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Justificación
Por otra parte, nos ayuda a entender la respuesta de la opinión pública de occidente
ante los grupos “radicales” que defienden los derechos humanos, y por qué el
performance visto como instrumento estético-político, es capaz de permear al
mismo tiempo, en las estructuras sociales y en nuestra forma de convivir.
Planteamiento del problema
Desde Rita Segato la guerra es entendida como medio de control, retomando las
Sociedades de Control de Deleuze, y no sólo como un conflicto bélico armado, la
guerra ahora se articula como propaganda, como la violencia exacerbada que se
ejerce sobre los cuerpos pero con un afán perverso, sobre el cuerpo de las mujeres
y los cuerpos feminizados.
En este contexto jamás habían existido tantas leyes, tantos talleres bajo perspectiva
de género y derechos humanos, nunca antes había existido tanta literatura en
circulación libre sobre los derechos y el empoderamiento de la mujer, sin embargo
pareciera que la violencia sobre los cuerpos femeninos, feminizados y de las
mujeres se ha exacerbado de maneras inimaginables, hoy las mujeres siguen
muriendo en este contexto de guerras “informales”, su cuerpo nunca antes fue tan
controlado o usurpado mediáticamente a un modelo socialmente aceptado de
belleza.
El auge en Europa de los nuevos movimientos sociales desde los setenta reveló un
desafío ante la reconfiguración del poder. Surgieron de esta manera las luchas
feministas, antimilitaristas, ecologistas y de la Diversidad Sexual como parte de la
“familia de movimientos sociales de la izquierda libertaria” (Rovira, 2015).
Así tomaba fuerza el feminismo como postura crítica de la actividad política y cultural
en Europa; del papel de la mujer en el entramado social. A inicios del siglo XXI,
varios grupos feministas empezaron a emerger en gran parte de este continente.
Tal aparición no fue ninguna coincidencia; las teorías que buscaban mostrar cómo
es que funcionaban los movimientos sociales disgustaban por su ineficacia para
explicar la realidad social.
1.2. Mostrar cuál es el impacto del “uso del cuerpo como arma” para buscar
incidir en la cultura popular.
Revisión Literaria.
Es decir, la causa de que la razón y la Ilustración acabaran por enmudecer y por ser
impotentes ante sus propios ideales. Se pone en relieve como la racionalidad
moderna se encuentra en una dualidad, vista la razón como un órgano de liberación,
pero que acaba convirtiéndose en un instrumento de dominio.
Hasta este punto resulta conveniente para la discusión traer a Judith Butler con
“Deshacer el Género” como una apología de la deconstrucción de la “dualidad
existente” de géneros, en este sentido se convierte este libro en una herramienta
para facilitar nuestro acceso al análisis de la pospornografía en tanto tengamos a la
mano conceptos clave desde los estudios de género y Butler y su libro se vuelven
imprescindibles para ello.
Esta autora conoce a la perfección cuáles son los puntos al rojo vivo del activismo
LGBT+ y del feminismo actual. En éste libro recoge la disidencia afectivo-sexual
alejada de la heteronormatividad y nuestra autonomía, las reglas socialmente
aceptadas del género las reasignaciones de sexo, transexualidad e intersexualidad,
la patologización de la transexualidad y de los géneros no binarios, de la
heterosexualidad como modelo para ‘producir’ nuevas generaciones
heterosexuales, la necesidad del reconocimiento, el incesto, la normatividad físico-
corporal, la transformación social del activismo y de la filosofía que engloba todas
estas temáticas y conceptos. Abordar nuestra investigación desde su acepción
conceptual es fundamental para establecer pautas que nos acerquen a la liberación
o emancipación de los cuerpos en lo social que en específico se aborde desde el
movimiento posporno.
Pensar las nuevas formas de guerra obliga a recrear espacios, a entender que en
la guerra convencional, la “violación” y la irrupción violenta sobre el cuerpo de las
mujeres siempre ha acompañado las conquistas a lo largo de la historia, pero
articular las nuevas formas de guerra, es devenirlas desde los tiempos del
capitalismo tardío y la era globalizada, de acuerdo con Rita Segato en su obra “Las
nuevas formas de la guerra y el cuerpo de la mujeres” es necesario comprender los
cambios contextuales que hacen posible el cambio de estructura de los conflictos:
Estos son cambios consonantes con una economía de mercado global, en una
modernidad tardía, en medio de ciclos críticos del capitalismo cada vez más
frecuentes, con inestabilidad política, decadencia de la “democracia real” y una
creciente porosidad de los Estados y de los territorios nacionales que administran.
El contexto de ese cambio de la guerra, que ya no responde al conflicto
convencional entre Estados nación característica de las conflagraciones del siglo
XX, es también el del cambio de muchas otras dimensiones de la vida: la
territorialidad, la política, el Estado, la economía y el propio patriarcado. (Segato,
2016, p. 60)
La guerra hoy se presenta no sólo como un conflicto bélico armado, la guerra ahora
se articula como propaganda, como la violencia exacerbada que se ejerce sobre los
cuerpos pero con un afán perverso, sobre el cuerpo de las mujeres y los cuerpos
feminizados que de un lugar marginal, se transforma en foco central de la guerra
patriarcal contra la liberación de estos cuerpos y formas.
