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 Rita Segato en la UNSAM

LA ANTROPÓLOGA QUE INCOMODA

Por Julieta Greco


“Ay no, no me saques fotos ahora”. Rita Segato se baja de un auto acompañada de su hija Joselina que como ella es
antropóloga. Un fotógrafo se acerca para retratarla. Rita muestra una cautela especial. La de quien advierte: no me
endiosen tanto porque me puedo equivocar. Más tarde, cuando Mariana Carbajal le pregunte por el feminismo y el
biologicismo, ante 1500 personas, ella dirá: “¿Existe un movimiento sin errores?”.

Rita acaba de bajar los 2.465 metros que separan al pueblo de Tilcara en Jujuy de la llanura en la que está el campus
de la UNSAM. La sorprende la bienvenida, se detiene a mirar un papel brillante que está pegado en el suelo con cinta
scotch. El piso de la universidad se llenó de hashtags: #RitaSegatoEnUNSAM. A Rita la alucina el mástil, una
estructura de hierros curvos y enroscados que sostienen la bandera argentina, el Mástil Firulete que instaló en
UNSAM el escultor Pablo Reinoso en 2013.

No es la primera vez que Rita visita el campus cuando era niña, en los terrenos ferroviarios en los que hoy está la
UNSAM, Rita remontaba barriletes con sus primos que vivían en la calle Bacon de San Martín. Esta vez llega como
docente de la Escuela de Humanidades de una universidad pública del conurbano bonaerense, después de años de
vivir en Brasil, para inaugurar la cátedra “Pensamiento Incómodo”.

Rita piensa todo el tiempo, se la puede ver pensando, se nota en sus gestos, en la forma en la que se lleva las manos
a la cara, en cómo achina los ojos. Y también escucha. Rita escucha atenta a cada persona que se le acerca y le pide
hablar. Contempla, da espacio y tiempo al otrx. El pensamiento de Rita incómoda pero su escucha abraza. Desde
hace un tiempo habla de la importancia de la conversación como forma de pensamiento. Rita piensa con otrxs, es
dialéctica, como a la antropología, la enciende la alteridad.

- Tu mirada es muy especial, Rita, es desde afuera – le dice Mariana Carbajal antes de comenzar la entrevista pública.

Rita dice lo que no pensamos antes, provoca discusiones nuevas, cuestiona hasta las palabras en las que más
confiamos: “Empoderarse es otra palabra que no utilizo, porque cuando uno habla de poder implica despoder y a mí
me interesa aspirar a un mundo horizontal”. También desconfía cuando hablamos de “crímenes de odio”: “es una
idea muy norteamericana que sentimentaliza los crímenes políticos”. Advierte sobre los escraches: “El feminismo
cae en el linchamiento moral sin parámetros claros del justo proceso y eso a mí me asusta. Debemos darle a los
jóvenes las herramientas para que puedan negociar qué quieren y qué no quieren”. Se pregunta sobre el
punitivismo: “¿Con el castigo voy a modificar la sociedad y la forma en que las personas se comportan? La ley no
causa comportamientos. Si la ley causara comportamientos no habría abortos”. Y cuestiona el pedido de algunas
agrupaciones de que no haya varones cis en las marchas: “Mi manera de decidir quién va a la calle y quien no es:
todos aquellos que el patriarcado ve como desobedientes, en desacato a la norma patriarcal”.

El Tornavías es una estrella de rieles con un puente giratorio en el medio que hace más de un siglo servía para
levantar y apuntalar vagones de tren. Hoy será el escenario de Rita. El patio fue llenándose desde muy temprano.
Hay alumnxs, docentes, no docentes, vecinxs del barrio, visitantes, académicxs, fans de Rita Segato que la esperan
con 32 grados de sensación térmica. La aparición por el borde del escenario de Rita enciende todas las historias de
instagram del público que a la vez celebra: #RitaSegatoEnUNSAM. Cuesta creer que la que se está subiendo a esas
tarimas y despierta esa ovación popular es una doctora en antropología.

Leé la entrevista completa de Mariana Carbajal a Rita Segato:

Mariana Carbajal: Muchas gracias a todas, a todos y a todes. Muchas gracias a la UNSAM por darme este pequeño
gran lujo de tener esta conversación con Rita Segato. A Rita la amamos. Tenerla tan cerca siempre es un gustazo.
Yo simplemente voy a ser una intermediaria para que ella pueda expresar su pensamiento, que siempre nos
provoca, nos incomoda y nos hace pensar.

