Está en la página 1de 3

JOSE DE GOITIA, O.F.M.

CRISTO A LA LUZ DEL CONCEPTO «SARX»


La noción neotestamentaria de la sarx en sus consecuencias cristológicas
Estudios Franciscanos, 62 (1961), 321-330.

SARX
Raíces en el A. T.: "basar, nefesh"

La doctrina-base de la psicología hebrea radica en los dos principios constitutivos del


hombre: el basar (= carne) y el nefesh (= espíritu). El hombre consta de esas dos partes
integrantes que provienen directamente de Dios (Gn 2, 7.23; Lv 13, 2; 15, 16 ...)

Los hagiógrafos del A.T. veían en esos dos principios, no tanto elementos ontológicos
constitutivos de un compuesto substancial, sino más bien dos principios de acción que
respondían plenamente a la concepción religiosa -surgida en gran parte del episodio de
la caída del Edén. El basar no es el cuerpo de la psicología aristotélico-escolástica. Para
la mentalidad hebrea, en el basar se contiene todo aquello que envuelve la idea de
perecedero, de débil, de impotencia, en cierta manera de propensión al mal.

Nuevo Testamento: "sarx, pneuma"

Pablo y Juan son tributarios de toda la cultura de sus mayores. La sarx (= carne) para
ellos designa el hombre no renovado y purificado por el pneuma (= espíritu). El hombre
que, aunque por su realidad natural -creada por Dios- es bueno, encierra con todo en sí
un querer perverso, pues desea hallar su vida exclusivamente en la sarx, alejándose así
de Dios.

Concretamente en Pablo, la sarx implica:

1. Propensión, inclinación al mal. (Rom 7,14.25; 8,6-7; ...)


2. Flaqueza, debilidad. (Rom 6,19; 8, 3; ...)
3. Impotencia para obrar el bien. (Rom 7, 18.)
4. Pequeñez. (1 Cor 1, 26.)

La concepción psicofisiológica desaparece, hallándonos en consecuencia ante principios


de acción dinámica. La carne es una potencia que vive en nosotros, que ejerce su tiranía
sobre nosotros, en virtud de esa debilidad que caracteriza a nuestro ser.

También san Juan, al hablar de las consecuencias del discurso eucarístico de


Cafarnaum, dirá: El espíritu es quien da la vida, la carne de nada sirve. (Jn 6, 63.) Es la
contraposición de los dos principios constitutivos de la dinámica del hombre.
Contraposición que, en Pablo, se consumará en la división, tan antiontológica, de los
dos hombres en un mismo ser: el hombre sárkinos (= carnal) y el hombre pneumatikós
(= espiritual). Una única realidad con un doble principio dinámico de acción.
JOSE DE GOITIA, O.F.M.

Consecuencias en orden a Cristo

Aspectos de debilidad, flaqueza, impotencia, propensión al mal

Los hagiógrafos, al enunciar el hecho de la encarnación, intentan expresar todo el


contenido que entraña el término sarx. Así, si Cristo toma esa sarx, reviste condiciones
de vida humilde, impotente, ... Es una de las ideas fundamentales de los himnos
cristológicos, en los que se contrapone la humillación, la debilidad de la vida de la sarx
en Cristo, de la vida antes de la resurrección, al triunfo, a la gloria, a la vida
pneumatológica tras la resurrección, cuando Cristo es constituido Señor (Fip 2,6-11; Col
l, 15-20; Rom 1, 3-4). Y precisamente a causa de su abajamiento.

Es quizá la Epístola a los Hebreos, la que ha recalcado con más fuerza esta humillación.
Su autor describe al Pontífice del N.T., en cierto sentido rebajado (2, 9); probado y
tentado y habiendo experimentado nuestras debilidades (2,8; 4,15). Habla de una
perfección en Cristo, obtenida por su obediencia, por sus sufrimientos y padecimientos,
por sus pruebas.

Si, como Sumo Sacerdote, puede interesarse, compadecerse de las tentaciones y pruebas
de los cristianos, es precisamente porque durante su vida experimentó -en su sarx y por
razón de ella- todas esas debilidades físicas y morales (Heb 4, 15).

La tentación de Cristo.

