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Complexio Oppositorum
Complexio Oppositorum
Resumen
El presente ensayo aborda la relación conflictiva que se encuentra en el
pensamiento sobre los fundamentos del catolicismo y la filosofía liberal capitalista
anglosajona. Esta contradicción de posturas permitió la formación de distintos
discursos éticos y políticos después del s. XIX, con lo cual se produjo al mismo
tiempo la reforma integral de la Iglesia Católica en el s. XX con el Concilio de
Vaticano II. Exploraremos estas posturas en contradicción y analizaremos los
componentes del pensamiento filosófico detrás de sus presupuestos.
1. ¿Qué es una complexio oppositorum?
La complexio oppositorum es un concepto del jurista Carl Schmitt, en su
conocido libro Teología Política, para definir a la Iglesia Católica. Decía este autor
alemán que ello es así porque internamente la Iglesia está compuesta de
posiciones políticas, culturales y económicas contrapuestas, pero que todas ellas
terminan construyendo una unidad eclesiástica donde la autoridad principal es,
indudablemente, el Papa. Comprendemos, entonces, el concepto de complexio
oppositorum como una contradicción intrínseca que no anula la convivencia y la
construcción de una unidad, pues esta es finalmente el resultado de esa
contradicción.
La comprensión de la contradicción es tan amplia que podemos ver los
distintos matices de posturas éticas y políticas alrededor del catolicismo: desde
anarquistas católicos irlandeses que defendían su libertad frente a la invasión
inglesa, hasta católicos defensores del tradicionalismo monárquico después de la
caída de Napoleón. Siendo de este modo, podemos reconocer que esta
contradicción es un fenómeno propiamente moderno, pues se desarrolló en el s.
XIX y permitió desarrollar distintas posturas y banderas políticas en el s. XX, así
como una reforma integral de la Iglesia Católica en el Concilio de Vaticano II. De
este modo, la Iglesia pasó de un discurso que condenaba al liberalismo y el
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liberal, que centra el foco sobre el individuo y los beneficios del egoísmo, destruye
la concepción del comunitarismo católico y la búsqueda del bien colectivo.
3. La filosofía católica entra en contradicción con el capitalismo moderno
Entre el catolicismo y el capitalismo, encontramos también esta relación de
complexio oppositorum. Muchos autores antiliberales católicos surgieron en los
siglos XVIII y XIX, bebiendo de la tradición escolástica tomista, como el caso del
español decimonónico Juan Donoso Cortés y los franceses Joseph De Maistre y
Charles Maurras, señalaban las contradicciones lógicas que existían entre el
catolicismo y el capitalismo moderno, en sus dos versiones: la liberal anglosajona
y la socialista europea continental naciente en el siglo XIX. Así, identificaban a
ambos fenómenos sociopolíticos como expresiones del mal y del demonio, pues
instrumentalizaban al hombre en pro de una visión que ponía entre paréntesis la fe
religiosa.
De hecho, el mismo Donoso Cortés afirmaba en su famoso discurso Sobre la
Dictadura, como parlamentario español frente a las revueltas obreras europeas de
1848, que la historia del mundo moderno capitalista mostraba que a medida que
disminuía la represión religiosa tradicional; tenía que aumentar la represión política
estatal, por lo cual el capitalismo moderno tenía que ir acompañado de un proceso
violento. Max Weber, muchos años después, le daría la razón a esta afirmación, al
afirmar en su famoso escrito La política como vocación, que el Estado moderno
era una construcción paralela al capitalismo moderno, en donde se convierte en
un aparato instrumental con el monopolio legítimo de la violencia para controlar los
procesos iniciados por el capitalismo moderno liberal.
4. La filosofía liberal ilustrada entra en contradicción con la filosofía
católica clásica
En el bando contrario están los pensadores liberales críticos del catolicismo por
considerarlo incompatible con los principios elementales de la libertad moderna, es
decir, la libertad heredera del sistema capitalista moderno. Como lo decía
Benjamín Constant: la libertad de los modernos. Así, se puede apreciar el famoso
escrito de Isaiah Berlin, Seis enemigos de la Libertad, en donde uno de los
pensadores duramente criticados es Joseph de Maistre. La crítica principal de los
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filósofos liberales como Berlin es que la filosofía católica tradicional, heredera del
tomismo, es una manifestación conservadora de la sociedad, por lo cual se anhela
una sociedad estamental, jerárquica y religiosa. Y todo ello, consecuentemente,
restringe y anula la libertad en el sentido moderno: es decir, la libertad como
ausencia de coerción externa.
En esta misma línea de razonamiento encontramos al filósofo capitalista y
liberal Friedrich Von Hayek , quizás el liberal más importante del siglo XX junto con
Karl Popper y Robert Nozick. En su escrito ¿Por qué no soy conservador?, Hayek
planteaba que los defensores de la libertad económica del capitalismo moderno,
defienden el escepticismo frente a lo que los conservadores religiosos asumen
como lo verdadero: Dios, la revelación y la fe. Estos tres elementos, siguiendo la
línea del escepticismo de Hume, no son demostrables como verdades absolutas,
por lo cual no puede imponérsele al individuo una visión del mundo sin desconfiar
de ella, por lo cual solo queda defender la libertad y la libre confesión de cada uno
de los individuos sin imposiciones externas: institucionales teológicas o estatales.
5. La filosofía católica se reforma a sí misma después de esta complexio
oppositorum
Las instituciones tardan en formarse y actualizarse. De hecho el mismo Max
Weber reconoce que el inicio del Estado moderno es un fenómeno que se
desarrolló entre el s. XII y XV. Es de este mismo modo que la Iglesia Católica tiene
una historia y desarrollo independiente al de las fuerzas del capitalismo del s. XIX.
Nos preguntamos por qué la Iglesia no cambia con la misma rapidez que la
sociedad, pero ello sucede porque las instituciones tienen su propio desarrollo y
vida misma.
Comprender la vida misma de la Iglesia, es ver su desarrollo en la
perspectiva de que es la continuación del Estado romano en el mundo actual. Ante
ello se podrían tomar dos perspectivas. La primera, considerarla como una
institución arcaica y que siempre se mantendrá en ese estado. La segunda, más
cercana a la idea del complexio oppositorum, como una institución que se
actualiza y tiene distintos aggiornamenti en su historia. Lo interesante de esto es la
posibilidad de pensar que estos aggiornamenti siempre se han producido por
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Bibliografía
Cortés, J. D. (1880). Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo.
Libr. Católica Internacional.
de Maistre, J. (1990). Consideraciones sobre Francia.
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