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EVALUACIÓN DE LA CORROSIÓN EN LAS ESTRUCTURAS DE CONCRETO ARMADO

El concreto armado es el material más utilizado en la industria de la construcción. El excelente


complemento de las propiedades del concreto con las del acero de refuerzo, para formar un
material mixto el concreto armado ha permitido su espectacular difusión y utilización durante
el último siglo, lo cual ha conllevado a que los problemas asociados a la durabilidad de estas
estructuras tengan una gran trascendencia técnica, económica y social. Se ha dedicado mucho
esfuerzo y dinero a conocer, prevenir y solucionar los riesgos que limitan la vida útil de un
material que comenzó promocionándose como de durabilidad ilimitada y con mínimos
requerimientos de mantenimiento.

Está fuera de duda que la corrosión del acero de refuerzo es, con mucha diferencia, el principal
factor que limita la durabilidad de las estructuras de concreto armado.

En nuestra realidad, no existe un reconocimiento generalizado de la importancia que pueden


llegar a adquirir los daños por corrosión del acero de refuerzo, de manera que la inmensa
mayoría de las inspecciones se realizan sobre estructuras donde los deterioros se han hecho ya
aparentes, cuando sería deseable que se hicieran de manera rutinaria, sobretodo en
ambientes de elevada agresividad.

La falta de acceso visual al acero de refuerzo contribuye a este estado de cosas, debido a que
la sintomatología visible suele preceder a la solicitud de inspección y además ésta se hace
aparente, en la mayoría de casos, cuando los daños son ya importantes.

En la figura se comparan los volúmenes


relativos que pueden alcanzar los productos
de corrosión del hierro con respecto al
volumen de metal destruido. Resulta
evidente que si los productos de corrosión
no migran a través de los poros, pequeñas
cantidades de metal corroído pueden
generar tensiones considerables. Los
efectos de la corrosión, en resumen se
manifiestan en los tres componentes
fundamentales del concreto armado: sobre
el acero, sobre el concreto y sobre la
adherencia acero/concreto.

Desde hace tiempo, la corrosión de las armaduras es un aspecto al que se concede la mayor
importancia en el mantenimiento de las estructuras existentes, porque ha contribuido a
colapsos estructurales de amplísima repercusión.

El concreto armado, como el resto de los materiales de construcción, se proyecta con la


idea de que permanezca estable a lo largo del tiempo, sin perder ninguna de las
propiedades físicas y químicas que le caracterizan. Debido a su constitución, el concreto
contiene poros, algunos de ellos interconectados entre sí, que pueden resultar de
importancia crítica en su durabilidad, ya que los agentes agresivos externos tienen una vía
de penetración a través de ellos, por capilaridad o difusión.
Frecuentemente el fallo prematuro es atribuible a la baja calidad del hormigón (relaciones
agua/cemento demasiado altas, relaciones cemento/áridos demasiado bajas, puesta en
obra inadecuada, etc.).

Causas
Causas de la corrosión del acero de refuerzo
Mientras la corrosión del acero sin proteger da
lugar a serios problemas de mantenimiento en
todos los ambientes húmedos, la corrosión del
acero acero de refuerzo del concreto, como
consecuencia de la pasividad, queda limitada a
unos cuantos casos especiales. Estos casos
especiales se presentan cuando algún factor de
corrosión, o combinación de factores, provocan
la transición del estado pasivo al activo.
Tradicionalmente, se admite que los requisitos
esenciales. Para que dicho proceso tenga lugar
son principalmente dos:
1º.- La presencia de iones despasivantes,
cloruros en la inmensa mayoría de los casos,
en cantidad suficiente para romper localmente
la película pasivante del acero.
2º.- La carbonatación del concreto, que reduce el pH del mismo hasta un valor
insuficiente para mantener el estado pasivo.

Corrosión localizada debida a presencia de iones cloruro


Estos iones tienen la propiedad de destruir de forma puntual la capa pasivante, lo cual provoca
una morfología de corrosión llamada “por picaduras”. Estos cráteres son el ánodo de la pila de
corrosión, por lo que progresan en profundidad, pudiendo llegar a consumir localmente todo el
espesor de la barra.
Los cloruros se pueden encontrar dentro del concreto de dos formas: como cloruros “libres”, es
decir en forma de iones en el agua contenida en los poros, que son los que pueden ser
agresivos
para el acero, y como cloruros “combinados”, formando parte de las fases hidratadas del
cemento,
fundamentalmente como cloroaluminatos. La suma de cloruros “libres” y “combinados” se suele
llamar cloruros “totales”.

Carbonatación del recubrimiento de concreto


La carbonatación del concreto se produce por un descenso en la alcalinidad del hormigón que
puede ser debido a un “deslavado” por circulación de aguas puras o ligeramente ácidas o por
reacción de los componentes de carácter básico NaOH, KOH y Ca(OH) 2 de la fase acuosa del
concreto con los componentes ácidos de la atmósfera, dióxido de carbono (CO 2) y azufre
(SO2),
para dar carbonatos-sulfatos y agua. El que normalmente se encuentra en la atmósfera es el
CO2
por lo que a este proceso de reducción de la alcalinidad se le llama gnéricamente
“carbonatación”.

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