Jesús ha experimentado todas nuestras debilidades en su humanidad, conforme a la


predicción de Is 53,4: nuestros sufrimientos El los ha llevado;. nuestros dolores los
cargó sobre sí, texto que aduce el evangelista Mateo (8,17). Este sufrimiento envuelve,
ante todo, las debilidades y flaquezas propias de la naturaleza humana, naturaleza sujeta
a la fatiga, a la enfermedad, a la muerte. Entraña a su vez todas las deficiencias y
limitaciones de un ser creado, en el orden intelectual (Rom 6, 19), religioso (Rom 8,
26), moral (1 Cor 8, 7. 12). De hecho, el término hebreo que emplea Isaías en el texto
citado, significa causa de ruina, incitación a pecar. Así, el Hijo, hecho sangre y carne, ha
conocido todas las miserias humanas y hasta ha tenido conciencia de nuestra fragilidad
moral, cuando fue tentado a oponerse a la. voluntad de Dios: la carne es débil (Mt 26,
41.)

El texto de Heb 4, 15 reviste una importancia capital, pues remarca el hecho y la


extensión -en tiempo y en materia- de la tentación en Jesús: pues no es tal nuestro
Pontífice que sea incapaz de compadecerse de nuestras miserias, antes bien probado en
todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado. El participio perfecto probado,
habiendo experimentado tentación, evoca la duración de la prueba, la prolongación de
dicha prueba desde el nacimiento hasta la muerte. La adición en todo, expresa que su
tentación abarca. todo. El hagiógrafo, siempre fija su mirada en recalcar el aspecto
vicarial del Pont ífice del N.T. añadirá todavía: a semejanza nuestra, que en el término
griego conjunta las ideas de igualdad, correspondencia y semejanza.

En este contexto de la Epístola a los Hebreos, los términos probar y tentación


envuelven un sentido bien .precisó: las pruebas y contradicciones de la vida que se
truecan en ocasión de revuelta, murmuración, pecado (Ex 16, 4; Dt 8,2; Heb 3, 7 ss.). Es
JOSE DE GOITIA, O.F.M.

así como Jesús ha sido también tentado, y precisamente porque lo ha sido, porque lo ha
experimentado, puede ayudar y auxiliar a los demás (Heb 2, 18).

Impecabilidad dinámica de Cristo.

La Epístola a los Hebreos, al señalar tan vivamente la tentación de Jesús, cuida también
de enunciar, con no menor fuerza, la impecabilidad de Jesús: a excepción del pecado.
Ningún otro autor ha dado tanto realce a la impecabilidad de Jesús. Esta doctrina ya está
en los Sinópticos, pero el autor sagrado de Hebreos se interesa por ella de modo
particular, relacionándola con el carácter sacerdotal de Jesús. Para Heb el hecho de que
Jesús haya sido tentado no es óbice alguno para la impecabilidad. Más bien, es así como
la impecabilidad de Jesús brilla más fuertemente, en cuanto que, probado en todo, no
sucumbió a la tentación.

Todo ello es consecuencia de la sarx que asumió el Hijo de Dios. En los días de su
carne -dirá Heb 5, 7- ofreciendo plegarias y súplicas con grande clamor y lágrimas a
aquél que podía salvarle de la muerte.

No obstante ser Hijo de Dios, aprendió la obediencia, precisamente por lo que tuvo que
sufrir, habiendo experimentado en su carne todo aquello que insistentemente pedía al
Padre le sustrajera (Heb 5, 8). La obediencia de Jesús se ha recalcado siempre (Rom 5,
19; Flp 2, 8; Heb 10, 5-9). En cuanto hombre, en contacto directo con lo que entraña de
dificultoso la obediencia -sobre todo, en la prueba suprema de la muerte-, Jesús se ha
enriquecido. Ha obtenido una experiencia psicológica, una comprensión práctica y una
apreciación del sufrimiento que le era indispensable para compadecerse, como Sumo
Sacerdote, de las debilidades y tentaciones de sus hermanos.

Estos textos son de una importancia capital en la cristología. Parece como si se quisiera
subrayar que la vida de Jesús no sería verdaderamente humana sin ese tinte de lucha
moral, de debilidades y flaquezas físicas, que nacen sin género de duda de la concepción
escriturística de la sarx: hace falta sufrir con los hombres, para poder sufrir por los
hombres.

Condensó: IGNACIO VILA

También podría gustarte

  • 010 Potterie
    010 Potterie
    Documento5 páginas
    010 Potterie
    donatellu169
    Aún no hay calificaciones
  • 009 Lecuyer
    009 Lecuyer
    Documento6 páginas
    009 Lecuyer
    donatellu169
    Aún no hay calificaciones
  • 008 Vawter
    008 Vawter
    Documento4 páginas
    008 Vawter
    donatellu169
    Aún no hay calificaciones
  • 001 Orbe
    001 Orbe
    Documento7 páginas
    001 Orbe
    donatellu169
    Aún no hay calificaciones