Rita Segato: Me llega la solicitud para participar de la Cátedra de Pensamiento Incómodo. Es un pensamiento que se
expresa fuera de los márgenes, fuera de los lugares comunes. Me asustan las repeticiones de todo el movimiento
social, no solo las mujeres, pero a veces se encuentran clichés, una consigna interesante fuerte y luego se empiezan
a repetir y de alguna manera eso detiene la historia. Hay que salir de los círculos viciosos, de la repetición de algunas
consignas. Por ejemplo, un término que se repite mucho es el de crímenes de odio. Yo no hablo de crímenes de odio,
es una idea muy norteamericana que sentimentaliza los crímenes políticos. Empoderarse es otra palabra que no
utilizo, porque cuando uno habla de poder, el poder también implica despoder y a mí me interesa aspirar a un
mundo horizontal. Una búsqueda de no hablar con las palabras que no representan las formas en que yo pienso,
tiene que ver con esta idea del pensamiento incómodo.

MC: ¿Cuáles son los debates que hoy son incómodos dentro del feminismo actual? Uno de ellos irrumpió en este
último tiempo sorpresivamente y es esto del biologicismo. ¿Quiénes están en condiciones de encarnar el
feminismo y poder marchar este viernes? ¿Rita vos qué pensás?

RS: Un movimiento sin errores es imposible. Toda normativa tiene sus fisuras, sus errores posibles, pero me
sorprendió mucho por una razón: si hay un paso importantísimo en el camino de la teoría feminista, que es un
pensamiento sumamente sofisticado y en las grandes bibliotecas del mundo los estantes de pensamiento feminista
superan en cantidad a los estantes de las bibliotecas disciplinares. En esa acumulación de reflexión un momento
claro es el momento del desmonte de la biologización. El desacoplamiento de lo que es lo femenino de los cuerpos,
o sea la desbiologización. Estamos echando a la basura la noción de género que retira de los cuerpos el patriarcado.
Retira de los cuerpos lo femenino y lo masculino y lo transforma en una estructura, en una matriz que trasciende el
cuerpo que llevamos. Cuando los fundamentalistas están queriendo borrar la palabra género de las escuelas.
Prohibir la palabra misma por amenazadora. El género es justo lo que sale del determinismo biológico, el gran
invento de la noción de género es la desbiologización de la matriz heterosexual. Margaret Thatcher llevaba un
cuerpo de mujer y no existió mayor enemiga de las mujeres que ella. Y era una mujer. No basta con tener un cuerpo.
Hay mujeres patriarcales, duele decirlo. No son la mayoría, son algunas, pero hacen suficiente daño y hay hombres
que pueden ser maternos, por ejemplo y estar aplicados al cuidado. Eso existe también. Y mujeres como yo que son
pésimas cuidadoras. No se puede biologizar la tarea. Condoleezza Rice mató a muchísimos hombres, porque era la
secretaria de guerra de Bush. Y era negra. Cuidado con el biologicismo, es una amenaza. Un momento crucial del
feminismo fue superar la amenaza del biologisismo. Mi manera de decidir quién va a la calle y quien no, es todos
aquellos que el patriarcado ve como desobedientes, en desacato a la norma patriarcal. Hombres débiles, hombres
femeninos. El patriarcado los castiga por desobedientes al mandato de masculinidad. Es un problema falso,
inventado que realmente no me representa.

MC: A mí me sorprendió mucho el momento en el que aparece, en el cual hay un movimiento feminista tan
efervescente, pareciera que vienen con este tipo de discusión a separarnos.

RS: Sí, y sin olvidar algo. Irina Bacci, una gran activista de mujeres lesbiana de Brasil a quien yo oriente su tesis hace
una crítica a la misoginia dentro del movimiento gay. La misoginia es hegemónica, se mete en todas partes. El ojo
patriarcal y misógino es hegemónico. Pero eso no nos debe llevar a un fanatismo de los cuerpos. Nos debe llevar a
entender lo que pasa. Las traiciones son constantes en la historia dentro de todos los movimientos políticos, pero no
por eso vamos a tirar a la basura al bebé con la pelela. El Bebé es la desbiologización de la matriz patriarcal.

MC: qué pasa a partir de los movimientos como el Ni una menos, el Me too en Estados Unidos y el Mirá como nos
ponemos y las denuncias con mayor visibilidad en distintos ámbitos. ¿Qué se hace frente a esas denuncias
públicas que muchas veces derivan en los escraches y como se para el movimiento feminista frente a esa tensión
entre exigir justicia y el punitivismo? De que no somos punitivistas desde el feminismo. ¿Cómo encontrar ese
equilibrio?

RS: Son problemas difíciles que naturalmente surgen con el gran tránsito, con la profundidad histórica que nuestro
movimiento tiene. Las complejidades son directamente proporcionales a todo lo que hemos caminado y al lugar
donde hemos llegado. Hay que pensar más allá del lugar común. ¿Con el castigo voy a modificar la sociedad y la
forma en que las personas se comportan? Eso es falso. La ley no causa comportamientos. Si la ley causara
comportamientos no habría abortos. El hecho de que haya tantos abortos por nacimiento muestra que la ley no es
determinante en la práctica de las personas. Lo más importante es la eficacia retórica, discursiva, simbólica,
performativa. Que es la eficacia de persuadir, convencer. Si no persuade ni disuade no existe la ley, solo existe ese
teatro legislativo, pero la ley no tiene eficacia materia. Las leyes punitivas son un discurso eminente, importantísimo.
La tarea es llevar ese discurso a la sociedad, que atraviese y persuada las conciencias. Sin ese trabajo la ley no existe.

