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UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS


POLITICAS

TEMA:
DERECHO MONETARIO, ECONOMICO Y BANCARIO

DOCENTE : Dr. ESTHER PANTIGOSO MEDANO

INTEGRANTES : ARENAS FERNÁNDEZ MARIANA


CERRON SALINAS RAUL FERNANDO
DA CRUZ TRIGOSO PAMELA
COLUNCHE RODRIGUEZ TITO
FLORES VELA VÍCTOR
JUAREZ AYALA DARIO

CICLO : VII

AULA : B

PUCALLPA – PERU
2019

1
DEDICATORIA

A todos los estudiantes de la Facultad


de Derecho, esperando que el tema les
sirva de ayuda.

2
INDICE

INTRODUCCION ……………………………………………………… 04
DERECHO MONETARIO Y ORDEN MONETARIO
I. CONCEPTO …………………………………………………… 05
II. LOS PRINCIPALES ENFOQUES DEL DERECHO
MONETARIO
2.1. EL ENFOQUE DEL VALOR NOMINAL ……………. 06
2.2. LOS TERMINOS MONETARIOS CONTRACTUALES 07
2.3. EL VALORISMO …………………………………….. 10
2.4. REVALUACION …………………………………………. 11
2.5. EL DERECHO MONETARIO EN UNA EPOCA
INFLACIONARIA ………………………………………… 13
2.6. PROBLEMAS PRACTICOS. ………………………….. 14
III. EL ORDEN MONETARIO ………………………………………. 15
IV. EL DINERO COMO SISTEMA DE PAGO …………………….. 20
V. NATURALEZA DEL DERECHO MONETARIO ……………….. 22
VI. LOS SUJETOS DEL DERECHO MONETARIO ……………….. 23
VII. FUENTES DE DERECHO MONETARIO ………………………. 23
7.1. FUENTES NACIONALES ……………………………….. 23
7.2. FUENTES INTERNACIONALES ……………………….. 24
VIII. TEORIA JURIDICA DEL DINERO ………………………………. 24
8.1. TEORIA ESTATAL Y SOCIETARIA DEL DINERO …… 26
8.2. LOS CIMIENTOS TEORICOS MONETARIOS ……….. 26
IX. LEY MONETARIA …………………………………………………. 30
X. LEY 30381 ………………………………………….………………. 30
CONCLUSION ……………………………………………………………… 32
BIBLIOGRAFIA ……………………………………………………………… 33

3
INTRODUCCION

El presente trabajo monográfico sobre “El derecho Monetario y Orden


Monetario”, me dará a conocer que el derecho no es una doctrina intelectual
abstracta, crea y rige derechos, afecta y rige intereses privados y públicos. Es
una de las formas -muy importante- del contralor social. En un mundo en rápido
cambio, el derecho debe ajustarse a una realidad social mutante, de lo
contrario muchas instituciones sociales muy importantes y valiosas se verán
afectadas. A veces, incluso la ley y el orden podrán desmoronarse a menos
que la ley logre resolver conflictos y problemas sociales.

Todo lo antedicho se aplica a todas las ramas del derecho, incluso el derecho
económico. El derecho rige las diferentes relaciones económicas en una
economía compleja. Su rigidez y su falta de adaptación afectan el buen
funcionamiento de la economía. Esta rigidez y falta de adaptación afectan el
bienestar económico de toda la población, o cuando menos, de grandes
sectores de la misma. El derecho es mucho más rígido y conservativo que las
otras ciencias sociales. Debido a la doctrina de los precedentes, a menudo se
ve sometido al contralor de los enfoques anteriores, incluso cuando el
panorama social y económico ha cambiado.

Si analizamos las normas monetarias, éstas reflejan un contenido especial: se


trata -como lo es en el caso de las normas bancarias bursátiles, de seguros- de
conceptos especiales, pues, como dicen Mossent y Lorenzetti, estamos frente
a normas de alta complejidad técnica, que desploman la capacidad indagatoria
del abogado, Por ello se requiere del previo y adecuado conocimiento de este
contenido extra jurídico, para una mejor preparación de las normas, para su
análisis, su integración con otras reglas del derecho y correcta aplicación.

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CAPITULO I

EL DERECHO MONETARIO Y ORDEN MONETARIO

I. CONCEPTO:
El Derecho Monetario es la rama del derecho que rige las obligaciones
afectadas por los cambios en el valor del dinero.

En una era inflacionaria reviste interés para cada miembro de la


profesión legal y, de hecho, para cada miembro de nuestra sociedad
cuyos derechos y obligaciones, expresados en términos monetarios, se
ven afectados por sus soluciones. No obstante, hay muchos abogados
que aún consideran el derecho monetario como una obscura rama del
derecho comercial que reviste especial y específico interés para los
banqueros y sus asesores. En condiciones de estabilidad monetaria, el
derecho monetario sólo, reviste interés teórico; pero' en nuestra era de
derecho monetario, en la que la estabilidad monetaria es la excepción
antes que la norma, tiene una' importancia práctica enorme. Cada año,
en todo el mundo, sus soluciones provocan entre una y otra parte, una
transferencia mundial en el poder adquisitivo del orden de decenas de
billones de dólares y frecuentemente muchos más aún. En condiciones
de inflación resulta muy difícil. Preservar el verdadero valor de los
ahorros líquidos; y sin embargo, en el capitalismo los ahorros
constituyen una necesidad, y no, un lujo. Todos, salvo quizás los muy
jóvenes, poseen ahorros, ya se trate de ahorros realizados en forma
privada o institucionalizados, tales como jubilaciones y seguros de vida.

En el ámbito del derecho, este sistema se integra por el conjunto de


disposiciones que: determinan la unidad monetaria; fijan las condiciones
de los signos que la representan; regulan la emisión, circulación y
extinción de dichos signos; procuran seguridad en la circulación de
moneda y establecen el régimen aplicable a la moneda extranjera; a

5
estas disposiciones se encuentra estrechamente vinculadas las normas
que señalan la forma y termino para contraer y solventar obligaciones
pecuniarias. Todas ellas comprenden el ámbito propio del Derecho
Monetario.

Conjunto de normas aplicables al dinero, es decir a esta materia


específica, en una comunidad determinada. Esta comunidad puede ser
un estado o un conjunto de Estados.

