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El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Minas y Energía, anunció el éxito de la Subasta

de Contratos de Largo Plazo, a partir de la cual se vincularon a la matriz energética 1.398 MW de


capacidad instalada de energía renovable, con 6 proyectos eólicos y 2 proyectos solares. La
Ministra de Minas y Energía lo anuncio así en su presentación en el Congreso del MEM:

Estos proyectos, según la Ministra, fueron adjudicados a un precio promedio de $95 KWh, al cual
habría que sumarle el Cargo por Confiabilidad de aproximadamente $60; la Ministra hizo en
anuncio en MWh con la siguiente imagen:

Y es en este punto donde llama la atención el precio, fundamentalmente porque resultaba muy
por debajo de las expectativas que me había formado a partir de la revisión de algunos planes de
negocio de este tipo de proyectos, ¿Por qué razón no están publicados los resultados de la
subasta, de manera accesible para propios y extraños, como debería ser en cualquier proceso
público?.

Descripción del Problema

Para entender el problema, es importante tener en cuenta que Colombia, a pesar de tener una
de las matrices energéticas más verdes y renovables del planeta, se planteó como reto la inclusión
de energías de fuente renovables no convencionales, es decir, eólicas, solares, geotérmicas, etc.
El reto, sin embargo, no está exento de obstáculos, siendo el más crítico e importante, que a nivel
internacional, la forma como estas tecnologías se han involucrado en las diferentes matrices, ha
sido a través de contratos de “PPA” o “Power Purchase Agreements”, o “Contratos de compraventa
de energía de largo plazo”, que en el entorno colombiano normalmente son gestionados por los
particulares, asumiendo su propio riesgo. La pregunta era entonces para las autoridades
energética era ¿Cómo hacer para compatibilizar la práctica internacional con el mercado
colombiano y el marco regulatorio vigente?

La respuesta al interrogante anterior fue un poco impuesta, es decir, el Gobierno Nacional (ni el
anterior ni el actual), no se preocupó mucho por la institucionalidad del sector y decidió de un
lado, adjudicarse funciones de regulación propias al Ministerio de Minas y Energía, y de otro lado,
obligar a los comercializadores a comprar energía mediante la inclusión del artículo 296 del Plan
Nacional de Desarrollo (al cual nos referiremos con posterioridad).

A partir de lo anterior, el Ministerio de Minas y Energía se dio a la tarea de estructurar una primera
Subasta de Energías Renovables, que resultó fallida por no cumplir los requisitos de competencia,
que garantizaran que la Subasta reflejara el precio de mercado de ese tipo de energía.

Sin perder mucho tiempo, el Ministerio de Minas y Energía se dio a la tarea de diseñar una segunda
subasta, con los siguientes cambios principales:

 El día de energía, se dividió en tres bloques, como se verá en detalle más adelante.
 Las empresas generadoras debían ofertar contratos en cualquiera de esos bloques, en
contratos “Pague lo Contratado”, donde el vendedor se obliga a entregar determinadas
cantidades de energía y el comprador a pagarlas, sin importar si hace uso de la misma.
 La Subasta tendría dos etapas; una donde se buscaría que la oferta y la demanda
coincidiera, y otra, llamada “Mecanismo Complementario”, de carácter obligatoria, donde
aún los que no participaron en la subasta, tenían (y tienen) la obligación de comprar
energía, aún y cuando no la necesiten o no puedan pagar por ella.

El esquema tenía varios asuntos que los oferentes (los generadores de energía renovable) debían
superar; el primero y más importante, es que la energía renovable es intermitente, esto es, nadie
puede saber si el viento va seguir soplando o no, en que días, o incluso en que horas durante el
día, o si, aún en día de verano, el día está nublado y por lo tanto no hay energía solar; esto es un
problema, porque los compromisos que los generadores deben asumir era sobre una cantidad
cierta de energía, que debían entregar con independencia que puedan generar o no.

El segundo asunto para resolver tenía que ver precisamente con el precio de la oferta,
considerando que el país, tiene un comportamiento de consumo determinado.

El resultado del esquema planteado por el Gobierno Nacional en las reglas antes mencionadas,
los incentivos explícitos e implícitos en el mismo, las preocupaciones de los generadores y la
demanda, dieron como resultado la Subasta, y estas son algunas de las conclusiones que se
pueden sacar:

El precio de la subasta fue bajo, pero no refleja el costo real de lo que tendrá que
pagar el usuario final por la inclusión de dicha energía en la matriz energética

Para explicar este punto, es importante tener en consideración el funcionamiento de la subasta,


que paso a explicar de la siguiente manera:
Como se dijo con anterioridad, la subasta contemplaba la posibilidad que los Generadores (los
agentes que tenían proyectos eólicos o solares) se pudieran presentar, participando en uno o en
todos los Bloques horarios fijados para el efecto; así, cada día fue dividido de la siguiente manera:

Bloques de Energía diseñados para la Subasta

La curva de demanda en Colombia1 es de la siguiente manera:

Las líneas muestran como es el consumo por día de energía en Colombia, donde los sábados y
domingos hay diferencias importantes por obvias razones.