MC: Como pensar estas situaciones donde en las redes sociales permanentemente se abren relatos de violencia
sufridas al interior de organizaciones políticas, sindicales. Se abren grifos y salen las voces de mujeres que han
sufrido violencias de las más diversas en distintos ámbitos. La forma de tramitar el poder al interior de estos
distintos ámbitos está teñida del machismo que nos atraviesa. Frente a esas denuncias públicas donde uno pone
un nombre, pero no va a la justicia ¿Cómo encontrar que tal vez lo que se busca es cierta reparación a partir de
ese relato? ¿Cómo encontrar ese punto donde haya cierta sanación y no la tengamos que ir a buscar a la justicia,
que sabemos que es machista y misógina y que no nos responde bien?

RS: El problema es amplio. El año pasado hablé con dos rectores de colegios secundarios. Uno con el del Nacional
Buenos Aires y el otro con el de la Pichón Rivière. En los dos relatos está la idea de que entender la cuestión de
género es entender la secundaria, en sus diversos niveles sociales. En la secundaria uno ve lo que yo llamo la
catástrofe del género. Quiero hacer una diferencia entre el Mee Too, lo que yo llamo el feminismo pilgrim de los
Estados Unidos, porque el país está fundado por los peregrinos puritanos vs. el feminismo de las mal fundadas
repúblicas criollas. El feminismo pilgrim, excepto grandes excepciones como Judith Butler, que acata la idea de que
durmiendo con un abogado resolvemos los problemas entre los chicos y chicas. Nosotros no podemos entrar por ese
camino porque nuestra formación colonial es diferente. Nuestra tarea es dar herramientas a los chicos y las chicas
para que puedan negociar su relación, y eso el feminismo lo está descuidando. Las personas tienen que poder
negociar sin la mediación de estados que siempre nos van a traicionar, porque nos han traicionado siempre. Si no
aprendemos de la historia, demos clases de relojería.
La historia nos ha enseñado que nuestros mal fundados estados criollos nos han traicionado constantemente.
Entonces, ¿le vamos a entregar que se encarguen de la vigilancia y la custodia de la negociación de cómo va a ser la
sexualidad nuestra y de nuestros hijos? No, debemos darle a la juventud esas herramientas para que puedan
negociar qué quieren y qué no quieren. Nuestro mundo es un mundo de conversación. La Argentina es un país
donde aún las personas conversan, pero está sucediendo en las escuelas que los chicos y las chicas no están
pudiendo conversar sobre sus expectativas sobre su sexualidad y sus deseos. Hay una desconfianza extrema entre
muchachos y muchachas. Yo veo eso negativamente y tiene que ver con el punitivismo. Lo vemos en las escuelas con
el bullying, el castigo y algo que a mí no me gusta llamar escrache.
El escrache es una forma noble de hacer justicia debatida a lo largo de varios meses cuando no se podía acceder a la
justicia por el Estado. En ese período, e inclusive hoy es muy relativa la justicia por parte del Estado. Me pasé este
año entrevistando a jueces, fiscales y camaristas de alto nivel y la verdad es que sentí terror.
El auténtico escrache es la forma de hacer justicia por la propia gente pero no es espontaneo. No es un
linchamiento. Yo establezco una diferencia muy precisa entre escrache, dentro de la tradición argentina de los
escraches a los genocidas, donde el período de preparación para cada escrache fue larguísimo. Ahí hay un justo
proceso porque hay un patrón, un protocolo y una forma de juzgar, decidir y finalmente de dar una punición pública
a ese personaje. Pero en el linchamiento no lo hay. El feminismo cae en el linchamiento moral sin parámetros claros
del justo proceso y eso a mí me asusta porque coloca a nuestro movimiento en un riesgo muy grande. Errores que
suceden por la velocidad de los linchamientos y el carácter espontaneísta pueden llevarnos a incurrir en errores que
luego van a poner en jaque muchas conquistas, muchos avances y muchos escraches bien procesados. La cuestión
del punitivismo no lleva a una disminución de los problemas que tenemos y eso es constatable. Los feminicidios no
disminuyen. Entonces, lo mejor es que lo pensemos más seriamente porque las leyes no están tocando los números.
En el debate en el senado nacional con la ministra Patricia Bullrich quiso usar el sufrimiento de las mujeres para
recrudecer las leyes. Usaron el sufrimiento de las mujeres para punir a toda la población carcelaria que es pobre y no
blanca.
En ese caso mi argumento fue que para que exista un feminicidio, una violación, es necesario un caldo de cultivo
gigantesco que está presente en toda la tela social. Agresiones diarias cotidianas que todas las mujeres sufrimos.
Modificando ese caldo de cultivo, esa base del Iceberg, solo así vamos a poder introducir en lo que puede ser
tipificado como crimen. De todas esas agresiones a las mujeres, un número muy pequeño puede ser tipificado como
crimen o delito. Las miradas al cuerpo de las mujeres no las podemos criminalizarlas.

