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La antropología estudia al ser humano de forma holística a través de diferentes enfoques. Surge como disciplina en el siglo XVIII para comprender al hombre en el contexto de su sociedad y cultura. Examina aspectos biológicos, sociales y culturales para entender el desarrollo de la especie humana.
La antropología estudia al ser humano de forma holística a través de diferentes enfoques. Surge como disciplina en el siglo XVIII para comprender al hombre en el contexto de su sociedad y cultura. Examina aspectos biológicos, sociales y culturales para entender el desarrollo de la especie humana.
La antropología estudia al ser humano de forma holística a través de diferentes enfoques. Surge como disciplina en el siglo XVIII para comprender al hombre en el contexto de su sociedad y cultura. Examina aspectos biológicos, sociales y culturales para entender el desarrollo de la especie humana.
La Antropología es una ciencia social cuyo principal objeto de
estudio es el individuo como un todo, es decir, la antropología aborda la
temática del ser humano a través de los diversos enfoques que ofrecen disciplinas tales como las ciencias naturales, sociales y humanas.
La antropología, entonces, es aquella ciencia que nos permite
conocer al hombre en el marco de la sociedad y la cultura a la cual pertenece y también verlo como producto de estas, algo así como una radiografía aguda, extensa y detallada acerca del proceso bio social que comprende la existencia de la raza humana.
Si bien desde hace muchísimo, los hombres de todos los tiempos
históricos se han preguntado acerca del hombre, quien es, de donde vino, de donde sacó sus estilos de vida, entre otras cuestiones, la antropología como disciplina surgió recién a mediados del siglo XVIII a instancias de la obra bautizada como Histoire Naturelle perteneciente a Georges-Louis Leclerc, Comte de Buffon, escritor, naturalista, matemático y botánico, entre otras profesiones.
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
Antropología bíblica, trata sobre el sentido del hombre en la Biblia,
este subtítulo: tiempos de gracia. En esta línea afirmo que el hombre es tiempo y los diversos momentos de su trama (generaciones, edades, eones o «kairoi») son expresiones de un don y de un camino que sigue estando abierto. He de empezar diciendo que la vida del hombre es ante todo un «don divino» (entendiendo aquí «divino» en sentido general), un regalo que hemos recibido sin que hubiéramos hecho nada para merecerlo o conseguirlo. Un día despertamos y estamos ya aquí, nos han llamado a la existencia y hemos respondido, tomando un sendero, haciéndonos camino. ¿Quién nos ha llamado? ¿Los dioses de la tierra y de los antepasados? ¿Un Dios infinito? ¿Hacia dónde desea dirigirnos ese Dios, si es que quiere algo de nosotros? FILOSÓFICO El pensamiento filosófico, es un pensamiento crítico, activo, inquieto, inconformista, libre, racional, no empírico, y especialmente especulativo (poco práctico) que indaga buscando respuestas sobre aquellos hechos esenciales que la ciencia aún no ha podido responder, y que eleva al hombre como ser racional en su plenitud. No se apoya en supuestos para sustentar sus afirmaciones, sino en verdades comprobadas, para buscar los principios y las causas., basándose en la confianza puesta en la capacidad de la razón para encontrarlos.
En sus comienzos, con Pitágoras, en la Antigua Grecia, la reflexión
filosófica abarcaba todos los campos del saber humano: (Matemática, Astronomía, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales). Actualmente del tronco común de la Filosofía se han desprendido distintas ramas, para el pensamiento particular de cada tema, como la Metafísica, la Gnoseología, la Axiología o la Teodicea.
LA ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL
Es la que más seguidores tiene de las cuatro disciplinas de la
antropología, estudia las sociedades y las culturas humanas, especialmente su diversidad, esto es, observa, analiza y explica las similitudes y diferencias sociales y culturales. Existen dos tipos de prácticas muy consolidadas dentro del campo de la antropología sociocultural: la etnografía (con base en el trabajo de campo) y la etnología (con base en la comparación transcultural). La etnografía trata de explicar las prácticas culturales de una sociedad o comunidad en particular.
