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Resiliencia de los sistemas de agua

La escasez de agua en La Paz ha sido un tema recurrente desde hace años en diferentes
foros.

La Razón Digital / Oscar Paz Rada


01:26 / 17 de noviembre de 2016

La falta de agua que vive la ciudad de La Paz no debería sorprendernos, puesto que desde
hace muchos años éste ha sido un tema recurrente de discusión en diferentes foros
municipales, departamentales, nacionales e incluso internacionales. Los informes del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) mostraban ya la fuerte tendencia de la
retracción glaciar en Bolivia. Estudios y publicaciones del extinto Programa Nacional de
Cambios Climáticos, junto al Instituto de Hidráulica e Hidrología de la UMSA, alertaron
sobre los efectos que el cambio climático podría provocar en las fuentes de agua de zonas
cordilleranas. De la misma manera, estudios de varios organismos internacionales
corroboraron estos escenarios.

Las fuentes de agua en la ciudad de La Paz dependen principalmente de la lluvia y del


escurrimiento subsuperficial de los glaciares (al menos 35%); por lo que la oferta de agua
iba a ingresar en estrés por eventos extremos de sequía, exacerbados por el cambio
climático y la creciente demanda de usuarios. Por ello, el análisis del problema debe tomar
en cuenta los factores climáticos determinantes de la oferta y los del desarrollo inscrito en
la demanda de agua. En la demanda del agua hay que observar la multiplicación de
edificaciones, el uso irracional y la existencia de sistemas obsoletos con niveles importantes
de pérdidas. Cuando se genera un desbalance entre oferta y demanda, la situación se torna
mucho más crítica al presentarse sequías como es el caso actual.

Ante ese estado de cosas surge la necesidad de reflexionar sobre cómo actuar en una
situación que será repetitiva en el tiempo y con la que las urbes ubicadas en cabeceras de
cuenca deben lidiar. Las opciones de resiliencia ante eventos extremos y ante el cambio
climático parten de acciones combinadas, tanto estructurales como no estructurales. Las
primeras se deben concentrar en ampliar, mejorar, proteger y diversificar las fuentes de
agua y todas las partes del sistema, garantizando su operación y mantenimiento, de manera
tal de fortalecer la capacidad de producción de la empresa de agua. En tanto, las segundas
deben concentrarse en acciones que fortalezcan la capacidad institucional para llevar
adelante procesos de planificación contemporáneos; vale decir, planificar el uso del recurso
tomando en cuenta el cambio climático y desarrollando planes estratégicos de mediano y
largo plazo.

No se debe descartar que estos tiempos exigen un uso racional del agua. Por lo tanto, desde
la perspectiva de la demanda, se debería pensar en tarifas progresivas diferenciadas, es
decir, adecuadas para la población en el marco de la equidad y del uso racional del líquido
elemento, para crear una conciencia de uso eficiente. Asimismo, se deberían impulsar
programas para introducir sistemas ahorradores de agua. Es urgente establecer sistemas de
alerta temprana inteligente que identifiquen umbrales o tendencias en los niveles de agua
en las represas; y contar con modelos predictivos que permitan establecer el
comportamiento de los sistemas ante diferentes escenarios climáticos y de demanda. Se
debe recordar que, entre otros, el proyecto GRANDE (Glacier Retreat impact Assessment
and National Policy Development), apoyado por la Cooperación Japonesa y en el que
participaron la UMSA, el MMAyA y la EPSAS, generó un modelo para la gestión de los
recursos hídricos en la cuenca Tuni-Condoriri en el marco del calentamiento global. Esta
experiencia debe y debió ser extrapolada a los otros sistemas por EPSAS. Los retos están
planteados, el cambio climático es un factor a considerar en la planificación de las empresas
de agua, así como el uso eficiente de los recursos, el desarrollo y el crecimiento equilibrado
de las ciudades.

http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Resiliencia-sistemas-agua_0_2602539723.html

¿Qué es la
Resiliencia?
Escrito por Administrator
Lunes, 06 de Diciembre de 2010 00:24

