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| I UNIDAD NT Bignami, Avil, Gramuci Pensamient, consencia y rvvuibn, Eziciones Larembucg, Buenos Aires, 2010, Hesemon‘a, EStabo ¥ BLOQUE HISTORICO. SUPERESTRUCTURA, FUNGION DE LOS INTELECTUALES Se ha llamado a Gramsci el “te6rico de las superestruc- turas’. Es decir, al mismo tiempo, el tedrico de las su- perestructuras ~o sea, el tinico 0, por lo menos, el mas significativo sin lugar a dudas- y el te6rico de las super- estructuras, 0 sea, el te6rico de ese aspecto con exclusi: vidad 0 por encima de todo. No nos parece que la designacién sea justa, siselaes- gtimeen forma absoluta. El Marx de La sagrada familiao de La ideologia alemana no se mueve en espacios menos superestructurales que Gramsci, ylo mismo cabe decit, por ejemplo, del Lenin de El Estado y la revolucién, se quiere aludir al tratamiento especifico y por menorizado que Gramsci dio a determinados temas del area superestructural ~como el del Estado, el de los partidos politicos, el de los intelectuales- sin duda la de- ignacién aparece como telativamente justificada; pero entonces hay que tener en cuenta que no fueron esos los tinicos temas abordados por Gramsci en el cuerpo fundamental de su obra, Llamar a Gramsci “te6rico de Jas superestructuras” valdria tanto como denominarlo edrico de la praxis", “tedrico de la hegemonfa’, “ted- ico del bloque histérico”. Temas, todos ellos, super- tructurales sin duda, pero a los que Gramsci dedicé mayor atencién que a otros aspectos de esa misma érea. En todo caso, Gramsci fue el primer te6rico marxista que se dedicé centralmente alla teorfa politica y durante mucho tiempo fue el tinico. De todas las ciencias sociales, la ciencia politica era la mas merecedora de respeto para Gramsci. Los pro- blemas que esta “tradicionalmente” abordaba la aproxi maban al nucleo inspirador de la filosofia de la praxis. ‘Aunque rechazé la idea, de origen positivista, de que la ciencia politica pudiera identificarse directamente con la filosofia de la praxis, Gramsci consideré necesario icidar cual era el puesto que debia ocupar la ciencia politica en una concepcién sistematica del mundo como la que expresaba la filosofia de la praxis. | ARIEL BIGNAME Sin embargo, en el sistema de pensamiento grams- iano, filosoffa y pol lentificadas de manera compleja. En la construccién conceptual de Gramsci, la ciencia politica ocupa el lugar de una cien- cia unificadora de los fenémenos sociales hasta el extre- mo de englobar todas las ciencias sociales tradicionales. Laciencia politica de Gramsci es una teorfa dela revolu- cién, la mas completa que se haya propuesto. “| La reflexin de Gramsci acerca de las ciencias socia- les se sittia en una perspectiva cientifica que admite | existencia de uniformidades en Ig fenémenos sociales, la posibilidad de situarlos en esquémas de explicacién racionales y, en cierta medida, predecirlos. Fl presente ¢s explicado mediante la historia de las condiciones que Io han precedido, pero en el relevamiento y la interpre- tacién de los hechos relevantes Gramsci es guiado, y propone dejarse guiar, por una teorfa cientifica unitaria del desarrollo social, que en presencia de condiciones distintas puede originar conclusiones distintas. En su critica del Manual de Bujarin, Gramsci dice al respecto: es que la filosoffa de la praxis se realiza en el es- tua coneeto dela historia pada yen la actividad actual de creacién de nueva historia. Puede hacerse teorfa de la historia y de la politica, ya quesi los hechos son siempre identificados y mutables en el flujo del movimiento histérico, los conceptos pueden ser teori zados; de otro modo no se podria saber qué es el mo- vimiento o la dialéctica y se caerfa en una nueva forma de nominalismo, El rechazo de la sociologfa positivista por parte de Gramsci no contradice su reclamo de una sociologia jentifica entendida en el conjunto de las ciencias so- ciales, Este reclamo es implicito, est4 contenido en las formulaciones de Gramsci respecto de la filosofia de la praxis que, en sus formulaciones gramscianas, conver- ge con los resultados mas avanzados de la sociologia contemporanea. GRAMSCI, PENSAMIENTO, CONCIENCIA ¥ REVOLUCION ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA Gramsci define la estructura econémica de la sociedad como el conjunto organico de las fuerzas de produccién ylas relaciones de produccién. Considera esta estructu- ra como independiente de la voluntad de los hombres, susceptible de ser medida con los instrumentos de las iencias exactas ofisicas, y sefiala que “sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de produc- cién se forman las agrupaciones sociales, cada una de las cuales representa una funcidn y ocupa una posicién en la produccién misma”. Gramsci sefiala el cardcter re- lativamente estatico de este elemento en relacién con la superestructura: “El conjunto de las fuerzas materiales de produccién es el elemento menos variable del desa- rrollo histérico”. Pese a este cardcter de estabilidad, una estructura econémica “sélo puede ser analizada y estu- diada concretamente después de que ha superado todo su proceso de desarrollo, no durante el proceso mismo, ano ser que se trate de hipétesis, y declarando explici- tamente que se trata de hipétesis (...]