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De Santiago a Villa de Mayo: Mailín, una fe que

trasciende fronteras
Por Ariel Navarro

“Muchas veces en los medios escuchamos que la gente no tiene valores, que no se acerca,
que no se comunica. Todo eso acá se cae. Acá la gente defiende la vida, la fe y el trabajo,
es unida y viene con humildad a pedir a Dios”: estas fueron las palabras del párroco Ángel
Silveiro, al cierre de una de las celebraciones más convocantes de la comunidad
santiagueña en la provincia de Buenos Aires: la Fiesta del Señor de los Milagros de Mailín.
Eran las cinco de la tarde del sábado 12 de mayo y caminaba por una de las avenidas
principales que une la Ruta 202 con el centro de Villa de Mayo, partido de Malvinas
Argentinas. A medida que recorría las cuadras que me faltaban en dirección a la Capilla
Nuestra Señora de Guadalupe, comencé a encontrarme con muchos devotos y peregrinos.
En las calles, ya se sentían los acordes de chacareras, gatos y escondidos. No era una
casualidad que esto sucediera: la fiesta estaba en marcha una vez más.
La fe por Mailín convoca a los fieles que, a pesar de los momentos difíciles, se acercan
cada año al santuario desde diversos puntos de la Capital Federal y el Conurbano
bonaerense para agradecer los milagros concedidos o para pedir favores. “Es un pueblo
que se acerca a buscar esperanza”, definió otro de los párrocos de la Capilla Guadalupe.

Impulsada por el cura Jorge Seibold junto a residentes santiagueños, la fiesta del Señor de
los Milagros de Mailín tuvo lugar por primera vez en 1975 en Villa de Mayo y ya lleva,
entonces, 43 años. En ella se replica la tradicional celebración llevada a cabo en el pueblo
de Mailín, ubicado en el departamento Avellaneda de la provincia de Santiago del Estero.
En ésta oportunidad, la celebración fue realizada por la Diócesis de San Miguel bajo el
lema: “Señor de Mailín, querencia de tu pueblo”.

Cada año, con la llegada del mes de mayo, esta localidad ubicada al noroeste del
conurbano bonaerense (a unos 30km de la Capital Federal) se prepara para recibir a la
comunidad santiagueña y a los devotos mailineros residentes en la provincia de Buenos
Aires, todos aquellos que, por diversas circunstancias, no tuvieron la posibilidad de viajar a
la fiesta grande de Mailín que se realiza en la llamada “Capital de la Fe” de Santiago del
Estero. Domi Farías, devota y directora de Radio Norteña, comentó que los problemas
económicos no se vuelven un impedimento para la gente que quiere visitar Mailín. Todos
ellos “dejan otras cosas de lado” para juntar el dinero que les permita viajar al santuario,
dijo.

Según la leyenda, el origen de la fiesta se remonta a finales del siglo XIX, cuando Juan
Serrano, un anciano oriundo del pueblo santiagueño, halló al pie de un algarrobo la Cruz del
Señor de Mailín. “La fe por Mailín está incorporada en la familia y en todas las etapas”,
señaló Domi Farías quien además consideró que “es como una obligación moral y de
costumbre” pasar por el templo de Mailín cada vez que se viaja a la tierra santiagueña.
Procesión del señor de los milagros de Mailín

Para quienes decidan visitar por primera vez durante los festejos la Capilla Nuestra Señora
de Guadalupe, sede principal de la celebración en Buenos Aires, pueden sorprenderse con
las diversas e intensas muestras de fe y devoción de los fieles que lo consideran milagroso.
¿Alguien se imaginó en alguna oportunidad ver gente bailando chacareras en frente al altar
de una Iglesia? Esa es tan solo una de las diversas expresiones de lo que genera y
simboliza Mailín en cada uno de sus promeseros, que se acercan año a año, en Buenos
Aires o Santiago, a rendirle homenaje.