En este articulo introduciré la noción de resiliencia, un término cada vez más


usado en los útimos 5 años en la literatura de temas de sostenibilidad,
especialmente desde la llegada de las Iniciativas de Transición y la aplicación del
diseño permacultural en los centros urbanos.
Según Rob Hopkins, fundador del Movimiento de los Pueblos en Transición, el
concepto de resiliencia es más útil que el concepto de sostenibilidad, puesto que la
definición de sostenibilidad en sí, no da indicaciones de cómo alcanzarla ni que
características deba tener una sociedad que se defina a sí misma como tal. El
concepto de resiliencia, en cambio, nos puede ser muy útil para construir unos
indicadores de sostenibilidad más claros y pragmáticos.

La definición de resiliencia que aparece en el Manual de Transición y que procede


del campo de la Ecología es:
“la capacidad de un ecosistema de aguantar choques externos y reorganizarse
mientras cambia, para poder retener esencialmente la misma función, estructura,
identidad y mecanismos de retroalimentación.”
El concepto de resiliencia, emergió cuando los ecologistas empezaron a preguntarse
por qué ciertos ecosistemas colapsaban al sufrir perturbaciones mientras otro no.
Los descubrimientos hechos nos ayudan a comprender de qué maneras los
sistemas pueden adaptarse y prosperar, al tiempo que se adaptan al cambio.

El Centro de Resiliencia de Estocolmo, es uno de los lugares donde se estudia la


resiliencia en ámbito académico y nos aporta la siguiente definición, simplificada,
de resiliencia:
La resiliencia es la capacidad de tratar con el cambio y continuar desarrollándose.
La resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema socio-ecológico de resistir a
las perturbaciones de, por ejemplo, choques climáticos o económicos y
reconstruirse y renovarse después. La pérdida de resiliencia puede causar la
pérdida servicios eco-sistémicos importantes, y puede llevar incluso a transiciones o
cambios rápidos hacia situaciones y configuraciones cualitativamente diferentes,
evidentes por ejemplo en: las personas, los ecosistemas, los sistemas de
conocimiento or culturas enteras.
Características de los sistemas resilientes
Los sistemas resilientes suelen exhibir las siguientes características:

