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Jesús Jambrina
publicado en Revista Unión, la Habana, Año XV, No. 53, Enero-Marzo, 2004
Si nos fijamos en las fechas en que se publican las tres obras de referencia en el
título, al menos en sus primeras ediciones, es decir 1499, 1554 y 1605, nos damos cuenta
español en su totalidad. Ello no sólo representa que España, impulsada mayormente por
la conquista de América, se está convirtiendo en una potencia mundial, sino también que
ello se sustenta en el dominio estricto tanto de su territorio nacional, como de los sujetos
que habitan ese espacio geográfico a partir del establecimiento de algunas exigencias
tanto raciales, como religiosas y sexuales. El nacimiento de los estados modernos, como
considera la nación. A saber, los judíos, los musulmanes, los reformistas cristianos y las
social/moral order onto certain kinds of bodies as the locus of order and onto
other kinds as the locus of disorder. In short, the social project of these texts
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suggests the necessity of analysis in its etymological sense, breaking open the
tight connections of the body (gender and sex/uality) to social order, requiring the
(Lo que estos textos provocan en sus lectores, además del deseo de
tipos de cuerpos como lugares del orden social y moral y otros tipos de cuerpos
como lugares del desorden. Es decir, el proyecto social de estos textos sugiere la
peligrosa y tercamente carnales, esto es las mujeres, los judíos, los moros y los
Como su título lo indica, las siguientes páginas versarán sólo sobre una de estas
discurso distinto sobre la sexualidad” 1. Como las mismas obras lo indican, especialmente
aunque en este caso me aventuraré a una especulación cuya eficacia requeriría más
estudio. En estas líneas estará el fantasma lacaniano en el sentido de que el deseo implica
por una parte un objeto y un sujeto específicos, pero también una intervención, es decir
1
Foucault, Michael: “Las relaciones de poder penetran los cuerpos”, en Microfísica del poder, ediciones
La Piqueta, Madrid, 1992.
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una acción hacia lo deseado y esa acción puede ser positiva o negativa en dependencia de
las circunstancias del deseante. Me interesa pensar la escritura barroca como una
escritura deseante, un acto que busca envolver un objeto sin llegar a poseerlo
completamente. En esta actitud existe una tensión que podría entenderse como complejo
de culpa frente al esplendor renacentista donde el deseo se nos presenta como una manera
libre de estar en el mundo, a pesar de o como parte del ojo escudriñador de la iglesia
católica.
Un simple recorrido por la pintura del período renacentista nos descubre un gusto
sensual por las formas, una recreación del cuerpo humano, así como de la naturaleza. El
Ángel y Leonardo Da Vinci, entre otros, en plena comunión con los paisajes naturales:
árboles, frutas, ríos, cielo. Lo sagrado es sagrado en tanto es habitado por los sujetos y los
objetos (la arquitectura, los instrumentos musicales, las esculturas, la vestimenta) sirven
para resaltar los cuerpos. Recuperando el precepto antiguo de que “el hombre es la
medida de todas las cosas” (Protágoras), la cultura renacentista hace del diálogo y la
– El Decamerón, de Bocaccio.
del Quijote añora regresar a una época de esplendor clásico. Este hecho encierra otras
preguntas con respecto a la cultura española desde finales del siglo XV hasta mediados
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del XVII en la medida en que podríamos pensarla como un incómodo acomodo –valga el
oxímoron- a las nuevas circunstancias político-sociales en las que, como dijimos antes, el
transición, ésta es una época bifronte que como el Dios Jano mira con una cara hacia
delante y con otra hacia atrás (Beverly, 47). En ese sentido, dentro de los discursos sobre
la sexualidad late una tensión entre la nostalgia por una época clásica y el deseo de vigilar
mujeres como los sujetos que ven y perciben la realidad con más precisión que los
hombres. Para las autoras, las mujeres del cuadro de Murillo organizan la escena y se
aspectos que me interesa en esta obra es la clara comprensión que tiene del lenguaje
Celestina usa de las palabras estableciendo con ellas límites y alianzas en los
comportamientos del resto de los personajes. Ahora bien, junto a la arquitectura de una
retórica del deseo Celestina también elabora una retórica de los afectos en su versión
dependiente en la que ella se presenta a sí misma como la productora de los mismos. Por
Celestina le recuerda que fungió como su madre cuando la biológica falleció y el joven le
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responde diciendo que “Sí, en buena fe. Y algunas veces, aunque era niño, me subías a la
cabecera y me apretabas contigo y porque olías a vieja, me fuía de ti” (I, 28, 29,
subrayado mío).