Si es una definición razonablemente valida, debemos de indagar acerca


del sistema monetario, del objeto, del alcance, de los sujetos, de su
naturaleza jurídica, de sus partes, de la emisión y circulación de las
obligaciones monetarias, de la moneda extranjera. Es necesario acotar
que este conjunto de normas abarca aquellas desde aquellas
relacionadas con la soberanía del Estado, es decir, del poder que tiene
este ente para ejercer la capacidad de crear dinero, otorgándole curso
legal y forzoso, y aprobar las normas referidas a la regulación de las
relaciones de naturaleza monetaria entre los sujetos que viven en una
sociedad determinada.

II. LOS PRINCIPALES ENFOQUES DEL DERECHO MONETARIO

2.1. EL ENFOQUE DEL VALOR NOMINAL


En los países anglosajones, y de hecho en todos los otros sistemas
legales, todo el derecho monetario se basa en y está organizado
conforme y en torno al enfoque del valor nominal. La solución
nominalista establece que un dólar es siempre un dólar y una libra
siempre una libra a pesar de los cambios producidos en su valor en
función del poder adquisitivo nacional de su tasa de cambio para
moneda extranjera. De este modo, el 10 de febrero de 1973 un dólar
es igual a un dólar del 13 de febrero de 1973, a pesar de la

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devaluación sufrida por el dólar en función del patrón oro y efectuada
el 12 de febrero de 1973 por el gobierno de Nixon.

Por supuesto que una unidad de moneda, es decir, un billete que


lleve la inscripción "un dólar" es siempre igual a otro billete que lleve
la misma inscripción debido a que se puede intercambiar libremente,
sin tener en cuenta la fecha de su emisión. Sin embargo, se impone
la siguiente pregunta: debería aplicarse el mismo enfoque a las
promesas incluidas en los contratos? En los contratos privados, los
términos monetarios sirven únicamente a los fines de la valuación,
sirven como un patrón de valor. Los términos monetarios expresan el
valor de las obligaciones no-monetarias, el pago por ellas. El derecho
recién adoptó el principio nominalista en los siglos dieciséis y
diecisiete, durante el período de los monarcas y príncipes
absolutistas, tras la publicación de la obra de Cardus Molinaeus,
"Tractatus Contractuum et Usurorum. Anteriormente, en la época
medieval, prevalecía el principio metálico de la moneda, a saber, se
consideraba una cierta cantidad de oro o plata como objeto de una
deuda. Frecuentemente se pesaba el dinero al efectuar el pago.
En vista de éste enfoque, era lógico exigir al deudor que devolviera el
valor intrínseco del dinero, aún sin que existiera una cláusula que lo
dispusiera expresamente. Hasta en una circular de Federico el
Grande, rey de Prusia, del siglo diecinueve, se estipulaba que era
éste un principio básico del derecho basado en la "Justicia Natural",
que cada deudor había de devolver lo adecuado en la misma
moneda (es decir , en cuanto a su contenido metálico) en que había
recibido el préstamo.

2.2. LOS TÉRMINOS MONETARIOS CONTRACTUALES


Surge la pregunta sobre cuál es la estructura correcta de la promesa
de "pagar cien dólares" incluida en un contrato privado. La

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configuración legal formal es la de entregar unidades monetarias
hasta la suma nominal de cien dólares.

Empero también es legalmente admisible otra configuración: la de


entregar la cantidad de unidades monetarias cuyo valor, en función
del poder adquisitivo (valor económico), es igual al que tenían cien
dólares al formalizarse el contrato.

De hecho, en los casos de Thorington vs. Smith y Effinger vs.


Kenney, fallados después .de la Guera Civil Norteamericana, cuando
la moneda sureña había perdido totalmente su valor a la fecha de su
evaluación, se adoptó la fecha de celebración del contrato porque las
partes no pensaban adoptar para sí el riesgo de la depreciación
monetaria. Desde el punto de vista teórico, surge la cuestión sobre
cuál de las dos configuraciones es preferible; desde el punto de vista
institucional, el dinero sirve como poder adquisitivo. Dentro del
término dinero, se incluyen dos conceptos diferenciados:

1) una unidad abstracta de contabilización;


2) un medio concreto de pago.

Una unidad abstracta de contabilización, por ejemplo un dólar, es


una abstracción intelectual y psicológica que tiene empero el mismo
significado en cierto espacio y cierto tiempo.

Los medios de pago, -billetes y monedas- son bienes muebles,


tangibles, que pueden entregarse y transferirse por mano. En los
contratos se utilizan unidades de contabilización para evaluar la
obligación no-monetaria en términos monetarios, ya que el dinero es
un poder adquisitivo abstracto y todos los bienes y servicios pueden
convertirse a él conforme a ciertas condiciones, por un precio. Un

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dólar de 1960 no tiene el mismo significado ni la misma función
económica que un dólar de 1975.

Obtenemos la misma respuesta adoptando la prueba de las personas


racionales. Las partes, en su calidad de personas razonables, no
están interesadas en una suma, sino en el valor económico incluí do
en esa suma. Están interesadas 'en adquirir poder adquisitivo, ya que
es ésta la función de venta del dinero que da lugar al poder
adquisitivo conforme a una norma no-metálica empleando papel
moneda inconvertible (al oro o la plata), Sin embargo, mientras que
los cambios en el valor del dinero no sean considerables, las partes
no consideran seriamente las sutilezas legales. En condiciones de
relativa estabilidad monetaria, están dispuestas a aceptar la moneda
con su valor nominal como descarga total de las obligaciones
contractuales. Pero el problema asume importancia práctica cuando
el dinero pierde rápidamente su valor, como así también en
obligaciones a largo plazo, tales como hipotecas, seguros de vida,
jubilaciones, bonos, seguro social. En un período de tiempo extenso,
dichas obligaciones pierden gran parte de su valor en una era
inflacionaria.

La tercera prueba es la de tener en cuenta el cambio de enfoques y


actitudes. La teoría nominalista se basaba en el enfoque de que el
interés público supera los intereses privados en cuanto al dinero, ya
que el dinero era la primera industria nacionalizada. Fue adoptado en
la práctica para servir a los intereses de los reyes y príncipes
absolutistas, que solían pagar las deudas contraídas en moneda de
valor con monedas devaluadas y depreciadas. No obstante, en la
época moderna, todos estamos interesados en proteger los derechos
humanos contra los abusos. Un ente racional, el ahorrador común,
tiene derecho a conservar el valor real de sus ahorros y haberes
líquidos. Siendo el dinero que ganó duramente, por qué habría de

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perderlo. No hay que interferir injustamente los derechos privados.
Por lo tanto, en una era inflacionaria, desde el punto de vista teórico,
deberá de optarse por la segunda construcción, o configuración.

