoy llevando a mi hermosa mujer a bailar.


293
Me empujó a su regazo y fusionó sus labios con los míos. Mis brazos se
envolvieron alrededor de su cuello mientras me mordisqueaba en la
esquina de la boca y luego me mordía el labio inferior con suficiente fuerza
como para causar dolor pero antes me lamió con su lengua. Estaba
atontada cuando el taxi se detuvo.

Trace separo su boca de la mía antes de levantarme de su regazo. Abrió la


puerta del taxi y salió antes de tirar de mí detrás de él. Pagó al taxista y me
llevó al club, pero no nos dieron una mesa y no fuimos al bar a tomar una
copa. Él camino directo a la pista de baile justo cuando estaban tocando
Stright from the Hart de Bryan Adams. Me atrajo a sus brazos y me sostuvo
justo sobre su cuerpo duro pero no nos movimos con la música. Luego
renunció por completo a la pretensión de bailar cuando cubrió mi cara con
sus manos y atrapó mi boca con la suya. Mis manos se movieron debajo de
su chaqueta para envolverme alrededor de su cintura mientras me
presionaba más cerca de él y nos quedamos así mientras duró la canción.
Trace se alejó de mí y sonrió mientras agarraba su corbata y la desataba
antes de meterla en el bolsillo de su chaqueta.

―Espera aquí ―dijo antes de moverse hacia el bar y mientras se quitaba la


chaqueta y se la entregaba al que atendía. Mis ojos solo absorbían la vista
de su magnífico cuerpo. El fino algodón de su camisa se extendía a través
de los músculos de su espalda, sus hombros y brazos perfectamente
delineados en ese fabuloso cuerpo. Mientras se acercaba a mí, él estaba
enrollando las mangas y la vista de su tatuaje contra la elegancia de su
atuendo me hizo agua la boca. Se acercó mientras I gotta Feeling de los
Black-Eyes Peas empezaba a sonar.

Trace era un excelente bailarín y era sexi como el infierno ser llevada a
través de la pista de baile por alguien tan absolutamente masculino y aun
vestido tan elegantemente. Tocaron Hollie Day s Collide, en un momento de
la noche, con lo cual Trace me tiró hacia sus brazos. No me besó pero sus
ojos eran solo para mí, incluso cuando la pista de baile estaba rebosante de
hermosas mujeres sus ojos nunca dejaron los míos. La canción llegó a su
fin cuando se inclinó y rozó sus labios con los míos.

―Te amo Trace.

Él bajó su cabeza y sus labios se posaron cerca de mi oreja antes de


susurrar:

294 ―Amor no es una palabra lo suficientemente fuerte, cariño.

El resto de la noche Trace me mantuvo cerca, mientras apretaba nuestros


cuerpos en cada oportunidad. Sentir ese fuerte y musculoso cuerpo contra
el mío me hacía sobrecalentarme porque estaba seriamente encendida.
Trace también lo notó, cuando me susurró al oído:

―Estas sonrojada, Ember.

Hablé sin pensar.

―Estoy tan excitada en este momento.

Sus ojos brillaron calientes en respuesta antes de que una maliciosa


expresión apareciera.

―Quizás debería llevarte a casa y ayudarte a refrescarte.

―Oh, mi... ―empecé a abanicarme con solo pensar en eso.

―Dios. Te amo ―dijo justo antes de besarme con fuerza en la boca. Me


sacó de la pista de baile y tomó su chaqueta detrás de la barra antes de
caminar conmigo hasta los baños. Me besó la mano mientras se movió
hacia atrás apoyándose en la pared para esperarme. Me quedé mirándolo e
inconscientemente puse la mano sobre mi corazón que latía violentamente
en mi pecho. Esa acción tuvo un destello que quemo a través de las
facciones de Trace.

―Tienes dos minutos, Ember, y luego voy a entrar por ti.

―Oh. ―Me volví y desaparecí dentro de la habitación con su sonrisa


siguiéndome.

Estaba en unos de los lavabos, mojándome la cara y el cuello con agua muy
fría, cuando la puerta de la cabina del extremo se abrió y Heidi salió. Ella
no se veía muy bien, tenía la cara muy pálida y sus ojos parecían
demasiado grandes para su cara. Se detuvo tan pronto como me vio y se
quedó mirando antes de que me brindara una gran sorpresa.

―Ember, tienes que permanecer alejada de él porque está loco.

La miré como si tuviera flores creciendo en sus orejas antes de preguntar:

―¿Quién?

295 ―Dane Carmichael.

Palidecí. Sentí cómo mi sangre abandonaba mi rostro. Ella se movió para


quedar justo frente a mí antes de tomar mis manos en un apretón que fue
casi doloroso.

―Él tiene un verdadero problema contigo, incluso obsesión, cuida tu


espalda.

Ella empezó a alejarse de mí pero la tomé del brazo.

―¿Cómo lo sabes?

Ella no me miró cuando respondió bajando su cara para que no pudiera


verla.

―He estado algún tiempo con él: más por miedo que por deseo... ―Una
extraña expresión apareció en su rostro, cuando continuó―... y un par de
veces durante un sexo particularmente violento, gritó tu nombre y también
me lastimó cuando lo hizo. ―Ella me miró directamente a los ojos antes de
terminar―. Está loco, Ember, cuida tu espalda.

Y entonces se había ido, pero no podía moverme porque sus palabras


literalmente me habían asustado duro. Trace debió haber visto a Heidi irse,
porque segundos después, vino volando dentro del cuarto de baño y su
expresión era una mezcla de furia y preocupación.

—Ember, ¿qué sucedió? ―Se detuvo justo en frente de mí y envolvió sus


manos alrededor de mi rostro. Fue sólo cuando sentí el calor de su cuerpo,
que un poco del miedo disminuyó mientras mis ojos se levantaron hacia
él—. ¿Qué es lo que Heidi te dijo para poner esa mirada en tu rostro?

Un nudo se formó en mi garganta por lo que se me hizo difícil hablar, pero


fui capaz de responder:

―Ella estaba advirtiéndome que Dane está loco, violento y obsesionado


conmigo.

—No va a tocarte, Ember. Voy a rasgar a ese hijo de puta en pedazos antes
de que te ponga un dedo encima.

Di un paso hacia él y envolví mis brazos alrededor de su cintura, ansiando


su fortaleza, mientras le ofrecí:

296 —Lo sé. —Y eso era lo que me asustaba.

Nos quedamos en silencio durante el viaje a casa ya que ambos nos


perdimos en nuestros propios pensamientos. Trace esperó a que lo
siguiera al interior del apartamento antes de que cerrase la puerta con
llave. Dejé caer mi bolso en el sofá para luego moverme hasta Trace y
envolver mis brazos alrededor de su cintura. Sentí el estremecimiento que
lo recorrió antes de volverse hacia mí y fundir su boca con la mía.

A pesar del miedo provocado por la advertencia de Heidi, o tal vez a causa
de ello, anhelaba el toque de Trace. Mis dedos trabajaron los botones de su
camisa antes de que pasara las manos subiendo por su pecho dividiendo la
camisa como lo hice. Tiré de ella por sus hombros y brazos dejándola caer
al suelo. El deseo quemó a través de mí ante la visión de él. Sus músculos
esbozaron debajo del fino algodón de su camiseta y sus brazos estaban
desnudos y flexionados. Mis manos continuaron su viaje, corriendo sobre
sus abdominales, hasta su pecho y debajo de los brazos, obligándolo a
levantarlos por encima de su cabeza.
—Mantenlos arriba —susurré mientras las puntas de mis dedos trazaban
una línea por su cuerpo moviéndose sobre sus pectorales y hacia abajo a lo
largo de cada músculo individual de sus abdominales. Los ojos de Trace
nunca dejaron los míos y en su expresión pude ver lo que estaba sintiendo
mirándome. Agarré su camiseta y la llevé hacia arriba y sobre su cabeza.

—Amo tu cuerpo —dije en voz baja antes de presionar un beso sobre su


corazón.

Sentí la moderación en él, sabía que quería tomarme, pero se estaba


conteniendo de nuevo y me permitía la libertad de tocarlo de cualquier
manera que yo deseara. Estaba conmovida por él y por la confianza que
tenía en mí. Mis manos y mi boca vagaban saboreando cada centímetro de
su pecho. Sentí como su control se le escapaba cuando le di un beso en su
cuello.

Alargó la mano hacia mí, pero me alejé de él. Mis ojos no se apartaban de
él mientras me salí de mis sandalias. Sus ojos estaban calientes mirándome
mientras sacaba las horquillas de mi cabello por lo que este caía en cascada
297 alrededor de mis hombros. Lo escuché gruñir, bajo en su garganta, cuando
alcancé la cremallera de mi vestido, lentamente bajándola.

La seda se deslizó de mis hombros y cayó en una onda al piso mientras


salía de ella y me movía hacia él. Mis dedos trabajaron el cierre frontal de
mi sujetador mientras lo abría y lentamente saque el encaje por mis brazos
antes de permitir que siguiera a mi vestido en el suelo. Trace fue bajando
sus manos a los costados mientras sus ojos ardían en los míos y luego
presionándome contra su duro pecho.

No perdió el tiempo acercándome mientras su boca buscó y encontró la


mía. Me levantó en sus brazos mientras envolvía mis piernas alrededor de
su cintura antes de volverse y presionarme contra la pared. Oí el sonido de
su cremallera justo antes de que sus dedos me tocaran. Deslizó la muestra
de encaje fuera de su camino justo cuando rodó sus caderas y entró en mí
en una larga, dura, embestida. Cerré los ojos con un gemido amando la
manera en que se sentía ser poseída por este hombre.

La voz de Trace estaba en carne viva cuando exigió:

—Mírame. —Mis ojos se abrieron para encontrar a Trace observándome con


una mirada que era casi salvaje—. Te amo, Ember.
Después de esa promesa comenzó a mover sus caderas con una deliberada
lentitud que me hizo doler. Sus ojos nunca dejaron los míos mientras su
mano se cerró sobre mi pecho. Sus dedos jugaban con mi pezón, rodando
el tenso botón, antes de tirar de él lo suficientemente fuerte para causar
que deseo doloroso se agrupara en mi vientre.

Apreté mis piernas alrededor de él mientras sus caderas se movían más


rápido y más profundamente justo cuando su mano se movió por mi
cuerpo y el dedo pulgar encontró el pequeño punto del placer. Jugó y
acarició al tiempo con sus embestidas hasta que mi cuerpo ardió por mi
orgasmo. Me las arreglé para mantener de alguna manera mis ojos en Trace
así vi cómo su rostro enrojeció, observé cómo sus ojos se pusieron
vidriosos justo cuando su cuerpo se convulsionó por su propia liberación;
mi nombre arrancando de su garganta con una voz que era de pura lujuria.

Nuestros ojos nunca se apartaron del otro, así que vi la chispa de calor en
él y como una mueca tiró de su boca. Entonces se puso en marcha por el
pasillo.
298 —No te duermas, cariño, no me he saciado de ti todavía.

Todo mi cuerpo se tensó con el deseo antes de preguntar:

―¿No?

Me miró totalmente malvado cuando respondió:

—Ni siquiera cerca.

Al día siguiente, Chelsea y yo estábamos teniendo día de chicas en el


apartamento de Trace: pintarnos las uñas, comer chocolate y ver películas.
Trace estaba fuera con Rafe dándonos a Chelsea y a mí el apartamento
para nosotras.

Antes de irse, me pidió que por favor no lo dejara y que si queríamos ir a


algún lugar lo llamara y vendría con nosotras. No podía negárselo, después
de la advertencia de Heidi, no estaba en absoluto dispuesta a ir a ninguna
parte sin él. Estaba asustada, pero también estaba enojada porque me
asusté lo suficiente por la amenaza de Dane que estaba dispuesta a no ir
sola a ninguna parte. ¿Y qué demonios era su amenaza, de todos modos,
por qué estaba tan obsesionado conmigo?

Estaba hablando por teléfono en la cocina realizando nuestro pedido para


el almuerzo con el restaurante chino, mientras Chelsea se encontraba en la
sala de estar colocando Crepúsculo: ella era la mayor fan del equipo
Edward. Entré en la sala de estar llevando dos vasos de té helado, y noté
que Chelsea estaba mirando las fotos en la pared.

Sonreí, porque las paredes de Trace ya no estaban vacías, aceptando que la


mayor parte de las fotografías estaban allí por mí, pero Rafe y Chelsea
también se encontraban en la pared, y había fotos de mi familia. Me
acerqué y le entregué un vaso mientras ella señalaba una foto de mi madre.

—¿Esa es Amanda?

Decir que me quedé sin palabras no sería una exageración mientras


arrastré mis ojos de la imagen a Chelsea.

—Sí, ¿cómo supiste que lo era?


299
—La he visto antes.

—¿Cuándo?

Chelsea, ajena al hecho de que sus palabras me estaban torciendo en


nudos, caminó hacia el sofá y tomo asiento antes de levantar su mirada
hacia mí con ojos grises e inocentes.

—Ella vino a la casa una vez cuando yo era más joven.

—¿Tu casa en Ohio?

—Sí. La recordaba porque ella era la mujer más bonita que había visto
nunca.

Tuve que sentarme porque tenía la sensación de que mis piernas no me


iban a soportar mucho más tiempo.

—¿Recuerdas cuándo sucedió?


—Sí, acababa de cumplir seis años. Me acuerdo porque estaba jugando con
mi nuevas muñecas Strawberry shortcake11 : Lime Chiffon, Orange Blossom
and Raspberry Tart.

Sentí mi corazón latiendo dolorosamente en mi pecho cuando pregunté:

—¿Tu naciste en agosto de 1985, no?

—Sí.

Oh, Dios mío, agosto de 1991 fue cuando mi madre había sido asesinada.
Tenía que llamar a mi padre.

—Discúlpame, Chelsea, por un minuto.

Corrí por el pasillo hasta el teléfono de la habitación y llamé a mi padre.

—Ember, ¿cómo estás cariño?

—Papá, tengo aquí a Chelsea y ella vio una foto de mamá y la reconoció, y
no sólo la reconoció, sino que sabía su nombre.
300
Esto fue recibido con silencio.

—Papá, me dijo que mamá visitó su casa en Ohio en agosto de 1991.

La exhalación que cruzó la línea tenía tanto shock como dolor y entonces la
suave voz de mi papá salió de la línea.

—¿Qué te dijo?

—No mucho, pero, ¿cómo es eso posible?

—Realmente no lo sé. Voy a llamar a tu tío.

—Déjame saber lo que averigües, papá.

—Lo haré.

Después, esperé en la sala de estar a que Trace volviera de despedir a


Chelsea fuera de casa. Había estado pensando en lo que Chelsea dijo
mientras trataba de encontrar alguna explicación que tuviera sentido, pero
el único punto en el que me quedé dando vueltas era en que si mi madre

11
Strawberry shortcake; Lime Chiffon, Orange Blossom and Raspberry Tart: marca y tres
clases de muñecas Inglesas.
había estado en la casa de Trace antes de morir, y había sido asesinada por
el padre de Trace, entonces, ¿fue su muerte un accidente o intencional? Oí
la llave en la cerradura segundos antes de que la puerta se abriera y Trace
caminara dentro. Él me miró y sonrió, pero su sonrisa inmediatamente se
desvaneció en una mirada de preocupación.

—Ember, ¿qué está mal?

Yo estaba sosteniendo la foto de mi madre mientras caminaba hacia él.

—Chelsea la vio hoy y me preguntó si esta era Amanda.

La expresión de Trace era la misma que yo había tenido.

—¿Cómo lo sabía?

Tomé su mano antes de responderle:

―Trace, al parecer, mi madre estaba en tu casa.

—¡¿Qué?!
301
—Exactamente. Mi padre y mi tío están buscando sobre ello.

Me apretó la mano.

—¿Entiendes lo que significa esto?

—Que su muerte pudo no haber sido un accidente.

Había ardor en sus ojos, pero había algo más, también, algo que se parecía
mucho al pánico antes de que respondiera muy suavemente:

―Sí.

Lo metí en la habitación y puse la foto en la mesa antes de empujarlo hacia


abajo sobre el sofá y sentarme a horcajadas en su regazo.

—¿Cómo luce esto?

Sus manos se posaron en mis caderas, pero él no me miraba. Le toqué la


barbilla para levantar sus ojos hacia mí.

—Te amo, Trace, independientemente de lo que tu padre puede o no


haberle hecho a mi madre. El hijo no pagará por los pecados del padre.
Pensé que ya lo sabías, pero lo diré de nuevo. Eras un niño de nueve años
cuando ella murió. No eres responsable y nadie te hará responsable.
Me atrajo hacia él, envolviéndome firmemente en sus brazos, mientras
enterraba su rostro en mi cabello.

—Realmente odiaba a ese hijo de puta, pero lo que siento por él ahora
sabiendo que es posible que haya herido a tu madre a propósito, no hay
palabras para describirlo.

Me aparté y le enmarqué la cara con las manos, mientras miraba a sus


preocupados ojos.

—No merece tu ira, Trace, no vale la pena. Mantenerlo sólo está haciéndote
daño a ti porque está más allá de eso ahora. Tal vez él está aquí... —tomé
su brazo y señalé a los cuerpos en la fosa—... pero donde quiera que esté,
pensar en él sólo lo hará importante y no lo es.

Alzó la mano para cepillar el cabello de mi cara mientras sus dedos se


detenían en mi mejilla.

—Eres muy sabia, Ember.

302 —Tanto como Yoda. Pensar como él, sí, lo hago.

La sonrisa que se quebró en su rostro era casi infantil.

—¿Sabes que nunca he visto esas películas?

Palidecí, sé que lo hice, mientras mi mandíbula colgaba en shock total.

—Vamos de nuevo.

—La Guerra de las Galaxias, no he visto las originales o las películas más
nuevas, pero sé que realmente las amas.

Negué con la cabeza en un esfuerzo por hacer que mi cerebro funcionara


otra vez antes de conseguir decir:

―Las originales me gustan, las más nuevas no tanto. Eso no es aceptable,


Trace, de hecho, hay que remediar eso de inmediato.

Bajé de su regazo y comencé a bajar por el pasillo.

—¿A dónde vas?

Lo miré por encima de mi hombro.


—Voy a ordenar los Blu-rays y cuando lleguen gastaremos el día viendo los
tres en una fila ininterrumpida.

—Sí, madame.

303
Capítulo 22
Traducido por Mir
Corregido por francatemartu

E
staba profundamente dormida y soñando con cake-pops, un bosque
de cake-pops, cuando escuché lo que parecía un animal siendo
torturado. Al principio, pensé que el ruido venía de mi sueño, pero
¿qué haría semejante grito torturado en mi sueño? Otro gemido de dolor y
me desperté, mis ojos se abrieron, pero sólo vieron oscuridad. Cuando el
grito se repitió mi sangre se heló en mis venas, porque procedía de Trace
que empezaba a retorcerse en su sueño. Alcancé la luz de la mesilla y
cuando el suave resplandor llenó la habitación yo esperaba que él se
despertara, pero sea lo que fuera que rondaba su sueño tenía un firme
304
control sobre él. Su hermoso rostro se retorcía con agonía y su cuerpo
fuerte y duro estaba flexionándose de dolor. Era desgarrador verlo en tal
estado, pero me di cuenta de que estaba furiosa también. Si sus padres no
estaban ya muertos, segura como el infierno que me gustaría hacer el
intento, hijos de puta. No sabía qué hacer por él, así que me envolví a su
alrededor mientras le susurraba al oído.

—Trace, es Ember. Despierta, bebé, estás seguro. Te tengo; mis brazos y


piernas están envueltas a tu alrededor. Estás a salvo, Trace, por favor,
despierta.

Mantuve las palabras suaves por casi cinco minutos y él poco a poco
empezó a calmarse. Supe el momento en que se despertó porque lo sentí
tenso un momento antes de que sus brazos se envolvieran a mi alrededor.
Giró su cabeza en mi cuello, justo cuando pasé mi mano por su mejilla y
sentí una humedad allí que hizo que mi corazón doliera.

—¿Estás bien?

Sus labios rozaron mi cuello.

—Lo estoy ahora.


Levanté la cabeza para poder ver su rostro y noté la sombra de su pesadilla
aún oscureciendo sus ojos. Su pulgar tocó mi mejilla para limpiar
suavemente una lágrima, pero era la expresión en su rostro lo que hizo que
mi corazón se apretara con fuerza en mi pecho.

—¿Lloraste por mí?

—Tu dolor es mi dolor.

Su mano se deslizó alrededor de mi cuello para tirar de mi boca a la suya


por un beso de tal emoción cruda que mi corazón literalmente se saltó un
par de latidos. Se dio la vuelta de manera que estábamos tumbados de lado
a lado. Su boca se alejó de la mía mientras sus brazos se envolvían a mi
alrededor para mantenerme cerca y juntos volvimos de nuevo a dormir.

Por la mañana me desperté para descubrir que todavía estaba envuelta en


los brazos de Trace. Pensé que todavía estaba dormido, así que intenté
moverme sin despertarlo porque necesitaba ir al baño.

—Buenos días.
305
Me volví para encontrarlo observándome y basada en su apariencia, él
había estado haciéndolo durante algún tiempo.

—Buenos días.

Apartó el cabello de mi mejilla mientras sus ojos sostenían mi mirada.

—Gracias por lo de anoche.

Me di cuenta de que realmente no quería hablar de ello así que en vez de


hacer las preguntas que estaban en la punta de mi lengua, respondí:

—Estoy contenta de haber estado aquí.

Más tarde ese día Trace estaba trabajando en su oficina mientras yo


trabajaba en la cocina preparando el almuerzo cuando el timbre de la
puerta sonó. Trace asomó la cabeza en la cocina en su camino a la puerta.

—Yo atiendo.

Reconocí las voces de inmediato que me hicieron unirme a los demás en la


sala de estar.

—Papá, tío Josh.


Mi padre se acercó a mí y me dio un abrazo.

—Hola, Emmie, ¿cómo estás?

—Estoy bien, papá. ¿Averiguaste algo?

—Todavía estamos investigando, pero Josh tenía algunas preguntas para


Trace. —Miré hacia donde el tío Josh y Trace estaban mirando fotos
mientras mi padre tomó mi mano y me llevó hasta ellos. Yo no estaba
realmente escuchando ya que estaba demasiado ocupada mirando las fotos
de la escena del crimen de aquella noche de hace trece años. Toda la casa
había sido fotografiada y fue mientras estaba mirando las fotos que hice
un descubrimiento.

—¿Trace?

Él me miró mientras una leve sonrisa se dibujó en sus labios.

—Sí, Ember.

306 —Ese espejo, tienes uno muy similar a él en Clover.

Sus ojos se movieron a la foto mientras estudiaba el espejo antes de


ofrecer:

—En realidad, es el mismo espejo. Era una de las pocas pertenencias de mi


madre que mantuve ya que me pareció demasiado hermoso como para
destruirlo.

—¿Hay otro igual?

Me miró antes de responder:

—No, es una pieza única. ¿Por qué?

—Esa noche en Clover, con los Michaels, Vivian dijo que reconocía el espejo
pero también afirmó que nunca había estado en la casa de tus padres.

—¿Trace, antes del restaurante, el espejo estaba sólo en tu casa en Ohio


por lo que tú sabes? —preguntó el tío Josh.

—Sí.

—Dijiste que era una posesión de tu madre por lo que salió de su lado de
la familia. ¿Es posible que Charles supiera de él?
—Sí.

—Así que es posible que Vivian viera el espejo cuando todavía estaba en
posesión de la familia de su esposo o mintió y había estado en tu casa. No
está de más profundizar en sus antecedentes.

El tío Josh se movió para unirse a mí mientras mi padre se acercaba a


hablar con Trace.

—He estado preguntando en el hospital donde tu madre trabajaba y


algunas de las enfermeras recordaban que justo antes de morir estaba
agitada por algo. No están realmente seguras de los detalles pero creen que
ella estaba tratando de eliminar algo complicado. Hay un registro de
Douglas Stanwyck siendo atendido en el Centro Médico de Penn, pero fue
atendido en urgencias y Mandy trabajaba en obstetricia, así que no hay un
enlace allí. Un nombre apareció con frecuencia entre las personas que
hablé, una tal Darlene Moore, quien trabajó con Mandy en obstetricia pero
hasta ahora no he podido localizarla. Ella probablemente podría arrojar un
poco más de luz sobre lo que Mandy estaba haciendo. Voy a seguir
307 buscando.

—¿Me puedes hacer otro favor?

—Claro que sí, Ember.

—¿Podrías chequear una tal señora Fletcher que trabajaba para la familia
de Trace?

—Claro, ¿por qué?

—Cierre.

El tío Josh y yo fuimos sacados de nuestra conversación, cuando oí a mi


padre preguntar:

—Trace, ¿podríamos ir por una taza de café?

—Sí, Shawn, eso sería genial. —Volvió a mirar a mi tío y le tendió la mano.

—Gracias por mirar en esto.

—Por supuesto. Quiero saber las respuestas tanto como tú.

