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La noche boca arriba JULIO CORTAZAR £1 fenémeno del doble desempefia un popel muy grande en “La incontrolado. Y solian en clertas épacas a cazar enemigos; fe Hamaban ta guerra florida? ‘Armitad del largo zaguén® del hotel pens6 que debia ser tarde, y se apuré a salir a la calle y sacar la " guerra foriés—nombre queaban los aeacs 2 lak expediclones contra” srs vecinas para obienervctmas para sus tos eellgonos que exifan saerifiios hiranos. ° zaguiin-—enirada 0 verbal Inmediato ala puerta de calle de certos edfiios 0 casts. Le noche boca oriba 177 motocicleta del rincén donde el portero de al lado le permitia guardarla, En la joyeria de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaria con tiempo sobrado? adonde iba. El sol se fltraba entre los altos edificios del centro, y l —porque para s{ mismo; para ir pensando, no tenia nombre— monté en la méquina saboreando el Paseo. La moto ronroneaba entre sus piemnas, y un viento fresco le chicoteabat los pantalones. Dejé pasar los ministerios® (el rosa, el blanco) y la ‘serie de comercios con brillantes vitrinas de la calle Central. Ahora entraba en la parte més agradable del trayecto, el verdadero paseo: una calle larga, bordeada de drboles, con poco tréfico y amplias villas que dejaban venir los jardines hasta las aceras, apenas demarcadas Por setos® bajos. Quiz algo distrafdo, pero corriendo sobre la derecha como correspondifa, se dejé evar porla tersura,” por la leve crispacién® de ese dia’ apenas empezado. Tal vez su involuntario relajamiento le impidié prevenir el accidente. Cuando vio que la mujer parada en la esquina se lanzaba? a la calzada” a pesar de Jas luces verdes, ya era tarde para las soluciones féciles. Fren6 con el pie y la mano, desvidndose a la izquierda; oy6 el grito de la mujer, y junto con el choque perdié la visién. Fue como dormirse de golpe. Volvié bruscamente del desmayo." Cuatro 0 cinco hombres j6venes lo estaban sacando_de debajo de la moto. Sentia gusto a sal y sangre, le dolia una rodilla, y cuando lo alzaron grit6, porque no podia soportar ia jor—recretariasorgansmos de gblerno. reados con rams 0 pos enresruzados. brine tpl; Hura, 178 Abrienda puertas | presién’en el brazo derecho. Voces que no parecfan pertenecer a las caras- suspendidas sobre él, lo alentaban con bromas y seguridades, Su tinico alivio fue ofr la confirmacién de que habia estado en su derecho al cruzar la esquina. Pregunté por la mujer, tratando de dominar la néusea que le ganaba la garganta. Mientras lo levaban boca arriba hasta una farmacia préxima, supo que la causante del accidente no tenia més que rasgufios en las pienas. “Usté la agarré apenas, pero el golpe le hizo saltar la mAquina de costado . .. “ Opiniones, recuerdos, despacio, éntrenlo de espaldas, asf va bien, y alguien con guardapolvo” déndole a beber un trago que lo alivié en la penumbra de una pequefia farmacia de barrio. La ambulancia policial Ileg6 a los cinco minutos, y lo subieron a una camilla blanda donde pudo tenderse a gusto. Con toda Iucidez, pero sabiendo que estaba bajo los efectos de un shock terrible, dio sus seftas* al policia que lo acompafiaba, El brazo casi no le dolfa; de una cortadura en la ceja goteaba sangre por toda la cara, Una © dos veces se lamié los labios para beberla. Se sentia bien, era un accidente, mala suerte; unas semanas quieto y nada més. Bl vigilante le dijo que la motocicleta no parecia muy estropeada.'