MC: No todas las conductas inapropiadas constituyen un delito.

RS: Desmontando el mandato de masculinidad, que obliga por ejemplo que cuando tres hombres están juntos se ven
obligados a hacer algún comentario sobre un pedazo de cuerpo de mujer que pasa por adelante, desarticulamos ese
gran caldo. Es una obligación para poder mostrarse hombres. El chiste, la mirada ultrajante, la mirada rapiñadora
sobre el cuerpo de la mujer, el cuerpo que se usa para construir un vínculo entre hombres. para que un hombre un
poco más delicado en su masculinidad pueda probar su masculinidad ante otro hombre. El derrumbe de eso que es
capilar en el tejido social es lo único que será capaz de tocar allá arriba en lo que sí puede ser tipificado como un
crimen de género.

MC: Vos decías que la doctrina del garantismo jurídico no ha comprendido que las garantías en el caso de las
violencias de género operan en sentido contrario

RS: Eso fue parte del argumento cuando juzgamos al juez Rossi, en Paraná. El juez Rossi fue un juez que soltó a
Wagner que fue el feminicida. Wagner estaba preso por violación. Igual iba a salir próximamente, no? Pero era muy
simbólico, muy ejemplar el juicio al juez Rossi, porque él a pesar de tener 29 recomendaciones del equipo psicosocial
de la cárcel, él lo suelta. Yo creo que él ni los leyó. Bueno no sé si los leyó o no, pero los desconsideró totalmente. Y
después descubrimos que había desconsiderado decenas de recomendaciones del equipo psicosocial, con relación a
muchos otros casos. O sea que es un juez que como muchos jueces, Dios en el cielo, juez en la Tierra. (chiste)
Entonces en el juicio del juez Rossi, uno de los argumentos centrales es la mala interpretación del garantismo, que es
una doctrina noble cuando se habla de raza y clase. ¿Porque para qué sería garantismo? El garantismo en realidad si
lo miramos con aproximación es una doctrina jurídica que tiene por detrás la noción de acción afirmativa. Un
precepto de acción afirmativa, o sea: si las garantías fueran igual para todos, o sea para los pobres y los negros, en
nuestra sociedad, porque no se habla de raza, pero la raza existe. Basta ver la composición de una cárcel para ver si
la raza realmente existe. Entonces el garantismo existe como doctrina porque hay vulnerables y si uno mira la
población carcelaria esos vulnerables son, como dije, pobres y no blancos. Pero entonces, una cantidad de jueves,
Rossi es paradigmático y el otro López, se llamaba también, aplican el garantismo a agresores, delincuentes, a
criminales que han perpetrado crímenes de género. Sólo que el garantismo ahí tiene que ser aplicado al contrario.
Porque el vulnerable no es el agresor, como en los crímenes contra la propiedad, donde generalmente quien es el
agresor, el ladrón, a veces inclusive los asesinos, que son juzgados y encarcelados son vulnerables dentro de la
sociedad por esta razón de clase y raza, como acabo de decir. Pero en el crimen de género el poderoso es el agresor.
Y la vulnerable es la víctima, por lo tanto, en el crimen de género tiene que haber una inversión del garantismo, y la
garantía tiene que ir para la víctima y no para el agresor. Es una mala interpretación. Es una interpretación ciega y
estrecha por parte de la justicia, de los operadores del derecho, los operadores de la justicia, que la aplican siempre
con la relación a la protección del procesado, cuando en el caso de los crímenes de género es la víctima, el lado
acusador, el que está del lado de la vulnerabilidad.

MC: En los últimos días nos conmovimos mucho con la historia de Lucía, esta niña de once años que había sido
violado por la pareja de su abuelo, y cursaba un embarazo forzado en Tucumán y pedía una interrupción legal de
embarazo, que el sistema provincial de salud en Tucumán se encargó de dilatar y postergar y finalmente le
hicieron una cesárea una semana atrás. ¿Cómo analizas estos casos que hoy los vemos con mayor claridad, no?
Porque no son nuevos. Cada año en la Argentina alrededor de 2.700 niñas de catorce años o menos dan a luz y
uno presume que la mayoría de esos embarazos han sido producto de abusos sexual, coacción sexual, y las niñas
no los han buscado. Que se de esa carnicería en esos cuerpos infantiles con una trama institucional anti derecho
como quedó expuesta en Tucumán, donde hay una fiscal que interviene arbitrariamente para frenar el aborto
amedrentando a los médicos. Un sistema de salud desde la ministra al secretario de salud, la directora del
hospital, el personal del hospital que se declara objetor de conciencia y en el momento de la cirugía, de la
intervención dicen “nosotros no hacemos nada”, no? Es como de una crueldad extrema pero visible. Pero hoy la
vemos.