Trace asintió antes se acercarse y darme un beso en la frente.


—Te veré más tarde, Ember.

—Está bien, diviértanse.

El tío Josh volvió a pararse a mi lado mientras veíamos a mi padre y a


Trace dejar el apartamento.

—¿Qué fue todo eso? —pregunté.

El tío Josh estaba sonriendo como un tonto cuando lo miré.

—No tengo idea.

Sonreí mientras pensaba:

—Mentiroso.

308
Capítulo 23
Traducido por nelshia, Clau & Nelly Vanessa
Corregido por francatemartu

U
nos días después estaba de vuelta en el salón y Pablo estaba
tratando, en vano, de dar toques de luz a mi cabello, pero no quería
tener que sentarme por tanto tiempo. El terminaba de despuntarlo
mientras hablaba sobre su fin de semana, su novio, su madre casándose de
nuevo y luego me pregunto saliéndose del tema:

—Así que, ¿tú y tu novio fueron a cenar con los Michaels?

—¿Te acuerdas de eso?


309 Encontró mis ojos en el espejo con una Mirada de indignación.

—Estoy ofendido.

—Lo siento. Sí lo hicimos.

—¿Y cómo salió eso?

Realmente no quería hablar de eso pero sabía que si evitaba el tema


completamente solo picaría su interés, así que conteste simplemente:

—Estuvo bien. No teníamos mucho en común con ellos así que fue un poco
incómodo.

—Um, lo apuesto. ¿Qué es lo que le gusta a Charles? ¿Es tan inaccesible


como parece?

—Esa es una manera interesante de expresarlo pero, sí, más o menos lo es.

Pablo pareció pensar en eso por un momento y entonces su sonrisa llena


de malicia apareció.

—Así que tú y Trace Montgomery, y por lo que he oído son el trato real.

—¿Por lo que has oído?


—Oh, por favor, querida, debes saber que Trace y tú son como el tópic
número uno de rumores en ciertos círculos. Al principio, la gente establecía
apuestas de cuánto tiempo duraría, pero ahora parece ser que todos se
dieron cuenta de que ustedes dos están dentro por todo el camino. Hay
muchos corazones rotos en la ciudad estos días.

Estaba sorprendida por las palabras de Pablo debido a que por qué a
cualquiera le importaba y luego me di cuenta de que si no fuera a mí a
quien Trace amara, sería un corazón roto también, sabiendo que él estaba
permanentemente fuera del mercado.

—Bueno, lo siento si mi felicidad hace infelices a otros, pero, sí lo amo:


verdadera, completa y esperanzadoramente.

—Afortunada dama.

—Lo soy, Pablo, realmente lo soy.

—Supongo que estoy sorprendido de que Trace esté relacionado con los
Michaels considerando cuán calculadores son ambos.
310
—¿A qué te refieres con Vivian siendo calculadora?

—Cuando arribó por primera vez a Nueva York ella solía venir a este salón
ya que… —se inclinó hacia adelante y susurró—… necesitaba retocar su
tinte; no es realmente rubia… —Se enderezó y siguió cortándome el
cabello—. De cualquier manera, yo apenas estaba empezando y ella era una
de esas clientas a las que les gusta hablar de ellas mismas. Solía hablar
sobre eso, un atractivo caballero que era su sugar daddy12. Asumí, una vez
que ella y Charles se juntaron, que él era el hombre al que se refería pero
nunca lo entendí ya que no pensaba que Charles fuera todo eso. —Estuve
de acuerdo con él, en eso; Charles era guapo pero era odioso.

Ella era de la clase trabajadora justo como nosotros cuando por primera
vez llegó pero ella vino a ganarle a Charles y creo que lo hizo.

Sentí mi corazón empezar a pulsar antes del preguntar:

—¿De casualidad sabes dónde vivía antes de mudarse aquí?

—En algún lugar de Pensilvania.

—¿En serio?
12
Sugar daddy: amante rico; viejo con dinero que es amante de una mujer joven.
—Sí. De hecho, su nombre no es ni siquiera Vivian en ese entonces, era algo
más pero no recuerdo que.

Volví mi cabeza para mirar a Pablo.

—Eres mejor que la CIA, Pablo.

Sonrío antes de replicar:

—Lo sé.

Salí del salón y me quede simplemente parada afuera por unos momentos
tratando de decidir si debía ir directo a casa o parar en Starbucks por un
sándwich y un cake-pop. Sabía que debía ser cuidadosa hasta que Dane
fuera manejado pero considerando mi gran debilidad por esos pequeños
bocados de alegría pura estaba dispuesta a correr el riesgo. Empecé a bajar
por la calle pero me encontré deteniéndome cuando vi una cara familiar.

—Lucien —llamé, lo que lo tuvo volteando alrededor y tan pronto como me


vio una gran sonrisa se esparció sobre su rostro.
311
—Ember. —Caminó hacia mí jalándome dentro de un abrazo—. ¿Cómo
estás?

—Estoy bien. ¿Cómo estás tú? Ha sido una era —dije mientras le sonreía.

—Estoy bien, mejor ahora que te estoy viendo. —Me estudió durante un
minute antes de añadir—: Te ves genial, feliz.

—Soy feliz.

—Así que, adivinó que tomaste mi consejo y todo salió bien.

—Lo hice y, sí, nos tomó un tiempo llegar ahí, pero, sí, somos felices.

—Me alegra oír eso, Ember, en serio. ¿Estás haciendo algo ahora?

—No, estaba a punto de coger un sándwich.

—¿Te me unes para comer?

—Realmente me gustaría.

El alcanzó mi mano mientras una sonrisa se esparcía por su rostro.

—A mí también.
Nos encontramos en un pequeño café al aire libre y una vez que nuestras
ordenes fueron tomadas Lucien se reclinó en su silla y sonrío.

—No te he visto por el club últimamente.

—Lo sé y lo he extrañado. Nunca imaginé que tendría el coraje para cantar


enfrente de un cuarto lleno de extraños pero realmente me encantó. Estoy
pensando que hay un viaje al club en mi futuro cercano; tal vez podríamos
ir juntos.

—Me gustaría eso, Ember.

El camarero vino con nuestras bebidas así que espere hasta que estábamos
solos de nuevo antes de preguntar.

—¿Cómo es que alguien tan maravilloso como tú es aún soltero?

Una sonrisa irrumpió en su cara antes de decir:

—Soy quisquilloso.
312 Lo dudaba ya que estaba interesado en mí pero no dije tanto antes de
añadir:

—Quiero decirte, Lucien, que si mi corazón no estuviera ya comprometido


con alguien más me habría gustado mucho ver como hubiéramos
terminado.

Estuvo en silencio por un momento antes de ofrecer muy suavemente:

—Gracias por decir eso.

—Lo digo en serio, Lucien, espero que nos veamos más seguido, porque de
verdad me agrada tu compañía

Se inclinó sobre la mesa para cubrir mi mano con la suya.

—Eso realmente me gustaría, Ember.

—Genial.

Después del almuerzo, Lucien me acompañó hasta el auto que estaba


esperándolo.

—¿Puedo llevarte a casa?


Miré hacia el Mercedes Maybach negro antes de mirar a Lucien con los ojos
muy abiertos.

—Lindo auto. ¿Qué es exactamente lo que haces?

Sonrió.

—Invierto… Mucho

—Apuesto a que sí. Nunca me he montado en uno de esos.

Un hombre, vestido con un traje negro, rodeó el auto y abrió la puerta para
nosotros. Lucien esperó a que yo pasara primero, mientras ofrecía:

—Espera a que pruebes el sillón masajeador.

Después de regresar a casa, me puse mi sudadera, caminé alrededor del


auto mientras me maravillaba con lo bien que se sentía mi espalda. Lucien
había estado en lo cierto, el asiento masajeador era asombroso. Había sido
un verdadero placer verlo y almorzar con él. Trace todavía estaba fuera, así
313 que le envié un mensaje de texto.

Ember: Hola Trace. Estoy en casa. Me encontré con Lucien para almorzar. No te molestes
ya que el Sr. Black y yo hablamos sobre ti el tiempo justo. Te extraño. Te amo.

Entré en la cocina para servirme una copa de vino cuando mi teléfono vibró
por un mensaje entrante.

Trace: ¿Lucien Black es tu Lucien? Corazón, honestamente, ¿podrías escoger un grupo


más ecléctico de amigos peligrosos? Ya voy llegando a casa. ¿Qué llevas puesto? Wink

Sonreí al mirar mis pantalones de correr y mi camiseta antes de escribir.

Ember: Nada más que un sonrojo.

Me reí al leer su respuesta.

Trace: $% ^ &% (@% $

Trace usualmente preparaba la cena, pero decidí cocinar para él para


variar. Yo no era tan buena cocinera como él, pero había un par de cosas en
las que era bastante hábil preparando, y la carne asada era una de ellas. El
secreto del éxito de mis esfuerzos para cocinar era el Recetario de las
Pruebas de Cocina de Estados Unidos, dado que era como el diario de los
dioses de la cocina, cada receta era ganadora.
Saqué la cacerola del colgador de la encima de la isla de la cocina y noté
que todas las ollas y sartenes eran All Clad y Le Creuset13 y sonreí. A Trace
realmente le gustaba cocinar. Me pregunté si alguna vez había cocinado en
Clover el Coq Au Vin14. Pensé que estaba lo suficientemente capacitado
como para hacerlo.

Me acerqué al congelador y saqué el asado de tira y unas zanahorias antes


de llegar al recipiente azul cobalto que Trace tenía sobre el mostrador con
cebollas y papas. Acababa de terminar de sazonar la carne y dorarlo
cuando escuché el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose segundos
antes de que la maravillosa voz pronunciara mi nombre.

—¿Ember?

—En la cocina.

Escuché sus fuertes pisadas acercándose por el pasillo y luego sentí el


calor que erizaba las puntas de mis nervios. Di una mirada hacia él por
encima de mi hombro y vi que estaba recostado del marco de la puerta
314 mirándome. Me observé en mi sudadera antes de mirarlo con una sonrisa.

—No estoy desnuda. Lo siento

Una sonrisa agrietó su rostro antes de replicar:

—Decepcionante, sí, pero luces hermosa.

—¿Alguna vez has ido a un oculista Trace? Creo que tal vez tu vista esté
fallando.

Él se separó de la pared y caminó hacia mí envolviendo sus brazos


alrededor de mi cintura. Sus labios rosaron gentilmente a lo largo de mi
mandíbula, cruzando mi mejilla hasta depositarse en mi oreja.

—Eres hermosa. Es tu vista la que está fallando si no eres capaz de verlo.


—Tomó un respiro mientras miraba el asado en la cacerola.

—¿Asado a la cacerola?

—Sí.

—Suena delicioso. ¿Necesitas ayuda?


13
All Clad y Le Creuset: Marcas de implementos de cocina de alta calidad y precio.
14
Coq Au Vin: Pollo al vino.
—En realidad ¿podrías enseñarme a picar los vegetales de la forma en que
lo haces?

Me giré hacia él y noté una mirada extraña en su cara.

—¿Por qué esa mirada, Trace?

—¿Quieres que te enseñe a cortar vegetales?

—No tienes que hacerlo, pero es solo que amo la manera en que lo haces y
quisiera aprender cómo hacerlo.

Estuvo callado por un minuto y honestamente no pude discernir en qué


estaba pensando, pero luego dijo suavemente:

—Me encantaría enseñarte.

—Oh, genial. Tengo que cortar zanahorias, cebollas y papas.

Una sonrisa se desplegó por su cara mientras él se acercaba al lavabo para


lavar sus manos. Se dio la vuelta hacia mí y lucía casi emocionado y eso me
315 hizo darme cuenta de que él había aprendido a cosechar su don para
cocinar y nunca había tenido a nadie con quien compartir lo que había
aprendido.

Sentí las lágrimas ardiendo en la parte posterior de mi garganta por lo solo


que realmente había estado: incluso con todas las mujeres que habían
pasado por su vida. Él estaba buscando los cuchillos en la banda magnética
clavada en la pared, mientras yo envolví los brazos alrededor de su cintura
y le di un beso a su espalda.

—Te amo.

Escuché mientras colocaba los cuchillos en la mesada antes de voltearse y


envolverme con sus brazos

—¿Eso fue por…?

Sabía que cuando mis ojos se encontraran con los suyos, que los míos
estarían un poco brillantes. Él me miró con ternura mientras limpiaba una
lágrima que se había escapado y rodaba por mi mejilla.

—¿Ember?

—Eres un ser humano increíble, Trace Montgomery.


Fue confusión en sus ojos, pero salí de él y le cubrí el rostro con las manos
antes de darle un beso en los labios.

—Sólo quería que lo supieras. Muy bien, te mostraré cómo se hace esto.

Rozó sus nudillos sobre mi mejilla mientras le sonreía y luego se volvió y


colocó una tabla de cortar delante de mí antes de entregarme un cuchillo
de grandes dimensiones.

—Este es un cuchillo de chef y, personalmente, creo que es el mejor


cuchillo para tener en la cocina.

Me quedé allí aprendiendo sobre cuchillos mientras una sonrisa tocó mis
labios porque mi ángel vengador entintado, era un excelente profesor.

Esa noche, mientras Trace y yo estábamos acurrucados frente a la


televisión viendo Psych, sonó el teléfono. Trace se estiró detrás de nosotros
por lo que sentí que sus palabras retumbaban por su pecho.

—Hola.
316
—Hola, Shawn.... ¿En serio?... ¿Cuándo? Un segundo... Em, ¿estarías
preparada para un viaje?

Me incliné y me volví a Trace antes de preguntar:

—¿Qué pasa?

—Tu padre y tu tío localizaron a Darlene Moore. Trabaja en un bar en


Ramsey, Nueva Jersey y están en camino para hablar con ella y quieren
saber si quisiéramos unirnos a ellos.

—Sí.

Él sonrió mientras levantaba el auricular a su oreja.

—Nos iremos ahora por lo que los veremos pronto.

Darlene no era para nada lo que esperaba. Estaba en sus cuarenta y tantos
años, pero parecía mucho mayor. No pude evitar preguntarme, mientras la
observaba, por qué alguien que había sido enfermera estaba atendiendo
mesas en un bar. Trace y yo llegamos antes que mi padre y mi tío, así que
tomamos una mesa y pedimos una bebida. Trace estaba sentado a mi lado
cuando sus dedos rozaron suavemente el dorso de mi mano. La acción fue
tan inconsciente que no creo que ni siquiera supiera lo que estaba
haciendo.

—La cena estuvo deliciosa, Ember.

—Los dioses de la cocina de pruebas nunca fallan.

Él me sonrió, se inclinó y tomó mi mano en la suya.

—El hecho de que tuvieras una gran receta no significa que


automáticamente hagas una gran comida. Hay competencia involucrada,
Ember.

Sonreí ya que no necesariamente estaba de acuerdo con él, pero me moví


de eso y le dije:

—Eres un profesor maravilloso, Trace.

317 Él se sonrojó lo que me hizo inclinarme hacia él mientras pasaba el dedo


por encima de su pómulo.

—Te estás ruborizando.

—No, no lo hago.

—Lo haces y, wow, ahora entiendo la atracción por el rubor.

Él se enderezó en la silla y trató de parecer serio.

—No estoy sonrojado, Ember.

Sonreí cuando me senté en mi asiento.

—Bueno, si tú lo dices.

—Yo lo digo.

—En serio, sin embargo, Trace de verdad es un maestro maravilloso.


¿Alguna vez cocinaste en alguno de tus restaurantes?

—Fui sous chef15 en Clover antes de que lo comprara pero no me gustó el


jefe de cocina. Pensaba que era un arrogante idiota que no sabía la

15
sous chef: Asistente del jefe de cocina/ Segundo chef a cargo.
diferencia entre saltear y freír. Lo reemplacé con otro Chef cuando compré
el lugar.

—Me gusta el Chef.

—Les gustas al Chef.

—¿Cómo lo sabes?

—Él me lo dijo.

—¿Sabe de nosotros?

—¿Sabe que eres el aire que respiro? Sí, lo sabe.

Tomé su mano y le di un beso en la palma.

—Siento lo mismo por ti.

Su sonrisa fue hermosa.

—Lo sé.
318
Nos quedamos en silencio por un momento y luego me preguntó:

—¿Por qué no sigues trabajando en uno de tus restaurantes?

—Me gusta cocinar, pero creo que me gusta más enseñar.

—¿Alguna vez has pensado en dar clases en una escuela de cocina?

Él se quedó en silencio un momento y me di cuenta, por la expresión de su


rostro, que había pensado en eso y luego ofreció:

—Siempre quise abrir mi propia escuela de cocina, pero ¿Quién querría ser
enseñado por alguien como yo? ¿Cuáles son mis aptitudes? Por no hablar,
de que no tengo la mejor reputación.

—Creo que la única calificación que importa es que cocinas como un


maldito dios, Trace.

—En realidad no es práctico, no para alguien como yo, Ember. —Su tono
era de finalidad y eso fue más que sus palabras, que hizo que mi ira se
agitara. No estaba enojada con Trace, me enfurecía el persistente impacto
de la negligencia de sus padres. Su sueño era abrir una escuela de cocina
entonces, maldita sea, deberían haber velado porque tuviera su escuela. No
tenía ni idea de cómo haría que eso sucediera, pero se había convertido en
mi misión. Lucien era probablemente un buen lugar para comenzar, ya que
el hombre poseía Maybach e invertía, y mucho. Salí de Trace cuando tomó
mi mano y me sacó de mi silla.

—¿A dónde vamos?

Él no dijo nada, sólo siguió llevándome a un área que me di cuenta era una
pequeña pista de baile antes de volverme hacia él y abrazarme. Sus labios
estaban muy cerca de mi oído cuando susurró:

—¿Alguna vez has escuchado las palabras de esa canción?

—¿Qué canción es?

—Everithing, de Lifehouse.

—No.

Y entonces empezó a cantar para mí mientras lentamente me movía por el


suelo.
319
Calmas las tormentas y me das descanso

Me tienes en tus manos

No me dejes caer

Te robaste mi corazón y me dejaste sin aliento

¿Quieres que te tome, llévame más profundo ahora?

¿Y cómo puedo estar aquí contigo y no estremecerme por ti?

¿Me dirías como podría ser algo mejor que esto?

¿Y cómo puedo estar aquí contigo y no estremecerme por ti?

¿Me dirías como podría ser algo mejor que esto?

Porque tú eres todo lo que quiero, eres todo lo que necesito

Eres todo, todo


Cuando la canción llegó a su fin, él se echó hacia atrás para mirarme sólo
para ver las lágrimas que se aferraban a mis pestañas y mojaban mis
mejillas.

—Esa canción dice perfectamente lo que siento por ti, Ember.

Fue la magnitud del amor que sentía por él lo que me hizo decir las
palabras que salieron directamente de mi corazón.

—Cásate conmigo, Trace.

El shock brilló en su expresión en un primer momento y luego una sonrisa


se dibujó en su rostro mientras enmarcaba mi cara con sus manos.

—Estás robándote mi trueno, cariño.

Me tomó un minuto procesar su respuesta y cuando tuve mi respuesta fue


cualquier cosa menos elocuente.

—Espera, ¿qué?
320 Él sólo sonrió antes de decir:

—Sí, Ember, voy a casarme contigo.

Sentí alegría, alegría total y completa, y luego el entendimiento se posó


sobre mí.

—¿Ibas a preguntármelo?

Él se movió de modo que sus labios estuvieron sobre los míos antes de
susurrar:

—Todavía te lo preguntaré.

—Pero ya aceptaste casarte conmigo.

—Um... —Y entonces me estaba besando. Después de un rato se apartó y


sonrió mientras tomaba mi mano y comenzó a ir de nuevo hacia nuestra
mesa. Sostuvo la silla para mí antes de tomar la suya y cuando sus ojos se
encontraron con los míos llegó a su cerveza.

—Siempre imaginé que la mujer que me amara cuando me pidiera casarme


con ella se pondría de rodillas.
Entrecerré los ojos y él se rió entre dientes antes de tomar mi mano y
llevarla a sus labios.

Besó mis dedos antes de que su expresión se volviera seria.

—Bromas a un lado, el que me hayas pedido que me casara contigo fue sin
duda el momento más grande de mi vida. Gracias.

Me acerqué a él para que nuestras bocas estuvieran sólo a pulgadas de


distancia antes de responder:

—El que hayas aceptado casarte conmigo es sin duda el momento más
grande de mi vida. Gracias.

En ese momento, se abrió la puerta mientras los ojos de Trace pasaron de


mí, a justo detrás de mí, mientras una sonrisa tocaba sus labios.

—Tu padre y tu tío están aquí.

—¿Se los diremos? —le pregunté.


321 —¡Diablos, sí!

En ese momento mi padre se colocó detrás de mí y apoyó sus manos sobre


mis hombros.

—Hola, Emmie.

Se inclinó y me dio un beso en la cabeza justo cuando oí el saludo del tío


Josh.

—Hola Ember, Trace.

Trace se levantó y extendió su mano sobre la mesa para estrechar la mano


de mi tío y luego la de mi papá antes de decir:

—Ember me pidió que me casara con ella.

Bajé la cabeza y comencé a golpearlo contra la mesa.

—Bonito movimiento, Trace.

Su respuesta fue una sonrisa, una sonrisa completamente arrepentida,


antes de añadir:

—Dije que sí.


La voz de mi padre se llenó de alegría al llegar a Trace y tirar de él a un
abrazo.

—Bienvenido a la familia, hijo.

Me senté y vi como mi tío también abrazaba a Trace y vi la expresión en el


rostro de Trace, una combinación de felicidad y vergüenza, y fue mi turno
de dar una impenitente sonrisa. Y entonces fui levantada de la silla y jalada
a los brazos de mi padre.

—Estoy muy feliz por ti, Ember.

—¿Cuándo será el feliz día? —el tío Josh intervino.

—¿Cuándo puedo esperar nietos?

Palidecí mientras mis ojos se movían a Trace, quien nos miraba con una
tierna sonrisa en su rostro.

—Nueve meses después de poner mi anillo en su dedo.


322 Yo estaba confundida porque no quería tener hijos y él parecía entender lo
que estaba pensando, siendo el gran lector de mente que era, a medida que
avanzaba hacia mí y me tomaba en sus brazos.

—Un niño que viene del amor que nos tenemos el uno al otro, un niño que
sea una parte de ti y de mí, ¿cómo no voy a querer eso?

Estiré la mano para tocarle la cara.

—Te estás curando, Trace.

—Lo hago y todo es por tu culpa.

Trace tiró de mi silla por mí mientras nos uníamos a mi padre y a mi tío en


la mesa. El tío Josh alcanzó mi mano y la apretó.

—Felicitaciones, Ember.

—Gracias.

—Esperen a que los chicos escuchen esto, Ember —dijo mi padre y ese
pensamiento con una sonrisa curvó mis labios porque era el montón más
masculinos de maternidad gallina que no conocía.

Nuestra atención se volvió hacia Darlene mientras mi tío se levantaba.


—Ella sabe que llegamos. Ya vuelvo.

Estaba viendo a mi tío, pero la voz de mi padre jaló de mi atención.

—¿Tienes alguna idea de en dónde te quieres casar?

Miré a Trace quien me observaba con tanto amor y verlo a él, en toda su
dura gloria, mirándome con tanta ternura me dejó sin aliento. Tomé su
mano para sostenerla en la mía antes de volverme para mirar a mi padre.

—Si a Trace no le importa, me gustaría casarme en la capilla donde tú y


mamá se casaron.

Mi padre cubrió mi mano con la suya.

—Estaba realmente esperando que dijeras eso.

En ese momento, el tío Josh regresó con Darlene y viéndola de cerca


realmente mostró que los años no habían sido buenos con ella. Las líneas
profundas cortaban las áreas alrededor de su boca y ojos y su cabello, a la
323 vez marrón en sus raíces era una indicación, se lo había teñido con la
intención de verse rubia, pero no estaba siguiendo los tratamientos. Era
delgada, casi demasiado delgada, y sus ojos azules se veían muy cansados.
Tanto mi papá como Trace se levantaron mientras hacían las
presentaciones. Darlene miró a Trace un momento demasiado largo y
supuse que era debido a un aumento repentino de la presión arterial por la
vista de su belleza masculina antes de que se acomodara en la mesa. Sus
ojos se volvieron hacia mí mientras una sonrisa se dibujó en sus labios.

—Te pareces tanto a ella. Te amaba tanto y solía hablar de ti todo el


tiempo. Tenía libros de fotos para mostrárselos a cualquier persona,
incluso a las poco interesadas. —Los ojos de Darlene se movieron a mi
padre antes de que agregar—: De ambos.

Sus ojos se movieron a mi tío antes de preguntar:

—¿Qué quieres saber?

—Justo antes de que Mandy muriera estaba trabajando en algo. ¿Por


casualidad sabes lo que pudo haber estado haciendo?