Tradicionalmente, los etnógrafos se introducen en pequeñas
comunidades, conviven con su gente durante un buen tiempo y recopilan pacientemente numerosos datos con el fin de analizar, interpretar y explicar la vida social, las costumbres, las creencias, la religión, la organización política y las actividades económicas locales.
La etnología observa, analiza, interpreta y compara los resultados de
la etnografía los resultados obtenidos de la etonografía. Se comparan y contrastan los datos obtenidos en diferentes sociedades para después realizar generalizaciones sobre la sociedad y la cultura. Se puede decir que la etnología lleva lo particular de la etnología a lo general.
Los etnólogos buscan similitudes y diferencias culturales, formulan
hipótesis y elaboran teorías para comprender el funcionamientos de nuestros sistemas sociales y culturales. La etnología no sólo compara los datos obtenidos de la etnografía, sino también los de otros campos como, por ejemplo, la arqueología, que son imprescindibles para reconstruir los sistemas socioculturales del pasado.
Antropología ¿social o cultural?
Según el Diccionario de Antropología de Thomas Barfield (2001: 43-48), la
antropología cultural y la antropología social son tradiciones intelectuales diferenciables entre sí e incluso independientes. El uso de los términos “cultural” y “social” para delimitar ambas se popularizó en la década de 1930, aunque tal divergencia ya había aparecido antes. En la actualidad estos dos términos no señalan una división de enfoque precisa, de tal manera que muchos antropólogos ignoran tal distinción. Pero para otros la diferencia continúa siendo importante, aunque sólo sea para delimitar estilos etnográficos diferentes.
La terminología “antropología cultural” suele aplicarse a trabajos
etnográficos de carácter holístico que se centran en estudiar cómo las diversas formas de la cultura afectan a la experiencia individual, o en ofrecer una visión global de las de las creencias, costumbres e instituciones de un pueblo.
La terminología “antropología social” se aplica a los trabajos
etnográficos que intentan delimitar un sistema concreto de relaciones sociales (la vida doméstica, las leyes, la política, la economía). En la antropología social se otorga mayor atención a las bases organizativas de la vida social. CRISTO CÉNTRICO
La mirada histórica requiere que la antropología teológica se elabore
en perspectiva cristo céntrica. En esta nueva sección expondremos, en sus términos esenciales, las razones de esta opción metodológica. Para ello será necesario introducir nociones y problemáticas que hacen referencia a cuestiones fundamentales del saber tanto teológico como filosófico.
La antropología teológica no se constituye en un ámbito separado y
autorreferencial; sólo en un horizonte más amplio puede hallar su caldo de cultivo adecuado. La exposición de la antropología teológica comporta por ello el conocimiento de cuestiones, sobre todo de carácter metodológico, que aquí no podremos sino sugerir. Se trata de problemas que presuponen una preparación remota y exigen un estudio riguroso y paciente. Puesto que se refieren al fundamento de la realidad, tales cuestiones (necesariamente presentadas con un lenguaje técnico) no pueden ser nunca «poseídas» de una vez por todas. Pero es necesario meditarlas una y otra vez para familiarizarse con ellas. Por otra parte, sólo así será posible alcanzar una comprensión convincente del recorrido antropológico propuesto..
ESTRUCTURA DE LA SEGUNDA PARTE
Para allanar el camino que vamos a emprender conviene presentar,
aunque sea de modo sumario, el orden de los temas que trataremos. En primer lugar introduciremos la noción de singularidad de Cristo como factor que permite asumir metodológicamente la perspectiva cristocéntrica que, al final del análisis histórico, ha emergido como el camino a recorrer. A continuación mostraremos cómo esta singularidad implica una consideración atenta de la relación entre revelación y fe.
Esta relación exige a su vez profundizar en la relación
analógica entre Dios y el hombre. Emergerán entonces las razones del carácter eminentemente dramático, o bien histórico, de la antropología. Esta perspectiva tiene un fundamento in re (objetivo), que deberemos ilustrar remontándonos al correspondiente nivel ontológico El registro dramático de la antropología será desarrollado a continuación aclarando la polaridad constitutiva (unidad dual) de la libertad. La polaridad mundanamente irresoluble de la libertad –ser- para-otro/ser-para-sí– halla su solución en Jesucristo. Sólo la forma original y gratuita de la libertad, ofrecida por el evento cristológico, en el que en el ser para-sí se actúa el ser-para- otro, puede explicar de modo adecuado la naturaleza de la libertad humana, ya que manifiesta explícitamente la realización factual de la síntesis entre libertad y verdad.