* “Natural”, dijo él. “Como que me la ligué encima . . . “ Los dos se rieron, y el vigilante le dio la mano al llegar al hospital y le deseé buena suerte. Ya la ndusea volvia poco a poco; mientras lo levaban en una camilla de ruedas hasta un pabellén” del fondo, pasando bajo arboles llenos de péjaros, cerré los ojos y desed estar dormido o cloroformado. Pero lo tuvieron largo rato en una pieza slentaban—daban énimo. pardapolvo—delaal o baa de tla delpada. "7 pabellén-—secelin de un hosp Le noche boca arriba 179 con olor a hospital, lenando una ficha,"* quiténdole laf ropa y vistiéndolo con una camisa grisécea y dura. Le movian cuidadosamente el brazo, sin que le doliera. Las enfermeras bromedban todo el tiempo, y sino hubiera sido por las contracciones del estémago se habrla 4 sentido muy bien, casi contento. Lo levaron a Ja sala de radio,” y veinte minutos 4 vez, sonriendo, con algo que le brillaba en la mano derecha. Le palme6 la mejila e hizo una sefia a alguien parado atrés. Como suefio era curioso porque estaba lleno de colores y él nunca sofiaba olores. Primero ‘un olor a 4 Pantano; ya que a la izquierda de la calzada 4 tenia que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre, y sui tinica probabilidad eraladeesconderseen lo més denso de la selva, cuidando de no apartarse dé la estrecha calzada que s6lo ellos, los motecas > conocian, Lo que més lo torturaba era el oldr, como si aun en la absoluta aceptacién del suefio algo se rebelara contra F . es0 que no era habitual, que hasta entonces no habia \participado del juego. “Huele a guerra”, pens6, tocando instintivamente el pufial de piédra atravesado en su ceftido: de lana tejida, Un:sonido inesperado lo hizo agacharse y quedar inmévil, temblando. Tener miedo B no era extrafio, en sus suefios abundaba el miedo. F —_Esper6, tapado por las ramas de un arbusto y Ja rioche | sin éstrellas. Muy lejos, probablemente del otro lado del gran lago, debian estar ardiendo fuegos de vivac; un resplandor rojizo téfia esa parte del cielo. El sonido no se repitié, Habfa sido como una rama quebrada. Tal vez E —unanimal que escapaba como él del olor de la guerra. Se enderez6 despacio, venteando No se ofa nada, pero el F —_miedo seguta alli como el olor, ese incienso dulzén dela gueira florida, Habfa que seguir, legar al:corazén de la f selva evitando las ciénagas.” A tientas, agachdndose a E cada instante para tocar el suelo més duro de la calzada, dio algunos pasos. Hubiera querido echar a correr, pero los tembladerales palpitaban a su lado. En el sendero en tinieblas # busc6 el rymbo. Entonces sintié una bocanada E horrible del olor que més temfa, y salté desesperado S - hacia adelante. —Se va a caer de la cama’ —dijo el enfermo de al E lado—. No bringue tanto, amigazo. “Abri6 los ojos y era de tarde, con el sol ya bajo‘en los [| visién de la pesadilla.” El brazo, enyesado,” colgaba de ‘un aparato con pesas y poleas.* Sintié sed, como si F -hubiera estado corriendo kilémetros, pero no querfan © radlo-radlogratasryos equ, 2 pida—plecra plana tala, como ls que se colocan sobre una tamba. ‘pantano—terreno himedo:mariams. 2 cembladeral(e)—tremeda lr pantanoso cya perfil es mova, 2 morecas—triu tc de indlgeas mexcanos, nombre inventdo por el autor para suger “motel veheulo del aceldene del protagonist, 180 Abriendo puertas 1 3 cetidor—etncrén Evie (m)}-camparento eta, B venteando—eltataando, | darle mucha agua, apenas para mojarse los labios y hacer un buche.