invocado mi Misericordia ha quedado decepcionada ni
ha sentido confusión. Me complazco particularmente en
el alma que confía en mi Bondad. Escribe: cuando recen
esta Coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el
Padre y el alma agonizante no como el Juez Justo sino como el
Salvador Misericordioso.” (Diario, 1541)
LA HORA DE LA GRAN MISERICORDIA
Mediante una visión, el Señor Jesús reveló a Santa
Faustina que, a las tres de la tarde -hora en que murió en
la Cruz- Dios Padre bendecía de manera especial la
Tierra, en atención a Su Hijo. En su Diario escribió: “Vi
una gran luz con Dios Padre en el centro. Entre esta luz y
la Tierra vi a Jesús clavado en la Cruz de tal forma que
Dios, deseando mirar hacia la Tierra, tenía que hacerlo a
través de las heridas de Nuestro Señor”(24) Dijo
Jesús:“A las tres de la tarde suplica mi Misericordia,
especialmente para los pecadores; y aunque sea por un
brevísimo instante, absórbete en mi Pasión, en particular en
mi desamparo en el momento de mi Agonía. Este es el
momento de la Gran Misericordia hacia el mundo. En tal
Hora nada le será negado al alma que me lo pida, por los
méritos de mi Pasión” (59)
“Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en mi
Misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su
omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los
pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par
para cada alma”. “En esa hora puedes obtener todo lo que
pidas para ti o para los demás. En esa hora se estableció la
Gracia para el mundo entero: la Misericordia triunfó sobre la
Justicia.” (1572) “Deseo que conozcas más profundamente el
amor que arde en mi Corazón por las almas y tu comprenderás
esto cuando medites mi Pasión. Apela a mi Misericordia para
los pecadores, deseo su salvación. Cuando reces esta oración
con corazón contrito y con fe por algún pecador, le
concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la
siguiente: ‘Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de
Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti
confío’.” (187)
LA NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a Santa
Faustina que rezara una novena especial antes de la
Fiesta de la Misericordia, comenzando ese día. Él mismo
le dictó las intenciones y oraciones que la componen.
“Durante este novenario concederé a las almas toda
clase de gracias.” (Diario, 796)
“Jesús me ordena hacer una Novena antes de la Fiesta
de la Misericordia y debo empezarla hoy por la
conversión del mundo entero y para que se conozca la
Divina Misericordia. ‘Para que cada alma exalte Mi Bondad.
Deseo la confianza de mis criaturas, invita a las almas a una
gran confianza en mi Misericordia insondable. Que no tema
acercarse a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera más
pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundirá en el
abismo de mi Misericordia’.” (Diario, 1059)
“Durante esos nueve días lleva a las almas a la fuente de mi
Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia
que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y
especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi
Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar
de mi Misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la
casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi Padre las gracias para
estas almas por mi amarga Pasión.” (Diario, 1209)
EL SACRAMENTO DE LA MISERICORDIA
“Cuando te acercas a la Confesión, a esta Fuente de Mi
Devoción a la Divina Misericordia
(Tal como la reveló Nuestro Señor Jesucristo
Misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que a Santa Faustina Kowalska)
brotó de mi Corazón y ennoblece tu alma. Cada vez que vas a
confesarte, sumérgete en mi Misericordia con gran confianza para «Di a la humanidad angustiada que se refugie en Mi
que pueda derramar sobre tu alma la generosidad de mi gracia. Corazón Misericordioso y Yo la llenaré de Paz»
Cuando te acercas a la Confesión debes saber que Yo Mismo te LA IMAGEN DE JESUS MISERICORDIOSO
espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, El 21 de febrero de 1931, Sor Faustina recibió la primera
pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se de sus muchas revelaciones respecto a la misión de su
encuentra con Dios de la Misericordia. Di a las almas que de
esta Fuente de la Misericordia las almas sacan gracias vida: ser confidente, secretaria y mensajera de la Divina
Misericordia. En su Diario describe este acontecimiento
exclusivamente con el recipiente de confianza. Si su
confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites. Los de la siguiente manera: «La tarde, cuando me hallaba
en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica
torrentes de Mi gracia inundan las almas humildes.” ( 1602)
blanca. Tenía una mano alzada en actitud de bendecir y
APÓSTOLES DE LA MISERICORDIA DIVINA la otra tocaba la vestidura sobre el pecho, salían dos
La esencia del culto a la Divina Misericordia consiste en la grandes rayos, uno rojo y otro claro. En silencio tenía yo
actitud de confianza filial hacia Dios y la caridad hacia el fija mi mirada en el Señor, mi alma fue presa de temor,