. La estructura es pasado real, precisamente porque es el testimonio, el ‘documento’ incontrovertible de lo que se ha hecho y de lo que contintia subsistiendo como condicién del pre- sente y del porvenir”. Por consiguiente, si bien la estructura ofrece condi- ciones que la accidn transformadora no puede ignorar, no excede ese papel de “posibilidad”. No se debe confiar (revolucionariamente) en Ja sola dinémica esponténea de la dialéctica estructugal, por cuanto "siempre es ne- cesaria una iniciativa pata liberar el impulso econdmico de las trabas de la politica tradicional”. Los problemas planteados por la propia estructura econémica s6lo pue- den ser resueltos dentro de perspectivas superestructu- rales, es decir, politicas y culturales. Gramsci afirma: Se puede emplear el término “catarsis” para indicar el paso de! momento meramente econémico al momen- to ético-politico, es decir, la elaboracién superior dela estructura en superestructura en la conciencia de los hombres. Ello significa también el paso de lo “objetivo 64 Aue Bicwantt a lo subjetivo" y de la “necesidad a la libertad”, La es- tructura, de fuerza exterior que tiranizaal hombre, que Io asimila, que lo vuelve pasivo, se transforma en me- dio de libertad, en instrumento para crear una nueva forma ético-politica, en origen de nuevas iniciativas. Tanto Gramsci como Lukécs (este tiltimo ya en 1925) habian criticado el uso que hacia Bujarin (en su Ma- nual) del término “instrumento técnico” reemplazando alas “fuerzas productivas sociales” o el “conjunto de las relaciones sociales’. En Gramsci, la economia no es la simple produccién de objetos materiales, sino el modo mediante el cual los hombres asociados producen y re- producen no solamente los objetos materiales, sino sus propias relaciones sociales globales. La superestructura es, para Gramsci, el nivel donde se manifiestan las fuer, zas de la conciencia y de la voluntad en los planos tafito politico como ideolégico. Para la filosofia de la praxis dice Gramsci-, las su- perestructuras son una realidad objetiva y operante; ella afitma explicitamente que los hombres toman conciencia de su situaci6n social y, por lo tanto, de sus ‘objetivos, en el terreno de las ideologtas, lo que no es tuna pequena afirmacién de realidad; la misma filoso. fia de la prazis es una superestructura, es el terreno en ‘que determinados grupos sociales toman conciencia de ‘su propio ser social, de sus fuerzas, de sus objettvos, de su deventr. Asi, las “expresiones de voluntad, de acciGn, de inicia tiva popular” que Gramsci ubica con toda raz6n en el plano de las superestructuras no dejan por ello de tener ‘un gran peso de realidad y de incidencia en la trans- formacién de esa realidad. E1 mundo superestructural posee un grado de autonomfa que requiere su investl- gacién también auténoma; pero tal autonomia, si bien amplia, es relativa, se da dentro de una relacién fun damental con la base estructural. Esa relacidn es orgé- nica, recfproca y dialéctica, Para dilucidarla, Gramsci sefal6 la necesidad de rechazar tanto el economicismo, 65 GRAMSCI, PENSAMIENTO, CONCIENCIAY REVOLUCISN que de las condiciones econémicas hace causas me- Canicas, como el ideologismo, que “exalta el elemento volintarista ¢ individual”, En todo caso, en esa dialéc- tica Gramsci asigna el papel fundamental y decisivo a ta libertad consciente, préctica y politica, atribuyendo primacia a la accién politica en sentido amj realidad superestructural, sin olvidar los condiciona: mientos econémicos pero advirtiendo que “si el indivi- duo tuviera necesidad para cambiar, de que la sociedad entera haya cambiado antes de él, mecanieamente, por e sabe qué fendmeno sobrenatural, ningtin tend nance higars naeurah ningsa cambio En su actitud filosofica, en su metodologia sociolé- gicay en su praxis politica, Gramsci resolvié la relacién entre ambos niveles por medio del concepto de bloque historico. EL BLogue nisTéRIco Ena concepcién gramsciana, el bloque hist6rico no es una simple alianza entre clases y sectores sociales, sino que expresa el vinculo orgénico que une la estructura econémica con las superestructuras jurfdico-politicas € ideolégicas que corresponden a una formacién social concreta e histéricamente determinada. Gramsci tomé esta idea de Sorel: ula afirmacién de las Tesis sobre Feuerbach sobre el educador que debe ser educado no concibe una rela- cin necesaria de reaccién activa del hombre sobre la estructura, afirmando la unidad del proceso real? La nocién de “bloque hist6rico" constituida por Sorel aprehende plenamente esta unidad sostenida por la fi- losofia de ia praxis Esta unidad, sin embargo, a criterio de Gramsci, es dialé- ctica y basada en tensiones y contradicciones. Un bloque historico es, por un lado, estructural; por otro lado, es restable y en perpetuo movimiento. El norteamericano George Lipsitz ha definido recientemente al “bloque his- t6rico” como “una coalicién de grupos oposicionales uni- dos en torno a ideas contrahegeménicas”. Tal definicién’ 60-7 4 Anuet Biowan captabien el cardcter dual del bloque histérico en cuanto su constitucisn se asienta en clases (o grupos) concretos definidos por su situacidn en la sociedad; pero las ideas juegan un papel fundamental en lo que respecta a su co- hesi6n, Sin embargo, Lipsitz define al bloque histérico en funcidn desu cardcter “oposicional’, y esto es una limita- cidn, ya que el bloque histérico es también el de las clases dominantes. En realidad, el analisis de Gramsci pone el acento en el hecho de que el bloque histérico adquiere su consistencia definitiva por medio del poder polftico del Estado y de sus aparatos dle donkinacién y hegemonfa. Gramsci no se interesa s6lo (ni principalmente) en analizar cémo funciona estructuralmente un bloque histérico determinado, sino también en comprender historicamente las condiciones de formacién y de even- tual disgregacién de este bloque. Dichas condicionesson complejas yse vinculan al mismo tiempo con la produc- cin econdmica, la organizacién politica y la persuasion ideol6gica. Hay entonces, en un