y asumiendo que el uso del lenguaje equivalen a los espejuelos de las señoras en dicha
una situación erótica de la que él, como Lázaro con respecto al Fraile de La Merced,
referencia nos remite a un circuito de deseo fuera de la norma y de hecho, como el cuadro
situación.
vida del Lazarillo. “El caso” remite a un adulterio que parece está siendo investigado y
si lo que está haciendo Lázaro no es decir que él acepta ese adulterio porque es la mejor
presentarse una alianza entre el lenguaje como capital y la vida sexual; una alianza que
permite que el pobre use su voz para articular un discurso de justificación de sus
acciones, algo que durante el medioevo le estaba completamente vedado. Con su Buscón
Quevedo castiga este tipo de actitud descalificando “los altos pensamientos” de Pablos
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para avanzar en la escala social. Incluso me aventuraría a decir que, pensando sobre todo
otros más sofisticados como la hermenéutica o la persona, ambos extraídos del capital
Si la identidad de Don Quijote, por ejemplo, como afirma Juan Carlos Rodríguez,
surge allí donde Alonso Quijano no entiende el nuevo sistema discursivo 2, la nueva
la identidad de la persona como aquel sujeto que está en posición de no identificarse, sino
elaborar por sí mismo una comprensión de los nuevos signos, conceptualizar. Para
mientras que para Gracián produce un nuevo orden epistemológico que permite la
reproducción del antiguo régimen medieval bajo circunstancias distintas. Juan Carlos
Rodríguez tiene razón al afirmar que el Quijote describe también el momento en el que el
Volviendo al Lazarillo hay que recordar que el Tratado Cuatro se ha estudiado con
relación a sus connotaciones sexuales. Partiendo de esta base vale preguntarse que, si
como hemos dicho, existe una alianza entre el lenguaje y las estrategias del deseo sexual,
entonces en este tratado de evidente referencia erótica, este es un aspecto del que no se
2
Rodríguez, J. C. “Aproximándonos a Cervantes. El caballero ¿antihéroe?, en La literatura del pobre,
Granada, España, Editorial Comares, 1994.
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Ob.Cit.
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quiere hablar. En su artículo “Lazarillo´s dirty sex”, George A. Shipley propone la idea de
que el fraile de la Merced forzó a Lázaro al sexo oral y por eso éste lo abandonó. La idea
de ella, aunque, siguiendo a Foucault en la frase del inicio, el autor de la obra en realidad
hace un guiño a sus lectores a través de la enunciación de un acto que al final sólo se
señala a sí mismo.
Murillo, parece cosa común que los niños y adolescentes se viesen envueltos en este tipo
que hace de la escritura una diferencia al tiempo que hace del homosexual un texto más
que un cuerpo. El crítico tendría que deslindar uno de otro y nombrarlos 4. En tal sentido,
tanto los zapatos como el trote, basados en el habla de la época, serían códigos
mujercillas a que el Fraile es un pariente de ellas sería una alusión a que entre él y ellas
4
Sifuentes Jáuregui, B.: The Swishing of gender: homographetic marks in Lazarillo de Tormes”, en Sylvia
Molloy y Robert Mckee Irwin (Ed.): Hispanism and Homosexualities, Duke University Press, 1998.
