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Mi Pueblo reconocía lo que era un Jefe.

La gente lo seguía porque era magnífico. Él nunca


ganó unas elecciones ni fué nombrado por ningún
gobierno. No es así como llegas a ser Jefe. Era un honor
que te ganabas. Y lo ganabas porque durante años habías
buscado el Silencio y el Espíritu.
Hay Jefes y hay gobernantes. En el Pueblo Tierra estábamos
acostumbrados a los Jefes. Cuando dirigían bien, nos
quedábamos con ellos. Dirigir era para nosotros no alejarse
del Corazón, y seguir los dictados de la Naturaleza.
El sistema de las civilizaciones modernas convierte a las
personas en gobernantes por ley, aún cuando no sean líderes.
¿Cómo puede un calendario decirnos cuánto tiempo es Jefe
una persona? Eso es absurdo. Un Jefe es un líder mientras la
gente crea en él, y mientras sea la mejor persona para
guiarnos.
Un líder es quién ha conquistado el Silencio Espiritual. Y la
gente al ver que tus actos son movidos por el Amor al
Espíritu, te sigue. Tú sólo puedes ser Jefe mientras la gente
te siga.
En el pasado, cuando necesitábamos un curandero que nos
guiara, él se convertía en nuestro líder. O quizás
necesitábamos un pensador profundo. El guerrero sabía
cuándo terminaba su tiempo, y no pretendía ser nuestro líder
más allá del tiempo que era necesitado. Se sentía orgulloso
de servir a su gente, y sabía cuándo era el momento de
hacerse a un lado. Él no podía hacerse líder excepto guiando
a la gente de la manera como la gente quería ser guiada. La
manera del Corazón. Por eso sabíamos ver el que era un
líder. La gente lo necesitaba, y la gente lo seguía. Era
inteligente. Y entendía lo que el hombre moderno tramaba.
La gente vió que él no podía ser engañado por los hombres
que no soportaban reconocer sus verdades, así que lo
seguían. Por eso, los que hoy dominan las civilizaciones
modernas odian y detestan tanto a los ancestros más sabios.
Porque Ellos eran verdaderos líderes y la gente los
escuchaban, y Ellos no escuchaban a lo que el mundo de hoy
les llaman gobernantes.
Él líder siempre escuchaba las necesidades del Pueblo.
Un Jefe es aquél que piensa en su Pueblo antes que en él. Es
preocuparse de la gente y ver que no le falte nada. Es el que
toma decisiones con la Mente en su Pueblo, su Cuerpo en
contacto con la Tierra y su Corazón en el Cielo.
Nosotros teníamos líderes, no gobernantes. El Jefe era el que
buscaba el abrazo de las praderas, por que sabía que abrazar
la Tierra era abrazar a su Pueblo.
Lakota

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