Mientras recorría los alrededores del templo, me encontré con muchas carpas improvisadas
de devotos que ya se habían instalado en la plaza desde temprano, esperando el día de la
procesión. Tampoco faltaban las largas filas en los puestos que vendían desde locro y
empanadas hasta cerveza artesanal, ropa y entre muchas cosas más. La economía
popular, supervisada por el Municipio de Malvinas Argentinas para evitar inconvenientes
entre las decenas de comerciantes, nuevamente fue protagonista en esta celebración
ocupando numerosas calles en los alrededores del templo. Una vez más, muchas familias
decidieron salir a la calle con sus productos, ante la gran convocatoria de visitantes que se
acercan año tras año a visitar el lugar. La fiesta del Señor de los Milagros generó también
un espacio propicio para el comercio.

Caminando por las calles colmadas de niños, jóvenes y adultos, no era extraño encontrarme
con pistas improvisadas de baile en casas particulares e incluso visitantes y músicos que
demostraban su talento en la vía pública. Una guitarra, un acordeón y un bandoneón son
suficientes para que conjuntos folklóricos, como es el caso de Emma y Maty Cisneros,
demuestren su música a las más de 100 personas que se fueron acercando al escucharlos
tocar unas chacareras y chamamés. A pesar de que estas expresiones culturales en la vía
pública no estaban permitidas por la comisión organizadora del Municipio, ellos se animaron
a cantar y brillaron con su música.

No se hicieron esperar los aplausos, la ovación y los sapucay del público a su alrededor, y
la emoción los embargó por ser la primera vez en su corta trayectoria que actuaban de esa
manera. Luego de la última misa masiva de la jornada del sábado, la Capilla Guadalupe se
mantuvo abierta durante toda la noche para recibir a los devotos y promeseros que
continuaban acercándose a tocar la Cruz del Señor de los Milagros de Mailín. Con un nuevo
amanecer, Villa de Mayo se preparaba para el último día de celebración: el domingo de
procesión.

Desde la mañana del domingo 13 de mayo la Plaza Guadalupe, ubicada frente a la Capilla,
se convirtió en una de las anfitrionas en ese día tan especial. Durante el transcurso de la
jornada se fue colmando de decenas de personas que además de visitar el altar del Señor
de los Milagros, se acercaron a disfrutar en familia mientras aguardaban la hora de la
procesión con un rico asado, un locro y otras comidas típicas de Santiago del Estero y el
interior del país.

No solo las familias llegaron a una de las sedes de la “Capital de la Fe” como es la
localidad de Villa de Mayo. Durante esta jornada de domingo, en el escenario principal Pepe
Nazar del Valle, “La voz de Mailín”, prestigiosos músicos y grupos folklóricos brindaron su
música como homenaje al Señor de los Milagros. Fue numerosa la cantidad de artistas que
desfilaron a lo largo de toda la jornada para los devotos y promeseros, que pudieron sentir
una parte de su tierra natal presente en Villa de Mayo.
Jóvenes interpretando chacareras y chamamés

Con la llegada de la tarde, los conjuntos folklóricos comenzaron a despedirse y los


visitantes se acercaron nuevamente a las puertas del templo. Ya se escuchaba el sonido de
las campanas de la Capilla Nuestra Señora de Guadalupe y las sirenas de los bomberos
con el que se anunciaba el inicio de la 43° procesión.

Momentos después, se abrieron las puertas de la capilla y los fieles allí presentes lo
recibieron al milagroso agitando pañuelos y le demostraron su fe acompañando una vez
más la caravana encabezada por la imagen del Señor de los Milagros en forma de Cruz por
los alrededores del templo. Las lágrimas que recorren los rostros de cientos de devotos y
peregrinos dan cuenta del fervor que despierta Mailín. “Unión, amor, paz, fervor y fe”, son
las palabras que pueden definir la masiva convocatoria, según una de las colaboradoras de
la organización.

Pasadas las 18, se dio por finalizada la celebración. Luego de que la imagen del Señor de
los Milagros en forma de Cruz regresara al templo, se cerraron las puertas de la Capilla
Guadalupe. Junto a muchos de los visitantes, devotos y peregrinos comenzamos a retornar
poco a poco a nuestros hogares. Pero en todos reina la humilde esperanza de ser
protegidos por el milagroso y el año que viene poder regresar.

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