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Mecanismos de defensa y en qué consisten

Generalmente se utilizan varios mecanismos de defensa simultáneamente y para distintos recuerdos y


fantasías. También es importante mencionar que los mecanismos son defensas “secundarias”, pues
antes ocurrió la represión que hace olvidar aquellos recuerdos y experiencias displacenteros de los que,
ante el peligro de volver a surgir a la conciencia, el yo se defiende echando mano de estas herramientas
psíquicas.

Fantasía

Como mecanismo de defensa, la fantasía es la canalización de deseos


imposibles o no aceptables hacia la imaginación. La persona escapa de
los problemas y de la realidad que no lo satisface y se refugia en su
mente.

Ejemplo de ello es imaginarse en un trabajo mejor pagado o que las notas


académicas de la universidad mejoran. Esta puede ser útil en ocasiones
particulares, pero no cuando se imagina las peores consecuencias.

Aunque la fantasía es beneficiosa en casos de estrés, es peligrosa cuando el sujeto vive en el mundo
creado por su imaginación y se aleja de la realidad.

La represión

Cuando una representación -recuerdo o conocimiento- se vuelve


intolerable para el yo, el aparato psíquico la reprime,
volviéndola inconsciente, por lo que el sujeto la “olvida” (o, más bien,
desconoce que la recuerda).

El yo actúa como si nunca hubiera ocurrido dicho acontecimiento


hasta el fracaso de la defensa, tras lo cual vuelve a intentar reprimir
la representación o bien se vale de otros mecanismos para someterla y mantenerla olvidada.

Disociación

La disociación les permite a las personas separarse o


desconectarse momentáneamente de la realidad. Ayuda al
sujeto a soportar algunas situaciones de incomodidad. Sueñan
despiertos, viajan entre sus pensamientos sin importar lo que les
rodea.

Freud estudio el caso de disociación de Daniel Paul Schreber


con interés. Schreber describía en su autobiografía que se
sentía separado del mundo, como si un velo estuviera entre él y
su entorno.

Este mecanismo de defensa puede transformarse en un trastorno que impide que la persona tenga una
vida normal. Ejemplo de ello son la amnesia disociativa, la fuga disociativa y el trastorno de identidad
disociativa.

Formación reactiva

El sujeto, ante el retorno de una representación reprimida, manifiesta su total opuesto como una forma
de defenderse ante este conflicto o amenaza.

Por ejemplo, un niño odia a su hermano menor pero se siente culpable por dichos sentimientos y los
reprime. Dado que la represión fracasa, el hermano menor manifiesta un
intenso amor y sobreprotección hacia su hermano aunque sus acciones
hacia él seguirán estando marcadas por el odio.

Otro ejemplo conocido se encuentra en la película “El sexto sentido”. En


ella una adolescente muere a causa de una supuesta larga y desconocida
enfermedad. Sin embargo se revela más tarde que era la madrastra quien lo enfermaba, la misma que
manifestaba un enorme amor y cuidado hacia el niño.

Regresión

Ocurre cuando ante la angustia de un conflicto


emocional o una representación, el sujeto regresa a
comportamientos anteriores o infantiles, como
consecuencia de la pulsión regresando a satisfacciones
previas, a las cuales ha quedado fijada por su historia
infantil.

Por ejemplo, un adulto que se encuentra en una situación


conflictiva en su trabajo se enferma. En consecuencia,
no puede ir a trabajar, al mismo tiempo que requiere ser cuidado y atendido de forma parecida a un
niño que no puede valerse por sí mismo.

Proyección

Ocurre cuando una representación reprimida se proyecta hacia


afuera de forma desfigurada. El sujeto, en vez de reconocer
dicha percepción o pensamiento, se lo atribuye a un agente
externo.