2.3. EL VALORISMO
Oponiéndose al nominalismo, el enfoque valorista, el enfoque del
poder adquisitivo, fue desarrollada mediante una teoría legal y
económica. El fin institucional del dinero es el de servir de poder
adquisitivo y es su sólo -fin y empleo. Junto a otros bienes y
servicios, disponibles en nuestra época, se creó algo único y
diferente, dinero para poder disponer de todos los bienes y servicios
como un poder adquisitivo generalizado. A diferencia de un automóvil
o una casa, el dinero no se desea por sí mismo, sino que el hecho de
que sirva de poder adquisitivo generalizado le permite servir como
depositario de valor. Por lo tanto, habrá que adoptar una
configuración sustantiva en los contratos: no el valor nominal, sino el
verdadero valor económico de las unidades monetarias es el que
habrá de entregarse. El enfoque valorista puede adaptarse también
mediante un acuerdo, incluyendo cláusulas de valor en los contratos.

En nuestra época, el ente racional, la parte contractual, no es por lo


general un experto idóneo en teoría económica, pero se halla
profundamente interesado en los problema económicos los medios
masivos de comunicación lo mantienen al tanto de las realidades
económicas y hoy día está interesado en adquirir poder adquisitivo y
no unidades monetarias nominales. Por lo tanto, una colisión de
enfoques tiene lugar entre el hombre de la calle, el ente racional y el
enfoque legal basado en el valor nominal. Esta colisión de enfoques
durante una rápida inflación puede llevar a todo el Sistema legal al
descrédito y afectar la ley y el orden en el campo económico. El
valorismo es más sano desde el punto de Vista teórico, pero todavía
no ha sido adoptada por los sistemas legales existentes en todo el

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mundo. En mi obra ( ) recomiendo el valorismo calificado, ya que
durante la estabilidad relativa del valor monetario, cuando los
cambios de valor monetario son de poca consideración, no hay razón
práctica alguna para desviarse de la solución normalista. Incluso en
la literatura teórica legal no existe unanimidad con respecto al
valorismo. Una nueva obra alemana apoya, hasta cierto punto, mi
tesis básica con respecto al valorismo calificado.

2.4. REVALUACION
Históricamente varias veces las revaluaciones de las obligaciones
afectaron, y se vieron destruidas efectivamente al adaptarse una
inflación catastrófica. Dicha revaluación fue adoptada en los Estados
sureños de EE. UU. después de la Guerra Civil, en Alemania, Polonia
y Hungría después de la Primera Guerra Mundial. En Alemania se
creó una literatura considerable con respecto a la revaluación,
actualmente olvidada e inaccesible para muchos eruditos legales
anglosajones de Alemania. Surge la pregunta sobre la posibilidad de
inflaciones galopantes en nuestra época. Dichas inflaciones pueden
producirse y las catástrofes monetarias son posibles en los países
subdesarrollados, especialmente en Latino América. Durante las
guerrillas civiles, tales como en el caso de Allende en Chile, o bajo el
régimen de Kubitschek en Brasil, cuando se quiere lograr un
desarrollo de cincuenta años en cinco, se producen, y se producirán
en el futuro, inflaciones galopanteso Dichas catástrofes monetarias
son menos severas que la gran inflación alemana, pero en nuestra
época, la sensibilidad del ente racional es mayor. Las catástrofes y
las crisis, inclusive las catástrofes monetarias, fueron consideradas
durante mucho tiempo como "fuerza mayor"; hoy en día, se culpa de
ellas al gobierno, ya que podría haberlas evitado o minimizado sus
efectos. Muchos historiadores creen que la gran inflación alemana
preparó el camino de Hitler y todo lo que le siguió: Parte de la culpa
debe ser asumida por el derecho, ya que la revaluación sólo fue

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parcial y se efectuó demasiado tarde. De hecho, la revaluación
alemana fue muy reducida y muy tardía. A menos que se realice una
revaluación a tiempo, las inflaciones latinoamericanas galopantes
pueden preparar el camino para las revoluciones, tanto derechistas
como izquierdistas, y tener amplias repercusiones políticas a nivel
nacional e internacional. Por lo tanto, siendo la revaluación un
recurso legal, reviste interés para toda la profesión legal, tanto en
países desarrollados como subdesarrollados, ya que las ideas
emigran libremente de uno a otro país. En parte, puede ser sólo una
forma de seguro social, en parte puede ser más, ya que la historia
tiende a repetirse a menos que hayan cambiado las circunstancias
subyacentes.

Las constituciones legales deben ajustarse a las necesidades y


circunstancias mutantes de cada período. El derecho monetario es
una parte subdesarrollada del derecho que no se ajustó a la mutante
realidad inflacionaria. Hasta cierto punto, el derecho monetario
anglosajón, basado y organizado en torno al enfoque del valor
nominal, con raras excepciones, se ajustó a la estabilidad monetaria
relativa predominante en Gran Bretaña en el siglo diecinueve. No
obstante, en los EE. UU., durante la inestabilidad monetaria
prevaleciente durante la guerra civil de 1861-1865, comenzó a
desarrollarse un cuerpo legal más progresivo tanto en el norte como
en el sur. Si la inestabilidad monetaria predomina en todo el mundo
desde 1918, no se debe a una circunstancia fortuita: es
prácticamente un incidente inevitable de los problemas
contemporáneos y sus soluciones. El desarrollo económico, pleno
empleo, bienestar social, la lucha contra la pobreza, la calidad de la
vida, los beneficios líquidos, todo ello tiene su precio en dólares y
centavos, y afecta el valor del dinero. Los disturbios civiles, las
guerras, las revoluciones, tienen el mismo efecto en mayor grado.

