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Sindrome de La Borrachera Seca PDF
Sindrome de La Borrachera Seca PDF
ISSN: 1607-050X
desacato@ciesas.edu.mx
Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social
México
Pardo, Renée Di
Reseña de "El síndrome de la borrachera seca" de José Antonio Elizondo López
Desacatos, núm. 29, enero-abril, 2009, pp. 173-178
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
Distrito Federal, México
Renée Di Pardo
otros esquemas de tratamiento y cuyos a analizar, enumeramos sintéticamente ciones” (p. 20). La abstinencia por sí
efectos positivos en muchas personas los doce síntomas del sbs: 1) inmadu misma es, entonces, sólo el primer pa
emergen como una posibilidad real de rez e infantilismo; 2) actitud perma so para una recuperación. Será nece
recuperación. nente de deshonestidad; 3) amargura e sario el trabajo en el “crecimiento
En el libro que nos ocupa, segunda insatisfacción existencial por persisten emocional” para no dar lugar a la re
versión desarrollada por el doctor Eli cia de los resentimientos; 4) sentimien caída en la adicción.
zondo sobre el denominado síndrome to de culpabilidad, autodevaluación, De forma equivalente, Elizondo
de la borrachera seca (sbs), aa es pre autocastigo; 5) egocentrismo, autosufi considera que cuando sólo se piensa
cisamente la figura organizativa de to ciencia neurótica, mal manejo de la en el trabajo emocional, sin asumir
do el texto, donde dicho síndrome, agresividad; 6) miedos permanentes; el aspecto adictivo, se producirán las
constituido por doce síntomas (como 7) depresión; 8) ingobernabilidad se recaídas: “son los que cortan la cabe-
los Doce Pasos y las Doce Tradiciones), xual y sentimental; 9) negación de su za neurótica, pero dejan viva la cabeza
propone la caracterización del sujeto realidad no alcohólica, mecanismos de adictiva. Al mantenerse viva la cabe-
alcohólico en recuperación que, aún negación y proyección; 10) sustitución za adictiva, provocará que la neurosis
cuando ha dejado de beber, no presen del alcohol por otras sustancias o con reaparezca y que su alcoholismo se
ta mejoría ni en su conducta ni en su ductas adictivas; 11) espiritualidad au agrave”(p. 21).
estado general. Permanecen en él el sente, soberbia, materialismo, poca o La sobriedad, meta fundamental
malestar y la insatisfacción —descrita nula fe; 12) comportamiento inade de aa, significa “aprender a vivir en
como una anormalidad psicológica o cuado en su grupo de aa. la abstinencia a través de un continuo
neurosis— y sus rasgos negativos de Cada uno de estos síntomas es abor crecimiento emocional que permita al
carácter no sólo no se han modificado, dado extensamente y es considerado canzar la madurez”. El “borracho seco”
174 3 sino que pueden llegar a profundizarse igualmente significativo, pero algunos es el que no ha madurado, es un “bebé
a partir de la abstinencia. aspectos son especialmente destacados emocional” y los síntomas que lo aque
El autor trata, en primer lugar, algu a lo largo del libro: uno de ellos es la jan avalan la complejidad de la recupe
nas de las características del alcoholis caracterización del alcoholismo como ración integral del alcoholismo y de
mo y del sbs para luego desarrollar en una predisposición biológico/adictiva, otras adicciones”. Alcanzar la sobriedad
cada capítulo uno de los doce síntomas, preexistente al hecho “de tomar la pri implica la práctica de cualidades como
haciendo uso de metáforas, viñetas, le mera copa”, conjuntamente con una la libertad, la honestidad y la humil
tras de canciones para ejemplificar, de neurosis también preexistente a la dad, desarrolladas en un marco de dis
una manera muy concreta, el perfil adicción por el alcohol. Ésta sería la ciplina, perseverancia, determinación
del “borracho seco”. Como figura an muleta emocional que ayuda al neuró de cambio y mente abierta. Una vez al
tagónica también se plantean doce tico/adicto a transformar su personali canzada la inercia de la sobriedad se
síntomas para la sobriedad, objetivo dad para intentar enfrentarse a aquellas logra un fenómeno de crecimiento
deseable asociado con la felicidad, fin situaciones que no puede abordar en emocional progresivo que no tiene lí
último que supondrá un estado espiri sobriedad. La enfermedad del alcoho mites y que conducirá a la persona al
tual al cual se propone tener acceso por lismo es representada entonces como objetivo final del tratamiento que es
medio de un trabajo activo: “para con un dragón de dos cabezas: “la primera alcanzar la felicidad” (p. 29).