La proyección ocurre, por ejemplo, cuando una persona que


tiene baja autoestima se ríe de todas las personas que
muestran síntomas de baja autoestima. También cuando una persona con problemas de sobrepeso se
ríe de personas que también tienen problemas físicos o de salud.
Racionalización

 Consiste en la justificación de aquellas acciones que
realizamos y cuyo motivo reprimido no queremos
reconocer. El sujeto da razones variadas (a menudo
verdades a medias) para explicar su comportamiento,
escondiendo para los demás y para sí mismo su
motivación inconsciente y reprimida.

Por ejemplo, una persona con un deseo inconsciente de suicidio podría cometer acciones peligrosas y
justificarlas para no reconocer el deseo de lastimarse, como cruzar la calle cuando el semáforo se
encuentra en verde y racionalizarlo diciendo que está apurado o demorado.

Delirio

Tanto para Lacan como para Freud, el delirio, lejos de ser la manifestación de un síntoma, es una
defensa y un intento de cura. Para Freud, el delirio es la reconstrucción del mundo de tal forma que se
pueda aceptar aquello que ha sido expulsado de la conciencia.

El delirio es la forma en que el sujeto justifica aquellos sucesos o representaciones alucinatorios.


Íntimamente relacionado con la forclusión, el delirio es la forma de “aceptar” aquellos significantes
forcluídos que el sujeto percibe como agentes externos y no cómo estímulos provocados por él mismo.

Condensación

Es uno de los procesos del inconsciente y ocurre principalmente


en los sueños. Fragmentos reprimidos se unen con pensamientos
conscientes, de tal forma que la nueva figura/representación no
se asemeja al contenido reprimido y solo contiene un fragmento
de estos.

En los síntomas se evidencia la condensación, pues este está sobredeterminado por varios contenidos
inconscientes, los cuales se expresan parcialmente condensándose con contenidos conscientes.
Por ejemplo, el síntoma de una persona con la compulsión de revisar que la cerradura de su casa esté
cerrada podría tener varias explicaciones; el temor a que su intimidad sea invadida pero también a
exponer sus deseos inconscientes reprimidos. La puerta representaría la entrada y la salida al
inconsciente por condensación.

Negación

Este mecanismo ocurre como una forma de expresar una representación o pensamiento reprimido de
forma consciente. Es ya una cancelación de la represión -lo inconsciente ha devenido consciente- pero
aún no una aceptación de lo reprimido. La función intelectual se separa del proceso afectivo.

Por ejemplo, a raíz de un sueño emotivo y de su posterior interpretación, el sujeto afirma: “Esa
mujer no es mi madre”. Dicha negación constituye la manifestación de un contenido reprimido -la mujer
en el sueño representa a la madre- y el sujeto puede enunciarlo, a condición de negarlo.

Un ejemplo muy común de negación es cuando una persona que ha perdido a alguien -ya sea por la
muerte de un familiar o por una ruptura de pareja-, niega que la relación o vida de la otra persona ha
terminado.

Intelectualización

Los pensamientos y acciones de la persona son controlados y fríos. Ejemplo de ello es cuando una
persona es diagnosticada con una grave enfermedad; puede buscar todo lo relacionado con la misma,
permitiendo soportar esta situación.

Desplazamiento

Se le podría llamar también formación sustitutiva, pues


constituye el desplazamiento psíquico de un elemento
importante inconsciente a uno no importante. De tal forma,
los contenidos inconscientes y reprimidos por el sujeto se le presentan como ajenos. No puede
reconocerse en sus pensamientos o acciones por obra del desplazamiento.

El ejemplo común se encuentra en los sueños. Cuando las personas despiertan y evocan un sueño
acontecido sienten sus contenidos como ajenos a su vida y desconocen de dónde provendrían dichas
imágenes dado que los elementos importantes han sido desplazados hacia los irrelevantes.

Conversión histérica

Elisabeth Von R
Muy parecida a la actual hipocondría, el sujeto reprime la
representación a cambio de manifestar un síntoma físico
como incapacidad para hablar o mover ciertas partes del
cuerpo. Esta discapacidad generalmente guarda un nexo
lógico con aquello reprimido.