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2.5. EL DERECHO MONETARIO EN UNA EPOCA INFLACIONARIA
La pasada Segunda Guerra Mundial está dedicada a la búsqueda del
desarrollo y del pleno empleo. De hecho, la prosperidad sin inflación
es muy difícil de alcanzar. La inflación y la devaluación fueron
considerados por muchos como un mal menor en la época posterior
a la Segunda Guerra Mundial, menores que la recesión y la crisis
económicas. El profesor Milton Friedman destaca que no hay
voluntad política para superar la inflación. La recesión de 1974-
1975en EE. UU. demuestra que la inflación es preferible a la recesión
y a las crisis económicas.
La inflación es un resultado prácticamente necesario del dinamismo
económico, social y político. El dinamismo es virtualmente
incompatible con la estabilidad monetaria. Hoy en día dos grupos de
presión muy poderosos están interesados en la promoción del
dinamismo económico: los hombres de negocios y la mano de obra
organizada. Empero, la inflación efectúa la revaluación del ahorro.
Los que están interesados en conservar el verdadero valor de los
ahorros están, por lo tanto en un sendero antagónico al de otros
poderosos factores de la sociedad. La resistencia a la inflación se ha
convertido en una importante cuestión política, como lo prueba la
época del presidente Nixon y la de Ford. La resistencia a la inflación
mediante una sobre aniquilación de la política monetaria agravó la
recesión de 1974-1975. Debe lograrse algún compromiso entre la
inflación y la .resistencia a la inflación, de lo contrario en lugar de
tener prosperidad sin inflación, podremos tener inflación sin
prosperidad. La minimización de los efectos de la inflación pueden
lograrse mediante la reforma del derecho monetario. Los pre
requisitos al efecto son la difusión del conocimiento y el dar lugar a
ideas sobre las instituciones básicas y normas operativas del
derecho monetario. Las reformas legales sólo pueden lograrse
mediante un esfuerzo colectivo, y no individual. Si la profesión legal,
como ente colectivo, llega a la conclusión de que el derecho

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monetario debe ser reformado, probablemente así suceda. Dichas
reformas hace tiempo debían haber sido emprendidas, y parte de la
culpa debe ser asumida por la investigación legal, que deja de lado el
estudio del derecho monetario. En todo el mundo anglosajón,
prácticamente no se dispone de medios para su investigación.

2.6. PROBLEMAS PRÁCTÍCOS


Hay varios problemas que requieren inmediata atención a nivel
práctico: el destino de las obligaciones a largo plazo, especialmente
ahorros; la libertad de incluir cláusulas protectivas, es decir de valor;
excepciones a la solución nominalista en el campo de los contratos
ejecutorias bilaterales, daños por pagos diferidos, evaluación de
daños en contratos, entuertos y compensaciones equitativas.
Además, surge el problema de cómo regular los contratos y juicios
destinados a proteger el standard de vida del recipiente, tales como
alimentos, mantenimiento, seguro social, jubilación, seguro de vida,
etc.

A nivel intelectual, la justificación de la solución nominalista frente al


valorismo y la revaluación son temas de discusión. Incluso si no nos
desviamos a corto plazo de la solución nominalista, deberá ser
discutido a nivel académico e intelectual en forma intensiva. La
actitud ante las excepciones se configura de conformidad con la
actitud frente a la regla general. Si la solución general no está
justificada, sus excepciones deben extenderse y protegerse en mejor
forma. La solución nominalista provoca interferencias indirectas en
los derechos privados en gran escala. Si la profesión legal es
sensible a la interferencia directa de los derechos, deberá prestar
atención a la interferencia indirecta de los derechos, a través de los
cambios en el valor del dinero efectuados en enorme escala. Hubo
un autor norteamericano que consideró que la inflación
norteamericana durante el periodo entre 1939 y 1952 oblitero el

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poder adquisitivo de las deudas hasta un monto de 500 billones de
dólares. De hecho, en una economía desarrollada, la riqueza líquida
establecida en unidades monetarias nominales forma una gran parte
de la riqueza nacional total.

La gente de nuestra época se muestra sensible en lo que a sus


derechos concierne. Lo que sea injusto y afecta grandes partes de la
sociedad resulta a la larga ineficaz, ya que los afectados recurren a
medidas políticas, y a veces a la ayuda propia.

III. EL ORDEN MONETARIO

Al explicar el mercado a partir de la institución monetaria y no al revés,


como es costumbre en los economistas, este artículo ofrece una nueva
visión para comprender la naturaleza del dinero, las condiciones de
viabilidad de la sociedad de mercado, el origen y control de las crisis
financieras y monetarias y finalmente, tratar la independencia del Banco
Central como una organización institucional particular que se propone
para la regulación del sistema cada día más globalizado.

La concepción que nos hacemos de la sociedad viene de nuestra


experiencia individual, y a su vez, esta última está modelada por
nuestras relaciones sociales. La inextricable dualidad individuo-sociedad
toma las formas más diversas en el tiempo y en el espacio. Podemos
dudar de la posibilidad de un modelo general del vínculo social pero es
difícil estar satisfecho de la gran dispersión de las representaciones que
las diversas disciplinas le dan. Intentar sobreponerse a esta
insatisfacción exige dos enfoques ligados, de una parte, la crítica interna
de cada disciplina considerada y, por la otra, la adopción de un modelo
intermediario como hipótesis provisional de trabajo.

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Haremos la hipótesis que el vínculo social está fundado sobre la deuda.
Esta es la forma general de la relación del individuo con la sociedad, a
través de lo cual la dualidad individuo-sociedad se manifiesta.1 Esta
concepción está desarrollada en el capítulo introductorio de este libro
(ver más adelante). Las relaciones interindividuales aparecen aquí como
un conjunto de deudas recíprocas que sólo se forman en razón de la
sumisión de cada individuo a un principio común, que hace de cada
deuda una relación del individuo con la sociedad en su conjunto. La
deuda toma las formas más diversas según ella establece una obligación
hacia los dioses, los ancestros, el soberano u otra persona. Su expresión
puede ser o no cuantitativa, y su anulación puede exigir ciertas acciones
y conllevar consecuencias bastante diferentes. En todos los casos la
anulación de la deuda, o su renovación, es la ocasión de una
"totalización social". Que sea durante ceremonias funerarias, como la de
los ‘Aré-aré’, o durante la cancelación de cuentas, para tomar dos
ejemplos extremos, los individuos son asignados a su lugar exacto en
tanto que elementos de la sociedad. La dualidad individuo-sociedad
encuentra una expresión general en la relación entre la deuda y las
modalidades de su extinción, relación que conjuga indisociablemente
organización jerárquica y relaciones ínter-individuales, En nuestras
sociedades la solvencia es la condición necesaria de existencia del
individuo mercantil. Ella se verifica en cada cancelación de cuentas, al
mismo tiempo que se establece la magnitud de la riqueza. El dinero es,
de manera muy general, el que salda la deuda, lo que pone fin,
temporalmente o no, a la relación de endeudamiento. El dinero y la
deuda, aunque son categorías que provienen de prácticas de nuestras
sociedades, son también utilizables en una reflexión más amplia que
aquella que analizaría únicamente sociedades de economía de mercado.
Esta es en todo caso, la hipótesis que justifica el proyecto
pluridisciplinario en la cual se inserta nuestro trabajo.

