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UNAM
Facultad de Estudios Superiores Acatlán

Diseño Gráfico

- González Dimas Daira Ileana -


- Saldivar Vargas Jessica -
1304

Métodos de Investigación para el Diseño

Profa. Olimpia Guadalupe Bañales

1
Indice

Introducción 3

Capítulo 1: El problema de investigación 4

Capitulo 2: Antecedentes históricos 6

2.1 Antecedentes de la Blackletter 6

2.1.2 Escritura gótica 8

2.1.3 Tipos de letra gótica 10

2.2 Antecedentes de los tatuajes 15

2.2.1 Tatuajes caneros 18

2.2.2 El tatuador de Lecumberri 20

Lineas de tiempo 22

Cuadro comparativo tatuajes 23

Capítulo 3: El uso de la Blackletter en los tatuajes 24

3.1 La cultura Chola 25

3.1.2 Los tatuajes de letra gótica en la cultura Chola 26

3.1.3 Mara Salvatrucha 28

3.2 Encuestas 29

Cuestionario de investigación 30

Linea del tiempo 33

Conclusión 34

Referencias 36

2
Introducción

La tipografía gótica ha estado presente desde el mundo antiguo al igual que los
tatuajes, a además son temas que siguen siendo vigentes hasta la fecha.

El propósito de esta investigación es brindar una nueva perspectiva de estos temas en


conjunto. La tipografía se presentará en un tema que en la actualidad está tomando un
papel fuerte dentro de la sociedad, ya que a través del tiempo ha ido perdiendo casi por
completo su perfil de tabú, de lo indebido, lo criticado; para así tomar una posición
importante dentro de la moda, los tatuajes.

Los beneficiarios de este trabajo pueden ser de manera muy general toda la gente en
sí, ya que todos pueden tener acceso a él, puede consistir en un público muy amplio,
sin embargo tenemos la corazonada de que va a ser de mayor interés especialmente
para personas con gustos por el arte en la piel, sobre todo enfocando a personas
jóvenes, que son los que ya son los que tienen una mayor visión y una mente más
abierta respecto a este tema.

Se busca al mismo tiempo entrelazar temas como la discriminación, la aceptación


social y el impacto de los tatuajes con esta tipografía en la actualidad, y en este último
aspecto ayudar a desestigmatizar el uso y la práctica de estos.

Se pretende ampliar el conocimiento de la sociedad acerca del significado que pueden


llegar a tomar los tatuajes con esta tipografía y desde donde se remonta el uso de ella.

¿Sabías que?... El 36% de las personas entre 18 y 29 años tienen al menos un tatuaje,
se calcula que 1 de cada 8 personas en el mundo tiene al menos un tatuaje, y la cifra
sigue aumentando.

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Capítulo 1
El problema de investigación

Formulación del Problema

La tipografía blackletter ha estado presente hace más de quinientos años y los tatuajes
datan desde los orígenes del desarrollo humano, con el paso del tiempo fueron
mejorados y en el caso de la tipografía su uso ya no es tan cotidiano pero sigue siendo
vigente, lo que buscamos con esta investigación es saber el uso o significado que tiene
la tipografía blackletter en el mundo del tatuaje.

Objetivos de la Investigación

Crear un posible primer documento donde se fusionen los temas tanto de la letra
gótica desde sus inicios así como de los tatuajes. Y de esta manera con nuestra
investigación enriquecer un poco más el conocimiento de la sociedad, especialmente a
nuestro público con intereses sobre los tatuajes que generalmente suelen ser personas
jóvenes.

Justificación del estudio

Los motivos que nos llevaron a realizar esta investigación fueron principalmente la falta
de información sobre el tema, la cotidianidad que los tatuajes están tomando dentro de
la sociedad. Creemos prudente recabar los datos necesarios para llenar ese vació de
información, y de esta manera los jóvenes que se quieran hacer un tatuaje de este tipo
tengan un mayor fundamento para hacerlo, tengan bases y obtengan el conocimiento
de dónde viene, lo que significa, etc., no solo se lo hagan por hacerlo.

Delimitación

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Nos dimos a la tarea de delimitar nuestro tema de la siguiente manera: Primero
elegimos la letra gótica, después surgió la idea de abarcar lo que es esta tipografía en
los tatuajes corporales, posteriormente nos dimos cuenta de que aún seguía siendo
bastante amplio el tema, por eso decidimos enfocarlo solo en México y por último
restringiendo el tema a los tatuajes en la actualidad. El último carácter lo hace un poco
confuso ya que dentro de la investigación proporcionaremos datos desde mucho
tiempo antes, pero esto es debido a que tenemos que hablar de los antecedentes para
entrar un poco más en materia.

Alcances

El alcance de nuestro proyecto de investigación radica principalmente en la obtención


de información y difusión de la misma dentro de un ámbito social enfocado
principalmente a jóvenes entre 15 y 25 años de edad, para que estos puedan adquirir el
conocimiento sobre el tema y le sea de utilidad a la hora de tomar una decisión tan
grande como lo es hacerse un tatuaje.

Obstáculos

Los posibles obstáculos que podríamos encontrar dentro de los objetivos de la


investigación, sería la falta de capital y por tanto inversión para una difusión más
amplia, que vaya más allá de las redes sociales y el internet, por ejemplo algún artículo
en el periódico, revistas, o inclusive carteles que inviten la gente a entrar en nuestro
website donde estará publicada nuestra investigación.

Hipótesis

Los mexicanos prefieren la blackletter para tatuajes corporales ya que esta tipografía
tiene influencia desde hace mas de 500 años y desde entonces ha sido muy cotizada
por el público.

