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RÍOS PROFUNDOS

paz y ben, saludo de todo sacramentino, la quien les habla es una alumna
quien esat cursando el quinto año de secundaria, hoy les vengo a presentar mi
discurso, de la obra RIOS PROFUNDOS, es una obra del escritor peruano
Jose Maria Arguedas.
Ernesto, su protagonista y narrador en primera persona, es hijo de blancos, pero
sus primeros años transcurren en una comunidad india, cuyo mundo primitivo,
puro, sumergido en la naturaleza y entretejido de magia, será constantemente el
refugio de sus recuerdos y nostalgias.

El título de la obra alude a la profundidad de los ríos andinos, que nacen en la


cima de la Cordillera de los Andes, pero a la vez se refiere a las sólidas y
ancestrales raíces de la cultura andina, la que, según Arguedas, es la verdadera
identidad nacional del Perú.

Según la crítica especializada, esta novela marcó el comienzo de la corriente


neoindigenista, pues presentaba por primera vez una lectura del problema del
indio desde una perspectiva más cercana.

Fama que va a compartir con el escritor mexicano Juan Rulfo. La mayoría de los
críticos coinciden en que esta novela es la obra maestra de Arguedas.

Los ríos profundos es para muchos la síntesis más perfecta del mundo andino y
el español. Su autor, el escritor y antropólogo peruano José María Arguedas,
concibe toda su literatura alrededor de un proyecto: un país dividido entre dos
culturas (la andina, de origen quechua, y la urbana, de raíces europeas) que
deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Y resulta ser en
esta obra, "Los ríos profundos"; donde mejor se plasman los grandes dilemas,
angustias y esperanzas que ese proyecto plantea.

Teniendo en cuenta que se trata de una novela de corte autobiográfico, la época


en que está ambientada la narración es la década de 1920, bajo el oncenio de
Augusto B. Leguía. Para ser más exactos, fue el año de 1924 en que Arguedas
estudió el quinto de primaria en el colegio de Abancay, dirigido por los padres
mercedarios.

Se trata de una novela de formación articulada sobre dos pilares estructurales


de dilatada tradición literaria, como son, por un lado el motivo del viaje y por el
otro el del héroe adolescente que protagoniza el tránsito de la infancia a la edad
adulta. Ambos motivos son de fácil rastreo a lo largo de la literatura, tanto
aislados como combinados, arrancados, desde la Biblia y la épica clásica,
pasando por la picaresca hasta llegar a la literatura del siglo XX.

El mayor porcentaje de la novela se desarrolla en la ciudad de Abancay. Otros


escenarios son mencionados en los dos primeros capítulos de la novela: el
Cuzco y diversas ciudades costeñas y serranas del sur y centro del Perú, lugares
que Ernesto, el protagonista, recorre acompañando a su padre antes de
instalarse en Abancay.

Abancay es un pueblo con pequeños barrios separados por huertas de moreras,


y con campos de cañaverales que se extienden hasta el río Pachachaca. Lo
rodea la hacienda Patibamba, cuyo patrón no la vendía y por ello la ciudad no
podía expandirse. Un árbol característico de Abancay es el nativo pisonay, que
en primavera se llena de flores grandes y rojas.

Lugares importantes de Abancay donde se desarrolla la novela son el Colegio


religioso o internado, con su enorme patio polvoriento; el barrio de Huanupata,
tugurio maloliente poblado de chicherías, donde también se podían encontrar
mujeres fáciles; la Plaza de Armas; la Avenida Condebamba, que es una amplia
alameda sembrada de moreras. Ya en las afueras hacia abajo se alza el puente
del Pachachaca, símbolo de la conquista española, sostenido por bases de cal
y canto y que pese a sus siglos de vida aún se mantiene firme y aguanta las
embestidas del río que pasa bajo su arco.

El viaje de Ernesto, el protagonista de la novela, pasa por tres etapas. La corta


estancia en Cuzco conforma la primera etapa del viaje iniciático de Ernesto;
Cuzco es ciudad sagrada y centro del mundo en el que se unen cielo y tierra. La
segunda etapa es el largo peregrinar del protagonista siguiendo los pasos de su
padre por toda la geografía del Perú. La estancia en Abancay constituye la
tercera parte del viaje del protagonista; Abancay romperá la idea del orden
natural que Ernesto había aprendido con los indios, porque en esa ciudad
aparecerá materializado el mal.

En la obra se distinguen dos narradores. El primero es el narrador principal, un


hombre adulto que evoca su niñez, es decir, una versión adulta de Ernesto. El
segundo es una especie de narrador cognoscitivo cuya intervención es
esporádica, se encarga de completar y mejorar la comprensión del lector
respecto a los sucesos de la novela, aportando datos no conocidos por los
lectores, sobre todo en temas de etnología.

En Los ríos profundos Arguedas presenta una visión del universo como un todo
interrelacionado y el acercamiento mágico a ese mundo consiste en intentar
descubrir los caminos subterráneos que se mueven entre los seres, las cosas y
los valores espirituales. Sin embargo esta percepción integradora y panteísta no
es compartida por todos los personajes de la novela, tan sólo por el pueblo
indígena y por Ernesto, el protagonista “introducido” por una infancia pasada en
el ayllu y en su quebrada madre. Esta magia es para Ernesto su guía vital y la
encuentra en la memoria de las piedras vírgenes del muro inca, de donde capta
al palparlas con sus manos la ternura y solidaridad de sus antepasados; la magia
se encuentra de igual modo en los ríos, a los que otorga el papel de divinidad
purificadora ya que es sangre que desciende de la sierra y trae consigo
recuerdos de un pasado feliz. Esta magia también se apodera de su voz
convirtiéndola en canto y de este modo pasa a formar parte del lenguaje del
mundo. Es decir, aunque escrita en castellano, Los ríos profundos es una novela
pensada y cantada en quechua. El zumbaylú, que en un primer momento puede
no parecer relacionado con el pasado, representa en la novela la identidad
profunda de la memoria, la naturaleza y la música. Se trata de un simple trompo,
que actúa como un objeto integrador que sirve para hacer funcionar los
recuerdos más recónditos. Para Ernesto es el instrumento ideal en cuanto que
es capaz de captar la interrelación existente entre los objetos. A la vez que evoca
a la Naturaleza es objeto pacificador que purifica los espacios negativos.

La obra “Los Ríos Profundos”, refiere la política de conducción dentro del


Internado a cargo del Obispo de Abancay.
En la ciudad, la política gubernamental del Perú de aquel entonces, mantenía el
feudalismo peruano, permitiendo la existencia de los hacendados gamonales y
la servidumbre de los campesinos que no ejercían propiedad privada sobre las
tierras que trabajaban. También podemos considerar un valor social, porque
muestra la heterogeneidad de razas existentes en la educación de la escuela
religiosa, refiriéndose tanto de estudiantes provenientes de su casa como de los
que permanecían en el internado.
Arguedas narra la disconformidad y la lucha de la clase media conformado por
las comerciantes (chicheras) ante el desabastecimiento fortuito de la sal contra
las autoridades gubernamentales y empresarios que acaparaban con fines de
elevar precios.

En la obra distingo dos narradores: El narrador principal, un hombre adulto que


evoca su niñez, el segundo un narrador cognoscitivo cuya intervención es
esporádica.

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