* La fiebre lo iba ganando despacioy hubiera podido dormirse-otra vez, pero saboreaba el Placer de quedarse despierto, entomados os ojos, escuchando el dislogo de los otros enfermos, | respondiendo de cuando en cuando a alguna pregunta, Vio llegar un carrito blanco que pusieron al lado de su cama, una enfermera rubia le frot6 con alcohol la cara anterior del muslo.y le clavé una gruesa aguja conectada con un tubo que subfa hasta un frasco Heno de liquido opalino® Un médico joven vino con ‘un como estar viendo una pelicula aburrida y pensar que ‘sin embargo en la calle es peor; y quedarse. Vino una taza de maravilloso caldo de orooliendoa 4 puerro, a apio, a perejil, Un trocito de pan, més precidso. ue todo un banquete, se fue desmigajando pocoa poco. Jo habfan suturado, chirriaba® a veces una punzada” caliente y répida. Cuando los ventanales de enfrente viraron® a manchas de un azul oscuro, pens6 que no le tba a ser dificil dormirse. Un poco incémodo, de espaldas, pero al pasarse la lengua por los labios resecos ¥ clientes sintié el sabor del caldo, y suspiré de felicidad, abandonéndose. > buche m)—toaade de apa ™ opalino—del color del épalo, entre blanco y anulado, * relieve (in) —apariencia, % gemelos de teatro—prisméticos: lentes: que aumentan el tamafio de fos otter veton % chireiabo—emita un sonido agudo ¢ ivitinte, > punsada—dolor aguda. + viraron—camblaron. 182 Abrieido puertas 1 Primero fue una confusién, un atraer hacia sf todas F Jag sensaciones por un instante, embotadas® o * ‘confundidas. Comprendifa que estaba corriendo en plena ‘oscuridad, atinque arriba el cielo cruzado de copas de f Arboles era menos negro -que el resto. “La calzada”, E . pens6. “Me salf de la calzada.” Sus pies se hundfan en un colchén de hojas y barro, y ya no podia dar un paso sin J que las ramas de los arbustos le azotaran'” el torso y las iemas. Jadeante, sabiéndose acorralado a pesar de la ‘oscuridad y el silencio, se.agaché para escuchar. Tal vez puital, subié como el escorpién de los pantanos hasta su E cuello, donde colgaba el amuleto protector. ‘Moviendo E apenas los labios musité la plegaria* del mafz que trae las lunas felices, y la stiplica# a la Muy Alta, a la F — dispensadora de los bienes motecas. Pero sentfa al f mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo f -despacio én el: barro, y la espera en la oscuridad del f chaparral desconocido se le hacia insoportable. La guerra florida habfa empezado con la luna y levaba ya fres dias y tres noches. $i consegula refugiarse en lo f —_profundo de la sélva, abandonando la calzada més alld siguieran el rastro. Pens6 en los niuchos prisioneros que f ya habsfan hecho. Pero Ja cantidad no contaba, sino el tiempo sagrado. La caza continuarfa hasta que los F —sacerdotes dieran la sefial del regreso, Todo tenia: su ntimero y su fin, y él estaba dentro del tiempo sagrado, del otto lado de los cazadores. La noche boca arribo 183 Oy6 los gritos y se enderez6 de un salto, pufalen mano. Como si el cielo se incendiara en el horizonte, vio antorchas moviéndose entre las ramas, muy cerca, El olor a guerra era insoportable, y cuando el primer cenemigo le salt6 al cuello casi sinti6 placer en hundirleS Ja hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las | Iuces, los gritos alegres. Alcanz6 a cortar el aire una 0 dos veces, y entonces una sogaY lo atrapé desde atrés. —Es la fiebre —dijo'el dela cama deallado— Ami 4 ‘me pasaba igual cuando me operé del duodeno: Tome agua y va aver que duerme bien. ‘Al lado de la noche de donde volvia, la penumbra tibia de la sala le parecié deliciosa. Una ldmpara violeta velaba en Io alto de'la pared del fondo como un ojo protector. Se ofa toser, respirar fuerte, a veces un diélogo en voz baja. Todo era grato y seguro, sin ese acoso,” sin . ... Pero no querfa seguir pensando en la pesadilla: Habfa tantas cosas en qué entretenerse. Se puso a mirar el yeso del brazo, las poleas que tan cémodamente se lo sostenian en el aire. Le habian puesto una botella de @ agua mineral en Ia mesa de noche. Bebié del gollete* golosamente.