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Capítulo 2
Antecedentes Históricos

2.1 Antecedentes de la Blackletter

Durante los treinta años en los que se desarrolla el reinado de los Reyes Católicos, es
posible distinguir una gran variedad de tipografías, sin embargo, de todas las variantes
que presenta la escritura gótica entre 1474 y 1504, la variante cortesana constituye, sin
duda, la opción más representativa y extendida. El hecho de tratarse de una escritura
con rasgos muy particulares le concede su marcada singularidad geográfica y
cronológica. Además, está perfectamente formada ya en el año 1474, lo que contribuye
a su gran difusión durante el reinado de los Reyes Católicos. La escritura cortesana
constituye una seña de identidad claramente reconocible en este periodo de la historia
de la escritura.

Es necesario contextualizar el uso de las escrituras góticas, se utilizan durante los


siglos XIV y XV en los centros culturales europeos mas destacados. Se produce el
gusto exagerado por los trazos curvos. De manera más específica, en Alemania, la
escritura gótica opta por el uso de continuos rizos, aunque mantiene en su trazado un
aspecto modesto. En Inglaterra, se tiende a utilizar durante el siglo XV una escritura
cursiva simple y rígida en su trazado, al mismo tiempo que se abandonan las formas
onduladas y las curvas de las góticas inmediatamente anteriores. En Italia, se utilizan
en los códices las escrituras notariales con formas más estilizadas. En Francia,
después de una época en la que se utilizan formas sobrecargadas, la escritura se va
simplificando hasta llegar al siglo XV.

Observamos que existe durante el siglo XIII un modelo de escritura cursiva que
mantiene rasgos de fractura y angulosidad en sus líneas, pero que es también el origen
de las escrituras curvilíneas que completan el panorama de la escritura cursiva hasta el
siglo XVI, se refiere a la denominada escritura gótica cursiva fracturada o angulosa, en
todas sus variantes; denominada también escritura de albalaes.
Considerada en el contexto de la Historia de la Cultura, la escritura gótica se refiere a
un período, como hemos visto, de intensa vida espiritual, caracterizada por un
reforzamiento general de los estudios, inspirado, sobre todo, en la elaboración de la
filosofía y en la renovación de los estudios de Derecho Romano y ligado al surgir de las

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grandes universidades. Frente a los humanistas que la consideraron el símbolo de los
siglos de tiniebla y miseria, dándole el nombre despectivo de “gótica”, Robert Marichal
ve en ella la escritura del nuevo “renacimiento” y dice: “la gótica dará a la Cristiandad
una unidad gráfica más amplia aún que lo que logró la carotina; expulsará de Italia
meridional a la beneventina” 1

El nacimiento de la gótica coincide con un auge de la escritura nunca alcanzado hasta


entonces. Limitando su uso hasta ese momento a las escuelas monacales y
episcopales, los nuevos condicionantes socio económicos y culturales provocarán la
pérdida de esta hegemonía por parte de las instituciones religiosas. Hay un mayor
interés de los diferentes estratos de la sociedad por aprender a leer y a escribir, interés
que, en algunos casos, se convierte en una auténtica necesidad, como es el caso de
artesanos y burgueses, según ya vimos. Consecuencia inmediata de ello será la
cantidad de materiales escritos que los historiadores se encuentran en archivos y
bibliotecas.

Concurre además un factor gráfico que fue enunciado por Jacques Boussard,
precisamente al examinar los orígenes de la gótica: “La forma de una escritura está en
función del instrumento del que se ha servido el escriba que la ha trazado”.2 En el caso
de las góticas, su fractura principal característica y hecho diferenciado se debe a la
sustitución de la pluma con punta simétrica por la pluma con punta tallada a la
izquierda, en este recuento de los motivos por los que las escrituras góticas adquieren
una importancia relevante, no debe olvidarse el hecho de la reaparición de las cursivas,
que si bien viene determinado por causas no estrictamente técnicas desde el punto de
vista de la escritura, es un factor que de algún modo condiciona y diríamos que
enriquece el panorama gráfico.

1 MáxicHAL, R.: La escritura latina y la civilización occidental del siglo I al siglo XVI, “La escritura y la psicología de
los pueblos”, 2.ed., México, 1971, pág. 233

2BOUSARD, J.: Influences insulaires dans la formation de l'écriture gothique, “Scriptorium”, V (Bruxelles, 1951),
pág. 238.

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2.1.2 Escritura gótica

La escritura gótica fue la escritura europea por excelencia, derivada de la letra carolina,
se usaba para lápidas y epígrafes y para tipografía y se generó principalmente en los
monasterios. Surgió cuando la letra carolina empezó a perder redondez, los perfiles
redondos se fueron volviendo angulosos y cortantes, se llenó de ornamentos y tuvo
auge en la España del siglo XIII y XIV, sobrevivió en la escritura de libros y en los
privilegios reales (época de los Reyes Católicos).

Durante el siglo XII e incluso antes, el Occidente europeo, y con ello su cultura,
sufrieron un cambio radical, desde comienzos del siglo XI se inicia en toda Europa una
fase de expansión que durará, prácticamente sin interrupción, hasta el último tercio del
siglo XIII. Las órdenes religiosas surgidas del tronco común del benedictino
respondieron a las necesidades de una época marcada por una fuerte ruralización y la
absoluta primacía de los lazos de dependencia feudal en las relaciones humanas y
también por la urgente necesidad de devolver al monaquismo su rostro limpio, tal y
como había salido de los Padres, la religiosidad popular fue alimentada con escritos y
prédicas.