Dado que la capacidad instalada de generación en Colombia (lo que podemos generar en un
momento dado) es del orden de los 16.000 MWh, es obvio que en las horas donde la demanda
es baja (es decir, consumimos poco) que es entre las 12:00 AM y las 7:00 AM, la energía es
generalmente barata, y el precio horario empieza a subir durante el día, teniendo picos a las 12:00
PM, y luego otro a las 8 PM.

Dada la regla de la Subasta de poder ofertar en uno o en todos los bloques, era previsible en
primer lugar, que las plantas solares ofertan en el Bloque 2, que son las horas donde se espera
que la energía solar las alimentara, y que las eólicas se ubicaran en cualquiera de los tres bloques,

1
Tomado de https://www.xm.com.co/Paginas/Consumo/historico-de-demanda.aspx consultado el día 9 de
Noviembre de 2019 a las 4:00 PM.
considerando la energía que le arrojaran los históricos de las lecturas de vientos, que normalmente
tienen estos proyectos.

Pues bien, lo que hicieron muy inteligentemente los agentes generadores que participaron como
vendedores, fue vender donde la energía era barata y casi innecesaria, y dejar de vender donde
la energía era cara y realmente necesaria. La siguiente imagen, tomada de una presentación que
hizo el Director de Regulación de Energía del Ministerio de Minas y Energía, explica lo anterior:

No pude conseguir la presentación oficial del funcionario, por no estar ni en Minenergía ni tampoco
en la Memorias del Congreso de Energía Mayorista, pero como se muestra pareciera ser suficiente.

La gráfica refleja que la Oferta participó en un 68% en el Bloque 2, 27% en el Bloque 1 y casi no
tuvo participación en el Bloque 3 (5%), lo cual refleja un comportamiento estratégico de los
oferentes, que me permite concluir que el precio anunciado de $95 es el precio de la subasta,
pero no es el precio que van a tener que pagar los usuarios regulados por esa energía, por las
siguientes razones:

En primer lugar, porque en el Bloque 1, no se requería energía y esta era muy barata,
probablemente más barata que lo que se ofertó, por lo menos en periodos donde no se presente
el Fenómeno del Niño. En ese sentido, los oferentes claramente jugaron en el escenario seguro,
porque en caso no poder construir el parque (eólico en este caso), pueden comprar energía más
barata en el mercado, y venderla al precio del contrato. Aclaro que esto es el resultado de los
incentivos incluidos en las reglas de la Subasta, y en ese sentido, es un comportamiento racional
y completamente entendible por parte de los agentes generadores.

En el Bloque 2 claramente el precio fue superior al promedio, y la participación puede explicarse


porque era la única opción que tenían las plantas solares, que obviamente concentraron su oferta
en ese Bloque específico. En este bloque el riesgo es mayor, porque el precio de mercado de la
energía es más caro, pero podría explicarse porque los parques solares no tienen las
complicaciones ambientales y sociales que si tienen los parques eólicos.

En segundo lugar, la poca participación en el Bloque 3, implica que los generadores van a vender
a Precio de Bolsa (y no al precio del Contrato de $95), que claramente puede ser varias veces
mayor al del Bloque 1.

Lo anterior se muestra en la siguiente gráfica, presentada por el Ministerio en Congreso MEM


2019:
Los agentes entonces, ofertaron un precio bajo en el Bloque 1, no ofertaron el Bloque 3, pudiendo
vender en el Bloque 3 al precio de bolsa, que es el más alto del día, sin correr ningún riesgo de
contrato (es decir de entregar una cantidad específica de energía); en otras palabras, cubrieron
su riesgo, y resolvieron a través del mercado, las complicaciones con las que tenían que lidiar en
razón al tipo de contrato (Pague lo Contratado) y al esquema de Bloques planteado por el
Minenergía.

Sin perjuicio de lo anterior, el precio que la demanda, es decir, los usuarios, vamos a tener que
pagar por esa energía, no es de $95 KWh, sino uno mayor, que no es posible calcularlo con la
información existente.