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existe una expresa identificación sexual. Otra vez son las mujercillas las que le entregan
Lázaro (un adolescente) al Fraile, de quienes el refrán popular decía: “Cuando vieres un
En cuanto a Don Quijote hay varios aspectos que me gustaría señalar, todos
encaminados a discernir los intríngulis eróticos en esta novela de la que siempre se toma
como referencia su novedosa estructura narrativa, pero que siguiendo un poco la idea de
la relación entre lenguaje y representación del deseo sexual pienso que pudiera producir
and the escape to Dulcinea”, Carroll B. Johnson usa a Freud para afirmar que, junto a las
calamidades que como hidalgo venido a menos vive Alonso Quijano, está el
enamoramiento secreto con su sobrina5. Este hecho, según el autor, lo hace entrar
completamente en la psicosis y tendrá que transferir ese amor a otro personaje menos
incestuoso para él, en este caso Aldonza Lorenzo, cuya característica principal, como
No one in the story or the criticism doubts that Aldonza is female. What
strikes Sancho as eminently tellable and at the same time desestabilizes the
narrative is that she is not a heterosexual female, that is, not an object of or
orientation of this performance toward another woman (…) are not the same as,
5
Johnson, Carroll B.: Madnes and Lust. A Psychoanalytical Approach to "Don Quixote". Berkeley:
University of California Press, 1983
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or imitations of, a man’s (…) The bar –“tira tan bien una barra como el más
forzudo zagal…”- here becomes not a sign of división, but (…) the sign of
connetion on a narrative level between butch and femme(…) then we must look
for a woman whose representation is intimately linked with, but not erased by
Aldonza´s; a woman who is thus coupled with her and turned out in the full array
desestabiliza la narración es que ella no es una mujer heterosexual, esto es, ella
una mujer y su orientación hacia otra mujer (…) no son lo mismo, o imitan, el de
un hombre (…). La barra – “tira también la barra como el más forzudo zagal”-
nivel narrativo entre una mujer hombruna y una dama (…) entonces tenemos que
Aldonza, pero no borrada por ella; una mujer asociada con ella y presentada con
(Traducción mía))
De este juego de identidades -recordemos que, como dice Juan Carlos Rodríguez,
Cervantes en verdad está contando el nacimiento de una identidad, es decir la vida de dos
individuos en uno solo6, se desprende que las fisuras entre estos dos seres –Alonso
Quijano y Don Quijote- van más allá de las diversas interpretaciones de las novelas de
6
Rodríguez, J. C. “Aproximándonos a Cervantes. El caballero ¿antihéroe?, en La literatura del pobre,
Granada, España, Editorial Comares, 1994.
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“tanto Freud como Lacan reconocen que, muchas veces, los hombres optan por amar a
mujeres imposibles o lejanas (ya casadas, comprometidas) que les sirven de excusas para
(26)”. En el caso de Lacan, “la mujer distante (…) conserva intactos todos los elementos
and a concomitant elevation of (sexual) desire. Yet the woman can be his object of
desire in so far as she veils the mysteries for which he searches, only, that is in so
mysteries vanishes and the object loses its fascination… The nearer satisfaction
embargo, la mujer puede ser su objeto de deseo en tanto ella vela los misterios
(Traducción mía).
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con respecto a su “misteriosa” amada como motivación para justificar sus propios deseos
de aventura. Esta es una lógica, sin embargo, que tanto Cervantes, como Don Quijote
heredan del discurso caballeresco en el sentido de que el caballero debe probar sus
buenos sentimientos mediante acciones ejemplares que le permitan ganar el respeto del
grupo y por ende poder social que, en última instancia, es lo que de cierta manera busca
Don Quijote. Visto de esta manera, nuestro héroe entonces habría usado la penalización
moral del incesto, así como la masculinidad de Aldonza Lorenzo para evadir la
las motivaciones personales –historia privada de Alonso Quijano- como social – período
de transición del organicismo. Como dice Juan Carlos Rodríguez, la ganancia del Quijote
como texto es que presenta una lógica del desface o el desajuste dentro de su propia
decir en transición hacia una sociedad totalmente mercantil. (…) Es un libro moderno
porque se mueve en esa contradicción entre lo público y lo privado 7. En este último punto
diría yo, la representación de la sexualidad en el texto hasta ahora ha sido opacada por la
fosforescencia del resto de sus logros como obra maestra de la literatura en español.
7
Ob. Cit.
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Bibliografía
Brocato, Linden M.: “Tened por espejo su fin”: Mapping gender and sex in Fifteenth and
Sixteenth Century Spain”, en Queer Iberia, sexualities, cultures, and crossing from the
middle ages to the Renaissance, Josiah Blackmore and Gregory s. Hutcheson (Ed.), Duke
Gossy, Mary S.: “Aldonza as Butch: Narrative and the play of gender in Don Quijote”, en
Sandez, Mariana: “El deseo y la otredad en La última niebla de María Luisa Bombal”, en
internet)
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