bloque historico, una estructura social -las clases y los grupos sociales- que depende directamente de las relaciones de las fuerzas productivas; hay también una superestructura ideolé- gica y politica. Este andlisis de un bloque histérico puede efectuar- se de una manera relativamente estatica. Pero el blo- que hist6rico debe ser visto ademas como el punto de partida para el andlisis respecto de cémo un sistema de valores culturales, al que Gramsci denomina ideotogia, integra un sistema social. Este aspecto requiere un es- tudio dindmico. Gramsci menciona textos de Marx para Hegar a la conclusién de que esos textos refuerzan la concepcién de bloque hist6rico, en el cual las fuerzas materiales son el contenido y las ideologias las formas, distincién que es "1 porque las fuerzas materia- les serfan concebibles histéricamente sin forma y las ideologfas serfan caprichos individuales sin las fuerzas materiales. ‘Como sefiala Manuel Sacristdn, “se trata de la tota- lidad y unidad concreta de la fuerza social, la clase, con 67 GRAMSCt, PENSAMIENTO, CONCIENCIA Y REVOLUCION el elemento cultural-espiritual que es conciencia de su accidn y forma del resultado de esta’. Gramsci constata {que la lucha de clases, y en consecuencia su expresién en Jos antagonismos politicos, no tiene lugar enfrentando exclusivamente a una clase con otra, sino mediante el choque entre dos constelaciones o sistemas de fuerzas. Cada una de ellas esta conformada por una clase fun- damental y otras clases 0 capas sociales auxiliares, ar- ticuladas orgénicamente en una coalicién mas o menos sélida, mas © menos estable. Frente al bloque histérico constituido por la clase dominante se tiende a formar el bloque historico de las fuerzas transformadoras que aspiran a la conquista del poder politico para poner fin definitivamente a la dominacién de clases. En ese nuevo bloque hist6rico, correspondiente a la época de la cual y enlacualhabla Gramsci, y quese extiende hasta nuestros dias, participan no solo las clases explotadas de la ciudad y del campo, sino también otras capas sociales vincula- das particularmente con la actividad cultural, area don- de Gramsci presta atencién especial a los intelectuales, organizadores de la técnica, los servicios, la educacisn, etc,, que al verse obligados a vender su fuerza de traba- jo en el mercado laboral comprueban ~0 pueden llegar ‘a comprobar- que sus intereses coinciden objetivamente con los de las clases y capas desposeidas. Para Gramsci, la tarea politica revolucionaria requerta la formacién de un bloque social lo bastante sdlido y articulado, pero asi- mismo lo bastante unitario. A su criterio, la madurez de una fuerza revolucionariase mide pot su capacidad para cumplir dicha tarea de mahera critica y realista. LAHEGEMONfa EN Gramsct Un bloque hist6rico ejerce la hegemonia en una socie- dad o aspira a ejercerla. Gramsci admite y sefala la pa ternidad de ese concepto en Lenin, en quien, subraya: EI momento de la hegemon(a o de la direccién cultu- rales sistematicamente revalorizado en oposicién alas concepciones mecénico-fatalistas del economismo. Asi, fue posible afirmar que el rasgo esencial de la mas, 68 Aric. BicNasr moderna filosofia de la praxis consiste precisamente enel concepto histérico-politico de hegemonta, Gramsci pone énfasis en la cuestign“de la hegemonia antes, durante y después de Ia conquista del poder por un bloque histérico. Introduce un enfoque nuevo en el pensamiento marxista por cuanto, antes de Gramsci, la problematica de la hegemonéa habfa sido considera- da fundamentalmente como forma, como aspecto ge- neral de la autoridad y de la legitimidad en la sociedad dividida en clases. Pero faltaba analizar concretamente el contenido histérico especifico de la hegemonta, sus* manifestaciones especificas en sociedades determina- das. Para desarrollar su concepcién de la hegemonia, Gramsci aplica los conceptos de sociedad civil y socie- dad politica En los escritos gramscianos se entiende generalmen- te la sociedad civil como el conjunto de los organismos “vulgarmente llamados privados" y que corresponden @ la funcién de hegemonia que el grupo dominante ejer- ce en toda la sociedad. Gramsci diferencia este nivel del nivel de la sociedad politica, el Estado en un sentido estricto, cuya base y contenido ético aquella constitu- ye. La sociedad civil es una totalidad compleja que se manifiesta como ideologia de la clase dirigente expresa da en el arte, las ciencias, la economfa, el derecho, et como concepcién del mundo difundida entre todas las capas sociales que de este modo se ligan con la clase di- rigente, en tal sentido se adapta a todos los grupos me- diante diversos grados cualitativos: filosofia, religién, sentido contin, folklore. As{ considerada, la sociedad civil ocupa un campo vastisimo, ya que coincide con el de la ideologia. Unaspecto fundamental delasociedad civil reside en. su articulacién interna, la organizacién por cuyo inter- medio la clase dirigente difunde su ideologfa. Gramsci Ja define como “estructura ideolégica” y explica que es “la organizacién material destinada a mantener, de- fender y desarrollar el frente tedrico e ideolégico". En la estructura ideolégica, Gramsci sitta, ademas de las 69 GRAMSCI. PENSAMIEWTO, CONCIENCIA Y REVOLUCIGH organizaciones que tienen como funcién difundir la ideologia, también todos los medios de comunicacién social y todos los instrumentos que permiten influir sobre la opinién ptiblica. Organizaciones culturales Propiamente dichas son, en este sentido, la iglesia, el Sistema escolar y los organismos de prensa y editoria- les. La judicatura y la oficialidad de las fuerzas armadas ejercen una actividad