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AUTORREGULACIÓN DE LA EXPRESIÓN EMOCIONAL

Las personas en muchas ocasiones presentan dificultades para medir la intensidad de


sus expresiones emocionales, tendiendo a la desproporción en muchas situaciones. Por ello
es importante identificar que las emociones tienen diversos grados de intensidad y se puede
realizar un trabajo específico sobre esta cuestión.
El primer paso es ayudar a la persona a reconocer cómo se siente ella misma ante
diversas situaciones, hacerla consciente de qué cosas le generan alegría, miedo, tristeza o
enfado. Es posible que la persona tenga dificultades para responder a estas cuestiones por lo
que puede ser muy útil disponer de opciones de respuesta previas para darle a elegir.

Una vez que la persona sabe identificar sus sentimientos ante diferentes situaciones es el
momento de establecer gradaciones. Primero de una forma muy sencilla: mucho y poco (por
ejemplo Juanito se pone un poco contento cuando le dan una orden y muy contento cuando
juega al computador). Cuando se enseñan las intensidades es importante analizar también la
forma de expresarlas adaptándolo a ejemplos reales de la vida de la persona. Por ejemplo,
ante una alegría “pequeña” (comprar una bolsa de papas fritas) es adecuado sonreír, pero no
saltar de alegría y carcajearse.

En esta parte los chicos deben de encasillar los enunciados anteriores si esta muy asustado o
poco asustado, cuando ve una pelicula de terror, y asi sucesivamente con los otros enunciados
dependiendo en que estado emocional lo encasillaron.
Posterior a eso de trabajara con los grados de intensidad y su relación con las situaciones de
forma individualizada. Para ellos se utilizara el siguiente esquema:

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