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CLAVES PARA TENER UNA BUENA RELACIÓN CON LOS JEFES

Las exigencias del entorno, la rutina y los malentendidos pueden generar que la relación con tu
jefe se deteriore o incluso, sea inexistente. En el mundo laboral, las reglas del juego han
cambiado y la relación con los superiores es ahora bastante más distendida y cercana, lo que
facilita una mejor comunicación y por tanto, brinda la posibilidad de actuar de manera más
inmediata y ser más productivo.

1. Ponte en el sitio de tu jefe: En lugar de pensar solo en tu sitio, intenta ponerte en el


suyo, ver si está buscando soluciones a los problemas en vuestras relaciones y si está
tratando de optimizar el trabajo en el equipo. Pensando además en los encuentros que
podáis tener, prepárate a conciencia y consigue que te tenga en mente como uno de
los miembros más valiosos del equipo.
2. Muestra lo que vales: Asegúrate de que estás sumando valor a la organización y en
concreto a tu posición. Los jefes no quieren empleados que les den la razón en todo,
sino que tengan su propia propuesta sobre cómo afrontar los desafíos de la empresa.
Demostrar estas capacidades aumentará la confianza de tu jefe en ti.
3. Haz quedar bien a tu jefe: Todo el mundo se preocupa por su propia reputación en el
trabajo, pero pocos entienden que esto depende en gran parte de la reputación de su
superior. Si tienes la oportunidad, sin que signifique hacerle la pelota, haz quedar bien
a tu jefe, lo que te deja bien a ti también, y ganáis los dos.
4. Pide feedback: No tengas miedo, al contrario, de pedirle a tu jefe una respuesta a tu
trabajo. Lo ideal sería que tanto jefes como empleados tuvieran acceso abierto a esta
información, pero si esto no es así en la organización, es importante pedir una
retroalimentación directamente, para saber qué estamos haciendo bien y qué estamos
haciendo mal desde su perspectiva, que no siempre coincide con la nuestra.
5. Mantenle informado acerca de tu trabajo: A nadie le gustan las sorpresas negativas,
así que si estás teniendo problemas con tu trabajo, házselo saber. No se trata de ser
alarmistas, pero sí de mantener la pista sobre una cuestión susceptible de convertirse
en un problema en un futuro. Del mismo modo, si las cosas van bien, no está de más
ofrecerle un informe regularmente para transmitir buenas sensaciones.
6. Establece un estilo de comunicación abierto: Sé honesto y establece una posición
igual ante todos los miembros con los que te relaciones, ya sean supervisados,
compañeros o supervisores. Intenta, si es posible, programar un encuentro con tu jefe
periódico, y aprovéchalo para aplicar todos estos consejos y construir relaciones
positivas. Y si es posible, relaciónate con él fuera de la oficina, por ejemplo saliendo un
día a comer o tomando un café en la máquina.
7. Recuerda que los jefes también se equivocan: como todo humano, tiene derecho a
equivocarse, estar enojado, cansado o sin ganas de trabajar. Dale su espacio cuando lo
necesite e intenta hacer que su relación fluya de manera natural.
8. Alinea tus objetivos con los suyos: si tú y tu supervisor buscan cosas muy diferentes
en la empresa, es difícil que puedan llegar a los mejores resultados. Platica con él para
saber cuáles son las próximas metas y enfócate en conseguirlas tanto como él.
Evidentemente no es lo mismo un líder que no te respeta que una mera relación cordial y
distante, pero cuanto mejor te lleves con el y más te valore, mayores serán las probabilidades
de tener éxito dentro de la compañía.

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