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La Celestina.

La autoría.
Fernando de Rojas se atribuye ser el autor de La Celestina, aunque no de toda la obra, sino que él
mismo se confiesa continuador de un texto atribuido a Juan de Mena o a Rodrigo Cota. Hoy día la
crítica se decanta a que Rojas podría haber hallado un manuscrito inicial a la que le dio forma final.

Género literario.
La Celestina es una obra de teatro, si atendemos tanto a su título inicial (Comedia de Calisto y
Melibea), como al posterior (Tragicomedia de Calisto y Melibea y la puta vieja Celestina). La obra
está pensada para su lectura dramatizada ante un auditorio y no como una representación al uso.

Además, la Celestina transciende su molde dramático para recibir influencias de otros géneros
literarios próximos a la narrativa, por lo que en alguna ocasión se ha hablado de novela dialogada,
percibiéndose elementos de la novela sentimental y una deuda al Tirant lo Blanch. Por otra parte,
el uso reiterado de sentencias originarias de Petrarca y, en menor medida, Séneca, la aproximan a
una especie de colección miscelánea de carácter enciclopédico, de las realizadas en los siglos XVI y
XVII, que recogían material de la cultura grecolatina y de la historia sagrada.

Temas principales.
El amor. El principio que mueve toda la obra. La obra ofrece una amplia gama de matices que van
desdela parodia del amor cortés hasta el amor carnal.

Crisis de valores sociales y morales. La Celestina refleja el declive de la sociedad feudal y la


constatación de que el dinero es el motor de estos cambios: Calisto paga por conseguir el amor de
Melibea, Pleberio alardea de sus negocios, la avaricia romperá la relación entre los criados y
Celestina…

La Fortuna. Tanto en su acepción pagana como en una concepción medieval como providencia
divina. La Fortuna se cierne sobre los personajes de la obra, que se someten a ella como recogen
las palabras de Pleberio en su auto final.

El paso del tiempo y la presencia de la muerte. La obra está llena de advertencias y alusiones a la
muerte a través del recurso de la ironía trágica. La muerte aparece como castigo al camino
emprendido por cada uno de los personajes, puesto que en ningún caso es natural ni sosegada.

Libertad de la mujer / misoginia.

El tema de la misoginia, tan presente en la literatura española de la Baja Edad Media, se puede
apreciar en el discurso de Sempronio acerca de la lujuria insaciable de las mujeres; sin embargo,
también podemos comprobar la libertad con que algunas de las protagonistas viven, su deseo de
independencia a través de su trabajo, aunque sea inmoral, y la determinación de Melibea de
rechazar su matrimonio e incluso decidir su propio final.

La magia y la philocaptio.

Son los causantes del sometimiento de Melibea. Aunque se ha considerado un mero adorno de la
trama, la crítica actual acepta la funcionalidad de la magia en el desarrollo del asunto, insistiendo
en la aceptación medieval de estos rituales. Rojas parece dejar intencionadamente que el lector
interprete que el enamoramiento de Melibea: o es el demonio el causante o la joven se mostraba
interesada en Calisto desde el primer momento a pesar del rechazo inicial, fruto del juego
amoroso.

Los personajes.

Los personajes de la Celestina dan cuenta de un complejo entramado de relaciones. Se trata de


personajes redondos, contradictorios, que manifiestan grandes dosis de individualidad.

Celestina. Es el personaje más complejo de toda la obra. Su codicia se alimenta del dinero
obtenido de quienes acuden a ella para satisfacer sus bajas pasiones. Conoce a fondo la psicología
del resto de personajes, hasta conseguir que incluso los más reticentes cedan a sus planes.

Calisto. Es el galán de la obra. Su nombre, de etimología griega, es “hermosísimo”. Se comporta


como un personaje temerario, incapaz de regirse por el amor cortes (ni es paciente ni es discreto
para conseguir a Melibea). Se comporta como un loco enamorado. Acaba muriendo de un modo
ridículo e impropio para un galán, por una caída mientras celebra su encuentro con Melibea y
mueren sus criados en la calle.

Melibea. Es un personaje apasionado y muestra gradualmente su voluntad y deseo. Bien para


hacer callar a Calisto, bien para permitir que la alcahueta realice su trabajo, o incluso para decidir
su propia muerte. Su discurso final da cuenta de una amplia formación cultural.

Las prostitutas. Elicia y Areúsa. Ilustran el mundo de la prostitución bajo la época de los Reyes
Católicos. Elicia vive bajo la protección de Celestina, frente a Areúsa, que ejerce en su propio
domicilio.
Los criados. Pármeno y Sempronio. Representan el declive de la sociedad señorial del siglo XV.
Sempronio se nos muestra siempre infiel, cobarde, aprovechado. En sus encuentros con Elicia
parodia el amante cortés. Comenta en apartes con socarronería numerosas palabras de Calisto,
volviéndose su contrapunto. Representa al servus fallax. Pármeno, por el contrario, es el servus
fidelis, que intenta evitar que su amo caiga preso en maos de Celestina, aunque evolucionará a lo
largo de la obra y acabará apoyando a Sempronio y Celestina. Ambos morirán castigados por su
avaricia.

Pleberio y Alisa son los padres de Melibea. Con escasas pero decisorias intervenciones. No
pertenecen realmente a la nobleza. Pleberio deriva de plebeyo y Alisa fue vecina de Celestina en
otro tiempo. Ambos manifiestan una extremada preocupación por los bienes materiales. El
monólogo final de Pleberio es una síntesis del significado último de la obra.

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