vertir los hábitos negativos de conduc cabeza es la cabeza adictiva, la segunda ¿Cuáles son las vicisitudes en el de
ta en hábitos positivos”(p. 133). Se es la cabeza neurótica. La cabeza adic sarrollo de este proceso, interferido
agrega a lo anterior un capítulo acerca tiva representa la ingobernabilidad del eventualmente por la permanencia en
de la transición de la abstinencia alcohólico ante el alcohol; la neurótica esta área de borrachera seca?
a la sobriedad, así como un glosario. representa la ingobernabilidad del al Siendo el alcohólico alguien que no
A fin de contextualizar lo que vamos cohólico ante sus sentimientos y emo ha madurado, la mentira y la desho
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nestidad que usó para justificar su con conflictiva neurótica, su ejercicio con terapéuticas, necesarias para abordar
ducta dejaron su mente condicionada duciría potencialmente a la infidelidad, los conflictos neuróticos inconscientes.
como un mecanismo automático. Esto, al machismo y a la sustitución de la El doctor José Antonio Elizondo Ló
acompañado por otros mecanismos droga por el sexo. pez, médico psiquiatra con una larga
como la negación, la proyección (con Pero no sólo los mecanismos que se trayectoria en la recuperación de pa
siderada como otra forma de desho ñalamos impiden el acceso a la sobrie cientes alcohólicos, especialista en
nestidad) y la racionalización sostienen dad. La falta de espiritualidad, valor adicciones, a cargo de programas de
la borrachera seca del alcohólico en fundamental para aa, el dominio de atención en distintas instituciones y
recuperación. La autoaplicación de di un materialismo que convierte a los consejero de aa, desarrolla en este li
ferentes cuestionarios acerca de la ho hombres en “adoradores del becerro de bro aspectos específicos del área deno
nestidad, la culpa, las posibilidades de oro” y bajo el cual se renuncia a aceptar minada de la “borrachera seca”, con el
perdón, los resentimientos, pueden dar la presencia de un poder transcendente evidente interés de tratar las recaídas.
las claves para ubicar al alcohólico res lleva también a la soberbia y de allí a En ese sentido, el síndrome que él
pecto de sus síntomas. otras dependencias. Estos síntomas construye al circunscribir un campo
Algunos factores se señalan, a su vez, culminan en la posibilidad de que el determinado, intenta proporcionar op
como ejes fundamentales de la afección, borracho seco observe un comporta ciones más claras para tratarlo, ope
que dificultan tanto la abstinencia como miento negativo con los compañeros rando como advertencia tanto a través
la sobriedad. El egocentrismo, conside de grupo, incurriendo en una serie de de una autodiagnosis, que puede efec
rado como uno de los rasgos presentes conductas inadecuadas que lo convier tuar el sujeto alcohólico en recupera
en muchas afecciones de diferentes ten en saboteador de los demás y de sí ción, como también para quienes
grados de severidad —desde la histeria mismo. tienen trato con él, ya sea profesional o
a la paranoia—, con su despliegue de Como señalamos al comienzo, los social. A su vez, siguiendo los vectores 4 175
autosuficiencia y soberbia, o bien la doce síntomas de la sobriedad aluden de aa, permite poner límites a las fan
megalomanía serían posiciones subje al fomento de los aspectos positivos de tasías de
tivas con rasgos justamente antinómi la persona. “En el hombre existe mala recuperación a través de la sola absti
cos de la humildad y la dignidad levadura. Somos imperfectos por natu nencia, acentuando la complejidad del
necesarias para la sobriedad. raleza.” Cuando el adicto en recupera proceso. Esto incluye con amplitud no
También la angustia es un senti ción es atrapado por la inercia negativa sólo las dificultades individuales, sino
miento presente pero inmanejable en de las emociones cae en la borrachera las que se pueden generar en o con el
el alcohólico, por lo cual requiere ser seca. grupo mismo de aa en términos de
anestesiada. Ésta promueve un círculo El concepto de sobriedad supone la dependencia neurótica al grupo
vicioso —que va de la angustia a la in ausencia de neurosis o ingobernabili o de conflictos intragrupales.
