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DEFINICIÓN DE ANTROPOCENTRISMO

Se denomina antropocentrismo a la teoría de la filosofía que ubica al


ser humano en el centro de todo. Esta doctrina, por lo tanto, sostiene
que los intereses de los hombres requieren más atención que todas las demás
cuestiones.
Para el antropocentrismo, la condición humana
debe ser lo único que guíe el juicio. Por extensión,
al resto de los seres vivos y al universo en general
siempre se los debe considerar a partir del
bienestar de las personas. Así la preocupación
intelectual y moral por otras criaturas queda subordinada a la necesidad de
nuestra especie.
Es posible considerar el antropocentrismo desde diferentes perspectivas.
Muchas veces se entiende esta doctrina por oposición al teocentrismo, que
coloca a Dios como medida de todo. En el Renacimiento, el
antropocentrismo logró imponerse sobre el teocentrismo que reinaba en
la Edad Media.
De hecho, puede indicarse que el paso de la cultura del medioevo a la
modernidad está marcado por la pérdida de preponderancia del
teocentrismo y, en contrapartida, por el desarrollo del antropocentrismo.
Mientras que hasta el siglo XV solía tomarse a Dios como el origen y la
causa de la totalidad del universo, a partir de entonces empezó a situarse
al hombre en el centro. Esto supuso una nueva cosmovisión y un cambio
rotundo en la manera de entender la realidad.
El antropocentrismo, de todos modos, suele ser cuestionado. La creencia de
que los intereses humanos están sobre los intereses del resto de las especies
o de que solo el hombre es susceptible de consideración moral es criticada
por los activistas a favor de los derechos de los animales.
Uno de los puntos que sirven para desatar polémica en este contexto es que
somos la única especie animal de este planeta que pretende dominar a las
demás por el simple hecho de alimentar su ego, en lugar de su estómago: el
resto de los seres vivos no atacan a nadie de manera innecesaria, sino que
cumplen con la tarea que la naturaleza les ha encomendado para mantener el
equilibrio.

Aunque desde la soberbia típica de


muchos seres humanos, la vida de los animales carece
de complejidad frente a la nuestra, deberíamos estar agradecidos a muchos
de ellos por sostener los diferentes ecosistemas que, por otro lado, nos
esmeramos en destruir en nuestro afán de fabricar cohetes, altas torres e
islas artificiales.
Por otro lado, los animalistas suelen recordar a quienes defienden las ideas
propias del antropocentrismo que nuestra especie no caza con sus propias
uñas y dientes, sino que recurre a la creación de armas artificiales: si
realmente fuésemos omnívoros, como indican la mayoría de las fuentes
convencionales, entonces podríamos conseguir nuestro propio alimento sin
ayuda de ninguna herramienta.
El alcance del antropocentrismo es mucho mayor que el mero
desplazamiento de las demás especies del planeta Tierra, y esto puede
apreciarse en la gran mayoría de las obras clásicas de ficción en las que
aparecen seres extraterrestres. Si bien es cierto que en casi todas ellas los
visitantes cuentan con tecnologías más avanzadas que las desarrolladas por
el se humano, razón por la cual han podido llegar desde otras galaxias, rara
vez tienen un aspecto acorde con su supuesta superioridad intelectual.
La postura conocida como diseño inteligente, por otro lado, postula que
los seres vivos y el propio universo han sido creados por seres de una
inteligencia superior. Se trata de un punto de vista relativamente opuesto al
antropocentrismo, y que muchos científicos acusan de creacionista; sus
defensores, sin embargo, sostienen que es una explicación mucho más
probable de nuestra existencia que la selección natural. Como es de
esperarse, ninguna de las dos partes puede ofrecer pruebas irrefutables de
sus teorías.

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