 Diversidad,
 Modularidad, y
 Circuitos de retroalimentación cortos
 La diversidad se refiere al número de elementos que componen un sistema
específico. La diversidad es también uno de los principios de diseño del
método de diseño ecológico conocido como Permacultura (ver abajo). La
diversidad no se refiere solo a la cantidad de elementos diferentes dentro de
un sistema (como una ciudad, una empresa, un sistema de producción de
alimentos, etc.) sino también a la cantidad de interconexiones entre ellos y a
la diversidad de funciones en nuestras ciudades (que en muchos casos
dependen casi exclusivamente de una única fuente de ingresos, como el
turismo o el sector de la construcción ahora en declive) y a la diversidad de
posibles respuestas frente a los retos, cosa que puede producir una mayor
flexibilidad.
Por ejemplo en una zona urbana podríamos pensar desde el punto de vista de
la diversidad de usos del suelo existentes.
 La modularidad se refiere a la manera en que los componentes de un sistema
están conectados entre ellos. Tener una estructura más modular significa que
las diferentes partes de un sistema pueden auto organizarse más eficazmente
en la eventualidad de un choque. El mundo esta perdiendo gradualmente su
modularidad a causa de la globalización. Aunque la globalización ha permitido
que prácticamente cualquier parte del planeta esté conectada con cualquier
otra, el tipo de conexión resultante tiende a destruir la modularidad de las
regiones individuales del planeta, especialmente a causa de las normas
comerciales instauradas por el libre mercado. Un típico ejemplo es el de las
diferentes epidemias, enfermedades y contaminación de animales de
consumo humano (como el de las vacas locas, los pollos a la dioxina y más
recientemente el de la fiebre porcina o la gripe aviaria) que se han extendido
fácilmente y rápidamente por casi todo el globo, al ser los alimentos
transportados a través de largas distancias antes de acabar en nuestro plato.
Si la carne de los animales se consumiera exclusivamente en la región donde
estos se crían, este tipo de situaciones quedarían confinadas en la misma
región de origen del foco y sería más fácil tomar medidas efectivas para
evitar la difusión del contagio o la contaminación. Los sistemas de producción
local de comida, los programas de inversión locales, etc. hacen aumentar la
modularidad de una ciudad y de la región en la que se desarrolla. Podemos
seguir estando conectados con el resto del planeta para intercambiar
información pero sin caer en la dependencia.
 Los circuitos de retroalimentación cortos, se refieren a la velocidad y la fuerza
con que se propagan y se notan las “consecuencias de” y las “respuestas a”
cambios en algunas partes del sistema. La globalización ha permitido que
acciones que, diariamente realizamos en ámbito local, como comprar un
mueble de madera tropical en Barcelona, sea la causa de la deforestación de
partes de las selvas tropicales, sin que los compradores puedan apenas darse
cuenta, en tiempos razonablemente breves, de estos efectos tanto para el
medio ambiente como para las poblaciones que hayan podido sufrir una
evacuación de su área nativa por las empresas madereras sin escrúpulos. Así
que cuanto más largos sean estos circuitos de retroalimentación, más
aumenta el riesgo de sobrepasar un umbral sin poderlo detectar a tiempo.
Por otro lado, en un sistema más localizado, los resultados de nuestras
acciones son más evidentes. Acortar los circuitos de retroalimentación tiene
efectos benéficos en cuanto trae los efectos de lo que hacemos cerca de casa
y podemos tratarlos a tiempo si hace falta, en lugar de ignorarlos.
Sostenibilidad y resiliencia
Si comparamos sostenibilidad y resiliencia, normalmente la sostenibilidad se enfoca
más sobre la eficiencia energética (y consecuentemente la reducción de los insumos
a un extremo de la cadena de producción) y la mitigación de los efectos
perjudiciales del cambio climático (reduciendo los productos perjudiciales, la
contaminación, las emisiones de gases invernadero, etc.), sin tener en cuenta los
efectos a más corto plazo del pico del petróleo (ver abajo). Por ejemplo, si se
quisiera aumentar la sostenibilidad de un supermercado y reducir sus emisiones de
carbono, esto podría requerir criterios más restrictivos de empaquetado a todos sus
proveedores, disminuyendo así el uso de envoltorios y las emisiones y residuos
relacionados. También podría comprar neveras de clase A++ para mejorar aun más
su eficiencia energética. Por otra parte, el pensamiento resiliente se centraría en
observar que el cierre de las tiendas locales de comida, al que los supermercados
han contribuido en gran medida (y que sólo tienen unos 3-5 días de stock de
alimentos almacenados, la mayoría de los cuales ha tenido que ser transportado
desde lugares muy lejanos), tiene como efecto una enorme perdida de resiliencia
comunitaria en cuanto a su seguridad alimentaria, además de su vulnerabilidad por
la dependencia de los combustibles fósiles.

Un caso interesante de lo último, procede de un estudio en el que se encontró que