Darlene se recostó en su silla y pensó en ello durante unos minutos antes


de ofrecer:
—Me acuerdo que estuvo fuera por semanas antes del accidente. No sabía
qué era lo que le molestaba, pero sabía que tenía algo que ver con su
amiga, Teresa Nolan, lo que fuera puso fin a su amistad.

Mi padre se inclinó en su silla.

—¿Qué quieres decir?

—Ella y Teresa se dejaron de hablar después de su gran pelea.

—¿Cuál pelea?

—Yo no estuve allí, pero oí que fue en la cafetería del hospital. Teresa
estaba de visita con un doctor del que estaba enamorada y algo que Teresa
dijo molestó mucho a Mandy. Se hicieron de palabras y luego Teresa
enfureció. No se volvieron a hablar después de eso y fue en ese momento
que Mandy comenzó a actuar extraño.

—¿Qué quieres decir? —el tío Josh solicitó.

324 —Ella parecía paranoica a veces, reservada, y luego estaba todo el asunto
de las drogas.

—¿Qué cosa de drogas? —preguntó Trace.

—Mandy desarrolló un interés inusual en la droga benzodiazephine: en


concreto en la retirada de los síntomas.

—¿Qué es eso? —le pregunté.

—Es una droga psicoactiva, un sedante muy potente, entre otras cosas.
Sabes que estaba pasando una buena cantidad de tiempo con el Dr.
Cavanaugh, el jefe del departamento de psiquiatría del hospital.
Probablemente podría decir más.

Mi tío miró a mi papá que estaba sentado en silencio, viéndose casi perdido
en sus pensamientos, por lo que preguntó:

—¿Sabías que Mandy y Teresa tuvieron una pelea?

—Lo sospeché debido a Teresa dejó de venir por aquí, pero no estuve
realmente tan molesto al respecto porque Teresa realmente no era mucho
mi amiga. Estaba más interesada en lo que Mandy podía hacer por ella y si
la hierba hubiera estado más verde, se habría ido.
Sus ojos se volvieron hacia mí mientras una leve sonrisa se dibujaba en sus
labios justo antes de que Trace ofreciera:

—De tal madre, tal hija.

El comentario de Trace me hizo volver mi atención hacia él mientras una


sonrisa se dibujaba en sus labios antes de añadir:

—Un amigo que no es mucho de amigo.

—Ella realmente no era mucha amiga. Teresa era egoísta y se preocupaba


sólo por ella misma. Mandy era generosa en extremo, a veces. Sabes otra
cosa que no entiendo de Teresa fue que afirmaba que estaba enamorada de
ese doctor, un hombre que tenía la edad suficiente para ser su padre, pero
las pocas veces que la vi no estaba con el doctor.

Los ojos de Darlene regresaron a Trace y me di cuenta de que algo parecido


a la ternura se movía a través de su expresión antes de añadir:

—De hecho, el hombre que estaba con ella se parecía mucho a ti.
325
Miré de Darlene a Trace y vi como él apretaba los dientes mientras la
sangre se drenaba de su rostro. Mi tío se inclinó sobre la mesa con su
teléfono.

—¿Este era el hombre?

Darlene sacó los ojos de Trace y miró la foto y estuvo claro que reconoció
la cara, pero lo que fue aún más interesante fue su reacción al verlo.
Apretó la mandíbula y sus labios se apretaron antes de que ofreciera:

—Sí, es él.

La voz de Trace fue dura cuando dijo:

—Douglas.

—Sí.

Apoyé la mano sobre el regazo de Trace mientras me inclinaba hacia él.

—Te amo, Trace.

Él se inclinó y rozó sus labios sobre mi cuello mientras susurraba:

—No te merezco, pero nunca te dejaré ir.


Le toqué la barbilla y él levantó los ojos a los míos antes de susurrar:

—... pero lo haces y tal vez un día finalmente te darás cuenta de eso.

Él no me contestó, excepto para levantar la mano y darme un beso en la


palma de mi mano. Mantuvo mi mano en la suya, mientras los dos
regresábamos a la conversación a tiempo para escuchar a mi padre decir:

—Teresa y Douglas, me pregunto si Victoria lo sabía.

—Lo dudo ya que estuvo fuera de eso todo el tiempo —Trace le ofreció
suavemente.

—¡Espera! Trace dijiste que tu madre estaba perdida para esa noche cuando
le pediste ayuda, pero ¿y si no hubiera estado perdida, qué si estaba
drogada? Piénsalo, mi madre visita a tu mamá y de repente se interesa por
los síntomas de la abstinencia de una droga que es un poderoso sedante.

El tío Josh pasó una mano por su pelo mientras se recostaba en su silla.

326 —Tiene sentido. ¿Cuánto quieres apostar a que Teresa estuvo saliendo con
el doctor para conseguir las recetas? Probablemente se jactó con Mandy
sobre su ingeniosa artimaña de ese día en la cafetería. Sería mucho como
Mandy visitar a Victoria para confirmar por sí misma si la mujer estaba
realmente en peligro.

Miré a Darlene, vi un destello en sus ojos y me pregunté lo que estaba


pensando antes de que le preguntara:

—¿Si alguien estuvo en ese medicamento durante un período de tiempo


podría hacer que casi se quedara en coma?

Ella no dudó en responder:

—Por supuesto.

—¿Recuerdas el nombre del médico, Darlene? —preguntó mi padre.

—El Dr. Richard Grant. Dirige la división cardiaca ahora.

El tío Josh anotó eso mientras yo dirigía mi atención a Trace, que estaba
lívido.
—Suena como algo que mi bastardo padre haría; drogar a su mujer para
mantenerla ajena mientras que traspasaba su dinero y abusaba de sus
hijos.

—Nunca entendí cómo tu madre se echó hacia atrás y permitió esos


horrores pero si estaba drogada, Trace, no tenía ningún control sobre sí
misma. Ella era tan víctima como tú y Chelsea.

Su voz fue muy clara cuando dijo:

—Lo sé.

—¿Dónde está Teresa ahora? —preguntó mi padre.

—No lo sé —dijo Darlene—. Después de que Mandy murió nunca la volví a


ver.

La miré de reojo y vi que había lágrimas en sus ojos mientras miraba a


Trace.

327 Mi padre se volvió hacia el tío Josh.

—Tenemos que encontrar a esa perra.

—Por supuesto.
Capítulo 24
Traducido por Daniela_DB & Brenda Carpio
Corregido por Bibliotecaria70

U
nas noches después, Trace y yo íbamos a un club para encontrarnos
con Trent y Lucien. Estábamos sentados en el taxi y Trace sostenía
mi mano en la suya mientras miraba por la ventana. Trace había
estado distraído desde la reunión con Darlene. Solo Dios sabía lo que tenía
que lo distraía tanto pero sufría por él porque todavía creía que era
responsable de lo que hizo su padre. Desearía que hubiera una manera de
quitarle ese peso de encima pero sabía que nunca se sentiría liberado hasta
que se dé cuenta solo, finalmente, de que no era nada parecido a su padre.
328 Planeaba apartar a Lucien a un lado para que pudiera juntar su cerebro
sobre lo de comenzar una escuela de cocina, ya que no tenía idea de dónde
empezar. Mientras pensaba en Lucien, recordé el comentario de Trace
sobre él. Me giré hacia Trace y le pregunte:

—¿Por qué llamaste a Lucien un amigo peligroso? —Trace giró su cabeza


para mirarme y vi que su cabeza se desconectó de lo que fuera que
estuviera pensando y se concentró en mí. Una pequeña sonrisa toco sus
labios antes de contestarme:

—Lucien Black es algo así como un gánster, Ember.

—¿Qué?

—Sí, no sé todos los detalles sobre él pero se eso, aunque todas sus
empresas son de confianza, no empezaron de esa manera.

Me giré en mi asiento para ver mejor a Trace antes de preguntar:

—Sin embargo, está bien para ti estar conmigo y salir con un gánster. ¿Por
qué?
—Todo lo que he escuchado sobre Lucien, a pesar de lo legal de sus
negocios, dicen que es un caballero que trata a las mujeres con reverencia y
respeto.

—Fue Lucien el que me dijo que luchara por ti.

Los ojos de Trace se oscurecieron antes de decirme:

—Lo sé y por eso siempre estaré en deuda con él.

—Yo también.

El taxi se estaciono enfrente del club y Trace salió primero antes de


ayudarme a salir a mí. Pagó el taxi antes de agarrar mi mano y guiarnos
afuera. El lugar estaba bastante lleno, pero apenas entramos una linda
rubia se acercó a nosotros.

—¿Ustedes son Trace y Ember?

—Sí —le dije.


329 —Por favor por aquí. —Nos guio más adentro del club hasta que llegamos a
una mesa que estaba en una excelente ubicación. Lucien y Trent estaban ya
sentados, pero apenas nos vieron ambos se pararon. Nos detuvimos justo
enfrente de la mesa mientras que Lucien camina alrededor para agarrar mi
mano y llevarla a sus labios.

—Es agradable verte otra vez, Ember.

—Hola Lucien, lo mismo digo.

Él estaba sonriendo cuando soltó mi mano y se giró hasta Trace con la


cabeza esperando la introducción de ellos.

—Trace, Lucien Black, Lucien, Trace Montgomery.

Se estrecharon las manos antes de que Lucien dijera:

—Te he visto pelear una o dos veces: malvado.

La expresión de Trace se quedó en blanco en respuesta luego dijo:

—Creo que le has proporcionado a Ember algunos consejos algún tiempo


atrás y por eso estoy en deuda contigo.
Lucien se giró y me estudió por un momento antes de girarse de nuevo
hacia Trace.

—Ella es feliz, la tristeza se fue de sus ojos así que pienso que la deuda
está pagada.

Los miré a los dos y sabía que había entre ellos algo de hombres, una
comunicación no verbal. Me di la vuelta cuando Trent vino por detrás y me
halo para un abrazo.

—Hola, tú. ¿Vas a cantar esta noche?

Le devolví el abrazo antes de responderle:

—Sí, lo haré.

Se estaba haciendo difícil estar un momento a solas con Lucien dado que él
y Trace estaban hablando como unas chicas de la escuela. Era oficial, él y
Lucien congeniaban y estaba muy feliz por eso; más feliz por cómo se veía
Trace tan relajado y cómodo. Encontré el momento para hablar con Lucien
330 tarde en la noche después de que dejó el escenario luego de su
presentación.

—Estuvo espectacular Lucien, verdaderamente tienes un don.

Él sonrió en respuesta pero permaneció en silencio así que le pregunte:

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Cómo haría alguien para empezar una escuela de cocina? —Me miró y vi
que su mente cambio de la música a los negocios.

—¿Por qué? Tenemos algunas buenas escuelas ya en la ciudad.

—Es un sueño.

—Ah, bueno, te gustaría hacer un análisis de costo/beneficio para justificar


que la inversión es algo sólida y viable. Después lo que se necesita es
encontrar un lugar, escribir una propuesta de negocios, encontrar
inversores, instructores, crear un plan de estudios, pasar por los pasos
para obtener la acreditación…
Sabía que mis hombros habían caído de solo escuchar los pasos necesarios,
era abrumador. Lucien, al ser tan intuitivo, pareció darse cuenta de mis
pensamientos y me dijo:

—La otra opción sería la creación de otro tipo de escuela de cocina; una
donde la gente pague por una semana o dos de forma práctica. Por lo que
solo necesitas un espacio lo suficientemente grande con múltiples cocinas
para que entren los alumnos.

Mi ánimo inmediatamente cambio del que tenía, haciendo reír a Lucien a


carcajadas se acercó y tomo un mechón de cabello y lo puso detrás de mi
oreja.

—Eres muy fácil de leer, Ember.

—Lo sé.

—Esto es para Trace, ¿verdad?

—Sí, ¿cómo lo supiste?


331
—Lo investigue porque quería ver mi competencia.

—Pero su nombre…

—Ya sé, es diferente pero, Ember, no he llegado a donde estoy en el


negocio, sin tener que aprender un par de cosas.

—No lo dudo, disculpa.

—No lo hagas. ¿Quieres que te ayude? Puedo escribir la propuesta si


necesitas una para tus inversores. También te puedo ayudar a encontrar un
lugar.

—Me encantaría tu ayuda pero no quiero alejarte de tus negocios. —Agarró


mi mano y la sostuvo en la suya.

—Gracias Lucien.

—Un placer, Ember, de verdad lo es.

En ese momento, un escalofrío me recorrió lo que me hizo girar la cabeza


mientras mis ojos se posaron en Dane que me observaba desde el otro lado
de la habitación. Estaba a punto de ir a distraer a Trace antes de que viera
al hombre y lo matara allí mismo, en el club cuando oí una maldición tan
mal, que sinceramente, nunca la había oído antes. Volví a mirar a Lucien
que miraba a Dane y la expresión de su rostro asustado sacó la mierda
fuera de mí.

—¿Lucien? —Cuando los ojos de Lucien giraron a mirarme eran muy fríos
antes de preguntar—: ¿Por qué ese hombre está mirándote Ember?

—Es una larga historia.

—¿Ember?

—Si Trace lo ve, lo matara.

Lucien agarró mis brazos en un fuerte abrazo que era firme pero suave y
prácticamente me levantó del suelo. Su voz era extrañamente suave cuando
me pregunto,

—¿Te hizo daño?

—No, pero no por falta de intentos.


332 La rabia le llenaba, todo su cuerpo se estremeció con él y sabía que, de
alguna manera, lo que estaba alimentando tenía muy poco que ver
conmigo. Cogí su mano.

—Matarlo no resuelve nada. ¿Quieres hablar de ello?

Sorpresa brilló en su rostro antes de mirar hacia atrás a un Dane que ya no


estaba allí.

—Sí, pero no aquí. Trace y Trent deben escucharlo también, tienen que
entender con quién estamos tratando.

—Está bien.

Estábamos bastante crípticos cuando volvimos a la mesa y sugirió otro


lugar. Lucien se había calmado un poco en el momento en que llegamos al
pequeño club de jazz. Saqué a Trace a un lado porque necesitaba saber
sobre Dane, pero él ya sabía que algo estaba pasando.

—¿Qué pasó en el club, Ember?

—Dane estaba allí.

Trace quedó completamente quieto.


—La reacción de Lucien a verlo era...

—¿Era qué?

Miré hacia Trace, el miedo me cubrió.

—Hay una historia ahí. Es por eso que estamos aquí. Él quiere decirnos. —
Tomé la mano de Trace—. No vine por ti, porque tenía que detener a
Lucien de ir hacia él y arrancarle la cabeza al imbécil. Matarlo no es la
respuesta.

La voz de Trace era amenazante cuando dijo:

—Matarlo es la única respuesta.

Me atrajo hacia él y me abrazó con fuerza antes de que me soltara y coger


mi mano. Permaneció en silencio mientras caminábamos hacia la mesa,
pero pude ver un cambio en lo que estaba pensando.

No sabía.
333 Nos instalamos en la mesa y una vez que entregaron las bebidas, la mirada
de Lucien se quedó en mí un momento antes de que volviera sus ojos a
Trace. Respiró profundo, armándose de valor para la historia que estaba a
punto de compartir y luego empezó a contarla:

—Sabrina se mudó de Iowa, con la esperanza de trabajar en Broadway. Ella


era hermosa, inteligente, talentosa, pero tenía un defecto en su carácter y
era que estaba demasiado confiada. Trabajó para mí y lo hizo durante casi
un año hasta que finalmente pidió un descanso y consiguió un papel
protagonista en una producción off-Broadway. Fue entonces cuando
conoció a Dane. Fue uno de los inversores en la pequeña empresa de teatro
independiente, donde Sabrina había conseguido el papel. Su familia era
muy rica y un gran mecenas de las artes, así que no fue realmente una
sorpresa que el nombre Carmichael fuera vinculado a la producción. Era
encantador y Sabrina literalmente estaba sobre sus pies. Ella venía de unos
comienzos muy escasos, todo fue muy emocionante. Una noche después
del ensayo, hubo una fiesta del elenco y Dane estaba allí. —Las manos de
Lucien se apretaron sobre la mesa mientras se esforzaba por continuar con
la historia y luego levantó los ojos muy difícil de rastrear—. Él no sólo la
violó; saco la mierda de ella: le rompió una pierna, un par de costillas y le
ocasionó una fractura de cráneo. Era un maldito milagro que viviera a las
primeras semanas de recuperación en el hospital. No tenía familia, así que
hice los arreglos para que una enfermera viniera a quedarse con ella para
supervisar su recuperación. En el día en que fue dada de alta del hospital,
la llevé a casa y la dejé recostada antes de correr a recoger sus
medicamentos a la farmacia. La enfermera estaba programada para
comenzar a la mañana siguiente y por lo que había planeado pasar la
noche con ella para que no estuviera sola. Volví a sólo quince minutos más
tarde, pero el lugar estaba demasiado jodidamente tranquilo y me la
encontré en el baño después. Ella estaba muerta, sentada en un charco de
su propia sangre de las profundas heridas, auto infligidas, en las muñecas.

—Me fui tras de ese hijo de puta, usando toda mi influencia, pero el
maldito es intocable. Sabía que su abuelo era un juez del tribunal de
distrito, y su tío el puto DA para el estado de Nueva York y su padre, el jefe
de gabinete del gobernador, lo que no supe hasta qué punto en la línea
donde los Carmichael estaban dispuestos a llegar a un acuerdo para
mantener el verdadero carácter de Dane en secreto. Tienen que saber que
es un monstruo y de lo que es capaz, para estar pagando a alguien con
creces no sólo para mantener a Dane fuera de la prensa, sino para limpiar
334 su nombre.

Los ojos de Lucien ardían de furia cuando añadió:

—Unas semanas después de la muerte de Sabrina recibí un acuerdo más


bien grande de una fuente anónima, era dinero por mi silencio. Usé el
dinero para financiar a los investigadores que contraté para construir un
caso contra Dane, todo el bien que me está haciendo ya todo lo que han
descubierto es inadmisible, pero el cuadro que está pintando de Dane es el
de un psicópata: uno malditamente inteligente. Sus ataques son
premeditados y cuidadosamente planeados. Sus víctimas son todas
mujeres de bajos ingresos con muy pocos o ningún pariente familiar por lo
que si deciden dar paso al frente para presentar cargos que queden
enterradas bajo un montón de mierda legal para no poder permitirse el
lujo de luchar.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, ya que de repente tenía sentido por


qué Dane me recogió. Antes estaba con Trace, trabajaba como camarera, mi
pequeña familia vivía a horas de distancia y la única persona en la ciudad
que realmente conocía mis actividades del día a día era Lena. Me saqué de
mis pensamientos cuando Lucien se dirigió a mí.

—Vi la forma en que te miraba, Ember. —Miró a Trace y sus ojos ardían con
retribución, cuando dijo—: Quiero y te ofrezco todas las conexiones a mi
disposición, pero Dane Carmichael tiene que desaparecer de la faz de la
Tierra.

Trace se inclinó sobre la mesa y, cuando Lucien tocó su mano, dijo:

—De acuerdo.

Tenía miedo porque estaban hablando de asesinato, pero luego Dane


Carmichael era un enfermo, animal depravado.

Trent sonaba fuerte cuando dijo:

—Cuenten conmigo.

Esa noche, Trace y yo yacíamos uno al lado del otro mirándonos. Sabía que
los dos estábamos pensando en la historia de Lucien. Estaba asustada y
entendí lo que alimentó a Trace cuando pensaba en Dane. Estaba en lo
cierto acerca de él, había sido desde el principio, y saber que era yo quien
estaba en la mira de Dane, y finalmente lo conseguí. Como si estuviera
leyendo mis pensamientos, me susurró:
335
—Voy a hacer cualquier cosa para mantenerte a salvo. No puedes ir sola a
ninguna parte, Ember, no hasta que nos ocupemos de Dane.

—¿Qué vas a hacer?

—Creo que lo mejor es que no lo sepas.

—Si vas a la cárcel, Trace, ¿cómo voy a sobrevivir a eso?

—No te preocupes, no voy a ir a la cárcel. No estamos planeando el


asesinato, Ember.

Fue el alivio que sentí en esas palabras y, aunque sabía que era más que
probable que él me estuviera diciendo lo que yo quería escuchar, estaba
feliz de jugar al ignorante.

Pasó el dedo por mi mejilla mientras sus ojos seguían la marcha antes de
decir:

—Cantaste muy bien esta noche. Me encanta verte cantar. Hay una
tranquila confianza en ti cuando lo haces, por no mencionar, que luces
positivamente radiante en el escenario.
Me sonrió, una sonrisa secreta que le había preguntado: ¿Cuál es esa
sonrisa?

—¿Sabes lo que estoy pensando cuando estoy allá arriba?

—¿Qué?

—En ti. Cuando canto, Trace, estoy cantando para ti.

Su boca descendió sobre la mía mientras rodaba sobre mí fijándome


debajo de él. Sus dedos tocaron suavemente mi rostro antes de correr
suavemente por mi cuello. Tiró su boca de la mía para ejecutar besos en mi
cuello y bajar por el valle entre mis pechos antes de trabajar su camino de
regreso y posar su boca sobre la mía de nuevo. Mis brazos alrededor de él
arrastrando mis manos arriba y abajo de la columna vertebral. Su boca se
apartó mientras levantaba la cabeza para poder mirarme. Él no dijo nada,
pero no necesitaba hacerlo ya que todo lo que sentía me estaba mirando y
luego su boca cubrió la mía de nuevo.

336
Capítulo 25
Traducido por Curitiba, Malu_12,
Mere & Antonella❤
Corregido por Aldebarán

T
oda la conversación sobre el pasado me hizo realmente extrañar a
mi mamá así que un día me senté en la sala de estar con una caja de
sus cosas. Entre sus posesiones estaban su anuario de la escuela
secundaria, imágenes que había dibujado, incluso algunas revistas de
cuando era más joven. Tomé el anuario y me recosté en el sofá para que
pudiera ojearlo cómodamente.

No pude evitar la sonrisa al leer las pequeñas palabras de despedida que


337 parecían tan normal para un anuario, palabras sin sentido y trillado como:
Que tengas un buen verano. Eres muy agradable. Buena suerte el año que
viene.

Los adolescentes realmente no tienen la dimensión de qué es graduarse de


la preparatoria y seguir adelante. Ellos no consiguen entender que no era
un día cualquiera en la vida, sino un verdadero hito. Personas con las
cuales habían pasado trece años de su vida se iban a convertir en nada más
que recuerdos. Personas a quien uno en ocasiones comprobaba su estado
en Facebook, o las veía en una reunión, pero que ya no tendrían un impacto
real en su vida. Las palabras escritas así como nuestras personalidades de
jóvenes eran muy miopes.

Pasé a través del anuario de mi madre, deteniéndome en mi foto favorita


de ella y mi papá, porque en esta foto no había duda de lo felices que eran.
Mi padre tenía razón; lo que ellos tenían era lo que yo había encontrado
con Trace y saber que mi padre la perdió después de sólo seis años, no
había sido lo suficiente y, sin embargo de alguna manera sobrevivió a la
pérdida de ella. Mi padre era un hombre muy fuerte.

Volteando unas cuantas páginas más encontré una foto de mi madre con
otra mujer y cuando leí el título me di cuenta de que era Teresa. Estudié la
foto por un tiempo y no pude suprimir la sensación de que había visto a
esta mujer antes. Había algo familiar en la línea de su mandíbula, la curva
de su mentón y los ojos. Su cabello castaño era largo, más largo que el de
mi madre, y sus ojos azules eran sagaces a diferencia de mi madre que se
veía feliz y sin preocupaciones. ¿Esta mujer tuvo algo que ver con la
muerte de mi madre?

Cerré el anuario y miré a través de un álbum de fotos y, de nuevo, estaba


Teresa. Estas fotos eran un poco más antiguas, pero Teresa parecía la
misma. Ella miraba fijamente y, a diferencia de la tranquila elegancia de mi
mamá, ella se veía vulgar. Sabía que en estas fotos mi mamá estaba
terminando su licenciatura en enfermería, pero ¿qué estaba haciendo
Teresa?

Noté el collar alrededor del cuello de Teresa, era un precioso colgante de


corazón en filigrana de oro, con un gran diamante en el centro. Yo no
podía dejar de preguntarme dónde ella consiguió tan exquisita pieza de
joyería cuando estaba vestida con lo que parecía ropa de Walmart.

Alrededor de una hora más tarde, estaba guardando el contenido de la caja


338 cuando Trace llegó a casa. Él no me dijo dónde iba cuando se fue
temprano, así que supuse que envolvía a Dane. Teníamos una nueva
política, no preguntes, no digas y yo estuve de acuerdo con eso.

—Hola, Ember. —Se acercó a mí cuando me levanté con la caja la que él


tomó al mismo tiempo que se abalanzó y cubrió mi boca con la suya.
Aunque sólo era un beso tenía el poder de hacer que mis rodillas se
debilitaran. Rompió el beso y sonrió antes de preguntar—: ¿Dónde quieres
esto?

—En el estante del armario.

Me besó de nuevo, un fuerte y rápido beso, antes de que se volviera y


atravesara la habitación.

—¿Quieres otra lección de cocina esta noche?