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La explicitación de esta hipótesis exige, sin embargo, un trabajo previo
de crítica de la teoría económica moderna, a la cual el lector podría estar
tentado a referirse para extraer un saber autorizado sobre el dinero y la
deuda. Esto sería una equivocación. Si no se trata aquí de recordar las
dificultades hasta ahora no resueltas que la teoría económica encuentra
con el dinero, es indispensable indicar someramente las fuentes y el
alcance de este fracaso, ampliamente reconocido hoy.2

La teoría económica moderna surge de una apuesta extraordinaria


intentada desde mediados del s. XVIII por los teóricos del valor: pensar
la economía de mercado haciendo tabla rasa de las instituciones.
Dándose solamente los bienes (la naturaleza) y los individuos, se trata
de mostrar que la sociedad se forma como consecuencia de las
elecciones voluntarias de los individuos que buscan sólo su interés
propio. Según esta teoría, lejos de llegar al caos, los individuos se
coordinan por el mercado que les conduce ineluctablernente hacia el
equilibrio general (es decir una situación en la cual las acciones
individuales deseadas son mutuamente compatibles), que constituye,
además, el mejor estado posible (óptimo social). El dinero no está
presente en tal teoría. Es su misma exclusión la que es el acto fundador
de la teoría del valor.

Las crecientes exigencias en términos de coherencia y rigor, han


conducido a ciertos teóricos modernos a mostrar que esta apuesta se
perdió. El papel esencial y difícilmente eliminable del secretario del
mercado (el subastador) quien, al mismo tiempo, fija y modifica los
precios, centraliza la información y hace funcionar la "ley de la oferta y la
demanda", conduce a pensar que la teoría moderna de los precios no
describe una economía de mercado sino una sociedad centralizada.
Evidentemente este no era el objetivo buscado por sus autores. Una de
las razones de este fracaso reside precisamente en la exclusión del
dinero. Ahora bien, hoy aparece imposible integrar este último en la

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teoría, porque no se ha podido mostrar que sea un bien económico (es
decir, que tenga un precio positivo al equilibrio). El círculo se cierra. El
dinero, así como tampoco el mercado, no es el objeto del discurso de la
teoría económica moderna. Un enfoque alternativo sólo parece
concebible invirtiendo los supuestos de la teoría del valor. En lugar de
intentar concebir el dinero como un objeto económico al cual se le
aplicaría la "ley de la oferta y la demanda", hay que aceptar que se haga
una hipótesis institucional necesaria para el análisis de la economía de
mercado.

Contrariamente a los supuestos de la teoría del valor que intentan, en


vano, pensar el dinero como una consecuencia del mercado, es posible
sostener que es la condición de inteligibilidad de la división mercantil del
trabajo, o, para adoptar un vocabulario más moderno, de una economía
descentralizada de propiedad privada. Esta posición, que será
desarrollada más adelante, modifica profundamente la estrategia de
investigación y de reflexión sobre el dinero.

Partir del dinero para dilucidar el funcionamiento de una economía de


mercado, es aceptar dos proposiciones esenciales:

i) El dinero es lógicamente anterior a las relaciones de mercado. Las


formas modernas del dinero revelan cómo el mercado se inscribe en una
sociedad ya existente, estas formas no son el efecto de las relaciones de
intercambio entre individuos independientes.

ii) El dinero es un vínculo social más fundamental que el mercado. Un


enfoque pluridisciplinario con vistas a establecer los límites en el tiempo
y en el espacio de este modo de sociabilidad y de sus efectos, es no
solamente legítimo para comprender en general sino igualmente
necesario para la comprensión profunda de las mismas relaciones
mercantiles.

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En las páginas que siguen, será sobre todo desarrollada la primera
proposición, la mayoría de "las otras contribuciones componentes de
este libro explorarán la segunda. Ella permitirá aclarar la despolitización
contemporánea del dinero a través del examen de la nueva norma que
parece imponerse hoy: la independencia del banco central.

En la primera parte de este texto, esquematizaremos un modelo


abstracto y general de las relaciones entre deuda y dinero, que es al
mismo tiempo un modelo de las relaciones mercantiles. Para eso
conviene formular con precisión los elementos constitutivos del dinero
como sistema de pagos.

La ambivalencia de tal tentativa debe ser subrayada. Se trata con


seguridad de un trabajo de economistas, que se inscriben en las
preocupaciones de una disciplina particular que busca elucidar el
carácter monetario de las relaciones mercantiles. Pero ella procede
igualmente de una inspiración más amplia. El modelo formal presentado
más adelante tiene una vocación bastante general porque la estructura
relacional que describe es independiente de toda hipótesis concerniente
a los comportamientos individuales. Los motivos atribuidos a los
individuos, o vividos por ellos en sus acciones, no son mencionados y no
afectan la lógica de las relaciones sociales retenidas por el modelo.

Es esta ambivalencia la que hace del modelo presentado una hipótesis


intermediaria. Menos ambiciosa que aquellas que buscan una
explicación general y universal que repose sobre un principio único -el
sacrificio, la soberanía, etc., esta hipótesis intermedia permite interrogar
más cómodamente el mundo actual sin estar prisioneros de una
problemática exclusivamente economista.

Eso nos permitirá, en una segunda parte, aclarar aspectos esenciales


del funcionamiento de las economías contemporáneas en las cuales las

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imbricaciones de la deuda y del dinero son difícilmente perceptibles.
Finalmente, el examen de las condiciones de la reproducción o de la
permanencia de los sistemas de pagos desemboca sobre los modos de
regulación contemporáneos. La legitimación de la institución monetaria
pasa hoy en día, con razón O no, por una transferencia de soberanía,
donde la norma de la independencia de los bancos centrales es el
aspecto más espectacular.

IV. EL DINERO COMO SISTEMA DE PAGO


Recordemos la naturaleza del problema que toda teoría económica debe
resolver: mostrar cómo, en una economía de mercado, los individuos
son socializados por la evaluación objetiva de las riquezas individuales.
Se trata de la pregunta fundadora de la economía política, y es sobre la
capacidad de responder a esta pregunta sobre la que las diversas
teorías económicas deben ser apreciadas.