general que incorpora una parte Cultural. A estas instituciones fundamentales se suma como parte de la estructura ideolégica, segiin Gramsci, todo aquello que puede influir directa o indirectamen. te sobre la opinién publica’. Especificamente, Gramsci menciona los medios audiovisuales (teatro, cine, ra- dio), “Imedios] de difusién ideolégica que tienen una rapidez, un campo de accién y un impacto emocional mucho més vasto que la comunicacién escrita, pero su- perficialmente y no en profundidad’. Agrega inclusive {a arquitectura y también la nomenclatura de las calles ysu disposici6n como material ideol6gico de importan. Cla. Esté claro que Gramsci escribié en una épocaen que el desarrollo de la radio y el cine era todavfa incipiente y no existia la television. Sin embargo, estos senialamien- tos conservan gran parte de su vigencia. _Lar otra lado, Gramsci describfa a la iglesia catélica d&Sus tiempos, y de su pais, como una verdadera socie- dad civil auténoma, dentro de la cual se manifestaban, a su vez, todos los niveles que él analizaba dentro de la sociedad civil: una ideotogia propagada y adaptada a todo el cuerpo social junto con los canales de difusion de esa ideologia, En cuanto a la sociedad politica, los escritos de Gramsci contienen varias definiciones: Sociedad politica o Estado que corresponde a la fun- ci6n de “dominio directo” o de comando que se expre- sa.en el Estado y en el gobierno juridico |...) aparato coercitivo para conformar a las masas populares de ‘acuerdo con el tipo de produccién y de economfa de un momento dado |...) Aparato de coercién estatal que asegura legalmente la disciplina de aquellos grupos 70 {que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que std preparado para toda la sociedad en previsién de los momentos de crisis en el comando y en su direc- cién, casos en que no se da el consenso espontaneo. La sociedad politica, en la concepcién gramsciana, tiene como funcién ejercer la coercién, mantener me- diante diversos tipos de violencia el orden establecido. En tal sentido, no abarca tinicamente el terreno militar sino también el gobierno juridico. En la sociedad politi- ca, Gramsci diferencia varios yspectos de acuerdo con su vinculo mas 0 menos estreciio con la sociedad civil y segtin se limiten al plano técnico-militar o politico- far (uso directo de la violencia o direccién politica de la coercién). Sefiala ademas que existe la posibiliciad de que el aparato coercitivo del Estado no monopolice el ejer lencia en nombre de la clase dirigente, refiriéndose a los momentos en que dicha clase susci- ta, dentro de la sociedad civil, el surgimiento de orga- nizaciones paramilitares, parapoliciales, etc. Como sabemos, esta posibilidad, existente ya en los primeros tiempos del fascismo europeo, se generalizé en nuestra época, particularmente en las zonas del Tercer Mundo, aunque no solamente en ellas. Gramscirechaza la division tradicional esquematica, originada en el liberalismo, entre sociedad civil y Esta- do, La sociedad civil cumple funciones politicas impor- tantes, lo cual hace de ella una parte de la estructura ampliada del Estado. Por medio de sus aparatos “pri- vados", que en la practica desempefian tareas puiblicas, proporciona la coercidn ideoldgica. La sociedad politica es legitimada mediante la sociedad civil cuya misién es organizar y mantener el consenso general hacia un de- terminado sistema. No obstante, el Estado no es solamente expresién del dominio directo, ya que combina la coaccién con el consenso “espontneo” de la poblacién, garantizado mediante la disciplina “legal” (es decir, juridicamente fundamentada). Con su concepto de Estado amplia- do Gramsci entiquece los abordajes marxistas hasta GnaMscl. PENSAMIENTO, CONCIENCIA Y REVOLUCION entonces existentes sobre el tema. El Estado protege Jos intereses globales de las clases dominantes, inclu 50 cuando tiene que intervenit contra alguna de sus fracciones que momentanea y coyunturalmente puedé amenazar la cohesién de conjunto. El Estado ejerce la fuerza, la violencia organizada (de distinto tipo), pero tiende a establecer el consenso. ‘Gramscinollegé aconocer los Estados de democracia limitada o vigilada surgidos después de las dictaduras militares, especialmente en Latinoamérica a principios dela década de 1980, en los que no se gobierna mediante la violencia sistematica (aunque si haya momentos en que se la utiliza) ni hay un consenso propiamente dicho de las clases dominadas, que, sin embargo, desarticu- adas por la extrema violencia previa de los regimenes militares, no presentan batalla frontal. Gramsci aborda la cuestién de lo que denomin6 “re- volucidn pasiva’, refiriéndose a momentos historicos en que el Estado sustituye a los grupos sociales para enca~ Dezar un proceso de renovacién. La revolucién pasiva se opondria al modelo jacobino francés, ya que la ca~ racteriza la ausencia de iniciativa “popular”, En Jos me- jores casos conileva cierta modernizaci6n, pero sin la participaci6n de las masas. En esos momentos, el prota- gonismo es ejercido por las clases dominantes que han fogrado neutralizar a las clases dominadas mediante oportunas concesiones. Ali las fuerzas conservadoras hegemdnicas consiguen disgregar a sus antagonistas, absorbiendo en su propio proyecto politico una parte de la antitesis, aunque contkoléndola. ‘Del complejo andlisis de la situacin del movimiento revolucionario en Europa y en la coyuntura hist6rica en Ja cual escribia, asi como de la diferenciacisn por élesta- blecida entre Oriente y Occidente (distincién basada no tanto en los diferentes grados de desarrollo econémico como en el diferente papel del Estado sobre la sociedad