LA SINGULARIDAD DE JESUCRISTO
Mediante la noción de singularidad se quiere expresar el hecho de
que la verdad de la relación entre Dios y el hombre adquiere su forma histórica concreta en la figura de Jesucristo. Jesucristo posee una historia singular de valor universal.
La originalidad de la confesión de fe cristiana reside precisamente en
la afirmación de que un acontecimiento histórico singular la vida, la muerte y la resurrección de Jesús de Nazareth constituyen la única posibilidad de que los hombres puedan conocer y alcanzar su plena realización.
Esto es así porque la humanidad de Jesucristo es la humanidad
histórica, única e irrepetible singular del Hijo de Dios. La singularidad de Jesucristo, así entendida, constituye el fundamento del hombre y de la historia.
LA ANTROPOLOGÍA Y OTRAS CIENCIAS HUMANAS
Por tratarse de una ciencia holística, la antropología está vinculada
con muchas otras disciplinas. Así, se sirve de la física, la química y la geología para fechar fósiles y artefactos; de los botánicos, zoólogos y paleontólogos para reconocer restos de animales y plantas encontradas junto a restos humanos, etc. 1.- Antropología cultural y sociología. La antropología cultural y la sociología comparten su interés en las relaciones, la organización y el comportamiento sociales. Sin embargo, la sociología inicialmente centró su enfoque en el occidente industrial; los antropólogos en las sociedades no industriales. Por ello, cada ciencia desarrolló distintos métodos de recolección y de análisis de datos. Durante años, las técnicas estadísticas y de muestreo han sido fundamentales en sociología, mientras que la preparación en estadística ha sido menos común a la antropología, aunque esto está cambiando a medida que los antropólogos trabajan cada vez más en sociedades modernas.
Los etnógrafos tradicionales estudiaban poblaciones pequeñas,
ágrafas y hacían uso de métodos apropiados a tal contexto. Un método clave es la observación participante, por la cual se toma parte en los hechos que uno observa, describe y analiza. Con la creciente comunicación interdisciplinar, se está produciendo una convergencia entre la antropología y la sociología. Del mismo modo, ante la expansión de la industrialización, muchos antropólogos trabajan en sociedades industriales, donde estudian temas muy diversos, que incluyen el declive rural, la vida interna de la ciudad y el papel de los medios de comunicación de masas en la creación de patrones culturales nacionales.
2. Antropología, ciencia política y economía. En las sociedades de
pequeña escala, en las que se desarrolló la etnografía, la política y la economía no suelen aparecer como actividades diferenciadas dispuestas para un análisis por separado, como sucede en la sociedad moderna, sino que se encuentran inmersas en el orden social general. Los antropólogos han ampliado nuestra comprensión comparativa de los sistemas políticos al mostrar, por ejemplo, que la ley y el crimen no son universales culturales. Por otro lado, también los antropólogos han contribuido a mostrar los diferentes principios que mueven la economía en otras culturas.
3. Antropología y humanidades. Todos adquirimos cultura mediante la
enculturación, el proceso social por el que se aprende y transmite la cultura de generación en generación. Por tanto, todas las expresiones creativas tienen un potencial interés como productos y documentos culturales. Así, el comportamiento no escrito, el discurso, las creencias, la tradición oral y el ritual se interpretan en relación a su significado dentro de un contexto cultural particular.
4. Antropología y psicología. La mayoría de los psicólogos realizan sus
trabajos de investigación en su propia sociedad. La antropología aporta los datos transculturales. Las afirmaciones sobre la psicología "humana" no pueden basarse únicamente en el comportamiento observado en un solo tipo de sociedad. Así, la antropología psicológica conecta con la psicología.
5. Antropología e historia. Son cada vez más los historiadores que
interpretan los documentos y relatos históricos como textos que requieren de su emplazamiento e interpretación dentro de contextos culturales específicos. Así, un número creciente de historiadores estudia los cambios en la forma social adoptando enfoques antropológicos.