Está en la página 1de 2

Abraham Aguilar Gutiérrez Exp.

267403
Historia del ensayo Dra. Araceli Rodríguez López

Título cagado: una apología del reggaetón

Los meet&greet son muy extraños. La idea de conocer a un artista abre un sinfín de mitos:

contacto con la divinidad, traspaso de talento por ósmosis, primera etapa hacia la vida

millonaria, cumplimiento de una fantasía sexual… la lista sigue. Claro, dependiendo del

artista es el abanico que se despliega (y hasta cierto punto). No obstante, parece ser que con

los músicos es con los que (por la abundancia de ocasiones) se dan las más bizarras y

memorables situaciones.

Si pasamos por los rockeros, las boy bands, las cantantes de pop (incluso los

trovadores) es fácil pensar en escenarios comunes de la experiencia: el saludo exaltado, las

confesiones de admiración/amor/obsesión, la foto y el autógrafo en memorabilia que va desde

una playera hasta un supositorio. Algunos prefieren hacer preguntas, otros sólo gritan y lloran

causándole una contracción facial a su ídolo por mantenerse sonriendo. Y aparte de todos

esos, hay algunos que les llevan una intriga.

Es necesario aclarar que no estoy hablando de los esnobs que se cuelan en las

presentaciones de libros para poner en jaque al autor con sus preguntas, ni de los activistas

que compran un boleto en primera fila para maldecir al artista por un tuit dudosamente

discriminatorio. Me refiero a las personas que ya sea por curiosidad apasionada o pasión

curiosa, tienen la necesidad de abordar al artista. Hubo un impacto, un efecto que generó esa

pregunta, ese comentario, ese deseo que hierve las entrañas hasta no ser consumado. Dentro

de esos individuos, en un acto de suma arrogancia y narcisismo, me catalogo y me pongo a

imaginar… ¿qué clase de duda podría despertar un reggaetonero?

Tenemos que hablar…


El aire debería soplar de manera que me diera cuenta que el sudor no era mío. Estaría

cansado, extasiado, con los párpados pesados y el corazón desbocado. Algún miembro del

staff se me acercaría y pediría que me una al grupo de fans que ya temblaban frente al pasillo

que llevaba a camerinos.

También podría gustarte