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PORBLEMATICA

Un total de 6.000 toneladas de escombros se generan por día en Medellín, la mayoría se


transportan en unos 300 motocoches y cerca de 2.500 volquetas a tres centros de acopio
temporal y a tres grandes bioparques o escombreras en distintos puntos del Valle de
Aburrá.
No obstante estos depósitos hay detectados unos 500 puntos donde se “botan” escombros
sin mayores controles, a los que se suman la indisciplina de miles de hogares que hacen
reparaciones y terminan arrojando los escombros en cualquier solar o pagándole a un
tercero para que disponga de ellos “donde pueda”.
Si bien las megaescombreras cuentan con sus respectivos permisos, por sus dimensiones
no dejan de generar conflictos, contaminación y afectaciones a la movilidad y al medio
ambiente.
A cielo abierto
Para que se entienda la dimensión del problema, cuando se habla de Residuos de
Construcción y Demolición (RCD) en Medellín se hace referencia a cerca de las 6.000
toneladas de materiales que se generan cada día en la construcción, correspondiente a
más de tres veces la cantidad de residuos sólidos, que son alrededor de 1.600 toneladas.
Los residuos de demolición, que salen de las reformas en las viviendas, generan 600
metros cúbicos diarios o el equivalente a 900 toneladas. Los 5.100 restantes los generan
las grandes obras de ingeniería en construcción, como centros comerciales, vías,
andenes, proyectos de vivienda y urbanismo y megaproyectos de ciudad.
Los residuos generados en viviendas son transportados, en su mayoría, por
motococheros, que en la ciudad hay alrededor de 300 que llevan materiales a los Centros
de Acopio Temporal (Cates) de La Iguaná, La Ladera y Santa Lucía. Solo al de La Iguaná
llegan por día unos 200 viajes en motocoches cargados, precisa Luis Aníbal Valencia.
Los escombros que generan las grandes obras civiles van a las escombreras o bioparques
de San Javier, El Trapiche (cerrado temporalmente) y a Bello.
Pero aparte de estos se suman los ilegales. Uno de ellos es el sector de Moravia, otro es
la quebrada La Hueso, desde la carrera 80 hasta la desembocadura del río Medellín; otro
es la parte media de la quebrada La Iguaná, que también es usada por inescrupulosos que
llevan allí residuos sin ninguna consideración con el medio ambiente, igual que otros lo
hacen a las orillas de la quebrada Santa Elena.
Frente a este panorama, el secretario del Medio Ambiente, Óscar Hoyos, trabaja en la
propuesta de lograr un mejor aprovechamiento de los escombros y hacer más eficiente el
proceso.
“Queremos crear una planta de aprovechamiento para reutilizar los residuos en las mismas
construcciones, lo que tendría implicaciones de carácter ambiental y económico, porque el
material no se entierra sino que se recicla”.
El aliado para esta planta sería Emvarias o el sector privado. Implicaría prácticamente la
desaparición de los Cates. Con los motococheros se realizará un proceso para
involucrarlos en la solución, aclara Hoyos.
Lechos de escombro
Los lugares a los que menos deben ir a parar los escombros son lechos de ríos y
quebradas, ya que estos son materiales pesados incluyen todo tipo de elementos como
asbesto, cemento, partes eléctricas, biosanitarios, residuos peligrosos, vidrios, metales,
madera y todo lo que sobra de una obra en construcción o una demolición.
Luis Aníbal Sepúlveda, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Ingeniería
Sanitaria y Ambiental -Acodal- regional Occidente, advierte que en la ciudad y la región no
se hace un manejo adecuado de este material.
Señala que a nivel micro, desde los hogares, no hay conciencia de que los residuos que se
generan en una remodelación de la vivienda deben tener un destino adecuado y no ir a
parar a cualquier esquina del barrio o a una zona despoblada de la comuna.
“Lo que vemos es mucho botadero a cielo abierto en quebradas, lotes, separadores de vía,
y este tema requiere una profunda revisión de las autoridades”, precisa Sepúlveda, un
gran conocedor de este tema como quiera que el mismo es motivo permanente de
reflexión en su asociación.
Diana Fernanda Castro, líder de Gestión Ambiental del Área Metropolitana, admite que el
tema del manejo de los RCD es complejo en la región, pero advierte que recientemente se
empezaron a definir políticas más claras para el Valle de Aburrá.
“En diciembre de 2015, la Junta Metropolitana adoptó una política que le da un instrumento
de orientación a toda la cadena del sistema constructivo para una construcción sostenible”.
Castro señala que de todas formas, el tema se viene trabajando desde 2009, con la
participación de las universidades en los procesos formativos a funcionarios municipales, y
con Camacol y unas 30 empresas del gremio de la construcción y ya se tiene claro cuál es
el manejo ideal que debe dárseles a los escombros una vez generados.
Más organización
¿Cómo organizar esta actividad para que no sea un problema sino una solución? Dos
hechos recientes dejaron en evidencia que el manejo que se hace en el área metropolitana
de los RCD no es el ideal.
El primero se relaciona con la crisis que originó una escombrera en el municipio de Caldas,
de la cual se desprendió una masa de material que taponó el cauce del río Medellín,
obligando a un desvío por un cauce viejo, un tema que ocurrió el pasado 21 de abril y que
aún no se ha resuelto de manera definitiva, pese a las millonarios recursos destinados en
la solución.
La situación obligó al alcalde de Caldas, Carlos Eduardo Durán Franco, a empezar una
vigilancia a fondo de las escombreras. Advirtió que solo en su localidad “hay cerca de 80,
algunas con parámetros de legalidad y muchas sin el mismo, a las que se les prohibió, por
decreto municipal, seguir depositando escombros”, como parte de la solución a la
emergencia.
El otro episodio tiene que ver con el cierre temporal que la corporación ambiental
Corantioquia impuso a la escombrera El Trapiche, de Girardota, también por afectaciones
al cauce del río.
La medida se impuso el pasado viernes y será levantada cuando se compruebe que la
escombrera, llamada por sus propietarios Restauración Ambiental El Trapiche, tome los
correctivos del caso.
“Decidimos aplicar la suspensión inmediata de las actividades porque la empresa genera
una afectación en la margen izquierda del río”, explicó Laura Catalina Gil, de la Territorial
Norte de Corantioquia.
Aunque en el momento la empresa toma las medidas ordenadas por Corantioquia, uno de
sus socios, Óscar Gómez, alertó sobre el grave problema que se viene para el Valle de
Aburrá si no se ordena pronto la reapertura.
“Vamos a tomar las medidas inmediatas, pero debe considerarse que este era un hueco
de diez hectáreas que quedó de una explotación de materiales de construcción y hemos
recuperado cuatro hectáreas, se lo estamos devolviendo a la naturaleza en las mejores
condiciones ambientales”, dijo.
Alertó que tanto para Emvarias como para las constructoras es grave el cierre del
depósito, pues las obras no paran y este es uno de los sitios más importantes para recibir
escombros.
El secretario del Medio Ambiente de Medellín, Óscar Hoyos, espera que este asunto se
solucione pronto, pues allí van a parar las 600 toneladas diarias que generan los
ciudadanos en reformas a sus casas.
Ejemplos en lo privado
Frente al buen manejo ya hay un ejemplo concreto con una empresa de Medellín. En 2001
nació Sinesco, que trabaja en la gestión y almacenado de los residuos de construcción.
Su primer gerente, Federico Mejía Arias, señala que este tipo de empresas marcan una
pauta para el manejo responsable de estos residuos en una ciudad cada vez más
agobiada por problemas ambientales.
“El objetivo era cambiar la forma de manejar estos residuos, que el generador entienda
que el tema es su responsabilidad”, comentó.
Sobre el destino ideal de estos materiales, señala que deben ser las mismas canteras de
donde se han extractado.
“Siempre hay que hacer una restitución del bien con un adecuado manejo ambiental, estos
huecos hay que llenarlos con materiales similares a los escombros para que la tipología
del terreno se mantenga”, explicó.
Federico Valencia, gerente actual, sostiene en cinco años se ha logrado cambiar la cultura
frente al tema.
Señala que hay un 30 por ciento de constructores que utilizan sus servicios y con ello
garantizan un adecuado manejo del escombro.
“Antes solo se llevaba el material de la obra a la escombrera, pero ahora se le da manejo,
gestión”, recalca.
Desde 2011, esta empresa ha gestionado legalmente 1’000.000 de toneladas de RCD. Y
acaba de nacer Conesco, que construye una planta de aprovechamiento en la cual los
escombros se reciclarán y se convertirán en insumos para las mismas construcciones.
“Todo residuo no es aprovechable, pero la planta está diseñada para un aprovechamiento
del 48 por ciento y se irá mejorando”, detalló.