Todo este cúmulo de creencias y de realidades se hizo presente en los códices góticos.
El más cumplido exponente de la imagen poética de la vida y también de la imagen de
las postrimerías3 en los llamados “Libros de Horas”4, que tanta importancia tienen no
sólo para la historia de las escrituras góticas sino para la misma historia del libro,
ademas de que no estuvieron al alcance de todo el mundo. La adaptación temática y la
riqueza del códice dependía de la funcionalidad del mismo. Los textos escolásticos
prescindían de ilustraciones ricas, mientras que los textos destinados a personajes
importantes, o encargados por ellos, se enriquecían muchísimo, llegando a constituir un
auténtico patrimonio en la apreciación de bienes de las instituciones y familias
privilegiadas.

3 Postrimerías: En la religión católica, las cuatro últimas etapas por las que ha de pasar el ser humano (muerte,
juicio, infierno o gloria).

4Libros de horas, también denominados horarium, son devociones compuestas por salmos y otros rezos de liturgia
diaria, calendarios y textos referidos a la vida de personajes religiosos.

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La adopción de temas iconográficos nuevos y la expresión narrativa e incluso
anecdótica de viñetas, capiteles y orlas, la encontramos en la ilustración libraría
manuscrita desde el mismo siglo XIII, tanto en Biblias (la de San Luis) como en
Crónicas (la de San Luis también), así como en otro tipo de códices (Cantigas de Santa
María de Alfonso X), para convertirse en escenas cotidianas y costumbristas en el sIglo
XV en los Libros de Horas (los de Ana de Bretaña y Duque de Berrv, entre otros) e
inclusive llegar a la pura fantasía caballeresca (Apocalipsis de El Escorial del Duque de
Saboya).

En la Alta Edad Media la ciencia y la cultura corrieron a cargo de la Iglesia: se


transmitía en las escuelas monásticas. En las scriptoria5 monacales se copiaban los
libros necesarios tanto para el culto divino como para la enseñanza, en la que, por otra
parte, dominaron las disciplinas sacras. El scriptor entonces trabajaba, sin
preocupación de hacer su obra en un determinado tiempo de modo que sus obras y
sus figuras están inspiradas en un íntimo sentimiento religioso. Entre los burgueses y
los artesanos la lectura y la escritura se convierten casi en una necesidad para sus
actividades mercantiles y para sus relaciones personales. Sin embargo, hasta los siglos
XIV y XV la burguesía de las ciudades no alcanzó una posición cultural, social y
económica que le hiciera posible el coleccionar libro.

Pasado el tiempo la escritura evoluciona y se llega a tal grado de cursivización e


incluso degeneración de sus tipos que provocará el rechazo de los contemporáneos y
la búsqueda de una escritura más esencial, funcional y más fácil para el que escribe.
En efecto, la crisis de la escritura gótica será uno de los factores desencadenantes de
la aparición de una nueva grafía: la escritura humanística. Crisis que vino determinada
por el cansancio ante las formas artificiosas que había adoptado la escritura. El final de
la crisis será el contraste entre decoración y escritura.

Al crearse la imprenta el principal problema que se planteó fue el de imitar lo más


posible la escritura de los manuscritos coetáneos, porque la búsqueda de otras formas
gráficas iría en perjuicio del negocio, ya que nuevas grafías obligarían a volver a
aprender a leer. De ahí que uno de los tipos de letra empleados en este sistema
mecánico de reproducir la escritura fuese el llamado tipo gótico. Se empleó, además,
porque era la letra utilizada en los manuscritos holandesas y alemanes, por su

5 Un lugar para escribir, se usa para referirse a una sala en los monasterios europeos.

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funcionalidad, porque la xilografía utilizaba los tipos góticos
y por el mismo hábito que los impresores tenían en la
lectura de la gótica de los manuscritos. Johannes
Gutenberg inventó los tipos móviles en Alemania en el
siglo XV, su tipografía se inspira en la escritura manual,
densa y oscura.

2.1.3 Tipos de letra gótica

Textual fracturada

10
Textual caligráfica redonda

Textual caligráfica cancilleresca

11
Textual corriente

Notular

12
Cursiva libraria

Cursiva formata

13
Bastarda corriente

Cursiva corriente aragonesa

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2.2 Antecedentes de los tatuajes

El tatuaje es algo que en los últimos tiempos ha sido


símbolo de moda, muchos inevitablemente dirigimos
la mirada cuando vemos uno, pero la historia del
tatuaje no fue fácil; para llegar a esta percepción del
tatuaje tuvieron que pasar siglos y romper estigmas
que se tenían en diversas épocas. Nadie sabe cómo
fue exactamente el origen del tatuaje, lo que se
conoce es que nació en la frontera entre Europa y
Asia hace aproximadamente 5 mil años y tenía diversos significados, que varían desde
atributos curativos hasta muestras de valentía o madurez, como aún se hace en
diferentes tribus asiáticas. Pero independientemente de la poca información sobre la
historia del tatuaje, hay 13 momentos que le han dado rumbo a la historia de uno de los
accesorios con más poder emocional de la actualidad.

1ero. 3300 a. C.: Ötzi, el hombre de Similaun

En septiembre de 1991 durante una expedición por los Alpes de Ötztal, en la frontera
de Austria e Italia, dos alpinistas alemanes encontraron el cuerpo momificado de un
hombre con 61 tatuajes en forma de línea en la muñeca izquierda, dos en la zona
lumbar, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda. Los estudios científicos al
cadáver concluyeron que perteneció a un hombre que vivió ahí alrededor del año 3300
a. C. y sufría artritis en los lugares donde estaba tatuado, sugiriendo así que sus
tatuajes tenían fines mágico - curativos.

