El problema se traduce como una torta y las partes se traducen como los comensales que cada una tiene un interés distinto y con la posición de que se cada uno debe ser el único ganador y así sobresalir. En este momento de conflicto de intereses la torta se agranda, es decir que al problema se le incorpora un tercero que ayudara a solucionar el conflicto proponiendo soluciones que ayudaran a ambas partes, esta figura puede traducirse como un abogado o como un negociador y para esto se requieren cinco requisitos: 1. Definir el propósito 2. Seleccionar a pocos participantes 3. Realizar dos sesiones (la primera de propuesta de soluciones y la segunda como una discusión normal) 4. Creación de ambiente informal que genere confianza 5. Se selecciona a un facilitador para tener una reunión encausada Cumplidos los cinco requisitos se debe realizar una evaluación, no de lo que sea bueno ni malo sino de una ampliación visionaria que posteriormente será juzgada, al darse las ideas se da el único requisito de: Buscar que se acomoden las necesidades para encontrar beneficios mutuos. Sin embargo existen obstáculos que deben evitarse los cuales son: 1. Juicios prematuros 2. Búsqueda de una sola respuesta 3. Plantear solución de una sola visión 4. Afirmar que la solución de problemas corresponde a quien sea titular de ellos Existen dos momentos en el proceso 1. Desarrollo de opciones Generar tormenta de ideas Registrar las ideas para que puedan ser observadas y no repetidas Señalar ideas más convincentes y su crítica correspondiente Inventar la mejora de ideas prometedoras Realizar un listado de las ideas seleccionadas y elegir cuál de ellas se utilizara en un momento determinado 2. Discusión normal Las ideas mejoradas se seleccionan En base a estas ideas se debe llegar a un consenso La decisión final debe tener un beneficio mutuo y satisfacción de las partes
Fisher, R., Ury, W. and Patton, B. (2007). Sí ... ¡de acuerdo!. Barcelona: Norma.