NORMATIVIDAD

http://www.minambiente.gov.co/images/normativa/app/resoluciones/3a-RESOLUCION-472-
DE-2017.pdf

¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?

Para obtener mejoras eficaces en la gestión de residuos es necesario definir una jerarquía de
prioridades. En orden de importancia, éstas son:

 Minimizar el uso de materias y recursos necesarios. Es decir, reducir el consumo de materias


primas así como el uso de materiales que puede
 Reducir residuos. Evitar las compras excesivas, el exceso de embalajes, etc., y evitar que los
materiales se conviertan en residuos por acopios, transporte o manipulación inadecuados.
 Reutilizar materiales. Aprovechar los materiales desmontados durante las tareas de derribo que
puedan ser utilizados posteriormente, reutilizar los recortes de piezas cerámicas, azulejos, etc.
 Reciclar residuos. Realizar una clasificación correcta para favorecer esta acción.
 Recuperar energía de los residuos. Destinar a centrales de incineración aquellos residuos que
puedan servir de combustible para la producción de energía.
 Enviar la cantidad mínima de residuos al vertedero.n dificultar o imposibilitar su reciclabilidad o su
reutilización posterior.
Si tenemos en cuenta que la capacidad del planeta para asimilar los contaminantes que
genera nuestra sociedad es limitada, y que los recursos de que disponemos también lo
son, es imprescindible detenernos a reflexionar sobre la necesidad de hacer una buena
elección y un correcto uso de los materiales, para evitar, en la medida de lo posible, que
se transformen en residuo por falta de planificación o simplemente, porque cada vez es
más común practicar el insostenible hábito de “usar y tirar”.
http://www.minam.gob.pe/proyecolegios/Curso/curso-
virtual/Modulos/modulo2/2Primaria/m2_primaria_sesion_aprendizaje/Sesion_5_Primaria_Gr
ado_6_RESIDUOS_SOLIDOS_ANEXO4.pdf

https://www.360enconcreto.com/blog/detalle/impactos-ambientales-en-la-industria-de-la-
construccion

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