toxicación, la cruda—aumento de la dad emocional con la presencia activa El doctor Elizondo analiza el alcoho
angustia— y, en algunos casos, se cons de un conjunto de dones o virtudes. El lismo y la borrachera seca desde una
tituye en una enfermedad que, junto pasaje de la abstinencia a la sobriedad perspectiva que considera una bicausa
con la depresión endógena, el autor consistirá en una práctica de disciplina lidad en los orígenes de la enfermedad
considera como problema médico que y equilibrio, por medio de la cual se y en su permanencia, deteniéndose en
debe ser tratado psiquiátricamente. debe atravesar un camino de minucio aspectos del desarrollo psíquico del su
Conjuntamente con los mecanismos so autoanálisis en pos de ese bien. El jeto, sus tendencias adictivas y sus con
señalados anteriormente, la ingoberna autor cita en muchas oportunidades la ductas, que acabaron por constituirse
bilidad sexual y sentimental pueden literatura de aa, y concuerda con sus en “hábitos”. No así en el efecto de la
permanecer como “malos hábitos” y, premisas. Lo que agrega es la comple “sustancia” como entidad cuyos efectos
aún cuando se deban también a una mentariedad de aa con otras formas negativos son los que a veces suelen re
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marcarse. Le Poulichet señala cómo la la comida, el sexo y el juego, y señala adentra en la psicodinamia que carac
farmacología puede imponer la idea de que existe una certeza actual en cuanto terizaría a esta afección3.
un “espíritu del tóxico”, y atribuir sus a que lo que había sido considerado En éste y otros sentidos considera
caracteres al sujeto que lo consume, como “personalidad adictiva” en reali mos que las posiciones teóricas que se
colocando a la “desintoxicación” como dad se trata de un trastorno cerebral sustentan aquí pertenecen a registros
meta2. Precisamente, el autor considera primario que refiere a un síndrome de muy diferentes, que no consiguen arti
múltiples posibilidades en cuanto a di Déficit de Recompensa”. De una mane cularse, sino que proyectan ambigüe
ferentes tratamientos, que se comple ra similar se refiere a la depresión, esta dad sobre una serie de conceptos y
mentan en todos aquellos casos en que do frecuente en la afección alcohólica, desembocan en contradicciones. Por
no se ha podido alcanzar la “madurez a la que se le adjudica un substratum ejemplo, es difícil ubicar el estatus del
emocional” solamente con la ayuda de neuroquímico cuando es endógena y inconsciente. Si se habla de neurosis,
aa y se requiere una ayuda terapéutica en la cual “no tiene que haber un dis considerar las conductas repetitivas de
o específicamente médica. parador de la depresión, como ocurre los sujetos como “reflejos condiciona
Señalemos, además, que se trata de con la depresión reactiva. En estos ca dos”, o “malos hábitos”, deja de lado
un trabajo dirigido a sectores muy di sos, simplemente la persona empieza a que la neurosis se caracteriza por la re
versos (sujetos alcohólicos, profesio- estar deprimida sin que medie ningún petición, posibilidad precisamente del
nales, público en general) y que, en factor que pueda justificarlo” (p. 74). acceso a lo reprimido. Tampoco es
consecuencia, el esfuerzo de organiza Serán casos también que deberán con comprensible considerar a la depresión
ción en un síndrome intenta dar cuenta, tar con ayuda psiquiátrica. endógena como ocasionada por una
como conjunto, de aquellas conductas El primer interrogante a plantear es alteración biológica porque no se vis
consideradas “típicas” del alcohólico/ el que atañe a los determinismos gené lumbran causas manifiestas que den
176 3 abstemio, cuya minuciosa descripción ticos, y aún cuando no es posible pro razón de su permanencia.
es producto, sin duda, de la larga expe fundizar aquí en un cuestionamiento Ligado con lo anterior está muy
riencia del autor. sobre esta temática, recordemos que la presente el deslizamiento a un estilo
búsqueda de bases biológicas es una “moral”. En las listas —alrededor de
constante en todas aquellas afecciones veinticinco— que enumeran rasgos,
DE LA CUESTIÓN Y LOS en que el investigador se compromete síntomas, preguntas, muchos de los
CUESTIONAMIENTOS en el hallazgo de una “solución”. Un contenidos son referidos a cuestiones
ejemplo equivalente lo encontramos éticas o morales (honestidad, humil
Las coordenadas en que Elizondo ubi en la psicosis, acerca de la cual se han dad, fidelidad). Entendemos que esto
ca al sujeto alcohólico o al adicto en desarrollado infinidad de teorías en las se inscribe fundamentalmente en la
general son la neurosis preexistente u que se busca la razón última en lo bio ideología de aa, pero desconcierta en
operante en él, conjuntamente con la lógico, sin que pueda llegarse a un un marco que apela en muchas opor
parte “adictiva” sustentada en un deter fundamento confiable. tunidades a “bases científicas” para
minismo genético presente a través de En los trabajos desarrollados por sustentar argumentos.