RS: Es una exhibición de crueldad. Un espectáculo de crueldad.

MC: ¿Cómo pensás esto que veníamos hablando de lo que pasa en Brasil, estos fundamentalismos que se meten
en nuestra vida cotidiana, en este caso en el de una niña?

RS: Pero primero quería referirme a estas provincias del noroeste, donde han sucedido estos casos que fue sobre
todo en Tucumán y Jujuy. Y ahí voy a citar a una querida amiga que es profesora de comunicación en Salta, que es
Alejandra Cebrelli, que publicó en estos días. Ella se especializa mucho en el tema del chineo. ¿Saben qué es el
chineo? La cito a ella porque en el campo de la comunicación es una especialista en ese tema del chineo. Que es una
práctica muy común en esas provincias, que tan vehementemente sus élites se pronuncian contra el aborto y sin
embargo llevan a sus hijos a tener su iniciación sexual con las indígenas, las wichis, no? Con las quom. Es muy común
en las provincias del noroeste que sus padres criollos, ese criollaje asqueroso, que son los de pro vida, las mismas
personas del grupo de pro vida, son esa élite criolla de esas provincias que son las que conozco más del país, del
noroeste, que agarran a sus niños, a sus jovencitos, hijos que nunca han tenido relaciones sexuales y en sus pick up
los llevan allá a violar niñas wichis. Al chacho salteño, por ejemplo. Entonces sobre el chineo, ni una palabra en la ley.
Ni aparece. Cuando se habla de la violación por ocho muchachos de una niña wichí que era epiléptica, que fue un
tema reciente, la palabra chineo no aparece, no es una costumbre.

MC: Lo que era antes el derecho de pernada, en algún momento.

RS: También. Existe allá en el norte ese derecho de pernada. El dueño de las tierras tiene derecho a la primera noche
de la joven pobre indígena de su región, de su propiedad. Todas esas costumbres están vigentes, pero a la ley no le
interesa eso. No parece ser un crimen. Entonces se ensaña con el aborto. Hay una hipocresía tan extrema, un doble
discurso tan flagrante, no? Hay una inversión interesantísima y constatable. Cuando se pueda capturar a un
indígena, como fue el caso de la niña wichí. Porque ese indígena es acusado por una directora de escuela de que está
violando a su entrenada, a la hija de la mujer con la que ha convivido mucho tiempo. La directora lo denuncia y este
es un gran debate inclusive entre feministas. Sucede que ese joven del caso wichí, quienes le llevaron la comida a la
cárcel durante seis años son justamente la niña supuestamente violada y su madre. Cuándo hay casos de violación
entre indígenas, o lo que el Estado o la Escuela, que es un brazo del Estado, entiende que hubo una agresión o un
acceso sexual indebido, ahí el Estado inmediatamente actúa. Cuando el blanco va al chineo. Hace uso de un cuerpo
sexual de mujer indígena, la indígena es prostituta. Es un doble estándar, un doble discurso, absolutamente
insoportable y nauseabundo. Y luego a él se le une la prohibición del aborto. Cuando una niña es violada adentro de
un espacio social donde el chineo es una práctica absolutamente común de la cual todo el mundo sabe, ahí el cuerpo
de la niña es lacerado por un bisturí. Entonces yo digo: Cuanto más débil es un Estado nacional o provincial, más se
ensaña con una panza de mujer. La medida de la debilidad de un grupo político, de un Estado. ¿No tienen cosas más
interesantes de qué ocuparse? Además, la cuestión del aborto, claramente, la objeción de conciencia y el activismo
anti aborto es una cuestión de prestigio. O sea: sociedades inseguras que quieren parecerse a las damas rosadas de
la parroquia de no se qué. No hay una cuestión moral por detrás. Y la prueba son las clínicas de fertilidad asistida.
Hay varios óvulos inseminados. ¿Esos no son personitas? Son las personitas cuando están afectando la vida de una
mujer. Algunas células son personitas cuando están en una panza femenina, pero cuando están en una probeta de
una clínica de inseminación asistida, eso no tiene alitas, no es angelito. En esas clínicas el lujo es enorme. Ahí
realmente se manejan capitales. Un lucro considerable en sus cuentas, así como los laboratorios son grandes usinas
de capital. Entonces ahí no hay abortos. Por ahí se hacen abortos también, pero nadie se da cuenta. Hipocresía pura.