Un caso famoso de Freud, en los inicios de su teoría, es


el de Elizabeth von R., quien sufría de una parálisis en las
piernas. A través del análisis, Freud descubre en ella
deseos de casarse con su cuñado y culpa a raíz de dicho deseo por haber tenido ese pensamiento en
el funeral de su hermana.

Una vez el recuerdo es “revivido” y Elizabeth admite lo que siente, su parálisis se cura.

Afiliación

En este tipo de defensa el individuo busca refugiarse en


otras personas tras un evento traumatizante o
estresante. Este comportamiento se puede observar en
personas engañadas por sus parejas o que han perdido
a un ser querido.
El apoyo, por lo general, proviene de personas cercanas como amigos y familiares. Sin embargo, en
ocasiones también se busca refugio en extraños.

Altruismo

La definición de la palabra explica este mecanismo de defensa y es la tendencia de ayudar a otras


personas, pero inconscientemente lo que realmente quiere es satisfacer las necesidades internas.

Por ejemplo, si una persona se encuentra con otra que no le agrada, aquella puede usar palabras
amables y sonreír para evitar la tensión y el estrés del encuentro.

Agresión pasiva

Es un tipo de agresión indirecta como respuesta de


un suceso, acción o evento que causó ira. Con este
tipo de mecanismo la persona se defiende y ataca
al mismo tiempo.

El sujeto se comporta de forma pasiva y evita un


brote de furia, pero de igual forma expone su
disgusto sutilmente. La persona negará en todo
momento que está molesta u ofendida. Algunas de
las acciones que emplean para mostrar su enojo
son la exclusión, el silencio, el sarcasmo o golpear libros o puertas.

Compensación

La compensación es un mecanismo de defensa que se refleja en el énfasis o el rendimiento excesivo


en un área con el propósito de compensar las fallas o debilidades presentes en otras.

Con esto, el sujeto se apoya en sus fortalezas y minimiza sus debilidades. Por ejemplo, cuando el sujeto
expresa que no es capaz de pintar bien las paredes, pero sí de lavar bien las brochas. Sin embargo, si
esta se presenta en exceso puede traer problemas al individuo, un ejemplo es la promiscuidad de
alguien que busca amor.

Humor

El humor desvía o minimiza la magnitud del problema al


identificar los elementos divertidos, graciosos e irónicos
de la misma. El humor ayuda a soportar las situaciones
fuera de control, y en ocasiones se ve como un acto
altruista, al permitirle a otros sobrellevar los problemas

Al reducir la intensidad del problema, la risa ayuda a que


el sujeto no actué de forma impulsiva, evitando ataques
de ira. Ejemplo de ello es cuando los padres disminuyen su enojo al reírse de su hijo pequeño cuando
ha hecho algo malo en el hogar.

Forclusión

Según Jacques Lacan, este mecanismo es como una represión pero mucho más radical y se encuentra
a su mismo nivel (es decir, previo a los retornos de lo reprimido).

La forclusión ocurre cuando el sujeto se encuentra con una representación o significante que le genera
tanta angustia que es incapaz de reprimirlo, pues para hacerlo necesita previamente aceptar su
existencia.

Es decir que el sujeto rechaza de tal forma esta representación que rehúsa su existencia misma,
produciendo la forclusión de ese significante, el cual no entra nunca al cúmulo de representaciones
inconscientes, a diferencia de aquellos contenidos reprimidos.

Sublimación
Poco se sabe de este mecanismo, pues es mencionado por Freud en breves ocasiones en diversos
escritos. A diferencia de los demás mecanismos, en este no hay un conflicto entre el Yo y lo reprimido,
sino más bien una vía placentera a través de la cual lo inconsciente puede manifestarse.

El ejemplo paradigmático se encuentra en el arte, donde mociones pulsionales edípicas, incestuosas o


sexuales se expresan a través de objetos artísticos. Si bien no dejan de ser contenidos inconscientes,
el sujeto no padece su manifestación ni la defensa que acciona contra estos, a su vez que produce un
objeto en el que otros también pueden expresar su inconsciente al identificarse.

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