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El español en Venezuela
En el contexto del español hispanoamericano está el español de Venezuela, el
cual, tanto por lo que ha innovado, como por lo que ha conservado, se ha alejado
bastante del de España y de las variedades de otros territorios americanos.
El español venezolano tiene su propio estilo y varía dependiendo de la región
donde es hablado. Esto lo reflejan los diversos dialectos del país (el llanero, el
guaro, el oriental, el maracucho o marabino, el capitalino y el andino).
El español que se habla en Venezuela es expresión genuina de la identidad
nacional. Pero, asimismo, lo son las lenguas de las diferentes comunidades
indígenas, idiomas que tienen la misma dignidad que la lengua que habla la
mayoría de los venezolanos, ya que hacen del país un territorio multiétnico,
pluricultural y plurilingüe.
Los conquistadores tuvieron que recurrir a diferentes procedimientos para
comunicarse con los indígenas. Lo primero que los conquistadores hicieron
al llegar América fue tomar unos cuantos indios cautivos para luego
utilizarlos como intérpretes. Otro procedimiento fue la integración de los
conquistadores con los indios entrando en sus vidas y costumbres. El indio-
intérprete fue el primer paso que los conquistadores utilizaron para su
aproximación, estableciendo con ellos una convivencia estable que se
manifestó en tres maneras: en el trabajo, en el mestizaje, y en la
catequización.
Para cristianizar a los indios, los misioneros se dieron cuenta que era mejor
hacerlo en sus propias lenguas, ya que no era posible enseñar en español con
violencia y tampoco valía la pena que esto surgiera con el transcurso del
tiempo. De esta manera los misioneros tuvieron gran afán de aprender
lenguas aborígenes e identificarse con los habitantes de estas tierras. Un
gran problema era la gran diversidad de lenguas. Por eso los misioneros
tuvieron que adoptar una de esas lenguas para que les sirviera como lengua
franca. Por ejemplo, en Colombia fue el chibcha y en Paraguay, el
tupiguaraní.
Los misioneros pusieron gran énfasis en adoctrinar a los hijos de los reyes, a
los que se utilizaban como auxiliares en las labores de catequesis. A ello se
debe que se fundara el primer colegio en la Nueva España con sesenta
estudiantes, todos ellos descendientes de noble abolengo. Unos cuantos años
después se fundó en la ciudad del Cuzco el Colegio de San Francisco de
Borja, que era también de indios nobles.
La enseñanza en la colonia tenía una base clásica grecoromana y no una
española como podría suponerse. En estos colegios se enseñaba el latín, que
permitía transmitir los principios de la fé y además porque la gramática del
latín era la primera de las artes liberales. Es importante señalar que la
lengua española se aprendía por uso y no por arte. Es por eso que algunos
indios pudieron ser incorporados a la cultura hispánica, pero la mayoría de
ellos hablaban sus lenguas aborígenes.
También tienen que tomarse en cuenta que el número de frailes misioneros
era muy pequeño comparado con la población indígena. Siempre parecía
una presión muy fuerte era innecesaria el enseñar el castellano.