MC: Una cosa que me llamó mucho la atención sobre la repercusión que tuvo este caso, el de Lucía. En mi caso
vengo escribiendo sobre estas situaciones desde hace muchos años, buscando en archivo creo que encontré la
primera nota que escribí de un caso de un pedido de una niña violada del 22 de noviembre de 1998, en Página12.
El título era: “Una chica violada pide abortar y todo el mundo se pasa la pelota”. Podía ser un título del caso de
Lucía. Y era del hospital Santojanni de acá, de la Ciudad de Buenos Aires. Era una niña con discapacidad mental.
Otra nota del 99, título: “Cuando todos miran para otro lado”. Una niña de 13 años SG, sus iniciales, un leve
retraso mental también embarazada de una violación, le había dicho a la psicóloga. “Soy muy chica para tener un
bebé. No quiero tenerlo”. Un caso en Trelew, le dijo a la psicóloga del servicio de asistencia a la víctima del delito
en Trelew. La familia había pedido el aborto. Un juez dijo que era legal, pero no creyó necesario autorizarlo, los
médicos se negaron a practicarlo, la Iglesia presionó y ya a esa altura eran cinco meses de embarazo y esta niña
también fue forzada a tener ese embarazo a término. Y me preguntaba qué cambió para que esos casos del 98, del
99 no hayan tenido, más allá de las redes sociales, claro y de la repercusión que hoy se tiene mediáticamente, qué
cambió en la sociedad para que la sociedad se horrorizara, se conmoviera hoy con el caso de Lucía al punto que
dimos vergüenza mundial porque la noticia se reprodujo en The Washington Post, The New York Times, The
Guardian, en diarios alemanes, etc, no? Hoy me mandaron que salió una página entera en The Guardian, con el
caso. Había salido el viernes y volvió a salir porque es la nota más leída y replicada. Qué pasó en la sociedad
argentina, qué pasa que hoy nos conmovemos y horrorizamos frente a este caso que sabemos que es histórico.
Las estadísticas no bajan. Sabemos que son alrededor de 3 mil casos de niñas de 14 años o menos que en la
Argentina dan a luz cada año.

RS: Pasó que el discurso nuestro está llegando finalmente a destino, no? Sólo es explica la reacción fundamentalista.
O sea, son 70 años de feminismo y de trabajo. Esa es la diferencia inclusive con relación a los grupos
fundamentalistas que hoy salen a la calle y que es un movimiento que tiene entre cinco y siete años. Es muy reciente
y muy rápidamente construido. Las mujeres salen a favor del aborto y luego salen pro vida, con el pañuelo celeste
por la prohibición del aborto. No son equivalente, porque muchas razones porque el movimiento de los pañuelos
verdes es la consecuencia de 70 años de mancunamiento de mujeres que pensamos, que dialogamos, reflexionamos
y debatimos nuestros temas. Y el otro rápidamente se coloca. Eso muestra que es una agenda, una construcción muy
rápida de un movimiento en las calles y es una agenda. Hay ahí una estrategia montada de reacción a bases que ya
están, que son las que han causado que hoy se pueda hablar y la reacción popular frente a la victimización de las
niñas, que traspasa fronteras, que va a los diarios del norte. Significa que nuestro movimiento realmente ha
transformado la visión de las cosas. Hay un cruce, una ajenidad y una mutua fertilización, hay una funcionalidad del
control del cuerpo de las mujeres con el proyecto histórico del capital y con el proyecto histórico de los dueños. Si el
patriarcado cae, toda la sociedad se transforma. Todas las formas de adueñamiento, de rapiña, de apropiación y de
desigualdad caen por tierra. El patriarcado es la base, el cimiento de la pirámide. De todas las formas de opresión y
dominación. Por eso hay un re armamiento de los poderes, que son los poderes económicos expresados por los
grandes medios, los medios masivos de información que se están rearmando para evitar eso. Eso nos muestra que
hemos amenazado uno de los cimientos, un núcleo del edificio de todos los poderes. Entonces esa reacción virulenta
que estamos sufriendo es la medida de lo que hemos alcanzado con el movimiento. Nos da la magnitud del peligro
que significamos. Entonces vamos adelante porque estamos llegando a destino. Nuestros adversarios nos han
mostrado eso. Nos están mostrando algo que llamé en uno de mis textos más recientes que es “Patriarcado del
borde al centro” o sea que nuestro tema, no es un tema y eso lo sabe muy bien Mariana y lo puede explicar muy
bien. En la estructura de la página de los medios escritos. En la estructura de la página siempre la noticia sobre los
temas de las mujeres fue una columna marginal y lo que está pasando hoy, lo que nos muestran nuestros
adversarios es que la protección del patriarcado es el ¿mantra? del poder. Para el poder económico y político. Y no
es el borde de las cuestiones, no es un tema de minoría. El esfuerzo nuestro tiene que ser para retirar de la posición
de minoría y de columna marginal. Eso está gráficamente expresado en el cambio de los periódicos, no? En los
cambios del trabajo que Mariana les va a explicar en un minuto. Entonces ese pasaje de los temas de las mujeres.
Ese pasaje del patriarcado como tema del borde al centro de las cuestiones es lo que está pasando en el presente.