® Distinguia ahora las formas de la sala, Jas treinta camas, los armarios con vitrinas. Ya no debia tener tanta fiebre, sentia fresca la cara: La'ceja le dolia 4 apenas, como un recuerdo. Se vio otra vez saliendo del hotel, sacando la moto. Quién hubiera pensado que la, J cosa iba a acabar asf? Trataba de fijar el momento del 4 accidente, y le dio rabia advertir que habia ah como un Inueco, un vacfo que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el moments en que lo habian levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba vernada. | acoro—perseciclén. “ pole (4}cuelo de a bola * goloramente—con gran gust. 184 Abriendo puertas I Yel mismo tiempo tenfa la sensacion de que ese hueco, ‘esa nada, habla durado una eternidad. No, ni siquiera tiempo, més bien como si en ese hueco él hubiera pasado a través de algo 0 recorrido distaincias inmensas. El choque, el golpe brutal contra el pavimento. De todas ‘maneras al salir del pozo negro habia sentido casi un alivio mientras los hombres lo alzaban del suelo. Con el al dia y éentirse sostenido y auxiliado.* Y era raro: Le preguntarfa alguna vez al médico de la oficina. Ahora volvia a ganaric-el suefio, a tirarlo despacio hacia abajo. La almohada era tan blanda, y en su garganta afiebrada Ela fresciura del agua mineral. Quiz4 pudiera descansar de veras, sin las malditas pesaiillas. La luz violeta dela F ldmpara en lo alto se iba apagando poco a poco. ‘Como dormia de espaldas, no lo sorprendié Ja posicién en que volvia a reconocerse, pero en cambio el f — olorahumedad, a piedra rezumante™ de filtraciones, le -cersé la garganita y.lo obligé a comprender. Indtil abrir los ojos y mirar en todas direcciones; lo envolvia una coscuridad absoluta. Quiso enderezarse y sintié las f sogas en las muftecas y los tobillos. Estaba estaqueado Een el suelo, en. ut piso de lajas"* hélado y hiimedo. BL frfo le ganaba la espalda desnuda, tas piernas. Con el E mentén® buseé torpemente el contacto con su amuleto, Py supo que se lo habfan arrancado, Ahora estaba peidido, ninguna plegatia podia salvarlo del final. Lejariamente, como filtréndose entre las’ piedras del calaboz0* oyé los atabales® de la fiesta. Lo habian feeders et png eee auxillado—eyudado; socorrida, 1 perurmance—himed. * ajas—pledras las y delgadas, 3 pent-—barh ealaboro—cireek prision. % acabalas—timbales; tambores. traido al teocalli estaba en-las mazmorras” del 4 templo a Ja espera dé su turno. Oyé gritar, un grito ronco que rebotaba en las paredes. Otro grito; acabando en un quejido, Era él que. ‘gritaba en las tinieblas, gritaba porque estaba vivo, todo su cuerpo se defendia con el grito de lo que iba a venir, del final inevitable. Pensé en sus compafieros que. “§ Henarfan otras mazmorras, y en los que ascendfan yalos 4 chirriar de los cerrojos lo sacudié como un létigo” Convulso, retorciéndose, Iuché por zafarse” de las | cuerdas que se le hundfan en la came. Su brazo derecho, el més fuerte, tiraba hasta que el dolor se hizo intolerable 4 y tuvo que ceder. Vio abrirse la doble puerta, yelolorde, Jas antorchas le legé antes que la luz. Apenas cefiidos™ con el taparrabos® de la ceremonia, los acélitos® de los 4 sacerdotes se le acercaron miréndolo con desprecio. Las luces se reflejaban en los torsos sudados, enel pelo negro lleno de plumas. Cedieron las sogas, yen sulugar - lo aferraron manos calientes, duras como bronce; sei sintié alzado, siempre boca arriba, tironeado® por los portadores’ de antorchas iban adelante, alumbrando vvagamente el corredor de ppredes mojadas y techo tan * caparabos—arieuo de ropa que cube elemence las pares pudenas © acchitos—ayudanesfovercos de sacerdtes, + dasprecto—destin, tronendo—plades lerado. 