Nueva York tiene las emisiones per cápita más bajas de CO2 de muchas grandes
ciudades occidentales porque, al ser muy compacta, es más fácil desplazarse a pies
o en transporte público y que se necesita menos calefacción en invierno. Así que
desde un punto de vista del cambio climático, puede considerarse como una ciudad
modélica en cuanto a las emisiones de carbono. Pero en cuanto se introduce el
tema de la dependencia de los combustibles fósiles las cosas cambian. Una gran
ciudad como Nueva York, depende fuertemente de los combustibles fósiles para
prácticamente todas sus actividades y de la distribución centralizada de la energía,
y una disminución en la energía disponible, debida por ejemplo a un aumento
importante de los precios del petróleo (o a un apagón, por ejemplo), o un aumento
repentino de los precios de los alimentos, podrían afectar gravemente a la
población. Recién lo hemos visto en Cataluña, durante la última nevada con miles
de usuarios sin electricidad durante varios días (aunque en este caso el problema
no fue debido a la subida de precios del petróleo, pero sí al hecho de que los
usuarios dependemos de una gestión centralizada de la energía en lugar de una
producción y gestión distribuidas). Lo vimos también en Barcelona durante los
apagones del verano de 2008 y en otras zonas de Cataluña anteriormente. Nueva
York también sufrió un gran apagón, en agosto de 2003. Las noticias que recién
recibí del Instituto de Permacultura de Chile (IPC), a raíz del terremoto que golpeó
ese país, son interesantes en cuanto demuestran que un asentamiento, aunque
pequeño en comparación a una ciudad grande, diseñado para la autosuficiencia a
través del diseño de permacultura (El IPC se encuentra en la región del Bío-bío, una
de las más castigadas por el seísmo) apenas sufrió daños materiales y en ningún
momento estuvieron con falta de alimento, agua corriente o tuvieron problemas
para deshacerse de sus residuos. En cambio, en la capital, Santiago de Chile, aun
estando lejos del epicentro del seísmo, perdió durante unos días el suministro de
agua potable (totalmente dependiente de la energía eléctrica en una gran urbe) y
de comida (depende de los combustibles fósiles y del buen estado de las
carreteras).
Algunos ejemplos más de resiliencia
Una comunidad puede hacer una campaña para reciclar los plásticos, en la que
todos los residuos plásticos industriales y domésticos se recogen para reciclarlos.

Aunque casi seguramente sea mejor para el medio ambiente, prácticamente no


aporta ninguna resiliencia a la comunidad. Podría ser que una mejor solución (a
parte de producir menos residuos plásticos, obviamente) sería desarrollar otros
usos para los residuos plásticos que requieran un mínimo de procesamiento, tal vez
produciendo bloques de construcción con el plástico comprimido o algún tipo de
aislante para uso
local. El solo hecho de recogerlo y mandarlo a otro sitio no deja a la comunidad en
una posición más fuerte, ni con más capacidad de responder creativamente a los
cambios y los choques. Lo mismo vale para algunas estrategias que proponen
campañas del cambio climático que no toman en cuenta el pico del petróleo.
Plantar árboles para crear zonas arboladas en la comunidad puede absorber carbón
(aunque la ciencia está dividida sobre este tema) y mejorar la biodiversidad, pero
hace muy poco para crear resiliencia, mientras implantar bosques bien diseñados
que combinan en el mismo espacio árboles y vegetales que producen alimentos, sí
crea resiliencia. En la iniciativa de Millennium Forests se perdió una oportunidad
perfecta para implantar un recurso clave; ahora ya podríamos tener bosques
comestibles por todo el país, empezando a dar sus frutos (tanto metafóricamente
como literalmente).

1
El Centro de Resiliencia de Estocolmo es un centro internacional que hace investigaciones

transdisciplinarias para la governancia de los sistemas socio-ecológicos con una enfasis special en la

resiliencia.
http://www.permacultura-es.org/permacultura/1992-que-es-la-resiliencia.html

Resiliencia (ecología)
Para otros usos de este término, véase Resiliencia.

Después de un incendio, el ecosistema forestal tiene una cierta capacidad de "cicatrizarse" para
recuperarse. Esta resiliencia ecológica varía con el contexto biogeográfico e histórico.

El oeste de Nueva Orleans, seis meses después del paso del huracán Katrina.

Resiliencia es el término empleado en ecología de comunidades y ecosistemas para


indicar la capacidad de estos de absorber perturbaciones, sin alterar significativamente sus
características de estructura y funcionalidad; pudiendo regresar a su estado original una
vez que la perturbación ha terminado.1 Por regla empírica general, se ha observado que
las comunidades o los ecosistemas más complejos -que poseen mayor número de
interacciones entre sus partes-, suelen poseer resiliencias mayores, ya que existe una
mayor cantidad de mecanismos autoreguladores.
La capacidad de resiliencia de un ecosistema está directamente relacionada con la riqueza
de especies y el traslado de las funciones ecosistémicas. Es decir, que un sistema en el
cual sus integrantes tengan más diversidad y número de funciones ecológicas, será capaz
de soportar de mejor manera una perturbación específica.
La resiliencia se define como la capacidad de un sistema para retornar a las condiciones
previas a la perturbación.2 3 4 Para calcularla en un intervalo determinado de tiempo se
realiza el cociente entre las medidas antes y después de la perturbación de cualquier
variable descriptora del ecosistema.5