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2do. 2150 – 1990 a. C.: Sacerdotisas egipcias

La XI dinastía egipcia fue de las primeras en practicar el arte del tatuaje, en la momia
de la sacerdotisa Amunet se observaron diversos puntos y líneas tatuadas, al igual que
en la de Second, donde además tenía punteada la región púbica. Estos hallazgos
aunados a otras evidencias, sugieren que el arte del tatuaje era restringido a las
sacerdotisas.

3ero. 1000 a. C.: Traspasando fronteras

Aproximadamente mil años antes de Cristo, el tatuaje traspasó fronteras y llegó de


Europa y África a Asia, tomando fuerza en China, Japón e India. Con el tiempo el
significado de los tatuajes cambió dependiendo de cada país, por ejemplo, en Japón
fue destinado para los criminales.

4rto. 297 a. C.: Atributos decorativos

Hace algunos años se encontró un libro chino que decía que otro interés de los
japoneses era usar tatuajes para decorar el cuerpo, como un lienzo de los Hori,
tatuadores japoneses que eran considerados maestros en el uso de la imaginación,
perspectiva y colores.

5to. 306 – 337: Constantino I y la prohibición


se volvió una práctica común entre los doctores remover tatuajes. El uso de los tatuajes
en estas culturas fue reduciéndose hasta que el primer emperador cristiano de Roma,
Constantino, prohibió esta costumbre.

6to. Siglo V – siglo XV: De lo diabólico al estatus social

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La prohibición de Constantino I inició con la estigmatización de los tatuajes por parte
del cristianismo, que con la Edad Media, los catalogaría cómo diabólicos al nivel de
llegar a prohibirlos. Esta regla no fue respetada por los señores feudales, quienes
tatuaban el rostro de sus esclavos para que la sociedad se diera cuenta de ello. Más
adelante, durante la época de las cruzadas, los tatuajes comenzaron a adquirir otro
sentido cuando los caballeros templarios se tatuaban cruces en las manos o los brazos
como señal de desear una sepultura cristiana en caso de morir en batalla.
Paradójicamente, fue en esta época también cuando las clases altas comenzaron a
usar el tatuaje como símbolo de estatus, la nobleza se tatuaba para diferenciarse del
resto de la sociedad y así mostrar su posición social.

7mo. 1771: El regreso de los tatuajes.

En las últimas décadas del siglo XVIII, el explorador Thomas Cook navegó hasta la
Polinesia y descubrió que las tribus locales se grababan en la piel figuras geométricas.
En Europa, el tatuaje había permanecido en el olvido las últimas décadas, por ello
Cook estudió la técnica de los tatuajes polinesios y la llevó de vuelta al viejo continente,
donde se arraigó primeramente en los marineros y después comenzó a popularizarse
en el resto de la población.

8vo. 1861- 1870: La Guerra Civil estadounidense y el primer estudio


de tatuajes

Desde varios siglos atrás ya existía el tatuaje en Estados Unidos, sin embargo, este se
popularizó durante la Guerra Civil donde sobresalió el nombre de Martin Hildebrandt,
tatuador oficial de ambos bandos de la guerra. En 1870, cinco años después del final
de la guerra civil, Hildebrandt aprovechó su reputación y abrió el primer estudio de
tatuajes de Estados Unidos, en Nueva York.

9no.1891: La máquina tatuadora

Tuvieron que pasar poco más de veinte años, para que Samuel O’Reilly, competencia
de toda la vida de Hildebrandt, inventara la máquina de tatuar, inspirada en una
máquina inventada por Thomas Alva Edison. Este invento fue fundamental para el
acercamiento de la sociedad a los tatuajes.

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10mo. 1939 – 1945: Humillación

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis tatuaban a los judíos con cifras,
similares al número de serie de un objeto, con un doble propósito, de identificación y
humillación, ya que la cultura judía prohibía las marcas en el cuerpo.

11vo. 1939 – 1945: Orgullo

Por otro lado, los soldados americanos que combatieron en la Segunda Guerra
Mundial, solían tatuarse el nombre de la persona amada dentro de un corazón o
símbolos patrios que los inspiraron y recordaran no desistir durante la batalla.

12vo. 1960: El Resurgimiento


El gran resurgimiento de los tatuajes se dio en la década de los años 60 y 70, cuando
los hippies elevaron al tatuaje a la categoría de arte, realizando diseños multicolores y
popularizando entre toda la sociedad.

13vo. Presente: Símbolo de moda y vanguardia

A partir de las últimas décadas, en la mayoría de las culturas los tatuajes han dejado de
tener significados negativos y ser tabú para volverse parte casi fundamental de la
moda. Grandes personalidades portan con orgullo sus tatuajes y los buenos tatuadores
están en la misma órbita que pintores y otros artistas visuales.

2.2.1 Tatuajes caneros

Conocido entre los tatuados como “canero”, es una pieza que más allá de que la
técnica no sea tan buena o que el mismo dibujo no sea tan elaborado, tiene una
encantadora precariedad que sorprende, cautiva e intimida. En definitiva es, como el
nombre lo indica, un tatuaje hecho en la cana o la cárcel con rudimentarias máquinas
de confección artesanal, tintas de peligrosa procedencia y el desarrollado gusto
estético de un lanza reggaetonero consumidor de pasta, es decir; todo lo que por
sentido común se debe evitar.