En una economía de mercado, la división social de las actividades es


caracterizada por una combinación particular de descentralización y de
interdependencia. Una economía de mercado comporta
simultáneamente dos principios:

1) un principio de acción descentralizada, según el cual un individuo


dado es libre y puede actuar sin prejuzgar del estado del conjunto de la
economía; la descentralización requiere que las condiciones de las
acciones individuales sean locales, por ejemplo, que exista un socio
comercial que acepte la relación; de esto resulta que la situación global
de la economía es la consecuencia involuntaria de las acciones
individuales privadas;

2) un principio de interdependencia que impone a los individuos las


consecuencias colectivas de sus acciones descentralizadas; este
principio es la equivalencia en el intercambio; las desviaciones respecto

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a esta norma se revelan al final de la confrontación de las acciones
individuales y conllevan la realización de ajustes: las "sanciones del
mercado".

Esta visión del mercado está presente en todos los grandes


economistas, desde Smith a Walras, pasando por Marx y Ricardo. Sin
embargo, ella difícilmente se encuentra en los sistemas formales de
determinación de los precios, que se supone son la expresión analítica
de sus concepciones generales. En otros términos, las teorías del valor
no logran traducir de manera coherente la idea general que cada
persona, incluyendo los economistas, se hace del mercado.

Es por eso que parece necesario adoptar un punto de vista radicalmente


diferente al de la teoría del valor y admitir que la coordinación por el
mercado es indisociable del dinero. Más precisamente, el dinero como
institución debe ser el punto de partida del enfoque económico porque
sólo él, así parece ser, nos permite dar cuenta de la combinación
particular de los principios de descentralización y de interdependencia
mencionados anteriormente.

Dado que aquí el dinero se supone, es claro que su génesis económica


no es un objeto posible de investigación. Pero eso no significa que se
renuncie a una teoría económica del dinero ni tampoco a un enfoque no-
económico y más general.

Por "teoría económica del dinero", hay que entender el enunciado de las
propiedades mínimas que la institución "dinero" debe poseer para dar
cuenta de la coordinación de las acciones privadas por el mercado.
Desde esta perspectiva no es un bien particular sometido a la ley del
valor. No es tampoco una hipótesis realista reproduciendo de manera
estilizada una realidad empírica. él es, al contrario, un sistema de pagos

21
definido por un conjunto mínimo de reglas a partir del cual es posible
describir un máximo de situaciones posibles.

En resumen, se trata de mostrar que el mercado sólo es pensable sobre


la base de un supuesto institucional preciso llamado "sistema de pagos"
y que los diversos sistemas monetarios históricamente observables en
las economías de mercado dependen, todos, de una teoría unitaria
fundada sobre esta noción de sistema de pagos.

Tal teoría económica del dinero es indisociable de una representación


más amplia del vínculo social.

V. NATURALEZA DEL DERECHO MONETARIO


 Es de naturaleza mixta ya que combina tanto el derecho público
como también el derecho privado.
 Depende del enfoque como ubicación que tiene la disciplina entorno
a la actividad en donde se ve la presencia de Derecho Monetario.
 Cuando las transacciones y actividades la realizan el BCR, se dan las
tasas de interés es público.
 En cambio cuando es entre particulares clientes y entidades es
privado.
 Se sostiene en la naturaleza como el rol que juega el dinero
siguiendo ese mismo criterio se sostiene entonces que el dinero es la
base del estudio del derecho monetario.
 En sus diversas acepciones: moneda, billetes; en las que circula el
dinero debe de estar regulado y lo realiza el estado a través de su
soberanía o poder monetario.
 Respaldo en la constitución, leyes, etc.
 El dinero es un medio de cambio que se utiliza como instrumento de
intercambio entre los diferentes sujetos, instituciones que forman
parte del sistema monetario.

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 Por su uso, intercambio se constituye en un elemento que necesita
ser regulado para la utilidad de las funciones que esta tiene.

VI. LOS SUJETOS DEL DERECHO MONETARIO

Entre los sujetos tenemos a:

a) El Congreso de la republica
b) El banco central de reserva
c) La superintendencia de banca y seguro
d) Las empresas del sistema de inmediación financiera.
e) Las empresas no financieras
f) La CONASEV
g) Los Estados
h) Los bancos centrales extranjeros
i) Organizaciones multilaterales
j) Los particulares

VII. FUENTES DE DERECHO MONETARIO

7.1. Fuentes nacionales


El orden en que se representan obedece a la jerarquía de las
normas.
a) La constitución política
b) La ley monetaria
c) La ley del banco central de reserva del Perú Decreto Ley 26123
d) La superintendencia de banca y seguros Ley N° 26702
e) La ley que regula la intermediación financiera Ley N° 26702
(ampliatorias)
f) Las resoluciones y las circulares emitidas por la SBS.
g) Resoluciones circulares de la BCR.
h) La doctrina

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i) La jurisprudencia monetaria.

También tenemos normas nacionales vinculadas tales como:


 El código de comercio.
 Código civil
 Ley de títulos y valores.
 Ley del mercado de capitales
 Ley del mercado de productos.
 Ley general de sociedades
 Ley de procedimientos administrativos y el código penal.

7.2. Fuentes Internacionales


Tenemos tratados entre ellos.
a) El que crea el Fondo Monetario Internacional de fecha 1944.
b) La convención de Ginebra de 1929, para la represión de la
falsificación de la moneda.

Nuestro país suscribió estos tratados y por tanto en virtud al artículo


55” de la Constitución Política del Perú forman parte del derecho
nacional.

VIII. TEORIA JURIDICA DEL DINERO


En el año 1905, Federico Knapp en su Teoría estatal del dinero acuño el
término “nominalismo” para enunciar y dar aplicación a un criterio
conforme al cual la moneda solo podía ser objeto de obligaciones,
considerado a estas como deudas de suma inmutable de unidades
teóricas creadas por el Estado y no con el carácter de deudas de valor a
la naturaleza del dinero y, además, se armonizaba mejor con la
soberanía del Estado en materia monetaria.

Esta teoría encontró pronto apoyo en la doctrina de carácter jurídico;


Arturo Nussbaum fue su principal expositor. Recuérdense que para este

24
autor dinero son solo aquellas cosas que en el comercio se entregan y
reciben como fracción equivalente o múltiplo, de una unidad ideal.

Con los regímenes de papel moneda que sucedieron al sistema de


patrón metálico concluyo, por razón natural, el valorismo metalista y con
ello la razón de pactar deudas en moneda calificada, pues los signo
circulantes carecían de valor intrínseco.

