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Había una vez una rana sentada en la orilla de un rio, cuando se le acercó un sapito que le dijo:

Amiga Rana me perdí, no puedo encontrar el camino a casa, por que me quedé jugando y no
hice caso a mis padres.

La rana le respondió, que le ayudaría, pero que tenia mucha hambre, así que la rana y el sapito
fueron cantando y caminando juntos, cruzaron por el rio, nadando, hasta que se encontraron
con una ave, que les quiso comer, pero la rana y el sapito se entraron al agua, para salvar sus
vidas. Estuvieron una y otra vez saliendo del agua y escondiéndose hasta que llegó la noche el
ave no veía en la oscuridad, entonces la rana llevó al sapito a su casa, donde sus padres lo
recibieron muy felices.

En reciprocidad le invitaron comida a la rana.

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