civil), Gramsci dedujo una estrategia diferenciada para fa revolucién socialista en Occidente. De acuerdo con una terminologia militar que utiliz6 con fines descriptl- ‘vos, designé tai estrategia como “guerra de posiciones’ n Amie Bronant distinguiéndolaasidela “guerra de movimientos", Tal es- trategia se encaminaba a obtener, mediante politicas de frente tinico, el consenso dela gran mayoria de las clases, trabajadoras explotadas y disgregar el consenso hacieel™ stado capitalista. Esta no sustitu‘a la concepcién insu: rreccional de la toma del poder, pero correspondia a una etapa que Gramsci preveia prolongada, de acumulacién de fuerzas. Gramsci describié asf ese moment ‘Tras 1920 se ha dado un periodo de estancamiento en el movimiento revolucionario mundial, La ocupacién, de las fabricas en Italia y el avance del Ejército Rojo sobre Varsovia sefialaron el punto mas alto de subida de la oleada revolucionaria, pero habfan demostrado también la incapacidad ya falta de preparacidn de los ‘grupos revolucionarios entonces existentes para guiar a los grandes movimientos en su conjunto hasta su natural conclusin: la toma del poder. 1923 ha visto el final de este largo perfodo y el inicio de una recupera- ccidn que, de todas formas, no tendré y no podré tener, al menos de inmediato, los mismos rasgos que apare. cleron en la anterior, sucedida ala guerra. Pero la guerra de posiciones gramsciana no es un sim- ple repliegue, sino que representa una estrategia per- manente de larga duracién. “La guerra de posiciones “dice la hacen grandes masas que sdlo con grandes reservas de fuerzas morales pueden resistir el desgaste [...] sélo una habilisima direccién politica puede impe- dirla disgregacién y la derrot: Un singular anilisis de las teorfas de Maquiavelo le sirve a Gramsci para fundamentar la busqueda de esa “habilfsima direccién politica”; busqueda que en Gramsci no fue solo tedrica ya que avanz6, en tal sen: tido, hasta donde se lo permitieron las circunstancias histéricas y las de su propia vida. EL Principe Moprnno Gramsci se plantea el interrogante respecto de quién puede desempefiar la funcién del Principe maquiave- iano en la sociedad moderna. Considera de inmediato Gnausci, PENsaauenTo, conctENctA ¥ REVOLUCION que en la época contempordnea “es el grupo y no el in- dividuo el que hace politica”, y que “el protagonista del huevo Principe no puede ser en la época moderna un héroe personal, sino que debe ser el partido politico, es decir, en cada caso y en las diversas relaciones internas de las diferentes naciones, el partido politico determ: Dado que se propone fundar un nuevo tipo de Estado y ha sido racional e histéricamente creado con ese fin", Mientras otros te6ricos que abordaron la cuestién del partido politico se focalizaron en el aspecto estructu- ral de los partidos (en su maquinaria de otganizacién, en su “aparato", como lo hacen Michels y Duverger, por Gjemplo), Gramsci subraya que “Ia historia de un parte 10 no podra dejar de ser la historia de un soci determinado”. ieee Alrespecto soStiene:~ Solo del complejo cuadro de todo el conjunto social y estatal (y frecuentemente también con interferencias internacionales) resultard la historia de un determina- do partido, por lo que se puede decir que escribir la his. toria de un partido no significa otra cosa que escribir la historia general de un pafs desde un punto de vista ‘monografico, para subrayar un aspecto caracteristico. Mucho mas cerca de nuestros dias, Umberto Cerroni retomé estas propuestas para concluir que “no parece que el equipamiento técnicamente imponente de los modernos partidos politicos permita pasar por alto las sugerencias metodolégicas gramscianas" Gramsci aborda sus "Notas sobre Maquiavelo” inte- rrogindose sobre la significacién de esta personalidad ensu época, concluyendo que el suyo era “el estilo de un hombre de accién que quiere mover ala accién’, y que El Principe equivale a un manifiesto de partido. Su re- flexi6n, a partir de alli, lo conduce a plantearse el mito- Principe como una creacién de la fantasia concreta que actiia sobre un pueblo disperso y pulverizado para es- timular y organizar una voluntad colectiva. El Principe moderno no puede ser un individuo concreto, sino que debe ser un organismo, el cual “ya ha sido creado por ” ARIEL Bionast el desarrollo historico: es el partido politico". Gramsci se pregunta asimismo cudndo un partido politico se hace hist6ricamente “necesario”, y responde: “Cuando las condiciones de su ‘triunfo’, de su inevitable hacerse Estado estan, por lo menos, en vias de formacién y dejan prever normalmente sus desarrollos ulteriores”. En la concepeién gramsciana, el partido revolucio- nario debe ser un anti-Estado en potencia, capaz de constituirse, aun en la sociedad capitalista, como mo- delo opuesto al sistema en todés los aspectos, capaz de polarizar a su alrededor todds los sectores realmente transformadores de la sociedad. En tal sentido, el par- tido revolucionario que propone Gramsci es el Principe moderno. Los InTRLECTUALES En Gramsci, la cuestin de los intelectuales aparece insistentemente, ya se trate de su teorfa del Estado, del concepto de bloque historico, de la cuesti6n de la hege- monia 0 del andlisis de los partidos. En la concepcion gramsciana, como bien ha sefialado Nicola Badaloni, el intelectual ya no es visto como una figura indetermi nada, “sino como un lazo especffico con una clase oun grupo social”. Todos los hombres son intelectuales, ya que no existe ninguna actividad humana de la que se pueda excluir toda intervencién intelectual. Al mismo tiempo, no todos tienen en la sociedad la funcion de intelectuales. La especificidad de