Índice
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 1Resiliencia en el Diseño de Paisaje


 2Pérdida de la Resiliencia
 3Referencias
 4Véase también

Resiliencia en el Diseño de Paisaje[editar]


Se entiende el término como el diseño intencional de edificaciones, paisajes, comunidades
y regiones siendo responsables de las vulnerabilidades que presentan. Para el Instituto del
Diseño Resiliente, ocupar la resiliencia en los diseños implica enfocarse en lo práctico, en
las soluciones aterrizadas.6 Para el diseño de paisaje es común aplicar el análisis de los
elementos que conforman el sistema al que llamamos paisaje cultural7 tomando en cuenta
las variables tanto ambientales como sociales-culturales que los modifican, ya que
entendemos al paisaje como algo dinámico. Si bien la cultura es la que moldea al planeta
transformando las fronteras es entonces el territorio el medio por el cual estas culturas
humanas se consolidan, según Carl O. Sauer.
Desde los años 70´s el arquitecto paisajista escocés, Ian L. McHarg replanteó el diseño y
planeación de paisaje con la recuperación del genius loci8 ligado directamente con la
valoración de los elementos sujetos a un cambio, a la temporalidad.
Para el Instituto del Diseño Resiliente estos elementos se miden en principios que fungen
como la directriz que el diseñador sigue para lograr identificar, conocer y aplicare este tipo
de diseño en sus métodos para llevar a cabo algo que brinde un beneficio ambiental y
social.
1.- La Resiliencia trasciende escalas.
2.- Los Sistemas Resilientes proveen necesidades básicas para los seres humanos.
3.- Los Sistemas Diversos y Abundantes son inherentemente más resilientes.
4.- Los Sistemas Simples, Pasivos y Flexibles son más resilientes.
5.- La Durabilidad Fortalece la resiliencia.
6.- Los Recursos Renovables, Locales y Recuperados son más resilientes.
7.- La Resiliencia anticipa interrupciones y un futuro dinámico.
8.- Encontrar y Promover la resiliencia en la naturaleza.
9.- La Equidad Social y la Comunidad contribuyen a la resiliencia.
10.-La Resiliencia no es absoluta.
Por lo tanto la resiliencia en el diseño tiene que ver con la ética de quien diseña y de los
habitantes que dan vida a un lugar.

Pérdida de la Resiliencia[editar]
Un sistema que posee resiliencia es aquel que, cuando se ve sujeto a una alteración, sigue
existiendo y funcionando esencialmente de la misma manera. El funcionamiento de los
ecosistemas es lo que permite la prestación de muchos de los servicios que el medio
ambiente le brinda a la economía. Los factores que fomentan a la resiliencia de un
ecosistema dan paso a una sostenibilidad. Un ecosistema puede ser resistente respecto a
un tipo de alteración pero no a otro. Sin embargo, destacamos que parece haber un
consenso respecto a que las reducciones de la biodiversidad – perdida de poblaciones- en
un ecosistema se deben considerar amenazas a la resiliencia. De lo que se desprende que
la pérdida de biodiversidad debe ser considerada una amenaza a la sostenibilidad. Tanto
la extracción de recursos como la acumulación de residuos participan en la pérdida de
biodiversidad. Es decir, estos dos aspectos constituyen una amenaza para la
sostenibilidad en cuanto a las consecuencias que acarrean para la resiliencia de los
ecosistemas.
La resiliencia es una medida de la magnitud de los disturbios que puede absorber un
sistema para pasar de un equilibrio a otro. De otra forma se argumenta que las actividades
económicas son sostenibles solamente si los ecosistemas que soporten la vida, y de los
cuales son dependientes, tienen un adecuado nivel de resiliencia9
https://es.wikipedia.org/wiki/Resiliencia_(ecolog%C3%ADa)

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