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Descubre sus síntomas y aprende a superar la ansiedad

Cómo superar la ansiedad Síntomas de ansiedad Tipos de ansiedad

Ataque de ansiedad Libros de Autoayuda

Pensamiento Positivo. Cambia tu Actitud y


cambiará tu Vida!

Índice del Artículo [cerrar]

1 Actitudes mentales que agudizan la ansiedad


1.1 Miedo al futuro
1.2 Evitación
1.3 Sentir miedo al fracaso
1.4 El perfeccionismo
1.5 Postergar o dejar para mañana
1.6 Victimismo
2 Los pensamientos positivos como clave para superar la ansiedad
3 Expresiones y frases positivas
4 Tip sobre superación personal: No sufras inútilmente

Pensar en positivo es fundamental en todo estado de ansiedad, no solo es suficiente


con controlar el componente físico de la ansiedad e iniciar todas aquellas conductas
que van a mejorar mi estado ansioso; debemos comenzar a revisar nuestras
actitudes mentales, es decir, nuestra forma de pensar. Detrás de todo proceso de
ansiedad suelen existir preocupaciones que nos desbordan, pensamientos negativos,
miedos, etc. que al no ser abordados de una manera eficaz continuarán generando
ansiedad. Pensar es algo que hacemos durante todo el día incluso cuando dormimos
seguimos pensando en sueños.

Los principales pensamientos negativos que afectan a la ansiedad son las


preocupaciones constantes, aquellas que nos desbordan y van desembocando poco a
poco en una escalada de la ansiedad. Hay personas que se preocupan por “todo”,
reaccionan de manera exagerada, sacan las cosas de su justa proporción, se centran
en los aspectos negativos, se molestan con facilidad, reaccionan siempre con mal
humor, etc. Todas estas actitudes ante la vida y sus circunstancias, no dejan de ser un
hábito, una actitud aprendida. Por tanto, nuestra superación personal pasa por
adquirir la práctica de reaccionar ante la vida de modo más tranquilo, con serenidad
ayudando a que las dificultades resulten más fáciles de manejar, así que:

¡ Cambia tu actitud y Cambiará tu vida !

Actitudes mentales que agudizan la ansiedad


Miedo al futuro
Un tipo de pensamiento muy habitual son los ¿Y si?… “y si pasa…” asustándote de las
situaciones negativas que pueden ocurrirte en el futuro. Vivir pensando en todas las
experiencias negativas que pueden pasarnos en el futuro solo acrecentará aún más la
ansiedad, y claro que pueden pasarnos cosas negativas en nuestras vidas pero
puestos a inventar imaginemos que también podemos vivir experiencias positivas y
agradables. A veces, sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad
sucede.

Deja de tener miedo por lo que puede ir mal y comienza a pensar en lo que
puede ir bien
Evitación
La evitación de lo que tememos, cuando hay situaciones ante las que, por alguna
circunstancia, reaccionamos con ansiedad solemos evitarlas, como por ejemplo,
conducir por un determinado sitio, visitar un lugar, etc. El miedo nos impide disfrutar
de nuevas experiencias de la vida, aislarnos y sobretodo enredarnos más y más en
nuestros temores.

La metáfora del león que tenía sed nos puede ayudar a valorar la importancia de
enfrentarnos a aquello que tememos para superar nuestros miedos y controlar mejor
la ansiedad:

“ En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas espejadas y


cristalinas para calmar su sed. Al acercarse a las mismas vio su rostro
reflejado en ellas y pensó: “¡Vaya, este lago debe ser de este león. Tengo
que tener mucho cuidado con él!” Atemorizado se retiró de las aguas,
pero tenía tanta sed que regresó a las mismas. Allí estaba otra vez “el
león” ¿Qué hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano.
Retrocedió, volvió a intentarlo y, al ver al “león”, abrió las fauces
amenazadoras pero, al comprobar que el otro “león” hacia lo mismo,
sintió terror. Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed! Varias veces lo intentó
de nuevo y siempre huía espantado. Pero como la sed era tan intensa,
tomó finalmente la decisión de beber el agua del lago sucediera lo que
sucediera. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas, ¡el león
desapareció!.

Este sencillo cuento, nos enseña que de no enfrentarnos a nuestros miedos, éstos
cada vez serán mayores. El único método que puede hacer desaparecer aquello que
tememos es enfrentarnos a ello; incluso en muchas ocasiones podemos darnos
cuenta “que no era para tanto”. Sobre todo es necesario enfrentarnos a situaciones
que tememos y que evitamos habitualmente y resultan importantes para nuestra
vida superarlas.

Sentir miedo al fracaso


Preocuparnos por el resultado negativo, miedo a no dar la talla derivada de
expectativas desmesuradas, tener una autoestima baja llegando a no realizar
determinadas tareas o metas por miedo a no hacerlo bien; el hecho de no enfrentarse
hace que la persona se pueda sentir más relajada pero la evitación siempre le hará
sentir la ansiedad de no estar consiguiendo aquello que desea.