la categoria de inte- lectual est dada, por lo tanto, a criterio de Gramsci, a partir de la funcién que se cumple en la sociedad. Por intelectual, decfa Gramsci, corresponde entender “no solamente aquellas capas sociales a las que se Hama tradicionalmente intelectuales, sino en general toda la masa social que ejetce la funci6n de organizacion en el sentido amplio, sea en el terreno de la produccién, dela cultura o de la administracién publica”. Gramsci propone empezar denunciando la ilu del intelectual puro, aislado, ya que el intelectual, como cualquier otro hombre, pertenece siempre a tin mundo social determinado. Los intelectuales no forman una B GRAMSCI, PENSAMIENTO, CONCIENCIA Y REVOLUCION clase por si mismos, sino que surgen sobre la base de las distintas clases sociales ya existentes. La funcién social {que caracteriza a los intelectuales consiste en expresar Ibs intereses del grupo social del que surgen, infundién- dole homogeneidad. Claro que no se trata de una rela~ cién pasiva ni de un reflejo mecénico; la conexién con ‘el mundo de la produccién es mediata y con frecuencia indirecta, lo cual permite una relativa autonomfa, Gramsci distingue entre intelectuales tradicionales e intelectuales orgénicos. Son intelectuales tradicio- nales los que sobreviven a la desaparicién del modo de produccién en el que han surgido y que, vinculados a fas clases extinguidas o en vias de extincién, no estan ligados a las clases fundamentales del presente. En ese tipo de intelectuales aparece con més fuerza ynitidez la tendencia a ligarse al pasado (histérico y so- ial), Esta tendencia puede aparecer también en los in- telectuales orgdnicos, que sin embargo estan definidos porsu origen de esta maner ‘Touo grupo social que surge sobre Ja base original de una funcién esencial en el mundo de la produccién econémica establece junto a él, orgénicamente, una o mas capas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia funci6n, no sdlo en el campo econémico, sino también en el social y en el politico. El intelectual ejerce esa funcién de homogeneizaci6n fen dos planos: el del saber y el de la difusién. En esta concepcién, son intelectuales no sélo aquellos a quienes cone ecutso cotidiandisuele considerarse como tales, Sino también, por ejemplo, los politicos, los dirigentes de empresa, etc. Parece evidente la necesidad de tener en cuenta la diferenciacién entre los distintos tipos de intelectuales para que la designacién tenga una utilidad préctica. Asimismo, los cambios observables en el cam~ po no sélo de la produccién, sino en el de lo social y lo politico, deben ser tenidos en cuenta para un andiisis hetual de la cuesti6n de Jos intelectuales, en la cual, sin embargo, no hay duda de que Gramsci introdujo escla- recimientos fundamentales. 6 | | ‘ARIEL BIGNAMt Gramsci sefiala que en el mundo moderno el intelec- tual tradicional mds t{pico tiende a ser reemplazado por elhombre de “cultura general": “el letrado, e fil6sofo, el artista”, Tendencialmente, ademés, “la industriahapro- ducido un nuevo tipo de intelectual: el cuadro técnico, el especialista en la ciencia aplicada’ La formacién del intelectual revolucionario que re- clama Gramsci debe tener en cuenta las transforma- ciones en la sociedad. La constitucién de un “bloque cultural y social” revolucionario reclama intelectuales que elaboren y den coherencia a los planteamientos que ‘urgen de la actividad de las masas. Tienen como tarea ‘determinar y organizar la revolucién cultural”. Estas proposiciones se vinculan evidentemente con la con- cepcién de Gramsci sobre el partido colectivo, la van- ‘guardia. Sin embargo, la idea de “intelectual colectivo” como definicidn del partido, que suele mencionarse en relaciGn con su obra, no pertenece a Gramsci, sino, con. posterioridad, a Palmiro Togliatti, su cercano colabora- dor de LOrdine Nuovo. Ex Risoroiento En el plano de las formulaciones de Gramsci que com- ponen la tematica mas especificamente polftica -lo que suele denominarse su teorfa de las superestructuras-, resta hacer referencia a su trabajo acerca del Risorgi- ‘mento, el cual ocupa un lugar espectfico. Los apuntes de Gramsci acerca del Risorgimentoreto- man algunos de los temas ya antes abordados por él en su escrito sobre la cuestién meridional. Tal vez conven- ga recordar aqui que el Risorgimento fue el movimiento que tendié a la formacién de un Estado nacional unita- rio a partir de la Italia fragmentada de la primera mitad del siglo xv1. Esto se consiguié en 1861 con la proclama- cin del reino de Italia bajo la dinastfa de los Saboya. Los hombres mas representativos de este movimiento fueron Cavour, Mazziniyy Garibaldi. Su orientacion pue- deserdescripta en general como liberal-burguesa, inde- pendentista con respecto a las pretensiones de Austria, Francia y el Vaticano. Cavour, monarquico y politico de 7 GRaMScI. PENSAMIENTO, CONCIENCIAYY REVOLUCIGN Ja derecha, encabezaba el Partido Moderado; los otros dos mencionados eran lideres del Partido de Accién, si. tuado més o menos a la izquierda del movimiento, Gramsci defini6 a Garibaldi y a Mazzini como repre- sentantes de la pequefia burguesfa radical que propugna. ban una salida republicana para el problema de la unidad ylaindependencia italiana, y a Cavourlo definié como re- Presentante politico de la buirguesfa entonces en desatro- Hoy dela nobleza aburguesada, que sostenian el régimen mondrquico de los Saboya. Pero Gramsci advirtis los ma tices de ambas posiciones y puso el acento con frecuencia las debilidaces del Partido de Accién, indicando eémo la mayor solidez ideolégica de la derecha habia permitido @ Cavour manipular indirectamente al Partido de Accidn, Para