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La Dramática abjuración

La dramática abjuración

"Condenados por la Inquisición", de Eugenio Lucas (siglo XIX, Museo del


Prado). "La Inquisición generalmente condenaba al culpable a ser
"azotado mientras recorría las calles", en cuyo caso (si se trataba de un
varón) tenía que aparecer desnudo hasta la cintura, a menudo montado
sobre un asno para que sufriera una mayor deshonra, siendo debidamente
azotado por el verdugo con el número señalado de latigazos. Durante este
recorrido por las calles, los transeúntes y los chiquillos mostraban su odio
por la herejía tirando piedras a la víctima

La abjuración en los procesos de la Inquisición española consistía en el


reconocimiento por parte del acusado de los errores heréticos que había
cometido y el consiguiente arrepentimiento, lo que constituía el paso
previo, y la condición imprescindible, para su "reconciliación", es decir,
para su reintegración en el seno de la Iglesia católica. Había tres tipos: la
abjuración de levi, la abjuración de vehementi y la abjuración «en forma».

Tipos : Como ha señalado Joseph Pérez "ante la Inquisición todo reo es


presuntamente culpable", el procedimiento y la instrucción del proceso
están orientados a ese objetivo —que el acusado reconozca su
culpabilidad—, de ahí la importancia que conceden los inquisidores a "que
el acusado se declare culpable y que manifieste su arrepentimiento". En
función de esto se establecen tres categorías de acusados: aquellos de los
que se piensa que son culpables pero no se han hallado pruebas
suficientes para demostrarlo y que además alegan que son inocentes; los
que confiesan que son culpables (convictos y confitentes); y los
"pertinaces", que son los que reinciden tras una primera condena y los
que lo son por primera vez y se niegan a confesar su culpabilidad a pesar
de las pruebas reunidas contra ellos. A las dos primeras categorías se les
permite la reconciliación: poderse reintegrar a la Iglesia tras haber
abjurado de sus errores.2 Sin embargo, los reconciliados no podían ocupar
cargos eclesiásticos ni empleos públicos, ni podían ejercer determinadas
profesiones, como recaudador de impuestos, médico, cirujano o
farmacéutico. La inhabilitación se extendía a sus hijos y nietos, aunque
éstos podían librarse de ella pagando una multa llamada de composición.

Licenciado representante

estudiante

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