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Subtemas:
El miedo escénico y cómo manejarlo
Desarrollo:
Este miedo es provocado por el mismo orador con pensamientos catastróficos ante la situación
de hablar en público. Otras causas pueden ser el desconocimiento del tema, poca convicción
en lo que se va a decir, falta de preparación técnica y psicológica previa, y miedo a lo
inesperado.
Este miedo le puede producir a quien lo padece ciertos efectos que pueden empeorar la
situación, pudiendo entrar en un círculo vicioso de miedo–efectos negativos–más miedo–más
efectos negativos…
Dolor de cabeza
Rubor facial
Sequedad de la boca
Aceleración respiratoria y cardíaca
Malestar estomacal o náuseas
Necesidad de defecar u orinar
Escalofríos
Sudoración excesiva
Tensión corporal
Debilidad en las piernas
Evitación de la acción
Intentos de huida
Movimientos torpes
Tics nerviosos y otros automatismos
Falla del habla
Tartamudez
Atropellamiento verbal
Reducción de volumen de la voz
Silencios frecuentes o largos
Llanto o risa
En algunos casos, uso voluntario de licor y drogas tranquilizantes
X No mirar al público
X Imaginarlos desnudos
X Imaginarlos en el sanitario
X Aguantar la respiración
X Tener algo en las manos
X Tomarse un trago de alcohol
X Fijarse en una sola persona
Antes de la presentación:
4.- Practica todo lo que puedas. Hazlo tanto como te sea posible, con
familiares, amigos, solo, ante un espejo… Practica desde eventos que te den un
poco de miedo y que sea controlable; luego ve ascendiendo en la cantidad de
asistentes y en exigencia.
Usa el miedo a tu favor. Use esa energía para generarte fuerza y entusiasmo.
Prepárate en el tema y en las técnicas de presentación lo mejor que puedas.
A mayor preparación y dominio del tema, y en la forma de presentarte, mayor
seguridad te generarás y tendrás en todo momento.
No pongas expectativas demasiado altas. Es bueno dar lo mejor; lo que hay que
evitar es exigirse desmedidamente.
Da espacio a pequeños errores. Considera que eres humano y no tienes que
hacerlo de forma perfecta. Es más, no existe la presentación perfecta, como no existe el
concierto perfecto. Hay que evitar cometer errores importantes; sin embargo, cometer
pequeños errores no serán trascendentales. Esto es humano y sucede de forma normal
hasta a los mejores oradores.
La gente no va a ver tus errores, va a recibir un mensaje. Centra tu atención
en todo lo que vas a darle al público; ellos van a buscar un mensaje, no a buscar errores.
Durante la presentación:
Fíjate en alguien con actitud positiva hacia ti. Ubica en el público a una o varias
personas que sonrían o tengan un interés real. Su actitud te apoyará y te motivará. Por
supuesto, evita concentrarte excesivamente en ella/s, ya que debes dirigirte a todos de
forma equilibrada.