poner de relieve esas debilidades de la izquierda del Risorgimento, Gramsci establecié una comparacién con Ja Revolucion Francesa, donde puede hallarse el eje de las concepciones histéricas gramscianas. Los jacobinos franceses impusieron en una lucha sin tregua su funcion de partido dirigente (hegemé- nico) y levaron a la burguesfa francesa a posiciones mucho mas avanzadas de las que esta hubiera adop- tado espontaneamente, El radicalismo jacobino logrs constituir un bloque historico integrado por todas las fuerzas realmente revolucionarias, en primer lugar el campesinado, gracias a una profunda reforma agraria no indemnizatoria. En Italia no hubo proceso de trans- formacién estructural del campo y hasta los elementos mds avanzados, como Garibaldi 0 Mazzini, actuaron contra los movimientos de ocupacién de tierras. Si el Partido de Accién hubiera tenido la audacia de buscar el apoyo campesino, la fuerza hegeménica del Risorgimen- to habria quedado en manos de los revolucionarios y la historia italiana y europea habria podido ser distinta El Partido de Accién, segiin Gramsci, deberia haberse Unido a las masas rurales, definiéndose como jacobino B9.s6lo por las formas externas, por la retética, sino por I contenido econdmico-social de su politica. El bloque del Risorgimento hubiera sido dirigido por una fuerza beral-nacional apoyada en los campesinos pobres. B AnveL BIGNAMI Este andlisis sociopolitico, de clase, que Gramsci rgimentista tiene puntos de discre- aplica aa etapa risorgiment = pancia con el entusiasmo que Marxy Engels, en especial el segundo, expresaron por los republicanos italianos, sobre todo por Garibaldi, a quien Engels atribuye una arece haber “perfeccién clasica insuperable”. Gramsci p contado con mayor informacion documental den ép0- €a del Risorgimento, Hay, ademés, en su trabajo a este Fespecto, una profunda revisiin de las posiclones an- tYacobinas que habia sostenido en su juventud, En ese entonces (siendo redactor del Grito del Pueblo) ha contrapuesto la revolucién proletatia al jacobinismo, sosteniendo ademss que con la hegemon‘ajacobina” un uutoritario sustituye a otro régimen autorita- Cee ea en cambio, a esta conclusién: Lox bins estabun praise aoa ver Gad dels formulas sobre a igualdad, In fraternidad, Ife. ae esas porto, seeds aban ganado alas grandes hasas populares que los jacobinoslevantaban yenviaban alalucha Ellenguae de los Jacobinos, su idcoogt, su mado de actuat, re fejabonperfectamente la exigencas dela epoca, por tris que “hoy en un context diferente y tras esi un ral, puedan parecer “abs Tanto, probablemente, como Jos escritos de Moreno, Castelli 0 Monteagudo, que sin embargo plantean ta- reas atin no realizadas en paises como el nuestro. Curuna y Esrérica EN GRAMSCI. LA RELACION |OMBRE-NATURALEZA Gramsci sostiene una concepcion dela cura que se contrapone al criterio tradicional. Para Gramsci, la cul tura no concierne solamente a una casta privilegiada, sino a todos los hombres que acttian y piensan en una sociedad determinada, que participan en y son elemen- tos de un mismo clima cultural. El concepto tradicional de cultura bien puede propugnar cierta universalidad, Ey GRAMSCI, PENSAMIENTO, CONCIENCIA ¥ REVOLUCION pero en su caso esta es meramente tedrica y no exclu- ye, sino que en verdad presupone, el establecimiento de privilegios. ‘A la concepcién tradicional, inclusive cuando esta aspira a cierto humanismo, Gramsci contrapone una concepcién que no puede ser separada de la filosofia de la praxis. En tal concepeién de la cultura, vinculada con el método dialéctico, Gramsci destaca la importancia del momento cultural inclusive en la actividad préctica colectiva, Esto presupone el logro de una unidad cultu- ral-social entre hombres que, por lo dems, son defini- dos de la siguiente manera: “El hombre es un proceso y precisamente el proceso de sus actos. Queremos saber ‘qué somos hoy, no en cualquier tiempo y en cualquier vida, sino en funci6n de lo que hemos visto, de lo que hemos hecho y meditado”. Ya mucho antes de los Cuadernos de la cdrcel, en 1916, Gramsci escribié Hay que dejar de concebir la cultura como un saber en- ciclopédico, en el cual el hombre se ve sélo bajo forma de recipiente al que se ha de llenar y abarrotar de datos empiricos, de hechos inconexos, que deberd clasificar fen su cerebro como Has columnas de un diccionario para poder después, en cada ocasidn, responder @ los diversos estimulos del mundo externo. La cultura es algo muy distinto, Es organizacion, disciplina del pro pio yo interior, es tema de posesion de la propia perso- palidad, es conquista de ciencia superior, porlo cual se consigue comprendix el propio valor histérico, la pro- pia funcién en la vida y los propios deberes. La cultura asf concebida equivale a critica, a adquisi- ‘én de una conciencia del propio yo. Es, para Gramsci, Ja tinica concepcidn de cultura compatible con el socia- lismo. Pero en la labor de escritura de los Cuadernos, Gramsci afina estas ideas vinculdndolas con la relacién hombre-sociedad-naturaleza, Gramsci sostiene: Se hace necesario concebir al ser humano como una serie de relaciones activas (un proceso}, en el que si 80 | t ‘Arie Bionam bien Ja individualidad tiene la maxima importancia, no es el tinico elemento a considerar. La humanidad ‘que se refleja en la individualidad est compuesta por diversos elementos: 1) el individuo, 2) los otros hom. bres y 3) la naturaleza. |...) El individuo no entra en relacién con los demas hombres por simple yuxtapo- sicién, sino orgénicamente, es decir, en cuanto entra a formar parte de organismos que van de Jo més simple alomés complejo. Gramsci no puede haber conocido los