Así mismo para acercarnos al movimiento Posporno hemos revisado también dos
trabajos: “Mi sexualidad es una manifestación política y artística” de Antonio Romero
del Colegio de México y “Pospornografía: el placer está en la fuga” de Laura Milano
y Clara Paoletta de la revista Sinécdoque.
Sin embargo esta es la línea en que el movimiento posporno también toma carrera,
es en estas plataformas que se han viralizado y difundido los performance de
posporno como una suerte de resistencia frente a las grandes productoras de
pornografía. Es en este tipo de movilizaciones que se pierde la fuerza como
estructuradoras de la acción e incluso de la identidad grupal, pero que conllevan a
una nueva concepción de la acción colectiva, a ellas se definen como “comunidades
sensibles no definidas por una identidad común, sino por una sensibilidad
compartida”. Y de ahí deviene la oportunidad para la acción, son comunidades
“fuera de lugar” y por ello pueden incorporarse en cualquier lugar (Rovira, 2015).
Para abordar el caso de la pospornografía, se hará uso del corpus teórico que
podemos encontrar en Judith Butler respecto a la cuestión feminista. En primer
lugar, sobre cómo es posible analizar los movimientos feministas a la luz de nuevas
formas de organización política en los espacios democráticos.
El trabajo se guiará bajo una metodología mixta: por un lado, mediante el análisis
de la producción de significados generados a partir del performance posporno de
video artes que se recuperarán a partir de la tercera edición del festival sobre
pospornografía “Anormal” en la Ciudad de México, durante el mes de enero de 2020.
El manejo de esta técnica tendrá que tener en cuenta así, la estructuración del
medio social en que se pretende investigar, la fundamentación metodológica del
grupo de discusión propuesta por Jesús Ibáñez en Más allá de la sociología toma
como base, para explicar el funcionamiento y el manejo del grupo de discusión,
Sin embargo a este punto contamos con una serie de videos arte del colectivo Post-
op, de los cuales hemos seleccionado para efectos de analizar posteriormente,
previa a la realización del grupo de discusión, un video titulado “Fantasía
PostNuklear”. Este video se pretende reflejar lo construido del acto sexual y el
género dejando patente que su aparente naturalidad es fruto de un continuo
mecanismo de repetición que lo normaliza, normativiza y regula. La manera de
moverse de los personajes de Post-op realza la mecanicidad de las prácticas
sexuales y como se han ido naturalizando a través de esa repetición. Por otro lado
se proponen nuevas prácticas descentralizando los órganos reproductivos como
únicos órganos sexuales, ampliándolo a todo el cuerpo.
I.
El estudio sobre los movimientos sociales puede dividirse en dos grandes corrientes
del pensamiento sobre lo social: por una parte, los enfoques micro que buscan
explicar cómo se va construyendo la realidad social desde los acercamientos a los
hechos, los actores y los movimientos, y por el otro, el enfoque macro que explica
a la realidad a través de la elaboración de complejos modelos en que se representa
y simplifica la realidad para su posterior análisis. En el primer enfoque imperan los
análisis descriptivos de la realidad, y en el segundo se presta más atención al
carácter funcional de los sistemas sociales.
El feminismo ha puesto sobre la mesa qué tan viable es para su análisis, ambas
tradiciones en el campo del pensamiento social. De acuerdo con Jasper (2012), el
feminismo ha replanteado el estudio sobre la acción colectiva. El autor plantea que
los grandes paradigmas en el estudio de lo social -relacionados con la clasificación
aquí presentada entre macro y micro-, sufrieron una serie de anomalías que los
intelectuales actualmente han buscado subsanar a través de la revisión de los
clásicos, y poniendo “parches” a esas grandes teorías para tratar de “arreglarlas”.
Tras escudriñar en movimientos pragmáticos como el feminismo las razones por las
cuales lograron no ver explicación alguna en los grandes modelos, pensadores
como el citado autor se ha ceñido estrictamente en las pequeñas acciones y sus
fundamentaciones –en una segunda generación-, de la perspectiva desde lo micro,
en donde los modelos más amplios miren hacia la acción.
Es el sujeto quien finalmente decide no con una idea de ver hacia el resultado final
del cambio, sino de ir formándolo conforme se vaya desarrollando el movimiento.
Así, la perspectiva sobre el estudio de los movimientos sociales de desplazó y se
ubicó desde un sitio en donde cada grupo expresa una “antiposición”.
En gran medida esto se debe a que finalmente quienes analizan el medio social,
etiquetan a los movimientos sociales, inhibiéndoles de algún componente interno o
externo dinámico. Es por ello que, sin una teoría general sobre la historia, o sobre
información acerca de los intereses de cada grupo o colectivo, es posible hallar con
una mirada muy de cerca cómo se articula un movimiento. Cuestión que el
feminismo logró gracias a su retórica, a sus símbolos y a su lucha día con día, con
diferentes actores políticos como protagonistas.
Williams, L. (1991). Gender, genre, and excess. Film Quarterly, 44(4), 2-13.