186 Abriendo puertas | bajo.que los acblitos debfan agachar la cabeza, Ahora 10 Tevaban, Io levaban, era el final. Boca arriba, a un metro E del techo de roca viva que por momentos se iluminaba con un reflejo de antorcha. Cuando en ver. del techo nacieran las estrellas y se alzara frente a él la escalinata F incendiada de gritos y danzas, seria el fin. El pasadizo F noacababa nunca, pero ya iba a acabar, de repente olerfa el aire libre leno de estrellas, pero todavia no, andaban F evandolo sin fin en la penumbra roja, tironeéndolo E brutalinente, y él no queria, pero cémo impedirlo si le E - habfan arrancado el amuleto que era su verdadero F Pens6 que debfa haber gritado, pero sus vecinos dormian callados. En la mesa de noche; Ja botella de agua tenia algo de burbuja, de imagen trashicida contra Ela sombra azulada de los ventanales. Jaded, buscando el F alivio de los pulmones, el olvido de esas imAgenes, que seguian pegadas asus parpados. Cada vez que cerraba Eos ojos las vela formarse instantineamente, y se enderezaba aterrado" pero gozando a la vez del saber F que ahora estaba despierto, que la vigilia® lo protegfa, ‘que pronto iba a amanecet, con el buen suefio profundo F que se tiene a esa hora, sin imagenes, sin nada... Le costaba” manténer los ojos abiertos, la modorra” era mds fuerte que él. Hizo un tiltimo esfuerzo, con la mano sana esboz6? un gesto hacia la botella de agua; no llegé a tomarla, sus dedos se cerraron en un vacio otra vez negro, y el pasadizo seguia interminable, roca tras roca, le noche boca arriba 187 con sabitas” fulguraciones” rojizas, y él boca arriba gimié apagadamente porque el techo iba a acabarse, 4 subja, abriéndose como una boca de sombra, y los acélitos se enderezaban y de Ja altura una luna pasar al otro lado, descubrir de nuevo el ‘cielo raso protector de la sala. Y cada'vez que se abrian era la noche y Ja luna mientras lo subjan por Ja escalinata, ahora con la cabeza colgando hacia abajo, y en lo alto estaban las hogueras,® las rojas columnas de humo 4 perfumado, y de golpe vio la piedra roja, brillante de sangre que chorreaba, y el vaivén” de los pies del 4q sacrificado que arrastraban para tirarlo rodando por las escalinatas del norte. Con una tiltima esperanza apret6 los pérpados, gimiendo por despertar. Durante un. segundo crey6 que lo lograrfa, porque otra vez estaba inmévil en la cama, a salvo del balanceo” cabeza abajo. Pero olfa la muerte, y cuando abrié los ojos vio la figura 3 ensangrentada del sacrificador que venta hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanz6a cerrar otra vez los pérpados, aunque ahora sabfa. que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueiio 4 maravilloso habfa sido el otro, absurd6 como todos los suefios; un’ suefio en el que habfa andado por extrafias | avenidas de una ciudad asombrosa, con huces verdes y rojas que ardian sin llama ni-humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba” bajo sus piernas.Enla ‘mentira infinita de ese suefo también lo habian alzado - 4 del suelo; también alguien se le habia acercado con un 7 sabteas—repeninas. 1 fuguraclone:—rellejos movedos. 7 hoguoras—fuego grandes preparados generalmente para cxlbrar cocasionesexpecales. 