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Una mezcla de líneas mal definidas, sombras que
parecen más que todo manchas y colores deslavados
que tienden a perderse en detalles poco definidos,
dentro de las tendencias de los tatuajes caneros nos
interesa destacar en particular una, que es la de
Nombres o siglas: A lo largo de la historia, los tatuajes
han servido para recordar fechas y nombres de las
personas cercanas como los hijos, los padres o los
hermanos, pero hay quienes se han dejado llevar por el
impulso de tatuarse el nombre de “la mamita”, teniendo
la difícil tarea de escoger letras barrocas o manuscritas.
Cabe aclarar que mencionamos aquí como letras
barrocas a la tipografía gótica.

El significado de estos tatuajes radica en que a pesar de que no sean muy bellos y
limpios, se nota que están llenos de emociones y energía ya que de alguna forma, los
carcelarios tienen que demostrar lo que sienten, perciben y provoca el ambiente en
donde tienen que convivir. Sentimientos como la soledad, pena, amor, familia, odio,
muerte, pelea. Y es que el canero es un arte, no cualquier tatuaje feo se convierte en
una de estas bizarras piezas de admiración, jolgorio y un poco de vergüenza, porque
no decirlo, si al fin y al cabo, un canero es una muestra de algo que no salió bien o
como lo esperábamos, un fiel reflejo de que la vida no es color rosa.

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2.2.2 El tatuador de Lecumberri

Este es un ejemplo de los tatuajes caneros que


mencionamos anteriormente. Es la historia de
Tito, quien es famosamente conocido como el
último tatuador de lecumberri, que durante más
de tres años permaneció en el ambiente siniestro
de la famosa prisión, conocida por ser un mar de
corrupción y tortura. Este señor posee un lugar
particular en el mundo del tatuaje en México
gracias a las historias que guarda en torno a este
arte. Bien podría presentarse como Héctor López
o Roberto Hernández pero, sin papeles que lo
obliguen, él decide llamarse Tito, como lo ha sido
desde niño. Fue en la infancia cuando el tatuaje
llegó a su vida. A los nueve años se encontró con
un maestro hojalatero dentro de su taller. Tito
recuerda la imagen imponente: un hombre
grande, lleno de tatuajes, con una enorme águila
encarnada en su brazo, entre ese ambiente de sequedad propio del trabajo duro
combinado con la esencia artística de la pintura.

“Yo lo veía y me daba temor pero aun así llamó mi atención así que le pedí que me
hiciera uno, un tatuaje. Ante tal petición el hombre respondió: Mira, agarra ese cepillo
de alambres y golpéate media hora la mano (señala su antebrazo), si lo soportas yo te
hago un tatuaje”.

Siguió las instrucciones y lo hizo, pero éstas no fueron claras y en vez de dar leves
toques sobre la piel dio fuertes golpeteos hasta darse cuenta de que ya estaba
sangrando. ¡No, no, tú no!, se limitó a decir el maestro hojalatero. En ese momento por
la cabeza de Tito rodó un pensamiento: Algún día voy a hacerme un tatuaje. Años más
tarde viajó por varias partes del país. Cuando llegó a Mexicali se encontró con un
movimiento de tatuaje compuesto principalmente por “cholos”, en el que fue difícil
entrar pero que marcó el inicio de una formación que empezó cuando tenía 18 años.

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Pareciera que algo tenía que pasar para que el reencuentro tuviera lugar. Y la cárcel
apareció como el único remedio, aunque nadie le podría llamar así ni de chiste. Las
adicciones, los asaltos y las drogas lo llevaron al Palacio Negro: a Lecumberri. Ahí
comencé a mezclarme de vuelta en el mundo del tatuaje pero ahora con el trabajo que
se hacía en la prisión, con las tintas y materiales que ahí se elaboraban. En esos años
había sólo dos señores que se dedicaban al tatuaje en la prisión. Cuando conocí a uno
de ellos y lo pude tener de frente, llegó a mi mente la imagen del maestro hojalatero, el
del águila encarnada en su gran brazo, narra Tito mientras parece recordar las
imágenes de cada momento. Al reo le hizo la misma petición que pronunció años atrás
pero esta vez se trataba de “El Chapo”, No el narco, al bueno, al tatuador que también
llamaban “El Mayor de la crujía”. Me cobró 15 pesos cuando yo sobrevivía con sólo un
peso al día.
Tito observó paciente cómo se preparaba todo ese material que de pronto se
transformaba en una especie de ritual que había que seguir debidamente. Empezó a
quemar unos peines y una tabla que pulía hasta dejarla tan finita como para poder lijar
los peines que él (“El Mayor”) rescataba; y mientras trabajaba me pedía que le ayudará:
“¡Agárrale aquí cabrón!”. Así eran sus tatuajes, interactivos, él era un artista. Me pedía
ayuda con el diseño pues necesitaba que el tatuado participara.

Él hollín se impregnaba, mientras que con una


navaja Gillette, champú y pasta de dientes terminó
por obtener la tinta. ¡Me quedé sorprendido! No se
detuvo, preparó sus agujas y me comenzó a tatuar.
Observe cómo se perdía muy cabrón... Ese fue su
primer tatuaje en prisión: una india americana en el
pecho. Con un motor, jeringas, plumas, tubos y
cuerdas de guitarra, Tito comenzó a fabricar sus
primeras máquinas caseras para tatuar y con las
que nunca ha padecido ningún caso de infección.
Tal fue su aprendizaje en Lecumberri.

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Capítulo 3
El uso de la blackletter en los tatuajes

Una constante a lo largo de distintos momentos y épocas


históricas en nuestra sociedad mexicana de la mitad del
siglo XX a la fecha es la representación social que de los
jóvenes se ha hecho, a través de una serie de imágenes
que están edificadas con prejuicios y estigmas alimentados
las más de las veces por el miedo y el temor de un mundo
adulto que no logra entender y comprender ciertas
manifestaciones sociales y culturales de sus jóvenes,
especialmente en lo que atañe a las significaciones de sus
cuerpos, es decir, a la alteración y decoración a través de
los tatuajes.

