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Las emociones y el proceso de aprendizaje

Las aulas son entornos emocionales. Las experiencias emocionales de los estudiantes pueden
afectar su capacidad de aprender, su experiencia educativa y sus elecciones profesionales, hasta
hace poco se pensaba que el aprendizaje era un proceso estrictamente racional en el que las
emociones no tenían un papel importante. Esta creencia se formó junto con una cierta definición
de inteligencia derivada de las famosas pruebas de coeficiente intelectual.

El aprendizaje implica cuestionar lo que creemos que sabemos, abrirse a nuevas ideas y hacer
esfuerzos sin conocer necesariamente el resultado, por lo que aprender está íntimamente
relacionado a un proceso emocional el cual puede ser un paso desestabilizador que, aunque
contiene muchas emociones positivas, no puede mantenernos alejados de sentir ninguna
emoción negativa.

Comprender cómo ocurre el aprendizaje bajo estados emocionales es un proceso constructivo,


dadas las complejidades en el manejo de las emociones de los estudiantes, por lo que es
importante alentarlos a expresarse sobre lo que los desestabiliza en su proceso de aprendizaje y
brindarles los recursos necesarios para ayudarlos.

Como docente de química considero que el éxito o fracaso de un alumno depende si se considera
que los alumnos usualmente llegan con miedo al aula de clase y si no enfrentamos ese
sentimiento es casi seguro el alumno va a sentir frustración ,ansiedad y su proceso de aprendizaje
se va entorpecer, por el contrario si les ayudamos a los alumnos a enfrentar las razones de esos
sentimientos el alumno alcanzará las metas deseadas.

En conclusión debemos dejar de ver el proceso de enseñanza como simple raciocinio y


enfocarnos en todas las emociones juegan un papel tan importante en la cognición que pueden
servir como palanca o, por el contrario, convertirse en un freno.

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