1 yaivén—movimlento exelante; movlento de I vei. 7 patanceo—vaivin, ™ zumbaba—ronroni; produc rnd como es moi y 188 Abriendo puertas 1 cuchillo en la mano, a él tendido”-boca arriba, a é1 boca f .arrba con los ojos cerrados entre las hogueras. Peco ssesvESeeeeSH SH eeeeseeeecee eee 1 gandido—aconado; extrude. f -PREGUNTAS 1. Describe en detallé el papel que juegs fa uz en los dos ‘mundos que experimenta el protagonista de ‘La noche boca arriba’. entre panca aztecas. Cortizar emplea fa palabra en sus dés sentidos en. ‘este cuento. “La noche boca artiba” trae otras ambigiedades léxicas ‘que insindan tintes de realidad en el ruundo de los suefios y tintes oniricos en el mundo de la realidad. Busca td unos ‘pocos ejémplos mas de este mismo fenémeno. 3, Compara las simetrias y contrasta las diferencias entre la ‘experiencia det protagonista de “La noche boca arriba” y la de Juan Dahimann en “El Sur", de Jorge Luis Borges. Al final, jqueda alguna duda sobre la verdadera identidad de! protagonista de“La noche boca ariba’, 0 sobre su ‘erdadera suerte? f 4. Comrienta las connotaciones posibles del titulo de este ‘evento: "La noche boca arriba’. Detala fas ocasiones y circunétanclas en que.el protagonista, vaclando entre una realidad y ofr, se encuentra fsicamente boca arriba, La noche boca arrbo 189 11. Enel pérrafo 15 vuelve a la guerra florida. 2En qué estado se encuentra? {Qué siente al darse cuenta que le han quitado el amuleto? En el siguiente parrafo (16), por medio de ‘qué signos sabemos que lo llevan a sacrificar? {Qué intenta hacer e] hombre? 12, El ultimo pérrafo empieza con un salto de nuevo al hospital, pero aunque et hombre lucha por no dormirse y volver a los horrores del sueiio, no lo logra. En qué momento del pérrafo nos damos cuenta que esta de nuevo en el sitio donde lo han de sacrificar? 13, El hombre quiere despertarse, y por fin Jo logra. Pero cuando abre los ojos zqué ve encima de é1? En ese momento, de qué se da cuenta el hombre? {Qué efecto produce esta transformacién en el lector? asos para una lectura més a fondo: 1, Lanarracién ocurre en dos planos distintos: el del mundo moderno que conoce el lector (ciudad grande, autos y motos, ambulancia, hospital, etc.) y otro mundo desconocido (la guerra florida azteca). Hay, sin embargo, paralelos entre los dos planos. Busca un paralelo en Ja guerra florida que forme un paraleio con los siguientes signos del mundo nuestro: el camino por el paseo en moto; el grito de la mujer que caus6 el accidente; el hombre transportado en una camilla boca arriba; olores del hospital; el brazo restringido por el yeso y el aparato con pesas; el cirujano con el cuchillo en la mano, Busca otros paralelos. {Qué funcién tienen estos paralelismos? 2, Hay, sin embargo, una gran diferencia en tono entre un plano y el otro. Compara, por ejemplo, el pérrafo 14 que tiene que ver con las sensaciones del hombre en e! hospital, con el parrafo 16 cuando lo Hevan al sacrificio. Explica la diferencia, 3. La narraci6n contiene, quizés, un discurso histérico respecto a la civilizacién azteca. 2Qué seria ese discurso? Es muy comin ver el pasado en términos glorificado—la gran Cultura indigena mexicana destruida por los europeos. Pero “La noche boca arriba” parece sugerir otra interpretacién a esa perspectiva. Explica. 4, El tema de la narracién trata de la realidad y el suefio. {Es original este tema? ,Te recuerdas de algiin autor del Barroco que escribié un drama sobre este mismo tema? Lo original de la narracién de Cortézar es el modo ingenioso en que juega con el lector, conduciéndole a creer que la realidad es el accidente y la convalecencia en el hospital. ‘Cuando al final nos damos cuenta que el verdadero suefio era el del mundo modemo, sufre el lector una gran sorpresa, Trata de explicar la razén por ello. Tiene que ver con el plano de realidad que conocemos. 