El perfeccionismo
Perseguir que todo este perfecto, estableciendo objetivos inalcanzables y sufriendo
ante el más mínimo error acabará desestabilizando a la persona debido a que para la
persona con un estilo mental perfeccionista nunca será suficiente. Si deseas vivir sin
ansiedad no quieras que todo sea perfecto, plantéate metas realistas, date el derecho
a ser humano, y no perfecto/a, y no olvides que

La vida es puro aprendizaje, un ensayo de acierto y error

Postergar o dejar para mañana


Detrás de la actitud de “mañana lo haré” se esconde la ansiedad. El “dejar para
después” puede convertirse en el origen de nuestras ansiedades y en una actitud
cotidiana, organizarse y recordar el dicho de “no dejes para mañana lo que puedas
hacer hoy” puede ser de gran utilidad para no sentirnos constantemente ansiosos con
nuestras tareas cotidianas.
Victimismo
Hay personas que se dedican a relatar continuamente lo desafortunadas que son y
como todo les ocurre a ellas, y aunque es cierto, que hay personas que viven más
sucesos negativos que otras, esa actitud mental solo hará que esa persona se sienta
aún más angustiada, no acepte las circunstancias negativas de la vida, y viva
enredada en la “queja continua”. Mientras no desenrede esa actitud y adopte la
necesidad de no quejarse por su vida, no podrá vivir relajada y serena.

Dediquemos nuestros esfuerzos a actuar y no a lamentar

¿Y por qué tantas distorsiones y errores en nuestra forma de pensar? Quizás la


explicación pueda estar en la educación recibida, una educación que tradicionalmente
se ha centrado más en inquietar, asustar, asentada en el temor y la desconfianza, en
el hacer las cosas bien sin que exista la posibilidad de equivocación, etc. y poco se nos
ha enseñado sobre cómo nos sentimos y cómo nuestra forma de afrontar las
circunstancias nos hará sentir mejor. Las enseñanzas tradicionales han estado
centradas en fijarnos en lo negativo, el castigo, la autoridad, el miedo, dando poca
cabida a frases de pensamientos positivos, al refuerzo, al dialogo, a la motivación y al
cariño.

¿Cómo el miedo al futuro, la evitación, el perfeccionismo… pueden originar, aumentar


o mantener la ansiedad? Tal como explicamos en el artículo comprender la ansiedad
para poder superarla, en todos estos casos, estamos activando nuestro sistema de
alarma, a veces incluso cotidianamente sin darnos cuenta, vivir constantemente
preocupados implica vivir siempre con el sistema de alarma encendido y por tanto,
aparecerán los sintomas de ansiedad.

Los pensamientos positivos como clave para superar


la ansiedad
Entrenar una resolución eficaz de problemas y un estilo mental positivo nos ayudaran
a vivir sin ansiedad, puesto que la manera en cómo se percibe una situación es el
componente más significativo de la ansiedad. Combatir la ansiedad requiere un
cambio en nuestro estilo de vida, pero principalmente en nuestra actitud mental y
razonamiento, al igual que aprendemos otras cosas también aprendemos a pensar, la
ansiedad es tensión, y aumentamos la tensión con nuestro estado mental.

Cuando nos preocupamos podríamos decir que nuestra mente comienza a dar
vueltas en círculo sin parar, llegando siempre al mismo lugar. Si queremos ayudar a
nuestros pensamientos para que descanse la mente debemos empezar a poner en
línea recta nuestro pensamiento, es decir, iniciar un autodiálogo interno con
nosotros/as mismos/as donde seamos capaces de dar soluciones a nuestras
preocupaciones, dirigiendo nuestra mente por un camino resolutivo… No es fácil pero
tampoco imposible.

Para ello el primer paso es darnos cuenta e identificar los pensamientos negativos
cuando tienes ansiedad, normalmente no nos detenemos a analizar nuestros
pensamientos, dándolos por válidos sin ni siquiera cuestionar su veracidad y más aún
si nos perjudica el planteamiento que estamos haciendo. Pues al igual que revisamos
lo que comemos ante posibles alergias, para cuidar la salud, etc. también es
importante y resultaría un aprendizaje saludable revisar nuestros pensamientos.
¿Cómo? Pues ante el primer atisbo de ansiedad plantearnos ¿Me estoy preocupando
demasiado? ¿Estoy dando demasiada importancia a algo negativo? ¿Siento miedo?
¿Me estoy exigiendo demasiado?.

Es momento de dejar de ser catastrofistas, y plantearnos ¿Existe algún modo


alternativo de plantearse esta situación? Vamos a ponernos en el peor de los casos,
¿Qué es lo peor que podría ocurrir? Consiste en imaginarse que tus peores miedos se
convierten en realidad. Si llegas a la conclusión de que puedes soportar que ocurran
esas situaciones o experiencias, te habrás liberado de tus miedos. Preocupándote
¿Puedes evitar lo que temes? ¿Para que sirve preocuparme?

Cambia la actitud que tienes ante tus problemas. Pregúntate siempre ¿Qué es
realmente importante?

Si nos cerramos en nuestras propias preocupaciones, difícilmente podemos pasar a la


acción. La preocupación debe ser algo momentáneo que nos permita pasar a la
acción lo antes posible para poder conseguir que esos desastres sean menos
terribles.