Le había pedido a Trace que me enseñara a cocinar porque, bueno, me


vendría bien las lecciones, pero más porque quería compartir con él su
amor por la cocina. Lo seguí por la habitación y me apoyé contra la jamba
de la puerta. Yo tenía la intención de contestarle, pero luego me distraje
cuando vi guardar la caja en el armario. Su camiseta se tensó apretada,
cuando él se estiró, los músculos de su espalda se perfilaron bajo el
algodón. La tela se salió un poco de la cintura de sus vaqueros y ese
pequeño destello de piel la tenía con boca echa agua. La sorpresa en su
rostro cuando se volvió y me vio parada allí, pero cuando se dio cuenta de
que estaba babeando, un malvado brillo apareció en sus ojos.

Avanzó hacia mí, lenta y deliberadamente, y luego se detuvo antes de


alcanzar la parte posterior de la camisa y tirarla hacia delante sobre la
cabeza. Yo me parecía a una drogadicta y Trace era mi droga. No tenía
voluntad o poder cuando se trata de él. Él se veía como salido en una
pequeña explosión de una torta y me di cuenta del vendaje sobre su
pectoral izquierdo. El deseo dio paso a la preocupación cuando levanté mi
mano para tocarle la venda.

—¿Qué pasó?

Él me sonreía, lo cual me pareció una extraña reacción a una herida, pero


luego poco a poco la comprensión comenzó a penetrar en mi cerebro
difuso cuando repetí las palabras que me había dicho alguna vez.

—¿Qué has hecho?


339 No dijo nada al llegar y quitarse el vendaje. Me quedé mirándolo cuando
amor, y algo que se sentía mucho a la posesión, me llenó. El tatuaje era una
llave maestra de plata. El arco estaba delicadamente adornado y a lo largo
de la lámina mi nombre dibujado dentro, pero lo mejor era que el tatuaje
fue situado sobre su corazón. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando
extendí la mano y lo toqué y entendí lo que él sintió cuando vio por
primera vez mi tatuaje.

Sin pensarlo, me incliné y presioné mis labios sobre el tatuaje. Sentí el


escalofrío que le recorrió antes de que su mano alcanzara la parte de atrás
de mi cabeza. Prensé suaves besos por todas partes antes de retroceder y
alzar la vista a sus ojos que estaban nadando en amor.

—Te amo.

Me tocó la mejilla antes de susurrar:

—Es sin duda más que amor.


Al día siguiente, Lucien me recogió para llevarme a ver posibles
ubicaciones para la escuela de cocina de Trace y el tercer lugar en que
estuvimos fue el ganador. La ubicación no era lejana del apartamento, la
zona de mucho tráfico de personas, y el espacio enorme. Iba a costar un
platal para convertir el espacio en cocinas de trabajo, pero éste era el lugar.
Una mirada a Lucien y yo sabía que compartía mi opinión.

—Tengo que ir al banco a pedir un préstamo —le dije.

—Quería hablar contigo acerca de eso.

Me volví atenta a Lucien y me sorprendí al ver que en realidad parecía


nervioso.

—Sé que algunos de mis negocios no son exactamente legales, pero me


estoy moviendo en esa dirección y me gusta lo que estás haciendo aquí.
¿Cómo te sientes acerca de mí siendo el único inversor? Yo haré frente a
todos los costos de instalación y una vez que el lugar empiece a generar
ganancias tendría un porcentaje hasta que me lo devuelvan. En ese punto,
340 tú y Trace serían los únicos propietarios o yo podría seguir siendo su socio
y podríamos ajustar mi porcentaje.

Yo estaba impresionada por su generosa oferta, tanto es así que no fui


capaz de encontrar mi voz. Una mirada a Lucien y él había interpretado mi
silencio como algo completamente distinto, así que fui rápida en ofrecerle:

—Sí, pero sólo con la condición de que te quedes como nuestro socio. Si
estás con nosotros desde el principio, entonces estarás con nosotros a
largo plazo. No voy a aceptar un no por respuesta —dije mientras le daba
mi mano—. ¿Tenemos un trato, señor Black?

Me tomó la mano y me llevó en un abrazo mientras y me dio un beso en la


mejilla.

—Tenemos un trato, señorita Walsh.

Se echó hacia atrás y aún seguía sonriendo cuando me preguntó:

—¿Alguna idea de cómo deseas llamar al local?

Pensé en eso por un momento y recordé a Trace hablando de que quería


hacer algo más que preparar platos, sino crearlos y presentarlos. Pensé en
nuestro más que excelente baile en Ramsey y la canción que cantaba para
mí. Una sonrisa se dibujó en mi cara cuando la respuesta vino a mí. Lucien
sonrió ampliamente.

—Supongo que esa sonrisa significa que ya lo tienes, sí.

—Creo que deberíamos llamarlo Everything y en el cartel, bajo el nombre,


deberíamos colocar una representación visual del arte de cocinar con los
ingredientes al final en un elegante y plateado plato.

Lucien pensó en eso por un momento y luego sonrió:

—Me gusta. Tendré a mis abogados elaborando un contrato y entonces tal


vez deberías tener a tu papá o tío, o ambos revisándolo.

—Confío en ti, Lucien.

Era pura ternura en su expresión cuando ofreció:

—Y no tienes idea de lo que eso significa para mí pero quiero que esta
empresa esté conformada completamente según las reglas. Para tu propia
341 protección, debes tener alguien más aparte de mi abogado para que lo
revise.

—Está bien, pero sólo porque tú me estás diciendo que lo haga.

Tomó mi mano y depositó un beso en la palma antes de empezar a tirar de


mí hacia la puerta.

—Vamos a conseguir una bebida para celebrar.

—Que me rompan el brazo.

Lucien aún se reía cuando nos abrimos camino a su coche.

La noche de comida china con Trent se transformó en cena y noche de


juegos y la lista de invitados era: Trent, Trace y yo, incluyendo también a
Kelly, Lucas, Chelsea, Lucien y Rafe. Como éramos ocho, Trace compró otra
televisión, Wii y todos los mandos a distancia y timones adicionales para
que los ocho pudiéramos jugar al mismo tiempo. Odiaba ser un
estereotipo, pero Kelly y yo no éramos realmente muy buenas conduciendo
nuestros autos de carreras alrededor de las pistas de Mario Kart lo que era
evidente por el número de veces que nos quedamos en los diversos
acantilados. Chelsea, por su parte, era increíble y tenía que decir que
incluso puede que sea la mejor del lote. Me tomé un descanso para que
pudiera servir los postres que Trace y yo habíamos hecho pero me tomé un
minuto para mirar a Trace y Chelsea. Estaban riendo y bromeando
mientras jugaban y yo no podía dejar de preguntarme si alguna vez
tuvieron un día como éste cuando eran más jóvenes: ¿un día en que
podrían reír y jugar como niños? En mi corazón, sabía que nunca habían
habido días así para ellos y ser testigo de su alegría, y tener una pequeña
mano en hacerlo realidad, me llevaba un poco más alto. Sonó el teléfono,
sacándome de mi silenciosa reflexión, me dirigí a la cocina para
contestarlo.

—Hola.

—Hola, Ember, es Vivian Michaels.

Quería gemir y luego patearme a mí misma porque sabía que había sido un
error darle a Charles nuestro número de teléfono.
342
—Hola, Vivian.

—A Charles y a mí nos gustaría invitarte a nuestra casa para una función


de la campaña que tendremos el sábado por el artículo In Step.

Oh, pensé que era sólo un ardid para conseguir que me encuentre con él.
¿Realmente querían que yo los siguiera y fingiera interés en personas que
ni siquiera me gustaban? Oh, hombre, eso apestaba, pero yo ya había
aceptado así que estaba atascada.

—¿A qué hora?

—Empieza a las siete y es de lazo negro16. No hay necesidad de conseguir


una cita porque tú estarás trabajando. Caroline y Cal también estarán
presentes.

Quería decir que si ellos iban a asistir, entonces, ¿por qué me necesitaban?
Pero no lo hice y en su lugar dije:

—Nos vemos el sábado.

16
Lazo Negro: es un código de vestimenta para eventos nocturnos y sociales, sólo para
hechos posteriores a las 18:00 horas. Es menos formal que el lazo blanco, pero más
formal que una vestimenta informal o de negocios. Hoy en día, consiste en traje para los
hombres y vestidos de cóctel para las mujeres.
Colgué justo cuando Trace entró en la cocina. Él me echó un vistazo y me
preguntó:

—¿Qué está mal?

—Tengo que ir a lo de los Michaels el sábado para una cosa de su campaña.

La mirada en el rostro de Trace no tuvo precio, porque su expresión


parecía exactamente cómo yo me sentía.

—¿Por qué?

—Al parecer, todavía quieren que documente el trayecto de su campaña.

—No me gusta la idea de ti sola con esas personas.

—A mí tampoco, pero Caroline y Cal también estarán allí.

—Aun así no me gusta.

—Ya le dije a Caroline que haría esto, así que realmente no tengo otra
343 opción.

—Yo voy.

—No fuiste invitado.

En ese momento, Lucien llegó a la cocina en busca de dulces.

—No puedes bromear con los dulces y luego no llevar los dulces, Ember. —
Se detuvo cuando vio la cara de Trace—. ¿Qué pasó?

—Nada, el señor McGrumpy17 no quiere que vaya a esta cosa de la campaña


el sábado, pero tengo que hacerlo.

—¿Cosa de los Michaels?

—Sí.

—Yo iré. La vigilaré, Trace, de hecho, incluso puede venir conmigo y yo la


llevaré a casa.

17
McGrumpy: (En español, El Sr. Gruñón) es un personaje del libro 27 de la saga Mr. Men
de Roger Hargreaves. El Sr. Grumpy es la persona más gruñona del mundo. Siempre está
de mal humor, odiando todo y a todos los que encuentre.
Trace se volvió hacia Lucien y yo me di cuenta de que no le gustaba, que
quería estar él allí, pero luego pareció aplacarse mientras extendía su
mano, y cuando Lucien la agarró, Trace dijo en voz baja:

—Gracias.

El sábado por la noche, me senté en el estudio de Charles y traté sin mucho


éxito de mantener mis ojos abiertos. El hombre era un maldito charlatán.
Oh, Dios mío, al hombre le gustaba hablar de sí mismo. Una mirada a
Caroline y Cal y supe que también ellos estaban luchando para mantenerse
despiertos. En lugar de centrarme en él, pensaba en la reacción de Trace
cuando salí a la sala de estar. Mi vestido era de David Meister18 con una
correa al hombro de cuentas, el otro sin mangas, y el vestido negro con
escote drapeado abrazaba mi figura hasta mis caderas antes de que la falda
estallara hacia el suelo. Mi cabello estaba recogido en un intrincado nudo,
344 los pendientes de mi padre colgado en mis oídos, y mis pies en sandalias
negras de tiras.

Tan pronto como Trace dirigió su mirada hacia mí, su boca cayó abierta y
luego se puso de pie y dio un paseo muy evidente y completo a mi alrededor;
sus dedos se arrastraron detrás en una línea por encima de mi hombro, a lo
largo de mi brazo y en mi vientre. Sus ojos estaban oscuros de deseo cuando
él vino a pararse justo delante de mí y entonces dijo:

—No puedes usar eso, Ember. ¿No tienes algún vestido negro de entrecasa
sin forma? O, mejor aún, una sudadera. No, no una sudadera, también luces
caliente en sudaderas.

—Trace, sé serio.

—Estoy hablando en serio. —Realmente frunció el ceño antes de añadir—:


No se merece estar en tu compañía y lo que realmente me crispa es que te
retiene de la mía.

—Lo siento.

18
David Meister: es un diseñador de moda estadounidense conocido por sus vestidos de
mujer.
Él tomó mi cara entre sus manos antes de soltar un largo suspiro y luego
dijo:

—No, yo lo siento, Ember, simplemente no te quiero cerca de ese hombre.

—Lo sé, pero Lucien estará allí.

—Sí, y esa es la única razón por la que vas y me importa una mierda si
suena controlador o alguna mierda así. No confío en ese idiota y seguro
como la mierda que no confío en él con la cosa más preciada en mi vida.

—Me comprometo a estar cerca de Caroline, Cal y Lucien.

—Si haces eso, Ember, cuando llegues a casa voy a ayudarte a salir de este
vestido.

Me sonrojé, él gruñó, pero nos salvamos a nosotros mismos por la llegada de


Lucien.

Sonreí para mis adentros al recordar que no estaba oyendo a Charles, lo


345 cual era bastante malo, y fue peor cuando al final me di cuenta de que
estaba hablando conmigo.

—Oh, lo siento. ¿Podría repetir eso?

Él lucía descolocado por eso, pero ofreció una vez más.

—Tengo algunos artículos publicados que me gustaría que revise para


poder obtener una mejor comprensión de mi política.

Genial, así que no sólo tengo que escuchar al charlatán, sino que también
voy a tener que leer sobre él. Mátenme.

Traté de sonreír cuando le contesté.

—Suena muy bien.

Si tuviera una pluma, estoy bastante segura de que me habría apuñalado a


mí misma en el ojo en ese momento. No, pensándolo bien, ¿por qué debería
privarme de los placeres que me esperaban en casa? Lo que debería hacer
es apuñalar a Charles en el ojo. Cuando realmente me encontré mirando
larga y fijamente a una pluma sobre el escritorio, mentalmente me sacudí a
mí misma lejos de ella.
Se puso a ello otra vez, hablando para oírse a sí mismo hablar, así que
comencé a buscar alrededor de su oficina. Había unas cuantas fotos en el
aparador y cuando las estudié mis ojos se sintieron atraídos por una de
Vivian. No era Vivian a quien estaba mirando, sino al collar que colgaba
alrededor de su cuello. Sospechaba que estaba tan solo fantaseando y
viendo algo que no estaba realmente allí, porque Charles estaba,
literalmente, aburriéndome hasta la muerte. Alejé mis ojos de la imagen y
los volví hacia Charles, justo al tiempo en que él terminaba.

Casi lloré de alegría y tan pronto como nos despedimos, y definitivamente


nos despedidos, fui en línea recta al bar para tomar una copa de vino.
Todavía estaba en medio de un sorbo cuando Lucien se acercó a mi lado
con una sonrisa tirando de su boca.

—¿Así de mal?

—... peor. —Entonces me di la vuelta completamente hacia él y le entrecerré


los ojos—. ¿Qué es exactamente lo que estás haciendo aquí? Pensé que no
te gustaba Charles Michaels.
346
—No lo hace, pero también soy un hombre de negocios y soy lo
suficientemente inteligente como para no mostrar mi mano hasta que esté
listo.

—Me recuerdas a Shrek, Lucien.

Sabía que lo había ofendido porque vi cómo su nariz se torcía fuera de sus
goznes.

—No soy en nada como Shrek.

—Tú eres, sin embargo, un montón de capas, como una cebolla.

—... ¿capas como una cebolla? Tú bebes en la adulación, Ember.

Sonreí y luego me incliné y susurré:

—... pero te ves como el Dios griego, Apolo.

Su sonrisa era malvada y afiladísima, antes de respondiera:

—Ahora, Ember, es más como me gusta.


En ese momento, Vivian se nos acercó y tuve que tomar un momento para
admirar el contraste de su traje de crochet Oscar de la Renta19 y de la seda
blanca volante de la blusa que combinaba con él. Una mirada a sus pies me
había dejado sonriendo ya que la mujer era claramente una esclava de la
moda, es que sus pies estaban cubiertos en Jimmy Choo20.

—Ember, estoy tan contenta de que hayas podido venir.

Se inclinó para besar mi mejilla y fue entonces cuando vi el collar. Me


hubiera gustado tener una imagen de ella, pero luego me di cuenta de que
los ojos de Vivian se habían trasladado a Lucien y no había reconocimiento
en esos ojos azules así que ofrecí las presentaciones.

No me di cuenta que Lucien estaba mirándome de manera constante hasta


que Vivian se alejó para saludar a sus otros invitados y luego se tiró a mi
lado y me preguntó.

—¿Qué estás tramando?

—¿Soy tan obvia?


347
Cruzó los más impresionantes brazos sobre su igualmente impresionante
pecho y sonrió.

—Puedo ver la burbuja sobre tu cabeza.

Me resistí a la tentación de sacarle la lengua y le dije:

—Me gustaría mucho tener una idea del collar que Vivian está usando.

Él no se molestó en ocultar su confusión y esto, por alguna razón, me hizo


sonreír cuando preguntó.

—¿Por qué?

—Quiero compararlo con algo. ¿Crees que de todos modos que podemos
obtener una imagen?

—Sí, pero entonces me lo debes.

Me incliné y le dio un beso en la mejilla.

—Trato.

19
Oscar de la Renta: famoso diseñador de modas.
20
Jimmy Choo: famoso diseñador de calzado.
Me senté en el coche de Lucien mirando la foto que él había tomado de sí
mismo con Vivian. No le pregunté cómo fue al respecto, y él no estaba
dispuesto a compartirlo, pero tenía una imagen del collar.

—¿Por qué estás interesada en ese collar?

Lo miré para ver que me estaba observando y ya que había sido un soldado
le dije sobre ello.

—Creemos que el padre de Trace conducía el coche que mató a mi madre.


Trace lo cree de todos modos y por eso él comenzó a cuidar después de mí.

La expresión de Lucien cambió, suavizándose, antes de decir.

—¿Qué edad tenía él?

—Dieciséis.

Lucien no dijo nada por un momento y luego ofreció.

—Eso demuestra un infierno de un montón de carácter.


348
—Lo sé.

Y luego dijo:

—Así que él realmente te vio por primera vez con, ¿qué, trece años?

—Sí.

Murmuró algo que sonaba muy parecido a bastardo con suerte antes de
decir.

—Por favor, continúa.

Sonreí antes de hacer precisamente eso.

—Recientemente nos enteramos que es muy posible que la una vez mejor
amiga de mi mamá estaba saliendo con el padre de Trace, que trabajaba en
una fábrica de Fishtown en ese momento.

Teresa, que era su nombre, desapareció después de que mi mamá murió,


pero me encontré con un par de fotos de ella entre las cosas de mi madre
el otro día y en las fotos Teresa lleva un collar muy similar a este. Estoy
segura de que no es nada, pero, en función de cómo nuestras familias
parecen estar vinculadas, quería ver más de cerca.
—Tiene sentido, ¿pero no fue el padre de Trace quien se casó con la
hermana de Charles?

—Sí, ¿por qué?

—Bueno, si él está casado con una heredera ¿qué diablos está haciendo
trabajando de obrero en una fábrica? —No tenía nada que decir a eso
porque era una muy buena pregunta y vi la leve sonrisa antes de añadir—:
Tú no pensaste en eso, ¿lo hiciste?

—No, ninguno de nosotros lo hizo.

Lucien se reclinó en su asiento y estiró sus largas piernas delante de él


antes de tirar las manos detrás de la cabeza.

—Creo que sería una valiosa adición a la pandilla-Scooby21.

Reflejé su postura antes de golpear el interruptor en el masajeador y cerré


los ojos.

349 —Bienvenido al equipo, Shaggy.

—Fred.

Volví la cabeza y me encontré con sus ojos azules riendo antes de decir.

—Bien hecho, Scrappy Doo22.

—Yo voy a ponerte sobre mi rodilla.

Me reí en voz alta, antes de decir.

—Hay una línea.

—Por eso, mi más querida Ember, no tengo ninguna duda.

Saque mi lengua hacia él y soltó una carcajada.

21
Pandilla-Scooby: referente a la pandilla de la serie ScoobyDoo.
22
Shaggy, Fred, Scrappy Doo: nombres de los personajes de la serie ScoobyDoo.
Trace estaba en la sala viendo la televisión cuando llegamos al
apartamento, pero tan pronto como entramos él estaba fuera del sofá. Vi la
mirada en sus ojos cuando me observó, y me gustó esa mirada, pero luego
vio a Lucien y su mirada cambió por completo.

Antes de que pudiera preguntar, le dije:

—Lucien se ha unido a la Pandilla-Scooby y me ayudó a hacer un poco de


reconocimiento esta tarde.

En la respuesta Trace produjo un ligero levantamiento de la ceja.

—Reúnete conmigo en la cocina.

Me apresuré a mi habitación y regresé poco después con la imagen de


Teresa, la puse sobre el mostrador y luego alcancé mi teléfono y puse la
imagen de Vivian. Coloqué mi teléfono al lado de la imagen, pero yo no
tuve que decir nada ya que Trace inmediatamente comenzó a estudiar los
dos cuadros y luego de repente dio un paso atrás.

350 —Hijo de puta.

—Es una coincidencia, ¿no es así?

—Claro parece como si lo fuese. —Lucien ofreció mientras él continuó


estudiando las imágenes.

Trace estaba yendo y viniendo, sus largas piernas lo llevaban a través de la


habitación en cuatro zancadas antes de verse obligado a dar la vuelta otra
vez.

—Si Teresa es Vivian entonces ella ha sido una mujer muy ocupada. Salió
con mi padre, ayudó a mi madre con dinero para el acceso a las drogas,
supongo, y más tarde se casó con mi tío. Así que, ¿cuándo fue exactamente
que ella y mi papá se encontraron? Y ¿era una coincidencia o fue todo
parte de su plan para tener en sus manos la fortuna Michaels?

—Necesito llamar a mi papá —le dije.

—Voy a llamarlo y llenarlo con ello —Trace dijo antes de acercarse y darme
un beso en la frente. Se volvió hacia Lucien y le tendió la mano

—Gracias por acompañar a Ember esta noche.

Lucien lo tomó de la mano antes de responder.


—Ha sido un placer, Trace.

Acompañé a Lucien hasta la puerta mientras Trace llamó a mi padre.

—Gracias por esta noche.

Lucien tomó mi mano para rozar sus labios con los nudillos antes de decir:

—Me daba miedo esta tarde, pero en cambio, resultó ser una muy divertida
y aventurera. Los contratos son hechos para que podamos impulsar a tu
padre, pero estoy adivinando, que después de que él hable con Trace,
estará en camino hacia aquí.

—Creo que tienes razón.

—Está bien, llámame y nosotros podemos concertar una cita en algún


lugar. Una vez que consigamos llevar a cabo la materia legal para que
podamos comenzar las cosas divertidas. Tengo algunos contratistas
alineados y tienen presentaciones para ti.

351 —¿En serio?

—Por supuesto. Tú eres el jefe, jefe.

—Estoy contenta de que Trent y yo nos aventuremos en ese club esta


noche.

Él sonrió antes de responder.

—Yo también.

Camine por el pasillo hacia el dormitorio sólo para encontrarme a Trace


sentado en la cama, con los codos apoyados en sus rodillas y la cabeza
entre sus manos.

—¿Trace?

—Tu padre y tío estarán aquí en la mañana.

—¿Estás bien?

Él me miro entonces y su respiración calmaba la gama de emociones que


destellaba en su rostro.

—Esto es un maldito vergo de mierda.

—Sí, creado por la codicia.


Me atrajo hacia él y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.

—Mi padre era un hijo de puta perverso y no obtuvo su merecido.

—Estoy de acuerdo pero, Trace, si Vivian fue compañera de Douglas...

—... lo sé, es muy probable que ella asesinara a mis padres.

Me subí la falda antes de sentarme a horcadas en su regazo. Apretando mis


labios en su cuello donde justo iniciaba su hombro mientras mis dientes
rozaban ligeramente antes de lamer el punto que había mordisqueado.

Sus manos se movían arriba y abajo en mi espalda antes de llegar al zíper y


empezar a bajarlo poco a poco, mientras sus manos buscaban mi piel
desnuda expuesta. Le toque la barbilla para levantar su mirada hacia la
mía.

—El lado positivo, Trace, nosotros nos encontramos por el vergo de


mierda.

352 Sus ojos ardían antes de fusionar su boca con la mía. El subió mi vestido
por mis brazos y luego me levanta y me pone en la cama mientras él seguía
tirando de la tela por mis piernas antes de que lo tirara en el respaldo de
una silla. Cuando sus ojos se volvieron a los míos para saber que sólo
llevaba un par de sandalias de tiras, se desnudó en tiempo record y cubrió
mi cuerpo con el suyo.

—Mis sandalias.

Su voz era más ronca cuando él dijo:

—No, se quedan ahí.

Envolvió mis piernas alrededor de su cintura, tomó mi cara entre sus


manos y tan pronto como su boca cubrió la mía, movió sus caderas y se
deslizo dentro de mí con una larga y suave estocada. Mis manos agarraron
sus bíceps mientras se movía tan profundamente dentro de mí y cuando él
me sintió tensa, apretándolo dentro de mí, se movió más rápido y más
profundo. Me vine y él se vino conmigo. Su rostro estaba en mi cabello
mientras su cálido aliento acariciaba mi cuello.

—Cierto, cuando estoy enterrado profundamente dentro de ti y soy parte


de ti, este es mi cielo.
Envolví mis brazos y mis piernas con más fuerza a su alrededor. El
presionó un beso en mi cuello y luego rodó hasta que estábamos tumbados
al lado del otro frente a frente. Mi pierna la puse en su muslo mientras él
me envolvía en sus brazos y mi cabeza descansaba sobre su corazón.