MC: A mí no me van a escuchar hoy. Hoy la vienen a escuchar a Rita. Un poco venimos reflexionando con Rita esta
idea de cómo los temas de género, del feminismo, pasaron a la tapa de los diarios y por eso hoy tenemos la
sensación de que están aumentando los femicidios y la gran pregunta es si aumentan o que los vemos. Porque si
son cada 28 horas o cada 30, o 26 y bueno, cada día vamos a tener uno casi. Y esto es lo que vienen marcando las
cifras. Quizás aumentaron un poquito, pero lo que hoy pasa es que los policiales, en los noticieros, los principales
cronistas de policiales, menciono a Mauro Z. por citar a alguno están cubriendo estos temas. Hoy se convirtió un
femicidio en un tema de interés para el establishment del periodismo, cuando veníamos muchas colegas, por allá
veía a Silvina Molina, también colega que trabaja en Telam, que venimos remándola hace muchos años para
instalar esta agenda. Hay otras colegas que veo por acá también. Esto es un logro del feminismo. El punto es cómo
tratan los medios de comunicación las noticias y después tenemos para hablar largo y tendido sobre la
espectacularización, el morbo. Y no redundar en un enfoque de derechos y de género. Pero eso quedará para otra
charla. Quería antes de cerrar esta charla hermosa con Rita y esta posibilidad que me han dado en la UNSAM de
tener este diálogo, que Rita nos cuente qué vamos a encontrar a lo largo de este año en esta propuesta
pedagógica tan innovadora que es traer a Rita a la universidad.

RS: Traje algunas definiciones de esta Cátedra de Pensamiento incómodo o excéntrico, fuera del habitual. Entonces
hice una lista, pensé en leerlas. Entonces se llama así. La cátedra de Pensamiento incómodo propone mirar el mundo
desde nuestro margen y a contrapelo de los hábitos y consensos del sentido común de una academia, ya fatalmente
marcada por el eurocentrismo de su fundación y por el patriarcalismo de sus prácticas. Para esto se orienta por una
serie de ejes y consignas que han formado parte del discurso de subtitular en textos y conferencias. Algunos de ellos
son:

Permanecer en el arraigo de un paisaje nuestro americano, ya que es desde él que pensamos y hablamos. Inscribir
ese paisaje en los textos que resulten del quehacer de la cátedra. O sea saber dónde tenemos los dos pies plantados.
Porque muchas veces la universidad nos intenta decir que vivimos en una Europa hiperreal. O sea, pisamos la
universidad y ya estamos en Europa del Norte. Es un error atroz. Así no se puede pensar. Sólo se puede pensar
mirando alrededor, exactamente cómo es el lugar que habitamos. O sea, mirarnos nosotros entre nosotros, que es
un hábito que en la universidad que estamos perdiendo con toda la presión evaluadora, etc, que nos lleva a un
individualismo extremo y a no poder conversar con el de al lado. Creo en una construcción de pensamiento en
conversación. Entonces construir retóricas de valor para las prácticas y las tecnologías de sociabilidad que nos
ayudan a reexistir en este paisaje. Cultivar el arte de pensar en conversación. No descartar el ensayo para sustituirlo
por la exigencia de tecnologías textuales formateadas por la academia eurocéntrica. Construir parámetros de calidad
propios y pautas para la evaluación que no traicionen estas idiosincrasias. Nosotros somos constantemente
traicionados en nuestra idiosincrasia por pautas de evaluación que están construidas en otra parte.

Tener por meta histórica un mundo cuyo valor indeclinable es el pluralismo. Pensar el género, por ejemplo, algo que
quería decir antes y me olvidé. Cuando en un momento determinado en la conferencia de CLACSO en diciembre del
año pasado, la ex presidenta Cristina coloca los pañuelos celeste y verde juntos es un error lógico de inmenso
tamaño. Es un error antes que político es un error lógico. Porque el pañuelo celeste es monopólico. Existe una única
verdad: nadie puede practicar abortos. Y el pañuelo verde es pluralista: quien quiere puede, quien no quiere, no. Lo
que está ahí colocado como antagónico ahí es el monopolio de la verdad contra el pluralismo de las posiciones. Esa
es la estructura lógica que está por detrás de esa comparación. La meta de una sociedad plural, radicalmente plural,
sin hegemonía es mi meta. Con más fuerza que el propio feminismo.