En la década de los cincuenta, las imágenes sociales que dominaban la representación


de lo juvenil se trazaban en las iconografías del “rebelde sin causa” de la época. Para
los años sesenta, la percepción de los jóvenes era: todos estudiantes y además
“revoltosos”. Entrados los setenta y a partir de la brutal represión del Estado mexicano,
los jóvenes son colocados ante la opinión pública como guerrilleros y subversivos. En
los ochenta, ante la explosión demográfica y la crisis estructural del estado benefactor,
los “chavos banda” emergen con su expresión más radical y anárquica a través de la
escena punk, alterando y decorando sus cuerpos con tatuajes y perforaciones, por lo
que se les tacha de delincuentes y criminales. En la década de los noventa, se les
representa como un problema social y violento. Y, para el 2000, los jóvenes son
imaginados como apáticos, indiferentes, peligrosos, caóticos y destructores.

Hay que decir que determinados jóvenes, como los que se agrupan en la adscripción
identitaria conocida como los cholo y la mara, ciertamente están inmersos en contextos
de violencia social muy fuertes e involucrados en los circuitos de prácticas ilegales. Sin
embargo, esta violencia que viven y respiran en la calle y al interior de sus familias se
hace visible a través de un tipo de organización denominado “la clika o la ganga”, al
estilo de las pandillas del Este de los Ángeles, California, y muy a la usanza de la lógica

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de las mafias italianas donde los ritos de iniciación y los códigos de honor son
centrales.

3.1 La cultura Chola

Los “cholos o cholines” son un agrupamiento o adscripción grupal juvenil definida y


dura, entre otras cuestiones, por tener una adscripción territorial anclada todavía en el
barrio, la calle, aunque están circunscritos a los flujos migratorios del norte del país,
real como simbólicamente, de tal manera que traza sus trayectorias hacía lo que bien
podríamos llamar como las “culturas de frontera o fronterizas”, estas culturas de
frontera o fronterizas alimentan a determinadas identificaciones juveniles muy visibles
en centros urbanos.

A diferencia de otro tipo de agrupamientos identitarios juveniles urbanos, el asunto del


territorio para los cholos sigue siendo un aspecto de vida y muerte entre las diferentes
“gangas o clikas”, en tanto su defensa se lleva a cabo a balazos, parecida a la manera
de actuar de las pandillas del Este de los Ángeles, California o de Chicago, Illinois en
los Estados Unidos de Norteamérica. Y, al hablar de “ganga o clika”, nos estamos
refiriendo a un tipo y forma de agrupamiento al que se pertenece, entrelazado
indisolublemente al aspecto del barrio, colonia o incluso minoría étnica, ya que delinea
no sólo el tipo de agregación, sino el nombre de la banda a la que se pertenece con
todo y una fuerte carga afectiva entre sus integrantes.

Este tipo de agrupamiento juvenil define sus aspectos identitarios en función, entre
otros elementos, del espacio o territorio apropiado y usado: la esquina, la calle, el barrio
mismo y otros lugares de encuentro o mejor dicho de reencuentro. Así, el barrio es el
escenario donde transcurre en gran parte la sociabilidad de estos púberes,
adolescentes y jóvenes cholos.

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3.1.2 Los tatuajes de letra gótica en la cultura chola

Elementos que definen en gran medida a esta


agrupación identitaria juvenil tienen que ver con
la auto afirmación de lo mexicano, es decir, con
las identidades duras, en contraposición, a lo
gringo. Esta contraposición no está exenta de
contradicciones, en tanto se ubique en el
terreno cultural reivindicando lo prehispánico.
Sin embargo, después se diluye en lo que hace
al estilo de vida o, si se desea, al ideal del
mejoramiento socioeconómico, teniendo como
imagen la forma de vida del norteamericano.
La calle, entendida como el barrio, sigue siendo
una especie de hogar donde se lleva a cabo la
convivencia y el uso del tiempo libre o del ocio, entre todos, ellos y ellas. Y uno de los
elementos en el uso y apropiación simbólica del barrio, los espacios y sus territorios, es
la expresión callejera del muralismo cholo, el cual resalta iconografías e imágenes
mexicanistas que le dan un colorido muy especial al barrio. Este aspecto es
simbólicamente tan importante en algunos jóvenes que el nombre del barrio o la placa
con la que se identifican se lleva tatuada en el cuerpo, regularmente en el vientre, el
pecho y la espalda, aunque raramente en el cuello que, además, es de las partes más
dolorosas de tatuar por las terminales nerviosas y los torrentes sanguíneos que ahí
transitan. Junto con la placa o el nombre del barrio, aparecen también tatuajes en sus
corporalidades, con similares o las mismas imágenes o iconografías que aparecen en
los muros y bardas de su barrio.

Con respecto a la reivindicación de lo mexicano, se desarrolla una especie de orgullo


con respecto a la raza y la etnia, de tal manera que la alteración corporal a través del
tatuaje cobra un lugar muy importante para dar cuenta del aspecto cultural o, mejor
aún, de las raíces y orígenes de la cultura mexicana. Así que las imágenes e
iconografías más llamativas en las corporalidades de los cholos, tanto de jóvenes
hombres como de mujeres jóvenes, refieren a lo mexicano, vinculado y mezclado con
lo prehispánico. De ahí que se encuentren imágenes tatuadas tales como escudos
nacionales, mujeres charras (las charritas), nombres de la madre o de ellos o del barrio

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o la placa, regularmente en una tipografía con letra gótica, imágenes de lo mexicano: el
Popocatépetl e Iztlaccihuátl, la Virgen de Guadalupe, Guerreros Aztecas y todo tipo de
dibujos con respecto a los orígenes ancestrales.