—Buenas noches, Trace.

—Dulces sueños, Ember.

Y juntos nos quedamos dormidos.

353
Capítulo 26
Traducido por GraceKelly & Electra
Corregido por francatemartu

M
e desperté con la sensación de ser exprimida hasta la muerte. Yo
estaba teniendo problemas para controlar el aliento porque se
sentía como bandas de acero estuviesen poco a poco
estrangulándome.

Le tomó un momento a mi cerebro dormido despertar y darme cuenta de


que estaba siendo aplastada por Trace que estaba atrapado una vez más en
una pesadilla.

354 Moví la cabeza y presioné mis labios en su tatuaje, el que recubre su


corazón.

—Trace, amor, despierta. —Pasé los dedos por su frente, por su nariz, a lo
largo de su mandíbula y sus labios.

—Despierta, cariño. —Me moví a continuación, fijándome en que sus


brazos estaban separados, así que podría incorporarme.

Me di cuenta de mis sandalias, lo que significaba que Trace debió de


haberse quedado dormido después de mí, y ese pensamiento me sacó una
sonrisa.

Apreté besos por toda su cara haciendo finalmente que despertara de su


pesadilla.

—... Ember? —Su voz era ronca por el sueño.

—Estabas teniendo una pesadilla. —Abrió los ojos mientras se concentraba


en mí y sonrió.

—Me gusta ser despertado así sobre todo cuando estás vestida tan
hermosa como lo haces.
Me miré a mí misma dándome cuenta que no llevaba una prenda de ropa y
yo no estaba en absoluto avergonzada por mi desnudez. Mis ojos se
volvieron hacia él antes de preguntar:

—¿Estás bien?

—Sí.

—Trace, ya sabes que si alguna vez quieres hablar de algo yo estoy aquí,
¿verdad?

—Lo hago, lo sé.

—... en cualquier momento y en cualquier lugar. Incluso si estoy trabajando


y tienes el repentino impulso de hablar, voy a dejar el trabajo por ti. Me
llevo bastante bien con el jefe.

Sus ojos se encendieron mientras pasaba el dedo por mi pezón


convirtiéndolo en un pico estrecho. La sensación de cuando se vio a sí
mismo en lo que estaba haciendo apretó con fuerza el deseo en mi
355 estómago.

—Eres tan hermosa. —Se movió tan rápido cambiando nuestras posiciones
inmovilizándome a la cama antes de que bajara su cabeza y apretara sus
labios contra mi tatuaje.

Sus ojos eran salvajes cuando levantó la cabeza y luego se movió más
abajo por mi cuerpo antes de levantar mis piernas para que cubriera sus
hombros. Intenté apartarme de él, porque me daba vergüenza, pero luego
sus labios me tocaron en lo más íntimo de mí, con besos que efectivamente
tenían los ojos rodando para arriba hasta la parte posterior de mi cabeza.
Me perdí por completo en él y en sus más excelentes atenciones.

A la mañana siguiente, me desperté en una cama vacía y mientras me


estiraba pensé en la pesadilla de Trace. Yo le preguntaba en lo que estaba
soñando y me hubiera gustado que él hablara conmigo al respecto.
Después de la pesadilla, Oh mi…, estaba sonrojada pero… Oh Señor, había
sido espectacular. Me di la vuelta mientras sonreía. Cerré los ojos y volví a
dormirme.
—Despierta, dormilona. Tu padre y tu tío van a estar aquí en una hora.

Abrí los ojos para ver a Trace de pie delante de mí. Se había duchado
porque aún tenía el pelo mojado pero no se había terminado de vestir, sólo
se había puesto un par de jeans.

—Ember, cariño, levántate a brillar.

—No.

Él se agachó junto a la cama y sonrió.

—A mí me parece que necesitas una ducha para ayudarte a despertar.

Y sin más preámbulos, me levantó en sus brazos y me llevó al cuarto de


baño.

—Trace, me gusta dormir.

—Umm —fue todo lo que dijo mientras me sujetaba con un brazo mientras
trabajaba la ducha y probaba el agua. Me tomó un momento apreciar el
356 hecho de que él estaba sosteniendo todo mi peso con un solo brazo, pero
entonces entró a la ducha conmigo, con pantalones y todo.

—Trace, ¿qué estás haciendo?

Su sonrisa era tan diabólica antes de que respondiera:

—Voy a lavar tu espalda.

Me senté a la mesa de la cocina con una espalda muy limpia, cuando una
sonrisa tiró de mi boca pensando en Trace lavándome por completo. Me di
cuenta del brillo malicioso en sus ojos, cuando se volvió a mirarme por
encima de su hombro, él estaba pensando en eso también.

—¿Qué estás preparando?

—Una frittata. Es similar a una tortilla con carnes, verduras y quesos


mezclados con huevo.

—Eso suena delicioso, Trace.


Se movió para colocar la frittata en el horno antes de volverse hacia mí, se
inclinó y me dio un beso en el cuello.

—No tan sabroso como tú, dulzura. —Me lamió el cuello desde mi hombro
hasta mi oído donde mordisqueó mi lóbulo antes de susurrar:

—Tu sabor es mi favorito en todo el mundo.

Pequeños deliciosos escalofríos barrieron a través de mí y mis rodillas se


debilitaron. Por suerte, yo ya estaba sentada y entonces el timbre de la
puerta sonó.

—Salvados por la campana —susurró mientras me dio un beso en el cuello


antes de que empezara a salir de la cocina, pero mi declaración con la voz
suave le detuvo.

—Tú me haces tan feliz, más feliz de lo que nunca imaginé posible.

Se dio la vuelta y se acercó de nuevo a mí antes de agacharse y apoyó las


manos en las rodillas. Habló con tranquila convicción diciendo:
357
—... y tú eres mi todo.

Comenzó a inclinarse para besarme, pero el timbre volvió a sonar. Él rozó


sus labios sobre los míos antes de levantarse.

—Lo dejamos para después, cariño.

—Por supuesto.

Tomó mi mano y me levantó mientras caminábamos junto hacia la puerta


principal. Tan pronto como Trace abrió la puerta nos recibió los ojos de
dos hombres muy infelices.

—Papi —susurré mientras me acerqué y envolví mis brazos alrededor de él.


Estaba casi temblando de la emoción, pero cuando sus brazos me rodearon
me relaje.

—Emmie, mi niña —susurró.

Trace estrechó la mano de mi tío y cuando me di la vuelta para saludarlo,


Trace llevó a mi padre a la cocina donde seguían las fotos en el mostrador.
Me quedé atrás de Trace y vi como los dos estudiaban las fotos y mi padre
dio un paso atrás reaccionando ante ellas de la misma forma que Trace lo
había hecho.
—Dios, maldición.

Mis ojos se movieron de mi papá al tío Josh.

—¿Has hablado con el Dr. Cavanaugh y el Dr. Grant?

—Sí.

Nos instalamos en la mesa cuando Trace colocó en un plato la frittata y


una ensalada de frutas y mientras comíamos mi tío nos llenó de
información.

—Obviamente, Grant no estaba interesado en desenterrar tu pasado, sobre


todo porque sus acciones fueron poco éticas. Sin embargo, después de
mucha pose y las repetidas promesas de mi parte de que me importa un
bledo sus acciones, admitió dar a Teresa las escrituras. Por parte del Dr.
Cavanaugh, al parecer Mandy fue a hacer preguntas con respecto a la
protección de los menores y de las medidas necesarias para involucrar al
Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

358 Llamé a DHS después de mi encuentro con el Dr. Cavanaugh y había un


archivo abierto, pero antes Mandy pudo darles todos los detalles, ella era...

No terminó la frase, él no necesitaba hacerlo. Sentí las lágrimas, pero no las


dejé caer porque miré a Trace que tenía la mirada perdida mientras sus
ojos ardían. Mi tío habló pero mis ojos se quedaron en Trace que había
bajado la cabeza mientras escuchaba.

—Hice un poco de investigación y descubrí que Douglas, al igual que


Teresa, eran de una ciudad pesquera local y, más interesante, que se
conocían desde que eran niños. La amistad de Teresa con Mandy realmente
no comenzó hasta que Mandy inició su grado de enfermería.

Aparte mis ojos de Trace para mirar a mi tío.

—Eso sin duda encaja en su modelo. Creo que Teresa tiene que haberse
estado regodeando con Mandy y por eso puso a Mandy en el rastro. Creo
que ella fue a la casa de Trace ese día para ayudar a su madre, pero su
enfoque cambio después de la visita; que ella estaba trabajando para lograr
sacar a Trace y su hermana fuera de la casa.

Trace levantó su cabeza en ese momento y su cara estaba devastada por la


culpa.
—La cosa es, Trace, que la única manera de que Mandy podría saber que tú
y tu hermana estaban en peligro era por tu mamá.

Inhale casi dolorosamente, pero mis ojos nunca dejaron a Trace mientras
mi tío continuaba:

—Tu mamá estaba tratando de hacer lo correcto.

—Lo que no entiendo es si el objetivo de Mandy era mantener a Trace y


Chelsea a salvo, ¿por qué matarla?

También el pensamiento que Teresa mató a Douglas y Victoria tampoco


tenía mucho sentido, desde que Teresa se movió hacia un pez grande y
obtuvo a Charles. Ella consiguió exacto lo que quería, así que no tenía
motivo. Douglas estaba detrás de Teresa y desde que ella lo había dejado,
puedo ver que podría haber provocado los celos de Douglas pero no al
revés.

Esto viene de mi papá, pero yo estaba demasiado ocupada pensando en mi


mamá mientras una ola de orgullo por ella se apoderó de mí. Estaba
359 tratando de ser el ángel vengador de Trace y Chelsea. No era alguien que
veía, escuchaba o hablaba mal pero trataba de hacer las cosas correctas y
sabía esto me hacía sentir incluso un mayor amor por ella. Trace, sin
embargo, claramente no estaba pensando de la misma manera, cuando
intentaba pararse, pero mi padre paró esa acción con una mano en su
hombro.

—Quiero decir algo, Trace, y les pido que por favor me escuchen.

Trace se sentó de nuevo, pero no se veía feliz.

—Mandy era mi vida. Lo que sentía por ella era exactamente lo que tú
sientes por mi hija. Nos pertenecimos el uno al otro desde el momento que
nuestros ojos se posaron el uno al otro. Cuando la perdí en ese accidente
sin sentido casi me deshice, pero sabiendo que ella estaba tratando de
hacer lo correcto —que murió como vivió con honor y un indomable
sentido del bien y del mal—. Eso no me hace más fácil de aceptar su
muerte. Con todo eso dicho, todo lo que me queda de Mandy está en
Ember.

—Lo entiendo, señor. —Trace empezaba a levantarse de nuevo pero mi


papá lo detuvo.
—No obstante, Trace, déjame terminar. Amo a Ember con todo lo que soy;
ella es mi vida, y no solo alguien que hará algo por ella. Como padre tú lo
entenderás cuando tú y Ember tengan una hija. ¿Cómo vas a saber que
nadie va a ser lo suficientemente bueno para ella y como a pesar de todo la
vas a dejar? Trace hijo, mírame.

Trace lo hizo y vi las lágrimas en sus ojos mientras escuchaba a mi padre.

—Lo que estoy tratando de decir es que cuando te miro veo a mi esposa.
Veo a una persona de integridad y honor increíble. Lo que no veo es al hijo
de puta que era tu padre y no sé cómo hacer para que tu entiendas que —
para que veas que no eres nada como el hombre que dono su esperma—
excepto para ponerlo en términos que tú puedas entender. —Mi papá
encontró y sostuvo la mirada de Trace antes de seguir—: Sería un honor
que te llame hijo.

Mi padre puso su mano sobre el hombro de Trace antes de añadir:

—Tú, Trace eres muy, muy digno.


360 Trace solo se sentó allí, con la cabeza baja, y luego vi el temblor en sus
hombros y me di cuenta que estaba llorando. Me puse de pie para ir hacia
él, pero mi padre me golpeó en ellas mientras él bajaba sobre sus caderas,
envolvió sus brazos alrededor de Trace, y le ofreció su hombro. Cuando
Trace —grande, fuerte y duro Trace— se giró y envolvió sus brazos
alrededor de mi padre y realmente lloró en el hombro de él, me puse a
llorar en serio porque sabía que, de alguna manera, mi padre finalmente
había llegado hasta él.

Mi padre y mi tío se fueron después del desayuno, desde que ellos querían
hacer un seguimiento de algunas cosas, pero mis pensamientos estaban en
Trace. Él estaba en su despacho, había estado desde la conversación con mi
padre, así que después de limpiar el desayuno, caminé por el pasillo y
llamé a la puerta. Él no contestó, así que entré y lo encontré detrás de su
escritorio. Se apartó de mí, mirando por la ventana afuera, pero sabía que
él era consciente de mi presencia, ya que no era posible para nosotros estar
en la misma habitación y no sentirnos el uno del otro en todos los niveles
inimaginables.

—Mis pesadillas, las recientes, no son sobre mi pasado o mi papa... —


entonces se giró y me miro directamente a los ojos—... eran sobre perderte.
Por veintiocho años creí que era un bueno para nada y era autodestructivo
porque en el fondo creía que no era digno, y entonces entraste en mi vida.
Alguien que perdió tanto a causa de la depravación de mi familia y sin
embargo estabas tú, incluso sabiendo lo que nos unía, me hiciste sentir
bien sobre mí mismo y me dio esperanza de creer que no era un inútil
pedazo de mierda.

Entonces se paró y vino alrededor del escritorio y me empujo en sus


brazos.

—Tu mama trató de rescatarme pero fuiste tú quien me salvó, Ember. La


hija de la mujer asesinada por mi familia es quien me salvó.

—El destino Trace.

—Nunca he creído en el destino, pero creo que tienes razón. —Me dio un
beso en la nuca, antes de bajar sobre una rodilla.

—Esto no era lo que había planeado para preguntarte. Tenía la intención de


subir al escenario y hacer un gran gesto pero mis sentimientos por ti
corren profundamente que pienso que esta manera es más apropiada.
361
Metió la mano en su bolsillo por una pequeña cajita de cuero negro. Mi
corazón latía con fuerza en mi pecho mientras Trace la abrió para revelar
un hermoso anillo de platino y diamante de corte oval. La visión de esto
que sostenía en sus manos hizo que se llenaran mis ojos de lágrimas.

—Hay muchas razones que podría nombrar de por qué te quiero en mi vida
pero las tres más importantes son que te respeto, te admiro y te amo.
Cásate conmigo Ember.

Mis lágrimas se derramaban por mi cara cuando levanté mi mano


temblorosa y observé, con amor, mientras Trace deslizaba el anillo en mi
dedo.

—Sí, me casaré contigo.

Se puso de pie y me envolvió en sus brazos, me levantó y dio vueltas en


círculos.

—Tú no te arrepentirás, Ember, te haré delirantemente feliz: cada segundo


de cada día.

—Ya lo haces.
Capítulo 27
Traducido por Mir & Elena Ashb
Corregido por Merlu

M
ás tarde ese día, mi papá y yo estábamos revisando el contrato que
Lucien había enviado por mensaje, mientras Trace y mi tío iban a
recoger a Chelsea.

—Creo que es una idea maravillosa, Ember. —Me miró y sonrió antes de
preguntar—: ¿Voy a conocer a este misterioso Lucien Black?

—En realidad... —el timbre de la puerta sonó—... sí.

Me acerqué a la puerta y la abrí para Lucien. Entró en el apartamento y


362 tomó mi mano pero se detuvo al ver el anillo en mi dedo. Sus ojos se
movieron a los míos mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

—Felicitaciones.

—Gracias.

Él rozó sus labios sobre mis nudillos y luego su atención se trasladó a mis
espaldas. Di un paso atrás y mantuve la mano de Lucien mientras me volvía
hacia mi padre.

—Papá, Lucien Black, Lucien mi padre Shawn Walsh.

—Hola, señor, es muy agradable conocerlo —dijo Lucien mientras


caminaba hacia mi papá y le tendía la mano.

—Por favor, llámame Shawn. Es un placer conocerle. Ember y yo estábamos


revisando el contrato que ha enviado. Gracias por ayudarla a que esto sea
posible.

Los ojos de Lucien encontraron los míos antes de decir:

—Es un placer.

Mi padre sonrió y luego agregó:


—Yo no soy abogado, pero el contrato se ve bien para mí, de hecho, parece
como si hubiera sido escrito con los intereses de Ember en mente y no los
tuyos.

La respuesta de Lucien a eso fue decir:

—Ella es mi amiga.

—Ya lo firmé, así que supongo que podemos programar las reuniones con
los contratistas —dije.

—Por supuesto. ¿Cuándo estás libre?

—En cualquier momento. Estoy ansiosa por echar a rodar la pelota.

—¿Qué tal mañana?

—Perfecto.

—¿Vendré por ti alrededor de las once?

363 —... suena muy bien.

Se volvió hacia mi padre.

—Fue un placer conocerlo, señor, quiero decir Shawn.

—Igualmente, Lucien…

—Espera, ¿puedes quedarte? Vamos a tener una pequeña cena de


celebración, quédate.

—No quiero molestar.

—No lo harás, quédate —insistí.

Su sonrisa se amplió deslumbrante antes de decir:

—Me encantaría.

Llamé a Rafe, Luke y Trent así para cuando Trace y mi tío volvieron a casa
con Chelsea, teníamos cinco personas más en el apartamento. Todos
estábamos en la cocina preparando la cena. Kelly estaba loca por mi anillo,
y era incluso más impresionante por haber sido colocado en mi dedo por
Trace. Tan pronto como Chelsea entró en la cocina, corrió derecho hacia mí
y me envolvió con sus brazos.
—Vas a ser mi hermana de verdad.

—Sí.

—Siempre quise tener una hermana. —Chelsea se alejó, su sonrisa era


realmente conmovedora.

—Chelsea, me gustaría presentarte a mi padre. —Los ojos de Chelsea se


trasladaron a mi padre y vi como el nerviosismo la llenaba pero se acercó a
él y le tendió la mano.

—Hola, señor.

La mirada en el rostro de mi padre mientras miraba a Chelsea casi me


rompió el corazón porque sabía que él estaba pensando en todo lo que ella
había sufrido. Él se movió para tomarla entre sus brazos y la vi tensarse, vi
como Trace reaccionaba, y luego de repente sus brazos se alzaron para
envolverse alrededor de mi padre también y desde ese momento Chelsea se
volvió como una segunda hija para él.

364

Al día siguiente, Lucien y yo nos encontrábamos en nuestro edificio recién


comprado mientras cuatro contratistas diferentes presentaban sus visiones
para nosotros. Me gustaban todos, pero McAllister Associates, era el más
cercano a lo que yo imaginaba.

Mientras Lucien trabajaba en los detalles, me tomé un momento para


pensar en la noche anterior. Les habíamos enseñado a mi padre y mi tío el
Wii y se habían vueltos adictos en sólo un rato; de hecho, no me
sorprendería que compraran su propia Wii al regresar a casa.

Lo que me gustó realmente fue ver a Trace y Chelsea, porque tenían una
familia ahora. Los diez éramos una familia y para dos personas que
realmente nunca habían tenido la experiencia, era tan agradable verlos
florecer a causa de ello.

Miré alrededor del depósito abandonado y no podía esperar a ver la


transformación. No podía esperar a sentarme en la primera fila para la
primera clase de cocina de Trace. El pensamiento de él, el luchador
tatuado, enseñando a un montón de gente a preparar pasta ponía una
sonrisa en mi cara. Siempre tendría el borde duro, esa calidad intocable de
su personalidad porque era quien era, pero ser parte de hacer su sueño
realidad, sí, no podía esperar mucho para ver eso.

Vi a Lucien mientras mis pensamientos se desviaban a los padres de Trace.


La noche en la que Trace rogó por ayuda, su madre no le respondió,
obligando básicamente a Trace a ayudar a su hermana por sí solo: una
acción que les llevó a salir de la casa en la misma noche que los padres de
Trace eran asesinados. Era demasiado improbable que fuera un sencillo
allanamiento de morada. Había sido intencional y cada vez que reproducía
los escenarios en mi cabeza, lo único que tenía sentido para mí era que
Victoria se negó a ayudar a sus hijos porque los quería fuera de la casa; los
quería fuera de la casa porque tenía la intención de hacerse cargo de su
marido, personalmente.

Y si se tenía en cuenta que ella estaba tratando de ayudar a mi madre para


salvar a sus hijos, sí, creo que Victoria asesinó a Douglas, pero lo que no
sabía era quién demonios mató a Victoria y ¿por qué?

Sin embargo, no quería compartir esta sospecha con Trace porque tenía
365 más que suficiente a lo que hacer frente en ese momento, pero sí se lo
comenté a mi tío y no me sorprendí al saber que él estaba pensando en la
misma línea. De todos los jugadores en el juego, ninguno de ellos tenía un
motivo para matar a Victoria, por lo que era más que probable que su
asesino aún estuviera por ahí; un desconocido.

En la muerte de mi madre, sabía que la evidencia que Trace descubrió


señalaba a Douglas, más concretamente a su auto, pero no estaba tan
segura. El hombre no parecía tan particular. Era depravado pero no
exigente y aunque era una basura, no me parecía un asesino. Yo no estaba
tan convencida de que estuviera detrás del volante de ese auto, pero quien
quiera que fuera, él lo conocía o, al menos, tenía acceso a su auto.

Casi desde el principio, Trace y mis familias estaban vinculadas y, aunque


la conexión no era una buena, sin ella, yo nunca lo hubiera conocido. Me
apenaba profundamente por todo lo que él y Chelsea habían sufrido, por
todo lo que mi papá, el tío Josh y yo habíamos pasado, pero al final, yo
tenía a Trace. Fui sacada de mis pensamientos cuando escuché a Lucien
decir:

—Ya hemos terminado aquí, Ember.

―Está bien.
Me levanté y me dirigí hacia él mientras tomaba mi mano y ofrecí:

―El trabajo comienza en una semana.

―¿Cuál es su estimación de tiempo?

―... cinco meses.

―¿Así que tal vez podamos abrir a principios de noviembre?

―Sí.

―Genial.

Esa noche, me paré en la esquina de Trace con mi padre y mi tío viendo a


Trace luchar y tuve que decir que me encantó ver mi nombre sobre su
corazón, y tan pequeño como era, realmente me gustó que todas las demás
chicas en la habitación lo vieran también.

Aún mejor, entre todos los asaltos, él caminó hacia mí para darme un beso,
duro en la boca, apostando aún más su derecho sobre mí y el mío en él. No
366 hacía ni siquiera un año que estábamos juntos, pero él estaba tan
profundamente entrelazado en mi vida que no me podía imaginar la vida
sin él.

Mientras lo consideraba, tuve un ligero pensamiento de Lena. Me


preguntaba si aún seguiría con Todd: la relación más autodestructiva que
hubiera visto jamás. Y también pensé en que Todd y Dane eran perfectos,
con su educación universitaria y sus prósperas familias. Sin embargo, Trace
era de lejos el hombre y el ser humano superior. Tal vez Trace finalmente
estaba viendo que él no era quien era debido a lo que le rodeaba, a pesar de
ello.

Trace se acercó a mí con ese paso desgarbado característico de él. Sabía


que había ganado el partido, pero no estaba pensando en eso mientras
envolvía mis brazos alrededor de su cuello y lo besaba. Había una sonrisa
en su rostro cuando retrocedió, mientras me acariciaba la cara con sus
dedos.

―¿Qué fue eso? ―preguntó.

―Te amo.

Cogió mi mano que llevaba su anillo y le dio un beso.


―Me encanta ver que te pones esto.

―Me encanta usarlo.

Rafe se acercó sonriendo como un tonto.

―Seré el padrino, Ember.

Miré a Trace.

―¿Le preguntaste?

―En realidad no me dio la oportunidad, se la ha pasado regañándome


como a una colegiala. Finalmente cedí porque no podía soportarlo más.

A pesar de sus palabras, él estaba mirando a Rafe con afecto. Yo había


aprendido de Trace que Rafe fue la primera persona que había conocido
cuando se mudó a Nueva York a la tierna edad de quince años. Ninguno de
los dos tenía familia y estaban por su cuenta, por lo que la desesperación
los juntó, pero la amistad los mantuvo unidos.
367 Rafe también había sido parte integral, no sólo en que Trace y yo
empezáramos a salir, sino también en que aún siguiéramos juntos. No
podría pensar en ningún otro padrino que acompañara a Trace en nuestra
boda.

―Tenemos que fijar una fecha, Ember ―dijo Trace.

―Por mí, tan pronto como sea posible, pero la capilla no está disponible
hasta octubre.

―¿Octubre qué?

Miré a mi padre antes de contestarle a Trace.

―... 31.

―Hecho.

Lo miré asombrada.

―En serio, ¿estás de acuerdo con que nos casemos en Noche de Brujas?

―Por supuesto.

Mi padre gritó como un vaquero mientras cogía el teléfono.


