LA OTRA MUJER

Greisy: Desde hace poco él había comenzado a salir con otra mujer. En
realidad había sido idea de su esposa.

(Entra el esposo a casa)

Eli: Buenas noches papá.

Eduardo: Buenas noches hija.

Eli: Espero que te encuentres bien ya que en estos días te note un poco
angustiado, deberías relajarte.

Eduardo: Si hija gracias; no te preocupes, estoy bien.

Sandra: Buenas noches querido ¿No crees que debes hacer algo?

Eduardo: ¿Algo? ¿Cómo qué?

Sandra: Tú sabes que la amas, debes dedicarle más tiempo.

Eduardo: Pero yo te amo a ti

Sandra: Lo sé pero también la amas a ella.

Greisy: La otra mujer, a quien su esposa quería que el visitara era su

madre, ella era viuda desde hacía 19 años, pero las exigencias de su
trabajo y su hija hacían que solo la visitara esporádicamente. Esa noche la
llamó para invitarla a cenar e ir al cine.

Pamela: ¿Qué te ocurre?, ¿estás bien?

Eduardo: Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, solos.

Pamela: Me agradaría muchísimo.

Eduardo: ¿Te parece el viernes?

Pamela: Está bien.

Greisy: Ese viernes mientras conducía para ir a recogerla se sentía algo
nervioso. El nerviosismo que antecede a una cita.

Cuando llegó a su casa sintió que ella también estaba un poco

emocionada, lo esperaba en la puerta con su abrigo puesto, se había
rizado el cabello y usaba el vestido con que celebró su último aniversario.

Pamela: Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo, y se mostraron
muy impresionadas.

Greisy: Fueron a un restaurante acogedor. Tuvo que leerle el menú pues

sus ojos solo veían grandes figuras. Una sonrisa nostálgica se delineaba en
sus labios.

Franco: ¿Ya ordenaron que cenar?

Greisy: Ordenaron, y ella dijo.

Eduardo: Si

Pamela: Era yo quien leía el menú cuando tú eras pequeño.

Eduardo: Entonces ahora me toca a mí.

Greisy: Durante la cena tuvieron una amena conversación, tanto que

hasta perdieron el cine.

Días mas tarde su madre murió de un infarto masivo. No pudieron hacer

nada.

Al poco tiempo recibió un sobre del restaurante donde habían cenado con
la copia del cheque y una nota que decía: “He pagado por anticipo la
próxima cena, estoy segura que no podre estar allí pero igual pague dos
platos, uno para ti y otro para tu esposa. Jamás podrás entender lo que
aquella noche significo para mi, Te amo.”

En ese momento comprendió la importancia de decir “Te amo” y de darles

a nuestros seres queridos el espacio que se merecen. Ellos no pueden
esperar.