Expresiones y frases positivas


Nuestra forma de expresarnos, es decir, nuestro lenguaje verbal también conviene
revisarlo. Cuando valoramos positivamente las cosas y utilizamos un lenguaje positivo
y motivador para referirnos a las situaciones también nos ayudará a sentirnos mejor y
mejorar nuestro autoestima. Es necesario, tomar conciencia de la diferencia que
existe cuando planteamos los puntos de vista u opiniones desde un enfoque negativo
o positivo.

Así que revisar las actitudes diarias, observar como reaccionamos ante las
experiencias negativas diarias y utilizar un lenguaje y pensamiento positivo hará que
afrontemos con optimismo y mayor seguridad las situaciones que se nos plantean.
Por ejemplo, no es igual decir “Pienso que” que utilizar la frase alternativa positiva
“Estoy segura de”, o decir “No creo que sea capaz” por “Claro que voy a conseguirlo”.
Incorpora o enriquece tu lenguaje con más mensajes positivos, frases de autoayuda y
ánimo, reflexiones que sirvan para animar; no sólo a tí sino también a tus seres
queridos. En este aspecto puede ayudarte mucho la técnica de las autoinstrucciones
positivas.
No dejes de prestar atención a las actitudes, pensamientos, palabras, etc. que utilices
para modificarlos y cambiarlos por palabras y sobre todo, pensamientos positivos. Un
gesto tan sencillo te ayudará a ver el aspecto positivo de las cosas.

Tip sobre superación personal: No sufras inútilmente


Ser positivo no es verlo todo maravillosamente, pues en muchas ocasiones las
circunstancias que tenemos puede que no nos sean favorables. Aquí es donde los
pensamientos positivos (acompañados de frases de ánimo) pueden ayudarnos para
elegir la alternativa que me facilite sentirme mejor, que me tranquilice, me centre y
me ayude a afrontar la vida diaria de una manera resolutiva.

Mencionar una pequeña historia que utilizo cuando hablo de los pensamientos
positivos que lo ejemplifica

“ Historia de dos vendedores de zapatos a quienes sus respectivas


empresas enviaron África para vender sus productos. Tan pronto como
desembarcaron el primer vendedor vio que todo el mundo iba descalzo y
mandó un telegrama a su jefe: Vuelvo en el primer barco. Aquí nadie
utiliza zapatos. Una semana más tarde llegó un segundo vendedor, el
cual encontró con la misma situación: sólo se veía gente descalza por las
calles. Pero éste envió el siguiente telegrama a su empresa: Me quedo
aquí. Perspectivas fabulosas. No tenemos competencia

Sin duda, la forma de relacionarnos con nuestros problemas tiene muchísimo que ver
con la rapidez y eficacia de las soluciones que aplicamos. Aprender a reaccionar ante
la vida de una forma más serena hará que los problemas que parecen “insuperables”
sean más fáciles de manejar adquiririendo nuevos hábitos de pensamientos positivos.
Al fin y al cabo, se trata de plantearlo como una situación de superación personal y de
esforzarnos en ver el lado bueno de la vida y de las circunstancias, como
tradicionalmente se ha podido referir cuando decimos

“ Ver la botella medio llena en lugar de medio vacía

Es decir, fijarnos en el lado positivo de lo que nos ocurre en lugar de centrarnos en lo


negativo. Ser positivo significa encontrar siempre la mejor forma posible de responder
a cada situación en tu vida. No ir en contra de la corriente, pues solo nos servirá para
sufrir más, aprender a reaccionar con tranquilidad y aceptar los problemas y
contrariedades de la vida. Cuando se aprende a “dejar pasar”, los problemas no se
resistirán y comenzarán a fluir con mayor facilidad.

Si quieres conseguir la serenidad, opta por “cambiar las cosas que puedes cambiar,
aceptar las que no puedes y tener sabiduría para ver la diferencia“. Los obstáculos y
los problemas forman parte de la vida, vivir en armonía no significa liberarnos de todos
nuestros problemas, sino de cambiar nuestra actitud hacia ellos cuando los
aceptamos y aprendemos de ellos. La paz interior se logra mediante la comprensión y
aceptación de las inevitables contradicciones de la vida. Recuerda que te conviertes
en aquello que más practicas.

No trates de entender todo, a veces no se trata de entender sino de aceptar

Para mejorar la calidad de tu vida debes ser consciente de cómo piensas, y reconocer
como son tus hábitos de pensamiento tanto positivos como negativos. Observa tus
pensamientos y cómo te sientes. Ser positivo significa estar en armonía. El
pensamiento positivo es una actitud mental. Es una forma de ver la vida. Todos/as
podemos elegir cómo responder ante una determinada situación. Una última
reflexión, intentemos ser positivos:

No podemos cambiar la experiencia pero sí como te enfrentas a ella

Hola! Me llamo Mar


Medina

Licenciada en Psicología por la


Universidad de Granada. Mi
trayectoria profesional ha
destacado especialmente por
trabajar en diferentes áreas
profesionales en la provincia de
Cádiz. Leer más…
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