La cantidad de energía que se vincula se apalanca en la demanda regulada (pequeños usuarios)


quienes tendrán que pagar por las ineficiencias que estas energías tendrían

Ahora bien, a lo anterior es necesario sumarle un elemento adicional, que tiene que ver con la
forma como la vinculación de los generadores de energías renovables no convencionales se
apalanca totalmente en el usuario regulado, lo que implica que cualquier ineficiencia del esquema
de subastas, termina siendo asumido por el usuario final; veamos:

La Resolución CREG 129 de 2010, reglamentó la forma como los comercializadores irían a trasladar
los costos de los Contratos de Largo Plazo derivados de las Subastas de Energía Renovable al
usuario final, señal ésta que era necesaria, en razón a que no estaba prevista en el marco
regulatorio. El problema, es la incompatibilidad entre los productos ofertados en la oferta de la
subasta de contratos de largo plazo y los requerimientos de la demanda.

Así, para la energía regulada, tener energía concentrada en el Bloque 1, cuando existe capacidad
instalada de generación sobrante, y no tener en el Bloque 3, implica que a la Demanda le están
ofreciendo un producto cuando no lo necesita, y no se lo ofrecen donde si lo necesitaba. Esto
resulta particularmente crítico para los agentes del denominado “Mecanismo Complementario”,
que aún sin haber participado en la Subasta, son obligados a comprar la cantidad de energía
ofertada que no pudo ser colocada en la Subasta.
Para los agentes que el Mecanismo Complementario los obliga a comprar energía, y que tenían
contratos previamente suscritos, les va a implicar asumir una pérdida por la venta de energía en
horas donde el precio de bolsa es muy inferior al precio de compra.

Si bien el regulador en la Resolución 129 de 2019 permite transferirle el costo al usuario final,
esto solo aplica para la energía derivada de la subasta, pero no de la energía ya contratada; en
ese sentido, un agente comercializador que fuese responsable y tuviese una buena porción de su
demanda contratada previo al Mecanismo Complementario, la obligación de comprar energía que
no necesita, le genera pérdidas sobre las cuales el Estado va a tener que responder.

El Gobierno Nacional se justifica en el artículo 296 de la ley del Plan Nacional de Desarrollo, que
introdujo la obligación para los comercializadores para que por lo menos entre el 8% y el 10% de
la energía que adquieran en el mercado, fuera de fuentes renovables no convencionales. El texto
del artículo señala lo siguiente:

“Artículo 296. Matriz Energética. En cumplimiento del objetivo de contar con una matriz energética
complementaria, resiliente y comprometida con la reducción de emisiones de carbono, los agentes
comercializadores del Mercado de Energía Mayorista estarán obligados a que entre el 8 y el 10%
de sus compras de energía provengan de fuentes no convencionales de energía renovable, a
través de contratos de largo plazo asignados en determinados mecanismos de mercado que la
regulación establezca. Lo anterior, sin perjuicio de que los agentes comercializadores puedan
tener un porcentaje superior al dispuesto en este artículo.
El Ministerio de Minas y Energía, o la entidad a la que este delegue, reglamentará mediante
resolución el alcance de la obligación establecida en el presente artículo, así como los mecanismos
de seguimiento y control, sin perjuicio de la función sancionatoria de la Superintendencia de
Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD). Las condiciones de inicio y vigencia de la obligación serán
definidas en dicha reglamentación.”

El artículo, en la forma como fue aprobado por el Congreso, busca claramente darle al Gobierno
los mecanismos para que los comercializadores puedan sustituir una parte de sus proveedores de
energía (que actualmente tienen en parte energía renovable convencional y no renovable), por
los nuevos generadores 100% renovables y no convencionales.

Sin embargo, el Gobierno Nacional fue más allá; si bien creó un mecanismo en el cual tanto la
oferta como la demanda participaron, para adjudicar Contratos de Largo Plazo (15) años, que en
ese sentido, son de completamente voluntarios, y por lo tanto el generador quería vender, como
el Comprador quería y podía participar, a renglón seguido, introdujo un “Mecanismo
Complementario” a partir del cual, obligó a los comercializadores a suscribir contratos de energía
de largo plazo (15 años) aún y cuando éstos no hubiesen participado en el proceso de subasta, o
no requirieran dicha energía. Ese mecanismos complementario, al tener efectos colaterales, y no
ser voluntario, implica un ejercicio de la facultad reglamentaria muy por encima de las facultades
que le otorgó el artículo 296 del PND antes trascrito.

