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El general Carlos Quintanilla, comandante general del Sector Central, movió importantes
fuerzas sobre el ala izquierda de la 3ª División Boliviana. A pesar de eso, la 7ª División
paraguaya logró aislar delante de Capirendá al RI-47. Los regimiento RI-16 "Beni" y RI-
33 "Chorolque" acudieron en su ayuda pero no lograron sacarla del cerco. El RI-47 intentó
hacerlo por su cuenta sufriendo el aniquilamiento de 532 soldados, entre prisioneros,
muertos y desaparecidos. Capirendá cayó el 11 de enero de 1935.
Entre los días 16 y 19 de diciembre, Caballero Irala avanzó unos 70 km desde “27 de
Noviembre” capturando restos dispersos del RI-18 boliviano “Junín”, entre ellos al capitán
Raúl Santa Cruz junto con 19 soldados.
El día 15 de enero, a las 05:00 horas, las fuerzas paraguayas atacaron por el flanco sur,
penetraron por varios sectores, dispersaron a las reservas, a una sección de artillería, y
fracturaron al RI-18 “Junín”. El día 16 a las 03:00 horas los paraguayos salieron en la
retaguardia del RC-4 "Ingavi" que se retiró a 20 km de Santa Fe. A las 04:00 horas del día
siguiente fueron aniquilados los últimos restos del "Ingavi" siendo capturado su jefe, el mayor
Roberto Mercado, varios oficiales (capitán Humberto Salinas, teniente Gibert), gran parte de
sus fuerzas. 2 cañones y numerosos camiones. El batallón del “Campero” también quedó
aislado y se dispersó por los montes cercanos al fortín.7 Las otras unidades que envió
Tabera tampoco pudieron contener el ataque paraguayo en el kilómetro 8.
El coronel Anze ordenó entonces el incendio y el abandono de Santa Fe y el pasaje del resto
de sus tropas hacia el lado occidental de río. El día 16 de enero un batallón del RI-14
paraguayo, sin encontrar resistencia, ocupó Amboró, ubicado sobre el río Parapetí, a unos
35 km al noreste de Santa Fe. El 18 de enero las tropas del RZ-2 paraguayo entraron en
Santa Fe. Al recibir estas noticias el general Estigarribia se sintió plenamente satisfecho de
que fuera el ejército bajo su mando el que alcanzara el río Parapetí, accidente geográfico que
tradicionalmente el Paraguay había considerado como su límite histórico con Bolivia hacia el
noroeste.
Caída de Carandaitý
Cuando cayó Santa Fe y las fuerzas de Caballero Irala comenzaron a desplazarse hacia el
sur siguiendo el margen oriental del Parapetí, el alto mando boliviano llegó a la conclusión de
que las divisiones que defendían Carandaitý corrían el peligro de ser cercadas por un
movimiento mucho más amplio que el doble envolvimiento que estaba ejecutando el coronel
Franco. El 20 de enero, el general Quintanilla, desde su puesto de mando ubicado en
Macharetí, ordenó la retirada de las divisiones hacia "sectores independientes de la
serranía".12 La artillería se trasladó detrás de Itiyuro mientras el parque de municiones se
sacaba de Boyuibe.12 El avance de Caballero Irala sobre Casa Alta, sobre el lado sur del río,
no solo aisló a las fuerzas del teniente coronel Añez separándolo del río Parapetí sino que
además cortó la ruta Charagua-Boyuibé.13 Desde Casa Alta las fuerzas paraguayas se
dirigieron hacia Cambeití, a unos 17 km al sur, con lo cual amenazaron a Boyuibé, ubicado a
unos 37 km hacia el suroeste.
El 23 de enero de 1935, la DRG paraguaya, desde la misma zona donde se había llegado en
el avance relámpago realizado en agosto de 1934, inició el ataque y al medio día Carandaitý
cayó en su poder. Las fuerzas bolivianas retrocedieron hacia Boyuibé distante unos 46 km
hacia el noroeste.
BATALLA DE INGAVI
Entre noviembre de 1934 y enero de 1935 el avance paraguayo fue frenético, al punto que el
14 de enero Estigarribia tomó una banda del río Parapetí, logrando el sueño imposible de
tocar el punto más al norte de la aspiración paraguaya sobre el territorio chaqueño. El
combate había llegado de manera insospechada a los contrafuertes de la cordillera de los
Andes (cordillera del Aguaragüe), donde la ventaja geográfica y el conocimiento del medio
fue un factor para destacar la capacidad combativa del soldado boliviano. Igual que Bolivia al
comenzar la guerra, los paraguayos estaban demasiado lejos de sus centros de
abastecimiento y tenían serios problemas. A pesar de ello, Estigarribia, tentado por la
proximidad de los campos petroleros bolivianos, decidió tomar Villamontes. Para Bolivia la
defensa de Villamontes fue realmente de vida o muerte, no sólo por defender su riqueza
petrolífera amenazada, sino por el riesgo potencial que se cernía sobre dos centros urbanos
importantes, Tarija y Santa Cruz. El Cnel. Bernardino Bilbao Rioja fue encargado de
organizar la defensa. Bolivia levantó prácticamente un nuevo ejército (el tercero a lo largo de
la guerra); casi 30.000 hombres defendieron la plaza con artillería pesada y pertrechos
bélicos nuevos. Se construyeron trincheras por kilómetros y se organizó una notable red de
comunicaciones internas. Bilbao era un militar de primer nivel y lo demostró en su celo
organizativo. Paraguay puso 15.000 hombres al frente.