Ante esta situación , la teoría valorista moderna reconoce como un valor


de la moneda el atinente a su poder patrimonial concreto, dando así
fundamento a deudas monetarias cuyo nominal es variable, conforme al
comportamiento de un índice fijado al contraerse esas deudas. Tal
procedimiento se conviene mediante clausulas llamadas de
estabilización, de escala o de indización.

Actualmente el nominalismo y el valorismo monetario presentan las


características siguientes. Ambos reconocen el concepto jurídico del
dinero referido a unidades ideales aunque difieren o pueden deferir en
cuanto a las formas de aplicarlos en el campo de las obligaciones
dinerarias.

Las dos teorías coinciden plenamente en que tratándose de deudas


monetarias, la presentación in solutione debe ser siempre la entrega de
una suma de dinero atendiendo al valor nominal de las monedas con las
que se haga el pago. Difieren en lo que respecta a las características
que pueden legalmente tener la prestación in obligatione.

Aquí es donde el nominalismo y el valorismo pueden, en la legislación


ser antagónicos o complementarios.

25
8.1. TEORÍA ESTATAL Y SOCIETARIA DEL DINERO
La primera sostiene que al Estado deben reconocérsele los más
amplios derechos para actuar con imperio absoluto en todo lo relativo
a la moneda, ya que esta solo representa una unidad ideal, creación
del propio Estado. En consecuencia esta teoría postula que, para el
derecho, el valor del dinero debe ser inmutable por estar referido de
manera exclusiva a expresiones numéricas de unidades teóricas, sin
que el orden jurídico reconozca la “ficción” de un valor real constante
en la moneda. De conformidad con tal criterio, los particulares están
obligados a no considerar en sus convenciones dinerarias ningún
valor respecto a la moneda distinto al nominal.

La teoría societaria del dinero afirmar que el Estado debe procurar la


satisfacción del interés público mediante el ejercicio de sus
atribuciones monetarias, y proveer a la sociedad de una moneda
sana en términos reales que cumpla satisfactorios sus funciones
como unidad y medida de valor, medio general de cambio, reserva
de valor e instrumento general de pago, que pueda en tal función ser
factor para el justo equilibrio en los contratos.

Dicha teoría sostiene que, en el orden jurídico, la protección al


mencionado interés público debe procurarse mediante normas que
den al principio de la división de poderes una aplicación que permita
de manera eficiente impedir el abuso del poder monetario del Estado.

8.2. LOS CIMIENTOS TEÓRICOS MONETARIOS.


Durante el siglo XIX las leyes monetarias de un amplio número de
países se expidió o modificaron bajo la influencia de deliberaciones y
análisis efectuados en las Conferencias Monetarias Internacionales
que se celebraron en Europa. La de 1867 busco uniformar los
diversos sistemas monetarios internos, con el propósito de facilitar
los cambios internacionales, mediante la adopción generalizada del

26
patrón oro clásico-unidad monetaria referida a cierta cantidad de ese
metal, circulación de piezas áureas y libre importación y exportación
del oro--; este criterio preconiza el monometalismo oro por
considerarlo el único deseable a la luz de la ciencia económica
entonces imperante, recomendando, consecuentemente, el retiro
tanto del patrón plata que mantenía algunos países , como de
importante circulación que alcanzaban entonces monedas con
contenido de metal blanco de moneda de plata.
En esa centuria, las leyes mexicanas de 1823 y 1861 y 1867
mantuvieron el régimen bimetalista prevalente durante el virreinato,
con amplia circulación de moneda de plata. El primero de estos
ordenamientos modifico tan solo la emblemática de las piezas, en
tanto que los dos posteriores configuraron nuestro sistema monetario
ajustándolo al métrico decimal.

La ley monetaria de 1905, expedida en una época en que se agudizo


el desplome de los precios en oro de la plata , trato de resolver el
problema que ello originaba en los cambios internacionales del país ,
estableciendo que la unida teórica del sistema monetario mexicano
estaría representada por setenta y cinco centímetros de oro puro ,
con circulación de piezas aureas restringidas al canje de antiguas
monedas amarillas por las nuevas piezas de ese metal previstas en
la ley y colocación de moneda de plata , limitada a la indispensable
para cubrir las necesidades circulatorias.

El principio se afirma y amplia en la Ley Monetaria de 1905 para con


ello fortalecer la circulación de la moneda fiduciaria antes
mencionada. Este régimen, que convierte las deudas pecuniarias de
deudas de “valor” en deudas de “suma”, es el que se estatuye en la
Ley Monetaria de 1931 y en el Código civil de 1928, después de
haberse modificado, en apreciable medida, por las deudas y pagos

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en moneda especifica que permitieron y reglamentaron las diversas
leyes de Pagos Expedidas durante los años de 1916 a 1918.

En estos últimos años , ante la escasez de medios de pago originada


por la supresión de las emisiones de billetes que había venido
haciendo la banca privada así como por el atesoramiento y la salida
del país de la moneda metálica, se da legal a la moneda extranjera
de oro aumentándose la acuñación de piezas áureas nacionales.
Esta reforma, hecha con carácter transitorio para hacer frente a
situaciones de coyuntura que requerían solución inmediata , se
aparto de las tendencias que ya para entonces observaban los
sistemas monetarios de la generalidad de los países y de las tesis
sostenidas en las Conferencias Monetarias Internacionales que se
celebraron en los años posteriores a la terminación de la Primera
Guerra Mundial, las que , si bien manifestándose a favor del patrón
oro, ya no aspiraba a una circulación de piezas amarillas.