Al mismo tiempo, a través de estas imágenes tatuadas en la piel, se resalta el orgullo


de lo mexicano y, más que nada, de ser mexicano. Se trata de incorporar cierto estilo
de vida de lo gringo, portando ropa cara y de marca, zapatos o tenis ostentosos,
procurar tener un auto e inclusive una buena casa con todos sus artefactos
electrodomésticos para que la madre, sea congraciada o retribuida.

Las iconografías e imágenes rayadas en el cuerpo tatuado tienden a la diversidad y a la


variedad de lo que hemos denominado la adscripción grupal o las identificaciones
grupales juveniles cholas, cobran su propio sentido precisamente por estar ancladas a
expresiones y manifestaciones socioculturales más amplias que lo que puede
representar la imagen misma del tatuaje. Esto quiere decir que, atrás de algunas
imágenes, subyace las historias y vivencias de la vida cotidiana de violencia de los
sujetos que las portan y que imprimieron para siempre en sus cuerpos. Estas vivencias
suelen ser muy reveladoras, en cuanto son una ruta para entender los momentos y las
trayectorias de vida de ciertos sujetos, las cuales dejaron una fuerte huella o marca que
los llevó a plasmarlas para siempre en las pieles y las corporalidades urbanas.

Así, estas pieles y cuerpos tatuados


pueden portar diversas historias de la
trama de la vida social violenta y las
vivencias de la ciudad en situaciones de
riesgo extremo o de situaciones límite. Sin
embargo, hay que manifestar que las
figuras tatuadas en sí mismas no
necesariamente remiten de manera directa
y mecánica a la adscripción grupal que a
primera vista uno deduzca sino que
necesariamente tienen que explorarse en
su significado y significación sociocultural.

El proceso de vida se construye con


elementos de la cotidianidad, lo que lleva al

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tejido de una trama singular y privada, aunque construida social y colectivamente. Así,
el proceso de vida está plagado de sucesos, vivencias y experiencias, algunas tan
importantes que van marcando los derroteros en la existencia de determinados sujetos
jóvenes, al grado de que se alteran y decoran los cuerpos: se les plasma, graba y pinta,
a través de tatuarse ciertas imágenes. La finalidad es que, en la corporalidad y la piel,
vayan quedando las marcas de aquellos momentos probablemente de transición en la
vida social de los sujetos jóvenes que los coloca ante el recuerdo de haber realizado
cambios o transformaciones significativas con respecto a todas aquellas situaciones de
su vida y los eventos que de una u otra manera fueron en extremo difíciles, complejos y
decisivos.

3.1.3 Mara Salvatrucha

Son grupos de jóvenes, hombres como mujeres, en sus orígenes salvadoreños que
incluye también a hondureños y guatemaltecos con características muy parecidas y
similares a la de los cholos mexicanos. Por ejemplo, están inscritos en los procesos
migratorios: “El Barrio-18” tiene sus orígenes en los Ángeles California, en la calle 18;
de ahí la denominación y está conformada por mexicanos, chicanos, cholos,
salvadoreños y demás centroamericanos. Así también se les encuentra en San
Francisco, New York y Washington.

En cuanto a sus prácticas sociales y expresiones culturales, también usan el cuerpo


para comunicarse e identificarse como clika o ganga. Traen tatuajes, parecidos a los
cholos, escuchan música, más del tipo heavy metal, graffitean y plaquean en las
paredes de las ciudades en su apropiación simbólica; construyen mecanismos de
ritualización al ingresar al grupo: 13 minutos de golpes por parte de los mareros, igual
que los cholos y, emplean una forma particular de hablar.

En sí, tanto el agrupamiento de los cholos como el de los maras son agrupamientos de
jóvenes urbanos importantes para la construcción identitaria juvenil con sus prácticas
sociales y expresiones culturales muy definidas y visibles en el espacio urbano, en
tanto que funcionan como grupos de pertenencia y referencia cohesionados y con lazos
afectivos muy fuertes entre ellos y ellas, tanto que la negación del barrio, de la placa y
del grupo, se considera una traición, por lo que se paga con la vida.

La estética corporal es central ya que ahí se inician aspectos identificatorios con la


pandilla que da cuenta de los procesos de cohesión. Quizás el elemento más fuerte en
cuanto a su carga simbólica sea la alteración y decoración del cuerpo, a través de los

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tatuajes. Regularmente, lo que se inscriben en la piel también es el nombre de la “clika”
o la “gang”, lo cual reafirma una especie de identidad grupal que ayuda también a ser
reconocido por los otros y a difundir temor. También aparecen iconografías de las
“jainas” (las mujeres), la virgen de Guadalupe y alusiones a determinados sucesos que
regularmente están instalados en la ilegalidad.

Una parte de estos tatuajes son impresos en el espacio y el territorio de la cara y el


rostro, diferencia sustancial con los cholos, lo cual conlleva, además de una medida
extrema y radical, una forma de interpelar (violentar), la mirada del otro o los otros que
miran. Marca también diferencia y ayuda a legitimarse al interior del agrupamiento o la
pandilla, en tanto se demuestra arrojo y se instala en el lugar de lo temerario.

3.2 Las encuestas

Para complementar nuestro trabajo y tener una amplia fuente de información nos dimos
a la tarea de hacer una encuesta que consta de 13 preguntas, que se muestran a
continuación. Esta encuesta fue contestada solamente por personas con tatuajes de
letra gótica, el cual era el objetivo principal de realizarlas y así obtener la información
requerida. Tal cuestionario se realizó en línea a través de una página llamada
survio.com, obtuvimos un total de 56 participantes.