―Voy a llamar al pastor.

Yo estaba sonriendo ante el entusiasmo de mi padre cuando volví mi


atención a Trace y dije:

―Sólo tenemos unos pocos meses para organizar todo esto.

―Siempre y cuando digas Acepto no me importan los detalles.

―Necesito un vestido.

―No estoy tan seguro, el atuendo que usaste en mi cumpleaños podría


servir. ―Me sonrojé y sus ojos brillaron con fuego―. Sí, ese conjunto de
ropa más ese rubor será perfecto.

―Eres incorregible.

―Sólo contigo ―susurró antes de que su boca cubriera la mía.

Esa noche Trace, mi padre y mi tío estaban sentados en la sala de estar


viendo un partido de béisbol, mientras yo trabajaba en la oficina. Estaba
368 buscando vestidos de boda. Tenía la esperanza de llevar el de mi madre,
pero ella no tenía uno.

Ella y mi padre habían ido al registro civil y como atuendo se había puesto
un vestido blanco muy sencillo y su velo habían sido margaritas blancas en
el pelo. Yo quería el vestido perfecto que me reflejara y aquí estaba
buscando en Google vestidos de boda. Agradecía con alivio cuando mi
celular sonó alrededor de una hora en mi búsqueda. Eché un vistazo a la
pantalla y distraídamente noté que el número era una llamada privada.

―Hola.

No hubo respuesta, pero pude oír a la persona respirar sobre la línea.


Esperé a que la persona se disculpara por llamar a un número equivocado
o simplemente colgara, pero no, quienquiera que fuese quedó en la línea,
eso era más que un poco espeluznante.

―¿Quién está ahí? ―No puedo creer que pregunté eso, una frase que había
visto infinidad de veces en las películas de terror y cada vez servía para
asustarme como el infierno. Si la persona quería que supiera quien estaba
en el otro extremo de la línea, no se quedaría en silencio.
Sólo puedo ofrecer la excusa de que me asusté un poco, y mi cerebro hizo
un cortocircuito, la experiencia dándome una nueva apreciación de las
innumerables víctimas del cine. No dije otra palabra y colgué el teléfono.

369
Capítulo 28
Traducido por nelshia & Mona
Corregido por Carosole

L
as llamadas de broma continuaron durante los próximos días, así que
tenía que decirle a Trace. Él estaba en su oficina cuando entré y tan
pronto como me vio, una sonrisa se dibujó en sus labios.

—Hola, preciosa.

—Hola. ¿Tienes un minuto?

—... para ti, siempre.

370 No pude evitar sonreír antes de instalarme en la silla frente a él.

—He estado recibiendo llamadas de broma en mi teléfono celular.

Su sonrisa se desvaneció cuando una dureza entró en su expresión.

—¿Por cuánto tiempo?

—Los últimos cuatro días. Nadie habla, pero puedo oírlos.

Sabía que había mucho pasando por la cabeza de Trace, pero en el exterior
permaneció sorprendentemente tranquilo.

—¿Puedo tomar tu teléfono? Puedes usar el mío por ahora.

—Claro. ¿Qué estás pensando?

No pensé que me fuera a responder, pero lo hizo.

—Quiero tratar de rastrear las llamadas.

—¿Crees que es Dane?

—Lo hago y si puedo conseguir una prueba de que te está acosando eso es
un paso en la dirección correcta.
—¿Por qué crees que está tan obsesionado conmigo? Entiendo por qué me
eligió. Encajo en su perfil, pero ¿por qué todavía me persigue?

—No lo sé, pero sus acciones se parecen mucho como a las de un niño
malcriado que no se sale con la suya y por eso hace un berrinche hasta que
lo haga. Tengo la sensación de que todo lo que lo está alimentando tiene
menos que ver contigo, especialmente, y más que ver con su ego.

—Está loco.

Trace se levantó y caminó alrededor de su escritorio antes de alcanzar a mi


mano y tirar de mí en sus brazos.

—Lo está, Ember, y es por eso que tienes que tener mucho cuidado.

Un escalofrío de miedo se abrió camino por mi espalda causando que me


aferrara a Trace con más fuerza.

—No voy a dejar que te pase nada —prometió.

371 —Lo sé.

Una semana más tarde, me olvidé de todo sobre las llamadas telefónicas ya
que mi mente estaba ocupada en otro lugar, la planificación de mi boda.
Sonreía cada vez que pensaba en la propuesta de Trace, cada palabra de
estaba grabada en mi cerebro. Él siempre se mantenía al margen de los
demás, pero para mí era cariñoso y muy generoso con su afecto. Realmente
no era de extrañar por qué me gustaba el hombre hasta la distracción.

Un grupo de nosotros estábamos en Sapphire y mientras los chicos


hablaban, pensé en Lena. Ella había estado en mis pensamientos desde las
llamadas telefónicas. A pesar del hecho de que era una perra, me pregunté
cómo estaba y si todavía estaba con Todd. No entendía cómo alguien podía
cambiar tan drásticamente, pero según mi papá, Lena no había cambiado
en absoluto, simplemente apenas me había dado cuenta. A veces la echaba
de menos, bueno, extrañaba a la chica que pensaba que era. Había sido una
parte muy importante de mi vida durante tanto tiempo que se sentía
extraño que no nos habláramos en absoluto.

—¿Estás bien, Ember?


Me volví al oír esa voz mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios.
Mirando a esos ojos azul acero siempre hacía a mi corazón latir un poco
más rápido.

—Lo estoy, sí.

Trace tocó un mechón de mi cabello antes de que arrastrará su dedo hacia


abajo a lo largo de mi mandíbula.

—Te ves perdida en tus pensamientos.

—No es nada importante.

Su mano tomó la mía.

—¿Bailas conmigo, cariño?

—Sí, por favor.

Sonrió mientras se levantaba antes de jalarme para seguirlo. Me llevó a la


pista de baile mientras su pulgar jugaba con su anillo en mi dedo. Lo miré
372 mientras decía:

—Octubre no puede llegar lo suficientemente rápido.

—Estoy de acuerdo. Diría que sólo deberíamos fugarnos pero eso sería
romper el corazón de mi padre.

—... es cierto. —Llegamos a la pista de baile y Trace se giró hacía mí antes


de envolver sus brazos alrededor de mi cintura para jalarme contra su
cuerpo duro.

—¿Alguna idea de dónde quieres ir de luna de miel?

—Lo hago en realidad, pero sólo quiero decir que mi respuesta podría estar
en cualquier parte contigo y me encantaría.

—Ese sentimiento es mutuo, Ember, pero si tienes una preferencia quiero


oírla.

—Pensé que sería bueno ir más al norte de Massachusetts, ya que va a ser


otoño.

—¿Algún lugar en particular?

—... Marblehead, siempre he querido ir.


—Hecho.

Incliné mi cabeza y le sonreí.

—¿Sólo así?

Me atrajo aún más cerca hasta que su cabeza bajó de manera que su boca
quedó a poco más de la mía antes de susurrar:

—Teniendo en cuenta que planeo mantenerte desnuda y en la cama


durante la mayor parte de nuestra luna de miel, cualquier lugar funciona
para mí.

Me sonrojé hasta el nacimiento de mi pelo y Trace sonrió como el gato que


acaba de comerse al canario.

—Tienes esa habilidad con las palabras, Trace.

Miró positivamente perverso en respuesta a que a medida que rozó sus


labios sobre mi mejilla hasta mi oído y susurró.
373 —Si te gustan esas palabras, tengo algunas más.

En el momento en que había terminado, estaba de color rojo remolacha y


totalmente caliente. Él lo sabía, también, cuando sus ojos ardían con el
fuego antes de que su boca se estableciera con firmeza sobre la mía. Algún
tiempo después, cuando Trace se apartó de mí, estaba pensando en la
primera vez que lo vi. Más específicamente, estaba pensando en él
haciéndome lo que había estado haciendo con esa mujer. Leyó mis
pensamientos, como tenía la costumbre de hacer, y una sonrisa diabólica
se extendió por su cara.

—Por mucho que me encantaría tomarte en la parte trasera y seguir mi


camino contigo, te mereces algo mejor que un polvo rápido contra la
pared.

Mi voz estaba más ronca cuando le respondí.

—Por el contrario, pienso que eso suena casi simplemente perfecto.

Se inclinó por lo que su boca estaba justo sobre la mía.

—Te llevaré a casa y podemos hacerlo de la forma que desees, contra la


pared, en la cocina, en la ducha... —Su boca cubrió la mía mientras me
mordía el labio inferior y lo chupó antes de añadir—: O todo lo anterior.
—Oh, Dios mío.

Se estaba riendo mientras salíamos de la pista de baile.

—Esto parece estar convirtiéndose en un hábito, Trace. ¿Estás


deliberadamente tratando de seducirme cada vez que estamos fuera?
Tengo que ir a salpicar mi cara con agua fría, una vez más.

Sonrió y tuve mi respuesta: sí, lo estaba haciendo a propósito.

—Pagaré nuestra cuenta. No llevará mucho tiempo, Ember.

La mirada en sus ojos casi me hacía querer tomarme mucho tiempo sólo
para ver lo que haría.

Estaba haciendo mi camino a través de la multitud, cuando de repente una


mano se envolvió alrededor de mi brazo y me jaló hacia atrás.

—No hagas una escena, Ember —ronroneó la voz suave como la seda de
Dane en mi oído, mientras mi corazón empezaba a latir frenéticamente en
374 mi pecho. Estaba aterrorizada, pero estaba a punto de hacer la más grande
jodida escena por siempre hasta que añadió—: Vamos a salir de aquí y si
atraes cualquier atención hacia nosotros mi siguiente parada será en
Westchester. ¿Soy claro?

Chelsea. Toda la lucha desapareció de mí mientras negaba con la cabeza.

—Chica inteligente. Dame tu bolso.

Mi mano temblaba mientras se lo pasaba. Se guardó mi identificación antes


de dejar caer el bolso y el resto de su contenido en el suelo.

—Nos habremos ido mucho antes de que alguien lo encuentre.

Su apretón en el brazo se tensó cuando me empujó hacia la salida trasera.


Estaba tranquilo y totalmente en control y supe que todo lo que Lucien
había dicho de él era cierto. Era un sociópata, había hecho esto antes y era
jodidamente inteligente. ¿Si algo me pasara, Trace alguna vez se
recuperaría? Por fin era feliz, poniendo las pesadillas del pasado detrás y
tenerlo empujando esto de nuevo justo en su cara por este hijo de puta
casi me tenía mordiendo, pataleando y arañando a Dane. Me llevó al
callejón oscuro detrás del club donde un coche esperaba.

—No te sientes muy habladora Ember, ¿o sí?


Miedo o no, quería estampar mi puño en su cara.

Mi cara debe haber estado mostrando mi repulsión porque se acercó más y


se burló.

—Teniendo en cuenta tus antecedentes, Ember, realmente piensas un


montón de ti misma.

Mi temperamento se disparó y hablé sin pensar.

—Y teniendo en cuenta el tuyo, eres un pedazo de mierda.

Estábamos llegando al coche cuando Dane me golpeó contra él, seguido por
una bofetada con la mano abierta en la cara. Santo infierno, que dolor.

—Tienes un poco de descaro, pero te voy a romper. Debo agradecerle a


Lena por atraerte a mi atención, hablándome de su compañera de
habitación reservada que estaba lejos de casa y pasaba sus fines de semana
leyendo. Incluso me dijo durante la conversación que eras virgen. Creo que
su intención era hacerse ver mejor haciendo una lista de todas las áreas
375 que te faltaban. Ella me quiere, ves... incluso se me ofreció una noche
mientras Todd estaba ocupado jugando. En realidad, me jaló al baño de
hombres en el club en el que su novio estaba jugando póker, cayó de
rodillas y, bueno… soy un caballero, así que no detallaré lo que siguió, pero
he de decir que la mujer no tiene reflejo nauseoso. Lamentablemente, por
lo que puedo ver eso es todo lo que tiene a su favor. Estaba esperando un
ratón esa noche en la cena después de la forma en que te describió, así que
fue una grata sorpresa cuando te vi. —Se apretó contra mí y su voz se
endureció cuando añadió—: Ya no eres virgen ¿o sí, Ember? Dejaste a ese
Neanderthal tocarte, follarte. Nunca debería haberme amenazado en
Sapphire, humillarme, porque convirtió mi leve interés en ti en una
venganza y dañarte es la manera perfecta de vengarme de Trace
Montgomery.

Simplemente me quedé mirándolo porque estaba realmente en presencia


de un loco que creía que todo lo que salía de su boca era ingenuo. Chelsea
todavía estaba en peligro. Tenía que alejarme de él. Los años de
autodefensa que me enseñaron mi padre y mi tío pasaron por mi cabeza
mientras trabajaba mentalizándome.

Después de unos momentos, contuve el aliento y llevé mi rodilla con fuerza


a las bolas de Dane. No logré un contacto completo, pero fue suficiente
para que me liberara. Traté de huir de él, pero Dane era más rápido y su
mano salió disparada, me agarró del pelo y me tiró hacia atrás. Grité
maldito asesino antes de que su mano se cerrara sobre mi boca. Tiré la
cabeza hacia atrás y la clavé en su nariz. Aulló de dolor, pero no me soltó y
luego sentí el dolor cegador mientras su puño conectaba un puñetazo a mi
riñón. Todo el aire abandonó mis pulmones, cuando me empezó a arrastrar
de nuevo al coche.

El rugido de Trace hizo eco a través del callejón y envió escalofríos por mi
columna vertebral segundos antes de que el asimiento de Dane
desapareciera. Me caí al suelo mientras intentaba meter aire en mis
pulmones. Mi espalda estaba ardiendo y mi cabeza estaba palpitando. De
repente, manos fuertes se envolvieron alrededor de mis brazos y me
estremecí antes de empezar a tirar golpes salvajemente y no fue hasta que
oí la suave voz de Lucien que me di cuenta de que estaba entre amigos y no
un enemigo.

—¿Ember?

Las lágrimas llenaron mis ojos al mirar para arriba en los suyos
376 preocupados y luego vi a Trace, justo detrás de Lucien. Estaba sentado a
horcajadas sobre Dane y solamente lo golpeaba en la cara, una y otra vez.
La rabia que había visto en Trace esa noche en el estacionamiento de la
galería era nada, comparada con lo que se vertía de él mientras golpeaba la
cara de Dane. Si no lo retirábamos de Dane, lo mataría. Vi a Rafe tratando
de hacer exactamente eso, pero Trace era inalcanzable.

Lucien me levantó suavemente a mis pies y me quedé sin aliento por el


dolor en la espalda con ese simple movimiento.

—Tenemos que detenerlo —le susurré. Lucien me sostuvo firmemente


mientras nos dirigíamos a Trace. Extendí la mano y toqué el hombro de
Trace.

—Trace, está acabado.

Y justo así, la mano de Trace se calmó mientras miraba hacia mí. Dejó caer
a Dane y se trasladó para envolverme con suavidad en sus brazos y aun así
di un respingo de dolor.

—Tenemos que llevarte al hospital, Ember.

Mi cara estaba enterrada en su pecho mientras las lágrimas quemaban mis


ojos. Mi cerebro tenía aún que procesar los eventos de la noche y pese al
dolor disparándose por mi espalda todo lo que quería hacer era volver a
casa, recostarme en la cama y tener a Trace abrazándome. Murmuré en su
pecho:

—Estoy bien, además odias los hospitales.

Su dedo tocó mi barbilla y levantó mi mirada hacia él y, aunque podía ver


la furia ardiendo en sus ojos cuando habló, su voz era un susurro suave y
paciente.

—Ember, amor, no discutas.

—Rafe y yo nos haremos cargo de la basura, Trace, lleva a Ember al


hospital.

El viaje a la sala de urgencias había tomado horas. No tenía una conmoción


cerebral, pero tenía un riñón magullado. El médico me recetó
medicamentos para el dolor y un montón de descanso. Trace nunca se fue
de mi lado. Incluso cuando el médico vino a examinarme, se negó a salir de
la habitación. Considerando que Trace todavía tenía un temperamento
377 furioso no culpo al médico por no presionar el punto.

Trace había llamado a Rolling Acres y explicó la situación. Chelsea se


mudaría con nosotros, pero tenía que ser vigilada hasta que pudiéramos
entrar por ella por lo que pasó la noche en la casa de uno de los
administradores. Según la señora Peabody, estaba muy emocionada de
tener una fiesta de pijamas.

Lucien y Rafe dejaron caer a un Dane inconsciente en las puertas


delanteras de su propiedad familiar. Querían arrastrar su culo a la estación
de policía, pero los cargos se habrían reducido en la mañana y hubiéramos
perdido el elemento sorpresa. Lucien no entró en detalles acerca de lo que
estaba planeando, pero sus ruedas estaban definitivamente girando sobre
la forma de acabar no sólo a Dane sino a toda su jodida familia.

Trace y yo regresamos a casa cerca de las cuatro de la mañana. Una vez


que nos encerramos en el interior del apartamento, Trace me tomó en sus
brazos y me sostuvo. Sentí su poderoso cuerpo temblando y me rompió el
verlo tan deshecho. Hice un puño agarrando su camisa mientras
presionaba mi cara en su pecho y lloraba. Había sido una experiencia
terrible, pero había una pequeña parte de mi mente que reconoció que esto
era lo más parecido a un cierre que Trace iba a conseguir. Había sido capaz
de salvar a alguien que amaba y una vez que la furia se disipara iba a darse
cuenta de eso. Su suave voz me sacó de mis pensamientos.

—Venía a buscarte porque pensé que me estabas tomando el pelo, tratando


de atraerme a ese rincón oscuro. Sólo había dado unos pasos cuando vi tu
bolso y lo sabía. Lucien, Rafe y yo nos separamos, pero sólo sabía que
estabas en el callejón. —Levanté mi cabeza a la suya y la expresión de su
cara no era uno que podía discernir. Se veía a la vez confuso y asombrado.

—No sé cómo lo sabía, Ember, pero sabía dónde estabas. Lo siento, me


tomó mucho tiempo llegar a ti.

—Fuiste, Trace, me sacaste ese animal de encima. Me has salvado.

Su cuerpo se puso rígido y sabía que estaba viendo a Dane pegarme, pero
se acabó. Teníamos que centrarnos en sacar a ese animal de las calles antes
de que pudiera hacer daño a otra persona, pero podíamos pensar en eso
por la mañana.

—Vamos a la cama, Trace.


378
Suavemente me levantó en sus brazos y empezó a ir hacia nuestra
habitación.

—Te amo, Ember.

—Te amo.

Trace me colocó en la cama y me ayudó a cambiarme en mi pijama. Vi


cómo se despojó de su ropa antes de subir a la cama y jalarme en sus
brazos. Tiró de las mantas sobre nosotros y apagó la luz. Su asimiento
sobre mí, se relajó cuando me abrazó estrechamente contra él. Era
exactamente donde quería estar.

—Buenas noches, Trace.

—No pienses en ello, Ember. Estoy aquí cariño así que descansa tranquila y
ten dulces sueños.

—Sueño contigo... —Lo miré y sonreí antes de agregar—… y cake-pops.


Algunos días después del ataque fui a mi viejo edificio de apartamentos.
Llevaba algunos días de estar molesta con Lena y con cómo su necesidad
de fortalecerse sacrificándome me puso en el radar de Dane. Sí, la
humillación a Dane por parte de Trace lo provocó pero fue Lena quien puso
a ese animal sobre mi rastro para empezar y no era algo que iba a perdonar
u olvidar. Trace estaba conmigo mientras subíamos la familiar escalera a
mi viejo apartamento y llamamos cuando llegamos a la puerta. Lena la
abrió y la sorpresa atravesó su rostro antes de ser substituida rápidamente
por disgusto y lo que parecía compasión.

—Veo que tu hombre tiene algunos problemas de control de la ira —se


mofó Lena mientras se apoyaba contra el marco de la puerta. Trace se
tensó a mi lado cuando se dio cuenta de que Lena pensaba que él era
culpable de mi condición aporreada. Alcancé su mano y la apreté nunca
apartando mis ojos de Lena.

—Esto es obra de Dane Carmichael.

Podía decir que no me creyó así que seguí.


379
—Tenía algunas cosas interesantes que decir acerca de ti. —Incliné mi
cadera antes de que dijera—: Poniéndote de rodillas en un baño público,
Lena, ¡dios mío! cuán bajo has llegado.

La expresión desdeñosa cayó mientras su rostro palideció.

—Sí, Lena, estoy diciendo la verdad. Fue tu inseguridad y rencor lo que me


puso en la mira de un psicópata. Tengo solamente una cosa que decir sobre
esto.

Ricé mi mano en un puño y la planté exactamente en medio de su rostro, el


sonido de su nariz rompiéndose puso una sonrisa en el mío. Mi mano dolió
malditamente pero, oh, esto era un dolor bueno. Lena se tambaleó hacia
atrás antes de caer sobre su trasero. Sostuvo su nariz mientras la sangre se
derramaba.

—Estás sangrando por todas partes, Lena.

No era disgusto, sino miedo mirando hacia mí mientras Trace ofrecía un


respetuoso:

—Bien hecho, boxeador.

Le lancé una mirada.


—Gracias, amor.

Me incliné delante de Lena y la miré directamente a los ojos.

—¿Hemos terminado?

Ella apartó la mirada mientras asentía. Me levanté y me dirigí hacia la


puerta, pero ofrecí sobre mi hombro:

—No quiero tener esta conversación otra vez.

Trace tomó mi mano palpitante y cepilló sus labios sobre ella antes de que
alcanzara mi mano buena mientras comenzamos a bajar al pasillo. No
llegamos muy lejos antes de que Trace bajara la vista hacia mí con una
gran sonrisa sobre su rostro.

—¿Por qué es esa mirada?

—Tienes estilo, Ember, y en lo que respecta a las salidas… eso fue


jodidamente imponente.
380 Mi sonrisa era mala y afilada cuando ofrecí:

—Todas esas horas mirando películas resultan útiles.

La risa de Trace hizo eco por el vestíbulo.

Esa noche, Trace, Lucien, Rafe y yo nos sentamos en la cocina de Trace.


Noté que Lucien tenía un ojo morado entonces le pregunté:

—¿Lucien qué te pasó?

Lucía nervioso mientras un leve rubor teñía sus mejillas.

—¿Te estás sonrojando?

Trace y Rafe se reían mientras Lucien levantó sus ojos hacia los míos.

—Conseguiste dar en el objetivo, Ember.

—¿Qué? —Y entonces tuve mi revelación.

—... en el callejón. Lucien, lo siento tanto.

Sus ojos se tornaron fuertes antes de que dijera:

—No te disculpes, pensaste que estabas luchando contra ese hijo de puta.
Me levanté, me acerqué y envolví mis brazos alrededor de él. No vaciló en
atraerme cerca. Los recuerdos de Sabrina sin duda se arremolinaban
alrededor de su cabeza y hasta que Dane estuviera en prisión, o seis pies
bajo tierra, él iba a estar atormentado por su pasado tal como Trace lo
había estado.

—No nos detendremos, Lucien, hasta que sea detenido.

Retrocedió y tocó mi mejilla con su dedo antes de que susurrara:

—Estoy de acuerdo.

Me llevó de vuelta a mi silla antes de que mis ojos volvieran hacia Trace
quien estaba apoyado contra el mostrador.

—¿Qué vamos a hacer con Dane?

—Él es intocable en Nueva York, tenemos que cambiar eso. Necesitamos a


alguien con bastante peso político y dinero para realmente comenzar a
hacer presión sobre la familia Carmichael.
381
—Tu tío —dije.

—Sí. Basados en lo que sabemos del exaltado clan Carmichael, una


característica que todos tienen en común es el instinto de conservación.
Dane es un comodín a lo sumo, una obligación en el peor de los casos, y no
veo a la familia hundirse debido a él. Creo que si se aplica suficiente
presión, lo expulsarán y cuando ya no esté protegido bajo el nombre
Carmichael, será presa fácil.

—En lo que respecta a la familia, estoy de acuerdo con Lucien, ellos


deberían ser considerados responsables por dejar a ese animal suelto. Creo
que a tu amiga Caroline le gustaría hundir sus dientes en una historia
como esta, y no digamos tus contactos en el The New York Times. El poder
de los medios de comunicación para influir en la opinión popular, para
alcanzar y tocar las masas, es extraordinario creo.

—Conseguimos a unas cuantas mujeres que den un paso adelante con lo


que respecta a su abuso, sobre lo que recuerdan, y esto podría ser el
principio del fin para el imperio Carmichael.

—Las mujeres, ¿cómo vamos a averiguar quiénes son?


—Heidi por una parte y tal vez conoce a alguien y así sucesivamente. Para
romper el silencio solo se necesita una.

—Hablaré sin reservas —dije.

Se acercó y se agachó en frente de mí, tomando mis manos en las suyas,


antes de que dijera:

—Lo sé y estaré de pie justo a tu lado.

La voz de Lucien era suave, pero determinada cuando añadió:

—Todos lo haremos.