prójimo, a través de actos, palabras y de la oración. “Debes pero también de gozo. Después de algunos momentos
mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que
No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte” (742) ves, con la firma ‘Jesús, en Vos confío’. Deseo que esta
“... no tomes estas gracias solamente para ti, sino también para el imagen sea venerada, primero en vuestra capilla, y después
prójimo, es decir invita a las almas con las cuales estás en en el mundo entero” (47). Prometo que el alma que venere
contacto a confiar en mi Misericordia infinita. Oh cuánto amo esta imagen no perecerá. Prometo también la victoria
a las almas que se Me han confiado totalmente, haré todo por sobre sus enemigos ya en esta tierra, especialmente en
ellas.” la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como a Mi
“A las almas que propagan la devoción a mi Misericordia, propia gloria. Ofrezco a los hombres un recipiente con el
las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a cual podrán venir a sacar gracias de la Fuente de la
su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para Misericordia: este recipiente es esta imagen con la
ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso” (Diario, 1075). firma:‘Jesús en Vos confío’.” (481)
Más tarde Jesús mismo explicó a Sor Faustina el
Fundación Misericordia Divina significado de los dos rayos: “Los dos rayos significan la
Asociación de Laicos Católicos Sangre y el Agua: el rayo claro representa el Agua que
fundacion@santuario.com.ar
Justifica a las almas, el rayo rojo representa la Sangre que es la
vida de las almas. Estos dos rayos brotaron desde las entrañas de
mi más tierna Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue
abierto por una lanza en la Cruz. Estos rayos protegen a las
almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado aquel que
vive al amparo de ellos, porque la mano justa de Dios no llegará
a tocarlo.” (299). “Por medio de esta imagen concederé
muchas gracias a las almas; ella ha de ser también un
recuerdo de las exigencias de Mi Misericordia, porque la Fe,
aunque muy fuerte, para nada sirve sin obras” (742).
LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
El 22 de febrero de 1931 Jesús reveló a Sor Faustina su
deseo de que se estableciera en toda la Iglesia una Fiesta
especial en honor a su Divina Misericordia. Sor Faustina
oyó a Jesús decir estas palabras: “Hija mía, habla a todo el
mundo de Mi inconcebible Misericordia. Deseo que la Fiesta
de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas
las almas y especialmente para los pobres pecadores. En
ese día están abiertas las inmensas profundidades de mi
tierna Misericordia. Derramo todo un océano de gracias
sobre aquellas almas que se acerquen a la fuente de mi
Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Sagrada
Comunión obtendrá la total remisión de las culpas y de
las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas
divinas por las que fluyen las gracias. Que ningún alma
tenga miedo a acercárseme, aún cuando sus pecados sean como
escarlata. Mi Misericordia es tan grande que ninguna mente, ni
humana ni angélica, será capaz de comprenderla durante toda
la Eternidad. La Fiesta de la Divina Misericordia brotó de las
profundidades de mi Ternura. Es mi deseo que se celebre
solemnemente el Primer Domingo después de Pascua de
Resurrección. La Humanidad no tendrá paz hasta que se
vuelva a la Fuente de mi Misericordia”. (699) “... En ese día
deben los sacerdotes hablar a todos de cuán grande e insondable
es Mi Misericordia.” (570).
Nuestro Señor pidió que su imagen fuera solemnemente
bendecida durante esta Fiesta.
La Fiesta de la Divina Misericordia fue primeramente
celebrada de forma particular en Polonia, por el entonces
Card. Karol Wojtyla, que luego se convertiría en Papa y
Santo: Juan Pablo II. Fue justamente él, gran Apóstol de la
Divina Misericordia -quién beatificó y canonizó a Sor
Faustina- el que hizo oficial y extendió para toda la Iglesia
el culto pedido por Nuestro Señor a través de ella,
declarando el Domingo siguiente a Pascua, como
“Domingo de la Divina Misericordia” (Decreto
Misericors et miserator, 5 de mayo de 2000)
El 29 de junio de 2002, en la solemnidad de San Pedro y
San Pablo, el Santo Padre, “animado por un ardiente deseo de
fomentar al máximo en el pueblo cristiano estos sentimientos de
piedad hacia la Misericordia Divina, por los abundantísimos
frutos espirituales que de ello pueden esperarse”, enriqueció
esta Fiesta con un Decreto de la Penitenciaría Apostólica -
de vigor perpetuo- gracias al cual “Se concede la Indulgencia
Plenaria, con las condiciones habituales (Confesión
sacramental, Comunión Eucarística y oración por las
intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo
segundo de Pascua, llamado de la Misericordia Divina, en
cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del
afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad
realizados en honor de la Misericordia Divina (...) rece el
Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al
Señor Jesús Misericordioso (por ej. "Jesús Misericordioso, en
Vos confío")”.