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Cuestionario de investigación

1. ¿Tienes un tatuaje con letra gótica?

2. ¿Cuál es tu rango de edad?

a) 15 a 25 años b) 25 a 35 años c) 35 a 45 años d) Otro

3. ¿Cuál es tu ocupación?

4. ¿A qué edad te hiciste ese tatuaje?

5. ¿Por Qué escogiste esa tipografía para tu tatuaje?

6. Aproximadamente ¿Qué costo tuvo tu tatuaje?

a) 0 a 500 pesos b) 500 a 1000 pesos c) más de 1000 pesos d) Otro

7.¿En qué lugar te tatuaste?

a) Estudio de tatuajes b) Puesto c) Cárcel d) Otro

8. ¿En qué condiciones te tatuaste?

a) Estado de ebriedad b) Bajo efectos de drogas c) Obligado d) Otro

9. ¿ Tuviste alguna consecuencia respecto a este tatuaje?

a) Infecciones b) Se te borró c) Regaño d)Otro

10. ¿Sientes arrepentimiento de haberte hecho este tatuaje?

11. ¿Te sientes discriminado por tener este tatuaje?

12. ¿Cambiarias la tipografía de tu tatuaje?

13. ¿Qué impacto ha generado en la gente que ha visto tu tatuaje?

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Y estos fueron los resultados que nos arrojó dicha encuesta:

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Cuadro Comparativo
CHOLOS MARAS

Mexicanos Mayormente salvadoreños

Menos tatuajes Tatuajes en cara, cabeza, todo el cuerpo

Buscan el sueño americano Hostiles

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Conclusión

Hay corporalidades con una gran cantidad de relatos, memoria e historias que yacen
implícitas y latentes en los tatuajes que se portan, y aunque no sean tantos los tatuajes
impresos en la piel, es factible ir reconstruyendo, en las corporalidades, los personajes
de la vida y la existencia de sujetos jóvenes, como si fuesen estudios de caso
ambulantes. Esto es factible con los tatuajes ya que representan y dan cuenta de varios
pasajes que llevan a situar las trayectorias de vida de estos sujetos.

Así, el tatuaje, en determinados casos, viene siendo una marca y un tipo de huella real
de la vivencia social de violencia con un valor simbólico en ciertos casos muy
elaborado, creativo, inusual y, además, plagado de metáforas, referencias personales,
lugares habitados, presencia de los otros y otras, espacios transitados, tiempos idos,
amores perdidos, temores fundados, miedos culturales, dualidades eternas y sucesos
presentes, por demás bellos y emotivos. Y quizás podríamos decir que el tatuaje es una
doble marca; la que hace a la iconografía seleccionada en tanto irreversible, como la
que refiere al valor simbólico construido a través de su sentido o significado de igual
manera irreversible. Por esto, estamos ante un acto sociocultural muy particular con
cargas emotivas y afectivas; duras, fuertes y de una riqueza de contenidos y
significados abiertos, plásticos y flexibles.

Digamos que las vivencias cotidianas y personales más significativas que se


experimentan y van pintándose en las corporalidades juveniles urbanas también van
diciendo de la persona, es decir, el sujeto comunica y refiere algo con respecto a lo otro
o los otros a través de la iconografía marcada en el cuerpo. De esta manera, a través
de ello muestra también una forma de imaginarse, representarse e interpretarse a sí
mismo: su circunstancia personal, su contexto cultural y el mundo social violento del
cual forma parte y que, en varios aspectos, está implicado e incide en ellos.

La función simbólica de determinados tatuajes se centra, entonces, en mostrar la


sensación de lo que uno cree ser, de lo que uno está comprendiendo de su propia vida,
lo que le ha pasado y pasa a uno. Aquí encontramos lo que bien podríamos catalogar
como la parte reflexiva y de racionalidad de los sujetos sociales, en este caso, de los

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jóvenes cholos, hombres como mujeres; el explicarse e interpretarse a sí mismos y
construir sus propios sentidos y significados con respecto a los avatares de su vida
cotidiana.

Al imprimirse para toda la vida una determinada imagen que representa a su vez un
suceso específico, un estado de ánimo, un acontecimiento violento, una postura o
posición política o una situación coyuntural, se están incorporando y elaborando
simbólicamente los componentes emotivos y afectivos de esas vivencias. Así, ese
suceso vive para siempre en el cuerpo tatuado en tanto forma parte de su historia y
tránsito por la vida como una especie de pintura rupestre o pergamino guardado en la
galería personal interna.

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Referencias

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• BOUSARD, J.: Influences insulaires dans la formation de l'écriture gothique,


“Scriptorium”, V (Bruxelles, 1951), pág. 238.

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en jóvenes. México: Revista Temas Sociológicos.

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portabilidad escritural en la piel humana. Argentina: Universidad de Buenos Aires.

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• https://culturacolectiva.com/diseno/la-historia-del-tatuaje-y-su-evolucion-sobre-la-piel

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Swoon Bildos Sitio web: http://swoon-bildos.be/2017/10/25/la-tipografia-gotica-una-
larga-y-colorida-historia/

Videos:
https://youtu.be/ny4-XcUPuIo El origen de los tatuajes.
https://youtu.be/QB4F6bN2Cak Tatuajes, historias en la piel.
https://youtu.be/8VYRgHKd4pI Entrar a Lecumberri le dio un oficio, ser tatuador.
https://youtu.be/q18hmkOC2hI Tito, el ultimo tatuador de lecumberri.

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