El feminismo tiene que concebirse como una pluralidad de mujeres, una pluralidad de sexualidades. La mínima
división entre una sexualidad homosexual y una heterosexual es un error brutal porque hay infinidad de
heterosexualidades y homosexualidades. Entonces porque somos entrenados a pensar binariamente, lo cual es un
error que nos atrapa. El mundo en plural sale de esa cápsula. Entonces pensar el género y la raza como categorías
centrales en un mundo opresivo. Pensar la violencia de raíz conquistual y colonial y sus secuelas e impactos en el
presente. O sea: muchos de los dolores, de las opresiones, de las violencias que nuestro mundo latinoamericano,
nuestroamericano, sufrimos por la constante presentificación de la pauta que ya no le llamo ni de colonialidad. Le
llamo de conquistualidad. La conquista es un proceso que nunca se encerró, que nunca acabó. En algunos territorios
del país y de América Latina en general podemos ver la conquista en curso todavía. O sea que la rapiña territorial, la
toma de tierras, la expulsión de la gente del lugar que habita, eso es conquista. Es una conquista en curso. Es
mentira que terminó. Entonces no ¿deificar? las temáticas del movimiento social, que es un problema que veo
mucho en el movimiento de mujeres, que ¿getifican? los temas. No. Sino que entender los temas entrañados en un
nicho de relaciones políticas, económicas, raciales y de género. Que no es solamente la interseccionalidad. Es más.
Es ver por ejemplo en el problema de la violencia contra las mujeres, el tema de la dueñidad que es un tema
plenamente económico se manifiesta.
Identificar las estrategias con las que los dueños de la vida y de la muerta intentan ajenizar nuestro futuro.

Contribuir para entender y desarmar el nudo que prolonga la prehistoria patriarcal de la humanidad. En mi libro las
estructuras elementales de la violencia yo digo que todavía estamos atravesando una única página de la historia, que
es la prehistoria patriarcal de la humanidad, que nunca se ha cerrado. Quizás posiblemente, la furia del
fundamentalismo nos está mostrando que estamos por dar la vuelta a esa página de la historia que es la prehistoria
patriarcal de la humanidad.
Desentrañar los males del mandato de masculinidad inclusive para los hombres y en beneficio de los hombres. Eso
me lo critican mucho en el feminismo, pero realmente yo lo veo así y no voy a mentir. Las primeras víctimas del
mandato de masculinidad, que después recae sobre nosotras, son los hombres. El hombre que tiene que rendir
examen todos los días a su hermano mayor, a su primo que tiene más músculos, tiene que mostrarle que es hombre
también, ese es el que va en su inseguridad de su virilidad va a violar y va venir a usar a la mujer para mostrar un
trofeo, para ver si aquel que él considera un macho beta, porque alfa no exista, pero por lo menos un macho beta lo
acepta en el club. Eso es el mandato de masculinidad. Corto y grueso, se dice en portugués.

Pensar la justicia como uno de los déficits centrales de la colonial modernidad. Yo creo que el déficit central de
nuestro mundo es la justicia.

Identificar la variedad de ideas y formatos del hacer justicia. Eso del escrache, por ejemplo. Y apostar al campo del
pluralismo jurídico como estrategia fundamental para un mundo en plural y un mundo justo.

Desarrollar y complejizar la oposición entre el proyecto histórico de las cosas y el proyecto histórico de los vínculos,
que es algo que he venido hablando mucho últimamente.
Para cultivar estos ejes y estas posturas vamos a tratar de armar seminarios, conversaciones públicas como esta. Una
de las cosas que está muy bien es cuando hay preguntas del público. El próximo lo vamos a armar con preguntas, un
conversatorio abierto. Y espacios de capacitación. Talleres, conversatorios temáticos, focalizados en temas precisos.
Esta es la idea central de la cátedra. Y estoy muy agradecida a la UNSAM porque en esta cátedra de alguna manera
yo retorno al país, es el momento en que me inserto en la academia nacional. Muy agradecida y les cuento una
cosita. Estaba con mi hijo que nació en Irlanda del Norte, fue al colegio en Estados Unidos, vive en Brasil y es muy
brasilero. Entonces estaba en la calle conmigo y ve que muchas personas me saludan y me dice: “Mamá, un país en
que una persona se hace célebre por pensar es un gran país”.

MC: Les voy a contar una infidencia de Rita. Rita por estos pastos podríamos decir, cuando era niña, venía a
remontar barriletes con sus primos, porque era del barrio. Le agracemos por esta tarde tan agradable y que
seguramente ustedes hayan disfrutado y reflexionado. Vi mucho ahí escribiendo, tuiteando, esa es la idea. El
pensamiento incómodo, la reflexión, la posibilidad de llevarnos algo y sabiendo que según nos dice Rita vamos por
el buen camino. Entonces a seguir y el viernes por supuesto nos encontramos de nuevo en las calles. Nosotras
paramos

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