La enormidad de la Promesa hecha por Nuestro Señor
Jesucristo a través de Santa Faustina al referirse que, a
quién confiese y comulgue ese Domingo de su Fiesta
concederá la “la total remisión de las culpas y de las
penas” es -según el informe presentado por los teólogos
que realizaron las investigaciones para su causa de
beatificación- comparable a la Gracia Bautismal.
“Hija Mía, mira hacia el abismo de mi Misericordia y rinde
honor y gloria a esta Misericordia mía, y hazlo de este modo:
reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el
abismo de mi Misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las
almas, hija Mía. El día de mi Fiesta, la Fiesta de la
Misericordia recorrerás el mundo entero y traerás a las
almas desfallecidas a la fuente de mi Misericordia. Yo las
sanaré y las fortificaré.” (Diario, 203)
“La Fiesta no es solamente un día de adoración especial
de Dios en el misterio de la Misericordia, sino también el
tiempo en que Dios colma de gracias a todas las personas.
‘Deseo -dijo el Señor Jesús- que la Fiesta de la
Misericordia sea un refugio y amparo para todas las
almas y, especialmente, para los pobres pecadores’ (699). ‘Las
almas mueren a pesar de mi amarga Pasión. Les ofrezco la
última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de mi
Misericordia. Si no adoran mi Misericordia morirán para
siempre’.” (Diario, 965)
LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
El 13 de septiembre de 1935 Sor Faustina escribió en su
Diario: “Vi un Ángel, ejecutor de la ira de Dios. Estaba por
castigar la tierra. Cuando lo vi en esta actitud empecé a
implorarle que esperara un poco, para que el mundo
hiciera penitencia, pero mis oraciones fueron
impotentes frente a la ira de Dios. En ese momento sentí
en mi alma el poder de la gracia de Jesús que habita en
ella. Me vi transportada ante el Trono de Dios pidiendo
Misericordia para el mundo con las palabras que oí en
mi interior. Cuando oraba de esta manera, vi que el
Ángel era impotente para llevar a cabo el justo castigo.
Nunca antes recé con tanta fuerza interior como
entonces. Las palabras con las que supliqué a Dios,
fueron: ‘Eterno Padre, yo te ofrezco el Cuerpo y Sangre, Alma
y Divinidad de tu muy amado Hijo y Señor Nuestro
Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y de los de todo el
mundo’. A la mañana siguiente, al entrar en la capilla, oí
interiormente estas palabras: ‘Esta oración servirá para
apaciguar Mi Ira. Recítala durante nueve días sirviéndote del
Rosario...’.” (Diario, 476)
Cada una de las oraciones que componen la Coronilla
fueron dictadas por el Señor, y conllevan Promesas
especiales a quienes la recen: “Incesantemente reza este
pequeño Rosario que te he enseñado. Quien lo recite recibirá
gran Misericordia a la hora de la muerte. Que los
sacerdotes lo recomienden a los pecadores como su última
esperanza de salvación. Aún cuando se tratase del pecador más
endurecido, si recitare, aunque sea una sola vez, este pequeño
Rosario, recibirá la gracia de mi Misericordia infinita. Deseo
que todo el mundo conozca mi infinita Misericordia.
Deseo conceder gracias inimaginables a aquellas almas
que confían en mi Misericordia.” (Diario, 687)
“A la hora de la muerte Yo defenderé como a mi propia
Gloria a toda alma que rezare este pequeño Rosario y,
si otros lo rezaren por un moribundo, el favor será el
mismo. Si este Rosario se reza al lado de un moribundo la ira
de Dios se aplaca y la insondable Misericordia envuelve al
alma, y se conmueven las entrañas de mi Misericordia por la
dolorosa Pasión de mi Hijo.”(Diario, 811)
“... Anima a las almas a rezar la Coronilla que te he
dado. A quienes recen esta Coronilla, Me complazco en
darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores
empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte
será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: cuando un
alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los
ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la
que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza
en brazos de mi Misericordia, como un niño en brazos de su
madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en mi
Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en mi
Misericordia. Proclama que ningún alma que ha