una alteración cerebral en la produc Armando Barriguete, se ubica al alco También al organizar una serie de
ción de neurotransmisores. Este factor holismo como una enfermedad prima rasgos en este modelo de los doce sín
se halla presente también, según Eli ria, pero se discuten las concepciones tomas, la forma que adoptan las des
zondo, en aquellos sujetos con adic que hacen hincapié en lo genético y cripciones y recomendaciones en
ción a conductas compulsivas, como a que consideran desde el aspecto here
ditario a algunas particularidades en el 3 Armando Barriguete, Lo que el vino se llevó,
2 Sylvie Le Poulichet, Toxicomanías y psicoanáli funcionamiento metabólico de los al Diana, México, 1996, y La copa nostra, Diana,
sis, Amorrortu, Buenos Aires, 1990. cohólicos. Barriguete, en cambio, se México, 2002.
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torno a ellos se multiplican en catálo trata de abordar problemas subjetivos, carlos como negaciones de la honradez
gos de conductas que, tanto del lado por definición ésta es una instancia y la honestidad.
positivo como del negativo, configuran teóricamente inscrita en el hecho del Otro factor que consideramos cen
perfiles ideales. Así, vemos a un borra lenguaje, y aun sin basarnos exclusiva tral es la prescindencia que este tipo de 4 177
cho seco como un hombre mentiroso, mente en ello, forma parte potencial de abordajes de las adicciones tiene por la
deshonesto, negador, machista, infiel cualquier “cuadro” o discurso del suje instancia del placer. Esta cuestión, de
—aun cuando esto signifique también to hablante. Es indudable, desde una sarrollada por muchos psicoanalistas,
autodevaluación, culpa y depresión—, posición de escucha terapéutica, que implica ir más allá de pensar un sujeto
al que se le contrapone un sujeto ningún sujeto habla “la verdad”, sino que se evade, que compensa su neuro
sobrio, responsable y generoso, fun “su verdad”, y desde allí es necesario sis, que es un transgresor, o todo a la
damentalmente honesto y veraz, po entenderlo. La mentira, planteada en vez, sino que además desea ese placer.
seedor de una claridad emocional y otros términos, se asocia precisamente El cuerpo es sustancia que goza, ade
que pareciera quedar excluido del con a la deshonestidad. más de sufriente. Este desconocimiento
flicto una vez que ha accedido al estado Lo mismo sucede cuando pensamos ha influido seguramente en el fracaso
de sobriedad. Esta conversión, tal co en mecanismos de defensa —negación, de muchas políticas de prevención, en
mo es presentada, produce que aque proyección y racionalización—. Éstos las que al placer se le opone el riesgo, la
llos contenidos que, en un encuadre de son remarcados como aquellos que se amenaza, el peligro, la ruina. En este
aa, poseen un carácter moral —a los erigen en una barrera para la transfor caso, y dentro de las listas que leemos,
que explícitamente se convoca— se mación; más aún, se habla de la dificul la búsqueda de placer aparece relacio
deslicen irremediablemente a una con tad para “destruirlos”. Pero es necesario nada con el vacío existencial y el mate
cepción del sujeto que acaba por ubi considerar que, más allá de que estos rialismo (p. 111).
car en ese rubro —el moral— todo mecanismos estén quizá particularmen Henri Melenotte, psicoanalista dedi
contenido neurótico. te presentes en la afección alcohólica, cado a los problemas de adicción, se
Para ampliar lo que señalamos, pen son un recurso del yo en circunstancias ñala que se ha empleado, por ejemplo,
semos en el concepto de mentira. Si se vitales diversas y no es pertinente ubi la denominación de “toxicómano” pa
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ra aquel que hace uso del placer por la Hemos considerado con estos seña consideramos aplicable a cualquier su
sustancia. Pero este sujeto no es uni lamientos tratar de evaluar cuál es el jeto en términos coloquiales, aunque
versal, sino que se lo confina en una equilibrio que guardan aspectos tan di aquí se plantean como el “potencial” del
clase. En cambio, la distinción entre el versos como lo genético, la neurosis, lo alcohólico si ya no es neurótico y si prac
sujeto del placer y el toxicómano “per moral y, digamos, lo trascendente. Lo tica una serie de “dones“ y “virtudes”.