Para 1931 la situación monetaria prevaleciente en la República hacia


insostenible mantener el régimen de patrón oro existente. Al
continuarse depreciado la plata en su relación con el oro, las piezas
amarillas alcanzaron un valor intrínseco superior al facial,
atesorándose o saliendo del país a pesar de la prohibición de
exportarlas. Por otra parte , la circulación interna de moneda de oro,
aun cuando limitada, restaba al país medios de pago para sus
transacciones internacionales, los billetes del Banco de México aun
no tenía una circulación satisfactoria y las diferencias entre el valor
real de las monedas de oro y las de plata continuos trastornos en los
precios y en los pagos de deudas pecunarias las que frecuentemente
se contraían en moneda especifica o calificada—de oro regla
general—con el propósito de proteger la restitución del capital contra
perdidas en el poder adquisitivo de la moneda fiduciaria.
Ante esta situación que, como la de 1905, hizo crisis en el sector

28
externo de la economía, la Ley Monetaria del 25 de julio de 1931,si
bien mantiene el patrón oro para efectos de procurar estabilidad
cambiaria: desmonetiza las piezas con contenido de ese metal
permitiendo su libre exportación; limita en términos más drásticos
que la ley anterior, la circulación de moneda de plata prohibiendo
nuevas acuñaciones de ella y prevé que los incrementos de las
necesidades circulatorias se satisfagan mediante la emisión de
billetes por el Banco de México que este debía colocar solo a través
del descuento de papel comercial o mediante su canje eventual por
oro a la paridad teórica de setenta y cinco centímetros de peso,
unidad monetaria reconocida en ley. El propio Ordenamiento da por
vez primera a dichos billetes el carácter de monada, aun cuando en
forma un tanto ambigua ya que no les confiere poder liberatorio
manteniendo su aceptación estrictamente voluntaria.

Los cambios que la “Ley calles” introduce en el sistema monetario


constituyen un significativo avance en el proceso que va sustituyendo
el régimen metalista hasta entonces prevaleciente por orto en el cual
la moneda fiduciaria, referida principalmente a los billetes del Banco
de México, asume las funciones de medio de cambio.
En 1935 se produce el cambio fundamental del sistema monetario
mexicano. El alza que para entonces experimentan los precios de la
plata hace que las piezas acuñadas en ella alcancen un valor
intrínseco, como mercancía, superior a su valor facial, provocando
serios trastornos en la circulación monetaria. Para hacer frente a este
problema y dado que los billetes del Banco de México tenían ya para
entonces amplia circulación , se les confiere, de manera exclusiva ,
poder liberatorio ilimitado, retirándose las piezas blancas en
circulación para sustituirlas por otras con menor contenido de metal
fino que, en unión de diversas piezas metálicas de valor intrínseco
inferior, configuraban su carácter de moneda de apoyo con limitada
obligatoriedad de aceptación que las refiere a pagos fraccionarios o

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de escaso monto. El proceso concluye en 1936 cuando la
correspondiente reforma legal abandona el patrón oro teórico
suprimiendo la paridad o equivalencia del peso con dicho metal.

IX. LEY MONETARIA


Es la relación establecida entre el metal fino y la liga, que se emplean en
la moneda, ó sea la cantidad de metal precioso que ha de contener ésta.
Se dice que la ley es alta cuando la aleación es poca, y baja en caso
contrario; y se llama permiso, al límite dentro del que la moneda puede
separarse de la ley por exceso ó por defecto, sin dejar de ser legítima.

La composición de la moneda y el uso de las aleaciones se propone


dos objetos: primero, el de facilitar su acuñación y aumentar su
consistencia; y después, el de compensar el coste de la fabricación;
porque si la moneda sólo tuviera metal fino, entonces su valor seria
mayor, que el que representa, en tanto como importaran los gastos
hechos para elaborarla.

X. LEY 30381 – LEY QUE CAMBIA EL NOMBRE DE LA UNIDAD


MONETARIA DE NUEVO SOL A SOL.

Artículo 1. Objeto de la Ley


Es objeto de la presente Ley establecer el cambio de nombre de la
unidad monetaria del Perú de Nuevo Sol a Sol, para agilizar las
transacciones económicas y adecuarlas a la realidad actual.

Artículo 2. Modificación de los artículos 1, 2, 3, 4, 5 y 10 de la Ley


25295, ley que establece como unidad monetaria del Perú, el Nuevo Sol
Modifícanse los artículos 1, 2, 3, 4, 5 y 10 de la Ley 25295, Ley que
establece como unidad monetaria del Perú, el “Nuevo Sol” divisible en
100 “céntimos”, cuyo símbolo será “S/.”, de manera tal que toda

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referencia al Nuevo Sol se debe entender como Sol, cuyo símbolo es
“S/”.

Artículo 3. Facultades al Banco Central de Reserva del Perú


Facúltase al Banco Central de Reserva del Perú a dictar disposiciones
correspondientes a efectos de dar cumplimiento a las disposiciones de la
presente Ley.

Artículo 4. Derogación
Deróganse o déjanse sin efecto las normas que se opongan a la
presente Ley.

Artículo 5. Vigencia
La presente Ley entra en vigencia el día siguiente de su publicación en
el diario oficial El Peruano.

En Lima, a los veinte días del mes de noviembre de dos mil quince.

31
CONCLUSION

El derecho y el dinero son elementos que se encuentran vinculados


estrechamente dentro de una sociedad.
Las normas que regulan el dinero buscan darle la estabilidad en su manejo a
todos los elementos que conforman el sistema monetario.
Es el conjunto de normas aplicables al dinero en una comunidad determinada.
Esta comunidad puede ser un Estado o un conjunto de Estados.
Es necesario acotar que este conjunto de normas abarca desde aquellas
relacionadas con la soberanía del estado, es decir del poder, que tiene este
ente en ejercer la capacidad de crear dinero, otorgándole el curso legal y
forzoso, etc. Además las normas referidas a la circulación, a la regulación de
las relaciones monetarias y bancarias entre los sujetos que viven en una
comunidad de pagos determinada y las relaciones con el exterior.
Las normas orientan a la circulación y la regulación del dinero.
Se sostiene en la naturaleza como el rol que juega el dinero siguiendo ese
mismo criterio se sostiene entonces que el dinero es la base del estudio del
derecho monetario.
En sus diversas acepciones: moneda, billetes; en las que circula el dinero debe
de estar regulado y lo realiza el estado a través de su soberanía o poder
monetario.
Respaldo en la constitución, leyes, etc.
El consecuencia el dinero es algo abstracto, por ser un signo o un vehiculo y
que es determinado, como tal, de manera arbitraria por el Estado, es decir, no
es creado por la naturaleza sino por el Soberano. Como instrumento legal de
pago, de obligatoria aceptación debe enfrentar al beneplácito del grupo social,
si este no se da, la sociedad lo sustituye por otra cosa. Al crearse el dinero por
el Estado, este le confiere la calidad de ser “el dinero verdadero”.

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BIBLIOGRAFIA

 http://www.prociuk.com/Derecho%20Monetario%20y%20Bancario.pdf
 http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-
47722002000100003
 file:///C:/Users/USER/Downloads/332792-146649-1-PB.pdf
 http://www.eumed.net/cursecon/dic/jph/L.htm
 https://slideplayer.es/slide/1764160/

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