Más tarde, después de que todos se fueron a casa tomé una ducha y
cuando me puse frente al espejo no podía evitar inspeccionarme. Había
una magulladura desagradable sobre mi riñón, una a lo largo de mis
costillas y una mancha morada a lo largo de mi mandíbula.

Estaba alcanzando mi ropa cuando vi a Trace parado en el umbral pero sus


382 ojos miraban fijamente mi espalda e incluso desde mi distancia, vi la furia
ardiendo allí.

—Parece peor de lo que se siente.

—Cuando vi al bastardo tocarte, sabiendo lo que tenía intención de hacerte,


lo perdí. Tenías razón, Ember, iba a matarlo. Cuando estaba reorganizando
su rostro, mis pesadillas acerca de perderte, de que no iba a ser capaz de
salvarte, pasaron por mi mente pero me di cuenta de algo. No tengo que
salvarte porque tú, Ember Walsh, eres una fuerza de la naturaleza. Fuiste
contra aquel bastardo y fuiste capaz de manejarlo sola. No quiero sonar
condescendiente pero estoy tan orgulloso de ti... —Avanzó hacia mí antes
de que susurrara—... más que impresionado. —Se detuvo justo detrás de
mí mientras su mano rozaba ligeramente mi brazo antes de moverla
alrededor de mi costado para descansar en mi estómago—… tan
jodidamente enamorado de ti.

Entonces di vuelta y sostuve su tierna mirada.

—Te amo.

Trace me estudió durante un minuto antes de que preguntara:

—¿Qué estás pensando?


—¿Por qué no lo vi, Trace? ¿Cómo pude no haber visto lo que Lena era?

—Porque tú, al igual que tu madre, puedes ser muy confiada. No creo que
eso sea algo malo, Ember, mientras tengas a otros en tu vida cuidando tu
espalda.

Una sonrisa tocó mis labios porque mi ángel vengador era un hombre muy
sabio.

—Sabio eres, Maestro Yoda.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello antes de que susurrara:

—Ámame, Trace, necesito que me toques, que me abraces... —No me di


cuenta de lo mucho que necesitaba su toque suave y tierno, para borrar los
recuerdos feos de Dane. Entendió lo que estaba pensando, entendió mucho
mejor que nadie, cuando suavemente me acercó.

—No estaba seguro de que me querías.

383 Levanté mis brazos y enmarqué su rostro en mis manos.

—Siempre querré que tú me toques.

Suavemente me levantó en sus brazos y entramos en el dormitorio. Me


puso en la cama antes de que se desnudara, mis ojos cayeron sobre el
tatuaje que descansaba sobre su corazón, y luego se movió, enjaulando mi
cuerpo con el suyo, al igual que su boca se movió para cubrir la mía.
Capítulo 29
Traducido por Mir
Corregido por Nanis

D
ado que se me ordenó reposo, me encontré con una abundante
cantidad de tiempo en mis manos. Le pedí a Trace y a mi tío copias
de los informes de la policía sobre los asesinatos de los padres de
Trace y el accidente de mi mamá porque ya estaba un poco loca de tanto
jugar al Wii y ver la televisión todo el día.

Todavía no sabíamos con certeza quién había matado a los padres de Trace
y aún me preguntaba quién había matado a mi mamá, así que decidí usar
mi tiempo para leer todo lo que la policía había reunido en ambos casos.

384 Cuando me senté en el escritorio, abrí el archivo sobre los asesinatos de los
padres de Trace. Las fotos eran realmente horribles: los sujetos eran
prácticamente irreconocibles. Los cuerpos fueron encontrados en el salón,
sobre el sofá, que era donde Trace recordaba que había estado su madre
esa noche cuando él le había pedido ayuda.

Otra foto era de la cocina. Había platos sucios sobre la encimera y sartenes
usados sobre la cocina pero fue la botella de vino lo que me llamó la
atención: más específicamente las dos copas colocadas cerca de ella. Me
quedé un buen rato mirando la botella y las copas. ¿Con quién diablos
estaba bebiendo Douglas? Porque apostaría la granja que no era con
Victoria. ¿Había alguien más en la casa esa noche, alguien más que fue
testigo de la depravación de Douglas?

¿Había sido Vivian y era posible que ella fuera la asesina? Pasé las páginas
leyendo las notas del detective principal, un tal Vincent Gowen, y encontré
las declaraciones tanto de Charles como de Vivian. Ambos tenían coartada
para la noche de los asesinatos: una función de caridad donde decenas de
personas los habían visto. Bien, si Vivian no estaba en la casa, y la
probabilidad de que Douglas compartiera una velada romántica con la
mujer que él drogaba era improbable, entonces, ¿quién diablos estaba en
esa casa?
Mientras revisaba el archivo, había un documento que brillaba por su
ausencia y era el informe de la autopsia. De hecho, no había nada en el
archivo que identificara definitivamente a las víctimas. Eso me pareció
raro, pero dado que la mayor parte de mi conocimiento provenía de
dramas criminales, decidí llamar a mi tío. Tomé mi teléfono móvil y pulsé
tres; el tío Josh respondió al segundo timbrazo.

—Hola, Ember.

—Hola. ¿Tú y tu papá todavía vendrán el viernes, no?

—Por supuesto. —Su tono cambió, se volvió un poco más duro, antes de
preguntar—: ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien.

Su respuesta fue casi inaudible, casi.

—Bastardo.

385 —Estoy realmente bien.

—Eso no me pone menos enojado, Ember.

—Te quiero, tío Josh.

—Oh, mi amor, yo también te quiero.

—Te llamo porque estoy leyendo el archivo Stanwyck y parece no haber un


informe de autopsia. ¿Es eso extraño?

—Eso es extraño.

—De hecho, no he leído nada que identificara positivamente a las víctimas.


A pesar de que los cuerpos estaban en la casa Stanwyck, no sería sólo
suponer que eran ellos, ¿verdad?

Hubo un silencio en la línea por un momento antes que él ofreciera:

—No.

Sabía, basada en su respuesta, que las ruedas estaban girando.

—¿Qué estás pensando?

—Esa es una exclusión muy descarada, así que fue un trabajo policial de
mala calidad o...
—... o ¿qué?

—... o intencional.

—¿Un encubrimiento?

—Tal vez. Me gustaría revisar ese archivo, mientras esté de visita.

Sabía que mi tío estaba pensando más de lo que decía, y planeaba


interrogarlo en persona, pero en ese momento sólo respondí:

—Está bien.

Después de colgar con mi tío revisé el archivo de mi madre, si el archivo de


Stanwyck parecía liviano, este archivo era casi inexistente. Mi mamá
caminaba hacia su casa desde la parada del autobús, algo que cualquiera
que la conocía sabría que era su rutina, cuando un auto salió de la nada. Se
cree que murió con el impacto. Había testimonios de testigos oculares pero
sucedió tan rápido qué nadie consiguió darle un buen vistazo al conductor
y sólo una mirada al pasar al auto, un auto que Trace creía que era de su
386 padre.

Supongo que lo que no entendía era ¿por qué un hombre conservaría la


prueba que pudiera vincularlo a un atropello con abandono? ¿No sería
motivación para poner la mayor distancia posible entre él y el delito, como
le fuera posible y no una horda de pruebas que pudieran vincularlo a ello?
A menos que, por supuesto, no estuviera acumulando pruebas, ¿sino
recogiéndolas?

Y estaba justo en la cúspide de esa revelación que tuve otra más evidente.
Los casos se creían unidos a través de Douglas, pero había otra persona,
una que seguía viva, que unía los casos. Íbamos a tener que tener una
reunión con Vivian.

Encontré a Trace en la cocina preparando la cena. Estaba parado junto a la


encimera cortando cebolla en esa forma que encontraba increíblemente
hábil y perversamente sexy. ¿Qué tan loca estaba yo por este hombre para
realmente encontrar excitante la visión de él cortando verduras? Él sabía
que yo estaba allí, lo que fue evidente cuando me miró por encima de su
hombro y sonrió.

—Hola, cariño.

—Hola. ¿Qué estás haciendo?


—Curry de pollo.

—¿Algo que aprendiste a hacer de la señora Fletcher?

Fue sorpresa lo que cruzó su rostro antes de que respondiera:

—Sí, ¿te acuerdas de eso?

Me acerqué a él y le di un beso en la espalda antes de contestar:

—Recuerdo todo cuando se trata de ti.

Su mano serpenteó y se envolvió alrededor de mi cuello para tirar de mí


por un beso y luego oí como el cuchillo golpeó el mostrador justo antes de
que la otra mano de Trace se estirara alrededor de mi cintura y me atrajera
hacia sí. Chelsea entró en la cocina justo cuando estaba a punto de
envolver mis brazos alrededor de su cuello.

—Hola.

Los labios de Trace se detuvieron sobre los míos antes de que se echara
387 hacia atrás para que yo pudiera ver todo lo que estaba sintiendo al
mirarme. Sonreí, él sonrió, antes de presionar un beso en mi frente y luego
volverse a Chelsea y ofrecer:

—Hola.

Envolví mis brazos alrededor de su cintura y apreté mi cara contra su


pecho. Dios, amo a este hombre.

La cena fue deliciosa. Nunca había comido comida india antes, pero me
encantaron las especias y el calor.

—Trace, esto es delicioso. ¿Crees que podría aprender a hacer esto o es


demasiado complicado para mis limitadas habilidades? —pregunté antes
de tomar otro bocado.

—Sí, Ember, puedes hacer esto y tienes más que una habilidad limitada en
la cocina.

Lo miré y sonreí.

—¿Me enseñarás?

No respondió de inmediato mientras su expresión se tornó tierna y luego


murmuró:
—Me encantaría.

—A mí también, quiero aprender a cocinar, también.

Trace sostuvo mi mirada un momento más antes de mirar a Chelsea.

—Está bien.

—¿Puedo tener mi propio delantal y gorro de cocinero, tal vez con mi


nombre en ellos? —preguntó Chelsea.

Le sonreí antes de responder:

—Creo que podemos arreglar eso.

—Genial, y quiero aprender cómo hacer los cake-pops, son tan deliciosos.

Trace y yo nos miramos antes de empezar a reírnos mientras él se las


arregló para decir a través de su alegría:

—Nos has corrompido a los dos, Ember.


388 Después de la cena, Chelsea se fue a su habitación para leer mientras Trace
y yo lavábamos los platos. Mis pensamientos seguían dando vueltas en
torno a Vivian. No quería creer que fuera una asesina, pero, al mismo
tiempo, ella sabía más de lo que estaba diciendo. Realmente necesitaba
hablar con ella.

—Trace, me gustaría reunirme con Vivian.

Él levantó la vista de la olla que estaba limpiando, y pude ver la pregunta


en sus ojos, antes de que preguntara.

—¿Por qué?

—Ella es el denominador común en ambos casos. Creo que sabe más de lo


que dice.

Dejó de fregar y sólo me miró.

—¿Qué es lo que estás tratando de averiguar, Ember?

—Hay demasiadas preguntas sin respuesta, demasiados agujeros, y aunque


tu padre era un animal creo que tu mamá y mi mamá, merecen más que
tener sus asesinatos sin resolver. Y tal vez al resolver la muerte de tu
madre, encuentres un poco de paz.
Sus manos seguían jabonosas cuando las envolvió alrededor de mi cara
antes de acercarme para un beso que era sobre algo más que amor y,
cuando sus ojos se encontraron con los míos, sentí que mis rodillas se
debilitaban por la profundidad de la emoción mirándome.

—Nadie me conoció, ni nunca me conocerá, como tú lo haces. Estás dentro


de mí, Ember, eres mi corazón... —llevó su mano por mi cabello mientras
sus ojos seguían el movimiento antes de volver su mirada hacia la mía—...
y eres mi alma.

Cubrí sus manos con las mías cuando ofrecí en voz baja:

—Así lo es para mí, también.

Él sonrió mientras su pulgar acariciaba mi mejilla.

—Lo sé.

389
Capítulo 30
Traducido por Merlu, Paloma & Clau
Corregido por Aldebarán

V
ivian Michaels era una mujer difícil de localizar, siendo que era
parte de tantas organizaciones caritativas y comités, pero
eventualmente la convocamos para un almuerzo. No podía negar
que había recorrido un largo camino de cuando era Teresa Nolan cuando
llegó vestida de punta en blanco en Armani.

Trace se puso de pie y le corrió la silla. Le sonrió en agradecimiento y tomó


asiento.

390 —Me alegré mucho de recibir tu llamada, Ember. —Sus ojos se movieron a
Trace antes de agregar—. Y a Trace por unírsenos, que placer.

Sospechaba que no iba a pensar lo mismo cuando el almuerzo terminara,


pero ella se había mantenido en lo que fuera que estaba metida desde hacía
demasiado tiempo. Esperamos a que el camarero tomara nuestras órdenes
y fuimos directo al grano.

—Vivian, sabemos que eres Teresa Nolan.

Visiblemente palideció mientras sus manos se crispaban en su copa de


Martini. Me incliné hacia adelante y agregué.

—Conocías a mi madre, y a los padres de Trace; eso es todo lo que


sabemos. Eres la única persona con vida que podría traer algo de luz sobre
lo que en realidad sucedió.

Se veía enferma mientras sus ojos se levantaban para encontrar los míos, y
replicó con un casi inaudible siseo.

—¿Por qué hacen esto?

—Porque mi madre está muerta, y también la de Trace y queremos saber


por qué.
No creía que fuera posible, pero la mujer palideció incluso más antes de
arreglárselas para preguntar.

—No creerás que tuve algo que ver con sus muertes, ¿no?

Trace fue rotundamente franco con su respuesta.

—Esa idea nos cruzó la mente.

—¿Qué quieren saber?

—¿Recibiste órdenes del Dr. Grant de drogar a Victoria?

La culpa y la vergüenza cubrieron su rostro antes de responder.

—Sí, fue idea de Doug, pero sí.

—Tú y Doug crecieron juntos.

—Sí. Éramos pobres y junto a los Michaels supimos como vivía la otra
mitad y lo quisimos; queríamos vivir como los demás.
391 Los brazos de Trace se apoyaron sobre la mesa mientras se inclinaba más
cerca de Vivian.

—Entonces planearon, todo desde el principio, entrometerse en las vidas


de Charles y Victoria.

—Sí.

Su voz se volvió más dura cuando él preguntó.

—… ¿y lo de drogar a mi madre?

—Doug me dijo que Victoria estaba teniendo problemas para dormir, pero
tenía demasiada vergüenza de acudir a un doctor. No quería que circularan
rumores de que los Michaels eran unos drogadictos porque había sido
condicionada por su familia, que asuntos privados debían quedar en
privado. Para ser honesta, realmente no sabía lo que estaba haciendo. Y
entonces conocí a Charles me enamoré de él. Me fui de Fishtown no mucho
después de eso, y fui a Nueva York con Charles.

Se extendió sobre la mesa, y cubrió la mano de Trace con la suya.

—Yo no sabía lo que estaba sucediendo en esa casa. Te juro que no. Quería
tener una nueva vida, y eso es lo que hice. En algunas ocasiones me
contactaba con mi pasado, para mantenerme al corriente, Darlene nunca
mencionó nada de lo que sucedía, así que asumí que todo estaba bien.

—Espera, ¿qué tiene que ver Darlene? —pregunté.

—Darlene, Doug y yo éramos como los tres mosqueteros desde cuarto


grado.

La reacción de Trace a eso fue la misma que la mía.

—¿Me estás diciendo que Darlene y Doug aún se juntaban después de que
él se casara con mi madre?

—Sí, ella lo amaba y estaba realmente molesta de que se casara con


Victoria. Él me mencionó una vez que Darlene se estaba volviendo
demasiado posesiva y que le iba a decir que ya no se verían, pero luego de
que yo me mudara a Nueva York, comenzaron a pasar más tiempo juntos,
no menos.

—Al parecer olvidó mencionar eso —siseó Trace.


392
Verdadera sorpresa atravesó el rostro de Vivian.

—¿Encontraron a Darlene?

—Sí, ¿por qué? —pregunté.

—Ella simplemente desapareció de la faz de la tierra luego de que Doug y


Victoria murieran. Siempre me pregunté qué habría sucedido con ella.

—¿Sabías sobre mi madre? —pregunté.

—Sé que tu madre tenía sus sospechas, particularmente luego de que


Darlene mencionara que Mandy sabía sobre las órdenes. También sé que
Darlene estaba nerviosa, asustada incluso, de lo que Mandy podría haber
revelado. Debería haber prestado más atención, pero era bastante
egocéntrica en ese entonces; demonios sigo siéndolo.

—¿Sabías que mi mamá estaba intentando que el DHS se involucrara y que


estaba intentado sacar a Trace y Chelsea de esa casa?

No fue fingida la sorpresa que cruzó los elegantes rasgos de Vivian.

—No, no lo sabía. ¿Tu mamá sospechaba lo que estaba pasando?


—Pensamos que Victoria le dijo a mi mamá que ella temía por la seguridad
de sus hijos, pero antes de que mi mamá pudiera hacer algo ella fue
asesinada en un atropello y fuga por un coche que coincidía con la
descripción del coche de Douglas.

Vivian se veía realmente enferma.

—Oh, Dios mío.

—¿Qué? —Trace casi gritó.

—Douglas se paseaba en motocicleta; Darlene había estado utilizando su


coche.

—Mierda. —dije cuando Trace cogió mi mano—. Eso explica por qué tu
padre tenía ese artículo de periódico y el recibo del garaje. Él realmente
estaba tratando de conseguir pruebas. ¿Cuánto quieres apostar que
Darlene le estaba chantajeando? Quita a la persona que potencialmente
podría llevarse al hombre que amaba y uso ese crimen para atar a ese
hombre con ella.
393
La voz de Trace fue muy suave cuando dijo:

—Lo siento, Ember.

Me incliné y le di un beso en la boca.

—No hay mal que por bien no venga, Trace, te tengo.

El tío Josh llamó unos días más tarde con la noticia sobre la señora Fletcher
y tristemente, cuando me enteré de lo que había descubierto yo no estaba
del todo sorprendida ya que era lo que había sospechado.

—Ella está muerta, Ember, murió en 1994 en un accidente automovilístico


después de que alguien se saltó un semáforo. —Tan pronto como las
palabras salieron de su boca yo necesitaba sentarme ya que mis piernas se
negaban a mantener mi peso.

—Eso me parece sospechoso —dije.

—Estoy de acuerdo. ¿Quién era ella?


—... la cocinera. Trace realmente estaba unido con ella y fue quien le
enseñó todo lo que sabe acerca de cocina. Ella descubrió el secreto de Doug
y luego dejó de ir a trabajar.

—Jesús. —Mi tío silbó a través de sus dientes—. Él ha tenido más que su
parte de mierda.

Mi instinto me dijo que Darlene era responsable: otra manera para ella de
proteger a Doug, mientras que al mismo tiempo lo ata con más fuerza a
ella.

Trace y yo todavía no habíamos compartido lo que descubrimos por Vivian


porque una vez que mi padre y mi tío se enteraran de ello, Darlene estaría
en alguna mierda seria.

Parecía probable que fuera Darlene quien mató a Douglas y Victoria en un


ataque de celos de rabia pero la única cosa que me impidió completamente
ponerme detrás de esta teoría fue el informe policial o, más concretamente,
la falta de identificación de las víctimas. Nos faltaba algo y hasta que
394 supiéramos por qué el detective Vincent Gowan retuvo cierta información
de su informe, yo no podía dar ese último paso.

Esa noche, mientras que Trace y yo nos preparamos para acostarnos, le


dije sobre la señora Fletcher.

—¿Trace?

Él ya estaba vestido para la cama y estaba de pie en el mostrador en el


baño cepillándose los dientes. Sus ojos se encontraron con los míos en el
espejo mientras me acercaba. Esperé a que terminara y girarlo a mí antes
de alcanzar sus dos manos.

—Le pregunté a mi tío si podía averiguar lo que le sucedió a la Sra.


Fletcher.

Sentí, al igual que vi, la tensión que entró en su cuerpo en reacción a mis
palabras, pero una parte de la curación era el cierre y él necesitaba saber
que la Sra. Fletcher no era uno de los ángeles que vio, oyó y no hablaba del
mal. No estaba segura de cómo terminarlo, así que decidí simplemente ser
directa y decirlo.

—Ella murió, Trace, en 1994, cuando su coche viró en medio para evitar un
coche que se había pasado una luz.
Le tomó un minuto para comprender mis palabras, pero cuando finalmente
lo hizo, vi sus ojos volverse húmedos cuando la comprensión iluminó. Su
voz era dura cuando dijo:

—¿Silenciada?

—Si la Sra. Fletcher se enteró del secreto de Douglas, y Darlene fue la que
mató a mi madre, entonces seguiría que Darlene quisiera silenciar a la Sra.
Fletcher para proteger a Douglas —dije.

—Ella era una buena mujer, tenía una familia.

—Sé dónde está enterrada, Trace, si quieres visitarla.

Vi como la furia reemplazo rápidamente la tristeza. Trace tiro de mis


manos, en un puñetazo, golpeó todo en el mostrador del baño: el sonido
del vidrio rompiéndose lleno el silencio.

—¿Cuántas malditas vidas tuvieron que ser arruinadas?

395 Cada músculo de su cuerpo se flexiono cuando su ira rodó a través de él.
No había nada que pudiera decir y sabía que él sólo necesitaba tiempo para
procesarlo, así que me deslicé fuera de la habitación y me dirigí por el
pasillo por el tazón y cepillo. Él todavía estaba allí de pie con las palmas
apoyadas en el mostrador cuando volví. Tenía la cabeza gacha y el trabajo
de desplazamiento de su tatuaje era rígido y en flexión. Yo sabía lo que
quería, quería caminar porque necesitaba desahogarse. Necesitaba una
pelea, pero él no iba porque juró que nunca volvería a salir de nuevo pero
esta vez era diferente porque no estaba abandonándome.

—Ve, Trace. —Levantó la cabeza y sus ojos encontraron los míos en el


espejo.

—Voy a limpiar esto. Ve. —Pude ver su confusión así que añadí—. Entiendo
la atracción de la lucha para ti, te ayuda a hacer frente, así que ve. Estaré
aquí cuando regreses.

Se dio la vuelta, me atrajo a sus brazos y me besó con fuerza en la boca.

—Gracias, Ember.

—Lo siento.

No dijo nada, solo me besó de nuevo, antes de caminar hacia el baño. Lo


escuché moviéndose alrededor por unos minutos y luego sentí la puerta de
la casa cerrarse. Limpié el desorden y me acomodé en la cama con una taza
de té y un libro. Una hora más tarde, el teléfono sonó.

—Hola.

—Me pidieron que chequeara cómo estabas.

—Hola Rafe. Dile que estoy bien. ¿Cómo está él?

—Cuando me llamó antes, no tan bien, pero está mejor ahora. Siempre
mejora cuando ejercita sus problemas contra la cara de alguien más.

—Dile que lo amo.

—Lo haré. Buenas noches, Ember.

—Buenas noches Rafe.

396 Estaba soñando con pie-pops, específicamente preguntándome si sería


posible hacer pie-pops o si todo el jugo se escurriría por el agujero al
introducirle la paleta. Comencé a sentir calor en mi sueño, tanto calor que
estaba pensando seriamente en saltar en el lago de leche fría que existía en
el bosque de cake-pop. Sentí deseos agitándose en mi vientre y pequeños
disparos de electricidad por mis brazos, obligándome a despertar porque
me daba cuenta de que estaba sintiendo muchísimo calor.

El cuerpo desnudo de Trace estaba cubriendo el mío mientras su boca se


deslizaba sobre la piel de mi cuello y hombro. Estaba todavía medio
dormida y no me había dado cuenta de que él ya me había desvestido hasta
que lo sentí deslizarse dentro de mí en un suave y largo movimiento
uniforme. Mis caderas se levantaron mientras mis talones se enterraban en
el colchón.

Envolví mis brazos alrededor de él mientras arrastraba mis dedos hacia


arriba y hacia abajo por su espalda. Se movía tan lentamente que cada
empuje de sus caderas encendía un fuego dentro de mí. Su boca encontró
la mía mientras deliberadamente llevaba a mi cuerpo a una bruma feliz, y
luego floté, deslizándome de nuevo en el sueño.

Me desperté a la mañana siguiente con olor a tocino y abrí los ojos para ver
a Trace de pie frente a mí con una bandeja de desayuno.
—Buenos días, dormilona.

—Buenos días. —Me senté recostándome de la cabecera.

—¿Hambrienta?

Sonreí.

—Sí.

Trace se instaló a mi lado y me dio un sándwich de huevo con tocino y


queso.

Tomé un delicioso bocado y vi como él hizo lo mismo, antes de


preguntarle:

—¿Cómo te sientes?

—Mejor. Gracias por comprender.

Me incliné y rocé mis labios sobre los suyos antes de tomar otro bocado y
397 masticar.

—Esto está delicioso.

—Ember, me gustaría visitar la tumba de la señora Fletcher.

—Está bien.

Me sostuvo la mirada antes de susurrar.

—Gracias.