5. Contrasta estos dos signos: la moto ronroneando entre las piemas del primer pérrafo y un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piemas. {Qué hace que el signo “moto” se transforme en “enorme insecto de metal”? {Qué nos indica esta transformacién con respecto al cardcter de cualquier signo? 6. Por debajo del juego literario con los dos planos temporales ¢ histéricos hay otros temas y discursos. Trata de explicar lo que podria significar los siguientes signos y hechos desde una perspectiva filos6fica: el hombre que se marcha a una cita pero nunca sabemos a donde iba; el accidente que sufre inesperadamente; el indigena “moteca” perseguido por sus enemigos; la pérdida del camino (Ja calzada); la pérdida de su amuleto; el sacrificio de la vida humana. Pasos para la comprensién: 1. La narracién empieza de lo més normal—un hombre montando una motocicleta por ‘el paseo de una ciudad grande yendo a cumplir una cita. ,Qué signos 0 cédigos se ‘emplean para revelar que tiene iugar en una gran ciudad? 2. Lego ocurre un accidente. Explica lo que pasé. En el tercer pirrafo se revela més del aceidente, ;Quién fue culpable, él o Ja mujer? 3, Nota la oracién con que termina el segundo pérrafo, De aqui en adelante, la narracién fluctuaré entre momentos que parecerdn de la realidad presente y otros de suefio 0 estados de semi o total inconsciencia, Fijate en el narrador. ;Desde qué perspectiva narra los eventos? {Qué efecto produce este particular punto de vista? 4, En los pérrafos cuatro y cinco lo conducen al hospital y lo preparan para la cirugia Busca todos los signos que nos van indicando lo que esta pasando, sin que el narrador lo diga explicitamente. Uno de esos signos importantes ocurre al final del pérrafo quinto. {Qué crees es Ia cosa que “le brillaba en la mano derecha” del cirujano? En el parrafo 6 ocurre un cambio radical. Los signos del hospital se convierten en ignos de un paisaje de marismas y selvas. 2Por qué quiere el hombre esconderse en lo més profundo de la selva? Para contestar, lee el Cédigo religioso. ,Qué puede haber cocurrido para transportar al hombre a otra realidad? 6. Cuando el hombre habia entrado en el hospital, 1o primero que noté fue su olor. Ahora, a partir del parrafo 6 los olores se irén intensificando. Y hasta le causan sorpresa al hombre. ;Por qué? En el pérrafo 7 domina el olor a guerra. ,Cémo sera ese olor? 7. En los pérrafos 8 a 10 el hombre vuelve a su realidad en el hospital. ,Qué comentario del vecino nos lo indica? ;Qué signos nos convencen de que hemos vuelto al hospital? 8. En el pérrafo 11 el hombre se transporta de nuevo a la huida de los aztecas. {Por qué siente miedo de que haya perdido la calzada? {Cémo sabemos que esté en las marismas y no en Ia selva deseada? 2Qué lleva en la mano? ;Qué lleva alrededor del cuello? :Por qué ccrees que son importantes estos dos articulos? 9. gCémo sabemos en el parrafo 12 que el enemigo esti cerca? {Qué pasa al final del pérrafo? 10. El comentario del vecino lo regresa a la realidad del hospital. .Qué siente el hombre a principios del pérrafo 14 al “regresar” al hospital? Empieza a repasar en su mente los detalles del accidente. Fijate con atencién lo que dice respecto al periodo entre Ia caida y el momento en que Io Ievantaron del suelo, ,Cémo se refiere el narrador a ese espacio de tiempo? Explica en detalle todo lo que dice respecto a ese “hueco” de tiempo. {Crees que ese “hueco” es importante? {Por qué?

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