Por ejemplo, asumamos que un Comercializador tiene una demanda diaria, que tiene un
comportamiento horario como el que se muestra a continuación:
Para cubrir esa demanda, el Comercializador tenía previamente contratado para por lo menos uno
de los años de la Subasta, la siguiente capacidad contratada para un día determinado:

El Mecanismo Complementario implicaba que la UPME evaluara si había Oferta no asignada


después de la Subasta de un lado, y de otro si los Comercializadores aún tenían capacidad de
contratación para su demanda regulada, es decir, si tenían espacio de compras en bolsa; el
objetivo entonces era que en vez de comprar en bolsa, adquirieran contratos de largo plazo de
energía renovable no adjudicada en la Subasta, lo que en principio suena bien, si la oferta
satisficiera la necesidad de la demanda, lo cual, dada la estructura de bloques de la subasta, no
es el caso. Veamos:

Si tomamos el ejemplo del Comercializador anterior, y a través del Mecanismo Complementario le


asignaran capacidad de energía de contratos de largo plazo, implicaría que al Comercializador
estaría obligado a comprar energía en las horas del día que no necesita, y en cambio, le dan
menos energía donde más lo requiere. Gráficamente esto puede verse de la siguiente manera:
Lo anterior se puede ver de manera integrada así:
Como se desprende de la gráfica, para el Bloque 1 el comercializador ya tenía unos excedentes
que la demanda regulada no iba a asumir, y la asignación obligatoria le empeoró su situación,
teniendo que vender lo que ya estaba contratado a pérdida; para el Bloque 2 tiene excedentes,
aunque las posibilidades de venta aumentan en la medida que hay más demanda; el Bloque 3,
que es donde más tenía capacidad de absorber capacidad contratada, le asignan mucho menos
que los dos bloques anteriores.

La transferencia al usuario de los Contratos de Largo plazo establecida en la Resolución CREG 129
de 2019, no resulta suficiente para resolver los excedentes, fundamentalmente porque la
regulación quedó con dos productos diferentes; uno compuesto por los contratos de largo plazo
de la subasta y el Mecanismo Complementario, que se transfieren al usuario regulado, y otro con
todos las demás compras, que solo se transfieren al usuario cuando la compra es eficiente, lo que
implica que el comercializador tendría que asumir las pérdidas.

Lo que implica lo anterior, es que el Producto de la Subasta, ante un comportamiento estratégico


de los agentes generadores, implicó que no fueran compatibles con las necesidades de la
demanda, lo que podría resumirse en decir que les ofrecieron lo que no necesitaban, no les
ofrecieron lo que si necesitaban, pero igual el Ministerio los obliga a adquirir el producto para
viabilizar el proyecto de generación.

Esto resulta violatorio del derecho de libertad de empresa, del derecho de propiedad y del principio
de eficiencia en la prestación de los servicios públicos, y podría poner en grave riesgo los contratos
que se celebren bajo ese mecanismo, salvo que el Ministerio y la CREG resuelvan el entuerto.

Conclusiones

De todo lo anterior es posible concluir lo siguiente:

 Sin duda el Ministerio de Minas y Energía logra en el papel, la vinculación de una cantidad
importante de energía renovable no convencional, pero no sabemos aún a que costo, y si
el esquema valió la pena.

 Los proyectos de generación deben ser construidos, y eso requiere un acompañamiento


comprometido de las autoridades; si los proyectos no se construyen, los generadores se
convierten inmediatamente en comercializadores de energía.
 El precio de $95 promedio por kilovatio/hora, si bien puede ser el resultado de la subasta,
no es el precio que el usuario final va a pagar por esa energía.

 Los agentes generadores particularmente Eólicos, participaron de manera estratégica en la


subasta; ofreciendo energía en los bloques donde menos se requería (Bloques 1 y 2) y
donde es posible conseguirla más barata en el mercado spot, y no ofreciendo en el Bloque
3, que si se requería, y donde era más barata; esto implica que dichos generadores van a
ofrecer en las horas del Bloque 3 al precio de bolsa, que en tiempos de hidrología normal
puede estar entre $150 y $300 por KW/h, y en épocas de niño puede subir a $800 pesos,
precios que son muy superiores a los que públicamente se afirma que fueron los precios a
pagar por la vinculación de este tipo de energías.

 El diseño por Bloques, sin ningún tipo de condición, fue el que permitió el comportamiento
estratégico de la oferta, y en ese sentido, tiene que ser repensado para las próximas
subastas, si es que estas tienen lugar.

 El Mecanismo Complementario introducido por el Ministerio de Minas y Energía, para forzar


a todos los comercializadores a contratar la energía sobrante de la subasta, sobrepasa las
facultades legales otorgadas al Ministerio de Minas y Energía a través del Plan Nacional de
Desarrollo, y sobre todo, entre contradicción directa con el principio de eficiencia en la
prestación del servicio.

 Obligar a la demanda a suscribir este tipo de contratos, a la luz de los deberes establecidos
en la Resolución CREG 080 de 2019, implica que los agentes deban demandar los actos
administrativos y los contratos, para cumplir con su deber de mandatarios.

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