escritos juveniles de Marx, ya que estos se publicaron en Rusia y en Ale- mania en 1934, cuando Gramsci se encontraba preso. Sin embargo, en su definicién, Marx hace referencia a los mismos elementos en cuanto, si bien el hombre es un individuo particular y un ente natural genérico, es también la totalidad, la existencia objetiva de la socie- dad pensada y sentida para sf. Para Gramsci, la relacién hombre-naturaleza y la consiguiente fundacién de una ciencia dela naturaleza no puede resolverse volviendo a las posiciones del posi- tivismo y el cientificismo del siglo pasado, en el cual esa relacién se da sobre la base de aceptar la teorfa evolu- cionista interpretada en un sentido mecénico y deter- minista. Tampoco es posible, para Gramsci, explicar esa relacién desde un enfoque idealista, el cual tiene en cuenta la centralidad del hombre con respecto a la rea lidad objetiva, pero lo hace desde una interpretacién del hombre entendido como espiritu abstracto. El objeto de la ciencia no es el cosmos ert si, entendido de manera ‘metafisica, sino la relacién entre el hombre y la realidad. Dice al respecto: Sila verdadesclentficas no son definiivasy pereto ras, la elencla también es una categoria lstrica yun movimiento en continuo desarrll. (1 Incluso en la Ciencia, busearla realidad fuera de loshombres,enten- dido esto en sentido rligioso 0 metafisico, slo pus: de serconsiderado como una paradoj, Sin el hombre, — qué significaria la realidad del universot a GRAMSCI, PENSAMIENTO, CONCIENCIA Y REVOLAICION Objetivo, sefiala Gramsci, quiere decir siempre “huma- hamente subjetivo", lo que puede corresponder de ma- hera exacta a “histéricamente subjetivo”. La objetividad de la ciencia es una objetividad historicamente ligada a la presencia del hombre y a su actividad gnoseolégica- productiva. Se ha querido, desde el dogmatismo, encontrar ras- tros de idealismo en estas aseveraciones de Gramsci. Cotejadas con la préctica resultan, sin embargo, diff. cilmente refutables. Para Gramsci, el problema de la relacién hombre-naturaleza se resuelve sobre la base de las premisas historicistas y humanistas de un mar- xismo replanteado a la luz de sus experiencias de cul- turay de lucha, LA CUESTIGN EDUCACIONAL EN Gramsct En funcién de la lucha cultural a la que atribuye tanta importancia en la tarea de construir el bloque hist6rico Tevolucionario y obtener su hegemonia, Gramsci asigna el primer puesto a “una concepcién general del mundo y de la vida” que encuentra en Ia filosofia de la praxis, pero luego lo describe como “un programa escolar, un principio educativo y pedagégico original, que intere- san y dan una actividad propia, en su terreno técnico, a Ja fraccin mas homogénea y numerosa de los intelec- tuales: los educadores, desde el maestro de escuela has- ta los profesores universitarios” Ellugar de enfrentamiento fundamental es elaparato escolar, que ha sustituido al aparato eclesiastico como aparato ideol6gico dominante principal. Gramsci admi- te que “se necesita, para educarse, de un aparato de cul- tura, a través del cual la vieja generacién transmite ala joven toda la experiencia pasada |...|. Se puede decir que, enla escuela, el nexo instruccién-educacién sélo puede ser representado por el trabajo viviente del maestro, en tanto el maestro es consciente de los contrastes entre el ipo de sociedad y de cultura que él representa y el tipo de sociedad y de cultura que representan los alumnos {...}. La participacién activa del alumno en la escuela s6lo puede existir sila escuela esta ligada a la vida’, a j | | Arie. Biowamt La escuela tradicional 0 clasica aparece como una escuela oligarquica, y al mismo tiempo “humanista’ en cuanto que ofrece una cultura general. Pero como et mundo modemo poneen tela de juicioesta cultura vagae indiferenciada, surgen las escuelas especializadas de tipo técnico-profesional, que “tienden a eternizar las diferen- cias tradicionales”. Gramsci propone, como alternativa, “un tipo de escuela preparatoria (elemental-media) que eve al joven hasta el umbral de la eleccién profesional, formando al mismo tiempo yna persona capaz de pen- sar, de estudiar”, La escuela thajca asi concebida tratarfa, de formar un hombre completo, con una educacién “de cultura general, humanista, que equilibra justamente et desarrollo de la capacidad de trabajo manual (técnica, industrialmente) y el desarrollo de la capacidad de traba jo intelectual”, Todo esto permitirfa ir dando forma a un nuevo “sentido comtin” que permitirfa a las masas popu lares insertarse activa y eriticamente en la vida nacional gracias a una elevacién de su nivel cultural. Seguin Gramsci, la relacién maestro-escolar corres- ponde a nivel “molecular” a la que se da en el plano general entre los intelectuales y las masas. “Cualquier relacién de hegemonfa es necesariamente una relacién pedagégica”. La concepcién gramsciana de la escuela rechaza el espontaneismo. Postula una “educacién dis- ciplinada, no coactiva: concepto que no excluye la au- toeducacién, que consiste en hacer que el nifio adquiera conciencia de lo que viene dado del exterior, de manera que lo haga suyo”. GRamscry ta ESTETICA Las percepciones de Gramsci en cuanto a la estética, que se cuentan entre las mas creativas de las que for- man parte de su pensamiento tedrico, modificaron pro- fundamente el panorama de la estética marxista. En los textos de Gramsci se encuentran, respecto del arte, algunas observaciones hicidas y valiosisimas, aunque no muy abundantes. Por ejemplo: la obra de arte es un proceso; forma y contenido son también ca- tegorfas historias; crear artisticamente es objetivar 83

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