mite poner en evidencia la diversidad que parece propuesto como una inte Regresando a lo que apuntamos al
de las formas de subjetivación que se gración dinámica resulta, en ciertos ex comienzo, la relevancia de aa o de
construyen cada vez que se practica la tremos, simplificadores (Hitler y Bin modelos diseñados con una metodo
droga”4. Se olvida, por ejemplo, que se Laden como ejemplos de resentimien logía similar, ha demostrado ser eficaz
puede querer “morir de placer”. Según to, afecto atribuido a los borrachos se frente a las tantas veces ineficaz inten
él no entra dentro de la acepción que cos), conjuntamente con información ción terapéutica de diversos especialis
hoy da la medicina al cuerpo cuando le que supone mayor especialización en tas. Armando Barriguete lo señala
reconoce esta función de lugar de la el ámbito de lo psicológico, psiquiátri reiteradamente, y aunque deja en la in
sensación de placer. Es decir, se ha de co o neurológico. cógnita las razones que conducen, so
jado de lado el imaginario que no sólo Refiriéndonos nuevamente a Le Pou bre todo, a la abstinencia, considera la
puede destruir un cuerpo, sino que in lichet, que hace un recorrido desde las inclusión del paciente alcohólico en aa
tenta “construir” otro cuerpo del que primeras concepciones sobre la adic condición necesaria para que se pueda
se goza. ción, recuperemos el hecho de que éste llevar a cabo una terapia o un psicoa
Relacionado con esto, el erotismo es un concepto que lleva a todos los des nálisis.
queda supeditado, en lo que leemos, a lizamientos metodológicos y en el que En el texto que se ha reseñado, no
una sexualidad “en orden”. Si bien, efec los estereotipos se erigen como rasgos nos hemos detenido en lo que implíci
178 3 tivamente, se puede observar que cier clínicos: “ocurre un deslizamiento per ta o explícitamente el autor refiere a aa,
ta práctica de la sexualidad puede tener manente entre calificaciones morales, sino a la propuesta que desarrolla acer
los caracteres del autoerotismo y ser un categorías psiquiátricas, datos de com ca de un perfil que define a un sujeto y
intento de suplencia de la droga o de portamiento y conceptos analíticos”5. un estado, y que propone un bien a al
cualquier otra de las llamadas adiccio Vemos esto cuando Elizondo “resca canzar: la sobriedad, para llegar de allí
nes, no se le puede ubicar en los pará ta”, en cierto momento, el perfil negati a la felicidad.
metros de la “infidelidad”, con su vo del alcohólico, creando otro positivo Diversas posturas filosóficas coinci
secuela de machismo, como propuesta y aludiendo a que sus cualidades están den en que no se puede definir la feli
ejemplificadora de un comportamien “atrofiadas”: “Los alcohólicos son per cidad si no se define un bien a alcanzar.
to alcohólico o de borrachera seca. Al sonas sensibles, tienen buenos senti La sobriedad puede ser un bien tan de
respecto, las mujeres están sugeridas mientos, son inteligentes, y emplean su seable como cualquier otro, pero los
como presencias (por ejemplo, alu inteligencia para obtener lo que desean, caminos que conducen a él no pueden
diendo a las relaciones que se plantean son sociables, simpáticos, agradables, de desconocer lo que consideramos fun
como intentos de perturbación en el sangre ligera, nobles, leales con sus ami damental y que, en términos freudia
grupo de aa, o como codependientes), gos, solidarios, generosos, caritativos y nos, refiere a ese apego estructural del
pero el perfil que se construye es esen muy sentimentales. Todas estas cuali goce, en el que la felicidad, por su pro
cialmente masculino. El alcohólico es dades pueden hacer llegar muy lejos a pia naturaleza, sólo es posible como un
un varón —macho— con su reverso cualquier persona” (p. 128). Sin enten fenómeno episódico6.
de debilidades. der el porqué de esa caracterización, la Julio 2008