Yo sabía que el agradecimiento no era sólo por ir con él a la tumba , sino


también por buscar qué había pasado con ella.

—De nada.

—¿Cómo estuvo tu noche? —preguntó con una sonrisa conocedora, así que
le contesté.

—No pasó nada.

Parecía casi dolido antes de preguntar:

—¿Estás segura?

—... sí. Sin embargo tuve un sueño excelente.


Se inclinó y me miró con una sonrisa.

—¿En serio? ¿Y sobre qué era ese sueño?

—Pie-pops.

—¿Qué? —Retiró la bandeja y por suerte para mí, ya había terminado mi


sándwich, antes de que su cuerpo cubriera el mío.

—¿Esto despierta tu memoria?

Me hice parecer desorientada a propósito antes de decir:

—No

Lució positivo así que decidí cortar un poco de holgura.

—... en cualquier momento, Trace.

—… ¿en cualquier momento qué?

—Cuando quieras despertarme así, en cualquier momento.


398
Sonrió antes de que su boca encontrara la mía.
Capítulo 31
Traducido por Nelly Vanessa
Corregido por francatemartu

M
i tío me llamó y me preguntó si Trace y yo nos uniríamos a él para
la cena. Me sorprendió que estuviera en Manhattan, ya que no me
había dicho que vendría. El lugar que eligió fue un pequeño
restaurante en Midtown y cuando Trace y yo entramos vimos que mi tío no
estaba solo. Hicimos nuestro camino a través de las mesas y tan pronto
como mi tío nos vio se puso de pie, su invitado lo siguió.

—Ember, Trace, muchas gracias por haber venido.

399 —En cualquier momento, tío Josh, lo sabes.

—Ember, Trace, me gustaría presentarles a Vincent Gowan.

Reconocí el nombre inmediatamente mientras mis ojos se movían de mi


tío. Él era de mediana edad, a finales de los cuarenta, pero aun así era
ancho en hombros y estrecho en las caderas. Su pelo negro era gris en la
parte de las sienes y tenía unas cuantas líneas alrededor de los ojos, pero
fuera de eso, el hombre podría pasar por diez años más joven. Había una
calidez en su sonrisa y sinceridad en sus ojos y me encontré, de primera
impresión, que me gustaba mucho Vincent Gowan.

Nos sentamos y colocamos nuestros pedidos y luego mi tío me miró antes


de que sus ojos se fijaran en Trace.

—Vincent es el detective que investigó las muertes de tus padres, Trace.


Ember tiene algunas preguntas y le pedí que las viera y cuando lo localicé a
Vincent compartió conmigo una historia que sabía que necesitaba
compartir con ustedes.

Trace y yo miramos a Vincent, y me di cuenta que estaba buscando


específicamente a Trace, y luego compartió su historia.

—Hace unos veinte años, era un novato en la fuerza en Bellville, Ohio.


Respondía a una llamada por violencia doméstica y fue entonces cuando
conocí a Victoria. Estaba aterrorizada y los enormes moretones negros en
su mandíbula y mejilla explicaban por qué. Igual que las mujeres de las que
más se abusa, no quería hablar y quería que me fuera pero cada vez que los
vecinos llamaban para quejarse, yo respondía con la esperanza de que en
algún momento Victoria estuviera bastante cómoda conmigo para pedir
ayuda. No lo hizo sin embargo, ni una sola vez en las decenas de veces que
me llamaron a su casa.

—Una noche, meses más tarde, ella me llamó y me pidió que ayudara a sus
hijos. Temía por ellos. Temía lo que su marido les haría. Era una situación
difícil, ya que nunca se habían presentado cargos contra el hombre por
tratar de eliminar a sus hijos y sin ningún tipo de base legal era casi
imposible.

—No sabía nada de Amanda Walsh y lo que estaba tratando de hacer hasta
después de su muerte. Victoria se sintió responsable de la muerte de
Amanda y estaba aterrorizada de lo que sería de ella y de sus hijos si iba
en contra de su marido, tanto es así que se quedó.
400 —Ninguna llamada más se hizo y las veces que me pasé por la casa para
ver cómo estaba Victoria, la veía a veces en el jardín y se veía tranquila,
casi serena, así que supuse que todo funcionaba bien. Eso fue un error, un
error de novato, ya que los abusadores no sólo se detienen pero yo tenía la
ingenua esperanza de que me permitieran creer en lo imposible.

—Pasaron seis años más cuando realmente recibí la llamada. Me dirigí a la


casa y de inmediato supe que algo terrible había sucedido, pero cuando me
enteré de todo ello, me sentí obligado a ayudar. La Policía de Bellville es
muy pequeña y no era mucho más que una novata, así que las
inconsistencias en mi informe se acumularon como inexperiencia. Sin
ninguna evidencia, el caso finalmente se quedó frío.

Los casos más fríos nunca se resuelven y eso era lo que quería —en este
caso nunca se resolvió—. Había visto el trabajo de su marido, y cuando ella
me contó su interés por la enfermedad en sus hijos, no pude condenarla
debido a que habría hecho exactamente lo mismo en sus zapatos.

—¿Qué diablos estás diciendo? —Trace exigió con la mandíbula apretada


con fuerza por su ira.

Vincent se acercó antes de susurrar:


—Esa noche, hace trece años, no fue Victoria Michaels quien murió sino
Darlene Moore.

Mis ojos se abrieron hacia Trace quien estaba completamente inmóvil.


Tomé su mano, que estaba helada, y la sostuve en la mía propia mientras el
significado de las palabras de Vincent se apoderaba de mí. Darlene Moore
estaba muerta lo que significaba que la mujer que conocimos, la que se
creímos que era Darlene Moore, era realmente la madre viva y buena de
Trace. Mi corazón estaba con él, y aunque sabía que estaba actualmente en
estado de shock, su madre estaba viva, y su madre le importaba. Ella los
amaba y al final había sacrificado su propia vida para salvar la de sus hijos.

—Supe en los años que siguieron que Darlene había matado a Amanda para
proteger a Douglas y había comprometido a Victoria de que le haría lo
mismo a los hijos de Victoria si Victoria alguna vez se lo decía a alguien.
Fue entonces cuando Darlene aumentó la dosis que Douglas ya había
estado dándole a Victoria, manteniéndola cerca de un estado de coma, pero
incluso en ese estado ella encontró la fuerza para luchar por ustedes. Sabía
que ambos estaban en peligro. Ella te ayudó esa noche porque te quería
401
fuera de la casa. Te quería lejos y seguro para que ella pudiera hacer lo que
sabía que tenía que hacer con el fin de asegurarse de que tú estuvieras a
salvo de una vez por todas. Los cuerpos estaban tan espantosos como
estuvieron porque no había querido que nadie pudiera identificar a la
víctima femenina. Y, sí, a sabiendas de su complicidad Darlene Moore era
una asesina y Douglas Stanwyck era un animal. Legalmente crucé una línea,
pero moralmente no lo hice. Testifiqué a favor de un médico amigo que le
ayudó en la retirada a Victoria y él dijo que era nada menos que un milagro
médico que, para alguien que había sido drogada por el tiempo en que lo
había sido no tuviera el cerebro frito.

Trace, quien se había quedado completamente congelado, de repente se


levantó y extendió su mano hacia mí.

—Me gustaría ir a ver a mi madre. ¿Podrías venir conmigo?

Me levanté y tomé su mano.

—Por supuesto.

Conduje el auto de mi tío, ya que Trace realmente no estaba a la altura


para conducir, y cuando llegué a la barra de Ramsey I me volví hacia él.

—¿Quieres que me quede aquí


—No, por favor, ven conmigo.

Pasaron cinco minutos, pero Trace no hizo ningún movimiento para dejar
el coche, así que me di la vuelta en mi asiento para mirarlo.

—Dime lo que estás pensando.

Él se quedó en silencio durante un minuto, y no pensé que fuera a


contestar, y luego me ofreció en voz muy baja:

—Hay mucho en mi cabeza, pero en lo único que al parecer puedo


concentrarme es en que mi mamá está viva.

Se volvió entonces mientras las lágrimas llenaban sus ojos.

—Ella no sólo está viva, Trace, sino que peleó por ustedes, y fue la que
finalmente te salvó.

Él se movió entonces a tal velocidad, que me jaló a través de la palanca de


cambios a sus brazos y cuando habló, su voz era ronca por las lágrimas no
402 derramadas.

—No, Ember, se aseguró de que Chelsea y yo estuviéramos seguros pero


fuiste tú, Ember, la que me salvó.

Sentí que mis propias lágrimas picaban mis ojos y no sólo por la
convicción en su voz, sino también por la magnitud de su amor por mí que
ardía en sus ojos. Envolvió mi cara entre sus manos mientras sus labios se
demoraban un poco más en los míos.

—Nunca, nunca lo olvides.

Caminé con Trace al bar y en cuanto cruzó el umbral, vi a Victoria. Le llevó


sólo un momento voltearse y cuando lo hizo, su expresión lo dijo todo.
Trace todavía tuvo que dejar de lado mi mano y, cuando empezó a
caminar, me di cuenta de que quería que fuera con él. La encontramos a
mitad de camino y vi como madre e hijo volvieron a reunirse después de
más de una década de separación. No pude evitar que mis lágrimas cayeran
libremente por mi cara cuando Trace se movió sin decir una palabra y
envolvió sus fuertes brazos alrededor de la delicada figura de su madre.
Ella, a su vez, le echó los brazos al cuello, ambos llorando. Trace me tomó
del brazo y me tiró hacia ellos, mientras ambos me incluían en el abrazo y
ahí nos quedamos por mucho tiempo.
Capítulo 32
Traducido por nelshia
Corregido por Merlu

E
l día antes de mi boda, estaba en mi habitación preparándome para la
cena de ensayo mientras mis pensamientos se deslizaban de regreso
a la reunión entre el Chelsea y Victoria. Después de nuestro abrazo
grupal casi cercano al record Guinness, Trace y yo nos sentamos con
Victoria por casi cinco horas hablando. Había sido doloroso presenciar el
dolor en los ojos de Victoria mientras Trace relataba los acontecimientos
que condujeron al accidente y la condición de Chelsea.

De tal madre tal hijo, Victoria se culpó a sí misma, mientras que con fervor
le decía a Trace que no era el culpable. Nada de eso importó, cuando las
403 dos mujeres se conocieron y, aunque habían pasado trece años, el vínculo
entre madre e hija todavía estaba allí. En las dos semanas que siguieron,
los tres habían llegado a conocerse unos a otros y se habían convertido en
una familia unida.

También estuvo el momento cuando mi padre y mi tío llegaron a conocer a


la mujer que, entre otras muchas cosas, vengó la muerte de mi madre. No
es necesario decir, que los tres volvieron como Manny, Moe y Jack23.

En Fishtown, entre el círculo de amigos íntimos de nuestras familias,


Victoria Michaels era una héroe local y sin nadie de la familia de Moore en
la zona por más tiempo, su identidad secreta estaba segura.

Con todo lo que estaba pasando, decidí esperar hasta después de la boda
para darle mi regalo a Trace, pero me encontré casi tan emocionada por
eso como lo había estado durante la ceremonia real.

—¡Ember, ven aquí!

23
Manny, Moe And Jack: Personajes que forman parte del logo del sponsor de carreras
NASCAR con el mismo nombre.
Mi papá sonaba extraño, así que me apresuré a bajar las escaleras para
encontrarlo a él, mi tío, Trace, Lucien, Rafe y Trent en la sala de estar
viendo la televisión.

—¿Qué pasa?

Trace miró hacia arriba y sus ojos se trasladaron desde mi cabeza hasta los
dedos de mis pies y de regreso. Definitivamente le gustaba mi caliente
vestido rosa envolvente ya que una sonrisa maliciosa curvó sus labios.

—Lindo.

Le lancé una sonrisa descarada mientras se movía para jalarme hacia él,
para poner sus manos sobre mí explorando de una manera que no era
apropiada frente a su pronto a ser suegro.

—Basta, hombre perverso —le susurré.

—Oblígame —gruñó antes de morderme la oreja.

404 Me sonrojé, se echó a reír, y luego la voz de mi padre nos sacó de nuestras
mutuas atenciones.

—Un comité de ética ha sido convocado para revisar los expedientes de los
casos de dos de los Carmichael, el juez y el fiscal.

—¿Me pregunto quién habrá impulsado eso? —dije. Lucien respondió


suavemente.

—Es sólo el comienzo. El imperio Carmichael va a desmoronarse. No voy a


parar hasta que todos estén en ruinas. —Me volví hacia Lucien justo
cuando Trace ponía su mano sobre el hombro de Lucien.

—No vamos a parar.

—Malditamente correcto —mi papá y el tío Josh dijeron al unísono.

El sol brillaba y la capilla estaba llena. Me encontraba de pie en la pequeña


sala designada para la novia mientras me estudiaba en el espejo de cuerpo
entero. Mi vestido blanco era de encaje adornado de tul con un escote en
forma de corazón, tirantes halter y corpiño ajustado con la falda
acampanada. Tenía un recogido en un rodete y llevaba un velo catedral
largo adornado con perlas. La única joya que llevaba eran los pendientes de
mi padre y el anillo de Trace.

Kelly, Chelsea y Victoria habían estado aquí más temprano para ayudarme
a vestirme, pero ahora estaba sola pensando en Trace y todo lo que
habíamos vivido juntos. Aunque no era mucho, sin duda era muy colorido.
Lo suficiente para no poder imaginar una vida sin él.

Desde el principio se presentó como una especie de héroe misterioso y


quedé perdida por él. Quizás fue suerte o el destino, o tal vez simplemente
éramos dos almas desafortunadas que finalmente tuvieron un poco de
suerte.

El suave golpe en la puerta me sacó de mi reflexión, y le dije a mi padre


que entrara. Abrió la puerta y una gran sonrisa se extendió en su rostro.

—Ah, Emmie niña, te ves exquisita.

—Me gustaría que mamá estuviera aquí —respondí, algo que sólo me había
405 atrevido a mantener en mi corazón hasta ahora.

Se acercó a mí alcanzando mis manos para sostenerlas en las suyas.

—Ella está aquí Ember. Está aquí con nosotros y sé que está sonriendo
mientras nos mira. Su pequeña niña se está casando con un hombre que es
muy digno de ella, el hombre en que se convirtió el niño que murió
tratando de salvar. La vida trabaja de maneras misteriosas, Ember, y el
secreto está en no pensar demasiado en el por qué o el cómo, y no llorar
por lo que ya no está, sino para apreciar lo que es y para vivir: vive al
máximo y ama al máximo. Tu madre querría eso para ti, para los dos.

Besé a mi padre mientras las lágrimas llenaban mis ojos.

—Tú nombre va a cambiar hoy, pero siempre serás mi niña.

—... y tú siempre serás mi papá.

Se limpió los ojos antes de tomar mi brazo y entrelazarlo con el suyo.

—Vamos a casarte.
La capilla era pequeña, con bancos de madera alineado en las paredes. El
largo pasillo central se extendía desde la parte de atrás de la iglesia a lo
largo de la estructura y de pie en el altar al lado del sacerdote estaba Trace.
Tan pronto como mi padre y yo salimos por la puerta, Trace y yo nos
miramos a los ojos y al acercarme al altar, vi lágrimas en los suyos y sabía
que iba a ver lo mismo en los míos. Todo el servicio pasó volando y antes
de darme cuenta, el sacerdote nos había anunciado como marido y mujer.
Las manos de Trace enmarcaron mi rostro mientras bajaba la cabeza para
que nuestros labios casi se tocaran y luego susurró:

—Mi bella esposa.

—Mi hermoso marido.

Y luego me besó.

406
Epílogo
Traducido por Mona
Corregido por Carosole

H
e sido la Sra. de Trace Montgomery durante tres semanas, dos días,
nueve horas y siete minutos y estoy delirantemente feliz. Acción de
Gracias se acerca y Trace y yo estábamos invitando a todos. Trace,
Chelsea y yo estamos haciendo todo lo de la cocina y este año, serán
dieciocho para la cena incluyendo a Hank, Dougie, Jimmy y Jerry. Bien, en
realidad serán diecinueve ya que estoy jugando a la casamentera; había
algo en la manera en que Vincent habló de Victoria y sentí que podría
haber algo entre ellos.

Trace invitó a Charles y Vivian para Acción de Gracias. Recuerdo el día


407 cuando Victoria entró en la oficina de Charles; el hombre en realidad lloró.
Quién sabía que había un corazón latiendo en su pecho. Todavía no me
gusta él y sé que a Trace tampoco. El hombre sabía lo que le pasaba a Trace
y Chelsea cuando eran niños y decidió quedarse tranquilo. No había nada
que pudiera ser capaz de hacer para compensar el fallarles tan
increíblemente. Nunca se le dio la bienvenida a nuestra familia pero será
parte de nuestras vidas y vamos a necesitar su ayuda con Dane.

Lucien nos recogerá en algunos minutos entonces puedo darle su regalo de


boda a Trace. Él me dio el mío mientras estábamos en nuestra luna de miel
en Marblehead y me vine abajo cuando lo hizo. Trabajó con Lucien y
crearon una cadena de refugios para mujeres y niños maltratados. Ellos
nombraron esos refugios, estos faros de esperanza, Mandy.

Al final del pasillo en la oficina, Trace está de pie al lado de la ventana


mirando hacia fuera. Me pregunto qué está pensando.

—¿Trace?

Da la vuelta y una sonrisa se extiende sobre su rostro que siempre es un


placer ver. Viene del otro lado del escritorio y se acerca a mí y me tira en
sus brazos.

—¡Hola, Sra. Montgomery!


—¡Hola, Sr. Montgomery!

—No creo que alguna vez me acostumbraré a que eres mía.

—Lo soy y lo he sido desde el principio.

Roza sus labios sobre los míos antes de preguntar:

—¿En qué estabas pensando?

—En ti, y como mi vida es tan diferente de lo que habría sido sin ti. Viste
más allá de una superficie dañada y encontraste al hombre debajo de ello.
Más aún, amaste a ese hombre y le permitiste el honor de amarte.

—Me siento como la afortunada, Trace.

No dice nada a eso pero me mira de esa manera suya antes de bajar su
cabeza y justo cuando su boca toca la mía, suena el timbre de la puerta.

—Maldito timbre —gruñe Trace.

408 Retrocedo y tomo su mano mientras el entusiasmo surge a través de mí.

—Es Lucien, es el momento.

Trace viene conmigo pero no en silencio ya que me fastidia para compartir


mi secreto.

—Vas a verlo en diez minutos, paciencia joven Jedi.

Alcanzo la puerta mientras Trace susurra en mi oreja:

—Sé lo que quiero para mi cumpleaños este año.

Me detengo en seco, medio moviéndome, para mirar hacia atrás a él.

—¿Qué?

—Tú vestida como la Princesa Leia en el traje de chica esclava.

Me ruborizo y sonríe.

—Oh, sí, así que voy a comprar ese traje. Demonios, no tiene por qué ser
sólo para mi cumpleaños; podría ser para todos los días en la semana que
terminen en s y o.
Estreché mis ojos hacia él y me besó con fuerza en la boca antes de que
llegue a través de mí y abra la puerta.

—Lucien, mi amigo.

—Buenos días. —Lucien se da vuelta hacia mí y sonríe—. ¿Estamos listos?

—Sí.

Vendo los ojos a Trace ya que todos nuestros amigos y familia estarán
fuera. Todos para la revelación. Nos detenemos en la acera y mis ojos se
mueven hacia el cartel azul acero con Todo escrito a través de él en negro
con imágenes que representan las etapas en la cocina. Dentro hay doce
estaciones de trabajo completas con encimeras de granito,
electrodomésticos Viking, toda la batería de cocina con revestimiento y
cuchillos de chef: muchos cuchillos de chef.

Salgo del auto antes para ayudar a Trace a salir y llevarlo al lugar perfecto.
Lucien llegó para estar al lado de nosotros.

409 —Gracias, Lucien, por hacer que esto suceda.

—Fue realmente un placer.

—¿Puedo mirar ahora?

—¿Recuerdas que me dijiste una vez que no todos los días un deseo se
hace realidad?

La voz de Trace tiene tanto afecto cuando contesta:

—Sí.

Le quito la venda de los ojos, retrocedo, y simplemente lo miro. Le toma un


minuto para que sus ojos se adapten y luego solamente mira. Veo como
sus ojos captan a nuestros amigos y familia primero y luego se mueven al
cartel antes de viajar a la prominente placa de bronce expuesta, que dice:

Dedicado en memoria a Roberta Fletcher, amiga y maestra, sin quien nada


de esto sería posible.

Trace da la vuelta hacia mí con los ojos demasiado brillantes.

—¿Qué has hecho?

—Hacer tu deseo realidad.


Me atrae hacia él y entierra su rostro en mi cuello mientras envuelve sus
brazos alrededor de mí, sosteniéndome muy fuerte contra él.

—Te amo Ember Montgomery, te amo jodidamente demasiado.

—Amor, mi esposo, no es una palabra suficientemente fuerte.

Retrocede y enmarca mi rostro con sus manos.

—Eres mi deseo hecho realidad.

—Y tú eres el mío.

Me besa ignorando a la gente que está de pie alrededor de nosotros antes


de alejarse con una sonrisa.

—Una escuela de cocina.

—Sí, y ya tienes alumnos pero tienes que crear el plan de estudios.

—Puedo hacer eso. —Baja su frente a la mía antes de susurrar—: Gracias,


410 esposa. Sigues siendo el mejor regalo que alguna vez recibiré pero esto... —
admira la escuela antes de mirar de vuelta hacia mí mientras una sonrisa se
extiende sobre su rostro—... es jodidamente impresionante.

—No podría haberlo hecho sin Lucien.

Trace da la vuelta hacia Lucien, pero en vez de sacudir su mano tira de él


para un abrazo y cuando Lucien se lo devuelve, casi lloro. Luego se acerca a
los demás, y mi papá y mi tío, se matriculan para las clases esperando
aprender a conquistar la comida de Acción de Gracias. No quieren
depender de mí pero es simplemente una estupidez puesto que no habrá
una Acción de Gracias en que no estemos todos juntos pero entiendo su
deseo de apoyar a Trace. Miro como Rafe y Trace ríen y pienso cuán lejos
han llegado ambos. Sonrío al ver a Luke y a Trace darse la mano; para dos
personas que no se cayeron bien en un principio, se han convertido en
amigos muy rápido en unos meses desde entonces. Victoria está de pie con
Chelsea, que sostiene la mano de Trace mientras se ríe de algo que Trent
dice y para mí, esto es todo lo que importa. Trace es feliz, está sanando y
por esto, una sonrisa curva mis labios.

—¿No está mal, eh?

Doy vuelta ante el sonido de la voz de Lucien y digo:


—Hacemos un buen equipo.

—Es divertido que digas eso porque tengo esta idea sobre un club de jazz
para aspirantes a artistas. ¿Crees que podrías estar interesada en ayudarme
a establecerlo?

—Sí, Lucien lo estaría.

—Excelente. —Lucien mira a Trace durante un momento antes de mirar de


nuevo hacia mí.

—Hiciste algo realmente bueno hoy.

—Hicimos algo realmente bueno aquí.

—Vi el homenaje para Sabrina en Sapphire. Sabes, por mucho que intento
odiarlo por robarte de mí, simplemente no puedo. Es un buen hombre.

Miro a Trace mientras una sonrisa toca mis labios. Tenía estrellas de cristal
cortadas a mano hechas en memoria de mi mamá y Sabrina, y las colgó en
411 un lugar prominente sobre la barra en Sapphire.

—Sí, lo es. —Alcanzo la mano de Lucien y la aprieto antes de agregar—: Tú


también.

—No dejes escapar eso, arruinará mi reputación.

—Tus secretos están a salvo conmigo, Lucien.

Trace se acerca con una sonrisa muy hermosa sobre su rostro.

—Vamos a chequear el interior.

—Por supuesto.

Lucien se marcha al interior mientras todos siguen detrás de él hasta que


sólo Trace y yo quedamos de pie en el escalón de la entrada mirando el
cartel. Trace baja la mirada hacia mí y sonríe.

—Todo.

—Pensé que era adecuado.

Recorre su dedo a lo largo de mi mandíbula y susurra:

—Es muy adecuado.


Alcanza mi mano mientras sus ojos se mueven a nuestros dedos
entrelazados y cuando me mira de nuevo, veo todo lo que siento
mirándome en respuesta.

—Desde un alma dañada, perdida hasta tenerte a ti como mi esposa, estaré


eternamente agradecido. Te amo, Ember.

—No dañado. Bellamente dañado, Trace. Y te amo, esposo.

Y entonces me besó.

Fin
412
Biografía de la autora
L.A. Fiore adora escribir y perderse en el mundo de sus personajes. Cuando
no está escribiendo, con frecuencia la puedes conseguir creando un caos
colorido a través de la jardinería o tocando el piano. Vive con su esposo y
dos hijos en Bucks County, Pennsylvania, donde nació y creció.

Autora de Beautifully Damaged y Always and Forever

413
414

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